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Los 4 pilares de la Educación. Informe J. Delors a la UNESCO…

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Delors, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación”
Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI,
Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103.
Los cuatro pilares de la educación.

 

El siglo XXI, que ofrecerá recursos sin precedentes tanto a la circulación y al almacenamiento de informaciones como a la comunicación, planteará a la educación una doble exigencia que, a primera vista, puede parecer casi contradictoria: la educación deberá transmitir, masiva y eficazmente, un volumen cada vez mayor de conocimientos teóricos y técnicos evolutivos, adaptados a la civilización cognoscitiva, porque son las bases de las competencias del futuro. Simultáneamente, deberá hallar y definir orientaciones que permitan no dejarse sumergir por la corriente de informaciones más o menos efímeras que invaden los espacios públicos y privados y conservar el rumbo en proyectos de desarrollo individuales y colectivos. En cierto sentido, la educación se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él.

Con esas perspectivas se ha vuelto imposible, y hasta inadecuado, responder de manera puramente cuantitativa a la insaciable demanda de educación, que entraña un bagaje escolar cada vez más voluminoso. Es que ya no basta con que cada individuo acumule al comienzo de su vida una reserva de conocimientos a la que podrá recurrir después sin límites. Sobre todo, debe estar en condiciones de aprovechar y utilizar durante toda la vida cada oportunidad que se le presente de actualizar, profundizar y enriquecer ese primer saber y de adaptarse a un mundo en permanente cambio.

Para cumplir el conjunto de las misiones que les son propias, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por ultimo, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una sola, ya que hay entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio.

Mas, en general, la enseñanza escolar se orienta esencialmente, por no decir que de manera exclusiva, hacia el aprender a conocer y, en menor medida, el aprender a hacer. Las otras dos formas de aprendizajes dependen las más de las veces de circunstancias aleatorias, cuando no se les considera una mera prolongación, de alguna manera natural, de las dos primeras. Pues bien, la comisión estima que, en cualquier sistema de enseñanza estructurado, cada uno de esos cuatro “pilares del conocimiento” debe recibir una atención equivalente a fin de que la educación sea para el ser humano, en su calidad de persona y de miembro de la sociedad, una experiencia global y que dure toda la vida en los planos cognoscitivos y practico.

Desde el comienzo de su actuación, los miembros de la Comisión fueron conscientes de que, para hacer frente a los retos del siglo XXI, seria indispensable asignar nuevos objetivos a la educación y, por consiguiente, modificar la idea que nos hacemos de su utilidad. Una nueva concepción más amplia de la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, actualizando así el tesoro escondido en cada uno de nosotros, lo cual supone trascender una visión puramente instrumental de la educación, percibida como la vía obligada para obtener determinados resultados (experiencia práctica, adquisición de capacidades diversas, fines de carácter económico), para considerar su función en toda su plenitud, a saber, la realización de la persona que, toda ella, aprender a ser.

Aprender a conocer

Este tipo de aprendizaje, que tiende menos a la adquisición de conocimientos clasificados y codificados que al dominio de los instrumentos mismos del saber, puede considerarse ala vez medio y finalidad de la vida humana.

En cuanto a medio, consiste para cada persona en aprender a comprender el mundo que la rodea, al menos suficientemente para vivir con dignidad, desarrollar sus capacidades profesionales y comunicarse con los demás. Como fin, su justificación es el placer de comprender, conocer, de descubrir.

Aunque el estudio sin aplicación inmediata este cediendo terreno frente al predomino actual de los conocimientos útiles, la tendencia a prolongar la escolaridad e incrementar el tiempo libre debería permitir a un numero cada vez mayor de adultos apreciar las bondades del conocimiento y de la investigación individual. El incremento del saber, que permite comprender mejor las múltiples facetas del propio entorno, favorece el despertar de la curiosidad intelectual, estimula el sentido critico y permite descifrar la realidad, adquiriendo al mismo tiempo una autonomía de juicio. Desde esa perspectiva, insistimos en ello, es fundamental que cada niño , donde quiera que este, pueda acceder de manera adecuada al razonamiento científico y convertirse para toda la vida en un “amigo de la ciencia” en los niveles de enseñanza secundaria y superior, la formación inicial de proporcionar a todos los alumnos los instrumentos, conceptos y modos de referencia resultantes del progreso científico y de los paradigmas del época.

Sin embargo, puesto que el conocimiento es múltiple e infinitamente evolutivo, resulta cada vez más utópico pretender conocerlo todo; por ello más allá de la enseñanza básica, la idea de un saber omnisciente es ilusoria. Al mismo tiempo, la especialización  ⎯incluso en el caso de futuros investigadores⎯ no debe excluir una cultura general.

“En nuestros días una mente verdaderamente formada necesita una amplia cultura general y tener la facilidad de estudiar a fondo un pequeño numero de materias. De un extremo a otro de la enseñanza, debemos favorecer la simultaneidad de ambas tendencias” pues la cultura general, apertura a otros lenguajes y conocimientos, permite ante todo comunicar. Encerrado en su propia ciencia, el especialista corre un riego de desinteresarse de lo que hacen los demás. En cualesquiera circunstancias, le resultara difícil cooperar. Por otra parte, argamasa de las sociedades en el tiempo y en el tiempo y en el espacio, la formación cultural entraña a una apertura a otros campos del saber, lo que contribuye a fecundas sinergia entre disciplinas diversas. En el ámbito de la investigación, en particular, el progreso de los conocimientos se produce a veces en el punto en el que confluyen disciplinas diversas.

Aprender para conocer supone, en primer termino, aprender a aprender, ejercitando la atención, la memoria y el pensamiento. Desde la infancia, sobre todo en las sociedades dominadas por la imagen televisiva, el joven debe aprender a concentrar su atención alas cosas y alas personas. La vertiginosa sucesión de informaciones en los medios de comunicación y el frecuente cambio del canal de televisión, atenta contra el proceso de descubrimiento, que requiere una permanencia y una profundización de la información captada. Este aprendizaje de la atención puede adoptar formas diversas y sacar provecho de múltiples ocasiones de la vida (juegos, visitas a empresas, viajes, trabajos prácticos, asignaturas científicas, etc.).

El ejercicio de la memoria, por otra parte, es un antídoto necesario contra la invasión de las informaciones instantáneas que difunden los medios de comunicación masiva. Seria peligroso imaginar que la memoria ha perdido su utilidad debido a la formidable capacidad de almacenamiento y difusión de datos de que disponemos en la actualidad. Desde luego, hay que ser selectivos, en la elección de los datos que aprenderemos “de memoria”, pero debe cultivarse con esmero la facultad intrínsecamente humana de memorización asociativa, irreductible a un automatismo. Todos los especialistas coinciden en afirmar la necesidad de entrenar la memoria desde la infancia y estiman inadecuado suprimir de la práctica escolar algunos ejercicios tradicionales considerados tediosos.

Por ultimo, el ejercicio del pensamiento, en el que el niño es iniciado primero por sus padres y más tarde por sus maestros, debe entrañar una articulación entre lo concreto y lo abstracto. Asimismo, convendría combinar tanto en la enseñanza como en la investigación los dos métodos, el deductivo y el inductivo, a menudo presentados como opuestos. Según las disciplinas que se enseñen, uno resultará más pertinente que el otro, pero en la mayoría de los casos la concatenación del pensamiento requiere combinar ambos.

El proceso de adquisición del conocimiento no concluye nunca y puede nutrirse de todo tipo de experiencias. En ese sentido, se entrelaza de manera creciente con la experiencia del trabajo, a medida que éste pierde su aspecto rutinario. Puede considerarse que la enseñanza básica tiene éxito si aporta el impulso y las bases que permitirán seguir aprendiendo durante toda la vida, no sólo en el empleo sino también al margen de él.

Aprender a hacer

Aprender a conocer y aprender a hacer son, en gran medida, indisociables. Pero lo segundo esta más estrechamente vinculado a la cuestión de la forma profesional: ¿cómo enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos y, al mismo tiempo, como adaptar la enseñanza al futuro mercado del trabajo, cuya evolución no es totalmente previsible? La comisión procurara responder en particular a esta última interrogante.

