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Reforma Educacional en Chile: Ministro, queremos gratuidad, no becas…

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ANDRÉS FIELBAUM, Ex Presidente FECh

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Durante todo el año pasado, uno de los puntos que persistentemente exigimos a Michelle Bachelet aclarar sobre su programa se refería a la gratuidad en la educación superior. Concretamente, la gran interrogante era si ésta se llevaría a cabo a través de simplemente aumentar becas o mediante un financiamiento directo a las instituciones. La respuesta nunca llegó, probablemente porque durante la campaña aclarar las ambigüedades significaba incrementar las tensiones en un momento en que requería a su comando unido. Pero, lamentablemente, hace pocos días el nuevo Ministro Eyzaguirre, en su aparición en el programa de TVN “El Informante”, comenzó a develar tales silencios confirmando nuestras peores predicciones: los fondos dedicados a la docencia (es fácil imaginar que serán los mayoritarios) se harán vía subsidio a la demanda.

Hemos escuchado varias veces el argumento de “que los estudiantes exigen educación gratuita, pero que dejen al gobierno ver cómo se financia, porque eso no es lo que a ellos les afecta”. Sostener algo así significa suponer que nuestra lucha ha sido solamente por nuestro bolsillo, olvidando que la reivindicación estudiantil es mucho más profunda: una educación entendida como un derecho para poner los cimientos de una nueva sociedad, mucho más solidaria, igualitaria, democrática y justa.

Para lo anteriormente dicho, es crucial que el mercado se retire de nuestro sistema educacional. En un sistema mercantilizado la prioridad de las instituciones es maximizar la ganancia (ya sea para echársela al bolsillo cuando existe lucro, ya sea para sobrevivir cuando hay autofinanciamento), cuestión incompatible con una educación donde la prioridad esté puesta exclusivamente en la propia educación, con énfasis en generar estudiantes íntegros, en construir espacios de ciudadanía y, por sobre todo, en las necesidades que Chile tiene tanto a nivel de investigación como de profesionales.

El año pasado publiqué en este mismo medio una columna que intentaba sistematizar en cuatro ejes la necesidad de una educación gratuita: libertad, calidad, integración y dignidad. Aquellos cuatro ejes se ven deformados cuando dicha gratuidad se lleva a cabo mediante subsidio a la demanda (becas) y no mediante un financiamiento estable a las instituciones educativas.

En cuanto a la libertad, efectivamente eliminar la necesidad de pagar significa que el limitante directo a la posibilidad de elegir carrera y Universidad ya no existirá. Sin embargo, una libertad real también requiere que la oferta académica esté acorde a la vocación de los estudiantes y, por sobre todo, a las áreas que en cuanto país definamos como estratégicas. Eso no ocurrirá en la medida que el financiamiento a las Universidades esté ligado directamente a la cantidad de becas que pueda atraer y sus formas de gastarla. Es fácil imaginar que seguirán predominando las carreras más baratas de impartir o las que permiten proyectar mayores ingresos futuros, pasando a un segundo plano aquellas en las que nuestro país tiene carencias o desafíos particulares.

No solamente eso, una verdadera libertad significa también una orientación de la carrera dirigida a una formación completa; una educación que mantenga su carácter mercantil tiene como consecuencia que la orientación de cada carrera seguirá priorizando las necesidades de las grandes empresas y no las del chileno común. Que en ingeniería comercial seguirá siendo prioritario aprender a eludir impuestos y que en derecho seguirá siendo más importante saber formar una empresa que defender el derecho a la vivienda.

La calidad probablemente sea el ítem que más se deforma. Durante años se nos dijo que la libre competencia entre las instituciones educativas haría que el sistema completo mejorara, pues tendrían incentivos a ser mejores para así captar más estudiantes. Difícilmente alguien puede sostener razonablemente que aquel supuesto sea una realidad en nuestro actual sistema educativo, donde año tras año nos espantamos con instituciones que gastan cada vez más en publicidad, y el espanto crece cuando comparamos con lo que gastan en mejorar su infraestructura y su enseñanza.

Financiar la gratuidad a través de becas implica perpetuar esta lógica de instituciones compitiendo entre sí, definiendo sus orientaciones de acuerdo a la volátil demanda y dejando una vez más en un segundo o tercer plano las necesidades de Chile y su pueblo. En cambio, financiamiento directo significa autonomía, característica tan necesaria para que las universidades puedan estar con las energías totalmente puestas en el objetivo educativo y libres de ataduras para jugar un rol relevante en las discusiones claves para el país.

En cuanto a la integración, si bien este objetivo está íntimamente ligado con las políticas de acceso, que sobrepasan los límites de esta columna, nuevamente un financiamiento vía becas implica que este objetivo se cumpla sólo parcialmente. En efecto, pues si bien se termina con la barrera de acceso que es la necesidad de que el estudiante pague, disminuyendo la segregación, aquello no resuelve el hecho de perpetuar la competencia por estudiantes, lo cual lleva a que cada institución se concentre en un nicho específico de mercado, orientando sus recursos y estrategias hacia la captación de cierto tipo de estudiantes. Así en definitiva se mantienen algunas Universidades para ricos y otras para pobres.

Finalmente, en lo que respecta a dignidad, si bien es cierto que becas para todos ya no implicará la posibilidad de perder el financiamiento por cualquier pequeño cambio en la situación familiar, en la propuesta del Ejecutivo la posibilidad de perder la beca sí existirá para todos los estudiantes de aquellas instituciones que deberán “decidir” si desean ser parte de la red de universidades financiadas por el Estado o no. Decisión que en muchos casos deberán adoptar juntas directivas sin ningún tipo de control democrático, compuestas, en no pocos casos, por personas ubicadas a varios miles de kilómetros de nuestro país. Por lo tanto, una decisión que será manejada como una variable que perfectamente puede ser cambiada si a esta gente se le ocurre que es más estratégico para su holding.

Pero no solamente los estudiantes de Universidades privadas estarán en riesgo: la precaria situación de muchas Universidades estatales significa que, sin un aporte basal que les permita proyectarse y planificar a largo plazo, sus decisiones inmediatas seguirán basándose en malabarismos para sobrevivir, con todas las temibles consecuencias que ello puede significar.

Un financiamiento directo a las instituciones es la única manera de verdaderamente hacer de la gratuidad una forma de desmercantilización de la educación. Significa eliminar la lógica de que una carrera tiene un “precio” (más allá de quien lo pague). Si el Estado trabaja con una red de Universidades para que formen los profesionales y el conocimiento que Chile necesita, cada Universidad podrá definir su proyecto educativo para cumplir el rol que le haya sido exigido y en función de ello ser financiada. Para que efectivamente con la educación gratuita ganemos todos, se requiere un sistema educativo pensado en función del país en su conjunto. Comprender que la pelea de los estudiantes no es por los estudiantes, es por Chile y su futuro.

Todo lo anteriormente descrito se basa en un diagnóstico tajante: nuestro sistema educativo ha sido un fracaso rotundo, y requiere de cirugía mayor. Aumentar las becas sin comprender lo anterior es meter plata a un saco roto.

Al exigir aportes directos, surge de inmediato el cuestionamiento de para quiénes deben ir, más aún con la discusión coyuntural sobre qué es educación pública. No entraré en ese debate específico en esta columna, pero sí me parece crucial relevar dos principios básicos. Por un lado, la educación provista por el Estado debe volver a ser el pilar fundamental de nuestro sistema educativo, y por ello la reforma debe apuntar a que en un par de décadas tengamos al menos el 70% del estudiantado en tales instituciones (en todos los niveles de la educación), además de recibir un financiamiento definitivamente prioritario. Por otra parte, el Estado no puede estar financiando a instituciones cuya orientación, cuyo futuro, lo definan personas sin ningún tipo de control democrático: no podemos todos los chilenos entregar recursos a instituciones que ni siquiera responden qué hacen con ellos frente a su propia comunidad, por lo tanto, democratizar las Universidades debe ser un requisito previo a cualquier tipo de financiamiento estatal. Lo público es democrático, no tiene un dueño particular.

El movimiento estudiantil ha sido claro en defender una educación gratuita financiada directamente por el Estado. La deformación que ha hecho Nicolás Eyzaguirre de esta demanda es una demostración clara de que solamente quienes han levantado coherentemente el tema educacional estos últimos 4 años pueden garantizar que la orientación de la reforma sea coherente con los sueños de miles de chilenos. La participación protagónica de los actores sociales del mundo de la educación se hace urgente.

Profundizando el «apartheid» educativo chileno, por Mario Waissbluth

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Apr. 26 , 2012

 

 

Los anuncios presidenciales de reforma tributaria no trajeron mayores novedades respecto a lo preanunciado en la semana.  Vamos primero al monto total: entre US$ 700 y US$ 1000 millones anuales adicionales de recaudación. Suena harto… pero es poco. En suma, aumenta la carga tributaria total de Chile desde aproximadamente el 20.0% al 20.3% del PIB. Como referencia, la carga tributaria total de Uruguay es 23%, la de USA es 27%, Canadá 32%, y la de Noruega mejor ni se la cuento no sea cosa que le dé un soponcio.

Se dijo que esta inyección de recursos  es la que resolverá los problemas de la educación. En la Fundación Educación 2020 hemos hecho bastantes esfuerzos por calcular en detalle el costo total de la reforma educativa. Hemos sumado la necesaria ampliación de cobertura y calidad en jardines infantiles (no mencionados hasta hoy), pre-Kinder y Kinder (sí mencionados), más las mejores remuneraciones asociadas a la carrera docente, retiros dignos para los profesores, la resolución de los problemas de la educación pública eliminando los aportes que muchos municipios deben hacer a la educación, la imprescindible disminución del porcentaje de horas lectivas de los profesores, y los todavía insuficientes recursos de la subvención preferencial (aun con los anuncios ya realizados).

Este ejercicio nos arroja una suma que en el mediano plazo asciende a US$3 a 4 mil millones de dólares por año según algunos criterios diferentes de cálculo. Esto NO incluye, repito, NO incluye los recursos necesarios y ya anunciados para la educación superior.

Pero lo que es verdaderamente ofensivo, en realidad intolerable, es el anuncio de deducciones del impuesto a la renta para pagar gastos privados en educación. Se ha repetido hasta la saciedad que esto beneficiará a 1.5 millones de contribuyentes “de la clase media” y esto es, simplemente, falso.

Veamos las cifras. Según datos de la operación renta 2011 del Servicio de Impuestos Internos, el número total de contribuyentes es 8.2 millones. De ellos, 6.6 millones tienen un ingreso tributario promedio inferior a $157 mil mensuales y no pagan impuesto. Otro millón tiene una renta tributaria promedio de $730.000 mensuales, y paga en promedio $11 mil mensuales de impuesto, aunque en realidad de este millón la mitad paga aproximadamente $5 mil mensuales.

Los verdaderos beneficiados por esta medida serán el remanente, es decir 542 mil contribuyentes, los más ricos de Chile, cuyo ingreso tributario va desde $1.4 millones  – que pagan $62 mil mensuales de impuesto –  hasta 21 mil contribuyentes que tienen un ingreso promedio de  $9.5 millones mensuales– y que posiblemente eluden otro tanto – que tributan $2.7 millones  por mes. Según la última CASEN, el 85% de los contribuyentes que pagan impuesto a la renta pertenece a los 3 deciles más ricos y por lo tanto el beneficio será mayoritariamente para ellos. ¿Es esa la “clase media”? Todos en Chile se creen de «clase media», e ignoran que la verdadera «clase media» de este desigual país, que por lo general no lee la prensa ni twittea, tiene un ingreso per capita de alrededor de $300 mil pesos. Esperaremos entonces ansiosos la “letra chica” de esta regresiva medida.

Peor aún, y poco conocido para la mayoría, ya existe un perverso incentivo tributario en esta materia. Copiaré aquí textualmente los interesantes consejos que da una reciente edición de Economía y Negocios de El Mercurio, llamada “Sepa cómo aprovechar los beneficios de las Cajas de Compensación”. Reza así:  “Un gran atractivo de este sistema es que desde el punto de vista tributario, este tipo de convenios ofrece beneficios tanto para las empresas como para los trabajadores…Pese a que este beneficio es transversal, toma mayor relevancia en personas con rentas más altas, donde el impuesto a la renta tiene mayor impacto… En educación esta alternativa también se vuelve bastante interesante, pues el afiliado puede reembolsar hasta $695.412 al año, por cada hijo que está cursando estudios escolares o superiores. En el caso de que el beneficio esté pactado en un convenio o contrato colectivo, el límite para hijos en la enseñanza universitaria o técnico superior se puede incrementar a $2.549.844″ ¿Habrá estado consciente de este asunto el Presidente cuando elaboró este “paquetito”?

La cosa se pone aún peor. En lo que a Chile le ha ido claramente mal —lo que explica en parte la crisis estudiantil de hoy— es en la segregación social del sistema educativo, expresada por el Índice de Duncan que publica la OECD cuando realiza la prueba PISA. Este índice (parecido al de Gini) no mide la dispersión de los resultados educativos, sino la segregación social entre las escuelas. Así, por ejemplo, en Noruega, el país que obtuvo los mejores resultados en el Índice de Duncan, prácticamente en cada escuela hay una muestra representativa de alumnos según la distribución de ingresos del país. En cambio, en los países con los peores Índices de Duncan del MUNDO, que son precisamente Chile y Perú, hay escuelas en las que sólo estudian hijos de muy ricos, otras en que estudian hijos de ricos, otras en las que sólo estudian hijos de clase media alta, otras para la clase media baja, y otras más en las que sólo estudian hijos de pobres: un verdadero apartheid educativo.

Las escuelas públicas, a las que generalmente asisten los alumnos más pobres, son mucho menos segregadas que las privadas sin fines de lucro. Las más segregadas socialmente son aquellas con fines de lucro y copago de los padres, las que muestran distribuciones de ingreso inter-escuela similares a las de Haití.

Por otro lado, hay claros incentivos “de mercado” para segregar alumnos y dejar a los de menor nivel socioeconómico, educativo y cultural —y a los más problemáticos o desaventajados— en las escuelas municipales, gratuitas y que no seleccionan. Tan solo anteayer visité dos escuelas rurales públicas de Melipilla con excelentes resultados del SIMCE, y las maestras – dignas de que se les erija una estatua – se quejaban de que las escuelas particulares de la región expulsan sistemáticamente a sus peores alumnos al llegar a 7º Básico, de modo que no se les “afee” el resultado del SIMCE de 8º Básico, y que les toca a ellas recibirlos y recuperarlos…. obviamente disminuyendo su propio SIMCE de 8º Básico.

En suma, el “modelito chileno”, que contempla la posibilidad de los padres de enviar a sus hijos a escuelas que exigen un cobro adicional de acuerdo con su estrato económico (mecanismo insólitamente consolidado por un gobierno de centro-izquierda y un Ministro de Educación que fue posteriormente candidato de la izquierda extraparlamentaria), ha profundizado la segregación social. Obviamente, ésta tiene muchas raíces históricas, barriales y culturales. La pregunta es si el sistema educativo las profundiza o las disminuye. Claramente, las profundiza.

Esta reforma tributaria las profundiza aun más, generando no sólo nefastos resultados educativos, sino que separando aun más a las ya separadas y mutuamente desconfiadas clases sociales de Chile. Con esta medida el Presidente Piñera está profundizando el apartheid educativo.

N. Chomsky: el objetivo de la educación, la des-educación…

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Noam Chomsky
Filosofia Costa-Rica
 
 
Noam Chomsky critica el actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo que impide el pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar sobre lo que se oculta tras las explicaciones y que, por ello mismo, fija estas explicaciones como las únicas posibles.
 
Transcripción realizada por Luis Rivas para Rebelión

El objetivo de la educación

Podemos preguntarnos cuál es el propósito de un Sistema Educativo y, por supuesto, hay marcadas diferencias en este tema. Hay la tradicional: una interpretación que proviene de la Ilustración, que sostiene que el objetivo más alto en la vida es investigar y crear, buscar la riqueza del pasado, tratar de interiorizar aquello que es significativo para uno, continuar la búsqueda para comprender más, a nuestra manera. Desde ese punto de vista, el propósito de la educación es mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos. Es uno mismo el aprendiz que va a realizar logros durante la educación y, por lo tanto, depende de uno cuánto logremos dominar, adónde lleguemos, cómo usemos ese conocimiento, cómo logremos producir algo nuevo y excitante para nosotros mismos, y tal vez para otros.

Ese un concepto de educación. El otro concepto es, esencialmente, Adoctrinamiento; algunas personas tienen la idea de que, desde la infancia, los jóvenes tienen que ser colocados dentro de un marco de referencia en el que acatarán órdenes, aceptarán estructuras existentes sin cuestionar, etc. Y esto resulta, con frecuencia, bastante explícito. Por ejemplo: después del activismo de los años 60, había mucha preocupación en gran parte de la gente educada, porque los jóvenes se estaban volviendo demasiado libres e independientes, que el país se estaba llenando con demasiada democracia. Y de hecho hay un estudio importante que es llamado «La crisis de la democracia», que afirma que hay ciertas instituciones de los jóvenes -la frase es de ellos- que no están haciendo su trabajo adecuadamente; se refieren a escuelas, universidades, iglesias, que tienen que ser modificadas para que lleven a cabo, con más eficiencia, esa idea, que, de hecho, proviene de liberales internacionalistas, de gente altamente educada.

En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas medidas para tratar de orientar el sistema educativo hacia uno provisto de mayor control, más adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan costosos que endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de conformismo.

Eso es exactamente lo contrario de lo que yo describo como una tradición proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos dos enfoques, en las universidades y escuelas. En las escuelas ciertamente se les entrena o para pasar exámenes o bien para la investigación creativa, entendiendo esta ultima como dedicarse a intereses que son estimulados por los cursos en los que se profundiza por cuenta propia o en cooperación con otros. Esta lucha se extiende también al posgrado o a la investigación.

Son dos maneras ver el mundo. Cuando uno ve las instituciones de investigación, como esta en la que estamos [Nota de Transcripción: MIT], observa que a nivel de posgrado se sigue esencialmente la idea de la Ilustración. De hecho la Ciencia no podría progresar a menos que esté basada en la inculcación del impulso por el desafío, por el cuestionamiento de doctrinas o de la autoridad, a través de la búsqueda de alternativas o del uso de la imaginación, con el trabajo cooperativo que aquí, en esta institución, es constante. Y para verlo, solo se necesita caminar por los pasillos.

Esto es lo que, desde mi punto de vista, debe ser un sistema educativo desde la educación preescolar.

Pero hay estructuras poderosas en la sociedad que prefieren ver a la gente adoctrinada y formateada sin que hagan muchas preguntas, siendo obedientes, realizar la función que se les ha asignado y no tratar de sacudir los sistemas de poder y autoridad. Son opciones que tenemos que elegir

sin importar nuestra posición en el Sistema Educativo, como profesores, estudiantes, o gente externa que trata de ayudar a darle forma, en la manera que ellos creen que debe hacerse.

