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I. Ramonet y Sudamérica: “El progresismo puede tener varios años por delante”…

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REPORTAJE A IGNACIO RAMONET SOBRE EL MUNDO Y SUDAMERICA

 

Periodista y escritor, Ramonet dijo a Página/12 que la mayoría de los gobiernos de Sudamérica cumple la función de los socialdemócratas europeos en los ’50 y que si no cometen errores pueden aspirar a un ciclo largo de gobierno.

 Por Martín Granovsky

Desde Porto Alegre

Nacido en Pontevedra y emigrado con su familia a Francia, Ignacio Ramonet dirige hoy Le Monde Diplomatique en español. Fue uno de los animadores del primer Forum en 2001 y es uno de los periodistas que más recorren el mundo y observan sus distintas realidades.

–Sobre el final del Forum hay derecho a preguntarse si fue útil y qué cambió respecto del primer foro, el del 2001.

–Cuando el foro se creó, no había en América latina otro gobierno de los que yo hoy llamo neoprogresistas que no fuera el de Hugo Chávez, que además vino al foro. Al año siguiente, en 2002, por primera vez Chávez se declaró socialista. También vino Lula cuando aún no era presidente, sino candidato. Ahora en cambio los gobiernos neoprogresistas están llevando a cabo las políticas de inclusión social y al mismo tiempo el foro es menos un foro de los movimientos sociales. Es un foro en el que se discutió la crisis europea, el movimiento de los indignados en general (los chilenos, Wall Street, etcétera) y la cuestión de la memoria. La jornada de Flacso del viernes, el día de conmemoración del Holocausto, fue una de las actividades centrales. La organizaron el Forum Social Temático y el Foro Mundial de la Educación. Hasta ahora ésos no eran temas del foro. Los indignados son un tema que no lleva más de un año, y el debate sobre la memoria no se había planteado de esa manera. Dominaban el antiimperialismo y la denuncia de las guerras de los Estados Unidos en Irak o en Afganistán. Se está llegando a un nivel diferente. Los gobiernos aquí en Sudamérica lo están haciendo globalmente bien. Pero ojo, llega una nueva etapa y hay que mejorar ciertos aspectos cualitativos.

–¿Qué habría que mejorar en América del Sur?

–No creer que esta bonanza que está viviendo América latina va a ser duradera. Depende del éxito norteamericano y europeo y de si hay baja o no en la economía china que afecte a potencias agrícolas o mineras.

–Uno de los puntos es cómo aprovecha América del Sur su actual ventaja por los precios beneficiosos de los productos primarios que vende para que otra vez el rédito principal no sean palacios franceses en medio de la pampa húmeda.

–La economía funciona por ciclos. En Europa no podemos hablar de palacios en medio de la nada pero sí de grandes aeropuertos modernísimos que ahora casi no funcionan u óperas en medio de ciudades pequeñísimas. La riqueza ha pasado y no siempre se ha sabido aprovechar. Aquí, en Sudamérica, la solución es crear más y más mercado interior. Y mercado interior protegido. Y también ampliar los intercambios en el marco de la solidaridad latinoamericana. Ahora el mercado latinoamericano tiene que articularse para que haya masa crítica para todos. Si no, Brasil se desarrollará pero Uruguay no. Ahora que desaparecieron 80 millones de pobres hay una clase media que consume. Brasil introdujo la tasa sobre la producción de automóviles frente a China y aumentó esa tasa en un 30 por ciento. Es protección y es correcta.

–¿Qué discusión mundial nueva apareció en el Forum?

–Por lo pronto, muchos constataron que, más allá de las opiniones, la globalización existe. Si existe hay que analizarla y ver cómo evitar los inconvenientes de la globalización. A escala mundial en una mesa sobre la crisis del capitalismo, una de las opiniones fue que había que pensar quizás en desglobalizar y reducir la globalización. No hay solo una crisis económica. Hay una crisis de la política, de la democracia, alimentaria, ecológica. Muchos países latinoamericanos no están pensando en las otras crisis, en particular en la ecológica. Boaventura de Souza Santos subrayó que no es normal que se acuse a comunidades indígenas y se las acuse de terroristas cuando quieren proteger el medio ambiente. Las realidades van cambiando. El Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, que antes ocupaba tierras, no lo hace porque no las tiene. Cualquier pedazo de tierra es soja. Y como el MST cuando se asienta realiza producciones ecológicas, el agronegocio se lo reprocha.

–La discusión ecológica es clave también porque habrá una cumbre mundial en Río en junio.

–La precaución ecológica es algo que se ha recordado y que en cierta medida hace que los gobiernos estén pensando en hacer las cosas bien. Dilma dijo que quería dar casas a la gente. A mí me parece muy bien, realmente muy bien. Pero tengamos cuidado de no llegar al pragmatismo chino, que en nombre del desarrollo destruye lo que se oponga a esa idea, y terminemos entrando sin necesidad en una gran contradicción.

–Dilma diría: “Está bien, Ignacio, pero yo tengo que gobernar Brasil y terminar con la miseria”.

–Es que la preocupación ecológica y la social no se oponen. El Forum apreció mucho que Dilma haya decidido venir aquí y no haya viajado al Foro de Davos. Cuando Lula vino y dijo que luego se marchaba a Davos, alguien le dijo: “No se puede servir a dos amos a la vez”. Es una frase bíblica. “Hay que escoger.”

–Quizá Lula necesitaba ir a Davos porque también eso ayudaba a la consolidación política de su gobierno y en cambio hoy Brasil no necesita de Davos.

–Claro, las condiciones cambian. Y el foro debe cambiar también. Antes muchos dirigentes o presidentes venían a nutrirse. Chávez y Lula, a quienes ya nombré. También Evo Morales, Rafael Correa y Fernando Lugo. Para algunas discusiones, una reunión del foro puede tener hoy un mayor sentido en Europa, para discutir allí mismo la tremenda crisis. El año próximo está previsto que tenga lugar en un país árabe, porque los movimientos sociales no sólo se están desarrollando, sino que han conseguido ganar en dos países. Y hay nuevas discusiones, por ejemplo entre movimientos sociales laicos y movimientos sociales islamistas.

–¿Qué podría discutirse en Europa?

–En Europa hay ya algunas discusiones que se producían en América latina. Una idea de que la política está gastada y hace falta una renovación política. Que la sangre y la vitalidad nueva van a venir por el movimiento social. De esa vitalidad puede surgir un cambio. Este foro no tendría el mismo sentido organizado en Madrid, Atenas o Barcelona, donde hay sociedades que sufren y a la vez registran en algunos sectores gran voluntad de cambio. Aquí, en Sudamérica, por suerte para ustedes, hay situaciones donde la preocupación es seguir creciendo y cómo hacerlo mejor.

–¿No hay un riesgo de endiosar a los movimientos sociales como factores de cambio? Si no hay construcción política, ¿no se diluyen?

–Sí, es importante ver cómo se pasa de un momento a otro. Todavía no estamos en esa etapa en Europa, me parece. Aún no. Nadie expresa mejor el sufrimiento social que el movimiento social. Pero si no se da el paso a la política, todas las grandes crisis siempre sirven a la extrema derecha, que aparece como bajo la forma de movimientos y partidos antisistema. Prometen los cambios más radicales, demagógicos, transformacionales. Es importante que el sufrimiento social se encarne en movimientos que tengan vocación de implicarse en la política.

–¿Por qué todavía no ocurre ese paso?

–Entre otras cosas, en mi opinión, porque hacen falta líderes. Hasta el momento el movimiento social incluso rechaza tener líderes. Son muy igualitaristas desde el punto de vista del funcionamiento democrático. Es como la enfermedad infantil del movimiento social. Ya llegará el momento de la adolescencia o la madurez, cuando seguramente se generarán líderes. No líderes salvadores. Hablo de dirigentes democráticos que puedan entender al movimiento social y ayudarlo a encontrar respuestas. Después de la crisis del sistema político venezolano, el final de lo que se llama el “puntofijismo”, ¿habría habido cambios sin Chávez y lo que él representaba? Y me hago la misma pregunta con Ecuador y Correa, Bolivia y Evo, Brasil y Lula, la Argentina y Kirchner.

–¿Y cómo funciona la relación entre los líderes, los movimientos y los partidos en esos países de Sudamérica?

–Mi percepción es que hoy los partidos tienen menos influencia que hace diez años y los movimientos sociales también porque los gobiernos están haciéndolo todo. Los líderes de los gobiernos conducen el cambio. Hubo una energía social que produjo el cambio pero el cambio está tan encarrilado que a veces hay una desvitalización de la política que paradójicamente no molesta demasiado.

–Tal vez con las construcciones políticas ocurra lo mismo que con los ciclos económicos. Quizá deban o puedan ser realizadas antes de que el ciclo actual de gobiernos sudamericanos termine.

–La función de estos gobiernos es muy semejante a la de los gobiernos europeos de los años ’50 que, esencialmente, fueran conservadores o progresistas, tenían como funciones construir el Estado de bienestar, reconstruir cada país después de la guerra y aumentar el nivel de vida de la gente. Eso les dio 40 años de estabilidad política. Pero se terminó. Si los neoprogresistas sudamericanos no lo hacen demasiado mal, quizás haya por delante varios decenios como si fueran la socialdemocracia nórdica. Hoy mejoran estructuras, el nivel de vida, crean trabajo. No es casualidad que sean gobiernos neoprogresistas los que están trabajando bien. Así ocurrió con los viejos partidos socialdemócratas. Además, la construcción del Estado de bienestar y el aumento del nivel de vida termina con cualquier tipo de recurso para las oposiciones tradicionales conservadoras. Ahora la gente percibe cómo los países reconstruyen sociedades derruidas. Las favelas eran pensadas como una fatalidad. Para la derecha, era así porque es así. Pero la fuerza de la derecha desapareció, y también el elemento militar. Las leyes de la memoria son las que deben culpabilizar –sin venganza, con documentos y base histórica sólida– y establecer responsabilidades. No vengarse, sino terminar con la impunidad. A pesar de que lo que voy a decir parece escandaloso, estamos en el momento más fácil de Sudamérica. Si no hay errores y una gestión tranquila, los gobiernos de signo neoprogresista pueden quedarse en el poder mucho tiempo. Por eso hay que pensar bien las sucesiones políticas. En la Argentina eso funcionó bien. En Brasil, lo de Lula fue ejemplar. Es una lección. Y por eso hoy Dilma tiene más aprobación popular de la que tenía Lula en su primer año de gobierno.

martin.granovsky@gmail.com

Pagina/12

Ecuador: “En el país todos los cuadros de inteligencia trabajaban para la CIA”. Entrevista a R. Correa

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  • Hay grupos con vinculación política a los que no les interesa la democracia, sino mantener sus conductas represivas, afirma
  • No podemos claudicar ante balas asesinas; sería traicionar a los que murieron el día de la intentona golpista, señala

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El presidente Rafael Correa habla con el pueblo ecuatoriano tras la conspiración en su contra, el 30 de septiembre pasadoFoto Reuters

Blanche Petrich, Periódico La Jornada
Lunes 25 de octubre de 2010, p. 2

Quito, 24 de octubre. El presidente Rafael Correa llega con un poco de atraso a su oficina en el Palacio de Carondelet, donde ha citado a La Jornada, porque antes ha ido a visitar en el hospital infantil a un niño de 11 años que el 30 de septiembre, entre el caos y la violencia desatada, recibió un disparo de bala expansiva en la pierna. El chico sufrió dos paros cardiacos pero por fin, casi al mes de los sucesos, se restablece satisfactoriamente.

Durante la entrevista Correa se expresa a ratos con una franqueza poco común en jefes de Estado: Estamos ciegos, en ceros, en materia de inteligencia para la seguridad interna. Indignado con los sectores que participaron en la conspiración, incluidas las organizaciones indígenas que ahora hacen política en alianza con la oposición de derecha. Cauteloso antes de avalar la lealtad de las fuerza armadas a su gobierno: se portaron muy profesionales. No todos, pero en general. Ahí también hay infiltración.

Basta con ponerle el tema de las horas de peligro que vivió el 30 de septiembre sobre la mesa para que reviva con vehemencia y evidente tensión los tres o cuatro momentos en los que sintió que podía morir, sobre todo durante el tiempo que estuvo retenido en el Hospital de la Policía: “Hubo un momento en el que lo único que hice fue rezar un padrenuestro y acostarme en el piso de la habitación. Más que miedo sentía indignación por la traición de esa gente. Y tristeza. Si me tocaba morir dejaba este proceso a medias, dejaba a mi familia, mis hijos.

En una sociedad civilizada, con gente como los golpistas no se conversa: se aplica la ley. Desencantado: Yo me siento como un perdedor; todos perdimos. Y retado: No vamos a claudicar, vamos a radicalizar este proceso. Es una deuda con la ciudadanía heroica que salió a la calle a defender la democracia.

Pero lo que de verdad lo enoja es la estrategia de sectores conservadores, repetida por medios de peso como CNN y The Washington Post, de negar que lo de hace un mes fue un complot: “Niegan el intento de asesinato del presidente, niegan que estuve secuestrado, dicen que esto es un show. ¿Quién se puede tragar esa piedra de molino? Ahí están las pruebas, ahí están los muertos, ¡por Dios!”

Es un dolor personal. Y se le nota. Alguien cercano al presidente nos contaría que en las primeras horas del conflicto, cuando se presentó al regimiento Quito para atender la protesta de los policías y se vio acosado y gaseado por éstos, uno de los sublevados llevaba un bate y le lanzó un golpe que iba directo a su rodilla lesionada, que lo tiene ya desde hace meses entrando y saliendo del quirófano, usando muletas y hasta silla de ruedas. Un escolta se interpuso. Le fracturaron el tobillo.

Más tarde otro guardia, uno de sus más cercanos, se quitó el chaleco antibalas para colocárselo al presidente. Le tocó una bala en la espalda y se teme que quede parapléjico. Finalmente, otro más, joven del Grupo de Operaciones Especiales, cayó abatido en el momento del rescate cuando cubría con su cuerpo la ventanilla de la camioneta sin blindaje en la que sacaban al presidente en medio de un intenso tiroteo.

Después de Zelaya, el siguiente soy yo

–Después del golpe a Manuel Zelaya, en Honduras (28 de junio 2009), usted declaró: yo soy el que sigue. ¿Qué señales veía usted entonces?

–Desde el primer día de mi gobierno vivimos una conspiración permanente, como todos los gobiernos del cambio en América Latina. Qué casualidad que somos nosotros –2002 Venezuela, 2008 Bolivia, 2009 Honduras, 2010 Ecuador– los que hemos sufrido intentos de golpe. La posibilidad de que esto sea casualidad es nula. ¿Por qué? Porque estamos cambiando las cosas.

–Sorprende la forma en que usted reconoce que las estructuras de inteligencia han sido penetradas por la CIA.

–Es que es así. Cuando yo llego al gobierno, sinceramente, por mi origen académico, ese tema ni siquiera era una prioridad. Fue mi gran error. ¿Qué es lo que me devuelve a la realidad? El primero de marzo de 2008, cuando tuvimos evidencia de que las instancias de seguridad del Estado ecuatoriano conocieron con anticipación del ataque colombiano a Angostura y no nos informaron. Le avisaron a la embajada de Estados Unidos.

“Ahí nos damos cuenta de que esas unidades recibían presupuesto de EU. Se forma una comisión que se pone a investigar y entre sus recomendaciones está desmantelarlas. Tenemos evidencias de que su jefe, el coronel Mario Pazmiño, era empleado de la CIA.

Cuando lo despido y decidimos que somos nosotros los que vamos a nombrar a la directiva de la unidad, la embajada de Estados Unidos decide llevarse el equipo que había dado. Pero los directores no sólo les dan los equipos, sus camionetas, las computadoras, sino ¡la información de las computadoras! Imagínese el servilismo de esta gente.

–¿Qué tan grande fue el boquete que se le hizo a la seguridad interna?

–Quedamos en cero. Todos los cuadros de inteligencia trabajaban para la CIA. Hemos tenido que buscar cuadros alternativos, algo que no se forma de la noche a la mañana. Recién en 2009 logramos aprobar la ley del sistema nacional de inteligencia.

–¿Esta debilidad es lo que se manifestó el 30 de septiembre?

–Por supuesto. Hubo traición en ciertos sectores de inteligencia de la policía.

–¿Y de las fuerzas armadas?

–También. El partido Sociedad Patriótica estuvo involucrado. Su origen es militar. Hay núcleos duros que, según consta en el informe de la Comisión de la Verdad, atentaron contra los derechos humanos y se sienten identificados con estos partidos.

–¿A esta hora usted puede confiar en la lealtad de las fuerzas armadas?

–Bueno, se portaron profesionalmente. No todos. Y en general tienen un agradecimiento con este gobierno, ya que les hemos duplicado el salario, los hemos equipado. Cuando llegamos los encontramos en un estado de indefensión. Sólo 7 mil, de 42 mil policías, tenían armas. Los dotamos con patrullas, municiones, equipos de telecomunicaciones. Lo mismo en la Fuerza Aérea. Al principio no teníamos prácticamente nada, ni helicópteros. Ahora tenemos ya 14 Super Tucanos.

Pero hay grupos duros con vinculaciones políticas a quienes no les interesa ni la Fuerza Aérea ni la democracia, sino mantener sus privilegios y sus conductas represivas.

–¿Que mecanismos tiene la ciudadanía para defenderse de conspiraciones de este tipo?

–En esto Hugo Chávez y Evo Morales nos llevan ventaja. Chávez viene de una formación militar, conoce de esto y ha transformado el inmenso capital político que tiene en estructuras organizadas. Evo viene de los movimientos sociales, de una larga lucha, y tiene el apoyo de todas esas bases. En Ecuador el proyecto de Alianza PAIS es una reacción de la ciudadanía ante tanto desastre, tanto saqueo. Y sinceramente no soy experto en cuestiones militares o policiacas. El desafío de la revolución ciudadana es transformar el apoyo popular que tenemos en estructuras movilizadas como la mejor manera de disuadir estas intentonas.

Desencuentros

–Usted viene de la academia, pero de la mano de un movimiento popular. Ecuador en los 90 fue pionero en la participación del movimiento indígena. ¿Ésa ya no es la base de su gobierno?

–Tenemos el apoyo de muchos movimientos sociales, pero cuidado: se ha manoseado mucho el nombre de movimiento social. Ahora cualquier cosa es movimiento social, cuando muchos de sus dirigentes son en realidad políticos fracasados que perdieron en las elecciones y hacen política desde sus estructuras para imponer su agenda.

“Hay un movimiento social e indígena que está con el status quo, con la derecha. Hay que separar la miel de la cizaña. Tiene razón en que el despertar del movimiento indígena de Ecuador en los 90 fue el movimiento social más importante de América Latina. Y nosotros estamos con ellos.

Pero se ha distorsionado mucho esa pureza inicial. Ese movimiento hizo un partido político, Pachakutik. Su directiva está tomada por ciertos líderes que votan con la derecha, y el 30 de septiembre pedían la renuncia del presidente. Es una pena enorme. La CONAIE y Pachakutik han perdido totalmente la brújula.

–El primer pronunciamiento de la CONAIE fue de rechazo al golpe.

–Después se desdijeron. Los asambleístas de Pachakutik estuvieron y están con los golpistas. Tibán hace unos días usó expresiones muy groseras. Dijo que si el presidente hubiera muerto no era por valiente, sino por cojudo. Su hermano, dicho sea de paso, es policía y está preso.

–¿Descarta usted un rencuentro con estos sectores?

–No. Yo estoy abierto. Pero ojo: movimiento indígena como proceso histórico de emancipación, ahí estamos totalmente de acuerdo. Nuestro gobierno es de los indígenas. En las elecciones pasadas donde sacamos mayor votación fue en la provincia de Embaburo, con mayor población indígena del país. Con los dirigentes de la CONAIE, con su miopía, con las barbaridades que han dicho –me han llamado genocida, xenófobo, etnocida–, con ellos va a ser muy difícil.

Obama, de confianza

–Habla de la penetración de la CIA, pero no del gobierno estadunidense. ¿Cual fue su papel en este episodio?

–Como gobierno, yo creo que Estados Unidos aquí no intervino. No excluimos la participación de ciertos sectores que actúan incluso contra el presidente Barack Obama. De ellos no tengo ninguna prueba, pero no excluyo que hayan intervenido de algún modo. Lo que sí excluyo, por la confianza que les tengo, es a Hillary Clinton y al presidente Obama.

–¿Dice que es de confianza su relación con Obama?

–Él me llamó un par de veces después del 30, muy cortés, preocupado por lo que se decía en ciertas publicaciones. Me aseguró que no tuvo nada que ver. Le respondí que no tenía que darme explicaciones. Es buena persona, pero no ha podido cambiar la inercia de gran parte del aparato político de Estados Unidos.

–La versión de que el 30 de septiembre no hubo un intento golpista ha encontrado mucho eco. La duda ha calado. ¿Qué se pretende negando las evidencias?

–La ignorancia de la derecha y de ciertos medios de comunicación es tal, que ni siquiera conocen que una de las categorías básicas de sociología política latinoamericana es que cualquier levantamiento de fuerza pública ya se considera un golpe de Estado. Lo que hubo fue una agenda política que se puso en marcha desde el momento en que yo llego al Regimiento Quito y cercan la caravana presidencial. Ahí estaba el lugarteniente del coronel Lucio Gutiérrez (ex presidente golpista y derrocado a la vez, fundador del partido opositor Sociedad Patriótica), Fidel Araujo, con chaleco antibalas dirigiendo la operación. (Araujo fue detenido sin derecho a fianza el 5 de octubre). En sus declaraciones ha dicho que estaba ahí porque había ido a visitar a su mamacita que estaba cerca.

–¿Por qué esta estrategia?

–Porque nos tratan de desacreditar. Niegan el intento de asesinato, que estuve secuestrado. Ahí están las pruebas, ahí están los muertos, los registros de las telecomunicaciones de las radiopatrullas con la orden maten a Correa. ¿En una protesta policial por mejoras salariales tratas de tomarte las antenas de televisión, la televisora oficial, cierras el aeropuerto? Creo que con estas mentiras están cayendo en ridículo. En buena hora.

De La hoguera bárbara y la cercanía de la muerte

–Estos días, a propósito del plan B, el del magnicidio, hay quienes han recordado el libro La hoguera bárbara, sobre el brutal asesinato, hace un siglo, de Eloy Alfaro.

–El relato de Alfredo Pareja sobre cómo arrastraron hasta la muerte a nuestro líder liberal. No, no me voy a comparar con Eloy Alfaro, el único que ha hecho una verdadera revolución en este país y que para nosotros es una inspiración. Pero esto que pasó el 30 sí tuvo mucho de bárbaro. Vengo de visitar a un niño que a tres cuadras de aquí fue herido ese día. Estos desalmados le dieron 17 balazos a una ambulancia, hirieron al conductor y al asistente y en esa balacera una bala le atraviesa la pierna al menor.

–¿Qué pasó por su cabeza, pensó que de verdad podía morir?

–Sí, claro, no en uno, sino en varios momentos. Ahora sé que cuando a mí me llevaban al hospital, entre los gases y los sublevados que me golpeaban, el director del Hospital de la Policía (César Carrión) mandó poner candados para que no pudiéramos entrar. La seguridad mía tuvo que rastrear el área, penetró por otro lado, quitaron los candados y abrieron. Luego declaró a CNN que yo no estuve secuestrado, sino que estuve perfectamente atendido.

“¿Cual es la verdad? Que cuando nos llevan a emergencias no nos dejan salir, tuvimos que refugiarnos en el tercer piso con la poca seguridad que tenía en ese momento y cerramos la puerta. La quisieron tumbar. Siempre estuvimos acorralados, hasta que llegó una unidad de elite a darnos resguardo.

Hubo tres o cuatro momentos en que sí sentí la muerte muy cerca. Uno, cuando golpeaban la puerta del tercer piso estos salvajes para buscarnos. No nos venían a saludar, ¿verdad? Y después…

Correa se detiene unos segundos, da un gran suspiro. Es notorio que está reviviendo momentos de gran intensidad. Se repone instantáneamente y sigue:

“Después viene mi seguridad y me dice que interceptó comunicaciones con la orden de matarme, que ya vienen, están subiendo francotiradores. Se oía la balacera. Yo lo único que hice fue rezar un padrenuestro y acostarme en el piso de la habitación.

“Otro momento fue durante el rescate. Balas por todos lados. Llegaron a rescatarme en una silla de ruedas, tengo 25 puntos en la rodilla de la última operación. No se podía salir por la puerta principal. Tuvieron que esconderme unos 10 minutos en un cuartito de limpieza, oscuro. Dieron la orden de salir por atrás y ahí también nos balearon. Con todo mi equipo sentíamos la muerte muy cerca, pero hubo mucha serenidad.

–Perdón por la pregunta, pero ¿qué sintió?

–Más que miedo, una indignación enorme por la traición. Y tristeza. Si me tocaba morir dejaba este proceso a medias, dejaba a mi familia, mis hijos. (sacude la cabeza casi imperceptiblemente.)

Hubo cinco muertes y decenas de heridos entre mi gente. Es un verdadero milagro que esté vivo, porque ¡cómo nos dieron bala!

–Políticamente, ¿cómo se siente ahora? ¿Cuales son las perspectivas de su proyecto?

–Dicen que el 30 de septiembre hubo una victoria porque aumentó nuestro índice de popularidad. Pero yo me siento un perdedor. Renunciaría a esos puntos de popularidad si pudiera volver a la vida a estos jóvenes que murieron ese aciago día. Tengo a mi escolta en un hospital en Estados Unidos. Dios quiera que no quede parapléjico. Todos perdimos.

–¿Es hora de cambiar, de frenar la revolución o, por el contrario, de radicalizar algunas medidas?

–Por supuesto, radicalizar. ¿Cambiar qué, por qué? Si tenemos más apoyo que nunca. No podemos claudicar ante balas asesinas. Sería traicionar a los que murieron ese día, a esa ciudadanía heroica que salió desarmada a defender la democracia. Reconciliar con criminales es imposible, eso sería permitir la impunidad. Vamos a continuar. Aún más: radicalizaremos la revolución.

Written by Eduardo Aquevedo

25 octubre, 2010 at 20:48

¿Qué pasó en Ecuador?

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CORREA EXPLICO EL INTENTO DE GOLPE Y LLAMO A MOVILIZARSE

“Me tendieron una emboscada”

 

image El presidente de Ecuador retomó su actividad normal ayer y habló en su habitual programa. Explicó que hubo un plan para derrocarlo que, al fallar, se transformó en uno para asesinarlo. Planes políticos y justicia.

Como todos los sábados, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, hizo su informe de gestión por radio. El de ayer fue especialmente dramático, porque denunció que la sublevación del jueves tenía un “Plan B” que consistía en asesinarlo. Lo que ocurrió, dijo Correa, “fue parte de un plan de desestabilización democrática que contemplaba un magnicidio”. Correa estuvo muy activo ayer y desde otros niveles del gobierno y del partido oficialista se llamó a la movilización para evitar que se repitiera el intento de golpe. Tres coroneles fueron formalmente acusados por intento de homicidio.

El programa de radio y televisión de Correa se emitió esta vez desde el palacio presidencial, y no desde los estudios nacionales, y comenzó con un minuto de silencio por los muertos y heridos del jueves. El presidente claramente usó su espacio para dar una explicación de los eventos y fue claro: hubo un intento de golpe que, al fallar, degeneró en un simple intento de asesinato en su contra. Esto contradice tajantemente la versión de que se trató de un reclamo salarial y de derogación de una ley de servicio público que se fue de cauce.

Correa explicó que fue en realidad una emboscada para dar un golpe y que a su salida del hospital, en un auto blindado, resultó el auto con cuatro impactos de bala porque “lo balearon”. El presidente agregó que en el intenso tiroteo de las fuerzas leales contra los golpistas hubo cuatro muertos, mientras que un quinto está en estado de muerte cerebral y un sexto quedó parapléjico.

Por la mañana, el presidente había asistido al funeral de Juan Pablo Bolaños, el estudiante de economía muerto en la movilización civil de apoyo durante su secuestro, y también visitó a los heridos.

En la Casa de Gobierno, Correo admitió que “es seguramente la semana más triste de todo mi gobierno y una de las más tristes de toda mi vida”. Ante ministros e invitados dijo que “estoy destrozado, se podría decir que fue una gran victoria política para el gobierno porque fracasaron los planes desestabilizadores y el pueblo salió a las calles, pero se perdieron vidas, hay decenas de heridos, ecuatorianos contra ecuatorianos… ¿Cómo pudo pasar? ¿Qué pasaba por la mente de estos desquiciados?”.

Con enojo, el presidente reiteró que “aquí no puede haber perdón ni olvido, jamás impunidad”. Al contrario, prometió que “se investigará a esos pocos malos elementos de la policía manipulados por dirigentes cercanos al ex presidente Lucio Gutiérrez”, un coronel en retiro del Ejército y ex presidente derrocado en 2005.

Al final del mensaje televisivo, Correa comenzó a movilizar a sus partidarios. “Todas las organizaciones sociales y políticas tienen que estar listas y preparadas para enfrentar estos procesos contrarrevolucionarios: todo el mundo al frente a defender al presidente y este proyecto de cambio”, dijo. “El cambio de este país es irreversible.”

En la misma tónica, Manuel Quijo, dirigente del oficialismo, llamó a fortalecer los Comités de la Revolución Ciudadana para “vigilar el proceso democrático”. Quijo, que coordina uno de los Comités, dijo que estos grupos “jugarán un papel más protagónico en la defensa de las autoridades legítimamente electas”. Los Comités fueron creados hace un año en imitación de los Comités de Defensa Revolucionarios de Cuba. Correa los inauguró al lado de Raúl Castro. El ministro de Relaciones Exteriores Ricardo Patiño siguió la misma línea, diciendo que “no se puede permitir que se repita la sublevación policial que puso en riesgo la democracia”. Patiño llamó a las bases del movimiento oficial Alianza País a organizarse más para enfrentar “procesos contra la revolución” y dijo que el peligro de un golpe “sigue latente”.

Correa, sin embargo, puso un límite y llamó a no atacar a la policía, diciendo que “hay que confiar” y que la amplia mayoría de los 42.000 miembros de la fuerza “no participaron”.

Mientras Estados Unidos contestaba oblicuamente las acusaciones de haber apoyado el golpe (ver aparte), el canciller venezolano las reiteraba con mucha dureza. Nicolás Maduro dijo que “siempre se dijo que (el golpe de) Honduras abría las puertas al gorilismo del continente, porque dejaba la jaula abierta para que los sectores de ultraderecha, alentados sin lugar a dudas por el Pentágono y la CIA, tomaran nuevamente el camino de intentar someter a nuestro continente por la fuerza”.

“Ya vimos en Bolivia el intento de golpe contra el presidente Evo Morales, que buscó generar una guerra civil en 2008, y que también fue derrotado con el apoyo de la Unasur, que permitió estabilizar y fortalecer la democracia boliviana”, señaló el canciller. “La reacción de nuestros pueblos ha sido unánime en toda América latina y la reacción de este gobierno (ecuatoriano) ha sido realmente excepcional. No-sotros le hemos ratificado todo el respaldo y apoyo para garantizar la estabilidad democrática.”

Tres coroneles de la policía ecuatoriana fueron liberados bajo caución ayer, después de un día de arresto. Edwin Echeverría, Julio Cueva y Jorge Rivadeneira, que tenían cargos de dirección policial en la provincia de Pichincha, son investigados por “atentado contra la seguridad del Estado y tentativa de asesinato”. Los policías negaron su responsabilidad y aceptaron tener que presentarse regularmente ante la Justicia a cambio de prisión domiciliaria.

¿Qué pasó en Ecuador?

Por Atilio A. Boron

Hubo una tentativa de golpe de Estado. No fue, como dijeron varios medios en América latina, una “crisis institucional”, como si lo ocurrido hubiera sido un conflicto de jurisdicciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, sino una abierta insurrección de una rama del primero, la Policía Nacional, cuyos efectivos constituyen un pequeño ejército de 40.000 hombres, en contra del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del Ecuador, que no es otro que su presidente legítimamente electo. Tampoco fue lo que dijo Arturo Valenzuela, subsecretario de Estado de Asuntos Interamericanos, “un acto de indisciplina policial”. ¿Caracterizaría de ese modo lo ocurrido si el equivalente de la Policía Nacional del Ecuador en EE.UU. hubiera vapuleado y agredido físicamente a Barack Obama, lesionándolo, lo hubiera secuestrado y mantenido en reclusión durante 12 horas en un hospital policial hasta que un comando especial del Ejército lo liberara luego de un intenso tiroteo? Seguramente que no, pero como se trata de un mandatario latinoamericano lo que allá suena como intolerable aberración aquí aparece como una travesura de escolares.

En general los oligopolios mediáticos ofrecieron una versión distorsionada de lo ocurrido, evitando cuidadosamente hablar de tentativa de golpe. Se referían a una “sublevación policial” lo cual, a todas luces, convierte los acontecimientos en una anécdota relativamente insignificante. Es un viejo ardid de la derecha, siempre interesada en restar importancia a las tropelías que cometen sus partidarios y a magnificar los errores o problemas de sus adversarios. Por eso viene bien recordar las palabras pronunciadas este viernes, en horas de la mañana, por el presidente Rafael Correa cuando caracterizó lo ocurrido como “conspiración” para perpetrar un “golpe de Estado”.

Conspiración porque hubo otros actores que manifestaron su apoyo al golpe en gestación: ¿no fueron acaso efectivos de la Fuerza Aérea Ecuatoriana –y no de la Policía Nacional– los que paralizaron el aeropuerto de Quito y el pequeño aeródromo utilizado para vuelos provinciales? ¿Y no hubo grupos políticos que salieron a apoyar a los golpistas en calles y plazas? ¿No fue el propio abogado del ex presidente Lucio Gutiérrez uno de los energúmenos que trató de entrar por la fuerza a las instalaciones de la Televisión Nacional? ¿No dijo acaso el alcalde de Guayaquil, gran rival del presidente Correa, Jaime Nebot, que se trataba de un conflicto de poderes entre un personaje autoritario y despótico y un sector de la policía, equivocado en su metodología pero a quien le asistía la razón en sus reclamos? Esta falsa equidistancia entre las partes en conflicto era una indirecta confesión de su complacencia ante los acontecimientos en curso y de su íntimo deseo de librarse de su inexpugnable enemigo político. Ni hablar de la lamentable involución del movimiento “indígena” Pachakutik, que en medio de la crisis hizo pública su convocatoria al “movimiento indígena, movimientos sociales, organizaciones políticas democráticas, a constituir un solo frente nacional para exigir la salida del presidente Correa”. ¡Sorpresas te da la vida!, decía Pedro Navaja. Pero no hay tal sorpresa cuando uno toma nota de los generosos aportes que la Usaid y el National Endowment for Democracy han venido haciendo en los últimos años para “empoderar” a la ciudadanía ecuatoriana a través de sus partidos y movimientos sociales.

