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Thomas Piketty, «El capitalismo en el siglo XXI»: la gran desigualdad…

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¿Cómo podemos utilizar lo que aprendemos del libro de Thomas Piketty sobre el capitalismo del siglo XXI?
por Eric Toussaint

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El Libro Le capital au XXIe siècle |1| es indispensable para aquellas y aquellos que quieren saber más sobre el reparto desigual de la riqueza en el seno de “las sociedades”.
Leyendo esta enorme obra (950 páginas, a las que se agrega una gran cantidad de datos estadísticos y tablas accesibles por Internet |2|), llegamos a una primera conclusión: el movimiento Occupy Wall Street tenía mucha razón en poner en su punto de mira al 1 % más rico.

En efecto, en Francia, en 2013, el 1 % más rico posee el 22 % del patrimonio total del país. |3| En el Reino Unido, posee el 30 %, en Suecia el 20 % y en Estados Unidos, el 32 % |4| Si incluimos la parte de la riqueza escondida en los paraísos fiscales o bajo otras formas, el porcentaje aumentaría al menos en 2 o 3 puntos. Para simplificar, el 1 % de la población mundial es, digamos, la clase capitalista y concentra una parte impresionante del patrimonio. |5|

Si ampliamos el estudio al 10 % más rico, obtenemos los porcentajes siguientes: en Francia el 10 % más rico posee el 60 % del patrimonio, en el Reino Unidos el 70 %, en Suecia el 60 % y en Estados Unidos el 70 %. Así que podemos considerar que este 9 % (agregado al 1 % más rico) representa el entorno o los aliados, en un sentido amplio, de la clase capitalista.

Los movimientos populares deberían enarbolar reivindicaciones precisas sobre las medidas que se deberían tomar con respecto al 1 % más rico y al 9 % que le sigue. La masa de bienes mobiliarios e inmobiliarios que este 10 % posee revela hasta qué punto la riqueza esta mal distribuida y muestra cómo un gobierno de izquierdas podría encontrar recursos en gran cantidad para llevar a cabo una política de mejora de las condiciones de vida de la mayoría de la población, y, al mismo tiempo, realizar profundos cambios estructurales de manera de iniciar la salida del capitalismo productivista y lanzar la transición ecológica.
Thomas Piketty resume en una tabla muy interesante el porcentaje de riqueza que posee el 10 % más rico, el 40 % que le sigue y el 50 % más pobre para Estados Unidos y Europa.

Tabla 1. La desigualdad en la propiedad del capital |6|

La parte del total del patrimonio en 2010 que poseen los diferentes grupos de Europa y de Estados Unidos:

El 10 % más rico:  60,00 % (Europa);  70,00 % (USA)
Y de este grupo, el 1 % más rico: 25,00 % (Europa); 35,00 % (USA)
Y el 9 % que le sigue: 35,00 % (Europa); 35,00 % (USA)
El 40 % del medio: 35,00 % (Europa); 25,00 % (USA)
El 50 % más pobre: 5.00 % (Europa); 5,00 % (USA)

Vemos que la mitad de la población de los países del Norte sólo posee el 5 % del patrimonio, y esta es evidentemente una poderosa razón para decir que, cuando la izquierda reivindique gravar el patrimonio, eso no afectará en absoluto al 50 % de población más pobre. En cuanto al 40 % del medio, retomando la expresión de Thomas Piketty, que posee el 35 % del patrimonio total en Europa occidental continental y el 25 % en Estados Unidos y en el Reino Unido, está constituida principalmente por asalariados y una minoría de trabajadores independientes. Este grupo podría también estar exento del impuesto sobre el patrimonio, al menos para el 75 % del mismo.

Si transformamos los porcentajes en cantidades de dinero en euros, podemos profundizar en lo que significa la concentración de riqueza en una fracción muy reducida de la población.

Los patrimonios en función de los diferentes grupos

De acuerdo con Thomas Piketty, en varios países de Europa que tienen un nivel de vida parecido al de Francia, el 50 % de de la población (los más pobres) tienen de media un patrimonio de 20.000 euros pero, atención, una gran parte de estas familias no tienen ningún patrimonio o tienen deudas.
El 40 % correspondiente al sector medio tienen un patrimonio promedio de 175.000 euros (o sea, entre 100.000 y 400.000 euros). El 9 % que está por encima dispone de 800.000 euros y el 1 % superior de 5 millones de euros. Por supuesto, en el tope de ese 1 % encontramos fortunas como la de Liliane Bettencourt |7| que sobrepasa los 20.000 millones de euros

De la desigualdad del reparto del patrimonio privado en la Unión Europea a su necesaria redistribución

Consideremos la Unión Europea cuyo producto interior bruto ascendía en 2013 a cerca de 14,7 billones de euros. |8| El total de patrimonio privado de las familias europeas se eleva a cerca de 70 billones de euros. El 1 % más rico posee aproximadamente 17,5 billones de euros |9| o sea, el 25 % de 70 billones de euros. El 9 % que le sigue poseen 24,5 billones, o sea el 35 % del total. El 40 % del medio posee otros 24,5 billones, también el 35 %. Y el 50 % restante posee 3,5 billones de euros, o sea, un 5 % del total. |10|

El presupuesto anual de la Comisión Europea asciende a cerca del 1 % del PIB de la UE. Eso significa que un impuesto anual del 1 % sobre el patrimonio del 1 % más rico en la UE proveería una suma de 175.000 millones de euros, es decir más que el presupuesto actual que asciende a 145.00 millones de euros. ¡Y qué decir de un impuesto del 5 %! Esto nos da una idea de lo que es potencialmente realizable si se consiguiera una movilización social en pro de un cambio radical de políticas en el ámbito europeo, o incluso en el de un solo país de la UE. |11|
Un impuesto excepcional, aplicado una sola vez por generación, del 33 % sobre el patrimonio del 1 % más rico en la UE suministraría 6 billones de euros (o sea, más de 40 veces el presupuesto anual de la UE) ¿Os imagináis un impuesto confiscatorio del 80 %?

Esto nos debe permitir estimar la importancia de lo que supone un impuesto al patrimonio privado de los capitalistas, y las posibilidades que se abren para la elaboración de propuestas que permitan encontrar el dinero allí donde esté para ponerlo al servicio de la justicia social.

Muchos economistas repiten sin cesar que no sirve para nada gravar a los más ricos ya que, siendo tan pocos, el rendimiento no será realmente importante. Pero lo que Thomas Piketty demuestra es que ese 1 % ha concentrado a lo largo del tiempo una tal cantidad de bienes inmobiliarios y mobiliarios que una política cuyo objetivo sea ese 1 % más rico, o ampliada al 2,5 % o incluso al 10 % más rico, puede darnos un gran margen de maniobra para acabar con el neoliberalismo. |12|

Hay quienes afirman que ese patrimonio es inaccesible ya que fácilmente puede traspasar fronteras, pero es necesario responderles que existen potentes herramientas para evitarlo, como el embargo de bienes, la congelación de activos financieros, elevadas multas y el control de los movimientos de capitales.

La desigualdad en el reparto del patrimonio privado en el mundo

Lo que se acaba de decir para la Unión Europea puede ser extendido al resto del mundo ya que del Norte al Sur del planeta, asistimos a un aumento impresionante del patrimonio de los más ricos.
Nos podríamos interesar, como lo hace Piketty, en una minoría aún más escasa: la veinte millonésima parte más rica de la población mundial adulta estaba constituida en 1987 por 150 personas y cada una tenía un patrimonio promedio de 1.500 millones de dólares. Veintiséis años más tarde, en 2013, la veinte millonésima parte más rica estaba formada por 225 personas cuyo patrimonio medio era de 15.000 millones de euros, o sea, que había aumentado un 6,4 % por año. |13| El 0,1 % (una milésima parte de la población mundial) |14| más rico posee el 20 % del patrimonio mundial, el 1 % posee el 50 %. Si se considera el patrimonio del 10 % más rico, Thomas Piketty calcula que representa entre el 80 % y 90 % del patrimonio mundial, ya que el 50 % más pobre posee ciertamente menos del 5 %. |15| Esto nos da la medida del esfuerzo que se debe hacer para la redistribución de la riqueza. Redistribución que necesita la confiscación de una parte importante del patrimonio de los más ricos.

Thomas Piketty constata que el ritmo de crecimiento del patrimonio del milésimo más rico del planeta ha progresado a un ritmo del 6 % anual en las últimas décadas mientras que el conjunto del patrimonio progresaba a un ritmo del 2 %. Si no hay un cambio radical y todo permanece igual, al cabo de 30 años ¡este milésimo poseerá el 60 % del patrimonio mundial, en lugar del 20 % que tenía en 2013! |16|

El reparto de las rentas es también extremadamente desigual

Así mismo, Thomas Piketty estudia la distribución de las rentas del trabajo y muestra que el 10 % más rico acapara el 26 % de las mismas en Europa y el 35 % en Estados Unidos.

Tabla 2. La desigualdad total en las rentas del trabajo |17|

La parte del total de las rentas del trabajo correspondiente a los diferentes grupos: Europa 2010; Estados Unidos 2010

El 10 % más rico:  25,00% (Europa);  35,00% (USA)
Y de este grupo, el 1 % más rico:  7,00% (Europa); 12,00% (USA)
Y el 9 % que le sigue:  18,00% (Europa); 23,00% (USA)
El 40 % del medio:  45,00% (Europa); 40,00% (USA)
El50 % más pobre:  30,00% (Europa);  25,00% (USA)

Si se suma a las rentas del trabajo, las otras formas de ingresos como los alquileres, intereses percibidos por el ahorro, beneficios de empresas, dividendos, etc., el reparto es aún más desigual como lo indica la tabla 3.

Tabla 3. La desigualdad total de las rentas |18|

La parte del total de las rentas correspondiente a los diferentes grupos: Europa 2010; Estados Unidos 2010

El 10 % más rico:  35,00% (Europa); 50,00% (USA)
Y de este grupo, el 1 % más rico:  10,00% (Europa); 20,00% (USA)
Y el 9 % que le sigue:  25,00% (Europa); 30,00% (USA)
El 40 % del medio:  40,00% (Europa); 30,00% (USA)
El 50 % más pobre:  25,00% (Europa);  20,00% (USA)

La evolución de la desigualdad en el patrimonio a lo largo de los dos últimos siglos

En vísperas de la Revolución Francesa de 1789, la parte del patrimonio nacional acaparado por el decil (el 10 %) más rico se acercaba al 90 % y la parte que poseía el 1 % más rico alcanzaba el 60 %. |19| Después de la Revolución, la parte del centil (el 1 %) más rico bajó un poco a raíz de la redistribución de tierras de la aristocracia y el clero a favor de la burguesía (ese 9 % y un poco más allá).

Con respecto a la parte del león que ingresaba el centil más rico en 1789, Piketty subraya que la denuncia hecha por Occupy Wall Street sobre el 1 % más rico combinada con la proclama «Nosotros somos el 99 %. We are the 99 %» recuerda, en cierta forma, el famoso panfleto del abate Sieyès |20| publicado en enero de 1789 « ¿Qué es el tercer estado? Qu’est-ce que le tiers état?»

Thomas Piketty ideó un gráfico que muestra la evolución de la parte del decil y del centil más rico entre 1810 y 2010. Éste agrupa los principales países europeos en la categoría Europa y presenta a Estados Unidos aparte.

En Europa, la parte acaparada por el decil superior equivalía a más del 80 % del patrimonio en 1810 y aumentó en el transcurso del siglo xix y comienzos del xx hasta alcanzar el 90 % en 1910. Pero comienza a bajar debido a la guerra de 1914-1918 y a las concesiones que la burguesía tuvo que hacer frente a las luchas populares tras la primera guerra mundial. |21| El descenso prosigue después de la segunda guerra mundial por las mismas razones, y la parte correspondiente al 10 % más rico alcanza su mínimo en 1975 (un poco menos del 60 %). A partir de ese momento comienza a remontar hasta alcanzar el 65 % en 2010. La parte del 1 % más rico describe, más o menos, la misma curva pasando de un poco más del 50 % en 1810 a un poco más del 60 % en 1910, El descenso comienza en 1910 y alcanza los valores más bajos entre 1970 y 1975 (20 %) y luego comienza a aumentar de nuevo. La evolución en Estados Unidos sigue la misma cronología pero es importante remarcar que en el siglo xix la parte del decil y del centil más rico era inferior que el de sus homólogos europeos y la situación se modifica a partir de los años 1960, y la parte del pastel es superior a la de sus pares de Europa.

Dos conclusiones son evidentes: la primera es que se tiende a un aumento de la desigualdad, ya que el 1 % y el 10 % más rico aumentan fuertemente la parte del patrimonio que acaparan; y la segunda es que la evolución de la distribución de la riqueza se puede explicar, y de forma rigurosa, por la evolución de las luchas sociales y las relaciones de fuerza entre clases.

Thomas Piketty resume las razones que provocaron, entre la primera guerra mundial y 1970, la reducción de la parte acaparada por los más ricos, y las que luego provocaron su aumento: «En resumen, las convulsiones del “primer siglo veinte” (1914-1945) —es decir, el que comprende la primera guerra mundial, la revolución bolchevique de 1917, la crisis de 1929, la segunda guerra mundial, y las nuevas políticas de regulación, fiscales y de control público del capital originadas por esas conmociones— condujeron a unos niveles históricamente bajos para los capitales privados en los años 1950-1960. El movimiento de reconstitución de los patrimonios se puso en marcha rápidamente y luego se aceleró con la revolución conservadora anglosajona de 1979-1980, la implosión del bloque soviético en 1989-1990, la globalización financiera y la desregulación de los años 1990-2000, acontecimiento que marca una inflexión política en sentido inverso a la inflexión precedente, y que permite a los capitales privados encontrar a comienzos de los años 2010, y a pesar de la crisis abierta en 2007-2008, una prosperidad patrimonial desconocida desde 1913.» |22|

Está claro que las dos guerras mundiales produjeron un profundo descontento popular en contra de la clase capitalista, y por lo tanto ambas guerras fueron seguidas de luchas sociales muy importantes, que en varios países se transformaron en crisis revolucionarias; también la crisis de 1929 produjo una radicalización e importantes luchas sociales (especialmente en Estados Unidos). Esas situaciones llevaron a los gobernantes a actuar para satisfacer en algo las reivindicaciones populares. Veremos más adelante lo que hicieron los gobiernos de los principales países después de la primera y de la segunda guerra mundial en materia de impuestos que afectó, más o menos fuertemente, la parte del patrimonio y de las rentas apropiada por el 1 % más rico. Asimismo, a partir de la ofensiva lanzada por la clase capitalista contra las clases populares a lo largo de la década 1970-1980, |23| se constata un cambio radical de política de parte de los gobiernos, especialmente, en materia de impuestos.

Para medir la evolución del patrimonio, |24| Thomas Piketty lo compara con la renta nacional: |25| «A comienzos de los años 1870, el valor total de los patrimonios privados —libres de deudas— comprendía entre dos y tres años y medio de la renta nacional de todos los países ricos en todos los continentes. Cuarenta años más tarde, a comienzos de los años 2010, los patrimonios privados representan entre cuatro y siete años de la renta nacional, |26| y también en todos los países estudiados. La evolución general no ofrece ninguna duda: más allá de las burbujas, se asiste a un gran retorno del capital privado en los países ricos desde los años 1970, o más bien a la emergencia de un nuevo capitalismo patrimonial.» |27|

Se comprueba también que el patrimonio público ha disminuido fuertemente desde hace 40 años, después de haber aumentado en varios países, especialmente, después de la segunda guerra mundial. En Francia, el gobierno había nacionalizado en 1945 el Banco de Francia y los cuatro grandes bancos de depósitos: Crédit Lyonnais, Société Générale, Banque National de Comerse et de l’ Industrie y Comptoir National d’ Escompte de París. Louis Renault, dueño de la empresa de automóviles Renault, fue detenido en septiembre de 1944 por su colaboración con la ocupación nazi y la empresa fue nacionalizada en enero de 1945. |28| El gobierno británico nacionalizó en 1946 el Banco de Inglaterra. Según Piketty, en Francia en los sectores industriales y financieros: «la parte del Estado en el patrimonio nacional sobrepasó el 50 % entre los años 1950 y 1970». |29|
Como sostiene Piketty, comprobamos: «…por un lado, un movimiento de privatización y de transferencia gradual de la riqueza pública hacia la riqueza privada desde los años 1970-1980, y por otro lado, un fenómeno de reajuste a largo plazo de los precios de los activos inmobiliarios y bursátiles, que también se aceleró en los años 1980-1990, en un contexto político globalmente muy favorable a los patrimonios privados en comparación a las décadas inmediatamente posteriores a la segunda guerra mundial.» |30| Este segundo fenómeno tiene que ver, por supuesto, con la financiarización de la economía.

La evolución de los salarios bajos y de los salarios altos desde los años 1960

En este artículo no podemos hacer un resumen de la evolución de la desigualdad de los ingresos a lo largo de los dos últimos siglos. Por consiguiente, nos limitaremos a señalar la evolución a partir de 1968 en Francia. La huelga general de mayo de 1968 y los acuerdos de Grenelle que le siguieron tuvieron como consecuencia un fuerte aumento del salario mínimo durante 15 años: «Es así como el poder adquisitivo del salario mínimo progresa en más de un 130% entre 1968 y 1983, mientras que en el mismo tiempo el salario medio solo progresa cerca de un 50 %, por lo que hubo una fuerte reducción de las desigualdades salariales. La ruptura con el periodo precedente es amplia y masiva: el poder adquisitivo del salario mínimo había progresado apenas un 25 % entre 1950 y 1968.» |31|

La inflexión inversa tuvo lugar entre 1982 y 1983, cuando el gobierno de François Mitterrand emprendió un giro hacia la derecha.

Los salarios más altos, los del 1 % aumentan un 30 % entre fines de los noventa y el año 2010, los del 0,1 % aumentan un 50 %, en un contexto de congelación de salarios. |32|

Si pasamos al otro lado del Atlántico, se verá que el salario mínimo legal fue introducido en 1933 al comienzo de la presidencia de F. Roosevelt, 20 años antes que en Francia. El máximo se alcanzó en 1969, con Lyndon Johnson como presidente, donde se alcanzó el equivalente de 10 dólares (de 2013) la hora. Después comenzó a reducirse y, en 2013, bajo Barack Obama, alcanza apenas 7,25 dólares la hora. |33| Y siguiendo en Estados Unidos vemos que, considerando el conjunto de la renta (salarios, alquileres, beneficios, dividendos…), se comprueba cómo desde 1877 hasta 2007, el 10 % más rico se apropió del 75 % del aumento del ingreso nacional y el 1 % absorbió el 60 %. Para el 90 % restante el crecimiento fue del 0,5 % por año |34|.

Si se toma en cuenta el reparto de la renta nacional en varios países clave, se constata que en todos, durante las últimas décadas, el 1 % y el 0,1 % más rico aumentaron su porcentaje de la riqueza.
La parte de la renta nacional del 1 % más rico en 2010 era la siguiente: en Estados Unidos cerca del 20 %, en Canadá y el Reino Unido el 14 %-15 %, en Alemania el 11 %, en Australia el 9 %-10 %, en Japón, Francia, España e Italia el 9 %, en Suecia y Dinamarca el 7 % |35|.

La parte del 0,1 % más rico en la renta nacional en los años 1970 era: en Estados Unidos el 2 %, en Francia y Japón el 1,5 %. Sin embargo en 2010 en Estados Unidos llegó al 10 % (el 12 % si se tienen en cuenta las plusvalías por acciones), y al 2,5 %.en Francia y Japón |36|.

Consideremos algunos de los llamados países emergentes, para los que Piketty consiguió datos fiables |37|. Veamos la parte que posee el 1 % más rico de la renta nacional: en China, el 4 % -5 % en 1980, el 10-11 % en 2010; en la India, el 4 % en 1980, el 12 % en 2010; en Argentina, el 10 % en 1970, el 18 % en 2010; en Colombia, el 18 % en 2000, el 20 % en 2010.

El interés que tienen estos datos, además de que nos muestran un aspecto fundamental en la descripción de la desigualdad, es que con ellos se puede demostrar que la evolución de los ingresos está totalmente ligada a las luchas sociales y a las políticas de los gobiernos en ejercicio. Es una razón más para decir que la acción colectiva es un elemento clave que permite conquistar mejoras salariales, principalmente de los más modestos, y una reducción de la desigualdad. La acción es determinante para conseguir decisiones gubernamentales y concesiones patronales.

La evolución de los tipos de gravamen está también ligada a las luchas sociales

En Francia, en 1914 el tipo más elevado para el impuesto sobre los ingresos más altos era sólo del 2 %. Sin embargo, en 1920 pasó a ser del 50 %, en 1924 subió al 60 % y en 1925 alcanzó el 75 %. En 1920, la decisión de un aumento inmediato y muy alto la tomó una Asamblea Nacional con una composición mayoritariamente de derechas que tuvo miedo a una huelga general y a la radicalización que habrían podido suceder si se rechazaban algunas concesiones. En Alemania, se pasa del 3 % (entre 1891 y 1914) al 40 % en 1919-1920 en plena crisis revolucionaria. En Estados Unidos, se pasa del 8 % antes de la guerra del 14-18 al 77 % después de la guerra |38|.

Se observa la misma evolución con respecto al tipo de impuesto sobre sucesiones. El legislador impone tipos muy elevados sólo bajo la presión popular. Y eso comienza justamente después de la guerra de 1914-1918 y progresa debido a la crisis de los años 1930. Mientras que el tipo más elevado no llegaba al 6,5 % en Francia antes de la guerra (en la práctica se reducía al 1 %), pasa al 30 %. En Alemania se pasa del 0 % antes de la contienda al 35 % después de aquella. En Estados Unidos se alcanza el 70 % para las sucesiones en los años 1937-1939 |39|. Hay que señalar que el tipo de gravamen sobre las sucesiones es importante y considerado vital para el 10 % más rico ya que el porcentaje de las grandes fortunas heredadas es de entre el 60 % al 70 % |40|.

Pero volvamos sobre el tipo superior de impuesto sobre la renta. En vísperas de la crisis de octubre de 1929, el presidente Hoover redujo el tipo superior al 25 %. En 1933, Roosevelt lo aumentó al 63 % ya en el primer año de su presidencia, luego al 79 % en 1937 (sobrepasando el 70 % aplicado a partir de 1919), luego al 88% en 1942 y finalmente llegó al 94 % en 1944. Este tipo superior se mantuvo en el 90 % hasta mediados de los años 1960. Apuntemos que el candidato demócrata G. Mc Govern, en 1972, propuso durante su campaña electoral llevar al 100 % el tipo superior del impuesto sobre la renta |41|. Nixon ganó aquellas elecciones. El tipo pasó progresivamente al 70 % a comienzos de los años 1980. Ronald Reagan lo bajó al 60 %. A fines de los años 1980 se reduce al 40 %, y luego con George W. Bush llega al 35 %. O sea, que en el periodo 1932-1980, el tipo superior medio fue del 81 % (al que se debía agregar del 5 al 10 % que se debía pagar a escala estadual).

Francia y Alemania aplicaron, desde los años 1940 hasta 1980, tipos superiores al 50 y 70 %. En el Reino Unidos se alcanzó el 98 % durante los años 1940 y luego durante los años 1970 |42|.

Finalmente hay que subrayar que el tipo superior se aplica en la práctica a las rentas percibidas por el 1 % más rico de la población.

La reducción radical de los tipos superiores, en particular en Estados Unidos y en el Reino Unido, desde los años 1980 permitió un fuerte aumento de los salarios de los altos ejecutivos de las empresas y de la parte que posee el 1 % más rico del ingreso nacional y del patrimonio |43|.

La conclusión de Piketty después de hacer una revisión sobre la evolución de los impuestos sobre las rentas más altas es que debe haber un tipo superior muy alto, de más del 80 % (¡el 82 % exactamente!) aplicado a los ingresos por encima de 500.000 dólares o 1 millón de dólares |44|, y del 50 al 60 % para aquellos por encima de 200.000 dólares |45|.

Piketty reconoce que en el contexto actual no será fácil conseguir estos niveles de impuestos. En Estados Unidos, el Congreso es ampliamente favorable al 1 % más rico. Y es lógico; de acuerdo a un cálculo serio, el patrimonio medio de los miembros del Congreso de Estados Unidos se elevaba a 15 millones de dólares en 2012 |46|.

En los resultados de las investigaciones de Piketty se muestra claramente que es necesario combinar dos acciones decisivas |47|: Primero, una vasta campaña de información y de formación para divulgar al máximos las enseñanzas de la historia del siglo veinte sobre las políticas fiscales que estuvieron directamente influenciadas por la presión de las movilizaciones populares; Y segundo, pasar a la movilización en el marco de una plataforma que reúna una serie de objetivos prioritarios.

Piketty y la deuda pública

Thomas Piketty dedica una decena de páginas muy interesantes al problema de la deuda pública durante los dos últimos siglos, centrando su análisis principalmente en Francia y el Reino Unido. Con toda razón afirma que el estudio del pasado en materia de deuda pública es útil para comprender y afrontar los retos de la actual crisis: «…este complejo problema del endeudamiento de los Estados y de la naturaleza del patrimonio correspondiente interesa tanto al mundo actual como al de 1800, y el estudio del pasado puede ilustrarnos sobre la muy acuciante realidad del mundo de hoy. Ya que a pesar de que la deuda pública está todavía lejos de alcanzar en este comienzo del siglo xxi, el nivel astronómico que tenía a comienzos del siglo xix, al menos en el Reino Unido. Sin embargo, se sitúa en Francia y en numerosos países muy cerca de esos récords históricos y suscita, indudablemente, aún más confusión en el mundo actual que en la época napoleónica |48|.

Entre fines del siglo xviii y comienzos del xix, Francia y el Reino Unido adoptaron políticas totalmente diferentes en cuestión de deuda pública. Mientras que en los años 1760-1770 la deuda pública alcanzaba cerca del 100 % de la renta nacional en los dos países, cuarenta o cincuenta años después, la situación había cambiado completamente: la deuda pública francesa se elevaba a sólo un 20 % de la renta nacional en 1815, mientras que la británica había explotado y representaba el 200 % de la renta nacional.

¿Cómo se había llegado a esa situación? En Francia, el peso del reembolso de la deuda pública y el rechazo del pueblo a ser el único pagador tuvieron un papel central en la explosión revolucionaria de 1789, Las medidas en curso durante la Revolución redujeron radicalmente el peso de la deuda pública. Piketty resume de la siguiente manera la concatenación de los hechos: «La incapacidad de la monarquía francesa para modernizar sus impuestos y poner fin a los privilegios fiscales de la nobleza es bien conocida, así como la solución revolucionaria final con la convocatoria en 1789 de los Estados Generales, que desembocó en la instauración de un nuevo régimen fiscal desde 1790-1791 — especialmente, mediante un impuesto a la propiedad que obligaba a contribuir a todos los propietarios de tierras y a los derechos de sucesión que afectaban al conjunto de patrimonios— y en la “quiebra de los dos tercios” en 1797 (que en realidad es un default aún más masivo si se tiene en cuenta el episodio de los asignados |49| y de la inflación que se produce), lo que permite saldar las cuentas del Antiguo Régimen. Es así como la deuda pública francesa se encuentra reducida de golpe a niveles extremadamente bajos a comienzos del siglo diecinueve (menos del 20 % de la renta nacional en 1815).» |50|

La trayectoria británica es totalmente diferente. Con el fin de afrontar la guerra ante la declaración de independencia de las 13 colonias británicas en América del Norte, y «sobre todo las múltiples guerras con Francia durante el periodo revolucionario y napoleónico, la monarquía británica optó por endeudarse sin límites. La deuda pública pasó así de cerca del 100 % de la renta nacional a comienzos de los años 1770 a cerca del 200 % en 1810, o sea diez veces más que en Francia, en la misma época.» |51|

Piketty explica que el Reino Unido necesitó un siglo de rigor presupuestario con continuos superávit, para reducir progresivamente su endeudamiento a menos del 30 % de la renta nacional a comienzos de la década de 1910.

¿Qué lecciones podemos sacar de la experiencia británica? En principio, no hay ninguna duda, según Piketty, que la importante deuda pública reforzó el peso de los patrimonios privados en la sociedad británica. Los ricos locales prestaron al Estado sin hacerse rogar.

Thomas Piketty prosigue: «… este endeudamiento público tan fuerte, globalmente, sirvió bastante bien al interés de los prestamistas y de sus descendientes, al menos en comparación con una situación en que la monarquía británica habría financiado sus gastos haciéndoles pagar impuestos. Desde el punto de vista de los que tienen los medios, es evidentemente mucho más interesante prestar una determinada suma al Estado (y luego recibir los intereses durante décadas) que pagar los impuestos (sin contrapartidas).» |52| Y agrega que el recurso masivo del Estado al endeudamiento público permitió a los banqueros aumentar el tipo de interés, lo que benefició muchísimo a los ricos prestamistas: empresarios, rentistas, banqueros…

Según Piketty, la diferencia esencial con el siglo xx (véase más adelante) es que la deuda se reembolsaba a precio de oro durante el siglo xix: «…la inflación fue prácticamente nula desde 1815 hasta 1914, y el tipo de interés correspondiente a los títulos de renta del Estado era considerable (generalmente entre el 4 % y el 5 %) y en particular netamente superior a la tasa de crecimiento. En esas condiciones, la deuda pública puede ser un buen negocio para los que poseen patrimonio y para sus herederos.» |53|

Piketty nos propone que imaginemos que: «…la deuda pública… acumulada sea igual al 100 % del PIB. Supongamos que el gobierno no busca pagar el principal sino que se contenta con satisfacer los intereses de cada año… Si el tipo de interés es del 5 %, necesitará cada año pagar el 5 % del PIB a los poseedores de esta deuda pública suplementaria, y así indefinidamente. Es lo que aproximadamente le pasó al Reino Unido en el siglo xix.» |54| Si ahora nos desplazamos en el tiempo y en el espacio y llegamos a Grecia en estos momentos: la deuda pública sobrepasa el 160 % y supongamos que el Estado reembolsa la deuda a la Troika y a otros acreedores con un tipo de interés medio del 5 %. |55| Y si también consideramos que el crecimiento es nulo |56| y la tasa de inflación también es nula, Grecia necesitará pagar a sus acreedores hasta las calendas griegas el equivalente al 8 % de su PIB sin reducir el stock de la deuda ya que paga solamente los intereses. |57|

Volvamos al siglo xix: el stock de la deuda pública francesa, muy limitado en 1815, aumenta rápidamente en las décadas posteriores y en particular durante las monarquías censatarias (1815-1848). Después de la derrota de Waterloo en 1815, el Estado francés se endeuda fuertemente para financiar las indemnizaciones que debía pagar a los ejércitos de ocupación, y nuevamente en 1825, para financiar los famosos «mil millones de los emigrados» |58| pagados a los aristócratas exiliados durante la revolución (para retribuirles por las consecuencias de la Revolución, como la confiscación de una parte de sus tierras). En total, la deuda pública aumenta el equivalente a más del 30 % de la renta nacional. Bajo el Segundo Imperio, las deudas se pagaron hasta el último céntimo.

Piketty nos recuerda el opúsculo La lucha de clases en Francia (La Lutte des classes en France) redactado por Karl Marx en 1849-1850, en el que denuncia al nuevo ministro de finances de Luís-Napoleón Bonaparte, Achille Fould, digno representante de los banqueros y de las altas finanzas, que decidió aumentar los impuestos sobre las bebidas con el fin de poder pagar a los rentistas. Veinte años más tarde, debido a la derrota frente a Prusia en la guerra de 1870-1871, el Estado francés aumentaba aún más la deuda pública para pagar un tributo de guerra equivalente a cerca del 30 % de su renta nacional. Finalmente, la política favorable a los acreedores en materia de endeudamiento, que proseguía durante el periodo 1880-1914 llevó la deuda pública a un nivel más elevado en Francia que en el Reino Unido: entre el 70 % y 80 % de la renta nacional contra menos del 50 % en la época anterior.

Piketty agrega: «La renta de un título del Estado era una inversión muy segura durante todo el siglo xix y contribuyó a reforzar la importancia y la prosperidad de los patrimonios privados, de la misma manera que en el Reino Unido.» Su conclusión es que la política de endeudamiento público llevada a cabo en el siglo xix en Francia y en el Reino Unido «permite comprender por qué los socialistas del siglo xix, comenzando por Karl Marx, tenían una gran desconfianza respecto de la deuda pública, ya que la percibían —con una cierta clarividencia— como un instrumento al servicio de la acumulación del capital privado.» |59| Y prosigue con toda razón al afirmar: «…una gran parte de la deuda pública (…) la posee, en la práctica, una minoría de la población a pesar de que la deuda conlleva también una redistribución importante en el interior del país (…). Considerando la fortísima concentración que siempre caracterizó la distribución de los patrimonios, (…, estudiar estas cuestiones ignorando las desigualdades entre los grupos sociales es lo mismo que silenciar una buena parte de lo que se estudia y de las realidades que están en juego.» |60|

Piketty explica que en Francia se asistió a un cambio importante en el transcurso del siglo xx en materia de gestión de la deuda pública. Los poderes públicos aprovecharon la inflación y la utilizaron para reducir el valor real de la deuda:«La consecuencia para el Estado es que a pesar de una fuerte deuda pública inicial (cerca del 80 % de la renta nacional en 1913) y de los elevados déficit durante el periodo 1913-1950, en particular durante los años de la guerra, la deuda pública francesa se encontraba en 1950 a un nivel relativamente bajo (cerca del 30 % del ingreso nacional), al igual que en 1815. Los enormes déficit de la Liberación fueron prácticamente anulados de inmediato por una inflación superior al 50 % anual durante cuatro años consecutivos, de 1945 a 1948, con una atmósfera política de alta tensión. De alguna manera fue el equivalente a la bancarrota de los dos tercios de 1797: se saldan las cuentas del pasado con el fin de poder reconstruir el país con una baja deuda pública.»

Sobre la base de esta experiencia, se desarrolló en la segunda mitad del siglo xx una visión bien diferente de la de Marx y los socialistas del siglo xix, fundada en la convicción de que el endeudamiento público podía ser un instrumento al servicio de una política de gastos públicos y de redistribución social a favor de los más modestos.

«La diferencia entre estas dos visiones es bastante sencilla: en el siglo xix, la deuda se pagaba a precio de oro, lo que beneficiaba a los prestamistas y favorecía el refuerzo de los patrimonios privados; en el siglo xx, la deuda fue ahogada por la inflación pagándose con una moneda devaluada y, de hecho, permitió financiar los déficit por los que habían prestado su patrimonio al Estado, sin tener que aumentar los impuestos en la misma proporción. Esta visión “progresista” de la deuda pública continúa impregnado considerablemente los espíritus en este comienzo del siglo xxi, aunque la inflación desde hace tiempo se redujo a niveles cercanos a los del siglo xix y sus efectos distributivos son relativamente oscuros.» |61| Thomas Piketty tiene toda la razón al insistir sobre los peligros de una visión unilateralmente positiva de la deuda pública.

¿Cuáles son las propuestas?

Tratemos ahora las propuestas que hace Piketty. Desde el principio precisa: «Entiéndaseme bien: no tengo ningún aprecio particular por la deuda pública de la que ya apunté varias veces que a menudo acaba favoreciendo redistribuciones en sentido contrario, desde los más modestos hacia aquellos que tienen los medios para prestar al Estado (y a los que sería preferible hacerles pagar los impuestos).» |62| No podemos dejar de estar de acuerdo con Piketty. Además agrega que el «capital nacional está extremadamente mal repartido, con una riqueza privada que se apoya sobre la pobreza pública, y que, especialmente, tiene como consecuencia que gastamos mucho más en intereses de la deuda que lo que invertimos, por ejemplo, en nuestra enseñanza superior. Por otro lado es una realidad bastante vieja: teniendo en cuenta el crecimiento relativamente lento que se sucede desde los años 1970-1980, estamos en un periodo histórico en el que la deuda le sale globalmente muy cara a las finanzas públicas. Y esta es la razón principal por la que es necesario reducir rápidamente esta deuda (…)». |63|

Para reducir la deuda pública, Thomas Piketty pensó en dos soluciones que posteriormente rechazó y nos propone una tercera. La primera solución era la de privatizar los activos públicos con el objetivo de reembolsar la deuda. La segunda solución consistía en anular la deuda. La tercera que propugna es la recaudación de un impuesto excepcional progresivo «de forma que los patrimonios más modestos no lo tendrían que pagar, y en cambio pedir más a los patrimonios más elevados». |64|

No nos extenderemos aquí sobre la primera solución ya que es evidente que es algo a combatir. Sabemos que fue puesta en práctica por los gobiernos actuales que prolongan la ola de privatizaciones comenzada en los años 1980-1990.

Con respecto a la segunda solución, la anulación de la deuda que Piketty rechaza, es porque, evidentemente, plantea mal el problema, ya que no piensa en los diferentes escenarios de anulación de la deuda. Sólo menciona explícitamente la fórmula aplicada a la deuda griega en marzo 2012 mediante una operación llamada de haircut, mientras existen otras propuestas.

Y tiene razón en rechazar el tipo de anulación parcial de la deuda concebida por la Troika (Comisión Europea, BCE y FMI) para Grecia. Esta anulación estuvo condicionada por medidas que constituyen violaciones de los derechos económicos, sociales, políticos y civiles del pueblo griego, y que hundieron todavía un poco más a Grecia en una espiral descendente. Se trataba de una operación que tenía por objetivo permitir que los bancos extranjeros (principalmente franceses y alemanes) se liberaran del problema con pérdidas limitadas, que los bancos griegos se recapitalizaran a costa del Tesoro Público y que la Troika reforzara en forma duradera su influencia en Grecia. La deuda pública griega representaba el 130 % del PIB en 2009, y después de la anulación parcial llegó al 157 % en 2012, pero en 2013 alcanzó un nuevo máximo: ¡el 175 % del PIB! La tasa de desempleo que era del 12,6 % en 2010 se elevó hasta el 27 % en 2013 (y al 50 % entre los menores de 25 años). Por lo tanto, Piketty tiene razón cuando rechaza ese tipo de haircut que sólo tiene por objetivo mantener con vida a la víctima para poder desangrarla mejor.

Por el contrario, se equivoca cuando no considera seriamente una anulación o suspensión del pago de la deuda decidida por el país deudor, con sus condiciones y bajo control de su ciudadanía. Es lo que hicieron en contextos diferentes Ecuador, en 2008-2009, e Islandia a partir de 2008. Ecuador, basándose en una auditoría organizada por las autoridades del país y realizada con una participación ciudadana activa entre 2007 y 2008, suspendió unilateralmente el pago de una parte de su deuda, la que estaba en forma de títulos que tenían fecha de vencimiento en 2012 y 2030, cuyos principales tenedores eran bancos extranjeros. |65| El resultado fue positivo: Ecuador pudo recomprar el 91 % de los títulos mencionados a un 35 % de su valor. Y como consecuencia, habiéndose ahorrado ese dinero que correspondía al pago de la deuda, pudo aumentar en forma notable los gastos sociales, especialmente en los ámbitos de la educación y de la sanidad pública. (En el anexo 2 se ofrece una presentación más completa de la experiencia ecuatoriana). Sin embargo, en el caso de Ecuador, no debemos tomar como modelo la experiencia que se está desarrollando, y es indispensable conservar una mirada crítica sobre ella. No obstante, la experiencia ecuatoriana en auditoría y suspensión unilateral del reembolso de la deuda demuestra que es perfectamente posible para un país plantear un acto unilateral fundamentado con argumentos sólidos y, en consecuencia, tener la posibilidad de mejorar los gastos públicos en ámbitos como educación y sanidad.

Por su parte, Islandia rechazó en forma unilateral, a partir de 2008, asumir las deudas de los bancos privados que habían quebrado por su exposición en el exterior. Esto se hizo en un clima de fuertes movilizaciones ciudadanas que presionaron al gobierno islandés para que no cediera ante las exigencias de los acreedores extranjeros, en particular del Reino Unido y de los Países Bajos.

Y, ¿qué pasó luego en Islandia? Debido al desplome del sistema bancario en 2008, Islandia se negó a indemnizar a los ciudadanos de los Países Bajos y del Reino Unido que habían colocado fondos en las filiales de bancos islandeses, que acababan de quebrar, por un total de 3.900 millones de euros. Fueron las mismas autoridades británicas y holandesas las que indemnizaron a sus ciudadanos y exigieron el reembolso de esas indemnizaciones a Islandia. Bajo la presión popular (manifestaciones, ocupaciones de plazas, referéndum), las autoridades de Reykiavik rechazaron esa demanda. Y eso tuvo como consecuencia la inscripción de Islandia en la lista de organizaciones terroristas, la congelación de los haberes islandeses en el Reino Unido y la presentación de una denuncia de Londres y La Haya contra Reykiavik ante el Tribunal de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELE). |66| Por otro lado, Islandia bloqueó totalmente la salida de capitales del país. Finalmente, ha salido del conflicto mucho mejor que otros países europeos que aceptaron las exigencias de los acreedores… Por supuesto, hay que evitar hacer de Islandia un modelo pero podemos sacar enseñanzas de su experiencia.

Los casos de Ecuador y de Islandia constituyen dos ejemplos recientes que deben estudiarse seriamente ya que demuestran que al lado del haircut a la griega, existen otras soluciones para la anulación de una deuda. |67| Estos dos ejemplos muestran que desobedecer a los acreedores no es una catástrofe y de ninguna manera acarrea el desmoronamiento del país.

Pero volvamos a la posición defendida por Thomas Piketty. Éste está convencido de que una anulación no afectará significativamente a los acreedores más ricos ya que lograrán «reestructurar a tiempo su cartera» y por lo tanto «nada garantiza que aquellos que efectivamente contribuirán serán los que deban hacerlo».[P. 888.]] Esta afirmación todavía no ha sido demostrada. Piketty no nos ofrece ninguna prueba basada en ejemplos concretos o en datos estadísticos. Sin embargo, la historia muestra que cuando un país da a entender que podría suspender el pago de su deuda o cuando suspende efectivamente ese pago, el precio de los títulos de la deuda se desploma y es muy difícil para los grandes tenedores de títulos librarse de ellos a buen precio. |68| Eso es lo que pasó en Ecuador entre 2007 y 2009, y todos los que siguen de cerca lo que pasa en los mercados de deuda saben que es prácticamente imposible deshacerse de un gran paquete de títulos sin afrontar pérdidas importantes en caso de suspensión o anulación unilateral de las deudas. Por otra parte, se puede imaginar muy bien que un país decrete la anulación o una suspensión unilateral del pago y tome medidas para indemnizar a los pequeños inversores y proteger el ahorro de los más modestos. Es posible obligar a contribuir a los que deben hacerlo y proteger a los que lo merecen.

Tratemos ahora la propuesta que hace Piketty para reducir el peso de la deuda. Después de haber pensado sobre la posibilidad de «un impuesto proporcional del 15 % sobre todos los patrimonios privados» |69|, rechaza esa propuesta porque «no tendría mucho sentido aplicar un impuesto proporcional |70| sobre todos los patrimonios privados europeos» |71|. Piketty sostiene que «vale más aplicar un baremo progresivo, de manera que los patrimonios más modestos no paguen y que los patrimonio más ricos paguen más» |72|.

Thomas Piketty se pronuncia por una reducción parcial de la deuda del orden del 20 % del PIB. Para alcanzar ese objetivo, propone un impuesto excepcional progresivo: «0 % hasta 1 millón de euros, 10 % entre 1 y 5 millones de euros, y 20 % para los mayores de 5 millones de euros» |73|, aunque indica que podrían aplicarse otros baremos.

Debemos lamentar que Piketty no aborde en esta obra la cuestión de la legitimidad de la deuda pública. No podemos dejar de asombrarnos por este hecho, ya que, a lo largo de su libro, demuestra perfectamente que la política fiscal regresiva favorece la acumulación de la deuda pública. Además, como declara varias veces en su obra, los pagadores de la deuda son mayoritariamente los de abajo, de acuerdo a su participación en los impuestos, mientras que los de arriba prestan al Estado por ser una inversión segura. Tampoco propone que la ciudadanía de manera organizada audite la deuda aunque debe saber que desde 2011, en Francia (y en otros países de Europa), se están desarrollando iniciativas de auditoría ciudadana con un cierto dinamismo |74|.

La proposición del CADTM sobre la deuda pública

Con el fin de contribuir al necesario debate sobre las soluciones, el CADTM propone que la parte de la deuda pública identificada como ilegítima, cuando no ilegal, no se pague, y eso implica su repudio.

El CADTM completa la propuesta con las siguientes disposiciones:

1. Los pequeños tenedores de títulos de deuda pública serán íntegramente reembolsados.
2. Hace suya la siguiente proposición, que completa la precedente: «Cuando se trate de una anulación de deuda pública, será conveniente proteger a los pequeños inversores que han colocado sus ahorros en títulos públicos, así como a los asalariados y jubilados, a los que una parte de sus cotizaciones sociales (jubilación, desempleo, enfermedad, familia) fue invertida por las instituciones u organismos que las gestionan en este tipo de títulos» |75|.
3. La parte de la deuda pública que no sea identificada como ilegítima deberá ser reducida haciendo contribuir a quienes se han beneficiado de la misma. Una de las opciones para hacerles contribuir al coste de la operación consiste en aplicar un impuesto excepcional progresivo sobre el decil más rico. La recaudación de este impuesto servirá para reembolsar anticipadamente una parte de la deuda no considerada como ilegítima.

Se puede pensar en otras fórmulas. El CADTM está completamente abierto a la discusión.

El procedimiento para identificar la parte ilegítima de la deuda pública que se ha de repudiar o anular se basará en un proceso amplio de auditoría ciudadana de la deuda, que ha de conducir a movilizaciones y desembocar en una decisión de repudio de la deuda por parte de las autoridades públicas. El CADTM avanza sus propuestas participando activamente en diferentes procesos de auditoría ciudadana de la deuda. Será gracias a un debate democrático relacionado con el proceso de la auditoría como se podrá ajustar unas propuestas mayoritarias y será gracias a las movilizaciones que se podrá lograr que sean aplicadas por las autoridades competentes.

La auditoría ciudadana también debe permitir la determinación de las diferentes responsabilidades en el proceso de endeudamiento y exigir que los responsables, tanto nacionales como internacionales, rindan cuentas ante la justicia. Si la auditoría demuestra la existencia de delitos relacionados con el endeudamiento ilegítimo, sus autores (personas físicas o morales) deberán ser severamente condenados a pagar reparaciones, ser privados del ejercicio de una profesión relacionada con el crédito (a los bancos culpables se les podría retirar la licencia bancaria), y no podrán eludir las penas de prisión en función de la gravedad de sus actos. Hay que pedir cuentas judicialmente a las autoridades que hayan lanzado empréstitos ilegítimos.

Asimismo, es necesario adoptar un marco legar a fin de evitar la repetición de crisis del tipo de la iniciada en los años 2007-2008: prohibición de socializar una deuda privada, obligación de organizar una auditoría permanente de la política de endeudamiento público con participación ciudadana, imprescriptibilidad de los delitos relativos al endeudamiento ilegítimo, nulidad de las deudas ilegítimas |76|, adopción de una regla de oro consistente en que el gasto público que permite garantizar los derechos fundamentales no se puede recortar y tiene prioridad sobre el gasto relacionado con el servicio de la deuda.

Un Estado debe poder endeudarse con fin de mejorar las condiciones de vida de la población, por ejemplo, mediante la realización de obras de utilidad pública o la inversión en energías renovables. Algunas de estas obras pueden ser financiadas por el presupuesto corriente, gracias a una opción política atinada, pero el empréstito público puede hacer posible otras obras, de mayor envergadura, como, por ejemplo, pasar del «todo automóvil» a un desarrollo masivo del transporte colectivo; cerrar definitivamente las centrales nucleares y sustituirlas por fuentes de energía renovable; construir o recuperar las vías férreas de proximidad en todo el territorio urbano y semiurbano; incluso renovar, rehabilitar o construir inmuebles públicos y de alojamiento social, reduciendo su consumo de energía y sumándoles servicios de calidad.

El CADTM considera que es conveniente definir una política transparente de deuda pública. Su propuesta es la siguiente:

1. El destino del empréstito público debe garantizar una mejora de las condiciones de vida, rompiendo con la lógica de destrucción ambiental.
2. El recurso al empréstito público debe contribuir a una voluntad redistributiva a fin de reducir las desigualdades.

De acuerdo a esta propuesta, el CADTM propone que las instituciones financieras, las grandes empresas privadas y los hogares ricos sean obligados por vía legal a comprar, por una suma proporcional a su patrimonio y a sus ingresos, obligaciones de Estado sin interés y no indexadas con la inflación; el resto de la población podrá comprar voluntariamente obligaciones públicas que garanticen un rendimiento real positivo (por ejemplo, el 3 %) superior a la inflación. Así, si la inflación anual se eleva al 3 %, la tasa de interés pagada por el Estado por el año correspondiente será del 6 %.

Una medida de discriminación positiva como ésta (comparable a las adoptadas para luchar contra la opresión racial en Estados Unidos, las castas en la India o las desigualdades hombre-mujer) permitirá avanzar hacia una mayor justicia fiscal y hacia una distribución menos desigual de la riqueza.

El CADTM considera asimismo que los Bancos Centrales nacionales y el BCE (en el caso de los países de la eurozona) deben financiar el presupuesto del Estado con un tipo de interés tendente a cero.
A propósito de la proposición central de Thomas Piketty: un impuesto mundial progresivo sobre el capital

Piketty se inclina por «una actualización adecuada del programa socialdemócrata y fiscal del siglo pasado». Según él, hay que defender y mejorar tanto el Estado social como el impuesto progresivo sobre la renta. También se debe innovar «instaurando un impuesto mundial y progresivo sobre el capital, acompañado de una transparencia financiera muy grande». Esta «medida permitiría evitar una espiral de desigualdad sin fin y regular eficazmente la inquietante dinámica de la concentración mundial de los patrimonios.» |77|

Piketty no se hace ilusiones sobre una rápida aplicación de su propuesta: «El impuesto mundial sobre el capital es una utopía: uno no se imagina, a corto plazo, al conjunto de las naciones del mundo ponerse de acuerdo sobre su instauración, establecer un baremo de imposición sobre todas las fortunas del planeta, y después repartir armoniosamente la recaudación entre los países. Pero es una utopía útil…».

«A mi entender», precisa Piketty, «el objetivo debe ser un impuesto anual y progresivo recaudado sobre el capital |78| a escala individual, esto es, sobre el valor neto de los activos que cada uno controla» |79|. Propone tres variantes de este impuesto progresivo sobre el capital privado.

1ª variante: una tasa de 0 % por debajo de un millón de euros; de 1 % entre 1 y 5 millones de euros; de 2 % más allá de los 5 millones de euros.
2ª variante: sumar hacia arriba, 5 % o 10 % más allá de 1.000 millones de euros.
3ª variante: sumar hacia abajo, 0,1 % por debajo de 200.000 euros y 0,5 % entre 200.000 y 1 millón de euros

Este impuesto es complementario a lo ya existente, pero puede servir para reducir impuestos actuales (o para reducir la deuda, nota 1, p. 840). Constituiría un complemento relativamente modesto de los ingresos actuales de los Estados. Este impuesto, aunque muy bajo, permitiría a las autoridades conocer el patrimonio de los habitantes de sus territorios.

Piketty añade: «Actualmente, las organizaciones internacionales que tienen la tarea de regular y supervisar el sistema financiero mundial, comenzando por el Fondo Monetario Internacional, no tienen más que un conocimiento extremadamente aproximado del reparto mundial de los activos financieros y, en particular, de la importancia de los activos guardados en los paraísos fiscales.» |80| Entonces, «el impuesto sobre el capital sería una especie de catastro financiero del mundo, que actualmente no existe» |81|.

Es necesario apoyar la propuesta de un impuesto progresivo sobre el patrimonio privado o el capital, retomando la expresión empleada por Piketty. Pero no se puede estar de acuerdo con él cuando pretende que hay que dar prioridad absoluta a este objetivo. Se necesita un verdadero programa de medidas complementarias. El impuesto progresivo sobre el capital, así como la anulación de la deuda ilegítima y la reducción radical de la parte de la deuda pública que no se haya identificado como ilegítima, deben formar parte de un amplio programa cuya realización permitirá iniciar una transición hacia un modelo postcapitalista y postproductivista. Un programa como éste, que debería tener una dimensión mundial y europea, comenzando por ponerse en marcha en uno o varios países, comprendería, en particular, el abandono de las políticas de austeridad, la reducción generalizada de la jornada laboral, con contratos compensatorios y mantenimiento del salario, la socialización del sector bancario, una reforma fiscal general, medidas para asegurar la igualdad hombre-mujer y la aplicación de una política determinada de transición ecológica |82|.

Piketty tiene la ilusión de que puede convencer de la necesidad de dar prioridad absoluta a su propuesta, mientras que lo que puede ser realmente eficaz y aglutinante es definir una plataforma común de un máximo de fuerzas favorables a un cambio democrático radical a favor de la justicia social.

Por otra parte, como se afirma en el texto «Anular la deuda o gravar al capital: ¿Por qué elegir?»: «La crítica fundamental que se le puede hacer a Thomas Piketty es que piensa que su solución puede funcionar aunque se mantenga el sistema actual. Propone un impuesto progresivo sobre el capital para redistribuir las riquezas y salvaguardar la democracia, pero no se cuestiona las condiciones en las que estas riquezas se originan ni las consecuencias que resultan de ese proceso. Su respuesta sólo remedia uno de los efectos del funcionamiento del sistema económico actual, sin atacar la verdadera causa del problema. En primer lugar, admitamos que logramos, mediante un combate colectivo, una imposición al capital, sin embargo la recaudación generada por este impuesto corre el riesgo de ser succionada por el reembolso de deudas ilegítimas, si no actuamos para que se anulen. Pero sobre todo no nos puede satisfacer un reparto más equitativo de las riquezas, si éstas son producidas por un sistema depredador que no respeta ni las personas ni los bienes comunes, y acelera la destrucción de los ecosistemas.

El capital no es un simple «factor de producción» que «juega un papel útil» y por lo tanto, merece «naturalmente» un rendimiento del 5 %, como dice Piketty, es también, y principalmente, una relación social que se caracteriza por la influencia de los que poseen sobre el destino de las sociedades. El sistema capitalista en tanto que modo de producción está en el origen no sólo de las desigualdades sociales, cada vez más insostenibles, sino también del peligro que corre nuestro ecosistema, del saqueo de los bienes comunes, de las relaciones de dominación y de explotación, de la alienación en los mercados, de la lógica de acumulación que reduce nuestra humanidad a mujeres y hombres incapaces de transformar sus pulsiones, obsesionados por la posesión de bienes materiales y despreocupados por lo inmaterial, que, sin embargo, es la base de nuestra vida.» |83|

A la vez, una de las características y una de las debilidades de la propuesta de Piketty es que no llama a la movilización social para obtener un cambio de las políticas en curso. Es verdad que es consciente de que la acción de los de abajo desempeñó un papel en las orientaciones tomadas después de la primera guerra mundial, que denuncia la represión que sufrieron los mineros de Marikana en Sudáfrica, en agosto de 2012, pero del centenar de páginas que dedica al final para presentar unas propuestas y reflexionar sobre las soluciones que se deben aportar a los problemas centrales, ninguna de ellas está dedicada a la acción de los ciudadanos organizados, no hace ninguna alusión al movimiento de los Indignados, aunque haya mencionado al movimiento Occupy Wall Street en la parte que precede a sus propuestas. A lo sumo, podemos tener la esperanza de que la divulgación de trabajos como los suyos contribuirá a la concienciación que podrá inducir los cambios. Es una debilidad importante en la trayectoria de Piketty.

¿Hay que asombrarse entonces de que proponga la creación, al lado del Parlamento Europeo, de un «Parlamento presupuestario de la eurozona» |84|? Considera que «este parlamento podría contar con unos cincuenta miembros de cada uno de los grandes países de la zona, a prorrata de la población. Los miembros podrían provenir de las comisiones de finanzas y de asuntos sociales de los parlamentos nacionales, o elegidos de otra forma» |85|. Más adelante, no ve con malos ojos la proposición de «la elección por sufragio universal de un presidente de la Unión Europea, propuesta que lógicamente debería ir acompañada de una extensión de sus poderes» |86|. Piketty sigue la vía de reformas que no cuestionan los tratados ni la arquitectura europea, donde el predominio de los intereses del gran capital es inamovible. Pues bien, es indispensable un cambio fundamental, que pasa por la abrogación de los tratados y la apertura de un proceso constituyente, en el que la ciudadanía, unida en la acción, exija sus reivindicaciones.

En conclusión, el trabajo de Thomas Piketty tiene un gran valor por su recolección de datos sobre las desigualdades durante los últimos dos siglos, y ofrece una límpida descripción de su evolución. Su libro constituye un instrumento muy útil y alimenta el debate sobre las alternativas.

Anexo 1. El Capital en el siglo xxi. Precisión en la investigación y confusión teórica.

Así como Thomas Piketty es preciso en la recogida de datos y su obra es útil con su análisis del reparto desigual del patrimonio y de los ingresos, algunas definiciones son netamente confusas y discutibles. Por ejemplo, la definición de capital que propone: |87| En todas las civilizaciones, el capital cumple dos grandes funciones económicas: por una parte, para alojarse (es decir, para producir «servicios de alojamiento», cuyo valor se mide por el valor locativo de la habitación; es el valor del bienestar aportado por el hecho de dormir y vivir bajo un techo y no a la intemperie) y por otra parte como factor de producción de otros bienes y servicios…». Prosigue: Históricamente, las primeras formas de acumulación capitalista parecen concernir a la vez a los útiles (sílex, etc.) y a los acondicionamientos agrícolas (cercado, riego, drenaje, etc.), así como a los rudimentos de habitación (cavernas, tiendas, cabañas, etc.), antes de pasar a unas formas cada vez más sofisticadas de capital industrial y profesional y de locales de habitación cada vez más elaborados. Henos aquí sumergidos por Thomas Piketty en una historia de la humanidad donde el capital está presente desde sus orígenes.

Esta importante confusión continúa en los análisis que hace en su libro Le capitalisme au xxie siècle. Para Piketty, un apartamento de un valor de 80.000 euros o un depósito de 2.000 euros en una cuenta postal |88| constituye un capital tanto como una fábrica o un edificio comercial de 125 millones de euros. Evidentemente, en la vida cotidiana, el señor y la señora de la calle consideran que tienen un capital en forma de un departamento que vale 80.000 euros, al que se suma un seguro de vida de 10.000 euros y tal vez 2.000 euros en una cuenta de ahorro postal, y seguramente estarán plenamente de acuerdo con la definición dada por Piketty, los manuales tradicionales de economía y su banquero. Pero se equivocan, pues el capital en la sociedad capitalista no se reduce a esto. El capital es otra cosa diferente de lo que muestran las apariencias, es una relación social que permite a una minoría de la sociedad, el uno por ciento más rico, si se quiere dar una cifra, enriquecerse apropiándose del trabajo de los otros.

Así, cuando Thomas Piketty habla de un impuesto progresivo sobre el capital, considera todos los patrimonios privados, ya sean los 1.000 euros de una cuenta bancaria o la fortuna de Lakshmi Mittal o Liliane Bettencourt.

La confusión prosigue cuando se trata de la renta: la renta del alquiler de un departamento de 80.000 euros es considerada por Piketty una renta del capital, así como la renta que obtiene Liliane Bettencourt de su participación en la firma L’Oréal.

Igualmente, la ganancia que consigue un jubilado de su cuenta en el banco (si tiene 10.000 euros con un 2 % en el 2014, lo que le proporciona 200 euros al año) es considerada una renta del capital por pequeña que sea.
Si pasamos a los salarios, Thomas Piketty considera que todas las ganancias declaradas como salarios son salarios, tanto sea el de un presidente-director general de un banco que percibe un salario de 3 millones de euros al año, como para un empleado bancario que gana 30.000 euros anuales.

Por lo tanto, es pertinente cuestionar el sentido que Piketty da a términos como «capital» o «trabajo» y definir de otro modo lo que se entiende por rentas del capital y rentas del trabajo,
Por ejemplo, el beneficio que se obtiene del alquiler de un bien, de un depósito bancario o de acciones de una empresa no se tendría que considerar un ingreso del capital más que a partir de cierto monto. Asimismo, el patrimonio inferior a cierto monto no se debería considerar un capital.

Y por otra parte, si se quiere entender cómo el uno por ciento acumula capital, hay que ir más allá de reflexiones tales como «a partir del momento en que el capital desempeña un papel útil en el proceso de producción, es natural que obtenga un rendimiento» |89|.

La confusión mantenida por Thomas Piketty, sin duda, hay que relacionarla con sus convicciones:

«No me interesa denunciar las desigualdades o el capitalismo como tal, (…) las desigualdades sociales no constituyen en sí un problema, por poco que sean justificadas, es decir, fundadas en la utilidad común…» |90|

Mi crítica de las observaciones de Thomas Piketty no resta nada al interés del panorama monumental que presenta de la evolución de las desigualdades en materia de patrimonio o de rentas en el curso de los últimos siglos…

Anexo 2. El pueblo ecuatoriano contra la deuda pública ilegítima

A partir de finales de los años 1990, una serie de movimientos sociales ecuatorianos, en particular Jubileo 2000 Guayaquil (la ciudad comercial más importante y el mayor puerto de Ecuador), comenzaron una campaña contra la deuda injusta reclamada al país. Las posiciones de estos movimientos sociales eran al principio bastante moderadas y confusas. Por ejemplo, asistieron a una reunión del Club de París en 1998 pensando que podrían negociar una reestructuración de la deuda ecuatoriana y obtener su reducción. Al cabo de dos años, se dieron cuenta de que el Club de París no tenía ninguna voluntad de negociar y que sólo aceptaban discutir problemas de relaciones públicas. En 2001-2002, el CADTM Internacional y el Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES) iniciaron una campaña sobre el tema particular de la deuda de Ecuador contraída por la compra a Noruega de buques pesqueros.

Ambos grupos elaboraron un dossier que demostraba que esta deuda con Noruega era ilegítima porque este país no había vendido esas naves para servir a los intereses ecuatorianos sino para responder a la crisis de un sector importante de las exportaciones noruegas, en este caso, los astilleros. Noruega buscaba países dispuestos a comprar barcos pesqueros, pero los que vendió a Ecuador casi nunca se emplearon para la pesca, sino para transportar bananas, en beneficio de una de las grandes fortunas del país. Este ejemplo concreto ilustra cómo comenzó una campaña contra la deuda poniendo la mira en una deuda particular e introduciendo la noción de deuda ilegítima. Se logró una alianza con la organización noruega SLUG y la introducción del tema la auditoría para poner en claro lo que se reclamaba a Ecuador. La campaña se desarrolló en un marco de grandes movilizaciones sociales a finales de los años 1990 y principios de los años 2000, con numerosos movimientos populares muy importantes, que echaron a dos presidentes neoliberales, uno en el año 2000 y el otro en 2005.

Ya había habido importantes movilizaciones en los años 1990, pero en el año 2000 el presidente liberal fue desalojado por la movilización popular. El nuevo presidente electo, Lucio Gutiérrez, había realizado su compaña con un programa anti-FMI, con un programa de izquierda y anti Estados Unidos. Pero, una vez electo, cambió completamente su discurso, y dijo: «Yo soy el mejor amigo de Estados Unidos, Chávez es nuestro enemigo». Esto causó descontento, frustración y una nueva sublevación popular en el año 2005. Gutiérrez huyó del palacio presidencial en helicóptero antes de que asumiera el gobierno de transición, en el cual Rafael Correa, que en el año 2006 sería electo presidente, desempeñaba el cargo de ministro de Finanzas, en un contexto en el que el precio del petróleo era bastante elevado. El tema de la deuda era importante, porque los movimientos sociales estaban realizando una campaña contra la deuda desde hacía 7 u 8 años. En su condición de ministro de Finanzas, Rafael Correa tomó la iniciativa de destinar todos los suplementos de los ingresos originados por el alza del precio del crudo a gastos sociales en educación y sanidad.

No era cuestión de que los ingresos suplementarios generados por el petróleo fueran absorbidos por el reembolso de la deuda. Siendo ésta ilegítima, es la población la que debe beneficiarse de los recursos de la exportación y de la recaudación fiscal que se genera. El Banco Mundial y el FMI reaccionaron con dureza y rechazaron la idea de que el dinero proveniente de los ingresos del petróleo fuera a gastos sociales. El BM amenazó con suspender los préstamos a Ecuador si se aplicaba tal medida. Correa se negó a plegarse al diktat del BM y defendió su posición en el gobierno. Prefirió dimitir antes que retirar el decreto que defendía los intereses del país y fue así como se encontró en la oposición. Sin embargo, el presidente interino que reemplazó a Gutiérrez organizó una comisión de auditoría, aunque con unas atribuciones muy restringidas. Pese a todo, ésta realizó un interesante trabajo de estudio de la deuda ecuatoriana, que contribuyó a popularizar aún más la cuestión de la deuda. En las elecciones presidenciales del año 2006, Correa se presentó proponiendo:

1. La necesidad de modificar radicalmente la Constitución del país con una democratización política fundamental;
2. la necesidad de poner fin a la deuda ilegítima. Su mensaje era el siguiente: «Elegidme como presidente y me comprometo a tomar medidas para que el país cese de pagar una deuda ilegítima.» También proclamó que si era elegido presidente, pondría fin a la base militar naval puesta a disposición del ejército estadounidense por Ecuador. Se trataba de que Ecuador recuperara su soberanía y su dignidad. Así mismo pondría fin a las negociaciones con Estados Unidos concernientes a un tratado de libre comercio. Los grandes temas de su campaña eran: democratización política, cambio constitucional, anulación de la deuda ilegítima, recuperación de la soberanía poniendo fin a la presencia del ejército estadounidense en su territorio y cese de las negociaciones de un tratado de libre comercio con Estados Unidos.

La auditoría de la deuda en 2007-2008 y sus consecuencias positivas

Electo en diciembre de 2006, entabló una batalla en febrero-marzo de 2007 por un referéndum sobre una nueva Constitución, referéndum que ganó a pesar de que toda la oposición y los grandes media estaban contra él. La etapa siguiente era el pago de la deuda… a partir de mayo de 2007. La primera iniciativa de Correa fue expulsar al representante permanente del Banco Mundial en Ecuador. El mensaje era claro: El BM no había respetado la soberanía de Ecuador en 2005, lo que había causado la dimisión de Correa. El BM se inmiscuye en las cuestiones del país, ¡Fuera, BM, váyase! En julio de 2007, por un decreto presidencial, Rafael Correa instituyó una comisión de auditoría.