El impacto de la tecnología

Ha habido ciertamente un crecimiento muy sustancial en nuevas tecnologías: de comunicación, información (acceso e intercambio) o en la naturaleza de la cultura de la Sociedad. Pero debemos tener en cuenta que los cambios tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser significativos, no tienen, ni de lejos, el mismo impacto que los avances tecnológicos de hace alrededor de un siglo. El cambio, si hablamos sólo de comunicación, de una máquina de escribir a una computadora o del teléfono al correo eléctronico es significativo, pero no se puede comparar con el cambio de barcos de vela al telégrafo: la reducción en eI tiempo de comunicación, por ejemplo entre Inglaterra y los Estados Unidos, fue extraordinaria comparada con los cambios que están ocurriendo ahora. Lo mismo ocurre con otros tipos de tecnología: algo tan sencillo como el agua corriente y el alcantarillado en las ciudades tuvo enormes consecuencias para la salud; mucho más que el descubrimiento de los antibióticos. Los cambios actuales son reales y significativos, pero debemos reconocer otros que ocurrieron y cuyos efectos fueron mucho más drásticos.

En cuanto a la tecnología en la educación, debe decirse que la tecnología es algo neutro. Es como un martillo: al martillo no le importa si lo usas para construir una casa o si un torturador lo usa para aplastarle el cráneo a alguien. El martillo puede hacer ambas cosas. Es lo mismo con la tecnología moderna. Por ejemplo: internet es extremadamente valiosa si se sabe lo que se está buscando; yo la uso todo el tiempo en mi investigación. Si se sabe lo que se está buscando, si se tiene una especie de marco de referencia, que nos dirige a temas particulares y nos permite dejar al margen muchos otros, entonces puede ser una herramienta muy valiosa. Por supuesto, uno debe estar siempre dispuesto a preguntarse si el marco de referencia es el correcto: tal vez algo que encontremos cuestionará la forma en que vemos las cosas. No se puede perseguir ningún tipo de investigación sin un marco de referencia relativamente claro que dirija la búsqueda y que ayude a seleccionar lo que es significativo y lo que no lo es, Io que hay de que dejar de lado, a lo que hay que darle seguimiento, lo que merece ser cuestionado o desarrollado.

No se puede esperar que alguien llegue a ser, por así decirlo, biólogo, nada más con darle acceso a la biblioteca de biología de la Universidad de Harvard y diciéndole: "léela". Eso no le sirve de nada, y el acceso a internet es lo mismo: si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada.

Entonces, detrás de cualquier uso significativo de la tecnología contemporánea, como internet, sistemas de comunicación, gráficos o lo que sea, a menos que detrás de ese uso haya un aparato conceptual bien dirigido, bien construído, es poco probable que este resulte útil, y hasta podría ser dañino. Si se toma un hecho incierto aquí y otro allá y alguien los refuerza, terminamos con un panorama que tiene algunas bases objetivas, pero nada que ver con la realidad. Hay que saber cómo evaluar e interpretar para entender.

Volviendo a la biología, la persona que gana el premio Nobel no es la que lee más artículos y toma más notas; es la persona que sabe qué buscar. Cultivar esa capacidad para buscar lo que es significativo y estar siempre dispuesto a cuestionar si estamos en el camino correcto, de eso es de lo que debe tratar la educación, ya sea usando computadores e internet o lápiz, papel y libros.

Costo o Inversión

La Educación es discutida en términos de si es una inversión que vale la pena, de si genera un gran capital humano que puede ser usado en el crecimento económico, y esa es una manera muy extraña, muy distorsionada, de cuestionarse el tema, opino. ¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos? ¿Queremos eso o queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo.

Una educación como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y otros, tiene un valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga en la sociedad tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores. Después de todo a eso es a lo que debe servir un sistema educativo.

No obstante, si se quiere ver en términos de costo y beneficio, tomemos por ejemplo la nueva tecnología de la que hablábamos: ¿de dónde viene? Bueno, pues mucha de ella fue desarrollada exactamente donde estamos sentados [Nota de Transcripción: MIT]. En el piso de abajo había un gran laboratorio en los años 50, donde fui empleado de hecho, y donde había muchos científicos, ingenieros, gente con todo tipo de intereses, filósofos y otros, que desarrollaron el carácter básico y aún las herramientas básicas de la tecnología que es común hoy día. Las computadoras e internet estuvieron exclusivamente en el sector público durante décadas, financiadas en lugares como este, donde la gente exploraba nuevas posibilidades; muchas de ellas eran impensables y desconocidas en ese momento, algunas funcionaron, otras no, pero las que funcionaron fueron convertidas en herramientas que la gente puede usar.

Esa es la manera como el progreso científico tiene lugar. Es la manera en la que el progreso cultural tiene lugar, generalmente.

Los artistas clásicos, por ejemplo, son el producto de las habilidades tradicionales que se desarrollaron a lo largo del tiempo con maestros artistas, y a veces con su ayuda se crearon cosas maravillosas.

Todo eso no sale de la nada. Si no existe un sistema cultural y educativo activo, enfocado en la estimulación de la exploracion creativa, con independencia de pensamiento, con disposicion a cruzar fronteras para desafiar las creencias aceptadas… si no se tiene eso, no obtendremos la tecnología que lleva a obtener beneficios económicos. Beneficios, sin embargo, que no creo que sean el objetivo principal del enriquecimiento cultural y la educación.

Evaluación vs. Autonomía

Ha habido, en los últimos tiempos particularmente, una estructuración cada vez mayor de la educación, que comienza a temprana edad y contínúa luego, y que funciona a través de exámenes.

Pasar exámenes puede ser de alguna utilidad tanto para la persona que está pasando el examen -para comprobar cuánto sabe, lo que ha logrado, etc- como para que los instructores se den cuenta qué es lo que hay que cambiar, mejorar, en el desarrollo del curso. Pero más allá de eso no dicen mucho.

Lo sé por mi experiencia de años, he estado en comités de admisión a programas de posgrado avanzado, tal vez uno de los programas más avanzados del mundo, y sí, desde luego, ponemos atención a los resultados de exámenes, pero realmente no mucha. Una persona puede tener resultados magníficos en todos los exámenes y entender muy poco. Todos los que hemos pasado por escuelas, colegios, universidades, sabemos eso. Se puede estar inscrito en un curso que no nos interesa para el que existe el requerimiento de pasar un examen, y se estudia para el examen, se logra pasarlo con la mejor nota y, dos semanas más tarde, no nos acordamos de mucho. Estoy seguro que todos hemos tenido esa experiencia.

Los exámenes pueden ser una herramienta útil si contribuyen a los fines constructivos de la educación, pero si sólo se tratan de una serie de obstáculos que hay que superar pueden no tanto carecer de sentido como distraernos de lo que queremos hacer. De hecho veo esto frecuentemente cuando hablo con profesores: hace un par de semanas estaba yo hablando con un grupo que incluía profesores de escuela y había una profesora de 6º grado, es decir, con alumnos de 10 a 12 años, que vino a hablar conmigo luego y me dijo que en su clase una niña le contó que estaba realmente interesada en un tema: le pedía consejo para aprender más al respecto, pero la maestra se vio obligada a decirle que no podía hacer eso, porque la niña debía estudiar para un examen a nivel nacional que se acercaba y que eso iba a determinar su futuro; la profesora no lo dijo, pero también iba a determinar el de ella, es decir, eso influiría para que la contrataran de nuevo.

Ese sistema no es sino una preparación de los niños para pasar obstáculos, no para aprender, entender y explorar. Esa niña hubiera ganado mucho más si se le hubiera permitido explorar lo que le interesaba y tal vez no sacar una muy buena calificación en un examen de algo que no le interesaba.

Buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con los intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban eliminarse, pueden ser una herramienta educativa útil. Pero complementaria, algo que ayude a los estudiantes a mejorar por sí mismos, o para los instructores u otros que necesitemos saber acerca de lo que hacemos e indicarnos lo que debemos modificar.

Pasar exámenes no se puede ni comparar con buscar, investigar, dedicarse a temas que nos atraen y nos estimulan; esto último es mucho más práctico que pasar exámenes. Y, de hecho, si se nos da la oportunidad de este tipo de carrera educativa, el estudiante recordará lo que descubrió.

Un físico mundialmente famoso, aquí en el MIT daba, como muchos catedráticos, cursos a estudiantes nuevos. Un estudiante le preguntó qué temas se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: "No importa lo que se cubre, sino lo que se descubre". Y es correcto: la Enseñanza debe inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen otas mejores, a revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen.

Si la Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y no sólo recordarían lo que estudiaron sino que lo utilizarían como una base para continuar aprendiendo por sí solos.

Una vez más: la educacion debe estar dirigida a ayudar a los estudiantes a que lleguen a un punto en que aprendan por sí mismos, porque eso es lo que van a hacer durante la vida, no sólo absorber información dada por alguien y repetirla.

Camila Vallejo: "Me gustan Evo Morales y Correa". Entrevista y aclaración posterior…

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ROCÍO MONTES ROJAS 15/01/2012

"Estoy cansada física y mentalmente. Siento una carga muy grande. La gente quiere que tenga respuesta para todo y tienen la expectativa de que voy a cambiar Chile, yo sola. En la calle me gritan: ‘¡Los apoyamos, no nos abandonen!’. Pero la responsabilidad, chucha, es de todos. Yo soy solo una joven de 23 años…".

Cuando Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling intenta volver a ser la veinteañera desconocida de hace un año, apaga su móvil destartalado y se traslada a una casa del Cajón del Maipo, una localidad en la precordillera, a unos 52 kilómetros de Santiago. Fue lo que hizo el 31 de diciembre junto a un pequeño grupo de amigos para pasar la Nochevieja. El Partido Comunista, donde milita desde los 19 años, ofreció al día siguiente el tradicional caldillo de congrio con el que festeja la llegada del Año Nuevo junto a la prensa. Pero la icónica dirigente universitaria, protagonista del movimiento estudiantil chileno, amante del rock clásico y la bossa nova, del hip-hop y la cumbia, no acudió a la celebración.

En diversos lugares del planeta la han descrito como la joven y bella revolucionaria que ha cambiado la topografía del debate político y social chileno en tan solo nueve meses. La estudiante de Geografía ha sido comparada con el Che Guevara y La Pasionaria. Ha recibido hasta treinta peticiones diarias de entrevistas. Un jubilado de la ciudad de Valparaíso se tatuó su rostro en el brazo. Un cantante alemán le compuso una canción que subió a YouTube. Pero, sin contabilizar la fama que la precede, y su belleza alabada por hombres y mujeres, Camila Vallejo parece ser una joven normal que se apasiona e indigna por los mismos motivos que la mayor parte de su generación.

La entrevista se realiza en la sede de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), de la que ella es vicepresidenta. Es una casona grande y antigua, ubicada en el centro de Santiago, donde en los años setenta funcionó el cuartel general de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía política de la dictadura de Pinochet. En el cuartel tenía su oficina Manuel Contreras, condenado a presidio perpetuo por crímenes de lesa humanidad. Camila Vallejo no recuerda nada de esos años. El 11 de marzo de 1990, el día que terminó el Gobierno de Pinochet, ella tenía un año y nueve meses.

Pregunta. ¿Qué le evoca la palabra dictadura si no la vivió?

Respuesta. La imagen que me he construido a partir de los relatos es la del temor constante. Dormir con ropa por el miedo a que te vinieran a buscar por la noche, los disparos en las poblaciones, las reuniones clandestinas. Finalmente, la generación que vivió a flor de piel ese periodo quedó traumatizada, producto de esa represión. Y por esta razón, ya llegada la democracia, comenzó a reinar el individualismo y la idea de que es mejor no meterse en política, porque no siempre las cosas terminan bien.

P. ¿Qué diferencia a su generación de la de sus padres?

R. Nuestra generación no tiene temor. Y por eso, a diferencia de nuestros padres, no nos cuesta denunciar que en Chile hay abuso, represión, que los empresarios están robando y que los políticos muchas veces son unos sinvergüenzas.

Chile ha cambiado bruscamente en los últimos meses. El descontento que la población acumulaba desde hace años ha tomado forma de protestas, huelgas y cacerolazos. Los jóvenes salieron a la calle para exigir educación pública gratuita y de calidad. El conflicto desbordó al Gobierno del presidente Sebastián Piñera. Fue perdiendo poco a poco popularidad, hasta llegar a un 23% a finales de 2011. El centro izquierda, que estuvo en La Moneda durante 20 años, quedó paralizado. Camila Vallejo se transformó en el principal rostro de la metamorfosis. Blindada por un grupo de guardaespaldas, la universitaria de ojos claros y piercing en la nariz encabezó cientos de marchas.

La indignación chilena no es fruto de una crisis económica. Este país crece a un ritmo del 6%. La pobreza pasó de un 45% a un 15% entre 1987 y 2009. Sin embargo, el 10% de los chilenos más ricos gana 27 veces más que el 10% más pobre, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). "Hay profundas inequidades sociales, poca democracia y un nivel intolerable de abusos", dice Camila Vallejo mientras revuelve lentamente una taza de café.

"Trabajamos muchas horas al día, somos esclavos de las deudas, nos estafan en las cuentas de luz y de agua y, como no tenemos tiempo para el ocio, tampoco reclamamos por las cosas que nos parecen justas. Hemos acumulado frustración y descontento. Todo eso fue lo que estalló en 2011. Chile despertó y nosotros estamos aquí para cuestionar, combatir y no seguir reproduciendo el sistema", explica.

P. Chile es uno de los pocos países del mundo donde no es legal el aborto terapéutico. ¿Cree que es justo que en el extranjero se le retrate como uno de los más conservadores de Latinoamérica?

R. Es contradictorio, porque si bien somos el país más neoliberal del mundo, en Chile existe mucho conservadurismo en los valores, tanto en la derecha como en el centro y la izquierda política.

P. ¿A qué se refiere?

R. Nos falta avanzar con respecto a los derechos de las minorías sexuales. Estoy de acuerdo con el aborto en varias circunstancias. Primero es necesario respetar la autodeterminación de la mujer, antes de traer al mundo a alguien que no va a ser compatible con la vida que quiere su madre. Hoy en día, las que tienen plata lo hacen y, finalmente, es una libertad que está condicionada a tu capacidad de pago. También estoy a favor de la despenalización de la marihuana, porque cuando se legaliza existe la posibilidad de controlar el narcotráfico.

De acuerdo con una encuesta reciente, el 39% de la población dice estar "muy indignada". Una de las teorías que se han levantado en este país para explicar el descontento es la irrupción de la clase media que dejó la pobreza en las últimas dos décadas. Los Gobiernos de la Concertación prometieron que la forma más eficiente de resolver los problemas de inequidad era a través de la educación. El modelo instalado en el Gobierno de Pinochet, sin embargo, no cambió sustancialmente y los resultados siguieron siendo mediocres y desiguales. La gente se hartó y estalló el conflicto social. La familia Vallejo Dowling pertenece a ese grupo.

"A mi edad mis padres eran pobres, supervivientes. Cuando se conocieron en el mundo del teatro tenían que vender empanadas para vivir. Militaban en el Partido Comunista, pero no eran dirigentes", relata la universitaria. Aunque ella ahora vive en un piso que arrienda en el centro de Santiago, fue criada en la comuna de La Florida en el sur de Santiago. Es una zona de clase media donde, sin embargo, hay chabolas que conviven con modernos centros comerciales y autopistas. Fue el escenario donde Camila Vallejo comenzó a "indignarse con la situación chilena". Y cuando entró a la Universidad de Chile, la pública más importante del país, comenzó a militar en el Partido Comunista.

P. A diferencia de lo que ocurre en la actualidad, donde los comunistas están en el Congreso, durante la dictadura el partido tomó la vía armada.

R. El pueblo tiene derecho a combatir en masa la violencia estructural que existe en la sociedad. Y nosotros nunca hemos descartado la posibilidad de la vía armada, siempre y cuando estén las condiciones. Sin embargo, en este momento, ese camino está totalmente descartado, porque la tensión que hoy día existe es neoliberalismo versus democracia.

Aunque ella no lo reconozca, en ocasiones ha sido una militante algo indisciplinada. Tras la muerte de Kim Jong Il, por ejemplo, criticó públicamente la decisión de su partido de enviar condolencias formales al Gobierno de Corea del Norte.

P. Pero nunca ha hecho reproches a Cuba, donde estuvo en 2009 al conmemorarse los 50 años de la revolución.

R. No es comparable. Cuba no es el mejor modelo de democracia que uno pueda reconocer mundialmente, pero se han logrado muchos avances que en Chile, por ejemplo, no hemos logrado. Siempre hay sectores reaccionarios que porfiadamente defienden las libertades individuales sobre los derechos universales. Los chilenos resguardan la libertad de empresa sobre el derecho a la educación. De cualquier forma no creo que sea el momento de debatirlo, porque tampoco manejo muchos elementos.

Además de indignados, los chilenos no confían en sus instituciones. Una encuesta reciente revela que todas han perdido respaldo ciudadano: las Fuerzas Armadas, la Iglesia católica, los medios de comunicación, el Gobierno, las empresas privadas, la Justicia, el Congreso y los partidos políticos, que hoy por hoy son los más desprestigiados. Solo un 16% de los chilenos, de hecho, cree que la democracia en este país funciona bien.

P. Es la cuarta figura política mejor valorada en Chile y ya se señala que será candidata a diputada.

R. Esto no se resuelve con que yo sea candidata, da igual. El verdadero desafío es que debe haber gente dispuesta a cambiar la correlación de fuerzas en los espacios donde se toman las decisiones. Si no nos gusta cómo funcionan las cosas, tenemos que hacernos cargo. Debemos disputar el Parlamento para que sea realmente representativo y no esté ocupado por burócratas.

P. El 26 de enero estará en Berlín y el 2 de febrero llegará a Italia. ¿Qué piensa de Europa?

R. Pienso que el desarrollo de los países del Norte se produce gracias al subdesarrollo de los países del Sur. Europa, por una parte, y Latinoamérica, Asia y África, por otra. Siempre tiene que haber sitios saqueados para que otros disfruten del placer de los excesos. Los europeos fueron parte del proceso de colonización que arrasó con nuestros pueblos originarios. La aplastaron, masacraron, esclavizaron…

P. ¿Genocidio?

R. Es que es un hecho probado que hubo genocidio en Latinoamérica. Aquí se eliminó con la espada y con la cruz. Y también se explotó la naturaleza, nuestros recursos naturales. Y los siguen extrayendo como sanguijuelas. Las multinacionales, ¿de dónde vienen? De España, de Estados Unidos…

P. ¿Qué tipo de izquierda latinoamericana la identifica? ¿La de Dilma Rousseff, Hugo Chávez, Cristina Fernández o Fidel Castro?

R. De todas hay que sacar elementos, porque tienen sus particularidades según su desarrollo histórico y realidad política. Pero me gusta mucho lo que está haciendo Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y José Mujica en Uruguay.

P. ¿Haría campaña por una eventual reelección de la expresidenta chilena Michelle Bachelet, dado que el Partido Comunista podría hacer una alianza con la Concertación?

R. Jamás estaría dispuesta a hacer campaña por Bachelet ni a llamar a los jóvenes a votar por ella. Nadie me asegura que su programa sea representativo de las ideas que el movimiento estudiantil ha planteado. Y yo no recibo órdenes del partido. Todo pasa, finalmente, por una decisión personal. A mí nadie me va a obligar.