Al respecto, corresponde establecer una diferencia entre las economías industriales, en las que predomina el trabajo asalariado, y las demás, en las que subsiste todavía de manera generalizada el trabajo independiente o ajeno al sector estructurado de la economía. En las sociedades basadas en el salario que se han desarrollado a lo largo del siglo XX conforme al modelo industrial, la sustitución del trabajo humano por maquinas convierte a aquel en algo cada vez más inmaterial y acentúa el carácter conflictivo de las tareas, incluso la industria, así como la importancia de los servicios en la actividad económica. Por lo demás, el futuro de esas economías esta suspendido a su capacidad de transformar el progreso de los conocimientos e innovaciones generadoras de nuevos empleos y empresas. Así pues, ya no puede darse a la expresión “aprender a hacer” el significado simple que tenia cuando se trataba de preparar a alguien para una tarea material bien definida, para que participase en la fabricación de algo. Los aprendizajes deben, así pues, evolucionar y ya no pueden considerarse mera transmisión de prácticas más o menos rutinarias, aunque estos conserven un valor formativo que no debemos desestimar.

⎯De la noción de calificación a la de competencia

El dominio de las dimensiones cognoscitiva e informativa en los sistemas de producción industrial vuelve algo caduca la noción de calificación profesional, entre otros en el caso de los operarios y los técnicos, y tienden a privilegiar la de competencia personal. En efecto, el progreso técnico modifica de manera ineluctable las calificaciones que requieren los nuevos procesos de producción. A las tareas puramente físicas suceden tareas de producción más intelectuales, más cerebrales ⎯como el mando de maquinas, su mantenimiento y supervisión⎯ y tareas de diseño, estudio y organización, a medida que las propias maquinas se vuelven más “inteligentes” y que el trabajo se “desmaterializa”.

Este incremento general de los niveles de calificación exigidos tiene varios orígenes. Con respecto a los operarios, la yuxtaposición de las tareas obligadas y del trabajo fragmentado sede ante una organización “colectivos de trabajo” o “grupos de proyecto”, siguiendo las practicas de las empresas japonesas: una especie de taylorismo al revés; los desempleados dejan de ser intercambiables y las tareas se personalizan. Cada vez con mas frecuencia, los empleadores ya no exigen una calificación determinada, que consideran demasiado unida todavía a la idea de pericia material, y piden, en cambio, un conjunto de competencias especificas a cada persona, que combina la calificación propiamente dicha, adquirida mediante la formación técnica y profesional, el comportamiento social, la aptitud para trabajar en equipo, la capacidad de iniciativa y la de asumir riesgos.

Si ha estas nuevas exigencias añadimos la de un empeño personal del trabajador, considerando como agente del cambio, resulta claro que ciertas cualidades muy subjetivas, innatas o adquiridas ⎯que los empresarios denominan a menudo “saber ser”⎯ se combinan con los conocimientos teóricos y prácticos para componer las competencias solicitadas; esta situación ilustra de manera elocuente, como ha destacado la comisión, él vinculo que la educación debe mantener entre los diversos aspectos del aprendizaje entre estas cualidades, cobra cada vez mayor importancia la capacidad de comunicarse y de trabajar con los demás, de afrontar y solucionar conflictos. El desarrollo de las actividades de servicios tiende a acentuar esta tendencia.

⎯La “desmaterialización” del trabajo y las actividades de servicios en el sector asalariado.

Las repercusiones de la “desmaterialización “de las economías avanzadas en el aprendizaje se ponen en manifiesto inmediatamente al observar la evolución cuantitativa y cualitativa de los servicios, categoría muy diversificada que se define sobre todo por exclusión, como aquella que agrupa actividades que no son ni industriales ni agrícolas y que, a pesar de su diversidad, tienen en común el hecho de no producir ningún bien material.

Muchos servicios se definen principalmente en función de la relación interpersonal que generan. Podemos citar ejemplos tanto en el sector comercial (peritajes de todo tipo, servicios de supervisión o de asesoramiento tecnológico, servicios financieros, contables o administrativos) que proliferan nutriéndose de la creciente complejidad de las economías, como la del sector no comercial más tradicional (servicios sociales, de enseñanza, de sanidad, etc.). En ambos casos, es primordial la actividad de información y de comunicación; se pone al acento en el acopio y la elaboración personalizada de informaciones especificas, destinadas a un proyecto preciso. En ese tipo de servicios, la calidad de la relación entre el prestatario y el usuario dependen también en gran medida del segundo. Resulta entonces comprensible que la tarea de la que se trate ya no pueda prepararse de la misma manera que si se fuera a trabajar la tierra o a fabricar una chapa metálica. La relación con la materia y la técnica debe ser complementada por una aptitud para las relaciones interpersonales. El desarrollo de los servicios obliga, pues, a cultivar cualidades humanas que las formaciones tradicionales no siempre inculcan y que corresponden a la capacidad de establecer relaciones estables y eficaces entre las personas.

Por ultimo, es concebible que en las sociedades ultratecnificadas del futuro la deficiente interacción entre los individuos puede provocar graves disfunciones, cuyas superación exijan nuevas calificaciones, basadas mas en el comportamiento que en el bagaje intelectual, lo que quizá ofrezca posibilidades a las personas con pocos o sin estudios escolares, pues la institución, el discernimiento, la capacidad de prever el futuro y de crear un espíritu de equipo no son cualidades reservadas forzosamente a los mas diplomados. ¿Cómo y donde enseñar estas cualidades, innatas? No es tan fácil deducir cuales deben ser los contenidos de una formación que permita adquirir las capacidades o aptitudes necesarias. El problema se plantea también a propósito de la formación profesional en los piases en desarrollo.

⎯El trabajo en la economía no estructurada

En las economías en desarrollo donde la actividad asalariada no predomina, el trabajo es de naturaleza muy distinta. Hay mucho países de África subsahariana y algunos de América latina y Asia solo un pequeño segmento de la población trabaja el régimen asalariado y la inmensa mayoría participa en la economía tradicional de subsistencia. Hablando con propiedad, no existen ninguna función referencial laboral; los conocimientos técnicos suelen ser de tipo tradicional. Además, la función del aprendizaje no se limita al trabajo, si no que debe satisfacer el objetivo más amplio de una participación y de desarrollo dentro de los sectores estructurado o no estructurado de la economía. A menudo, se trata de adquirir a la vez una calificación social y una formación profesional.

En otros países en desarrollo hay, además de la agricultura y de un reducido sector estructurado, un sector económico al mismo tiempo moderno y no estructurado, a veces bastante dinámico, formado por actividades artesanales, comerciales y financieras, que indican que existen posibilidades empresariales perfectamente adaptadas a las condiciones locales.

En ambos casos, de los numerosos estudios realizados en países en desarrollo se desprende que estos consideran que su futuro estará estrechamente vinculado a la adquisición de la cultura científica que les permitirá acceder a la tecnología moderna, sin descuidar por ello las capacidades concretas de innovación y creación inherentes al contexto local.

Se plantea entonces una pregunta común a los países, desarrollados y en desarrollo: ¿Cómo aprender a comportarse eficazmente en una situación de incertidumbre, como participar en la creación del futuro?

Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás

Sin duda, este aprendizaje constituye una de las principales empresas de la educación contemporánea. Demasiado a menudo, la violencia que impera en el mundo contradice la esperanza que algunos habían depositado en el progreso de la humanidad. La historia humana siempre ha sido conflictiva, pero hay elementos nuevos que acentúan el riesgo, en particular el extraordinario potencial de autodestrucción que la humanidad misma ha creado durante el siglo XX. A través de los medios de comunicación masiva, la opinión pública se convierte en observadora impotente, y hasta en rehén, de quienes generan o mantienen vivos los conflictos. Hasta el momento, la educación no ha podido hacer mucho para modificar esta situación. ¿Seria posible concebir una educación que permitiera evitar los conflictos o solucionarlos de manera pacifica, fomentando el conocimiento de los demás, de sus culturas y espiritualidad?