Conclusión: no fue un pequeño grupo aislado dentro de la policía que intentó dar el golpe sino un conjunto de actores sociales y políticos al servicio de la oligarquía local y el imperialismo, que jamás le va a perdonar a Correa haber ordenado el desalojo de la base que Estados Unidos tenía en Manta, la auditoría de la deuda externa del Ecuador y su incorporación al ALBA, entre muchas otras causas. Incidentalmente, la policía ecuatoriana hace ya muchos años que, como otras de la región, viene siendo instruida y adiestrada por su contraparte estadounidense. ¿Habrán incluido alguna clase de educación cívica, o sobre la necesaria subordinación de las fuerzas armadas y policiales al poder civil? No parece. Más bien, actualiza la necesidad de poner fin, sin más dilaciones, a la “cooperación” entre las fuerzas de seguridad de la mayoría de los países latinoamericanos y las de Estados Unidos. Ya se sabe qué es lo que enseñan en esos cursos.

¿Por qué fracasó el golpe?

Básicamente por tres razones: por la rápida y efectiva movilización de amplios sectores de la población ecuatoriana que, pese al peligro que existía, salió a ocupar calles y plazas para manifestar su apoyo al presidente Correa. Ocurrió lo que siempre debe ocurrir en casos como estos: la defensa del orden constitucional es efectiva en la medida en que es asumida directamente por el pueblo, actuando como protagonista y no como simple espectador de las luchas políticas de su tiempo. Sin esa presencia del pueblo en calles y plazas, cosa que había advertido Maquiavelo hace quinientos años, no hay república que resista los embates de los personeros del viejo orden. El entramado institucional por sí solo es incapaz de garantizar la estabilidad del régimen democrático. Las fuerzas de la derecha son demasiado poderosas y dominan ese entramado desde hace siglos. Sólo la presencia activa, militante, del pueblo en las calles puede desbaratar los planes golpistas.

En segundo lugar, porque la movilización popular fue acompañada por una rápida y contundente solidaridad internacional que se comenzó a efectivizar no bien se tuvieron las primeras noticias del golpe y que, entre otras cosas, precipitó la muy oportuna convocatoria a una reunión urgente y extraordinaria de la Unasur en Buenos Aires. El claro respaldo obtenido por Correa de los gobiernos sudamericanos y de varios europeos surtió efecto porque puso en evidencia que el futuro de los golpistas, en caso de que sus planes finalmente culminaran exitosamente, sería el ostracismo y el aislamiento político, económico e internacional. Se demostró, una vez más, que la Unasur funciona y es eficaz, y la crisis pudo resolverse, como la de Bolivia en 2008, sin la intervención de intereses ajenos a América del Sur.

Tercero, por la valentía demostrada por el presidente Correa, que no dio el brazo a torcer y resistió a pie firme el acoso y la reclusión pese a que era más que evidente que su vida corría peligro: cuando se retiraba del hospital, su automóvil fue baleado con claras intenciones de poner fin a su vida. Correa demostró poseer el valor que se requiere para acometer con perspectivas de éxito las grandes empresas políticas. Si hubiese flaqueado, si se hubiera acobardado, o dejado entrever una voluntad de someterse al designio de sus captores otro habría sido el resultado.

La combinación de estos tres factores terminó por producir el aislamiento de los sediciosos, debilitando su fuerza y facilitando la operación de rescate efectuada por el ejército ecuatoriano.

¿Puede volver a ocurrir?

Sí, porque los fundamentos del golpismo tienen profundas raíces en las sociedades latinoamericanas y en la política exterior de Estados Unidos hacia esta parte del mundo. Si se repasa la historia reciente de nuestros países se comprueba que las tentativas golpistas tuvieron lugar en Venezuela (2002), Bolivia (2008), Honduras (2009) y Ecuador (2010), es decir, en cuatro países caracterizados por ser el hogar de significativos procesos de transformación económica y social, y por estar integrados a la ALBA. Ningún gobierno de derecha fue perturbado por el golpismo, cuyo signo político oligárquico e imperialista es inocultable. Por eso el campeón mundial de la violación a los derechos humanos –Alvaro Uribe, con sus miles de desaparecidos, sus fosas comunes, sus “falsos positivos”– jamás tuvo que preocuparse por insurrecciones militares en los ocho años de su mandato. Y es poco probable que los otros gobiernos de derecha que hay en la región vayan a ser víctimas de una tentativa golpista en los próximos años.

De las cuatro que hubo desde 2002 tres fracasaron y sólo la perpetrada en Honduras en contra de Mel Zelaya fue exitosa. El dato significativo es que su ejecución fue sorpresiva, en el medio de la noche, lo cual impidió que la noticia fuese conocida hasta la mañana siguiente y el pueblo tuviera tiempo de salir a ganar calles y plazas. Cuando lo hizo ya era tarde porque Zelaya había sido desterrado. Además, en este caso la respuesta internacional fue lenta y tibia, careciendo de la necesaria rapidez y contundencia que se puso de manifiesto en el caso ecuatoriano. Lección a extraer: la rapidez de la reacción democrática y popular es esencial para desactivar la secuencia de acciones y procesos del golpismo, que rara vez es otra cosa que un entrelazamiento de iniciativas que, a falta de obstáculos, se refuerzan recíprocamente. Si la respuesta popular no surge de inmediato el proceso se retroalimenta, y cuando se lo quiere parar ya es demasiado tarde. Y lo mismo cabe decir de la solidaridad internacional, que para ser efectiva tiene que ser inmediata e intransigente en su defensa del orden político imperante. Afortunadamente estas condiciones se dieron en el caso ecuatoriano, y por eso la tentativa golpista fracasó. Pero no hay que hacerse ilusiones: la oligarquía y el imperialismo volverán a intentar, tal vez por otras vías, derribar a los gobiernos que no se doblegan ante sus intereses.

* PLED/Centro Cultural de la Cooperación.

Pagina/12

Written by Eduardo Aquevedo

3 octubre, 2010 at 22:43

Contradicciones en la izquierda latinoamericana…

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Immanuel Wallerstein

Agence Globale

Traducido para Rebelión por S. Seguí

america-latina001 América Latina ha sido el ámbito de los mayores logros de la izquierda mundial en la primera década del siglo XXI. Esto es cierto en dos sentidos. El primero, y más evidente, ha sido el hecho de que los partidos de izquierda o centro-izquierda han ganado una importante serie de elecciones durante la pasada década. En conjunto y por primera vez, los gobiernos latinoamericanos han tomado distancias de Estados Unidos, y, en gran medida, América Latina se ha convertido en una fuerza geopolítica relativamente autónoma en la escena mundial.

Pero hay un segundo sentido en el que América Latina ha registrado los mayores éxitos de la izquierda mundial: los movimientos de las poblaciones indígenas de América Latina se han afirmado políticamente en casi todos los países, y han exigido su derecho a organizar su vida política y social de manera autónoma. Este movimiento saltó a las primeras páginas de la prensa de todo el mundo con el espectacular levantamiento neozapatista en el estado mexicano de Chiapas, en 1994. Lo que ha sido menos aparente es la aparición de movimientos similares en toda América Latina y el grado en que se ha ido creando una red interamericana de estructuras organizativas locales.

El problema estriba en que los dos tipos de izquierda -los partidos que han alcanzado el poder en los distintos Estados y los movimientos indigenistas de algunos de ellos- no tienen los mismos objetivos y utilizan un lenguaje ideológico muy distinto.

Los partidos se han puesto como principal objetivo el desarrollo económico, tratando de lograrlo, al menos en parte, mediante un mayor control de sus propios recursos y unos mejores acuerdos con las empresas y los gobiernos extranjeros, y las instituciones intergubernamentales internacionales. Persiguen el crecimiento económico, argumentando que sólo de esta manera mejorará el nivel de vida de sus ciudadanos y lograrán una mayor igualdad.

Los movimientos indigenistas han tratado de conseguir un mayor control sobre sus propios recursos y una mejora de las relaciones no sólo con los actores no nacionales, sino también con sus propios gobiernos nacionales. En general, afirman que su objetivo no es el crecimiento económico, sino llegar a un acuerdo con la Pachamama, o madre tierra. Aseguran que no buscan una mayor utilización de los recursos, sino un uso mucho más sensato que respete el equilibrio ecológico: persiguen el denominado buen vivir.

No es de extrañar que los movimientos indigenistas se hallen firmemente opuestos a los escasos gobiernos conservadores de América Latina, como México, Colombia y Perú. Sin embargo, cada vez más abiertamente, estos movimientos también han entrado en conflicto con los gobiernos de centro-izquierda como Brasil, Venezuela, Ecuador e incluso Bolivia.

Y cito aquí Bolivia porque es el único gobierno que ha elegido a un presidente indígena con el apoyo masivo de la población indígena del país. Y sin embargo, ha habido conflicto. Como en otros lugares, en Bolivia se trata de cómo se desarrollan los recursos naturales, quién toma las decisiones y quién controla los ingresos.

Los partidos de izquierda tienden a acusar a los grupos indigenistas que entran en conflicto con ellos de ser, a sabiendas o no, los peones (si no los agentes) de los partidos de la derecha nacional, y de determinadas fuerzas externas, en particular de Estados Unidos. Los grupos indigenistas que se oponen a los partidos de izquierda insisten en que actúan únicamente en defensa de sus propios intereses y por propia iniciativa, y acusan a los gobiernos de izquierda de actuar como los gobiernos conservadores de antaño, sin tener en cuenta realmente las consecuencias ecológicas de sus actividades en pro del desarrollo.

Algo interesante ha sucedido recientemente en Ecuador. Allí, el gobierno de izquierdas de Rafael Correa, que había alcanzado el poder inicialmente con el apoyo de los movimientos indigenistas, entró luego en agudo conflicto con éstos. El mayor distanciamiento se produjo con las intenciones del gobierno ecuatoriano de explotar campos petrolíferos en una reserva amazónica protegida llamada Yasuní.

Inicialmente, el gobierno hizo caso omiso de las protestas de los habitantes indígenas de la región, pero más tarde, el presidente Correa inventó una alternativa ingeniosa. Propuso a los gobiernos ricos del Norte que, a cambio de que el Ecuador renunciara a cualquier explotación en el Yasuní, estos gobiernos de los países ricos compensasen a Ecuador por esta renuncia, al considerar que se trataba de una contribución a la lucha mundial contra el cambio climático.

Cuando hizo su propuesta por primera vez en la Cumbre del Clima de Copenhague, en 2009, todos la consideraron una fantasía. Pero después de seis largos meses de negociaciones, cinco gobiernos europeos (Alemania, España, Bélgica, Francia y Suecia) han acordado crear un fondo que será administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que financiará a Ecuador por no explotar el Yasuní, con la justificación de que con ello se contribuye a la reducción de las emisiones de carbono. Se habla de inventar un nuevo verbo, yasunizar, para referirse a este tipo de acuerdos.

Pero, ¿cuántos acuerdos de este tipo se pueden cerrar? Hay un problema más fundamental en juego. Es la naturaleza del "otro mundo (es) posible", para utilizar el lema del Foro Social Mundial: ¿sería un mundo basado en un crecimiento económico constante, aún siendo éste “socialista", que pretendiese elevar el ingreso real de las personas en el Sur global?, ¿o sería lo que algunos llaman un cambio de valores de civilización, un mundo de buen vivir?

No será un debate de fácil solución. En la actualidad es un debate que se produce en el seno de las fuerzas de la izquierda latinoamericana. Pero hay situaciones similares en la base de gran parte de las tensiones internas en Asia, África e incluso Europa. Éste puede llegar a ser el gran debate del siglo XXI.

Fuente: http://www.agenceglobal.com/article.asp?id=2401

El extractivismo “progresista” después de La Haya…

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Raúl Zibechi

KLEE17 La sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya acaba de dictaminar que Uruguay violó el Tratado del río Uruguay al no comunicar a Argentina la instalación de la fábrica de celulosa de la firma finlandesa Botnia, en el cruce fronterizo, pero descarta la reclamación del gobierno de Cristina Fernández porque considera que no contamina ni causa perjuicios a las poblaciones ribereñas. Por ello no exige ni su reubicación ni su desmantelamiento, como piden los asambleístas de Gualeguaychú desde hace tres años. Aunque los gobiernos de ambas orillas han dicho que no hay ni vencidos ni vencedores, el tribunal avala de hecho a Uruguay, ya que la empresa seguirá adelante en tanto se confirma, una vez más, que la violación de un tratado internacional no acarrea sanciones.

Las deterioradas relaciones argentino-uruguayas experimentarán una sensible mejora, ya que ambos gobiernos se comprometieron a acatar la sentencia. Sin embargo, ese cambio se debe al empeño del presidente José Mujica, antes de resultar electo, al fijarse como objetivo de su gobierno la recomposición de las relaciones binacionales. El principal problema a resolver es el levantamiento del bloqueo que los ambientalistas argentinos mantienen sobre el puente internacional San Martín. El punto decisivo es cómo va a operar ahora un gobierno frágil como el de Fernández, ya que la represión a los piqueteros puede provocar una situación incontrolable capaz de desestabilizar a su gobierno.

Aunque el tema en debate, en ambos países, es quién ganó con la sentencia de La Haya, el foco de la cuestión es otro. Las principales beneficiadas son las multinacionales extractivistas que operan en toda la región; los monocultivos de eucaliptos y soya que se extienden a lo largo de millones de hectáreas, que usan y abusan de agrotóxicos, esquilman recursos y pagan muy bajos impuestos. La sentencia deja vía libre a estos emprendimientos: 20 millones de hectáreas plantadas con soya en Argentina, un millón de hectáreas de eucaliptos en Uruguay, decenas de emprendimientos mineros en toda la cordillera andina, avance del agronegocio sobre la Amazonia, todo en nombre del desarrollo y bajo el manto protector de la defensa del medio ambiente, ya que ahora hasta las peores multinacionales descubrieron el discurso políticamente correcto.

Los promotores de las nuevas fábricas de celulosa que se anuncian en Uruguay, además de la mina a cielo abierto para extraer mineral de hierro en el centro del país, pueden dormir tranquilos porque en adelante no habrá obstáculos sociales a la acumulación de capital. La minería paga impuestos ridículos de 2 y 3 por ciento, siendo uno de los sectores que mayores ganancias ostentan en el casino de la especulación global.

Ninguno de estos emprendimientos puede considerarse inversiones: amortizan los desembolsos iniciales en pocos años, toda la producción se exporta sin industrializar y no fomentan el desarrollo endógeno. Pero todos los gobiernos de la región se han rendido al extractivismo, aun los de Rafael Correa y Evo Morales, con la peregrina tesis del desarrollo que se reduce en crecimiento del PIB.

En Brasil, el mismo día que se leía la sentencia por Botnia (ahora travestida con el nombre UPM) en La Haya, el gobierno de Lula adjudicó las obras de la usina hidroeléctrica de Belo Monte, sobre el río Xingú, en el estado de Pará. Será la tercera mayor del mundo, luego de la de Tres Gargantas, en China, y de Itaipú, en la frontera entre Brasil y Paraguay, con una capacidad de 11.233 megavatios. El faraónico emprendimiento costará 11 mil millones de dólares, inundará 50 mil hectáreas de selva donde viven 50 mil indios, campesinos y pescadores de 19 aldeas. Comenzará a funcionar en 2015 y, según el gobierno, resolverá los problemas de energía de un país que se postula como la quinta potencia global para esta década.

A la hora de defender su proyecto, el gobierno de Lula estimó que Belo Monte generará energía a casi la mitad del precio que una usina termoeléctrica y que dará empleo a 18 mil personas. El consorcio vencedor está integrado por una subsidiaria de la estatal Eletrobras y ocho empresas privadas, que se beneficiarán del descuento de 75 por ciento en el impuesto a la renta durante los 10 primeros años de operación y será financiada en 80 por ciento por el estatal BNDES, con plazos de hasta 30 años.

Lo más destacable es que la usina viene siendo rechazada por los movimientos desde hace más de 20 años. El primer proyecto es de la década de 1970, durante la dictadura militar. Las protestas de indígenas, ambientalistas y de la Iglesia forzaron la remodelación del proyecto original, en 1994, para disminuir las áreas a ser inundadas. La justicia de Pará intentó dos veces frenar la adjudicación y se produjeron múltiples protestas de todo el arco de movimientos sociales en todo el país. Sin embargo, Lula se mostró inflexible. Desarrollo, crecimiento, son palabras mágicas capaces de abrir los cofres de las financieras para dar impulso a obras y empresas que están dispuestas a pasar por encima de argumentos y pueblos.

El extractivismo o apropiación de los bienes comunes, la nueva fase del neoliberalismo ahora bajo comando de gobiernos progresistas, es para los pueblos originarios una forma novedosa de saqueo colonial. Sorprende el discurso oficial, porque revela creencias profundas: podría argumentarse que la extracción es el paso previo necesario, en la medida que puede aportar recursos para inversiones, para promover el desarrollo, que no puede, sino pasar por la industrialización. Pero se opta por defender el extractivismo con el argumento de las inversiones y el empleo, confundiendo el crecimiento del producto interno bruto con desarrollo. Aun cuando éste último sea cuestionable, suponer que el aumento del PIB es el camino para revertir la pobreza, implica demasiadas concesiones al simplismo y al discurso hegemónico.

LA JORNADA.MX

Salir del modelo de desarrollo extractivista primario-exportador…

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Salir de un modelo de desarrollo basado en las industrias extractivas y acelerar el proceso de la integración suramericana

KLEE17 Éric Toussaint, CADTM

Los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador no abandonaron el modelo productivista y extractivo, [2] aunque, regularmente, tienen cuidado en su discurso de distanciarse del mismo. Alberto Acosta lo explica muy bien en una entrevista reciente:

«Los gobiernos de la llamada corriente progresista de América Latina no han discutido ni han puesto en cuestionamiento el modelo extractivista. Ecuador, Venezuela y Bolivia, para citar a los países que están de más avanzada en Suramérica, no han puesto todavía en tela de juicio la validez de un modelo extractivista, siguen creyendo que mediante la extracción de los recursos naturales vamos a encontrar el camino del desarrollo. Eso sabemos que será imposible. No sólo se trata de usar adecuadamente los recursos, sino de cambiar esa modalidad primario exportadora, que nos ha subordinado en el contexto internacional. […] Es que el IIRSA [3] responde a la lógica del modelo extractivista atado a las demandas de acumulación del capital transnacional. Estos canales interoceánicos no buscan la integración de los pueblos, sino la integración de nuestras economías al mercado mundial. En tanto que suministradores de recursos naturales como petróleo y minería, por ejemplo, también de productos agrícolas, el control de la biodiversidad y las fuentes de agua (son) para el capital transnacional. Y todo esto en el marco de la ampliación de mercados, de la conformación de espacios donde se puedan crear mayores consumidores y no la conformación de la ciudadanía regional y menos de la ciudadanía global. El IIRSA todavía está vigente porque los gobernantes de América Latina de la tendencia progresista como Chávez, Lula, Evo, Correa y Fernández, no están cuestionando el modelo extractivista ni la forma de inserción sumisa en el mercado mundial. » [4]

De hecho, en un gran número de países en desarrollo se asiste a una reafirmación del modelo «desarrollista extractivo productivista». Este fenómeno se debe a la coyuntura internacional excepcionalmente favorable entre los años 2004 y 2008, que se prolongó en el 2009 a pesar de la caída vertical del precio del crudo en el segundo semestre del 2008.

Esto hace recordar el precedente de los años 70 y su brusco final a comienzos de los años 80, cuando se hundieron los precios de las materias primas. Fue entonces cuando explotó el coste de la refinanciación de las deudas contraídas, especialmente para sostener las enormes inversiones en las industrias extractivas, provocando la crisis de la deuda del Tercer Mundo y su secuela de nefastos planes de ajuste estructural.

No es razonable que un gobierno de izquierda se alimente de las falsas esperanzas de unas repercusiones positivas y duraderas de un boom de los bienes primarios. Sobre todo cuando actualmente se tiene en cuenta mucho más que en los años 70 los efectos extremadamente negativos de la sobreexplotación de los recursos no renovables sobre los ecosistemas, y sobre el modo y la calidad de vida de la población (en especial, los pueblos originarios) e incluso, para los que estos argumentos dejan fríos, sobre el equilibrio presupuestario del Estado. En efecto, un período de altos precios en las materias primas genera una gran dependencia en relación con los ingresos que origina su explotación. Con mucha frecuencia, los poderes públicos se endeudan masivamente para invertir en actividades extractivas o para sostener un tren de vida ligado a la euforia de elevados ingresos provenientes de la exportación de bienes primarios. Cuando el precio de éstos baja, el peso del reembolso de la deuda obliga a los gobiernos a comprimir los gastos, con dramáticas consecuencias para los presupuestos sociales.

Por lo tanto, en lugar de recaer en el mito «desarrollista extractivo-productivista», es mejor tener un programa a largo plazo cuyo objetivo sea disminuir la dependencia de las exportaciones y mejor aún, repartir la producción de la riqueza nacional en un círculo virtuoso basado en la satisfacción y la promoción de la demanda interior, lo que implica dar prioridad y garantizar los derechos económicos, sociales y culturales de toda la población (en detrimento del frenético consumo de lujo de las clases sociales más ricas).

Lo importante es priorizar la integración regional entre los países cuyos gobiernos comparten una misma visión de los cambios estructurales necesarios (en el ámbito de la propiedad, de los derechos sociales, de los derechos de las mujeres, de los derechos de los pueblos originarios, de los derechos culturales, civiles y políticos…), rechazando la lógica capitalista y productivista.

En la parte positiva vemos que Venezuela, Bolivia y Ecuador tienen, junto a Cuba, un papel de aguijón en el ámbito del conjunto de Latinoamérica para favorecer, en diferentes niveles, una mejor integración: ALBA, UNASUR, Banco del Sur, la puesta en marcha de una nueva unidad de cuenta monetaria, el SUCRE, con el fin de reducir la preponderancia del dólar en los intercambios entre los países de la región. [5] Sin embargo, a pesar de los esfuerzos positivos de los tres países, se está perdiendo un tiempo precioso y el significado dado al proyecto del Banco del Sur no marca ninguna profunda ruptura con las instituciones multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, y el FMI. Y es otra ocasión que puede perderse.

Retraso en el lanzamiento del Banco del Sur

En el momento en que se escriben estas líneas, ya han pasado 22 meses desde la firma en Buenos Aires, el 9 de diciembre de 2007, del acta fundacional del Banco del Sur por los jefes de Estado de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. Algunas divergencias entre los gobiernos retardaron el comienzo de las actividades de la nueva institución, que se cree que reforzará la integración latinoamericana. Al ritmo en que van las cosas, y a pesar de las declaraciones de buenas intenciones y la firma a finales de septiembre del 2009 del acta constitutiva por los 7 presidentes respectivos, el Banco del Sur no entrará en actividad antes del 2012 ya que se debe esperar a que los parlamentos de los países miembros ratifiquen el acta constitutiva que lo pondrá en marcha. Los acuerdos firmados en el acta fundacional designan a Caracas como la sede principal del Banco. Los países se pusieron de acuerdo sobre el principio de «un país = un voto» (mientras que en el Banco Mundial y en el FMI, los derechos de voto están ligados al poder económico y a la influencia política), y sobre el monto del capital inicial (7.000 millones de dólares [6] , que podrían llegar a 20.000 millones si otros países se adhieren a la nueva institución).

Dicho esto, se debe señalar que se concretó una evolución negativa durante los largos meses de negociaciones que siguieron a la firma de la creación del Banco: Brasil consiguió edulcorar el principio de un país un voto, al limitar su aplicación sólo a algunas decisiones. En realidad, Brasil no tiene una verdadera necesidad de un nuevo banco multilateral para América Latina, puesto que dispone de un banco público de desarrollo muy importante el BNDES, que controla totalmente y que tiene una cartera de préstamos muy superior a la del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del futuro Banco del Sur. Este gran banco financia una gran cantidad de proyectos en toda Latinoamérica y en otros lados, con la condición de que los países receptores compren «brasileño». Esto ha permitido a las empresas brasileñas exportar sus mercaderías y sus servicios o realizar grandes trabajos de infraestructuras. En consecuencia, el gobierno brasileño se adhirió con desgana a este proyecto de Banco del Sur, y tanto más que esta nueva institución fue iniciada por Hugo Chávez, con una línea política más radical que Lula, en particular, con respecto a Washington y Bruselas.

Más allá de los términos en los que se expresan las divergencias entre los negociadores, existen dos opciones a escoger. [7] O bien, se pone en marcha un banco que sostenga un proyecto neodesarrollista extractivo-productivista, que es el que desean las grandes empresas privadas o mixtas, principalmente brasileñas y argentinas, y que es apoyado por Brasilia y Buenos Aires, sobre el modelo de la Unión Europea donde dominan los intereses del gran capital. O bien, Latinoamérica se dota de un instrumento de financiación de políticas económicas, sociales y culturales que se aleje de la lógica del beneficio y que dé prioridad a la integración al aplicar los pactos que garantizan los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. En concreto, el Banco del Sur debería financiar una política latinoamericana de soberanía alimentaria y de reforma agraria. En el ámbito de la sanidad, sería necesario dotar a la región de una industria farmacéutica pública para la producción de medicamentos genéricos de alta calidad. Sería necesario revitalizar y conectar las redes ferroviarias. También, estos países deberían dotarse de una política común en diferentes sectores como la investigación y desarrollo, la educación, el ambiente. Priorizar el retorno del control público sobre los recursos naturales. Financiar la reducción de las asimetrías existentes entre, por un lado, países como Bolivia, Paraguay y Ecuador, con ingresos netamente inferiores, con países como Brasil, Argentina o Venezuela. En resumen, una política cuyo objetivo sea nivelar por arriba los derechos sociales.

La negociación sobre el Banco del Sur no debe, por lo tanto, quedar estancada en el nivel gubernamental. Por otra parte, en cuatro veces por lo menos, los movimientos sociales de los países miembros dirigieron cartas a los jefes de Estado correspondientes, con toda una serie de propuestas. [8] Por ejemplo, los movimientos sociales firmantes de la carta se oponen a que los funcionarios de la nueva institución gocen de los privilegios y la impunidad de la que gozan los funcionarios del FMI, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y de otras instituciones internacionales (pero el último proyecto de constitución adoptado por los ministros en junio de 2009, prevé la inmunidad de los funcionarios. Véase más adelante). Los movimientos sociales quieren garantías de transparencia y control.

El último acuerdo ministerial respecto al Banco del Sur

De acuerdo con las informaciones más recientes que hemos podido obtener, [9] los gobiernos de los siete países comprometidos en la creación del Banco del Sur se pusieron de acuerdo sobre los puntos siguientes:

– El banco podrá financiar empresas privadas o empresas públicas, mixtas, cooperativas, etc., para proyectos de desarrollo en los sectores económicos y sociales clave, fundamentalmente con el fin de mejorar la infraestructura regional y de reducir las asimetrías regionales. El acuerdo habla de soberanía en materia alimentaria y energética, sobre los recursos naturales, el saber y la salud (los proyectos financiados deben realizarse en estos sectores) lo que es muy positivo. Por el contrario, el acuerdo habla de mejorar la competitividad, que permanece dentro de un modelo influenciado por la continuidad socioliberal.

– El país beneficiado por un proyecto financiado por el Banco debe dar su conformidad sobre la elegibilidad de los proyectos.

– El Banco puede emitir bonos y financiarse por cualquier medio.

– Podrán ser accionistas los países de la UNASUR (accionistas de clase A), de otros países (clase B), de los Bancos Centrales, de entidades financieras públicas o mixtas (con un mínimo del 50 % de propiedad estatal) y por los organismos multilaterales de crédito (clase C).

– Si los países aumentan su participación, ello no afectará los derechos de voto ya convenidos en el acuerdo.

– Los diferentes Órganos de dirección del Banco Mundial son los siguientes:

• El Consejo de Ministros: Responsable de las políticas generales a medio y largo término. Se reúne anualmente y entre otras funciones tiene la de nombrar los miembros del Directorio y del Consejo de Administración, y la de admitir los nuevos accionistas. Está compuesto por los ministros de los países miembros. Las decisiones son tomadas por una mayoría de tres cuartos, según la regla de «un país=un voto».

• El Consejo de Administración: Se reúne trimestralmente y garantiza el seguimiento de la gestión económica, financiera y de crédito. Los administradores (dos por cada país miembro) serán nombrados por 3 años. Se aplica también la regla de «un país=un voto». Para que las decisiones sean válidas, es necesario un quórum de ¾ de los miembros, y deben ser aprobadas por mayoría absoluta de los miembros presentes.

• El Directorio Ejecutivo: Se reúne todas las semanas y está constituido por un director por cada uno de los países de UNASUR, miembros del Banco (accionistas de clase A), un director para el conjunto de accionistas de clase B y uno para el conjunto de accionistas de clase C. Los que tienen más peso son los accionistas de clase A. Los directores son nombrados por tres años.

• El Comité Ejecutivo, integrado por el presidente del Directorio y tres directores.

• El Consejo de Auditoría.

– Brasil, Venezuela y Argentina ( los tres «grandes» entre los siete) podrán pedir préstamos de hasta 4 veces el capital aportado, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay (los cuatro pequeños entre los siete) hasta ocho veces. Para el resto de los países de UNASUR, el monto será determinado más adelante.

– En caso de litigio, la jurisdicción competente será la jurisdicción de un país miembro, u otra jurisdicción, conforme a la dirección del Directorio Ejecutivo.

– El personal del Banco goza de inmunidad y de exenciones fiscales (como los del Banco Mundial, FMI BID, etc.)

El Banco del Sur es una reacción a la hegemonía de los países del Norte. Su creación fue posible y necesaria gracias a la conjunción de muchos factores:

1.- El Banco Mundial y el FMI están en crisis en diferentes niveles, y es el resultado de las consecuencias catastróficas para los pueblos del Consenso de Washington. Brasil y Argentina reembolsaron en forma anticipada al FMI, Venezuela hizo lo mismo con el Banco Mundial. Ecuador expulsó en abril de 2007 al representante permanente del Banco Mundial en Quito y creó una comisión de auditoría de todas las deudas públicas, comprendidas las multilaterales. Bolivia se retiró en mayo de 2007 del CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias sobre Inversiones), una especie de tribunal de justicia del Banco Mundial. Ecuador también anunció en julio de 2009 su salida del CIADI.

2. Los países adheridos al Banco del Sur poseen unas reservas de cambio de más de 300.000 millones de dólares. Pueden poner parte de esa suma en común en lugar de continuar prestando al gobierno de Estados Unidos mediante la compra de los bonos del Tesoro estadounidense, que se remuneran con un interés muy bajo.

3. Los gobiernos de estos siete países son de izquierda o centro izquierda.

El Banco del Sur debería constituir una auténtica alternativa al Banco Mundial. Los países que se adhieran deberían retirarse de él. Por otra parte, debería crearse un Fondo Monetario del Sur (éste también como alternativa al FMI) y, si fuera posible, caminar hacia una moneda única del Sur. Otras regiones del Sur podrían dotarse de un instrumento comparable, y los diferentes Bancos del Sur podrían desarrollar una colaboración Sur-Sur.

Es evidente que las instituciones de Bretton Woods están muy inquietas con esta situación y desearían ser invitadas a participar del Banco del Sur, o conseguir, por lo menos, un estatuto de observador.

El Banco del Sur suscita muchas esperanzas, ya que los ciudadanos latinoamericanos quieren que los gobiernos que eligieron aprovechen la oportunidad histórica favorable para poner en práctica una política de integración alternativa al modelo neoliberal. Recordemos que en la Declaración Ministerial de Quito del 3 de mayo de 2007 se indica que: «Los pueblos dieron a sus Gobiernos los mandatos de dotar a la región de nuevos instrumentos de integración para el desarrollo, que deben basarse en esquemas democráticos, transparentes, participativos y responsables ante sus mandantes».

Además, algunos de los siete gobiernos tienen la voluntad de crear un fondo monetario de estabilización. [10] Ya existe un Fondo Latinoamericano de Reserva (FLAR), del que forman parte cinco países andinos (Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela) y un país de América Central, Costa rica. Este fondo podría transformarse y, si esto se viera imposible, tendría que crearse un nuevo fondo. Su finalidad sería hacer frente a los ataques especulativos y a otros choques externos poniendo en común una parte de las reservas de cambio de los países miembro.

La lentitud en el lanzamiento del Banco del Sur está provocando algunas veleidades en los gobiernos venezolano, brasileño y ecuatoriano de dejar de lado a Brasil. Se han hecho declaraciones en ese sentido en la primera quincena de septiembre de 2009. El diario financiero ecuatoriano El Comercio titulaba el 15 de septiembre de 2009: «Gobierno: el Banco del Sur funcionará con o sin Brasil» [11] La agencia oficial venezolana, ABN, retomaba el 17 de septiembre de 2009 las palabras siguientes de Hugo Chávez: «El Banco del Sur puede comenzar sus actividades con dos o tres países», [12] en clara alusión a la posibilidad de comenzar las actividades del Banco con Venezuela, Bolivia y Ecuador, sin esperar a Brasil. Dicho esto, parece poco probable que Rafael Correa, Hugo Chávez y Evo Morales avancen en ese sentido. Se trata más bien de ejercer presión sobre Brasil con el fin de que se defina con respecto al Banco del Sur. El futuro dirá si el acta constitutiva firmada por los siete presidentes a fines de septiembre del 2009 en Isla Margarita (Venezuela) será más efectiva que el acta fundacional firmada en diciembre de 2007.

Es evidente que el lanzamiento del Banco del Sur está muy retrasado. Las discusiones no tocaron los problemas de fondo. Se debe salir de la confusión y dar un contenido claramente progresista a esta nueva institución. Lo más importante, en el comienzo, es tener criterios políticos coherentes respecto a un proyecto de integración favorable a los pueblos.

Por una integración regional en ruptura parcial con el mercado mundial capitalista

En este comienzo del siglo, el proyecto bolivariano [13] de integración de los pueblos de la región ha tenido un nuevo impulso. Si se quiere llevar más lejos este nuevo ciclo ascendente es necesario aprender las lecciones del pasado. Lo que le faltó, en particular, a Latinoamérica durante las décadas de 1940 a 1970 fue un auténtico proyecto de integración de las economías y de los pueblos, combinado con una verdadera redistribución de la riqueza en favor de las clases trabajadoras. [14] Ahora bien, es vital tener conciencia de que hoy en Latinoamérica existe una disputa entre dos proyectos de integración, que tienen un contenido de clase antagónico y que reflejan perfectamente las opciones a las que se debe enfrentar el Banco del Sur.

Como ya se ha mencionado, las clases capitalistas brasileña y argentina (las dos principales economías de América del Sur) son partidarias de una integración que favorezca su dominación económica sobre el resto de la región. Los intereses de las empresas brasileñas, sobre todo, así como de las argentinas, son muy importantes: petróleo y gas, grandes obras de infraestructuras, minería, metalurgia, agronegocios, industrias alimentarias, etc. Para ellas, la construcción europea, que terminó en un mercado único dominado por el gran capital, es el modelo a seguir. Las clases capitalistas brasileña y argentina quieren que los trabajadores de los diferentes países de la región compitan entre sí, para conseguir el máximo beneficio y ser competitivas en el mercado mundial. Desde el punto de vista de la izquierda, sería un trágico error apoyar una integración latinoamericana según el modelo europeo dominado por el gran capital, con la ilusoria esperanza de darle más tarde un contenido socialmente emancipador. Tal apoyo implica ponerse al servicio de los intereses capitalistas. No hay que entrar en su juego, intentando ser el más astuto mientras se deja que éstos dicten las reglas.