P. ¿Cómo va a evolucionar el movimiento estudiantil en Chile?

R. Este movimiento es el puntapié inicial de un proceso social por el cual seguiremos trabajando. Queremos conseguir reformas estructurales en el sistema educativo, pero también la construcción de un país con mayores derechos y garantías por parte del Estado. La extinción del movimiento estudiantil no es una posibilidad.

EL PAIS.COM

Aclaración a entrevista del diario El País

Por Camila Vallejo
 
Camila Vallejo

 
 

En la edición electrónica del diario español El País, con fecha 15 de Enero, fue publicada una entrevista que me realizó la cual ha sido replicada por diversos medios nacionales. Al respecto, me gustaría hacer un par de aclaraciones y reflexiones sobre algunos de los contenidos de ésta.

El formato de una parte de la entrevista da cuenta de cierto tono de dureza que no se condice con la intención de mis palabras. Pues para ser objetivos, a la fecha, los comunistas no hemos definido nuestro candidato presidencial y nuestra apuesta es que dicha decisión pase por todas las fuerzas políticas y sociales de oposición que están dispuestas a avanzar a un cambio profundo del modelo económico y político del país.

La candidatura que provenga del mundo e historia de la Concertación, cuenta con la justa deslegitimación por parte de un sector social mayoritario dada la profundización al modelo de desarrollo neoliberal a la cual se abocó esta coalición, apostando a la desmovilización y a la descomposición del tejido social.

Para nosotros, no es una opción viable dar un apoyo a las mismas ideas que administraron el sistema por 20 años.

Lo que hoy busca nuestro Partido y propone al conjunto de la sociedad chilena, es la conformación de un Gobierno de Nuevo tipo que represente fielmente los intereses del mundo social donde los ejes estarán en temas como la educación pública gratuita y de calidad, el fin al lucro, nueva Constitución, una nueva ley electoral y reforma al binominal, plebiscito, reforma tributaria y nacionalización del cobre y el agua, entre otros elementos que permitan avanzar hacia una sociedad donde se garanticen derechos sociales universales, se ensanche y profundice la democracia y se pueda convivir en mayor armonía con el medio ambiente.

En otras palabras, no habrá apoyo a candidatura alguna que no se comprometa con un programa serio, que refleje los cambios políticos y económicos que la sociedad chilena está demandando y que pasan por transformar el actual modelo.

El próximo candidato deberá representar fielmente las demandas que han emergido durante este periodo donde la ciudadanía ha despertado.

Nuestra propuesta es un Gobierno que sustente su gobernabilidad en un mundo social organizado y no en meros equilibrios parlamentarios. Y eso, junto con el carácter explícito anti-neoliberal, son aspectos que los comunistas impulsaremos a la hora de proponer una alternativa de Gobierno.

Finalmente, me gustaría poner énfasis en que los comunistas elegiremos nuestro candidato presidencial, de la misma manera en que tomamos nuestras decisiones: luego de un proceso intenso de discusión programática y de forma colectiva, donde cada integrante de nuestro Partido se hará partícipe del debate y la toma de dicha decisión.

De esta manera, específico, mi candidato presidencial será aquél que como colectividad acordemos con miras a un mayor bienestar social y a un gobierno de mayor justicia e igualdad social.

Demás está decir que, la discusión presidencial, es sumamente apresurada, dada las importantísimas responsabilidades que tiene el mundo social y las fuerzas de izquierda este 2012: proyectar las movilizaciones y las demandas que emergieron del despertar del 2011 y desplazar a la derecha de los municipios, apostando por darle un nuevo carácter a los gobierno locales, fomentando la participación ciudadana, mejorando el acceso a los derechos sociales, construyendo municipios modernos, cercanos a las necesidades de los vecinos y que fomenten la organización social.

Tratar de presionar a los dirigentes sociales, estudiantiles o a la ciudadanía en general a definir una postura en torno a una figura carente aún de contenido programático es inoportuno y un vicio por lo demás, de esta añeja forma de hacer política.

Radio Cooperativa.cl

Noam Chomsky e intelectuales apoyan a estudiantes chilenos…

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ago 4

 

Veinticinco académicos, críticos literarios, filósofos, médicos, de nacionalidad argentina, estadounidense, mexicana, brasileña y chilena, a través de un escrito, apoyaron las movilizaciones estudiantiles por una educación de calidad, expresando que “los alumnos reclaman con razón”.

En el comunicado sostuvieron que “un grupo de 34 estudiantes chilenos de enseñanza secundaria comenzaron hace dos semanas una huelga de hambre para llamar la atención de la sociedad chilena sobre su demanda por un fortalecimiento del papel del Estado en la educación pública, un clamor que es compartido por sus profesores y por la mayoría de la población, de acuerdo a distintos sondeos de opinión”.

“Los estudiantes reclaman con razón el progresivo deterioro de la educación pública, dentro de un sistema que favorece la educación privada, muchas veces sostenida por el propio Estado, en una educación excluyente y convertida muchas veces en una mercancía”, dijeron en el escrito.

Agregaron que “resulta difícil de entender además que los estudiantes universitarios y sus familias sean el soporte económico de las universidades públicas, en un aberrante sistema de autofinanciamiento”.

“Intentamos llamar la atención de la comunidad chilena e internacional sobre el sacrificio de este grupo de adolescentes que ya sostienen un ayuno por dos semanas, con el único propósito de alcanzar una educación de calidad y sin costo económico, para el conjunto de la sociedad chilena”, dijeron.

Firman los académicos estadounidenses Noam Chomsky y Norman Finkelstein; el documentalista de la misma nacionalidad, Adam Shapiro, el brasileño Adriano Martins, sociólogo; Tilda Rabi, periodista argentina; los chilenos, Camilo Marks, crítico literario; Sergio Grez, historiador; Patricio Manns, músico y escritor; Alejandra Lastra, ex oficial Acnur; Roberto Manríquez, periodista; Cristina Quezada, licenciada en Historia.

También los mexicanos, doctora Margarita Peña, Premio Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Filosofía y Letras (México); Ifigenia Martínez ex directora Facultad de Economía, Unam; Tatiana Sule facultad de Filosofía y Letras Unam (México), doctor Julio Boltvitnik, Colegio de México, doctor Alejandro Nadal, Colegio de México, doctor Axel Dddriksson, ex secretario de Educación Gobierno del Distrito Federal; Elena Poniatowska, escritora y Juan Villoro, escritor, entre otros.

Chile: Revolución anti-neoliberal social/estudiantil

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Manifiesto de Historiadores

Las calles, plazas y puentes de todas las ciudades a lo largo de Chile se han transformado en las arterias donde fluyen y circulan miles de estudiantes y ciudadanos, entonando y gritando las demandas por cambios estructurales en la educación los que, a su vez, exigen cambios sustanciales en el paradigma económico, en el carácter y rol del Estado y en su conjunto, en el pacto social constitucional del país. Desde hace meses las movilizaciones no han cesado, recuperándose y adaptándose algunas consignas de antaño, cantándose nuevas que apuntan críticamente al corazón del modelo social y económico financiero neoliberal actual: el mercado, el crédito, el endeudamiento, el lucro, la inequidad social y educativa. Y si bien inicialmente parecía que se hubieran abierto, al fin, las Alamedas, marcando la llegada de la hora histórica anunciada por el discurso final de Allende, el desarrollo de los acontecimientos con el recrudecimiento de la represión policial, las amenazas y amedrentamiento a los/as dirigentes estudiantiles por parte de adherentes oficialistas y la actuación provocativa de policías encapuchados infiltrados de civil, nos recuerdan que estamos en un régimen político dirigido por la derecha chilena, heredera de las prácticas de la dictadura militar y verdadera fundadora del régimen neo-liberal que busca resguardar. Y mientras los jóvenes copan el cuerpo de Chile y la represión enfurece, suenan los cacerolazos del apoyo ciudadano, recordando el tiempo de las protestas. Si no ha llegado aún el tiempo de las alamedas, ha brotado con fuerza la voluntad de poder de la nueva generación para presionar sobre ellas hasta lograr su verdadera Apertura histórica.
 
 
* * *
 
 
Los que realizamos el oficio de historiar nos preguntamos acerca del carácter de este movimiento y del significado de su irrupción histórica. ¿Se trata de una fase más del movimiento estudiantil post-dictadura? ¿Corresponden sus demandas a reivindicaciones básicamente sectoriales? ¿Cuál es la forma de hacer política de este movimiento? ¿Qué relación tiene este movimiento con la historia de Chile y su fractura provocada por el golpe armado de 1973? ¿Cómo se articula este movimiento con el camino y orientación de la historicidad secular de Chile? ¿Qué memoria social y política ciudadana ha activado la irrupción callejera y discursiva estudiantil? Si bien es arriesgado responder a estas preguntas cuando se trata de un movimiento en marcha, los que aquí firmamos lo hacemos como una necesidad de aportar desde la trinchera de nuestro oficio, con la plena convicción de que estamos ante un acontecimiento nacional que exige nuestro pronunciamiento, sumándonos a tantos otros que se han realizado y se realizan cotidianamente desde distintos frentes institucionales, gremiales y civiles.

 

1. Consideramos, en primer lugar, que estamos ante un movimiento de carácter revolucionario anti-neoliberal. Las demandas del movimiento estudiantil emergen desde la situación específica de la estructura educativa del país, basada en el principio de la desigualdad social; una transformación a esta estructura –como bien lo dicen los gritos callejeros- exige un cambio sistémico en el modelo neo-liberal, que hace del principio de desigualdad (fundado en la mercantilización de todos los factores y en la consiguiente capacidad de compra de cada cual) la clave ordenadora de las relaciones sociales y del pacto social. Correspondiente con este principio de ordenamiento, la figura política del Estado neo-liberal se perfila como un aparato mediador, neutralizador y garante, a través de sus propias políticas sociales, de dicho principio des-igualitario; estructura económico-política sustentada en la escritura de una carta constitucional legitimadora de dicho principio. No es de extrañar, así, que el movimiento estudiantil actual encuentre un tan amplio respaldo ciudadano: en la categoría dicotómica de “deudores” respecto de un grupo legalmente abusivo y corrupto de “acreedores”, se encuentra la mayoría de los chilenos que grita y cacerolea su apoyo a los estudiantes: porque los estudiantes no son solo “estudiantes” sino que son ellos mismos en tanto deudores. Porque no sólo los estudiantes viven en el principio de la desigualdad, sino la mayoría social chilena actual lo sufre en carne propia. Lo social particular y lo social general se auto-pertenecen y se auto-identifican mutuamente en una unidad que se construye y se concientiza sobre la marcha. Así, el movimiento estudiantil, aparentemente sectorial, constituye un “movimiento social” que, al tocar el nervio estructurante del sistema, irradia e identifica a la sociedad civil ampliada, reproduciendo socialmente la fuerza de manifestación de su poder, descongelando el miedo y aglutinando los discursos y las prácticas fragmentadas. Es decir, el movimiento estudiantil actual tiene un carácter radical en cuanto busca revertir el principio neoliberal de la desigualdad que construye la sociedad actual, por el principio de la igualdad social (basado en un sistema de “derechos sociales ciudadanos”), promesa irrenunciable de la modernidad, a pesar de cualquier post/modernidad; principio que, desde la esfera educativa chilena, se propaga como fragancia de nueva primavera a todas las esferas de la sociedad.

2. Este movimiento ha comenzado a recuperar lo político para la sociedad civil, poniendo en cuestionamiento la lógica de la política intramuros, y con ello el modelo de seudo-democracia y legalidad que no ha cortado el cordón umbilical con la dictadura. Se trata de una política deliberativa en el más amplio sentido de la palabra, que trasciende los esquemas partidarios (a pesar de las militancias personales de algunos dirigentes). El movimiento muestra cómo, a través de la orgánica de las bases movilizadas, con el apoyo de las redes comunicacionales (“política en red”), se ejerce el poder de las masas en el escenario público, presionando por la transformación de las estructuras. Este hecho está replanteando los fundamentos del cambio social histórico, cuestionando las modalidades verticalistas y representativas, propias de la premisa moderna, propiciando activamente formas de democracia directa y descentralizada. Por otra parte, respecto de la relación del movimiento con el sistema político y el gobierno actualmente imperante, este movimiento corresponde a un nuevo momento de su trayectoria histórica posdictadura, en el cual la vinculación con la institucionalidad se realiza básicamente desde la calle, no habiendo entrado a la negociación institucional dada al interior de los recintos gubernamentales. Desde esta perspectiva, lo nuevo de este movimiento es la “política abierta” o “política en la calle” que, al mismo tiempo que permite mantener el control del territorio propio de la sociedad civil, difunde y transparenta su discurso, su texto y sus prácticas a plena intemperie, ante toda la ciudadanía. La política clásica de los gobiernos concertacionistas de “invitación al diálogo” se ha vuelto una trampa ineficaz, manteniendo el movimiento social actual la fuerza de sus propias prácticas de poder. Así, las movilizaciones estudiantiles y sociales que hoy se desarrollan a partir de las demandas por la educación, no sólo ciudadanizan lo educativo y lo sitúan como base fundamental del proyecto de sociedad, sino que dan cuenta de la crisis del sistema político, cuestionando y transgrediendo la “democracia de los acuerdos”, consagrada como principal herramienta para neutralizar y postergar las demandas sociales. Esta nueva política encuentra su expresión manifiesta en un tipo de protesta social que rompe los marcos impuestos tanto por la cultura del terror de la dictadura, como la del “bien mayor” de la transición. A través de una incansable apropiación del espacio público y, en general, a través de prácticas corporales de no-violencia activa, el movimiento ha generado múltiples acciones culturales en un lenguaje rico, plástico, inclusivo y audaz que interpela el cerco de la represión policial y de los medios que criminalizan la protesta.

3. Si bien este movimiento corresponde a un momento nuevo de la política y de la historia social posdictadura, este sólo puede comprenderse desde la perspectiva más amplia de la historicidad siglo xx en Chile. En el curso de ésta, la equidad educacional junto a las limitaciones legales impuestas al capitalismo anárquico, habían alcanzado una maduración estructural en los años ‘60 y ‘70, siendo este proceso abortado con el golpe del ’73 en su fase de plena consolidación. El movimiento social estudiantil actual es expresión de la voluntad y del acto de recuperación de esa hebra rota de nuestra historicidad. Es la irrupción del brote de la semilla que fue pisada y soterrada por la bota dictatorial y el neoliberalismo. Es el renacimiento, en la nueva generación, del sueño y voluntad de sus padres de fundar una sociedad basada en la democracia, la justicia social y los derechos humanos fundamentales, de los que la educación es uno de sus campos más fértiles. En efecto, el pacto social educativo alcanzado en los ’60 y ’70 fue el fruto de una larga lucha dada por muchas generaciones desde mediados del s. xix. Proceso y lucha que consistió básicamente en la voluntad política progresiva de arrancar los niños proletarizados en el mercado laboral, para escolarizarlos, como una vía hacia una sociedad más equitativa y como un camino de emancipación social y cultural. Este trayecto histórico, que involucró a toda la sociedad, alcanzó a producir semillas que fructificaron en las décadas del ’60 y ’70 cuando el Estado y la sociedad civil hicieron del pacto social educativo uno de sus más caros proyectos de construcción de nueva sociedad democrática. Es ese proceso el que hoy irrumpe nuevamente en el discurso y en la práctica del movimiento estudiantil. Se trata de una generación que no acepta volver a ser objeto de mercado al que deban proletarizarse sin mas, ya por la vía del endeudamiento o de una educación de mala calidad. Lo que está en juego y que hoy se encarna en este movimiento, es el “proyecto y pacto social educativo republicano/democrático” chileno, como principio ético-político de igualdad social. Aquí radica la densidad histórica de este movimiento, produciendo, a su paso, una irrupción de memoria histórica en el seno de la ciudadanía: la memoria de los padres y abuelos que marchan y cacerolean su apoyo a la nueva generación que está recogiendo y tejiendo a su modo la hebra de nuestra historicidad. Así, en su triple carácter dado por su alcance revolucionario anti-neoliberal, por la recuperación de la política para la sociedad civil y por su conexión con la historicidad profunda del movimiento popular de Chile contemporáneo, el actual movimiento ciudadano que los estudiantes de nuestro país aparecen encabezando con fuerza, decisión y clara vocación de poder, recoge y reinstala las dimensiones más consistentes que la frustrada transición chilena a la democracia sacrificó.

* * *

A través de estas breves reflexiones este grupo de historiadores/as chilenas, con el apoyo de mucho/as, saludamos al movimiento estudiantil y adherimos a las reivindicaciones estructurales que ellos han instalado sobre la política chilena. Saludamos y nos sumamos a las demandas de Asamblea Constituyente. Al mismo tiempo, invitamos a no ver a este movimiento actuando en la sola coyuntura de este gobierno de derecha, sino a tomar conciencia de que este es un momento de un proceso histórico ya en marcha, cuyo principal fruto sin duda será dejar instalada definitivamente la demanda de las reformas estructurales al neoliberalismo, como irrenunciable voluntad de poder de la ciudadanía y como agenda indispensable de los proyectos políticos inmediatos y porvenir.

agosto del 2011

Comité Iniciativa:

Karen Alfaro Monsalve
Fabián Almonacid Zapata
Pablo Artaza Barrios
Mario Garcés Durán
Sergio Grez Toso
M. Angélica Illanes Oliva
Alexis Meza Sánchez
Ricardo Molina Verdejo
Julio Pinto Vallejos
Gabriel Salazar Vergara
Verónica Valdivia Ortiz de Zárate

Historiadores/as, Profesores/as y Estudiantes de Historia:

– Mario Valdés Vera, Magíster en Historia, académico Universidad de Concepción
– Pablo Aravena Núñez, Historiador y Magíster en Filosofía, académico Universidad
de Valparaíso/Universidad Viña del Mar
– Margarita Iglesias Saldaña, Historiadora, Directora de Relaciones Internacionales
Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile
– Pablo Pozzi, Doctor en Historia, Profesor Titular Plenario, Universidad de Buenos
Aires
Francisco Zapata, Doctor en Sociología, académico Colegio de México
– Juan Carlos Gómez Leyton, Posdoctorado en Estudios Latinoamericanos UNAM,
Director Doctorado en Procesos Sociales y Políticos en América Latina Universidad
ARCIS.
– Jorge Pinto Rodríguez, Dr. en Historia, académico de la Universidad de La
Frontera, Temuco.
– José del Pozo, Historiador, académico del Departamento de Historia, UQAM
(Université du Québec à Montréal), Canada
– Lessie Jo Frazier, académica Indiana University
– Alison Bruey, Historiadora, académica University of North Florida
– Alberto Díaz Araya, Etnohistoriador, Doctor y Magíster en Antropología, Jefe de
Carrera Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de Tarapacá.
– Patrick Puigmal, Doctor en Historia, Director del Magister en Ciencias Humanas,
mención en Historia y Director del Programa de Estudios y Documentación en
Ciencias Humanas, Universidad de Los Lagos.
– José Luis Martínez Cereceda, académico Universidad de Chile.
– Rubén Kotler, Historiador, Universidad Nacional de Tucumán – Argentina
– Mario Ayala, Profesor Cátedra de Problemas Latinoamericanos Contemporáneos,
Departamento de Historia, Universidad de Buenos Aires.
– Miguel Caro Ramos, Profesor de Historia y Geografía, Director Departamento de
Educación Universidad ARCIS
– Cecilia Hernández Sandoval, Profesora de Historia y Geografía, académica de
la Universidad del Bío-Bío, Chillán.
– Iñaki Moulián Jara, Profesor, Universidad Austral de Chile
– Sebastián Leiva Flores, Magíster en Historia, académico Universidad ARCIS –
USACH
– Nelson Castro Flores, Doctor © en Historia, Jefe de Carrera de Historia,
Universidad Viña del Mar y académico de la Universidad de Valparaíso.
– César Leyton Robinson, Doctor © en Historia, Universidad de Chile.
– Myriam Olguín Tenorio, Historiadora, ECO Comunicaciones, académica de la
Universidad Raúl Silva Henríquez.
– Carmen Gloria Bravo, Doctora en Historia, académica de la Universidad de
Santiago de Chile.
– Daniel Palma Alvarado, Doctor en Historia, Coordinador Magíster en Historia y
Ciencias Sociales Universidad ARCIS
– Graciela Sapriza. Historiadora y docente Centro de Estudios Interdisciplinarios
Uruguayos, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de
la República – Uruguay.
– Robinson Silva Hidalgo, Doctorando en Historia de América, Universidad de
Barcelona
– Rolando Álvarez Vallejos, Doctor en Historia, académico Universidad de Santiago
Ximena Valdés Subercaseaux, Doctora en Estudios Americanos, académica
Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Directora CEDEM.
– Enrique Fernández Darraz, Historiador y Doctor en Sociología, académico
Universidad Alberto Hurtado.
– Carlos Sandoval Ambiado, Doctor en Historia, académico Universidad de Los
Lagos, sede Santiago.
– Ulises Cárcamo Sirguiado, académico Universidad de Chile.
– Alberto Harambour Ross, Historiador, académico Universidad Diego Portales
– Álvaro Ramis Olivos, Doctorando en Ética y Democracia, Universidad de Valencia-
España.
– Giovanni Díaz Villouta, Profesor de Historia y Geografía, Miembro Taller de
Ciencias Sociales “Luis Vitale”
– Ricardo Vargas Morales, Magister en Historia.
– José Luis Cifuentes Toledo, Profesor de Historia y Geografía, miembro Taller de
Ciencias Sociales, Luis Vitale Cometa.
– Alicia Salomone, Historiadora, Directora Departamento de Literatura, Universidad
de Chile.
– Jorge Benítez González, Magíster en Historia y Ciencias Sociales, Coordinador
Académico Escuela de Historia y Ciencias Sociales, Universidad ARCIS.
Jaime Massardo, Doctor en Historia, académico de la Universidad de Valparaíso.
– Manuel Loyola Tapia, Doctor Historia, Director Edición Universitaria.
– Horacio Gutiérrez, Doctor en Historia, Universidad de Sao Paulo, Brasil.
– Patricio Herrera González, Magíster en Historia, Centro de Estudios Históricos, El
Colegio de Michoacán, Zamora, México.
– Luis Corvalán Márquez, Doctor en Estudios Americanos, académico del Instituto de
Historia y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso y de la Universidad de
Santiago de Chile.
– Ángela Vergara, profesora asociada del Departamento de Historia, California State
University, Los Ángeles, California, Estados Unidos.
Cristina Moyano Barahona, Doctora en Historia, académica del Departamento de
Historia, Universidad de Santiago de Chile.
– Sergio Astorga, académico Universidad Nacional de Cuyo – Argentina
– Fabio Gabriel Nigra, académico Universidad de Buenos Aires
– Omar Turra Díaz, Doctor en Educación, Jefe de Carrera Pedagogía en Historia y
Geografía de la Universidad de Concepción
– Paula Raposo Quintana, Profesora de Estado en Historia y Geografía, Universidad
Academia de Humanismo Cristiano
– Milton Godoy Orellana, Doctor en Historia, académico Universidad Academia de
Humanismo Cristiano.
– Augusto Salinas, académico Universidad Academia de Humanismo Cristiano –
Programa de Investigaciones e Intervenciones Territoriales, Núcleo de
Investigaciones en Educación Geográfica.
– Cindy Corrales Valencia, Profesora de Estado en Filosofía y Licenciada en
Educación USACH, Colectivo Diatriba.
– Miguel Silva, Historiador.
– Carlos Gutiérrez Palacios, Licenciado en Historia y Magíster en Ciencias Militares,
Coordinador Instituto de Estudios MAIZ.
– Carlos Ruiz Rodríguez, Profesor universitario – investigador Universidad de
Santiago de Chile.
– María Soledad Jiménez Morales, Profesora de Historia, Geografía y Educación
Cívica, académica de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
– Wladimir Urriola González, Profesor de Historia, Saint Gaspar College, Santiago.
– Iván Ljubetic Vargas, Historiador, Centro de Extensión Luis Emilio Recabarren.
– Fabián Cabaluz, Profesor de Historia y Geografía y Ciencias Sociales, UMCE,
Colectivo Diatriba.
– Felipe Cabaluz Rodríguez, Profesor de Historia y Geografía – Magíster (c) en
Historia de América Latina, Colectivo Diatriba.
– Roberto Berrios, Profesor de Historia, Gografía y Ciencias Sociales, UMCE,
Colectivo Diatriba.
– Rene Olivares, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, UMCE,
Colectivo Diatriba
– Mauricio Saraos, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, UMCE,
Colectivo Diatriba
– Cristian Olivares Gatica, Estudiante Pedagogía en Historia y Geografia UMCE,
Colectivo Diatriba
– Camila Silva, Profesora de Historia, Universidad Católica de Chile, Colectivo
Diatriba
– Marcela Cubillos Poblete, Historiadora, académica de la Universidad de La Serena.
– Lucía Valencia Castañeda, Profesora de Historia, académica Universidad de
Santiago de Chile.
– María Francisca Giner Mellado, Profesora de Historia, Magister (c) Estudios
Latinoamericanos, Universidad de Chile.
– Felipe Delgado, Magíster en Historia.
– Manuel Bastías Saavedra, Historiador, Magíster en Filosofía Política; Doctorando
en Historia, Universidad Libre de Berlín.
– Benjamìn Silva Torrealba, Historiador, Docente Universidad de Valparaíso,
Investigador INTE, Universidad Arturo Prat
– Mariana Mastrángelo, académica Universidad de Buenos Aires.
– Virginia Escobedo Aguirre, Antropóloga, Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social, México (CIESAS-DF).
– Malena López Palmetro, académica Universidad de Buenos Aires
Guillermo Lizama Carrasco, Doctorando en Geografía, Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM)
– Andrea Andújar, Historiadora, Universidad de Buenos Aires, Argentina
– Juan David Murillo Sandoval, Historiador e Investigador del Centro de Estudios,
Interculturales CEI de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali (Colombia).
– Esteban Campos, Historiador, Universidad de Buenos Aires – CONICET-CLACSO
– María Luisa Tarrés Barraza, académica e investigadora Colegio de México
– Alonso Serradell Díaz, estudiante de Máster Oficial en Ciudadanía y Derechos
Humanos: Ética y Política, Universidad de Barcelona.
– Dario Martini, académico Universidad de Buenos Aires
– Gladys Lizama Silva Historiadora y académica, Universidad de Guadalajara,
México
– Martha Bañuelos Cárdenas, académica Universidad Autónoma Metropolitana de
México (UNAM)
– Ana Paula de Teresa, Antropóloga Social, UAM-Iztapalapa, México D.F.
– Adriana Capaldo, Historiadora, académica Universidad Academia de Humanismo
Cristiano.
– Claudia Videla Sotomayor, Historiadora, Museo de la Memoria.
– Eduardo Cruzat Carrasco, Profesor de Historia y Geografía, académico y
Coordinador de Investigación y Docencia UOM-SD, Ecuador.
– Héctor Gómez Cuevas, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Magister (c) en
Ciencias de la Educación (PUC). Académico Escuela de Educación Inicial
Universidad Católica Raúl Silva Henríquez.
– Patricio Cisterna Alvarado, Profesor de Etnohistoria Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad Diego Portales.
– Danny Marcelo Ahumada Vargas, Profesor Universitario, Universidad de Santiago
de Chile.
– Máximo Sandoval Aguilera, Profesor de Historia y Geografía, Liceo Enrique
Molina Garmendia de Concepción.
– Rayén Gutiérrez C, Licenciada en Historia, Museo de la Memoria
– Egor Banda Peralta, Profesor de Historia y Ciencias Sociales
– José Joaquín Ovalle, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Museo de la
Memoria y los Derechos Humanos.
– Rodrigo Villa Pérez, Profesor de Historia y Ciencias Sociales.
– Marión Assis González, Profesora de Historia y Ciencias Sociales, I. Municipalidad
de Lo Prado.
– Voltaire Alvarado Peterson, Profesor de Historia y Ciencias Sociales.
– Álvaro Rojas Zamorano, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Colegio San
Agustín de Atacama, Copiapó.
– Jorge Fabián Cabaluz Ducasse, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales,
Magister en Pedagogías Críticas, Universidad de Buenos Aires
– Dan Contreras Mena, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Pedagogo Social y
Dramaturgo, Liceo Bicentenario de Molina.
– Andrés Nilo Zepeda, Licenciado en Historia, Universidad de Chile
– Luis Thielemann Hernández, Becario Conicyt – Programa de Doctorado en Historia
– Universidad de Chile.
– Jeambleth López, historiador UACM
– Oscar Canales, Profesor de Historia, Universidad de Playa Ancha.
– Gabriela Ulloa Larenas, Profesora de Historia y Ciencias Sociales, Liceo Doctor
Alejandro del Río.
– Pablo Andrés Neut Aguayo, Profesor de Historia, Colegio Alto Palena.
– Alejandra Brito Peña, Historiadora, académica de la Universidad de Concepción.
– Hernán Felipe Rodas Vives, Estudiante de Pedagogía en Historia y Ciencias
Sociales, Universidad Austral de Chile.
– Daniela Díaz Gomila, Licenciada en Historia y Ciencias Sociales
– Alonso Neira Letelier, Licenciado en Historia y Ciencias Sociales.
– Marcelo Casals Araya, Magíster © en Historia
– Viviana Cárdenas Zúñiga, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales,
Universidad Austral de Chile.
– Ignacio Latorre Marín, Licenciado en Historia y Magíster en Educación,
Coordinador Docente Preuniversitario UC.
– Elías Sánchez González, Licenciado en Historia, Maestrando Historia y Memoria,
Universidad Nacional de La Plata, Argentina.
– Katherine Quijada, Licenciada en Educación.
– Oscar Arriagada, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Universidad
Austral de Chile.
– Manuel Bastías Urra, Profesor de Historia y Sociólogo, académico Universidad
Metropolitana de Ciencias de la Educación.
– Carlos Vivallos Espinoza, Profesor de Historia y Geografía, Doctorando en Estudios
Latinoamericanos, Universidad de Chile.
– Rodrigo Conejeros Olea, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Austral de Chile.
– Sergio Cárdenas Zambrano, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Magíster
Educación.
– Patricio Bascuñan M. Master en Historia Latinoamericana de la Universidad de
Toronto.
– Ulises Ortega, Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de
México
– Yerko José Monje Hernández, Estudiante de Pedagogía en Historia y Ciencias
Sociales, Universidad Austral de Chile
– Mauricio Villanueva Vallejo, estudiante de Historia, Universidad San Sebastián.
– Marcelo Martínez Aravena, estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales,
Universidad Austral de Chile.
– Karen Hinrechsen Prieto, Licenciada en Historia.
– Daniel Molina Álvarez, Escritor e historiador
– Javier Muñoz Rosales, Profesor de Historia, Colegio Nuestra Señora del Camino
– José Santis Cáceres, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Estudiante de
Posgrado Universidad de Buenos Aires.
– Herta Fierro Rivas, Profesora de Historia y Geografía.
– Jonathan Aguilera Monsalve, Profesor de Historia.
– Julieta Porflitt, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Universidad
Austral de Chile.
– Carolina Santelices Ariztía, Licenciada en Historia y Profesora de Historia y
Ciencias Sociales, Colegio Nuestra Señora del Camino
– José Luis Morales Muñoz, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Austral de Chile.
– Nicolás Lema, Licenciado en Historia, Estudiante de Filosofía, Universidad
Nacional de Australia
– Andrea Campos, Estudiantes Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Universidad
Austral de Chile.
– Leonel Sánchez Torres, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Austral de Chile.
– Mauricio Villanueva, Estudiante de Historia y Ciencias Sociales, Universidad San
Sebastián.
– Víctor Berrocal Berrocal, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Austral de Chile.

Académicos, profesionales y estudiantes de otras disciplinas, ciudadanos en general:

Víctor Hugo de la Fuente, Periodista, Director de la edición chilena de Le Monde
Diplomatique
– Yanko González, Antropólogo, Decano Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Austral de Chile.
Elizabeth Subercaseaux, periodista y escritora.
– Marco Bravo, Sociólogo, Revista SurySur, http://www.surysur.net
– Facundo Leylaf Ona Vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Poetas.
Eduardo Aquevedo Soto, Sociólogo, Doctor en Economía, académico Universidad
de Valparaíso
– Mauricio Mansilla Muñoz, Profesor de Filosofía, académico Universidad Austral de
Chile.
– Rodrigo Cea Córdoba, académico Facultad de Educación Universidad de
Concepción.
– Gustavo Blanco Wells, Sociólogo, académico Universidad Austral de Chile.
Mario Lagomarsino Barrientos, Sociólogo, Doctor en Educación, académico
Universidad Católica Raúl Silva Henríquez
– Enrique Rivera García, académico Universidad de Granada – España
– Carmen Gloria Godoy R, Antropóloga, Docente Universidad Academia de
Humanismo Cristiano/Universidad Diego Portales.
– Sergio Toro Arevalo, académico Instituto de Filosofía y Estudios Educacionales,
Universidad Austral de Chile.
Jubel Moraga Rojel, Sociólogo, académico Universidad Austral de Chile.
– Gloria Ángela Niebles Gutiérrez, Psicóloga, académica Universidad Austral de
Chile
– Ana Traverso, académica Universidad Austral de Chile.
– Breno Onetto M., Profesor de Filosofía, académico Facultad de
Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile
– Verónica Zondek, Poeta.
– Alberto Moreno Doña, académico Instituto de Filosofía y Estudios Educacionales,
Universidad Austral de Chile.
– María Angélica Benavides Andrades, Psicóloga – Estudiante de Doctorado en
Psicología Social, Universidad Autónoma de Barcelona.
– Carlos Contreras Painemal, Dr. Antropología, Universidad de Lodz, Polonia.
– Rodrigo Rehbein Montaña, Antropólogo, Universidad Austral de Chile.
– Rodrigo Browne S, Periodista, académico Universidad Austral de Chile.
– Manuel Garcés, Ingeniero Civil, NGEMAB
– Ana Riquelme Reyes, Profesora de Español, Magíster (c) en Educación,
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.
– Jorje Lagos Nilsson, Periodista y escritor, Codirector de Revista SurySur,
http://www.surysur.net
– Javiera Carmona Jiménez, periodista, académica Universidad de Playa Ancha
– Colectivo Diatriba
– Aldo González Becerra, Investigador Científico, Centro de Biología Molecular
Severo Ochoa, CSIC España
– Yuly Mendoza, Socióloga, Universidad de Antioquia- Colombia.
– Anabella Grunfeld H, Profesora.
– Ana María Soto Bustamante, académica Universidad Metropolitana de Ciencias de
la Educación.
– Yuri Carvajal Bañados, Medico-Cirujano, Doctor (c) en Salud Pública, historiador
de la salud pública, Escuela de Salud Pública Facultad de Medicina Universidad de
Chile.
– Carlos Contreras Mezzano, ingeniero Civil, Presidente Club Científico de Peñalolén
– Francisco Veloso Ferrari, docente Instituto ARCOS.
– Ricardo Acuña, Contador, Roma Support Group
– Claudio Esteban Merino Jara, Trabajador Social, Doctorante en Ciencias Humanas,
Universidad Austral de Chile.
– Rafael Adolfo Contreras Mühlenbrock, Licenciado en Antropología Social y
Documentalista, académico Departamento de Antropología. Universidad de Chile
– Ana María Lea-Plaza Illanes, Estudiante del Doctorado en Literatura Brasilera,
Universidad Federal de Rio de Janeiro
– Eraldo Leme Batista, Doutorando em Educação pela Unicamp, Departamento de
Filosofia, História e Educação
– Mario Toro Vicencio, Traductor, Movimiento Talca con Todos y Todas
– Sady Aguila Llanquilef, Profesor, Estudiante Programa de Magíster en Educación,
Mención Política y Gestión Educativa, Universidad Austral de Chile.
– Doris Múñoz Carvajal, Profesora y Asistente Social.
– Anyela Gineth Chisaca Niebles, Estudiante de Obstetricia y Puericultura
Universidad Austral de Chile.
– Juan Pimentel Quiroz, Antropólogo.
– Anja Sybille Mendel Schwartz, Psicóloga, Universidad Diego Portales.
– Nadia Lepe Toledo, Profesora de Lenguaje y Comunicación y Estudiante de
Literatura Hispanoamericana Contemporánea, Universidad Austral de Chile
– Ricardo Casas Tejeda, Periodista – Escritor -Semiólogo, Estudiante Doctorado en
Ciencias Humanas, mención Discurso y Cultura, Universidad Austral de Chile
– Héctor Sandoval Torres.
– Jorge González, Jubilado.
– Dora Mayorga Aravena Profesora Académica de Lingüística exonerada
– Marcia Egert Laporte, Antropóloga Social, Universidad Austral de Chile.
– Sandra Tapia Ramírez, profesora.
– Raúl Rodríguez, Doctor en Química, Amster SA.
– Alicia Lira Matus, Técnico Jurídico, Presidenta de Agrupación de Familiares de
Ejecutados Políticos
– Amalia Lira Morales, Profesora.
– César André Pérez, Estudiante de Antropología Universidad Austral de Chile.
– María Francisca Soriano, Docente jubilada argentina.
– Luis Vásquez Fuentes, Estudiante de Antropología Universidad Austral de Chile.
– Federico Carrizo Torres, Profesor Universitario, Universidad de Los Lagos Campus
Santiago.
– María Elena Moreno Zañartu, Socióloga U.C.Valparaiso.
– Mtra. Ana María Sacristán, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América
de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Michelangelo Marques Torres, Escola Técnica Estadual de São Paulo e Unicamp.
– Felipe Jovani Tavares Moreira, ANEL São Paulo (Brasil).
– Alba Teresa Estrada Castañón, Investigadora del CEIICH UNAM.
– Cherie Zalaquett, doctoranda en estudios Americanos IDEA-USACH
– Jaime Posada Gómez. Profesor de sociología, Colombia
– Evelyn Navarrete Jaque, estudiante de Antropología, Academia de Humanismo
Cristiano.
– María Quiñelén M, investigadora – docente, UTEM
– Beatriz Torres, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Mtra. Bettina Gómez, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Lic. Ma. Cecilia Sandoval, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América
de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– C. Cristina Jiménez, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Martha Elena Montoya, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Norma López Suárez, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Maria Fernanda Carrillo, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Tania Paloma Hernández, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Norberto Emmerich, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Dra. Daniela Rawicz, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– C. Juan Manuel Struck, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Luis Ricardo Rojas Rivera, FES Acatlán México.
– Juan Carlos Rodríguez Arellano, Estudiante de Historia. U.A.M.I
– Eugenia Gutiérrez-Trejo Slim, Estudiante maestría urbanismo UNAM
– Irma Estrada Martínez, Posgrado en Defensa y Promoción de los Derechos
Humanos, Universidad Autónoma de la Ciudad de México
– Armando Acata Ortiz, Maestrante en Derechos Humanos, Universidad Autónoma
de la Ciudad de México (UACM
– Sirio López Velasco, Filósofo y docente universitario, Universidade Federal do Rio
Grande (Brasil)
– Andrés Aravena Moya, Sociólogo
– Marco Velázquez, Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México
– José Mendiola Esquivel, Becario de Investigación, Instituto de Investigaciones
Jurídicas
– Dr. José Claudinei Lombardi (Zezo), Coordenador Executivo do HISTEDBR,
DEFHE – FE – UNICAMP
– Ramón Cifuentes, Ingeniero Comercial.
– José Naranjo Estrada, Educador Popular, Kairós Educativo, Bogotá – Colombia
– Eliana Villegas, Trabajadora Social – Profesora de Filosofía, Directora de
Corporación ANCORA.
– Fernando Basualdo Delgado, Profesor de Estado en Filosofía.
– Evelyn Navarrete Jaque, Estudiante de Antropología, Universidad Academia de
Humanismo Cristiano.