La idea de enseñar la no-violencia en la escuela es loable, aunque solo sea un instrumento entre varios para combatir los prejuicios que llevan al enfrentamiento. Es una tarea ardua, ya que, como es natural, los seres humanos tienden a valorar en exceso sus cualidades y las del grupo al que pertenecen y a alimentar prejuicios desfavorables hacia los demás. La actual atmósfera competitiva imperante en la actividad económica de cada nación y, sobre todo a nivel internacional, tiende además a privilegiar el espíritu de competencia y el éxito individual. De hacho, esa competencia da lugar a una guerra económica despiadada y provoca tensiones entre los poseedores y los desposeídos que fracturan las naciones y el mundo y exacerban las rivalidades históricas. Es de lamentar que, a veces, a la educación contribuya a mantener ese clima al interpretar de manera errónea la idea de emulación.

¿Cómo mejorar esta situación? La experiencia demuestra que, para disminuir ese riesgo, no basta con organizar el contacto y la comunicación entre miembros de grupos diferentes (por ejemplo, en escuelas a las que concurran niños de varias etnias o religiones). Por el contrario, si esos grupos compiten unos con otros o no están en una situación equitativa en el espacio común, este tipo de contacto puede agravar las tensiones latentes y degenerar en conflictos. En cambio, si la relación se establece en un contexto de igualdad y se formulan objetivos y proyectos comunes, los prejuicios y la hostilidad subyacente pueden dar lugar a una cooperación más serena e, incluso, a la amistad.

Parecería entonces adecuado dar a la educación dos orientaciones complementarias. En el primer nivel, el descubrimiento gradual del otro. En el segundo, y durante toda la vida, la participación en proyectos comunes, un método quizá eficaz para evitar o resolver los conflictos latentes.

⎯El descubrimiento del otro

La educación tiene una doble misión: enseñar la diversidad de la especie humana y contribuir a una toma de coincidencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos. Desde la primera infancia, la escuela debe, pues, aprovechar todas las oportunidades que se presenten para esa doble enseñanza. Algunas disciplinas se prestan particularmente a hacerlo, como la geografía humana desde la enseñanza primaria y, más tarde, los idiomas extranjeros.

El descubrimiento del otro pasa forzosamente por el descubrimiento de uno mismo; por consiguiente, para desarrollar en el niño y el adolescente una visión cabal del mundo la educación, tanto si la imparte la familia como si la imparte la comunidad o la escuela, primero debe hacerle descubrir quien es. Solo entonces podrá realmente ponerse en el lugar de los demás y comprender sus reacciones. El fomento de esta actitud de empatía en la escuela era fecundo para los comportamientos sociales a lo largo de la vida. Así, por ejemplo si se enseña a los jóvenes adoptar el punto de vista de otros grupos étnicos o religiosos, se pueden editar incomprensiones generadoras del odio y violencia en los adultos. Así pues, la enseñanza de la historia de las religiones o de los usos y costumbre puede servir de útil referencia para futuros comportamientos3 por ultimo, la forma misma de la enseñanza no debe oponerse a este reconocimiento del otro. Los profesores que, a fuerza de dogmatismo, destruyen la curiosidad o el espíritu crítico en lugar de despertarlos en sus alumnos, pueden ser más perjudiciales que benéficos. Al olvidar que son modelos para los jóvenes, su actitud puede atentar de manera permanente contra la capacidad de sus alumnos de aceptar la alteridad y hacer frente a las inevitables tensiones entres seres humanos, grupos y naciones. El enfrentamiento, mediante el dialogo y el intercambio de argumentos, será unos de los instrumento necesarios de la educación del siglo XXI.

⎯Tender hacia objetivos comunes

Cuando se trabaja mancomunadamente en proyectos motivadores que permiten escapar a la rutina, disminuyen y a veces hasta desaparecen las diferencias ⎯e incluso los conflictos⎯ entre los individuos. Esos proyectos que permiten superar los hábitos individuales y valoran los puntos de convergencia por encima de los aspectos que se paran, dan origen a un nuevo modo de identificación. Por ejemplo, gracias a la practica del deporte, ¡cuantas tensiones entre clases sociales o nacionalidades han acabado por transformarse en solidaridad, a través de la pugna y la felicidad del esfuerzo común¡. Así mismo, en el trabajo, ¡cuantas realizaciones podrían no haberse concretado si los conflictos habituales de las organizaciones jerarquizadas no hubieran sido superados por un proyecto de todos. En consecuencia, en sus programas la educación escolar debe reservar tiempo y ocasiones suficientes para iniciar desde muy temprano a los jóvenes en proyectos cooperativos, en el marco de actividades deportivas y culturales y mediante su participación en actividades sociales: renovación de barrios, ayuda a los mas desfavorecidos, acción humanitaria servicio de solidaridad entre las generaciones, etcétera. Las demás organizaciones educativas y las asociaciones deben tomar el relevo de la escuela en estas actividades. Además, en la practica escolar cotidiana, la participación de lo profesores y alumnos en proyectos comunes pueden engendrar el aprendizaje de un método de solución de conflictos y ser una referencia para la vida futura de los jóvenes, enriqueciendo al mismo tiempo la relación entre educadores y educandos.

Aprender a ser

Desde su primera reunión, la comisión ha reafirmado enérgicamente un principio fundamental: la educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones, en particular gracias a la educación recibida en su juventud, de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismos qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida.

El informe “Aprende a Ser” (1972) manifestaba en su preámbulo el temor a una deshumanización del mundo vinculada a la evolución tecnológica. La evolución general de las sociedades desde entonces y, entre otras cosas, el formidable poder adquirido por los medios de comunicación masiva, ha agudizado ese temor y dado más legitimidad a la advertencia que suscitó. Posiblemente, en el siglo XXI amplificará estos fenómenos, pero el problema ya no será tanto preparar a los niños para vivir en una sociedad determinada sino, m{as bien, dotar a cada cual de fuerzas y puntos de referencia intelectuales permanentes que le permitan comprender el mundo que le rodea y comportarse como un elemento responsable y justo. Más que nunca, la función esencial de la educación es conferir a todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos y de imaginación que necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud y seguir siendo artífices, en la medida de lo posible, de su destino. Este imperativo no es solo de naturaleza individualista: la experiencia reciente demuestra que lo que pudiera parecer únicamente un modo de defensa del ser humano frente a un sistema alienante o percibido como hostil es también, a veces, la mejor oportunidad de progreso para las sociedades. La diversidad de personalidades, la autonomía y el espíritu de iniciativa, incluso el gusto por la provocación son garantes de la creatividad y la innovación. Para disminuir la violencia o luchar contra los distintos flagelos que afectan a la sociedad, métodos inéditos derivados de experiencias sobre el terreno, han dado prueba de su eficacia.

En un mundo en permanente cambio uno de cuyos motores principales parece ser la innovación tanto social como económica, hay que conceder un lugar especial a la imaginación y a la creatividad; manifestaciones por excelencia de la libertad humana, pueden verse amenazadas por cierta normalización de la conducta individual. El siglo XXI necesitará muy diversos talentos y personalidades, además de individuos excepcionales, también esenciales en toda civilización. Por ello, habrá que ofrecer a niños y jóvenes todas las oportunidades posibles de descubrimiento y experimentación  ⎯estética, artística, deportiva, científica, cultural y social⎯ que completaran la  presentación atractiva de lo que en esos ámbitos hayan creado las generaciones anteriores o sus contemporáneos. En la escuela, el arte y la poesía deberían recuperar un lugar más importante que el que les concede, en muchos países, una enseñanza interesada en lo utilitario más que en lo cultural. El afán de fomentar la imaginación y la creatividad debería también llevar a revalorar la cultura oral y los conocimientos extraídos de la experiencia del niño o del adulto.

Así pues, la Comisión hace plenamente suyo el postulado del informe Aprender a Ser “… El desarrollo tiene por objeto el despliegue completo del hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y de sus compromisos; individuo, miembro de una familia y de su colectividad, ciudadano y productor, inventor de técnicas y creador de sueños”. Este desarrollo del ser humano, que va del nacimiento al fin de la vida, es un proceso dialéctico que comienza por el conocimiento de sí mismo y se abre después a las relaciones con los demás. En este sentido, la educación es ante todo un viaje interior cuyas etapas corresponden a las de la maduración, constante de la personalidad. En el caso de una experiencia profesional positiva, la educación, como medio para alcanzar esa realización, es, pues, a la vez un proceso extremadamente individualizado y una estructuración social interactiva.