La segunda opción, que se inscribe en el pensamiento bolivariano, quiere dar un contenido de justicia social a la integración continental. Esto implica la recuperación del control público sobre los recursos naturales de la región y sobre los grandes medios de producción, de crédito y de comercialización. Se debe nivelar por arriba las conquistas sociales de los trabajadores y de los pequeños productores, reduciendo al mismo tiempo las asimetrías entre las economías de la región. Hay que mejorar sustancialmente las vías de comunicación entre los países de la región, respetando rigurosamente el ambiente (por ejemplo, desarrollando el ferrocarril y otros medios de transporte colectivos antes que las autopistas). Es necesario dotar, mediante un vasto plan público, al conjunto de la población de viviendas de calidad gracias a la renovación de los barrios existentes y a la construcción de otros nuevos. Hay que apoyar a los pequeños productores privados en numerosas actividades: agricultura, artesanado, comercio, servicios. El proceso de emancipación social que persigue el proyecto bolivariano del siglo XXI pretende liberar la sociedad de la dominación capitalista, apoyando las formas de propiedad que tienen una función social positiva. Como se ha señalado en el punto 4 de la parte I, se trata de poner fin a la propiedad capitalista de los grandes medios de producción, de servicio, de comercio y de comunicación, transfiriéndolos hacia el sector público y desarrollando o reforzando otras formas de propiedad con función social: la pequeña propiedad privada (especialmente en agricultura, pequeña industria, comercio y servicios), la propiedad cooperativa, la propiedad colectiva y las formas de propiedad tradicional de los pueblos originarios (que tienen generalmente un alto grado de propiedad colectiva). Es una condición sine qua non del socialismo del siglo XXI. Por supuesto, los ritmos de avance pueden diferir en función de la relación de fuerzas y de madurez, tanto de las condiciones objetivas como de las subjetivas.

Entre las prioridades figuran las auditorías y el control estricto de los bancos privados, con el objetivo de evitar que el Estado se vea constreñido a nacionalizar las pérdidas de las instituciones bancarias, como ha pasado tantas veces (Chile bajo Pinochet, México en 1995, Ecuador en 1999-2000, etc.) Es necesario nacionalizar los bancos sin indemnizaciones y ejercer un derecho de reparación sobre el patrimonio de sus propietarios.

Por otra parte, se debe romper con el modelo productivista y extractivista y reemplazarlo por una dinámica ecosocialista.

Es fundamental:

– Apoyar los colectivos de trabajadores que quieran ejercer un control obrero sobre la gestión de las empresas capitalistas.

– Poner en marcha mecanismos para evitar dos grandes escollos: 1) La monopolización de las decisiones por la burocracia del Estado. 2) La emergencia de una nueva burguesía desde el seno del nuevo régimen. [15] El mecanismo indispensable, y ciertamente el más eficaz, es la aplicación, allí también, de una política de control obrero y de control ciudadano sobre la contabilidad y la gestión de las empresas y de las instituciones públicas. Es necesario también, por supuesto, mejorar la formación de gestores de las empresas públicas.

– Establecer una relación interactiva entre los gobiernos de izquierda y el pueblo, que debe reforzar su nivel de autogestión y construir desde abajo las estructuras de poder popular.

– El respeto y la promoción de las culturas y de los derechos de los pueblos originarios debe constituir una prioridad. La realización efectiva de la igualdad hombre/mujer debe ser otra.

No se construirá el socialismo del siglo xxi en un solo país. La integración latinoamericana implica dotarse de una arquitectura financiera, jurídica y política común.

Numerosos litigios surgieron en estos últimos años entre los Estados de la región y las multinacionales, ya sean del Norte o del Sur. En lugar de remitirse al CIADI, dominado por un puñado de países industrializados, los países de la región deberían crear un organismo regional de resolución de litigios en materia de inversiones. En materia jurídica, los Estados latinoamericanos deberían aplicar la doctrina Calvo [16] , y rechazar la renuncia a su propia jurisdicción en caso de litigio con otros Estados o con empresas privadas. ¿Cómo puede ser que todavía se firmen contratos de préstamos o contratos comerciales que prevén que, en caso de litigio, sólo sean competentes las jurisdicciones de Estados Unidos, Gran Bretaña u otros países del Norte?

Dimensión política de la integración

Está claro que es necesaria una dimensión política a la integración y por lo tanto la instauración de un Parlamento latinoamericano elegido por sufragio universal en cada uno de los países miembro, y provisto de verdaderos poderes legislativos. En el marco de la construcción política, se debe evitar la reproducción del mal ejemplo europeo donde la Comisión Europea (es decir, el gobierno europeo) dispone de poderes exagerados en relación al Parlamento. Es necesario caminar hacia un proceso constituyente democrático, con el fin de adoptar una Constitución política común. En eso también, hay que evitar la reproducción del proceso antidemocrático utilizado por la Comisión Europea para intentar imponer un tratado constitucional sin la participación activa de los ciudadanos y sin siquiera someter el proyecto a un referéndum en cada país miembro. Por el contrario, es necesario seguir el ejemplo de Venezuela (1999), Bolivia (2007) y Ecuador (2007-2008). Los avances democráticos importantes que fueron conquistados durante estos tres procesos deberían ser integrados en un proceso constituyente bolivariano. Si se tiene que comenzar por Venezuela, Ecuador y Bolivia.¿No se estaría reviviendo el Parlamento Andino? O darle la prioridad al ALBA, que corresponde a un conjunto de países más grande —tres países andinos y varios de América Central y Caribe—.

También se necesita reforzar las competencias de la Corte Interamericana de Justicia, especialmente en materia de garantía del respeto a los derechos humanos que son indivisibles.

Hasta ahora coexisten diversos procesos de integración: Comunidad Andina de Naciones, MERCOSUR, UNASUR, CARICOM, ALBA… Es importante evitar la dispersión y adoptar un proceso integrador con una definición política y social basada en la justicia social. El proceso bolivariano debería reunir los países de América Latina (América del Sur, América Central y Caribe) que se adhirieran a esta orientación. Es mejor comenzar una construcción común con un núcleo restringido pero coherente que con un conjunto heterogéneo de Estados cuyos gobiernos aplican políticas sociales y políticas económicas contradictorias, incluso antagónicas.

La integración bolivariana debe ir acompañada de una desconexión parcial del mercado capitalista mundial

Las fronteras que separan los Estados que participan en este proyecto se deberían ir suprimiendo, al mismo tiempo que se reducen las asimetrías entre los países miembro, gracias a un mecanismo de transferencia de riquezas de los Estados más «ricos» a los Estados más «pobres». Eso permitiría ampliar considerablemente el mercado interior y favorecer el desarrollo de los productores locales bajo diferentes formas de propiedad. Se reforzaría el proceso de desarrollo (no sólo el de industrialización) por sustitución de importaciones. Por supuesto, esto implica, por ejemplo, desarrollar una política de soberanía alimentaria. Al mismo tiempo, los países miembros que constituyen el conjunto bolivariano deberán desconectarse parcialmente del mercado capitalista mundial. Y ello conlleva la abrogación de los tratados bilaterales en materia de inversiones y de comercio. También deberían retirarse de instituciones como el Banco Mundial, el FMI, y la OMC, promoviendo simultáneamente la creación de nuevas instancias mundiales democráticas y respetuosas de los derechos humanos indivisibles.

Como se indicó más arriba, los Estados miembros del nuevo conjunto bolivariano deben dotarse de nuevas instituciones regionales (como el Banco del Sur) que desarrollen las relaciones de colaboración con otras instituciones similares que reúnen a Estados en otras regiones del mundo.

También se debería declarar en el ámbito de la nueva entidad constituida que en el territorio común no puede haber ninguna base extranjera, tal como ya lo prevén las nuevas Constituciones boliviana y ecuatoriana.

Los Estados miembros del nuevo conjunto bolivariano actuarán junto al máximo posible de terceros Estados en la consecución de una reforma radical del sistema de Naciones Unidas, con el fin de que se ponga finalmente en práctica la Carta de la ONU y los numerosos instrumentos internacionales favorables a la aplicación de los derechos humanos, como el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, la Carta de los Derechos y Deberes de los Estados de 1974, la Declaración sobre el derecho al Desarrollo de 1986, la Resolución sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007. Así mismo, colaborarán en la acción del Tribunal Penal Internacional y en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. También favorecerán el entendimiento entre los Estados y los pueblos para poder actuar en la máxima reducción del cambio climático, ya que éste representa un terrible peligro para la humanidad.

La tarea es ardua, pero las perspectivas están trazadas —y son particularmente esperanzadoras— hacia un mundo basado en el respeto absoluto de lo humano y de la Tierra. Y se debe hacer sin pérdida de tiempo.

Notas:

[1] Eric Toussaint, Doctor en Ciencias Políticas (Universidad de Liège –Bélgica- y Universidad Paris VIII –Francia-), presidente del Comité para la Abolición de la Deuda del Tercer Mundo – Bélgica (CADTM, www.cadtm.org ), miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial, miembro de la CAIC-Ecuador en 2007-2008 (Comisión de Auditoria Integral del Crédito publico). Es autor de Banco del Sur y Nueva Crisis internacional (editorial Viejo Topo, Barcelona, Enero 2008; editorial Abya-Yala, Quito, Junio 2008; Observatorio DESC, La Paz, Octubre 2008), Banco mundial, el golpe de estado permanente (El Viejo Topo, Barcelona, Enero 2007; Editorial Abya-Yala, Quito, Julio 2007; CIM, Caracas, Agosto 2007; Observatorio DESC, La Paz, Noviembre 2007). eric.toussaint4@gmail.com

[2] Se refiere en este caso a un modelo de desarrollo basado en las industrias extractivas.

[3] Lanzada con ocasión de la primera cumbre de presidentes sudamericanos, en el año 2000, la Iniciativa de integración de la infraestructura regional de América del Sur (IIRSA) es un vasto programa de construcción o de modernización de infraestructuras, tales como carreteras, puentes, vías fluviales, aeropuertos, gasoductos, oleoductos, líneas de alta tensión. Su financiación está asegurada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación andina de desarrollo (CAF), el Fondo financiero de la cuenca del Plata (FONPLATA) y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Su objetivo es, en particular, asegurar la comunicación entre las zonas andinas y tropicales. Brasil, como primera potencia regional, desempeña en esto un papel preponderante.

[4] «Los Gobiernos Progresistas en Surámerica, no han puesto en tela de juicio la validez del modelo extractivista» / Entrevista a Alberto Acosta de FLACSO por Yásser Gómez / Revista Mariátegui, 06/09/2009, http://mariategui.blogspot.com/2009/09/los-gobiernos-progresistas-en.html

[5] La decisión de principio de crear una nueva moneda, el «Sucre» —acrónimo de Sistema Unificado de Compensación Regional— fue ratificada el 16 de abril de 2009, en Cumaná, Venezuela, por los principales dirigentes del ALBA, la Alternativa Bolivariana para las Américas. Este bloque fue creado en 2004 por el venezolano Hugo Chávez y el cubano Fidel Castro, para contrarrestar un proyecto, actualmente en punto muerto, de una zona de libre cambio para toda América, el ALCA, promovida por Estados Unidos. Otros cinco países se unieron a este bloque económico: Bolivia, Nicaragua, Honduras, Dominica y recientemente San Vicente y las Granadinas. El Sucre servirá esencialmente de unidad de cuenta para pagar los intercambios comerciales entre los países que lo hayan suscrito. Podría prefigurar una verdadera moneda común.

[6] Se trata de un monto muy pequeño si se compara con las reservas de cambio disponibles que se destinará a las necesidades de los Estados para financiar el desarrollo y también a otros bancos (el BNDES solo dispone de un capital mayor).

[7] Para una presentación de las etapas de la construcción del Banco del Sur y de los debates sobre esta cuestión, véase Eric Toussaint, El Banco del Sur y la nueva crisis internacional, El Viejo Topo, 2008. Capítulo 1 al 4.

[8] La primera carta data de junio de 2007, http://www.cadtm.org/Carta-abierta-a-los-Senores , hay otra de octubre de 2007: http://www.cadtm.org/Movimientos-y-organizaciones ; la segunda es de diciembre de 2007: http://www.cadtm.org/Segunda-carta-abierta-a-los ; la tercera es de octubre de 2008 y la cuarta carta es de agosto de 2009, www.cadtm.org/Declaración-de-Quito-sobre-el

[9] El resumen de los puntos de acuerdo es relativo a un documento interministerial no público que data del 19 de junio de 2009, y que parece haber sido confirmado durante la reunión presidencial llevada a cabo en Isla Margarita (Venezuela), el 27 de septiembre de 2009

[10] La adhesión de Venezuela a esta propuesta no está asegurada ya que, en un principio, Hugo Chávez desearía que el Banco del Sur reuniera la función de banco de desarrollo y de fondo monetario de estabilización .

[11] «Banco del Sur con o sin Brasil: Gobierno», http://ww1.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=304404&id_seccion=6

[12] «El Banco del Sur puede activarse con dos o tres países» «El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, insistió en la activación del Banco del Sur: si no pueden todos los países comencemos dos o tres países» Véase: www.abn.info.ve/noticia.php?articulo=198668&lee=4

[13] Simón Bolívar (1783-1830), considerado como un verdadero héroe de la independencia latinoamericana y cuyo nombre encontramos por todo el continente, fue uno de los primeros en intentar unificar los países liberados, para formar una única y sola nación.

[14] A partir de 1959, la revolución cubana intentó dar un contenido socialista al proyecto bolivariano de integración latinoamericana. La brutal intervención de Estados Unidos, respaldada por las clases dominantes y las fuerzas armadas locales, puso fin al ciclo ascendente de emancipación social de este período en escala continental (bloqueo de Cuba a partir de 1962, junta militar a partir de 1964 en Brasil, intervención estadounidense en santo Domingo en 1965, dictadura de Banzer en Bolivia en 1971, golpe de Estado de Pinochet en Chile en 1973, instalación de dictaduras en Uruguay y Argentina).

[15] Véanse las recomendaciones expresadas anteriormente en «Algunas pistas para avanzar hacia una transición al socialismo del siglo XXI en Venezuela».

[16] Esta doctrina de derecho internacional, establecida en 1863 por el jurista y diplomático argentino Carlos Calvo, prevé que las personas físicas o morales extranjeras deben someterse a la jurisdicción de los tribunales locales, con el objetivo de impedir el recurso a las presiones diplomáticas de sus Estados o de sus gobiernos. Esta doctrina se materializó en el derecho positivo, por ejemplo en la resolución 1803, del año 1962, de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre los recursos naturales (soberanía permanente sobre los recursos naturales) o incluso en la Carta de los Derechos y deberes Económicos de los Estados, de 1974. Según esta doctrina, todos los bienes, corporales e incorporales, materiales e inmateriales, están sometidos a la ley del Estado soberano y en caso de diferendos, son los tribunales nacionales los que tienen la competencia.

Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz

Fuente: http://www.cadtm.org/Salir-de-un-modelo-de-desarrollo#nb3

Marcelo Bielsa, un ‘loco’ de ataque: perfil del director técnico de Chile… antes de enfrentar Colombia y Ecuador

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Marcelo Bielsa es considerado el mejor DT de la Selección de Chile en su historia, de acuerdo con una reciente encuesta.

Foto: Reuters

Marcelo Bielsa es considerado el mejor DT de la Selección de Chile en su historia, de acuerdo con una reciente encuesta.

El argentino se define como un obsesivo por el ataque le gusta que sus equipos sean protagonistas.

Después de la derrota 4-2 frente a Brasil, que el mes pasado aplazó la clasificación de Chile al Mundial de Suráfrica-2010, Marcelo Bielsa cumplió de forma inclaudicable con su costumbre de aislarse del mundo a masticar su bronca.

"¿Usted sabe que yo me  ‘muero’ después de cada derrota? La semana siguiente es un infierno. No puedo jugar con mi hija, no puedo salir a comer con mis amigos. Es como si no mereciera esas alegrías cotidianas", confesó el técnico argentino hace algún tiempo, sobre lo duro que le da perder un partido de fútbol.

Que sus equipos ganen la mayor cantidad de veces, pero siempre jugando a lo que él sabe y trabaja con una dedicación que para muchos es obsesiva, es la mayor recompensa para este hombre
de 54 años.

Nacido en Rosario en cuna de burgueses, Bielsa descubrió  casi a los 30 que su talento era ser director técnico, porque como jugador había sido un defensa central bastante malo, pero amaba el fútbol, y en cambio no sentía la vocación familiar de ejercer el derecho como lo hicieron con éxito su abuelo, su padre y dos de sus hermanos.

El actual seleccionador chileno tiene fama de loco desde sus primeros años como técnico, en la década de los 80, en las divisiones inferiores de Newells’ Old Boys, el club de sus amores. "En Argentina llamamos así al que no transita el mismo camino que  los demás", dice su hermano Rafael, ex canciller de Argentina, en el prólogo del libro ‘Lo suficientemente loco’, una biografía futbolera del misterioso DT.

Si a esta opinión se le debe su fama, tiene razón Rafael, porque Bielsa es uno de los pocos entrenadores del mundo que prepara siempre sus equipos para ganar. "Y… Yo soy un obsesivo del ataque. Yo miro videos para atacar, no para defender", le dijo a la revista El Gráfico cuando empezó a ser reconocido en su país, pocos meses antes de ganar su primer título como entrenador, el torneo argentino de 1990 con Newell’s.

Tras asumir como seleccionador chileno, en agosto del 2007, con su manera genuina de hablar ante la prensa -con la cabeza agachada y sin mirar a nadie- Bielsa reitró su pensamiento sobre el fútbol. "Tengo una atracción exagerada por la victoria. Y el  protagonismo es el mejor camino para acercarse a ella. Creo en eso, me hace sentir seguro. Es más, me siento muy incómodo con la especulación. Desconfío porque la especulación siempre
me defraudó, me golpeó", dijo.

Bielsa no tiene una sala de trofeos ni una larga lista de conquistas como técnico. Y parece que es lo que menos le importa de su trabajo. Después de ganar la primera medalla de oro olímpica para el fútbol argentino, en los Juegos de Atenas-2004, le preguntaron si ese era su mayor logro.

"El mayor éxito de mi carrera ha sido que se me confirmara como técnico de Argentina, porque ha sido un reconocimiento a mi fracaso", respondió, en alusión a la eliminación de la selección albiceleste en la primera fase de Corea-Japón 2002, el peor revés del fútbol gaucho en los mundiales.

Aquella vez, Argentina era uno de los mayores candidatos para ganar la Copa del Mundo, por el fútbol ofensivo y contundente que había mostrado en la eliminatoria, en la que clasificó cinco fechas antes del final y arrasó a todos sus rivales. Esa vez, Bielsa fue criticado como nunca, porque al equipo argentino le faltó sorpresa e imaginación y porque se negó a alinear juntos a Gabriel Batistuta y a Hernán Crespo, por entonces dos de los mejores goleadores del orbe.

Sin embargo, después de superar semejante golpe, llegó la presea dorada y todo parecia encaminado a que Bielsa se tomara la revancha en el Mundial de Alemania-2006. Poco después de regresar de Atenas, tomó otra decisión que aumentó su fama de loco: renunció a la selección argentina. "Me quedé sin energía", explicó, sin decir un palabra más.

Un lustro después de aquella sorpresa, Bielsa volverá a Colombia y sólo con cambios externos: menos pelo, más kilos y la sudadera roja y blanca que lo distingue como DT de Chile. Su pensamiento sobre el fútbol es igual: "El esquema que yo armo es con un par de ‘wines’ (punteros) bien abiertos, un centrodelantero, un volante de creación, un "5" tradicional (volante cabeza de área) y una defensa con un sólo jugador más que la delantera rival", explica Bielsa. Su esquema de siempre es el 3-3-1-3.

Este sábado, en la cancha del estadio Atanasio Girardot, Bielsa no parece tan ‘loco’ para cambiar lo que sabe, le gusta y le ha dado resultados con el combinado austral. Chile, tercero de la eliminatoria con 27 puntos, sólo necesita uno más para asegurar su presencia en Suráfrica, pero seguro vendrá a buscar el triunfo. "Nunca me planteo la posibilidad de salir a atacar aprovechando el contragolpe. Para mí siempre hay que protagonizarlo (un partido). Nunca preparo el equipo para la espera".

Esa es una de las premisas de un técnico a quien le pagan un sueldo de 125 mil dólares mensuales, pero que ya le ha reportado más de cinco millones de dólares en ganancias a la Federación de Chile y quien, de no ocurrir una tragedia, regresará al fútbol austral a la Copa Mundo después de 12 años de frustraciones.

GABRIEL BRICEÑO F.
SUBEDITOR DE DEPORTES 
gabbri@eltiempo.com.co

Written by Eduardo Aquevedo

6 octubre, 2009 at 22:06

Venezuela, Honduras, Perú, Ecuador: “pequeños” olvidos y “grandes” mentiras…

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Eric Toussaint

Conviene tener en cuenta el peligro que constituye la actitud sistemáticamente hostil adoptada por la gran mayoría de los grandes medios periodísticos europeos y norteamericanos (así como la organización Reporteros sin Fronteras) respecto a las experiencias en curso en Ecuador, Bolivia y Venezuela. Esta hostilidad sólo es igual al silencio embarazoso y cómplice con respecto a los golpistas hondureños o a la represión ejercida por el ejército peruano contra los indios de la Amazonia.

Para ilustrar esta afirmación, he aquí algunos hechos recientes:

1.- El 5 de junio de 2009, el ejército peruano asesinó en Bagua a más de 50 indios de la Amazonia que protestaban contra las concesiones de tierras otorgadas por el gobierno de Alan García a unas transnacionales extranjeras, principalmente europeas. Y esto no provocó la reprobación de los grandes grupos de prensa mundiales.[1] En ese momento daban casi en exclusiva la prioridad a las protestas en Irán. No sólo la prensa no reprobó la represión en Perú sino que estos hechos apenas tuvieron eco. Sin embargo, el descontento en Perú era tal que el gobierno tuvo que anunciar la derogación del decreto presidencial contra el que los indios del Amazonas estaban en lucha. Y otra vez más, la cobertura mediática de esa derrota del gobierno peruano fue casi nula. Planteemos la pregunta siguiente: Si una intervención del ejército venezolano o ecuatoriano hubiera provocado la muerte de decenas de indios del Amazonas, ¿cuál hubiera sido la cobertura mediática?

2.- Cuando el presidente constitucional Manuel Zelaya fue destituido por los militares el 28 de junio, la gran mayoría de los media declararon, deformando totalmente la verdad, que los militares habían reaccionado a la voluntad del presidente de modificar la Constitución con el fin de mantenerse en el poder. Muchos medios agregaban que así seguía el ejemplo de Hugo Chávez, presentado como un dirigente populista autoritario. En realidad, Manuel Zelaya sólo proponía a sus conciudadanos pronunciarse a favor de la organización de elecciones generales a una Asamblea Constituyente, que habría representado un verdadero avance democrático en ese país. Lo que es explicado muy bien por Cécile Lamarque y Jérôme Duval, de vuelta de una misión del CADTM a Honduras: «El golpe de Estado tuvo lugar el mismo día en el que Manuel Zelaya organizaba la «consulta», de carácter no vinculante, en la se preguntaba a los hondureños si deseaban, o no, la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, después de las elecciones previstas para el 29 de noviembre de 2009. La pregunta era la siguiente: ¿Está usted de acuerdo con que en las elecciones generales de noviembre 2009 se instale una cuarta urna para decidir sobre la convocatoria a una asamblea nacional constituyente que apruebe una nueva Constitución política?[2] Si esta consulta hubiera recogido una mayoría de «sí», el presidente habría sometido un decreto a la aprobación del Congreso para que, el 29 noviembre, los hondureños se pronunciaran formalmente sobre la convocatoria de una constituyente, en una «cuarta urna» (las tres primeras estaban reservadas para la elección de presidente, de diputados y de alcaldes, respectivamente). Para darle un matiz de legalidad al golpe de Estado, el Congreso y la Corte Suprema, aliadas con el golpe, decidieron que la consulta era ilegal y dictaminaron que el presidente Zelaya había «violado la Constitución» al intentar modificarla «para poder pretender un nuevo mandato», como un «aprendiz de dictador chavista». Sin embargo, Manuel Zelaya no buscaba, por la vía de esta consulta, renovar su mandato presidencial en las próximas elecciones legislativas, ya que éstas se realizarían en el marco de la actual Constitución, que prevé mandatos presidenciales de cuatro años no renovables. Por lo tanto, Zelaya no podía ser candidato a su propia sucesión.»[3]

Mientras que los movimientos populares de oposición al golpe de Estado multiplicaron las huelgas y manifestaciones en julio, agosto y septiembre, los grandes medios periodísticos les dedicaron apenas unas líneas. Las pocas veces que los grandes diarios dedican un artículo de fondo a la situación en Honduras, practican una política denigratoria con respecto al presidente constitucional, en el caso en que no presenten directamente a la acción de los militares como un golpe militar democrático. Por ejemplo, The Wall Street Journal decía en su editorial del 1 de julio de 2009: «el golpe militar ocurrido en Honduras el pasado 28 de junio y que llevó al exilio al presidente de ese país centroamericano, Manuel Zelaya, es extrañamente democrático». El editorial agregaba que «las autoridades legislativas y judiciales permanecieron intactas»[4] tras la acción militar. Por otra parte, y de forma más matizada, el conocidísimo diario francés Le Monde participó también en esta campaña. He aquí un ejemplo: El 12 de septiembre de 2009, Jean-Michel Caroit, su enviado especial en Honduras, citó las palabras de una francesa expatriada en ese país y a continuación agregó la mentira sistemáticamente repetida sobre las malas intenciones atribuidas a Manuel Zelaya. «Para los hondureños el retorno de Zelaya es inaceptable ya que significaría 20 años de dictadura a la [Hugo] Chávez», exclamaba Marianne Cadario, refiriéndose al presidente de Venezuela, quien —como su aliado Manuel Zelaya pretendía hacerlo— modifico la Constitución para poder ser reelegido. Madame Cadario, una francesa instalada en Honduras desde hace 30 años, dice estar «muy asombrada por la reacción de la comunidad internacional», que ha condenado el golpe» (el subrayado es del autor)[5] El tono de diarios como Le Monde y Libération comenzó a cambiar a finales de septiembre, después de que los golpistas subieran algunos grados en la represión. Dicho esto, Libération merece un premio por la utilización de eufemismos. En efecto, el 28 de septiembre de 2009 (justamente tres meses después del golpe), subtitulaba con «Perfume de dictadura» el párrafo en el que se explicaba que el gobierno golpista había decretado: «la prohibición de “toda reunión pública no autorizada”, detención de “cualquier persona que ponga en peligro su vida o la de los demás”, “evacuación” de locales ocupados por manifestantes e interferencias de “la emisión por cualquier medio de los programas que traten de alterar la paz”».[6]

3.- A comienzos de agosto de 2009, la intención de las autoridades venezolanas de cuestionar el derecho de emisión de 34 radios y televisiones encontró un eco importante en la prensa internacional sobre el lema: «es una prueba más de la casi desaparición del derecho de expresión y de crítica en ese país autoritario.» La manera como la gran prensa trata la situación de los medios venezolanos es unilateralmente hostil a las autoridades del país, mientras que el 90 % de estos medios son privados y sostienen en su gran mayoría muy activamente las campañas de desinformación. Globovisión, una de las principales cadenas privadas, participó activamente en el golpe de Estado militar contra Chávez del 11 de abril de 2002. Un reportaje realizado por Globovisión dio la vuelta al mundo el 11 de abril de 2002 y los días siguientes al golpe militar. Se trataba de un montaje que falsificaba la realidad. Se veían civiles presentados como chavistas disparando sus pistolas desde un puente hacia una dirección no identificable. La voz en off del periodista de Globovisión afirmaba que los chavistas estaban a punto de matar a manifestantes de la oposición que desfilaban pacíficamente en la calle que pasa por debajo del puente. La policía venezolana pudo reconstruir el desarrollo exacto de los hechos a partir del análisis de los reportajes y de las diferentes fotos tomadas por particulares el 11 de abril de 2009. En realidad, los militantes chavistas que, según Globovisión tiraban a los manifestantes, respondían a un tiroteo que provenía de un blindado de la policía metropolitana, aliada a los golpistas. Los manifestantes de la oposición ya no estaban en la calle hacia la que tiraban los chavistas en el momento de los hechos. Varias fuentes pudieron demostrar de manera inequívoca que los golpistas habían programado el asesinato de manifestantes antichavistas, para atribuirle esos crímenes a Chávez y justificar el golpe de Estado. El 11 de abril de 2008, los teleespectadores venezolanos pudieron rever las imágenes de la conferencia de prensa dada por los militares golpistas en un momento donde todavía ningún manifestante había sido asesinado. Sin embargo, esos militares afirmaban que tomaban el poder como respuesta a los asesinatos efectuados por los chavistas, lo que corrobora claramente la tesis de que se había planificado deliberadamente esos asesinatos para justificar su acción sediciosa.

Durante los dos días siguientes, el 12 y 13 de abril de 2002, cuando centenares de miles de personas sin armas rodeaban los cuarteles golpistas para reclamar el retorno de Hugo Chávez, que estaba prisionero, Globovisión no difundió ninguna imagen de estas protestas, y explicaba que la calma había vuelto al país y que Hugo Chávez había presentado su dimisión y estaba de camino a Cuba. Durante las últimas horas del golpe, esta cadena se contentaba con difundir dibujos animados y emisiones de variedades[7]. Globovisión fue por lo tanto cómplice de los golpistas en varios momentos clave lo que condujo a asociaciones de padres de víctimas y de supervivientes heridos a exigir una condena para la cadena. Y hasta ahora el gobierno chavista se ha negado a hacerlo para evitar que la campaña internacional desplegada en su contra no se intensifique. Por otro lado, varias asociaciones de defensa de los derechos humanos están descontentas con esta actitud pasiva de las autoridades venezolanas.

Más recientemente, Globovisión manifestó sus simpatías por el golpe de Estado del 28 de junio en Honduras. Desde el mismo momento del golpe, los conductores de los diversos programas de Globovisión lo apoyaron y acusaron a su vez al gobierno de Chávez de injerencia por haber condenado el golpe. En ese sentido, Guillermo Zuloaga, presidente de Globovisión afirmó el 17 de julio que: «El gobierno de Micheletti está ajustado a la Constitución, y nosotros quisiéramos, nos encantaría, que aquí en Venezuela se respetara la Constitución como se está respetando en Honduras», indicando con estas palabras un claro apoyo al gobierno golpista.

Nunca Globovisión fue objeto de ninguna prohibición de emitir. ¿Cuál es el gran medio norteamericano o europeo que menciona este hecho? ¿Qué gran medio europeo o norteamericano informa al público de que la gran mayoría de medios están controlados por el sector privado? Y que representan el 90 % de la audiencia en el nivel de la televisión. Que atacan con extrema violencia al gobierno presentado como una dictadura y que algunos de ellos, a pesar de haber participado activamente en el golpe de Estado contra un presidente constitucional, continúan emitiendo libremente desde hace siete años. ¿Podríamos imaginar que el general De Gaulle no habría tomado medidas represivas respecto a un diario, una radio, o una televisión que hubiera apoyado activamente el golpe de la OAS en el momento de la guerra de Argelia? ¿Encontraríamos normal que el gobierno español no tomase medidas contra los medios que hubieran apoyado activamente, en tiempo real, al coronel Tejero cuando, a la cabeza de un grupo de militares golpistas, amenazó con su arma a los diputados presentes en las Cortes?[8] Si Manuel Zelaya fuera restituido como presidente constitucional, ¿acaso él mismo y su gobierno no tendrían todo el derecho de pedir cuentas y de tomar medidas contra los propietarios de los medios de Honduras que apoyaron en forma sistemática a los golpistas, deformando la realidad y encubriendo las múltiples violaciones de los derechos humanos cometidos por las fuerzas de represión?

4.- Los gastos de armamento: Si leemos la prensa europea o de América del Norte, se tiene la impresión de que Venezuela está por hacer importantes gastos en armamento (en especial con Rusia), lo que constituye una amenaza para la paz en la región. Pero si creemos a la CIA,[9] la situación es totalmente diferente: el presupuesto militar venezolano es el 6º de la región en orden de importancia, y viene después de los de Brasil, Argentina, Chile (mucho menos poblado que Venezuela y considerado un modelo), Colombia y México. En términos relativos, considerando el producto interior bruto de cada país, el presupuesto venezolano sería el noveno de Latinoamérica.

¿Hemos podido leer esta información en la gran prensa? Por el contrario, habremos leído en agosto de 2009 que Suecia le pedía cuentas a Venezuela porque el gobierno colombiano había denunciado a su vecino, una vez más, como proveedor de armas a la guerrilla de las FARC. Suecia había declarado en Colombia que los misiles SAAB encontrados en un campo de las FARC habían sido suministrados a Venezuela. ¿Quién pudo leer la respuesta detallada dada por Hugo Chávez? Los misiles en cuestión habían sido robados en un puerto venezolano en 1995, cuatro años antes de que Chávez accediera a la presidencia de la República…

Conclusión : Es necesario ser concientes de esta asimetría con la que los medios tratan a los acontecimientos y mantener un espíritu muy crítico. El descrédito volcado sobre Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales es de tal magnitud que prepara a la opinión pública internacional a la pasividad para el caso en que una nueva tentativa de golpe de estado se produjera o a la aprobación de medidas agresivas tomadas por un gobierno como el de Estados Unidos. Entre las acusaciones insidiosas sin ningún fundamento, podemos leer en la prensa española (entre ellos El País) que la campaña electoral de Rafael Correa fue financiada por las FARC. También podemos leer que las autoridades venezolanas no combaten el narcotráfico. El descrédito que la prensa otorgó al presidente Zelaya trata de impedir una movilización de la opinión internacional en favor a su restitución como jefe de Estado.

Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz

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[1] Véase: http://www.cadtm.org/El-CADTM-se-solidariza-plenamente y http://www.cadtm.org/Perou-le-massacre-de-Bagua

[2] http://www.elsoca.org/index.php?option=com_content&view=article&id=501:honduras

[3] Cécile Lamarque et Jérome Duval, «Honduras: Pourquoi le coup d’État», 17 septembre 2009, http://www.cadtm.org/Honduras-Pourquoi-le-coup-d-Etat

[4] Citado por Decio Machado « Quiénes apoyan al gobierno ilegítimo de Roberto Micheletti” http://www.cadtm.org/Quienes-apoyan-al-gobierno

[5] Jean-Michel Caroit, « Au Honduras, la campagne électorale s’ouvre dans un climat de haine », Le Monde, p. 8, sábado 12 de septiembre de 2009.

[6] http://www.liberation.fr/monde/0101593847-le-honduras-s-enfonce-dans-la-crise

[7] Es interesante mencionar con respecto a este tema la iniciativa tomada por el gobierno de Hugo Chávez el 11 de abril de 2008, 6 años después del golpe de Estado. El gobierno utilizó su derecho de emisión tanto a través de antenas privadas como públicas, para difundir el reportaje completo realizado por las cadenas privadas antichavistas (Globovisión, RCTV…) de la sesión oficial de entronización del presidente y del gobierno golpista en uno de los salones del palacio presidencial de Miraflores. El programa, al que todos los espectadores venezolanos pudieron asistir el 11 de abril de 2002, fue por lo tanto difundido de nuevo sin ningún corte y sin ningún comentario crítico por parte del gobierno chavista. Éste contó con el espíritu crítico de la sociedad venezolana para que ella misma se hiciera una opinión sobre la complicidad activa de los medios privados con los responsables del golpe, entre los que se podía reconocer las principales autoridades de la Iglesia católica, los jefes militares facciosos, los dirigentes del sindicato amarillo CTV (central de Trabajadores de Venezuela), los dirigentes de empresas privadas y el presidente de la Federación Patronal Venezolana (Fedecámaras), Pedro Carmona. Debemos señalar que este presidente, que ocupó el poder durante sólo cerca de 36 horas, es actualmente apodado «Pepe el breve» (aludiendo al histórico Pepino el breve).