Por el lado ecuatoriano, había, por una parte, representantes de la sociedad civil «de base», es decir, movimientos sociales, y por otra, cuatro cuerpos del Estado: el Tribunal de Cuentas, la comisión anticorrupción, el ministerio de Finanzas y de Economía, y el ministerio de Justicia. A este grupo se agregaron seis representantes extranjeros expertos en la materia. Con ese motivo, formé parte de la comisión, cuyo mandato era analizar la deuda pública interna y externa entre los años 1976 y 2006. Teníamos el poder de obtener toda la información necesaria para nuestro trabajo de auditoría a fin de presentar un informe sobre las deudas ilegítimas y hacer recomendaciones al Gobierno y al Estado.

Después de 14 meses de trabajo, remitimos nuestras conclusiones y recomendaciones al Gobierno. Durante esos 14 meses nos reunimos en tres oportunidades con el presidente Correa y su gobierno, que a continuación estudiaron nuestras conclusiones y recomendaciones durante un mes y medio. En noviembre de 2008, se anunció la suspensión unilateral del reembolso de dos tercios de la deuda comercial, es decir, la deuda en forma de títulos vendidos en los mercados financieros con vencimiento en 2012 y en 2030. Durante seis meses, Ecuador dejó a los mercados financieros sin información, manteniéndolos en una incertidumbre completa. La decisión se había tomado sin publicación previa. Ecuador encomendó al banco Lazard, un conocido banco internacional, recomprar los títulos en el mercado secundario de la deuda por cuenta del Estado, pero sin revelarlo oficialmente.

Esto permitió a Ecuador recomprar una buena parte de los títulos y a continuación hacer una oferta a los tenedores de los títulos restantes, aquellos que no se habían vendido aún al banco Lazard. El gobierno propuso la recompra de los títulos a un 35 % de su valor nominal, aunque ya había comprado una parte al 20 % de su valor. La oferta se hizo en abril de 2009 y en junio de ese mismo año Ecuador anunció públicamente que había recomprado el 91 % de los títulos. La oferta concluía y el 9 % restante de los títulos quedaba fuera. Los tenedores de títulos habían tenido tiempo suficiente para venderlos al Estado. Para concluir, la operación costó unos 900 millones de dólares que el gobierno utilizó para rescatar títulos por valor de 3.200 millones de dólares. El ahorro total, teniendo en cuenta la recompra de los títulos a precio reducido y los intereses que ya no habría que pagar hasta el año 2030, fue de 7.000 millones de dólares.

Este dinero se utilizó para aumentar radicalmente el gasto público, en particular en la salud pública, en educación y en infraestructuras. Si se mira el presupuesto ecuatoriano, se ve que a partir de los años 2009-2010, las sumas destinadas al servicio de la deuda se reducen radicalmente y que el gasto social útil aumenta de una forma extremadamente importante, permitiendo una mejora de las condiciones de vida de la población. Esto explica por otra parte por qué Correa fue reelegido en el año 2009 en el marco de la nueva Constitución. Su mandato terminó a principios de 2013, se presentó nuevamente a las elecciones y fue reelecto con el 57 % de los votos, es decir, tuvo más votos para su tercer mandato que para los dos anteriores.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de esto? Correa ganó las elecciones de 2006 esencialmente porque entabló la batalla contra el BM y el problema de la deuda ilegítima. Era uno de los principales temas de su campaña y fue sobre esta base que ganó un apoyo popular muy significativo. La primera lección es la siguiente: una organización o un candidato o un frente de organizaciones, como por ejemplo el frente popular que estaba en la oposición, puede convencer y conseguir el apoyo de una parte importante de la opinión pública para llegar al gobierno con el objetivo de tomar medidas tendientes a poner fin al pago de una deuda ilegítima. Y esto es posible si hay también un trabajo de base realizado durante años por los movimientos sociales. Los discursos sobre la deuda son extremadamente importantes para llegar a la opinión pública y demostrar que existen alternativas a las políticas existentes.

Traducido por Griselda Pinero y Raúl Quiroz

Notas

|1| Thomas Piketty, Le capital au XXie siècle, Le Seuil, París, 2013 (970 pp.) Varios comentarios interesantes ya han sido publicados sobre este importante libro. Por lo tanto, en este artículo no vuelvo a tratar una serie de temas que ya fueron abordados y de entrada he comenzado por las enseñanzas prácticas. Entre los comentarios ya publicados: 1. Véase la revista Les Possibles de ATTAC Francia: «Réflexions sur « Le capital au XXIe siècle » de Thomas Piketty» par François Chesnais http://cadtm.org/Reflexions-sur-Le-capital-au-XXIe (et «Éléments de réponses à François Chesnais» par Thomas Piketty http://cadtm.org/Elements-de-reponses-a-Francois ); 2. Véase también Jean-Paul Petit en la revista Inprecor: http://gesd.free.fr/jppetit.pdf; 3. Véase Robert Boyer: http://gesd.free.fr/boyerpik.pdf ; 4. Véase Michel Husson, http://hussonet.free.fr/piketcap.pdf

|2| http://piketty.pse.ens.fr/fr/capital21c

|3| El patrimonio, en forma sencilla, es el conjunto de bienes inmobiliarios y mobiliarios privados netos (sin deudas). Thomas Piketty considera que actualmente el patrimonio total de un país (patrimonio privado + patrimonio público) como Francia, Estados Unidos o Bélgica corresponde en la práctica al patrimonio privado libre de deuda puesto que el patrimonio público libre de deuda es aproximadamente cero, ya que la deuda pública representa cerca del 100 % del PIB. No entro en más detalles. Para un enfoque más argumentado véase Piketty

|4| Pp. 542 a 555.

|5| A lo largo de este artículo, el término «patrimonio» corresponde a lo que Piketty considera para realizar sus cálculos (véase más arriba). No contiene otros elementos de patrimonio que constituyen una riqueza inestimable y que son vitales para la supervivencia de la humanidad y de la naturaleza. Para una discusión sobre la riqueza y el valor, que se sale del marco de este artículo, véase el Libro de Jean-Marie Harribey La richesse, la valeur et l’inestimable, Les liens qui libèrent, París, 2013.

|6| Tabla proveniente de la tabla 7.2 p.391.

|7| http://fr.wikipedia.org/wiki/Liliane_Bettencourt

|8| P. 109.

|9| Es decir el equivalente al 120 % del PIB de la Unión Europea

|10| P. 741.

|11| Nota bene: Las propuestas que se formulan en este artículo son de la responsabilidad del autor y no compromete en nada a Thomas Piketty. Cuando el autor resume una propuesta de Thomas Piketty, se hace explícita mención de ello.

|12| Thomas Piketty escribe: Consideremos, por ejemplo, el caso de un impuesto sobre las fortunas que sería aplicado con un tipo del 0 % para los patrimonios inferiores a 1 millón de euros, del 1 % para los que van de 1 a 5 millones de euros, y del 2 % para aquellos superiores a 5 millones de euros. Aplicado al conjunto de los países de la Unión Europea, ese impuesto afectaría a cerca del 2,5 % de l población y suministraría cada año el equivalente al 2 % del PIB europeo.» (p. 860. Señalemos que la puesta en marcha de esta propuesta, que incluso es muy moderada, ¡nos daría el equivalente a dos veces el presupuesto actual de la UE!

|13| P. 692.

|14| Esto es, cerca de 4,5 millones de adultos.

|15| P. 698.

|16| P. 700.

|17| Tabla elaborada por el autor a partir de los datos de la Tabla 7.1, p. 390.

|18| Tabla elaborada por el autor a partir de los datos de la Tabla 7.3, p. 392.

|19| P. 544.

|20| « ¿Qué es el tercer estado? Todo. ¿Qué ha sido hasta ahora en el orden político? Nada ¿Qué es lo que pide? Ser algo»

|21| El gráfico presenta una evolución por décadas y he tratado de poner en evidencia esa evolución lo más claramente posible. Si el gráfico hubiera indicado la evolución año a año, seguramente habríamos constatado una subida de la porción de los más ricos hacia fines de los años 1920.

|22| P. 76.

|23| Por mi parte, analicé en forma sintética el cambio operado a fines de los años 1970, comienzos de los años 1980 en el ámbito internacional especialmente en Éric Toussaint «La gran transformación desde los años ochenta hasta la crisis actual, tanto en el Sur como en el Norte», http://cadtm.org/La-gran-transformacion-desde-los-, publicado el 7 de septiembre de 2009, y en el libro Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria Editorial, Barcelona, 2010

|24| El patrimonio nacional (o el capital nacional como Thomas Piketty también lo llama, cuestión que siembra confusión: véase anexo 1, Le Capital au XXIe siècle: Precisión en la investigación y confusión teórica) es la «suma de los activos no financieros (vivienda, terrenos, fondos de comercio, edificios, máquinas, equipamientos, patentes y otros activos profesionales poseídos de forma directa) y de los activos financieros (cuentas bancarias, planes de ahorro, obligaciones, acciones y otras participaciones en sociedades, inversiones financieras de cualquier tipo, contratos de seguros de vida, fondos de pensión, etc.), disminuidos por los pasivos (o sea, por todas las deudas). Si nos limitamos a los activos y pasivos que poseen los individuos privados, entonces tendremos el patrimonio privado o capital privado. Si se considera los activos y pasivos que posee el Estado y las administraciones públicas (comunidades locales, administraciones de la seguridad social, etc.) se obtiene el patrimonio público o capital público.» p. 86.

|25| Piketty explica cómo calcula la renta nacional: se resta del producto interior bruto (PIB) la depreciación anual del capital, a esta cantidad se le suma los ingresos netos percibidos del exterior (o se restan los pagos netos efectuados hacia el exterior si éstos exceden los ingresos). Véase pp. 78-79

|26| Thomas Piketty precisa, por otra parte, que si, en el cálculo del patrimonio, se tomaran en cuenta los pasivos y los activos financieros, el patrimonio aumentado de esa forma representaría entre 10 y 15 veces la renta nacional, 20 veces en el caso del Reino Unido. Asimismo, nos recuerda que desde el siglo xix hasta el comienzo de los años 1970 el patrimonio correspondía a entre 4 y 5 años de la renta nacional. Si se toman en cuenta los derivados, se llegaría a cantidades mucho más elevadas (pp. 305-306)

|27| P. 273.

|28| Pp. 218-219.

|29| P. 219.

|30| Pp. 273-274.

|31| Pp. 456-457.

|32| Pp. 458-459.

|33| P. 489.

|34| Pp. 469-470.

|35| Pp. 501-503.

|36| Pp. 506-507.

|37| Pp. 517-519.

|38| Pp. 805-806.

|39| Pp. 811-815.

|40| P. 707.

|41| P.820.

|42| P. 819.

|43| Pp. 824-826.

|44| P. 831.

|45| P. 832.

|46| Nota 3, p.834.

|47| Esto no compromete a Thomas Piketty.

|48| Thomas Piketty, Le capital au XXIe siècle, Le Seuil, París, 2013 (970 pp.), p. 185.

|49| «El origen de los asignados remonta al mes de diciembre de 1789 cuando fue creada la Caja de lo Extraordinario (Caisse de l’Extraordinaire). Esta caja debería recibir el producto de la venta de los bienes confiscados al clero. Los asignados eran solo simples adelantos sobre la venta de los bienes nacionales. Estos asignados remuneraban un interés. Pero las cosas evolucionaron rápidamente. En septiembre de 1790, los asignados dejaron de conllevar un interés y se reciben «como dinero en efectivo en todos los fondos públicos y particulares». El monto de las emisiones aumenta aceleradamente hasta 1796. Frente a esta proliferación de papel moneda, la garantía de los dominios nacionales a los que se continúa haciendo referencia deviene ilusoria y el valor de los asignados se desploma.» Fuente: http://sceco.univ-poitiers.fr/hfranc/assignats.htm consultada el 17 de enero de 2014.

|50| Pp. 206-207

|51| Pp. 206-207

|52| P. 208.

|53| P. 208.

|54| P. 209.

|55| En realidad el tipo es superior pero estamos haciendo una hipótesis teórica.

|56| La hipótesis de crecimiento nulo es teórica y sirve para facilitar el cálculo. En realidad el PIB descendió un 20 % entre 2009 y 2013, y es difícil de prever lo que pasará exactamente en los años venideros.

|57| Hagamos el mismo razonamiento con Portugal cuya deuda pública representa el 130 % del PIB en 2014 y cuya tasa de crecimiento anual es cero (también se redujo entre 2011 y 2013) y el tasa de inflación es muy baja. Portugal reembolsa aproximadamente a un tipo de interés del 6,5 %. Debería pagar durante largos años el equivalente al 8,5 % de su PIB. La deuda pública de Italia alcanza el 133 % de su PIB y la paga con un interés del 5 %. También Italia deberá pagar durante largos años el equivalente al 6,5 % de su PIB. Insisto en que las cifras mencionadas más arriba forman parte de una hipótesis teórica. De todas maneras son cercanas a la realidad. Estos ejemplos no comprometen en nada a Piketty.

|58| http://sceco.univ-poitiers.fr/hfranc/assignats.htm, consultada el 17 enero de 2014.

|59| Pp. 210-212.

|60| P. 216.

|61| P. 211.

|62| P. 931.

|63| P. 932.

|64| P. 889.

|65| Para recordar: participé en esta auditoría durante 14 meses entre 2007 y 2008, como representante del CADTM.

|66| El tribunal de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), que no tiene nada de asociación altermundilaista, «dio la razón» a Islandia, Véase CADTM : «El tribunal de la AELC (Asociación Europea de Libre Comercio) rechaza las reclamaciones por el litigio «Icesave» contra Islandia y sus habitantes» http://cadtm.org/El-tribunal-de-la-AELC-Asociacion publicado el 30 de enero de 2013.

|67| Muy a menudo, algunos comentaristas replican que los casos de estos dos países son totalmente diferentes de los países de la Unión Europea. Por supuesto, que hay diferencias evidentes pero estaríamos equivocados en desdeñar estas experiencias. Los que profesan ese desdén muestran sobre todo ignorancia de la complejidad de las situaciones que las autoridades encontraron y parcialmente lograron superar.

|68| Los haircuts propugnados por el FMI y los gobiernos de los grandes países acreedores tienen justamente por función limitar las pérdidas de los grandes acreedores privados mediante una reestructuración ordenada. En mi tesis doctoral, mostré cómo el plan Brady constituye un modelo en el género. Véase «Enjeux politiques de l’ action de la Banque mondiale et du Fonds monétaire international envers le tiers – monde», tesis de doctorado en Ciencias Políticas presentado en 2004 en las universidades de Lieja y París VIII, se puede descargar: http://cadtm.org/Enjeux-politiques-de-l-action-de. Véase también mi libro Banco Mundial, El Golpe de Estado Permanente, El Viejo Topo Mataró-Barcelona, 2007 Se puede descargar en francés: http://cadtm.org/Banque-mondiale-le-coup-d-Etat

|69| P. 887.

|70| Aquí podemos leer en la web oficial de la administración francesa define el impuesto proporcional «Un impuesto proporcional aplica un gravamen idéntico cualquiera sea la base sobre la que se impone (por ejemplo: el impuesto sobre sociedades). La base de la imposición designa las magnitudes económicas (ingresos, patrimonio, volumen de negocios…) que sirven de base al cálculo del impuesto. Los partidarios de la proporcionalidad consideran que es un modo de cálculo justo ya que cada uno contribuye con el mismo porcentaje de sus ingresos. (…) Los impuestos proporcionales son, además, generalmente más fáciles de calcular y, por lejos, menos costosos para implementar. Con el impuesto progresivo, el tipo aplicado aumenta con la base de imposición (por ejemplo: el impuesto sobre la renta, cuanto más elevada sea la renta, el tipo aplicado es mayor). Fuente: http://www.vie-publique.fr/decouverte-institutions/finances-publiques/ressources-depenses-etat/ressources/qu-entend-on-par-proportionnalite-progressivite-impot.html Hay que señalar que Thomas Piketty define en su libro el impuesto proporcional de la misma manera que la administración francesa.

|71| Pp. 888-889.

|72| P. 889.

|73| P. 890.

|74| Véase la Red Internacional por la Auditoría Ciudadana (International Citizen debt Audit Network, ICAN), http://cadtm.org/ICAN,750

|75| Thomas Coutrot, Patrick Saurin y Éric Toussaint, «Anular la deuda o gravar al capital: ¿Por qué elegir?», http://cadtm.org/Anular-la-deuda-o-gravar-al, publicado el 31 de octubre de 2013.

|76| Véase Eric Toussaint, «La Constitution équatorienne: un modèle en matière d’endettement public», http://cadtm.org/La-constitution-equatorienne-un, publicado el 27 de diciembre de 2010.

|77| P. 835.

|78| Se debe tener presente que Piketty da una definición del capital privado que engloba los haberes mobiliarios e inmobiliarios del 50 % más modesto.

|79| P. 838.

|80| P. 842.

|81| P. 843.

|82| Véase el texto antes citado de Thomas Coutrot, Patrice Saurin y Éric Toussaint «Anular la deuda o gravar el capital: ¿Por qué elegir?», http://cadtm.org/Anular-la-deuda-o-gravar-al.Véase también: Damien Millet y Eric Toussaint, «Europa: ¿Qué programa de urgencia frente a la crisis ?» publicado el 22 de junio de 2012, http://cadtm.org/Europa-Que-programa-de-urgencia

|83| http://cadtm.org/Anular-la-deuda-o-gravar-al

|84| P. 916.

|85| Nota 1, p.916

|86| P. 917.

|87| P. 337

|88| Hay que tener en cuenta que las sumas depositadas en Francia en las cuentas de ahorro, en las cuentas corrientes, etc. no representan más que alrededor del 5 % del patrimonio (privado). P. 330

|89| P. 674.

|90| P. 62.

Éric Toussaint, doctor en ciencias políticas, es presidente del CADTM Bélgica (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, http://www.cadtm.org) y miembro del consejo científico de ATTAC. Autor, entre otros libros, de Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria 2010; La Deuda o la Vida (junto a Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010;. La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Autor de Procès d’un homme exemplaire, Editions Al Dante, Marsella, 2013. Junto a Damien Millet es autor de AAA, Audit Annulation Autre Politique, Le Seuil, París, 2012.

Wallerstein: el dilema político de Barack Obama…

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Immanuel Wallerstein
La Jornada
 
 
 

El presidente de Estados Unidos está considerado como la persona que en lo individual tiene más poder en el mundo moderno. Para su pesar, lo que Barack Obama está aprendiendo es que tiene todavía un enorme poder de hacer daño. Pero que virtualmente no cuenta con poder para hacer el bien. Pienso que se da cuenta de ello y no sabe qué hacer. El hecho es: hay muy poco que pueda hacer al respecto.

Tomemos su preocupación particular más grande en este momento, la segunda revuelta árabe. Él no la inició. Es obvio que le tomó por sorpresa cuando comenzó, como a casi todo mundo. Su respuesta inmediata fue pensar, correctamente, que implicaba graves peligros para el ya de por sí tambaleante orden geopolítico en la región. Estados Unidos buscó todas las maneras posibles de limitar el daño, mantener su propia posición y restaurar el orden. No se puede decir que Estados Unidos haya tenido mucho éxito. Todos los días y de todas las formas la situación se ha tornado más desordenada y ha quedado más allá del control de Estados Unidos.

Barack Obama es, por convicción y personalidad, el centrista por excelencia. Busca el diálogo y el arreglo entre los extremos. Actúa con la debida reflexión y toma las decisiones importantes con prudencia. Está a favor de un cambio ordenado, lento, que no amenace el sistema básico del cual él no sólo es una mera parte sino la figura central designada y el jugador individual más poderoso.

Hoy está constreñido desde todas partes para asumir su papel. No obstante continúa intentando jugarlo. Obviamente se dice a sí mismo, ¿qué más podría hacer? Lo que ocurre como resultado de lo anterior es que los otros jugadores (incluidos aquéllos que alguna vez fueron sus aliados subordinados) lo desafían abiertamente, y sin vergüenza, y al salirse con la suya le restan aún más su poder.

Netanyahu se dirige al Congreso estadunidense, que con entusiasmo aplaude interminablemente su peligroso sinsentido en aras de sus propios intereses, cual si fuera la rencarnación de George Washington. Esto fue una bofetada directa en la cara de Barack Obama, pese a que Obama, al hablar ante la American Israel Public Affairs Commitee, ya había retirado su tímido intento de proponer como base de una solución entre israelíes y palestinos el regreso a las fronteras de 1967.

El gobierno saudita ha dejado muy claro que hará todo lo que esté en su poder para defender los regímenes existentes en el mundo árabe y está enojado ante el hecho de que Obama conceda en ocasiones hablar en el lenguaje de derechos humanos. El gobierno de Pakistán le dice con mucha claridad a Obama que, si intenta ser rudo con ellos, cuentan con un amigo más firme en China. Los gobiernos ruso, chino y sudafricano le han dejado claro a Obama que si Estados Unidos intenta convocar la acción del Consejo de Seguridad en contra de Siria, no tendrá su apoyo y probablemente no pueda siquiera lograr la mayoría simple de votos: ecos del fracaso de Bush en 2003 con la segunda resolución en torno a Irak. En Afganistán, Karzai está llamando a la OTAN para que le ponga un alto a los ataques con los llamados vuelos no tripulados o drones. Y el Pentágono está sintiendo presión para salir de Afganistán sobre la base de que es demasiado costoso seguir ahí.

Si alguien pensara que la debilidad estadunidense es un asunto exclusivo de Medio Oriente, echemos un vistazo a Honduras. Estados Unidos respaldó virtualmente el golpe contra el ahora ex presidente Zelaya. Debido al golpe, Honduras fue suspendido de la Organización de Estados Americanos (OEA). Estados unidos ha luchado duro por hacer que se le restaure a Honduras una plena membresía en la OEA sobre la base de que el nuevo presidente fue elegido formalmente. Los gobiernos latinoamericanos resistieron esto porque a Zelaya no se le había permitido retornar pese a que se le retiraron todos los cargos falsos.

¿Qué ocurrió entonces? Colombia (supuestamente el mejor amigo de Estados Unidos en la región) y Venezuela (supuestamente la némesis de Estados Unidos en América Latina) se unieron y juntos arreglaron con el gobierno hondureño en el poder que Zelaya regresara con sus propias condiciones. La secretaria de Estado Clinton sonrió sombría ante este rechazo de facto de la diplomacia estadunidense.

Finalmente, Obama tiene problemas con el Congreso en relación con la guerra con Libia. De acuerdo a la ley de Poderes en Tiempo de Guerra, Obama podría comprometer tropas en Libia (sin el respaldo explícito del Congreso) sólo durante 60 días. Ya pasaron los 60 días y no ha habido acción por parte del Congreso. Continuar con la acción en Libia es claramente ilegal, pero Obama no ha logrado conseguir el respaldo. Sin embargo Obama continúa comprometido con las acciones en Libia. Y el involucramiento estadunidense podría crecer. Así que puede hacer el daño, pero no el bien.

Entretanto, Obama se concentra para la relección. Tiene buenas posibilidades de lograrla. Los republicanos se mueven más y más a la derecha, y políticamente no hay duda de que se están excediendo. Pero una vez que se reelija, el presidente de Estados Unidos tendrá menos poder que hoy. El mundo se mueve a paso rápido. En un mundo con tantas incertidumbres y actores impredecibles, la más peligrosa arma suelta resulta ser Estados Unidos.

Traducción: Ramón Vera Herrera

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/06/11/index.php?section=mundo&article=026a1mun

Written by Eduardo Aquevedo

14 junio, 2011 at 2:59

Honduras: abierta represión contra estudiantes y académicos de sociología y ciencias sociales…

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Reproducimos aquí esta denuncia, y expresamos nuestra total solidaridad con los estudiantes, docentes y trabajadores constantemente perseguidos y reprimidos por militares y policías al servicio del gobierno conservador impuesto después del golpe de estado perpetrado en el año 2009 en ese país hermano. Ahora la represión cae sobre los sociólogos reunidos en su Congreso Nacional, del mismo modo que golpea de manera permanente a todas las fuerzas democráticas del país.  Nuestro deber es mantener esta denuncia de manera constante y sin concesiones. E. Aquevedo

Adjunto esta denuncia del Dr Juan Almendarez, ex Rector  de la UNAH, contra  el ataque  Militar policial  que ocurrió el 6 de mayo, en el momento en que estabamos en la Asamblea de Clausura del II Congreso Nacional de Sociologia.
Saludos.
R. Briceño J

SUBASTA SANGRIENTA
(Honduras abierta a los Negocios)

Juan Almendares

Bajo el principio del placer (hedónico, individualista y corporativo) se ha iniciado de la forma más cínica la “Venta Abierta de Honduras” bajo el principio de aumentar la tasa de ganancia de la acumulación histórica del capital oligárquico  articulado  con las multinacionales.

Se trata de un proceso experimental destructor de la vida, biodiversidad y cultura. Es concesionario  de privilegios para las empresas mineras, madereras, camaroneras y represas.

Promotor de la dominación cultural y de la perdida de la soberanía alimentaria. Responsable directo de las condiciones paupérrimas: hambre miseria y sufrimiento de las comunidades originarias, garifunas, misquitas , campesinas y de la clase obrera

Dos instrumentos pretenden garantizar la Venta de Honduras: la guerra mediática multimillonaria y el aparato represivo integrado por  militares, policías, seguridad privada y sicarios. Ambos instrumentos   condicionan el pensamiento único y dominante de la oligarquía que aniquila la libertad de expresión y reprime la movilización de los sectores de oposición y resistencia.

El seis de mayo 2011  en horas de la mañana, se desarrolló una manifestación de 300 estudiantes del CURN de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en la ciudad de San Pedro Sula; lugar donde ocurrió el inicio de la operación “Honduras Abierta a los negocios” (Honduras Open For Business).

Inmediatamente hicieron presencia los cuerpos represivos del Estado, quienes  dispararon contra los manifestantes. Utilizaron  tanquetas y lanzaron varias decenas de bombas lacrimógenas.

El camarógrafo de Globo TV, Uriel Gudiel Rodríguez, fue hospitalizado a raíz de ser golpeado por una bomba lacrimógena,  arrastrado  por los cuerpos represivos  con el objeto de atenazar  la libertad de expresión

Condenamos la Venta de la Patria y la violación de los derechos humanos por  los cuerpos represivos del Estado y el atentado contra el camarógrafo de TV Globo.

En igual forma señalamos  que la invasión de los cuerpos militares y policiales a la UNAH y a la Universidad Pedagógica han ocurrido con frecuencia después del golpe militar del 28 de junio del 2009; a vista y paciencia  y en algunos casos a petición de las autoridades universitarias.

Sin embargo a pesar de la persecución, trauma , terror  y tortura de docentes y estudiantes comprometidos con la justicia social y los derechos humanos no ha sido posible castrar la conciencia de la resistencia docente estudiantil.

Repudiamos todo proceso de invasión militar , policial y de seguridad  privada  al  Alma Mater y a la Universidad Pedagógica Francisco Morazán y  la cacería de las ideas patrióticas  que defienden la vida, dignidad histórica y la autodeterminación de los pueblos

La unidad docente estudiantil y de toda la comunidad universitaria con el pueblo en resistencia es esencial para que nuestra Patria no sea una vulgar mercancía.   ¡Total rechazo a la subasta sangrienta!¡Alta es la noche y Morazán vigila!

Tegucigalpa 6 de mayo 2011

Mundial de futbol: Chile, «la belleza suramericana»…

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Bielsa ha armado un equipo valiente y goleador en el que destacan Suazo y Alexis Sánchez

CAYETANO ROS 05/12/2009

image Ausente de los dos últimos Mundiales, Chile se ganó fama de inconsistente hasta que el presidente de la federación, Harold Mayne-Nicholls, decidió contratar a un seleccionador extranjero. Marcelo Bielsa (Rosario, Argentina; 1955), recibido de uñas en agosto de 2007, es hoy una celebridad en Chile tras acabar con las indisciplinas y las dudas. Chile sabe a qué juega: siempre al ataque, sin importarle el escenario ni el rival. «Para mí, todos los partidos son iguales. Hay que dominar y protagonizar todo lo que se pueda. La única manera que entiendo el fútbol es la de la presión constante, el juego en el campo rival y el dominio de la pelota», proclama.

Al tratarse de un equipo espectacular, con 32 goles en 18 partidos en la fase clasificatoria, tan sólo uno menos que Brasil, algunos la bautizaron como la España suramericana. Pero es otra cosa: mucho más vertical que la selección de Vicente del Bosque, sin tanto toque en la medular. «En el fútbol no existe circunstancia alguna para que un jugador esté parado en la cancha», avisa Bielsa, que apuesta por un esquema diferente, un 3-3-1-3, con una arriesgada defensa de tres, muy adelantada, que ha recibido 22 tantos en la clasificación, 11 más que Brasil. Lo pudo comprobar España el 19 de noviembre de 2008 en El Madrigal en un partido amistoso que ganó (3-0) no sin haber pasado un mal trago en una primera parte vertiginosa. En sus siete enfrentamientos, España (seis victorias y un empate) no ha perdido nunca.

Con 10 goles, Humberto Suazo, punta del Monterrey mexicano, de 28 años, ha sido el máximo goleador del grupo suramericano. Lo acompañan en el ataque Alexis Sánchez (21 años, Udinese) por la derecha y Mark González (CSKA de Moscú, ex del Betis) por la izquierda. Mati Fernández, en el Sporting de Lisboa tras su fracaso en el Villarreal, actúa de enganche en disputa por el puesto con Valdivia, ex del Rayo. El portero Bravo, de la Real Sociedad, es un capitán respetado.

Pero Chile es sobre todo un equipo de autor. La mano de Bielsa se ve por todas partes: cada jugador ha aumentado su rendimiento. Tras el naufragio al frente de Argentina en Corea y Japón 2002, adonde llegó con 2.000 vídeos de los rivales, ésta es una revancha para un técnico que recibe una lluvia de elogios de los jugadores. Pese a ganar los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, El Loco encontró insoportable la presión de entrenar a su propio país. Entonces anunció que sólo le gustaría dirigir en dos partes del mundo: Suiza y Chile, «dos países moderados». «En Argentina, soy una expresión potenciada. No es que sea un argentino moderado. Todo lo contrario, soy muy exagerado. Para mí, el fútbol lo es todo y ésa es una vida que no se puede vivir eternamente. Por eso me gustaría moderarla», dijo. «Tengo un profundo amor por el juego, por la esquina, por el baldío, por la pelota. Y desprecio todo lo añadido», añadió. En un Mundial, no hay moderación posible, pero, al menos, Bielsa dirige como quería a Chile y se medirá a la apacible Suiza.

Las claves

– Sólo fue superada por Brasil en la fase de clasificación suramericana.

– Humberto Suazo fue su máximo goleador, 10 tantos

– En su último enfrentamiento perdió 3-0 con España en un amistoso.

Chile: el rival que no quería Del Bosque

Chile, dirigida por Bielsa, ha sido una de las revelaciones del grupo de clasificación suramericano, donde logró la segunda plaza

EFE – Santiago de Chile (Chile) – 04/12/2009

La selección de Chile, dirigida por el argentino Marcelo Bielsa, jugará en Sudáfrica su octava Copa del Mundo, a la que se clasificó con una campaña histórica en las eliminatorias sudamericanas, en la que estableció varias marcas, inéditas hasta ahora. La »Roja» de Marcelo Bielsa sumó 33 puntos en la serie eliminatoria y la terminó en el segundo lugar, superada sólo por Brasil y, por diferencia de gol, arriba de Paraguay, que fue tercero con las mismas unidades, además de sumar cinco de ventaja sobre Argentina, el cuarto clasificado.

En su anterior experiencia mundialista, en Francia»98, Chile, dirigido entonces por Nelson Acosta, ganó la última plaza sudamericana sólo por tener una mejor diferencia de gol que Perú. Salvo en pasajes transitorios en el inicio de la carrera a Sudáfrica, la »Roja» se mantuvo siempre en la zona de clasificados y no se movió más de ahí desde la octava jornada, cuando goleó a Colombia por 4-0 en Santiago. Chile aseguró además su clasificación en la penúltima jornada de la serie, con otra goleada sobre Colombia, esta vez a domicilio (2-4) en Medellín, el pasado 10 de octubre.

Esa goleada fue la culminación de otra marca histórica establecida por la selección de Marcelo Bielsa: sumó dieciséis puntos en terreno ajeno, casi la mitad del total obtenido, con triunfos a domicilio sobre Bolivia (0-2), Venezuela (2-3), Perú (1-3), Paraguay (0-2, y Colombia (2-4). Además, empató como visitante ante Uruguay (2-2), en una jornada memorable el 18 de noviembre de 2007, en la que remontó dos goles en contra con el ya veterano Marcelo Salas, que se consolidó así como el goleador histórico de la selección de Chile (37). De los 32 goles anotados en total, Chile consiguió 18 como visitante y vio adicionalmente coronarse al delantero Humberto Suazo como el máximo goleador de las eliminatorias, con diez goles.

Chile recibió 22 goles en las eliminatorias, catorce de ellos como visitante y su guardameta titular, Claudio Bravo, jugador del Real Sociedad española, fue el único de los 46 que en total convocó Marcelo Bielsa durante el proceso que jugó íntegros los dieciocho partidos de la serie. El goleador Humberto Suazo también fue convocado en los dieciocho partidos, pero en algunos fue sustituido, de modo que sumó menos minutos que Bravo. El equilibrio entre las líneas de la selección de Bielsa también se refleja en los goles anotados, ya que dieciocho correspondieron a delanteros, siete a centrocampistas y siete a defensas.

En el inicio de las eliminatorias, en octubre de 2007, Chile estaba en el puesto 47 del ránking de la FIFA y actualmente está en en el casillero 17, mientras analistas de diversos continentes consideran que se trata de un equipo del cual habrá que cuidarse en el Mundial.

Suiza, Chile y Honduras, rivales de España

La selección de Del Bosque, encuadrada en el grupo H, debutará el 16 de junio ante Suiza y jugará también contra Honduras y Chile, una de las más temidas.- En octavos se prevé un cruce complicado: Costa de Marfil, Brasil o Portugal

ELPAÍS.com 04/12/2009

El Centro de Convenciones de Ciudad del Cabo fue el escenario en el que dio comienzo el sorteo de los grupos del Mundial. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter hizo acto de presencia acompañadode de la presentadora, Carol Manana, y el ex presidente Nelson Mandela. Después de unas palabras de bienvenida, aparece la Copa del Mundo bajo los focos, la que alzará el campeón del mundo el 11 de julio. La nota de glamour la puso Charlize Theron, que fue la encargada de presentar el sorteo. Un breve repaso de la historia de los Mundiales y la presentación de la mascota del Mundial, el león Zakumi, amenizaron los momentos previos al sorteo.

España ha quedado encuadrada en el grupo H con las selecciones de Suiza , con la que debutará el 16 de junio en Durban, Honduras y Chile , sin duda, la que será el rival más complicado de la primera fase. La selección jugará, además de en Durban, en Johanesburgo y en Pretoria.

Si el grupo que le ha tocado a España no presenta una especial dificultad para acceder a octavos de final, la selección sí que ha salido perjudicada en cuanto al cruce en esa fase, que será con el grupo G. En él, Brasil, Portugal y Costa de Marfil lucharán por lograr las dos plazas que dan acceso a los octavos. La cuarta en discordia, Corea del Norte, a penas tiene posibilidades.

La anfitriona, Suráfrica, es cabeza de serie en el grupo A con México, Uruguay y Francia. El grupo B estará formado por Argentina, Nigeria, Corea del Sur y Grecia, mientras que la Inglaterra de Capello ha tenido suerte y se verá las caras con Estados Unidos, Argelia y Eslovenia. El grupo D será el formado por Alemania, Australia, Serbia y Ghana y el grupo E, por Holanda, Dinamarca, Japón y Camerún. La actual campeona del mundo, Italia, defenderá su trono en el grupo F contra Paraguay, Nueva Zelanda y Eslovaquia.

Así lo vivimos en directo

18:51: Después de una actuacion musical va a dar comienzo el sorteo. Se explica, a través del secretario general de la FIFA, Jerome Valck, cómo será el sorteo. Lo que ya se sabe, de momento, es que Suráfrica será la número 1 del grupo A, como país anfitrión y organizador.

19:04: Suráfrica, al grupo A, como ya había explicado anteriormente. La Argentina de Maradona estará en el grupo B como cabeza de serie. Inglaterra es la tercera en salir, será en el grupo C. Alemania, al grupo D, y Holanda, que entró como cabeza de grupo en lugar de Francia, al grupo E. Italia jugarán en Ciudad del Cabo, en el grupo F. El grupo G es para Brasil y España, última bola en salir, estará situada en el grupo H. Jugará en Durban, en Johanesburgo y en Pretoria sus 3 partidos de la primera fase, ahora falta saber contra qué rivales.

19:07: México es el rival de Suráfrica en el partido inaugural el viernes 11 de junio. Korea del Sur está encuadrada en el grupo B de Argentina. Estados Unidos será el primer rival de la Inglaterra de Capello. Australia estará en el grupo D con Alemania y será el primer partido del grupo. Japón, al grupo E, donde es cabeza de serie Holanda. Nueva Zelanda ha quedado encuadrada en el grupo de la actual campeona del mundo, Italia. Korea del Norte será el rival de Brasil.

19:13: España se ha librado de Estados Unidos y México y jugará contra Honduras el lunes 21 de junio en el que será su segundo partido del Mundial.

19:15: Nigeria es el tercer equipo del grupo B. España se libra de Costa de Marfil, que se va al grupo de Inglaterra y Estados Unidos, pero lo pasan al grupo G, de Brasil. Argelia será la que se enfrentará a ingleses y americanos. La Uruguay de Forlán, la última en acceder al Mundial, jugará en el grupo A. Ghana queda encuadrada en el grupo D. Camerún se va al grupo E de Holanda y Japón, contra que debutará. Paraguay al grupo de Italia.

19:19: Mala suerte para España, que jugará contra Chile, el rival que no quería Del Bosque, el último partido del grupo en Pretoria.

19:20: El cruce de octavos de España será con el grupo de Brasil y Costa de Marfil.

19:21: Francia estará en el grupo A. Grecia estará en el grupo B de Argentina. Eslovenia es el rival europeo de Inglaterra en el grupo C. Con Alemania, en el grupo D, queda encuadrada la Serbia de Radomir Antic. Dinamarca, una de las rivales fuertes del bombo, se va al grupo E. Eslovaquia se va al grupo F con Italia. Brasil se enfrentará contra Portugal.

19:25: España se ha librado de Portugal y se enfrentará en su primer partido del Mundial contra Suiza, uno de los rivales que, en principio, eran más débiles del bombo 4. El miércoles 16 en Durban será el debut de España en el Mundial.

19:27: Suiza, Honduras y Chile serán los rivales de España en el Mundial de Suráfrica. El cruce de octavos será contra el grupo de Brasil, Costa de Marfil, Portugal y Korea del Norte.

EL PAIS.COM

Written by Eduardo Aquevedo

5 diciembre, 2009 at 1:33

El retorno de la derecha latinoamericana…

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Por Immanuel Wallerstein

america-latina001 Algo extraño está ocurriendo en América latina. Las fuerzas de derecha en la región están emplazadas de tal modo que pueden desempeñarse mejor durante la presidencia de Barack Obama que durante los ocho años de George W. Bush. Este encabezaba un régimen de extrema derecha que no tenía ninguna simpatía por las fuerzas populares en América latina. Por el contrario, Obama encabeza un régimen centrista que intenta replicar la “política del buen vecino” que proclamara Franklin Roosevelt como forma de anunciar el fin de la intervención militar directa de Estados Unidos en América latina.

Durante la presidencia de Bush, el único intento serio de golpe de Estado con respaldo de Estados Unidos ocurrió en 2002 contra Hugo Chávez en Venezuela y tal asonada falló. Fue seguida de una serie de elecciones por toda América latina y el Caribe, donde los candidatos de centroizquierda ganaron en casi todos los casos. La culminación fue una reunión en 2008 en Brasil –a la que Estados Unidos no fue invitado y donde el presidente de Cuba, Raúl Castro, recibió trato de héroe virtual—.

Desde que Obama asumió la presidencia, se ha logrado perpetrar un golpe de Estado: en Honduras. Pese a la condena que expresó el mandatario, la política estadounidense ha sido ambigua y los líderes del golpe ganaron su apuesta de mantenerse en el poder hasta las próximas elecciones para presidente. Hace apenas muy poco, en Paraguay, el presidente católico de izquierda Fernando Lugo pudo evitar un golpe militar. Pero su vicepresidente, Federico Franco, de derecha, está maniobrando para obtener de un Parlamento nacional hostil a Lugo un golpe de Estado que asume la forma de un enjuiciamiento. Y los dientes militares se afilan en una serie de otros países.

Para entender esta aparente anomalía debemos mirar la política interna de Estados Unidos, y cómo afecta a su política exterior. El Partido Demócrata es la misma coalición amplia que siempre ha sido, pero el Partido Republicano se ha desplazado más a la derecha. Esto significa que los republicanos tienen una base menor. Lo lógico sería que esto significara bastantes problemas electorales. Pero, como lo estamos viendo, esto no funciona exactamente de ese modo.

Las fuerzas de la extrema derecha que dominan el Partido Republicano están muy motivadas y son bastante agresivas. Buscan purgar a todos y cada uno de los políticos republicanos a quienes consideren demasiado “moderados” e intentan forzar a los republicanos en el Congreso a una actitud negativa uniforme hacia todas y cada una de las cosas que proponga el Partido Demócrata y en particular el presidente Obama. Los arreglos políticos de compromiso ya no son vistos como políticamente deseables. Por el contrario. A los republicanos se los presiona para marchar al ritmo de un solo tamborilero.

Entretanto, el Partido Demócrata opera como siempre ha operado. Su amplia coalición va de la izquierda a una cierta derecha del centro. Los demócratas en el Congreso invierten casi toda su energía política en negociar unos con otros. Esto implica que es muy difícil aprobar legislaciones significativas, como lo vemos actualmente con el intento de reformar las estructuras de salud estadounidenses.

Entonces, ¿qué significa esto para América latina (y de hecho para otras partes del mundo)? Obama tiene una base diversa y una agenda ambigua. Su postura pública se bambolea entre una firme posición centrista y unos moderados gestos de centroizquierda. Esto vuelve su posición política esencialmente débil. Obama desilusiona a los votantes de izquierda y la realidad de una depresión mundial hace que algunos de sus votantes centristas se aparten de él por miedo a una deuda nacional creciente.

Para Obama, al igual que para Bush, América latina no está en la cúspide de las prioridades. Está muy preocupado por las elecciones de 2010 y 2012. Y esto no es algo insensato. Lo que la derecha latinoamericana hace es sacarles ventaja a las dificultades políticas internas de Obama para forzarle la mano. Se percatan de que no cuenta con la energía política disponible para atajarlos. Además, la situación económica mundial tiende a redundar en contra de los regímenes en el cargo. Y en la América latina de hoy son los partidos de centroizquierda los que están en el cargo. Si Obama lograra triunfos políticos importantes en los próximos dos años, esto mellaría, de hecho, el retorno de la derecha latinoamericana. ¿Pero logrará tales triunfos?

Traducción: Ramón Vera Herrera.

Página/12

EE.UU en Honduras: la forma de blanquear el regreso del golpismo…

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honduras_militares226 Por Eduardo Febbro

Desde París

Nadie puede dudar de que Estados Unidos sea un irreductible promotor de la democracia en el mundo. En los últimos ocho años la impuso con bombas y una ocupación en Irak, la forzó con más bombas y otra invasión en Afganistán y acaba de recomponerla con camisa de fuerza y a su medida en Honduras mediante el inédito y payasesco blanqueo de un golpe de Estado que dejó al país con tres presidentes simultáneos: el depuesto Manuel Zelaya, el de facto Roberto Micheletti y el electo Porfirio Lobo. El imperio ha cambiado de dirigentes, pero sigue guardando en su corazón la iconografía de los santos redentores de la democracia y el bien, cuyos principios devastaron las democracias latinoamericanas a lo largo del siglo XX: no importa quién venga después, ni cuántas personas mueran, ni cuánto se degrade la institucionalidad o la dignidad, el derecho y la constitución.

Barack Obama le ha ofrecido a América latina el peor perfil de las administraciones norteamericanas: el apoyo al golpismo, el respaldo a la violación de todos los derechos. “No vine a discutir del pasado, vine a pensar en el futuro”, dijo Obama en la Cumbre de las Américas de abril en Trinidad y Tobago. Hoy podemos constatar que esa alianza es un pacto con el futuro apoyado en la reiteración obsesiva del pasado. Washington no ha cambiado. Durante los juicios a los represores latinoamericanos, en las entrevistas concedidas por los ex generales, a la pregunta “¿por qué tanto horror?” la respuesta fue invariable: “Porque eran comunistas, porque eran terroristas”. En los argumentos de los halcones de Bush la misma frase se repitió a lo largo de años. ¿Cómo una democracia como la norteamericana podía secuestrar, trasladar en secreto, encarcelar y torturar a miles de individuos en el mundo? “Porque eran terroristas islámicos.” La guerra contra el terror siguió los mismos pasos que la guerra contra el socialismo, el comunismo y los movimientos insurgentes en América latina.

El reconocimiento del proceso electoral hondureño responde a la misma abyección. La amenaza de un brazo de contornos chavistas en América Central justificó la invención de un golpe de Estado de nuevo tipo y su posterior legitimización: el golpe horizontal. Violencia presente pero gradual, asfixia paulatina de los actores políticos, desgaste de las discusiones, tenaza en cámara lenta sobre los pulmones de la sociedad. La debilidad del sistema multilateral latinoamericano contrasta con las valientes posiciones tomadas en los años ‘80 por los países que, en plena confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética, osaron levantarse para frenar un conflicto armado generalizado en América Central. En enero de 1983, cuando los países de América Central estaban estrangulados por sus conflictos armados internos y se encaminaban al abismo de la guerra externa, los cancilleres de Colombia, México, Panamá y Venezuela se reunieron en la isla de Contadora con la meta de proponer una iniciativa de paz al conflicto centroamericano.

Así nació el grupo de Contadora. Dos años más tarde, con la legitimidad de las urnas, Argentina, Uruguay, Brasil y Perú se unieron a Contadora para conformar el Grupo de Apoyo. Esos ocho países no sólo consiguieron evitar una guerra sino que pusieron en marcha uno de los procesos de pacificación regional más ambiciosos y complejos que hay en la historia, mientras Washington y Moscú dirimían sus diferendos y sus conquistas con la sangre derramada por inocentes de la periferia, entre ellas América Central. El actual presidente de Costa Rica, Oscar Arias, es un heredero del grupo de Contadora. Los acuerdos de Esquipulas I y Esquipulas II –por los cuales Arias recibió el Nobel de la Paz en 1987– no habrían nunca existido sin la fuerza concentrada de Contadora. Veinticinco años después no se puede sino constatar la ausencia de un multilateralismo eficaz y, más triste aún, la paradoja hiriente de ver a quienes fueron actores destacados de Contadora, a imagen y semejanza de Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica y El Salvador, convertidos en obedientes reconocedores de las elecciones hondureñas.

Alan García era presidente de Perú cuando, con acentos de una combatividad juvenil, su país se sumó al grupo de Contadora. Oscar Arias fue el portador del montaje que salió del corazón de Contadora para pacificar América Central. El actual presidente de El Salvador, Mauricio Funes, pertenece al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, el FMLN, el partido que, en los años de Contadora, era una guerrilla proscrita. Washington, estos tres actores y Colombia fueron ahora los primeros en darles un sello de legitimidad a las urnas hondureñas. ¡Qué oprobio para los demócratas y los descendientes de las decenas y decenas de miles de víctimas que dejaron los conflictos armados en Centroamérica! Un pozo negro nos acecha, y no sólo porque Washington no ha cambiado.

Los adversarios de Washington también son prisioneros de lógicas del pasado. Cuando Hugo Chávez trata de “gladiador del antiimperialismo” al presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, o cuando elogia en público a un dictador con las manos y la sombra llenas de sangre como el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, incurre en la misma tentación. Ahmadinejad fue reelecto con un fraude tan masivo como la improbable tasa de participación de las elecciones hondureñas. Robert Mugabe, el héroe de la independencia de Zimbabwe, transformó su mandato liberador en una vertiginosa autocracia que dejó decenas de miles de muertos. Las mismas conductas prevalecen en uno y otro lado de la frontera. No todos los enemigos del imperio son amigos nuestros, ni todos los adversarios de mis enemigos son aliados en el juego tramposo de una democracia renovada al compás de botas y fusiles.

Página/12

Written by Eduardo Aquevedo

1 diciembre, 2009 at 22:42

Obama, Bush y los golpes de Estado latinoamericanos…

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Immanuel Wallerstein

La Jornada

OBAMAAA01 Algo extraño está ocurriendo en América Latina. Las fuerzas de derecha en la región están emplazadas de tal modo que pueden desempeñarse mejor durante la presidencia estadunidense de Barack Obama que durante los ocho años de George W. Bush. Éste encabezaba un régimen de extrema derecha que no tenía ninguna simpatía para las fuerzas populares en América Latina. Por el contrario, Obama encabeza un régimen centrista que intenta replicar la política del buen vecino que proclamara Franklin Roosevelt como forma de anunciar el fin de la intervención militar directa de Estados Unidos en América Latina.

Durante la presidencia de Bush, el único intento serio de golpe de Estado con respaldo de Estados Unidos ocurrió en 2002 contra Hugo Chávez en Venezuela y tal asonada falló. Fue seguida de una serie de elecciones por toda América Latina y el Caribe, donde los candidatos de centro-izquierda ganaron en casi todos los casos. La culminación fue una reunión en 2008 en Brasil –a la que Estados Unidos no fue invitado y donde el presidente de Cuba, Raúl Castro, recibió trato de héroe virtual.

Desde que Obama asumió la presidencia, se ha logrado perpetrar un golpe de Estado: en Honduras. Pese a la condena que expresó el mandatario, la política estadunidense ha sido ambigua y los líderes del golpe están ganando su apuesta de mantenerse en el poder hasta las próximas elecciones para presidente. Hace apenas muy poco, en Paraguay, el presidente católico de izquierda Fernando Lugo pudo evitar un golpe militar. Pero su vicepresidente, Federico Franco, de derecha, está maniobrando para obtener de un Parlamento nacional hostil a Lugo un golpe de Estado que asume la forma de un enjuiciamiento. Y los dientes militares se afilan en una serie de otros países.

Para entender esta aparente anomalía debemos mirar la política interna de Estados Unidos, y cómo afecta la política exterior estadunidense. De vez en cuando, y no hace tanto tiempo, los dos partidos principales representaban a coaliciones de fuerzas sociales que se traslapaban, y en los que el balance interno de cada uno iba de una derecha, corrida del centro, en el caso del Partido Republicano, a una cierta izquierda, corrida del centro, para el Partido Demócrata.

Debido a que los dos partidos se traslapaban, las elecciones tendían a forzar a los candidatos presidenciales de ambos partidos más o menos hacia el centro, de modo de ganaban sobre la fracción relativamente pequeña de votantes que eran los independientes, situados en el centro.

Éste ya no es el caso. El Partido Demócrata es la misma coalición amplia que siempre ha sido, pero el Partido Republicano se ha desplazado más a la derecha. Esto significa que los republicanos tienen una base menor. Lo lógico es que esto significara bastantes problemas electorales. Pero, como estamos viendo, no funciona exactamente de ese modo.

Las fuerzas de la extrema derecha que dominan el Partido Republicano están muy motivadas y son bastante agresivas. Buscan purgar a todos y cada uno de los políticos republicanos a quienes consideren demasiado moderados e intentan forzar a los republicanos en el Congreso a una actitud negativa uniforme hacia todas y cada una de las cosas que proponga el Partido Demócrata y en particular el presidente Obama. Los arreglos políticos de compromiso ya no se ven como políticamente deseables. Por el contrario. A los republicanos se les presiona para marchar al ritmo de un solo tamborilero.

Entretanto, el Partido Demócrata opera como siempre ha operado. Su amplia coalición va de la izquierda a una cierta derecha del centro. Los demócratas en el Congreso invierten casi toda su energía política en negociar unos con otros. Esto implica que es muy difícil aprobar legislaciones significativas, como vemos actualmente con el intento de reformar las estructuras de salud estadunidenses.

Entonces, ¿qué significa esto para América Latina (y de hecho para otras partes del mundo)? Bush podía conseguir casi todo lo que quería de los republicanos en el Congreso, en el cual tuvo una clara mayoría durante los primeros seis años de su régimen. Los debates reales ocurrían en el círculo ejecutivo interno de Bush, dominado básicamente por el vicepresidente Cheney durante los primeros seis años. Cuando Bush perdió las votaciones para elegir congresistas en 2006, la influencia de Cheney declinó y las políticas públicas cambiaron ligeramente.

La era de Bush estuvo marcada por una obsesión con Iraq y en menor medida con el resto de Medio Oriente. Algo de energía quedaba para lidiar con China y Europa occidental. Desde la perspectiva del régimen de Bush, Latinoamérica se desvanecía poco a poco hacia el fondo. Para su frustración, la derecha latinoamericana no obtuvo el tipo común de involucramiento en su favor que esperaban y deseaban por parte del gobierno estadunidense.

Obama se enfrenta a una situación totalmente diferente. Tiene una base diversa y una agenda ambigua. Su postura pública se bambolea entre una firme posición centrista y unos moderados gestos de centroizquierda. Esto vuelve su posición política esencialmente débil. Obama desilusiona a los votantes de izquierda que movilizó durante las elecciones, y que en muchos caso se retiran de lo político. La realidad de una depresión mundial hace que algunos de sus votantes centristas se aparten de él por miedo a una deuda nacional creciente.

Para Obama, igual que para Bush, América Latina no está en la cúspide de sus prioridades. Sin embargo, Obama (a diferencia de Bush) está luchando duro por mantener la cabeza arriba del agua política. Está muy preocupado por las elecciones de 2010 y 2012. Y esto no es algo insensato. Entonces su política exterior está influida considerablemente por el impacto potencial que tenga ésta en dichas elecciones.

Lo que la derecha latinoamericana hace es sacarle ventaja a las dificultades políticas internas de Obama para forzarle la mano. Se percatan de que no cuenta con la energía política disponible para atajarlos. Además, la situación económica mundial tiende a redundar en contra de los regímenes en el cargo. Y en la América Latina de hoy son los partidos de centroizquierda los que están en el cargo. Si Obama lograra triunfos políticos importantes en los próximos dos años (una ley de salud decente, una auténtica retirada de Iraq, una reducción del desempleo), esto mellaría, de hecho, el retorno de la derecha latinoamericana. ¿Pero logrará tales triunfos?

Traducción: Ramón Vera Herrera

© Immanuel Wallerstein

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2009/11/28/index.php?section=opinion&article=018a1mun

Obama y Lula colisionan por la crisis de Honduras: EE.UU del lado de la dictadura…

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La crisis hondureña

EE UU y Brasil discrepan sobre la validez de las elecciones en Tegucigalpa

JUAN ARIAS – Río de Janeiro – 26/11/2009

image El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha sido claro y explícito en una larga carta enviada a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva: Washington ha decidido cerrar la crisis hondureña aceptando el resultado de las elecciones del próximo domingo, aunque el depuesto Manuel Zelaya no haya vuelto a la presidencia. Lula ha sido igualmente explícito y claro: Brasil no aceptará el resultado de las elecciones e insiste en que Zelaya tiene que ser restituido, por considerar que su expulsión, el pasado junio, fue un golpe de Estado.

Según el asesor de Asuntos Internacionales de Lula, Marco Aurelio García, que fue quien informó de la carta de Obama, Estados Unidos presiona a los países latinoamericanos para que reconozcan las elecciones como un acto institucional que serviría para "empezar desde cero" en el país centroamericano. García dijo que la decisión de EE UU es un regalo a los golpistas de Honduras y aseguró que, para Brasil, la presencia de Zelaya en su Embajada de Tegucigalpa no supone ningún engorro diplomático.

Honduras no es el único punto de fricción: Irán también suscita diferencias entre Washington y Brasilia. La Casa Blanca envió la carta el pasado domingo, víspera de la visita del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, a Brasil. Obama le recordaba a Lula su posición respecto al programa nuclear iraní y le pedía que expresara su apoyo a los esfuerzos occidentales para lograr un compromiso con Teherán. Lula respaldó el lunes el derecho de Irán a desarrollar "la energía nuclear con fines pacíficos" y pidió a Ahmadineyad que dialogara con la comunidad internacional.

Es la primera vez que Obama y Lula se enfrentan públicamente. Los dos líderes mundiales con mayor peso popular (de Lula dijo el mismo Obama que era el político por antonomasia) se encuentran en posiciones difíciles de conciliar. La sangre no llegará al río, pero, según los analistas, ésta puede ser la primera vez que Lula se vea contra las cuerdas en un conflicto internacional, él, que ha sido considerado un gran conciliador.

Brasil se encontró con la papeleta de la entrada de Zelaya en su Embajada de Tegucigalpa sin haberla buscado. Quizás nunca se sabrá si Lula quiso jugar esa baza para conseguir ser el mediador en el conflicto, desbancando al costarricense Óscar Arias, o si cerró los ojos para no contrariar a su amigo el presidente Hugo Chávez, que según los expertos fue quien organizó el enredo. Lo cierto es que Brasil acabó asumiendo los riesgos y se ha mantenido firme en su apoyo a Zelaya.

Es verdad, como ha confiado a este diario un buen conocedor de Lula, que las cosas se han ido complicando y el presidente brasileño, que tiene un gran olfato político, preferiría no verse de protagonista en la trama, sobre todo cuando la intransigencia y el histrionismo de Zelaya, abusando de su acogida en la Embajada brasileña, han dificultado la situación.

Brasil, sin embargo, difícilmente podrá dar marcha atrás. Tanto el ministro de Asuntos Exteriores, Celso Amorim, como el poderoso asesor García son hombres de la izquierda del Partido de los Trabajadores y mantienen una postura inflexible. "Un golpe es un golpe y todo lo demás es jugar con la legalidad democrática", habría dicho García, y a ese principio se ha acogido siempre Lula.

Los expertos en derecho internacional, sin embargo, discuten si en realidad se ha tratado de un verdadero golpe, dado que la Constitución de Honduras permite la destitución del presidente que intente violarla, algo que habría hecho Zelaya. Lo discutible, en todo caso, fue la forma en la que Zelaya fue retirado del cargo (por la fuerza y sin proceso legal).

Ahora que Obama ha tomado una decisión definitiva y se la ha comunicado a Lula, el presidente brasileño va a necesitar de toda su intuición para salir del atolladero sin enfrentarse con Washington. La solución sólo se la podría brindar Zelaya, aceptando salir de escena en un gesto de generosidad, para contribuir a devolver la paz al país. La duda es si Lula será capaz de convencerle. Zelaya ha declarado que la posición de EE UU divide a América y sienta un peligroso precedente.

En Honduras, mientras, continúan los preparativos para la elección presidencial del día 29. El mandatario interino, Roberto Micheletti, se retiró ayer del cargo hasta el 2 de diciembre, día en que el Congreso se pronunciará sobre la restitución de Zelaya. Hasta entonces, informa France Presse, el país estará dirigido por el Consejo de Ministros.

EL PAIS.COM

Lula responde a Obama que no aceptará el resultado de las urnas en Honduras

El presidente brasileño insiste en que no puede avalar un golpe de Estado

JUAN ARIAS – Río de Janeiro – 28/11/2009

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha respondido a la carta que le había enviado el presidente estadounidense, Barack Obama, en la que éste le anunciaba que Estados Unidos está dispuesto a aceptar el resultado de las elecciones hondureñas del próximo domingo. Según el ministro de Asuntos Exteriores, Celso Amorim, Lula ha respondido que Brasil no va a aceptar el resultado de las urnas, porque no puede avalar un golpe de Estado.

Según Amorim, el tono de la carta de Lula a Obama, en la que tocó otros temas de conflicto entre Brasilia y Washington, fue "amistoso". La carta fue precedida por una conversación de más de una hora entre el ministro Amorim y la secretaria de Estados de EE UU, Hillary Clinton. Según informaciones del diario O Globo, la conversación del ministro con Clinton tuvo como finalidad que se agudizasen las divergencias entre ambos paises".

Según Amorim, en la conversación con Clinton "se discutió educadamente". Afirmó que ambos sostuvieron posturas divergentes y que "ahora hay que esperar a ver cómo se desarrollan las cosas".

Brasil se mantiene, a pesar de la carta de Obama a Lula, firme y compacto en su decisión de no aceptar al presidente que salga elegido de las urnas el domingo en Honduras. Para el asesor de la Presidencia de la República para asuntos internacionales Marco Aurelio García, ello favorecería que hubiera otros intentos de golpes de Estado en América Latina si los golpistas saben que, al final, acabarán siendo asimilados por la comunidad internacional.

"Divergencias" con EE UU

Para García y Amorim no existe un conflicto entre Brasil y Estados Unidos. Existen sólo "divergencias y diferentes puntos de vista". El ministro de Exteriores ironizó ayer al afirmar que "Brasil tiene obsesión. Si no concuerda en algo con los Estados Unidos es como si un rayo fuese a caer sobre nuestra cabeza. No es así".

Para García, a quien Lula escucha siempre con mucha atención, "si la comunidad internacional y Honduras quieren legitimizar estas elecciones, van a ser responsables, como mínimo, de lo que pase en aquel país. Vamos a tener un periodo de larga inestabilidad en un país que estaba tranquilo", dijo ayer. Según García, no hay posibilidades, por el momento, de que Brasil armonice sus posiciones con Washington. "El tiempo está contra nosotros", confesó, con tono de cierta resignación.

Colombia, Costa Rica y Perú comparten con EE UU la decisión de aceptar los resultados electorales en Honduras. Venezuela, Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador y Nicaragua están, de momento, con Brasil.

Preguntado ayer Lula sobre si Brasil estaría dispuesto a reconocer bajo alguna circunstancia el resultado electoral, respondió que, "del modo en que se están desarrollando las cosas, Brasil no reconocerá el resultado de las elecciones y seguirá sin mantener relaciones con Honduras".

Lula afirmó también que no se trata de que Brasil sea "más radical, más guapo o más feo que los otros países", sino que, al haber vivido 21 años de dictadura militar, "sabe muy bien lo que es un régimen autoritario" y que por eso sigue defendiendo al depuesto Manuel Zelaya, elegido en las urnas, como presidente legítimo de Honduras.

Por su parte, el presidente de Costa Rica y ex mediador del conflicto hondureño, Óscar Arias, llamó a la comunidad internacional a la "cordura" y la instó a reconocer los resultados de las elecciones "si todo transcurre bien", informa Efe. En una entrevista con la cadena de televisión CNN desde Israel, donde se encuentra en visita oficial, Arias manifestó que desconocer al ganador de los comicios sería aun más dañino para Honduras. "¿Por qué los vamos a castigar con un segundo huracán Mitch, que es [lo que significaría] no reconocer al nuevo Gobierno, aislarlo, quitarle la cooperación?", cuestionó el mandatario costarricense y Premio Nobel de la Paz 1987.

EL PAIS.COM

"Brasil no reconocerá las elecciones"

Paulo Cabral, BBC, Manaos

Celso Amorim / Foto de archivo

Amorim aseguró que un golpe de Estado no puede ser legitimado.

El canciller de Brasil, Celso Amorim, aseguró este jueves que su país no va a reconocer los comicios presidenciales que se celebrarán en Honduras el próximo domingo.

"Un golpe de Estado no puede ser legitimado", dijo Amorim, refiriéndose a la realización de los comicios sin que el depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, haya sido repuesto en su cargo.

El ministro de Relaciones Exteriores brasileño aseguró que aunque la posición de su país sea contraria a la de Estados Unidos, no existe confrontación entre los dos países.

Washington defiende que el reconocimiento de los comicios del 29 de noviembre puede ayudar a poner fin a la crisis política que estalló en la nación centroamericana con el golpe de Estado del pasado 28 de junio.

"Es cierto que en principio los estadounidenses condenaron el golpe, pero quizás por haber sufrido tantos (en América Latina), sea diferente", señaló Amorim.

"Blanqueamiento" de un golpe

Marco Aurélio Garcia

Según el asesor presidencial en las actuales condiciones Brasil no va a reconocer los comicios en Honduras.

Por su parte, el asesor especial para asuntos internacionales de la presidencia brasileña, Marco Aurélio García, aseguró que la solución defendida por EE.UU. para poner fin a la crisis hondureña –el reconocimiento de los comicios- supone el "blanqueamiento" de un golpe de Estado preventivo.

"No deberían reconocerlas como legítimas (las elecciones del domingo) porque eso sería una tentativa de blanqueamiento de un golpe de Estado. Para nosotros eso es extremadamente grave, sobre todo si viene acompañado de la idea de un golpe preventivo", aseguró Garcia.

Según el asesor presidencial en "estas condiciones" Brasil no va a reconocer los comicios del domingo.

"Brasil no va a legitimar el blanqueamiento de un golpe", dijo.

"Periodo de inestabilidad"

Si la comunidad internacional y Honduras quieren legitimar estas elecciones van a ser responsabilizados, como mínimo, de lo que acontezca en el país. Podemos tener un largo periodo de inestabilidad en un Estado que era tranquilo

Marco Aurélio García, asesor de la presidencia brasileña

"Si la comunidad internacional y Honduras quieren legitimar estas elecciones van a ser responsabilizados, como mínimo, de lo que acontezca en el país. Podemos tener un largo periodo de inestabilidad en un Estado que era tranquilo", aseguró.

Pese a las divergencias con EE.UU., García también negó que haya una "crisis" o "confrontación" entre los gobiernos de Washington y Brasilia.

"Lo que hay son divergencias en algunos puntos, como en la cuestión de Honduras", señaló.

clic Lea: Honduras entre realidades polarizada

García no cree que haya muchas posibilidades de que Brasil y EE.UU. acerquen sus posiciones en relación a lo que acontece en la nación centroamericana.

"El tiempo ahora está contra nosotros", aseguró el asesor presidencial.

Amorim y García realizaron estas declaraciones desde la ciudad brasileña de Manaos, donde se encuentra para asistir a una cumbre de los países amazónicos, en la que debían discutir una posición común de cara a la cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático, que comenzará a principios de diciembre en Copenhague, Dinamarca.

BBC MUNDO

EU rompe el consenso de AL, abandona a Zelaya y apuesta por la legitimidad de comicios

Obama justifica el giro de postura; tras la elección, Honduras partirá de cero, afirma

David Brooks Corresponsal

Periódico La Jornada

Nueva York, 25 de noviembre. El gobierno de Barack Obama ha decidido abandonar al presidente constitucional Manuel Zelaya y apostar a la legitimidad de las elecciones en Honduras realizadas bajo el gobierno golpista, rompiendo así con el consenso de la mayoría de los países de América Latina, incluso con aliados como Brasil.

Inicialmente, Obama había declarado ilegal el golpe de Estado, y junto con la Organización de Estados Americanos había rechazado, entre titubeos y señales contradictorias, la legitimidad del gobierno de facto y exigió la restitución del gobierno constitucional. Al frustrarse las negociaciones mediadas por Óscar Arias, Estados Unidos amenazó, a la par del resto del hemisferio, con no reconocer los resultados de las elecciones del 29 de noviembre.