Gabriel Salazar: Perspectivas históricas del movimiento social-ciudadano chileno…

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Gabriel Salazar*, in The Clinic

06 Agosto, 2011

La historia socio-política de Chile muestra que los movimientos ciudadanos, cuando han procurado ejercer la soberanía y el poder constituyente que les son inherentes, han sido reprimidos por ambas clases políticas (la militar y la civil), bajo acusación de “anarquismo” y “desquiciamiento del orden público”. Así ocurrió con el movimiento ciudadano que derribó la dictadura de O’Higgins en 1822 y redactó la Constitución Popular de 1828, pues fue aplastado por el golpe de Estado fraguado por Portales (civil) y Prieto (militar) en 1829. Lo mismo, el movimiento encabezado por los trabajadores (FOCH), los estudiantes (FECH) y los profesores (AGPCH), que en 1925 convocó a una Asamblea Popular Constituyente, fue traicionado en sucesión por los “caudillos” Alessandri Palma (civil) e Ibáñez del Campo (militar), que impusieron una Constitución Liberal que fue la antítesis de la propuesta por la ciudadanía.

En el primer caso, la ciudadanía se organizó en base a “pueblos” (comunidades urbanas locales) y “asambleas provinciales”. En el segundo, bajo forma de una Asamblea popular deliberante, constituida por los actores sociales con sedes a todo lo largo del territorio. En el primer caso, el objetivo fue derribar la dictadura de O’Higgins y dar al país una Constitución “Popular-Representativa”. En el segundo, derribar el decadente Estado liberal ‘portaliano’ y construir un Estado Nacional-Desarrollista.

El Estado Neoliberal que, terrorismo militar mediante, fue erigido entre 1973 y 1980, es ilegítimo por nacimiento, ineficiente por haber agudizado la desigualdad social, y no-representativo por no contar con la confiabilidad y credibilidad ciudadanas. Hay razones de sobra, pues, para que la ciudadanía se prepare para ejercer su poder constituyente. Ha acumulado suficiente memoria del alejamiento estatal (desde 1973), de la omnipresencia del Mercado (desde 1980) y pruebas contundentes de la crisis terminal que corroe el régimen que la domina (desde 1997).

La nueva movilización ciudadana muestra autonomía (no está manipulada por el Estado, ni por partido político, ni por caudillos), convergencia espontánea de actores sociales de presencia nacional (estudiantes, pobladores y profesores, sobre todo, con apoyo parcial de sindicatos, empleados y otros sectores). Está animada por una cultura social autogestionaria con 35 años de desarrollo… Pero está a medio-camino. Necesita ampliar su articulación de actores y definir un itinerario de empoderamiento continuo. El movimiento estudiantil es el que trae el mayor bagaje de temas ‘soberanos’ (la autogestión juvenil viene ‘asesorada’ por las nuevas ciencias históricas y sociales, que han elaborado una gran “caja de herramientas” sobre la realidad chilena, que no existía en 1970) junto a una decidida voluntad de cambio. Lo mismo cabe decir del nuevo movimiento de pobladores. Los otros actores, en cambio, tienden a regirse aún por prácticas de cuño ‘representativo’, razón por la que deberían revisar y actualizar sus métodos de acción para asumir las prácticas de ‘soberanía’ que están proponiendo los ciudadanos. Es el caso notorio de la CUT, que está controlada por una cúpula asimilada al régimen político (en crisis) dependiente de la Constitución (espuria) de 1980.

La crisis está. El proceso de empoderamiento ciudadano, también. Hay pues razón y fuerza para “avanzar sin transar”. El problema es definir cuál es la lógica de los pasos siguientes. Aparentemente, hay dos rutas: a) la de deliberación popular continua, que implica desarrollo del ‘poder constituyente’, de plazo socio-cultural y b) la ruta tradicional de negociación, acuerdos parciales, frentes políticos y avance por etapas, con plazos de calendario. La primera es, sin duda, la ruta estratégica, de proceso continuo y soberanía creciente. La segunda, un atajo lateral, táctico, con acción discontinua (plebiscitos intermitentes). No son vías antagónicas, sin duda; pero es una, sobre todo, la que cultiva en serio el poder popular.

Y hay, también, riesgos: a) la represión (¿no es tiempo ya que la ciudadanía controle también el sistema educativo de las Fuerzas Armadas y de Orden?); b) la oligarquización o caudillización del movimiento, y c) la negociación desmovilizadora, con efecto colateral re-legitimante de las clases políticas que se quiere cambiar.

Sólo cabe deliberar, concordar, imponer y no transar.

La Reina, julio 24 de 2011.

* Gabriel Salazar, Historiador y Sociólogo, Premio Nacional de Historia, 2006, Chile

Chile – G. Jackson, presidente de la FEUC: “La única salida que veo (a la crisis educacional) es el plebiscito”…

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5 de Agosto de 2011

Giorgio Jackson, presidente de la FEUC:
“La única salida que veo es el plebiscito”


Después de una jornada lacrimógena, el balance de los estudiantes es lapidario: le otorgarán seis días al gobierno para que entregue una respuesta “seria” a sus demandas. Aquí Jackson habla de la profundidad del petitorio, de las figuras de Lavín, Bulnes y Hinzpeter y señala que el sistema político ya no da el ancho. “Este gobierno tiene una desconexión tremenda con la ciudadanía”, señala.

por Alejandra Carmona, El Mostrador

La jornada de ayer fue histórica. Violencia y represión insólita de parte de Carabineros, cientos de detenidos, uniformados  y estudiantes heridos y un cacerolazo al final de la jornada instalaron a Chile en una vitrina mundial. “En la mañana esto parecía en estado de sitio”, reflexiona Giorgio Jackson, presidente de la FEUC, sobre el inicio del 4 de agosto que incluso se transformó en uno de los temas más comentados en Twitter a nivel mundial.

Aunque no vivió en dictadura, su sensación es que la jornada de ayer se parece mucho: “Fue fuerte ver tanto contingente policial, que a los estudiantes les registraran las mochilas. Antes que hubiese cualquier tipo de provocación ya había bombas lacrimógenas”.

-¿Cómo evalúas las medidas de seguridad que tomó el Gobierno?
-Creo que no se adecuan a la democracia. Más que medidas de seguridad, finalmente fueron medidas que fomentaron la violencia y la provocación para estudiantes que querían manifestarse.

-¿Influye en algo la represión en la respuesta que los estudiantes dieron al Gobierno?
-No, una cosa son las demandas estudiantiles y de cómo el Gobierno hasta ahora no ha dado respuestas que  satisfagan la demandas ciudadanas y otra cosa son las demandas democráticas, que tienen que ver con manifestaciones de toda índole; desde las ambientalistas hasta la de los taxistas. Siempre hay alguna forma de reducir estas manifestaciones y ahí hay un grito por más democracia, es un grito que está reflejado en las encuestas y es un grito que dice que la institucionalidad está puesta en juego porque no se ha respondido a demandas estructurales. Lo peor es que no sólo se generan expectativas, sino que hacia afuera se trata de demostrar que el país es una maravilla. Probablemente haya muchos índices que en promedio estén bien, pero las desigualdades hacen que Chile esté totalmente segmentado. Tenemos muchas realidades, un Chile que vive como Dinamarca y otro que vive como África y eso no puede pasar. Hay un concepto moral que tenemos que cambiar.
No  sólo el gobierno está sobrepasado; también lo está la institucionalidad. Una ciudadanía que se empieza a empoderar de esta manera exige nuevos niveles de democracia. El actual sistema no está dando el ancho para resolver este problema. Analizando la jornada, la única salida que veo es un plebiscito.

-¿Y crees que esa profundidad del movimiento ha sido interpretada por el gobierno?
-Es que sobre las desigualdades, el presidente Piñera qué va a hacer, si él encarna la desigualdad. Encabeza una de las cuatro familias más ricas de Chile y ejemplifica la concentración del poder político, económico e incluso de los medios. Entonces yo no sé si es algo premeditado o efectivamente no hay una conexión, no hay sintonía acorde.

– ¿El Gobierno no está en esa sintonía?
-Yo creo que sí ha entendido, pero el gobierno tiene fuerzas ideológicas de derecha donde hay una que es mucho más dura. Cuando se habla de cambio en la Constitución, nos referimos a los mismos creadores de la Constitución.

-¿Dices que la UDI ha pesado en la respuesta del gobierno a las demandas estudiantiles?
-Yo creo que sí, ha pesado mucho. Yo no sé cómo serán las repartijas y el cuoteo, pero en la respuesta se nota un tinte ideológico súper duro, que no se había visto antes.

-¿Eso se nota, por ejemplo, en la diferencia del trato con el actual ministro de Educación Felipe Bulnes y Joaquín Lavín?
-Lavín no era directo, trataba de evadir un poco las preguntas para no enfrentar las respuestas con su ideología, porque sabía a priori que nosotros somos contrarios. Lavín venía con inseguridades por el cuestionamiento a sus conflictos de interés, entonces nunca se sintió cómodo. Había un grado de legitimidad que se le había quitado y no nosotros nomás, también la gente en las calles porque había sido inversionista en la educación; y el lucro era uno de los temas más sensibles que estábamos levantando.  “El ministro Bulnes llega y se nota más directo, transparente en cómo quiere hacer las cosas. El problema es que cambió la forma, pero el fondo siguió siendo igual de duro… Pero yo no creo que no entiendan nada, yo creo que tienen diferencias muy profundas con lo que se está planteando, que más encima es respaldado por una gran parte de la ciudadanía. Ahí hay un orgullo ideológico que se mantiene, independiente de lo que la gente quiera”.

-¿Esa intransigencia ideológica repercute en el movimiento y finalmente también en las bajas cifras de aprobación al gobierno?
-La encuesta CEP (donde la aprobación del gobierno fue de un 26%) es reflejo de un gobierno que no responde a las demandas de la mayoría del país. No porque los inscritos en el registro hayan votado por un cambio de gobierno significa que los chilenos están de acuerdo con un modelo en educación que le ha hecho daño a toda la sociedad, un modelo que segrega, que instala educación para los distintos estratos socioeconómicos;  y eso es súper fuerte porque da la sensación de que quieren arreglar detalles del modelo, pero no se dan cuenta que Chile quiere otra cosa, un cambio estructural. Y por más que en términos comunicacionales se haya hecho todo el esfuerzo para que  el planteamiento del gobierno se parezca lo más posible al nuestro, mirándolo de manera fina, hay diferencias sumamente grandes.
Otro Chile

-¿Cómo evalúas el rol de Hinzpeter en el conflicto?
-Hinzpeter ha estado sobrepasado. Es una autoridad que impone el orden porque quizás las encuestas piden orden, pero por otro lado no ha tenido la capacidad de entender que hay una explosión de demandas ciudadanas. No ha comprendido que la peor forma de encausar un movimiento es reprimirlo, eso es echarle bencina…  Eso, la verdad, no sé si es a propósito o es inocencia.

-¿Qué piensas de aquellas críticas que dicen que las peticiones han desbordado lo sectorial, como la reforma tributaria o la renacionalización del cobre?
-Es que la primera respuesta que se nos dijo fue: ‘Esto es básicamente imposible, por un lado la Constitución dice esto, por otro lado los recursos no están”. Ahí nace, como contra respuesta a eso, estas peticiones. Es decir, reformémoslo, si necesitamos más recursos, si necesitamos modificar la Constitución, bueno por qué no hacemos una reforma tributaria ya que tenemos estos dos o tres Chile y la concentración de la riqueza está en unos pocos. O sea, si hoy día se dice que el PIB per cápita es de 15 mil dólares anuales, eso es más de lo que recibe el 70% de Chile, entonces por qué no hacemos  una redistribución, sobre todo para financiar derechos. Ahí nace lo que extrapola lo gremial y pasa a hacer una demanda política.

-¿Cómo tomas las versiones que dicen que al interior del movimiento hay divisiones?
-Es impensable  que todos nos pongamos de acuerdo en todos los puntos. Formamos un espectro tan amplio, tenemos  muchas posturas de personas que vienen de distintas realidades. Hoy día el movimiento tiene más de 70% de apoyo y la Confech es un órgano democrático y cuando hay estas diferencias lo que se decide ahí es en pos de la unidad y de un objetivo que tenemos muy en común. Puede haber diferencias, como en qué alcance puede tener para un lado o para el otro, pero de que acá estamos en crisis y que se necesita una reforma estructural, estamos todos de acuerdo.

-¿Analizando el escenario de hoy, qué debe ocurrir ahora?
-No  sólo el gobierno está sobrepasado; también lo está la institucionalidad. Una ciudadanía que se empieza a empoderar de esta manera exige nuevos niveles de democracia. El actual sistema no está dando el ancho para resolver este problema. Analizando la jornada, la única salida que veo es un plebiscito.

-¿Crees que fue un error adelantar movilizaciones antes de responder formalmente a la propuesta del ministro Bulnes?
-Creo que fue un error no habernos coordinado bien para poder caracterizar lo que se quería hacer. No se coordinó bien la fecha de la respuesta…

-Se pudo hacer sólo una marcha…
-Yo creo que sí, que hubo un error ahí de coordinación, pero la convicción sigue viva, aunque digan que estamos cansados, que esto lleva mucho tiempo, que llegan menos personas a las marchas. Acá ya hay una convicción instalada no sólo en nosotros, sino que en la ciudadanía. Ese que se quedó en su casa también la tiene; hay algo que cambió para siempre. Y eso le da más fuerza a que el gobierno tenga que ceder.

Chile: un sistema educativo para mantener diferencias de clase…

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J.E. García Huidobro: “Este sistema educativo está hecho para mantener las diferencias de clases”

Juan Andrés Guzmán, CIPER.

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La última encuesta CASEN mostró que la pobreza golpea con más fuerza a los niños: 18,2% de los menores de 3 años es pobre y otro 6,3% es indigente. Juan Eduardo García Huidobro, quien presidió el Comité Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación que convocó Michelle Bachelet y hoy es decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, analiza en esta entrevista las implicancias que tiene para esos niños un sistema educativo basado en la segregación social y que tiende a perpetuar la desigualdad. Cree que “semofarizar” las escuelas sólo empeorará la situación y, aunque considera que la comisión de “expertos” convocada por el ministro Joaquín Lavín estuvo en realidad conformaba por políticos, cree que sus propuestas son un avance.

En estos días el ministro de Educación se prepara anímica y mediáticamente para dar una pelea contra el gremio de los profesores. Quiere lograr, entre otras cosas, que los directores puedan remover al 5 % de los docentes de sus establecimientos. Así planteado el escenario por Joaquín Lavín, pareciera que despedir maestros fuera el primer gran paso para sacar a la educación chilena de su estado actual y tener profesores de calidad.

Juan Eduardo García Huidobro, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, no niega que tener profesores de calidad sea una tarea acuciante, pero cree que el drama en este ámbito no se reduce a los educadores ni se soluciona con despidos.

Para García Huidobro, el eje está en la “brutal desigualdad” de nuestro país. Desigualdad que se manifiesta en la sala de clases, que explota en la encuesta CASEN y que estaba en el corazón del “Movimiento Pingüino” como bien sabe él, pues le tocó presidir el Comité Asesor Presidencial que convocó Michelle Bachelet para resolver el tema.

alt-Los pingüinos fueron un grito brutal. Decían: ‘hicimos un esfuerzo, llegamos a cuarto medio, tenemos que dar la PSU, pero venimos del colegio X y nunca vamos a sacar lo que obtuvo la niñita del Santiago College. Hicimos un esfuerzo pero la sociedad nos ofrece un sistema que no respeta nuestros derechos y es perfectamente desigual”, afirma García Huidobro, recordando la rebelión que puso la desigualdad en la educación en el primer punto de la agenda.

En estos días, otro comité entregó al ministro Lavín una serie de propuestas en las que no aparece este tema. Con todo, a este decano le parece que las propuestas constituyen “la reforma posible” y en ese sentido las valora como un avance.

-Cuando partió la comisión de Lavín sus integrantes decían que esta es una comisión técnica, a diferencia de la que convocó la presidenta Bachelet…
Claro, es tan técnica que no hay nadie que dedique su vida a formar profesores… A mí, en realidad, me parece más bien una comisión de políticos, no de técnicos, pues predomina gente que tiene posiciones políticas, como Harald Beyer, Patricia Matte, más el conjunto de ex ministros de la Concertación. Mi impresión es que es una comisión que busca ampliar el espectro gubernamental, ampliar un cierto consenso respecto de lo que es posible hoy.

-El consenso parece apuntar a mejorar la calidad de los profesores. ¿Qué opina de eso?
Es positivo que haya acuerdo en ese tema. Sin embargo, estoy convencido de que esa no es la bala de plata que algunos creen. Primero, porque nunca en educación vamos a poder arreglar las cosas colocándole solo una pata a la mesa, por fuerte que ella sea. Sobre todo si tenemos un sistema hecho pedazos en términos de segregación social, con diferencias tan brutales. Si no nos preocupamos de la desigualdad de manera importante, estas políticas docentes pueden ser el merengue de una torta inexistente.

“Si no nos preocupamos de la desigualdad de manera importante, estas propuestas pueden ser el merengue de una torta inexistente”

-Para usted, entonces, el tema más relevante es el de la desigualdad.
Sí. Pero no quiero decir que tener docentes de calidad no sea importante. Lo que digo es que no es el único problema. Porque lo que se puede lograr con buenos profesores en un sistema igualitario no es lo mismo en un sistema como el nuestro. A los profesores macanudos que queremos formar les va a tocar ir a trabajar a una escuelita donde están todos los niños pobres, cuyos padres tienen escasa escolaridad. Así, es muy probable que la escuela siga estando en rojo en el mapa del ministro Lavín.