[8] El 23 de febrero de 1981, en el Congreso tuvo lugar una tentativa de golpe de Estado organizado por sectores franquistas. El coronel, que lo encabezaba, amenazó con su arma a los diputados y los tomó de rehenes en el momento de la investidura de un nuevo presidente de gobierno.

[9] Véase http://www.cia.gov/library/publications/the world-factbook/index.html , consultado en marzo de 2009.

http://www.cubadebate.cu

Chomsky: América Latina es el lugar más estimulante del mundo…

with one comment

David Brooks, Hermann Bellinghausen y Luis Hernández

La Jornada

CHOMSKY2 América Latina es hoy el lugar más estimulante del mundo, dice Noam Chomsky. Hay aquí una resistencia real al imperio; no existen muchas regiones de las que pueda afirmarse lo mismo.

Entrevistado por La Jornada, uno de los intelectuales disidentes más relevantes de nuestros tiempos señala que la esperanza en el cambio anunciada por Barack Obama es una ilusión, ya que son las instituciones y no los individuos los que determinan el rumbo de la política. A lo sumo, lo que el mandatario representa es un giro desde la extrema derecha al centro de la política tradicional estadunidense.

Presente en México para celebrar los 25 años de La Jornada, el autor de más cien libros, el lingüista, crítico antimperialista, analista del papel que desempeñan los medios de comunicación en la manufactura del consenso, explica cómo la guerra a las drogas se inició en Estados Unidos como parte de una ofensiva conservadora contra la revolución cultural y la oposición a la invasión de Vietnam.

A continuación, presentamos la transcripción completa de sus declaraciones.

América Latina es hoy el lugar más estimulante del mundo. Por primera vez en 500 años hay movimientos hacia una verdadera independencia y separación del mundo imperial; se están integrando países que históricamente han estado separados. Esta integración es un prerrequisito para la independencia. Históricamente, Estados Unidos ha derrocado un gobierno tras otro; ahora ya no puede hacerlo.

Brasil es un ejemplo interesante. Hacia principios de los 60, los programas de (Joao) Goulart no eran tan diferentes de los de (Luiz Inacio) Lula. En aquel caso, el gobierno de (John F.) Kennedy organizó un golpe de Estado militar. Así, el Estado de seguridad nacional se propagó por toda la región como una plaga. Hoy día Lula es el muchacho bueno, al que están tratando de cultivar, en reacción a los gobiernos más militantes en la región. En Estados Unidos no publican los comentarios de Lula favorables a (Hugo) Chávez o a Evo Morales. Los silencian porque no son el modelo.

Hay un movimiento hacia la unificación regional: se empiezan a formar instituciones que, aunque no funcionan del todo, comienzan a existir. Es el caso de Mercosur y Unasur.

Otro caso notable en la región es el de Bolivia. Después del referendo hubo una gran victoria, y también una sublevación bastante violenta en las provincias de la Media Luna, donde están los gobernadores tradicionales, blancos. Un par de docenas de personas murieron. Hubo una reunión regional en Santiago de Chile donde se expresó un gran apoyo a Morales y una firme condena a la violencia, y Morales respondió con una declaración importante. Dijo que era la primera vez en la historia de América Latina, desde la conquista europea, en que los pueblos habían tomado el destino de sus países en sus propias manos sin el control de un poder extranjero, o sea Washington. Esa declaración no fue publicada en Estados Unidos.

Centroamérica está traumatizada por el terror reaganiano. No es mucho lo que sucede allí. Estados Unidos sigue tolerando el golpe militar en Honduras, aunque es significativo que no lo pueda apoyar abiertamente.

Otro cambio, aunque atropellado, es la superación de la patología real en América Latina, probablemente la región más desigual del mundo. Es una región muy rica, siempre gobernada por una pequeña elite europeizada, que no asume ninguna responsabilidad con el resto de sus respectivos países. Se puede ver en cosas muy simples, como el flujo internacional de capital y bienes. En América Latina la fuga de capitales es casi igual a la de la deuda. El contraste con Asia oriental es muy impactante. Aquella región, mucho más pobre, ha tenido mucho más desarrollo económico sustantivo, y los ricos están bajo control. No hay fuga de capitales; en Corea del Sur, por ejemplo, se castiga con la pena de muerte. El desarrollo económico allá es relativamente igualitario.

Control debilitado

Había dos formas tradicionales con las que Estados Unidos controlaba América Latina. Una era el uso de la violencia; la otra, el estrangulamiento económico. Ambas han sido debilitadas.

Los controles económicos son ahora más débiles. Varios países se han liberado del Fondo Monetario Internacional a través de la colaboración. También se han diversificado acciones entre el sur, en lo que la relación de Brasil con Sudáfrica y China ha entrado como factor. Han podido enfrentar algunos problemas internos sin la poderosa intervención de Estados Unidos.

La violencia no ha terminado. Ha habido tres golpes de estado en lo que va de este siglo. El venezolano, abiertamente apoyado por Estados Unidos, fue revertido, y ahora Washington tiene que recurrir a otros medios para subvertir al gobierno, entre ellos ataques mediáticos y apoyo a grupos disidentes. El segundo fue en Haití, donde Francia y Estados Unidos tiraron al gobierno y enviaron al presidente a Sudáfrica. El tercero es el de Honduras, que es un asunto mixto. La Organización de Estados Americanos asumió una postura firme y la Casa Blanca tuvo que seguirla, y proceder muy lentamente. El FMI acaba de otorgar un enorme préstamo a Honduras, que sustituye la reducción de asistencia estadunidense. En el pasado éstos eran asuntos rutinarios. Ahora esas medidas (la violencia y el estrangulamiento económico) se han debilitado.

Estados Unidos está reaccionando y ha dado pasos para remilitarizar la región. La Cuarta Flota, dedicada a América Latina, había sido desmantelada en los 50, pero se está reahabilitando, y las bases militares en Colombia son un tema importante.

La ilusión de Obama

La elección de Barack Obama generó grandes expectativas de cambio hacia América Latina. Pero son sólo ilusiones

Sí hay un cambio, pero el giro es porque el gobierno de Bush se fue tan al extremo del espectro político estadunidense que casi cualquiera se hubiera movido hacia el centro. De hecho el propio Bush en su segundo periodo fue menos extremista. Se deshizo de algunos de sus colaboradores más arrogantes y sus políticas fueron más moderadamente centristas. Y Obama, de manera previsible, continúa con esta tendencia.

Giró hacia la posición tradicional. Pero ¿cuál es esa tradición? Kennedy, por ejemplo, fue uno de los presidentes más violentos de la posguerra. Woodrow Wilson fue el mayor intervencionista del siglo XX. El centro no es pacifista ni tolerante. De hecho Wilson fue quien se apoderó de Venezuela, sacando a los ingleses, porque se había descubierto petróleo. Apoyó a un dictador brutal. Y de allí continuó con Haití y República Dominicana. Mandó a los marines y prácticamente destruyó Haití. En esos países dejó guardias nacionales y dictadores brutales. Kennedy hizo lo mismo. Obama es un regreso al centro.

Es igual con el tema de Cuba, donde durante más de medio siglo Estados Unidos se ha involucrado en una guerra, desde que la isla ganó su independencia. Al principio esta guerra fue bastante violenta, especialmente con Kennedy, cuando hubo terrorismo y estrangulamiento económico, a lo que se opone la mayoría de la población estadunidense. Durante décadas, casi dos tercios de la población han estado en favor de la normalización de las relaciones, pero eso no está en la agenda política.

Las maniobras de Obama se fueron hacia el centro; suspendió algunas de las medidas más extremas del modelo de Bush, y hasta fue apoyado por buena parte de la comunidad cubano-estadunidense. Se movió un poco hacia el centro, pero ha dejado muy claro que no habrá cambios.

Las reformas de Obama

Lo mismo sucede en la política interna. Los asesores de Obama durante la campaña fueron muy cuidadosos en no dejarlo comprometerse con nada. Las consignas fueron la esperanza y el cambio, un cambio en el que creer. Cualquier agencia de publicidad sensata habría hecho que ésas fueran las consignas, pues 80 por ciento del país pensaba que éste marchaba por el carril equivocado. McCain decía cosas parecidas, pero Obama era más agradable, más fácil de vender como producto. Las campañas son sólo asuntos de mercadotecnia, así se entienden a sí mismas. Estaban vendiendo la marca Obama en oposición a la marca McCain. Es dramático ver esas ilusiones, tanto fuera como dentro de Estados Unidos.

En Estados Unidos casi todas las promesas hechas en el ámbito de reforma laboral, de salud, de energéticos, han quedado casi anuladas. Por ejemplo, el sistema de salud es una catástrofe. Es probablemente el único país en el mundo en el que no hay una garantía básica de atención médica. Los costos son astronómicos, casi el doble de cualquier otro país industrializado. Cualquier persona que tiene bien puesta la cabeza sabe que es la consecuencia de que se trate de un sistema de salud privado. Las empresas no procuran salud, están para obtener ganancias.

Es un sistema altamente burocratizado, con mucha supervisión, altísimos costos administrativos, donde las compañías de seguros tienen formas sofisticadas de evadir el pago de las pólizas, pero no hay nada en la agenda de Obama para hacer algo al respecto. Hubo algunas propuestas light, como por ejemplo la opción pública, pero quedó anulada. Si uno lee la prensa de negocios, encuentra que la portada de Business Week reportaba que las aseguradoras celebraban su victoria.

Se realizaron campañas muy exitosas en contra de esta reforma, organizadas por los medios y la industria para movilizar segmentos extremistas de la población. Es un país en el que es fácil movilizar a la gente con el miedo, e inculcarle todo tipo de ideas locas, como que Obama va a matar a la abuela de uno. Así lograron revertir propuestas legislativas ya de por si débiles. Si en verdad hubiera habido un compromiso real en el Congreso y la Casa Blanca, esto no hubiera prosperado, pero los políticos estaban más o menos de acuerdo.

Obama acaba de hacer un acuerdo secreto con las compañías farmacéuticas para asegurarles que no habrá esfuerzos gubernamentales por regular el precio de las medicinas. Estados Unidos es el único país en el mundo occidental que no permite que el gobierno use su poder de compra para negociar el precio de los medicamentos. Un 85 por ciento de la población se opone, pero eso no significa diferencia alguna, hasta que todos vean que no son los únicos que se oponen a estas medidas.

La industria petrolera anunció que va a utilizar las mismas tácticas para derrotar cualquier proyecto legislativo de reforma energética. Si Estados Unidos no implanta controles firmes sobre las emisiones de dióxido de carbono, el calentamiento global destruirá la civilización moderna.

El diario Financial Times señaló con razón que si había una esperanza de que Obama pudiera haber cambiado las cosas, ahora sería sorprendente que sí cumpliera con lo mínimo de sus promesas. La razón es que no quería cambiar tanto las cosas. Es una criatura de quienes financiaron su campaña: las instituciones financieras, las energéticas, las empresas. Tiene la apariencia de buen tipo, sería un buen acompañante de cena, pero eso no permite cambiar la política; la afecta un poco. Sí hay cambio, pero es un poco más suave. La política proviene de las instituciones, no está hecha por individuos. Las instituciones son muy estables y muy poderosas. Por supuesto, encuentran la manera de confrontar lo que sucede.

Más de lo mismo

Los medios están un poco sorprendidos de que se esté regresando adonde siempre se estuvo. Lo reportan, es difícil no hacerlo, pero el hecho es que las instituciones financieras se pavonean de que todo está quedando igual que antes. Ganaron. Goldman Sachs ni siquiera intenta ocultar que después de haber hundido la economía está entregando jugosos bonos a sus ejecutivos. Creo que en el pasado trimestre acaba de reportar las ganancias más altas de su historia. Si fueran un poquito más inteligentes lo intentarían ocultar.

Esto se debe a que Obama está respondiendo a quienes apoyaron su campaña: el sector financiero. Miren nada más a quién escogió para su equipo económico. Su primer asesor fue Robert Rubin, el responsable de la derogación de una ley que regulaba al sector financiero, lo cual benefició mucho a Goldman Sachs; asimismo, se convirtió en directivo de Citigroup, hizo una fortuna y se salió justo a tiempo. Larry Summers, quien fue la principal figura responsable de detener toda regulación de los instrumentos financieros exóticos, ahora es el principal asesor económico de la Casa Blanca. Y Timothy Geithner, quien como presidente de la Reserva Federal de Nueva York supervisaba lo que sucedía, es secretario del Tesoro.

En un reportaje reciente se examinó a algunos de los principales asesores económicos de Obama. Se concluyó que gran parte de ellos no deberían estar en el equipo de asesoría, sino enfrentando demandas legales, porque estuvieron involucrados en malos manejos en la contabilidad y otros asuntos que detonaron la crisis.

¿Por cuánto tiempo se pueden mantener las ilusiones? Los bancos están ahora mejor que antes. Primero recibieron un enorme rescate del gobierno y los contribuyentes, y lo utilizaron para fortalecerse. Son más grandes que nunca; absorbieron a los débiles. O sea, se está sentando la base para la próxima crisis. Los grandes bancos se están beneficiando con una póliza de seguros del gobierno, que se llama demasiado grande para fallar. Si se es un banco enorme o una casa de inversión importante, es demasiado importante para fracasar. Si se es Goldman Sachs o Citigroup, no puede fracasar porque eso derrumbaría toda la economía. Por eso pueden hacer préstamos riesgosos, para ganar mucho dinero, y si algo falla, el gobierno los rescata.

La guerra contra el narco

La guerra contra la droga, que desgarra a varios países de América Latina entre los que se encuentra México, tiene viejos antecedentes. Revitalizada por Nixon, fue un esfuerzo por superar los efectos de la guerra de Vietnam en Estados Unidos.

La guerra fue un factor que llevó a una importante revolución cultural en los 60, la cual civilizó al país: derechos de la mujer, derechos civiles. O sea, democratizó el territorio, aterrorizando a las elites. La última cosa que deseaban era la democracia, los derechos de la población, etcétera, así que lanzaron una enorme contraofensiva. Parte de ella fue la guerra contra las drogas.

Ésta fue diseñada para trasladar la concepción de la guerra de Vietnam, de lo que nosotros les estábamos haciendo a los vietnamitas, a lo que ellos nos estaban haciendo a nosotros. El gran tema a fines de los 60 en los medios, incluso los liberales, fue que la guerra de Vietnam fue una guerra contra Estados Unidos. Los vietnamitas estaban destruyendo a nuestro país con drogas. Fue un mito fabricado por los medios en las películas y la prensa. Se inventó la historia de un ejército lleno de soldados adictos a las drogas que al regresar se convertirían en delincuentes y aterrorizarían a nuestras ciudades. Sí, había uso de drogas entre los militares, pero no era muy diferente al que existía en otros sectores de la sociedad. Fue un mito fabricado. De eso se trataba la guerra contra las drogas. Así se cambió la concepción de la guerra de Vietnam a una en la que nosotros eramos las víctimas.

Eso encajó muy bien con las campañas en favor de la ley y el orden. Se decía que nuestras ciudades se desgarraban por el movimiento antibélico y los rebeldes culturales, y que por eso teníamos que imponer la ley y el orden. Allí cabía la guerra contra la droga.

Reagan la amplió de manera significativa. En los primeros años de su administración se intensificó la campaña, acusando a los comunistas de promover el consumo de drogas.

A principios de los 80 los funcionarios que tomaban en serio la guerra contra las drogas descubrieron un incremento significativo e inexplicable de fondos en bancos del sur de Florida. Lanzaron una campaña para detenerlo. La Casa Blanca intervino y suspendió la campaña. Quien lo hizo fue George Bush padre, en ese tiempo encargado de la guerra contra las drogas. Fue cuando la tasa de encarcelamiento se incrementó de manera significativa, en gran parte con presos negros. Ahora el número de prisioneros per cápita es el más alto en el mundo. Sin embargo, la tasa de criminalidad es casi igual que en otros países. Es un control sobre parte de la población. Es un asunto de clase.

La guerra contra las drogas, como otras políticas, promovidas tanto por liberales como por conservadores, es un intento por controlar la democratización de fuerzas sociales.

Hace unos días, el Departamento de Estado de Obama emitió su certificación de cooperación en la lucha contra las drogas. Los tres países que fueron descertificados son Myamar, una dictadura militar –no importa, está apoyada por empresas petroleras occidentales–, Venezuela y Bolivia, que son enemigos de Estados Unidos. Ni México, ni Colombia, ni Estados Unidos, en todos los cuales hay narcotráfico.

Un lugar interesante

El elemento central del neoliberalismo es la liberalización de los mercados financieros, lo cual hace vulnerables a los países que tienen inversionistas extranjeros. Si uno no puede controlar su moneda y la fuga de capitales, está bajo control de los inversionistas extranjeros. Pueden destruir una economía si no les gusta lo que este país hace. Ésa es otra forma de controlar pueblos y fuerzas sociales, como los movimientos obreros. Son reacciones naturales de un empresariado muy concentrado, con gran conciencia de clase. Claro que hay resistencia, pero fragmentada y poco organizada, y por ello pueden seguir promoviendo políticas a las que se opone la mayoría de la población. A veces esto llega al extremo.

El sector financiero está igual que antes; las aseguradoras de salud han ganado con la reforma sanitaria, las empresas energéticas ganarán con la reforma energética, los sindicatos han perdido con la reforma laboral y, por supuesto, la población de Estados Unidos y la del mundo pierden porque ya de por sí la destrucción de la economía es grave. Si se destruye el medio ambiente, los que de veras sufrirán son los pobres. Los ricos sobrevivirán a los efectos del calentamiento global.

Por esto América Latina es uno de los lugares verdaderamente interesantes. Es uno de los sitios en los que hay verdadera resistencia a todo esto. ¿Hasta dónde llegará? No se sabe. No me sorprendería que haya un giro a la derecha en las próximas elecciones en América del Sur. Aun así, se ha logrado un avance que sienta las bases para algo más. No hay muchos lugares en el mundo de los que pueda decirse lo mismo.

http://www.jornada.unam.mx/2009/09/21/index.php?section=politica&article=003n1pol

Chomsky: "Los cambios en Sudamérica son inspiradores"…

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Redacción, BBC Mundo

"Por primera vez en 500 años los países sudamericanos han comenzado a integrarse en forma significativa".

Noam ChomskyNoam Chomsky respondió a los lectores de BBC Mundo en una entrevista en la que destacó que lo mejor que le pudo pasar a América Latina fue que la administración de George W. Bush no le prestara demasiada atención.

Lingüista, activista, filósofo, Chomsky ha sido durante cuatro décadas uno de los más feroces críticos de la política exterior de su país.

Chomsky respondió desde la ciudad de Boston, donde enseña desde hace más de medio siglo en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachussetts. La entrevista fue conducida por Dalia Ventura.

Publicaremos esta entrevista en tres partes. Esta segunda reúne sus respuestas a las inquietudes de los lectores sobre los gobiernos de izquierda en Sudamérica y su relación con EE.UU. Puede hacer clic en los títulos abajo si desea ir directamente a los temas de su interés.

LOS CAMBIOS EN BOLIVIA

Usted se ha referido en el pasado en forma muy positiva a algunos cambios en América del Sur. ¿Podría darnos algunos ejemplos?

En Sudamérica se han dado cambios muy interesantes. Por primera vez en 500 años los países sudamericanos han comenzado a integrarse en forma significativa, tras haber estado separados a lo largo de su historia.

También están comenzando a encarar algunos de sus grandes problemas internos y en este sentido pienso que algunos de los cambios que se están dando son inspiradores.

Evo Morales, presidente de Bolivia

"Las élites de la zona este de Bolivia están tratando de minar el proceso y naturalmente, EE.UU. los está apoyando."

Tomemos, por ejemplo, el caso de Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, donde hay un movimiento popular que ha sido bastante espectacular, si lo comparamos con otros.

Se trata de la población más oprimida del Hemisferio, la población indígena, que ha estado luchando por años sobre asuntos muy importantes.

Hace una década lograron correr de Bolivia a la Corporación Bechtel cuando se trató de privatizar el agua, lo que significó que mucha gente no podía tener acceso a la misma. Fue una victoria sangrienta y grande. Siguieron adelante y finalmente en el 2005 entraron al campo político y eligieron a alguien de sus mismas filas, un campesino pobre, en una elección en la que se habló de temas muy serios sobre los que la gente estaba informada.

No era como en Estados Unidos, donde las campañas se conducen con base en imágenes y brillo, pero se dejan en segundo plano los problemas que hay que resolver.

En Bolivia los temas principales estaban en primer plano y venían del movimiento popular. Eran temas importantes como el control de los recursos, los derechos culturales en una sociedad multiétnica y multilingüe. Eso es democracia verdadera, que puede conducir a algo.

Claro que a las élites de la zona este del país esto no les gusta y por eso están tratando de minar el proceso, y naturalmente, EE.UU. los está apoyando.

El presidente Lula en Brasil es ahora de alguna manera el favorito de Washington, pero esto es así porque casi toda la región se ha movido tanto a la izquierda que Lula es su única esperanza. Y el de Lula es el tipo de gobierno que EE.UU. habría derrocado hace 40 años.

LA INFLUENCIA DE HUGO CHÁVEZ

Muchos lectores apuntan que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, habla mucho sobre usted. ¿Qué piensa usted de él?

Muchos de los programas que ha iniciado me parecen bastante prometedores, como las misiones (programas sociales), los esfuerzos para reducir la pobreza.

Ha impulsado los esfuerzos de integración en Sudamérica, como el Banco del Sur, o Petrocaribe. Todas estas cosas son muy positivas.

En realidad, lo que es importante no es mi opinión. Lo que realmente es importante es la opinión de los venezolanos.

Creo que también hay grandes problemas en el país, como el alto nivel de crimen, enorme corrupción, elementos de caudillismo -la tradicional plaga latinoamericana.

Pero pienso que hay buenas señales de que puede ser una influencia positiva.

En realidad, lo que es importante no es mi opinión. Eso no importa, lo que realmente es importante es la opinión de los venezolanos y sobre eso sabemos bastante, aunque la información no se publique en EE.UU.

Cada año, la consultora chilena Latinobarómetro hace encuestas de opinión en América Latina sobre diferentes asuntos. Y desde que Chávez fue electo, Venezuela siempre ha estado en los primeros lugares junto a países como Uruguay en los temas de apoyo popular a la democracia, optimismo sobre el futuro, etc., y esto es mucho más importante que mi opinión.

OBAMA Y AMÉRICA LATINA

Otro tema que preocupa a los lectores es la relación del presidente Obama con América Latina. Elgui Palomino, de Colombia, pregunta cuál es el futuro de América Latina con Obama en el poder.

Hay un comentario frecuente en los círculos de análisis político de que George Bush no le prestó atención a América Latina y que debemos superar esto para beneficio de Latinoamérica.

Yo siento que una de las mejores cosas que le han pasado a América Latina es justamente que Bush no le prestó demasiada atención.

Yo siento que una de las mejores cosas que le han pasado a América Latina es justamente que Bush no le prestó demasiada atención.

De hecho, esto fue bien formulado por Evo Morales. En septiembre, en el este de su país, hubo un intento bastante violento de socavar la autoridad del gobierno, muchos campesinos murieron, y Unasur, la recién creada unión de repúblicas sudamericanas que es parte de este proceso de integración, celebró una conferencia en Santiago de Chile.

Los participantes emitieron una declaración fuerte en apoyo del gobierno y criticaron la violencia y los levantamientos. Morales respondió agradeciéndoles el apoyo, pero también dijo algo interesante y correcto.

Dijo que por primera vez en 500 años América Latina está tomando el control de sus propios asuntos, sin estar bajo el control de una potencia extranjera. Y al hablar de potencia extranjera pensamos principalmente en Estados Unidos. Esto es muy importante y una señal de su importancia es que no se informó sobre el encuentro en Estados Unidos, se lo consideró una amenaza.

WASHINGTON Y CUBA

Hasta ahora, en relación con Obama, no se puede detectar ninguna posición sobre América Latina. Ha dejado sin efecto algunas de las medidas más extremas de Bush. Por ejemplo, Bush había impuesto restricciones en las relaciones con Cuba que eran muy impopulares incluso entre la comunidad de origen cubano en EE. UU. y Obama relajó esas restricciones.

Pero en cuanto al asunto crucial del embargo, es interesante que en 1962, EE.UU. era lo suficientemente poderoso para torcerle el brazo a los gobiernos de América Latina y forzar a la Organización de Estados Americanos, OEA, a aislar a Cuba. Ahora se da la situación contraria, EE.UU. está aislado dentro de la OEA.

En la última reunión hace unas semanas, EE.UU. apenas logró que se incluyeran algunas condiciones en el llamado relacionado con poner fin al embargo a Cuba.

A inicios de los 60 las administraciones de Kennedy y Lyndon Johnson estaban absolutamente furiosas porque Cuba no estaba sucumbiendo al poder de EE.UU. Esto fue descrito como una especie de insulto.

En EE.UU. por décadas, desde que se han realizado encuestas, la mayoría de la población estadounidense está a favor de la normalización de relaciones con Cuba.

Muchos sectores económicos en EE.UU., en agricultura, industria farmacéutica, energía, también están a favor de esa normalización.

Típicamente, la población está marginalizada y no sorprende que el gobierno no esté de acuerdo con la opinión popular. En general, el gobierno tiende a seguir políticas que sean favorecidas por grandes sectores del sector corporativo, pero en el caso de Cuba esto no se da.

Es uno de los pocos casos en que el poder del Estado, que está en general determinado por las grandes empresas, toma una posición que las contradice.

Hay una especie de interés estatal en castigar a Cuba, que va más allá de los intereses usuales de ganancias y poder. Y es muy claro en qué consiste ese interés estatal. EE.UU. es un país muy libre y tenemos acceso a archivos internos y sabemos que a inicios de los 60 las administraciones de Kennedy y Lyndon Johnson estaban absolutamente furiosas porque Cuba no estaba sucumbiendo al poder de EE.UU. Esto fue descrito como una especie de insulto.

Los servicios de inteligencia identificaron el principal problema de Cuba como "el exitoso desafío a las políticas de EE.UU. durante 150 años", desde la doctrina Monroe, según la cual la intención de EE.UU. era dominar el hemisferio. Y no se podía tolerar un desafío exitoso así que el pueblo cubano "debía ser castigado".

Cuando uno ve el embargo, las medidas económicas y las guerras terroristas de aquel tiempo, estaban dirigidas explícitamente a castigar lo suficientemente al pueblo para que derrocara a su líder si lograba desafiar a EE.UU.

Es algo así como un complejo de la mafia, el Padrino no acepta desobediencia.

LA FIGURA DE CHÁVEZ EN EE.UU.

Algunos lectores como José Ávila se preguntan si debe cambiar la relación con Venezuela. Después de todo, tienen buenas relaciones en lo que más importa a EE.UU. que es el tema comercial.

Hay buenas relaciones comerciales, pero la imagen que se pinta de Chávez en EE.UU. es la de una especie de demonio imposible o monstruo. La imagen que se presenta de Chávez en la prensa es distorsionada y tendenciosa.

Les doy un ejemplo de la ciudad en la que vivo, Boston. El diario The Boston Globe, tal vez el más liberal de EE.UU., publicó la usual batería de ataques contra Chávez pero sí permitieron la publicación de una carta, corta, de un estadounidense que vive en Venezuela, en respuesta a uno de sus editoriales.

Hugo Chávez, presidente de Venezuela, durante la cumbre de Petrocaribe en junio 2009

"La imagen que se pinta de Chávez en EE.UU. es la de una especie de demonio imposible. La imagen en la prensa es distorsionada y tendenciosa."

La carta decía "yo vivo aquí y las cosas no son como ustedes las describen", así que publicaron la carta, pero al lado colocaron una foto de Chávez en uniforme militar con la mano en el pecho como Mussolini.

¿Por qué hicieron esto? El objetivo es asegurarse de que el público no desvíe su atención y empiece a prestar atención a los hechos. Asegurarse de que el público crea que que Chávez es un demonio que está tratando de destruirnos y al que nosotros tenemos que destruir.

Esto no es inusual, es la forma en que se suele presentar a los enemigos, pero en este caso es un ejemplo un poco extremo. Creo que ello se debe a que, al igual que en el caso de Castro, no logran encontrar la forma para librarse de él.

Después de todo, EE.UU. sí apoyó el golpe que brevemente derrocó al gobierno de Chávez hace siete años, pero esto no funcionó y entonces apoyaron una huelga para socavar a la economía y la industria petrolera. Esto tampoco funcionó, así que están buscando algo diferente.

¿Cree entonces que la relación con Venezuela cambiará o permanecerá igual?

Ciertamente me gustaría ver un cambio, pero no veo muchas señales de esto.

Podría decirse que en cierta forma es mutuamente conveniente para ambas partes mantener la relación como está.

En un sentido, pero no es sano ni bueno para ninguno de los dos países.

América Latina y el fin del "socioliberalismo», por J. Petras

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James Petras

Rebelión, Traducido para Rebelión por Christine Lewis Carroll y revisado por Caty R.

america-latina001 La actual recesión mundial y la recuperación potencial de algunos países revelan todas las debilidades del tradicional “mercado de exportación” y el libre comercio: la doctrina de la ventaja comparativa. En ningún lugar esto es más evidente en la actualidad que en América Latina.

A pesar de las recientes revueltas populares y el ascenso de gobiernos de centro izquierda en gran parte de los países de la región, las estructuras, estrategias y políticas económicas perseguidas por sus predecesores perduran, en particular en relación con las prácticas económicas de cara al exterior.

Influidos por la fuerte demanda y el aumento de precios de las materias primas, sobre todo agro-minerales y energéticas, los gobiernos latinoamericanos han desistido de realizar cambios en varias áreas cruciales y se han adaptado a las políticas y herencias económicas de sus predecesores neoliberales. En consecuencia, y con la llegada de la recesión mundial de 2008, se constató un fuerte declive, con graves consecuencias sociales.

La crisis socioeconómica resultante proporciona importantes lecciones y refuerza la idea de que son imprescindibles profundos cambios estructurales en inversiones, comercio y sectores económicos estratégicos para el crecimiento equitativo, sostenido y estable.

El libre mercado y la doctrina del libre comercio en los años 90

Desde mediados de los años 70, con la llegada de regímenes civiles autoritarios y militares pro estadounidenses y bajo la tutela de académicos estadounidenses defensores del libre mercado y de economistas educados en EEUU, América Latina se convirtió en un laboratorio para la aplicación de políticas del libre mercado y comercio.

Las barreras comerciales se rebajaron o eliminaron para que pudieran introducirse sin obstáculos los productos agrícolas europeos y estadounidenses subvencionados, diezmando el número de agricultores que cultivaban sus productos para el consumo local. Bajo la doctrina de la “ventaja comparativa”, las políticas buscaron financiar y promocionar a las grandes empresas agrícolas especializadas en las exportaciones básicas: trigo, soja, azúcar, maíz, ganado, etc., apostando por precios y mercados favorables, precios razonables en productos alimenticios, maquinaria agrícola e importaciones no agrícolas.

La desregulación total de la economía y la privatización de empresas públicas abrieron las compuertas a la inversión extranjera, la toma de posesión de sectores económicos estratégicos y la dependencia, cada vez mayor, de la inversión extranjera para sostener el crecimiento y la balanza de pagos.

La estrategia general de los regímenes fue la dependencia de los mercados exportadores en detrimento de los mercados internos (consumo local popular); una política que se basaba en el abaratamiento de los costes laborales locales y el mantenimiento de altos beneficios de la clase dominante agro-mineral. La presencia de ésta en todos los ministerios económicos importantes de los regímenes aseguraba no sólo que las políticas beneficiasen a esta clase, sino que también se vistieran de una apariencia ideológica sobre la noción de “mercados eficientes racionales”, sin tomar en consideración la historia de inestabilidad intrínseca de los mercados globales.

La crisis de los regímenes neoliberales tradicionales

El sistema financiero desregulado y la recesión mundial de 2000–2001, el pillaje salvaje de la economía y tesorería por los profesionales del libre mercado, la tremenda corrupción y la explotación absoluta de trabajadores, campesinos y empleados públicos, causaron revueltas regionales. Se derrocó y/o derrotó en las elecciones a toda una serie de regímenes apoyados por Estados Unidos. Ecuador, Argentina, Bolivia, Brasil, Uruguay y Paraguay fueron testigos de revueltas populares que terminaron en gobiernos de centro izquierda, especialmente tras las campañas que prometieron “profundos cambios estructurales”, incluidos cambios en la estructura económica del poder y un aumento significativo del gasto social y la redistribución de la tierra.

En la práctica, las derrotas políticas de los partidos de derecha y la élite económica debilitada no sirvieron para realizar transformaciones socioeconómicas a gran escala y que perdurasen en el tiempo. Los nuevos gobiernos persiguieron políticas socioeconómicas que intentaban “reformar” a las élites económicas, forzándolas a encaminar sus esfuerzos hacia la reactivación de la economía y la asistencia a pobres y parados. Las élites políticas fueron relevadas, algunos elementos implicados en represiones masivas llevados a juicio, pero sin un esfuerzo serio para transformar el sistema político de partidos. En otras palabras, las élites neoliberales y sus políticas de libre mercado se quedaron donde estaban, sólo frenadas temporalmente por las políticas de intervención estatal de los gobiernos de centro izquierda.

Políticas de centro izquierda: gestión de la crisis y el boom económico

Los nuevos gobiernos de centro izquierda adoptaron toda una serie de políticas, desde incentivos económicos para los negocios, regulaciones financieras, mayor gasto para luchar contra la pobreza, incrementos salariales generalizados y consultas con dirigentes de organizaciones populares. Repudiaron a sus enemigos políticos y responsables del período anterior, junto con la intervención de algunas empresas privadas en bancarrota. Estas políticas de gran alcance y simbolismo lograron, temporalmente, el apoyo popular del electorado, aislando y dividiendo a los sectores más radicales de los movimientos populares.

No obstante, las demandas de cambios más amplios y profundos seguían en la agenda, mientras los gobiernos de centro izquierda hacían equilibrios entre las demandas radicales que surgían desde abajo y sus compromisos políticos para normalizar y estimular el desarrollo capitalista, incluyendo a todas las élites existentes: multinacionales extranjeras, agro-minerales, financieras, comerciales y de manufactura. El dilema del centro izquierda se resolvió gracias al aumento súbito de los precios de las materias primas, estimulado mayormente por la demanda y el dinámico crecimiento de las economías asiáticas, principalmente China.

Los gobiernos de centro izquierda abandonaron cualquier idea de perseguir los cambios estructurales y se sumaron al “crecimiento exportador” –basado en la exportación de productos básicos-. Al abandonar la crítica de la inversión extranjera y las demandas de “renacionalizar” empresas privadas estratégicas, los gobiernos de centro izquierda abrieron la puerta a la entrada masiva de capital extranjero, suspendiendo la aplicación de algunos de sus controles reguladores.