Pero esta posición cambió a partir del 30 de octubre, cuando después de intensas negociaciones con enviados del Departamento de Estado, se proclamó un acuerdo entre el gobierno de facto de Roberto Micheletti y el presidente constitucional Manuel Zelaya. A pesar de que el gobierno golpista no cumplió el acuerdo, pocos días después el gobierno de Obama declaró que reconocería los resultados de las elecciones si éstas son calificadas de imparciales, aun sin la reinstalación de Zelaya.

Ayer, Obama reiteró la nueva postura estadunidense en una carta enviada al presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, en la cual justificó el apoyo estadunidense a la elección en Honduras, ya que con eso la situación después de los comicios partiría de cero, según filtró un funcionario brasileño. O sea, algo así como borrón y cuenta nueva.

La actual postura estadunidense fue expresada esta semana por el recién instalado secretario adjunto de Estado, Arturo Valenzuela, en una sesión a puerta cerrada del Consejo Permanente de la OEA. Aunque recordó que “Estados Unidos, junto con el resto de los estados miembros, emitió un veredicto unánime al considerar que el presidente debidamente elegido en Honduras… fue derrocado de su cargo en un golpe de Estado”, afirmó que la solución a la crisis, bajo lo estipulado por el acuerdo del 30 de octubre, es proceder con las elecciones.

Sin embargo, Valenzuela condicionó la realización del proceso al aclarar que si bien una elección realizada de manera compatible con las normas internacionales es una condición necesaria para que Honduras vuelva a ser miembro de la OEA, no es una condición suficiente… Para que eso ocurra, las partes en Honduras deben aplicar plenamente los acuerdos de Tegucigalpa y San José. Esto significa que se ha de constituir un gobierno de unidad nacional que represente a todos los sectores de la sociedad y del Congreso. A su vez, el Legislativo debe votar con toda prontitud la restitución del presidente Zelaya.

Valenzuela justificó el proceso electoral como mecanismo legítimo que se atiene al calendario electoral normal que estipula la Constitución hondureña, y había estado en camino varios meses antes del golpe. Subrayó que “ésta no es una elección inventada por un gobierno de facto en busca de una estrategia de salida, ni una manera de esconder un golpe de Estado”, sino un proceso que permite que el pueblo hondureño ejerza su voluntad soberana.

A la vez, reconoció que nos preocupan los informes de violaciones de derechos humanos y esfuerzos deliberados de incitar a la violencia y el enfrentamiento en ambos lados políticos de Honduras y que podrían afectar el proceso electoral. Por lo tanto, afirmó que recurriremos a los observadores internacionales de la sociedad civil y a nuestros propios observadores para determinar si las elecciones han cumplido con las normas internacionales.

El Departamento de Estado está financiando misiones de observación electoral del Instituto Republicano Internacional (IRI) y por su contraparte el Instituto Democrático Nacional, ambas vinculadas al Fondo Nacional para la Democracia. Algunos críticos acusan que el IRI en particular fue inmiscuido en el golpe de Estado contra Hugo Chávez en Venezuela.

Por otra parte, este miércoles unas 175 mujeres defensoras de derechos humanos y feministas, incluidas tres premios Nobel de la Paz, enviaron una carta abierta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, instándole a condenar las violaciones de derechos humanos en Honduras. Con base en lo documentado por organizaciones de derechos humanos, escriben que “el régimen de facto ha participado en una campaña sistemática de intimidación, abuso físico y sexual, además de tortura. Cada vez más, las mujeres han sido el blanco de esta campaña. Le instamos a condenar la violencia desatada contra la gente de Honduras, y en particular contra las mujeres hondureñas”.

Agregan que “fue la ruptura del orden democrático en el país lo que dio lugar a la crisis actual en derechos humanos de las mujeres en Honduras. Por lo tanto, solamente el retorno del gobierno constitucional puede parar el rápido deterioro de los derechos de la mujer. Unas elecciones precipitadas e improvisadas –sin la participación completa de la sociedad hondureña, el reconocimiento internacional o el restablecimiento del presidente constitucional– no pueden ser consideradas libres ni justas, y no garantizan una vuelta al Estado de derecho”.

LA POSICION OFICIAL DEL GOBIERNO DE OBAMA:

Secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental

Arturo Valenzuela dice que la OEA se juega su credibilidad en Honduras

"Lo que nos jugamos en Honduras es nada menos que la credibilidad de la OEA y de sus miembros en cuanto a mantenerse fieles al llamamiento a la defensa colectiva de la democracia consagrado en la Carta", dijo en su discurso ante la OEA.

SANTIAGO, 25 de noviembre.-A cuatro días de las elecciones presidenciales que se realizarán en Honduras, en la página web de la Embajada de Estados Unidos en Chile se publica hoy una traducción del discurso de Arturo Valenzuela, secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, tal como fue pronunciado ante una reunión del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos, el 23 de noviembre de 2009:

Es un verdadero honor para mí presentarme hoy ante el Consejo Permanente como secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los Estados Unidos para hablar en nombre de mi gobierno sobre la situación en Honduras. Si sus excelencias me lo permiten, me gustaría mencionar dos amplios puntos antes de dar comienzo a mi discurso. Les agradezco al presidente Barack Obama y a la secretaria de Estado Hillary Clinton la confianza que han depositado en mí. Mi vocación de por vida ha sido el mundo académico. Cuando comencé casi por accidente en el Departamento de Estado en la primera administración de Clinton, lo hice porque la Guerra Fría había terminado; nos encontrábamos ante un mundo nuevo y más prometedor en el que esperábamos que las grandes divisiones del pasado se pusieran de lado en favor de un proyecto de mayor colaboración, que cruzara las fronteras nacionales para crear un mundo más justo y mejor.

Regreso a prestar servicio en esta administración porque tengo fe en que ese continúe siendo nuestro objetivo cardinal, a pesar de los problemáticos desafíos del siglo XXI. Como el presidente Obama dejó claro en Trinidad y Tobago, Estados Unidos intenta forjar una nueva y genuina alianza con todos los países de las Américas basada en nuestras historias y valores en común. Una alianza basada en el respeto y la confianza mutuos y en la consulta verdadera cuyo propósito es buscar maneras de crear un futuro mejor y mejorar las condiciones para los pueblos de las Américas.

En las últimas dos décadas desde que finalizó el amargo capítulo de regímenes autoritarios y conflictos civiles abiertos en varios países, se ha hecho mucho progreso en las Américas. Sin embargo, todavía hay grandes desafíos. Nuestro diálogo y compromiso para trabajar juntos deben estar fundamentados en el hecho de que nos enfrentamos a desafíos comunes: superar la pobreza y la desigualdad, fortalecer las instituciones de gobierno, proporcionar protección y seguridad a nuestros pueblos, aumentar la competitividad de nuestras sociedades en un mundo en constante evolución, y fortalecer nuestras instituciones multilaterales, incluyendo los mecanismos de defensa colectiva de la democracia que se contemplan en la Carta democrática de esta organización.

Quisiera subrayar que entiendo muy bien que este diálogo y esta tupida agenda que tenemos por delante no pueden estar exentos de un reconocimiento de las a veces difíciles relaciones históricas entre los Estados Unidos y muchos países del continente americano. Entendemos que en otras épocas a menudo la política exterior del país se guiaba en función de grandes intereses económicos. O que durante la guerra fría el imperativo de seguridad nacional conllevó a que la política exterior estadounidense privilegiara el orden y la seguridad por encima de la consolidación de democracias más justas y representativas. No se puede tener un diálogo genuino si no asumimos nuestras historias.

Es un honor para mí, Señor Presidente, estar aquí en este salón histórico. Al celebrar el centenario de la fundación de la Unión Panamericana debemos enorgullecernos de este logro. Las repúblicas de las Américas crearon la primera organización regional del mundo, sentando así un precedente para las futuras asociaciones internacionales y contribuyendo a la evolución del derecho internacional. Esta iniciativa fue el fruto de una empresa colectiva. Cuando se crearon las Naciones Unidas, los países miembros de América Latina insistieron en que la OEA fuera reconocida como una organización regional propiamente constituida bajo la Carta de las Naciones Unidas.

La historia de la OEA ha tenido sus momentos tristes, pero también sus momentos de grandeza. Algunas de sus instituciones, como la Comisión de Derechos Humanos, han demostrado ser instrumentos eficaces para fomentar y proteger valores esenciales. En fechas más recientes, la adopción de la Carta Democrática Interamericana como manifestación del compromiso de los países del hemisferio para afirmar y defender la democracia ha sido uno de los logros más significativos de la OEA. El origen de la Carta Democrática Interamericana radica en la resolución 1080 adoptada en Santiago, Chile, en 1991 y el documento surgió del consenso firme respecto a que las frecuentes interrupciones de los procedimientos democráticos constitucionales de los países tenían que convertirse en cosa del pasado.

Lo que nos jugamos en Honduras es nada menos que la credibilidad de la OEA y de sus miembros en cuanto a mantenerse fieles al llamamiento a la defensa colectiva de la democracia consagrado en la Carta. Estados Unidos, junto con el resto de los estados miembros, emitió un veredicto unánime al considerar que el presidente debidamente elegido en Honduras, que se encontraba al final de su mandato, fue derrocado de su cargo en un golpe de estado. No hay otra palabra que describa el abrupto y forzado exilio de un jefe de Estado. Lo que es más, si se alega que cualquier ciudadano, incluyendo a un jefe de Estado, ha transgredido la ley, el exilio forzado sin el proceso de derecho debido es una violación de uno de los principios fundamentales de la gobernabilidad democrática cuyos orígenes llegaron hasta nosotros desde la Carta Magna de 1215. Cuando el gobierno de facto se negó a retornar al presidente Zelaya a su cargo, Estados Unidos formó parte de la determinación unánime de que Honduras debía ser suspendido como miembro de la Organización de los Estados Americanos, de conformidad con lo que estipula la Carta Democrática Interamericana.

Esta acción refleja la convicción de todos los estados miembros de que un golpe de Estado o una seria perturbación del orden democrático en un estado miembro podría sentar un precedente perjudicial que correría el riesgo de retornar un modelo político pretoriano que ha probado ser tan dañino para la consolidación de las instituciones democráticas de las Américas.

La Organización de los Estados Americanos y los gobiernos individuales han trabajado arduamente para asistir a Honduras a que encuentre una vía para la reconciliación nacional y el restablecimiento del orden democrático y constitucional, incluyendo la restitución del presidente Zelaya. Este ha sido un proceso continuo en el que ha habido diferentes iniciativas, notablemente las contribuciones extraordinarias del presidente de Costa Rica Oscar Arias, que al trabajar junto con los funcionarios de la Organización de los Estados Americanos propuso el Acuerdo de San José que inicialmente ambas partes aceptaron. Lamentamos que las autoridades de facto en Honduras no estuvieran dispuestas a firmar el acuerdo, lo que ofreció la apariencia de que estaban interesadas en ganar tiempo.

El acuerdo que se firmó finalmente el 30 de octubre en Tegucigalpa, y al que se dio el nuevo nombre de Acuerdos de Tegucigalpa y San José para reconocer el trabajo y los esfuerzos de Arias y la OEA, es un logro significativo del que podemos estar orgullosos. Establece un marco para la resolución de la crisis con cuatro elementos clave: la formación bajo los auspicios de la OEA de una Comisión Internacional de Verificación, la creación de un gobierno interino de unidad nacional, la creación de una Comisión de la Verdad y la votación del congreso hondureño en cuanto a si el presidente Zelaya debe o no reincorporarse al cargo antes de que finalice su mandato constitucional. Es indispensable destacar que ambas partes, tanto las autoridades de facto como el presidente Zelaya, se comprometieron a estas condiciones como la mejor manera de resolver la crisis. Aunque lamentamos el retraso en la formación del gobierno de unidad nacional, quiero felicitar a la OEA y a la Comisión de Verificación por su trabajo incansable en continuar intentando que los acuerdos se apliquen.

Nos complace que Roberto Micheletti haya abierto un espacio prometedor para el compromiso, al declarar que piensa retirarse como líder del gobierno de facto, tomando licencia para facilitar lo que él mismo caracterizó de “un período de reflexión nacional”. Acogemos con beneplácito ese paso e instamos a que facilite la formación expedita de una autoridad de gobierno de “unidad nacional” tal como lo estipula el acuerdo del 30 de octubre, una autoridad que pueda inspirar confianza en todos los sectores de la sociedad hondureña.

Permítame que comente acerca de las elecciones por realizarse en Honduras. Es importante considerar esta elección en su contexto apropiado. Éste es un proceso electoral que se atiene al calendario electoral normal que estipula la Constitución hondureña, y había estado en camino varios meses antes del golpe. Las primarias se efectuaron con altos niveles de participación de votantes, los candidatos renunciaron de otros puestos de acuerdo con la ley hondureña para postularse para la presidencia, y las autoridades electorales del país emprendieron preparativos extensos, entre ellos comisionar la observación internacional. A pesar de las difíciles circunstancias, candidatos de todo el amplio espectro ideológico y político de Honduras –Felícito Ávila, César Ham, Pepe Lobo, Bernard Martínez y Elvin Santos– han participado en una enérgica campaña para ser el próximo presidente de Honduras. Sus campañas han de concluir mañana.

A pesar de la crisis profunda que interrumpió las bases legales del orden democrático en Honduras, ese orden podrá ser mejor restaurado en Honduras cuando todos los principales actores políticos convengan en un principio fundamental. Ese principio es que ninguna autoridad del gobierno puede considerarse legítima si el pueblo soberano no le ha otorgado el derecho de gobernar. Sin embargo, el pueblo soberano sólo puede manifestar su voluntad si las elecciones son libres, justas, pacíficas y fidedignas.

Quiero subrayar que ésta no fue una elección inventada por un gobierno de facto en busca de una estrategia de salida, ni como medio de esconder un golpe de estado. Al contrario, es una elección acorde con la renovación constitucionalmente dispuesta de los mandatos congresional y presidencial que permite que el pueblo hondureño ejerza su voluntad soberana.

No obstante, sí nos preocupan los informes de violaciones de derechos humanos y esfuerzos deliberados de incitar a la violencia y el enfrentamiento en ambos lados políticos de Honduras y que podrían afectar el proceso electoral. Para que la voluntad popular se pueda expresar claramente, las elecciones deben realizarse en un entorno que permita a los candidatos –a todos– hacer campaña en un ambiente de paz y seguridad. Deben poder presentar sus puntos de vista libremente. Y el día de las elecciones, los votantes deben poder emitir su voto en un ambiente de orden y sin intimidación, con la certeza plena de que sus votos serán contados imparcialmente. Recurriremos a los observadores internacionales de la sociedad civil y a nuestros propios observadores para determinar si las elecciones han cumplido con las normas internacionales.

Permítanme ser muy claro, sin embargo, que si bien una elección realizada de manera compatible con las normas internacionales es una condición necesaria para que Honduras vuelva a ser miembro de la Organización de los Estados Americanos, no es una condición suficiente. Es una condición necesaria, pero no suficiente. Para que eso ocurra, las partes en Honduras deben aplicar plenamente los Acuerdos de Tegucigalpa y San José. Esto significa que se ha de constituir un gobierno de unidad nacional que represente a todos los sectores de la sociedad y del Congreso. A su vez, el Congreso hondureño debe votar con toda prontitud en cuanto a la cuestión de la restitución del presidente Zelaya.

El acuerdo contempla también otros elementos cruciales. La OEA debe reforzar la Comisión de Verificación para darle las herramientas necesarias para que informe cabalmente a este organismo en lo que respecta a hasta qué grado las partes en Honduras ha cumplido con sus compromisos. Al mismo tiempo, el acuerdo propone el establecimiento de una Comisión de la Verdad para investigar las circunstancias que derivaron en la disolución del orden institucional en Honduras y proporcionar ayuda en lo que los líderes del país deben hacer para fortalecer las instituciones, reglas y procedimientos democráticos y las prácticas constitucionales.

Este ha sido un momento difícil para el pueblo de Honduras. Confiamos en que los líderes del país se apresten a enfrentar los desafíos que este momento crítico en la historia ha colocado sobre sus hombros. Es hora de que dejen de lado las disputas amargas y se unan en la necesidad de recrear el orden democrático del país y establecer las bases del civismo, a la vez que emprenden la tarea de atender los graves desafíos sociales y económicos que el pueblo de Honduras enfrenta.

Espero con interés trabajar con todos ustedes y con los países de las Américas para ayudar a Honduras a resolver esta crisis de manera tal que el pueblo hondureño pueda recorrer un camino llano, pacífico y oportuno, a la vez que se deja bien sentado, sin vacilaciones, que la interrupción del orden democrático y constitucional en un país miembro es inaceptable a la luz de nuestros valores comunes como los expresa la Carta Democrática. Por último, espero trabajar con todos ustedes en este recinto y con los países que ustedes representan para avanzar nuestra agenda común en lo que espero que sea una nueva era de cooperación con respeto mutuo.

http://www.terra.cl

Written by Eduardo Aquevedo

26 noviembre, 2009 at 22:56

Honduras, EE.UU y A. Latina: escenarios…

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Escenarios

Por Santiago O’Donnell

AMER02 La crisis de Honduras sigue sin resolverse, pero con la campaña electoral en marcha ya se vislumbran algunos posibles escenarios. Desde la perspectiva de Washington, la solución multilateral que ellos preferían fue intentada y fracasó cuando se cayó el llamado Acuerdo de San José-Tegucigalpa.

Por supuesto que Estados Unidos no fue ajeno a ese proceso multilateral desde el mismo momento en que impulsó como negociador a Oscar Arias, cosa que los demás países de la región aceptaron. Y más allá de si apoyó, consintió, o no hizo suficiente cuando el avión que llevaba al exilio al presidente legítimo hizo escala en la base de Palmerola, a la hora de negociar el gobierno de Obama aceptó que la vuelta de Zelaya al poder era una condición imprescindible para llegar a un acuerdo, y entendió que el dictador Micheletti sólo aceptaría dicha solución bajo presión de la comunidad internacional. Entonces canceló las visas de los golpistas, expulsó a sus diplomáticos, congeló su crédito internacional, y los denunció en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Y quizá algo más. Este cronista no lo pudo confirmar, pero una fuente diplomática europea le deslizó que el regreso de Zelaya a su país también se produjo a través de la base de Palmerola. La ruta del regreso es tema tabú entre los zelayistas, y en todo caso el gobierno de Estados Unidos fue el primero en darle la bienvenida y llevarle comida cuando Zelaya se refugió en la embajada brasileña de Tegucigalpa. Makes sense.

Pero según contó una fuente cercana al gobierno de Obama, cuando el acuerdo se cayó hace dos semanas los zelayistas y los gobiernos latinoamericanos le dijeron a Estados Unidos que resolviera el problema. Entonces Shannon viajó a Tegucigalpa y negoció un acuerdo, que decía que el Congreso debe decidir la restitución de Zelaya, “en el espíritu del acuerdo de San José de Costa Rica”. O sea, el Congreso debe resolver, pero con la idea de que Zelaya debe ser restituido.

Claro que en términos legales “espíritu” es una palabra difícil de sopesar. Cuando Zelaya no fue restituido por el Congreso dentro de los plazos que se conversaron en la negociación, con toda razón se dio por engañado y dio por terminado el acuerdo. Pero el miércoles pasado Ian Kelly, vocero del Departamento de Estado, dijo que el acuerdo sigue vigente porque no establecía plazos para la restitución de Zelaya. Y anteayer el dictador anunció que para facilitar la transición piensa “alejarse del poder” mientras se celebran las elecciones, el próximo domingo. El mandato del futuro presidente empezaría a fines de enero.

Desde la perspectiva de Washington, las cosas están encaminadas. El escenario ideal es convencer a Zelaya de que reasuma aunque sea en el último día de su mandato para legitimar al próximo gobierno. Calculan que la dictadura no tendría problema en que asumiera Zelaya pocas horas o algunos días antes de que termine su mandato constitucional, y que todavía podrían negociar algunas cosas con Zelaya, para que cambie de idea. Desde que se cayó el acuerdo, Zelaya viene diciendo que la elecciones del 29 de noviembre serán un fraude y una farsa y que no será funcional a las maniobras para legitimarlas.

“¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que haya elecciones razonablemente libres, aunque Zelaya no las apoye, y que se elija un nuevo gobierno? Claro que no es la solución ideal, pero las demás opciones son peores”, argumenta una fuente estadounidense.

Entonces, desde la perspectiva de Washington, a Zelaya ahora le queda la opción de aceptar un regreso simbólico para legitimar las elecciones, o exponer al próximo gobierno de Honduras a cuatro años más de aislamiento diplomático, porque la Organización de Estados Americanos (OEA) ya ha dicho que sin restitución de Zelaya no reconocerá al ganador de los comicios.

El primero sería el escenario ideal para los estadounidenses; el segundo sería un escenario alternativo pero igualmente aceptable. El aislamiento de Honduras sería sólo parcial. Para empezar, la Unión Europea dice que recién se pronunciará al respecto después de las elecciones. La mayoría de los países de la región y el propio organismo mantendrían su posición de no reconocer las elecciones del 29 de noviembre. Pero en la OEA evalúan que Panamá, Colombia, Canadá y quizá Perú acompañarían a Estados Unidos en el reconocimiento del nuevo gobierno.

Siempre tan prácticos estos norteamericanos. Típica solución de su manual de “nation building”, ese que está lleno de promesas, pero que ya cuenta con demasiados fracasos, siendo el último el vergonzoso acto eleccionario en Afganistán el 20 de agosto. No existe el almuerzo gratis. En América latina costó demasiada sangre entender que los pueblos no toleran líderes proscriptos, ni aguantan la pesada herencia de un golpe impune.

Lamentablemente, a la hora de elegir muchas ex colonias siguen comportándose como colonias, casi por inercia, sobre todo a la hora de repartir culpas. Los verdaderos dueños de las llaves para destrabar el conflicto son los políticos hondureños. Si los principales candidatos se bajaran de estas elecciones ilegítimas, forzarían la restitución de Zelaya y desbaratarían la estrategia estadounidense de mantener el statu quo.

Ese escenario haría posible una verdadera refundación de Honduras. El punto de partida sería una discusión sobre la principal herramienta de control de los sectores conservadores y proestadounidenses que forzaron la salida de Zelaya.

Esa herramienta de dominación es la Constitución hondureña. Fue sancionada en 1982, en plena guerra de contrainsurgencia, cuando ese país era la plataforma de lanzamiento de las operaciones militares y de inteligencia del gobierno de Ronald Reagan para desestabilizar al gobierno sandinista y combatir la guerrilla en El Salvador y Guatemala.

Una Constitución tan rígida que hasta prohíbe cualquier intento por reformarla, y a la vez tan perfectible que ni siquiera contempla un proceso de juicio político para un presidente acusado de violarla. Podría decirse que esa es la contradicción que dio origen a la crisis política hondureña. Los errores de cálculo de Zelaya y sobre todo la ambición de poder de la derecha golpista local e internacional hicieron el resto.

La crisis encuentra a la región en un estado de ebullición, sin grandes dramas pero con varios escenarios potencialmente explosivos. La pelea entre Perú y Chile por un caso de espionaje, las tensiones crecientes en la frontera entre Colombia y Venezuela, la amenaza golpista que jaquea al presidente paraguayo, el enfrentamiento entre gobierno y empresarios en Guatemala son nubes que se acumulan en el horizonte. Nubes que parecen augurar un cambio de época.

Antes, bajo la tutela de Washington, muchos de estos conflictos ya estarían resueltos o encaminados hacia un desenlace previsible. Los escenarios que hoy se pueden vislumbrar para Honduras y la región no serán alentadores, pero tampoco son tan catastróficos como cuando todo se solucionaba con el garrote de los Marines y la chequera del FMI.

Las huellas que va dejando el repliegue estadounidense –repliegue táctico, estratégico, temporario, permanente, cínico, sincero, oportunista, inevitable: el tiempo dirá– son huellas que conducen a un escenario denso, fragmentado, fluido e imprevisible.

Un escenario sin divas ni finales cantados, que invita a la construcción colectiva. O sea, a la emergencia de nuevos liderazgos, a la creación y afinación de instrumentos regionales, a la convergencia económica, política y cultural, al pago de deudas internas.

Nuevos actores, nuevo guión, un público que se renueva. El escenario cambió. No del todo, pero cambió bastante. Y bastante costó cambiarlo como para pensar que sólo cambió el decorado.

sodonnell@pagina12.com.ar

EE.UU reitera apoyo a dictadura en Honduras…

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En más de 30 años como diputado, Micheletti aprendió el autoritarismo que exhibe: analista

Reitera el Departamento de Estado respaldo a las elecciones en Honduras

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Arturo Cano

Enviado, Periódico La Jornada

Tegucigalpa, 18 de noviembre. Estados Unidos manda a su hombre no para sacar a José Manuel Zelaya de la mitad del río, sino para alejarlo más de cualquier orilla. Parte importante de la solución para avanzar hacia el futuro son las elecciones hondureñas, dice el subsecretario de Estado adjunto para América Latina, Craig Kelly, ya asiduo visitante de este país.

Con la declaración se cierra toda posibilidad, si quedaba alguna, de que Honduras vaya a elecciones con su presidente legítimo. Kelly no necesita los cinco minutos que según Zelaya le tomaría a Estados Unidos reinstalarlo, sino menos de uno, para afirmar que nadie tiene derecho de quitar al pueblo hondureño el derecho de votar y de elegir a sus líderes.

Da igual. El Congreso hondureño ya había anunciado que la sesión en que decidirá sobre la restitución del presidente Zelaya se realizará después de los comicios, y entonces Honduras tendrá tres presidentes: uno electo, otro de facto y uno más refugiado en la embajada de Brasil, país que, con Argentina, hace saber que no reconocerá al gobierno surgido de los comicios del 29 de noviembre, ya declarados fraudulentos por Zelaya y la resistencia que le acompaña.

Richard Lugar, el republicano más pesado en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadunidense, elogia la decisión del Congreso hondureño y pide que su país reconozca la elección si reúne las normas internacionales de justicia y transparencia.

¿Cuáles observadores y con cuáles credenciales técnicas y democráticas calificarán si se cumplen las normas? A saber, porque hasta ahora, los únicos que han anunciado que vendrán son los amigos de ultraderecha y derecha simple del régimen golpista. Ni los legisladores republicanos de Estados Unidos pueden venir porque no hay demócrata que los acompañe.

Igual, Lugar pide a los países de la región, y especialmente a Brasil, que admitan que la única vía para superar la crisis es el reconocimiento de los comicios.

Y como eso es lo más importante, los diputados que buscan la relección podrán terminar sus campañas sin distracciones y luego concentrarse en el silencio electoral de cinco días que la ley impone.

El Congreso hondureño, escuela de dictadores

El 2 de diciembre, ya confirmados en sus cargos, retornarán a sus curules, en un espantoso edificio en el centro de esta ciudad, donde el patio ha sido utilizado como prisión temporal para los zelayistas rijosos, quienes han rebautizado la plaza frente a la sede del congreso como plaza de los diputíteres.

Ahí, lo más probable es que buena parte de los 128 diputados cumplan, una vez más, con una de las reglas de oro del sistema político hondureño: Que cualquier reforma sea seguida de inmediato por una contrarreforma, como frasea el analista Manuel Torres. En este caso, la reforma es el acuerdo de Tegucigalpa-San José, tan celebrado e inmediatamente cachado por el Congreso hondureño para hacerlo trizas a fuerza de demoras.

El Congreso hondureño tiene, de verdad, sus peculiaridades. Torres, periodista de larga experiencia y acucioso observador de la realidad de su país, sostiene que una de las claves de la crisis estructural que atraviesa Honduras es el enorme peso que tiene el Poder Legislativo.

Roberto Micheletti, afirma, no aprendió el autoritarismo que exhibe en los cinco meses que lleva en el poder, sino en sus más de 30 años como diputado en el Congreso Nacional, una escuela de dictadores.

La clave es el reglamento interior del órgano legislativo, aprobado en la Constituyente de 1982 que dio fin a los regímenes militares, y hace de este congreso el más antidemocrático de toda América Latina.

Tal reglamento otorga al presidente del Congreso un control absoluto de las decisiones y los dineros, y tal fue el cargo que tuvo Micheletti durante los últimos años.

El enorme poder del Legislativo ha llegado a extremos patéticos. En 2004, por ejemplo, el Congreso se arrogó la facultad de interpretar la Constitución. El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos declaró inconstitucional la medida y más tarde la Suprema Corte hizo lo propio, en virtud de que según la propia Constitución, sólo el Poder Judicial puede interpretar la ley suprema. El decreto nunca llegó a publicarse, de tal manera que, desde entonces, el Congreso tiene la facultad de ajustar a su conveniencia la carta máxima del país.

Dictadura perfecta a lo catracho

Los dos partidos tradicionales tienen 117 de los 128 miembros del Congreso unicamaral. El Partido Liberal (PL) cuenta con 62 diputados y el Nacional (PN) 55. El resto se reparte entre tres pequeñas formaciones políticas, dos de las cuales se inclinan siempre hacia el mejor postor.

Gracias a su enorme peso en el escenario nacional, el presidente del Congreso, José Alfredo Saavedra, no se ha cansado de repetir acerca de la sesión para decidir el futuro de Zelaya: Nadie nos puede imponer plazos.

El alarde de autonomía no es compartido por buena parte de los hondureños, que desde hace mucho sabe que los diputados llegan a sus cargos no por el apoyo de sus electores, sino por el respaldo de las diez o 15 familias más poderosas del país.

¿Cuántos de los 128 diputados tienen dueño? Quizá con excepción de los seis de Unificación Democrática, todos, dice un veterano reportero de temas legislativos.

“Los industriales tienen a sus propios representantes de facto en el Congreso, de igual forma que los tienen los banqueros, los comerciantes importadores, los empresarios del turismo, la construcción o las telecomunicaciones… Es el sistema de lobby estilo Honduras, la red de influencias con la impronta nativa, el estilo criollo, la picardía aborigen”, describe Víctor Meza, ministro de Gobernación de Zelaya, en su texto Los grupos fácticos y la transición a la democracia, escrito antes de que ocupara su cargo.

El Congreso decide los nombramientos de los magistrados electorales, de las cabezas del Tribunal Superior de Cuentas y muchos otros órganos del Estado. Aunque el proceso es relativamente más transparente en el caso de la Suprema Corte de Justicia, puesto que hay nominaciones, a final de cuentas el pastel se reparte así: ocho magistrados para los liberales y siete para los nacionalistas. Cada cuatro años, la ecuación se invierte.

Ese congreso donde liberales (ahora divididos) y nacionalistas se reparten el queso, decidirá después de las elecciones, con la bendición de Estados Unidos: Celebrar la votación el 2 de diciembre no es necesariamente incoherente con el acuerdo, afirma Ian Kelly, vocero del Departamento de Estado, desde Washington.

Kelly dice que Zelaya debe ser restituido antes de que termine su mandato, y nada más.

¿Le parecería bien al Departamento de Estado el 26 de enero?

Espero que con la llegada de Arturo Valenzuela (como nuevo subsecretario para asuntos de la región) haya algún cambio, pero tal vez ya sea demasiado tarde, dice Vicki Gass, analista de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), cuyas palabras resumen el desencanto de quienes están contra la legalización del golpe de Estado por la vía electoral.

Micheletti sonríe con el enviado de Washington, que se regresa hoy mismo, mientras en las calles crece el rumor de que si Zelaya sale de la embajada será rumbo al exilio.

Manuel Torres, con Zelaya en el rechazo a un proceso electoral en estas condiciones, lo ve como una posibilidad: Sí, creo que él está buscando proteger a su familia y a su círculo cercano, y después podría irse exiliado.

Sería la confirmación de una frase que a Torres le gusta repetir: La dictadura perfecta no era la del PRI, es la del bipartidismo hondureño.

Written by Eduardo Aquevedo

19 noviembre, 2009 at 14:19

Carta del presidente Zelaya a Barack Obama

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José Manuel Zelaya Rosales

Tribuna Popular

PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA
Tegucigalpa, 14 de Noviembre de 2009
S. E.
BARACK OBAMA
PRESIDENTE EEUU
Washington D. C.
Estimado Presidente Obama:

Cuando nos reunimos por primera vez el 8 de julio con la Secretaria de Estado Clinton después del Golpe de Estado se dejo claro ante mi y ante el mundo la posición de la administración Obama de condenar el Golpe de Estado, desconocer sus autoridades y exigir el retorno del estado de derecho con la restitución, al cargo de Presidente electo por el pueblo .

La posición oficial de su gobierno y sus representantes que patrocinaron y firmaron las resoluciones de la ONU, OEA. En el que el tercer punto exige mi restitución inmediata y segura.

A partir del 28 de junio de 2009 mi secuestro por los militares y destierro a Costa Rica.

El Congreso de la República emitió un decreto ilegal donde ordena "Separar al ciudadano José Manuel Zelaya del cargo de Presidente Constitucional de la República" sin facultades constitucionales para hacerlo, y sin el debido procesos sin ser citado a ningún juicio.

Desde la primera reunión con la secretaria Hillary Clinton me propusieron la mediación del Presidente de Costa Rica Óscar Arias a pesar de que considero que es contraproducente dialogar con personas que tienen un arma en sus manos, acepté considerando el auspicio de EE.UU y de la comunidad internacional.

En un comunicado de fecha 04 de septiembre del presente año la Secretaria de Estado Hillary Clinton expresaba a lo siguiente: »La conclusión positiva del proceso iniciado por Arias sería la base adecuada para proceder con una elección legítima»

De todos es conocido que el Régimen de Facto sin la visita a Honduras del sub. Secretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, Daniel Restrepo y Craig Kelly no hubieran firmado el Acuerdo. Todos sabemos por qué se rompió el acuerdo, Tegucigalpa – San José.

El propio Presidente Óscar Arias en aras de la verdad declaró que:

"Micheletti nunca tuvo voluntad de colaborar y que por el contrario se estaba burlando de la comunidad internacional y sólo buscaba dilatar el tiempo para nunca entregar el poder a quien corresponde" .

El Ex Presidente Ricardo Lagos, miembro prominente de la Comisión Internacional de Verificación en sus declaraciones confirmó esto, al manifestar: "El Señor Micheletti lo rompió", » Micheletti hizo cosas que no debía haber hecho como decir ‘yo formaré un gobierno de unidad sin Zelaya" lo que hizo fracasar este acuerdo negociado.

El propio día en que se instalaba en Tegucigalpa la Comisión de Verificación del acuerdo, sorprendieron las declaraciones de funcionarios del Departamento de Estado donde modifican su posición e interpretan el acuerdo unilateralmente con las declaraciones siguientes "… las elecciones serían reconocidas por Estados Unidos con o sin restitución …"; El régimen de facto celebró este cambio y utilizaron estas declaraciones para sus objetivos, e inmediatamente terminaron por incumplir y violar el Acuerdo

Por lo anteriormente expuesto nos manifestamos de la siguiente manera :

Que el Acuerdo Tegucigalpa-San José queda sin valor ni efecto por incumplimiento unilateral del gobierno de facto. Este fue concebido para implementarse en forma integral y simultánea; pues no se contemplaron como doce acuerdos separados, fue un solo acuerdo con doce puntos el cual tenía un solo propósito, restaurar el orden democrático y la paz social, y con esto se revirtiera el golpe de estado, lo que implica el seguro retorno del Presidente de República elegido legítimamente por voto popular. Y con esto, propiciar un clima de reconciliación nacional y un siguiente proceso electoral constitucional, limpio, con garantías de participación igualitaria y libre para todos los ciudadanos de Honduras

Que las próximas elecciones se debían desarrollar en un marco de legalidad y respaldo internacional especialmente de la OEA y NNUU, y que fuera de esas condiciones políticas y de derechos ciudadanos mínimos para garantizar un resultado apegado a la libertad y a la transparencia.

En esto, quiero anotar que la nueva posición de los funcionarios del Gobierno de los Estados Unidos esquiva el objetivo inicial del diálogo de San José, relegando un acuerdo con el Gobierno legítimamente reconocido hacia un segundo plano, y tratando de trasladar este acuerdo hacia un nuevo proceso electoral sin importar las condiciones en que se desarrolle. Entre otras, con recursos públicos están siendo autorizados por funcionarios públicos no reconocidos legalmente e imputados a un documento de Presupuesto que no ha sido autorizado por Presidente legítimamente reconocido.

En estas condiciones, este proceso, y por lo tanto sus resultados serán sujetos de impugnación y no reconocimiento; lo cual pone en grave riesgo la estabilidad futura de las relaciones entre Honduras y el resto de naciones que reconozcan sus resultados.

Como lo ha señalado el Secretario General de la OEA José Miguel Insulza, no existe un ambiente político, para elecciones, como lo ha observado y apuntado la Congresista Norteamericana Jane Sharkorky en su visita a Honduras, se observa un ambiente comprobado de violación a los derechos humanos en Honduras.

El 6 de noviembre pasado, hemos comunicado nuestra negativa a continuar con el dialogo falso, y por lo tanto al expirarse el plazo el texto constituye letra muerta que pierde vigencia, porque un acuerdo se cumple en tiempo y forma, la violación de este por el régimen de facto es para nosotros la condición que determina que el acuerdo dejo de existir.

Indudablemente se perdió tiempo precioso en este intento fallido.

La elección presidencial esta actualmente prevista para la última semana de noviembre. En este caso, como Presidente Constitucional de Honduras, y como ciudadano que representa y fue elegido por voto democrático del pueblo de Honduras, me veo en la obligación de informar que bajo estas condiciones no podemos respaldarla y procederemos a impugnarlo legalmente en nombre de millares de hondureños y de cientos de candidatos que sienten que esta competencia es desigual y no se presentan las condiciones de participación en libertad.

En Honduras por la represión a que hoy está sometido el pueblo Hondureño, donde no se respeta ni la mas alta autoridad el Presidente de la república donde no se ha considerado que en tres años logré los mejores indicadores económicos y la más grande reducción de la pobreza de los 28 años de vida democrática, donde fui derrocado por la fuerza de las armas, nunca fui sometido a un juicio ni al proceso debido y tengo hoy 24 acusaciones y órdenes de captura por narcotráfico corrupción y terrorismo, entre otros, y donde la mayor parte de los Ministros de mi gabinete son objeto de persecución política y se encuentran huyendo del régimen en diferentes partes de América.

3500 personas detenidas en cien días, mas de 600 personas heridas y golpeadas en los hospitales, más de un centenar de asesinatos y una incontable cantidad de personas sometidas a torturas cometidas contra ciudadanos que se atreven a oponerse y manifestar sus ideas de libertad y justicia, en manifestaciones pacíficas, todo esto convierten las elecciones de noviembre en un ejercicio anti-democrático, por estado de ilegitimidad, por la incertidumbre y la intimidación militar, para grandes sectores de nuestro pueblo.

Realizar elecciones, en las que el Presidente electo por el pueblo de Honduras, a quien reconoce su Gobierno y la Comunidad Internacional, está prisionero, rodeado por militares en la sede diplomática de Brasil, y un Presidente de Facto, que impusieron los militares, rodeado por los poderosos en el palacio de gobierno, será una vergüenza histórica para Honduras y una infamia para los pueblos Democráticos de América.

Este proceso electoral es ilegal porque oculta el golpe de estado militar, y el estado de facto en que vive Honduras no brinda garantías de igualdad y libertad en la participación ciudadana, a todos los Hondureños, es una maniobra electoral antidemocrática repudiada por grandes sectores del pueblo para encubrir los autores materiales e intelectuales del Golpe de Estado.

Las Elecciones son un proceso no son sólo un día donde se va elegir, es un debate, es exposición de ideas es igualdad de oportunidades.

En mi condición de Presidente electo por el pueblo Hondureño, reafirmo mi decisión que a partir de esta fecha cualquiera que fuera el caso, YO NO ACEPTO, ningún acuerdo de retorno a la presidencia, para encubrir el golpe de estado, que sabemos que tiene un impacto directo por la represión militar sobre los derechos humanos de las habitantes de nuestro país.

Sr. Presidente.

En la Cumbre de Países del Continente Americano celebrada en Trinidad y Tobago a principios de este año, donde estuve presente Usted manifestó

"Que dejáramos de acusar a Estados Unidos por lo que hizo en el pasado en el continente y que viéramos hacia el futuro". El futuro que hoy nos muestran al alterar su posición en el caso de Honduras y favorecer así la intervención abusiva de las castas militares en la vida cívica de nuestro Estado, (causa histórica del atraso y estancamiento de nuestros países en el siglo XX) no es más que el ocaso de la libertad y un desprecio a la dignidad humana, es una nueva guerra contra los procesos de reformas sociales y democráticas tan necesarios en Honduras.

Presidente Obama.

Cada vez que se derroca un Gobierno legítimamente electo en América la violencia y el terrorismo nos gana una batalla y la Democracia sufre una derrota.

Todavía nos resistimos a creer que este golpe de estado militar en ejecución en Honduras, es ya el nuevo terrorismo de estado del siglo XXI. Y será el futuro para América Latina que nos habló en Trinidad y Tobag.

Estamos firmes decididos a luchar por nuestra democracia sin ocultar la verdad y cuando un pueblo se decide a luchar pacíficamente por sus ideas, no hay arma, no hay ejército ni maniobra capaz de detenerlo.

En espera de su pronta respuesta, le reitero mi más alta consideración,

JOSE MANUEL ZELAYA ROSALES

Presidente de Honduras


Fuente: http://www.pcv-venezuela.org/index.php?option=com_content&task=view&id=6007&Itemid=1

Written by Eduardo Aquevedo

17 noviembre, 2009 at 21:48

Honduras: las maniobras que arruinaron el crédito de Obama en América Latina… Entrevista a M. Zelaya

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EU fortaleció la dictadura en Honduras al cambiar de postura: Manuel Zelaya

HONDURAS-MILIT3 No acepto acuerdos para legitimar el golpe, sostiene el mandatario en entrevista con La Jornada

Arturo Cano, Enviado Periódico La Jornada

Tegucigalpa, 16 de noviembre. ¿Cuánto tiempo le da usted al próximo presidente de Honduras? ¿No le parece una burla que llamen a elecciones para que las fuerzas armadas lo quiten cuando quieran, como hicieron con el anterior? Habla así el presidente José Manuel Zelaya, en entrevista con La Jornada, en su día número 57 como huésped de la embajada de Brasil.

Desde ahí pide que le sean leídos los comentarios de Ian Kelly, vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, quien poco antes ha afirmado, en Washington: No hemos cambiado nuestra política.

Se ríe Zelaya y pregunta: ¿Fue todo lo que dijo de Honduras?

“Tenemos a altos responsables aún involucrados, intentando, no que ambas partes se pongan de acuerdo, sino que implementen lo que ya se acordó.

Aún se pueden hacer cosas, se completa la lectura del despacho con las declaraciones de Kelly, respuesta provisional a la carta que el sábado Zelaya envió al presidente Barack Obama para reprochar a Estados Unidos haberlo dejado a mitad del río.

–¿Dijo no hemos cambiado nuestra política?

–Eso dijo.

La risa de Zelaya es un asomo de humor luego de la lúgubre respuesta que sigue a ¿Cómo está, presidente? No tan bien como usted, que está en libertad.

Nos dejaron a la mitad del camino

Y le responde a Kelly: Qué contesta a la realidad entonces, porque habíamos hecho un acuerdo de que las elecciones se iban a dar en forma pacífica, en forma concertada, con un acuerdo político, que se implementara y que se ejecutara. No se ha implementado el acuerdo, que venció el 5 de noviembre, que se venció porque ellos cambiaron su posición; ellos empezaron a expresar que se podían hacer elecciones sin mi restitución.

–La multicitada declaración del subsecretario Thomas Shannon.

–El senador (James) De Mint (republicano) dijo que habían hecho un trato, republicanos y demócratas, para reconocer las elecciones, con o sin mi restitución. Después la administración Obama repitió lo mismo. Nos dejaron a la mitad del camino, en medio de la corriente, han debilitado, han dividido la opinión pública internacional. Además, desacataron las resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA)y la Organización de Naciones Unidas (ONU), y desconocieron el espíritu del acuerdo que se firmó.

El acuerdo, sigue Zelaya, tiene “12 puntos, pero es uno solo, integral y global: si uno de los puntos no se cumple el acuerdo no tiene validez, porque no hemos firmado 12 acuerdos.

Ellos (Estados Unidos) cambiaron la política y además tienen que responder ante el derecho internacional, porque yo soy el presidente de los hondureños que ellos reconocen y estoy expresando que apoyar una actividad (las elecciones del 29 de noviembre) de un gobierno ilegal, como ellos lo tratan; apoyar una actividad de un gobierno ilícito que dio un golpe de Estado, es violentar el acuerdo.

–Muchos medios interpretaron la parte sustancial de su carta al presidente Obama como una renuncia a toda posibilidad de restitución. ¿Es así?

–Las personas que saben leer no pueden expresarse así. Fui totalmente claro y enfático: yo no acepto acuerdos para legitimar golpes de Estado. El acuerdo que me están proponiendo es que (Roberto) Micheletti dirija el gobierno de unidad; eso es un golpe de Estado más. Y es lo que he dicho en la carta. Ahí nadie habla de renuncia, nadie habla de restitución, sino lo que dije fue que no acepto el acuerdo de retorno a la Presidencia para legitimar un golpe de Estado.

–Líderes de la resistencia se preguntan en voz alta: ¿por qué se firmó un acuerdo que permitió tantas escapatorias al gobierno de facto? ¿Había un compromiso no escrito de que usted sería restituido y por eso firmó?

–El que diga eso no entiende la conflictividad en que estábamos negociando. Si yo en ese documento pusiera todo lo que quiero decir del gobierno de facto, de los golpistas, o ellos todo lo que tienen que decir, el documento no se firma. Es un documento que habla de propósitos, de objetivos, y sólo para introducir un párrafo vino Thomas Shannon, sólo para introducir un párrafo que dice dentro del espíritu del plan Arias. Y el espíritu era el restablecimiento del orden democrático, es decir, mi restitución.

Zelaya se refiere a la letra del acuerdo firmado por sus representantes y los de Roberto Micheletti el 30 de octubre, específicamente al punto cinco, donde se establece dejar la decisión al Congreso nacional para que resuelva en el espíritu del acuerdo de San José, el cual, efectivamente, preveía su restitución. El texto plantea que el Congreso “resuelva en lo procedente respecto ‘a retrotraer la titularidad del Poder Ejecutivo a su estado previo al 28 de junio’” y también que su decisión deberá sentar las bases para alcanzar la paz social, la tranquilidad política y gobernabilidad democrática.

Sigue Zelaya: “(el acuerdo dice que) el Congreso debe resolver, no dice que debe complicar, atrasar o confundir. Entonces a quién le caben dudas. La maquinaria de los que apoyan a Micheletti a nivel internacional empezó a decir que el documento no decía que había que restituirme, y eso es falso: el documento dice que hay que solucionar con la restitución y el espíritu del plan Arias. Es un documento para la reconciliación. ¿Podrá haber reconciliación si sólo una de las partes ejerce su voluntad? El documento está bien hecho, totalmente, eso es claro. Como es claro que Estados Unidos cambió su postura a la mitad del camino y fortaleció la dictadura.

–¿Espera todavía un cambio de postura de Estados Unidos?

–Reclamo el incumplimiento de la palabra y el desacato a todas las resoluciones que ellos mismos habían firmado en la OEA y en la ONU, igual que la violación al derecho internacional al venir a reconocer una actividad de un gobierno que ellos mismos llaman ilegítimo.

Foto

El presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, captado hace unos días en la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde se encuentra en calidad de huésped desde el 21 de septiembreFoto Ap

He expresado claramente que se han alejado del discurso del presidente Obama en Trinidad y Tobago, cuando dijo que en Estados Unidos iba a venir una nueva época. Pensé que era una época de paz y de democracia, no que era una época de golpes de Estado, ni de triquiñuelas. Se han alejado de los principios de la democracia estadunidense. Abraham Lincoln detuvo la guerra cuatro meses y firmó un acuerdo de paz para hacer elecciones. Y éstos quieren hacer elecciones tipo Afganistán, sin acuerdo político. No son herederos de Lincoln si aquí promueven unas elecciones con represión, con persecuciones, con censura mediática, con intimidación de los militares para los grupos de la resistencia, los grupos que me apoyan a mí. La intromisión de los militares en la vida política del país es un atentado en contra de la paz, y lo que está fomentando es el terrorismo de Estado. Ése es mi reclamo.

Desde el diálogo de San José, dice Zelaya, aceptó sentarse a negociar con los golpistas porque Estados Unidos estaba detrás. Pensé que iban a mantenerse firmes hasta el final, y a mitad del camino me dejaron en la corriente.

Micheletti va al cine y se asusta

–¿Tiene espacio para dar la batalla dentro del Partido Liberal (PL) o se plantea una tercera fuerza política para romper el bipartidismo?

–El liberalismo hondureño tiene 117 años y siempre nos hemos opuesto a la intervención de las fuerzas militares en la vida cívica. Nunca hemos tenido un acto tan vergonzoso como el que protagonizaron Micheletti y Elvin Santos (candidato a la presidencia del PL), de promover un golpe de Estado, derrocando un presidente legítimamente electo por el pueblo. Es una vergüenza internacional y lógicamente no habla bien de los dirigentes de ahora. La historia tendrá que juzgar los actos.

–¿Seguirá en el Partido Liberal?

–Yo soy liberal porque creo en su historia, creo en la doctrina. El partido me llevó a la Presidencia de la República y sigo respetando su idiosincrasia. Quien se ha alejado del liberalismo es el señor Micheletti, que de liberal no tiene absolutamente nada, más que los recuerdos tristes que le deja a este país.

Esta mañana, Roberto Micheletti celebra todavía su nombramiento como vicepresidente de la Internacional Liberal, dado a conocer el fin de semana por el holandés Hans Van Baalen, quien vino a tirarle golpes al presidente nicaragüense Daniel Ortega y a llamar al presidente de facto libertador de las Américas.

En un programa de televisión habla Christian Luth, director para Centroamérica de la fundación Naumann, órgano de los liberales alemanes que asesora al candidato Elvin Santos. Lo hace al lado de la viceministra de Relaciones Exteriores de Micheletti, Martha Lorena Alvarado, quien celebra cuando Luth dice que un día que Zelaya regrese al poder basta para que convierta a Honduras en una nueva Cuba.

Micheletti llama para agradecer las flores que le echan en el programa y aprovecha para contar su día domingo. Estuvo en Intibucá, que se supone que es reducto de la izquierda, pero donde le ofrendaron un recibimiento apoteósico. Luego fue a su tierra, Yoro, donde se reunió con sus socios de una empresa de transportes. Por la noche, con su esposa, “fuimos al mall, a ver (la película) 2012, que nos asusta mucho pero ojalá no pase nada”. Gran día para el libertador de las Américas.

Palo, plomo y plata

–¿Va a insistir en que los candidatos que han estado contra el golpe se retiren del proceso electoral? –se pregunta a Zelaya.

–He instado a impugnar este proceso por ilegal, y por el futuro de nuestros hijos. Cuando aceptan un yugo, simplemente por el uso de la fuerza o por intereses materiales, están alejándose de los principios democráticos.

–¿Llamará a César Ham, de Unificación Democrática, a retirar su candidatura presidencial?

–Estoy tratando de que la conciencia del pueblo no se preste a legitimar un golpe de Estado. Las elecciones son para elegir presidente. ¿Los elige el pueblo o las fuerzas armadas? ¿Para qué quieren elegir un presidente para que lo quiten las fuerzas armadas? ¿Cuánto tiempo le da usted al próximo presidente? ¿No le parece una burla? Llamar a elecciones para que lo quiten las fuerzas armadas, si al anterior lo quitaron cuando se les ocurrió. Claro, las fuerzas armadas fueron el instrumento, no planificaron ni financiaron el golpe. Revertir el golpe antes de las elecciones era para garantizar el respeto a la soberanía popular. ¿Qué sentido tiene llamar al pueblo para que decida si ellos son los que deciden? Es una burla. El que participe en una farsa como esta, significa que es un instrumento, para prestarse a que este país siga siendo manoseado por quien quiera. Y yo no participo en farsas ni en fraudes de esta naturaleza.

Insiste Zelaya en que quería su retorno al poder para llegar a elecciones en democracia, libertad, con igualdad de participación. Y remata: “Pero aquí se aplica la política de las ‘tres pes’, que es muy conocida en la historia de los golpes de Estado: palo y plomo para los enemigos y plata para los amigos”.

Este viernes, Zelaya cumple dos meses en la embajada de Brasil. Hoy lo deja el sacerdote Andrés Tamayo, de origen salvadoreño, a quien el gobierno de facto ha amenazado un día sí y otro también por sus declaraciones contra el fraude electoral. Tamayo sale bajo la protección del cónsul de El Salvador, para abandonar también el país donde ha encabezado luchas en defensa de los bosques durante veinte años. El domingo Zelaya ya no tendrá quien le diga misa.

Written by Eduardo Aquevedo

17 noviembre, 2009 at 16:14

Manuel Zelaya lidera el boicot, después del fracaso…

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FRUSTRADAS LAS NEGOCIACIONES PARA SU RESTITUCION, AVANZA LA CAMPAÑA ELECTORAL

En las últimas horas ya no se habla de negociaciones, plazos o acuerdos. La dictadura parece atornillada al poder y las elecciones son un hecho. Los candidatos progolpe se lanzaron a aprovechar las últimas dos semanas de campaña.

Por María Laura Carpineta

Faltan exactamente dos semanas para las elecciones hondureñas y la dictadura no sólo consiguió dividir a la comunidad internacional, sino también a los zelayistas y sus aliados. Perdido el apoyo del gobierno de Barack Obama, las fuerzas democráticas del pequeño país centroamericano tienen que decidir entre boicotear los comicios del 29 de noviembre y hacer una declaración política ante el mundo –que en su mayoría sigue apoyándolos– o participar en la elección e intentar mantener aunque sea algunos espacios de poder los próximos cuatro años. El Frente de Resistencia Popular y el presidente derrocado Manuel Zelaya llamaron a retirar las candidaturas y no votar, pero no todos están seguros. “La lucha no termina el 29 de noviembre. Si les entregamos todos los cargos va a ser mucho más difícil recuperar nuestra democracia”, se justificó el candidato del principal partido progresista, Carlos Ham.

En las últimas horas ya no se habla de negociaciones, plazos o acuerdos en las calles hondureñas; toda esa adrenalina quedó atrás. La dictadura parece atornillada al poder y las elecciones son un hecho. “El presidente Zelaya no va a aceptar ser restituido si es para legitimar un fraude electoral”, garantizó Rasel Tomé, uno de los asesores de confianza del presidente legítimo. En diálogo telefónico con Página/12, advirtió que ya es muy tarde para esperar una votación del Congreso, que según el acuerdo firmado por zelayistas y golpistas hace dos semanas, es el encargado de aprobar la restitución del presidente derrocado el 28 de junio pasado. “Las elecciones no serán una salida a la crisis, más bien van a ahondarla”, pronosticó.

Hasta ahora la campaña había quedado sepultada por la crisis política, las manifestaciones diarias, la represión descarnada de los golpistas y las constantes visitas de misiones de negociadores y diplomáticos extranjeros. Pero gracias al apoyo de la Casa Blanca, los candidatos pro-golpe se lanzaron, sin miedo, a aprovechar las últimas dos semanas de campaña. Tegucigalpa, la capital, está empapelada con propaganda de los dos principales partidos, el Liberal de Micheletti y el Nacional del favorito para quedarse con la Presidencia, Porfirio Lobo.

Según las encuestas, nada puede evitar que se repartan el poder. Lobo será el próximo presidente y los hombres de Micheletti aspiran a arrebatarle la mayoría en el Congreso y garantizar un buen número de alcaldes. La única carta que le queda por jugar a Zelaya es el boicot. “El 60 por ciento de los hondureños está en contra del golpe y no quiere legitimar un fraude electoral”, sentenció, convencido, Tomé. Pero para un país con un nivel histórico de abstencionismo de cerca del 50 por ciento, la idea de un boicot masivo no es sinónimo de triunfo asegurado.

Desde que se rompió el acuerdo, hace casi diez días, dos reconocidos líderes se retiraron de la contienda electoral. Primero el candidato presidencial independiente Carlos Reyes, y esta semana el actual alcalde de la segunda ciudad más importante del país, San Pedro Sula, el liberal pro-zelayista, Rodolfo Padilla. “La gente del presidente Zelaya está llamando a sus aliados para que se retiren”, confió a este diario una fuente zelayista. “Pero hay muchos que no estamos de acuerdo. ¿Qué vamos a conseguir? ¿Impresionar a Estados Unidos? No, simplemente regalarles el poco poder que nos queda”, agregó.

El candidato presidencial de Unión Democrática, la principal fuerza política progresista de Honduras, piensa igual. “Honestamente no hay capacidad de boicot de las elecciones. Si no se participa, hay miedo de que los que legitiman el golpe acaparen todos los espacios de poder y entonces, ¿qué hacemos en los próximos cuatro años?”, se quejó el líder que mantuvo una férrea alianza con Zelaya desde el golpe. Su partido aún no decidió qué harán. La semana que viene se reúnen para discutirlo.

Actualmente cuentan con seis diputados. No es mucho, reconoce, pero sumado a los 20 diputados liberales que apoyan a Zelaya podrían armar una bancada antigolpista en el próximo Congreso Nacional. El argumento del respetado dirigente no convence a sus compañeros en la dirección de la resistencia. “En primer lugar, ¿qué cuota de poder es para no-sotros 10 o 20 diputados de los 128? Si realmente fuera una cuota de poder ya hubiéramos revertido el golpe en el Congreso”, cuestionó el líder sindical y referente de la resistencia, Juan Barahona. “En segundo lugar, las condiciones que hay para ganar cuotas de poder son adversas. El Tribunal Supremo Electoral juega para los golpistas, los medios juegan para los golpistas y los militares que resguardan las urnas juegan para los golpistas”, agregó.

Ham acepta todos los cuestionamientos, pero no ve otra salida, al menos no dos semanas antes de las elecciones. “No logramos aprovechar la oportunidad histórica que tuvimos. Construir desde la resistencia una candidatura única de centroizquierda que nos permitiera derrotar a los golpistas y avanzar hacia un verdadero proyecto progresista. Era el mejor camino para revertir el golpe desde adentro. Le planteamos a Zelaya la idea, pero él siempre quiso esperar. Ahora ya es muy tarde”, se lamentó el dirigente.

Honduras: conclusiones sobre la crisis actual y lo que sigue…

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Por Santiago O’Donnell

honduras-militares Aunque la crisis hondureña está lejos de resolverse, no es demasiado pronto para sacar algunas conclusiones.La situación es más o menos así: el martes pasado los representantes de la OEA habían tirado la toalla porque no conseguían que el dictador Micheletti diera un paso al costado. Al día siguiente llegó una comitiva estadounidense encabezada por el subsecretario de Estado Thomas Shannon y en menos de un día logró un acuerdo casi milagroso que todo el mundo festejó. Según el acuerdo, el Congreso debía “decidir” la restitución del presidente legítimo, Manuel Zelaya, que sigue exiliado en la embajada brasileña en Tegucigalpa. Claro, ningún acuerdo puede ordenarle a un Congreso soberano lo que tiene que votar. Por eso, en lo formal, la decisión quedaba en manos del Congreso. Era obvio que si el Congreso no votaba la restitución, el acuerdo se caía. Eso fue lo que pasó. Zelaya no consiguió los votos necesarios, algo previsible, dado que ese mismo Congreso había avalado el golpe hace menos de cuatro meses.

En lo formal, en el cuidado lenguaje diplomático que se había utilizado para no ofender a los usurpadores, el acuerdo sólo exigía la formación de un gobierno de “unidad nacional”. Entonces el dictador Roberto Micheletti se agrandó y anteayer anunció su nuevo gabinete de “unidad nacional” sin la participación de los zelayistas. Mientras tanto, el presidente daba por muerto el diálogo, Brasil movilizaba la enésima condena regional al golpe y llamada a la restitución de Zelaya, esta vez en el ámbito del Grupo Río, y Estados Unidos daba señales de “hasta acá llegué” y se mostraba dispuesto a aceptar el resultado de las elecciones programadas para dentro de tres semanas, con lo cual terminaría de legitimar el golpe. Descartada la ingenuidad de Shannon, es dable pensar que Clinton engañó a Zelaya, no tanto porque quisiera perjudicarlo, sino porque quería terminar la crisis de la manera más rápida y menos costosa.

¿Qué sacamos en limpio de todo esto? Primero resulta evidente que durante la presidencia de Bush se ha producido una notoria pérdida de poder e influencia de Estados Unidos en Latinoamérica. Está claro que el gobierno de Obama no promovió ni apoyó el golpe. Por el contrario, desconoció y sancionó al gobierno golpista y acompañó todas las condenas y pedidos de restitución que surgieron de los foros internacionales. Es la primera vez que Washington no apoya un golpe de la derecha en la región, y más allá de cierta tibieza y ambigüedad en su respuesta, es difícil negar que hubo un cambio de actitud.

Durante más de 30 años la política de Estados Unidos hacia la región estuvo signada por la lógica de la Guerra Fría y centrada en el enfrentamiento con Cuba y los conflictos en Centroamérica, lo cual dio lugar a la generación de una burocracia reaccionaria y conservadora en las oficinas regionales del Pentágono y el Departamento de Estado, ni hablar de la CIA y otras bellezas. Entonces por más que Obama piense diferente, la región está llena de esos burócratas siempre dispuestos a alentar y cobijar golpistas como Micheletti. Pasado el primer año de gobierno de Obama, esos sectores conservadores no exentos de racismo están haciendo sentir su presión en varios frentes.

En ese contexto, Honduras se ha convertido en un dolor de cabeza para el presidente norteamericano, que no obstante apostó fuerte al mandar a la gremialista combativa Hilda Solis, el miembro más progresista de su gabinete, a hacer cumplir el acuerdo de Tegucigalpa. Pero el acuerdo se cayó igual por la intransigencia del dictador, la complicidad tácita del Departamento de Estado y la falta de apoyo en el Congreso para la restitución de presidente legítimo.

Dada la pérdida de poder de Washington y el surgimiento de nuevos actores, como el bloque Unasur, la OEA de Insulza o el mismo Brasil, potencia emergente, Obama decidió que ahora son los latinoamericanos quienes deben resolver sus propios problemas y apoyó la política de Clinton de lavarse las manos.

Entonces, una primera conclusión podría ser que así como el apoyo de una potencia hegemónica es fundamental para el éxito de un golpe de Estado, en la ausencia de una potencia hegemónica es muy difícil revertir un golpe, por más que suceda en un país supuestamente débil. El gobierno de Obama podrá estar a favor de la vuelta de Zelaya más allá de la desconfianza que le genere su alineamiento con el chavismo –de hecho, el viernes el Departamento de Estado emitió un comunicado que dice “creemos que Zelaya debe ser restituido”–, pero Washington ya no tiene ni el poder ni la voluntad de imponer sus políticas unilateralmente en la región.

Otra conclusión podría ser que, a la hora de la verdad, organismos multilaterales como la OEA, el Grupo Río y la Unasur parecen estar dibujados. Así como existe un organismo con poder coercitivo para tratar problemas de seguridad, que es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no existe un organismo semejante para la defensa de la democracia. Lo más parecido es la Carta Democrática de la OEA, que como máxima sanción sugiere un rompimiento de relaciones diplomáticas, instrumento que ha demostrado ser insuficiente aun en el caso de un país pequeño y dependiente como es Honduras.

Una tercera conclusión podría ser que en Honduras se ha estrenado con éxito evidente una nueva modalidad de golpe de Estado, la del golpe correctivo. Esto es, un golpe a plazo fijo para encarrilar un proceso político que derive en elecciones. O sea, el dictador ya no aspira a entronizarse en el poder, sino simplemente a despojar de sus atributos al enemigo político que ocupa la presidencia y a dictar las reglas de juego para una salida a través de un proceso electoral, con el nivel de exclusión necesario para evitar el retorno del presidente derrocado. Se trata de un modalidad peligrosa por la pátina de “continuidad constitucional” con que lo disfraza y porque los tiempos juegan en contra del presidente derrocado, haciendo más difícil su vuelta. Así, a medida que avanza el proceso, los potenciales participantes en las elecciones, movidos por sus ambiciones políticas, terminan sirviendo de agentes legitimadores de lo actuado por la dictadura.

Una cuarta conclusión podría ser que Brasil ha emergido de esta crisis como una actor regional de indudable peso, pero sus movimientos tácticos han sido confusos, por lo que nadie sabe bien a qué juega. Desde hace un tiempo a esta parte, y especialmente desde la asunción de Obama, la actitud de Brasilia es oscilante. Hay momentos en que se constituye en polo alternativo a Washington, en otros se constituye en polo complementario para ayudar a gestionar los intereses de Estados Unidos en la región. Un día apoya a Estados Unidos en la Organización Mundial de Comercio, rompiendo el bloque de países desarrollados, otro día recibe al presidente iraní con todos los honores. Un día les compra armas a los franceses para defender la Amazonia de la presencia militar norteamericana en Colombia, otro día se reparte con Washington el mercado mundial de biocombustibles. “No queda claro si son autonomistas o complementarios”, apunta un veterano diplomático latinoamericano con asiento en Washington.

Una quinta conclusión podría ser que, en la coyuntura actual, los principales actores del conflicto han llegado a la conclusión de que convalidar el golpe es el mal menor. Estados Unidos parece haber decidido que no le conviene que el conflicto se estire indefinidamente, desnudando su debilidad. Los países latinoamericanos parecen haber decidido que no les conviene romper lanzas con Obama para salvar a Honduras porque estarían fortaleciendo a los sectores de derecha que hoy acosan al presidente negro. Esto incluye a los gobiernos moderados, pero también al denominado bloque bolivariano. La clase política hondureña parece haber decidido que no le conviene que Honduras sea el campo de batalla de un conflicto internacional y también apuesta a una salida rápida por la vía de las elecciones. Y Zelaya parece haber decidido que no le conviene asumir el rol de líder revolucionario que no siente y se muestra dispuesto a aceptar todos los condicionamientos que le imponen con tal de recuperar parte del poder que le usurparon, aunque éste se haya reducido a un reconocimiento simbólico de la comunidad internacional.