Huelga decir que los cuatro pilares de la educación que acabamos de describir no pueden limitarse a una etapa de la vida o a un solo lugar. Como veremos en el capitulo siguiente, es necesario replantear los tiempos y los ámbitos de la educación, y que se complementen e imbriquen entre si, a fin de que cada persona, durante toda su vida, pueda aprovechar al máximo un contexto educativo e constante enriquecimiento.

Pistas y recomendaciones
  • La educación a lo largo de la vida se basa en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser.
  • Aprender a conocer, combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias. Lo que supone además: aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida.
  • Aprender a hacer a fin de adquirir no sólo una calificación profesional, más generalmente una competencia que capacite al individuo para hacer frente a gran número de situaciones y a trabajar en equipo. Pero, también, aprender a hacer en el marco de las distintas experiencias sociales o de trabajo que se ofrecen a los jóvenes y adolescentes bien espontáneamente a causa del contexto social o nacional, bien formalmente gracias al desarrollo de la enseñanza por alternancia.
  • Aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia⎯realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos⎯ respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.
  • Aprender hacer para que florezca mejor la propia personalidad y se esté en condiciones de obrar con creciente capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal. Con tal fin, no menos preciar en la educación ninguna de las posibilidades de cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitudes para comunicar…
  • Mientras los sistemas educativos formales propenden a dar prioridad a la adquisición de conocimientos, en detrimento de otras formas de aprendizaje, importa concebir la educación como un todo. En esa concepción deben buscar inspiración y orientación las reformas educativas, en la elaboración de los programas y en la definición de nuevas políticas pedagógicas.

Noam Chomsky: el objetivo de la educación, la des-educación…

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Filosofia Costa-Rica

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Noam Chomsky critica el actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo que impide el pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar sobre lo que se oculta tras las explicaciones y que, por ello mismo, fija estas explicaciones como las únicas posibles.
Transcripción realizada por Luis Rivas para Rebelión

El objetivo de la educación

Podemos preguntarnos cuál es el propósito de un Sistema Educativo y, por supuesto, hay marcadas diferencias en este tema. Hay la tradicional: una interpretación que proviene de la Ilustración, que sostiene que el objetivo más alto en la vida es investigar y crear, buscar la riqueza del pasado, tratar de interiorizar aquello que es significativo para uno, continuar la búsqueda para comprender más, a nuestra manera. Desde ese punto de vista, el propósito de la educación es mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos. Es uno mismo el aprendiz que va a realizar logros durante la educación y, por lo tanto, depende de uno cuánto logremos dominar, adónde lleguemos, cómo usemos ese conocimiento, cómo logremos producir algo nuevo y excitante para nosotros mismos, y tal vez para otros.

Ese un concepto de educación. El otro concepto es, esencialmente, Adoctrinamiento; algunas personas tienen la idea de que, desde la infancia, los jóvenes tienen que ser colocados dentro de un marco de referencia en el que acatarán órdenes, aceptarán estructuras existentes sin cuestionar, etc. Y esto resulta, con frecuencia, bastante explícito. Por ejemplo: después del activismo de los años 60, había mucha preocupación en gran parte de la gente educada, porque los jóvenes se estaban volviendo demasiado libres e independientes, que el país se estaba llenando con demasiada democracia. Y de hecho hay un estudio importante que es llamado «La crisis de la democracia», que afirma que hay ciertas instituciones de los jóvenes -la frase es de ellos- que no están haciendo su trabajo adecuadamente; se refieren a escuelas, universidades, iglesias, que tienen que ser modificadas para que lleven a cabo, con más eficiencia, esa idea, que, de hecho, proviene de liberales internacionalistas, de gente altamente educada.

En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas medidas para tratar de orientar el sistema educativo hacia uno provisto de mayor control, más adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan costosos que endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de conformismo.

Eso es exactamente lo contrario de lo que yo describo como una tradición proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos dos enfoques, en las universidades y escuelas. En las escuelas ciertamente se les entrena o para pasar exámenes o bien para la investigación creativa, entendiendo esta ultima como dedicarse a intereses que son estimulados por los cursos en los que se profundiza por cuenta propia o en cooperación con otros. Esta lucha se extiende también al posgrado o a la investigación.

Son dos maneras ver el mundo. Cuando uno ve las instituciones de investigación, como esta en la que estamos [Nota de Transcripción: MIT], observa que a nivel de posgrado se sigue esencialmente la idea de la Ilustración. De hecho la Ciencia no podría progresar a menos que esté basada en la inculcación del impulso por el desafío, por el cuestionamiento de doctrinas o de la autoridad, a través de la búsqueda de alternativas o del uso de la imaginación, con el trabajo cooperativo que aquí, en esta institución, es constante. Y para verlo, solo se necesita caminar por los pasillos.

Esto es lo que, desde mi punto de vista, debe ser un sistema educativo desde la educación preescolar.

Pero hay estructuras poderosas en la sociedad que prefieren ver a la gente adoctrinada y formateada sin que hagan muchas preguntas, siendo obedientes, realizar la función que se les ha asignado y no tratar de sacudir los sistemas de poder y autoridad. Son opciones que tenemos que elegir

sin importar nuestra posición en el Sistema Educativo, como profesores, estudiantes, o gente externa que trata de ayudar a darle forma, en la manera que ellos creen que debe hacerse.

El impacto de la tecnología

Ha habido ciertamente un crecimiento muy sustancial en nuevas tecnologías: de comunicación, información (acceso e intercambio) o en la naturaleza de la cultura de la Sociedad. Pero debemos tener en cuenta que los cambios tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser significativos, no tienen, ni de lejos, el mismo impacto que los avances tecnológicos de hace alrededor de un siglo. El cambio, si hablamos sólo de comunicación, de una máquina de escribir a una computadora o del teléfono al correo eléctronico es significativo, pero no se puede comparar con el cambio de barcos de vela al telégrafo: la reducción en eI tiempo de comunicación, por ejemplo entre Inglaterra y los Estados Unidos, fue extraordinaria comparada con los cambios que están ocurriendo ahora. Lo mismo ocurre con otros tipos de tecnología: algo tan sencillo como el agua corriente y el alcantarillado en las ciudades tuvo enormes consecuencias para la salud; mucho más que el descubrimiento de los antibióticos. Los cambios actuales son reales y significativos, pero debemos reconocer otros que ocurrieron y cuyos efectos fueron mucho más drásticos.

En cuanto a la tecnología en la educación, debe decirse que la tecnología es algo neutro. Es como un martillo: al martillo no le importa si lo usas para construir una casa o si un torturador lo usa para aplastarle el cráneo a alguien. El martillo puede hacer ambas cosas. Es lo mismo con la tecnología moderna. Por ejemplo: internet es extremadamente valiosa si se sabe lo que se está buscando; yo la uso todo el tiempo en mi investigación. Si se sabe lo que se está buscando, si se tiene una especie de marco de referencia, que nos dirige a temas particulares y nos permite dejar al margen muchos otros, entonces puede ser una herramienta muy valiosa. Por supuesto, uno debe estar siempre dispuesto a preguntarse si el marco de referencia es el correcto: tal vez algo que encontremos cuestionará la forma en que vemos las cosas. No se puede perseguir ningún tipo de investigación sin un marco de referencia relativamente claro que dirija la búsqueda y que ayude a seleccionar lo que es significativo y lo que no lo es, Io que hay de que dejar de lado, a lo que hay que darle seguimiento, lo que merece ser cuestionado o desarrollado.

No se puede esperar que alguien llegue a ser, por así decirlo, biólogo, nada más con darle acceso a la biblioteca de biología de la Universidad de Harvard y diciéndole: «léela». Eso no le sirve de nada, y el acceso a internet es lo mismo: si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada.

Entonces, detrás de cualquier uso significativo de la tecnología contemporánea, como internet, sistemas de comunicación, gráficos o lo que sea, a menos que detrás de ese uso haya un aparato conceptual bien dirigido, bien construído, es poco probable que este resulte útil, y hasta podría ser dañino. Si se toma un hecho incierto aquí y otro allá y alguien los refuerza, terminamos con un panorama que tiene algunas bases objetivas, pero nada que ver con la realidad. Hay que saber cómo evaluar e interpretar para entender.