-¿Qué es para usted lo peor de la desigualdad: que un niño reciba una educación de $300 mil y otro se eduque con $30 mil?
No solamente eso. Porque junto al colegio de $30 mil hay otro de $50 mil, donde van las familias que pueden pagar un poco más; y más allá otro de $100 mil y así para arriba. Entonces, el efecto no es sólo que unos pocos tienen una educación más enriquecida, sino que todos se educan sin vasos comunicantes. Este sistema, como dijo la OECD en 2003, está hecho para mantener las diferencias de clase y no para superarlas. Y ese es un problema gravísimo de nuestro país. Ahora mismo nos estamos haciendo el harakiri con la Casen porque aumentaron los pobres. Sin embargo, nadie dice que aumentaron los pobres mientras sigue habiendo un sector que percibe beneficios 11 veces más altos que el 10% más pobre. Esas son nuestras tremendas desigualdades, un tema que no se toca. Miramos a Finlandia porque tiene buenos profesores, pero no vemos que es el país que tiene la menor desigualdad social del mundo.

alt-¿Qué le parece la idea de semaforizar la educación?
Esa idea tiene dos cosas complicadas. Primero, que como existe una tremenda asociación entre el nivel socioeconómico del niño y sus resultados escolares (asociación que nos vamos a demorar 20 años en cambiar), yo podría hacer el semáforo sin mirar el Simce. Puedo hacer el mapa de las zonas rojas antes de la prueba, viendo puros datos “no educativos”. Y me va a resultar más o menos igual al que hará el ministro. Por lo tanto, es un esfuerzo que no tiene mucho sentido. Segundo, si lo que quiero es darle información a la familia sobre cuáles son las buenas y las malas escuelas, tengo que medir de otra manera. No puedo comparar el promedio simple del Simce de un colegio pagado en Las Condes con el de una escuelita municipal de Tirúa. No tiene sentido hacer eso. Tengo que entregar otro tipo de medidas. Por ejemplo indicar cuáles son las escuelas que logran mejorar más, respecto del origen de sus alumnos; o al menos las que están mejorando.

“Este sistema, como dijo la OECD en 2003, está hecho para mantener las diferencias de clase y no para superarlas”

-¿Cree que ese mapa estigmatizará a los pobres?
Honestamente me parece casi sádico decirle a una jefa de hogar que vive en una población pobre de Santiago, que todas las escuelas cercanas son rojas y que las únicas buenas quedan a 8 ó 10 kilómetros de su casa. Ella no tiene ninguna posibilidad de llevar a sus hijos a escuelas de Las Condes y tendrá que seguir enviándolos al mismo colegio. En como tirarle un fardo a la espalda y decirle “señora, está jodida”. Lo mismo para los profesores. El que trabaja en una escuela roja: ¿qué puede hacer? Tratar de huir de ahí lo antes posible. Nadie va a querer enseñar ahí. Es claramente una especie de transferencia de la responsabilidad estatal a la señora de la población. Porque es el ministro Lavín el que tiene que ver cómo el Estado mejora las escuelas rojas y no la señora que debe enviar sus hijos a esas escuelas. No me parece bien pensar que el mercado y la elección de los padres van a mejorar las escuelas. Eso no es verdad.

alt-Otras de las medidas que quiere tomar el ministro Lavín es permitir que los directores puedan despedir al 5% de los docentes. Y ello porque se critica mucho la inmovilidad que tienen los profesores en el sistema municipal.
Es el mismo simplismo que el mapa: tratar de reducir a fórmulas simples problemas complejos. La inamovilidad que se critica tiene un sentido: se debe a que el profesor trabaja en un servicio en el cual los jefes van rotando. Y si yo tengo un sistema que depende del poder político, y el poder político es rotativo, es normal que, para que ese sistema funcione, yo genere confianzas fuertes. Además, la inamovilidad que se critica no es tal. Se puede echar a un profesor, pero el despido está ligado a causales, a procesos justos, a la posibilidad de defenderse. Si los procedimientos son engorrosos y las causales de despido son excesivamente pacatas, discutamos eso. Pero no digamos que hay inamovilidad.

“Miramos a Finlandia porque tiene buenos profesores, pero no vemos que es el país que tiene la menor ‘desigualdad social’ del mundo”

-Muy bien, pero la idea de fondo es que abriendo la compuerta del despido, los profesores se pondrán las pilas. ¿Es un buen incentivo?
Eso es simplemente ridículo. Esto estaba bueno para los remeros de las galeras: “el que no rema, ¡cha!”. Pero aquí se necesita la astucia y la creatividad de las personas, y eso no se consigue con miedo. Cómo puede alguien pensar que un profesor va a querer a sus alumnos, les va a dar valores y les va a enseñar que la vida vale la pena vivirla, que estamos en una fraterna sociedad, si tiene que hacerlo para que no lo echen. No puede ser. Hay otro punto que me preocupa de las propuestas de los expertos de Lavín: se habla mucho sobre mejorar salarios, pero no hay nada acerca de cómo mejorar la imagen social del profesor; sobre qué hacemos con una profesión que ha sido tan vilipendiada. En los últimos años se ha dicho una y otra vez que los profesores son pésimos y que sacaron su título de cualquier manera. Hay que resolver eso porque esos profesores van a seguir trabajando durante 25 años. Hay que buscar una solución de continuidad que coloque en el imaginario la idea de que no todos los profesores son malos, sino que hay buenos y malos; y que hay muchos excelentes, como en todas las profesiones. Esto no puede ser un puro juego de plata y de incentivos. Aquí está también en juego el prestigio de 150 mil personas que se sacan la mugre todos los días y que no están siendo reconocidos. La contracara del movimiento 2020, que ha tenido muchas cosas buenas, es decirle a gente que está trabajando fuerte desde que se tituló “oye, se acabó el recreo, hay que empezar a trabajar ahora”. Algo tremendamente ofensivo.

alt-¿Por qué cree que ha habido esa desvalorización de la imagen del profesor?
Hay varias cosas mezcladas. Primero, hay una manera de mirar las cosas que tiene mucho más que ver con la industria de salchichas que con un proceso de educación. Esta sensación de que aquí las cosas pueden ser radicalmente distintas porque yo tomo tres o cuatro medidas y no apreciar los avances. Porque hemos tenido grandes avances. En 1990, del 10% más pobre de la población, solo el 4% ingresaba a la universidad. Hoy lo hace el 18%. Por otra parte, sólo la mitad de los alumnos terminaba la enseñanza media y hoy estamos superando el 80%. Por donde mires la escolaridad de este país ha crecido brutalmente, hasta tal punto que 7 de cada 10 estudiantes que entran hoy a la educación superior son primera generación. Estamos construyendo un país que en 10 años más va a tener una escolaridad absolutamente distinta.

-Pero ahora es muy mala.
Sí, pero ha ido mejorando. Mire, el año pasado hubo un salto en lenguaje bien impresionante. Mi expectativa era que no bajara de nuevo y este año subió poquitito. Un éxito. Y más éxito todavía porque subió matemáticas y ciencias. Sin embargo, el gobierno presentó los resultados como una catástrofe nacional. Extrañísimo, porque era la mejor noticia que hemos tenido en los últimos cinco años. A eso me refiero cuando digo que tenemos muy poco cuidado en mirar lo bueno. Los avances que hemos tenido en educación durante estos 20 años, han sido únicos en Chile. Nunca se había dado un proceso de avances tan sostenido en el tiempo a pesar de la enorme desigualdad.

“Honestamente me parece casi sádico decirle a una jefa de hogar que vive en una población pobre de Santiago, que todas las escuelas cercanas son rojas y que las únicas buenas quedan a 8 ó 10 kilómetros de su casa”

-¿Qué más ha afectado la imagen del profesor?
Claramente lo que más afectó al magisterio fue la enorme baja de salarios que hubo en Chile entre el ‘83 y el ‘90, lo que todavía estamos recuperando. Mire, estamos en una sociedad de mercado en la cual el dinero es muy importante. Si a un profesional lo remuneran mal, se crea la imagen de que es una pega mala. Yo lo veo en los chiquillos que entran a Pedagogía. Los tomo en el segundo semestre y me encuentro con dos cosas bien típicas: se han forjado un sentido muy nítido de “lo choro que es ser profesor”, porque es una pega entretenida y también en términos sociales, porque es un aporte central al país; pero tienen bien claro que se están metiendo en un forro, en una profesión desprestigiada en la que van a tener dificultades económicas toda su vida. Ahí hay un tema a resolver. Entonces, mi propuesta es hagamos un plan para duplicar los ingresos de aquí a 10 años. Creo que eso iría resolviendo muchos temas, desde la autoestima de los docentes hasta el tipo de postulante que entraría a la carrera.

-Cuando existían las escuelas normales los profesores eran los jóvenes pobres más talentosos. ¿Hoy de donde vienen los profesores?
Mire, tenemos alumnos de 500 puntos en la PSU. Y eso significa que el joven que entra a estudiar pedagogía está entre los mejores de su curso si viene de un colegio municipal de zona pobre; o está entre los peores si viene de un colegio pagado.

La educación chilena: ¿qué aprender de Finlandia?

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Comentarios a Inger Enkvist: “Las claves de éxito educativo: el caso finlandés”

Juan Eduardo García-Huidobro
Mayo 2010

ESTUDIANTE--MAT Inger Enkvist al presentarnos “el caso finlandés”, enfatiza dos mensajes. Por una parte, muestra la educación de Finlandia como exitosa porque se ha apartado de lo que ella llama la “nueva pedagogía” (p.2 y passim) o el “nuevo ideario” (p.4) o el “constructivismo” o simplemente “la” pedagogía, ya que esta orientación “es hegemónica en los departamentos de pedagogía de los países occidentales” (p.6 ). Por otra parte, nos da a conocer Finlandia como un ejemplo de política educativa exitosa que puede ayudarnos a reflexionar sobre nuestra realidad nacional. Personalmente, me interesa mucho la segunda perspectiva, sobre la que haré una contextualización y cinco comentarios, pero comenzaré con una breve reflexión sobre el “anticonstructivismo” de la autora.

I. ¿Cuál es el enemigo: “constructivismo” o “no directividad”?

En el texto en comento Inger Enkvist con reiteración alude a sus reparos en contra del contructivismo. Comencemos por una paradoja: Inger nos muestra Finlandia como una isla no constructivista: destaca “el respeto de todos por los conocimientos (…), no por la nueva pedagogía” ; sin embargo, los responsables de la educación en Finlandia atribuyen sus buenos resultados en PISA 2000, PISA 2003 y PISA 2006 a once principios consolidados que orientan su sistema de educación comprensiva, entre los cuales el undécimo es precisamente la “interpretación del aprendizaje desde el constructivismo social” [1]. (Hecho que por lo demás ella reconoce: “los pedagogos finlandeses hablan también de constructivismo, de ‘aprender a aprender’ y de ‘colocar al alumno en el centro del proceso de aprendizaje’” (p. 43).

Al bosquejar las prácticas que nuestra autora crítica, tengo la impresión que ella está criticando una posición pedagógica no directiva que desresponsabiliza al docente como “enseñante” y como “guía” del aprendizaje del estudiante y no tanto al constructivismo. De hecho ella señala que en el constructivismo “aprender se redefine como que el alumno debe estar activo y libre, construyendo sus propios conocimientos” (p. 5), lo que es una descripción ciertamente discutible del constructivismo, transformado como dije en “no directividad”. Más adelante critica la contradicción de “tener un plan de estudio con contenidos si al mismo tiempo se invita a los alumnos a elegir lo que quieran estudiar” y se pregunta “¿cuál es el propósito de la escuela si el alumno decide lo que quiere hacer? ¿Llegaremos a tener tantas aulas como alumnos? (p.5), de nuevo lo que está criticando –sin indicarnos dónde lo encontró ni fundamentar la pretendida universalidad del fenómeno sería una exageración asociable a la no directividad y no una orientación proveniente de una interpretación constructivista del conocimiento. Se podría seguir citando el texto de Inger Enkvist para mostrar su crítica a la nueva pedagogía, pero me parece que el centro de ella reitera lo mismo: los docentes renuncian a enseñar, no tienen un fin que guíe su actuar, no organizan el trabajo de sus alumnos (ver p.26).

El constructivismo, antes que una teoría pedagógica es una teoría que busca explicar cómo aprendemos los humanos y, desde esa perspectiva, insiste en dos conceptos, que si bien han sido retrabajados y enriquecidos por los “constructivistas” como Piaget y Vigotsky, son de vieja data. Un primer concepto, bastante difícil de discutir, es la concepción del aprendizaje y del conocer como una actividad del sujeto que conoce y no de quien le enseña (el profesor puede agitarse mucho, pero si no logra que el estudiante realice la actividad subjetiva de “conocer”, no hay aprendizaje). El otro es la idea de que no hay, en sentido estricto ni “transmisión” pura de conocimientos ni “mera recepción” de lo que se nos comunica o “captamos” a través de nuestros sentidos, sino una construcción que el sujeto cognoscente en su medio (en su cultura), va produciendo día a día como resultado de la interacción de sus nuevas experiencias con los conocimientos y experiencias previas [2].

Las políticas de Finlandia que se alaban, por ejemplo, la existencia de un “plan de estudio nacional” claro y obligatorio, que señala explícitamente lo que el alumno debe saber y saber hacer. No, por clara y precisa puede ser dicha no “constructivista” o contraria a una visión constructivista del conocimiento; ella se aleja, más bien, de una posición no directiva que se rehúsa a admitir una autoridad y finalidad en la educación que sea externa al educando; postura, en verdad, muy difícil de encontrar y de ninguna manera identificable con lo que postulan todos quienes se autodefinen como constructivistas y menos con toda la pedagogía actual, como pretende Enkvist.

Este es un tema que ha sido abordado por el reciente Informe Talis (Teaching and Learning International Survey-OCDE-2009), el cual hace dos observaciones de interés. En primer lugar, advierte que en su discurso los profesores consideran su función más como apoyo al aprendizaje activo que como transmisión de información, pero que en la docencia las prácticas estructuradas siguen siendo mucho más comunes que las orientadas al alumno o al trabajo de proyectos. Esta constatación de Talis puede leerse como “contradicción” entre discurso y práctica, pero también como la comprobación que una concepción constructivista no conduce ni se identifica con una práctica que excluye la práctica guiada y estructurada. En segundo lugar, advierte que lo importante para la “autoeficiencia” de los profesores es la presencia de convicciones firmes sobre modo de enseñar y no si sus ideas son “constructivistas” o de “transmisión directa”. De nuevo, reafirmo mi interpretación el problema docente se produce cuando no existe un enfoque de enseñanza claro, bien direccionado, y puede haber hoy muchas razones para esa falta de claridad y convicción, pero transformar el constructivismo en la causa de todos los males y la central de todas las batallas puede llevar a más confusiones que las que pretende evitar.

II. ¿Qué nos enseña Finlandia?

Comenzaremos por subrayar los resultados escolares de Finlandia en PISA, para enseguida hacer un contrapunto con Chile. La idea de este contrapunto es poner los pies en nuestra realidad al momento de intentar aprender de la educación finlandesa. Enseguida, siguiendo la exposición de Inger Enkvist, destacaré las lecciones que me sugiere el caso finlandés para nuestras políticas educativas.

Mucho que aprender, pero Chile no es Finlandia. Hay que resaltar que los resultados de Finlandia en PISA fueron los más altos en 2003 y en 2006 en los tres ámbitos medidos: matemáticas, ciencias naturales y comprensión lectora (pp. 15-16). Pero hay que destacar que son también los resultados más equitativos, ya que exhiben un fracaso escolar muy bajo (94% éxito en secundaria obligatoria) y muy poca dispersión de los resultados entre los alumnos y entre escuelas. En este contexto, se nos señala que los padres tienen mucha confianza en la escuela (en todas las escuelas).

Se advierte que Finlandia, así como Suecia y Noruega, posee como sociedad un muy bajo grado de desigualdad (variación de -1 a 1,5 en esta escala) y que los resultados de sus estudiantes son parejamente altos.

Los datos (en el texto original, éstos se expresan en gráficos) muestran que existe muy poca varianza entre los centros educativos y que la diferencias de resultados se dan, más bien, al interior de cada centro, lo que está indicando dos cosas: que todos los centros son pedagógicamente buenos, pero también que a todos los centros asisten estudiantes diversos tanto desde el punto de vista de su talento (no se selecciona ni se excluye a quienes poseen dificultades escolares), como desde el punto de vista de su origen socioeconómico y cultural (no se advierte una diferencia entre centros – como en Alemania- donde los resultados estarían mostrando que hay centros selectivos y no selectivos y/o diferenciados por los distintos estratos sociales).

Antes de empezar a extraer posibles lecciones desde Finlandia para las políticas anteriores conviene consignar que Chile como sociedad y como sistema educativo posee diferencias radicales con Finlandia, lo que obviamente condiciona lo que podemos imitar y lo que simplemente es fruto de otra sociedad y de otra historia.

Para comenzar dos contrastes sugeridos por los datos recién expuestos. Si Finlandia es una de las sociedades más iguales del mundo, Chile es una de las más desiguales; el Índice de Gini de Chile pondera 54,9 y el de Finlandia 26. Informes internacionales han ubicado a nuestro país entre los 12 más desiguales del mundo y como el cuarto país con mayor desigualdad en América Latina, lo que se puede graficar con el hecho que en Chile el 10% más rico de la población percibe 34 veces más recursos que el 10% más pobre.

Si Finlandia nos sorprendía con la igualdad de su sistema educacional, con pocas diferencias entre escuelas y con gran mixtura social al interior de los establecimientos; Chile nos muestra lo opuesto: tenemos un sistema escolar altamente segregado por nivel socioeconómico y cultural de la familia, lo que puede advertirse en la composición del gasto en educación. En Finlandia el 97.9% del gasto en educación es público (OECD, 2006). En Chile el gasto público en educación es un 2,7% del PIB y el gasto privado un 4,2% (Mineduc, 2008), lo que es un buen indicador de distancia y desigualdad: el mayor esfuerzo es el que hacen las familias, de acuerdo a sus niveles de renta, lo que no puede sino producir desigualdades. Esta es una situación creciente, según datos del mismo año, el 44% de los estudiantes del sistema escolar chileno asisten a escuelas o liceos donde sus familias deben pagar [3]. La gran diferencia de resultados entre establecimientos es una consecuencia normal de lo anterior: el pago no sólo entrega más recursos a los establecimientos lo que puede mejorar el servicio, sino que concentra a los más pobres y con más lejanía de la cultura escolar en unos establecimientos y a los más pudientes y cercanos a la cultura letrada en otros.

Gran diferencia también en consideración que familias tienen por los establecimientos en los que están sus hijos; Inger subrayaba el alto “aprecio” que familias finlandesas tienen por sus establecimientos. En Chile, si bien todos dicen apreciar las escuelas donde estudian sus hijos se advierten fuertes diferencias: mientras quienes asisten a la educación particular subvencionada consideran buena la educación de su comuna en el 76% de los casos, esta cifra baja a 45% cuando se refieren a la educación municipal de la comuna, a la que asisten el 80% de los más pobres (Encuesta Mori-PUC, 2009).

Estas consideraciones permiten dejar instalada una primera pregunta respecto a la comparación que sin querer hacemos cuando miramos a Finlandia como una sugestión de lo que podríamos hacer en Chile: ¿Hasta donde la desigualdad económica y educativa chilena nos permite mejorar los resultados escolares? La pregunta no quiere insinuar que no podemos avanzar sino que ese avance se ve limitado por problemas más estructurales que repercuten inevitablemente en nuestros resultados educativos.