Una última conclusión, quizá la más preocupante, podría ser que los efectos del golpe hondureño ya se hacen sentir en la región. La situación en Paraguay es por lo menos preocupante. El gobierno de Fernando Lugo se ha visto jaqueado en los últimos días por una confabulación de militares desleales, guerrilleros truchos, un vice que imita a Cobos y una constelación de corporaciones económicas y mediáticas que se salen de la vaina por frenar en seco la expansión del modelo populista-progresista en la región. Con un vice traidor como Yoyo Franco, que garantizaría la “continuidad constitucional” con un pronto llamado a elecciones ante la eventual remoción de Lugo, el modelo de golpe correctivo made in Honduras encaja a la perfección con las aspiraciones de la derecha golpista, que ya no se esconde, sino que recorre la región con simposios y seminarios, en busca de nuevas oportunidades.

sodonnell@pagina12.com.ar

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Honduras: un fracaso anunciado…

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La Jornada.mx

HON-MICH-ZEL11  A una semana de que se suscribió el acuerdo entre el régimen de facto encabezado por Roberto Micheletti y el gobierno constitucional de Manuel Zelaya para restituir la institucionalidad democrática en Honduras, y luego de que el Congreso de ese país se negara a ratificar la restitución del legítimo mandatario, los usurpadores formularon ayer un enésimo intento para preservar su aventura: la creación de un gobierno de unidad –como en efecto lo planteaba el denominado acuerdo Tegucigalpa-San José–, pero encabezado por el propio Micheletti, sin la participación de Zelaya. Ante ello, el presidente constitucional dijo que el referido convenio es letra muerta, y dio por fracasado el proceso de negociación, lo que vuelve a plantear un callejón sin salida para la crisis que se vive en ese infortunado país centroamericano.

El beneplácito mostrado inicialmente por la comunidad internacional ante la firma del acuerdo –pese a que éste resultaba sumamente benévolo con los golpistas– se vio eclipsado por el nuevo disparate del régimen de facto. Desde Washington, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Miguel Insulza, deploró los planteamientos de Micheletti, mientras que el Departamento de Estado de Estados Unidos se dijo decepcionado por la situación, y urgió a ambas partes a trabajar en el mejor interés del pueblo hondureño y regresar a la mesa inmediatamente para alcanzar un acuerdo en la formación de un gobierno de unidad.

HONDURAS-MILIT3El llamado de Estados Unidos encierra un despropósito mayúsculo, toda vez que fue el propio gobierno de Washington el que supervisó y avaló la suscripción del acuerdo Tegucigalpa-San José, y que el incumplimiento de éste debería ser motivo suficiente para reconocer lo que es evidente a los ojos de la opinión pública internacional: a los golpistas hondureños no les interesa negociar ni mucho menos restablecer la legalidad y el orden constitucional en Honduras, sino perpetuar su proyecto y garantizarse impunidad mediante las elecciones presidenciales del 29 de noviembre próximo, con la imposición de un candidato a modo.

La tibieza y ambigüedad iniciales del gobierno estadunidense hacia los participantes en la asonada oligárquico-militar, y su actual convocatoria a restablecer un diálogo que sería tan infértil como el anterior, refuerzan la percepción de que, pese al rechazo expresado en reiteradas ocasiones por el presidente Barack Obama hacia el golpe hondureño, éste es visto con buenos ojos por algunos grupos políticos y empresariales al interior de ese país y por el propio Departamento de Estado.

El incumplimiento del acuerdo abre, así, un escenario desastroso para la diplomacia internacional en general, y para la ejercida por Washington en particular, y plantea nuevas perspectivas de sufrimiento y penurias para los habitantes del país centroamericano, quienes han resentido la aplicación de unas medidas de aislamiento económico a todas luces insuficientes para persuadir a los golpistas, pero devastadoras en términos sociales para la segunda nación más pobre de la región, sólo por detrás de Haití.

En suma, el fracaso de las negociaciones en Honduras acerca la posibilidad de que la camarilla empresarial y castrense que se hizo del poder hace más de cuatro meses en aquel país logre su propósito de mantenerse en él hasta la realización de los comicios al cabo del presente mes. Si ese escenario logra concretarse, el mundo asistirá, así sea con repulsión, a la consolidación de un régimen ilegítimo y criminal, se asestará un golpe demoledor a la vigencia de las incipientes democracias latinoamericanas y se enviará un mensaje de aliento a los sectores retrógradas y antidemocráticos de Honduras y de toda la región.

 

MICHELETTI FORMO GABINETE DE “UNIDAD” SIN ZELAYA ANTE EL SILENCIO DE EE.UU. Y SE ROMPIO EL ACUERDO

Sin acuerdo en Honduras sigue la dictadura

Envalentonada por algunas señales de que EE.UU. podría reconocer las elecciones del 29 de noviembre aun si Zelaya no es restituido, la dictadura logró escabullirse en los grises del texto negociado, ignorando las presiones.

Menos de una semana; eso fue lo que duró la esperanza en Honduras. Ayer a la madrugada el presidente legítimo Manuel Zelaya anunció, con bronca y frustración, el fracaso del acuerdo que sus negociadores habían firmado con la dictadura de Roberto Micheletti el viernes pasado. Otra vez el régimen de facto había logrado esquivar las presiones internacionales y escabullirse en los grises del texto negociado bajo los ojos del gobierno norteamericano y la cúpula de la OEA. Minutos antes de que se cumpliera el plazo de la medianoche, Micheletti había anunciado la creación de un gabinete de unidad y reconciliación nacional, sin Zelaya ni sus aliados. Los dos miembros extranjeros de la Comisión Verificadora, la secretaria de Trabajo norteamericana, Hilda Solís, y el ex presidente chileno, Ricardo Lagos, no emitieron palabra. El mandatario derrocado había quedado arrinconado otra vez. Sólo le quedaba una movida, romper el acuerdo. “Yo no tengo ya compromiso con el diálogo”, sentenció desde su bunker en el medio de la noche.

A la luz del día, la bronca había amainado dentro de la embajada brasileña y comenzaba a ser reemplazada por la cautela y el formalismo extremo, una cualidad poco común entre los zelayistas. “Entendemos que el acuerdo es letra muerta; fue incumplido por una de las partes. Por eso ahora hemos elevado el tema al seno de un lugar donde sí hay democracia, el Consejo Permanente de la OEA”, explicó a este diario uno de los hombres de confianza del mandatario derrocado, Rasel Tomé. Después de unas horas de sueño, el abogado zelayista hablaba pausado, cuidando cada una de sus palabras. “No existe un presidente electo democráticamente que pueda avanzar y reconocer un presidente electo por una dictadura. Más de 30 personas han sido asesinadas, miles resultaron heridos y la represión continúa. Ningún gobierno democrático puede reconocer eso”, señaló.

Más que una afirmación parecía que se estaba autoconvenciendo. En las últimas 24 horas el gobierno norteamericano dio algunas señales de que podría reconocer las elecciones generales del próximo 29 de noviembre, aun si Zelaya no es restituido en el gobierno (ver recuadro). Ayer la voz cantante desde Washington la llevó el vocero del Departamento de Estado, Ian Kelly. “Estamos decepcionados con ambas partes por no seguir este camino bien delineado. Necesitan sentarse y dialogar de nuevo. Deben dejar de hacer pronunciamientos extremos como que el acuerdo está muerto”, aseguró el funcionario, en alusión a la sentencia anunciada por Zelaya ayer a la madrugada.

Kelly fue el primer miembro del gobierno norteamericano que reconoció ayer que la dictadura hondureña tampoco había cumplido con su parte. “Un gobierno decidido unilateralmente no es un gobierno de unidad”, agregó el vocero. Pero sus críticas no afectaron a los golpistas, que ayer se felicitaban mutuamente por haber sido los únicos que cumplieron al pie de la letra el llamado acuerdo de Tegucigalpa-San José.

“Los que rompieron el acuerdo fueron ellos –se apuró a explicar César Cáceres, vocero del régimen de facto–. Nosotros ya anunciamos que se va a integrar el gabinete de unidad nacional.” Pero ayer, más de doce horas después de vencido el plazo del acuerdo, Micheletti aún no había entregado la lista con los nombres de los ministros elegidos ni había programado una ceremonia para tomarles juramento. A la noche, cuando ya era evidente la ausencia de cambios, el dictador propuso postergar la asunción hasta la semana próxima. “Para darle tiempo a Zelaya”, explicó, con un tono gentil, el hombre que consiguió mantenerse en el poder casi cuatro meses y medio.

Según explican en el Palacio de Gobierno, la dictadura tiene planeado seguir adelante con el acuerdo, o al menos con la versión que eligieron de él. “Si el Congreso vota a favor de la vuelta de Zelaya entonces será restituido y encabezará el nuevo gabinete de unidad nacional”, explicó el vocero del régimen de facto. En la embajada brasileña preferían evitar esa opción. “Por ahora lo que podemos adelantar es que se abra el debate dentro de la OEA. Si hay una lección que aprendimos en estos cuatro meses de lucha es que con los golpistas no se puede dialogar, no entienden el lenguaje de la democracia”, señaló el asesor Rasel Tomé.

En los seis días que duró el acuerdo, los zelayistas no consiguieron sellar el apoyo de la bancada del Partido Nacional, la fuerza que responde al candidato presidencial favorito en todas las encuestas, Porfirio Lobo. Según confió una fuente cercana a las negociaciones entre los diputados hondureños, los nacionalistas habrían propuesto restituir a Zelaya más cerca de las elecciones. “De esa manera se aseguran que mantendrán la ventaja electoral que tienen ahora. Hay muchos liberales (Zelaya pertenece al Partido Liberal) que ya adelantaron que no participarán de las elecciones si la democracia no es restituida antes”, explicó el dirigente, quien pidió no revelar su nombre. Lo que aún no está claro es si el mandatario derrocado aceptaría una vuelta sobre la fecha de los comicios.

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Written by Eduardo Aquevedo

7 noviembre, 2009 at 13:00

El "pacto secreto" de Honduras para restituir a Zelaya…

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Cecilia Barría, BBC

Enviada especial a Tegucigalpa

En las calles de Tegucigalpa hay incertidumbre. La gente se pregunta qué va a pasar cuando el Congreso Nacional decida si restituye en el poder al depuesto presidente Manuel Zelaya.

Zelaya (izq.), Thomas Shannon (cen.) y Dan Restrepo

Shannon es el principal artífice del acuerdo firmado entre los representantes de Micheletti y Zelaya.

¿Será que hubo un pacto secreto con los estadounidenses para que el Congreso le devuelva el cargo a Zelaya? ¿Estará todo negociado para que parezca que son los legisladores los que deciden el futuro de Honduras? ¿O habrá sorpresas?

Hay distintas respuestas. Según la vicepresidenta del Congreso, Lizzy Flores, los legisladores deberían votar contra el regreso de Zelaya, siguiendo lo que ella considera como la "voluntad mayoritaria".

"Un 87% de la población hondureña está a favor y avala el gobierno de Roberto Micheletti, por tanto nosotros como diputados, deberíamos atender los intereses de la población".

Flores espera que la Corte Suprema emita una resolución contraria a Zelaya y que el Congreso ratifique esa misma postura, de tal forma que el mandatario depuesto sea alejado de su cargo, ya no por la fuerza de las armas, sino con la legitimidad del acuerdo firmado por las partes en conflicto bajo la tutela de Estados Unidos.

Sin embargo, otros congresistas aseguran que existe un pacto secreto entre los negociadores y el subsecretario de Estado estadounidense para Asuntos de América Latina, Thomas Shannon, el principal artífice del acuerdo firmado en la madrugada del viernes entre los representantes de Micheletti y Zelaya.

"Hay un pacto secreto, un acuerdo tácito con los gringos para que el Congreso restituya en el poder a Zelaya", le dijo a BBC Mundo Marvin Ponce, diputado por el Partido de la Unificación Democrática (UD).

El acuerdo no escrito

Si bien Ponce reconoce que no está completamente asegurada la restitución de Zelaya, cree que es "altamente probable".

Hay un pacto secreto, un acuerdo tácito con los gringos para que el Congreso restituya en el poder a Zelaya

Marvin Ponce, diputado por el Partido de la Unificación Democrática

El pacto secreto con los estadounidenses es tan real, dice Ponce, que hasta incluye fechas.

"Según este acuerdo no escrito, antes del 10 de noviembre Zelaya debería estar de regreso en el poder y las elecciones deberían llevarse a fin de mes como estaba previsto".

Aunque en varias mesas negociadoras paralelas a la oficial se discutieron distintas fórmulas posibles para asegurar la gobernabilidad del país.

Una de ellas fue que Zelaya volviera a la Presidencia de Honduras el 10 de noviembre, pero que no ejerciera plenamente el cargo hasta después de los comicios.

clic Lea: Dos presidentes y seis candidatos

El poder de Porfirio Lobo

La frase de moda hoy en Honduras es que el futuro del país está en manos del Congreso.

Porifirio Lobo (izq.) y Manuel Zelaya

Según el "pacto", Lobo llamaría a diputados del Partido Nacional a votar por la restitución de Zelaya.

Son 128 los diputados que deberán pronunciarse a favor o en contra de la restitución de Manuel Zelaya en el poder, luego de que fuera removido del cargo y sacado en pijama de su casa por el ejército el pasado 28 de junio, hace ya cuatro meses.

La correlación de fuerzas está dividida de la siguiente manera: 62 son del Partido Liberal (el partido al que pertenecen Micheletti y Zelaya), 55 del Partido Nacional, 5 del Partido Unificación Democrática (UD), 4 del Partido Demócrata Cristiano y 2 del Partido Innovación y Unidad (PINU).

Por el lado de los liberales, las estimaciones indican que habrían 17 votos a favor de la restitución de Zelaya, a los cuales se sumarían los cinco de la UD. Pero lo que definirá la balanza será el voto del Partido Nacional.

Por eso, todos los ojos están puestos en el candidato presidencial de ese partido, Porfirio Lobo, quien hasta ahora lleva la delantera en la carrera presidencial.

Fuentes cercanas a la negociación le dijeron a BBC Mundo que el pacto secreto entre Lobo y Shannon consiste en que Lobo llamará a los diputados del Partido Nacional a votar por la restitución de Zelaya.

Pero si algunos de los legisladores de Lobo no se comportan de manera obediente y votan contra Zelaya, Shannon se habría comprometido a aceptar -de todos modos- el resultado de las elecciones presidenciales del 29 de noviembre.

clic Lea: La "intervención pasiva" de EE.UU.

Así las cosas, Porfirio Lobo es, en estos momentos, el hombre clave de Honduras.

¿Qué sigue ahora?

Para que los puntos del acuerdo se cumplan, lo primero que tiene que ocurrir es que el Congreso vuelva a sesionar.

Un 87% de la población hondureña está a favor y avala el gobierno de Roberto Micheletti, por tanto nosotros como diputados, deberíamos atender los intereses de la población

Lizzy Flores, vicepresidenta del Congreso

Lleva casi dos semanas en receso y es el presidente del Poder Legislativo, José Alfredo Saavedra, quien tiene que convocar a los congresistas a sesión.

Cuando esto ocurra, la Comisión de Dictamen del Congreso deberá enviar un documento a la Corte Suprema, para que ésta emita una recomendación respecto a la restitución de Zelaya.

Se cree que la Corte Suprema se pronunciará contra Zelaya, como lo ha hecho hasta ahora, pero que como su recomendación no es vinculante, tendría el poder de influir pero no de determinar la votación del Congreso.

Cuando la Corte Suprema haya emitido su recomendación, entonces el pleno del Congreso deberá votar y definir si Manuel Zelaya vuelve a ser presidente de Honduras.

Y todo este proceso debería producirse en los próximos días.

Lula celebró pero con cautela

El desenlace provisorio de la crisis hondureña prueba que Brasilia leyó acertadamente la situación cuando decidió concederle refugio a Zelaya el 21 de septiembre. Pero las corporaciones mediáticas descalificaron el papel de Lula.

Por Darío Pignotti

Desde Brasilia

Si el refugio concedido a Manuel Zelaya en la embajada de Tegucigalpa puede ser entendido como el gesto más osado de la diplomacia brasileña contemporánea hacia Centroamérica, la aún incierta restitución del presidente depuesto demostraría además que Brasilia le propinó una amable derrota política a Washington.

En Venezuela, en el marco de una visita a su colega Hugo Chávez, el presidente Luiz

Inácio Lula da Silva celebró con cautela el viernes el entendimiento entre Zelaya y el mandatario de facto Roberto Micheletti. “Ocurrió lo que debía ocurrir, prevaleció el sentido común que era llegar a un acuerdo, convocar a elecciones y volver a la normalidad, queda como lección que nadie acepta un golpe militar, todo el mundo defiende el fortalecimiento de la democracia, hubo un acuerdo y espero que sea cumplido.”

“Estamos haciendo fuerza para que el Congreso de Honduras adopte una posición favorable a Zelaya”, completó, sin disimular sus reservas hacia el Legislativo hondureño que el 28 de junio bendijo la deposición del gobierno democrático.

El desenlace provisorio de la crisis hondureña prueba que Brasilia leyó acertadamente la situación cuando decidió concederle refugio a Zelaya el 21 de septiembre. Con Mel y 60 militantes establecidos en la legación diplomática de Tegucigalpa, la resistencia al golpe ganó aliento y el régimen se vio obligado a negociar, algo que difícilmente hubiera hecho si Zelaya permanecía Nicaragua o El Salvador.

Fue una decisión tomada al filo del vértigo mientras Lula volaba hacia Nueva York para participar en la Asamblea de la ONU. Después de cobijar al presidente derrocado Zelaya, Lula da Silva, a través de su asesor Marco Aurelio García, le recomendó a Barack Obama que actuara con más vigor para desalojar a los golpistas.

El brasileño se conduce generalmente con realismo, sin romper lanzas con Washington. Y ese realismo brasileño vale especialmente para el caso hondureño. La intransigencia calculada de Lula ante el gobierno “ilegítimo” (así lo llamó) de Micheletti parece haber sido más eficaz que los gestos por momentos contemporizadores de Washington y la OEA. Finalmente el dictador Micheletti tuvo que entender que el subsecretario para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Thomas Shannon, enviado por Washington a negociar un acuerdo, no se iba a ir de Honduras con las manos vacías.

Aunque las tesis diplomáticas de Brasilia hayan probado ser correctas, aún son objeto de descalificación por parte de las corporaciones informativas brasileñas, que adhieren casi al unísono al “gobierno interino” de Micheletti.

Al frente mediático se sumó la previsible derecha brasileña representada por el Partido Demócrata que cobija a los herederos políticos de la dictadura brasileña y los socialdemócratas del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, quienes llegaron a definir (durante sesión del Senado brasileño) a la dictadura de Micheletti como un “contragolpe” para frenar el “golpe” de Zelaya e impedir el afianzamiento del chavismo en Centroamérica.

Es un dato que merece ser registrado, pues Brasil realizará elecciones presidenciales en 2010 y su política externa podrá dar un giro si se alza con la victoria el frente socialdemócratasdemócratas, que lidera las encuestas con holgura.

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Zelaya y el Frente de Resistencia califican este hecho de "victoria popular"

En unas horas congreso hondureño decidirá sobre la restitución de Zelaya

Gonzalo Sánchez

Tercera Información

El Congreso de Honduras, el mismo que falsificó la firma de Zelaya para "legalizar" su "renuncia", designó a Micheletti como "presidente" y durante los últimos 4 meses ha estado aprobando decretos que han permitido la violación constante de los derechos humanos del pueblo de Honduras además de aprobar concesiones de obras a empresarios vinculados a los golpistas, decidirá en unas horas si restituye a Zelaya en el cargo o no.

Esta situación se ha dado por la aceptación, por parte de Micheletti de la propuesta de Zelaya, la cual exigía que fuera el congreso hondureño el que decidiera si se le debería restituir en el cargo que perdió al ser secuestrado el pasado 28 de junio.

Al anunciarse este acuerdo y sin que se haya confirmado la restitución de Zelaya la OEA ya ha anunciado su reconocimiento a las próximas elecciones del 29 de noviembre y ha expresado su deseo de que su Asamblea General vuelva a admitir a Honduras en su seno.

Contrariamente, el embajador de Venezuela ante la OEA, Roy Chandertón expresó que su gobierno no festejará nada hasta ver al presidente Zelaya restituido en el poder y se posicionó en contra de hacer "borrón y cuenta nueva" olvidando los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen de Roberto Micheletti, "creemos que no es la mejor solución para la crisis que continúa viviendo Honduras, ha habido mucho dolor, muertes, represión, (…) a lo largo de estos meses".

Mientras tanto el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado ha denunciado que la represión sigue igual que en los días pasados, ya que en una masiva manifestación que se celebró ayer en Tegucigalpa la polícia volvió a reprimir con fuego real a los manifestantes. Juan Barahona, Coordinador General del Frente expresó el sorpresivo ataque de la policía y los militares al tener los permisos exigidos por la dictadura para manifestarse, sacados por el candidato presidencial de la Unificación Democrática César Ham.

El Frente llama en su último comunicado a sumarse a las medidas de presión pacíficas que se van a desarrollar para lograr que finalmente este acuerdo se firme en el congreso para conseguir la restitución de Zelaya y afirma que la lucha por la Asamblea Nacional Constituyente no se va a detener hasta realizarla.

El Frente que según sus dirigentes tendrá futuro político, podría presentarse a las elecciones del 29 de noviembre si Zelaya retoma el poder, aglutinando a las dos candidaturas de izquierdas, la encabezada por César Ham, del Partido Unificación Democrática y la candidatura independiente de Carlos H. Reyes.

Además el Frente le ha recordado a Zelaya que esta situación ha sido propiciada por la lucha que el pueblo ha liderado durante los últimos 4 meses contra la dictadura, presionando por la restitución y la asamblea constituyente.

Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article10896

Micheletti y Zelaya acuerdan poner fin a la crisis de Hondura

Las comisiones de diálogo pedirán al Congreso que decida sobre la restitución del mandatario depuesto

AGENCIAS – Tegucigalpa – 30/10/2009

Manuel ZelayaLas comisiones de diálogo del presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, y del gobernante depuesto, Manuel Zelaya, han llegado a un acuerdo para que el Congreso decida sobre la restitución de este último, derrocado por un golpe de Estado el pasado 28 de junio. Ambas partes firmarán en las próximas horas un acuerdo para poner fin a la crisis política en el país centroamericano, ha anunciado Zelaya a la prensa al término de la reunión con la delegación estadounidense que trata de impulsar el diálogo.

"Mi Gobierno ha decidido apoyar una propuesta que permite un voto en el Congreso Nacional con una previa opinión de la Corte Suprema de Justicia para retrotraer todo el Poder Ejecutivo de nuestra nación antes del 28 de junio del año 2009", ha dicho Micheletti en una declaración ante la prensa en la Casa Presidencial. "Hace unos minutos -ha agregado- he autorizado a mi equipo negociador a firmar un acuerdo que marque el inicio del final de la situación política del país".

"Exhorto al señor Zelaya y a su comisión negociadora a apoyar este acuerdo y acompañarnos a firmar; basta ya de excusas, basta ya de retórica que nos divide, basta ya de juegos políticos; el pueblo hondureño reclama un acuerdo final y esta es la oportunidad para lograrlo", ha subrayado.

"Posible" vuelta de Zelaya al poder

Diálogo en HondurasEl acuerdo aprobado por Micheletti contiene ocho puntos, entre ellos la creación de un Gobierno de reconciliación, el reconocimiento a las elecciones presidenciales del 29 de noviembre y la "posible" vuelta de Zelaya, si así lo decide el Congreso Nacional previo dictamen de la Corte Suprema de Justicia. Otros puntos en la negociación son el rechazo a la amnistía política, la verificación internacional y una comisión de la verdad.

Micheletti emitió su declaración diez horas después de que se reanudara el diálogo entre ambas partes, tras casi una semana de suspensión por desacuerdos sobre la restitución de Zelaya, derrocado por los militares el 28 de junio.

Zelaya -que permanece refugiado en la Embajada de Brasil en la capital hondureña- había dado por fracasado el diálogo el viernes pasado, después de que ambas partes no lograsen pactar qué órgano debía decidir sobre su restitución en el poder, si el Congreso Nacional, como exigía él, o la Corte Suprema de Justicia, como pedía Micheletti.

Las delegaciones se han reunido para que los representantes de Micheletti presentaran a los de Zelaya la propuesta relacionada con trasladar al Congreso Nacional la decisión sobre el regreso del depuesto gobernante a la presidencia.

La reanudación del diálogo fue auspiciada por una delegación de Estados Unidos, encabezada por el secretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, y por la Organización de Estados Americanos (OEA). La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha aplaudido el fin de la crisis política de Honduras. "Fuimos muy claros en la restauración del orden constitucional", ha dicho la jefa de la Diplomacia estadounidense desde Pakistán, donde se encuentra de visita oficial. Clinton, que ha seguido de cerca la crisis política del país centroamericano, ha manifestado siempre su intención de que el Gobierno interino reconozca a Zelaya como presidente legítimo.

Cronología de la crisis

– 24 de marzo. Zelaya convoca para junio un referéndum sobre una reforma constitucional que permitiría su reelección.

– 20 de mayo. El presidente del Congreso, Roberto Micheletti, denuncia un plan para asesinarlo y acusa a Zelaya de pretender perpetuarse en el poder.

– 29 de mayo. Las elecciones son convocadas para el 29 de noviembre.

– 24 de junio. Cuatro días antes de que se celebre la consulta, Zelaya destituye al más alto jefe militar, Romeo Vásquez, por su negativa a instalar las urnas.

– 25 de junio. La Corte Suprema ordena la restitución de Vásquez.

– 28 de junio. Unos soldados detienen a Zelaya de madrugada en la casa presidencial y lo trasladan, en pijama, a Costa Rica. El Congreso designa a Micheletti como presidente interino.

– 30 de junio. La Asamblea General de la ONU pide a sus 192 miembros que sólo reconozcan al Gobierno de Zelaya.

– 1 de julio. La Organización de Estados Americanos (OEA) da al Gobierno de hecho 72 horas para restablecer la democracia, a lo que se niega y asegura que Zelaya será detenido si regresa al país.

– 4 de julio. La OEA suspende a Honduras, una sanción que influye en el otorgamiento de créditos internacionales.

– 5 de julio. El Gobierno de hecho impide el aterrizaje en el aeropuerto de Tegucigalpa de una aeronave en la que viajaba Zelaya. Un hombre muere de un tiro en los enfrentamientos entre el Ejército y seguidores de Zelaya.

– 7 de julio. Zelaya y Micheletti aceptan la mediación de Óscar Arias, presidente de Costa Rica, en el conflicto.

– 8 de julio. Estados Unidos suspende temporalmente la ayuda no humanitaria.

– 20 de julio. La UE suspende la ayuda presupuestada a Honduras.

– 24 de julio. Zelaya llega a la frontera de Honduras y Nicaragua y permanece dos horas en zona neutral.

– 1 de agosto. El Gobierno de hecho levanta el toque de queda.

– 11 de agosto. España suspende un acuerdo militar con Honduras.

– 31 de agosto. Comienza la campaña electoral en Honduras.

– 3 de septiembre. Estados Unidos endurece las sanciones y bloquea con carácter permanente el envío de ayuda no humanitaria.

– 10 de octubre. La misión de la OEA llega a Honduras para forzar una solución a la crisis.

– 26 de octubre. Zelaya pone fin al diálogo con Micheletti por desacuerdos entre las partes negociadoras.

EL PAIS.COM

Puntos clave de acuerdo político en Honduras

Photo

TEGUCIGALPA (Reuters) – Los negociadores del Gobierno de facto de Honduras y del presidente depuesto Manuel Zelaya llegaron a un acuerdo para poner fin a cuatro meses de conflicto político.

Honduras entró en una profunda crisis que la aisló de la comunidad internacional desde que militares sacaron a Zelaya del Gobierno a fines de junio a punta de pistola y lo expulsaron del país, acusándolo de violar la Constitución.

Los principales puntos del acuerdo, al que tuvo acceso Reuters, son:

* El Congreso deberá decidir, tras conocer la opinión de la Corte Suprema, si restaura el estado de situación anterior al golpe del 28 de junio, lo que puede permitir el regreso de Zelaya a la presidencia hasta fines de enero. El acuerdo no establece fecha para la votación.

* Las partes solicitarán a la comunidad internacional la derogación de las sanciones que se han aplicado a Honduras a raíz del golpe, y el envío de observadores y reconocimiento de las elecciones presidenciales del 29 de noviembre.

* El acuerdo considera la creación de un Gobierno de unidad nacional con secretarios y subsecretarios de distintos partidos y organizaciones sociales, que debe entrar en funciones antes del jueves.

* Las partes reconocerán las elecciones presidenciales del 29 de noviembre.

* Renuncia de las partes a convocar a una asamblea nacional constituyente y a reformar la Constitución.

* Creación de una comisión de la verdad que investigue los hechos previos y posteriores al golpe de Estado del 28 de junio.

* Transferencia de la autoridad de las Fuerzas Armadas al Tribunal Supremo Electoral.

El cumplimiento del acuerdo será verificado por una comisión coordinada por la Organización de Estados Americanos

(OEA).

(Reporte de Edgard Garrido. Escrito por Javier López de Lérida. Editado por Pablo Garibian)

Micheletti y Zelaya logran acuerdo

Redacción, BBC Mundo

Roberto Micheletti

Micheletti dijo que su propuesta es una "concesión significante".

Las delegaciones del presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti, y del mandatario depuesto, Manuel Zelaya, lograron un acuerdo para poner fin a la crisis política en el país centroamericano, generada a partir del golpe de Estado del pasado 28 de junio.

El pacto establece que será el Congreso el que decida el regreso de Zelaya, propuesta largamente solicitada por este último como solución al conflicto.

También instituye un gobierno compartido, tal como se diseñó en la iniciativa presentada en su momento por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias.

"Mi gobierno ha decidido apoyar una propuesta que permite un voto en el Congreso Nacional, con una previa opinión de la Corte Suprema de Justicia, para retrotraer todo el poder ejecutivo de nuestra nación previo al 28 de junio", aseguró Micheletti.

"Concesión"

La iniciativa fue aceptada por el presidente depuesto: "Mañana (este viernes) será el día que se firme el plan de restauración de la democracia en el país", dijo Zelaya a una radio local.

Mañana (este viernes) será el día que se firme el plan de restauración de la democracia en el país

Manuel Zelaya

Micheletti dijo al leer un comunicado que la iniciativa representaba una "concesión significante" que, según dijo, busca pasar la página y resolver la crisis en el país centroamericano.

Si el Congreso y la Corte Suprema dan el visto bueno, esto produciría el regreso al poder de Zelaya, quien permanece en la embajada de Brasil desde que regresó al país el pasado 21 de septiembre.

DETALLES DEL ACUERDO

  • Apoyar propuesta que permite voto en el Congreso previa opinión de la Corte Suprema para restituir a Zelaya en el poder.
  • Creación de un gobierno de unidad y reconciliación nacional.
  • Renunciar a convocar una Constituyente o reformar la Constitución en artículos irreformables.
  • Reconocer y apoyar las elecciones del 29 de noviembre y el traspaso de gobierno.
  • Crear una comisión de la verdad que investigue los hechos antes y después del 28 de junio.
  • Solicitar a la comunidad internacional la normalización de las relaciones con Honduras.

La propuesta de Micheletti se produce en el marco de la presencia en Tegucigalpa de una delegación de Estados Unidos, encabezada por el secretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, quien junto a la Organización de Estados Americanos (OEA) lograron la reactivación del diálogo.

El secretario de Estado para el Hemisferio Occidental anunció que su país respaldará los comicios generales tras la firma del acuerdo para que el Congreso decida sobre la restitución del depuesto Manuel Zelaya.

"EE.UU. va a acompañar a Honduras en sus elecciones del 29 noviembre", expresó Shannon a la prensa luego de anunciarse la firma de un acuerdo entre las comisiones de Zelaya y de Micheletti.

Este jueves, en una rueda de prensa, Shannon aseguró que las gestiones que realiza desde el miércoles en Honduras al frente de una delegación de alto nivel del gobierno estadounidense buscaban crear un ambiente para que la comunidad internacional pueda "acompañar el proceso (…) y asegurar que las elecciones puedan darse en un ambiente de paz".

Clinton aplaude el pacto

Desde Islamabad, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, aplaudió la concreción del acuerdo entre Micheletti y Zelaya.

Zelaya aceptó la propuesta que parece poner fin a la crisis política hondureña.

"Quiero felicitar al pueblo de Honduras, así como al presidente Zelaya y el señor Micheletti por lograr este histórico acuerdo", dijo Clinton a los periodistas que la acompañan en su visita a Pakistán.

"Nosotros estábamos claramente del lado de la restauración del orden constitucional y eso incluye las elecciones", agregó.

Por su parte, el secretario de Asuntos Políticos de la OEA, Víctor Rico, dijo que el pacto beneficia a Honduras y a la democracia hondureña.

Aunque no dio detalles del acuerdo, aseguró que deja abierto el camino para el retorno de Zelaya al poder.

La crisis hondureña había generado divisiones en EE.UU.

Como informó el corresponsal de BBC Mundo en Washington, Carlos Chirinos, mientras la Casa Blanca ha apoyado todas las iniciativas y condenas contra el gobierno interino nombrado por el Congreso, que encabeza Micheletti, los republicanos han defendido lo que consideran la salida legal del presidente Zelaya del poder.

Written by Eduardo Aquevedo

31 octubre, 2009 at 20:27

Honduras: frente al golpe nuestra misión es multiplicar la resistencia.

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Que no crean los golpistas que nosotros olvidamos fácilmente

FotoA pesar de que ha estado claro por mucho tiempo que los golpistas son unos embusteros de gran vuelo, la gente creyó en la opción del dialogo como una vía para solventar una crisis que ya ha impactado todas las esferas de la sociedad hondureña, y lo que conocíamos como “vida normal” ha dejado de existir.

Muchos ven con estupor el avance de lo que consideran una burla de los golpistas con los que el presidente se muestra o benévolo o ingenuo. Darles tiempo a los golpistas es caer en su trampa, afirman con mucha convicción e impaciencia compañeros que ya se han curtido en la resistencia a base de marchas y represión.

No quiero caer en conformismo ni en ingenuidad, pero creo que el presidente Zelaya entiende la naturaleza, y la gravedad de la situación; en Honduras no se enfrentan dos fuerzas equilibradas, ni los números sobre las fueras armadas son los que entendíamos antes del golpe. Por eso un paso en falso puede ser catastrófico y desembocar en una tragedia para el pueblo hondureño.

Vale la pena que nos detengamos a pensar un poco sobre algunos aspectos torales que deben tomarse en cuenta para analizar la situación en el campo de las acciones. El primero es la capacidad de movilización que las fuerzas armadas han demostrado por mas de 100 días. Si bien es cierto que la resistencia ha prolongado sus acciones heroicas por este periodo de tiempo, también es cierto que se debe evaluar esa capacidad de despliegue de los militares.

La cantidad de efectivos, pertrechos, combustible, alimentos; el costo de armamentos modernos (solamente el “cañón del dolor” fue estrenado por los gringos en Irak no hace mas de dos años). También debe llamar la atención la ferocidad con que reprimen, la que parece salida de una novela de terror. La brutalidad parece venir de algo mas intenso que el odio mismo. Sin lugar a dudas hay algo que debemos descubrir y ver con la objetividad que requiere el caso.

Muchos fijamos nuestros ojos en Micheletti como el objeto de todo este asunto. Sin embargo, es difícil darle tanto crédito, mas parece el idiota bravucón que acepto ser la cara visible de algo mucho mas grande. Gracias a valoraciones apasionadas nos hemos olvidado (o al menos obviamos con mucha facilidad) quienes son los verdaderos instigadores del golpe de estado y las razones que tuvieron para hacerlo.

Quienes prepararon el golpe contaban de antemano con el apoyo de un gran sector de la derecha continental. Este soporte les garantizaba el “poder de fuego” que ahora tienen. La planificación interna de las acciones, aunque parece torpe, en realidad refleja la visión fascista de los que creen que este continente es suyo y lo deben conservar a toda costa.

Fijémonos en las cosas que parecen parte de un rompecabezas macabro y cuales son sus piezas: Jorge Canahuati Larach es dueño de diario La Prensa, Laboratorios Finlay, y se dedica también al trafico de armas; Carlos Flores Facussé, dueño de diario La Tribuna y del Partido Liberal de Honduras (desconocemos su participación en otros negocios); Ricardo Maduro Joest, representante del capital salvadoreño en nuestro país, con vínculos con medios de comunicación, bancos, inmobiliarias y otros intereses en honduras y Centroamérica. Sumemos a otros ilustres caballeros, Elías Asfura, con intereses en los sectores farmacéutico y de comunicaciones; José Rafael Ferrari, capo de los medios y la desinformación, conectado con el sector bancario, asegurador y otros; Camilo Atala, banquero ex asesor financiero de Maduro Joest en su periodo presidencial.

Estamos aquí en presencia de los representantes mas importantes del capital transnacional en el país. Las conexiones financieras y de negocios de estos tipos con las burguesías continentales son múltiples. Esta misma burguesía que ve amenazados sus intereses en todos los países del continente donde ahora se promueven cambios populares importantes.

Es difícil concluir que esta conspiración se fraguó sin la participación de todo este poder y sus recursos. Por el contrario, resulta obvio que el desafío constante de Micheletti y su banda frente al mundo, están respaldados por ese “gobierno” privado que funciona en paralelo a los estados legítimos de América Latina y que conspiran y bombardean a diario a los gobiernos populares en nuestra región.

En el caso del combustible, las transnacionales han ido perdiendo terreno en todos los países ricos en este recurso, por lo que no tienen inconveniente en dar su decidido apoyo al que perfectamente puede convertirse en un modus operandi en todo el hemisferio.

Resulta que el Pentágono, controlado por los halcones, representantes de los intereses petroleros y farmacéuticos, ha funcionado únicamente como coordinador de una iniciativa mas amplia surgida de la derecha que no esta en posición de ceder una pulgada de terreno.

Ahora sí, podemos explicarnos la arrogancia y capacidad demostrada por el régimen de facto; su impertinencia desafiante frente a la comunidad internacional; su total desinterés en el respeto a los derechos humanos o a la libertad de expresión, su capacidad de movilizar recursos para moldear la opinión publica mundial; su habilidad para encontrar las personas e instituciones ideales para llevar adelante su plan.

Aquí podemos también explicarnos porque, desde el principio, los Estados Unidos movieron a Oscar Arias para que este metiera en el mismo saco a los criminales golpistas con las autoridades legítimas del país. Desde el principio, de forma velada, reconocieron el golpe y el régimen resultante de él. La OEA desde entonces se inclinó mas por el pacto de San José que por ejecutar las resoluciones propias de fines de junio donde se exigían la restitución inmediata e incondicional del presidente Zelaya.

La ONU también se ha hecho eco de este famoso pacto, ignorando su resolución del 30 de junio, que contempla las mismas exigencias que la de la OEA. El mismo gobierno gringo ha evadido la responsabilidad de declarar los eventos del 28 de junio como un golpe militar, aunque incluso el mismo vocero de la policía hondureña lo admite.

Por otro lado, es interesante ver como periodistas extranjeros de agencias como AFP, AP, Reuters, Notimex, y otras, aun presenciando los hechos de cerca publican notas completamente distorsionadas de la realidad que han atestiguado. Es posible que sus notas sean re escritas por sus casas editoriales. El hecho es que existe una percepción mundial de que aquí lo que tenemos es un encuentro de dos grupos de igual condición, fanatismo, y peligrosidad. A nosotros nos llaman zelayistas. Ojo que este termino no sale de las estériles mentes de Rodrigo Wong Arévalo, Renato Álvarez o Armando Villanueva, viene de profesionales de la desinformación contratados por la CEAL (Consejo de Empresas de América Latina)

Es también interesante como la SIP se muestra tibia, y tolerante con el cierre de medios y la represión de periodistas, cuando todos hemos visto la ferocidad con que atacan a otros gobiernos del área por acciones mas bien soberanas.

En conclusión, este golpe de estado no fue obra de un grupo aislado de cavernícolas hondureños; ellos son los autores materiales; para encontrar a los autores intelectuales hay que seguir la pista del dinero. En Honduras se libra una lucha de intereses muy fuerte con una derecha decidida a todo, y un pueblo latinoamericano obligado a resistir y pasar a la ofensiva.

Al régimen fascista solo lo podremos sacar si lo hostigamos desde el frente interno, y ejercemos suficiente presión sobre la comunidad internacional para que juegue un papel decisivo en este caso. Es importante mantener e incrementar los niveles de denuncia. Tenemos que encontrar una manera de que se sepa la verdad; que sea esta verdad que haga que los pueblos presionen a sus gobiernos a ser mas determinantes en sus acciones.

Es importante, cuando hablamos de participación internacional, no confundir presión con intervención militar. La derecha apuesta a esta intervención militar. Las experiencias previas demostraron que las fuerzas “liberadoras” se convertían rápidamente en fuerzas de ocupación, que culminaban la tarea represiva dejada inconclusa por el ejército local.

La opción mas conveniente para la presión internacional para nuestro pueblo es un bloqueo comercial, financiero que cierre toda posibilidad de acceso a recursos y equipamiento para los fascistas. El bloqueo comercial representaría sin lugar a dudas un impacto demoledor para el régimen. Hoy, por ejemplo, todos los días, especialmente por las noches, hay actividad de aviones de carga en los aeropuertos de honduras. Los golpistas se preparan a resistir, con el bloqueo esto cesaría.

Esto no quiere decir que debemos dejar a otros la tarea histórica que nos corresponde solo a nosotros. La resistencia debe multiplicar sus esfuerzos en todos los campos: organización, educación, planificación, ejecución. Hoy necesitamos multiplicar esfuerzos para mantener la resistencia activa de forma permanente.

Hasta la fecha, los golpistas y sus simpatizantes duermen placenteramente, sin perturbación. Debemos emprender acciones diversas, no violentas, para expresar nuestro descontento. Recordarles a todos que no hay ningún momento en que olvidemos los crímenes de que hemos sido victimas. Si hemos de boicotear las elecciones debemos comenzar a trabajar en la resistencia permanente ya. Ese es el llamado del presidente Zelaya, pronunciado anoche.

El presidente constitucional y legítimo entiende todas las variables que afectan la compleja situación hondureña. Nosotros debemos integrarnos con entusiasmo, valor, disciplina y creatividad a la resistencia. Debemos de dejar atrás divisiones provocada por los intereses de la oligarquía y pasar a asumir nuestra posición como el “pueblo de Morazán”.

Seguimos firmes hacia delante, hacia la victoria. No debemos dejar que nos desmoralice la campaña de los asesinos!!

Somos mas que ellos, muchos, muchos, somos un gran pueblo que no se deja engañar. Ni la acción de los traidores detendrá nuestra marcha inexorable.

Hasta la victoria siempre!!

Ricardo Salgado

17/octubre/2009

Marco A. Gandásegui, hijo
Visite la Sala de Estudios Latinoamericanos en la Biblioteca "Simón Bolívar"

Entre a http://marcoagandasegui.blogspot.com

Rota la negociación con el régimen de facto, afirma la canciller zelayista Patricia Rodas

Micheletti boicotea el diálogo en Honduras, acusa Manuel Zelaya

El dictador quiere sostenerse arbitrariamente en el poder, asegura el presidente constitucional

Las pláticas continuaban anoche en Tegucigalpa en busca de una salida de última hora a la crisis

Afp, Dpa y Reuters

Tegucigalpa, 16 de octubre. El presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, acusó esta noche al gobernante de facto Roberto Micheletti de boicotear el diálogo que busca una salida a la crisis política para sostenerse arbitrariamente en el poder, y rechazó su propuesta de que sea la Corte Suprema la que decida su restitución en lugar del Congreso.

Tras señalar que es absolutamente inaceptable la propuesta del régimen de facto, Zelaya dio un nuevo plazo hasta el lunes para que Micheletti reconsidere su posición, luego de que seguían empantanadas las negociaciones, a pesar de que ya vencieron todos los plazos para cerrar el diálogo que él mismo había establecido.

En declaraciones a Radio Globo, que ahora sólo transmite en Internet después de ser silenciada por el régimen golpista, Zelaya pidió que se tomen las medidas ante la burla y la bofetada que el señor Micheletti ha inferido hoy al pueblo hondureño y a la comunidad internacional boicoteando el diálogo y usándolo como método de dilación para sostenerse arbitrariamente en el poder.

“Resolvemos convocar de manera inmediata a los cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) y a todo el sistema interamericano con el fin de aumentar las medidas comerciales y económicas que condenan al régimen de facto”, expresó Zelaya. Además, llamó a sus seguidores a continuar con las movilizaciones.

Ministros del régimen de Micheletti y de Zelaya afirmaron este viernes que el diálogo continúa en busca de una salida de última hora a la crisis política, pese a la fuerte tensión y los rumores de una ruptura de las negociaciones, ante la intransigencia de los golpistas que seguían resistiéndose a los reclamos internacionales para reinstalar al mandatario.

La negociación no se ha roto, están en consultas, y todavía no se ha aceptado ningún arbitraje para que decida sobre la restitución de Zelaya, afirmó su ministro de Turismo, Ricardo Martínez, en el hotel sede del diálogo.

La vicecanciller del gobierno de facto, Martha Lorena Alvarado, afirmó también que el punto del retorno de Zelaya al poder se está negociando en este momento.

Estamos sentados en la mesa de diálogo el tiempo que sea necesario. Se busca que sean hondureños los que opinen sobre el tema, no un arbitraje internacional, afirmó Alvarado, al referirse a si debe ser el Congreso el que decida sobre el conflicto, como propone la delegación zelayista, o la Corte Suprema de Justicia, como quiere la representación de Micheletti.

Es una propuesta absurda. Nosotros propusimos que fuera el Congreso, que previa opinión de las instancias pertinentes, incluyendo la Corte Suprema de Justicia, emita la decisión, dijo el negociador zelayista Víctor Meza. Insistió en declararse optimista de que hoy sí lleguemos a un arreglo por el bien de Honduras.

La canciller de Zelaya, Patricia Rodas, declaró en Bolivia que el diálogo se había roto. Esta tarde, el proceso de diálogo iniciado por la OEA ha sido definitivamente roto y la intransigencia de la dictadura lo hizo fracasar, afirmó ante la cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), reunida en la ciudad de Cochabamba.

Pero el ministro de la presidencia del régimen de facto, Rafael Pineda, rechazó la afirmación de Rodas al apuntar que el diálogo seguirá el tiempo que sea necesario. El gobierno ofrece todas las disposiciones y garantías para que la mesa de diálogo se prolongue.

En la sede de las negociaciones –supervisadas por una misión de la OEA– se percibía un clima de crispación, ya que se cumplieron tres plazos dados por Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil, para llegar a un acuerdo, el último a las 15 hora local.

El retorno de Zelaya a la presidencia es el único punto que falta por firmarse, del llamado Acuerdo de San José que propuso el presidente costarricense Óscar Arias para solucionar la crisis.

Mientras, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció en Washington que las autoridades hondureñas de facto han estado obstruyendo la investigación sobre abusos contra los derechos humanos que una unidad de la fiscalía lleva a cabo desde el golpe de Estado de junio pasado.

El trabajo de la unidad de fiscales de derechos humanos, que también ha instado al régimen golpista a revocar el decreto que restringe las libertades civiles, es entorpecida por sus propios superiores y por los cuerpos de seguridad, señaló HRW en un comunicado.

En tanto, se informó que una misión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas viajará a Honduras el próximo domingo para elaborar un informe sobre las violaciones contra los derechos humanos ocurridos en el país centroamericano tras el golpe de Estado, donde permanecerá hasta el 7 de noviembre para recopilar la información requerida.

Written by Eduardo Aquevedo

17 octubre, 2009 at 9:51

Venezuela, Honduras, Perú, Ecuador: “pequeños” olvidos y “grandes” mentiras…

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Eric Toussaint

Conviene tener en cuenta el peligro que constituye la actitud sistemáticamente hostil adoptada por la gran mayoría de los grandes medios periodísticos europeos y norteamericanos (así como la organización Reporteros sin Fronteras) respecto a las experiencias en curso en Ecuador, Bolivia y Venezuela. Esta hostilidad sólo es igual al silencio embarazoso y cómplice con respecto a los golpistas hondureños o a la represión ejercida por el ejército peruano contra los indios de la Amazonia.

Para ilustrar esta afirmación, he aquí algunos hechos recientes:

1.- El 5 de junio de 2009, el ejército peruano asesinó en Bagua a más de 50 indios de la Amazonia que protestaban contra las concesiones de tierras otorgadas por el gobierno de Alan García a unas transnacionales extranjeras, principalmente europeas. Y esto no provocó la reprobación de los grandes grupos de prensa mundiales.[1] En ese momento daban casi en exclusiva la prioridad a las protestas en Irán. No sólo la prensa no reprobó la represión en Perú sino que estos hechos apenas tuvieron eco. Sin embargo, el descontento en Perú era tal que el gobierno tuvo que anunciar la derogación del decreto presidencial contra el que los indios del Amazonas estaban en lucha. Y otra vez más, la cobertura mediática de esa derrota del gobierno peruano fue casi nula. Planteemos la pregunta siguiente: Si una intervención del ejército venezolano o ecuatoriano hubiera provocado la muerte de decenas de indios del Amazonas, ¿cuál hubiera sido la cobertura mediática?

2.- Cuando el presidente constitucional Manuel Zelaya fue destituido por los militares el 28 de junio, la gran mayoría de los media declararon, deformando totalmente la verdad, que los militares habían reaccionado a la voluntad del presidente de modificar la Constitución con el fin de mantenerse en el poder. Muchos medios agregaban que así seguía el ejemplo de Hugo Chávez, presentado como un dirigente populista autoritario. En realidad, Manuel Zelaya sólo proponía a sus conciudadanos pronunciarse a favor de la organización de elecciones generales a una Asamblea Constituyente, que habría representado un verdadero avance democrático en ese país. Lo que es explicado muy bien por Cécile Lamarque y Jérôme Duval, de vuelta de una misión del CADTM a Honduras: «El golpe de Estado tuvo lugar el mismo día en el que Manuel Zelaya organizaba la «consulta», de carácter no vinculante, en la se preguntaba a los hondureños si deseaban, o no, la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, después de las elecciones previstas para el 29 de noviembre de 2009. La pregunta era la siguiente: ¿Está usted de acuerdo con que en las elecciones generales de noviembre 2009 se instale una cuarta urna para decidir sobre la convocatoria a una asamblea nacional constituyente que apruebe una nueva Constitución política?[2] Si esta consulta hubiera recogido una mayoría de «sí», el presidente habría sometido un decreto a la aprobación del Congreso para que, el 29 noviembre, los hondureños se pronunciaran formalmente sobre la convocatoria de una constituyente, en una «cuarta urna» (las tres primeras estaban reservadas para la elección de presidente, de diputados y de alcaldes, respectivamente). Para darle un matiz de legalidad al golpe de Estado, el Congreso y la Corte Suprema, aliadas con el golpe, decidieron que la consulta era ilegal y dictaminaron que el presidente Zelaya había «violado la Constitución» al intentar modificarla «para poder pretender un nuevo mandato», como un «aprendiz de dictador chavista». Sin embargo, Manuel Zelaya no buscaba, por la vía de esta consulta, renovar su mandato presidencial en las próximas elecciones legislativas, ya que éstas se realizarían en el marco de la actual Constitución, que prevé mandatos presidenciales de cuatro años no renovables. Por lo tanto, Zelaya no podía ser candidato a su propia sucesión.»[3]

Mientras que los movimientos populares de oposición al golpe de Estado multiplicaron las huelgas y manifestaciones en julio, agosto y septiembre, los grandes medios periodísticos les dedicaron apenas unas líneas. Las pocas veces que los grandes diarios dedican un artículo de fondo a la situación en Honduras, practican una política denigratoria con respecto al presidente constitucional, en el caso en que no presenten directamente a la acción de los militares como un golpe militar democrático. Por ejemplo, The Wall Street Journal decía en su editorial del 1 de julio de 2009: «el golpe militar ocurrido en Honduras el pasado 28 de junio y que llevó al exilio al presidente de ese país centroamericano, Manuel Zelaya, es extrañamente democrático». El editorial agregaba que «las autoridades legislativas y judiciales permanecieron intactas»[4] tras la acción militar. Por otra parte, y de forma más matizada, el conocidísimo diario francés Le Monde participó también en esta campaña. He aquí un ejemplo: El 12 de septiembre de 2009, Jean-Michel Caroit, su enviado especial en Honduras, citó las palabras de una francesa expatriada en ese país y a continuación agregó la mentira sistemáticamente repetida sobre las malas intenciones atribuidas a Manuel Zelaya. «Para los hondureños el retorno de Zelaya es inaceptable ya que significaría 20 años de dictadura a la [Hugo] Chávez», exclamaba Marianne Cadario, refiriéndose al presidente de Venezuela, quien —como su aliado Manuel Zelaya pretendía hacerlo— modifico la Constitución para poder ser reelegido. Madame Cadario, una francesa instalada en Honduras desde hace 30 años, dice estar «muy asombrada por la reacción de la comunidad internacional», que ha condenado el golpe» (el subrayado es del autor)[5] El tono de diarios como Le Monde y Libération comenzó a cambiar a finales de septiembre, después de que los golpistas subieran algunos grados en la represión. Dicho esto, Libération merece un premio por la utilización de eufemismos. En efecto, el 28 de septiembre de 2009 (justamente tres meses después del golpe), subtitulaba con «Perfume de dictadura» el párrafo en el que se explicaba que el gobierno golpista había decretado: «la prohibición de “toda reunión pública no autorizada”, detención de “cualquier persona que ponga en peligro su vida o la de los demás”, “evacuación” de locales ocupados por manifestantes e interferencias de “la emisión por cualquier medio de los programas que traten de alterar la paz”».[6]

3.- A comienzos de agosto de 2009, la intención de las autoridades venezolanas de cuestionar el derecho de emisión de 34 radios y televisiones encontró un eco importante en la prensa internacional sobre el lema: «es una prueba más de la casi desaparición del derecho de expresión y de crítica en ese país autoritario.» La manera como la gran prensa trata la situación de los medios venezolanos es unilateralmente hostil a las autoridades del país, mientras que el 90 % de estos medios son privados y sostienen en su gran mayoría muy activamente las campañas de desinformación. Globovisión, una de las principales cadenas privadas, participó activamente en el golpe de Estado militar contra Chávez del 11 de abril de 2002. Un reportaje realizado por Globovisión dio la vuelta al mundo el 11 de abril de 2002 y los días siguientes al golpe militar. Se trataba de un montaje que falsificaba la realidad. Se veían civiles presentados como chavistas disparando sus pistolas desde un puente hacia una dirección no identificable. La voz en off del periodista de Globovisión afirmaba que los chavistas estaban a punto de matar a manifestantes de la oposición que desfilaban pacíficamente en la calle que pasa por debajo del puente. La policía venezolana pudo reconstruir el desarrollo exacto de los hechos a partir del análisis de los reportajes y de las diferentes fotos tomadas por particulares el 11 de abril de 2009. En realidad, los militantes chavistas que, según Globovisión tiraban a los manifestantes, respondían a un tiroteo que provenía de un blindado de la policía metropolitana, aliada a los golpistas. Los manifestantes de la oposición ya no estaban en la calle hacia la que tiraban los chavistas en el momento de los hechos. Varias fuentes pudieron demostrar de manera inequívoca que los golpistas habían programado el asesinato de manifestantes antichavistas, para atribuirle esos crímenes a Chávez y justificar el golpe de Estado. El 11 de abril de 2008, los teleespectadores venezolanos pudieron rever las imágenes de la conferencia de prensa dada por los militares golpistas en un momento donde todavía ningún manifestante había sido asesinado. Sin embargo, esos militares afirmaban que tomaban el poder como respuesta a los asesinatos efectuados por los chavistas, lo que corrobora claramente la tesis de que se había planificado deliberadamente esos asesinatos para justificar su acción sediciosa.

Durante los dos días siguientes, el 12 y 13 de abril de 2002, cuando centenares de miles de personas sin armas rodeaban los cuarteles golpistas para reclamar el retorno de Hugo Chávez, que estaba prisionero, Globovisión no difundió ninguna imagen de estas protestas, y explicaba que la calma había vuelto al país y que Hugo Chávez había presentado su dimisión y estaba de camino a Cuba. Durante las últimas horas del golpe, esta cadena se contentaba con difundir dibujos animados y emisiones de variedades[7]. Globovisión fue por lo tanto cómplice de los golpistas en varios momentos clave lo que condujo a asociaciones de padres de víctimas y de supervivientes heridos a exigir una condena para la cadena. Y hasta ahora el gobierno chavista se ha negado a hacerlo para evitar que la campaña internacional desplegada en su contra no se intensifique. Por otro lado, varias asociaciones de defensa de los derechos humanos están descontentas con esta actitud pasiva de las autoridades venezolanas.

Más recientemente, Globovisión manifestó sus simpatías por el golpe de Estado del 28 de junio en Honduras. Desde el mismo momento del golpe, los conductores de los diversos programas de Globovisión lo apoyaron y acusaron a su vez al gobierno de Chávez de injerencia por haber condenado el golpe. En ese sentido, Guillermo Zuloaga, presidente de Globovisión afirmó el 17 de julio que: «El gobierno de Micheletti está ajustado a la Constitución, y nosotros quisiéramos, nos encantaría, que aquí en Venezuela se respetara la Constitución como se está respetando en Honduras», indicando con estas palabras un claro apoyo al gobierno golpista.

Nunca Globovisión fue objeto de ninguna prohibición de emitir. ¿Cuál es el gran medio norteamericano o europeo que menciona este hecho? ¿Qué gran medio europeo o norteamericano informa al público de que la gran mayoría de medios están controlados por el sector privado? Y que representan el 90 % de la audiencia en el nivel de la televisión. Que atacan con extrema violencia al gobierno presentado como una dictadura y que algunos de ellos, a pesar de haber participado activamente en el golpe de Estado contra un presidente constitucional, continúan emitiendo libremente desde hace siete años. ¿Podríamos imaginar que el general De Gaulle no habría tomado medidas represivas respecto a un diario, una radio, o una televisión que hubiera apoyado activamente el golpe de la OAS en el momento de la guerra de Argelia? ¿Encontraríamos normal que el gobierno español no tomase medidas contra los medios que hubieran apoyado activamente, en tiempo real, al coronel Tejero cuando, a la cabeza de un grupo de militares golpistas, amenazó con su arma a los diputados presentes en las Cortes?[8] Si Manuel Zelaya fuera restituido como presidente constitucional, ¿acaso él mismo y su gobierno no tendrían todo el derecho de pedir cuentas y de tomar medidas contra los propietarios de los medios de Honduras que apoyaron en forma sistemática a los golpistas, deformando la realidad y encubriendo las múltiples violaciones de los derechos humanos cometidos por las fuerzas de represión?

4.- Los gastos de armamento: Si leemos la prensa europea o de América del Norte, se tiene la impresión de que Venezuela está por hacer importantes gastos en armamento (en especial con Rusia), lo que constituye una amenaza para la paz en la región. Pero si creemos a la CIA,[9] la situación es totalmente diferente: el presupuesto militar venezolano es el 6º de la región en orden de importancia, y viene después de los de Brasil, Argentina, Chile (mucho menos poblado que Venezuela y considerado un modelo), Colombia y México. En términos relativos, considerando el producto interior bruto de cada país, el presupuesto venezolano sería el noveno de Latinoamérica.

¿Hemos podido leer esta información en la gran prensa? Por el contrario, habremos leído en agosto de 2009 que Suecia le pedía cuentas a Venezuela porque el gobierno colombiano había denunciado a su vecino, una vez más, como proveedor de armas a la guerrilla de las FARC. Suecia había declarado en Colombia que los misiles SAAB encontrados en un campo de las FARC habían sido suministrados a Venezuela. ¿Quién pudo leer la respuesta detallada dada por Hugo Chávez? Los misiles en cuestión habían sido robados en un puerto venezolano en 1995, cuatro años antes de que Chávez accediera a la presidencia de la República…

Conclusión : Es necesario ser concientes de esta asimetría con la que los medios tratan a los acontecimientos y mantener un espíritu muy crítico. El descrédito volcado sobre Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales es de tal magnitud que prepara a la opinión pública internacional a la pasividad para el caso en que una nueva tentativa de golpe de estado se produjera o a la aprobación de medidas agresivas tomadas por un gobierno como el de Estados Unidos. Entre las acusaciones insidiosas sin ningún fundamento, podemos leer en la prensa española (entre ellos El País) que la campaña electoral de Rafael Correa fue financiada por las FARC. También podemos leer que las autoridades venezolanas no combaten el narcotráfico. El descrédito que la prensa otorgó al presidente Zelaya trata de impedir una movilización de la opinión internacional en favor a su restitución como jefe de Estado.

Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz

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[1] Véase: http://www.cadtm.org/El-CADTM-se-solidariza-plenamente y http://www.cadtm.org/Perou-le-massacre-de-Bagua

[2] http://www.elsoca.org/index.php?option=com_content&view=article&id=501:honduras

[3] Cécile Lamarque et Jérome Duval, «Honduras: Pourquoi le coup d’État», 17 septembre 2009, http://www.cadtm.org/Honduras-Pourquoi-le-coup-d-Etat

[4] Citado por Decio Machado « Quiénes apoyan al gobierno ilegítimo de Roberto Micheletti” http://www.cadtm.org/Quienes-apoyan-al-gobierno

[5] Jean-Michel Caroit, « Au Honduras, la campagne électorale s’ouvre dans un climat de haine », Le Monde, p. 8, sábado 12 de septiembre de 2009.

[6] http://www.liberation.fr/monde/0101593847-le-honduras-s-enfonce-dans-la-crise

[7] Es interesante mencionar con respecto a este tema la iniciativa tomada por el gobierno de Hugo Chávez el 11 de abril de 2008, 6 años después del golpe de Estado. El gobierno utilizó su derecho de emisión tanto a través de antenas privadas como públicas, para difundir el reportaje completo realizado por las cadenas privadas antichavistas (Globovisión, RCTV…) de la sesión oficial de entronización del presidente y del gobierno golpista en uno de los salones del palacio presidencial de Miraflores. El programa, al que todos los espectadores venezolanos pudieron asistir el 11 de abril de 2002, fue por lo tanto difundido de nuevo sin ningún corte y sin ningún comentario crítico por parte del gobierno chavista. Éste contó con el espíritu crítico de la sociedad venezolana para que ella misma se hiciera una opinión sobre la complicidad activa de los medios privados con los responsables del golpe, entre los que se podía reconocer las principales autoridades de la Iglesia católica, los jefes militares facciosos, los dirigentes del sindicato amarillo CTV (central de Trabajadores de Venezuela), los dirigentes de empresas privadas y el presidente de la Federación Patronal Venezolana (Fedecámaras), Pedro Carmona. Debemos señalar que este presidente, que ocupó el poder durante sólo cerca de 36 horas, es actualmente apodado «Pepe el breve» (aludiendo al histórico Pepino el breve).

[8] El 23 de febrero de 1981, en el Congreso tuvo lugar una tentativa de golpe de Estado organizado por sectores franquistas. El coronel, que lo encabezaba, amenazó con su arma a los diputados y los tomó de rehenes en el momento de la investidura de un nuevo presidente de gobierno.

[9] Véase http://www.cia.gov/library/publications/the world-factbook/index.html , consultado en marzo de 2009.

http://www.cubadebate.cu

Honduras: un partido de ajedrez cercano a un desenlace (¿tablas o mate?)…

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  • Seguimos en Honduras

  • Negocia el embajador estadunidense una solución a la crisis hondureña

Por Santiago O’Donnell

HONDURAS-MILIT3 Seguimos en Honduras. Metidos en la embajada brasileña junto al presidente legítimo Manuel Zelaya. Con Doris García Paredes, ministra de la Mujer del gobierno zelayista, al teléfono, haciéndonos sentir que estamos ahí. Cercados. Con militares en la vereda, con militares ocupando todas las casas que nos rodean. Pero sintiendo la hospitalidad de Brasil, el apoyo de Estados Unidos, el apoyo del mundo, sintiendo la resistencia en las calles de Honduras, esa resistencia que crece día a día a pesar de y por causa de la represión. Con esperanza, pero también con miedo. Miedo a lo que pueda pasar porque al señor dictador no se le mueve un pelo y no parece entender lo que está haciendo. Todo eso nos transmite García Paredes, una de las siete mujeres y cincuenta y tres hombres que viven en la embajada desde el lunes de la semana pasada. Veinte minutos que dura la comunicación. Hasta que se corta.

“Estamos a la expectativa, como siempre que hay avances en el diálogo en el marco de las relaciones internacionales, aunque a algunos sectores nacionales que quisieran estar no se les ha permitido participar”, dice la ministra, horas después de recibir la visita de una delegación de legisladores brasileños, mientras aguarda la llegada de una comisión de la OEA. “Esperamos que pronto se resuelva esta crisis, que el régimen de facto recapacite.”

Dice que la vida en la embajada es llevadera. Que está llena de actividades, que se festejaron varios cumpleaños con mucha alegría, incluyendo el de Zelaya, que celebran misas en el patio y que están llenos de actividades políticas que empiezan temprano a la mañana con las reuniones de los distintos equipos de crisis, y que sigue con las actividades del presidente, las de la primera dama Xiomara Castro, la atención a la prensa internacional, que siempre hay algo para hacer.

“También hay momentos tristes. Los ataques de los gases se sienten en muchos cuerpos todavía hoy. Sufrimos una invasión electrónica. Tenemos las comunicaciones interceptadas, muchas veces interrumpidas. Tenemos un cerco militar. Las casas de los frentes y los laterales fueron desocupadas y los militares tienen el control. Cada día es incierto, cada noche también. A partir de las seis de la tarde nos apuntan con un faro y nos encandilan toda la noche. Hay una tensión latente. Nos amenazan con mensajes que nos llegan por celular.”

Dice que está optimista porque el presidente Zelaya se muestra dispuesto al diálogo, recibe a la gente que lo viene a visitar, busca acuerdos, habla con el obispo, habla con todos.

Pero ése nunca fue el problema, contestamos. Desde que lo sacaron de su casa en pijamas, Zelaya siempre se mostró predispuesto al diálogo. El que no cede es el dictador.

“El siempre ha dicho que no va a renunciar, lo ha dicho reiteradas veces, Pero tiene que reconocer el entorno internacional. Si nos llevamos por lo que dicen los medios que apoyan a la dictadura y que nos llaman para darnos noticias, la verdad es que ellos van a continuar en su posición, cerrados, a pesar de lo que dice la comunidad internacional y de la resistencia que lleva 97 días en la calle, manifestándose de forma pacífica. Nos dicen que se están colocando bombas en el exterior de la embajada, en puntos estratégicos, preparándose para un día desalojar la embajada. Pero no les damos entero crédito a las versiones, ya que la Convención de Viena dice que las embajadas deben ser respetadas por las autoridades.”

¿Pero se siente segura?

“No, segura no, porque la fuerza militar es muy dura. Nos tiraron bombas lacrimógenas. Atacaron a los manifestantes que estaban frente a la embajada. Pero el pueblo ha despertado y ha reaccionado firme contra este golpe.”

¿Y en la embajada de Brasil se siente más segura que en otras embajadas?

“Claro, es la sexta potencia en el mundo y para nosotros es fundamental. Yo siento empatía por el pueblo brasileño. En mi caso estoy muy contenta de conocerlos y de compartir las actividades cotidianas, desde el aseo a la mañana hasta las conversaciones tarde en la noche. La visita de los congresistas brasileños ha sido muy provechosa, muy importante, han reiterado el apoyo de Brasil al sistema democrático en America latina. Nos contaron que han tenido encuentros con otros sectores del régimen de facto y que les expresaron su compromiso con la defensa plena del sistema democrático, después vinieron acá y nos dijeron que querían conocer las condiciones en que vivíamos en la embajada. Fueron muy cordiales. Tener esa relación estrecha nos animó mucho, para el pueblo hondureño que lucha es muy importante Brasil.”