Volviendo a la biología, la persona que gana el premio Nobel no es la que lee más artículos y toma más notas; es la persona que sabe qué buscar. Cultivar esa capacidad para buscar lo que es significativo y estar siempre dispuesto a cuestionar si estamos en el camino correcto, de eso es de lo que debe tratar la educación, ya sea usando computadores e internet o lápiz, papel y libros.

Costo o Inversión

La Educación es discutida en términos de si es una inversión que vale la pena, de si genera un gran capital humano que puede ser usado en el crecimento económico, y esa es una manera muy extraña, muy distorsionada, de cuestionarse el tema, opino. ¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos? ¿Queremos eso o queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo.

Una educación como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y otros, tiene un valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga en la sociedad tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores. Después de todo a eso es a lo que debe servir un sistema educativo.

No obstante, si se quiere ver en términos de costo y beneficio, tomemos por ejemplo la nueva tecnología de la que hablábamos: ¿de dónde viene? Bueno, pues mucha de ella fue desarrollada exactamente donde estamos sentados [Nota de Transcripción: MIT]. En el piso de abajo había un gran laboratorio en los años 50, donde fui empleado de hecho, y donde había muchos científicos, ingenieros, gente con todo tipo de intereses, filósofos y otros, que desarrollaron el carácter básico y aún las herramientas básicas de la tecnología que es común hoy día. Las computadoras e internet estuvieron exclusivamente en el sector público durante décadas, financiadas en lugares como este, donde la gente exploraba nuevas posibilidades; muchas de ellas eran impensables y desconocidas en ese momento, algunas funcionaron, otras no, pero las que funcionaron fueron convertidas en herramientas que la gente puede usar.

Esa es la manera como el progreso científico tiene lugar. Es la manera en la que el progreso cultural tiene lugar, generalmente.

Los artistas clásicos, por ejemplo, son el producto de las habilidades tradicionales que se desarrollaron a lo largo del tiempo con maestros artistas, y a veces con su ayuda se crearon cosas maravillosas.

Todo eso no sale de la nada. Si no existe un sistema cultural y educativo activo, enfocado en la estimulación de la exploracion creativa, con independencia de pensamiento, con disposicion a cruzar fronteras para desafiar las creencias aceptadas… si no se tiene eso, no obtendremos la tecnología que lleva a obtener beneficios económicos. Beneficios, sin embargo, que no creo que sean el objetivo principal del enriquecimiento cultural y la educación.

Evaluación vs. Autonomía

Ha habido, en los últimos tiempos particularmente, una estructuración cada vez mayor de la educación, que comienza a temprana edad y contínúa luego, y que funciona a través de exámenes.

Pasar exámenes puede ser de alguna utilidad tanto para la persona que está pasando el examen -para comprobar cuánto sabe, lo que ha logrado, etc- como para que los instructores se den cuenta qué es lo que hay que cambiar, mejorar, en el desarrollo del curso. Pero más allá de eso no dicen mucho.

Lo sé por mi experiencia de años, he estado en comités de admisión a programas de posgrado avanzado, tal vez uno de los programas más avanzados del mundo, y sí, desde luego, ponemos atención a los resultados de exámenes, pero realmente no mucha. Una persona puede tener resultados magníficos en todos los exámenes y entender muy poco. Todos los que hemos pasado por escuelas, colegios, universidades, sabemos eso. Se puede estar inscrito en un curso que no nos interesa para el que existe el requerimiento de pasar un examen, y se estudia para el examen, se logra pasarlo con la mejor nota y, dos semanas más tarde, no nos acordamos de mucho. Estoy seguro que todos hemos tenido esa experiencia.

Los exámenes pueden ser una herramienta útil si contribuyen a los fines constructivos de la educación, pero si sólo se tratan de una serie de obstáculos que hay que superar pueden no tanto carecer de sentido como distraernos de lo que queremos hacer. De hecho veo esto frecuentemente cuando hablo con profesores: hace un par de semanas estaba yo hablando con un grupo que incluía profesores de escuela y había una profesora de 6º grado, es decir, con alumnos de 10 a 12 años, que vino a hablar conmigo luego y me dijo que en su clase una niña le contó que estaba realmente interesada en un tema: le pedía consejo para aprender más al respecto, pero la maestra se vio obligada a decirle que no podía hacer eso, porque la niña debía estudiar para un examen a nivel nacional que se acercaba y que eso iba a determinar su futuro; la profesora no lo dijo, pero también iba a determinar el de ella, es decir, eso influiría para que la contrataran de nuevo.

Ese sistema no es sino una preparación de los niños para pasar obstáculos, no para aprender, entender y explorar. Esa niña hubiera ganado mucho más si se le hubiera permitido explorar lo que le interesaba y tal vez no sacar una muy buena calificación en un examen de algo que no le interesaba.

Buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con los intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban eliminarse, pueden ser una herramienta educativa útil. Pero complementaria, algo que ayude a los estudiantes a mejorar por sí mismos, o para los instructores u otros que necesitemos saber acerca de lo que hacemos e indicarnos lo que debemos modificar.

Pasar exámenes no se puede ni comparar con buscar, investigar, dedicarse a temas que nos atraen y nos estimulan; esto último es mucho más práctico que pasar exámenes. Y, de hecho, si se nos da la oportunidad de este tipo de carrera educativa, el estudiante recordará lo que descubrió.

Un físico mundialmente famoso, aquí en el MIT daba, como muchos catedráticos, cursos a estudiantes nuevos. Un estudiante le preguntó qué temas se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: «No importa lo que se cubre, sino lo que se descubre». Y es correcto: la Enseñanza debe inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen otas mejores, a revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen.

Si la Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y no sólo recordarían lo que estudiaron sino que lo utilizarían como una base para continuar aprendiendo por sí solos.

Una vez más: la educacion debe estar dirigida a ayudar a los estudiantes a que lleguen a un punto en que aprendan por sí mismos, porque eso es lo que van a hacer durante la vida, no sólo absorber información dada por alguien y repetirla.

Rebelion.org

Noam Chomsky: el asalto neoliberal a las universidades …

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Noam Chomsky, Counterpunch

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Lo que sigue es la traducción castellana de una transcripción editada en inglés de un conjunto de observaciones realizadas por Noam Chomsky vía Skype el pasado 4 de febrero para una reunión de afiliados y simpatizantes del sindicato universitario asociado a la Unión de Trabajadores del Acero (Adjunct Faculty Association of the United Steelworkers) en Pittsburgh, PA. Las manifestaciones del profesor Chomsky se produjeron en respuesta a preguntas de Robin Clarke, Adam Davis, David Hoinski, Maria Somma, Robin J. Sowards, Matthew Ussia y Joshua Zelesnick. La transcripción escrita de las respuestas orales la realizó Robin J. Sowards y la edición y redacción corrió a cargo del propio Noam Chomsky.

Sobre la contratación temporal de profesores y la desaparición de la carrera académica

Eso es parte del modelo de negocio. Es lo mismo que la contratación de temporales en la industria o lo que los de Wall Mart llaman “asociados”, empleados sin derechos sociales ni cobertura sanitaria o de desempleo, a fin de reducir costes laborales e incrementar el servilismo laboral. Cuando las universidades se convierten en empresas, como ha venido ocurriendo harto sistemáticamente durante la última generación como parte de un asalto neoliberal general a la población, su modelo de negocio entraña que lo que importa es la línea de base. Los propietarios efectivos son los fiduciarios (o la legislatura, en el caso de las universidades públicas de los estados federados), y lo que quieren mantener los costos bajos y asegurarse de que el personal laboral es dócil y obediente. Y en substancia, la formas de hacer eso son los temporales. Así como la contratación de trabajadores temporales se ha disparado en el período neoliberal, en la universidad estamos asistiendo al mismo fenómeno. La idea es dividir a la sociedad en dos grupos. A uno de los grupos se le llama a veces “plutonomía” (un palabro usado por Citibank cuando hacía publicidad entre sus inversores sobre la mejor forma de invertir fondos), el sector en la cúspide de una riqueza global pero concentrada sobre todo en sitios como los EEUU. El otro grupo, el resto de la población, es un “precariado”, gentes que viven una existencia precaria.