Junto a esta pregunta dejaría, antes de entrar a las “lecciones”, instalada una perspectiva histórica: la tradición luterana de Finlandia que conecta la “salvación” con la “lectura de la Sagrada Escritura” lo hace un país con una población alfabetizada hace más de dos siglos.

Ya en 1800, en Finlandia, para casarse había que saber leer y escribir; nosotros legislamos como país sobre educación obligatoria recién en 1920 y logramos universalizar la escuela primaria 50 años después: ¡hace solo 40 años!

Las lecciones finlandesas.

– Primera lección: Centralidad de los docentes: lo más destacado

Enkvist, apoyándose en el informe McKinsey afirma que el factor clave en educación son los profesores (p.2 y ss) y destaca la importancia que poseen los docentes en los resultados de Finlandia. El proceder de Finlandia es claro y seguro: para alcanzar los resultados que obtienen ponen especial cuidado en la calidad de sus profesores y profesoras: consiguen atraer a buenos postulantes a la profesión docente, los forman bien y, enseguida, los retienen motivados y haciendo bien su trabajo.

¿Cómo lo logran?

Hay un piso básico: existe un gran aprecio social por los docentes, “un 26% de los egresados del sistema escolar aspira a ser profesor; los profesores finlandeses se sienten ‘útiles y respetados’”. Esta condición primera y de entrada, más una fuerte regulación de la formación permite seleccionar a muy buenos candidatos. Se abre oportunidades de estudio solamente para la cantidad de docentes que se requieren y termina habiendo 10 candidatos para cada cupo disponible (ver p.29).

La formación de profesores en Finlandia es de las más largas de Europa, equivale a 6.400 horas de formación y la remuneración es alta, pero no mejor que en resto de los países de Europa.

La situación de los docentes en Chile está en las antípodas. Venimos de una pesada herencia de los 80, donde la profesión resintió mucho el modo como se realizó la “municipalización”, proceso en el que los docentes perdieron su calidad de personal de servicio público. Durante los últimos años un modo poco cuidado de difundir los resultados del SIMCE ha ido instalando una imagen de un profesorado que no realiza bien su trabajo, sin reconocer el enorme esfuerzo realizado por los docentes en la masificación de la educación. Más aún, un movimiento creciente por mejorar la educación, lo que es sin duda necesario, ha terminado sin quererlo, poniendo al magisterio como chivo expiatorio. Un ejemplo: la consigna del movimiento 20/20 para llamar a ocuparnos de la educación ¡se acabó el recreo! es altamente injusta para miles de profesores y profesoras que no han estado “en recreo”, sino cumpliendo con su deber en circunstancias difíciles y con muy poco reconocimiento social, durante toda su vida profesional.

En suma, no hemos cuidado el prestigio social de nuestros profesores y profesoras, lo que repercute en la subjetividad de los docentes (según una encuesta reciente ellos se consideran entre los profesionales con menos estatus [4]). Pese a estos datos, este es un campo en el que se puede trabajar, ya que distintas encuestas muestran que la población chilena mantiene todavía mucho aprecio por los docentes.

Tampoco hemos regulado la profesión. Tomemos como ejemplo la pedagogía en educación básica. Se pasó de una situación de muy baja matrícula en la carrera a mitad de los noventa a una explosión de matrícula entre el 2000 y el 2008 (de 6.833 estudiantes a 23.024), crecimiento que en las universidades privadas llega a un ¡813%! [5]. Un cálculo rápido muestra que se está formando a más docentes de básica que los que se requiere. Pero no sólo esto: el gran crecimiento se debe también a las muy bajas exigencias de entrada. Pese a ello se debe dar, generalmente en cuatro años, una formación para enseñar al menos ocho sectores de aprendizaje a estudiantes de primero a octavo básico (desde los 6 a los 14 años de edad), lo que es una tarea a todas luces imposible.

En el salario de los profesores también tenemos problemas. Según un estudio reciente del CIAE de la Universidad de Chile, reportado por La Tercera (16/05/2010), los docentes ganan en Chile un 45% menos que las otras profesiones (promedio de $691.600 contra $906.600).

– Segunda lección: Proyecto educativo nacional

En Finlandia hay un proyecto político educativo nacional explícito. Y “ha habido consenso político y cultural entre los ciudadanos alrededor de la política educativa.” (p.26). Algunos de sus características son: la defensa de la lengua (el finés) como principio de identidad nacional. La voluntad explícita de ser líder en la sociedad del conocimiento sin renunciar al ordenamiento político de un estado de bienestar. Por último, lo más importante: ha habido un consenso político y cultural entre los ciudadanos alrededor de la política educativa (p.25).

En Chile apreciamos, más bien, una mirada altamente ideologizada de los temas educativos. Como lo desnudó bien la conversación nacional que se dio después de la movilización de los estudiantes el 2006, no hemos logrado una visión de estado, un horizonte normativo compartido, sobre lo que se quiere de la educación. La educación, pese a múltiples, enfáticas y frecuentes declaraciones no tiene, en los hechos, un lugar claro en nuestro proyecto de desarrollo como sociedad. Ni hemos consensuado el tipo de persona y ciudadano que queremos formar, ni los niveles de equidad e integración social que deben darse en el sistema, ni su institucionalización y modo de regulación [6].

– Tercera lección: Claridad de metas y de medios

Algo que me sorprendió en la exposición de Inger fue su énfasis en lo simple del secreto pedagógico finlandés: hay un plan de estudio manifiesto y hay rutinas fuertes y reglas de conducta claras, para llevarlo a la práctica [7]. “El plan de estudio habla constantemente de lo que el alumno debe saber y debe saber hacer” (p.21). “La clave del éxito finlandés es la sencillez” (p.22). “Ya que el plan de estudio incluye una descripción de lo que debe saber un buen alumno, todos, profesores, alumnos y padres, saben de manera concreta lo que se espera de un joven” (p.23).

Además se subraya otra aparente simpleza: “parece que el “secreto” es que, en todas las materias, los alumnos leen, escriben y sacan conclusiones” (p.27). Todos los comentaristas del éxito finlandés “subrayan que no se “permite” que un alumno no lea bien. Si alguien va a la zaga de su grupo, en seguida, se le organiza un intensivo programa remedial” (p.27).

– Cuarta lección: Apoyo de docentes de educación especial

La apuesta por la igualdad se acompaña de discriminación positiva. Se tiene claro que muchos estudiantes necesitan un apoyo especial para lograr los resultados a los cuales el sistema escolar los quiere llegar. Por tanto, junto al profesor o profesora de aula hay un apoyo pedagógico a alumnos con problemas que es entregado por docentes especiales (21% de los estudiantes tuvieron apoyo especial en 2006) (p.27). “La enseñanza especial tiene varias formas. El alumno puede quedarse con su grupo saliendo del aula durante algunas horas por semana para trabajar con un profesor especial. También se da el caso de que el profesor de enseñanza especial entre al aula para ayudar allí mismo al alumno” (p.23) [8].

Me parece esta una medida muy sugerente para Chile: adelantarse al posible fracaso dando apoyo oportuno a quienes presentan atraso. Este podría ser un uso permitido y fomentado de los recursos de la Subvención Escolar Preferencial.

– Quinta lección: Elección de caminos de formación

Los estudiantes finlandeses saben que tienen la posibilidad de distintos caminos de formación y que a partir de la obtención de un título básico de preparación profesional pueden acceder a estudios superiores y a la universidad. “La formación profesional tiene una continuación en la educación superior profesional si esto le interesa al alumno. Además, se ofrece la posibilidad de completar la formación profesional con cuatro materias teóricas para poder solicitar ingreso en una carrera universitaria teórica” (p.36 ).

En Chile tenemos una proporción importante de la matrícula de enseñanza media en educación técnico profesional (cera del 40%), pero no hay ninguna articulación entre este tipo de enseñanza y la educación técnica de nivel superior radicada en los Centros de Formación Técnica (CFT) y los Institutos Profesionales (IP), ni de esta con las universidades. Esto tiene efectos sobre el sentido y la motivación que los estudiantes secundarios pueden dar a sus estudios y resulta también en pérdidas de tiempo importantes. Solo un par de ejemplos. Si un estudiante hizo una formación en electricidad en educación media y quiere hacer estudios superiores cortos (por ejemplo una formación de dos años en un CFT), se va a encontrar que esa formación no continúa a partir de lo él ya sabe, sino que vuelve a repetir los conocimientos básicos que ya tiene, ya que está abierta a todos los que quieran tomarla. Continuando, si un estudiante terminó su CFT, le fue bien, se motivó por estudiar más, no tiene una manera de ingreso a la universidad que le reconozca lo ya estudiado y se lo complemente.

¿Qué concluir?

Hay, sin duda, varias y claras enseñanzas a extraer del ejemplo de Finlandia en cuanto al manejo de su sistema educativo y se trata, por tanto, de un sistema que debemos mirar de cerca para aprender de él. Pero, al mismo tiempo, debemos tener en cuenta que solo lograremos los resultados finlandeses si junto con asumir sus sugerentes lecciones en el campo educativo, caminamos también hacia un sistema educativo más igualitario y más integrado socialmente.

Referencias.

(1) ver: Ubieta, Eduardo (2009) “Finlandia, en PISA 2006” En: Cuadernos de Pedagogía (Madrid) nº386, enero 2009, pp. 78-82.

(2) Posición que también tiene antecedentes en la tradición; es lo que expresa el viejo adagio escolástico utilizado por Santo Tomás de Aquino: "Quidquid recipitur per modum recipientis recipitur". (“Lo que se recibe, se recibe a la manera del receptor”), que busca explicar como personas que tienen la misma experiencia la viven (conocen) de modo distinto.

(3) El 44% equivale a los alumnos de colegios particulares pagados y de alumnos de colegios particulares subvencionados con financiamiento compartido.

(4) Información de encuesta del Centro de Investigaciones Avanzadas en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile reportada por La Tercera el 16/05/2010.

(5) Datos de un estudio en curso en el Centro de Estudios y Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE) de la PUC.

(6) Esta afirmación puede contrastar con el Acuerdo por la calidad de la educación, firmado por la Concertación y la Alianza en noviembre 2007, que dio pie a la presentación y posterior aprobación de la LGE y a la presentación de la Ley de Aseguramiento de la Calidad. Pero todos sabemos que el acuerdo se logró cupularmente, esto es limitando la discusión y dejando fuera un conjunto de temas donde se sabía que no había acuerdo, por ejemplo: concepción e institucionalidad de la educación pública, sistema de financiamiento compartido.

(7) “Finlandia tiene un plan de estudio nacional muy concreto que tiene fuerza de ley; los profesores están obligados a enseñar el contenido del plan de estudio. Entre otras cosas, el plano de estudio contiene descripciones relativamente detalladas de lo que debe saber hacer un estudiante de cierto grado con buena nota” (p.20).

(8) Además de estas dos formas existen también escuelas especiales: “La enseñanza especial puede también significar ir a otro colegio en el municipio en el que se concentra la enseñanza especial”. (p.23).

http://www.cepchile.cl/dms/lang_1/doc_4589.html

Experto en educación: la competencia en educación es una locura de la derecha…

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Martín Carnoy, experto de Stanford de visita en Chile

“La competencia en educación es una locura de la derecha”

Compañero de varios golden boys en la Escuela de Economía de Chicago -como Rolf Lüders y Ernesto Fontaine-, es una autoridad internacional en educación comparada. Y afirma que “si Chile no hubiera cometido el error de crear el sistema de voucher en la época de la dictadura y en vez de ello se hubiese preocupado de la formación de buenos profesores, hoy el país tendría la mejor educación del mundo”.

por JAIME RETAMAL

La posibilidad de dejarse llevar por los prejuicios era alta. Invitado por la Pontificia Universidad Católica. Alojando en un hotel cinco estrellas del Barrio el Golf. Alumno de doctorado en economía de Milton Friedman, Schultz y Arnold Harberger en la mismísima Escuela de Chicago. Compañero de curso de Ernesto Fontaine, Sergio de Castro, Rolf Lüders y Carlos Massad en la época de formación de nuestros “Golden Chicago Boys”: economistas –al decir de ellos mismos- que han aplicado los sanos principios de la buena economía (aquella que responde a la naturaleza humana) en nuestro Chile desde que Pinochet fue Pinochet.

Sin embargo, la conversación que sostuvimos por más de una hora con Martín Carnoy, superó con creces cualquier prejuicio. No se trata precisamente de un “outsider”, un aparecido o un rebelde. Martín Carnoy es actualmente profesor de la Escuela de Educación de la Universidad de Standford. Ha trabajado en los organismos internacionales más importantes realizando estudios sobre la realidad educativa de diversos países. Actualmente está trabajando en Sudáfrica, tratando de descubrir factores relevantes para diagnosticar su nivel educacional. El año 2003 fue jefe del equipo de la OCDE que revisó y evaluó las políticas educativas en Chile, aunque -precisa- conoce a Chile desde hace tiempo: vino varias veces antes de la dictadura y varias después, nunca durante. Ha escrito innumerables papers, algunos de ellos –junto a Patrick McEwan- muy relevantes para comprender nuestra realidad educativa. Hoy está en Chile para presentar su último libro editado por el Fondo de Cultura Económica, titulado “La ventaja académica de Cuba ¿Por qué los estudiantes cubanos rinden más?”.

Humilde en su forma de ser y racional –apegado a las evidencias- en todos sus argumentos. En el lanzamiento de su libro, la sala Matte del Centro de Extensión de la UC no dio abasto. Martín Carnoy un verdadero rock star de los estudios de educación comparada. Un troyano en el sistema de mercado y de la productividad educacional. Un Chicago Boy verdadera y auténticamente díscolo.

LA LOCURA DE LA DERECHA

Nos dice rotundo, como rotundas son las evidencias, que allá o acá, en USA o en Chile, “¡la idea de crear competición entre escuelas es muy tonta!” Insiste en que “Chile es un chiste”, tan famoso en el mundo por tener un Estado ordenado y tan mal y despreocupadamente que gestiona la educación pública. Se lamenta de nuestra necedad para aplicar las correctas políticas de educación que harían cambiar el sistema. “Si Chile no hubiera cometido el error de crear el sistema de voucher en la época de la dictadura y en vez de ello se hubiese preocupado de la formación de buenos profesores, Chile hoy tendría la mejor educación del mundo”. El punto es que la ideología de la derecha es ciega al sentido común. Para Martín Carnoy el curriculum, la formación de profesores, la gestión de los directores no deben estar entregadas al mercado. Y no por comunismo o fascismo es que se debe de centralizar todos estos procesos, es simplemente porque la evidencia lo demuestra: “En Cuba está centralizado y en Finlandia también, y funciona muy bien en ambos países”. Lo central es el imperativo moral -insiste- de resguardar, para los niños, una educación de calidad. El resto es ideología.

“Si quieres mejorar la educación tienes que mejorar la formación de profesores y la formación de directores de escuelas: este es el secreto”.

Le preguntamos por los semáforos de Lavín, por los liceos de excelencia, por premiar a los mejores liceos en el SIMCE, por entregar toda la información a las familias para que decidan mejor, por la prueba INICIA. Se indigna. “Es como subvencionar al Real Madrid y al Barcelona. Para qué. Así siempre va a haber una liga primero, otra segunda y otra tercera; los demás no podrán nunca ascender, y además tendrán que jugar siempre con los que quedan, pues la liga premier se llevará siempre a los mejores profesores. Es un sistema que crea más exclusión. Van a crear simplemente más desigualdad. ¿Cómo puedes crear la competición sin un zero sume game? Simplemente el actual gobierno tiene una mala idea e insiste en esa mala idea. Los datos en todas partes del mundo muestran que todo lo que ellos hacen no es la solución: hay al menos 30 estudios que muestran que eso no es la solución, pero ideológicamente ellos no pueden hacer otra cosa, es lo mismo que hacen con la salud; la derecha simplemente no quiere admitir que un sistema privado no funciona. Chile, por más de 30 años, ha evitado la solución”.

Es categórico: “Todo el sistema escolar chileno es de baja calidad. Si tomamos las mejores escuelas chilenas y las comparamos con sus similares en el mundo, están simplemente en el promedio. Es como cuando alguien juega fútbol en su país sin ver por televisión otras ligas del mundo y cree que porque es el mejor en su medio local, podría tener el mismo rendimiento en otros países. El sistema privado no funciona para los más ricos tampoco y las cifras lo demuestran claramente… la idea de crear competición es una locura de la derecha”.

EL “SECRETO” DE LA CALIDAD

“La idea de crear instituciones de elite no es el secreto, si quieres mejorar la educación tienes que mejorar la formación de profesores y la formación de directores de escuelas: este es el secreto”. Una idea -un poco riéndose de Joaquín Lavín pues sabe que no lo hará y conoce de su idea como alcalde de Santiago de importar médicos cubanos-  es la de importar de Cuba cinco mil profesores para enseñar a los profesores chilenos cómo enseñar, guiar, orientar, y discutir las didácticas y metodologías. “Si puedes simular a los buenos profesores, no importa como lo hagas, puedes crear o re-crear esas mismas condiciones acá en Chile.” Sin embargo, es muy escéptico: “Ni en el 2050 habrán hecho lo obvio para mejorar el sistema. ¿Por qué? Simplemente por ideología.”

Ciertamente la desigualdad de base social se replica en la escuela. Pero, la forma más fácil de cambiar esa desigualdad es por medidas financieras y fiscales. Es muy difícil cambiar esa desigualdad por medio de la escuela y las cifras –nos lo repite- son muy claras en este caso. Pero esta imposibilidad no tiene nada que ver con creer que no se puede mejorar la calidad y el rendimiento de los estudiantes.

El Estado Chileno debe mejorar la capacidad del sistema (sus profesores) y no significa que no haya buena capacidad, pero va a las mejores escuelas y todo el resto, la de regular y mala calidad, va al resto de las escuelas. Se debe mejorar la calidad de la capacidad de todo el sistema, en todos los niveles, “pero no es que los profesores chilenos sean tontos, no se les debe echar a ellos la culpa, la culpa es de las facultades pedagógicas que también están entregadas al sistema de libre mercado. En Chile el sistema no les enseña a los profesores –vuelve con la analogía fútbol, sea porque en su juventud fue entrenador, sea por el Mundial- a jugar bien”.

De algo si culpa socarronamente a los profesores en Chile. Los profesores cubanos que tienen la mejor formación de matemáticas en las universidades y que enseñan mejor matemáticas en las escuelas, usan lápiz y papel en la sala de clases. Hacen muchos ejercicios. Pero además, muy importante, discuten con los estudiantes los errores. “En Chile no se discute el error. En Cuba sí”.

Waissbluth: las obscenidades de la educación chilena…

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Mario Waissbluth y el discurso presidencial: Las obscenidades de la educación chilena

POR PABLO VERGARA, The Clinic

Al ingeniero Mario Waissbluth, coordinador del movimiento ciudadano Educación 2020, el discurso del 21 de mayo lo sorprendió. “No esperaba que se cumpliera con tanta profundidad mi vaticinio”, dice.

-Hace tiempo que tenía ganas de escribir una columna que se llamara “La inevitabilidad social democrática en Chile”. O sea, el que este país marche hacia un modelo económico social-democrático, por ponerle algún nombre, para mí es casi una inevitabilidad”– explica cuando se le pregunta por ese vaticinio.