¿Y Estados Unidos los apoya?

“Claro. Entiendo que hay un vínculo directo del señor presidente (Zelaya) con ese país y con todo el concierto de naciones. Están muy comunicados. Estados Unidos tiene una influencia muy grande y ha estado apoyando en un nivel muy importante.”

Dejamos la embajada por un momento. La semana pasada un diplomático que participa en las negociaciones había advertido: “Ahora se le va a hablar a Micheletti de otra manera”. El caso hondureño había llegado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la amenaza del uso de fuerza estaba implícita en el texto leído por la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice. Estados Unidos no se va a meter ni loco, menos una administración demócrata, menos Obama, menos con un frente abierto en Afganistán.

Pero Brasil asoma como potencia. Brasil mundialista, Brasil olímpico, Brasil dueño de grandes reservas petroleras, Brasil pilar del BRIC. Brasil quiere hace mucho un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Brasil acaba de hacer una megacompra de armamento francés que incluye tanques y cazas de última generación y varios submarinos, entre ellos uno de propulsión nuclear. Lula tuvo que salir a decir el mes pasado que no estaba entrando en una carrera armamentista. Micheletti dijo la semana pasada que si invadía el país “una fuerza latinoamericana” le ordenaría a su ejército que no disparara ni un tiro contra sus “hermanos”. Casi una invitación para intervenir. Folha de Sao Paulo informó que ya hay planes trazados. El canciller Celso Amorim tuvo que salir el martes a desmentir que Brasil fuera a invadir. Pero esto es como en el fútbol: cuando un presidente sale a ratificar a su entrenador, quiere decir que el entrenador está en la cuerda floja.

Si Micheletti aborta o estira indefinidamente la negociación mientras fuerza las elecciones, quedará demostrado que las amenazas no sirvieron de nada. Ni hablar si asalta la embajada para detener a Zelaya. Ahí sí se pudre todo. No suena razonable, pero Micheletti ya dijo que está jugado, que está como Galtieri con las Malvinas.

Entonces Lula podría justificar su gasto militar. Más allá de las vagas amenazas que se ciernen sobre Amazonia y la bases militares que su aliado Estados Unidos ha instalado en la vecina Colombia. Y Brasil se convertiría en el gendarme de la democracia en América latina. Y la Carta Democrática de la OEA por fin tendría dientes. Y la región pasaría a tener una potencia dominante, algo muy parecido a lo que en el siglo pasado se llamaba “imperio”.

Pero falta. Podría no ocurrir en Honduras, pero sí en la próxima crisis. La realidad es que Brasil sólo intervendría bajo mandato del Consejo de Seguridad y no está ni cerca de conseguir los votos necesarios. Pero bueno, la situación es fluida y no se puede descartar nada.

Volvemos a la embajada. La ministra es consciente del peligro. No quiere sangre. No quiere más muertos.

“Hay un marco de referencia que es el acuerdo de San José. Ahora hay que firmarlo y acordar los medios de ejecución y las garantías. El presidente está aquí, vino con un plan pacífico y de apertura plena al diálogo. Si no hubiera regresado al país, otra hubiera sido la referencia y otras las condiciones. Pero él ha llamado al diálogo. Ha mostrado su filosofía en contra de la violencia y se ha mostrado totalmente a favor de una política de Estado de mantener una actitud pacífica. Las determinaciones las dará el tiempo. En agosto fue un tiempo, en septiembre fue otro y ahora que estamos casi a las puertas de las elecciones el tiempo es otro. Este es un tiempo positivo. El pueblo hondureño ha demostrado que está vivo y que está unido. Mientras el presidente esté aquí en actitud pacífica y el acuerdo esté sobre la mesa, seguiremos insistiendo con el diálogo. Cuando no esté, o si pasamos las elecciones y todo sigue igual, entonces otro será el análisis. Reconocemos que la comunidad internacional ha reaccionado y sigue reaccionando, y que el hilo conductor diplomático-jurídico no se puede interrumpir, se tiene que respetar, y Zelaya siempre ha sido respetuoso del orden internacional.”

Queda picando lo del pueblo hondureño, que la ministra menciona a cada rato. ¿Por qué dice que el pueblo ha reaccionado?

“Porque ahora está organizado en cada uno de los municipios de los dieciocho departamentos que tiene el país. La resistencia se ha reorganizado y tiene una estructura organizativa a nivel nacional. En julio y agosto no se tenía ese nivel de coordinación. Recién en el mes pasado empezamos a tenerla. Ha habido una maduración de la situación a medida que el pueblo tomó conocimiento de lo que estaba pasando.”

Entonces seguimos en Honduras, metidos en la embajada de Brasil, con el presidente legítimo, cercados, esperanzados, con un pueblo que reacciona, respetando los tiempos del orden internacional.

sodonnell@pagina12.com.ar

La jefatura del ejército participó en la reunión OEA-Micheletti, revela la resistencia

Negocia el embajador estadunidense una solución a la crisis hondureña

Es imposible la vuelta a la democracia bajo el estado de sitio, dice editorial del diario Tiempo

Divididos, los partidarios del régimen dictatorial; empresarios, por el retorno con condiciones

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Zelaya, su mamá y seguidores cantan y bailan en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.Foto Reuters

Arturo Cano, Enviado de La Jornada

Tegucigalpa, 3 de octubre. Los golpistas se dividen, en medio de una maraña de versiones sobre el desenlace que el diálogo, auspiciado por la Organización de Estados Americanos (OEA), tendrá la semana próxima. Hay un montón de propuestas y contrapropuestas luego de que la mediación de Óscar Arias fracasó y todo apunta a que la solución resultará de una combinación entre mecanismos internacionales y lo que se ha llamado el diálogo hondureño, resume el diputado Marvin Ponce, del Partido Unificación Democrática. A eso hay que añadir la negociación subterránea que encabeza el embajador estadunidense Hugo Llorens.

La salida negociada tuvo un momento clave la noche del martes 29 de septiembre, en la base aérea de Palmerola, a 70 kilómetros de esta ciudad, donde se reunieron el presidente de facto, Roberto Micheletti, y José Miguel Insulza, secretario general de la OEA.

Según fuentes de la resistencia al golpe, en la reunión participó también el comando conjunto de las fuerzas armadas hondureñas y la cita fue auspiciada por Estados Unidos, lo cual no es ningún secreto, pues ese país mantiene en el lugar una fuerza de 400 soldados que releva cada tres meses.

En dicha reunión se establecieron las bases de un diálogo que sería convocado por el gobierno de facto y aceptado por el presidente Manuel Zelaya Rosales, según han dicho funcionarios de la OEA.

La negociación ha dividido a las fuerzas que organizaron y apoyan el golpe de Estado, pues no se ponen de acuerdo sobre los términos del acuerdo, comenzando, claro, con la restitución de Zelaya en el poder político del país.

Mientras poderosos empresarios aceptan el retorno del presidente con poderes limitados, el régimen golpista de Micheletti ha abandonado el no definitivo para sustituirlo por la siguiente fórmula: no puede darse ningún acuerdo al margen de la Constitución. Empresarios y líderes políticos que hasta hace poco apoyaban el golpe han mostrado sus diferencias la semana que termina.

“Sólo un ex presidente y uno de los candidatos no se quieren convencer y siguen fuerceando por el regreso de Zelaya”, dice una de las columnas institucionales de El Heraldo. El ex presidente es, según la resistencia, Carlos Flores Facussé, dueño además de La Tribuna, competencia del primer periódico citado. Y el candidato Porfirio Lobo, aspirante a la presidencia por el Partido Nacional.

Cambiar de golpista

La Cámara de Comercio e Industrias del departamento de Cortés pide, en planas enteras de los periódicos, derogar el decreto que restringe los derechos humanos básicos y el proceso electoral actual. El dato destacable es que la capital de Cortés es San Pedro Sula, la única ciudad del país donde realmente hay industria.

Los empresarios del norte están con un acuerdo que implique el retorno de Zelaya, mientras que los del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (el organismo cúpula empresarial) están en contra, dice Ponce.

Entre los políticos hay quienes no sólo quieren dejar fuera a Zelaya, sino también a Micheletti. Hace días, el candidato a la presidencia del Partido Liberal, Elvin Santos, envió a su representante, Mauricio Villeda, a Alemania. Un día se publicó que andaba por allá y al siguiente, el presidente de la Fundación Friedrich Naumann, de corte liberal, envió una carta a Micheletti y Zelaya.

En la misiva, firmada por Wolfgang Gerhardt, se propone que un tercero asuma la presidencia, que la mediación no sea latinoamericana y que los dos se comprometan a no realizar actividades políticas durante cinco años: Una relección de Micheletti o Zelaya no debería ser negociable.

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Un payaso antigolpista se manifiestaFoto Reuters

La propuesta es leída aquí como la postura de Elvin Santos quien, sin aprender la lección mexicana, se presenta en campaña como el presidente del empleo.

La propuesta alemana es sólo cambiar de golpista, dice Ponce. Claro, también deja ver el temor del sector dominante liberal de un retorno de Zelaya a la política activa con un tercer partido que dispute el poder a los dos tradicionales.

El enjambre de Facussé

Hace un mes no quería saber nada de Zelaya, pero hoy el empresario Miguel Facussé –tío de Adolfo Facussé y fundador del clan que lleva su apellido– se pone negociador: “Dentro de este enjambre hay que poner a Micheletti y a Mel Zelaya a hablar, de ahí va a salir algo, creo que positivo”. Algo ha cambiado para que Miguel Facussé hable así, después de haber prestado el avión, dicen aquí, para sacar a la canciller Patricia Rodas del país.

El que no ha variado su posición es el también poderoso empresario Jaime Rosenthal, quizá el único, en la lista de los más ricos de Honduras, que está con Zelaya.

Hoy dice a través del editorial del diario Tiempo, de su propiedad: ¿Cómo es posible entablar un diálogo para solucionar la crisis política si la nación está bajo total estado de sitio, con todas las libertades y las garantías individuales suspendidas y todos los poderes del Estado confabulados con los militares para mantener a sangre y fuego el régimen dictatorial?

Según Tiempo, no puede haber elecciones en un escenario en el que todos los poderes son partícipes de la conspiración contra la democracia que pretende perpetuarse en el poder público, aumentando sus privilegios e impunidad y asegurándole a los militares el control absoluto de nuestro país.

El gobierno de facto habla a través del octogenario ministro de la presidencia Rafael Pineda Ponce, quien deja ver las objeciones de Micheletti y algunos de los sectores golpistas: “Se habla de armonía y de paz, de entendimiento… pero hay una tendencia marcada a obviar la vía de la legalidad, se camina por la vía de un arreglo que deje a un lado la Constitución y eso naturalmente no podemos admitirlo. Cualquier arreglo debe estar enmarcado necesariamente en lo que establece la Constitución”.

Pineda Ponce dice también que Honduras está a pocos días de una solución, sólo para después afirmar que la salida real, constitucional, sería la que se puede disputar dentro de 57 días que faltan para las elecciones.

En una entrevista mañanera con la televisión, el ministro Pineda se porta generoso sobre el decreto que estableció el estado de sitio: “Los sectores de la sociedad han comprendido que es mejor el respeto y la tolerancia que la confrontación y el tumulto… el decreto será derogado en el consejo de ministros el próximo lunes”.

El decreto se ha traducido en el cierre de Radio Globo y el Canal 36, en la disolución de varias marchas de la resistencia, en detenciones arbitrarias y el desalojo de las instalaciones del Instituto Nacional Agrario. Los 38 campesinos presos están en huelga de hambre desde el jueves por la tarde.

El conductor del noticiero más visto de la televisión, Jorge Zelaya, se deshace en halagos a la larga carrera política del ministro, quien agradece: Gracias, Jorgito, por sus expresiones tan cordiales y tan finas, las valoro y las interiorizo en lo profundo de mi corazón.

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Written by Eduardo Aquevedo

4 octubre, 2009 at 21:23

Honduras: la alianza Brasil-EE.UU para reinstalar Zelaya…

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Hundidos en Honduras

 

Por Santiago O’Donnell

HONDURAS-MILIT3 Seguramente Manuel Zelaya nunca imaginó que un día su país ocuparía un lugar central en la agenda internacional. Honduras ya es no sólo una referencia obligada en las reuniones de la OEA y las cumbres de Unasur. Importantes presidentes se han ocupado del tema esta semana en la Asamblea General de Naciones Unidas, en el Consejo de Seguridad y, aunque no lo hicieron en público, también en la cumbre del G-20. Hasta los presidentes africanos podrían sumar su condena al golpe en la cumbre sur-sur que empezó ayer en la Isla de Margarita.

Pero a pesar de las presiones de la comunidad internacional, que a partir de esta semana incluye la amenaza del uso de fuerza, la dictadura sigue en pie, sin fisuras aparentes y sin ceder ni un ápice en su postura negociadora. La única concesión que está dispuesta a hacer es la misma de siempre: ofrece la renuncia del dictador Micheletti para que sea reemplazado por un títere del régimen hasta que el nuevo presidente electo asuma en enero. A cambio exige nada menos que la legitimación de las elecciones de noviembre para así dar por terminada la crisis. Por suerte la comunidad internacional no compró. Entonces la dictadura juega a estirar la situación para acortar el mandato de Zelaya, el presidente derrocado hace ya tres meses, ante la eventualidad de una improbable restitución.

Aunque la situación política de Honduras en lo sustancial no ha cambiado, o no todavía, hubo dos novedades importantes esta semana que aumentaron de manera significativa la presión sobre el régimen golpista. La primera, claro, es la aparición de Zelaya en la embajada brasileña. La segunda es la intervención del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exigiendo respeto por la integridad territorial de esa sede diplomática.

La versión oficial que difundió Itamaraty dice que Zelaya se apareció en la embajada sin aviso y golpeó la puerta. La realidad es muy distinta. Lo dice el sentido común y lo confirman dos fuentes muy bien informadas, una en Washington y otra en Brasilia. En realidad se trató de una iniciativa brasileña para torcer el rumbo de una situación que se le escapaba de las manos. Zelaya, asegura una de esas fuentes, se mantuvo en contacto permanente con autoridades brasileñas, desde que inició su retorno hasta que llegó a la embajada. Incluso algunas de esas comunicaciones habrían sido interceptadas y no sería extraño que se den a conocer en un futuro no muy lejano.

Tampoco parece probable que la movida brasileña sea una respuesta política a la instalación de bases estadounidenses en Colombia, o el tan mentado relanzamiento de la IV Flota de la Armada norteamericana. Estados Unidos tenía conocimiento previo y había aprobado la movida brasileña, confirman las fuentes. Ambos países han coordinado sus movimientos a lo largo de toda la crisis y esa coordinación se hizo aún más evidente desde la vuelta de Zelaya.

El de Washington fue uno de los primeros gobiernos en reclamar respeto por el santuario diplomático brasileño. Además, la embajada estadounidense fue la primera en mandar víveres cuando los golpistas le cortaron el agua y la luz al refugio del presidente derrocado, informa una fuente hondureña instalada en la embajada brasileña. Además, para no dejar dudas, el canciller brasileño Celso Amorim se apuró en aclarar que Brasil no asumiría un rol de mediador en el conflicto, sino que ese rol quedaba en manos del delegado de Estados Unidos, Oscar Arias, presidente de Costa Rica. También negocian el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza; el embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens, y últimamente se han sumado a la mesa representantes del Centro Carter, la ONG liderada por el ubicuo ex presidente estadounidense. Todos ellos tienen línea directa con el Departamento de Estado.

La movida de Zelaya es más bien fruto de un acuerdo entre Brasilia y Washington en sintonía con los principales discursos de política exterior pronunciados por Obama desde que llegó a la Casa Blanca. Tanto en la cumbre del G-20 en Londres como en la cumbre de la OTAN en Estrasburgo, el presidente estadounidense dijo que su país ha perdido influencia y ya no puede ser la policía del mundo, por lo que la nueva política de seguridad internacional consiste en forjar alianzas estratégicas con potencias afines en las distintas regiones del mundo.

Pero la alianza estratégica Estados Unidos-Brasil no empezó con Honduras ni tampoco con Obama. Según documentos recientemente desclasificados, ya en la década de los ’70 Kissinger lo instaba a Nixon a apoyar a la dictadura brasileña para que coordinara la lucha antiguerrillera en toda la región. Y fue Lula quien consoló en su tierra a George W. Bush después de la paliza que éste recibiera en la cumbre de Mar del Plata del 2005. Y fue Lula quien dos años más tarde volvió a recibir a Bush para acordar un reparto del incipiente mercado mundial de biocombustibles.

Lo que nadie discute es que Brasil dio un paso importante esta semana para reafirmar su rol de potencia emergente y líder regional. “Esto es Brasil potencia, Brasil interlocutor mundial, Brasil marcando un rol predominante que consolida su esfera de influencia en América latina”, dice admirada la fuente diplomática con sede en Washington.

En realidad, el proyecto de integración regional liderado por Brasil en la última década terminaba en el estrecho de Panamá, ante la evidencia de que México, Centroamérica y el Caribe habían caído irremediablemente bajo la esfera de dominio hegemónico de Estados Unidos. Siendo Estados Unidos el destinatario casi exclusivo de las exportaciones y los flujos migratorios de esos países, y fuente de las remesas y la asistencia crediticia que sostienen a sus economías, era difícil imaginarse cómo países como Honduras podrían sumarse a un bloque regional con pretensiones autonómicas, como el que soñaba Lula. Por eso Brasil privilegió a la Unasur sudamericana como instrumento de integración en desmedro del Grupo Río latinoamericano.

Pero tal como sucedió en los ’80, cuando Brasil integró el Grupo Contadora, ahora vuelve a intervenir en Centroamérica por la sencilla razón de que los acontecimientos que ocurren allí afectan irremediablemente a sus vecinos sudamericanos, por causa de las raíces políticas y culturales compartidas. Algo similar ocurre en el Caribe, donde en la década pasada Brasil aceptó, a pedido de Washington, asumir el mando de la misión militar multilateral que aún interviene en Haití. Brasil no aceptó la misión para extender su influencia sobre el país más pobre de las Américas, sino para evitar el pésimo ejemplo de otra invasión yanqui en la región, aunque sea para pacificar a un país en estado de guerra civil, como era entonces Haití.

La segunda novedad de la semana con respecto a Honduras es consecuencia de la primera: el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tomó el tema a pedido de Lula e intimó a los golpistas a que cesen las agresiones contra la embajada brasileña. El dato no es menor. “Al entrar en el Consejo de Seguridad, el tema entró en la habitación del capítulo séptimo”, graficó la fuente diplomática, haciendo referencia a la cláusula que habilita una intervención militar bajo el paraguas de la ONU, que sólo puede ser invocada por un acuerdo del Consejo.

Para el veterano diplomático afincado en Washington, esto significa pasar del intento de convencer a los golpistas invocando principios democráticos, a la amenaza lisa y llana de una invasión. Fidel Castro lo entendió más rápido que nadie y un día antes de la resolución del Consejo, disparó un editorial en Cubadebate argumentando en contra de la solución militar.

Semejante desenlace suena descabellado pero no habría que descartarlo. El regreso de Zelaya tenía dos objetivos posibles. El primero sería provocar una pueblada que derrumbe el régimen. Pero si no lo pudo hacer el mes pasado, cuando fue a la frontera, cerca de las zonas rurales donde Zelaya tiene su principal base de apoyo, difícilmente lo logre en la capital, donde los golpistas cuentan con la simpatía de buena parte de la población, y donde se concentran las fuerzas encargadas de reprimir a los manifestantes.

El otro objetivo posible es provocar un ataque golpista a la embajada brasileña, que a su vez provoque una respuesta militar de fuerzas extranjeras que despejarían el camino para la restitución de Zelaya. No es la estrategia ideal, como dice Fidel, pero parece estar funcionando mejor que el operativo clamor, al menos en el plano discursivo. De ahí la importancia del pronunciamiento del Consejo de Seguridad. Atacar una embajada bancada por la máxima instancia de la ONU parecería una actitud suicida, pero la torpeza de los golpistas no tiene límites. Alguien debería explicarle al dictador Goriletti que ningún gobierno, mucho menos el suyo, tiene derecho a bombardear una embajada con gases tóxicos. Eso se llama pasarse de rosca, cruzar la raya. Cuando los nenes del Consejo de Seguridad salgan de su estupor, seguramente harán algo para que Goriletti no se la lleve de arriba.

Probablemente será una nueva amenaza, una amenaza más explícita. Pero el problema con las amenazas es que no suelen surtir efecto si quienes las lanzan no están dispuestos a concretarlas. Estados Unidos no ha tenido intervenciones militares unilaterales en la región desde la invasión de Panamá en 1989, si por intervención militar se entiende tirar tiros y no ocupar bases, armar flotas, realizar ejercicios militares, apoyar golpes, etc., etc. Según una fuente del Departamento de Estado consultada el mes pasado, esa no intervención militar directa y unilateral es una política de Estado que todos los presidentes estadounidenses han respetado, de Bush padre a esta parte.

La Organización de Estados Americanos sirvió de pantalla para los Marines que invadieron Santo Domingo en 1965, pero en la actualidad no existe ninguna disposición en el sistema de la OEA que contemple el uso de la fuerza. Si algo demostró este golpe es que la Carta Democrática del organismo interamericano no sirve para restituir a un gobierno constitucional derrocado por un golpe de Estado, justamente porque la Carta carece de capacidad coercitiva. En cambio el consejo de la ONU sí la tiene, el famoso capítulo séptimo, pero cuando la usó lo hizo para intervenir en conflictos armados, no para resolver crisis institucionales, mucho menos en un pequeño país como Honduras. Por lo tanto, llegado el caso, el Consejo tendría que desarrollar mecanismos de aplicación para el uso de fuerza que se adapten a la presente situación y que tengan en cuenta que ni Estados Unidos ni la Unasur aceptarían el despliegue de tropas extrarregionales en América latina.

Que hoy se esté hablando y, peor, pensando seriamente en una opción militar para Honduras demuestra hasta qué punto Goriletti y sus secuaces han logrado despertar a los fantasmas del pasado. Ya no hay espacio para soluciones buenas. Si llegan a las elecciones, los golpistas habrán triunfado. El golpe correctivo a plazo fijo se habrá convertido en un golpe clásico que se prolonga en el tiempo indefinidamente a través de un gobierno avalado por una elección ilegítima. Si se negocia un acuerdo que no incluye la vuelta de Zelaya con plenos poderes, también ganaron los golpistas. Si vuelve Zelaya por la fuerza, la opción militar volverá a ser viable en la región más pacífica del mundo.

Lo menos peor que puede pasar es que las amenazas del Consejo funcionen y que Zelaya vuelva por las buenas, por así decirlo. Pero aun así, el costo será inmenso: hundido en Honduras, el pomposamente nombrado “sistema interamericano”, las instituciones que lo integran y la Carta Democrática que lo gobierna habrán demostrado su patética debilidad.

sodonnell@pagina12.com.ar

Written by Eduardo Aquevedo

27 septiembre, 2009 at 8:36

Honduras: cómo cambió el escenario…

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Desde la izquierda, el diputado Marvin Ponce afirma que Zelaya volvió a causa del desgaste de la dictadura y desde el tradicional Partido Liberal, el legislador Eric Rodríguez exhorta a Micheletti a dialogar.

honduras-militares Por Mercedes López San Miguel

Manuel Zelaya necesitaba una vuelta de alto impacto tras dos intentos frustrados y tres meses en el exilio. Desde aquellos intentos, Estados Unidos canceló las visas a los golpistas, pero nunca condenó como “golpe” a la asonada militar, lo que habría significado una fuerte sanción económica a la dictadura y el Nobel Oscar Arias se reunió con los candidatos a presidente en una mediación destinada a fracasar. Nada parecía modificar la nueva realidad de los hondureños. Ayer, el escenario cambió radicalmente.

Para el político Marvin Ponce, que forma parte del colectivo Frente Nacional por la Resistencia, Zelaya no se lanzó a la aventura. “Creemos que había avanzado en un acuerdo con los militares. Este acuerdo incluye que el Congreso dé una amnistía a los golpistas y que se negocie un gobierno de reconciliación nacional”, dijo a Página/12 el diputado de la izquierdista Unificación Democrática. Y lo justificó: “El gobierno de Roberto Micheletti está debilitado porque una parte de los militares le retiró el apoyo y los partidos tradicionales han expresado que quieren volver al acuerdo de San José de Costa Rica”. Además, Ponce subrayó la importancia de la última reunión del Nobel con los candidatos hondureños: “Arias planteó que las elecciones debían realizarse con la restauración del orden democrático”.

El mandatario derrocado propone un diálogo con todos los sectores, incluyendo su partido, el Liberal, que en gran parte le dio la espalda. Eric Rodríguez, diputado de esa formación, afirmó a este diario que él apoyaba la vuelta de Zelaya. “Significa la restitución del proceso democrático. Sería importante iniciar un diálogo nacional.” Se le preguntó por qué siguió en funciones de legislador para un gobierno ilegítimo. Y su respuesta no despejó las dudas: “Vigilamos al gobierno de Micheletti y seguimos en contacto con Mel Zelaya. Creíamos que ésa era la mejor posición. ¿Qué esperamos? Bueno, que la OEA y la ONU apoyen al presidente legítimo y que Micheletti dé muestras de querer dialogar”.

Al optar primero por negar la presencia de Zelaya y callar después, los golpistas parecen haber sido tomados por sorpresa. Más tarde, respondieron con un toque de queda. Por eso el gremio de maestros, el más organizado de Honduras, adelantó que comienza hoy un paro indefinido. “La gente está muy entusiasmada –dice, mimetizado con la efervescencia en las calles, Lorenzo Sánchez, del sindicato docente–. La resistencia y el pueblo en general esperamos que se revierta el golpe”, coincidió Berta Oliva, de la comisión de familiares de víctimas de la represión. Ponce sintetizó el momento político que vive Honduras por estas horas: “Falta claridad”.

Página/12

¿EL PRINCIPIO DEL FIN?

Atilio A. Boron, Rebelión

Zelaya ya está en Tegucigalpa y su ingreso a Honduras, burlando las “medidas de seguridad” instaladas a lo largo de la frontera, debería marcar el comienzo del fin del régimen golpista. Son varias las razones que fundamentan esta esperanza, que sucintamente se exponen a continuación.

Primero, porque los gorilas hondureños y sus instigadores y protectores en Estados Unidos (principalmente en el Comando Sur y el Departamento de Estado) subestimaron la masividad, intensidad y perseverancia de la resistencia popular que día tras día, sin desmayos, manifestaría su oposición al golpe de estado. En realidad tamaño rechazo no estaba en los cálculos de nadie, si nos atenemos a la historia contemporánea de Honduras. Pero el nuevo rumbo decidido por Zelaya: su positiva respuesta ante largamente postergados reclamos populares y la reorientación de su inserción internacional en el marco del ALBA tuvieron un efecto pedagógico impresionante y desencadenaron una reacción popular inesperada para propios y ajenos.

Segundo: el régimen golpista demostró ser incapaz de romper un doble aislamiento. En el frente interno, quedando cada vez más en evidencia que su base social de sustentación se reducía a la oligarquía y algunos grupos subordinados a su hegemonía, incluyendo los medios de comunicación dominados sin contrapeso por el poder del capital. Además, el paso del tiempo lejos de debilitar la resistencia popular lo que hizo fue acotar cada vez más el apoyo social al régimen. En el flanco internacional el aislamiento de Micheletti y su banda es casi absoluto: salvo poquísimas excepciones toda la América Latina y el Caribe retiró sus embajadores, y lo propio hicieron varios de los países más gravitantes de Europa. La misma OEA adoptó una línea dura en contra del régimen y, a poco andar, el único apoyo externo con que contaba el gobierno provenía de Estados Unidos. Este sin embargo, siguió una trayectoria declinante que se fue acentuando con el paso del tiempo: desde la negación de visados al personal diplomático acreditado en Washington hasta medidas cada vez más exigentes en contra del propio Micheletti y sus colaboradores.

Tercero, porque las ambiguas políticas del gobierno de Estados Unidos -producto de la puja interna dentro de la administración- que facilitaron la perpetración del golpe de estado fueron lentamente definiéndose en una dirección contraria a los intereses de los usurpadores. Si el inicial rechazo al golpe manifestado por Obama fue luego atenuado y entibiado por su antigua (¿y actual?) rival, la Secretaria de Estado Hillary Clinton, el carácter indisimulablemente retrógrado de Micheletti y su entorno así como la interminable sucesión de exabruptos e insultos dirigidos a Obama cada vez que la Casa Blanca expresaba alguna crítica a Tegucigalpa y su manifiesta incapacidad para construir una base social, fueron lentamente inclinando el fiel de la balanza en contra de las posturas amadrinadas por la Secretaria de Estado y creando una atmósfera cada vez más antagónica en relación a los golpistas.

Cuarto y último: el régimen instaurado el 28 de Junio constituye un serio dolor de cabeza para Obama. En primer lugar, porque desmiente enfáticamente sus promesas de fundar una nueva relación entre Estados Unidos y los países del hemisferio. El apoyo inicial al golpe, puesto de manifiesto en la obstinada resistencia de Washington a caracterizarlo como un “golpe de estado”, la tibieza de la respuesta diplomática y la indiferencia ante las gravísimas violaciones a los derechos humanos perpetrada por Tegucigalpa dañó seriamente la imagen que Obama quería establecer en América Latina y el Caribe. La continuidad del régimen golpista haría aparecer a Obama como un político irresponsable y demagógico o, peor aún, como alguien incapaz de controlar lo que hacen y dicen sus subordinados en el Pentágono, el Comando Sur y el Departamento de Estado. Y esto se liga con otro asunto, el segundo, sumamente importante y que excede el marco de la política hemisférica: su credibilidad en la arena internacional. Al demostrar su impotencia para controlar lo que ocurre en su “patio trasero” los gobernantes de otros países –especialmente la China, Rusia y la India- tienen razones para sospechar que tampoco será capaz de controlar a los sectores más belicistas y reaccionarios de Estados Unidos, para quienes sus promesas de alentar el multilateralismo equivalen a una capitulación incondicional ante sus odiados enemigos.

Esto es particularmente grave en momentos en que Obama está negociando con Rusia un nuevo acuerdo para reducir el arsenal nuclear de ambos países, algo que Washington necesita tanto o más que Moscú debido a la hemorragia económica producida por las guerras en Irak y Afganistán y al incontenible déficit fiscal norteamericano. El fracaso de este acuerdo tendría un costo económico enorme sobre el presupuesto público en momentos en que ese dinero se necesita para aventar los riesgos de una profundización de la crisis económica estallada en el 2008. Pero para persuadir a los rusos de que su plan de reducción de armamentos es viable tiene primero que demostrar que está en control de la situación y que sus halcones dentro del Pentágono no le quebrarán la mano. Cada día que permanezca Micheletti en el poder equivale a un mes más de difíciles conversaciones con Medvedev y Putin para convencerlos de que sus promesas se traducirán en hechos. Porque, si no puede controlar a los suyos en Honduras, ¿podrá hacerlo cuando se trate de una cuestión estratégica y vital para la seguridad nacional de Estados Unidos?

Clinton saluda el retorno de Zelaya

El depuesto presidente regresa sorpresivamente a su país y es albergado por la embajada de Brasil, que pide a la Casa Blanca y la OEA ayuda para su seguridad; en tanto, Micheletti exige sea entregado.

Tegucigalpa.- La secretaria de Estado estadunidense Hillary Clinton calificó el regreso clandestino del depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya a Tegucigalpa como “la mejor oportunidad” para terminar con la crisis política en ese país, en declaraciones ayer a la prensa en Nueva York. “Ahora que el presidente Zelaya volvió, sería oportuno devolverle su puesto” y “seguir adelante con las elecciones previstas para noviembre, tener una transición pacífica de presidentes y devolver a Honduras el orden democrático y constitucional”, dijo Clinton tras reunirse con el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, mediador en el conflicto surgido tras el golpe de Estado.

Clinton y Arias, premio Nobel de la Paz, coincidieron en que el regreso de Manuel Zelaya, expulsado por el ejército hondureño a Costa Rica la madrugada del 28 de junio, es una oportunidad para terminar con la crisis política. “Pienso que ésta es la mejor oportunidad, el mejor momento, ahora que Zelaya volvió a su país”, declaró Arias a la prensa.

En tanto, el presidente de facto Roberto Micheletti exigió a Brasil que entregue a Zelaya, quien a mediodía de ayer pidió refugio en la embajada brasileña en esta capital, luego de “casi 15 horas de recorrido”, según dijo el depuesto presidente a la cadena Telesur.

Poco después, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, confirmó la presencia de Zelaya en Honduras, tras hablar con él por teléfono.

En respuesta a Micheletti, el canciller Celso Amorim, presente también en Nueva York, advirtió de cualquier intento de “violar la sede diplomática” de Brasil en Honduras y confió que su retorno sirva para “una solución rápida, basada en el derecho constitucional”.

El retorno de Zelaya, tras dos intentos fallidos en julio, tomó por sorpresa a Micheletti, quien primero atribuyó los rumores al “terrorismo mediático”. Al confirmarse la noticia con imágenes de Zelaya saludando desde la embajada brasileña, Micheletti impuso el toque de queda, cuando miles de personas se congregaban ante las oficinas de la ONU, donde inicialmente se había dicho que estaba el mandatario depuesto. Estados Unidos, la Unión Europea y los países latinoamericanos han aislado a Micheletti, y siguen considerando a Zelaya como presidente legítimo.

Interrogado por la prensa, Amorim aseguró que su país “no tuvo ninguna participación” en el retorno y sólo le dio permiso para entrar en la sede.

“El presidente dijo que llegó a Honduras por medios propios y pacíficos”, indicó Amorim. También precisó que se había comunicado con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y con el gobierno de EU para que se aseguren de que no haya amenazas contra la seguridad de Zelaya ni contra el personal de la embajada.

En sesión extraordinaria en Washington, los 33 embajadores de la OEA exigieron al gobierno de facto “plenas garantías” para la integridad física de Zelaya y su retorno a la presidencia del país.

En tanto, la embajadora hondureña en Guatemala, Bessy Valenzuela, dijo que Zelaya “está dispuesto a no dormir” hasta resolver la crisis, luego de que Zelaya propusiera en Tegucigalpa “un diálogo nacional e internacional que permita a los hondureños volver por los fueros del respeto a la soberanía del pueblo” e insistió en que “pacíficamente vamos a buscar el diálogo por la democracia”.

Realizó escala en El Salvador: Funes
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, que ayer apareció sorpresivamente en Tegucigalpa, hizo una escala técnica en un avión en El Salvador el domingo en la noche antes de ir a su país, dijo el presidente Mauricio Funes.

“A nosotros, él (Zelaya) y su canciller (Patricia Rodas) no nos hicieron ninguna solicitud como gobierno, mas que la de permiso para aterrizar. Eso es lo único que hemos hecho. ¿Por qué no lo hizo? Eso lo tendrá que explicar él”, declaró Funes en una rueda de prensa en la casa de gobierno.

“Yo me enteré que venía (Zelaya) porque claro toda nave que incursiona en espacio aéreo salvadoreño necesita autorización y tiene que informar quiénes son los tripulantes y quiénes son las personas que vienen acompañando la tripulación”, declaró. (San Salvador/Agencias)  http://www.milenio.com

Written by Eduardo Aquevedo

23 septiembre, 2009 at 2:17

Chomsky: América Latina es el lugar más estimulante del mundo…

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David Brooks, Hermann Bellinghausen y Luis Hernández

La Jornada

CHOMSKY2 América Latina es hoy el lugar más estimulante del mundo, dice Noam Chomsky. Hay aquí una resistencia real al imperio; no existen muchas regiones de las que pueda afirmarse lo mismo.

Entrevistado por La Jornada, uno de los intelectuales disidentes más relevantes de nuestros tiempos señala que la esperanza en el cambio anunciada por Barack Obama es una ilusión, ya que son las instituciones y no los individuos los que determinan el rumbo de la política. A lo sumo, lo que el mandatario representa es un giro desde la extrema derecha al centro de la política tradicional estadunidense.

Presente en México para celebrar los 25 años de La Jornada, el autor de más cien libros, el lingüista, crítico antimperialista, analista del papel que desempeñan los medios de comunicación en la manufactura del consenso, explica cómo la guerra a las drogas se inició en Estados Unidos como parte de una ofensiva conservadora contra la revolución cultural y la oposición a la invasión de Vietnam.

A continuación, presentamos la transcripción completa de sus declaraciones.

América Latina es hoy el lugar más estimulante del mundo. Por primera vez en 500 años hay movimientos hacia una verdadera independencia y separación del mundo imperial; se están integrando países que históricamente han estado separados. Esta integración es un prerrequisito para la independencia. Históricamente, Estados Unidos ha derrocado un gobierno tras otro; ahora ya no puede hacerlo.

Brasil es un ejemplo interesante. Hacia principios de los 60, los programas de (Joao) Goulart no eran tan diferentes de los de (Luiz Inacio) Lula. En aquel caso, el gobierno de (John F.) Kennedy organizó un golpe de Estado militar. Así, el Estado de seguridad nacional se propagó por toda la región como una plaga. Hoy día Lula es el muchacho bueno, al que están tratando de cultivar, en reacción a los gobiernos más militantes en la región. En Estados Unidos no publican los comentarios de Lula favorables a (Hugo) Chávez o a Evo Morales. Los silencian porque no son el modelo.

Hay un movimiento hacia la unificación regional: se empiezan a formar instituciones que, aunque no funcionan del todo, comienzan a existir. Es el caso de Mercosur y Unasur.

Otro caso notable en la región es el de Bolivia. Después del referendo hubo una gran victoria, y también una sublevación bastante violenta en las provincias de la Media Luna, donde están los gobernadores tradicionales, blancos. Un par de docenas de personas murieron. Hubo una reunión regional en Santiago de Chile donde se expresó un gran apoyo a Morales y una firme condena a la violencia, y Morales respondió con una declaración importante. Dijo que era la primera vez en la historia de América Latina, desde la conquista europea, en que los pueblos habían tomado el destino de sus países en sus propias manos sin el control de un poder extranjero, o sea Washington. Esa declaración no fue publicada en Estados Unidos.

Centroamérica está traumatizada por el terror reaganiano. No es mucho lo que sucede allí. Estados Unidos sigue tolerando el golpe militar en Honduras, aunque es significativo que no lo pueda apoyar abiertamente.

Otro cambio, aunque atropellado, es la superación de la patología real en América Latina, probablemente la región más desigual del mundo. Es una región muy rica, siempre gobernada por una pequeña elite europeizada, que no asume ninguna responsabilidad con el resto de sus respectivos países. Se puede ver en cosas muy simples, como el flujo internacional de capital y bienes. En América Latina la fuga de capitales es casi igual a la de la deuda. El contraste con Asia oriental es muy impactante. Aquella región, mucho más pobre, ha tenido mucho más desarrollo económico sustantivo, y los ricos están bajo control. No hay fuga de capitales; en Corea del Sur, por ejemplo, se castiga con la pena de muerte. El desarrollo económico allá es relativamente igualitario.

Control debilitado

Había dos formas tradicionales con las que Estados Unidos controlaba América Latina. Una era el uso de la violencia; la otra, el estrangulamiento económico. Ambas han sido debilitadas.

Los controles económicos son ahora más débiles. Varios países se han liberado del Fondo Monetario Internacional a través de la colaboración. También se han diversificado acciones entre el sur, en lo que la relación de Brasil con Sudáfrica y China ha entrado como factor. Han podido enfrentar algunos problemas internos sin la poderosa intervención de Estados Unidos.

La violencia no ha terminado. Ha habido tres golpes de estado en lo que va de este siglo. El venezolano, abiertamente apoyado por Estados Unidos, fue revertido, y ahora Washington tiene que recurrir a otros medios para subvertir al gobierno, entre ellos ataques mediáticos y apoyo a grupos disidentes. El segundo fue en Haití, donde Francia y Estados Unidos tiraron al gobierno y enviaron al presidente a Sudáfrica. El tercero es el de Honduras, que es un asunto mixto. La Organización de Estados Americanos asumió una postura firme y la Casa Blanca tuvo que seguirla, y proceder muy lentamente. El FMI acaba de otorgar un enorme préstamo a Honduras, que sustituye la reducción de asistencia estadunidense. En el pasado éstos eran asuntos rutinarios. Ahora esas medidas (la violencia y el estrangulamiento económico) se han debilitado.

Estados Unidos está reaccionando y ha dado pasos para remilitarizar la región. La Cuarta Flota, dedicada a América Latina, había sido desmantelada en los 50, pero se está reahabilitando, y las bases militares en Colombia son un tema importante.

La ilusión de Obama

La elección de Barack Obama generó grandes expectativas de cambio hacia América Latina. Pero son sólo ilusiones

Sí hay un cambio, pero el giro es porque el gobierno de Bush se fue tan al extremo del espectro político estadunidense que casi cualquiera se hubiera movido hacia el centro. De hecho el propio Bush en su segundo periodo fue menos extremista. Se deshizo de algunos de sus colaboradores más arrogantes y sus políticas fueron más moderadamente centristas. Y Obama, de manera previsible, continúa con esta tendencia.

Giró hacia la posición tradicional. Pero ¿cuál es esa tradición? Kennedy, por ejemplo, fue uno de los presidentes más violentos de la posguerra. Woodrow Wilson fue el mayor intervencionista del siglo XX. El centro no es pacifista ni tolerante. De hecho Wilson fue quien se apoderó de Venezuela, sacando a los ingleses, porque se había descubierto petróleo. Apoyó a un dictador brutal. Y de allí continuó con Haití y República Dominicana. Mandó a los marines y prácticamente destruyó Haití. En esos países dejó guardias nacionales y dictadores brutales. Kennedy hizo lo mismo. Obama es un regreso al centro.

Es igual con el tema de Cuba, donde durante más de medio siglo Estados Unidos se ha involucrado en una guerra, desde que la isla ganó su independencia. Al principio esta guerra fue bastante violenta, especialmente con Kennedy, cuando hubo terrorismo y estrangulamiento económico, a lo que se opone la mayoría de la población estadunidense. Durante décadas, casi dos tercios de la población han estado en favor de la normalización de las relaciones, pero eso no está en la agenda política.

Las maniobras de Obama se fueron hacia el centro; suspendió algunas de las medidas más extremas del modelo de Bush, y hasta fue apoyado por buena parte de la comunidad cubano-estadunidense. Se movió un poco hacia el centro, pero ha dejado muy claro que no habrá cambios.

Las reformas de Obama

Lo mismo sucede en la política interna. Los asesores de Obama durante la campaña fueron muy cuidadosos en no dejarlo comprometerse con nada. Las consignas fueron la esperanza y el cambio, un cambio en el que creer. Cualquier agencia de publicidad sensata habría hecho que ésas fueran las consignas, pues 80 por ciento del país pensaba que éste marchaba por el carril equivocado. McCain decía cosas parecidas, pero Obama era más agradable, más fácil de vender como producto. Las campañas son sólo asuntos de mercadotecnia, así se entienden a sí mismas. Estaban vendiendo la marca Obama en oposición a la marca McCain. Es dramático ver esas ilusiones, tanto fuera como dentro de Estados Unidos.

En Estados Unidos casi todas las promesas hechas en el ámbito de reforma laboral, de salud, de energéticos, han quedado casi anuladas. Por ejemplo, el sistema de salud es una catástrofe. Es probablemente el único país en el mundo en el que no hay una garantía básica de atención médica. Los costos son astronómicos, casi el doble de cualquier otro país industrializado. Cualquier persona que tiene bien puesta la cabeza sabe que es la consecuencia de que se trate de un sistema de salud privado. Las empresas no procuran salud, están para obtener ganancias.

Es un sistema altamente burocratizado, con mucha supervisión, altísimos costos administrativos, donde las compañías de seguros tienen formas sofisticadas de evadir el pago de las pólizas, pero no hay nada en la agenda de Obama para hacer algo al respecto. Hubo algunas propuestas light, como por ejemplo la opción pública, pero quedó anulada. Si uno lee la prensa de negocios, encuentra que la portada de Business Week reportaba que las aseguradoras celebraban su victoria.

Se realizaron campañas muy exitosas en contra de esta reforma, organizadas por los medios y la industria para movilizar segmentos extremistas de la población. Es un país en el que es fácil movilizar a la gente con el miedo, e inculcarle todo tipo de ideas locas, como que Obama va a matar a la abuela de uno. Así lograron revertir propuestas legislativas ya de por si débiles. Si en verdad hubiera habido un compromiso real en el Congreso y la Casa Blanca, esto no hubiera prosperado, pero los políticos estaban más o menos de acuerdo.

Obama acaba de hacer un acuerdo secreto con las compañías farmacéuticas para asegurarles que no habrá esfuerzos gubernamentales por regular el precio de las medicinas. Estados Unidos es el único país en el mundo occidental que no permite que el gobierno use su poder de compra para negociar el precio de los medicamentos. Un 85 por ciento de la población se opone, pero eso no significa diferencia alguna, hasta que todos vean que no son los únicos que se oponen a estas medidas.

La industria petrolera anunció que va a utilizar las mismas tácticas para derrotar cualquier proyecto legislativo de reforma energética. Si Estados Unidos no implanta controles firmes sobre las emisiones de dióxido de carbono, el calentamiento global destruirá la civilización moderna.

El diario Financial Times señaló con razón que si había una esperanza de que Obama pudiera haber cambiado las cosas, ahora sería sorprendente que sí cumpliera con lo mínimo de sus promesas. La razón es que no quería cambiar tanto las cosas. Es una criatura de quienes financiaron su campaña: las instituciones financieras, las energéticas, las empresas. Tiene la apariencia de buen tipo, sería un buen acompañante de cena, pero eso no permite cambiar la política; la afecta un poco. Sí hay cambio, pero es un poco más suave. La política proviene de las instituciones, no está hecha por individuos. Las instituciones son muy estables y muy poderosas. Por supuesto, encuentran la manera de confrontar lo que sucede.

Más de lo mismo

Los medios están un poco sorprendidos de que se esté regresando adonde siempre se estuvo. Lo reportan, es difícil no hacerlo, pero el hecho es que las instituciones financieras se pavonean de que todo está quedando igual que antes. Ganaron. Goldman Sachs ni siquiera intenta ocultar que después de haber hundido la economía está entregando jugosos bonos a sus ejecutivos. Creo que en el pasado trimestre acaba de reportar las ganancias más altas de su historia. Si fueran un poquito más inteligentes lo intentarían ocultar.

Esto se debe a que Obama está respondiendo a quienes apoyaron su campaña: el sector financiero. Miren nada más a quién escogió para su equipo económico. Su primer asesor fue Robert Rubin, el responsable de la derogación de una ley que regulaba al sector financiero, lo cual benefició mucho a Goldman Sachs; asimismo, se convirtió en directivo de Citigroup, hizo una fortuna y se salió justo a tiempo. Larry Summers, quien fue la principal figura responsable de detener toda regulación de los instrumentos financieros exóticos, ahora es el principal asesor económico de la Casa Blanca. Y Timothy Geithner, quien como presidente de la Reserva Federal de Nueva York supervisaba lo que sucedía, es secretario del Tesoro.

En un reportaje reciente se examinó a algunos de los principales asesores económicos de Obama. Se concluyó que gran parte de ellos no deberían estar en el equipo de asesoría, sino enfrentando demandas legales, porque estuvieron involucrados en malos manejos en la contabilidad y otros asuntos que detonaron la crisis.

¿Por cuánto tiempo se pueden mantener las ilusiones? Los bancos están ahora mejor que antes. Primero recibieron un enorme rescate del gobierno y los contribuyentes, y lo utilizaron para fortalecerse. Son más grandes que nunca; absorbieron a los débiles. O sea, se está sentando la base para la próxima crisis. Los grandes bancos se están beneficiando con una póliza de seguros del gobierno, que se llama demasiado grande para fallar. Si se es un banco enorme o una casa de inversión importante, es demasiado importante para fracasar. Si se es Goldman Sachs o Citigroup, no puede fracasar porque eso derrumbaría toda la economía. Por eso pueden hacer préstamos riesgosos, para ganar mucho dinero, y si algo falla, el gobierno los rescata.

La guerra contra el narco

La guerra contra la droga, que desgarra a varios países de América Latina entre los que se encuentra México, tiene viejos antecedentes. Revitalizada por Nixon, fue un esfuerzo por superar los efectos de la guerra de Vietnam en Estados Unidos.

La guerra fue un factor que llevó a una importante revolución cultural en los 60, la cual civilizó al país: derechos de la mujer, derechos civiles. O sea, democratizó el territorio, aterrorizando a las elites. La última cosa que deseaban era la democracia, los derechos de la población, etcétera, así que lanzaron una enorme contraofensiva. Parte de ella fue la guerra contra las drogas.

Ésta fue diseñada para trasladar la concepción de la guerra de Vietnam, de lo que nosotros les estábamos haciendo a los vietnamitas, a lo que ellos nos estaban haciendo a nosotros. El gran tema a fines de los 60 en los medios, incluso los liberales, fue que la guerra de Vietnam fue una guerra contra Estados Unidos. Los vietnamitas estaban destruyendo a nuestro país con drogas. Fue un mito fabricado por los medios en las películas y la prensa. Se inventó la historia de un ejército lleno de soldados adictos a las drogas que al regresar se convertirían en delincuentes y aterrorizarían a nuestras ciudades. Sí, había uso de drogas entre los militares, pero no era muy diferente al que existía en otros sectores de la sociedad. Fue un mito fabricado. De eso se trataba la guerra contra las drogas. Así se cambió la concepción de la guerra de Vietnam a una en la que nosotros eramos las víctimas.

Eso encajó muy bien con las campañas en favor de la ley y el orden. Se decía que nuestras ciudades se desgarraban por el movimiento antibélico y los rebeldes culturales, y que por eso teníamos que imponer la ley y el orden. Allí cabía la guerra contra la droga.

Reagan la amplió de manera significativa. En los primeros años de su administración se intensificó la campaña, acusando a los comunistas de promover el consumo de drogas.

A principios de los 80 los funcionarios que tomaban en serio la guerra contra las drogas descubrieron un incremento significativo e inexplicable de fondos en bancos del sur de Florida. Lanzaron una campaña para detenerlo. La Casa Blanca intervino y suspendió la campaña. Quien lo hizo fue George Bush padre, en ese tiempo encargado de la guerra contra las drogas. Fue cuando la tasa de encarcelamiento se incrementó de manera significativa, en gran parte con presos negros. Ahora el número de prisioneros per cápita es el más alto en el mundo. Sin embargo, la tasa de criminalidad es casi igual que en otros países. Es un control sobre parte de la población. Es un asunto de clase.

La guerra contra las drogas, como otras políticas, promovidas tanto por liberales como por conservadores, es un intento por controlar la democratización de fuerzas sociales.

Hace unos días, el Departamento de Estado de Obama emitió su certificación de cooperación en la lucha contra las drogas. Los tres países que fueron descertificados son Myamar, una dictadura militar –no importa, está apoyada por empresas petroleras occidentales–, Venezuela y Bolivia, que son enemigos de Estados Unidos. Ni México, ni Colombia, ni Estados Unidos, en todos los cuales hay narcotráfico.

Un lugar interesante

El elemento central del neoliberalismo es la liberalización de los mercados financieros, lo cual hace vulnerables a los países que tienen inversionistas extranjeros. Si uno no puede controlar su moneda y la fuga de capitales, está bajo control de los inversionistas extranjeros. Pueden destruir una economía si no les gusta lo que este país hace. Ésa es otra forma de controlar pueblos y fuerzas sociales, como los movimientos obreros. Son reacciones naturales de un empresariado muy concentrado, con gran conciencia de clase. Claro que hay resistencia, pero fragmentada y poco organizada, y por ello pueden seguir promoviendo políticas a las que se opone la mayoría de la población. A veces esto llega al extremo.

El sector financiero está igual que antes; las aseguradoras de salud han ganado con la reforma sanitaria, las empresas energéticas ganarán con la reforma energética, los sindicatos han perdido con la reforma laboral y, por supuesto, la población de Estados Unidos y la del mundo pierden porque ya de por sí la destrucción de la economía es grave. Si se destruye el medio ambiente, los que de veras sufrirán son los pobres. Los ricos sobrevivirán a los efectos del calentamiento global.

Por esto América Latina es uno de los lugares verdaderamente interesantes. Es uno de los sitios en los que hay verdadera resistencia a todo esto. ¿Hasta dónde llegará? No se sabe. No me sorprendería que haya un giro a la derecha en las próximas elecciones en América del Sur. Aun así, se ha logrado un avance que sienta las bases para algo más. No hay muchos lugares en el mundo de los que pueda decirse lo mismo.

http://www.jornada.unam.mx/2009/09/21/index.php?section=politica&article=003n1pol

La OEA aplaude la vuelta de Zelaya a Honduras como una "acción de valentía"

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Insulza viaja este martes a Tegucigalpa.- Hillary Clinton pide diálogo y Óscar Arias se ofrece como mediador

HONDURAS-PRESID1 AGENCIAS – Nueva York / Tegucigalpa – 22/09/2009

El inesperado regreso este lunes a Honduras del depuesto presidente Zelaya, que se encuentra refugiado en la Embajada brasileña en Tegucigalpa rodeado de cientos de seguidores pese al toque de queda decretado por el Gobierno de facto de Roberto Micheletti, ha movilizado a la comunidad internacional, preocupada por la posibilidad de que se produzcan altercados en el país. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha celebrado una reunión extraordinaria en la que se ha apoyado por unanimidad la "acción de valentía" que implica la vuelta de Zelaya y ha acordado el viaje a Tegucigalpa este martes del presidente de la OEA, José Miguel Insulza, junto con otros cancilleres.

    La resolución del organismo exige además al Gobierno de facto que garantice la seguridad necesaria a Zelaya, insta a la población a mantener la calma y se remite al Acuerdo de San José, redactado gracias a la mediación del presidente de Costa Rica, como la mejor vía para volver a instaurar el orden democrático.

    Mientras, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ha recomendado a Zelaya y Micheletti que inicien un diálogo para evitar nuevos brotes de violencia. La jefa de la Diplomacia realizó estas declaraciones tras mantener un encuentro en Nueva York con el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, precisamente mediador en la crisis política de Honduras. Arias, que se encuentra en EE UU para asisitir a la Asamblea General de la ONU, también expresó su deseo de que la calma persista y se ofreció incluso para ir a Tegucigalpa para mediar entre las dos partes implicadas.

    Según Clinton, "ahora que el presidente Zelaya ha regresado sería oportuno devolverle a su puesto bajo las condiciones apropiadas, seguir adelante con las elecciones previstas para noviembre, contar con una transición pacífica de la autoridad presidencial y llevar de nuevo a Honduras al orden constitucional y democrático".

    Por su parte, el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, que igualmente se encuentra en Nueva York, abogó desde allí por el diálogo y evitar los enfrentamientos y reconoció que, aunque la vuelta de Zelaya "abre oportunidades, también puede crear dificultades". Moratinos ha informado de que ha hablado con su homólogo de Brasil, Celso Amorim, así como con otras autoridades de la Unión Europea y de Estados Unidos, con la finalidad de coordinar "posiciones y gestiones".  EL PAIS.COM

    “NADIE NOS VUELVE A SACAR”, DIJO DESDE LA CAPITAL HONDUREñA

    Zelaya sorprendió con su vuelta

    El presidente se asiló en la Embajada de Brasil, recibido por una multitud. Los golpistas pidieron a Brasilia que lo entregue. EE.UU. lo vio como una oportunidad para salir de la crisis.

    Manuel Zelaya volvió a Honduras. De manera clandestina y en horas de la madrugada, el presidente constitucional burló los controles, regresó a Tegucigalpa y habló refugiado desde la embajada de Brasil. “He vuelto por la voluntad del pueblo para construir la democracia”, aseguró. “Que todos los hondureños vengan para aquí a protegernos, a evitar cualquier malentendido”, lanzó enseguida. De inmediato, miles de hondureños se movilizaron y coparon los alrededores de la sede diplomática. “Sí se pudo, sí se pudo”, empezó a corear la multitud. “A partir de ahora nadie nos vuelve a sacar de aquí: patria, restitución o muerte”, clamó el mandatario. Rápido, helicópteros del gobierno de facto comenzaron a surcar el cielo para supervisar los movimientos en la embajada mientras el despliegue policial crecía por las calles de la capital y voceros golpistas, a pesar de los hechos, seguían negando que el presidente constitucional se encontrase en el país.

    Pero Zelaya, de camisa blanca, pantalón negro y sombrero de ala ancha, ya estaba adentro. “He venido a dialogar de frente; abriremos contactos con diferentes organizaciones de la sociedad para que la paz y la tranquilidad vuelvan a Honduras”, anunció, tras lo cual aseguró que buscará entablar negociaciones cuanto antes. Su apuesta, para ello, es traer al secretario general de la OEA de inmediato sobre el terreno. “Mañana (por hoy) el secretario general José Miguel Insulza está aquí. Me ha dicho que se quería venir hoy mismo, pero llega mañana”, afirmó. Sin embargo, la dictadura decretó un toque de queda desde las 16 hora local de ayer hasta la madrugada de hoy para desmovilizar a los manifestantes y por la noche anunció el cierre de los aeropuertos. Lejos de mostrarse dispuesto a la negociación, el régimen le pidió a la embajada de Brasil que lo entregue. “Hago un llamado al gobierno de Brasil a que respete la orden judicial dictada contra el señor Zelaya entregándolo a las autoridades competentes de Honduras”, señaló Micheletti en un mensaje leído en la Casa Presidencial.

    Sin precisar cómo había entrado en su país, Zelaya aseguró que hizo “mil proezas” y un periplo de unas 15 horas para ingresar en territorio hondureño. “Se tuvieron que realizar diferentes movimientos en varios países, se tuvo que cambiar de transportes, hacer planificaciones para poder evadir retenes militares, postas policiales y los círculos de control que existen”, precisó el hondureño. “El presidente Zelaya atravesó montañas y ríos para llegar a estar junto a su pueblo”, detalló su canciller, Patricia Rodas.

    Sobre la llegada a la embajada brasileña en Tegucigalpa, Celso Amorim, canciller brasileño, fue el encargado de brindar los detalles. “Una hora antes de la llegada de Zelaya, una diputada hondureña llamó a la Embajada de Brasil en Honduras diciendo que la esposa del presidente, Xiomara Castro, quería hablar con el encargado de Negocios en nuestra sede diplomática para pedir si Zelaya podía refugiarse allí”, precisó el canciller desde la sede de la ONU en Nueva York. Amorim explicó entonces que, en ese momento, el diplomático Francisco Catunda se comunicó con Itamaraty y él mismo, previa consulta con Lula, dio la luz verde. Aún más, Amorim aseguró que en la reunión que mantendrán en los próximos días Lula y el presidente estadounidense Barack Obama en el marco de la ONU, el asunto será abordado (ver aparte).

    La postura de Estados Unidos, primero, fue cautelosa. “Instamos a que las partes hagan un ejercicio de prudencia y eviten cualquier acción que pueda derivar en un brote de violencia”, señaló Ian Kelly, vocero del Departamento de Estado. No obstante, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, definió más tarde una posición y afirmó que la vuelta de Zelaya “era una oportunidad para terminar con la crisis”. “Ahora que el presidente Zelaya ha regresado sería oportuno devolverlo a su puesto bajo las condiciones apropiadas, seguir adelante con las elecciones previstas para noviembre, contar con una transición pacífica de la autoridad presidencial y llevar de nuevo a Honduras al orden constitucional y democrático”, señaló Clinton desde la sede de la ONU en Nueva York.

    Zelaya afirmó, en declaraciones a la prensa, que todas las acusaciones que se vertieron en su contra desde el golpe de Estado eran “calumnias y difamaciones sin ninguna clase de fundamento”, y dejó en claro que no teme afrontar posibles procesos en su contra. “No tengo ningún temor a la Justicia. Estoy preparado para responder de forma honesta a cualquier cuestionamiento”, sostuvo. “Nunca he violado ninguna ley, nunca he cometido ninguna falta”, insistió el presidente constitucional hondureño, quien ayer tuvo reuniones con ministros y líderes de la resistencia al golpe.

    El mandatario depuesto ya había intentado volver a Honduras en al menos dos ocasiones: el 5 de julio pasado, vía aérea, y el 24 de julio, vía terrestre a la altura del paso fronterizo de Las Manos. Ayer, cuando comenzaron a circular los rumores acerca de su vuelta, las principales figuras del gobierno de facto optaron por negar los hechos. “Zelaya está tranquilo en una suite de un hotel de Nicaragua”, había dicho el dictador Micheletti cuando faltaban sólo minutos para que Zelaya empezara a hacer declaraciones desde la embajada brasileña. “Son mentiras, no está aquí”, agregaba, a su turno, el coronel golpista Ramiro Archaga, vocero del ejército.

    Los hechos devorarían sus palabras. Juan Barahona, dirigente sindical del Frente de Resistencia Popular, afirmó que con Zelaya en Honduras, la dictadura no resistiría ni 24 horas. Se iniciaba un nuevo capítulo. (Página/12)

     

    Zelaya está en Honduras y plantea diálogo de frente

    “Yo he regresado con el fin de buscar un arreglo pacífico de frente, para que el diálogo sea en mi propia tierra y en mi propio pueblo”, manifestó el presidente depuesto desde la embajada de Brasil, en Tegucigalpa.

    La Jornada en línea
    Publicado: 21/09/2009 14:56

    México, DF. El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, dijo que se encuentra en su tierra para encontrar, de frente, una solución al problema, ya que en el camino se han encontrado con muchos mediadores que al final los han traicionado en el camino.

    En entrevista telefónica, Zelaya dijo,“Yo he regresado con el fin de buscar un arreglo pacífico de frente, para que el diálogo sea en mi propia tierra y en mi propio pueblo”.

    Zelaya se encontraba este lunes en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde llamó a un diálogo nacional, causando alegría entre sus seguidores y sorpresa en el gobierno de facto de Roberto Micheletti.

    Declaró que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, viajará a Honduras para propiciar un diálogo que permita superar la crisis política desatada por el golpe de Estado del 28 de junio, que lo derrocó y envió al exilio, y pidió a los militares que no repriman al pueblo hondureño.

    Reiteró que en la búsqueda de reconstruir la democracia, su posición es pacífica y enfatizó que: “un presidente electo por el pueblo no se puede quitar por las armas”.

    Tras casi tres meses de estar fuera de su país, después de que un grupo de militares lo capturó y expulsó del país el presidente Zelaya dijo que el presidente de Brasil, Lula Da Silva ofreció el edificio de la embajada de Brasil, como un sitio de protección y que será desde ese lugar donde comenzarán la organización de las actividades.

    Mencionó que ha recibido apoyo de la comunidad internacional, de los gobiernos de Centroamérica, la OEA, Estados Unidos y que Venezuela, al igual que otros, se ha mantenido firme en el apoyo, como nunca se había visto en la historia.

    "Esta mañana (lunes) Insulza me ha anunciado que se quiere venir hoy mismo para iniciar el diálogo", dijo Zelaya en conferencia de prensa en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

    "Las fuerzas armadas deben apuntar sus rifles a los enemigos del pueblo y no contra el pueblo", dijo Zelaya.

    El mandatario depuesto pidió "iniciar un diálogo nacional e internacional que permita a los hondureños volver por los fueros del respeto a la soberanía del pueblo" e insistió en que "pacíficamente vamos a buscar el diálogo por la democracia".

    Millares de personas se congregaron hacia el mediodía frente a las oficinas de la ONU en Tegucigalpa para darle la bienvenida a Zelaya, luego de que medios hondureños y extranjeros anunciaran que había vuelto a Honduras y que se encontraba en ese lugar.

    Sin embargo, poco después su esposa, Xiomara Castro, dijo que no estaba en la sede de la ONU, sino en la embajada de Brasil, a dos cuadras de allí.

    El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, general Romeo Vásquez, manifestó que desconocía que Zelaya había vuelto a Honduras.

    "Estamos investigando cualquier tipo de información dado que, según la gente de Migración, no ha habido ningún ingreso por ninguna de las fronteras, sea áreas, terrestres o navales", declaró Vásquez a la radioemisora HRN.

    Las primeras versiones del retorno de Zelaya fueron difundidas por la cadena multiestatal Telesur y poco después el mandatario venezolano Hugo Chávez confirmó la presencia del presidente depuesto en Tegucigalpa, tras hablar con él por teléfono.

    "La entrada a nuestra patria del presidente Zelaya ha sido exitosa, los hondureños podrán verlo con sus propios ojos y podrán escucharlo con sus propios oídos", dijo el ministro de la Presidencia del gobierno depuesto, Enrique Flores Lanza.

    Zelaya volvió secretamente a su país tras dos intentos fallidos en julio, mientras arreciaban las presiones de la comunidad internacional para aislar al régimen de facto de Micheletti.

    (Con información de Afp)

     

    Written by Eduardo Aquevedo

    22 septiembre, 2009 at 0:39

    N. Chomsky: la cuestionada y vigente supremacía estadunidense en América Latina…

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    Noam Chomsky

    La Jornada

    CHOMSKY5 Estados Unidos fue fundado como un imperio infante en las palabras de George Washington. La conquista del territorio nacional fue una gran aventura imperial. Desde los primeros días, el control del hemisferio fue una meta vital.

    América Latina ha conservado su primacía en la planeación global de Estados Unidos. Si Estados Unidos no puede controlar a América Latina, no puede esperar lograr un orden exitoso en otros lugares del mundo, declaró el Consejo Nacional de Seguridad del presidente Richard M. Nixon en 1971, cuando Washington estaba considerando el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende en Chile.

    Recientemente el problema del hemisferio se ha intensificado. América del Sur se ha movido hacia la integración, un prerrequisito para la independencia; ha ampliado sus vínculos internacionales y ha empezado a enfrentar sus desórdenes internos, entre los cuales destaca el tradicional dominio de la minoría europeizada pudiente sobre un océano de miseria y sufrimiento.

    El problema se agudizó hace un año en Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, donde, en 2005, la mayoría indígena eligió a un presidente de sus propias filas, Evo Morales.

    En agosto de 2008, después de la victoria de Morales en un referendo, la oposición integrada por elites respaldadas por Estados Unidos se tornó violenta, desembocando en la matanza de unos 30 partidarios del gobierno.

    En respuesta, la recién formada Unión de Repúblicas Sudamericanas (Unasur) convocó a una reunión cimera. Los participantes –todos los países de América del Sur– declararon su pleno y firme apoyo al gobierno constitucional del presidente Evo Morales, cuyo mandato fue ratificado por una gran mayoría.

    Por primera vez en la historia de América del Sur, los países de nuestra región han decidido cómo resolver nuestros problemas, sin la presencia de Estados Unidos, observó Morales.

    Otra manifestación: el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha prometido poner fin al uso por parte de Estados Unidos de la base militar de Manta, la última instalación de ese tipo de Estados Unidos en América del Sur.