Esa idea asoma de vez en cuando de forma abierta. Así, por ejemplo, cuando Alan Greenspan testificó ante el Congreso en 1997 sobre las maravillas de la economía que estaba dirigiendo, dijo redondamente que una de las bases de su éxito económico era que estaba imponiendo lo que él mismo llamó “una mayor inseguridad en los trabajadores”. Si los trabajadores están más inseguros, eso es muy “sano” para la sociedad, porque si los trabajadores están inseguros, no exigirán aumentos salariales, no irán a la huelga, no reclamarán derechos sociales: servirán a sus amos tan donosa como pasivamente. Y eso es óptimo para la salud económica de las grandes empresas. En su día, a todo el mundo le pareció muy razonable el comentario de Greenspan, a juzgar por la falta de reacciones y los aplausos registrados. Bueno, pues transfieran eso a las universidades: ¿cómo conseguir una mayor “inseguridad” de los trabajadores? Esencialmente, no garantizándoles el empleo, manteniendo a la gente pendiente de un hilo que puede cortarse en cualquier momento, de manera que mejor que estén con la boca cerrada, acepten salarios ínfimos y hagan su trabajo; y si por ventura se les permite servir bajo tan miserables condiciones durante un año más, que se den con un canto en los dientes y no pidan más. Esa es la manera como se consiguen sociedades eficientes y sanas desde el punto de vista de las empresas. Y en la medida en que las universidades avanzan por la vía de un modelo de negocio empresarial, la precariedad es exactamente lo que se impone. Y más que veremos en lo venidero.

Ese es un aspecto, pero otros aspectos que resultan también harto familiares en la industria privada: señaladamente, el aumento de estratos administrativos y burocráticos. Si tienes que controlar la gente, tienes que disponer de una fuerza administrativa que lo haga. Así, en la industria norteamericana más que en cualquier otra parte, se acumula estrato ad administrativo tras estrato administrativo: una suerte de despilfarro económico, pero útil para el control y la dominación. Y lo mismo vale para las universidades. En los pasados 30 0 40 años se ha registrado un aumento drástico en la proporción del personal administrativo en relación el profesorado y los estudiantes de las facultades: profesorado y estudiantes han mantenido la proporción entre ellos, pero la proporción de administrativos se ha disparado. Un conocido sociólogo, Benjamin Ginsberg, ha escrito un muy buen libro titulado The Fall of the Faculty: The Rise of the All-Administrative University and Why It Matters (Oxford University Press, 2011), en el que se describe con detalle el estilo empresarial de administración y niveles burocráticos multiplicados. Ni que decir tiene, con administradores profesionales más que bien pagados: los decanos, por ejemplo, que antes solían miembros de la facultad que dejaban la labor docente para servir como gestores con la idea de reintegrarse a la facultad al cabo de unos años. Ahora son todos profesionales, que tienen que contratar a vicedecanos, secretarios, etc., etc., toda la proliferación de estructura que va con los administradores. Todo eso es otro aspecto del modelo empresarial.

Pero servirse de trabajo barato –y vulnerable— es una práctica de negocio que se remonta a los inicios mismos de la empresa privada, y los sindicatos nacieron respondiendo a eso. En las universidades, trabajo barato, vulnerable, significa ayudantes y estudiantes graduados. Los estudiantes graduados son todavía más vulnerables, huelga decirlo, La idea es transferir la instrucción a trabajadores precarios, lo que mejora la disciplina y el control, pero también permite la transferencia de fondos a otros fines muy distintos de la educación. Los costos, claro está, los pagan los estudiantes y las gentes que se ven arrastradas a esos puestos de trabajo vulnerables. Pero es un rasgo típico de una sociedad dirigida por la mentalidad empresarial transferir los costos a la gente. Los economistas cooperan tácitamente en eso. Así, por ejemplo, imaginen que descubren un error en su cuenta corriente y llaman al banco para tratar de enmendarlo. Bueno, ya saben ustedes lo que pasa. Usted les llama por teléfono, y le sale un contestador automático con un mensaje grabado que le dice: “Le queremos mucho, y ahí tiene un menú”. Tal vez le menú ofrecido contiene lo que usted busca, tal vez no. Si acierta a elegir la opción ofrecida correcta, lo que escucha a continuación es una musiquita, y de rato en rato una voz que le dice: “Por favor, no se retire, estamos encantados de servirle”, y así por el estilo. Al final, transcurrido un buen tiempo, una voz humana a la que poder plantearle una breve cuestión. A eso los economistas le llaman “eficiencia”. Con medidas económicas, ese sistema reduce los costos laborales del banco; huelga decir que le carga los costos a usted, y esos costos han de multiplicarse por el número de usuarios, que puede ser enorme: pero eso no cuenta como coste en el cálculo económico. Y si miran ustedes cómo funciona la sociedad, encuentran eso por doquiera. Del mismo modo, la universidad impone costos a los estudiantes y a un personal docente que, además e tenerlo apartado de la carrera académica, se le mantiene en una condición que garantiza un porvenir sin seguridad. Todo eso resulta perfectamente natural en los modelos de negocio empresariales. Es nefasto para la educación, pero su objetivo no es la educación.

En efecto, si echamos una mirada más retrospectiva, la cosa se revela más profunda todavía. Cuando todo esto empezó, a comienzos de los 70, suscitaba mucha preocupación en todo el espectro político establecido el activismo de los 60, comúnmente conocidos como “la época de los líos”. Fue una “época de líos” porque el país se estaba civilizando [con las luchas por los derechos civiles], y eso siempre es peligroso. La gente se estaba politizando y se comprometía con la conquista de derechos para los grupos llamados “de intereses especiales”: las mujeres, los trabajadores, los campesinos, los jóvenes, los viejos, etc. Eso llevó a una grave reacción, conducida de forma prácticamente abierta. En el lado de la izquierda liberal del establishment, tenemos un libro llamado The Crisis of Democracy: Report on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission, compilado por Michel Crozier, Samuel P. Huntington y Joji Watanuki (New York University Press, 1975) y patrocinado por la Comisión Trilateral una organización de liberales internacionalistas. Casi toda la administración Carter se reclutó entre sus filas. Estaban preocupados por lo que ellos llamaban la “crisis de la democracia” y que no dimanaba de otra cosa del exceso de democracia. En los 60 la población –los “intereses especiales” mencionados— presionaba para conquistar derechos dentro de la arena política, lo que se traducía en demasiada presión sobre el Estado: no podía ser. Había un interés especial que dejaban de lado, y es a saber: el del sector granempresarial; porque sus intereses coinciden con el “interés nacional”. Se supone que el sector graempresarial controla al Estado, de modo que no hay ni que hablar de sus intereses. Pero los “intereses especiales” causaban problemas, y estos caballeros llegaron a la conclusión de que “tenemos que tener más moderación en la democracia”: el público tenía que volver a ser pasivo y regresar a la apatía. De particular preocupación les resultaban las escuelas y las universidades, que, decían, no cumplían bien su tarea de “adoctrinar a los jóvenes” convenientemente: el activismo estudiantil –el movimiento de derechos civiles, el movimiento antibelicista, el movimiento feminista, los movimientos ambientalistas— probaba que los jóvenes no estaban correctamente adoctrinados.

Bien, ¿cómo adoctrinar a los jóvenes? Hay más de una forma. Una forma es cargarlos con deudas desesperadamente pesadas para sufragar sus estudios. La deuda es una trampa, especialmente la deuda estudiantil, que es enorme, mucho más grande que el volumen de deuda acumulada en las tarjetas de crédito. Es una trampa para el resto de su vida porque las leyes están diseñadas para que no puedan salir de ella. Si, digamos, una empresa incurre en demasiada deuda, puede declararse en quiebra. Pero si los estudiantes suspenden pagos, nunca podrán conseguir una tarjeta de la seguridad social. Es una técnica de disciplinamiento. No digo yo que eso se hiciera así con tal propósito, pero desde luego tiene ese efecto. Y resulta harto difícil de defender en términos económicos. Miren ustedes un poco lo que pasa por el mundo: la educación superior es en casi todas partes gratuita. En los países con los mejores niveles educativos, Finlandia (que anda en cabeza), pongamos por caso, la educación superior es pública y gratuita. Y en un país rico y exitoso como Alemania es pública y gratuita. En México, un país pobre que, sin embargo, tiene niveles de educación muy decentes si atendemos a las dificultades económicas a las que se enfrenta, es pública y gratuita. Pero miren lo que pasa en los EEUU: si nos remontamos a los 40 y los 50, la educación superior se acercaba mucho a la gratuidad. La Ley GI ofreció educación superior gratuita a una gran cantidad de gente que jamás habría podido acceder a la universidad. Fue muy bueno para ellos y fue muy bueno para la economía y para la sociedad; fue parte de las causas que explican la elevada tasa de crecimiento económico. Incluso en las entidades privadas, la educación llegó a ser prácticamente gratuita. Yo, por ejemplo: entré en la facultad en 1945, en una universidad de la Ivy League, la Universidad de Pensilvania, y la matrícula costaba 100 dólares. Eso serían unos 800 dólares de hoy. Y era muy fácil acceder a una beca, de modo que podías vivir en casa, trabajar e ir a la facultad, sin que te costara nada. Lo que ahora ocurre es ultrajante. Tengo nietos en la universidad que tienen que pagar la matrícula y trabajar, y es casi imposible. Para los estudiantes, eso es una técnica disciplinaria.