El boom de las materias primas de 2003–2008 permitió a los gobiernos de centro izquierda (y la derecha) “comprar” a la oposición: los sindicatos consiguieron incrementos salariales sustanciosos, el sector de los negocios recibió incentivos cuantiosos, se acogió con entusiasmo a los inversores extranjeros y se fomentaron las remesas procedentes de trabajadores en el extranjero; todo contribuía a reducir la pobreza.

En una palabra, toda la estructura socioeconómica del alto crecimiento de América Latina orientada a la estrategia exportadora se cimentó en la demanda del mercado mundial y las condiciones económicas de los países imperialistas. Pocos expertos económicos, columnistas financieros y políticos que alaban los “mercados racionales” expresaron sus dudas sobre la sostenibilidad del modelo del “mercado exportador”.

La extraordinaria vulnerabilidad de estas economías, su dependencia de mercados inestables, de un número limitado de productos de exportación, de uno o dos mercados, y de las remesas procedentes de trabajadores en condiciones tremendamente precarias, deberían haber alertado a cualquier economista o responsable de las políticas seguidas a poco que reflexionara. Los carísimos asesores contratados, procedentes de la Harvard Business School, la Penn’s Wharton School y otros prestigiosos centros de educación superior (enamorados de sus ecuaciones matemáticas que demostraban sus premisas), argumentaron que los mercados menos regulados son los que más éxito tienen, y convencieron a sus colegas latinoamericanos, desde el centro izquierda hasta la derecha, de la conveniencia de reducir las barreras comerciales y dejar que corriera el flujo de capitales.

Después de sólo cinco años de crecimiento rápido inducido por el mercado exportador, las economías latinoamericanas se derrumbaron. Según la Comisión Económica de las Naciones Unidas, en 2009, las exportaciones procedentes de naciones latinoamericanas y caribeñas sufrirán la mayor caída de los últimos 72 años (desde la última depresión mundial), un 11% en volumen, mientras las importaciones caerán un 14%, la mayor caída desde la recesión mundial de 1982.

Las trampas de la dependencia de las exportaciones de materias primas

Las fechas de referencia son indicativas de los compromisos y vulnerabilidades antiguos en la estructura comercial: las recesiones pasadas y presentes tienen un impacto acusado en América Latina porque, tanto en el pasado como en la actualidad, sus economías dependen de las exportaciones agro-minerales a los mercados imperiales, quienes rápidamente trasladan sus crisis internas a sus socios comerciales latinoamericanos. El descenso histórico del comercio inevitablemente duplica, y hasta triplica, la tasa de desempleo entre los trabajadores de los sectores exportadores y tiene un efecto multiplicador en las empresas económicas satélites vinculadas al gasto y consumo generados por el comercio de ultramar. La especialización en exportaciones agro-minerales limita la posibilidad de empleo alternativo, al contrario que una economía más diversificada. La dependencia del Estado de los ingresos procedentes de las exportaciones energéticas y agro-minerales implica recortes automáticos en inversión pública y gasto social.

La crisis comercial de América Latina ha afectado en especial a los países con la configuración más tradicional en exportación de productos agrícolas, minerales y energéticos: Venezuela y Ecuador (petróleo), Colombia (petróleo y carbón), y Bolivia, han sufrido una caída del 33% en 2009, mucho mayor que la media de la región. México, que depende en un 80% de su comercio con Estados Unidos (petróleo, turismo, remesas, automóviles), ha experimentado la mayor caída de todos los países del hemisferio: el 11% del Producto Nacional Bruto.

Aunque todas las economías dependientes de las exportaciones se vieron muy afectadas por la crisis, los países que mantenían un comercio más diversificado (manufacturas, agricultura, servicios) cayeron casi un 20%, mientras que los países especializados en exportaciones petroleras y minerales cayeron más de un 50%.

Las trampas de la dependencia del mercado único

Los países con mayor diversidad de mercados y socios comerciales, en especial los que comerciaron con América Latina y China, experimentaron una caída menor en comparación con países como México, Venezuela y los de América Central, que dependían más de los mercados de Estados Unidos y la Unión Europea, y que cayeron más del 35%.

Pero el comercio sólo fue uno de los cuatro frentes que impactaron negativamente en América Latina: la inversión extranjera directa, las remesas procedentes de los trabajadores emigrados y los precios de las materias primas también contribuyeron a la crisis.

Las trampas de la dependencia de la inversión extranjera

Una de las principales causas de la crisis en América Latina fue dejar la puerta abierta a la inversión extranjera. Los flujos de capital extranjero escalaron en respuesta al crecimiento interno, aprovechándose de los altos beneficios generados por el boom comercial. Con la posterior caída del comercio, los ingresos y los beneficios, la inversión extranjera cesó y repatrió sus beneficios, exacerbando la crisis y haciendo crecer el desempleo. La inversión extranjera sigue las prácticas de fácil entrada y rápido abandono –un elemento tan poco fiable como inestable para el desarrollo-.

Las trampas de la dependencia de las remesas procedentes de los trabajadores emigrados

Los gobiernos latinoamericanos se acostumbraron, en sus políticas y proyecciones económicas, a las multimillonarias transferencias de dólares procedentes de sus trabajadores en el extranjero, sin tener en cuenta las condiciones económicas y legales de sus ciudadanos emigrados. La gran mayoría de éstos se encuentra en situación muy vulnerable: muchos están indocumentados (los llamados “inmigrantes ilegales”) y cuando aparecen las recesiones se les despide repentinamente; trabajan en sectores como la construcción, el turismo, la jardinería y la limpieza, duramente afectados por las recesiones; no tienen antigüedad, o muy poca, y son los últimos a quienes se emplea pero los primeros a quienes se despide; y, por último, muchos no reciben ninguna ayuda económica cuando se quedan sin trabajo y se enfrentan a la deportación si no pueden mantenerse. Los resultados de esta alta vulnerabilidad son visibles en la disminución de las remesas, lo que ha agravado la pobreza y ha desequilibrado la balanza de pagos.

La inestabilidad de los precios de las materias primas

Al poner todos los huevos en la cesta de los altos precios de las materias primas y los mercados de ultramar, los gobiernos de centro izquierda perdieron una gran ocasión para profundizar en los cambios del mercado interno mediante la industrialización, la reforma agraria y las inversiones públicas en infraestructuras, vinculando éstas con los recursos mineros, manufactureros y energéticos, con el fin de proteger la economía nacional ante crisis inducidas desde el exterior.

Los límites del socioliberalismo (“Centro-Izquierda”) y la crisis económica

Durante la primera década del nuevo milenio, los nuevos gobiernos de centro izquierda arremetieron contra el neoliberalismo y se autoproclamaron “socialistas del siglo XXI”. En la práctica, esto significaba aumentar los desembolsos en servicios sociales dentro de las estructuras económicas y políticas comerciales existentes, con pequeños ajustes con los socios comerciales y las empresas conjuntas establecidas con inversores extranjeros. En el transcurso de este período, todos los gobiernos practicaron políticas socioliberales parecidas a las seguidas por los gobiernos socialdemócratas europeos contemporáneos: combinaron el libre comercio y la inversión extranjera con más gasto en programas de lucha contra la pobreza, prestaciones por desempleo y salario mínimo. Por otra parte, se generaron grandes beneficios para las élites agro-minerales y el sector bancario, que financiaron el comercio, el consumo y las refinanciaciones de la deuda externa.

Todo el modelo socioliberal se fundó, sin embargo, sobre los frágiles cimientos de la estrategia exportadora, vulnerable a las crisis, los ingresos comerciales altamente inestables y las remesas de los trabajadores en situación precaria en el extranjero. Cuando los mercados exportadores de América Latina se secaron y cayeron los precios, los ingresos cayeron igualmente y los trabajadores fueron despedidos. El modelo socioliberal se derrumbó, causando el crecimiento negativo y revirtiendo los anteriores avances en empleo y reducción de la pobreza.

Lecciones del desplome del modelo socioliberal

  1. Los programas sociales positivos no son sostenibles sin cambios estructurales que reduzcan la vulnerabilidad externa.
  1. La reducción de la vulnerabilidad externa exige la propiedad pública de los sectores económicos estratégicos con el fin de evitar la fuga de capitales, comportamiento típico del capital extranjero.
  1. La reducción de la vulnerabilidad económica depende de la diversificación de los mercados, desvinculándolos de los centros imperialistas, controlados financieramente y muy susceptibles de padecer las crisis. Una mayor sostenibilidad económica depende de la intensificación del mercado interno, con el incremento del comercio entre regiones y su reorientación hacia las regiones de mayor crecimiento.
  1. Los subsidios sociales son necesarios para afrontar las urgencias, pero no atacan a la raíz de las rentas bajas y la pobreza. Los programas a largo plazo de distribución de la tierra, vinculados a la financiación del desarrollo a gran escala y la inversión en la producción local de alimentos y las industrias internas de producción agro-mineral disminuirán la dependencia de los mercados exteriores y estabilizarán la economía.
  1. El control estatal del comercio exterior y las empresas minerales estratégicas permite la consolidación del excedente económico para financiar la diversificación económica y la innovación.
  1. La integración regional debe pasar de las declaraciones retóricas a su realización práctica. Venezuela -presidida por Hugo Chávez, el mayor defensor de la integración regional y promotor del ALBA (Asociación Bolivariana para América Latina)– todavía depende de los mercados estadounidenses en un 80% de su venta de petróleo, un 70% de sus ingresos gubernamentales en concepto de exportación, y más del 50% de sus importaciones de productos alimentarios de Colombia, cliente militar de Estados Unidos. La integración regional será posible siempre que se base en la planificación de inversiones complementarias y empresas conjuntas de propiedad pública para industrializar los productos minerales, el petróleo y otras materias primas.
  1. Los pactos de seguridad entre los gobiernos latinoamericanos, destinados a contrarrestar las bases conjuntas de Estados Unidos y Colombia y su estrategia de militarización, también tienen una función económica –la creación de empresas conjuntas para la industria armamentista-, de forma que se reduzcan las compras al exterior.
  1. La diversificación del comercio hacia Asia y la reducción de la dependencia de Estados Unidos y Europa son necesarias pero insuficientes si la exportación sigue consistiendo principalmente en las materias primas. Cambiar de socios comerciales sin cambiar los modelos “coloniales” no disminuirá la vulnerabilidad. América Latina, y en especial Bolivia, Brasil, Perú y Ecuador, debe insistir en la industrialización de sus productos básicos y su valor añadido antes de la exportación a China, India, Japón y Corea.

En resumen, la actual crisis mundial revela las limitaciones y la insostenibilidad de las políticas y los gobiernos socioliberales. El reconocimiento de las vulnerabilidades y la inestabilidad sentaría las bases para una transformación estructural más profunda basada en cambios en la propiedad de la tierra, los modelos comerciales y la propiedad de las industrias estratégicas. La crisis actual ha desacreditado tanto las recetas neoliberales como las socioliberales, y abre la puerta a una nueva forma de pensar que vincule el gasto social con la propiedad pública.

REBELION.ORG

Ver el último libro de James Petras: Global Depression and Regional Wars: The United States, Latin America and the Middle East (Depresión global y guerras regionales: Estados Unidos, América Latina y Oriente Próximo)

Chile empata 2-2 con Venezuela: Bielsa reconoce errores en defensa y su objetivo ahora es derrotar a Brasil…

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Bielsa reconoció errores en defensa y alabó a Valdivia

futbol-bielsa1El entrenador de la "Roja" dijo el empate pasó por errores propios y dijo que se "sobreestimó" al rival.

Coincidiendo con las declaraciones de los jugadores tras el empate 2-2 de Chile ante Venezuela, Marcelo Bielsa dijo que el resultado del partido pasó por los errores defensivos de la Selección Nacional, más que por aciertos del rival.

"Tuvimos algunas imprecisiones que facilitaron las dos conquistas o el origen de ellas. Dejamos de manejar la pelota y después el rival obtuvo dos goles que no fueron mérito exclusivo de ellos", comenzó diciendo el entrenador de la Selección Chilena.

"La equivocación está dentro de los elementos que el juego contiene. También tenemos que tener seguros y antídotos frente a los errores que cometemos. A veces funciona pero esta vez nos costaron dos goles. Repito que no fueron exclusiva virtud del rival", añadió el rosarino.

"Hubo sobreestimación del rival porque no había motivo para que dejáramos de manejar la pelota. Pasamos de tenerla a que la tuvieran ellos. No creo que haya sido subestimación, si no un abandonar lo que nos estaba dando resultados. En el fútbol a veces sucede eso sin explicaciones claras", prosiguió el DT de la "Roja".

Bielsa tuvo también palabras de elogio para Jorge Valdivia, quien ingresó en los 60′ en remplazo de Humberto Suazo. "Valdivia es un jugador que hace crecer la jugada a través de asociado, que era casi el único recurso que nos quedaba porque el campo estaba muy poblado en la zona central", declaró Bielsa.

"Me pareció que el fútbol se estaba dando en espacios reducidos y que Valdivia le podía dar otra variedad al ataque. De hecho, cuando se acomodó al partido quedó dos veces a punto de convertire hizo algunas habilitaciones que podrían haber cambiado el partido (…) Él siempre es una alternativa que trata de buscarse un espacio en el equipo. Y yo también trato de econtrárselo", remarcó el transandino.

Entre los otros valores del equipo, Bielsa destacó a Rodrigo Millar y Gary Medel.

"Gary fue uno de los más destacados del equipo. Millar le dio otro rasgo a la elaboración del juego y fue también uno de los más altos", cerró el entrenador.

Chile irá a Brasil a ganar

El próximo miércoles, la "Roja" enfrentará a Brasil en Salvador de Bahía. De ganar, Chile igualará a los locales en la tabla de posiciones y podría timbrar su pasaporte para el Mundial, incluso, el sello podría llegar con un empate.

Pero Bielsa está lejos de pensar que la meta del equipo sea rescatar un punto.

"Vamos a intentar atacar más que defender y vamos a tratar de tener la pelota más que correr para recuperarla", dijo el entrenador nacional en la conferencia de prensa tras el empate ante Venezuela.

Y el conjunto chileno recibió, además, buenas noticias sobre su próximo rival, pues cuatro jugadores fueron amonestados en el partido ante Argentina y se perderán el duelo del miércoles.

Una de las bajas será la gran figura del "Scratch", Kaká, jugador que hace funcionar y explotar los circuitos de la Verdeamarelha. Tampoco podrá ser de la partida el goleador de las Clasificatorias, Luis Fabiano. La misma situación corre con Lucio, capitán del cuadro de Dunga, y Ramires.

Y Bielsa subraya su dogma: "Vamos a tratar de jugar en campo rival y tener una posición de búsqueda, lo que no vamos a hacer es buscar una posición especulativa".

CHILE SOLO EMPATA CON VENEZUELA

Chile tenía la opción de oro para dar un paso clave hacia el Mundial de Sudáfrica 2010, pero la desperdició al igualar 2-2 ante Venezuela en el estadio Monumental, resultado que igualmente los deja como escoltas de Brasil en la tabla de las Eliminatorias.

Los adiestrados por Marcelo Bielsa tuvieron un inicio de partido que hacían presagiar lo mejor, puesto que recién a los 11 minutos se ponían en ventaja tras un tiro de esquina de Matías Fernández que Arturo Vidal supo cabecear de gran forma para descolocar completamente al portero Renny Vega.

Pero tras el gol la "Roja" se durmió en el marcador, y dejó que la "Vinotinto" se sacara el esquema que traían preparado en la cabeza y fueran a atacar el arco protegido por Claudio Bravo.

Así llegó el fatal minuto 34′, donde una mala entrega de Isla en la mitad de la cancha termina en un pase profundo de Arango para Jean Carlo Maldonado que batió por entre las piernas al capitán nacional, que con ese tanto debió conformarse con igualar la marca de imbatibilidad con Mario Osben (360 minutos).

Chile acusó el golpe, y cuando parecía que el marcador se iba empatado al entretiempo llegó en los descuentos un zapatazo de José Manuel Rey que con algo de complicidad de Bravo se metió en el primer palo.

La charla del "Loco" tiene que haber sido muy dura, porque el plantel nacional salió a presionar con mucha convicción, actitud que recibió su premio a los 53′, cuando tras un tiro libre de "Matigol" apareció el recién ingresado Rodrigo Millar (46′ por Carmona) para definir con un violento remate tras una serie de rebotes dentro del área.

La "Roja" buscó el tercero que finalmente nunca llegó, aunque hay que destacar que cuando se jugaban los descuentos, Alexis Sánchez recibió una clara falta penal de Granados, que el juez boliviano René Ortubé desestimó.

De esta forma Chile alcanza 27 puntos y se mantiene segundo en la tabla por detrás del ya clasificado y próximo rival, Brasil (30), y aunque tiene los mismos puntos que Paraguay, los dirigidos por Bielsa ostentan mejor diferencia de gol que los guaraníes (+9 vs. +8).

Argentina 1-3 Brasil

Argentina se equivocó demasiado ante Brasil y deberá mejorar para llegar a Sudáfrica

Cometió muchos errores defensivos y perdió 3-1 en el Gigante de Arroyito. Si no consigue un buen resultado el miércoles ante Paraguay en Asunción puede comprometer seriamente sus chances de ir al Mundial. Los goles fueron de Luisao y Luis Fabiano (2) para los visitantes. Dátolo, con un golazo desde afuera del área, había descontado.

  • Colombia derrota a Ecuador 2-0

  • Perú vence a Uruguay 1-0

  • Paraguay derrota a Bolivia 1-0

Colombia derrota a Ecuador y está en la zona de repechaje

Jornada perfecta para los cafeteros: el 2-0 sobre Ecuador -más la derrota de Uruguay- les permite trepar al quinto puesto, con claras opciones de, finalmente, disputar el repechaje.

El Mercurio Online

SANTIAGO.- La presente jornada clasificatoria no pintaba nada de bien para el seleccionado de Colombia.

Ubicada en la séptima posición y especulando con una derrota o un empate ante Ecuador (nada del otro mundo considerando las campañas de uno y otro) y una victoria de Uruguay, esta fecha podía marcar su despedida de Sudáfrica 2010.

Pero no. El equipo de Eduardo Lara hizo la tarea tomando en cuenta que actuaba de local y Perú le dio una mano ganando a los charrúas.

Consecuencia, Colombia trepó al quinto puesto y, hoy, está ni más ni menos que en zona de repechaje.

El estadio Atanasio Girardot, colmado con poco más de 40 mil aficionados, vio -desde un comienzo- a un cuadro anfitrión ofensivo y jugado.

Sin embargo, no fue sino hasta que ingresó Giovanni Hernández, por un opaco Radamel Falcao, cuando cambió la historia.

Así, de hecho, se gestó el primer gol: combinación entre los Giovanni (Moreno y Hernández) y festejo de Jackson Martínez.

A esa altura, Ecuador jugaba con uno menos (fue expulsado Pablo Palacios por simular una falta) de modo que cualquier reacción de los pupilos de Sixto Vizuete era casi un sueño.

En los descuentos -y con Ecuador volcado desesperadamente en búsqueda de la hazaña- Teófilo Gutiérrez dejó la pelota en la red aprovechando una gran jugada del citado Moreno.

Este miércoles, Colombia viaja a Uruguay, en tanto que Ecuador dispone de un futuro un tanto menos complejo: juega nuevamente de visita, pero ante la débil selección de Bolivia.

Written by Eduardo Aquevedo

5 septiembre, 2009 at 19:11

¿Por qué los golpistas de Honduras se atreven a poner condiciones… ? E. Aquevedo

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Es difícil creer que el grupo golpista encabezado por Micheletti y Cia. tenga sólo la más increíble “cara dura” para atreverse a poner condiciones para “dialogar” con los representantes de la OEA, “censurando” y descalificando al secretario general, Miguel Insulza, y presionando para que en la comitiva se incluyan diplomáticos favorables a los intereses del régimen dictatorial.

Ver al respecto: "Impide el régimen de facto la visita de una misión de la OEA", en La Jornada…

honduras_micheletti_226x Es evidente, primero, que su primer objetivo es dilatar las cosas y ganar tiempo para prolongar la vida política del régimen y debilitar así la resistencia interna y externa. Saben que, en definitiva, el tiempo juega en su favor. Pero, segundo, lo que más interesa destacar es el hecho de que si ellos operan de ese modo es porque saben que cuentan con apoyos diversos e importantes dentro y, sobre todo, fuera del país que requieren del mayor tiempo posible para organizar y desplegar sus fuerzas, haciendo el “lobby” más eficaz posible, para prolongar la vida de la dictadura, para “blanquearla”, para darle grados de legitimidad, para en definitiva impedir que se implemente el objetivo mayor de las fuerzas internacionales que han condenado el golpe y que es obviamente restablecer a Zelaya en el Gobierno de Honduras.

Esas fuerzas, que son profundamente conservadoras y tradicionalmente autoritarias, están activas en todos los países de la región y manifiestamente también en Washington (sectores importantes del partido republicano y demócrata, y naturalmente a interior del Pentágono y de la CIA), y que con diferentes grados ven con pésimos ojos la orientación democrático-constitucionalista y progresista que se ha impuesto en la región, manifestada particularmente dentro de la OEA y en la consolidación creciente de UNASUR. Esta modificación de la relación de fuerzas en el continente en esa dirección es obra de la importancia creciente del nuevo bloque político conformado por países como Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Chile, El Salvador, etc., que independientemente de sus diferencias, y por su experiencia dramática en décadas pasadas, son consistentes en la defensa de la orientación señalada más arriba. El grupo subalterno encabezado ahora por Colombia, Perú, México y algunos países centroamericanos ya no cuentan con un Bush que años atrás los sostenía incondicionalmente y que les otorgaba un rol rector en beneficio de la perpetuación de América Latina como “patio trasero” del imperio norteamericano. Hoy ese núcleo conservador se ha debilitado, ya no puede imponer sus condiciones ni mantener su hegemonía dentro de organismos como la OEA, por ejemplo.

Ha habido pues un cambio en la relación de fuerzas en el continente, pero ello no significa que los sectores  conservadores hayan perdido todo su poder (especialmente su cuantioso poder económico y mediático), y que no estén decididas en cada ocasión posible a reconquistar posiciones, a revertir situaciones adversas para sus intereses, a presionar con todos sus medios para desestabilizar gobiernos progresistas (como se constata diariamente en Bolivia, Venezuela, Ecuador), y a propiciar soluciones golpistas de nuevo tipo como en Honduras, o a volver al gobierno o al poder por la vía electoral como lo pretenden en países como Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, en América central, etc. Es decir, el cambio que se ha verificado en el continente no es en absoluto definitivo ni estable, y que el futuro inmediato augura serios conflictos y batallas entre los dos campos que hoy se evidencian. Honduras es ahora el ejemplo más visible y simbólico de dicho conflicto. Para ambos campos es decisivo ganarlo.

Chile goleó 4-1 a Bolivia y escaló al segundo lugar en las Eliminatorias…

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Con goles de Beausejour, Estrada y Sánchez (2), la "Roja" ganó 4-0 y superó a Paraguay en la carrera a Sudáfrica 2010.

10/06/2009 – 22:57, LA TERCERA.COM

Cada vez más cerca del Mundial de Sudáfrica 2010 se encuentra la selección chilena, que hoy tras golear a Bolivia por un claro 4-0 en el estadio Nacional, consiguió superar a Paraguay en la tabla de posiciones y quedar segundo por detrás de Brasil.

A pesar de que se trató de un partido muy trabado en la primera mitad, la "Roja" supo pegar el primer golpe en el momento preciso. A los 44 minutos de la primera mitad, Jean Beausejour metió la cabeza con un pivoteo tras un preciso centro de Matías Fernández desde la derecha para inaugurar la cuenta.

El segundo tanto nacional, que dio la tranquilidad a los dirigidos por Marcelo Bielsa, llegó gracias a un perfecto tiro libre de Marco Estrada, inatajable para el portero Carlos Arias.

Sólo cuatro minutos después del tanto del jugador de Universidad de Chile, apareció Jorge Valdivia (quien había ingresado por Matías Fernández) para entregar servido el tercer tanto a Alexis Sánchez, que marco el 3-0 parcial en dudosa posición.

Finalmente la goleada la cerró el propio "Niño Maravilla", quien nuevamente tras una gran habilitación del "Mago" definió con un "globito" ante la salida del meta altiplánico, cerrando el 4-0.

Cabe destacar que la "Roja" estuvo por algunos minutos como puntero de las Eliminatorias ante el empate parcial 1-1 que tenían Brasil y Paraguay, pero la "Canarinha" logró dar vuelta el marcador y ganar el partido 2-1.

De esta forma, Chile escala hasta el segundo puesto de la tabla de posiciones con 26 puntos, siendo superado sólo por Brasil (a quien enfrenta en septiembre) con 27 unidades. Más atrás está Paraguay con 24 puntos y Argentina con 22. Finalmente el quinto lugar, por el repechaje, lo comparten Uruguay y Ecuador, con 20 puntos cada uno.

Lo que dice la Prensa Argentina (La Nacion.com):

Chile apabulló a Bolivia y sueña con el Mundial

El equipo de Bielsa ganó 4 a 0 con goles de Beausejour, Estrada y Sánchez (2); está segundo en las eliminatorias, a un punto de Brasil

SANTIAGO.- El equipo de Bielsa ya es una realidad. Esta noche tenía que demostrar que la victoria del miércoles como visitante ante Paraguay no había sido casualidad, y cumplió. En Santiago, con goles de Jean Beausejour, Marcos Estrada y dos de Alexis Sánchez goléo 4 a 0 a Bolivia.

Con este resultado la selección chilena está segunda en las eliminatorias, con 26 puntos, a uno del líder, Brasil. Más atrás quedaron Paraguay (24), Argentina (22) y Ecuador (20).

Los últimos cuatro partidos que deberá afrontar Chile serán ante Venezuela (local), Brasil (visitante), Colombia (visitante) y Ecuador (local).

Por su parte, Bolivia tiene sólo 12 puntos y está anteúltima, adelante de Perú, que tiene siete.

El partido. En el inicio, Bolivia dispuso una defensa y mediocampo poblados por nueve hombres, que ordenadamente no dejaron espacios mayores a los jugadores de Marcelo Bielsa.

Los avances por los costados de Mark González, Jean Beausejour y Alexis Sánchez tropezaron sucesivamente con el cerrojo defensivo que había prometido el técnico visitante, Erwin Sánchez.

Pero Chile reaccionó y desplegó el libreto diseñado por Bielsa. La pelota no volvió a ser cedida, circuló a ras del piso y los ataques se sucedieron por las bandas.

El dominio fue absoluto y el premio llegó a los 43, cuando Matías Fernández recuperó un balón en la salida boliviana, envió un centro al corazón del área visitante y Beausejour cabeceó entre tres defensores.

En inicio de la segunda parte, Chile controlaba la pelota pero no lograba herir a una Bolivia que insistía en el contragolpe, aunque sin inquietar mayormente a Bravo.

Los chilenos firmaron finalmente el triunfo a los 73. Ronald Riveros cometió una falta sobre Sánchez, el árbitro lo expulsó y decretó un tiro libre al borde del área que Marco Estrada no desperdició.

Luego vino la fiesta. El recién ingresado Jorge Valdivia tomó los hilos de la cancha, ingresó sólo al área rival y le dio un pase a Sánchez, que no tuvo problemas para batir a Carlos Arias a los 77.

"¡Chile va al Mundial, Chile va al Mundial!", cantaban de pie desde entonces los 60.000 hinchas presentes, conscientes que los 26 puntos que suma el equipo lo acercan a la fiesta mundialista.

El broche lo puso Sánchez a los 89 con un globo sobre Arias, tras un pase de Valdivia.

Chile apabulló a Bolivia y sueña con el MundialFoto: AP

DPA y AFP

RESULTADOS DE ELIMINATORIAS SUDAMERICANAS

Chile 4, Bolivia 0

Argentina 0, Ecuador 2 (partido finalizado)

Colombia 1, Perú 0  (partido finalizado)

Venezuela 2, Uruguay 2 (finalizado)

Paraguay 1, Brasil 2  (finalizado)

Brasil derrotó 2-1 a Paraguay en Recife y es el nuevo líder de la eliminatoria

Salvador Cabañas anotó el tanto (25 PT), de tiro libre, en el arco de Julio César. Igualó Robinho (38 PT) para el equipo que este miércoles es local y aumentó Nilmar (5 ST).

ECUADOR 2, ARGENTINA 0

Argentina se quedó sin piernas en el segundo tiempo y Ecuador lo liquidó.

En la altura de Quito, la Selección de Maradona cayó 2 a 0. Dominó y jugó mejor gran parte del partido. Tevez erró un penal. Se mantiene cuarta en la tabla de posiciones y se complica su clasificación al Mundial.

BUENOS AIRES.- El seleccionado argentino de fútbol no pudo capitalizar su muy buen trabajo del primer tiempo y en el final del partido careció de resto para soportar los embates de Ecuador que finalmente lo venció por 2-0 y volvió a complicar su camino rumbo al Mundial Sudáfrica 2010.

El conjunto albiceleste jugó un buen primer tiempo en el que generó varias chances claras para convertir, incluso un penal que desperdició Carlos Tevez con un disparo anunciado que atajó Marcelo Elizaga.

Pero en el segundo tiempo los 2.850 metros de altura que tiene Quito le restaron reservas y Ecuador fue dueño de la pelota. Los albicelestes lograron controlar a los locales hasta que a los 26 Walter Ayoví clavó un zurdazo en el ángulo izquierdo y abrió el partido. Doce minutos más tarde Pablo Palacios cerró la cuenta.

Pese a la caída el equipo de Diego Maradona mantuvo la cuarta ubicación, pero ahora sólo le lleva dos puntos de ventaja a su ocasional verdugo, que ocupa el quinto lugar de la tabla de posiciones cuando restan cuatro fechas para el desenlace.

La próxima presentación de la Argentina por las Eliminatorias se concretará el 5 de septiembre, cuando reciba a Brasil en el Monumental de Núñez. Luego el 8 del mismo mes visitará a Paraguay en Asunción. Argentina jugó 30 minutos inteligentes en los que mereció sacar ventajas.

Pero no estuvo fino a la hora de definir, tanto Tevez, cuando ejecutó el penal que le habían cometido a él mismo, como Lionel Messi y el mismo Apache en dos acciones claras.

En esa media hora, respetando lo que había dicho Maradona tras el encuentro ante Colombia, el equipo albiceleste se paró para contraatacar, con Fernando Gago dominando el centro del terreno, bien apoyado por Sebastián Battaglia, y salió rápido cada vez que recuperó la pelota.

Por ello generó varias situaciones de riesgo, con recetas parecidas. La primera surgió de una pelota robada por Gago, quien asistió a Messi y el crack del Barcelona habiliitó a Tévez, pero el jugador del Manchester United chocó con la solidez de Elizaga.

Enseguida el que recuperó el balón fue Tevez, quien habilitó por izquierda a Gabriel Heinze -de muy buena labor- y el defensor sacó un centro de izquierda a derecha que superó a Elizaga y encontró a Messi libre, pero éste no pudo conectar con precisión y su remate se fue apenas desviado.

Ecuador estaba desorientado. No podía controlar la pelota en el medio, sus atacantes quedaban muy aislados y Mariano Andújar tenía uan tarde tranquila, ya que salvo un par de disparos de Jefferson Montero y otro de Luis Valencia, que se fueron cerca, el local no llegó.

Argentina seguía siendo más y a los 27 Messi habilitó otra vez a Tevez, quien eludió a Elizaga al que no le quedó m‡s remedio que cometerle penal.

Tevez anunció su remate a la izquierda del arquero y le facilitó la tarea a Elizaga, quien, adelantándose un metro y medio rechazó el envío. El rebote le quedó a Messi, que de derecha, elevó el disparo y despedició la chance más clara del representativo de la AFA.

Sobre la media hora empezó a llover y los futbolistas argentinos empezaron a sentir el esfuerzo realizado. Ecuador emparejó entonces las acciones, pero no llevó riesgo al área albiceleste, donde Nicolás Otamendi y Heinze brillaron, y el primer tiempo se cerró en blanco.

En el segundo tiempo Ecuador se hizo dueño de la pelota con el buen trabajo de Edison Méndez. Y a los 2 anunció lo que se iba a venir cuando Ayoví ejecutó un tiro libre que sacó Andújar con lo justo.

Todavía Argentina respondía y a los 13 estuvo cerca tras una muy buena acción gestada entre Gago y Heinze. Elizaga, una de las figuras ecuatorianas, primero rechazó el centro del defensor y luego el disparo del ex Boca, quien había tomado el rebote.

Eso fue lo único que hizo Argentina en la parte complementaria. Después fue todo de Ecuador, que chocaba con una defensa argentina sólida en la que había crecido la figura de Martín Demichelis. Pero a los 26 se equivocaron entre Javier Zanetti y Maximilano Rodríguez y la pelota finalmente derivó en Auyoví, quien sacó un zurdazo al ángulo, imposible de atajar para Andújar.

Argentina intentó ir en busca del empate, pero ya no tenía piernas. Entró Juan Sebastián Verón por Gago y Diego Milito por Heinze, pero el equipo de Maradona no llegaba.

Y atrás se formaron huecos que Ecuador los aprovechó sobre los 38 cuando Palacios se sacó de encima a Demichelis y con un remate alto liquidó el pleito.

Fue un triunfo exagerado, sin dudas, pero que premia al equipo más contundente de los dos. Argentina tuvo sus chances y las desaprovechó. Ecuador lo hizo y se quedó con tres puntos vitales que lo mantienen en zona de repechaje y lo acercan a un representativo albiceleste, que, tras el respiro del sábado pasado, vuelve a caminar por la cornisa. (DyN)

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América Latina: ¿qué diferencia a los gobiernos de derecha de los de centro-izquierda?, J.Natanson

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BOLIVIA0003 Por José Natanson

¿Qué tienen en común las políticas económicas de Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Rafael Correa y Evo Morales? ¿Qué las diferencia de los gobiernos de derecha de, digamos, Colombia o El Salvador, y qué las distingue del neoliberalismo de los ’90?

Al principio, algunos pensaron que el problema iba a ser el populismo fiscal, pero el tiempo demostró que no es así: Morales tiene el superávit más alto de la historia reciente de su país (4,5 por ciento), Correa cuida las cuentas públicas, Chávez expande el gasto, pero por debajo de los ingresos, y la política económica kirchnerista puede exhibir un superávit que envidiaría Domingo Cavallo. En un artículo publicado en la revista mexicana Nexos, el economista de la Cepal Juan Carlos Moreno-Brid ensayó un ejercicio de comparación simple pero interesante: promedió los saldos fiscales de los países bajo control de gobiernos de izquierda y los comparó con aquellos en poder de partidos de centro o derecha, y llegó a la conclusión de que los primeros tienen más superávit fiscal que los segundos.

La diferencia tampoco es el crecimiento. Según los últimos datos de la Cepal, los países latinoamericanos crecen todos, más allá de la orientación política de sus gobiernos, y en los primeros puestos se ubican tanto aquellos inclinados a la izquierda (Venezuela) como al centro (Perú) o la derecha (Colombia). Y tampoco son los impuestos. Pese a que la construcción de sistemas tributarios más progresivos ha sido uno de los ejes históricos de la agenda de la izquierda, el peso de los impuestos al consumo sigue siendo desmesurado en prácticamente todos los países: entre el 60 y el 75 por ciento.