    En julio, Estados Unidos y Colombia firmaron un acuerdo secreto para permitir a Estados Unidos la utilización de siete bases militares en Colombia.

    El propósito oficial es contrarrestar el narcotráfico y el terrorismo, pero altos oficiales militares y funcionarios civiles de Colombia familiarizados con las negociaciones revelaron a la Associated Press que la idea es hacer de Colombia un centro para las operaciones del Pentágono.

    El acuerdo proporciona a Colombia un acceso privilegiado a abastecimiento militar de Estados Unidos, según informes. Colombia ya es actualmente el mayor recipiente de ayuda militar estadunidense (aparte de Israel-Egipto, una categoría separada).

    Colombia ha tenido de lejos el peor historial de derechos humanos en el hemisferio desde las guerras centroamericanas de los años 80. La correlación entre la ayuda de Estados Unidos y las violaciones a los derechos humanos ha sido notada desde hace tiempo por académicos.

    La Ap citó también un documento de abril 2009 del Comando de Movilidad Aérea de Estados Unidos, en el que se propone que la base Palanquero en Colombia podría convertirse enlocación de seguridad cooperativa.

    Desde Palanquero, “casi la mitad del continente puede ser cubierta por un (trasporte aéreo) C-17 sin recargar combustible”, señala el documento. Esto podría formar parte de una estrategia global en ruta que ayude a lograr la estrategia y contribuya a encaminar la movilidad a África.

    El 28 de agosto, la Unasur se reunió en Bariloche, Argentina, para analizar la cuestión de las bases militares en Colombia.

    Después de un debate intenso, la declaración final subrayó que Sudamérica debe mantenerse como una tierra de paz y que fuerzas militares extranjeras no deben amenazar la soberanía e integridad de ninguna nación de la región. E instruyó al Consejo de Defensa Sudamericano que investigue el documento del Comando Aéreo de Movilidad.

    El propósito oficial de las bases no escapó a las críticas. Morales dijo haber sido testigo que soldados de Estados Unidos que acompañan a tropas bolivianas dispararon contra miembros del sindicato de cultivadores de coca.

    Así que ahora somos narcoterroristas, continuó. Cuando no pudieron seguir llamándonos comunistas, nos llamaron subversivos, y después traficantes, y terroristas desde los ataques del 11 de septiembre. Advirtió que la historia de América Latina se repite.

    La responsabilidad final de la violencia en América Latina yace con los consumidores de drogas ilegales en Estados Unidos, dijo Evo Morales. Si la Unasur enviara tropas a Estados Unidos para controlar el consumo, ¿lo aceptarían? Imposible.

    El hecho de que la justificación de Estados Unidos por sus programas antidrogas en el extranjero sea considerada siquiera digna de debate es una ilustración más de la profundidad de la mentalidad imperial.

    El pasado febrero, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y democracia emitió su análisis sobre la guerra contra las drogas de Estados Unidos en las décadas pasadas.

    La comisión, encabezada por los ex presidentes latinoamericanos Fernando Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México) y César Gaviria (Colombia) llegó a la conclusión de que la guerra contra las drogas había sido un fracaso total y exhortó a un cambio radical de política, alejada de medidas de fuerza en lo interno y en el exterior, y hacia medidas mucho menos costosas y más eficaces de prevención y tratamiento.

    El informe de la comisión, como estudios previos y los antecedentes históricos, careció de un impacto detectable. Esta falta de respuesta refuerza la conclusión natural de que la guerra contra las drogas, como la guerra contra la criminalidad y la guerra contra el terrorismo se libran por razones ajenas a las metas anunciadas, que son reveladas por las consecuencias.

    Durante el decenio pasado, Estados Unidos ha incrementado la ayuda militar y el adiestramiento de oficiales latinoamericanos en tácticas de infantería ligera para combatir el populismo radical, un concepto que, en el contexto latinoamericano, envía escalofríos a la espalda.

    El adiestramiento militar está siendo desplazado del Departamento de Estado al Pentágono, eliminando previsiones de derechos humanos y democracia antes bajo supervisión congresional, siempre débiles pero al menos un disuasivo para los peores abusos.

    La Cuarta Flota de Estados Unidos, desbandada en 1950, fue reactivada en 2008, poco después de la invasión de Colombia a Ecuador, con responsabilidad para el Caribe, Centro y Sudamérica, y las aguas que la rodean.

    Sus operaciones diversas incluyen el combate al tráfico ilícito, cooperación de seguridad en el teatro, interacción de militares a militares y adiestramiento bilateral y multinacional, detalla el anuncio oficial.

    La militarización de América del Sur se alinea con designios mucho más amplios. En Irak, la información es virtualmente nula acerca de las bases militares de Estados Unidos allí, así que debe suponerse que permanecen para proyección de fuerza. El costo de la inmensa ciudad-en-una-ciudad que es la embajada en Bagdad se elevará a mil 800 millones de dólares al año, de mil 500 millones que se habían estimado.

    El gobierno de Obama también está construyendo megaembajadas en Pakistán y Afganistán.

    Estados Unidos y el Reino Unido están exigiendo que la base militar de Diego García sea exenta de de la zona libre de armas nucleares de Africa, como lo están las bases de Estados Unidos en zonas similares en el Pacífico.

    En pocas palabras, las acciones de un mundo de paz no caen en el cambio en el que puedes creer, para pedir

    prestado el eslogan de campaña de Obama.

    http://www.jornada.unam.mx

    Zelaya, Presidente de Honduras: “Nunca voy a renunciar a mi vuelta”…

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    DIALOGO EXCLUSIVO CON MANUEL ZELAYA, PRESIDENTE LEGITIMO DEPUESTO DE HONDURAS

    Moderando sus palabras a pedido de los negociadores estadounidenses, sostiene que “los usurpadores se van a ir por las buenas o por las buenas”, y llama a aumentar la presión local e internacional contra el régimen golpista.

    HONDURAS-PRESID1 Por María Laura Carpineta

    Eran casi las 22, acababa de cenar y estaba cansado; había empezado su día en Washington y lo terminaba en Guatemala. Al día siguiente partiría a Managua, la ciudad que eligió para su exilio forzado. Manuel Zelaya está cansado de tanto viajar. Pide disculpas por su voz gastada y por el tono serio que no puede terminar de sacudir. Después de dos meses de recorrer el continente en busca de apoyo para recuperar la presidencia de Honduras, el estanciero de 56 años que hizo de su sonrisa y su buen humor una marca registrada parece estar perdiendo el optimismo.

    Siempre correcto y amable, Zelaya atendió por teléfono el viernes por la noche a Página/12 y habló hasta que el cansancio lo venció. Ya no lanza amenazas y advertencias como en su última aventura en la frontera entre Nicaragua y Honduras, cuando por segunda vez intentó, sin éxito, volver a pisar su tierra.

    Casi un mes después, Mel, como lo bautizó su familia y el pueblo hondureño, moderó sus palabras, sus formas y sus demandas. Según confió a este diario una fuente de su entorno, lo hizo por pedido de los negociadores estadounidenses que lideran el diálogo con los golpistas. “Los usurpadores se van a ir por las buenas o por las buenas”, aseguró el mandatario, que hace apenas un mes amenazaba con entrenar una guerrilla para enfrentar al régimen de facto.

    Zelaya acaba de recibir de Washington el espaldarazo que buscaba y no hará nada que pueda incomodar a su más importante aliado en esta cruzada por recuperar el poder. Pero aunque consiguió que Hillary Clinton rechazara las próximas elecciones hondureñas, prometiera suspender todas las visas y cortar los fondos a la dictadura, no suena emocionado. Su cautela y su negativa a imponer nuevos plazos o ultimátums son la mejor prueba de que los golpistas no cederán rápido, y él lo sabe.

    –¿Lo desilusionó no conseguir la declaratoria de golpe del gobierno norteamericano?

    –La declaración que se dio va más allá que una simple clasificación de la crisis de Honduras. El documento que la secretaria de Estado emitió fue aún más fuerte. Dice que en Honduras, además de haber habido un golpe de Estado, hubo una alianza entre los poderes fácticos, el congreso, la Justicia y los militares. Eso era más de lo que nosotros esperábamos, porque significa que Estados Unidos comprende que lo que hubo fue una conspiración contra mi gobierno, contra la democracia hondureña. Para nosotros la declaración de Washington fue sin dudas satisfactoria.

    –¿Cuál es el próximo paso?

    –A nivel internacional se está haciendo bastante. Hay declaraciones muy contundentes. Brasil, Estados Unidos, la Unión Europea, el Banco Mundial, el BID y el FMI están tomando acciones específicas. Se han parado préstamos, levantado las visas, retirado embajadores. El régimen de facto está bloqueado, rodeado y con fuertes problemas internos. Dentro del país, además, las manifestaciones son continuas y de a poco se ven señales de una creciente crisis económica.

    –Pero aun así los golpistas no dan ni un paso atrás. ¿Lo sorprendió este nivel de intransigencia?

    –Entiendo que estas actitudes sean nuevas para la comunidad internacional, pero yo he sufrido esa intransigencia y esa soberbia de la elite económica que monopoliza todas las actividades económicas de mi país –petróleo, alimentos, los bancos, el comercio, los medios– durante los tres años y medio que estuve en el gobierno. Estamos lidiando con una elite que no permite el libre mercado ni la competencia, que desde siempre estuvo protegida por leyes para no pagar impuestos y para ser intocable. Esa intransigencia cultivada durante décadas hoy se manifiesta a través de las armas. Las elites buscaron ayuda en un reducto de la época de los ’80 para poder reprimir, asesinar e instalar un gobierno de terror sin limitaciones ni cuestionamientos.

    –Entonces, ¿cuál es el próximo paso para ustedes, ahora que cuentan con un apoyo contundente de todo el continente?

    –Nosotros continuaremos presionando a los que usurparon el poder hasta que lo devuelvan. Necesitamos un bloqueo internacional, político y económico total y, también, aumentar la presión de la resistencia en Honduras. Al mismo tiempo estamos impulsando métodos alternativos.

    –¿Qué son métodos alternativos?

    –Son estrategias de resistencia efectivas con el fin de desalojar a los usurpadores del poder. Pueden ser estrategias políticas, sociales, una forma de trabajo del pueblo, el boicot al sistema del Estado. En otras palabras, acciones contundentes que van a hacer que los usurpadores se vayan por las buenas o por las buenas.

    –¿Eso incluye también un nuevo intento de volver al país por la frontera o por avión?

    –Por supuesto. Nunca voy a renunciar a mi aspiración a volver a mi país a recuperar la misión que me encomendó en las urnas el pueblo hondureño por cuatro años, ni un día más ni un día menos.

    –¿Qué sanciones deberían tomar los países de la región para garantizar ese bloqueo total que usted reclama?

    –Aún quedan medidas por tomar, especialmente sanciones contra el comercio y la economía. Tanto Europa como Estados Unidos podrían asestarle un fuerte golpe a la dictadura allí.

    –¿No teme las consecuencias que ello podría producir en un país tan pobre como Honduras?

    –Sé que hay un peligro, de hecho hay bastante riesgo. Pero estoy decidido a hacerlo aunque tenga que pagar los costos. Está en juego la democracia y el futuro de mi país.

    –Si los golpistas accedieran al Plan Arias y usted volviera al poder, ¿aceptaría las elecciones de noviembre, a pesar de que la campaña ya comenzó bajo censura y represión?

    –Mi país está viviendo en la ilegalidad. Un régimen ilegal no puede garantizar la libertad de elección, mucho menos cuando hay represión contra el pueblo y persecución política contra los candidatos. La sucesión presidencial está ahora seriamente cuestionada tanto en Honduras como en el exterior. Pero mi retorno garantizaría la reconstrucción del pacto social y el proceso electoral revitalizaría la confianza en el país y sus líderes.

    –Y en ese proceso electoral, ¿apoyaría a algún candidato?

    –Tengo muchos candidatos. Soy un dirigente político con 30 años de lucha. Apoyo a candidatos a alcaldes, diputados y corporaciones regionales, en varios partidos, no sólo en uno.

    –¿Tiene un candidato presidencial? Tanto el de su partido como el favorito apoyaron abiertamente el golpe desde el primer día…

    –Ningún ciudadano que haya colaborado o participado en el golpe va a gozar alguna vez de mi apoyo o mi amistad. El que estuvo con el golpe es también responsable de los asesinatos, torturas y violaciones a los derechos humanos. Estoy convencido de que esos candidatos serán condenados por el pueblo y humillados en las urnas.

    –Pero son los dos candidatos con posibilidades reales de ganar, antes y después del golpe.

    –Piensa unos segundos antes de responder. Si el próximo gobierno colaboró, participó o simpatizó con el golpe le aseguro que será un gobierno débil, totalmente vulnerable. De todas formas, no quiero hacer pronósticos. El pueblo será el juez de los golpistas.

    –¿Cree que fue un error no juzgar durante su gobierno a los represores de la guerra sucia de los ‘80, que hoy sostienen y asesoran a la dictadura?

    –Por lo menos puedo decir que lo intentamos. Precisamente ésas son las raíces del odio de la elite más reaccionaria. Vieron un peligro para su impunidad y nos sacaron de la escena. Mi gobierno siempre sostuvo que no debe haber olvido para que no repitan los vergonzosos y cavernarios hechos que ahora lamentablemente están reviviendo los hondureños. Pero es importante destacar que es mucho más que Honduras. Los grupos más reaccionarios del continente, desde Washington hasta América del Sur, se han reactivado y creen que pueden detener a los movimientos sociales y los cambios progresistas con un golpe de Estado. Estamos en una nueva época y éste no es un golpe fundamentado en una ideología, sino el intento desesperado de un grupo de poder que solamente quiere recuperar sus beneficios, y para ello se esconde detrás de las armas y de un grupo de políticos corruptos.

    –El Plan Arias, que usted aceptó, incluye una amnistía general. ¿Eso no favorecería nuevamente la impunidad?

    –Hay algo que quiero aclarar. En Honduras el presidente no tiene inmunidad, y aun así nunca fui procesado, demandado. Fueron todas mentiras, falsedades que se inventaron después del golpe para ensuciar mi nombre y la gestión de mi gobierno. Los otros dos poderes, el Congreso y la Justicia, siempre estuvieron en mi contra. Pero aun así nunca me llevaron a juicio. La amnistía que se incluyó en el Plan Arias fue solicitada por los golpistas, no por mí.

    –Exactamente. Volverán a quedar libres los responsables de las violaciones a los derechos humanos…

    –La verdad que ustedes, en Argentina, saben de esto mejor que nosotros. Menem dio un indulto y muchos años después la Corte lo anuló. No hay que tener miedo de ese tipo de amnistía; es una amnistía para crímenes conexos con el golpe y con una situación política particular, pero nunca, repito, nunca se puede amnistiar crímenes de lesa humanidad, como son las violaciones de los derechos humanos que está cometiendo esta dictadura. Eso jamás.

    Página/12

    Honduras: el Opus Dei a favor del golpe militar…

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    23 August, 2009, Crónica Digital

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    Escribir sobre el Opus Dei es una tarea urgente para dar a conocer quienes son miembros activos del Gobierno golpista de Roberto Micheletti. Por esta razón nos piden publicar este documentado artículo y cada lector, en conciencia, sacará sus propias conclusiones.

    El Opus Dei (Obra de Dios) formalmente es una Prelatura Personal (dirigida por una persona a la que se le denomina “Prelado”) aprobada por la Iglesia Católica en 1950 siendo Papa Pío XII y reconocida oficialmente en 1982 con Juan Pablo II. Fue fundada en Madrid, España, desde 1928 por su primer prelado Josemaría Escrivá de Balaguer quién fue canonizado también por Juan Pablo II en el 2002, haciéndolo Santo oficial de la Iglesia Católica.

    El Opus Dei es solamente una parte, una agrupación que tiene sus propios estatutos y su propio escalafón de miembros: Prelados, Vicarios Regionales, Consejos (Para los hombres), Asesoras (Para las mujeres), Supernumerarios, Numerarios, Numerarios Auxiliares, Agregados, Cooperadores y Aspirantes.

    El objetivo formal del Opus Dei (descrito en sus documentos internos) es el de la búsqueda de la “santidad” a través del apostolado del trabajo y la caridad. Actualmente cuenta con unos 85,000 miembros y se encuentra oficialmente en unos 65 países. Se ha convertido desde su fundación en una de las ramas de mayor crecimiento e influencia dentro de la Iglesia Católica.

    Su funcionamiento como organización religiosa está definida por la filosofía contenida en las 999 Máximas del libro: “El Camino”, redactado y revisado a través de varias décadas por su fundador Escrivá de Balaguer. Aún cuando otros escritos tales cómo las disposiciones, edictos y decretos de sus Prelados se han convirtiendo en documentos regulatorios de obligatorio cumplimiento para sus miembros.

    Administrativamente el Opus Dei funciona como una sociedad informal. Técnicamente la organización no aparece en escrituras públicas y no tiene bienes, sino que invierte a través de personas naturales o jurídicas que forman parte de sus estructuras. Todos los miembros del Opus Dei entregan a la congregación diezmos y parte de sus ingresos, dependiendo de sus compromisos con la organización. Dichos compromisos son secretos y manejados algunos de ellos como contratos privados. El nivel de compromisos corresponde con el nivel de jerarquía de las personas con la institución. Sus colaboradores más importantes alrededor del mundo trabajan en lo que la Prelatura considera estratégico: Educación, Medios de Comunicación, Sistemas de Información o de Comunicaciones, Banca y Finanzas y Actividades Políticas.

    El Opus Dei en España creció, después de la guerra civil y bajo la protección del régimen del Generalísimo Franco, quién les confió la relación con el Vaticano y gran parte del control del sistema educativo en sus diferentes niveles, (después del asesinato, exilio y expulsión del sistema educativo de muchos de los intelectuales Españoles contrarios al régimen).

    En América Latina el Opus Dei se consolidó bajo la protección de Pinochet en Chile, Videla en Argentina y Fujimori en Perú. En este último país ha tenido fundamental importancia la participación del Cardenal Juan Luis Cipriani, miembro del Opus Dei, directamente implicado por la justicia Peruana en los negocios sucios de Fujimori y su lugarteniente Vladimiro Montesinos ambos hoy condenados y reos por delitos de corrupción y otros en el país.

    El Opus Dei es considerado por sus detractores y estudiosos (algunos de los cuales son exmiembros) como una “sociedad secreta” o una “logia” con fines oscuros. Lo cierto y comprobado es que muchos de sus miembros han estado ligados directamente escándalos internacionales de corrupción, tales como el vivido por el Banco Ambrosiano en Roma, operación en la que según informes de diversas fuentes el Opus Dei obtuvo el control de las finanzas del Vaticano a cambio de pagar un “hueco financiero de cercas de mil doscientos millones de dólares, causado por corrupción y pésimas inversiones hechas desde este Banco Vaticano. Esta situación dejó al Opus Dei en una posición que seguramente tuvo mucha influencia para el reconocimiento por parte del Vaticano de el Opus Dei como Prelatura Personal y la posterior canonización del Rev. Escrivá de Balaguer y obtener otras las prebendas que han fortalecido a la organización desde el Vaticano.

    Debemos indicar que el escándalo del Banco Ambrosiano fue relacionado en su momento con la muerte “sospechosa” de Juan Pablo I y la misma elección de Juan Pablo II. Otros actos importantes de conocer del Opus Dei es el que la organización ha sido ligada por la policía alemana y francesa con el grupo juvenil neo fascista “Joven Europa”.

    Pero sin duda alguna, son las mismas “máximas” y pensamientos del Rev. Escrivá de Balaguer y sus sucesores, lo que permite explicar la verdadera naturaleza de la organización y el porqué de sus actuaciones a nivel mundial. Acá señalo y comento algunos ejemplos:

    Escrivá: “La Obra siempre triunfa y sale airosa porque Dios así lo quiere”. Esta es una muestra de su creencia firme y ciega de que todo lo que ellos hacen (sin importar que sea), está bendecido por Dios y es por lo tanto el camino a la salvación y la santidad. Escrivá: “Irse de su Obra es romper con Dios”. De manera que no hay nada fuera del Opus Dei que sea obra de Dios o que pueda llevar a una persona a Dios. Ellos son la verdad y el instrumento de Dios para alcanzar la salvación y la santidad.

    Escrivá: “Dios se dignó en iluminarme, tuve una visión mística sobre el Opus Dei y lo que el señor quería con la obra”. Por supuesto todo lo que hace el Opus Dei es obra de iluminación divina y está destinado a la Salvación. El pensar que se está iluminado o predestinado ha sido una característica típica de socio patas y otras enfermedades mentales. Escrivá: “Mujeres; deberían ser como alfombras donde la gente pueda pisar”. El menosprecio de la mujer no sólo es un asunto de derechos humanos, sino también es una desviación de la personalidad.

    Escrivá: “Ellas no hace falta que sean sabias: Basta con que sean discretas.” Refuerzo a la discriminación de género. Escrivá: La oración para los Hombres después de cada reunión es: “Santa María, esperanza nuestra, asiento de la sabiduría, ruega por nosotros.”; la oración para las mujeres es “Santa María, esperanza nuestra, esclava del señor, ruega por nosotras.” Una sustancial diferencia en la concepción teológica. Echavarría (Sucesor inmediato de Escrivá): “Ellos nacen discapacitados debido a prácticas sexuales pecaminosas de los padres”. Un claro ejemplo del desprecio por la ciencia y menosprecio por las personas discapacitadas mentales y físicas.

    Doctrinariamente el Opus Dei fue diseñado para “Crear un movimiento capaz de lograr el dominio mundial para alcanzar a través de él la salvación y la santidad”. Para ello sus miembros establecen la necesidad de convertirse en una organización financieramente poderosa, con muchos adeptos, con control e influencia en los medios de comunicación y participando en los más altos cargos y puestos públicos.

    Sus reglas morales están muy bien definidas en las máximas de Escrivá 166, 181 y 188 en las que el fundador ordena superar “los sentimientos” y actuar según la voluntad de Dios.

    Para lograr los objetivos y las metas finales (Salvación y Santidad) los miembros del Opus Dei tienen la posibilidad de recurrir a CUALQUIER acción. Esto significa en términos prácticos para ellos que al final de todo proceso originado desde la organización: “La Obra siempre triunfa” por lo que todos los actos realizados “de cualquier naturaleza” serán parte del proceso de salvación y santificación. Lo importante es mantener la disciplina en el trabajo continuo, cumplir las reglas de la organización y hacer lo que se necesite hacer, porque el fin justifica los medios.

    El Opus Dei, según algunos de sus estudiosos, se ha alejado de la Biblia, de la Iglesia Católica y de la moral cristiana. Esta organización No cree en el pecado, porque está dispuesta ha hacer cualquier cosa para lograr sus resultados, de manera que todo acto será perdonado debido a que se alcanza la obra de Dios. No les importa mentir, ser corruptos o corromper con tal de lograr lo que se ha establecido como la meta de la organización. Ellos creen en algo que llaman la “Santa Coacción”, de manera que están perdonados de extorsionar, chantajear, ocultar y falsear, con tal de lograr lo que se han propuesto.

    Como un detalle final debo mencionar que el Rev. Escrivá de Balaguer, estuvo, durante su juventud recluido en un Hospital psiquiátrico durante más de cinco meses. Los miembros de la organización dicen que refugiado de la persecución de los republicanos anti franquistas. Sus detractores señalan que fue como paciente y que su cuadro clínico estaba relacionado con sus “alucinaciones y visiones” del más allá.

    En Honduras el Opus Dei está encabezado por el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quién a pesar de haber sido sacramentado dentro de la congregación Salesiana, desde hace dos década es cooperante y miembro activo de la organización.

    La influencia en el Estado hondureño ha estado encabezada por el Cardenal, Elvin Santos; Marta Lorena Alvarado de Casco (actual Vice-Canciller golpista y diputada al Congreso Nacional); la familia Villeda Bermúdez: Mauricio Villeda, Leonardo Villeda, Ramón Villeda; La Familia Villeda Toledo (Emisoras Unidas y Televicentro), Antonio Tavel Otero (Tigo); Ricardo Álvarez (Alcalde de Tegucigalpa), Carlos López Contreras (Canciller Golpista) y su esposa Armida de López Contreras (Organizadora de la Camisas Blancas) entre otros.

    La oposición constante de Manuel Zelaya y parte de su equipo de trabajo a la injerencia de esta rama fundamentalista de la Iglesia Católica, hizo que este grupo se convirtiera en parte de los golpistas, después de que Zelaya los había considerado como parte de su fórmula política. Recordemos que Marta Lorena Alvarado entró al congreso como parte de la planilla de diputados propuesta por Mel y que Leonardo Villeda fue colocado como parte del ejecutivo en el Foro Nacional de Convergencia FONAC. Por cierto que la intromisión del Opus Dei dentro del Gobierno de Zelaya fue algo que denunciaron algunas organizaciones de la sociedad civil cómo una muestra del debilitamiento del Estado laico en Honduras, que debe entenderse como la intromisión de la Iglesia y principalmente este grupo en la toma de decisiones del gobierno.

    Un ejemplo importante para entender porqué el Opus Dei entró en choque con la política del Gobierno de Zelaya fue sin duda alguna el veto presidencial hecho por el ejecutivo al decreto legislativo que proponía la prohibición de la píldora del “día después”. Medicamento que la Organización mundial de la Salud califica de anticonceptiva (evita o previene la concepción) y que el Opus Dei califica (en una posición anti-científica) como abortiva.

    Otro ejemplo es la enorme cantidad de obstáculos que el Ministerio de Educación ha enfrentado para impulsar programas de educación sexual. En un país dónde miles de adolescentes y niñas son violadas y abusadas sexualmente diariamente. Tema que para el Opus Dei debe ser tratado no de manera científica, sino desde el punto de vista de su moral. Este enfrentamiento se ha hecho desde el propio Congreso de la República, fuertemente influenciado por la visión fundamentalista de Marta Lorena Alvarado y su grupo de apoyo y por un grupo de Católicos y Protestantes que se han convertido en un grupo de choque contra la educación sexual en Honduras, demostrando una vez más un alejamiento total con la realidad del país.

    De manera directa el Cardenal Rodríguez Maradiaga y Marta Lorena Alvarado como parte de una comisión del Opus Dei han sido los instigadores para evitar que una Agencia de Cooperación de la Iglesia Católica Irlandesa en Honduras siga apoyando programas de educación y efectiva igualdad de la mujer en el país. Sus lastimosas intervenciones ante el Vaticano y ante la jerarquía de la Iglesia irlandesa han afectado varios programas que son promovidos por organizaciones de las Naciones Unidas y apoyados por esta agencia, en un nuevo y claro ejemplo de la intervención de la Iglesia en el Gobierno. Las acciones del Cardenal y del Opus Dei en Honduras, están perfectamente documentadas.

    Adicionalmente no puedo dejar de indicar que las escuelas MACRIS (María y Cristo) y ALDEBARAN (En Árabe, estrella más luminosa la de la constelación de Tauro), son los centro dentro de los cuales ellos forman a sus futuros y más comprometidos miembros de la obra.

    Por lo que podemos concluir asegurando que el Opus Dei aspira a anular “el estado laico” y crear en Honduras un Estado regido por su propia moral y fundamentalista visión del mundo. Una visión anti-científica, fuera de la razón, alejada de la realidad y sólo parecida a los ideales formados en sus propias y atrofiadas imaginaciones perversas, y que para lograrlo tiene a su disposición los recursos económicos de muchos de las empresas privadas en las que trabajan sus principales colaboradores, tiene una estrategia definida que incluye su participación dentro de la política nacional y el apoyo del Cardenal Rodríguez Maradiaga (también presidente de Caritas Internacional con sede en Roma) y parte de sus seguidores y lo más importante de señalar es que están dispuesto a apoyar “todas las formas y acciones” para lograr sus oscuros objetivo.

    Para “Crónica Digital” y “Reflexión y Liberación” / Chile.

    Por Marco Burgos.
    Ciudad de Guatemala, Agosto 2009.

    Written by Eduardo Aquevedo

    29 agosto, 2009 at 1:48

    Honduras: autopsia (de una democracia asesinada)…

    with one comment

    Por Santiago O’Donnell

    honduras_militares226 Primero vino la muerte, después el entierro y después el olvido. Y después, un mes y medio después, llegaron los especialistas para desenterrar el cadáver y hacer la autopsia. Los especialistas, en este caso, son cuatro de los siete integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la relatora especial para la Libertad de Expresión de ese organismo.

    Esta semana estuvieron en Honduras para auscultar el cuerpo social y preparar un informe sobre la muerte de su democracia. No fue un trabajo difícil para veteranos acostumbrados a escuchar a familiares de desaparecidos argentinos, a indígenas bolivianos en condición de servidumbre y a sobrevivientes de las masacres de los paramilitares colombianos.

    La causa de muerte de la democracia hondureña estaba cantada: golpe de Estado. Hace un mes y medio militares hondureños secuestraron al presidente electo y lo echaron del país. Así, fulminante, como un ataque al corazón.

    La comisión lo explica en términos clínicos:

    “Los órganos del sistema interamericano de derechos humanos han sostenido en reiteradas oportunidades que el sistema democrático es la garantía principal para la vigencia de los derechos humanos. En ese sentido, la Comisión considera que únicamente el retorno a la institucionalidad democrática en Honduras permitirá que se den las condiciones para el efectivo cumplimiento de los derechos humanos de todos los habitantes de Honduras”.

    Después de un golpe, lo demás es casi automático. El gobierno de facto nace sin legitimidad y sin posibilidades de legitimarse por la vía natural de las urnas. Entonces debe hacerlo a través de la represión, suprimiendo los anticuerpos democráticos. A medida que la resistencia va muriendo, la represión afloja un poco y entonces es posible acercarse al cadáver, que luce desgarrado y deformado, y que huele a putrefacción.

    Después de cuatro días de viajes y reuniones por todo el país, en combi y helicóptero, después de abrir una oficina para recabar denuncias en el Hotel Intercontinental, después de hablar con golpistas y golpeados, represores y reprimidos, los especialistas informaron lo que vieron con la asepsia propia del lenguaje diplomático:

    “La Comisión confirmó la existencia de un patrón de uso desproporcionado de la fuerza pública, detenciones arbitrarias y control de la información dirigido a limitar la participación política de un sector de la ciudadanía. La Comisión constató la represión ejercida contra las manifestaciones a través de la colocación de retenes militares, la aplicación arbitraria de toques de queda, detenciones de miles de personas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, y malas condiciones de detención. De particular gravedad es la muerte de cuatro personas (foto) y varios heridos de arma de fuego… La Comisión recibió información que podría vincular estas muertes con el accionar de agentes del Estado”.

    Jamás lo pondrá en sus informes, pero hasta el forense más curtido se conmueve ante un cuerpo tan mutilado. Este cronista habló con dos miembros de la delegación antes de que partiera de Tegucigalpa. ¿Quieren saber lo que vieron? Vieron a una mujer de 25 años que fue detenida el 14 de agosto en medio de una manifestación en San Pedro Sula y llevada a un baldío, donde fue violada consecutivamente por cuatro policías.

    Vieron que los policías golpeaban a los manifestantes hombres pero manoseaban a las manifestantes mujeres, mientras les gritaban qué estaban haciendo ahí, en vez de estar cocinando o cuidando a sus hijos.

    Vieron a un hombre con la cara deformada que dijo que se había arrodillado con las manos en la nuca en señal de rendición en una marcha en El Paraíso, y que en esa posición lo molieron a culatazos.

    Pudieron comprobar la militarización de la sociedad hondureña, especialmente de las alcaldías y las escuelas de los pueblos del interior, donde el gremio docente encabezó la resistencia. Vieron los retenes militares donde fueron fusiladas tres de las cuatro víctimas fatales del golpe. Vieron a jueces cobardes que avalaron lo actuado y a jueces valientes que intentaron, hablar con los prisioneros de los militares, pero fracasaron en el intento.

    Vieron a decenas de personas que fueron golpeadas y torturadas en el sótano del Congreso, y que luego fueron juzgadas por “terrorismo”. Vieron que los militares prestaron apoyo a las fuerzas policiales en tareas represivas, y que las de elite Cobra fueron la fuerza de choque utilizada para romper las manifestaciones.

    Vieron a periodistas amenazados por el régimen, que contaron cómo los militares tomaron una antena de televisión y cortaron el cable para censurar las transmisiones de Telesur y CNN en las horas cruciales que siguieron al golpe.

    Vieron que miles de personas fueron detenidas arbitrariamente con la excusa del toque de queda, que ya no rige en la capital porque ya no hace falta. Vieron aparecer a un desaparecido, de apellido Armendáriz, que no había sido visto desde que la policía se lo llevó después del golpe.

    Vieron que la presión económica y diplomática funciona pero no alcanza, y vieron que la restitución del presidente legítimo Manuel Zelaya para lo que queda de su mandato es casi una utopía. Vieron que en dos semanas empieza la campaña electoral y que la participación popular en esa campaña servirá para legitimar al régimen que la promueve.

    “La Comisión considera fundamental que el gobierno de facto adopte medidas urgentes para garantizar el derecho a la vida, integridad personal y libertad personal de todas las personas”, advierten los comisionados.

    ¿Tiene sentido pedirle a un asesino que no siga matando? ¿Vale la pena hacer la autopsia, si la autopsia no lleva a la cárcel a los culpables de esa muerte?

    El comisionado argentino Víctor Abramovich dice que sí. Además de los liberados, del aparecido, de los retenes que se levantaron para no empañar la visita, de las manifestaciones que no fueron reprimidas por la misma razón, además de los que hicieron fila en el hotel para que finalmente alguien los escuche, el especialista citó otra razón. “Acá todos los medios dicen que no hubo golpe, sino una sucesión constitucional. Que vengamos nosotros y digamos que hubo un golpe es muy importante”, señaló.

    La muerte de una democracia es una muerte contagiosa. Primero infecta a los organismos multilaterales que no pudieron impedirla ni revertirla, después el virus suele prender en el vecindario.

    Primero la muerte, después el olvido, después el lamento tardío. Hay gente dentro y fuera de Honduras que sigue luchando para mantener vivos la memoria del fallecido y el sueño de su resurrección. Otros apenas cumplen con el ritual de masajear el corazón del muerto, sabiendo que no servirá de nada. Otros dan vuelta la cara para no espantarse.

    La semana que viene llega a Honduras una delegación de seis cancilleres en representación de la OEA. Su objetivo de máxima parece ser la remoción del dictador Goriletti y su reemplazo con un títere del régimen, lo que ellos llaman “la solución intermedia” al Plan Arias. El Plan Arias, vale recordar, se había vendido como “la solución intermedia” a la vuelta de Zelaya. Pero la restitución del presidente legítimo es la única cura posible, la única medicina que receta ese vademécum de la OEA que se llama Carta Democrática.

    Por eso, por más que lleguen llenos de bríos y cargados de buenas intenciones, los cancilleres ya lo saben, o lo deberían saber. El muerto está frío, la autopsia está hecha y sólo les queda cumplir con el trámite de firmar el certificado de defunción.

    sodonnell@pagina12.com.ar

    Written by Eduardo Aquevedo

    23 agosto, 2009 at 22:48

    La relación entre EE.UU. y América Latina : sigue el garrote…

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    Ver más abajo: La gran traición, John Saxe-Fernández

    América Latina: sigue el garrote

    Ángel Guerra Cabrera

    OBAMA1 La instalación de bases militares de Estados Unidos en Colombia es un paso complementario al restablecimiento de la IV Flota y demuestra la prevalencia de la opción militar en su trato con América Latina. Olvídense de la zanahoria. Si el golpe de Estado en Honduras –que sin el aliento de Washington no se habría sostenido 24 horas– no fuera suficiente amenaza para el orden constitucional y el progreso social en nuestra América, la instalación de esas bases militares en un área tan sensible estratégicamente hace de aquel un hecho mucho más grave y amenazante. Chávez no exagera un ápice cuando alerta sobre vientos de guerra en la región. Con las de Aruba y Curazao, serán nueve las instalaciones estadunidenses que cercan a Venezuela. Los golpistas de Honduras, mientras tanto, continúan ganando tiempo con la mediación de Arias, concebida para eso por la señora Clinton.

    Lo anterior nos lleva a una evaluación preliminar de la política de Obama hacia América Latina a poco más de seis meses de su estreno como presidente de Estados Unidos. Sin poner necesariamente en duda su sinceridad cuando durante la Cumbre de las Américas habló de una nueva época en las relaciones de Washington con sus vecinos, lo sustantivo es en qué medida esa promesa se ha expresado en un cambio de política. Y puede constatarse que salvo en ciertos aspectos de forma, en el fondo la ejecutoria de esta administración hacia América Latina muestra más continuidad que ruptura respecto a la de George W. Bush.

    america-latina001 He aquí algunas pinceladas. Han continuado la arremetida mediática y los planes desestabilizadores contra los gobiernos populares y progresistas de la región, con particular énfasis en Venezuela, Bolivia y Ecuador, pero también en Nicaragua, Argentina, Paraguay y Guatemala. No es sólo el presupuesto de guerra el que ha aumentado con Obama, también el dedicado a la defensa de la democraciaen América Latina, distribuido por fundaciones y ONG fachadas de la CIA e íntegramente consagrado a la subversión.

    Aunque ha desechado la retórica gansteril y promovido un ambiente relativamente más distendido hacia Cuba, Obama mantiene intactos el bloqueo y la prohibición de viajar a los estadunidenses y sus funcionarios enarbolan a menudo la exigencia de un cambio del sistema político de la isla. Salvo para impedir la visita de sus esposas, Washington hace como que no existieran los cinco antiterroristas cubanos injustamente presos. Continúan en pie las duras condiciones impuestas en el tramo final de Bush a la venta de alimentos a la isla por una excepción al bloqueo y las multas a las empresas que realizan algún comercio con ella, incluso de equipos médicos.

    Más allá de las vagas promesas de siempre, no hay ningún avance tampoco en el trato a los inmigrantes en Estados Unidos pese a la enorme importancia de este tema en la agenda política con América Latina. Continúa el fariseísmo de la potencia en lo concerniente al narcotráfico al eludir su cuota máxima de responsabilidad por constituir el primernarcomercado del mundo, de donde fluyen a raudales el dinero y las armas que alimentan el negocio y desangran a nuestros países, como acontece en México. De la misma manera, obvia otras raíces de este flagelo en la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades para los jóvenes imperantes en las sociedades latinoamericanas, todas consecuencia de sus prácticas de saqueo y explotación, agravadas al extremo por las desastrosas políticas neoliberales. Y es que las llamadas guerras contra el narcotráfico y el terrorismo no son más que pretextos de Washington –como antes lo fue el comunismo– para redoblar el control militar y la represión de los pueblos de América Latina y el Caribe.

    Insulta la inteligencia la explicación de Estados Unidos y Uribe de que van a combatir el narcotráfico y el terrorismo con las nuevas bases. No será, por cierto, el terrorismo del Plan Colombia. La sofisticada tecnología, las aeronaves de combate, portaviones y submarinos nucleares que se desplegarán en Colombia y sus aguas auguran nuevas violaciones a la soberanía territorial de sus vecinos, como ya ocurrió en Ecuador con el ataque al campamento del negociador de las FARC Raúl Reyes. Aquello fue un pequeño ensayo de la guerra a la que Washington empuja a su aliado colombiano contra los movimientos y gobiernos populares, que le garantice también el control de los recursos naturales de la región.

    aguerra_123@yahoo.com.mx

    La gran traición

    John Saxe-Fernández

    Quienes quieren implementar bases militares son traidores a sus pueblos, a Latinoamérica, a los países que luchan por su dignidad y soberanía. Con estas palabras, desestimadas por Barack Obama como mera retórica antiyanqui, Evo Morales, junto a sus homólogos de Venezuela y Uruguay, rechazó, tajante, la ampliación de las actividades militares del Departamento de Defensa (DdD) en Colombia: el gobierno de Álvaro Uribe ofreció a Washington dos bases navales, tres aéreas y tres terrestres que operan bajo un prototipo de invasión / ocupación militar y paramilitar desarrollado a lo largo de dos décadas. Formalizado en el Plan Colombia (PC) incluye operativos regionales por medio de eventuales guerras transfronterizas.

    Obama está enterado del papel central del PC en la articulación de la política de recomposición hegemónica y de dominio de Estados Unidos, no sólo en el continente americano sino también en puntos claves de Eurasia. Sabe que el pronunciamiento de Evo Morales no es retórico, porque en criterio de la cúpula militar estadunidense, el PC representa un modelo óptimo para la proyección de poder militar en áreas donde se localizan puntos neurálgicos para el control y explotación de los recursos naturales vitales que van quedando sobre la corteza terrestre: petróleo, gas natural, minerales, agua, biodiversidad. No es casual que con el agotamiento de los hidrocarburos convencionales y de una vasta gama de minerales y metales esenciales y críticos para la economía estadunidense, se incorpore de manera integral tanto a América Latina como al Oriente Medio, África y Asia central y del sur en la brutal geoestrategia de terror oligárquico-imperial desarrollada por Estados Unidos y sus monopolios en Colombia.

    Tampoco es fortuito que operativos similares al PC, la Iniciativa Mérida en México, Centroamérica y el Caribe y las guerras transfronterizas en Afganistán-Pakistán, se posicionen en primer nivel de la agenda diplomilitar de Obama. Agenda que bajo la doctrina de las fronteras flexibles de su antecesor en la Casa Blanca, se expresó el primero de marzo de 2008 en un conato de guerra transfronteriza por el atropello de la soberanía ecuatoriana en Sucumbíos, realizado por el Comando Sur en el marco del PC. Eso sucedió poco antes de la sesión inaugural, en Brasilia, de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), cuya raíz es la defensa de la soberanía territorial de los firmantes.

    Un año después, esta vez antes de una junta del dispositivo de seguridad de Unasur, se desplegó un “regime change” en Honduras y otro dispositivo diplomilitar encabezado por el general Jones, asesor de seguridad de Obama, y el general Fraser, sucesor del almirante Stavridis en el Comando Sur. Fraser se reunió en privado con los militares sudamericanos para tratar el asunto de las bases –manoseando los equilibrios cívico-militares– que Estados Unidos acompañó con la gira de Uribe para atenuar el rechazo al uso de Colombia como cuña para las guerras transfronterizas en la región. Así Estados Unidos vetó que Unasur planteara el tema de las bases.

    El uso de Colombia por Estados Unidos en nuestra región y en Eurasia, es pleno. Stavridis, recién nombrado por Obama jefe supremo de la OTAN en Afganistán, dice: En Sudamérica me concentré en operaciones de insurgencia en Colombia, reflejándose en mi papel como comandante en Afganistán, y reveló a CBS que “Estados Unidos estaba enviando a Afganistán comandos colombianos adiestrados por boinas verdes”. Agregó: entre más se parezca Afganistán a Colombia, mejor. (Rick Rozoff www.globalresearch.ca)

    Los vínculos y la penetración presupuestal del DdD en Colombia son intensos. Según oficiales chilenos en 10 años pasó de 50 millones de dólares (1998) a 5 mil millones de dólares anuales. Y adosaron: “Colombia es más peligrosa que un portaviones con cazas F-16. Tiene acceso a tecnología satelital de Estados Unidos que le permite monitorear y supervisar operaciones en cualquier lugar en tiempo real. Ningún otro país de la región puede hacer eso”(Ibid).

    http://jsaxef.blogspot.com

    LA JORNADA.COM

    Otto Reich y el golpe de Estado en Honduras: el provocador, su discípulo y el presidente derrocado…

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    Machetera

    Traducido por Manuel Talens y Paloma Valverde. Edición de Atenea Acevedo.

    honduras_militares226 El mismo día en que se inició el golpe de Estado en Honduras, Roy Chaderton, el embajador venezolano ante la Organización de Estados Americanos (OEA) habló con ira contenida durante una sesión extraordinaria mientras miraba directamente a Héctor Morales, el también embajador usamericano ante la OEA.

    “Hay una persona que ha sido muy importante dentro de la diplomacia usamericana; una persona que ha restablecido sus contactos con antiguos amigos y colegas para ayudar y animar a quienes han perpetrado el golpe”, dijo. “El nombre del caballero es Otto Reich, ex asesor del Secretario de Estado para Asuntos de Occidente durante el gobierno de George [W] Bush. Nosotros sufrimos a este hombre cuando fue embajador en Venezuela, como intervencionista; luego lo hemos padecido desde su puesto de asesor del Secretario de Estado… Hemos tenido el Primer Reich, después el Segundo Reich y ahora, por desgracia, nos enfrentamos al Tercer Reich que se mueve en el ámbito latinoamericano gracias a una ONG para avivar las llamas del golpe”.

    Tras la furibunda denuncia de Chaderton, Reich entonó un extraño non mea culpa en un artículo de opinión que servicialmente le publicó el Miami Herald, y que terminaba con la deliberada confusión de Reich al deletrear el nombre de Chaderton. Dijo que él no era el “arquitecto” del golpe, lo que dista bastante de ser una negativa tajante.

    Poco después, empezaron a circular nuevas informaciones sobre un inusual turista que andaba por Tegucigalpa haciendo visitas; se alojó en el Hotel Plaza Libertador bajo el seudónimo de Armando Valladares y se le vio ir con frecuencia al palacio presidencial y al Congreso nacional. Armando Valladares es el prisionero cubano que fingió una parálisis para ganar el apoyo del mundo y conseguir su puesta en libertad, y no paró hasta convertirse en presidente de una organización tapadera sin ánimo de lucro relacionada con la CIA en Nueva York, la Human Rights Foundation[Fundación por los Derechos Humanos], hasta que dimitió el pasado mes de julio, irritado porque la Fundación no había apoyado el golpe. El hombre que viajaba bajo ese nombre era en realidad Roberto Carmona Borjas, un discípulo de Reich y figura notoria en otro grupo tapadera “sin ánimo de lucro”: la Fundación Arcadia, que es la ONG a que se refirió Chaderton. Hasta ahora, fuera de Latinoamérica, no se ha publicado una información detallada sobre las actividades de Arcadia en Honduras.

    La historia que se ha dado a conocer fuera de Honduras sobre la insistencia de Zelaya en realizar una encuesta de opinión como motivo del golpe de Estado es solo parcial, porque el esfuerzo para debilitar a Zelaya se inició en diversos frentes a lo largo de varios años, hasta desembocar en el golpe. Uno de ellos fue una campaña de rumores soterrados sobre corrupción. Favorecida por los contactos de Reich en las más altas instancias del gobierno usamericano, la Fundación Arcadia coordinó una absurda y tendenciosa campaña mediática contra Hondutel, la compañía telefónica estatal hondureña, campaña que pretendía crear la percepción pública —similar a las acusaciones que varios años antes se habían lanzado contra Jean-Bertrand Aristide, el depuesto presidente de Haití— de que el gobierno de Zelaya era completamente corrupto desde el primero hasta el último de sus miembros y Zelaya un hombre inadecuado para la presidencia.

    La historia de Reich en las relaciones de Usamérica con Latinoamérica es repulsiva. Trabajó sin descanso en apoyo del bloqueo económico contra Cuba; ayudó a Orlando Bosch, el terrorista anticubano, a encontrar refugio en el imperio y creó propaganda nacional antisandinista para la Casa Blanca conOtto Reich y George W. Bush Reagan desde la Oficina de Diplomacia para Latinoamérica del Departamento de Estado. En aquel puesto, trabajó con un grupo sin ánimo de lucro denominado Citizens for America (Ciudadanos por Usamérica) para divulgar esta propaganda a través de la prensa imperial. A su último puesto de trabajo en el Departamento de Estado llegó con tal cantidad de polémicas, debido a esas actividades y a otras muchas por el estilo, que Bush hijo se vio obligado a retrasar un año su nombramiento, hasta 2001, para evitar el proceso de ratificación del Congreso que probablemente iba a ser contrario, por no mencionar que se pudieran sacar a relucir hechos desagradables. Una vez instalado, Reich se entretuvo en apoyar el fracasado golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez en Venezuela, así como el golpe que sí tuvo éxito en Haití contra Jean-Bertrand Aristide en 2004.

    Carmona Borjas es un abogado venezolano que redactó el decreto Carmona, así llamado no por él, sino por Pedro Carmona, con quien el primero no tiene relación familiar alguna. Pedro Carmona tomó el poder en Venezuela durante los dos días del fracasado golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez. El decreto Carmona fue el documento que, durante aquellos dos días, abolió la Constitución, el Congreso y el resto de las instituciones democráticas en Venezuela. Tras su implicación en el fallido golpe, Carmona Borjas buscó y obtuvo con facilidad asilo político en Usamérica.

    Al igual que hubo extraordinarias similitudes en los secuestros del presidente Aristide en 2004 en Haití y del presidente Zelaya en Honduras —ambos fueron metidos en aviones con las persianas bajadas y volaron hacia destinos desconocidos—, también hubo similitudes en el uso de las telecomunicaciones como una herramienta propagandística para poner en contra de ambos a la opinión pública y crear las condiciones para eliminarlos de sus puestos antes de tiempo y, una vez fuera, mantenerlos alejados.

    Breve historia de las relaciones de Washington con las compañías de telecomunicaciones

    Desde un punto de vista neoliberal, una propaganda ofensiva centrada en la corrupción de las compañías de telecomunicaciones tiene dos ventajas. La primera es evidente: si se puede establecer una relación directa entre la corrupción de las compañías de telecomunicaciones y el dirigente que no sigue los dictámenes de Washington, se provoca el apoyo público al derrocamiento de dicho dirigente. La segunda es menos obvia, pero igualmente importante, ya que sostiene el argumento de que las compañías de telecomunicaciones no deben estar bajo control del Estado, sobre todo en los países en vías de desarrollo, y de que estarían mejor privatizadas.

    Para llegar a este razonamiento se deben ignorar, desde luego, las abundantes pruebas sobre la corrupción en las compañías de telecomunicaciones en Usamérica, donde hombres como Bernie Ebbers y Joseph Nacchio, que se convirtieron en magnates de las telecomunicaciones gracias a la privatización (allí denominada “desregulación”), cumplen condena en prisiones federales por fraude y operaciones realizadas con información privilegiada. El hecho es que las telecomunicaciones, como servicio esencial en el mundo moderno, siempre han sido una especie de máquina de fabricar dinero y la lucha entre el control estatal y el control privado es la lucha por quién controlará la máquina y lo que se hará con las ganancias.

    ITT, que pertenecía a la compañía telefónica cubana en el momento de la revolución, en 1959, fue la primera propiedad extranjera que se nacionalizó en Cuba, en 1961. En 1973, ITT tenía tanto miedo de que se repitiera la experiencia en Chile que John McCone, un miembro de la directiva y antiguo hombre de la CIA, prometió a Henry Kissinger un millón de dólares para evitar la elección de Salvador Allende. Según Edward Korry, embajador de Usamérica en Chile en aquel momento, ITT pagó 500.000 dólaresa un miembro del comité de compensación por propiedades expropiadas en Chile, hasta que Allende averiguó el asunto de los pagos y prohibió terminantemente las compensaciones.

    En 2007, la privatización en Venezuela también fue revertida y Verizon recibió 572 millones de dólares por sus acciones en Cantv, la compañía telefónica venezolana. Esto heló la sangre de todos los políticos y ejecutivos de las telecomunicaciones o asesores usamericanos (como Reich), que habían invertido en expandir la privatización de las telecomunicaciones fuera del territorio nacional. Y el terror se extendió a los dos partidos. Tanto demócratas como republicanos se habían beneficiado por igual de la privatización global de la “fábrica de moneda” de las telecomunicaciones.

    Como alguien que contaba con AT&T y Bell Atlantic (Verizon) entre sus antiguos (y reconocidos) clientes y una demostrada antipatía por los gobiernos de izquierdas, Reich tenía muchos motivos. Un grupo tapadera encubierto como fundación le daría la oportunidad.

    Breve historia de los grupos tapadera en Washington

    Los grupos políticos que sirven de tapadera son un fenómeno relativamente nuevo en Washington, al menos de forma abierta. La CIA, por supuesto, ha estado mezclada en asuntos de este tipo desde sus inicios. Sin embargo, durante los años de Reagan empezaron a florecer grupos públicos de esta índole, con bonitos nombres y sin ánimo de lucro. The National Endowment for Democracy (Fondo Nacional para la Democracia o NED por sus siglas en inglés), el mayor de los grupos tapadera sin ánimo de lucro de ámbito nacional, se estableció para insuflar enormes cantidades de dinero al International Republican Institute (Instituto Internacional Republicano o IRI por sus siglas en inglés) y al National Democratic Institute (Instituto Nacional Democrático o NDI por sus siglas en inglés). Allan Weinstein, uno de los fundadores del NED, afirmó una vez: “Mucho de lo que hoy hacemos [en el NED] lo hizo la CIA hace 25 años de forma encubierta”. El NED se creó en 1983, el mismo año que la organización sin ánimo de lucro Citizens for America (Ciudadanos por Usamérica), la cual recibió donaciones de Northrup, Shell Oil, Chase Manhattan y de una variedad de magnates de derecha para llevar a cabo sus proyectos anticomunistas.

    El IRI y el NDI aportaron dinero y recursos a los grupos tapadera extranjeros que apoyaban la política exterior de Usamérica, lo cual significa básicamente que en países no capitalistas o en aquellos que no tienen tendencias capitalistas, financian a cualquiera que esté en la oposición. Por otro lado, el colectivo apoyado por el grupo tapadera normalmente tiene planes nacionales y es, por encima de todo, una herramienta de propaganda, utilizada para facilitar la cobertura de la prensa favorable, que a su vez dirige la política. Relativamente liberados de los requisitos gubernamentales sobre la información, estos grupos son bastante más ágiles y pueden ser comparativamente opacos, cualidades ambas muy útiles en el negocio de la propaganda. En Latinoamérica, donde la prensa se concentra fundamentalmente en manos de una pequeña oligarquía, el grupo tapadera presenta una oportunidad única. Cuando un oligarca desea derrocar a un presidente izquierdista, un grupo tapadera puede ser tanto la tercera fuente de útiles acusaciones —que se pueden reproducir sin cuestionamientos— como una fuente independiente, aunque falsa, de comentarios distanciados sobre la reacción a tales acusaciones, y todo ello para echar más leña al fuego. Ésa es la única razón de ser que justifica la existencia de Arcadia, y ese es exactamente el papel que Arcadia ha desempeñado en Honduras.

    Lo único que este tipo de grupo tiene que hacer es tener un estatuto de organización no lucrativa en Usamérica. Por otra parte, deben hacer por lo menos un intento para formar un equipo de dirección aceptable y una declaración de principios creíble, así como cumplir con los impuestos y otros requisitos de divulgación pública. La Fundación Arcadia tiene una declaración de principios —un enmarañado tratado sobre democracia y sociedad civil—, pero poco más. Carmona Borjas comparte importancia en el grupo con Betty Bigombe, una asesora del World Bank ugandés que, según parece, sólo ha prestado a Arcadia su nombre. A pesar de que Carmona Borjas ha insistido en que las actividades del grupo son completamente legales, ha ocultado los documentos que deben estar a disposición del público y se dice que es hostil a quienes solicitan verlos.

    Tanto Reich como Carmona Borjas han negado la relación de Reich con el grupo, ya que una relación laboral podría ser tanto innecesaria como inconveniente. Reich podría haber trabajado con Arcadia del mismo modo que trabajó con Ciudadanos por Usamérica, sin una relación contractual con el grupo y, basándonos en las pruebas disponibles, parece que eso es exactamente lo que ha hecho.

    El lanzamiento

    En el otoño de 2007, el diario El Universal de México publicó una historia basada en un informe que había recibido de la Fundación Arcadia. Curiosamente, el informe no está disponible en el sitio web de Arcadia, pero hay claves sobre su contenido y objetivos en los artículos subsiguientes que publicó el periódico.

    Obviamente, el informe contiene acusaciones sobre la corrupción en la compañía telefónica de Honduras, salpicadas de insinuaciones, lo cual constituye la marca de Reich. En él se afirma que los beneficios de Hondutel, la compañía telefónica hondureña, disminuyeron entre 2005 y 2006 cerca de un 50 por ciento. De las docenas, si no de las cientos de compañías implicadas en las telecomunicaciones en Honduras, Arcadia sólo se centra en una: Cable Color —propiedad de los Rosenthal, una rica e influyente familia hondureña—, por desviar llamadas de Hondutel, privando así a la compañía telefónica de beneficios.

    Se trata de una vieja patraña que ya se utilizó antes en Haití contra Aristide.

    La interconexión y el caso de Haití

    Todo el tráfico internacional de las telecomunicaciones está sujeto a tarifas de interconexión con la compañía telefónica en el país en que finaliza la llamada. Estas tarifas de interconexión se dividen al 50 por ciento entre la compañía que hace la llamada y la compañía que la recibe, de forma que sólo se paga si hay un exceso de tráfico en una dirección o en otra.

    En países subdesarrollados, como Honduras o Haití, existe un extraordinario exceso de tráfico en un sentido debido a los emigrantes en Usamérica o en otros países occidentales que llaman a sus familias. Es precisamente en esos países extremadamente pobres, en los que las compañías telefónicas no han sido privatizadas, donde esos establecimientos de interconexión suponen una fuente de ingresos vital para el Estado. Hasta hace poco, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por sus siglas en inglés) intervino en nombre de múltiples compañías que habían aparecido como resultado de la privatización (desregularización) en Usamérica, para negociar las tarifas de interconexión con otros países que se podrían aplicar igualmente a todas las compañías telefónicas. En 2004, la intervención de la Comisión Federal de Comunicaciones empezó a desaparecer progresivamente y desde 2006 ha desaparecido por completo salvo en el caso de una pequeña lista de países, que no incluye a Haití ni a Honduras.

    Durante los años en que las tarifas eran fijas, algunas compañías usamericanas todavía intentaron llegar a un mejor acuerdo extraoficial, y mientras compañías estatales como la Teleco de Haití o la Hondutel de Honduras eran libres para ofrecer tarifas más bajas de interconexión que las que había establecido la Comisión Federal, se suponía que estaban ofreciendo las mismas a todas las compañías, no sólo a unas cuantas privilegiadas, para no burlarse del sistema de la Comisión Federal. Si los pagos hechos por las compañías usamericanas tenían asegurados unos descuentos, eso también podría suponer una infracción de la Ley usamericana de prácticas corruptas extranjeras (U.S. Foreign Corrupt Practices Act, FCPA por sus siglas en inglés).

    Esto parece ser lo que ocurrió con IDT, una compañía de telecomunicaciones de Nueva Jersey, que negoció una tarifa especial para interconectarse con Teleco de Haití. En aquel momento, la tarifa de la Comisión Federal se suponía que era de 23 centavos por minuto para las conexiones con Haití, pero IDT negoció y recibió un contrato de 9 centavos por minuto. Cuando un ex trabajador de IDT afirmó que parte de esas tarifas eran un soborno para Aristide, el grupo de presión contra Aristide enloqueció.

    Mary Anastasia O’Grady, del Wall Street Journal, y después Lucy Komisar, que escribía para otro grupo tapadera sin ánimo de lucro financiado por un oligarca haitiano, el Haiti Democracy Project, afirmó que Aristide lo sabía y que se había beneficiado personalmente del soborno. Antes, las acusaciones de corrupción contra Aristide se habían ido desvaneciendo, al igual que las insinuaciones nunca demostradas de tráfico de drogas, como las que Reich contó a O’Grady cuando se reunió con ella para una entrevista en 2002.

    Ninguna de las acusaciones difamatorias sobre la implicación de Aristide en cualquiera de esos asuntos se pudo demostrar y un juicio —muy publicitado— que organizó contra Aristide el gobierno títere haitiano (usamericano) fue discretamente archivado. Pero demostrar la imputación era secundario al hecho de extender las acusaciones como una táctica de propaganda contra Aristide y de intimidación política contra quienes lo apoyaban en el Congreso usamericano.

    Tráfico gris

    En Honduras, Arcadia carecía de “soplón interno” en quien confiar, como Michael Jewett, el antiguo empleado de IDT, que había calumniado a Aristide y cuyo caso por despido improcedente aportó gran parte del material para las disparatadas acusaciones de O’Grady y Komisar. Carmona Borjas se vio obligado a ser un poco más creativo. La información con la que azuzó a El Universal afirmaba que Cable Color, la compañía de los Rosenthal, había desviado los beneficios de las llamadas internacionales y las había convertido en un “tráfico gris”.

    Tráfico gris significa que una llamada se desvía a una red de Internet (red IP) en lugar de a la de intercambio correspondiente. Las llamadas de voz en IP (VoIP), que son esencialmente telecomunicaciones mediante conexión de banda ancha, funcionan así. Tanto Skype como Vonage son variantes de este tipo de servicio.

    Teóricamente, un proveedor de servicios de Internet puede comprar líneas [de Internet] a una compañía telefónica estándar, como Hondutel. Sin embargo, después utiliza esas líneas para vender más baratas las llamadas internacionales a sus propios clientes [de Internet], ofreciendo un servicio telefónico internacional a unos precios muchísimo más baratos. Se dice que es una práctica que arrasa en África. El único problema con esta práctica es que para un proveedor de servicios de Internet es ilegal ofrecer tal servicio. Cuando esto sucede, el Estado o la compañía telefónica titular, lógicamente, prefieren llegar a un acuerdo de interconexión con la compañía que le compra las líneas para ofrecer servicios de voz, de forma que la pérdida de las ganancias no sea absoluta.

    Carmona Borjas no sostuvo que Cable Color iba a acabar con las tarifas sobre las llamadas recibidas, puesto que eso habría sido imposible. Él, sencillamente, mencionó que el tráfico de Hondutel disminuyó, señaló a Cable Color, dijo “tráfico gris” y dejó el resto a la imaginación del lector. Y añadió unos cuantos detalles extra.

    “Según el informe”, afirmó El Universal, “la compañía Cable Color pertenece a la prominente familia Rosenthal, que posee fuertes intereses políticos y económicos y, según el documento, está dirigida actualmente por Jaime Rosenthal, propietario del periódico El Tiempo, el Canal 11 de televisión y padre de Yani Rosenthal, ministro de la presidencia y alguien considerado en Honduras como posible candidato presidencial”.

    Probablemente, la información fue proporcionada en primer lugar al periódico mexicano en vez de a los diarios hondureños porque, con excepción de El Tiempo, todos son propiedad de férreos oponentes a Zelaya: la familia Canahuati Larach (Roberto Micheletti, el presidente del Congreso Nacional hondureño, que más tarde se convertiría en el dictador con el golpe de 2009, es propietario de La Tribuna) y su interés en publicar tal información era demasiado evidente. Una vez que la historia se divulgó en México, El Heraldo, La Prensa y La Tribuna estuvieron encantados de continuarla y, durante los dos años siguientes siguieron publicando las acusaciones de Carmona Borjas cada vez que (con frecuencia) se producían y siempre lo describían como el “vicepresidente de una ONG con sede en Washington”, sin sacar a la luz su financiación u otros proyectos “anticorrupción”.

    Jaime Rosenthal envió una carta a El Universal en la que afirmó que el informe Arcadia había sido “fabricado” por alguien “interesado en divulgar en Honduras lo que no podía o no era conveniente publicar directamente [en Honduras]”. Rosenthal señaló que la caída de los beneficios de Hondutel entre 2005 y 2006 estaba directamente relacionada con el fin del monopolio de la [tarifa de] recepción de llamadas internacionales, que desapareció el 31 de diciembre de 2005, cuando Hondutel firmó contratos con dos proveedores internacionales de servicios de telefonía móvil. Las llamadas internacionales costaban 16 centavos de dólar el minuto, afirmó, “pero los proveedores inalámbricos no pagan nada a Hondutel”.

    En un debate radiofónico posterior entre Carmona Borjas y los Rosenthal, éstos explicaron además que Cable Color vendía líneas telefónicas a los proveedores de Internet y que cada vez que se enteraba de que el proveedor de Internet estaba vendiendo ilegalmente el servicio como telefónico en lugar de como un servicio de Internet, sin un acuerdo previo de interconexión, notificaba a Hondutel, que tenía obligación de tomar medidas.

    Arcadia contra Rosenthal

    En ese debate radiofónico del 12 de septiembre de 2007, Yani Rosenthal preguntó por qué, si Otto Reich no tenía relación alguna con la Fundación Arcadia, su nombre había aparecido en la página web de la fundación hasta el 10 de septiembre y despareció el 11 de septiembre. En un principio, Carmona Borjas evitó responder a la pregunta, insistió en que la fundación estaba legalmente establecida en Usamérica y en que no tenía nada contra Yani personalmente —“¡Caramba! Lo felicitamos [por su campaña] y le deseamos lo mejor”—, tras lo cual retomó su acusación de que las 340 líneas que Cable Color tenía conectadas a Hondutel estaban causando grandes pérdidas a la compañía telefónica debido a que se utilizaban para tráfico gris.

    Yani respondió: “Ayer, cuando Roberto Carmona habló en Canal 5, afirmó inequívocamente que el honorable Otto Reich, a quien respeta y admira profundamente por ser un luchador por los principios democráticos en la región, no tenía nada que ver con la Fundación Arcadia. Ésas fueron sus palabras. Aquí se puede ver lo que dijo anoche en el Canal 5 y ahora voy a mostrarle lo que figuraba en la web de Arcadia hasta el 10 de septiembre, donde aparece Otto Reich. Y ahora voy a mostrarle que aquí, el 11 de septiembre, empieza el borrado de la lista de miembros de la Fundación Arcadia, así como del informe que el propio Roberto Carmona firmó y envió a Hondutel el 14 de julio de 2006, con copia al embajador Otto Reich. Por lo tanto, si el Sr. Carmona miente tan descarada y obviamente sobre algo tan sencillo como esto, que fácilmente se puede ver que miente, ¿sobre qué más mentirá? Además, puedo enseñar las comunicaciones entre Cable Color y Hondutel y demostrar que Cable Color cooperó con Hondutel, así como que se castigó a los clientes de Cable Color que se dedicaron a estas operaciones [de tráfico gris ilegal]. Hondutel incluso lo sabe, porque hubo dos compañías a las que se les confiscaron los números y los equipos.”

    Carmona Borjas insistió una vez más en que Arcadia no tenía absolutamente nada que ver con Reich y calificó su afirmación al añadir “desde un punto de vista legal”, y dijo que cualquier columna que aparezca en el sitio web de Arcadia no tenía por qué estar relacionada necesariamente con Arcadia, que más o menos eran un equipo abierto en el que incluso Rosenthal podría expresar sus ideas si así lo deseaba. (Las únicas informaciones en el sitio web de Arcadia desde entonces, y hasta ahora, son las generadas por Carmona Borjas).

    Los Rosenthal dijeron que se vieron obligados a ir a la embajada de Usamérica en Tegucigalpa para explicar la situación, puesto que Carmona Borjas, un ciudadano venezolano-usamericano, había ido allí amablemente en primer lugar para entregar en la embajada una copia de su informe Arcadia.