Y otra técnica de adoctrinamiento es cortar el contacto de los estudiantes con el personal docente: clases grandes, profesores temporales que, sobrecargados de tareas, apenas pueden vivir con un salario de ayudantes. Y puesto que no tienes seguridad en el puesto de trabajo, no puedes construir una carrera, no puedes irte a otro sitio y conseguir más. Todas esas son técnicas de disciplinamiento, de adoctrinamiento y de control. Y es muy similar a lo que uno espera que ocurra en una fábrica, en la que los trabajadores fabriles han de ser disciplinados, han de ser obedientes; y se supone que no deben desempeñar ningún papel en, digamos, la organización de la producción o en la determinación del funcionamiento de la planta de trabajo: eso es cosa de los ejecutivos. Esto se transfiere ahora a las universidades. Y yo creo que nadie que tenga algo de experiencia en la empresa privada y en la industria debería sorprenderse; así trabajan.

Sobre cómo debería ser la educación superior

Para empezar, deberíamos desechar toda idea de que alguna vez hubo una “edad de oro”. Las cosas eran distintas, y en ciertos sentidos, mejores en el pasado, pero distaban mucho de ser perfectas. Las universidades tradicionales eran, por ejemplo, extremadamente jerárquicas, con muy poca participación democrática en la toma de decisiones. Una parte del activismo de los 60 consistió en el intento de democratizar las universidades, de incorporar, digamos, a representantes estudiantiles a las juntas de facultad, de animar al personal no docente a participar. Esos esfuerzos se hicieron por iniciativa de los estudiantes, y no dejaron de tener cierto éxito. La mayoría de universidades disfrutan ahora de algún grado de participación estudiantil en las decisiones de las facultades. Y yo creo que ese es el tipo de cosas que deberíamos ahora seguir promoviendo: una institución democrática en la que la gente que está en la institución, cualquiera que sea (profesores ordinarios, estudiantes, personal no docente) participan en la determinación de la naturaleza de la institución y de su funcionamiento; y lo mismo vale para las fábricas.

No son estas ideas de izquierda radical, por cierto. Proceden directamente del liberalismo clásico. Si leéis, por ejemplo, a John Stuart Mill, una figura capital de la tradición liberal clásica, verán que daba por descontado que los puestos de trabajo tenían que ser gestionados y controlados por la gente que trabajaba en ellos: eso es libertad y democracia (véase, por ejemplo, John Stuart Mill, Principles of Political Economy, book 4, ch. 7). Vemos las mismas ideas en los EEUU. En los Caballeros del Trabajo, pongamos por caso: uno de los objetivos declaradis de esta organización era “instituir organizaciones cooperativas que tiendan a superar el sistema salarial introduciendo un sistema industrial cooperativo” (véase la “Founding Ceremony” para las nuevas asociaciones locales). O piénsese en alguien como John Dewey, un filósofo social de la corriente principal del siglo XX, quien no sólo abogó por una educación encaminada a la independencia creativa, sino también por el control obrero en la industria, lo que él llamaba “democracia industrial”. Decía que hasta tanto las instituciones cruciales de la sociedad –producción, comercio, transporte, medios de comunicación— no estén bajo control democrático, la “política [será] la sombra proyectada en el conjunto de la sociedad por la gran empresa” (John Dewey, “The Need for a New Party” [1931]). Esta idea es casi elemental, y echa raíces profundas en la historia norteamericana y en el liberalismo clásico; debería constituir una suerte de segunda naturaleza de la gente, y debería valer igualmente para las universidades. Hay ciertas decisiones en una universidad donde no puedes querer transparencia democrática porque tienes que preservar la privacidad estudiantil, pongamos por caso, y hay varios tipos de asuntos sensibles, pero en el grueso de la actividad universitaria normal no hay razón para no considerar la participación directa como algo, no ya legítimo, sino útil. En mi departamento, por ejemplo, hemos tenido durante 40 años representantes estudiantiles que proporcionaban una valiosa ayuda con su participación en las reuniones de departamento.

Sobre la “gobernanza compartida” y el control obrero

La universidad es probablemente la institución social que más se acerca en nuestra sociedad al control obrero democrático. Dentro de un departamento, por ejemplo, es bastante normal que al menos para los profesores ordinarios tenga capacidad para determinar una parte substancial de las tareas que conforman su trabajo: qué van a enseñar, cuando van a dar las clases, cuál será el programa. Y el grueso de las decisiones sobre el trabajo efectuado en la facultad caen en buena medida bajo el control del profesorado ordinario. Ahora, ni que decir tiene, hay un nivel administrativo superior al que no puedes ni eludir ni controlar. La facultad puede recomendar a alguien para ser profesor titular, pongamos por caso, y estrellarse contra el criterio de los decanos o del rector, o incluso de los patronos o de los legisladores. No es que ocurra muy a menudo, pero puede ocurrir y ocurre. Y eso es parte de la estructura de fondo que, aun cuando siempre ha existido, era un problema menor en los tiempos en que la administración salía elegida por la facultad y era en principio revocable por la facultad. En un sistema representativo, necesitas tener a alguien haciendo labores administrativas, pero tiene que poder ser revocable, sometido como está a la autoridad de las gentes a las que administra. Eso es cada vez menos verdad. Hay más y más administradores profesionales, estrato sobre estrato, con más y más posiciones cada vez más remotas del control de las facultades. Me referí antes a The Fall of the Faculty de Benjamin Ginsberg, un libro que entra en un montón de detalles sobre el funcionamiento de varias universidades a las que sometió a puntilloso escrutinio: Johns Hopkins, Cornell y muchas otras.

El profesorado universitario ha venido siendo más y más reducido a la categoría de trabajadores temporales a los que se asegura una precaria existencia sin acceso a la carrera académica. Tengo conocidos que son, en efecto, lectores permanente; no han logrado el estatus de profesores ordinarios; tienen que concursar cada año para poder ser contratados otra vez. No deberían ocurrir estas cosas, no deberíamos permitirlo. Y en el caso de los ayudantes, la cosa se ha institucionalizado: no se les permite ser miembros del aparato de toma de decisiones y se les excluye de la seguridad en el puesto de trabajo, lo que no sirve sino para amplificar el problema. Yo creo que el personal no docente debería ser integrado también en la toma de decisiones, porque también forman parte de la universidad. Así que hay un montón que hacer, pero creo que se puede entender fácilmente por qué se desarrollan esas tendencias. Son parte de la imposición del modelo de negocios en todos y cada uno de los aspectos de la vida. Esa es la ideología neoliberal bajo la que el grueso del mundo ha estado viviendo en los últimos 40 años. Es muy dañina para la gente, y ha habido resistencias a ella. Y es digno de mención el que al menos dos partes del mundo han logrado en cierta medida escapar de ella: el Este asiático, que nunca la aceptó realmente, y la América del Sur de los últimos 15 años.