¿Cuál es, entonces, el denominador común? Mi tesis es simple: la diferencia central es la decisión de los gobiernos de izquierda de apropiarse de una mayor porción del ingreso derivado de la exportación de productos primarios, que en todos estos países constituye la principal –y a veces única– fuente de riqueza. Esa es la línea invisible que los une y la verdadera diferencia con las políticas económicas de los ’90.

Diferentes caminos

Las estrategias seguidas por cada uno son diferentes. En 1998, cuando asumió el gobierno, Chávez se encontró con que Pdvsa estaba totalmente al margen de su control, dirigida por una gerencia que había hecho de la autonomía del poder político el eje de su gestión, y emprendió una dura batalla que solo concluyó cuando consiguió el control total de la compañía. Así se bolivarianizaron los monumentales recursos petroleros, equivalentes al 85 por ciento de las exportaciones.

En Bolivia, el 1º de mayo del 2006 Evo Morales anunció la nacionalización de los hidrocarburos, teatralizada con la ocupación militar de los campos gasíferos operados por Petrobras. Más tarde, en octubre de ese año, decidió nacionalizar las minas de estaño y plata. Esto le permitió incrementar el presupuesto público en un 20 por ciento.

En Ecuador, Correa firmó un decreto que estableció que el 99 por ciento de las ganancias obtenidas por las empresas gracias a los precios extraordinarios del petróleo iría a parar al Estado, en lugar del 50, como ocurría antes. Después, en abril, consiguió que la Asamblea Constituyente votara una ley por la cual los recursos derivados de la exportación de crudo no se destinarían más, como hasta entonces, a una serie de fondos y fideicomisos intocables que funcionaban como garantía para el pago de la deuda externa, sino directamente al presupuesto, cuyo monto total se engrosó, según cálculos oficiales, en un 40 por ciento. Como Kirchner con las retenciones, Correa apeló a medidas impositivas que no alteraron la estructura de propiedad de los recursos.

En Chile, que suele mencionarse como el más neoliberal de los gobiernos progresistas de América latina, la situación no es tan distinta. Es cierto que allí no hubo nacionalizaciones, como en Venezuela o Bolivia, ni nuevos impuestos, como en Argentina y Ecuador, pero por el simple hecho de que desde 1971 el cobre permanece bajo control estatal. Codelco es una empresa pública cuyo presidente es el ministro de Minería. Y –dato interesante para quienes critican el rentismo venezolano– el año pasado representó el 40 por ciento de las exportaciones chilenas. Según estimaciones de su presidente, en el 2007 Codelco aportó al Tesoro chileno un millón de dólares ¡por hora!

Resistencia

Todos estos ejemplos demuestran que la decisión de apropiarse de un mayor porcentaje del ingreso es uno de los ejes de la política económica de los gobiernos posneoliberales. Y suena tonto decirlo, pero a veces conviene aclarar lo obvio: cualquier política en este sentido implica afectar intereses. Lo cual, a su vez, genera reacciones. No solo en Gualeguaychú. El caso más dramático es el de Venezuela. Cuando, en el inicio de su primer mandato, Chávez decidió apoderarse de Pdvsa, la gerencia de la compañía reaccionó con un paro petrolero al que luego se plegó la principal asociación empresaria (Fedecámaras) y la central sindical, que derivó en una huelga general que se extendió durante 63 días. Chávez importó petróleo de Medio Oriente, alquiló barcos, puso a militares a manejar las máquinas y logró derrotar a la conducción de la empresa, aunque a un costo enorme: ese año, el PBI cayó 14 por ciento. Pero la cosa no terminó ahí. En los meses siguientes hubo más huelgas, un intento de golpe de Estado, la ocupación de una plaza caraqueña por parte de un grupo de militares que reclamaban la renuncia del presidente y, finalmente, el referendo de 2004, en el que Chávez se impuso limpiamente.

En Bolivia la resistencia asumió otras formas. Al principio, la reacción indignada de Petrobras, que amenazó con retirarse del país si no se daba marcha atrás con la nacionalización, y del gobierno de Brasil, que hasta amagó con retirar a su embajador. Pero el agua nunca llegó al río y el núcleo opositor se fue trasladando a los departamentos de la Media Luna que, capitaneados por Santa Cruz, reclaman más autonomía y un mayor porcentaje de la renta obtenida de la explotación del gas ubicado en sus territorios. En Ecuador, la oligarquía exportadora de Guayaquil, golpeada por el vendaval antipolítico, no logró articular un movimiento creíble de oposición, al menos no en esta primera etapa, por lo que la resistencia a las políticas de Correa se concentra en las empresas y los bancos privados y algunos medios de comunicación. En Argentina, como cualquier adicto al bife de chorizo sabe bien, el desafío más importante a cinco años de hegemonía K es el movimiento de reclamo sectorial con cortes de ruta liderado por las cuatro entidades del campo.

Balances

La realidad latinoamericana ha cambiado. Por muchos motivos, desde las cláusulas democráticas de las instituciones supranacionales tipo Mercosur hasta las nuevas formas de modernidad líquida, que impiden un autoritarismo a la vieja usanza, el recurso al golpe militar ya no es una opción. Esto ha hecho que los sectores políticos, económicos y culturales que en el pasado tocaban el timbre de los cuarteles cuando un gobierno no les gustaba hoy transiten otros caminos. En los casos virtuosos, se reciclan en opciones políticas democráticas, cuyo mejor ejemplo tal vez sea la derecha de Sebastián Piñera en Chile o el PSDB en Brasil. Pero en otros casos la defensa de sus intereses asume formas menos claras, desde reclamos empresariales que luego derivan en un golpe de Estado que se niega a reconocerse como tal, como en Venezuela, a demandas autonomistas, como en Bolivia, o esa combinación de protesta sectorial con piquete que vivimos en Argentina. Muchas veces, lo que nace como un reclamo puntual por un tema determinado se transforma con el tiempo en un movimiento más amplio e indefinido, que a veces hasta olvida el motivo que lo originó.

Una advertencia necesaria: esto no implica un juicio de valor positivo acerca de las políticas económicas de los gobiernos mencionados. Chávez utiliza la gigantesca renta petrolera para ampliar las misiones sociales, pero también para donar combustible a la ciudad de Londres, comprar submarinos para evitar una improbable invasión estadounidense y fomentar la cooperación con Belarrús; Correa ha destinado parte de los nuevos ingresos a duplicar el Bono de Desarrollo Humano, pero también se gastó 3 millones de dólares en la construcción de Ciudad Alfaro, el edificio donde sesiona la Asamblea Constituyente y a cuya inauguración el presidente llegó montado a caballo; Kirchner sube las jubilaciones, pero también invierte en el tren bala y la obra social de Moyano. En realidad, la decisión de apropiarse de un porcentaje mayor de los recursos nacionales es una condición necesaria pero no suficiente para un buen gobierno. Es el principio, nunca el final de una política económica.

Pero así están las cosas. Siguiendo a Ernesto Laclau, la política supone, entre otras cosas, dos campos enfrentados. Marco Aurelio García, el asesor de Lula en temas internacionales, lo explica bien cuando dice que el PSDB, el partido de Fernando Henrique Cardoso y José Serra, no es un partido de derecha, pero es el partido de la derecha. En otras palabras, a veces no importa tanto la ideología de un partido o de sus líderes sino el lugar político en el que se ubican. La política, mal que les pese a algunos, no es nunca puro consenso. Pero tampoco puede ser pura confrontación. Exige siempre un balance, que no es un fruto divino que cae del cielo, sino el resultado de una determinada correlación de fuerzas que supone decisión y potencia, pero también negociación y cierta astucia para el timming, y que no se expresa en una fórmula matemática sino en un equilibrio complejo. Y transitorio: la fuerza de un momento puede ser debilidad en otro, así como las tácticas –y los hombres– que sirvieron en el pasado hoy pueden resultar completamente inútiles.

Página/12

Ecuador: Correa logró un histórico triunfo, obteniendo más de 55% de los votos…

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CORREA1Ocurrió lo que nunca en la historia del Ecuador: un presidente fue elegido en primera vuelta, desde 1979. Rafael Correa ganó ayer con 54 a 56% de los votos y fue reelecto, según tres bocas de urna. Lo acompañará de nuevo como vice Lenin Moreno. A las cinco de la tarde, en la sede de su Movimiento PAIS, en la avenida Shyris, el verde flúo, color partidario, explotó de júbilo. El primer indicio de la victoria histórica se verifico después. Al presidente le siguió, lejos, el destituído jefe de Estado y ex coronel Lucio Gutiérrez, con un más que sorprendente 27 a 30%, en función de lo que le otorgaban los sondeos previos.En comicios del que también participaron miles de emigrados en EE.UU., España y otros países, y que se extendió a jóvenes desde 16 años (podían hacerlo si querían), policías, militares y presos sin sentencia firme, Correa se impuso en casi todas las provincias (más de 60% en Pichincha, más de 70% en otras), inclusive en Guayas.

Y sobre alcaldías, ganó Quito con Augusto Barrera, aunque en Guayaquil, su mayor oposición, retuvo el poder el conservador Jaime Nebot. En la Asamblea (Congreso) habría llegado a 61 de 124 bancas y podría sumar algunos más. En su sede partidaria quiteña había euforia, tras carteles de Correa con su frase: "Te decides entre el oscuro pasado o esta hermosa revolución en democracia".En Guayaquil, donde esperó los resultados, Correa dijo que era una "victoria del pueblo" y llamó a la oposición a "acuerdos programáticos, y si hay diferencias, a debatir en la Asamblea". Pero aclaró que sólo incluía a "grupos con manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes". Que "no todos los tienen", acotó. El economista de 46 años está en el poder desde 2007, impulsando su "Revolución ciudadana" y "Socialismo de siglo XXI" y ahora seguirá hasta 2013, con la posibilidad de poder ser reelecto una vez más.

La enorme popularidad de la que goza Correa se ha mantenido prácticamente intacta en dos años, desde que asumió y le ha permitido que sus proyectos sean aprobados con amplia mayoría. No conoce la derrota. Su idea de instalar una Asamblea Constituyente fue aprobada con casi el 82% de los votos, y posteriormente sus aliados ganaron 80 de los 130 escaños disputados en la elección de asambleístas enseptiembre del 2007. En septiembre del año pasado, la nueva Constitución fue aprobada con el 64% de los votos. Se votó en calma, pese a que los opositores Alvaro Noboa (que sacó 8%) o Martha Roldós (4%) mentaron chanchullos. Ayer tempranísimo, militar al fin, Gutiérrez, votó en el colegio 24 de Mayo y llevó denuncias. Sus fieles vociferaron allí con los de Correa. Pero la OEA y veedores europeos hablaron de transparencia y legitimidad.

La previa había sido anodina, sin debate de candidatos pero sí en las calles, en un pueblo politizado, y con fatiga publicitaria, desde el Malecón de Guayaquil a avenidas quiteñas, desde pueblitos serranos, costeros y amazónicos a urbes como Cuenca. La nueva ley favoreció un generoso reparto de dinero público a todos los candidatos para casi 2 mil cargos y "no pocos buscaron su minuto de fama", dijo a este enviado un quiteño de a pie, Marcelo Muñoz, taxista y economista. Así, miles de rostros y colores, desde concejales a presidente, de alcaldes a prefectos (gobernadores) y respectivos vices, inundaron Ecuador de posters, avisos gráficos y spots audiovisuales.Clarín recorrió centros de votación en esta capital. En la Universidad Salesiana, del acomodado barrio La Florida, todo fue manso y con comentarios, en general y por lo bajo, por el secreto del voto, a favor de Correa.

El mandatario cosechó más en su primer bienio en sectores medio bajo y populares, por su política redistributiva en salud, educación, vivienda y bonos para los más pobres. Pero en los medio-altos aún conserva adhesiones, con gente que rescata la estabilidad lograda. Pero también hay otros que le endilgan "populismo" y arrogancia. Otro paisaje es El Camal, barrio tradicional y pobre del sur. O La Ferroviaria, poblada de nuevos inmigrantes muy pobres, que se despliega colorida sobre las laderas de montaña que bordean la ciudad. Rodeando los sitios de votación, como el Velasco Ibarra –colegio público con aulas que dan al patio de baldosas, que honra al 5 veces presidente y otras tantas derrocado y exiliado en Argentina– se "emplasticaban" documentos y vendían choclos, golosinas, bebidas, cangrejos o cabezas de chancho asado. "Chuta, pué, no saben de la gripe del chancho", se burlaba un hombre con poncho y panamá (se llama así, pero Ecuador reclama autoría) ajustado a la cabeza. Típica imagen posmoderna, se mezclaban Mp3 con panamás y gorritos de béisbol recortando el fondo andino de valles y cerros.

http://www.clarin.com

QUITO (AFP) — El presidente de Ecuador, Rafael Correa, proclamó su triunfo abrumador en los comicios generales de este domingo en que, según varias encuestas, logró una histórica reelección por cuatro años mientras la oposición rehusó aceptar la derrota.

"Mis primeras palabras son de profundo agradecimiento al pueblo ecuatoriano dentro y fuera de la patria (…) porque hemos ganado abrumadoramente", dijo Correa en una conferencia de prensa en la ciudad de Guayaquil (suroeste).

"Hoy es un día de alegría, de futuro, damos un paso histórico para consolidar esta revolución ciudadana", recalcó y revalidó su condición de líder antisistema y se felicitó por la "victoria más esplendorosa en los últimos 50 años de la política ecuatoriana".

Correa obtuvo un promedio de 55% de los votos válidos y una ventaja de 28 puntos sobre su inmediato rival, el candidato nacionalista Lucio Gutiérrez (27%), lo que hace innecesario un balotaje, según las empresas Cedatos-Gallup, Santiago Pérez y CMS.

Sin embargo Gutiérrez, quien gobernó el país entre 2003 y 2005 antes de ser destituido, no reconoció la derrota y llamó a sus seguidores a vigilar el escrutinio.

"Quiero decirles a nuestros militantes que los resultados que se están dando no son los oficiales", expresó el dirigente opositor, quien agradeció a los ecuatorianos "por ese respaldo masivo" que, según él, recibió en las elecciones generales.

La firma Santiago Pérez anticipó la victoria del jefe de Estado con 54%, mientras Cedatos-Gallup le atribuyó un 55% de los sufragios al igual que CMS.

Los tres sondeos le dieron una ventaja arrolladora frente a Gutiérrez y el magnate bananero Alvaro Noboa (con un promedio de 9%).

De esa forma, Correa consiguió su quinto triunfo consecutivo en las urnas desde su elección en noviembre de 2006.

El jefe de Estado debía concluir su período en 2011, pero al cabo de tres procesos electorales logró la aprobación de una nueva Carta Política que habilitó su reelección hasta 2013, cuando podrá presentarse a otro mandato.

De confirmarse las tendencias, el líder socialista de 46 años será el primer presidente reelegido en más de tres décadas y su triunfo sepultará una década de inestabilidad en la que sus tres antecesores fueron destituidos en medio de revueltas populares.

Asimismo, sería la primera vez que los ecuatorianos eligen a su presidente en una sola vuelta desde el retorno a la democracia en 1979.

Correa también vaticinó un triunfo del oficialismo en las legislativas. "Podemos tener una mayoría con holgura", señaló el mandatario en Guayaquil, donde recibió los resultados.

"Retomaremos nuestro origen: nosotros estamos aquí por los pobres, no es una opción excluyente (…), pero lo tenemos claro: nuestra opción preferencial es por los más pobres de este país y nuestro compromiso, erradicar la miseria", indicó.

El oficialismo calcula quedarse con la mitad de los 124 escaños de la Asamblea Legislativa, y alcanzar varias alcaldías y prefecturas (gobernaciones).

Las encuestas vaticinan, sin embargo, una derrota del oficialismo en Guayaquil, la ciudad más próspera del país y bastión opositor.

Casi 10,5 millones de personas estaban habilitadas para sufragar en este proceso electoral, el cuarto en los últimos dos años y medio y el primero bajo la actual Constitución aprobada en referendo en septiembre.

Correa es seguidor de la corriente del nuevo socialismo que ha echado raíces en Venezuela desafiando a Washington, reivindicando el rol del Estado y proponiendo un nuevo diseño financiero ante lo que considera el colapso del capitalismo.

El reelecto presidente deberá encarar la crisis global, cuyos efectos han significado para el país un drástico descenso de los ingresos petroleros y por remesas, claves para el esquema dolarizado de la economía nacional.

Copyright © 2009 AFP. Todos los derechos reservados

A. Latina: la izquierda llega al gobierno pero no tiene el poder…

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PODER001 Eric Toussaint

Rebelión


Introducción: Tres grandes categorías de gobiernos en América latina

En América Latina, si exceptuamos a Cuba, podemos señalar tres grandes categorías de gobiernos. En primer lugar, los gobiernos de derecha, aliados de Washington, que desempeñan un papel activo en la región y ocupan una posición estratégica: son los de Álvaro Uribe en Colombia, Alan García en Perú y Felipe Calderón en México.

En segundo lugar, hallamos presuntos gobiernos «de izquierda» que llevan a cabo una política neoliberal y apoyan a la burguesía nacional o regional en sus proyectos: Brasil, Uruguay, Chile, Nicaragua y el gobierno de Cristina Fernández Kirchner, de los peronistas argentinos. Son gobiernos que hacen una política neoliberal, que favorece al gran capital, maquillada con algunas medidas de asistencia social. En efecto, doran un poco la píldora neoliberal aplicando programas sociales. Por ejemplo en Brasil, las familias pobres reciben un poco de ayuda del gobierno, lo que le asegura el apoyo popular en las regiones más pobres del país.

Algunos de estos gobiernos intentan mejorar sus relaciones con Washington, especialmente con el establecimiento de acuerdos de libre comercio con Estados Unidos. Chile firmó uno y Lula, en Brasil, también busca un acuerdo con Washington en torno a una serie de asuntos políticos. Pero al mismo tiempo persisten grandes divergencias de opinión entre el gobierno de Lula y Estados Unidos. Dichas divergencias se refieren a la defensa de los intereses de la burguesía brasileña que conciernen a la agricultura y a una serie de sectores industriales, especialmente los dirigidos a la exportación, que no aceptan el proteccionismo de Estados Unidos.

En la tercera categoría de países se encuentran Venezuela, Bolivia y Ecuador, que se enfrentan con la oposición activa de importantes sectores de la clase capitalista local y de Washington. Cuba es, en sí misma, una cuarta categoría.

1. Características de las experiencias en curso en Venezuela, Ecuador y Bolivia

La importancia de las movilizaciones populares…

En cuanto a los países que conforman la tercera categoría, Venezuela, Bolivia y Ecuador, hay que señalar que únicamente podremos entender la política de estos países si tenemos en cuenta las potentes movilizaciones populares que jalonan su historia reciente. En Ecuador, cuatro presidentes de la derecha fueron devueltos a sus casas entre 1997 y 2005 gracias a las grandes movilizaciones de la población. En Bolivia surgieron importantes luchas contra la privatización del agua en abril de 2000 y a finales de 2004. Las movilizaciones relacionadas con el gas, en octubre de 2003, derrocaron e hicieron huir (a Estados Unidos) al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Venezuela, desde 1989, ha conocido importantes movilizaciones que inauguraron las grandes luchas sociales contra el Fondo Monetario Internacional, que se desarrollaron a escala planetaria en los años noventa. Pero fueron todavía más espectaculares las enormes movilizaciones populares del 12 de abril de 2002, manifestaciones espontáneas de protesta contra el golpe de Estado para derrocar a Hugo Chávez. Estas movilizaciones consiguieron, directamente, el regreso de Hugo Chávez al palacio presidencial de Miraflores el 13 de abril de 2002. Las grandes movilizaciones populares son un factor decisivo en la existencia y supervivencia de los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

y de la adopción democrática de nuevas constituciones

El segundo punto importante es la revisión de la Constitución. En 1999 en Venezuela, durante el primer mandato de Hugo Chávez, se adoptó por referéndum una nueva Constitución democrática (redactada por una Asamblea Constituyente). Dicha Constitución, que sigue actualmente en vigor, ha garantizado más derechos culturales, económicos y sociales a la mayoría de la población venezolana. Además, la propia Constitución estableció un mecanismo democrático que permite revocar, a media legislatura, a los cargos elegidos a todos los niveles (incluido el presidente de la República). La adopción de una nueva Constitución en Venezuela, posteriormente inspiró a los gobiernos de Bolivia y Ecuador. Ecuador adoptó una nueva Constitución en septiembre 2008 y Bolivia en enero 2009. ¡Son reformas efectivamente profundas! Esos cambios políticos democráticos que se están llevando a cabo en estos tres países no sólo se han silenciado sistemáticamente en los medios de comunicación de los países más industrializados y otros, sino que además dichos medios han orquestado una campaña constante de injurias con el fin de presentar a los jefes de Estado de los tres países como repulsivos dirigentes populistas y autoritarios.

Las experiencias de estos tres países andinos, en relación con la adopción de nuevas Constituciones, son muy ricas. Deberían inspirar a los pueblos y las fuerzas políticas de los demás países. Sólo hay que comparar la situación de Europa, con la ausencia de un procedimiento democrático para la aprobación del Tratado constitucional. Por supuesto, las experiencias en curso en Venezuela, Bolivia y Ecuador también tienen contradicciones y límites importantes que hay que analizar.

Recuperación del control público sobre recursos naturales

Un tercer punto importante: los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador tomaron medidas para reforzar el sector público y obtener el control de los recursos naturales. En Venezuela, el Estado tomó el control de la gran compañía petrolera PDVSA que, aunque era pública, favorecía los intereses privados y declaraba la mayoría de sus rentas en Estados Unidos. Fue una batalla muy dura. La clase capitalista organizó un golpe de Estado en abril de 2002 seguido de un cierre que paralizó la empresa en diciembre de 2002 y enero de 2003. El producto interior bruto de Venezuela se hundió en los primeros meses de 2003, pero finalmente el gobierno recuperó el control de la situación con el apoyo de la mayoría del pueblo. El Estado venezolano también ha conseguido el control de un importante campo de petróleo, la falla del Orinoco. En Venezuela, el Estado produce dos tercios del petróleo, y un tercio lo producen las grandes compañías petroleras. Pero actualmente el petróleo se explota en el marco de nuevos contratos negociados en los que el Estado recauda más rentas que antes. Hay que añadir otras nacionalizaciones: la producción y distribución eléctrica, las telecomunicaciones (CANTV), la siderurgia (SIDOR, que cuenta con 15.000 trabajadores), el sector del cemento y algunas empresas de producción alimentaria (Cargill). Sin olvidar la reforma agraria, dirigida a entregar la tierra a quienes la trabajan.

Bolivia nacionalizó el petróleo y la producción de gas en 2006. Evo Morales envió al ejército para controlar los campos petroleros, pero las multinacionales siguen estando activas ya que son ellas las que extraen el petróleo y el gas. Claramente, el Estado es el propietario de las riquezas naturales, pero son las grandes multinacionales quienes explotan el petróleo y el gas. De ahí la importancia estratégica de los acuerdos entre Venezuela y Bolivia, que permitirán a Bolivia reforzar una compañía petrolera pública para extraer y refinar el petróleo y el gas. Bolivia no tiene refinería; las que tiene Ecuador son insuficientes. Bolivia y Ecuador exportan petróleo e importan combustible y otros productos refinados. De ahí, también en esto, la importancia de acuerdos estratégicos entre Venezuela, Ecuador y Bolivia para reforzar la autonomía de los dos últimos.

Lo que Venezuela, Bolivia y Ecuador tienen en común con la segunda categoría de países (Brasil, Uruguay, Chile, Argentina), es una política determinada de programas de asistencia pública. No se trata de rechazar pura y simplemente estas medidas, pero es totalmente necesario promover la creación de puestos de trabajo, subir fuertemente los salarios y garantizar más derechos sociales y económicos para los asalariados, campesinos, artesanos, comerciantes, pensionistas y otros subsidiados sociales. Venezuela y Bolivia han avanzado en esta dirección pero todavía queda mucho que hacer.

Ecuador: ¿estarán a la altura de las expectativas suscitadas por la auditoría?

Ecuador emprendió una importante iniciativa relacionada con la deuda pública. Rafael Correa creó, en julio de 2007, la Comisión de auditoría integral de la deuda pública interna y externa (CAIC). Era una comisión compuesta por doce miembros de los movimientos sociales y ONG de Ecuador, seis miembros de campañas internacionales para la anulación de la deuda del Tercer Mundo (formé parte de la Comisión como representante del CADTM) y cuatro representantes del Estado (el ministerio de Hacienda, el Tribunal de Cuentas, la Comisión anticorrupción y la fiscalía general). Lo que es interesante, es que aquí no se habla de representantes de la sociedad civil (que incluye a las asociaciones patronales, por ejemplo), sino de delegados de los movimientos sociales como el movimiento indígena (CONAIE) y otros movimientos sociales radicales de Ecuador. Esta Comisión que se reunió por primera vez los días 23 y 24 de julio de 2007 presentó su informe final al presidente Rafael Correa el 23 de septiembre de 2008 y al público el 20 de noviembre 2008. Las recomendaciones que yo apoyaba dentro de la comisión no fueron seguidas por el Gobierno 3 . Mi posición era abogar por un acto soberano de declaración de nulidad de las deudas identificadas como nulas. Un acto soberano existe en el derecho internacional y no pasa por una negociación, sino por un acto unilateral. También yo proponía combinar eso con enjuiciar en el país a los responsables, extranjeros o nacionales, del endeudamiento fraudulento, ilegítimo.

Ecuador representa, por lo tanto, un ejemplo de un gobierno que adopta la decisión soberana de investigar el proceso de endeudamiento con el fin de identificar las deudas ilegítimas y el objetivo anunciado del no pago de dichas deudas. La elección de Rafael Correa a la presidencia modificó la correlación de fuerzas e hizo converger sobre este país la atención tanto de los gobiernos de los países ricos, como de las instituciones multilaterales, los mercados financieros, los gobiernos latinoamericanos y los movimientos altermundialistas . Todos acechan y se preguntan, unos con esperanza y otros con temor, qué medidas adoptará el gobierno de Correa en materia de endeudamiento: ¿estarán a la altura de las expectativas suscitadas por la auditoría? Nada está garantizado de antemano, Rafael Correa y su gobierno pueden dudar, como tantos otros gobiernos, y no ser lo suficientemente audaces. Un elemento decisivo será la capacidad que tenga la población de transformarse en agente directo del cambio.

Los tratados de comercio entre los pueblos

En oposición a los tratados de libre comercio que firman algunos países de América Latina con Estados Unidos o la Unión Europea, merecen destacarse los nuevos acuerdos que se firmaron entre los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Cuba. Hay que citar, por ejemplo, los 20.000 médicos cubanos que van a trabajar voluntariamente en Venezuela para proporcionar medicina gratuita, prioritariamente en los barrios pobres, o las 40.000 operaciones de cataratas u otros problemas oftalmológicos, de las que se beneficiaron gratuitamente los ciudadanos venezolanos en hospitales cubanos. A cambio, principalmente en forma de trueque, Venezuela proporciona petróleo a Cuba. El mismo tipo de acuerdos se aplica entre Venezuela y Bolivia. El otro elemento positivo en cuanto a la integración es la continuación de la ampliación del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas). Al comienzo incluía a Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. En 2008, se ha extendido a Honduras y a la isla Dominica. Y se puede comprobar, desde hace unos meses, un acercamiento prudente de Ecuador.

En conclusión de esta primera parte, las experiencias que se llevan a cabo en estos países son muy diferentes de la imagen caricaturesca y negativa que presentan la mayoría de los medios de comunicación. Los procesos en curso son complejos y a veces contradictorios, los retrocesos son posibles, incluso probables; quizás los gobiernos no puedan llegar lo suficientemente lejos en las transformaciones políticas y sociales a favor del pueblo. La desestabilización orquestada por las clases dominantes locales y Washington puede ralentizar el proceso en curso. Las vacilaciones de los gobiernos pueden desembocar sobre más de lo mismo. Claudio Katz subraya una evolución posible: “ La trayectoria seguida por la revolución mexicana ilustra otro desemboque posible de los procesos nacionalistas actuales. Este acontecimiento fue celebrado oficialmente durante décadas como un hito de la emancipación, pero en los hechos permitió la gestación desde el estado de una clase capitalista. Muchos relatos han ilustrado cómo los próceres revolucionarios se enriquecieron con los fondos públicos a costa de la mayoría popular.

Esta duplicidad entre el mito liberador y la realidad opresiva dominó durante décadas la vida política mexicana y debe ser observada con atención en Venezuela, Bolivia y Ecuador. La creación de un segmento de privilegiados -desde las propias entrañas de un proceso liberador- constituye uno de los grandes peligros que afrontan los procesos radicales de los tres países.4

2. Cuando los movimientos de izquierda llegan al gobierno no tienen el poder

Es el caso ecuatoriano, como también lo fue el de Allende en el Chile de los 70, el de Hugo Chávez en Venezuela, el de Evo Morales, es el caso de cualquier gobierno de izquierda en una sociedad capitalista. Un frente electoral o un partido de izquierda llega al gobierno, pero no al poder, porque el poder económico, está en manos de la clase capitalista (grupos financieros, industriales, agrupaciones de bancos, medios de comunicación, de comercio, etc.). Esta clase capitalista tiene el poder económico. Además tiene el Estado, el aparato de la justicia, los ministerios de Economía y finanzas. Esta clase controla los medios de comunicación. En el Ecuador como en Bolivia o Venezuela, si el gobierno quiere realmente cambios estructurales, tiene que entrar, en un momento dado, en conflicto con el poder económico para quitar el control de la clase capitalista sobre los medios de producción, de servicio y de comunicación. Las tensiones están dadas, pero los cambios estructurales no se han dado a nivel económico.

Hagamos una comparación histórica.

Cuando la burguesía tomó el poder político en Francia gracias a la revolución de 1789, ella ya tenía el poder económico. Los capitalistas franceses del siglo 18, antes de conquistar el poder político, se habían ya convertido en acreedores del rey de Francia y en dueños del poder económico .

A diferencia de la burguesía, el pueblo no puede comenzar a gestar otra sociedad, sin ejercer directamente el poder del Estado. La repetición del paulatino ascenso que realizaron los primeros industriales y financistas bajo el feudalismo resulta inviable para el pueblo, que no acumula riquezas, no controla empresa, ni administra bancos.

Es desde el poder político que el pueblo puede empezar las transformaciones al nivel de la estructura económica así como empezar la creación de un nuevo tipo de Estado.

A este nivel es fundamental iniciar una relación interactiva entre un gobierno de izquierda y el pueblo que tiene que fortalecer su nivel de autoorganización construyendo desde abajo estructuras del poder popular.

Esta relación interactiva, dialéctica, puede ser conflictiva si el gobierno vacila en tomar las medidas que reclaman las bases.

La presión de las bases es vital para convencer a un gobierno de izquierda de profundizar el proceso de cambios estructurales a favor de una redistribución radical de la riqueza a favor de las y los que la producen.

3. Entre los sectores de izquierda, se discuten dos opciones cuando se trata de pensar en términos de cambios. Algunos buscan la superación de la fase neoliberal recuperando un desarrollo regulado por la acción estatal, otros defienden una ruptura socialista.

El primer esquema lo ponen en práctica organizaciones de izquierda o el partido peronista que están en el gobierno. Es la política, por ejemplo, de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil; esa misma política también es la aplicada por Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Michelle Bachelet en Chile, etc. En Argentina, hace dos meses, el gobierno de Cristina Fernandez renacionalizó los fondos de pensión. Entonces vemos que las políticas correspondientes a la primera opción que usted ha mencionado en su pregunta están siendo puestas en práctica. Pero ellas no permiten responder, en mi opinión, al desafío que presenta la crisis global. Se puede constatar que esta práctica política mantiene la dominación de la sociedad capitalista en la que el Estado interviene como bombero para apagar el incendio provocado por la crisis global del capitalismo.

La segunda opción, que propone una verdadera ruptura socialista se encuentra aún en estado de propuesta. No puedo citar gobiernos actualmente en el poder, que pongan en práctica de manera coherente esta orientación, aunque algunos de ellos, como los de Hugo Chávez o de Evo Morales, actúan parcialmente en esta dirección. Sus discursos son de ruptura socialista, pero sus prácticas son más moderadas que el contenido de sus discursos. Entonces, ¿será que el esquema más radical es posible? Ciertamente que lo es. Pero implica profundas movilizaciones sociales para dar prioridad a un verdadero proceso revolucionario como el que triunfó en Cuba hace 50 años, el 1º de enero de 1959. Durante los años que siguieron a la victoria de la revolución cubana, se asistió en la isla a intensas mutaciones: una profunda redistribución de la riqueza en beneficio de la población, la pérdida por parte de los capitalistas de la propiedad de los medios de producción, de servicio y de comunicación, un proceso de democratización. Más tarde, Cuba, sometida al bloqueo de los Estados Unidos y a la influencia soviética, cambió parcialmente de dirección. Pero es imposible olvidar el poderoso impulso revolucionario del comienzo. No veo por qué, frente a esta crisis capitalista global, no puedan aparecer en el futuro, explosiones revolucionarias como las que ocurrieron en Cuba.

4. La situación actual no es simplemente una crisis económica o financiera, la cuestión es mucho más profunda. ¿En qué sentido este enmarañado global tiene que ver también con la crisis de la izquierda?

Existe, en efecto, una crisis de gestión social liberal. Hago referencia a la política del gobierno Lula, a la política del gobierno Zapatero en España, o a la de Gordon Brown, en Gran Bretaña. Hay una crisis profunda, el pueblo que votó para colocar a estos gobiernos en el poder esperaba de ellos otro tipo de política. Es necesario recordar de la elección de Lula, que el programa con el que fue electo en 2002 anunciaba una verdadera ruptura con las políticas neoliberales (no hablo de ruptura con el capitalismo). Al contrario de una ruptura asistimos a una continuidad de las políticas neoliberales. Por tanto, la crisis de credibilidad de la izquierda forma parte de la crisis global.

Además, es claro que las dramáticas experiencias del “socialismo real” del siglo pasado pesan igualmente. En la memoria colectiva, perdura la idea de que el socialismo está asociado con una estatización completa de la economía, con la dominación de un partido único y con la ausencia de verdaderas libertades democráticas.

Resumiendo, se tiene por un lado un balance muy negativo de la gestión social liberal, o sea la política socialdemócrata, y por otro lado un balance desastroso de la gestión estalinista del “socialismo real” que dominó la experiencia del bloque soviético en el siglo XX. Todavía no se superó la crisis de credibilidad. Es esto lo que está en juego en el debate de los que algunos llaman el socialismo del siglo XXI.

El socialismo del siglo XXI debe constituir una respuesta profundamente democrática y autodirigida a las experiencias negativas del pasado. No se trata entonces de reproducir lo que fue hecho en el transcurso del siglo XX. Se trata, frente a esta crisis global del sistema capitalista, con este aspecto de una crisis de civilización, de responder igualmente a la crisis de la izquierda. Se necesita de una nueva política anticapitalista, socialista y revolucionaria, que integre obligatoriamente una dimensión feminista, ecologista, internacionalista, antirracista. Es necesario que esas diferentes dimensiones sean integradas de manera coherente y tomadas en cuenta integralmente en los proyectos del socialismo del siglo XXI.

5. ¿Cuáles son las propuestas de la izquierda frente a la crisis financiera global?