    Rasel Tomé, el presidente de CONATEL, la autoridad hondureña reguladora de las telecomunicaciones, intervino y añadió que en CONATEL no había ningún registro de quejas presentadas contra Hondutel o Cable Color por tráfico gris, a lo que Carmona Borjas repitió que el tráfico gris era la única explicación posible para una caída tan grave de los beneficios, e insinuó que la postura de Tomé se debía al hecho de que había sido el abogado de los Rosenthal durante muchos años.

    Más tarde, el propio Tomé averiguó el origen de los exclusivos contactos de Carmona Borjas dentro del sistema judicial hondureño cuando poco antes del golpe de Estado, el 28 de junio de 2009, se le ordenó que no saliera del país debido a una investigación promovida por Carmona Borjas y un hombre de negocios llamado Eldi, que se había quejado de que Tomé, junto con otros dos comisionados, había concedido ilegalmente licencias para el Canal 12 de televisión a los Rosenthal en lugar de a Eldi.

    Además, a fines del año anterior, Carmona Borjas presentó una queja ante el ministerio fiscal contra Tomé por enriquecimiento ilegal, sobre la base de que él [Carmona Borjas] creía que la campaña publicitaria de Tomé para un escaño en el Congreso nacional era tan desproporcionada que Tomé no hubiera podido permitírsela.

    En otro debate radiofónico, Tomé definió a Carmona Borjas como “un extorsionador internacional, un mercenario que había sido investigado por lavado de dinero y a sueldo de poderosos grupos”. Tomé se presentaba al Congreso por el grupo de Micheletti en el Partido Liberal.

    Tiburones al acecho

      “¿Qué va a ocurrir en este país si el gobierno deja de percibir los importantes ingresos que se van a generar a través de Hondutel? Hemos venido a esta compañía con una misión del presidente Manuel Zelaya Rosales: tenemos que defender esta compañía, porque quieren comérsela como tiburones, y lo que estamos haciendo es defenderla con uñas y dientes y sólo con la ayuda de unos cuantos amigos que nos están abriendo este espacio.”

      Marcelo Chimirri, director de Hondutel, 13 de septiembre de 2007 (durante una entrevista concedida cinco días después de que se publicasen por primera vez las acusaciones de corrupción de Arcadia)

    Arcadia ha librado su cruzada de “tráfico gris” en Honduras desde septiembre de 2007 hasta la actualidad. Carmona Borjas se centró primeramente en la familia Rosenthal, propietaria de medios de comunicación, pero pronto pasó a ocuparse con pasión del fértil territorio que le ofrecía el director de Hondutel, Marcelo Chimirri Castro.

    Si hubiera que buscar la representación pintoresca de un personaje de telenovela latinoamericana, sería difícil encontrar a un candidato mejor que Marcelo Chimirri. Nacido en Sicilia de padre italiano y madre hondureña, que regresó a Honduras después, tiene un cierto parecido con Antonio Banderas y adora los caballos de pura sangre, los coches de lujo, las Harley Davidson y las mujeres hermosas. El informe original de Arcadia lo mencionó de manera profundamente difamatoria: “A pesar de haber sido declarado inocente, [Chimirri] sigue estando en la mira del Fiscal General de Honduras por la muerte de su ex novia, Yadira Miguel Mejía, y por sus amenazas y comportamiento agresivo contra periodistas”. Otro hombre fue condenado por ese crimen y no existe indicio alguno de que haya nuevas pruebas, pero Arcadia no tuvo reparo alguno en tratar de vincularlo a un homicidio brutal. Chimirri es también sobrino de la esposa de Zelaya, Xiomara Castro.

    Al igual que Zelaya, habla claro y parece tener sentido del humor. Tras muchos meses de acoso por parte de Carmona Borjas, Chimirri declaró a El Heraldoque, en el fondo, la razón de la insistencia de Carmona Borjas es que está perdidamente enamorado de él.

    Es posible que los contactos de Arcadia en el sistema judicial hondureño fuesen anormales, pero eso no era nada en comparación con sus conexiones en el Departamento de Justicia, Inmigración y Aduanas de Usamérica. Carmona Borjas declaró a La Prensa que dos pequeñas compañías usamericanas de telecomunicaciones que tenían contratos de interconexión con Hondutel habían transferido 70.000 dólares a la cuenta bancaria de una compañía propiedad de Chimirri, Inversiones Chicas o Inverchicas, y oportunamente proporcionó las fechas de las trasferencias y el número de cuenta bancaria. El periódico no hizo ninguna pregunta a Carmona Borjas sobre cómo pudo obtener una información tan específica, que Chimirri negó, añadiendo que Inverchicas había dejado de existir mucho antes de la fecha de las supuestas transferencias de dinero.

    Carmona Borjas insistió en que Chimirri no solamente había supervisado el desvío del tráfico gris, lo que supuso un robo de unos 48 millones dólares a Hondutel, sino que también los pagos a Inverchicas eran la prueba de algún tipo de soborno.

    Micheletti, que en aquel momento era el presidente del Congreso hondureño y había ocupado el importante puesto de Chimirri como director de Hondutel a finales de los noventa, no tardó en insistir en las acusaciones de Carmona Borjas: “Los responsables del tráfico gris, sean funcionarios públicos o empresarios del sector privado, se merecen la cárcel como cualquier otro delincuente”, dijo.

    Los allanamientos de los Cobra y las escuchas telefónicas

    La campaña de insinuaciones de Arcadia no tardó en dar fruto y, a principios de noviembre de 2007, los Cobra, grupos paramilitares auspiciados por el Estado, perpetraron espectaculares y salvajes allanamientos de morada en las oficinas de Hondutel y en el domicilio de Chimirri. Éste declaró que a sus hijos les habían apuntado con armas de fuego en la cabeza. Año y medio después, Andrés Izarra, el presidente de TeleSUR, identificó al escuadrón Cobra como la fuerza responsable de las escuchas y las amenazas contra periodistas de la televisora de Caracas tras el golpe de Estado, es decir, antes de su expulsión del país.

    La justificación de los allanamientos fue que Chimirri estaba acusado de “abuso de poder, tenencia ilegal de armas y revelación de secretos”. Zelaya se enfureció y los calificó de agresión brutal, digna de una película de terror, contra la familia de Chimirri y añadió que habría bastado con una simple citación judicial de los funcionarios de Hondutel.

    Un par de semanas antes, el 22 de octubre, el presidente Zelaya había presentado una denuncia por espionaje telefónico cuando su teléfono fue intervenido ilegalmente sin su conocimiento, lo cual permitió la grabación de sus conversaciones con sus subordinados, entre ellos Chimirri, sobre las estrategias para controlar la cobertura de la prensa hostil y los problemas iniciales con Micheletti. Otros dos empleados de Hondutel fueron acusados de la intervención de los teléfonos: Óscar Danilo Santos y Luis Alejandro Arriaga.

    Arcadia colgó oportunamente en YouTube las grabaciones obtenidas de manera ilegal.

    Se intensifican las acusaciones

    La embajada usamericana en Tegucigalpa no esperó que el caso contra Chimirri hiciera su camino en el sistema judicial hondureño. Hacia el 24 de enero de 2008 anunció que Chimirri tenía prohibida la entrada en Usamérica debido a sus vínculos con “casos graves de corrupción pública”. Con pasaporte italiano, Chimirri nunca había necesitado una visa, pero ahora ni siquiera eso le ayudaría a atravesar las aduanas del imperio. Las visas han sido siempre una de las especialidades de Reich.

    Fue entonces cuando aparecieron los cadáveres. El viernes, 8 de febrero, cuatro personas fueron encontradas muertas en el interior de un camión con placas guatemaltecas, bajo un puente. Habían sido tiroteadas y luego quemadas.

    De nuevo, Carmona Borjas propuso una explicación. Dos de los cuerpos eran de guatemaltecos, un tercero era imposible de identificar y el último sería el de un técnico en computación llamado Alejandro Laprade Rodríguez. Según Carmona Borjas, Laprade había ido a Washington hacia el 27 de marzo de 2007 para entregar una grabación magnetofónica de 49 minutos como prueba de un intento de extorsión por parte de empleados de Hondutel. Laprade afirmaba que habían allanado su compañía sin razón alguna y le habían exigido 100.000 dólares si no quería ir a la cárcel. Arcadia también colgó esto en YouTube.

    Para Carmona Borjas, el hecho de que la escena del crimen se pareciese mucho a una venta de drogas que terminó mal era la prueba de lo contrario e insistió en que se trataba de un montaje. Dado que el fiscal a cargo del supuesto caso de extorsión no podía obligar a Carmona Borjas a que viniese a Honduras y que éste (al igual que su mentor) se negó a ir a causa de lo que calificó de “imperante clima de inseguridad en el país”, comunicó su intención de viajar a Washington para entrevistarse con Carmona Borjas.

    A finales de marzo, La Prensa publicó un informe, según el cual médicos forenses habían identificado sin la menor duda uno de los cuerpos quemados como Laprade, con 21 comparaciones entre los dientes de uno de los cadáveres y un molde que el dentista de Laprade tenía a mano. Pero varios días después, el jefe de la Dirección General de Investigación Criminal (DGIC) de Honduras, Francisco Murillo López, dijo que tenía sus reservas. “Un dictamen odontológico es creíble cuando se coincide en 75 puntos, no 21”, dijo, “y que es realizado por un odontólogo forense… Yo como investigador respeto la posición del Ministerio Público, pero creo que hay que profundizar un poco más sobre este caso y como investigador policial tengo mis reservas”, añadió. Asimismo, solicitó ver los resultados preliminares del ADN de los cuatro cadáveres.

    Carmona Borjas volvió a la carga desestimando los comentarios de Murillo y añadiendo más información. Afirmó que apenas unos días antes de que Laprade fuese asesinado, había llamado de nuevo a Carmona Borjas para decirle que tenía una cinta en la que Marcelo Chimirri confesaba su implicación en el tráfico gris. Por desgracia, las capacidades informáticas de Laprade no parecían suficientes para ocuparse de las descargas en YouTube y Carmona Borjas no tenía una copia de la cinta porque, según él, Laprade estaba buscando la manera de hacérsela llegar sin levantar sospechas cuando desapareció.

    Con su apego por el plural mayestático combinado con la insinuación estratégica, Carmona Borjas declaró: “Le dijimos que tuviese mucho cuidado porque… entre 1997 y 1998 Marcelo Chimirri estuvo vinculado al crimen de la joven Yadira Mejía. Después ya no tuvimos más noticias de Laprade”. La existencia de la cinta nunca ha sido probada.

    Durante la segunda mitad de 2008, Carmona Borjas siguió acechando a Chimirri, pero también empezó a ocuparse del auténtico objetivo de Arcadia. A finales de julio presentó una denuncia formal contra el presidente Zelaya en la embajada hondureña en Washington, acusándolo de actuar contra el orden legal de Honduras y contra los principios democráticos. Fue una muestra de que iba en serio.

    A Arcadia no le interesa la corrupción

    De repente, a principios de abril de 2008 la tensión entre la Fiscalía hondureña y el Congreso nacional estalló de manera extraordinaria. Cuatro fiscales iniciaron una huelga de hambre el 6 de abril en la planta baja del edificio del Congreso. La huelga se debió a 14 casos de supuesta corrupción que implicaban a “figuras conocidas e influyentes de la política y la economía del país” y que habían permanecido archivados durante años sin ningún seguimiento ni investigación ni revelación pública de sus nombres.

    Conforme avanzaba, la huelga de hambre fue ganando simpatizantes y en menos de un mes 22 huelguistas adicionales, procedentes de una gran variedad de organizaciones, se habían unido a los cuatro fiscales iniciales, entre ellos dos sacerdotes y el pastor evangélico Evelio Reyes.

    Tras la intervención del pastor Reyes, el Congreso hondureño nombró una comisión mediadora, constituida por Ramón Custodio, comisionado para los derechos humanos y Juan Ferrera, secretario ejecutivo del Consejo Nacional Contra la Corrupción. Los fiscales en huelga de hambre rechazaron la idea de la mediación. Un año después, tanto Ferrera como Custodio apoyaron el ilegal golpe de Estado de Roberto Micheletti.

    La proposición de Micheletti para resolver el enfrentamiento suponía llevar la queja a la Organización de Estados Americanos (OAS), propuesta que también fue rechazada por los fiscales, los cuales insistieron en que el problema debía solventarse en Honduras. Los fiscales también exigieron que el Fiscal General, Leónidas Rosa Bautista, y el Ayudante del Procurador General, Omar Cerna, renunciasen por haber participado en actividades ilegales.

    El presidente Zelaya apoyó al grupo y fue a visitarlos al Congreso nacional; también pidió la renuncia de Cerna tras afirmar que “el verdadero problema en Honduras es que la ley no se aplica a quienes la infringen”.

    La prensa hondureña y los aliados del Fiscal General describieron la huelga como un intento del presidente para reemplazar al fiscal y a su ayudante con personas de su propio Partido Liberal, en vez del Partido Nacional, al que ambos pertenecían. Los fiscales rechazaron estas acusaciones e insistieron en que sólo buscaban que se investigasen las razones de la debilidad del Ministerio Público y se revisasen los casos impunes de crimen organizado, la corrupción y los abusos medioambientales y de derechos humanos.

    Cerna se negó a dimitir con el pretexto de que sería un precedente terrible y, con argumentos que los golpistas repetirían un año después, añadió que su decisión de rechazar la petición del presidente buscaba realmente “fortalecer las instituciones y la democracia [en Honduras]”.

    Por su parte, el asombrosamente altanero Rosa Bautista negó haber cometido falta alguna y añadió que, de todos modos, de haberla cometido habría sido en su práctica privada de abogado defensor, no como administrador, por lo cual el Decreto 49-2008, aprobado por el Congreso un año antes para castigar las faltas administrativas, no se le podía aplicar. Además, dijo que se estaba enmarañando el asunto, ya que en realidad él era una especie de juez, no un administrador ordinario y, por lo tanto, dependía de la Corte Suprema, no del Congreso nacional. Amenazó con pedir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tomase medidas preventivas para garantizar sus libertades y las del Ministerio Público.

    A pesar de tales declaraciones, estaba claro que las manifestaciones públicas a favor de los huelguistas empezaban a poner nervioso a Rosa Bautista, que comenzó a desplazarse en automóviles proporcionados por el Secretario de Defensa. “Si las protestas con fines mediáticos hubieran tenido lugar dentro de la Constitución, hace mucho tiempo que se habría hecho algo”, dijo. “Pero estas amenazas a la paz, a la libertad de prensa, las manifestaciones, las acusaciones irresponsables de todos… debemos regresar a paz y a tranquilidad”.

    Fue sin duda una magnífica oportunidad para que el luchador anticorrupción de Washington interviniese y Carmona Borjas terminó por hacerlo. Estaba convencido de que la huelga de hambre no era más que teatro y acusó a los huelguistas de holgazanear sobre cómodos colchones Coleman, de mantenerse con bebidas y barras energéticas y agua Evian. ¿Por qué tanto escándalo por unos casos de corrupción si había tráfico gris del que ocuparse y Chimirri andaba suelto?

    Carmona Borjas dirigió su ira contra el pastor Reyes, un objetivo interesante si se considera que éste apoyaría el golpe de Estado un año después, pero es bien sabido que, en Honduras, la relación de los evangelistas y de otros muchos sectores con la política es algo complicado y no puede analizarse en términos de derecha-izquierda. Incluso si él mismo ha sucumbido al encanto de los trajes costosos, Carmona Borjas arremetió contra el pastor en un “debate” radiofónico por sus lujosos atuendos de “cientos de miles de dólares” [sic] y sus Rolex de oro.

    La respuesta de Reyes a Carmona Borjas fue un insulto mucho más mordaz: dijo que nunca había oído hablar de él.

    La huelga de hambre concluyó mes y medio después de su inicio, cuando se nombró una comisión de representantes del Congreso para que investigase a Rosa Bautista y Cerna. Pero sus conclusiones no llevaron a ninguna parte. Jari Dixon Herrera, uno de los cuatro huelguistas, dijo que el informe de la comisión “no nos llena de sorpresa, esto es lo que iban a hacer, no iban a permitir nunca que se revisaran esos casos”. Sobre Rosa Bautista y Cerna añadió: “No iban a permitir nunca exponer a sus dos mejores trabajadores dentro del Ministerio Público, como son los fiscales generales que han protegido a muchos”.

    Latinode

    En abril de 2009, las acusaciones de Arcadia contra Hondutel terminaron por dar fruto cuando la Corte Federal Usamericana del distrito sur de Florida impuso una multa de 2 millones de dólares a Latinode, una compañía de telecomunicaciones, por haber infringido la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) al pagar más de un millón dólares en sobornos a “terceros”, los cuales debían entregar “una parte o la totalidad de tales fondos” a empleados de Hondutel con vistas a obtener un descuento en sus porcentajes de interconexión. (Por otra parte, IDT fue sancionada por la FCC en el caso de las telecomunicaciones de Haití, pero nunca se la ha acusado de infringir la FCPA).

    Latinode había sido investigada por el FBI y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Miami (ICE). Según el comunicado de prensadel Ministerio de Justicia (DOJ), Latinode también sobornó a funcionarios en Yemen para obtener descuentos de interconexión. Fuentes del Ministerio de Justicia comunicaron que Latinode recibió descuentos de interconexión entre 2004 y 2007, y que los pagos estaban destinados a cinco empleados de Hondutel. Los nombres de los “beneficiarios” de tales pagos no se publicaron, pero el “subgerente general (que luego pasó a ser gerente general)” no podía ser otro que Chimirri.

    Hondutel lo negó y dijo que una auditoría interna llevada a cabo entre el 1 de enero de 2005 y el 31 de diciembre de 2007 había revelado discrepancias en el tráfico de Latinode, que adeudaba 4,6 millones de dólares a Hondutel. Pagar una multa de 2 millones en Miami (durante un período tres años, según el DOJ) y cerrar Latinode era lo obvio, sobre todo para eLandia, la compañía de telecomunicaciones de Coral Gables, que había pagado 25 millones para comprar Latinode en 2007.

    Pero el comunicado de prensa del DOJ incluía otra nota curiosa: “La investigación penal de Latinode refleja, en gran medida, las acciones de la compañía propietaria de Latinode, eLandia International Inc. (ELandia), pues para el Ministerio de Justicia pone de manifiesto las potenciales infracciones de la ley FCPA tras la adquisición de Latinode y el descubrimiento de pagos ilegales de eLandia después de su clausura”.

    Al igual que el caso de Arcadia, que se originó en Washington, el de Latinode parece haberse originado en Miami. A pesar del comunicado de prensa en inglés del DOJ, ni Arcadia ni Latinode tienen relevancia informativa alguna en Usamérica, pero sí son políticamente importantes en Honduras. Incluso si el dictamen del DOJ con respecto a Latinode no demuestra la culpabilidad de ningún empleado de Hondutel, tanto Arcadia como el gobierno golpista así lo han interpretado y difundido a través de los medios. Cuando Chimirri y otros funcionarios del gobierno de Zelaya fueron detenidos el 2 de julio de 2009, las únicas pruebas citadas por la prensa favorable al golpe de Estado se basan en las acusaciones contra Latinode publicadas por la corte usamericana, la misma corte federal de Miami que juzgó a los cinco héroes cubanos y el reciente “escándalo de la maleta”, lo cual demuestra que el DOJ no está por encima de la política y sí al servicio de los objetivos de la derecha pura y dura en Latinoamérica.

    El nuevo Tercer Reich

      “[Esta] inmensa red va buscando las comunicaciones, no solo en Honduras sino en Centroamérica. Son los mismos que lograron su objetivo en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, donde se las arreglaron para desnacionalizar totalmente el sector de telecomunicaciones sin ningún beneficio para el pueblo… Así que ya tienen un plan perfectamente planeado para quedarse con toda la telecomunicación en América Central.”

    Saliendo de las sombras, Reich no pudo resistir la oportunidad de comentar el caso de Miami: “El presidente Zelaya ha permitido o apoyado este tipo de prácticas y ahora veremos que también está detrás de esto”, declaró a El Nuevo Herald. También mencionó a Chimirri por primera vez en la prensa usamericana, aludiendo de pasada a su relación familiar con los Zelaya y al hecho de que había sido acusado en Honduras de una serie de ilegalidades en la gestión de Hondutel. Pero no mencionó al denunciante de Chimirri.

    Para Zelaya esto fue la gota que colmó el vaso. Envió a dos miembros de su gabinete y su secretario personal a Usamérica para contratar a un abogado que demandase a Reich por difamación. El secretario, Enrique Reina, dijo que Reich estaba disgustado porque Hondutel había cancelado el contrato de interconexión de una compañía que él representaba.

    Carmona Borjas intervino de nuevo, acusando a Zelaya en los medios hondureños de haber actuado “inconstitucionalmente”.

    Pero Zelaya dispuso de poco tiempo para llevar el caso adelante. Dos meses después fue despertado por la fuerza por los paramilitares del escuadrón Cobra, que entraron a tiros en su casa y lo trasladaron por aire a Costa Rica en piyama.

    En su extraña declaración al Miami Herald, Reich se burló de Zelaya y afirmó que una insignificancia como un golpe de Estado no era razón suficiente para no proseguir con su demanda judicial por difamación y, continuando con las acusaciones contra Chimirri, exageró la cantidad de fondos faltantes de Hondutel, de 48 a 100 millones de dólares.

    El vínculo con el ALCA

    El vínculo con el ALCALa explicación de esta exageración de las cifras puede que tenga menos que ver con la tendencia de Reich a la hipérbole que con el ALCA, el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas. Las presiones para desnacionalizar a Hondutel no se materializaron hasta que se puso en marcha el ALCA. Se trata de una pieza clave del puzzle neoliberal, que incrementa los derechos de las compañías multinacionales en Centroamérica y les permite poner pleitos por “pérdidas” o ausencia de “futuros beneficios” mediante una cláusula que las protege de “medidas equivalentes a la expropiación”. (ALCA, artículo 10.7)

    El ALCA establece claramente que medidas estatales legítimas tales como las leyes de protección medioambiental o del consumidor podrían contravenir el artículo 10.7 y permitir que sociedades anónimas usamericanas demandasen a los países signatarios por el dinero quepodrían haber ganado sin ellas. Actos gubernamentales ilegítimos como la corrupción quedan así cubiertos y basta con simples acusaciones de corrupción para poder presionar a los gobiernos y que éstos lleguen a un arreglo con los tribunales secretos de arbitraje del CIADI(Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones), del Banco Mundial. Pero eso no sería necesario, ya que Reich es un experto en el manejo de “actividades anticorrupción, en el análisis de riesgo político y en acuerdos extrajudiciales” para multinacionales usamericanas en Latinoamérica. Su capacidad para actuar bajo cuerda puede lograr que las multinacionales nunca tengan que exponerse públicamente a estas disputas que tanto perjudican su reputación.

    Lanny DavisTeniendo en cuenta los vínculos de Reich con la industria de las telecomunicaciones, por no mencionar los del Cormac Group y los de Lanny Davis, el amigo de Hillary Clinton, que arregló para los golpistas hondureños una campaña de prensa y una visita de cabildeo al Congreso en Washington, la posibilidad de una futura demanda judicial de este tipo no puede descartarse. Los reglamentos del ALCA con respecto a tales demandas judiciales van más allá del infausto Capítulo 11 del TLC (Tratado de Libre Comercio) y tales amenazas ya están siendo utilizadas por algunas multinacionales para presionar a los gobiernos de El Salvador y Guatemala, agobiados por la falta de liquidez, para obtener millones.

    Las consecuencias

    Reich confesó haber participado en “señalar a Zelaya como el impulsor de la corrupción en Honduras” y añadió: “Si yo hubiese sido el ‘arquitecto’ de la destitución de Zelaya, habría aconsejado que se lo acusara de los casi 20 delitos de los que la judicatura hondureña lo ha acusado ahora y que las autoridades civiles lo detuviesen. Habría instado a que persistiese el proceso constitucional con el acceso a la presidencia del siguiente en el orden de la lista, el presidente del Congreso, Roberto Micheletti, y la continuación del proceso electoral, que culminaría en las elecciones de noviembre”.

    Excepto por la omisión del traslado forzoso del presidente a Costa Rica, así fue como se desarrolló el golpe de Estado, punto por punto, aunque Reich esquivamente insistió en que tales acontecimientos se desarrollaron “sin mi participación”.

    En La Prensa de Honduras, Reich negó de nuevo cualquier relación legal con Arcadia. “No soy miembro de la Fundación Arcadia. Conozco muy bien la Fundación Arcadia y el trabajo que ha hecho”. Era exactamente la clase de declaración que podía haber hecho hace 25 años con respecto a Ciudadanos por Usamérica.

    Por su parte, Carmona Borjas despotricó en lo que aún queda de la prensa hondureña sobre cómo la expulsión de TeleSUR fuera de Honduras no limita la libertad de expresión y criticó aCNN en Español por no haber censurado completamente las manifestaciones favorables a Zelaya y, por supuesto, a Chimirri.

    En Honduras, una vez desplazado Zelaya, los nuevos dirigentes golpistas iniciaron la cacería de brujas, deteniendo a Chimirri y a otros funcionarios de Zelaya y enviándolos directamente a la penitenciaría nacional, pero no sin presentar personalmente a Carmona Borjas durante una manifestación a favor del golpe, elogiándolo por haber sido el primero en incriminar a Hondutel y agradeciéndole la detención de Chimirri.

    Se emitió una orden a través de Interpol para la búsqueda y captura de los empleados de Hondutel implicados en el caso de Latinode: Jorge Alberto Rosa, Julio Daniel Flores y Oscar Danilo Santos. Se inventaron cargos contra Rixi Moncada, una de las personas que Zelaya había enviado a Miami para contratar a un abogado que demandase a Reich y que representaría un papel muy visible en las conversaciones de mediación con Óscar Arias, organizado por Hillary Clinton. Rebeca Santos y Arístides Mejía, antes relacionados con la compañía eléctrica estatal, también fueron objeto de persecución.

    A pesar de que el papel de Arcadia no ha sido denunciado y, por lo tanto, se desconoce fuera de Honduras, los venezolanos y los hondureños lo comprendieron de inmediato. El embajador Chaderton prometió enviar un informe sobre el caso a la misión usamericana en la OAS y en una entrevista con La Jornada tras sus comentarios, dijo que “no les cabe la menor duda sobre eso”.

    En América Latina hay muchas compañías estatales más importantes ya escogidas para su privatización y, si no, muchos más dirigentes izquierdistas a los que convencer o derrocar. Mientras tanto, en Washington, la fundación de Arcadia todavía existe, como una célula durmiente, a la espera de recibir órdenes de la voz de su amo.

    * Con información adicional de Revolter.
    Fuente: http://machetera.wordpress.com/2009/07/30/otto-reich-and-the-honduran-coup-detat-the-provocateur-his-protege-and-the-toppling-of-a-president-part-one/,

    http://machetera.wordpress.com/2009/08/02/otto-reich-and-the-honduran-coup-d%E2%80%99etat-the-provocateur-his-protege-and-the-toppling-of-a-president-%E2%80%93-part-two/

    y http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=8275&amplg=en

    La autora, Machetera, es editora del blog http://machetera.wordpress.com y miembra de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. La caricatura de Otto Reich es del dibujante hondureño Allan McDonald. Atenea Acevedo, Allan McDonald, Manuel Talens y Paloma Valverde son miembros de Rebelión y Tlaxcala.

    http://machetera.wordpress.com y Tlaxcala

    REBELION.ORG

    ¿Por qué los golpistas de Honduras se atreven a poner condiciones… ? E. Aquevedo

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    Es difícil creer que el grupo golpista encabezado por Micheletti y Cia. tenga sólo la más increíble “cara dura” para atreverse a poner condiciones para “dialogar” con los representantes de la OEA, “censurando” y descalificando al secretario general, Miguel Insulza, y presionando para que en la comitiva se incluyan diplomáticos favorables a los intereses del régimen dictatorial.

    Ver al respecto: "Impide el régimen de facto la visita de una misión de la OEA", en La Jornada…

    honduras_micheletti_226x Es evidente, primero, que su primer objetivo es dilatar las cosas y ganar tiempo para prolongar la vida política del régimen y debilitar así la resistencia interna y externa. Saben que, en definitiva, el tiempo juega en su favor. Pero, segundo, lo que más interesa destacar es el hecho de que si ellos operan de ese modo es porque saben que cuentan con apoyos diversos e importantes dentro y, sobre todo, fuera del país que requieren del mayor tiempo posible para organizar y desplegar sus fuerzas, haciendo el “lobby” más eficaz posible, para prolongar la vida de la dictadura, para “blanquearla”, para darle grados de legitimidad, para en definitiva impedir que se implemente el objetivo mayor de las fuerzas internacionales que han condenado el golpe y que es obviamente restablecer a Zelaya en el Gobierno de Honduras.

    Esas fuerzas, que son profundamente conservadoras y tradicionalmente autoritarias, están activas en todos los países de la región y manifiestamente también en Washington (sectores importantes del partido republicano y demócrata, y naturalmente a interior del Pentágono y de la CIA), y que con diferentes grados ven con pésimos ojos la orientación democrático-constitucionalista y progresista que se ha impuesto en la región, manifestada particularmente dentro de la OEA y en la consolidación creciente de UNASUR. Esta modificación de la relación de fuerzas en el continente en esa dirección es obra de la importancia creciente del nuevo bloque político conformado por países como Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Chile, El Salvador, etc., que independientemente de sus diferencias, y por su experiencia dramática en décadas pasadas, son consistentes en la defensa de la orientación señalada más arriba. El grupo subalterno encabezado ahora por Colombia, Perú, México y algunos países centroamericanos ya no cuentan con un Bush que años atrás los sostenía incondicionalmente y que les otorgaba un rol rector en beneficio de la perpetuación de América Latina como “patio trasero” del imperio norteamericano. Hoy ese núcleo conservador se ha debilitado, ya no puede imponer sus condiciones ni mantener su hegemonía dentro de organismos como la OEA, por ejemplo.

    Ha habido pues un cambio en la relación de fuerzas en el continente, pero ello no significa que los sectores  conservadores hayan perdido todo su poder (especialmente su cuantioso poder económico y mediático), y que no estén decididas en cada ocasión posible a reconquistar posiciones, a revertir situaciones adversas para sus intereses, a presionar con todos sus medios para desestabilizar gobiernos progresistas (como se constata diariamente en Bolivia, Venezuela, Ecuador), y a propiciar soluciones golpistas de nuevo tipo como en Honduras, o a volver al gobierno o al poder por la vía electoral como lo pretenden en países como Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, en América central, etc. Es decir, el cambio que se ha verificado en el continente no es en absoluto definitivo ni estable, y que el futuro inmediato augura serios conflictos y batallas entre los dos campos que hoy se evidencian. Honduras es ahora el ejemplo más visible y simbólico de dicho conflicto. Para ambos campos es decisivo ganarlo.

    Honduras: se cocina en Washington una negociación al margen de Óscar Arias…?

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    Altos mandos militares pueden ser los primeros sacrificados: Meza

    Arturo Cano, Enviado/La Jornada.mx

    HONDURAS-MILIT3 Tegucigalpa, 6 de agosto. Hay una negociación paralela, al margen de Óscar Arias, dice Víctor Orlando Meza, ministro de Gobernación y Justicia del presidente en el exilio Manuel Zelaya. Esa negociación se cocina en Washington y no precisamente en la sede de la Organización de Estados Americanos.

    Dos coroneles hondureños permanecieron 12 días en Washington, enviados por los generales, claro, aunque los cuatro integrantes del estado mayor conjunto de las fuerzas armadas hondureñas podrían ser los primeros sacrificados en uno de los escenarios que prevé Meza como desenlace de la crisis: Que sean los coroneles los que echen a sus superiores y traigan al presidente Zelaya de vuelta. Ese es el escenario ideal para Estados Unidos, que no quería allá a los generales.

    El segundo escenario es que los actuales jefes militares den un contragolpe, retirando su respaldo al gobierno del presidente de facto Roberto Micheletti y a la vuelta de Zelaya ellos se pongan bajo las órdenes del Tribunal Superior Electoral dada la proximidad de los comicios.

    La salida internacional es el tercer escenario que dibuja Meza, un prestigiado académico que no había tenido cargos públicos antes de ser llamado al gabinete a la mitad del mandato de Zelaya. Es el escenario del Acuerdo de San José, que todavía puede funcionar. En este último, México podría desempeñar un papel crucial que tendría un momento cumbre este fin de semana, dado que Zelaya le pidió al presidente Felipe Calderón que solicitara a Barack Obama una declaración explícita contra el golpe de Estado.

    HOND-ZELAYAPara empujar la salida internacional, una delegación de alto nivel de la OEA visitará Honduras la próxima semana. Según el ministro de Zelaya, podría estar integrada por los cancilleres de Costa Rica, Chile, Brasil y Perú o Panamá.Espero que venga también la canciller mexicana, porque el peso de México es muy grande, en tanto puente con Centroamérica y dado su carácter de socio especial de Estados Unidos.

    El gobierno de facto dice que la misión, por muy de alto nivel que sea, sólo podrá hacer sugerencias, al mismo tiempo que rechaza que los cancilleres de los países miembros de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) formen parte del grupo visitante.

    Meza, quien hace dos días fue anfitrión de una reunión de secretarios y subsecretarios del gobierno constitucional de Zelaya, donde acordaron declarar en sesión permanente, tampoco piensa que la intervención directa de la Venezuela de Hugo Chávez sea lo mejor para Zelaya:Un tanto para neutralizar esa influencia Meza pidió al mediador Óscar Arias invitar a España a ejercer un papel más activo en la solución de la crisis. Meza contrasta la actitud de Venezuela con la posición absolutamente moderada de Cuba, que ha desempeñado su papel sin estridencias.

    Al margen de ese jaloneo en los terrenos de la diplomacia, los militares han intervenido en la negociación paralela: Los coroneles participaron en la redacción del comunicado en que las fuerzas armadas dan su respaldo al Acuerdo de San José.

    Entre los mandos militares, dice Meza, se impone la idea de que los políticos y los empresarios los metieron en este lío y ahora no los acompañan.

    Meza se refiere a recientes declaraciones de empresarios que hablan de que los militares que sacaron al país deben ser castigados. Uno de los negociadores de Micheletti en Costa Rica, Arturo Corrales, también ha asegurado que echar a Zelaya del país fue ilegal.

    Entre converso y pragmático

    –¿Zelaya es un converso o simplemente un pragmático?

    –Una combinación. Cuando toma el poder, cree que puede gobernar con los dos partidos tradicionales. Dos años más tarde se convence de que para cambiar Honduras es necesario romper el bipartidismo tradicional. Su cambio de opinión tiene que ver, por un lado, con su contacto con la gente, que es intenso; y, por otro, con los obstáculos que las cúpulas partidistas y los intereses económicos ponen a las reformas que propone. Convencido de que son imposibles las reformas, así sean mínimas, con los partidos tradicionales, le apuesta a crear otro partido.

    –¿Hacia allá iba la famosa cuarta urna?

    –Yo se lo pregunté una vez: Presidente, ¿la cuarta urna es el tercer partido? Y me respondió que sí. Entonces yo y otros le dijimos que primero era preciso crear un movimiento político y social, sobre la base de las organizaciones de la sociedad civil que crecieron como hongos después del huracán Mitch, que mostró la vulnerabilidad ambiental y social de Honduras, puso de relieve la pobreza (el país está, con Nicaragua y Haití en el piso de la pobreza latinoamericana), y exhibió la fragilidad de las instituciones del Estado.

    Cumplidos los dos años de Zelaya en el poder, “esa sociedad organizada después de Mitch, encuentra un espacio de sintonía con el presidente Zelaya”.

    Ya para entonces, sigue Meza, Zelaya es un convencido de que si quiere que su propia ruta prospere, necesita romper, abrir el sistema.

    Zelaya comienza entonces a darle a su gobierno, para decirlo esquemáticamente, un giro populista, de más contacto con la gente al margen de su militancia política, de si son liberales o nacionalistas. Y descubre que tiene una conexión natural.

    Ese giro de Zelaya es anterior a su relación con Hugo Chávez, y coincide con el agravamiento de la oposición de los medios de comunicación, que se tornan cada día más hostiles.

    Así que es falso, como dice el régimen de facto, que todo obedece a la influencia de Chávez, porque el conflicto había comenzado antes de la aparición del venezolano en el escenario.

    En el primer año del gobierno de Zelaya, Meza coordina, todavía desde la academia, el libro Honduras, poderes fácticos y sistema político, una sugerente radiografía de las relaciones entre los grupos económicos y los políticos tradicionales hondureños, que no pocas veces son los mismos.

    Para ilustrar la guerra de las diez familias dueñas de Honduras, Meza relata las penurias económicas del gobierno de Zelaya y cuenta que a mitad del mandato su ministra de Finanzas, Rebeca Santos, acude a Washington a negociar posibles ayudas. Una de las opciones que baraja es la emisión de bonos gubernamentales por unos 50 millones de dólares para sortear las urgencias del gobierno.

    “En el avión de Miami a Tegucigalpa se encuentra a un banquero poderoso que le suelta: ‘Decíle a tu jefe que no le vamos a comprar ni un bono’”.

    Entonces Zelaya acude a Chávez y Chávez le pone 100 millones de dólares.

    En ese escenario, sigue Meza, el ingreso de Honduras a la Alternativa Bolivariana de las Américas fue casi natural.

    Antes, el Congreso Nacional le había puesto un candado legal a Zelaya, obligándolo a crear fideicomisos para hacer transparente el manejo de los recursos de Petrocaribe.

    Al momento del golpe de Estado, dice Meza, había en el Banco Central137 millones de dólares ahorrados y esta semana sacaron 44 millones para el Congreso Nacional, lo que debe tener doblemente arrecho (enojado) a Chávez.

    Tras la firma de la Alba, el gobierno hondureño recibió 50 millones de dólares más para el financiamiento de diversos proyectos; 30 millones para relanzar un programa de producción agropecuaria; 10 millones para un programa dirigido a pequeñas empresas y dos millones para atender la emergencia de un huracán. En suma, 292 millones de dólares que están en las arcas del Banco Central, porque la misma burocracia había frenado la transferencia.

    A partir de la firma de Petrocaribe Zelaya se va radicalizando, y endurece su lenguaje de condena contra los grupos económicos a los que acusa de egoístas. Es un lenguaje donde mezcla ese discurso con una visión clerical.

    –Como Chávez.

    –Pero más auténtico, porque Zelaya ha sido discípulo de los salesianos. El caso es que sus referencias a la solidaridad de Chávez son cada vez mayores, por lo que ahora se magnifica esa supuesta resistencia de los grupos económicos a la intervención del venezolano en Honduras.

    No quería continuar, sino volver

    –¿Zelaya quería seguir en el poder, para eso era la cuarta urna?

    –No, Zelaya quería volver. (Los golpistas) hablan de un supuesto decreto de disolución de los poderes y convocatoria de la Constituyente que estaba listo, pero yo dirigía la gaceta oficial, donde debería haberse publicado, y puedo decir que nunca existió.

    Con la encuesta, que en realidad era una consulta popular, Zelaya pretendía decir a los partidos tradicionales aquí está un millón de votos, aquí está el tercer partido, no pueden hacer caso omiso de esto y tienen que aprobar la cuarta urna.

    Es decir, Zelaya pretendía que el gobierno que resultara electo el próximo 29 de noviembre estuviera obligado a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Constitución y abrir el paso a la reelección cuatro años después. Ese era el plan, aunque quién sabe si en la Constituyente hubiéramos tenido mayoría.

    No es la primera vez que los políticos hondureños que ahora se desgarran las vestiduras en defensa de los intocables artículos pétreos de la Constitución, han soñado con reformarla para permitir la reelección. En 1985, Roberto Micheletti, ahora presidente de facto, y otros diputados, intentaron presentar una iniciativa para abrirle paso a un nuevo mandato de Roberto Suazo Córdova. Las pistolas que sacaron otros legisladores en la sesión del Congreso los pararon en seco.

    El ex presidente Carlos Flores Facussé, también cabeza de un fuerte grupo económico, ha soñado con reelegirse. El problema es que se le atravesó Zelaya, con mucha más popularidad, así que Flores dijo: si no soy yo, no es nadie, dice Meza. Esa postura de Flores acelera el golpe. La otra es el orgullo herido de los militares, y no por las ofensas de Hugo Chávez, sino porque acompañado de algunos seguidores, Zelaya irrumpe en la sede de la Fuerza Aérea para sacar el material destinado a la consulta de la cuarta urna.

    Luego, anuncia la destitución del general Romeo Vásquez en un acto público, con sus huestes más radicales que corean su alegría.

    El golpe de los empresarios

    –¿Quién decide dar el golpe de Estado?

    El plan del golpe lo arrancan los empresarios, los financieros y los mediáticos, suman a los políticos a medio camino y al último a los militares.

    Primero, el golpe iba a ser parlamentario, es decir, el Congreso iba a destituir al presidente, aunque no tenga facultades para ello.

    Pero ese plan se cae por una disputa intrapartidista ramplona. Roberto Micheletti quiere que su sucesor al frente del Legislativo sea José Saavedra, mientras el ex presidente Carlos Flores Facussé promueve a su hija. Flores se lleva a sus 20 diputados y acaba con el quórum.

    El viernes 26 de junio los militares se incorporan a una acción ya planificada, aunque ninguno de los autores había calculado el aislamiento internacional.

    Dos días antes, por la noche, Víctor Meza había sacado sus papeles de su oficina de ministro.

    Written by Eduardo Aquevedo

    8 agosto, 2009 at 2:55

    Hondura: ¿podrá consolidarse dictadura posbananera con apoyo solapado de EE.UU?

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    Ver más abajo: “Zelaya ayudó a la polarización”,

    CARTA AMBIGUA DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO SOBRE HONDURAS

    Por Santiago O’Donnell

    honduras0099 Malas noticias. En Washington, la sensación es que el tema Honduras ya fue. Se cayó de los diarios, salió del Capitolio, ni siquiera es prioritario en Foggy Bottom, sede del Departamento de Estado, donde la nueva alianza estratégica con China ocupa la atención de sus principales figuras. Los mismos diplomáticos latinoamericanos que ayer hacían campaña en favor del presidente depuesto, Mel Zelaya, hoy están ocupados con reuniones multilaterales por la crisis financiera mundial.

    En la OEA se discute la formación de una eventual comisión verificadora para viajar a Honduras, pero nadie hace mucho para forzar el acuerdo por verificar. El viernes se suspendió una reunión para tratar el tema sin la presencia de ningún presidente, ningún canciller, salvo la de Honduras, Patricia Roda.

    En la reunión, la canciller de Zelaya iba a pedir que se apliquen sanciones comerciales contra el régimen golpista, pero las cámaras empresariales de los países centroamericanos han hecho saber que la interrupción del comercio entre Estados Unidos y Honduras desestabilizaría a toda la región. Con eso alcanzó para frenar cualquier movida en ese sentido.

    Pasó la tormenta y la dictadura hondureña se mantiene en pie. Estados Unidos ya jugó sus fichas. El martes suspendió las visas diplomáticas, esto es la inmunidad diplomática en Estados Unidos, a cuatro de los líderes del golpe. Antes había logrado quebrar la cadena de mando en las fuerzas armadas hondureñas al hacer firmar a un grupo de coroneles una carta de adhesión a la salida negociada que propicia Washington, el llamado plan Arias.

    No fue suficiente para voltear a la dictadura hondureña, pero Washington tampoco hará mucho más. El Departamento de Estado no quiere que siga el gobierno de facto que encabeza Roberto Micheletti pero tampoco quiere que vuelva con plenos poderes Zelaya, el presidente derrocado el 28 de junio por un golpe cívico-militar.

    Zelaya se quedó en la frontera, jugando el rol de héroe en el exilio, sin generar ni por asomo la capacidad de movilización suficiente como para emprender una vuelta triunfal. Con un millón, medio millón, cien mil fieles, otra sería la historia. Pero en su campamento no pudo juntar más de mil quinientos.

    Si vuelve sin el poder de las masas y sin acuerdo, Zelaya sabe que lo meten preso y se hacen un gran espectáculo con su juicio político. Si vuelve sin masas pero con acuerdo político, Zelaya sabe que los “verificadores” del acuerdo puestos por Washington le estarán encima para que renuncie y/o llame a elecciones no bien pise el palacio presidencial. Como no le interesa convertirse en un mártir ni tampoco en una marioneta, se queda en la frontera.

    Si no consigue volver por las suyas, el futuro político de Zelaya se hace cuesta arriba. Las candidaturas para las elecciones presidenciales del próximo diciembre ya están cerradas y ningún postulante lo representa. Las siguientes elecciones nacionales son dentro de cuatro años porque la constitución hondureña no contempla comicios de mitad de término. Estas limitaciones legales dificultan la gestación y supervivencia de una fuerza de centroizquierda que le permita a Zelaya mantener su presencia en la arena política.

    En todo caso, Estados Unidos no quiere correr riesgos. Según contó una fuente con acceso permanente a los negociadores de ese país, ellos están convencidos de que si vuelve Zelaya al poder no vuelve sólo para quedarse cuatro meses. Dicen que si vuelve intentará cualquier trampa para estirar su mandato. Así se refieren a la “encuesta” que había hecho Zelaya para cambiar la Constitución. Como los plebiscitos sobre el tema estaban prohibidísimos, llamó a una “encuesta”, que en este caso es lo mismo que un “plebiscito”, pero con distinto nombre. Esa “encuesta” fue el argumento que dieron los golpistas para dar el golpe.

    Por eso el Departamento de Estado quiere sacarse de encima el papelón que les representa la dictadura posbananera de Micheletti, pero no para entregarle el mando a Zelaya, sino para imponer un gobierno de transición que llame a elecciones lo antes posible.

    Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela pasan por un buen momento. Así lo reflejan las declaraciones del canciller venezolano Nicolás Maduro de esta semana valorando la decisión de la cancillería estadounidense de cancelar las visas de los golpistas hondureños. Pero, aunque la crisis hondureña generó espacios de consenso que derivaron en un acercamiento, las diferencias ideológicas persisten y la rivalidad se mantiene en pie.

    Quedó claro esta semana que la administración Obama quiere dos cosas. Por un lado, preservar el orden constitucional en los países de la región. Por el otro, frenar la expansión del chavismo. Pero también quedó claro que, a la hora de elegir, lo segundo resultó más prioritario que lo primero. “El objetivo estratégico básico de Estados Unidos en América latina es evitar la ampliación de la zona de influencia chavista”, precisa la fuente.

    Micheletti resiste pero a costa de un nivel de represión, digamos llamativo, coartando la libertad de expresión, reunión y libre circulación de millones de hondureños. Tal como vienen registrando las distintas misiones de organismos de derechos humanos que han visitado el país después del golpe, lo hace a través de acciones de brutalidad policial en las calles y con clausuras y detenciones arbitrarias, llegando al extremo de asesinar manifestantes para apagar focos de protesta.

    Se trata de un cuadro insostenible en el tiempo. Más tarde que temprano el régimen tendrá que abrirse a una “democratización” y la figuras más identificadas con el golpe tendrán que dar un heroico paso al costado, allanando el camino para el famoso “gobierno de unidad nacional”.

    Sin embargo, hasta ahora la dictadura ha sido incapaz de siquiera intentar algo semejante. Micheletti sigue teniendo las horas contadas, pero los golpistas han demostrado que no van a entregar la cabeza de su líder a cambio de nada, sólo para atender exigencias de la comunidad internacional.

    Por eso juegan a estirar los tiempos, paseando la propuesta de Arias por distintas comisiones del Congreso, simulando una prolijidad institucional que brilló por su ausencia en la burda maniobra militar que terminó con el destierro forzado del presidente.

    Los golpistas ya no les responden a sus patrones. Treinta años de lecciones de Washington sobre cómo combatir la amenaza comunista pudieron más que las tibias reprimendas de Hillary Clinton, llamando a “todas las partes” a respetar los mecanismos de la Carta Magna hondureña.

    A esta altura de los acontecimientos, hay que decirlo, hay que gritarlo, al presidente de Honduras lo sacaron de su casa en pijamas y a punta de pistola. Se lo llevaron sin una orden de detención firmada por un juez, o sea lo secuestraron. Lo subieron a un avión y lo mandaron a Costa Rica. Lo echaron como a un perro. Al día siguiente le mintieron a todo el pueblo hondureño al presentar una carta de renuncia trucha, con firma falsificada, que ni siquiera estaba fechada en el día correcto. Tres días más tarde lo acusaron de crímenes con penas de hasta veinte años de cárcel. Después lo amenazaron con un “baño de sangre” si volvía para defenderse de las acusaciones. En secuencia cronológica secuestraron, echaron, renunciaron, acusaron y amenazaron al presidente de Honduras.

    Lo que pasó no es anecdótico. No se arregla comprando constitucionalistas para que digan que no hubo golpe porque salvo el Ejecutivo, se mantienen intactos los demás poderes del estado. Acá no es cuestión de Zelaya sí, Zelaya no, Chávez sí, Chávez no. Sacaron a su presidente en pijamas. Hasta un asesino serial y violador de niños, cuando lo vienen a buscar, tiene derecho a llamar a su abogado. Y la pena de destierro se abolió en el medioevo.

    El desenlace que se perfila, en cualquiera de sus variantes, representa un fuerte retroceso para las democracias en la región y una seria amenaza para la estabilidad de sus sistemas políticos. Hace dos años ni el más afiebrado conspirador imaginaba un golpe militar en América latina.

    Hoy, bajo determinadas circunstancias, tomando las precauciones del caso, todas las opciones vuelven a estar sobre la mesa. Ya lo saben los autonomistas bolivianos, los magnates bananeros de Guatemala y Ecuador, los oviedistas paraguayos, los discípulos de D’Aubisson en El Salvador, los ex contras nicaragüenses, los fedecamaristas venezolanos y los hacendados piqueteros de Argentina.

    Obama y Hillary parecen subestimar el peligro que estas fuerzas representan. Sería un error de cálculo demasiado costoso.

    sodonnell@pagina12.com.ar

    CARTA AMBIGUA DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO SOBRE HONDURAS

    “Zelaya ayudó a la polarización”

    Las medias respuestas del gobierno de EE.UU. y los cotidianos anuncios de la OEA de una misión que nunca termina de formarse frustraron las ilusiones de los zelayistas, que creían que ya era tiempo para una condena contundente de la Casa Blanca.

    La misma semana que el presidente hondureño Manuel Zelaya le pidió más contundencia a la Casa Blanca contra los golpistas, el Departamento de Estado dio una nueva señal de ambigüedad. Ayer, el vocero de la cartera, Robert Wood, se exasperó en una conferencia de prensa, intentando explicar la carta de un funcionario que se filtró a la prensa anteanoche y que aclaraba que Washington apoyaba a la democracia hondureña, no a Zelaya.

    La carta, que los medios hondureños adeptos al golpe reivindicaron como el “giro” de Barack Obama contra Zelaya, había sido escrita por un funcionario de menor nivel, el secretario adjunto para asuntos legales Rochard Verma, como respuesta a un pedido del senador republicano Richard Lugar. El legislador de Indiana, especialista en temas militares, le había reclamado a la cartera de Hillary Clinton que explicara su posición concreta frente a la situación hondureña. La respuesta fue una de las declaraciones más débiles de Wa-shington desde que condenó el derrocamiento de Zelaya.

    “Nuestra política y estrategia de compromiso no está basada en el apoyo a algún político o individuo en particular. Más que eso está basada en la búsqueda de una solución que sirva de la mejor manera al pueblo de Honduras y a sus aspiraciones democráticas”, explicaba la carta, fechada el martes pasado. “También reconocemos –continuó– que la insistencia del presidente Zelaya en tomar acciones provocadoras contribuyó a la polarización de la sociedad hondureña y condujo a una confrontación que desató los eventos que llevaron a su destitución.”

    Ayer, Wood intentó explicar que Estados Unidos no había cambiado de postura con respecto al golpe. “No estamos ablandando nuestra posición con respecto a Zelaya (…) Nosotros hablamos de un golpe, pero explicamos que legalmente no podemos decir que fue un golpe militar. Eso sigue bajo revisión”, aseguró.

    Las medias respuestas del gobierno norteamericano y los cotidianos anuncios de la OEA de una misión de negociación que nunca termina de formarse frustraron las ilusiones de los zelayistas, que creían que ya era tiempo para una condena clara y contundente de la Casa Blanca.

    Sin embargo, la resistencia continúa pese a la dosis diaria de bastones, bombas lacrimógenas y las balas del régimen de facto, que ya dejaron ocho muertos, más de un centenar de heridos y miles de detenidos. “Obama, Obama, el pueblo de Honduras te reclama. No queremos paja”, gritaron más de dos mil personas ayer frente a la embajada norteamericana en Tegucigalpa.

    Esta semana, Zelaya había conseguido el apoyo de México para aumentar la presión contra los militares hondureños y el gobierno de facto y, todo indica, se llevará una promesa similar de Luiz Iná-cio Lula da Silva la semana próxima cuando visite Brasil. El miércoles, el canciller de Lula, Celso Amorim, se reunió con el asesor de seguridad de Obama, el general Jim Jones y, según el diario Folha de S. Paulo, le habría propuesto congelar las cuentas bancarias del presidente de facto hondureño, Roberto Micheletti.

    La mayoría de los países latinoamericanos se han pronunciado a favor de apretar un poco más las tuercas contra los golpistas. Lo hizo el Mercosur, lo hicieron Bolivia, Ecuador, Chile, México, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Pero Estados Unidos lo sigue analizando, según dejó bien claro ayer el vocero del Departamento de Estado.

    Washington suspendió 16,5 millones de dólares en concepto de cooperación militar y canceló cuatro visas diplomáticas a funcionarios del gobierno de facto, entre ellos el juez que ordenó la detención de Zelaya si vuelve al país y el presidente del Congreso hondureño, que reemplazó a Micheletti cuando éste fue nombrado presidente de facto. Esta semana, los medios del país centroamericano empezaron a correr el rumor de que otros ocho funcionarios habrían perdido el privilegio de viajar a Estados Unidos. Ni el gobierno de facto ni el Departamento de Estado confirmaron la versión.

    Por estos días, en Washington, todo lo vinculado con Honduras está cruzado por rumores, versiones, desmentidas y aclaraciones. Una fuente de la embajada hondureña que participa de las negociaciones en la capital norteamericana le dijo a este diario que la carta al senador republicano respondía más a una lucha interna que a la puja con los golpistas. “El gobierno de Obama está intentando conseguir el apoyo de los republicanos para confirmar la designación de Arturo Valenzuela como subsecretario para América latina y permitir que (Tom) Shannon parta a Brasil como embajador”, explicó la fuente. Hoy será la última sesión del Senado antes de entrar en el receso de verano y la última posibilidad de Obama de conseguir la aprobación de su hombre para Latinoamérica antes del próximo año legislativo, en septiembre.

    PAGINA/12

    Cual es la causa del golpe hondureño

    Vicenç Navarro

    El Plural

    Varios medios de información en España han reproducido los argumentos dados por los propios golpistas hondureños para explicar el golpe de estado en aquel país. Tales medios han señalado que el Presidente Zelaya había violado la Constitución, convocando ilegalmente un referéndum para “perpetuarse” en el poder. Se acepta así, la explicación dada por los golpistas, que señalan que la expulsión del Presidente Zelaya ocurrió para impedir que éste convocara un referéndum a fin de alargar su mandato. Un ejemplo de ello es el reportaje del corresponsal de El País en Tegucigalpa, que indicaba que “Zelaya fue derrotado y expulsado el 28 se junio pasado, después de intentar organizar un referéndum para abrir la vía a la reelección, que había sido declarada ilegal por las instancias judiciales” (04.08.09). Según tal reportaje, el golpe tenía por objetivo, pues, evitar que Zelaya se perpetuara en el poder.

    Esta explicación ha aparecido en los cinco diarios de mayor tiraje del país. De todos ellos, La Vanguardia ha sido el periódico que ha promovido con más intensidad esta explicación. Su corresponsal en América Latina ha entrevistado nada menos que a Romeo Vásquez, General que realizó el golpe militar, el cual niega en la entrevista que lo que ocurrió en Honduras hubiera sido un golpe militar pues la detención y expulsión del Presidente respondía a principios constitucionales. El entrevistador, el Sr. Ibarz, de cuyos reportajes hablé ya en otro artículo (“Las falsedades sobre Honduras”, Público, 23.07.09) también entrevistó al Cardenal de Honduras, el Sr. Rodríguez Maradiaga, que alegó los mismos argumentos. Por cierto, ninguno de los dirigentes del movimiento en defensa del Presidente Zelaya ha sido entrevistado por La Vanguardia.

    La causa principal del golpe, sin embargo, no fue impedir que Zelaya se perpetuara en el poder. El mal llamado referéndum (en realidad fue una encuesta popular gestionada por el Instituto Nacional de Estadística) no hablaba de la reelección del Presidente. En tal encuesta se consultaba a la población si ésta creía aconsejable que se eligiera a una Asamblea Constituyente que permitiera cambiar la Constitución. Y ahí está el meollo de la cuestión. Lo que motivo el golpe fue el deseo de la oligarquía hondureña de mantener intacta la Constitución instaurada por la última dictadura militar. Tal Constitución otorga gran número de privilegios a la oligarquía del país, incluyendo a las fuerzas armadas y a sus aliados en EE.UU. Eran estos privilegios los que la oligarquía y sus fuerzas armadas querían mantener a toda costa. Existía el temor, entre la oligarquía, de que una nueva Constitución pudiese, por ejemplo, pedir la eliminación de bases militares extranjeras en territorio hondureño. Hoy, el Pentágono de EE.UU. tiene una base militar en Honduras, la única existente en Centroamérica, una región de gran importancia estratégica para las fuerzas armadas de EE.UU. Éstas y las fuerzas armadas hondureñas eran conscientes del intento de los progresistas hondureños de cerrar la base, una base que ha sido el centro de actividades militares y represivas llevadas a cabo por las fuerzas militares estadounidenses en toda la región. Las fuerzas armadas hondureñas y sus aliados estadounidenses no desean cambios en la situación actual. De ahí que una de las primeras condiciones que puso el nuevo gobierno golpista al Presidente de Costa Rica (Sr. Óscar Arias) en su mediación fue precisamente que no se cambiara la Constitución.

    Las fuerzas progresistas hondureñas querían, también, el enjuiciamiento de los militares que aterrorizaron a la población durante la horrible dictadura que se estableció con el apoyo del Gobierno Federal de EE.UU. También pedían que (como en España) se encontraran a los desaparecidos durante la dictadura y periodos posteriores, en actos de represión política, cuando miles de hondureños y ciudadanos de otros países de Centroamérica fueron asesinados debido a su defensa de la libertad y de los derechos civiles y sindicales de las clases populares. El Presidente Zelaya había aprobado el inicio de tal investigación.

    La respuesta de EE.UU.

    En EE.UU. la administración Obama está dividida sobre como responder a esta situación. El Partido Republicano apoya a los golpistas y sus argumentos son semejantes a los propuestos por el corresponsal de La Vanguardia, el Sr. Ibarz. El Sr. Zelaya –según ellos- no es ya el Presidente de Honduras, pues, ha sido sustituido por un nuevo gobierno que es el legal. Es interesante señalar que hace setenta años, La Vanguardia (llamada entonces La Vanguardia Española), propiedad de la familia Godó (que apoyó el golpe militar del General Franco en 1936 y la enormemente represiva dictadura que estableció), promovió argumentos legitimadores del golpe militar español, utilizando argumentos casi idénticos a los que su corresponsal utiliza ahora para apoyar a los golpistas hondureños. En España, el gobierno del Frente Popular, en 1936, había violado -según los golpistas- la Constitución española. Se sublevaban –según ellos- para defender la legalidad.

    Este apoyo al nuevo gobierno golpista hondureño aparece también entre sectores conservadores del Partido Demócrata. La Administración Obama, sin embargo, considera al Presidente Zelaya como el Presidente legal de Honduras. Este reconocimiento es un paso positivo y marca una distancia con administraciones anteriores. Ni que decir tiene que adoptar una postura distinta habría significado enfrentarse a la gran mayoría de gobiernos de América Latina, así como a la opinión mundial. Ahora bien, la vía de la mediación, propuesta por la Administración Obama y por la OEA, y dirigida por el Presidente de Costa Rica, Óscar Arias, ha abierto la posibilidad de que el Presidente Zelaya vuelva a Honduras como Presidente y a la vez se cancele el intento de cambio de la Constitución. El proceso de mediación, al reconocer a los golpistas, sentándolos en la mesa de mediación al mismo nivel que al gobierno legítimo de Honduras, dio gran poder de veto a los golpistas con lo cual, si se elimina cualquier intento de cambio de la Constitución, se habrá conseguido lo que los golpistas deseaban, es decir que no se cambie la Constitución. De ahí el gran riesgo que supone el proceso de mediación, promovido por la Administración Obama, y liderado por el Presidente de Costa Rica. Tal proceso puede conseguir lo que los golpistas deseaban. De ser así, el proceso habrá alentado a que se produzcan otros golpes de estado en América Latina, pues mostrará que dar golpes de estado es rentable, al conseguirse a través del golpe lo que no se puede obtener a través de las urnas.

    Una última observación. El argumento de evitar que dirigentes políticos de América Latina “se perpetúen en el poder” se utiliza constantemente para intentar parar los intentos de aquellos presidentes latinoamericanos, democráticamente elegidos, de cambiar el sistema electoral permitiéndoles presentarse de nuevo, convirtiendo sus sistemas electorales en sistemas semejantes a los sistemas europeos. En la mayoría de países europeos no existen límites en el mandato del Presidente. En Cataluña, el Presidente Pujol gobernó durante 23 años y el Presidente Erlander en Suecia, también, 23 años, sin que los sistemas electorales catalán o sueco pudieran considerarse dictatoriales, pues siguieron las reglas del proceso democrático. El hecho de que los candidatos puedan ser elegidos tantas veces como el electorado desee, no convierte el proceso en dictatorial.

    Que un proceso sea democrático o no depende del proceso electoral en si y sobre todo de la pluralidad de partidos y opiniones existentes en el proceso electoral sin limitaciones en la presentación de alternativas. Y es ahí donde el centro del análisis debiera fijarse y no en que sea o no el mismo candidato el que se presente. El sistema electoral bipartidista, no proporcional, que existe en muchos países de América Latina, limita enormemente las posibilidades democráticas de aquellos países, lo cual se debe, no al número de veces que los Presidentes pueden presentarse de nuevo a las elecciones, sino a la escasa representatividad proporcional de sus sistemas electorales y limitada posibilidad de participación popular en sus sistema político. Fijarse en lo primero (la posibilidad de repetir mandato), ignorando lo segundo (la escasa diversidad de sensibilidades políticas y limitada participación ciudadana), es el punto flaco de la mayoría de críticas a la mal llamada “perpetuación en el poder”, argumentación que se hace en nombre de la defensa del sistema democrático.

    Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Policy Studies and Public Policy. The Johns Hopkins University

    Honduras: razones del golpe…

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    Ignacio Ramonet, Le Monde Diplomatique

    HONDURAS-GOLPEEE1 Con inmenso gozo (1) recibieron la noticia del golpe de Estado en Honduras, los grupos conservadores del mundo y sus propagandistas habituales (2). Aunque éstos criticaron retóricamente el golpe, avalaron y justificaron los argumentos de los golpistas, repitiendo que "el Presidente Manuel Zelaya había incurrido en múltiples violaciones de la Constitución al querer organizar un referéndum para mantenerse en el poder" (3).

    Tales afirmaciones son falsas. El Presidente Zelaya no vulneró un sólo artículo de la Constitución (4). Ni organizó ningún referéndum. Ni deseaba prolongar su mandato que termina el 27 de enero de 2010. Su intención era organizar una consulta, no vinculante (es decir un simple sondeo o una encuesta de opinión), preguntándoles a los ciudadanos: "¿Está usted de acuerdo que, en las elecciones generales de noviembre de 2009, se instale una cuarta urna (5) para decidir sobre la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que emita una nueva Constitución de la República?". O sea, se trataba de una pregunta sobre la eventualidad de hacer otra pregunta. Ningún artículo de la Constitución de Honduras le prohíbe al Presidente la posibilidad de consultar al pueblo soberano.

    Es más, suponiendo que una mayoría de hondureños hubiese contestado positivamente a esa demanda, la "cuarta urna" sólo se hubiese instalado el 29 de noviembre de 2009, día de la elección presidencial, a la cual -en virtud de la Constitución vigente- Manuel Zelaya no puede de ningún modo presentarse.

    Entonces, ¿por qué se dio el golpe? Porque Honduras sigue siendo la "propiedad" de una quincena de familias acaudaladas que lo controlan todo: poderes ejecutivo, legislativo y judicial, principales recursos económicos, jerarquía de la Iglesia católica, medios de comunicación de masas y fuerzas armadas. La mayoría de sus gobiernos han sido tan corruptos y tan sumisos a los intereses de las empresas extranjeras que, para designar a Honduras, el humorista estadounidense O. Henry acuñó el término "República bananera" (6). En 1929, queriendo explicar lo fácil que era comprar a un congresista, Samuel Zamurray, alias "Banana Sam", presidente de la Cuyamel Fruit, empresa rival de la United Fruit, afirmó: "Un diputado en Honduras cuesta menos que una mula". Al final de los años 1980, el Presidente José Azcona del Hoyo admitió el sometimiento de Honduras a la estrategia de Estados Unidos confesando: "Un país tan pequeño como Honduras no puede permitirse el lujo de tener dignidad". Y un grupo de empresarios llegó a proponer que pasara a convertirse en un Estado Libre Asociado de Estados Unidos, como Puerto Rico…

    La relación económica con la gran potencia norteamericana es de dependencia casi absoluta; hacia allí va el 70% de sus exportaciones (plátanos, café y azúcar); y de allí llegan unos 3.000 millones de dólares que envían a sus familias 800.000 hondureños emigrados. Y el capital principal (40%) de las fábricas maquiladoras (de mano de obra barata) en zonas francas es estadounidense.

    Hace 30 años, al vencer la revolución sandinista en Nicaragua, Washington decidió convertir Honduras en una suerte de portaaviones para combatir militarmente a las guerrillas revolucionarias en Guatemala y El Salvador, y apoyar a la "Contra" antisandinista. Una de las primeras medidas consistió en implantar una "democracia controlada" en Tegucigalpa. En 1980, hubo por primera vez "elecciones libres"; un año después fue elegido Roberto Suazo Córdova quien dio paso a una era siniestra de terror, "escuadrones de la muerte", "desapariciones" y eliminación de activistas de izquierdas. En tales circunstancias se promulgó la Constitución de 1982, actualmente vigente.

    Una Constitución redactada por los principales grupos económicos que desean mantener para siempre a su favor uno de los repartos de riqueza más inequitativos del mundo, con el 60% de los habitantes por debajo de la línea de pobreza y más de un tercio por debajo de la línea de pobreza extrema. Un país empobrecido, en el que la tasa de desempleo se sitúa en torno al 30%.