¿Incluso con un gobierno de derecha?
-Salvo una derecha así como militar, pero en un escenario de una derecha democrática no había ninguna posibilidad que el Presidente electo, fuera quien fuera, no anunciara la continuación de la protección social. Si uno hubiera escuchado este discurso cayendo de otro planeta, así sin entender bien de qué se trata, si lo hubiera estado viendo alguien en España, habría dicho: “coño, este es un demócrata cristiano europeo”. La única duda para mi gusto es si le va a alcanzar o no la carga tributaria.

Conversar con ingenieros en estos tiempos siempre es un gusto. Waissbluth, profesor de la Universidad de Chile y con una intensa vida en la facultad de Beauchef, es, como todo buen ingeniero, ordenado. Sistematiza las cosas, les da viabilidad. Y escribe columnas. Por una de esas es que hoy es el rostro de Educación2020, un movimiento que nació luego que escribiera una sobre educación en la revista Qué Pasa y que a los pocos días prendió el pasto seco que se había instalado en la casi eterna crisis de la educación nacional.

Lo que ocurrió, cuenta Waissbluth, fue que algunos de los lectores más entusiastas de la columna fueron los estudiantes de Ingeniería de la U, muchos de ellos ex pingüinos. Y lo discutieron en la intranet de la facultad y a la semana se le acercaron al autor con una pregunta: “ya, ¿qué vamos a hacer?”.

-Dije: “¿queremos action?”. Y eso consistió en ir a Tolerancia Cero con una polera verde, poner un sitio web que armamos con cien lucas en tres días, poner un manifiesto y pedir que la gente se inscribiera. Y el plan era que esto empezaba el 8 de septiembre y terminaba el 18: grabábamos los ruts que hubiéramos recogido en unos CD y se los íbamos a dejar al carabinero de la puerta del Congreso, de La Moneda y nos tomábamos una foto con ellos.

Eran 10 días, pero al cuarto los invitaron a exponer a la Comisión de Educación de la Cámara. Y los 11 diputados le dijeron a Waissbluth que adherían al manifiesto, pero uno de ellos le dijo: “si usted cree que porque aprobamos el manifiesto va a pasar algo, está muy equivocado; si ustedes no siguen creciendo y gritando, acá no va a pasar nada, porque las cosas se trancan al momento de legislar, aprobar proyectos, presupuestos y programas, así que tienen que seguir creciendo y gritando”. El mismo recado le dieron en el Ministerio de Educación durante un almuerzo con la entonces ministra Mónica Jiménez.

-Fue novelesco. En menos de 15 días, el Poder Ejecutivo y el Legislativo de un país le piden a un movimiento ciudadano que crezca y grite, que pautee la agenda… En el fondo lo que te estaban diciendo que en esta especie de bloqueo un nuevo actor desarmara un poquito el tablero. ¿Te das cuenta el encadenamiento exótico que lleva esta cuestión?

EL DISCURSO

Si es tan inevitable el modelo social-democrático, ¿por qué ganó la derecha?
-Por el deterioro de la Concertación.

Perdió la Concertación. No ganó la derecha.
-Sí, para mí ese es el modo de ver las cosas.

¿La Concertación se lo merecía entonces?
-A mi juicio, sí.

Por eso es que la mirada de Waissbluth y de Educación2020 sobre el reciente mensaje presidencial es buena. Nunca, dicen, habían visto un énfasis y un tono de denuncia así en un discurso presidencial. “Cuando nosotros partimos y salimos a denunciarlo con todos los tonos y poniendo videos terroríficos, nos dijeron fascistas, populistas, terroristas. Todos los miembros del establishment. Y ahora resulta que el terrorista es el Presidente Piñera. Lo otro que nos gustó es que fue muy nítido en la defensa de la educación municipal”.

-Nadie grita por los cabros que están saliendo del colegio, un millón y medio, que no entienden bien lo que leen. La indiferencia con que la elite de este país ha visto este tema en los últimos 40 años es feroz. Claro, tenemos observaciones al discurso, cuestiones que no se mencionaron, cosas que no nos emocionan para nada, como los liceos de excelencia, que no van a dañar ni mejorar la educación…

Usted habla de 40 años. De esos, 20 son Concertación. ¿Por qué no hicieron la pega en esto?
-Si yo acumulara el catálogo de errores cometidos por Frei padre, los militares y la Concertación… La lista de cagadas de políticas públicas cometidas en educación es feroz.

¿Pero por qué la Concertación no hizo la pega?
-Por un problema de economía política, más bien. El drama de la educación en toda América Latina, no sólo en Chile, es que los costos políticos y financieros son de corto plazo y las ganancias de largo. Entonces siempre la tentación es que el próximo se haga cargo de este cachito. Cortar cintas de hospitales, carreteras, abrir consultorios, es políticamente rentable en el corto plazo. Agarrarse a combos con los gremios, cortarle las alas a las universidades truchas es ficción política y eso… El segundo elemento de la economía política del asunto, es que éste ha sido… Hay un problema muy de fondo. Si ves las encuestas, en la última salida hace poco, el 15% de la gente expresaba una preocupación por la calidad de la educación y yo te aseguro que ese 15% era ABC1. ¿Qué quieres decir con esto? Que la señora Juanita, en La Legua, que llegó a 3º básico, que tiene a los cabros en 6º básico, que se los tienen guardados hasta después del mediodía en un colegio, que más encima gozan de un almuerzo espectacular -porque la verdad es que lo que ha hecho la Junaeb en Chile es espectacular- no quiere más guerra: que el cabro no entienda bien lo que lee ya es una cuestión que palidece un poco en su urgencia, frente a sus problemas de delincuencia, empleo, ingreso, vivienda, salud. Entonces la gente no se anda colgando de los candidatos a diputados pidiéndoles más calidad en la educación.

¿Qué es la cosa más terrible que ha visto usted en los colegios?
-Es que dan ganas de llorar, compadre. Los cabros del movimiento están más en terreno que yo y me dicen que llegan ferozmente choqueados por el ambiente de desesperanza que se respira en las escuelas vulneradas, en los profesores y alumnos. Nadie está ni ahí. Desde eso hasta situaciones de convivencia escolar feroz. Y lo más específico y concreto que es que la gente no lo cacha. A ver, dime la dura, ¿te dice algo que el promedio nacional del Simce sea 250 puntos? ¿Qué te dice? Le preguntas al 95% de la gente… Sales a la calle y lo preguntas. Yo cuando aterricé en esto lo pregunté a nuestras expertas y me lo explicaron: muy simple, 250 puntos en el Simce significa que si ya estás en 8º básico no puedes utilizar el lenguaje para aprender nada. O sea, puedes leer, pero la conexión semántica de que estás leyendo algo y que eso lo puedes usar para aprender historia, física o las instrucciones laborales que te van a dar no funciona. Y además te digo, cuando ya lo sacó en octavo, de ahí pa delante la carrera ya está lista, ese cabro no va a poder leer en su vida un instructivo en una fábrica y cachar lo que dice.

Esto es una película de terror.
-Sí. Y la indiferencia nacional. ¿Sabes lo que significa sacarse 500 puntos en la PSU, que es la media, es decir que un 50% sacó menos que eso? Es haberse sacado un uno. ¿Qué nota te sacas en una prueba si de 70 preguntas contestaste 10? Bueno, la mitad de los cabros en Chile saca un uno o menos en la PSU. En la PSU de La Pintana la nota fue negativa, compadre, negativa… Superaron las respuestas incorrectas en cuatro veces las respuestas correctas en La Pintana. Esto es una obscenidad, que la elite de Chile ha tenido instalada por 500 años.

Esto ya está. ¿Qué va a pasar con esa generación?
-Es peor todavía. Es más feroz porque el 80% de los cabros que están estudiando Pedagogía, compadre, entraron con 500 puntos. Cáchate el efecto cronológico. Vas a tener que muchos de esos cabros van a entrar al sistema escolar sin entender lo que leen para hacer clases los próximos 30 años. Esta cuestión, aunque la arreglaras con una varita mágica, aunque fueras Pinochet con un lanzallamas, no va a comenzar a mejorar la calidad de la educación en menos de 10 años.

¿Y qué hacemos con las universidades que hoy están haciendo estas pedagogías?
-Si hay algo que me sorprendió del anuncio de Piñera, y que era una de nuestras propuestas, no fue que aumentara la subvención preferencial, porque eso incluso lo había anunciado, sino que la prueba INICIA será obligatoria y de resultados públicos, que es uno de nuestros reclamos desde el año pasado. El día en que se publique en un diario lo que realmente saben los alumnos de las universidades X, Y y Z y del instituto trucho J y de la universidad charcha W, el escándalo nacional va a ser de enorme envergadura… Otro de los anuncios que nos dejó complacidos es que se le va a meter plata de inmediato a las carreras de pedagogía más promisorias, porque si hay algo en lo que el país tiene que gastar, y es comparativamente barato, es en tener escuelas de pedagogía de clase mundial.

¿Por qué están teniendo tanta coincidencia con este gobierno y con los anteriores no?
-Nosotros no inventamos las propuestas, ya estaban dichas por la Comisión Presidencial de Educación, por informes. Lo que hicimos fue empaquetarlas, darles un ordenamiento sistémico muy propio de una escuela de Ingeniería. No te voy a decir que la gente de la Concertación estuviera en desacuerdo con nuestra política, sino que el grado de achanchamiento e indiferencia al que llegó la Concertación después de 20 años de gobierno…

Es patético.
-Es patético. Cuando nosotros salimos al aire, el establishment educativo de la Concertación reaccionó con virulencia porque en el fondo era como aceptar que lo habían hecho mal. Y eso es políticamente muy complicado. Pero al haber un cambio de gobierno, del signo que sea, la coalición que llega se siente con la libertad de hacer y decir lo que una coalición que llevaba 20 años, no.

¿El problema de la educación es político?
Más que político. Histórico. En un sentido largo, de centurias. Es un problema de una elite a la cual le ha ido bien, que desarrolló un continente estratificado, elitario. Somos herederos de 500 años de racismo, clasismo, elitismo y explotación.

Written by Eduardo Aquevedo

11 junio, 2010 at 18:34

Simce 2010: se confirma mala calidad de educación chilena…

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2 DE JUNIO DE 2010, Prueba Simce 2010

La mala educación: 62% de los alumnos de octavo básico van dos años atrasados en Matemáticas

Nuevamente los resultados del Sistema de Medición de Calidad de la Educación fueron malos, evidenciando que la brecha crece cada año. Al respecto, el ministro de Educación, Joaquín Lavín, sostuvo: "Necesitamos un punto de inflexión que marque una nueva era (…) si seguimos a así nos vamos a demorar 100 años en lograr el aprendizaje esperado”.

por EL MOSTRADOR

Este miércoles fueron entregados los resultados de la prueba Simce (Sistema de Medición de Calidad de la Educación) realizada a los cuartos y octavos básicos en noviembre de 2009.

El test evidenció falencias en el área de Matemáticas en los niveles de 8º Básico, donde un 62 por ciento no sabe la materia y maneja conocimiento relativo a sexto básico, evidenciando un retraso de dos o más años.

Las diferencias son acentuadas se mide en sectores socioeconómicos, tanto así que en un sector bajo, sólo un 3% de los niños “sabe lo que tiene que saber” en matemáticas en octavo básico. Es decir, la brecha en educación crece en los sectores socioeconómico alto y bajo.

En tanto, el promedio nacional en 4º Básico en Lectura fue de 262 puntos. En Matemática fue de 253 -seis puntos más que la medición 2008-, y en Comprensión de Medio Natural fue de 256, con la misma alza.

En lectura, un 39 por ciento de los estudiantes obtiene un nivel avanzado, un 27 por ciento uno intermedio y 34 por ciento básico: en matemática los números son similares, ya que un 29 por ciento tiene conocimientos avanzados, un 34 intermedios y 27 por ciento inicial.

Al respecto, el ministro de Educación, Joaquín Lavín, sostuvo: “Necesitamos un punto de inflexión que marque una nueva era (…) si seguimos a así nos vamos a demorar 100 años en lograr el aprendizaje esperado”.

El secretario de Estado informó que los padres recibirán una carta con resultados detallados por colegio, premios a los 128 colegios con mejores resultados y además aumentos en las subvenciones de éstos.

El test se aplicó para los cuartos básicos el 17 y 18 de noviembre del 2009, donde unos 231.455 estudiantes, (un 93 por ciento del total de matriculados) en 7.922 establecimientos dieron el Simce; para los octavos se tomó el 10 y 11 del mismo mes, a 239.745 estudiantes, (un 92 por ciento del total) en 5.814 colegios.

Simce: Un 62% de los alumnos de 8vo no tiene los conocimientos de un niño de sexto básico

Los resultados del Simce 2009 lo dio a conocer hoy el Ministro de Educación Joaquín Lavín.POR

LATERCERA.COM – 02/06/2010

El promedio nacional de octavo básico en la prueba de Lenguaje fue  de 252 puntos, en Matemáticas los alumnos obtuvieron 260, Estudios y comprensión de la Sociedad registró 251 y en Estudios y comprensión de la Naturaleza 259 puntos.

En Matemática sólo un 13% de los estudiantes de 8vo básico obtuvo un nivel avanzado en la prueba y por detrás un 62% de los alumnos alcanzó el puntaje menor – inicial. Es decir, más de la mitad de los escolares tiene conocimientos matemáticos de un niño de sexto básico.

Asimismo, en lectura un 38% de los alumnos no sabe la materia de séptimo; y un 34% sólo alcanza el nivel de comprensión de tercero básico.

En lectura, entre 2000 y 2009, hubo un leve aumento de dos puntos. En tanto, en Matemáticas, el aumento fue de diez puntos, de 250 a 260 puntos. Sin embargo, el nivel esperado es de 320 puntos (por sobre el nivel avanzado).

En octavo básico, el promedio en la prueba de Lectura fue de 252, un punto menos que en 2007 y en Matemática subió 4 puntos (260); en Sociedad y Naturaleza subió 1 puntos,  alcanzando 251 y 259 puntos respectivamente.

En cuarto básico, Lenguaje subió 2 puntos logrando los 262. En cambio, Matemática y Naturaleza aumentaron en 6 puntos, registrando 252 y 256 puntos respectivamente.

Ante los resultados, el ministro de educación, Joaquín Lavín, señaló que "necesitamos un punto de inflexión que marque una nueva era",  ya que según sus cifras de la década, el Simce sólo ha subido tres puntos, y si seguimos a así "nos vamos a demorar 100 años en lograr el aprendizaje esperado", y esas curvas "no van a cambiar nunca", consignó el medio.

Profesores, disciplina y asistencia, los factores clave para mejorar resultados del Simce

En esta edición del test que se aplicó a 4° y 8° básico se midieron también cuáles son las variables comunes de los colegios que concentran los mejores puntajes.

Por Bárbara Covarrubias, Emol

Miércoles 2 de Junio de 2010 12:17

El Ministerio de Educación instruirá a los colegios para que realicen programas de nivelación para ayudar a los niños que presentan mayores dificultades.
Foto: El Mercurio

SANTIAGO.- Al entregar los resultados de la prueba Simce 2009 aplicada a los alumnos de 4° y 8° Básico, el ministro de Educación, Joaquín Lavín, destacó que en esta oportunidad se midieron los factores comunes en los colegios que presentan los mayores puntajes en la prueba que evalúa los conocimientos relevantes de Lenguaje y Comunicación y Matématica.

Según explicó la autoridad, entre las características comunes de los colegios en los que se concentran los alumnos que manejan de buena manera los aprendizajes esperados para su nivel están la calidad de los profesores, la disciplina y orden en la sala; además del nivel de asistencia de los alumnos.

"Los buenos profesores son clave y eso se determina comparando los resultados del Simce con los de la Evaluación Docente de los colegios municipales. La medición indica que hay una correlación positiva y significativa", puntualizó el secretario de Estado, dejando el rol que cumple también en el mejoramiento de la calidad de Educación, la preparación de quienes enseñan.

En cuanto a la medición de la disciplina en clases, ésta se hizo a través de una encuesta a los alumnos para establecer cuánto se demora un profesor en iniciar la clase y cuánto rato perdura el orden. "La correlación establecida es que mientras más orden en la clase, mejores son los resultados del Simce", dijo Lavín.

La asistencia a clase también se vuelve fundamental a la hora de obtener buenos resultados en esta prueba, ante lo cual el ministro indicó que "aunque parezcan cosas obvias, son importantes y se deben tratar con mucha atención".

Recomendaciones para los colegios

El ministro además entregó una serie de recomendaciones a los colegios para revertir cuanto antes los malos resultados que presentaron la mayoría de los establecimientos educacionales del país, incluso en los estratos socioeconómicos altos, donde la escolaridad mensual puede superar los 300 mil pesos.

"Se debe incentivar la asistencia a clases, incluso hay colegios municipales que están premiando la asistencia a clases. A ello se suma mantener un ambiente ordenado de trabajo, con mucha disciplina y respeto", señaló.

Asimismo, el ministerio recomienda el aumento de las horas lectivas de Matemática y Lenguaje, sin aumentar la jornada escolar, sino haciendo uso de las horas de libre disposición que tienen los establecimientos para programar su currículum.

La implementación de programas de nivelación, con horas de clase extra, para los alumnos que estás más retrasado es otra de las medidas que ayudarían a superar la brecha entre los resultados obtenidos y piso base de conocimientos que deben manejar los niños en los cursos en los cuales son medidos.

"En muchos cursos hay un alto porcentaje de alumnos que va atrasado respecto a sus compañeros y hay que preocuparse de ellos, para lo que también hay que aprovechar al máximo los textos escolares y las bibliotecas", aseveró Lavín.

27 DE ENERO DE 2010

OCDE: “Chile debe mejorar la calidad de su educación”

"Mejorar la calidad del capital humano es importante para Chile para aumentar su productividad, aumentar el empleo y los ingresos y junto con ello disminuir las desigualdades de ingresos entre los ciudadanos", sostiene un informe elaborado por la entidad.

por EL MOSTRADOR

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) aseguró que uno de los grandes desafíos que debe enfrentar Chile es mejorar la calidad de su  educación pública.

En su informe “Revisión económica: Chile 2010″, la organización aseguar que si bien la economía nacional ha logrado importantes logros en esta materia, aún existe un déficit respecto a los estándares que exige la OCDE.

“Mejorar la calidad del capital humano es importante para Chile para aumentar su productividad, aumentar el empleo y los ingresos y junto con ello disminuir las desigualdades de ingresos entre los ciudadanos”, sostiene el documento.

Para revertir la situación, la entidad aconseja a Chile a contar con mejores profesores.

“Chile debe aspirar a atraer a personas calificadas a la profesión e impulsar iniciativas para mejorar la formación inicial del profesorado”, explica la OCDE.

En esa línea, señala que “los profesores son el insumo más importante en la educación. Incluso está demostrado que nivel de los docentes está íntimamente ligado con el desempeño de los estudiantes”.

De igual modo, asegura que Chile tendrá que poner especial énfasis en los estudiantes de menos ingresos, antes que intentar subir el  promedio de todo el sistema.

Written by Eduardo Aquevedo

3 junio, 2010 at 21:32