Hay dos respuestas diferentes de la izquierda. Está la izquierda que aplica una política social liberal: Lula, Gordon Brown, Zapatero… Esta política no es muy diferente a la de Sarkozy en Francia, ni siquiera a la de Berlusconi en Italia, o la de Bush al que sucedió Barak Obama. Es una política de salvamento de banqueros: gastar una enorme cantidad de dinero público para mantener un sistema bancario privado completamente dominado por grandes sociedades financieras capitalistas. Bien, esa es la respuesta de la izquierda que está en el poder y en la que se asemeja fuertemente a una política de derecha. En el ejemplo que acabo de dar, no se puede distinguir realmente una diferencia entre la política de Gordon Brown y la de Sarkozy. No se pueden tampoco diferenciar la política de Lula respecto al sistema financiero privado en Brasil de la política de Sarkozy en Francia.

Pero existe una segunda opción de izquierda. Sus propuestas figuran en la declaración adoptada en Caracas el 10 de octubre de 2008, en el curso de una conferencia internacional denominada “ Respuesta del Sur frente a la crisis económica mundial ” cuyo texto integral puede encontrarse en numerosos sitios de Internet, particularmente en el del CADTM 5 . Esa declaración final de Caracas solicita la nacionalización del sector bancario. La nacionalización significa que se transfiere el sector bancario del sector privado al sector público. Debe tratarse de una nacionalización sin indemnización. Quiere decir que el Estado toma posesión del sector bancario sin indemnizar a los grandes accionistas. Es preciso ir más lejos, en la medida en que los grandes accionistas y los administradores de los bancos siguieron una política que es responsable de la crisis financiera global y, principalmente, de la quiebra de una serie de bancos.

Medidas para enfrentar la crisis

Se trata, para el Estado que nacionaliza estos bancos, de recuperar el costo de la operación tomándolo del patrimonio de los grandes accionistas y administradores de esas sociedades. Es preciso adoptar otras medidas para enfrentar a la crisis. Es precisa, por ejemplo, como medida de urgencia, una reducción radical del tiempo de trabajo de los asalariados sin pérdida de salario. Entonces, es necesario repartir el trabajo disponible en nuestra sociedad, dando empleo a muchas más personas que antes y permitir a los que hoy trabajan que trabajen menos, pero sin que sea modificado su salario. Tanto en el caso en que se garantice el salario a los que hoy trabajan como en le caso en que se dé trabajo a los que no lo tienen, evidentemente aumenta el poder adquisitivo de los trabajadores y la economía puede recuperarse. Es una política de urgencia que tiene varias ventajas. Tiene la ventaja de dar trabajo a los que no lo tienen, de aumentar las contribuciones pagadas por los trabajadores y empleadores así como la de garantizar la financiación de las jubilaciones. Puede permitir también tener ingresos para pagar las asignaciones sociales a las personas desempleadas y de alimentar un fondo para la famosa asignación universal (denominada también Renta Básica) que es evocada en muchos países.

Sería preciso, entonces, como medida más estructural, terminar con el control privado sobre los grandes medios de producción, de comercio y de crédito, así como los sectores de la cultura y la información. Hoy los grandes medios de producción, de comunicaciones, y de servicios están en manos del capital privado. Sería necesario transferir el control y la propiedad de estos grandes medios de producción, de comercio y de servicios (incluidos los medios de comunicación) al sector público. Y combinar el control público y la propiedad pública de los grandes medios de producción con otras formas de propiedad: la pequeña propiedad privada y familiar en el sector agrícola, en la artesanía o en los servicios. Por ejemplo los electricistas, los plomeros, el comercio minorista, los restaurantes, todo un conjunto de oficios muy importantes para la vida cotidiana, en la que es muy normal tener una pequeña propiedad individual. Es necesario desenvolver también otras formas de propiedad como la propiedad cooperativa, la propiedad comunitaria; y proteger la forma tradicional de propiedad de los pueblos indígenas. Es preciso también, en lo que concierne a la propiedad pública, tener un control ciudadano, un control democrático sobre el sector público. Si se realizan esas reformas estructurales, se conseguiría una ruptura radical con el sistema capitalista. Serían necesarias una serie de otras medidas para responder a las diferentes dimensiones de la crisis global.

Para responder a los cambios climáticos y a otros aspectos de la crisis ecológica, son necesarias medidas radicales para reducir la emisión de gases que provocan el efecto invernadero. Para resolver la crisis alimentaria sería preciso, es claro, poner en práctica una política de soberanía alimentaria para garantizar que, en cada país, los productores locales puedan satisfacer la demanda de la población sin recurrir a la importación de alimentos provenientes del mercado mundial. Estas son algunas propuestas de reforma radical, revolucionaria, del sistema.

Esta opción radical de izquierda ha sido también expresada recientemente con fuerza durante el Foro Social Mundial que tuvo lugar en Belén a finales de enero de 2009. La declaración aprobada en Belén por la Asamblea de los Movimientos Sociales (AMS) comprende una posición de fondo en términos de diagnóstico de la crisis del sistema capitalista y de posicionamiento sobre la salida de esta crisis. El título y el subtítulo sintetizan muy bien el carácter de esta declaración: « ¡No pagaremos la crisis! ¡Que la paguen los ricos! Por las alternativas antiimperialistas, anticapitalistas, antirracistas, feministas, ecologistas y socialistas! »

Por lo tanto, esta declaración tiene un carácter programático en lo que concierne a la alternativa. Para ser más preciso, la declaración indica que la crisis del capitalismo no podrá resolverse, desde el punto de vista de los intereses de los oprimidos, si nos limitamos a restaurar algunos mecanismos de regulación. La solución a la crisis implica una ruptura con el sistema capitalista: « Para hacer frente a esta crisis es necesario ir a la raíz de los problemas y avanzar los más rápidamente posible hacia la construcción de una alternativa radical que erradique el sistema capitalista y la dominación patriarcal. » 6

Por otra parte, esta declaración expresa unas reivindicaciones inmediatas para hacer frente a la crisis: « Debemos luchar para impulsar la más grande movilización popular por una serie de medidas urgentes tales como:

-La nacionalización de la banca sin indemnización y bajo control social
-Reducción del tiempo de trabajo sin reducción del salario
-Medidas para garantizar la soberanía alimentaría y energética
-Poner fin a las guerras, retirar las tropas de ocupación y desmantelar las bases militares extranjeras
-Reconocer la soberanía y autonomía de los pueblos, garantizando el derecho a la autodeterminación
-Garantizar el derecho a la tierra, territorio, trabajo, educación y salud para todas y todos
» 7

Finalmente, este texto propuso un calendario global unificador, en particular para la semana de acción mundial del 28 de marzo al 4 de abril 2009.

Si leemos las declaraciones aprobadas por la mayoría de las 11 asambleas temáticas que se reunieron en la mañana del 1 ° de febrero, comprobamos que, de manera repetida, la crisis fue analizada como una crisis del capitalismo. Es particularmente asombroso cuando se lee la declaración de los pueblos indígenas, la de los movimientos contra la guerra o la de la asamblea de mujeres « Frente a estas crisis, las respuestas paliativas basadas todavía en la lógica del mercado no nos interesan. Eso sólo puede llevar a una supervivencia del sistema. Nosotras necesitamos avanzar en la construcción de alternativas (…) para oponernos al sistema patriarcal y capitalista que nos oprime y nos explota8

La declaración de los pueblos indígenas expresa, con palabras similares a la declaración de la AMS, reivindicaciones por una alternativa antirracista, antimachista, respetando la madre tierra y socialista. He aquí un extracto de la declaración: « Esta crisis de modelo de desarrollo capitalista, eurocéntrico, machista y racista es total y nos lleva a la mayor crisis socio ambiental climática de la historia humana. La crisis financiera, económica, energética, productiva agrava el desempleo estructural, la exclusión social, la violencia racista, machista y el fanatismo religioso, todo junto a la vez. Tantas y tan profundas crisis al mismo tiempo configuran una auténtica crisis civilizatoria, la crisis del “desarrollo y modernidad capitalista” que ponen en peligro todas las formas de vida. Pero hay quienes siguen soñando con enmendar este modelo y no quieren asumir que lo que está en crisis es el capitalismo, el eurocentrismo, con su modelo de Estado Uni-Nacional, homogeneidad cultural, derecho positivo occidental, desarrollismo y mercantilización de la vida. » 9

Mientras que algunos movimientos sociales o campañas, especialmente europeos, vacilan, o incluso son netamente reticentes a hablar de una alternativa socialista, la asamblea de los pueblos indígenas lo expresa de forma totalmente explícita.

6. ¿Qué está ocurriendo con la izquierda mundial? Existe una laguna bastante grande entre la teoría y la práctica del pensamiento político de la izquierda

La izquierda mundial atraviesa una crisis profunda debido a su historia. La historia de la corriente socialdemócrata es una derrota profunda, pues se adaptó a la sociedad capitalista. El fracaso de la izquierda, es también la de la izquierda estalinista, o sea la experiencia que dominó las tentativas de construcción del socialismo en la Unión Soviética y en China. Fue también una profunda derrota porque la verdadera democracia basada en la autogestión no fue respetada en el sentido de que la burocracia en el poder en esos países quería estatizar todo y dominar todo a partir del Estado. ¡Fue un profundo error! El socialismo no es el control de toda la economía por parte del Estado. La profunda crisis de la izquierda está relacionada, en cierta forma, a una deformación de las propuestas de los socialistas, de los comunistas como Karl Marx y Friedrich Engels. Karl Marx decía que la sociedad a la que aspiramos, el comunismo, es la asociación libre de productores libres. Decía también que la emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores. Marx agregaba que el Estado, en el socialismo, debía tender a desaparecer. Y el socialismo es la transición entre el capitalismo y el comunismo (que implica la extinción del Estado). En el socialismo, el Estado aún existe, pero existe en forma provisoria y debe apuntar a su propia desaparición.

Pero, ¿en qué consistió la experiencia soviética? En vez de provocar la desaparición del Estado, el partido comunista, bajo la dirección de Stalin, reforzó como nunca al Estado, y prohibió toda una serie de expresiones democráticas. Fue una profunda perversión del proyecto socialista que, al contrario, es profundamente democrático. Si tomamos la experiencia de los socialistas, a los que llamo socialdemócratas, Lula, Daniel Ortega de Nicaragua, Zapatero y Gordon Brown tampoco están a favor de la desaparición del Estado. Están a favor del mantenimiento del Estado capitalista que regula un poquito la actividad del capital.

La izquierda que está en el poder y que dominó en el pasado traicionó al verdadero proyecto liberador y emancipador del socialismo. Esas son, por tanto, las razones profundas de la crisis de la izquierda.

Hay una izquierda radical y revolucionaria que defiende el proyecto socialista original; que intenta, a partir de una actividad en los movimientos sociales, fortalecerlo a través de diferentes medios. Esta izquierda radical participa también en las campañas electorales. Intenta colocar parlamentarios que dirijan una lucha anticapitalista en las instituciones parlamentarias, ligada a una perspectiva de ruptura, no en una de adaptación al sistema. La idea es la de favorecer una auténtica revolución, una transformación radical de las relaciones de propiedad y de las relaciones sociales en la sociedad.

7. Las líneas maestras del marxismo fueron distorsionadas respecto de lo que realmente querían expresar ¿Cómo queda la cuestión ecológica actual dentro del pensamiento marxista?

En relación con el proyecto socialista, tal como fue concebido por Karl Marx en el transcurso del siglo XIX, es necesario puntualizar que, entre las dimensiones que Marx estudió, algunas no se desarrollaron o no se desarrollaron suficientemente. La importante dimensión feminista, que cuestiona el sistema de dominación patriarcal, y la dimensión ecologista no fueron desarrolladas por Marx, aunque tuviese una percepción, un proyecto emancipador que integrase al hombre con la naturaleza. Marx consideraba a la humanidad como parte de la naturaleza. No hay, en Marx , una dicotomía entre el hombre o la humanidad por un lado y la naturaleza por otro. Por lo tanto podemos decir que en la percepción de Marx había una concepción que preparaba el camino para incorporar los problemas ecológicos.

Los aspectos ecológicos actuales son la herencia de un poco más de dos siglos de aplicación del modo de producción capitalista y productivista con la destrucción y deprecio por la naturaleza. Así que, para ser exhaustivo en la crítica, es preciso decir que la experiencia del “socialismo real” del siglo XX (sea en la URSS o en la China maoísta) fue también profundamente negativa en términos ecológicos. Hubo un desarrollo brutal y agresivo con un modo de producción que contribuyó en esos países a destruir la naturaleza de la misma manera que el capitalismo en los países de Europa Occidental, América del Norte, o Japón.

Es preciso romper con la distancia que hay entre la teoría y la práctica. Es necesario retornar a la teoría en lo que ella tiene de revolucionario e innovador. Es preciso integrar a las contribuciones de Marx la reflexión sobre los problemas de la sociedad de hoy, como la cuestión ecológica. La dimensión feminista es también fundamental. Las mujeres emprenden desde hace siglos un combate por la igualdad. Había mujeres dirigentes revolucionarias bien antes que apareciese Marx, especialmente dirigentes revolucionarias que participaron activamente en la Revolución Francesa de 1789 y que avanzaban ya en esa época reivindicaciones feministas. Pero el movimiento feminista se desarrolló principalmente, y colocó el tema de la dominación patriarcal, en los últimos 60 años y hoy tiene un proyecto revolucionario. Por eso esta dimensión feminista debe absolutamente ser integrada.

8. Además de las cuestiones económicas y políticas, percibimos, en este momento de crisis, que un nuevo paradigma energético y ecológico se considera urgente e indisociable con la superación de los problemas. ¿La izquierda aún no percibió la gravedad de esas cuestiones?

Al contrario. Pienso que la izquierda radical tuvo en cuenta perfectamente la gravedad de esas cuestiones. Es por eso que propone una alternativa feminista, ecologista, antirracista, anticapitalista y socialista. Y la dimensión ecologista es extremadamente importante y por eso esta izquierda radical habla de “ecosocialismo”, noción que conjuga ecología con socialismo. Sin embargo, la izquierda social liberal o socialdemócrata que está en el poder no tuvo en cuenta la magnitud de la crisis ecológica. Por eso es posible constatar que durante la gestión social liberal de Lula en Brasil se continuó destruyendo la Amazonia al mismo ritmo que en el gobierno de Fernando Enrique Cardoso y sus antecesores. En el transcurso de los últimos cinco años de la gestión de Lula, se desforestó en la Amazonia una superficie equivalente al territorio de Venezuela. Y si tomamos como ejemplo otros gobiernos de izquierda tradicional como los de Gordon Brown o Zapatero en Europa, se nota exactamente la misma incapacidad para tener en cuenta la magnitud de la crisis ecológica. Entonces, mi respuesta a esta última pregunta es: la izquierda radical tiene en cuenta esta crisis ecológica y propone una respuesta ecosocialista mientras que la izquierda tradicional continúa y refuerza el modo de producción productivista matizado con un color verde sin, de manera alguna, adoptar las medidas radicales que se imponen.

9. América latina y Caribe: Se debe aprender las lecciones del siglo XX para aplicarlas en este comienzo de siglo

Durante la década de los 1930 que siguió la crisis que estalló en Wall Street en 1929, hubo 12 países de Latinoamérica que fueron directamente afectados y que, en consecuencia, suspendieron de manera prolongada el reembolso de sus deudas externas contraídas, principalmente, con banqueros de América del Norte y de Europa occidental. Algunos de ellos, como Brasil y México, impusieron a sus acreedores, diez años más tarde, una reducción de entre el 50 y el 90% de su deuda. México fue el país que llevó más lejos las reformas económicas y sociales. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, la industria del petróleo fue completamente nacionalizada sin que por ello los monopolios norteamericanos fueran indemnizados. Además, 16 millones de hectáreas fueron también nacionalizadas y retornadas en su mayor parte a la población indígena bajo la forma de bienes comunales. En el transcurso de los años treinta y hasta mediados de los sesenta, varios gobiernos latinoamericanos llevaron a cabo políticas públicas muy activas con el fin de conseguir un desarrollo parcialmente autocentrado, conocidas más tarde con el nombre de modelo de industrialización por substitución de importaciones (ISI).

Por otra parte, a partir de 1959, la revolución cubana intentó dar un contenido socialista al proyecto bolivariano de integración latinoamericana. Este contenido socialista despuntaba ya en la revolución boliviana de 1952. Fue necesaria la brutal intervención estadounidense, apoyada por las clases dominantes y las fuerzas armadas locales, para terminar con el ciclo ascendente de emancipación social de este período. Bloqueo de Cuba desde 1962, junta militar en Brasil desde 1964, intervención estadounidense en Santo Domingo en 1965, dictadura de Banzer en Bolivia en 1971, golpe de Estado de Pinochet en Chile en 1973, instalación de las dictaduras en Uruguay y en Argentina. El modelo neoliberal fue puesto en práctica primero en Chile, con Pinochet y la ayuda intelectual de los Chicago boys de Milton Friedman, y luego se impuso en todo el continente, favorecido por la crisis de la deuda que estalló en 1982. A la caída de las dictaduras en los años ochenta, el modelo neoliberal continuó vigente gracias principalmente a la aplicación de los planes de ajuste estructural y del Consenso de Washington. Los gobiernos de Latinoamérica fueron incapaces de formar un frente común, y la mayoría aplicó con docilidad las recetas dictadas por el Banco Mundial y el FMI. Esto acabó produciendo un gran descontento popular y una recomposición de las fuerzas populares que condujo a un nuevo ciclo de elecciones de gobiernos de izquierda o de centro izquierda, comenzando por Chávez en 1998, que se comprometió a instaurar un modelo diferente basado en la justicia social.

En este comienzo del siglo, el proyecto bolivariano de integración de los pueblos de la región ha tenido un nuevo impulso. Si se quiere llevar más lejos este nuevo ciclo ascendente es necesario aprender las lecciones del pasado. Lo que le faltó, en particular, a Latinoamérica durante las décadas de 1940 a 1970 fue un auténtico proyecto de integración de las economías y de los pueblos combinado con una verdadera redistribución de la riqueza en favor de las clases trabajadoras. Ahora bien, es vital tener conciencia de que hoy en Latinoamérica existe una disputa entre dos proyectos de integración, que tienen un contenido de clase antagónico. Las clases capitalistas brasileña y argentina (las dos principales economías de América del Sur) son partidarias de una integración favorable a su dominación económica sobre el resto de la región. Los intereses de las empresas brasileñas, sobre todo, así como de las argentinas, son muy importantes en toda la región: petróleo y gas, grandes obras de infraestructuras, minería, metalurgia, agrobusiness , industrias alimentarias, etc. La construcción europea, basada en un mercado único dominado por el gran capital, es el modelo que quieren seguir. Las clases capitalistas brasileña y argentina quieren que los trabajadores de los diferentes países de la región compitan entre sí, para conseguir el máximo beneficio y ser competitivos en el mercado mundial. Desde el punto de vista de la izquierda, sería un trágico error recurrir a una política por etapas: apoyar una integración latinoamericana según el modelo europeo, dominada por el gran capital, con la ilusoria esperanza de darle más tarde un contenido socialmente emancipador. Tal apoyo implica ponerse al servicio de los intereses capitalistas. No hay que entrar en el juego de los capitalistas, intentando ser el más astuto y dejando que éstos dicten sus reglas.

El otro proyecto de integración, que se inscribe en el pensamiento bolivariano, quiere dar un contenido de justicia social a la integración. Esto implica la recuperación del control público sobre los recursos naturales de la región y sobre los grandes medios de producción, de crédito y de comercialización. Se debe nivelar por arriba las conquistas sociales de los trabajadores y de los pequeños productores, reduciendo al mismo tiempo las asimetrías entre las economías de la región. Hay que mejorar sustancialmente las vías de comunicación entre los países de la región, respetando rigurosamente el ambiente (por ejemplo, desarrollando el ferrocarril y otros medios de transporte colectivos antes que las autopistas). Hay que apoyar a los pequeños productores privados en numerosas actividades: agricultura, artesanado, comercio, servicios, etc. El proceso de emancipación social que persigue el proyecto bolivariano del siglo xxi pretende liberar la sociedad de la dominación capitalista apoyando las formas de propiedad que tienen una función social: pequeña propiedad privada, propiedad pública, propiedad cooperativa, propiedad comunal y colectiva, etc. Así mismo, la integración latinoamericana implica dotarse de una arquitectura financiera, jurídica y política común.

Los países de Latinoamérica han acumulado cerca de 400.000 millones de dólares en reservas de cambio. Es una suma no despreciable, que está en manos de los Bancos Centrales latinoamericanos, y que debe ser utilizada en este momento oportuno para favorecer la integración regional y blindar al continente frente a los efectos de la crisis económica y financiera que se desarrolló en América del Norte y Europa, y que afecta ya a todo el planeta. Lamentablemente, no hay que hacerse ilusiones: Latinoamérica está en vías de perder un tiempo precioso, mientras los gobiernos prosiguen, más allá de la retórica, una política tradicional: firma de acuerdos bilaterales sobre inversiones, aceptación o continuación de negociaciones sobre ciertos tratados de libre comercio, utilización de las reservas de cambio para comprar bonos del Tesoro de Estados Unidos (es decir, prestarle capital a la potencia dominante) ocredit default swaps cuyo mercado se ha hundido con Lehman Brothers, AIG, etc., pago anticipado al FMI, al Banco Mundial y al Club de París, aceptación del tribunal del Banco Mundial (CIADI) para resolver los diferendos con las transnacionales, continuación de las negociaciones comerciales en el marco de la agenda de Doha, mantenimiento de la ocupación militar de Haití. Después de un ruidoso y prometedor arranque en el 2007, las iniciativas anunciadas en materia de integración latinoamericana parecen haberse frenado en el 2008.

En cuanto al lanzamiento del Banco del Sur, éste lleva mucho retraso. Las discusiones no se profundizan. Hay que salir de la confusión y dar un contenido claramente progresista a esta nueva institución, cuya creación fue decidida en diciembre del 2007 por siete países de América del Sur. El Banco del Sur tiene que ser una institución democrática (un país, un voto) y transparente (auditoría externa). Antes que financiar con dinero público grandes proyectos de infraestructura, pocos respetuosos del ambiente, realizados por empresas privadas, cuyo objetivo es obtener el máximo beneficio, se debe apoyar los esfuerzos de los poderes públicos para promover políticas tales como la soberanía alimentaria, la reforma agraria, el desarrollo de la investigación en el campo de la salud y la implantación de una industria farmacéutica que produzca medicamentos genéricos de alta calidad; reforzar los medios de transporte colectivo ferroviario; utilizar energías alternativas para limitar el agotamiento de los recursos naturales; proteger el ambiente; desarrollar la integración de los sistemas de enseñanza…

Al contrario de lo que muchos creen, el problema de la deuda pública no se ha resuelto. Es verdad que la deuda pública externa se ha reducido, pero ha sido sustituida por una deuda pública interna que, en ciertos países, ha adquirido proporciones totalmente desmesuradas (Brasil, Colombia, Argentina, Nicaragua, Guatemala), a tal punto que desvía hacia el capital financiero parasitario una parte considerable del presupuesto del Estado. Es muy conveniente seguir el ejemplo de Ecuador, que estableció una comisión de auditoría integral de la deuda pública externa e interna, a fin de determinar la parte ilegítima, ilícita o ilegal de la misma. En un momento en el que, tras una serie de operaciones aventuradas, los grandes bancos y otras instituciones financieras privadas de Estados Unidos y de Europa borran unas deudas dudosas por un monto que supera largamente la deuda pública externa de Latinoamérica con ellos, hay que constituir un frente de países endeudados para obtener la anulación de la deuda.

Se debe auditar y controlar estrictamente a los bancos privados, porque corren el peligro de ser arrastrados por la crisis financiera internacional. Hay que evitar que el Estado sea llevado a nacionalizar las pérdidas de los bancos, como ya ha pasado tantas veces (Chile bajo Pinochet, México en 1995, Ecuador en 1999-2000, etc.). La nacionalización debe hacerse sin indemnizaciones y, en caso de salvataje, ejerciendo el derecho de reparación (repetición) sobre el patrimonio de sus propietarios.

Por lo demás, han surgido numerosos litigios en estos últimos años entre los Estados de la región y multinacionales, tanto del Norte como del Sur. En lugar de remitirse al Centro Internacional de Arreglo de Diferendos en materia de Inversiones (CIADI), que es parte del Banco Mundial, dominado por un puñado de países industrializados, los países de la región tendrían que seguir el ejemplo de Bolivia, que se ha retirado del mismo. Deberían crear un organismo regional para la resolución de litigios en cuestiones de inversiones. En materia jurídica, los Estados latinoamericanos deberían aplicar la doctrina Calvo y negarse a renunciar a su jurisdicción en casos de litigio con otro Estado o con empresas privadas. ¿Cómo se puede seguir firmando contratos de préstamos o contratos comerciales que prevén que, en caso de litigio, sólo son competentes las jurisdicciones de Estados Unidos, del Reino Unido o de otros países del Norte? Se trata de una renuncia inadmisible del ejercicio de la soberanía.

Es conveniente restablecer un control estricto de los movimientos de capitales y del cambio, a fin de evitar la fuga de capitales y los ataques especulativos contra las monedas de la región. Es necesario que los Estados que quieren materializar el proyecto bolivariano de integración latinoamericana para una mayor justicia social avancen hacia una moneda común.

Naturalmente, la integración debe tener una dimensión política: un Parlamento latinoamericano elegido por sufragio universal en cada uno de los países miembros, dotado de un poder legislativo real. En el marco de la construcción política, hay que evitar la repetición del mal ejemplo europeo, donde la Comisión Europea (o sea, el gobierno europeo) dispone de poderes exagerados con respecto al Parlamento. Hay que caminar hacia un proceso constituyente democrático a fin de adoptar una Constitución política común. En este caso también, se debe evitar reproducir el procedimiento antidemocrático seguido por la Comisión Europea para tratar de imponer un tratado constitucional elaborado sin la participación activa de la ciudadanía y sin someterlo a un referéndum en cada país miembro. Por el contrario, hay que seguir el ejemplo de las asambleas constituyentes de Venezuela (1999), Bolivia (2007) y Ecuador (2007-2008). Los importantes avances democráticos logrados en el curso de estos tres procesos tendrían que ser integrados en un proceso constituyente bolivariano.

Así mismo, es necesario reforzar las competencias de la Corte Latinoamericana de Justicia, en particular en materia de garantía del respeto de los derechos humanos que son indivisibles.

Hasta este momento, coexisten varios procesos de integración: Comunidad Andina de Naciones, Mercosur, Unasur, Caricom, Alba… Es importante evitar la dispersión y adoptar un proceso integrador con una definición político-social basada en la justicia social. Este proceso bolivariano debería reunir a todos los países de Latinoamérica (América del Sur, América Central y Caribe) que se adhieran a esta orientación. Es preferible comenzar la construcción común con un núcleo reducido y coherente, que con un conjunto heterogéneo de Estados cuyos gobiernos siguen orientaciones políticas sociales contradictorias, cuando no antagónicas.

La integración bolivariana debe ir acompañada de una desvinculación parcial del mercado capitalista mundial. Se trata de ir suprimiendo progresivamente las fronteras que separan los Estados que participan en el proyecto, reduciendo las asimetrías en los países miembros especialmente gracias a un mecanismo de transferencia de riqueza desde los Estados más «ricos» a los más «pobres». Esto permitirá ampliar considerablemente el mercado interior y favorecerá el desarrollo de los productores locales bajo diferentes formas de propiedad. Permitirá poner en vigencia el proceso de desarrollo (no sólo la industrialización) por sustitución de importaciones. Por descontado, ello implica el desarrollo, por ejemplo, de una política de soberanía alimentaria. Al mismo tiempo, el conjunto bolivariano constituido por los países miembros se desvinculará parcialmente del mercado capitalista mundial. En particular, esto implicará abrogar tratados bilaterales en materia de inversiones y de comercio. Los países miembros del grupo bolivariano también deberían retirarse de instituciones tales como el Banco Mundial, el FMI y la OMC, promoviendo al mismo tiempo la creación de nuevas instancias mundiales democráticas y respetuosas de los derechos humanos indivisibles.

Como se indicó antes, los Estados miembros del nuevo grupo bolivariano se dotarán de nuevas instituciones regionales, como el Banco del Sur, que desarrollarán relaciones de colaboración con otras instituciones similares constituidas por Estados de otras regiones del mundo.

Los Estados miembros del nuevo grupo bolivariano actuarán con el máximo número de terceros Estados por una reforma democrática radical del sistema de las Naciones Unidas, con el objetivo de hacer cumplir la Carta de la Organización de las Naciones Unidas y los numerosos instrumentos internacionales favorables a los derechos humanos, tales como el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (1966), la carta de los derechos y deberes de los Estados (1974), la declaración sobre el derecho al desarrollo (1986), la resolución sobre los derechos de los pueblos indígenas (2007). Igualmente, prestarán apoyo a la actividad de la Corte Penal Internacional y de la Corte Internacional de Justicia de la Haya. Favorecerán el entendimiento entre los Estados y los pueblos a fin de actuar para que se limite al máximo el cambio climático, ya que esto representa un terrible peligro para la humanidad.

Conclusión: ¿Qué representa este momento histórico para la humanidad?

La humanidad se encuentra nuevamente en una encrucijada histórica. La crisis global tiene sus diferentes dimensiones: ecológicas, alimentarias, migratorias, financieras, económicas, así como la crisis de gobernabilidad mundial, sin olvidar la sucesión de guerras de agresión como las de Irak y Afganistán, combinadas con el desprecio por los derechos de los pueblos como lo es principalmente el desprecio por el pueblo palestino al no respetar su derecho a un territorio y a un Estado. La humanidad se enfrenta a una encrucijada: por un lado, la salida capitalista de la crisis, o sea la solución propuesta por Barack Obama, Lula, Sarkozy, Gordon Brown, Zapatero, el gobierno chino, Putin, etc.; la otra es la de dar la espalda al capitalismo y poner en práctica soluciones anticapitalistas, ecologistas, feministas, y antirracistas. Espero que la humanidad escoja esta última, ya que si quisiéramos responder a la crisis global es necesaria una respuesta anticapitalista y feminista global .

Bibliografía

Atilio Boron , Socialismo siglo XXI. ¿Hay vida después del neoliberalismo? , Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2008.

CADTM , El Ecuador en la Encrucijada, Abya-Yala, Quito, 2009

Claudio Katz , Las disyuntivas de la izquierda en America latina, Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2008.

Eric Tousssaint , Banco del Sur y Nueva Crisis internacional, Viejo Topo, Barcelona, Enero 2008; Abya-Yala, Quito, Junio 2008; Observatorio DESC, La Paz, Octubre 2008

Eric Tousssaint, “El segundo aliento del Foro Social Mundial” http://www.cadtm.org/spip.php?article4177

1 Versión aumentada por el autor de la ponencia presentada al SEMINARIO INTERNACIONAL :

“AMÉRICA LATINA EN EL SIGLO XXI: Comunicación y Poder-es”. Evento co-organizado por la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica-ALER ( www.aler.org ) y la Universidad Andina Simón Bolívar. Quito, marzo 23 a 25 de 2009.

2 Eric Toussaint es presidente del CADTM Bélgica (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, http://www.cadtm.org), es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Lieja (Bélgica) y de la Universidad de Paris VII (Francia). Es autor de Banco del Sur y Nueva Crisis internacional (editorial Viejo Topo, Barcelona, Enero 2008; editorial Abya-Yala, Quito, Junio 2008; Observatorio DESC, La Paz, Octubre 2008) , autor de Banco mundial, el golpe de estado permanente ( El Viejo Topo, Barcelona, Enero 2007; Editorial Abya-Yala, Quito, Julio 2007; CIM, Caracas, Agosto 2007; Observatorio DESC, La Paz, Noviembre 2007); autor de La Bolsa o la Vida (CLACSO, Buenos Aires, 2004; Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2004; editorial Abya-Yala, Quito, 2002); coautor con Damien Millet de 50 preguntas/ 50 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco mundial, Icaria-Intermón, Barcelona, 2004; editorial Abya-Yala, Quito, 2005; Ministerio de Comunicación e Información, Caracas, 2005; Editorial Luxembourg, 2005; Editorial del Oriente, Santiago de Cuba, 2006 ; c oautor con Damien Millet de Los Tsunamis de la deuda, Icaria/Intermón, Barcelona, 2005 y Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2006 . Coautor en 2009 de El Ecuador en la Encrucijada, Abya-Yala, Quito; Coautor en 2008 con Damien Millet de 60 Preguntas/60 respuestas sobre la Deuda, el FMI y el Banco Mundial , próxima edición Icaria/Intermón Oxfam.

3 El Gobierno decidió suspender el pago de una parte de la deuda comercial, los bonos (Global 2012 y 2030) y hará publico su propuesta a los tenedores de bonos el 20 de Abril 2009.

4 Claudio Katz, Las disyuntivas de la izquierda en América latina, Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2008, pagina 75.

5 Ver el texto completo de la declaración final http://www.cadtm.org/spip.php?article3783

6 Extracto de la declaración de la Asamblea de movimientos. http://www.cadtm.org/spip.php?article4077

7 Idem

8 Extracto de la declaración de la asamblea de mujeres. http://www.cadtm.org/spip.php?article4103

9 Texto original en español: http://www.cadtm.org/spip.php?article4133

Colo Colo golea 3-0 a Liga de Quito por la Copa Libertadores…

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COLO-LUCAS Colo Colo goleó a LDU y asume el liderato del Grupo 1 de Copa Libertadores

Diarios ecuatorianos: Liga de Quito «se ahogó» frente a Colo Colo

Mientras algunos alabaron la efectividad de la delantera alba, otros criticaron el accionar del cuadro de Jorge Fossati, diciendo que fue su «peor actuación» en la Libertadores 2009.

SANTIAGO.- Tras la victoria de Colo Colo por 3 a 0 sobre Liga Deportiva Universitaria de Quito, por el grupo uno de la Copa Libertadores, los diarios ecuatorianos desmenuzaron la derrota del elenco visitante, aunque con distintos matices: mientras unos alabaron la solvencia de la delantera del Cacique, otros criticaron el juego mostrado por los actuales campeones continentales.

El diario La Hora de Quito tituló «Liga sucumbió ante poderío chileno» y destacó que los quiteños cayeron «en tan sólo ocho minutos ante el cuadro chileno, a través de una delantera ordenada y efectiva que selló el triunfo para los araucanos recién iniciado el segundo tiempo».

Otra publicación, El Comercio de Quito: «Un inspirado Colo Colo de Chile se dio el lujo de golear en su casa 3-0 al actual campeón de la Copa, el ecuatoriano Liga de Quito, en partido por el grupo 1».

Metro Hoy fue más dramático y encabezo con «Una pesadilla para los ‘albos'», apodo que en Ecuador se le da a Liga y destacó que «el gran problema de Liga fue la defensa, donde se notó la ausencia de Norberto Araujo para poner orden y tranquilidad».

En Guayaquil también comentarion la derrota del actual monarca de América. El Universo tituló con «Colo Colo liquidó a Liga en nueve minutos», para luego comentar que los ecuatorianos «sucumbieron anoche 3-0 ante Colo Colo en Santiago de Chile, en lo que ha sido su peor presentación en el presente torneo copero».

El Mercurio de esa ciudad fue más allá en su sarcasmo y tituló «Liga se ahogó en el Monumental».