    Eso es lo que ha querido transformar el Presidente Manuel Zelaya. Perteneciente a una de las grandes familias latifundistas de Honduras y miembro del Partido Liberal, el mandatario trató de reducir las desigualdades. Aumentó el salario mínimo un 50%; detuvo la privatización de empresas públicas (energía eléctrica, puertos, sistema de salud) y se pronunció a favor de una mayor participación ciudadana en las políticas públicas. Y esto, aun antes de acudir a Petrocaribe en 2007 y de integrar el ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) en 2008.

    La poderosa oligarquía se escandalizó y trató a Zelaya de "traidor a su clase". Aunque él afirma: "Yo pensé hacer los cambios desde dentro del esquema neoliberal. Pero los ricos no ceden un penique. (…) Todo lo quieren para ellos. Entonces, lógicamente, para hacer cambios hay que incorporar al pueblo" (7).

    El itinerario intelectual de Manuel Zelaya y su "conversión" a una concepción progresista de la sociedad son ejemplares. En el ejercicio del poder, constata que "el Estado burgués lo componen las elites económicas. Están en las cúpulas de los ejércitos, de los partidos, de los jueces; y ese Estado burgués se siente vulnerado cuando yo empiezo a proponer que el pueblo tenga voz y voto" (8). Y viene a descubrir esta idea revolucionaria: "La pobreza no se acabará hasta que las leyes no las hagan los pobres" (9).

    Es mucho más de lo que pueden soportar los "dueños" de Honduras. Con el apoyo de viejos "halcones" estadounidenses -John Negroponte, Otto Reich- traman entonces el golpe del 28 de junio que ejecutan las Fuerzas Armadas. Todas las cancillerías del mundo lo han condenado. Porque la época de los "gorilas" ya ha acabado. Y ha llegado la hora de los pueblos.

    Notas:
    (1) "Con inmenso gozo" se titulaba el mensaje de Pío XII, el 16 de abril de 1939, en el que se congratulaba por la victoria de Franco en la Guerra Civil.
    (2) Mario Vargas Llosa, "El golpe de las burlas", El País , 12 de julio de 2009; y Álvaro Vargas Llosa, "Zelaya, el gran responsable del golpe", CNN en español , 1 de julio de 2009.
    (3) El País , 1 y 5 de julio de 2009.
    (4) Francisco Palacios Romeo, "Argumentos de derecho constitucional primario para una oligarquía golpista primaria", Rebelión , 3 de julio de 2009.
    (5) En las elecciones generales se colocan tres urnas: la primera para designar al Presidente, la segunda a los diputados y la tercera a los alcaldes.
    (6) En su novela Cabbages and Kings , 1904.
    (7) El País , 28 de junio de 2009.
    (8) Ibídem .
    (9) Ibídem .

    Cual es la causa del golpe hondureño

    Vicenç Navarro

    El Plural

    Varios medios de información en España han reproducido los argumentos dados por los propios golpistas hondureños para explicar el golpe de estado en aquel país. Tales medios han señalado que el Presidente Zelaya había violado la Constitución, convocando ilegalmente un referéndum para “perpetuarse” en el poder. Se acepta así, la explicación dada por los golpistas, que señalan que la expulsión del Presidente Zelaya ocurrió para impedir que éste convocara un referéndum a fin de alargar su mandato. Un ejemplo de ello es el reportaje del corresponsal de El País en Tegucigalpa, que indicaba que “Zelaya fue derrotado y expulsado el 28 se junio pasado, después de intentar organizar un referéndum para abrir la vía a la reelección, que había sido declarada ilegal por las instancias judiciales” (04.08.09). Según tal reportaje, el golpe tenía por objetivo, pues, evitar que Zelaya se perpetuara en el poder.

    Esta explicación ha aparecido en los cinco diarios de mayor tiraje del país. De todos ellos, La Vanguardia ha sido el periódico que ha promovido con más intensidad esta explicación. Su corresponsal en América Latina ha entrevistado nada menos que a Romeo Vásquez, General que realizó el golpe militar, el cual niega en la entrevista que lo que ocurrió en Honduras hubiera sido un golpe militar pues la detención y expulsión del Presidente respondía a principios constitucionales. El entrevistador, el Sr. Ibarz, de cuyos reportajes hablé ya en otro artículo (“Las falsedades sobre Honduras”, Público, 23.07.09) también entrevistó al Cardenal de Honduras, el Sr. Rodríguez Maradiaga, que alegó los mismos argumentos. Por cierto, ninguno de los dirigentes del movimiento en defensa del Presidente Zelaya ha sido entrevistado por La Vanguardia.

    La causa principal del golpe, sin embargo, no fue impedir que Zelaya se perpetuara en el poder. El mal llamado referéndum (en realidad fue una encuesta popular gestionada por el Instituto Nacional de Estadística) no hablaba de la reelección del Presidente. En tal encuesta se consultaba a la población si ésta creía aconsejable que se eligiera a una Asamblea Constituyente que permitiera cambiar la Constitución. Y ahí está el meollo de la cuestión. Lo que motivo el golpe fue el deseo de la oligarquía hondureña de mantener intacta la Constitución instaurada por la última dictadura militar. Tal Constitución otorga gran número de privilegios a la oligarquía del país, incluyendo a las fuerzas armadas y a sus aliados en EE.UU. Eran estos privilegios los que la oligarquía y sus fuerzas armadas querían mantener a toda costa. Existía el temor, entre la oligarquía, de que una nueva Constitución pudiese, por ejemplo, pedir la eliminación de bases militares extranjeras en territorio hondureño. Hoy, el Pentágono de EE.UU. tiene una base militar en Honduras, la única existente en Centroamérica, una región de gran importancia estratégica para las fuerzas armadas de EE.UU. Éstas y las fuerzas armadas hondureñas eran conscientes del intento de los progresistas hondureños de cerrar la base, una base que ha sido el centro de actividades militares y represivas llevadas a cabo por las fuerzas militares estadounidenses en toda la región. Las fuerzas armadas hondureñas y sus aliados estadounidenses no desean cambios en la situación actual. De ahí que una de las primeras condiciones que puso el nuevo gobierno golpista al Presidente de Costa Rica (Sr. Óscar Arias) en su mediación fue precisamente que no se cambiara la Constitución.

    Las fuerzas progresistas hondureñas querían, también, el enjuiciamiento de los militares que aterrorizaron a la población durante la horrible dictadura que se estableció con el apoyo del Gobierno Federal de EE.UU. También pedían que (como en España) se encontraran a los desaparecidos durante la dictadura y periodos posteriores, en actos de represión política, cuando miles de hondureños y ciudadanos de otros países de Centroamérica fueron asesinados debido a su defensa de la libertad y de los derechos civiles y sindicales de las clases populares. El Presidente Zelaya había aprobado el inicio de tal investigación.

    La respuesta de EE.UU.

    En EE.UU. la administración Obama está dividida sobre como responder a esta situación. El Partido Republicano apoya a los golpistas y sus argumentos son semejantes a los propuestos por el corresponsal de La Vanguardia, el Sr. Ibarz. El Sr. Zelaya –según ellos- no es ya el Presidente de Honduras, pues, ha sido sustituido por un nuevo gobierno que es el legal. Es interesante señalar que hace setenta años, La Vanguardia (llamada entonces La Vanguardia Española), propiedad de la familia Godó (que apoyó el golpe militar del General Franco en 1936 y la enormemente represiva dictadura que estableció), promovió argumentos legitimadores del golpe militar español, utilizando argumentos casi idénticos a los que su corresponsal utiliza ahora para apoyar a los golpistas hondureños. En España, el gobierno del Frente Popular, en 1936, había violado -según los golpistas- la Constitución española. Se sublevaban –según ellos- para defender la legalidad.

    Este apoyo al nuevo gobierno golpista hondureño aparece también entre sectores conservadores del Partido Demócrata. La Administración Obama, sin embargo, considera al Presidente Zelaya como el Presidente legal de Honduras. Este reconocimiento es un paso positivo y marca una distancia con administraciones anteriores. Ni que decir tiene que adoptar una postura distinta habría significado enfrentarse a la gran mayoría de gobiernos de América Latina, así como a la opinión mundial. Ahora bien, la vía de la mediación, propuesta por la Administración Obama y por la OEA, y dirigida por el Presidente de Costa Rica, Óscar Arias, ha abierto la posibilidad de que el Presidente Zelaya vuelva a Honduras como Presidente y a la vez se cancele el intento de cambio de la Constitución. El proceso de mediación, al reconocer a los golpistas, sentándolos en la mesa de mediación al mismo nivel que al gobierno legítimo de Honduras, dio gran poder de veto a los golpistas con lo cual, si se elimina cualquier intento de cambio de la Constitución, se habrá conseguido lo que los golpistas deseaban, es decir que no se cambie la Constitución. De ahí el gran riesgo que supone el proceso de mediación, promovido por la Administración Obama, y liderado por el Presidente de Costa Rica. Tal proceso puede conseguir lo que los golpistas deseaban. De ser así, el proceso habrá alentado a que se produzcan otros golpes de estado en América Latina, pues mostrará que dar golpes de estado es rentable, al conseguirse a través del golpe lo que no se puede obtener a través de las urnas.

    Una última observación. El argumento de evitar que dirigentes políticos de América Latina “se perpetúen en el poder” se utiliza constantemente para intentar parar los intentos de aquellos presidentes latinoamericanos, democráticamente elegidos, de cambiar el sistema electoral permitiéndoles presentarse de nuevo, convirtiendo sus sistemas electorales en sistemas semejantes a los sistemas europeos. En la mayoría de países europeos no existen límites en el mandato del Presidente. En Cataluña, el Presidente Pujol gobernó durante 23 años y el Presidente Erlander en Suecia, también, 23 años, sin que los sistemas electorales catalán o sueco pudieran considerarse dictatoriales, pues siguieron las reglas del proceso democrático. El hecho de que los candidatos puedan ser elegidos tantas veces como el electorado desee, no convierte el proceso en dictatorial.

    Que un proceso sea democrático o no depende del proceso electoral en si y sobre todo de la pluralidad de partidos y opiniones existentes en el proceso electoral sin limitaciones en la presentación de alternativas. Y es ahí donde el centro del análisis debiera fijarse y no en que sea o no el mismo candidato el que se presente. El sistema electoral bipartidista, no proporcional, que existe en muchos países de América Latina, limita enormemente las posibilidades democráticas de aquellos países, lo cual se debe, no al número de veces que los Presidentes pueden presentarse de nuevo a las elecciones, sino a la escasa representatividad proporcional de sus sistemas electorales y limitada posibilidad de participación popular en sus sistema político. Fijarse en lo primero (la posibilidad de repetir mandato), ignorando lo segundo (la escasa diversidad de sensibilidades políticas y limitada participación ciudadana), es el punto flaco de la mayoría de críticas a la mal llamada “perpetuación en el poder”, argumentación que se hace en nombre de la defensa del sistema democrático.

    Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Policy Studies and Public Policy. The Johns Hopkins University

    La crisis de Honduras: el doble juego de EE.UU. y Arias…

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    • La defección de Óscar Arias, La Jornada

    • EEUU aprieta a Gobierno de facto de Honduras un mes después del golpe (Reuter)

    honduras_militares226 Editorial de La Jornada

    A casi un mes del golpe de Estado perpetrado en Honduras, resulta clara la existencia de una fractura en el entorno democrático internacional: mientras que, por una parte, diversos gobiernos latinoamericanos han exigido el retorno al cargo del presidente constitucional de ese país centroamericano, Manuel Zelaya, la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, y el presidente costarricense, Óscar Arias, por la otra, han tenido diversas expresiones de complacencia hacia los golpistas y el régimen espurio que encabeza Roberto Micheletti.

    Son de sobra conocidas las contradicciones en materia de política exterior del nuevo gobierno estadunidense y las discordancias entre el presidente Barack Obama y diversos estamentos del poder, en particular las agencias de inteligencia, sectores del Departamento de Defensa y, por supuesto, la propia Clinton. Es sabido, también, que ésta mantiene añejos vínculos políticos con individuos afines al cuartelazo que hace un mes interrumpió el orden democrático hondureño e implantó una dictadura cada vez más desembozada y abiertamente represiva. Por ello, es claro –aunque resulte exasperante– que una de las pistas fundamentales por las que transcurre la crisis del país centroamericano se encuentra en Washington, y de lo que se negocie en las oficinas ejecutivas y legislativas estadunidenses dependerá, en buena medida, la posibilidad de restituir la institucionalidad y la legalidad quebrantadas en Honduras.

    A estas alturas se ha hecho evidente, también, el papel de Óscar Arias como parapeto diplomático del régimen de facto implantado en esa nación, ya que cuando las diplomacias latinoamericanas confiaron al mandatario costarricense una tarea de gestión para negociar los términos del retorno de Zelaya a la presidencia hondureña, éste fue mucho más allá de sus atribuciones y formuló un plan –al que denominó Declaración de San José– que otorgaba beneficios políticos injustificados e inmerecidos a quienes son, de acuerdo con el derecho internacional y el hondureño, delincuentes: su participación en un gobierno de unidad nacional y la suspensión definitiva de la consulta que el mandatario constitucional pretendía realizar en torno a la reelección, lo cual fue una bocanada de oxígeno al entonces cercado régimen espurio, cuyos cabecillas se envalentonaron y rechazaron la propuesta.

    Debe considerarse, a este respecto, que más allá de la inadmisible perpetuación del gobierno espurio hondureño, el que se otorgue cualquier clase de premio político e institucional a los golpistas sentaría un precedente nefasto para el futuro de las democracias en el hemisferio; es indispensable, por tanto, impedir que proliferen sectores políticos tentados a usar la fuerza militar institucional para la obtención de cuotas de poder.

    Ayer, Arias cometió el grave dislate de descalificar a Zelaya por su reciente –y breve– incursión en suelo hondureño y por su decisión de apostarse en un punto de la frontera entre Nicaragua y su país, medidas que, dijo, no ayudan a la reconciliación. Por añadidura, el político costarricense criticó a su homólogo depuesto por haber incorporado a Honduras a la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), decisión soberana sobre la que no le corresponde pronunciarse.

    En contraste con las inconsecuencias y extravíos de Arias, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, quien no se ha caracterizado en su gestión por posturas radicales, señaló que la determinación de Zelaya de retornar a Honduras es absolutamente legítima.

    Con estos hechos, sumados al rechazo de los golpistas a su propuesta, Arias ha dejado en claro que busca otorgar márgenes de acción a quienes quebrantaron el orden constitucional y la democracia en Honduras y que no es capaz de ostentar la necesaria imparcialidad para gestionar una solución a la crisis política de ese país. De esa forma ha reducido las posibilidades de la diplomacia latinoamericana para buscar una salida al conflicto y ha firmado su propia defección del bando democrático.

    En esa circunstancia, con una gestión internacional debilitada por la defección de Arias y por las soterradas disputas en la administración de Obama, cabe esperar que tenga éxito la lucha de los propios hondureños por restituir su sistema democrático y reponer en el cargo a su presidente constitucional.

    http://www.jornada.unam.mx/2009/07/27/index.php?section=edito

    EEUU aprieta a Gobierno facto Honduras un mes después del golpe

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    Por Sue Pleming y Marco Aquino

    WASHINGTON/TEGUCIGALPA (Reuters) – Estados Unidos aumentó el martes su presión sobre el Gobierno de facto de Honduras un mes después del golpe que sacó del poder a Manuel Zelaya, quien sigue instalado en la frontera reclamando su retorno mientras las autoridades interinas hacen oídos sordos.

    Washington anunció el martes que revocó cuatro visas diplomáticas a miembros del Gobierno de facto de Honduras y estudia cancelar más, un gesto de apoyo a Zelaya luego de que el derrocado mandatario pidiera medidas más firmes del presidente Barack Obama contra los "golpistas".

    "Estos son contragolpes, estamos recibiendo victorias de Dios y del pueblo frente a ellos que están recibiendo derrotas todos los días", dijo Zelaya tras el anuncio de Washington.

    "A los 30 días del golpe debemos de agarrar más fuerzas hasta seguir luchando hasta obtener la victoria total", acotó en declaraciones transmitidas por una radio hondureña.

    Estados Unidos había apoyado la suspensión de Honduras de la Organización de Estados Americanos (OEA) tras el golpe de Estado, pero no ha retirado a su embajador en Tegucigalpa.

    "Esto es parte de nuestra política general hacia el régimen de facto", dijo el portavoz del Departamento de Estado norteamericano Ian Kelly al anunciar la revocación de visas, que se sumó a la suspensión de ayuda militar estadounidense por 16,5 millones de dólares.

    La crisis política en Honduras, la peor en dos décadas en Centroamérica, representa un desafío para el Gobierno de Obama, que protagoniza una pulseada por la influencia regional con el mandatario venezolano, Hugo Chávez, uno de sus mayores críticos y el más cercano aliado de Zelaya.

    España anunció que pedirá a la Unión Europea que tome medidas como la de Estados Unidos y revoque las visas a miembros del Gobierno de facto de Honduras.

    "Como España vamos a instar a la Unión Europea a que se tomen medidas similares", dijo el canciller español, Miguel Angel Moratinos, luego de una reunión con su par venezolano, Nicolás Maduro, en Caracas.

    Desde que Zelaya fue sacado de su residencia a punta de fusil el 28 de junio y expulsado a Costa Rica -lo que desató la condena de la comunidad internacional-, tres infructuosas rondas de negociaciones con el presidente costarricense, Oscar Arias, como mediador llevaron a un aparente callejón sin salida.

    Mientras el Gobierno interino de Roberto Micheletti, que también sufre algunas sanciones de organismos multilaterales, se niega a reinstaurar a Zelaya en el poder, el derrocado presidente ha sentado base en la frontera de Nicaragua con Honduras para reclamar su restitución.

    MANIFESTANTES NO SE RINDEN

    Simpatizantes de Zelaya llegaron a la zona fronteriza del lado de Nicaragua, pero muchos otros no pudieron avanzar por los retenes militares luego de que el mandatario depuesto cruzara el viernes la frontera unos pasos dentro de territorio hondureño y volviera a tierra nicaragüense.

    Su jugada -un gesto visto como simbólico- despertó las críticas de Estados Unidos, que calificó su presencia en la frontera de irresponsable por temores de que eso avive la violencia en la dividida Honduras.

    Las protestas en Tegucigalpa, que hasta ahora han causado un muerto, continuaban el martes con algunos bloqueos en carreteras y partidarios del depuesto mandatario preparaban un paro de actividades para el jueves y viernes.

    "A un mes del golpe no nos rendimos, seguiremos adelante con las movilizaciones en contra de los golpistas", dijo a Reuters Juan Barahona, uno de los líderes del Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado.

    Mientras tanto, Zelaya convocó a una reunión cerca de la localidad fronteriza nicaragüense de Ocotal -donde desde hace cinco días hizo base- para reunir más simpatizantes.

    "No es sostenible el apoyo de la gente en la frontera y creo que esos factores contribuirán al debilitamiento de esto", opinó Vicki Gass, analista de Washington Office on Latin America. "Nuestra preocupación es que (Zelaya) está perdiendo impulso", agregó.

    La frontera entre Honduras y Nicaragua se encuentra reforzada por soldados y policías, que esperan que Zelaya vuelva a intentar cruzar para llevarlo detenido.

    Sobre Zelaya pende una orden de arresto en Honduras impulsada por el Gobierno interino bajo cargos de supuestamente violar la Constitución por intentar hacer un referendo que abriría camino a la reelección, un argumento utilizado por sus opositores para justificar el golpe de Estado.

    Pero también Zelaya se había ganado enemistades en la tradicional Honduras cuando dio un giro en sus políticas conservadoras y se alió al izquierdista Chávez.

    El Congreso de Honduras -que respaldó el golpe junto a la Corte Suprema- pospuso hasta el jueves su decisión sobre la propuesta del mediador Arias de que vuelva Zelaya para cumplir con los seis meses de mandato que le quedan y de otorgarle una amnistía.

    De todas maneras, todo indica que el acuerdo propuesto por Arias, premio Nobel de la Paz, sería rechazado.

    (Con reporte adicional de Gustavo Palencia, Claudia Parsons y Esteban Israel; Iván Castro en Ocotal; Tim Gaynor en Washington y Fabián Cambero en Caracas; escrito por Pablo Garibian. Editado por Silene Ramírez)

    La crisis de Honduras: todo se decide en Washington…?

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    LA CRISIS HONDUREÑA ENTRA EN TIEMPO DE DESCUENTO

    Made in Washington

    HONDURAS-INSULZA Más allá del alto drama que se vive en Honduras y de la cuidada puesta en escena que lució San José de Costa Rica, la suerte de Honduras se decide en Washington. Lo dijo el canciller de Lula, lo dijo Fidel, lo dice cualquiera que siga con atención los acontecimientos. Y por cómo se viene jugando el partido en ese escenario, no es difícil aventurar que el gobierno de facto de Roberto Micheletti tiene los días contados y que el presidente legítimo, Mel Zelaya, volverá al poder pero a plazo fijo y condicionado.

    ¿Por qué? Porque Honduras es lo más cercano a lo que puede ser una colonia de los Estados Unidos en el siglo XXI.

    Allí tiene la base militar de Soto Cano, plataforma para sus operaciones antiinsurgentes en todo Centroamérica durante la Guerra Fría, a través de la cual ha tejido sólidos vínculos con las fuerzas armadas hondureñas, cuyos jefes son instruidos en instituciones estadounidenses.

    Allí tiene a una oligarquía sumisa y trasnacionalizada con casa de verano en Miami, que defiende los intereses de las empresas y gobiernos estadounidenses como propios.

    Allí tiene en vigencia un Tratado de Libre Comercio que garantiza el libre acceso a bienes estadounidenses y relega al empobrecido país centroamericano al rol de proveedor de bienes primarios en la periferia del capitalismo global. Hasta allí llegan las remesas de Florida y New York que mantienen viva a la economía local.

    Allí tiene la Constitución y el sistema electoral más conservador de la región, prácticamente a prueba de experimentos populistas y/o progresistas, como el que súbitamente decidió encarnar Zelaya durante la segunda mitad de su mandato.

    Por todo eso, el Departamento de Estado sabía que se venía gestando un golpe. Se lo venía contando su embajador. Pero el burocratizado Departamento de Estado había cometido un error que terminaría pagando muy caro. Tegucigalpa no es lo que se dice un destino diplomático apetecible. Antes de la conversión de Zelaya, parecía un lugar lo suficientemente inofensivo como para cumplir con la cuota de embajadores republicanos. Entonces había mandado a Hugo Llorens, un clásico ejemplo del diplomático-empresario que usa sus destinos para asegurarse trabajos bien pagos para su retiro, mimetizándose con los sectores más prebendarios de la oligarquía local, donde sus servicios son más útiles.

    Como reveló Ernesto Semán en estas páginas, cuando Llorens estuvo destinado acá en Argentina fue lobbista de Ciccone Calcográfica. O sea, trabajó para una empresa especializada en colonizar distintos estamentos del Estado, ya sea aliada con Yabrán, ya sea aliada con Cavallo, siempre cerca de los sectores más retrógrados de la Iglesia que se referencian en políticos como Cacho Caselli, para copar los mejores negocios de impresión de dinero, cuasidinero, billetes de lotería, patentes de autos, pasaportes, cédulas y documentos de los últimos años.

    Según fuentes de la diplomacia y de los organismos multilaterales, en Honduras las fuerzas golpistas tenían bastante persuadido a Llorens de que un golpe más o menos prolijo podía funcionar. Que era la mejor manera de prevenir que Zelaya forzara su reelección y Honduras cayera bajo la órbita chavista.

    O sea, un disparate: por más que lo intentara, y probablemente lo intentaría, Zelaya no tenía ni los votos ni el poder legal ni el poder institucional ni el poder militar para forzar su reelección, y debía entregar el mando sí o sí en seis meses. La Corte Suprema, la Corte Electoral, el Congreso, los generales, la embajada norteamericana, la Iglesia Católica y las protestantes, dos de las tres principales cámaras empresariales, los diarios nacionales, las cadenas de televisión y hasta su propio partido, el Liberal, se habían manifestado en contra de la reelección y la Carta Magna vigente consideraba un delito siquiera intentarlo. Encima, en las encuestas Zelaya ni siquiera alcanzaba a arañar el cincuenta por ciento de la intención de voto.

    Pero Llorens no hacía esa cuenta por afinidad ideológica sino por intereses compartidos. Llorens compraba el análisis paranoico-revanchista de los golpistas y en sus comunicaciones con Washington advertía que Zelaya era un peligro. Mientras tanto, en sus conversaciones con los golpistas a Llorens le costaba bajar la línea trazada por Obama en la última Cumbre interamericana: no más golpes, no más intervencionismo, todos somos socios.

    Tom Shannon, subsecretario para la región, tuvo que viajar a Tegucigalpa para transmitir el mensaje a Micheletti y al general golpista Romeo Vázquez con el énfasis que a Llorens tanto le costaba encontrar. Pero en algo coincidieron los norteamericanos y los golpistas: Mel Zelaya no podía seguir más allá de su mandato. Sí o sí había que pararlo. Llorens, Shannon, los militares norteamericanos de la base hondureña, los militares hondureños, los civiles golpistas, todos estaban de acuerdo.

    Había que contener la expansión chavista que supuestamente representaba la reelección de Zelaya. Una peligrosa expansión, no sólo a nivel territorial hacia el corazón del poder militar estadounidense en la región sino también a nivel ideológico: si a los aliados de Chávez se les permitía reformar sus constituciones a su antojo para perpetuarse en el poder, el equilibrio regional se perdía y los intereses de Washington quedaban desprotegidos.

    Entonces pasó lo que pasó y antes de que Obama pudiera reaccionar, los cancilleres del hemisferio se habían reunido en Washington en el marco de la OEA para pedir el retorno “inmediato e incondicional” de Zelaya, resolución que Estados Unidos no tuvo más remedio que acompañar, atento a los compromisos que Obama había asumido con los demás presidentes de la región. Pero había una palabra que incomodaba a los norteamericanos, “incondicional”. Foggy Bottom, como le dicen allá al Departamento de Estado, no quería un retorno “incondicional”. Aceptaba que vuelva, pero no que se quede.

    Shannon seguramente recomendó hacer lo que se viene haciendo en la región en cada crisis desde que él se hizo cargo en el tramo final del gobierno de George W. Bush: bajarle los decibeles a la pelea con Chávez y negociar con Brasil una posición común que contenga a los demás países de la región. Como Lula quería que Zelaya volviera y Obama quería que no se quedara, consensuaron en Moscú que Zelaya volvería pero no se quedaría.

    Para pasar de “vuelve sin condiciones” a “vuelve pero se va”, Shannon, Hillary o algún cráneo de Foggy Bottom tuvo la idea de convocar al presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para que haga valer el acuerdo entre Obama y Lula.

    El anuncio de la mediación fue un baldazo de agua fría para la OEA. “Veníamos invictos y de repente nos dejaron afuera”, graficó una fuente del organismo. Ni lerdo ni perezoso, Arias puso en la mesa su versión light de “vuelta incondicional”: amnistía para todos, gobierno de “unidad nacional”, adelanto de las elecciones, fuerzas armadas bajo las órdenes de la Corte electoral, promesa pública de Zelaya de irse sin tocar la Constitución. Así la OEA quedó rehén de Costa Rica: si había acuerdo, tendría un rol estelar en la puesta en marcha y verificación de los acuerdos; si fracasaba el acuerdo quedaba pintada, a merced de su creciente coro de críticos.

    Los países del ALBA tampoco quedaron muy contentos y a través de Fidel Castro acusaron a Arias de querer perpetuar el golpe. En cambio Chávez hizo saber sus reparos, pero después acompañó con sonoros silencios los editoriales rabiosos del comandante cubano. Había decidido bajar el perfil en Costa Rica para jugar fuerte en Washington.

    Zelaya aceptó la propuesta de Arias enseguida, Micheletti no. Pensaba que podía dar vuelta a los norteamericanos. Pasaban los días y Arias se mostraba nervioso porque los golpistas no se bajaban del caballo. Cuando el plazo se acabó, el Premio Nobel costarricense reiteró su oferta más algunos chupetines que venían pidiendo los golpistas: elogios para el “profesionalismo” de los militares hondureños, “Comisión de la Verdad”, moratoria por seis meses de cualquier juicio político. Micheletti volvió a decir que no.

    ¿Y qué estaba pasando en Washington? Pasaba que el lobby anticastrista, con epicentro en Miami, había recobrado los bríos de antaño y había hecho del golpe de Honduras su nueva causa patriótica. Bajo la batuta de los dinosaurios Otto Reich y Roger Noriega, los referentes de Llorens, este pequeño y marginal grupo de presión, que alguna vez fue influyente pero cuya imagen ante la opinión pública norteamericana quedó por el piso tras el caso del balserito Elián González, este lobby invadió despachos y redacciones de los diarios con publicistas y asesores caros que venían a presentar “el caso hondureño” ante los decision-makers de la capital norteamericana. “Si vas al Congreso está lleno de hondureños y gente paga por los hondureños haciendo lobby a favor del golpe”, cuenta Héctor Timerman, el embajador argentino en Washington.

    Al mismo tiempo, la atención de Obama estaba en otro lado. El presidente buscaba desesperadamente los votos moderados que necesitaba para el pasaje de su reforma del sistema de salud, un tema decisivo en su pulseada con los republicanos. Lo último que quería era perder votos por una discusión sobre si hubo o no hubo golpe en Honduras. Por eso había un bando muy marginal que hacía mucho ruido contra otro bando con todo el poder que no contestaba, generando un microclima que algún analista confundió con “interna feroz” en el seno del gobierno norteamericano.

    Así las cosas, fueron los diplomáticos argentinos y venezolanos quienes llevaron el peso de la campaña a favor de Zelaya, combatiendo en inferioridad de condiciones al lobby anticastrista en las horas decisivas que sucedieron al golpe, armando la agenda de la delegación zelayista cuando ésta finalmente llegó, una semana más tarde.

    Esa gestión habría producido el mayor acercamiento diplomático entre Venezuela y Estados Unidos que se haya conocido hasta el momento, según confió una fuente que presenció el trabajo conjunto, acercamiento que ambos gobiernos prefieren ocultar por razones obvias de política doméstica: Chávez es mala palabra en Estados Unidos y Estados Unidos es mala palabra en la Venezuela chavista.

    Más allá del ruido que generaron, a la hora de contar los porotos, la cosecha de los golpistas fue más bien exigua: dieciocho votos de los más de 400 congresistas norteamericanos para condenar los intentos reeleccionistas de Zelaya, algún editorial favorable en los diarios influyentes y la demora por un par de semanas de las confirmaciones de Arturo Valenzuela (subsecretario para América latina) y Shannon (embajador en Brasil). No mucho más.

    Brasil jugó como venía jugando en la región, ya con el tema de las FARC, ya con el intento de golpe en Bolivia: sereno, confiado, sin correr detrás de la pelota, sabiendo que tarde o temprano le iba a llegar. Dejó hacer a Arias como antes había acompañado en la OEA y recién se puso en movimiento el lunes pasado, dos días antes de que venza el plazo de la mediación. Entonces el canciller Celso Amorin llamó a Hillary Clinton y le dijo que era tiempo de apretar a Micheletti para que agarre viaje. Washington tiene juego. Su as de espadas es la facultad de cancelar las visas de los golpistas. Según pudieron constatar una variedad de negociadores, ésa es la pena más temida. De concretarse, los golpistas no podrían visitar por un largo tiempo sus condominios en Miami.

    Al día siguiente de hablar con Amorim, Hillary apretó por teléfono a Micheletti. Pero el dictador le juró a la prensa hondureña que el tema de las visas ni siquiera se mencionó. Si Micheletti no miente, Hillary se guardó la carta.

    Los tiempos se estiraban y el lobby anticastrista enrarecía el ambiente en Washington. Uribe, el presidente colombiano, envalentonado por las dos bases militares que los norteamericanos le acababan de enchufar, se animaba a tirarleS una soga a los golpistas, rompiendo el consenso en la OEA. Entonces Zelaya decidió que había llegado la hora de presionar a Washington para que acelere el desenlace, y se trasladó a la frontera. Lula le deseó suerte. La Unión Europea pidió “serenidad”. Mercosur apoyó a Zelaya con una fuerte declaración, pero como no había querido invitarlo a la cumbre, Chávez faltó a la cita.

    La movida obligó a Washington a usar toda su influencia para evitar que los militares hondureños cumplieran con la orden de Micheletti de meter preso a Zelaya no bien pisara suelo hondureño. Cuando lo pisó, un coronel lo mandó de vuelta a Nicaragua. En sintonía con el coronel, los norteamericanos usaron todo su poder de seducción para lograr que Zelaya retrocediera. Lo invitaron a Washington, le prometieron reuniones top, le juraron que esto se resuelve sin sangre y en cuestión de días. Si lograba entrar sin Arias y sin la OEA, ya no lo podrían controlar.

    Y Zelaya quedó ahí, en la frontera, a la espera de que los militares hondureños lo dejen volver. Y los muy profesionales militares hondureños, que antes desobedecieron a Zelaya y ahora desobedecen a Micheletti, también quedaron ahí, mudos y acuartelados. A la espera de que sus verdaderos patrones, los comanders de Soto Cano, les digan lo que tienen que hacer. Al cierre de esta edición, los militares norteamericanos esperaban órdenes de Washington, donde el partido entraba en tiempo de descuento.

    sodonnell@pagina12.com.ar  Página/12

    Los halcones sobrevuelan a Hillary

    Los golpistas cuentan con influyentes representantes en Washington con vínculos con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton. La mediación de Arias ha sustituido a la OEA como el canal de Washington para abordar la crisis.

    Por David Brooks *

    Desde Nueva York

    HONDURAS-GOLPEEE1 El gobierno de Barack Obama apostó todo, en público, al proceso de mediación de Arias. Pero hay críticos que señalan que esta apuesta no incluyó pasos más firmes del propio mandatario, como imponer una suspensión del comercio o congelar las cuentas en Estados Unidos de golpistas. Además, los golpistas cuentan con influyentes representantes en Washington con vínculos con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.

    Lanny Davis, ex consejero legal del presidente Bill Clinton y cercano asesor de la campaña proselitista de Hillary Clinton, ha sido contratado para representar en Washington a una asociación de empresarios hondureños que apoyan el golpe contra Zelaya y ha argumentado su caso ante el Congreso en público y en privado. Otro cabildero influyente en la capital, Bennett Ratcliff, también con una relación cercana con Clinton, ha sido un asesor clave de los golpistas durante el proceso de mediación, reportó The New York Times.

    A su vez, políticos estadounidenses conservadores continúan proyectando el golpe como un rescate de Honduras de las garras de Hugo Chávez y Fidel Castro. Esta semana el senador republicano Jim DeMint empleó una maniobra parlamentaria para posponer la ratificación de Arturo Valenzuela como próximo secretario asistente de Estado y de Thomas Shannon como embajador a Brasil, y así expresar su desacuerdo con la política del gobierno de Obama frente a Honduras.

    DeMint es uno de los diecisiete senadores que enviaron una carta a Clinton para solicitarle que revaluara la política de Estados Unidos hacia Honduras.

    Varios legisladores conservadores en ambas cámaras han rechazado que lo sucedido en Honduras sea un golpe, al argumentar que fue una acción legal contra las maniobras políticas de Zelaya para lograr su reelección, inspirado y apoyado por Chávez.

    En repetidas ocasiones, legisladores como Ileana Ros-Lehtinen y Dan Burton, entre otros, han criticado que el gobierno de Obama ahora esté alineado con Chávez y Castro en torno de la crisis en Honduras.

    “El presidente Obama se apresuró al ponerse del lado de Chávez y Castro antes de tener los hechos. Ahora queda claro que el pueblo de Honduras estaba defendiendo el imperio de la ley”, afirmó DeMint en una declaración esta semana.

    A la vez, el gobierno de Obama reiteró su posición de buscar una “restauración del orden constitucional” a través de la mediación de Arias, proceso que, todo indica, ha sustituido a la Organización de los Estados Americanos como el canal favorecido por Washington para abordar la crisis hondureña.

    * De La Jornada de México. Especial para Página/12.

    El golpe en Honduras: las derechas que apoyan a Micheletti…

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    RESPALDO DE URIBE, CARMONA Y LUCIA PINOCHET

     

    honduras_militares226 Disfrazada en fundaciones, escondida detrás de bancas parlamentarias o refugiada en apenas un puñado de gobiernos nacionales, la derecha latinoamericana acompaña a la dictadura hondureña. Desde reconocidos golpistas como la hija de Augusto Pinochet, la concejal chilena Lucía Pinochet, y Pedro Carmona, el empresario venezolano que sacó del poder a Hugo Chávez durante 48 horas, hasta funcionarios como el canciller panameño, Juan Carlos Varela, y uno de los líderes apristas del Congreso peruano, Jorge del Castillo, apoyaron o justificaron públicamente el golpe del 28 de junio contra el presidente hondureño Manuel Zelaya. Esta semana la dictadura liderada por Roberto Micheletti anunció triunfante un nuevo aliado: el presidente colombiano Alvaro Uribe. Bogotá lo matizó, pero reconoció que se encontró en secreto con una delegación golpista.

    Son los voceros del régimen de facto en la región y en el mundo; su voz para sortear el cerco de la comunidad internacional. Los ayudan aliados extrarregionales como el ex subsecretario del Departamento de Estado para América latina, Otto Reich, o el paladín del liberalismo, el ex presidente español José María Aznar. Este último echó mano de su fundación FAES para dar un aire de academia a los argumentos golpistas. “Lo que se ha puesto en juego en Honduras en particular, y en América latina en general, no es el regreso de los golpes militares, sino el futuro de la democracia y la libertad. El verdadero peligro para la región es el proyecto totalitario del socialismo del siglo XXI”, escribió la fundación en un artículo que difundió por los medios internacionales.

    Ese es el mensaje que repiten una y otra vez. El peruano Del Castillo lo explicó sin medias tintas. “Más que un golpe fue un contragolpe para evitar el golpe que preparaba Zelaya”, sentenció uno de los hombres fuertes del APRA, el partido del presidente Alan García. El gobierno peruano condenó el golpe el mismo día en que los militares expulsaron del país a Zelaya, pero nunca exigió formalmente su restitución, ni sancionó en manera alguna al régimen de facto hondureño.

    Colombia y Panamá comparten esa posición ambigua. El vecino centroamericano tampoco retiró a su embajador en Tegucigalpa y fue aún más lejos, felicitó a las fuerzas armadas hondureñas. “En Honduras he visto un ejército responsable acatar decisiones de la Corte Suprema de Justicia y estar metidos en la mitad de una crisis que ellos no formaron”, dijo el canciller, dando por cierta una orden judicial que nunca se hizo pública.

    Panamá es la prueba viviente de que las ideologías no murieron, como muchos gobiernos aseguraban en los ’90. El día del golpe, el gobierno pañameno de Martín Torrijos, el hijo del mítico general Omar Torrijos, fue uno de los primeros en condenarlo. Unos días después entregó el poder al magnate textil Ricardo Martinelli, un cruzado neoliberal que en su ceremonia de asunción, con Zelaya presente, prometió “desafiar el péndulo ideológico” en la región.

    Uribe, en cambio, siempre mantuvo un perfil bajo frente al golpe de Honduras. Retiró a su embajador, pero esquivó las condenas contundentes. Los hombres de Micheletti entendieron eso como una señal y la semana pasada decidieron visitar al mandatario. “Acudimos al gobierno colombiano porque ambas naciones son víctimas de agresores externos comunes, como Hugo Chávez”, contó hace unos días el canciller de facto Carlos López.

    Acostumbrado a las denuncias y los escándalos, el presidente colombiano conservó el perfil bajo y contestó con un breve comunicado de la Cancillería. La reunión existió, fue secreta, pero se dio en el marco de la mediación del presidente Oscar Arias. El texto dejó afuera el supuesto apoyo, anunciado con bombos y platillos en Tegucigalpa.

    Según Washington, “No hubo un golpe de Estado en Honduras”… ?

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    Washington: “No hubo un golpe de Estado en Honduras”, pero espero que el “episodio” sirva de “lección” a Zelaya y otros que siguen el modelo venezolano

    Eva Golinger, Rebelión

    Revisado por Caty R.

    HONDURAS-GOLPEEE1 Después de tres semanas de un discurso ambiguo por parte de Washington sobre el golpe de Estado en Honduras, finalmente la diplomacia estadounidense ha declarado que no considera lo ocurrido en Honduras como un golpe. Así lo confirmó ayer el vocero del Departamento de Estado, Phillip Crowley, en una rueda de prensa en Washington. Un periodista le preguntó si el gobierno estadounidense ha calificado los sucesos de Honduras como un “golpe de Estado” y el vocero del Departamento de Estado respondió con un rotundo “No”.

    A lo largo de estas semanas, desde que ocurrió el nefasto golpe de Estado del pasado 28 de junio, el Departamento de Estado se ha negado a responder con claridad sobre su determinación interna de los hechos. Desde el primer día, la Secretaria de Estado Hillary Clinton no ha reconocido los hechos como un “golpe” y tampoco ha exigido claramente la restitución del presidente Zelaya en el poder. Adicionalmente, en todas sus declaraciones, siempre se ha referido a “las dos partes” del conflicto, legitimando así a los golpistas y haciendo responsable públicamente al presidente Zelaya.

    Y desde entonces, a pesar de diversas referencias al “golpe” de Honduras, el Departamento de Estado se negaba a calificarlo de golpe de Estado, lo que le obligaría a suspender toda clase de apoyo económico, diplomático y militar al país. El 1 de julio, los voceros del Departamento de Estado lo explicaron de esta manera: “En referencia al propio golpe, lo mejor sería decir que fue un esfuerzo coordinado entre los militares y algunos actores civiles.”

    Al principio, los voceros del Departamento de Estado decían que sus abogados estaban “analizando” los hechos para llegar a una determinación sobre si realmente había ocurrido un golpe en Honduras. Pero después de la reunión entre la Secretaria de Estado Clinton y el presidente Manuel Zelaya, el pasado 7 de julio, la diplomacia estadounidense se negaba a opinar sobre el asunto para no “influir” en el proceso de “negociación” puesto en marcha por Washington.

    Sin embargo, el lunes 20 de julio fue un día de claridad. Admitieron ante el mundo que Washington no consideraba que había ocurrido un golpe de Estado en Honduras. Si asume esta postura, el gobierno de Estados Unidos se une solamente al régimen golpista de Honduras y sus aliados, la mayoría de los cuales son antiguos golpistas o agentes de la inteligencia estadounidense. La Unión Europea, las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y todos los países de América Latina han rechazado los acontecimientos de Honduras como un golpe de Estado. Pero la administración de Obama se queda sola con los golpistas al insistir en que no hubo un golpe y legitimando de esta forma la remoción del poder del presidente Zelaya.

    Que sirva de lección para Zelaya y los demás

    Durante la misma rueda de prensa en el Departamento de Estado, el 20 de julio, el vocero Phillip Crowley dijo algo todavía más revelador sobre la posición de Washington frente a los sucesos de Honduras. Al preguntarle sobre una supuesta ruptura entre el gobierno venezolano y el presidente Zelaya debido al proceso de negociación en Costa Rica, Crowley dijo lo siguiente: “ Nosotros creemos que si tuviéramos que elegir un gobierno modelo y un líder modelo en la región para que los demás países lo siguieran, el actual liderazgo de Venezuela no sería ese modelo. Si esa es la lección que ha aprendido el Presidente Zelaya de este episodio, bueno, entonces sería una buena lección .”

    Esa declaración de Washington confirma que el golpe de Honduras es un esfuerzo para atentar contra el ALBA y el bolivarianismo que crece y se expande por toda la región. También afirma que el golpe contra Zelaya es un mensaje a otros gobernantes de América Latina que están estrechando sus relaciones con Venezuela. Es como decirles: “si se acercan a Venezuela, podrían ser derrocados por un golpe u otra agresión”, que sería respaldada por Washington y justificada como una medida para liberar a la región de la “amenaza chavista”.

    Un periodista insistió en el asunto y le preguntó al vocero del Departamento de Estado: “Cuando dice que el gobierno venezolano no debe ser un ejemplo de gobierno para otros líderes…” Y Phillip Crowley respondió cínicamente, “Creo que he dicho las cosas con claridad…”

    Debido a las implicaciones de estas declaraciones, insistió el periodista, “¿Puede repetirlo? (se ríe) es como justificar el golpe de Estado, porque está diciendo que si algún gobierno intenta seguir el modelo socialista del gobierno de Venezuela, sería justo derrocar a ese gobierno. ¿Puede explicar su declaración sobre Venezuela?”

    Crowley respondió a la pregunta del periodista con un silencio de complicidad. Y luego aprovechó el momento para agredir a Venezuela, “Tenemos preocupaciones sobre el gobierno del presidente Chávez, no solamente sobre lo que ha hecho en su propio país –el acoso a la prensa, por ejemplo-, y los pasos que ha dado para limitar la participación y el debate dentro de su propio país. También estamos preocupados por los pasos que ha dado con algunos de sus vecinos… y la intervención que hemos visto por parte de Venezuela con respecto a las relaciones con otros países, Honduras por un lado o Colombia por el otro. Y cuando tenemos diferencias con el presidente Chávez, siempre lo decimos de manera muy clara.”

    Sin duda, estas últimas declaraciones de Washington confirman su apoyo al golpe de Estado de Honduras y su motivación detrás de los sucesos. La lección que está dando Washington con este golpe es una declaración de guerra contra el ALBA y en especial contra Venezuela.

    Sus ataques se intensifican, tanto contra Venezuela como contra Ecuador y Bolivia. Con el acuerdo entre el presidente Obama y el presidente Uribe de Colombia para aumentar, de forma masiva, la presencia militar estadounidense en América Latina, la nueva administración de Washington reafirma que la batalla entre la paz y la guerra continúa, y la lucha por la liberación de los pueblos latinoamericanos de la bestial mano imperial, apenas ha comenzado.

    Honduras: crisis en punto limite y Zelaya anuncia regreso inminente a su país … Entrevista a Insulza.

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    EL PRESIDENTE LEGITIMO DE HONDURAS DIO POR TERMINADA LA MEDIACION DE ARIAS

    Zelaya dice que cruzará la frontera

    HONDURAS-PRESID1 Ante la inminente vuelta del mandatario legítimo, crece la tensión en Honduras y se multiplican las marchas en contra y a favor de la dictadura. El gobierno de facto quiso echar a diplomáticos venezolanos, pero no le hicieron caso.

    Las horas pasan y, sin solución diplomática a la vista, el derrocado mandatario Manuel Zelaya anunció ayer que su regreso está en marcha aun a riesgo de su propia vida. “El general Romeo Vásquez Velásquez –jefe de las fuerzas armadas– ha dicho que me va a mandar asesinar, así que tengo que cuidarme”, reveló Zelaya en conferencia de prensa desde una hipercustodiada embajada hondureña en Managua.

    “Vivo el momento más difícil de mi vida, pero tengo que regresar. Tenemos fronteras con El Salvador, Guatemala y Nicaragua. La vía puede ser aérea, terrestre o marítima, y el momento está abierto a partir del día jueves, cuando termina la prórroga que pidió el mediador”, explicó. El plazo de 72 horas solicitado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para que los golpistas hondureños recapaciten se acaba hoy.

    Las declaraciones del presidente electo fortalecieron las versiones que indican que Zelaya cruzaría las fronteras del país centroamericano apoyado por una caravana multitudinaria que recorrería varios pueblos del interior de Honduras en dirección a la capital.

    Zelaya, asimismo, descartó que las sanciones económicas anunciadas por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos hagan caer al gobierno encabezado por el dictador Roberto Micheletti, ya que, según él, los golpistas se sostienen por otros medios. “La base de ellos es el poder militar, se sostienen a pura represión, con censura de prensa, control mediático, restricción de libertades públicas y atemorización”, denunció.

    Casi en simultáneo con las palabras de Zelaya, desde Tegucigalpa Micheletti le dijo a la comunidad internacional que sigue firme en su postura. “Vamos a demostrarle al mundo que tenemos la fortaleza necesaria para resistir hasta el último momento”, desafió el legislador devenido en dictador.

    En una demostración de esa fuerza, el gobierno de facto anunció ayer que le ordenó a la delegación diplomática venezolana abandonar el país por supuesta intromisión en asuntos internos. “Se le ha pedido a la embajada de Venezuela el retiro de todo su personal diplomático, administrativo, técnico y de servicio en un plazo de 72 horas”, precisó la vicecanciller de facto, Martha Alvarado.

    “Se tomó la decisión a raíz de las amenazas al uso de la fuerza, la intromisión en nuestros asuntos exclusivos, así como el irrespeto a la integridad territorial de las autoridades venezolanas en la crisis hondureña”, agregó la funcionaria.

    Pero desde Caracas subieron la apuesta y le ordenaron a su personal en Tegucigalpa resistir la medida. “No nos iremos de aquí porque la orden fue dictada por un gobierno golpista que mi país no reconoce”, lanzó Uriel Vargas, encargado de negocios y primer secretario de la misión en Tegucigalpa.

    “Que nos vengan a echar por la fuerza, sería lo único que les faltaría, luego de violar todas las normas internacionales”, ironizó el diplomático, tras lo cual el propio presidente venezolano, Hugo Chávez, volvió a referirse a la situación interna de Honduras. El golpe, dijo Chávez, tuvo como fin desestabilizar a los países del ALBA y las fuerzas progresistas de la región.

    “El golpe no es sólo contra el pueblo de Honduras y el presidente Zelaya, es contra los pueblos de nuestra América, contra Venezuela, contra el ALBA y contra la esperanza de redención que ha renacido en estas tierras”, señaló el líder bolivariano.

    Mientras tanto, las calles de Honduras volvieron a convertirse ayer en un foco de resistencia contra las autoridades de facto. Centenares de personas cubiertas con paraguas para protegerse del sol del mediodía marcharon en la capital para exigir el retorno de Zelaya y repudiar al gobierno de Micheletti. “Arriba, abajo, golpistas al carajo”, coreaban los manifestantes. “Que se vayan, que se vayan…”, se escuchaba.

    Juan Barahona, secretario de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), señaló que para hoy está prevista una nueva movilización en Tegucigalpa para la que se espera la adhesión de grupos de estudiantes de colegios secundarios que se mantienen en paro por tiempo indeterminado. El sindicalista aclaró que la manifestación, como desde el 28 de junio, tendrá consigna única: la vuelta de Zelaya. “Lo único que esperamos es no encontrarnos con la marcha de los camisas blancas”, como se llama en el país centroamericano a los sectores de la sociedad que apoyan a Micheletti.

    Los camisas blancas, sin embargo, estarán cerca: Jimmy Dacarett, de la Unión Cívica Democrática (UCD), coalición de partidos que apoyan a Micheletti, anunció que hoy esperan reunir a entre 40 mil y 50 mil personas en una movilización que partirá desde una zona al oriente de Tegucigalpa hasta las cercanías del Estadio Nacional.

     

    Insulza: "EE.UU. no es árbitro"

    Carlos Chirinos, BBC Mundo, Washington

    En la Organización de Estados Americanos (OEA) no creen que el diálogo hondureño esté muerto, ni que el Comando Sur deba ocuparse del tema.

    osé Miguel Insulza, junto a Manuel Zelaya y Jorge Taiana.El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, no considera que las negociaciones que promueve el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, puedan darse por terminadas todavía.

    Sin embargo, en entrevista exclusiva con BBC Mundo, Insulza reconoció que su organización "no puede hacer más" de lo que están haciendo y que en caso de que el diálogo no prospere las sanciones adoptadas harán sentir su efecto sobre Honduras.

    Insulza rechaza que el organismo necesite de algún "disuasivo militar" para acompañar sus acciones diplomáticas y descarta también que Estados Unidos deba aumentar la presión sobre el gobierno de facto hondureño, que encabeza el presidente nombrado por el Congreso, Roberto Micheletti.

    "Los que han vivido condenando el Comando Sur toda su vida no querrán que se ocupe en esta ocasión" afirmó Insulza este martes en su oficina en Washington en una entrevista con el corresponsal de BBC Mundo, Carlos Chirinos.

    ¿Qué se está haciendo para resucitar el diálogo en Costa Rica? Digo resucitar porque todo parece indicar que está muerto.

    INTERVENCIÓN MILITAR

    HONDURAS-GOLPE222Es un poco prematuro decir eso (…) Lo que estamos es haciendo presión para que una propuesta que es equilibrada sea aceptable. Se ha puesto mucho énfasis en que la propuesta de Arias es la vuelta de Zelaya. Sí, pero es la vuelta de Zelaya teniendo en cuenta un montón de temas que había planteado también la oposición, como el gobierno de unidad nacional, como la postergación de cualquier discusión sobre reforma constitucional, etc.

    Pero el gobierno de Micheletti parece ser muy tenaz en el tema de que la vuelta de Zelaya está descartada, no importa cuáles sean las otras cosas en el menú.

    Entonces van a tener que seguir actuando las sanciones, y las sanciones, mientras más tiempo más duras son. Ayer EE.UU. lo mencionó, la Unión Europea (UE) lo hizo, se está suspendiendo la cooperación internacional con un país que necesita ese dinero.

    Pero la experiencia internacional indica que hay países que han estado bajo sanción y los cambios que se han buscado con esas sanciones no han funcionado.

    Con grandes sufrimientos, claro.
    ¿Honduras puede entonces mantenerse desafiando a la comunidad internacional?

    No estoy muy seguro. Creo que es muy difícil.
    ¿A usted le frustra que un país pequeño como Honduras mantenga ese desafío ante la comunidad internacional?

    Nosotros no queremos imponerle nada a Honduras, lo que queremos es que funcione la democracia. Que el presidente elegido termine su mandato y que se elija otro.
    ¿Y cómo va a hacer la OEA para lograr eso?

    Mire, lo que nosotros podemos hacer es todo lo que estamos haciendo. Se ha tomando una medida de suspensión, se han adoptado una serie de sanciones y tenemos una mediación encabezada por un estadista centroamericano que por tanto debería darle garantías a todas las partes. Vamos a seguir haciendo eso hasta que consigamos resultados.
    Y pasado el tiempo, ¿no podría interpretarse como que la comunidad internacional se ensaña con un país tan pobre como Honduras, cuando existe un plazo para la posible solución de la crisis política que es el de las elecciones de noviembre?

    La escena que se vivió el 28 de junio en Tegucigalpa se ha vivido muchas veces en América Latina. No la queremos más y no va a volver a ocurrir, aunque haya que adoptar sanciones, que son dolorosas por cierto.

    Pero el pueblo de Honduras es víctima. Sí. Es víctima de quienes dieron el golpe de Estado.

    VUELTA DE ZELAYA

    Además, que en seis meses más nada va a cambiar. La elección no va a cambiar las cosas porque una elección hecha bajo un régimen dictatorial no la van a reconocer los países de América Latina.
    ¿Podría pasar como con la crisis de Haití, cuando el presidente Jean Bertrand Aristide fue sacado del poder? Pasaron casi dos años para que se solucionara.

    Y volvió finalmente Aristide.
    Pero volvió por una amenaza militar, ¿será que a la OEA le está haciendo falta un disuasivo militar?

    No. Eso no me gusta a mí. Yo no soy partidario de las intervenciones militares. Confío en que los pueblos puedan resolver sus problemas sin que nadie les meta un ejército al lado.
    Pero esa amenaza fue importante en Haití en su momento.

    En su momento fue importante la amenaza que al final no se llevó a cabo. (Raoul) Cedrás se fue. Yo diría que casi voluntariamente, porque se dio cuenta de que no podía resistir la presión internacional.
    clic Zelaya, ¿otro Aristide?
    ¿Que le parece la posibilidad de que el presidente Zelaya regrese esta semana a Honduras, aunque no haya un acuerdo?

    Roberto Micheletti

    Yo no soy partidario del regreso prematuro. Yo diría que hay resolver el asunto por vía política y diplomática primero.
    Usted parece sugerir que una renuncia del señor Micheletti podría dinamizar las negociaciones.

    Sería una alternativa en la medida de que ese otro presidente que reemplazara a Micheletti sería más flexible en el tema del retorno del presidente Zelaya.
    ¿Usted cree que Micheletti es la piedra de tranca en la negociación?

    No digo que sea él necesariamente. Usted me pregunta qué pasaría si lo cambiaran y lo cambiaran por algo más flexible. Si él cambiara, mejor.
    ¿Quizá para que el trabajo de la OEA tenga más eficacia en Honduras haría falta que EE.UU. presionara más al gobierno hondureño?

    EE.UU. creo que ha presionado como todos los demás pero va a presionar hasta el punto que corresponda, porque tampoco es EE.UU. el llamado a ser el árbitro del tema.
    Pero su poder puede hacer la diferencia.

    El poder de todos hace la diferencia. También la UE ha suspendido la cooperación. El presidente Obama dijo claramente en Trinidad y Tobago que él quería ser parte del grupo.

    Todos lo festejaron mucho. Entonces, que no le pidan que sea como el jefe que va a arreglar las cosas cuando las debe arreglar el grupo. (…) Los que han vivido condenando el Comando Sur toda su vida no querrán que se ocupe en esta ocasión.
    Pero allí volvemos a la experiencia de Haití. Y el Comando Sur podría hacer una diferencia.

    Estamos en otra época. El presidente Obama ha propuesto una política distinta que cuenta con la aprobación de todos los latinoamericanos. El tiempo de la intervención en América Latina, para bien o para mal, se ha terminado.

    ZELAYA AGRADECE APOYO DE GOBIERNO DE BACHELET

    Depuesto mandatario expresó "respeto" al "pueblo chileno y la Presidenta Bachelet" y consideró "irrenunciable" su intención de volver al mando.

    HONDURAS-PRESID1 Un reconocimiento a Chile y la Presidenta Michelle Bachelet por la condena al gobierno golpista de Roberto Micheletti en Honduras expresó el depuesto mandatario de ese país, Manuel Zelaya.

    "Chile ha sido uno de los países con su Presidenta y todas las demás organizaciones más definido en la condena a este golpe, no reconocer sus autoridades y pedir inmediata restitución del sistema democrático hondureño", declaró.

    En conversación telefónica con la radio chilena Cooperativa, el gobernante destacó que amerita "en ese caso mi reconocimiento, agradecimiento, mi respeto y mi consideración para el pueblo chileno y la Presidenta Bachelet".

    Zelaya reiteró que insistirá en su interés de vivir y ejercer el mando en Honduras porque no hacerlo "es como renunciar al derecho a la vida y a la justicia, eso es irrenunciable" y apuntó que los golpistas "están llenos de soberbia, de deseos del poder, de avaricia".

    "Hay procesos democráticos de diferentes formas en diferentes países y eso no puede cambiar, así que creo que el retroceso que quiere imponerle el sistema de Honduras no es aceptado por nadie", complementó desde Nicaragua.

    La comunidad internacional ha aumentado la presión sobre el presidente interino hondureño, Roberto Micheletti, para que acepte la propuesta de Costa Rica encaminada a resolver la crisis política, en medio de advertencias sobre el riesgo de una confrontación. /LA NACION.CL

    Written by Eduardo Aquevedo

    21 julio, 2009 at 15:54

    Silvio Rodriguez… Ojalá…

    with 2 comments

    Written by Eduardo Aquevedo

    21 julio, 2009 at 15:36

    Honduras: Presidente Zelaya acepta plan Arias, golpistas los rechazan y crisis alcanza punto crítico…

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     Manuel Zelaya.(Foto: Archivo teleSUR).

    Arias pide 72 horas para reconducir el diálogo en torno a Honduras

    La delegación del gobierno de facto rechazó su hoja de ruta y le entregó una contrapropuesta en la que acepta el regreso del depuesto mandatario Manuel Zelaya, pero para que se someta a la justicia.

    AFP
    Publicado: 19/07/2009 12:02

    Tegucigalpa. El mediador de la crisis de Honduras, el presidente costarricense, Oscar Arias, pidió este domingo 72 horas más a los protagonistas de la crisis política para reconducir la negociación, tras la negativa de la delegación del gobierno de facto de Roberto Micheletti de aceptar su hoja de ruta.

    La delegación del gobierno de facto hondureño presentó este domingo al mediador de la crisis, Oscar Arias, una contrapuesta en la que acepta el regreso del depuesto mandatario Manuel Zelaya, pero para que se someta a la justicia, según una copia difundida a los medios.

    "El retorno del peticionario señor José Manuel Zelaya Rosales con las garantías necesarias para que pueda ejercer su derecho debido al proceso ante los órganos jurisdiccionales competentes del Poder Judicial", dice la propuesta del jefe de la delegación, Carlos López, en respuesta a la hoja de ruta de siete puntos que presentó el mandatario costarricense Arias el sábado.

    En Tegucigalpa, la vicecanciller del gobierno de facto, Martha Lorena Alvarado, declaró este domingo que "el señor Zelaya puede regresar (a Honduras) pero para ser entregado a los tribunales de justicia, para proceder a un juicio" en su contra.

    El punto innegociable de Arias para salir de la crisis es la restitución de Zelaya en el poder del que fue derrocado por un golpe de Estado el 28 de junio.

    La delegación de Micheletti sí acepta la conformación de un gobierno de "unidad y reconciliación nacional, compuesto por los partidos políticos y sectores sociales", tal y como propuso Arias, pero también la de una "comisión de la verdad" para que se "identifiquen los actos, hechos evidentes y notorios que condujeron a la actual situación".

    López, en su carta dirigida al mediador y fechada en San José este domingo, pide que se "devuelvan" los fondos públicos que "hubiesen sido sustraídos y utilizados ilegalmente", en referencia a una supuesta sustracción de 70 millones de lempiras (unos 3,7 millones de dólares) del Banco Central por el secretario de la Presidencia, Enrique Flores Lanza.

    Según López, también están de acuerdo en adelantar las elecciones generales si así se decidiera, fijadas para el 29 de noviembre, y poner desde ahora a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional bajo el mando del Tribunal Supremo Electoral para asegurar su transparencia.

    Por último, propone la creación de una comisión de verificación compuesta por hondureños notables que vigile el cumplimiento de estos acuerdos.

    Dichos acuerdos deberán ser "sometidos a la consideración" de los poderes Judicial, Legislativo, el Tribunal Supremo Electoral y otras instancias públicas competentes.

    La vicecanciller Alvarado reconoció en Tegucigalpa que las conversaciones de San José enfrentan momentos difíciles, pero dijo que el mediador Oscar Arias "no puede permitir que esto se rompa".

    "El señor Arias tendrá que jugar un papel equilibrado (…) tomar una decision o de prolongar las negociaciones (…) en fin, él tendrá que usar otros recursos (…), como mediador no puede permitir que esto se rompa", dijo Alvarado a la televisión hondureña.

    NEGOCIACIONES EN PUNTO MUERTO

    »Estamos de acuerdo, pero siempre y cuando todos los poderes del Estado estén integrados en el nuevo Gobierno», dijo Zelaya en declaraciones a Radio Globo, al tiempo que añadió que su regreso a Honduras es cuestión de horas y podría tener lugar este mismo lunes.

    TeleSUR

    El presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya, aceptó este sábado los puntos acordados en la mesa de diálogo instalada en Costa Rica, de acuerdo con lo declarado a la emisora Radio Globo, mientras que el gobierno de facto liderado por Roberto Micheletti rechazó este documento propuesto por el mandatario Óscar Arias.

    Zelaya, en declaraciones a la estación, dijo estar de acuerdo con los puntos propuestos por Arias, que contemplan la formación de un Gobierno de conciliación nacional encabezado precisamente por él hasta 2010, cuando se culmina el mandato para el que fue elegido democráticamente en las urnas.

    "Estamos de acuerdo, pero siempre y cuando todos los poderes del Estado estén integrados en el nuevo Gobierno", dijo Zelaya, al tiempo que añadió que su regreso a Honduras es cuestión de horas y podría tener lugar este mismo lunes.

    El primer punto de este texto, divulgado este sábado, es precisamente el de la legitimación de Zelaya en el poder hasta la realización de las elecciones pautadas el próximo 29 de noviembre.

    Otra de las propuestas es "la conformación de un gobierno de unidad y reconciliación nacional compuesto por representantes de los principales partidos políticos".

    También la "renuncia expresa" de Zelaya a instalar una cuarta urna en las elecciones del próximo noviembre.

    Arias también propuso anticipar las elecciones hondureñas del 29 de noviembre al último domingo de octubre, así como adelantar la campaña electoral un mes.

    El traslado del comando de las Fuerzas Armadas hondureñas del Poder Ejecutivo al Tribunal Supremo Electoral un mes antes de las elecciones "para garantizar la transparencia y la normalidad" de los comicios, es el sexto punto expuesto por el mediador.

    La última idea de Arias es la conformación de "una comisión de verificación compuesta por hondureños notables y miembros de organismos internacionales, en especial de la OEA, que vigile el cumplimiento de estos acuerdos y supervise el correcto retorno al orden constitucional" en el país.

    Gobierno de facto rechaza acuerdo

    Por su parte, el gobierno de facto de Honduras, encabezado por Roberto Micheletti, rechazó un acuerdo inmediato para la restitución del presidente legítimo, Manuel Zelaya, propuesta por el mandatario de Costa Rica, Óscar Arias, en el marco de la segunda jornada de diálogo que se lleva a cabo este sábado.

    "No vamos, por ningún punto, a realizar ningún acuerdo sin respeto a nuestras instituciones y sin respeto a la Constitución de la República", afirmó Vilma Morales, ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) e integrante de la comisión de Micheletti en el diálogo que se celebra en Costa Rica.

    Morales señaló que hay que "ir discutiendo punto por punto" y "hay que analizar" todo lo que significa la propuesta de Arias.

    "Hay diversos temas que son parte de este diálogo, desde el adelanto a las elecciones, desde el retorno del presidente Zelaya, desde lo que corresponde a que las Fuerzas Armadas pasen bajo la dependencia absoluta del TSE", refirió la ex magistrada.

    Defendió que algunos planteamientos implican a instituciones del Estado hondureño y por tanto se requiere la consulta con ellas.

    Morales aclaró que sigue "en curso el diálogo" y que "no hay ningún acuerdo sobre ninguno de los puntos", al referir que, tras un receso, la reunión con Arias y los representantes de Zelaya se reanuda este mismo sábado.

    Puntos del documento

    • Legitimar restitución de José Manuel Zelaya Rosales en la Presidencia de la República hasta el fin del período del que fue electo.
    • Conformación de un Gobierno de unidad y reconciliación nacional compuesto por representantes de los principales partidos políticos.
    • Declaración de una amnistía general, exclusivamente para todos los conflictos del golpe de Estado.
    • Renuncia del presidente José Manuel Zelaya Rosales y de su gobierno a la pretensión de colocar una cuarta urna en el proceso electoral.
    • Adelantamiento de las elecciones nacionales del 29 de noviembre al último domingo de octubre.
    • Traslado del comando de las Fuerzas Armadas del poder ejecutivo al Tribunal Supremo Electoral un mes antes de las elecciones para garantizar la transparencia y normalidad del sufragio
    • Integración de una comisión de verificación compuesta por hondureños notables y miembros de organismos internacionales especialmente de la Organización de Estados Americanos, que vigile el cumplimiento de estos acuerdos y supervise el correcto retorno al orden constitucional.