«Luego de una primera etapa del partido apretada y en la que ambos cuadros tuvieron claras oportunidades de gol, las líneas ofensivas del Colo Colo se adelantaron en el complemento logrando la goleada que dejó a los chilenos como líderes del Grupo 1 de la Libertadores», comentó el rotativo.

Expreso también hizo gala de la ironía en su titular «Colo Colo blanqueó a los universitarios». Luego, tuvo buenas referencias para el juego exhibido por el elenco de Marcelo Barticciotto, considerando que su anterior victoria ante Palmeiras no fue un hecho fortuito.

«El campeón chileno demostró en casa que su triunfo a domicilio de la semana pasada sobre el Palmeiras (1-3) no fue casualidad, y a ratos dio una verdadera exhibición de buen fútbol y con virtudes añadidas, como el no caer en la desesperación cuando las cosas no le resultan, sino insistir hasta lograr el objetivo supremo: el gol».

 

SANTIAGO.- Una noche para celebrar logró este jueves Colo Colo, luego de vencer por 3-0 al campeón vigente de la Copa Libertadores de América, Liga Deportiva Universitaria de Quito, por 3-0.

Los goles fueron marcados en la segunda etapa por César Carranza, a los 56 minutos; Roberto Cereceda, a los 61’ y Lucas Barrios, a los 65’.

Colo colo salió desde el primer minuto a marca la diferencia en Macul. Fue así que a los 7 minutos de juego se lo pierde solo con el arco Lucas Barrios. El argentino no pudo conectar bien el centro por la izquierda de carranza, era el primeo de los albos.

Mientras seguían los ataques albos, a los 11’ vino la primera jugada de riesgo para el cuadro chileno. Richard Morales entra solo al área, pero el meta Cristián Muñoz está notable para salvar su pórtico.

Tras cartón una tijera de Carranza que deja con las gargantas llenas de gol a los miles de hinchas que llegaron al Monumental. Los dirigidos de Barticciotto no bajaban la intensidad del juego, con un Millar bien prendido y Lucas abriendo por las orillas.

Fue el propio goleador albo quien a los 23’ centra a carranza por la derecha, pero nuevamente el meta Domínguez estuvo soberbio para salvar el primer tanto de la noche. A esa altura Colo Colo era mucho más que el campeón de América, quien defendía con mucha gente en retaguardia y se creaba escasas jugadas de ataque.

En su insistir, los colocolinos tuvieron nuevamente una clara llegada de gol. Ahora fue el turno de Macnelly Torres, quien a los 35’, luego del centro por la izquierda de barrios recibió el balón, la bajó y remató de primera solo con los tubos, pero era la noche de Domíguez, quien salvó con una atajada felina . El arquero ya era figura de la brega.

En la segunda etapa el comienzo fue el mismo para los locales. Desde la partida se fueron con todo hacia el arco de Domínguez, y fue tal la arremetida del Cacique que a los 56 vino un centro por la derecha de Figueroa y Carranza, con una espectacular bolea, abrió la cuenta en el Monumental. Merecido para Colo Colo.

No se conformó el campeón del Clausura y cuatro minutos más tarde fue Roberto Cereceda quien se encontró con el balón, tras una jugada de Lucas para rematar un fuerte zurdazo y decretar la segunda diana.

Pero parece que los albos querían repetir los tres tantos que le propinaron a Palmeiras, y fue así que su máxima estrella, Lucas Barrios anotó el tercer y definitivo tanto, a los 65’, tras sutil toque en la salida del meta ecuatoriano.

De ahí en adelante Colo Colo bajó la intensidad de su fútbol, controló muy bien los espacios y dejó sin oportunidades a LDU, que quedó en deuda por ser el actual monarca de la Copa.

El cuadro nacional dejó muy alta la ilusión, pues alcanza la punta del Grupo 1 junto a Sport Recife, con seis puntos. Su próximo duelo copero será la revancha ante LDU, el 7 de abril.

Los albos venciero 3-0 a los actuales campeones del torneo, quedando con claras chances de avanzar a segunda ronda.

Written by Eduardo Aquevedo

12 marzo, 2009 at 0:21

¿Qué tan a la izquierda se ha movido América Latina?, I. Wallerstein

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Immanuel Wallerstein, Sociólogo, ex Presidente de ISA

Todo el mundo parece concordar en que América Latina se ha movido hacia la izquierda en el periodo posterior al año 2000. ¿Pero qué significa esto?

Si uno mira las elecciones por toda América Latina, los partidos a la izquierda del centro han ganado en un gran número de países desde el año 2000 –las más notables son las de Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y más recientemente Paraguay. Hay por supuesto importantes diferencias entre las situaciones imperantes en estos países. Algunos de estos gobiernos parecen estar muy cerca del centro. Otros se expresan en un lenguaje más revolucionario. Y hay algunas excepciones –notablemente Colombia, Perú y México (aunque en México, el gobierno conservador ganó las últimas elecciones con más o menos el mismo grado de legitimidad que Bush al ganar las elecciones de 2000 en Estados Unidos). La cuestión real no es si América Latina se ha movido hacia la izquierda sino qué tan a la izquierda se ha movido.

Me parece que hay cuatro diferentes tipos de evidencia que uno podría invocar para decir que América Latina se ha movido a la izquierda. El primer tipo es que todos estos gobiernos, de una u otra manera han buscado distanciarse de Estados Unidos en un grado o en otro. En todos estos casos el gobierno de Bush habría preferido que ganaran sus oponentes electorales. En el pasado, Estados Unidos tendía a trabajar para lograr su remplazo, de hecho su derrocamiento. Pero la decadencia del poderío estadunidense en el sistema-mundo, y en particular la preocupación de Estados Unidos por las guerras que viene perdiendo en Medio Oriente, le han secado la energía política con la que previamente se movía decididamente en América Latina. Una evidencia de esto es el fallido golpe de Estado contra Chávez en 2002.

¿Cómo fue que estos gobiernos pusieron distancia entre ellos y Estados Unidos? Hay varias formas. En 2003, Estados Unidos fue incapaz de persuadir a los dos miembros latinoamericanos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de que respaldaran la resolución que buscaba legitimar la invasión estadunidense a Irak. En la última elección para secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), perdió el candidato apoyado por Estados Unidos, lo cual nunca había ocurrido en la historia de la OEA. Y cuando el único amigo seguro de Estados Unidos en la América Latina de hoy, Colombia, se metió en un pleito grave con Venezuela y Ecuador, los otros Estados latinoamericanos se pusieron, de hecho, del lado de Ecuador y Venezuela. Ecuador se está rehusando ahora a renovar el acuerdo relativo a la base militar estadunidense localizada ahí.

El segundo tipo de evidencia de una tendencia hacia la izquierda es el agudo aumento en la importancia política y el poder de los movimientos indígenas por toda América Latina –sobre todo en México, Ecuador, Bolivia, y Centroamérica. Las poblaciones indígenas de todo el continente han sido los actores más oprimidos de la población y en gran medida se les ha mantenido al margen de las estructuras políticas. Pero ahora tenemos a un presidente indígena en Bolivia, que representa una revolución social genuina. La fuerza de estos movimientos en la zona andina y en las áreas mayas de México y Centroamérica ha sido un factor importante en su política, un factor que es perdurable.

El tercer tipo de evidencia ha sido la supervivencia, de hecho un resurgimiento, de la teología de la liberación. El Vaticano se movió para suprimir estos movimientos durante los últimos tres papados, con por lo menos el mismo vigor que Estados Unidos utilizara contra los gobiernos de izquierda en los cincuenta y sesenta. Los teólogos fueron silenciados y los obispos simpatizantes han sido remplazados cuidadosamente por unos que claramente no simpatizan. No obstante, los movimientos católicos inspirados en la teología de la liberación siguen floreciendo en Brasil. Los presidentes de Ecuador y Paraguay han emergido de esa tradición. Y los progresos de los grupos protestantes evangélicos en América Latina pueden estar moviendo al Vaticano y lo hacen más tolerante hacia los teólogos de la liberación, quienes al menos son católicos y que podrían ayudar a frenar esta pérdida de creyentes de la Iglesia.

Finalmente, Brasil ha logrado un éxito razonable en convertirse en el líder del bloque regional sudamericano. Esto puede no ser en sí mismo un movimiento hacia la izquierda. Pero en el contexto de un proceso mundial de multipolarización, el establecimiento de tales zonas regionales no sólo debilita el poder de Estados Unidos sino de todo el Norte en términos de las relaciones Norte-Sur. El liderazgo de Brasil entre los países del llamado G-20 ha sido un factor importante en destripar la posibilidad de que la Organización Mundial de Comercio implemente una agenda neoliberal.

Entonces, ¿qué suma todo esto? Ciertamente no una “revolución” en el sentido tradicional del término. Lo que significa es que el punto medio de la política latinoamericana, el locus del “centro”, se ha movido considerablemente a la izquierda de donde estaba hace apenas diez años. Esto debe ponerse en el contexto de un movimiento mundial. Este viraje hacia la izquierda está ocurriendo en Medio Oriente y en Asia Oriental también. De hecho, ocurre también en Estados Unidos. El impacto de la recesión económica, que probablemente pronto se vuelva aun más severa, sin duda empujará todavía más estas tendencias.

¿Habrá alguna reacción de las fuerzas de la derecha? Sin duda las habrá. En América Latina vemos el intento de las regiones más acaudaladas y más “blancas” por escindirse de Bolivia y salirse de por debajo de las poblaciones indígenas mayoritarias que finalmente lograron el poder en el gobierno central. Políticamente estamos ante tiempos frágiles, en América Latina y en otras partes. Pero en América Latina, la izquierda está en una posición mucho más fuerte para enfrentar estas batallas hoy que hace medio siglo.

Traducción: Ramón Vera Herrera

© Immanuel Wallerstein

La Jornada.com

Rafael Correa, el gran triunfador de última elección en Ecuador

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Tomás Ciuffardi
Quito, Ecuador, BBC

Con la aprobación de la nueva Constitución en Ecuador hay un claro ganador: el presidente Rafael Correa, quien mantiene sus altos niveles de apoyo popular y que ahora se prepara para una nueva campaña electoral que lo puede mantener en el poder hasta el 2017.

Es la cuarta elección en menos de dos años en la que las tesis de Correa, y de su movimiento Alianza País, consiguen un apoyo contundente por parte del electorado. El mandatario se mantiene como el principal gestor de lo que él llama «la revolución ciudadana» y más allá de su estilo, descrito por algunos como autoritario y confrontacional, es claro que la ciudadanía mantiene la confianza en su promesa de cambiar la manera de manejar el país.

Para Simón Pachano, coordinador del Programa de Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, la figura de Correa queda «evidentemente fortalecida». «Creo que esto fue un triunfo fundamentalmente de él más que de una organización política, dado que casi no existe un partido político atrás de Rafael Correa, es un movimiento en donde tiene mucha fuerza su imagen personal, donde él juega el papel central», le dijo Pachano a BBC Mundo.

En Ecuador no ha habido un liderazgo de esta naturaleza desde los años ’70
Simón Pachano, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

El liderazgo de Correa se está convirtiendo, según Pachano, en un fenómeno que no ocurría desde hace muchos años en Ecuador.

«Son situaciones casi inexplicables en las que se presentan liderazgos muy fuertes cada cierto tiempo en los países y en Ecuador no ha habido un liderazgo de esta naturaleza desde los años ’70 en que terminó la vida política de (José María) Velasco Ibarra, quien dominó el país por 40 años», opinó el analista.

Sin oposición

Esta no será la última batalla de Correa por convencer a los ecuatorianos de su proyecto político.

Una vez aprobada la Constitución se dará inicio al denominado Régimen de Transición, donde se establecerán las normas y reglamentos para aplicar la Carta Política y se llamará a elecciones para designar a todas las autoridades políticas, incluido el propio presidente de la República.

Un niño sostiene una imagen del presidente Rafael Correa.

Según muchos analistas, no existe una oposición al liderazgo de Correa.

El presidente Correa dijo que no depende de él ser el candidato a la presidencia, aunque admitió que dentro de Alianza País es la figura que tiene «mayores posibilidades».

«Éste va a ser un período en el que vamos a tener más de lo que hemos visto en este tiempo, que es una campaña electoral permanente con el presidente de la República a la cabeza», opina Simón Pachano. Y esta tarea, según el analista, no será difícil para el gobierno ecuatoriano «debido a la desaparición de los partidos políticos y la oposición».

«El gobierno ecuatoriano va a encontrar una situación más parecida a la venezolana en ese aspecto, en el sentido de que va a tener muy poca oposición y va a poder imponer su proyecto, no sólo constitucional, sino su proyecto de gobierno y sobre todo de conducción económica», afirmó.

De esta manera, y por la confianza ganada por el electorado, pareciera que el camino para la elección de Correa no tendrá muchos obstáculos por delante.

Falta de inversión

¿Quién puede detener a Correa? Para algunos analistas no existe quién pueda competir contra su liderazgo, lo único que pudiera afectarlo es que incumpla las promesas ofrecidas en su plan de gobierno o que el modelo económico y político planteado en la Constitución no dé el resultado esperado. Blasco Peñaherrera, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Ecuador, cree que con la nueva constitución «será mucho más difícil hacer negocios en Ecuador o realizar actividades económicas particulares y las dificultades se trasladarán al aumento de los índices negativos económicos, de pobreza y de desempleo».

No solamente es que los empresarios ecuatorianos van a buscar otros destinos para poder invertir con seguridad sino que los inversionistas extranjeros ya han dejado de invertir en el Ecuador
Blasco Peñaherrera, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Ecuador

Peñaherrera opina que la aplicación del proyecto económico del gobierno provocará una eventual fuga de capitales y falta de inversión extranjera.

«A nuestro país en los últimos dos años no ha venido inversión extranjera alguna, de los US$2.000 millones que teníamos en 2006, tenemos hoy apenas US$200 millones de inversión extranjera, entonces no solamente es que los empresarios ecuatorianos van a buscar otros destinos para poder invertir con seguridad sino que los inversionistas extranjeros ya han dejado de invertir en el Ecuador. Sume lo uno más lo otro y tiene como resultante más pobreza, recesión y, finalmente, convulsión social», le dijo Peñaherrera a BBC Mundo.

Fernando Cordero, actual presidente de la Asamblea Constituyente en receso, difiere de esta visión y asegura que «la nueva Constitución privilegia la producción nacional… no elimina el mercado, lo que hace es no subordinar el desarrollo humano de nuestro país al mercado. El mercado estará ahí, será una economía con mercado, pero no una economía de mercado únicamente».

Desdolarización

Otra amenaza para la popularidad del presidente ecuatoriano es que se vea obligado a tomar alguna medida impopular, como, por ejemplo, la desdolarización de la economía. Para Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil y uno de los principales opositores al proyecto Constitucional, la falta de inversión, sumado a un exceso de gasto público para sustentar dicho proyecto, podría obligar al Estado a tomar la medida de desdolarizar la economía.

Dólares

Correa dijo que mantendría la dolarización porque eliminarla sería una medida impopular.

«Si usted como gobierno desincentiva el ingreso, ya sea por falta de confianza en las inversiones nacionales y extranjeras, o por falta de créditos internacionales por actitudes como decir que no se va a pagar la deuda, o porque el precio del petróleo baja y por otro lado usted aumenta el gasto, ese desequilibrio entre ingresos y egresos pueden llevarlo a tener que adoptar una nueva moneda», afirmó Nebot a BBC Mundo.

No obstante, el presidente Correa, aunque siempre se ha dicho contrario a la dolarización, ha asegurado que no saldrá de este sistema porque sería una medida impopular con un alto costo político.

Written by Eduardo Aquevedo

30 septiembre, 2008 at 21:43

Ecuador: voto masivo (cerca del 65%) en favor de Constitución de Correa

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Quito. (ENVIADO ESPECIAL).- Los ecuatorianos aprobaron en referéndum la nueva Constitución, dando luz verde al presidente Rafael Correa para que ponga en práctica los cambios políticos y económicos que, según sus promesas, deben cambiar al país. Las encuestas a pie de urna otorgaron al Gobierno una victoria más clara de lo que se había anticipado. Según Cedatos-Gallup, el sí ganó con un 70%, el no obtuvo 25 %, y el resto sufragios en blanco y nulos. El canal Uno-Noticias otorga al sí el 62″8 %, y al no 30″10%. Teleamazonas sumó 66″4 para el sí y 25 % para el no.

El triunfo arrollador de Correa quedó en parte empañado por la victoria no en Guayaquil, la ciudad costera que es el motor económico del país. Según las encuestas a pie de urna, el no ganó en Guayaquil con el 48″06 %, el sí obtuvo 41″80%, hubo 8″79 % de votos nulos y 1″35 % de votos en blanco. En el futuro habrá que analizar que supone que la zona más próspera del país, en defensa de la autonomía, rechace la nueva Constitución.

Al conocer las encuestas que anticipaban su triunfo, Correa saludó en primer lugar a los emigrantes ecuatorianos, «a los tres millones de exiliados de la pobreza». El presidente señaló que el país «vive un momento histórico que trasciende las personas, es un proceso de cambio de todo un pueblo.

«Ecuador ha decidido un nuevo país, las viejas estructuras han sido derrotadas por los soldados de la revolución ciudadana», dijo Correa en Guayaquil, desde la gobernación de la provincia de Guaymas.

Con este cuarto triunfo electoral consecutivo Correa ya tiene las manos libres para presentarse a la reelección y acelerar sus polémicas reformas socialistas, que, entre otras cosas, otorga al Estado un mayor control en sectores estratégicos. Sumak kawsay, buen vivir en lengua quechua, será el eje del nuevo marco institucional que prometió el presidente. Sin embargo, sumak kawsay, una fórmula tan difusa como el Socialismo del Siglo XXI que impulsa el joven mandatario ecuatoriano, parece ser el envoltorio de un proyecto estatista y de concentración del poder.

Por tercera vez en este año y por quinta en los últimos 26 meses, unos 9,7 millones de ecuatorianos (el voto es obligatorio) se pronunciaron sobre el texto constitucional Aunque con características propias, el modelo de Correa sigue la hoja de ruta trazada por Hugo Chávez desde Caracas. El libreto del calendario es el mismo: referéndum para convocar una Constituyente, comicios para Asamblea Constituyente, nuevo referéndum para aprobar la Carta Magna, y otras elecciones para renovar los poderes. Todo en un tiempo muy rápido; las votaciones se suceden mientras el presidente mantiene una alta popularidad y la economía todavía no se resiente de una política populista que multiplica el gasto público.

Al aprobarse la Constitución, Ecuador deberá celebrar a principios del próximo año nuevos comicios legislativos y presidenciales; Correa podrá volver a ser candidato -y aspirar a la reelección cuatro años después- sin que se le computen los 20 meses que lleva en el poder. De esta manera, el actual mandatario podría continuar en el palacio de Carondelet hasta 2017.

Muchos ecuatorianos fueron a votar con ilusión y esperanza, confiando en que se cumplirán las promesas de Correa de «un mejor vivir».

«Tengo fe en Correa, me inspira confianza después de tantos políticos ladrones», nos comentó Luisa Valle tras votar en un colegio del barrio quiteño Las Casas, en la falda del volcán Pichincha.

Jaime Costales, psicólogo y catedrático de la Universidad San Francisco, dijo que el ecuatoriano vive en un «delirio colectivo» por la manipulación de la conciencia con promesas mesiánicas de Correa que jamás podrán llevar al país a una nueva democracia». «Se usan las mismas artimañas y vicios de los viejos partidos para instaurar un régimen presidencialista que aspira a controlar todos los poderes, silenciando las discrepancias e imponiendo su verdad», señala el profesor.

Aunque Correa mantiene alta popularidad, en el mundo empresarial se esperan con recelo los cambios. Algunos analistas los rechazan por considerarlos «un listado de buenas intenciones irrealizables en la práctica»

Referéndum en Ecuador

La hora de Rafael Correa

El presidente ecuatoriano ha dedicado todas sus energías a aprobar una nueva Ley Fundamental para «refundar» el país

La Constitución que ha votado Ecuador es el punto culminante de los dos primeros años de mandato del presidente, Rafael Correa. Todo lo que ha hecho desde que asumió el poder, el 15 de enero de 2007, ha sido para dotarse de una nueva Ley Fundamental para «refundar» Ecuador desde los cimientos. Correa ha impulsado una consulta popular para preguntar a los ecuatorianos si querían una nueva Constitución y la gente le dijo que sí, y ha disuelto el Congreso electo en 2006 a favor de su Asamblea Constituyente. «Si no se aprueba me voy», había advertido.La nueva Ley Fundamental es el último de los proyectos de reforma constitucionales que en menos de un año han puesto en marcha los tres Gobiernos considerados más de izquierda de Suramérica. El texto del venezolano Hugo Chávez, el más radical, se estrelló en la consulta popular a finales de 2007. La Constitución del boliviano Evo Morales, de corte indigenista, ha provocado una fuerte división. Fue aprobada por el Gobierno en un cuartel militar, de madrugada, y con la ausencia de la oposición. Los sangrientos enfrentamientos que se han producido desde entonces han impedido que pueda ser sometida a referéndum. Éste se ha aplazado una y otra vez. La última fecha prevista es el 25 de enero.

«Visto desde lejos, pueden verse similitudes entre Venezuela, Bolivia y Ecuador. Pero de cerca, no tienen nada que ver», afirma Alberto Acosta, principal redactor y hasta hace tres meses presidente de la Asamblea Constituyente ecuatoriana. Acosta era uno de los pilares del Gobierno de Correa e íntimo del presidente. Dimitió porque él quería más tiempo para «acabar mejor el texto» y Correa se negó. De paso por Madrid, cuenta que «las prisas bajaron la calidad del debate y se cometieron muchos errores».

Toda la nueva Constitución gira en torno al término Sumak Kawsay, traducido del quechua como «buen vivir». Para conseguir el bienestar, se encumbra la figura del Estado, del que parte la planificación del desarrollo económico y la protección social. Para afianzar aún más el papel regulador y estratégico del Gobierno, el presupuesto se elaborará con una previsión de cuatro años. Todos los sectores clave (petróleo, minería, telecomunicaciones) quedarán bajo control estatal.

En Ecuador se han alzado voces en contra de este modelo, presumiendo que desembocará en la «estatización» de la economía a lo Chávez. «Esto no es así. No queremos un modelo estatista, pero sí planificado por el Gobierno, para que los recursos y las políticas se dirijan hacia donde son necesarios», explica Acosta.

En Guayaquil, la segunda ciudad del país y la más rica, gobernada por la oposición, hay una fuerte oposición a esta planificación centralista. Correa ya ha advertido que no tolerará una rebelión de la región del Guayas como la de la provincia boliviana de Santa Cruz contra la Constitución del presidente Morales.

El nuevo texto es socialmente uno de los más avanzados del continente. Amplía la cobertura de salud y de educación. Se prohíbe el trabajo a los menores de 15 años y se considerará obligatoria la asistencia a la escuela hasta completar los estudios secundarios. Reconoce el derecho a emigrar y garantiza los derechos de los trabajadores emigrantes y de sus familias en los países de destino, así como de los inmigrantes en Ecuador. Contempla además a la familia en sus «diversos tipos».

Muchos de los detractores de Correa no cuestionan ninguno de estos contenidos de la Ley Fundamental, sino cómo se financiarán. Correa sabe que para un país que crece a un ritmo de entre el 3% y el 4% anual un gasto público disparado es una trampa. El presidente ha dado a entender que si los ingresos por impuestos ordinarios y la renta petrolera no son suficientes, dejará de pagar la deuda externa. Sin embargo, esto conlleva el riesgo de que a Ecuador se le cierren las puertas del crédito internacional, que por cada dólar que pida tenga que pagar una barbaridad de intereses o que sólo pueda recurrir a Venezuela, que lo presta a una tasa de interés nada desdeñable.

Muchos economistas ya han llamado la atención de la escalada del déficit público por el aumento del gasto. En los primeros seis meses del Gobierno los desembolsos estatales -sin incluir los pagos de la deuda externa- alcanzaron los 2.312 millones de dólares (unos 1.580 millones de euros), según el banco central. En el mismo periodo de este año había trepado hasta los 5.630 millones, un 143% más.

Otro punto polémico es el de la reelección inmediata por otro mandato de cuatro años. Si el texto se aprueba en el referéndum se da casi por seguro que Correa convocará elecciones en el primer trimestre del año próximo y, en teoría, podría permanecer en el poder hasta 2017.

«Yo no quería la reelección inmediata, para nadie, ni presidente ni alcaldes… Al menos logré que no fuera indefinida», relata Acosta. Existe la posibilidad de revocar legalmente el mandato presidencial, pero los requisitos para iniciar el proceso son difíciles de cumplir. Para empezar, se requiere el 15% de las firmas del padrón electoral, casi 1,5 millones.

Los indígenas (el 20% de los 14 millones de ecuatorianos) ven reflejado en el preámbulo de la nueva Constitución un Estado plurinacional. El artículo 257 permite a las comunidades indígenas «conformar circunscripciones territoriales (…) que ejerzan las competencias de un gobierno territorial autónomo». Para muchos juristas, la Constitución puede lanzar a las comunidades indígenas a hacer reclamaciones de tierras y recursos naturales y a imponer el derecho indígena sobre el criollo.

FUENTES:  vanguardia.es/elpais.com

Con el 94,7 por ciento escrutado, los votos afirmativos están en el 63,97 %

Los votos afirmativos en el referendo constitucional celebrado este domingo en Ecuador totalizan un 63,97 por ciento, cuando se ha escrutado el 94,7 por ciento del total, informó hoy el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Los votos contrarios al proyecto de nueva Constitución suman 28,1 por ciento, los nulos, un 7,21 por ciento, y los blancos, un 0,72 por ciento, según el TSE.

En cifras absolutas, 4.493.921 votos son por el «sí» y 1.973.931 votos por el «no» con ese porcentaje escrutado, que corresponde a 36.840 de las 38.901 Juntas Receptoras de Votos (JRV) que estuvieron habilitadas en el referendo.

El TSE prevé completar hoy mismo el escrutinio preliminar y deberá proclamar los resultados oficiales definitivos en un máximo de diez días.

Un total de 9.754.883 ecuatorianos estaban facultados para participar en el referendo, en el que se pedía a los ciudadanos su opinión sobre la nueva Carta Magna redactada por la Asamblea Constituyente e impulsada por el Gobierno del presidente Rafael Correa.

De acuerdo al TSE, en Guayaquil, epicentro de la tensión política de los últimos días y principal centro económico del país, el «no» aventaja al «sí», por 46,97 por ciento (528.544 votos) frente a 45,67 por ciento (513.995 votos), con el 95,59 de los votos computados.

Los votos nulos ascienden a 6,84 por ciento (77.027) y los votos en blanco a 0,51 por ciento (5.776).

Con esos resultados, el alcalde de Guayaquil, el socialcristiano Jaime Nebot, cabeza visible de la oposición en el país, rechazó hoy que el jefe de Estado haya celebrado en esa urbe el triunfo del «sí», al considerar que la población de esa ciudad, en su mayoría, no aprobó la Carta Magna.

Las declaraciones de Nebot se dieron poco después de haber ratificado éste su voluntad de dialogar con el Gobierno si recibe una invitación para ello.

El presidente de la Asamblea Constituyente en receso, Fernando Cordero, del movimiento oficialista Alianza País, extendió hoy públicamente una invitación a Nebot para dialogar en Quito.

Venezuela: la dictadura del subproletariado, por M. Castells

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Venezuela, la dictadura del subproletariado
por Manuel Castells, sociólogo

LA VANGUARDIA, 25.08.07

La reciente propuesta de reforma constitucional de Hugo Chávez para aumentar el tiempo del mandato presidencial y hacer posible la reelección de forma indefinida no supone, en sí misma, un acto antidemocrático. De hecho, en las democracias parlamentarias europeas donde el primer ministro es el detentor del poder no existen límites al tiempo que una misma persona puede continuar ocupando dicho cargo, como bien saben Margaret Thatcher, Tony Blair o Felipe González.

Mientras la decisión corresponda a los electores y la elección sea libre y limpia, no hay razón para que la temporalidad del ejercicio del poder no pueda variar según las necesidades de cada país. Otra cosa es que muchos opinemos que es sano que haya una renovación prudente del personal político, tanto en el ejecutivo como en el legislativo. Pero el principio en sí no es objetable. Lo que ocurre es que esa decisión se sitúa en un contexto en el que el presidente Chávez no oculta su deseo de asegurarse el poder en Venezuela durante el tiempo que él considere necesario para profundizar la transformación revolucionaria del país. Por eso en el paquete de reformas se incluye la centralización de las instituciones autonómicas, agrupando los actuales estados en distritos federales bajo su control, y la drástica reducción de la autonomía municipal en favor de la creación de 25.000 consejos comunales que, junto con las cooperativas de trabajadores, constituyen los órganos del nuevo poder popular en gestación.

De esta forma, los últimos vestigios de poder de la oposición quedarían eliminados, puesto que ni siquiera está presente en el Parlamento por su boicot a las últimas elecciones ante la previsión de la abrumadora victoria de los chavistas en las urnas. Pero la concentración de poder en manos del presidente va aún más lejos. Chávez, según me dicen quienes le conocen personalmente, tiene una gran inteligencia política y sabe lo que quiere. Y lo dice y lo hace. Por tanto, entendió que la política, en último término, se decide en las mentes de la gente y que en esto son claves los medios de comunicación, que en su inmensa mayoría le eran hostiles. Por eso retiró la licencia de Radio Caracas Televisión, la más popular cadena venezolana, suscitando fuertes protestas populares incluso en sectores afines, porque tocar a la principal emisora de telenovelas es afectar el imaginario cotidiano de la gente. De ahí la virulencia de las críticas a este acto autoritario, tanto en Venezuela como en el mundo, y los intentos de resistencia mediática que se han ido produciendo: emisión de informativos de RCTV por YouTube, boicot masivo a la cadena gubernamental que ocupó la frecuencia, emisión de programas de RCTV por satélite y una oleada de artículos y reportajes negativos en los medios de todo el mundo.

Sin embargo, la flexibilidad táctica de Chávez le condujo también hace tiempo a un pacto de no agresión con Gabriel Cisneros, el principal hombre de negocios de los medios venezolanos y una de las personalidades decisivas en el mundo de la comunicación en América Latina, por lo que la situación de los medios en Venezuela incluye amplias zonas grises en donde se atenúa la crítica al régimen sin caer en la propaganda servil. Es decir que conforme avanza la revolución bolivariana se transforman las instituciones políticas alejándose de lo que normalmente llamamos democracia. Como me decía hace poco un preclaro dirigente socialista latinoamericano, «Chávez tal vez sea socialista, pero lo que es seguro es que no es un demócrata».

No creo que el propio Chávez se sintiera ofendido por dicha apreciación, en la que coinciden muchos intelectuales que le apoyaron en un principio, como su ex ministro y viejo militante comunista Teodoro Petkoff. Porque la respuesta es tan obvia como clásica en la historia revolucionaria: la democracia formal no es la verdadera democracia, es una farsa de los políticos corruptos y de los medios de comunicación capitalistas puesta en solfa por imperialismos de diversos orígenes. ¿Y saben qué? Hoy por hoy la mayoría de venezolanos, en torno a un 60%, parecen coincidir en el diagnóstico. Y también sabemos que en el conjunto de América Latina los datos del Latinobarómetro muestran que aunque la gran mayoría de ciudadanos rechaza las dictaduras, más de la mitad anteponen la mejora de sus condiciones de vida al mantenimiento de la democracia tal como ellos la perciben.

Venezuela es un caso especial en ese sentido porque su clase política, tanto los socialdemócratas como los socialcristianos, se distinguía por ser una de las más corruptas y falta de principios de América Latina, con el socialista Carlos Andrés Pérez como ejemplo paradigmático. Así se explica como un país tan rico como Venezuela llegara a tener un 70% de la población en la pobreza. Y también se explica por qué Chávez ha ganado cinco elecciones y dos referendos por mayoría absoluta. Por escribir esta obviedad desde hace tiempo he ido perdiendo a mis amigos intelectuales de izquierda en Venezuela. Entiendo su enfado, porque una cosa es el análisis y otra es vivir en condiciones de protodictadura que va poco a poco ahogando el ejercicio real de las libertades.

Pero cualquiera que sea la posición de cada uno, es necesario tener claro que no se trata de la dictadura de Chávez, sino de la dictadura del subproletariado venezolano, de los millones y millones de pobres y marginados, que encontraron un salvador que les proporciona educación (aun con adoctrinamiento), salud gratuita, trabajo aún poco productivo, subsidios para sus necesidades básicas y una legitimación, aunque sea paternalista, de sus reivindicaciones. Y quienes denuncian el papel de los maestros y médicos cubanos en las mejoras de los servicios venezolanos, olvidan que la educación y la salud cubanas son consideradas por investigadores imparciales entre las mejores de América Latina.

Es cierto que Chávez ha tenido la suerte de contar con el inestimable apoyo de la política belicista de Bush que ha conllevado la subida de los precios del petróleo, por lo que Venezuela ha crecido en estos años por encima del 10% anual y se ha encontrado con el maná de rentas petroleras. También es cierto que el fracaso del intento de golpe del 2002 (cuya inepcia hace verosímil la hipótesis de que fuese planeado por Bush y Aznar) le permitió movilizar el nacionalismo de las fuerzas armadas contra la intervención extranjera. Es más, su apoyo a los movimientos políticos que han liquidado el neoliberalismo en toda América del Sur (con excepción de Colombia) le ha granjeado amplias simpatías entre los sectores populares y le han permitido alianzas estratégicas con Bolivia, Ecuador, Nicaragua y, en menor medida, con Uruguay, además del sonado hermanamiento con Cuba. Su inteligente utilización del petróleo como instrumento político ha reforzado su influencia en países que lo reciben a precios subsidiados.

Pero también le ha permitido limitar los intentos desestabilizadores de Estados Unidos porque Venezuela sigue siendo el quinto suministrador de petróleo para dicho país y Estados Unidos no puede arriesgarse a una crisis de suministro en la situación actual en Oriente Medio. Y ha asegurado una alianza táctica con Argentina, Uruguay y Brasil que podría llevar a un relanzamiento de Mercosur ampliado a Venezuela. Incluso México, tras el violento enfrentamiento diplomático del pasado año, está intentando llegar a una entente con Chávez tanto para mantener un acuerdo en política petrolera como para evitar que el contagio bolivariano llegue a México. Chávez se ha convertido en un personaje central en la política latinoamericana, con una influencia creciente en el ámbito mundial, véase Irán. Por eso se atreve ahora a abordar directamente la construcción del socialismo en Venezuela.

La historia enseña, en Cuba por ejemplo, que es contradictorio con la democracia. Y que los órganos de poder popular, como ya le dijo Rosa Luxemburgo a Lenin en su momento, no son sino formas de legitimación de la dictadura del partido en nombre del proletariado, ahora convertido en sub por las políticas neoliberales de las dos últimas décadas. Pero quienes quieran superar el populismo de Chávez tendrán que buscar a sus enemigos no en los despachos de Washington o en las salas de prensa, sino en aquellas elites políticas latinoamericanas que han venido medrando con la pobreza de sus pueblos. Porque sólo cuando los pobres, mayoría en Venezuela y en América Latina, sientan que puede haber otra democracia distinta de la que conocen estarán dispuestos a defenderla.

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