Sobre la pretendida necesidad de “flexibilidad”

“Flexibilidad” es una palabra muy familiar para los trabajadores industriales. Parte de la llamada “reforma laboral” consiste en hacer más “flexible” el trabajo, en facilitar la contratación y el despido de la gente. También esto es un modo de asegurar la maximización del beneficio y el control. Se supone que la “flexibilidad” es una buena cosa, igual que la “mayor inseguridad de los trabajadores”. Dejando ahora de lado la industria, para la que vale lo mismo, en las universidades eso carece de toda justificación. Pongamos un caso en el que se registra submatriculación en algún sitio. No es un gran problema. Una de mis hijas enseña en una universidad; la otra noche me llamó y me contó que su carga lectiva cambiaba porque uno de los cursos ofrecidos había registrado menos matrículas de las previstas. De acuerdo, el mundo no se acabará, se limitaron a reestructurar el plan docente: enseñas otro curso, o una sección extra, o algo por el estilo. No hay que echar a la gente o hacer inseguro su puesto de trabajo a causa de la variación del número de matriculados en los cursos. Hay mil formas de ajustarse a esa variación. La idea de que el trabajo debe someterse a las condiciones de la “flexibilidad” no es sino otra técnica corriente de control y dominación. ¿Por qué no hablan de despedir a los administradores si no hay nada para ellos este semestre? O a los patronos: ¿para qué sirven? La situación es la misma para los altos ejecutivos de la industria; si el trabajo tiene que ser flexible, ¿por qué no la gestión ejecutiva? El grueso de los altos ejecutivos son harto inútiles y aun dañinos, así que ¡librémonos de ellos! Y así indefinidamente. Sólo para comentar noticias de estos últimos días, pongamos el caso de Jamie Dimon, el presidente del consejo de administración del banco JP Morgan Chase: acaba de recibir un substancial incremento en sus emolumentos, casi el doble de su paga habitual, en agradecimiento por haber salvado al banco de las acusaciones penales que habrían mandado a la cárcel a sus altos ejecutivos: todo quedó en multas por un monto de 20 mil millones de dólares por actividades delictivas probadas. Bien, podemos imaginar que librar de alguien así podría ser útil para la economía. Pero no se habla de eso cuando se habla de ”reforma laboral”. Se habla de gente trabajadora que tiene que sufrir, y tiene que sufrir por inseguridad, por no saber de donde sacarán el pan mañana: así se les disciplina y se les hace obedientes para que no cuestionen nada ni exijan sus derechos. Esa es la forma de operar de los sistemas tiránicos. Y el mundo de los negocios es un sistema tiránico. Cuando se impone a las universidades, te das cuenta de que refleja las mismas ideas. No debería ser un secreto.

Sobre el propósito de la educación

Se trata de debates que se retrotraen a la Ilustración, cuando se plantearon realmente las cuestiones de la educación superior y de la educación de masas, no sólo la educación para el clero y la aristocracia. Y hubo básicamente dos modelos en discusión en los siglos XVIII y XIX. Se discutieron con energía harto evocativa. Una imagen de la educación era la de un vaso que se llena, digamos, de agua. Es lo que ahora llamamos “enseñar para el examen”: viertes agua en el vaso y luego el vaso devuelve el agua. Pero es un vaso bastante agujereado, como todos hemos tenido ocasión de experimentar en la escuela: memorizas algo en lo que no tienes mucho interés para poder pasar un examen, y al cabo de una semana has olvidado de qué iba el curso. El modelo de vaso ahora se llama “ningún niño a la zaga”, “enseñar para el examen”, “carrera a la cumbre”, y cosas por el estilo en las distintas universidades. Los pensadores de la Ilustración se opusieron a ese modelo.

El otro modelo se describía como lanzar una cuerda por la que el estudiante pueda ir progresando a su manera y por propia iniciativa, tal vez sacudiendo la cuerda, tal vez decidiendo ir a otro sitio, tal vez planteando cuestiones. Lanzar la cuerda significa imponer cierto tipo de estructura. Así, un programa educativo, cualquiera que sea, un curso de física o de algo, no funciona como funciona cualquier otra cosa; tiene cierta estructura. Pero su objetivo consiste en que el estudiante adquiera la capacidad para inquirir, para crear, para innovar, para desafiar: eso es la educación. Un físico mundialmente célebre cuando, en sus cursos para primero de carrera, se le preguntaba “¿qué parte del programa cubriremos este semestre?”, contestaba: “no importa lo que cubramos, lo que importa es lo que descubráis vosotros”. Tenéis que ganar la capacidad y la autoconfianza en esta asignatura para desafiar y crear e innovar, y así aprenderéis; así haréis vuestro el material y seguir adelante. No es cosa de acumular una serie fijada de hechos que luego podáis soltar por escrito en un examen para olvidarlos al día siguiente.

Son dos modelos radicalmente distintos de educación. El ideal de la Ilustración era el segundo, y yo creo que el ideal al que deberíamos aspirar. En eso consiste la educación de verdad, desde el jardín de infancia hasta la universidad. Lo cierto es que hay programas de ese tipo para los jardines de infancia, y bastante buenos.

Sobre el amor a la docencia

Queremos, desde luego, gente, profesores y estudiantes, comprometidos en actividades que resulten satisfactorias, disfrutables, actividades que sean desafíos, que resulten apasionantes. Yo no creo que eso sea tan difícil. Hasta los niños pequeños son creativos, inquisitivos, quieren saber cosas, quieren entenderlas, y a no ser que te saquen eso a la fuerza de la cabeza, el anhelo perdura de por vida. Si tienes oportunidades para desarrollar esos compromisos y preocuparte por esas cosas, son las más satisfactorias de la vida. Y eso vale lo mismo para el investigador en física que para el carpintero; toenes que intentar crear algo valioso, lidiar con problemas difíciles y resolverlos. Yo creo que que eso es lo que hace del trabajo el tipo de actividad que quieres hacer; y la haces aun cuando no estés obligado a hacerla. En una universidad que funcione razonablemente, encontrarás gente que trabaja todo el tiempo porque les gusta lo que hacen; es lo que quieren hacer; se les ha dado la oportunidad, tienen los recursos, se les ha animado a ser libres e independientes y creativos: ¿qué mejor que eso? Y eso también puede hacerse en cualquier nivel.

Vale la pena reflexionar un poco sobre algunos de los programas educativos imaginativos y creativos que se desarrollan en los distintos niveles. Así, por ejemplo, el otro día alguien me contaba de un programa que usa en las facultades, un programa de ciencia en el que se plantea a los estudiantes una interesante cuestión: “¿Cómo puede ser que un mosquito vuela bajo la lluvia?” Difícil cuestión, cuando se piensa un poco en ella. Si algo impactara en un ser humano con la fuerza de una gota de agua que alcanza a un mosquito, lo abatiría inmediatamente. ¿Cómo puede, pues, el mosquito evitar el aplastamiento inmediato? ¿Cómo puede seguir volando? Si quieres seguir dándole vueltas a este asunto –dificilísimo asunto—, tienes que hacer incursiones en las matemáticas, en la física y en la biología y plantearte cuestiones lo suficientemente difíciles como para verlas como un desafío que despierta la necesidad de responderlas.

Eso es lo que debería ser la educación en todos los niveles, desde el jardín de infancia. Hay programas para jardines de infancia en los que se da a cada niño, por ejemplo, una colección de pequeñas piezas: guijarros, conchas, semillas y cosas por el estilo. Se propone entonces a la clase la tarea de descubrir cuáles son las semillas. Empieza con lo que llaman una “conferencia científica”: los nenes hablan entre sí y tratan de imaginarse cuáles son semillas. Y, claro, hay algún maestro que orienta, pero la idea es dejar que los niños vayan pensando. Luego de un rato, intentan varios experimentos tendentes a averiguar cuáles son las semillas. Se le da a cada niño una lupa y, con ayuda del maestro, rompe una semilla y mira dentro y encuentra el embrión que hace crecer a la semilla. Esos niños aprenden realmente algo: no sólo algo sobre las semillas y sobre lo que las hace crecer; también aprenden algo sobre los procesos de descubrimiento. Aprenden a gozar con el descubrimiento y la creación, y eso es lo que te permitirá comportarte de manera independiente fuera del aula, fuera del curso.

Lo mismo vale para toda la educación, hasta la universidad. En un seminario universitario razonable, no esperas que los estudiantes tomen apuntes literales y repitan todo lo que tu digas; lo que esperas es que te digan si te equivocas, o que vengan con nuevas ideas desafiantes, que abran caminos que no habían sido pensados antes. Eso es lo que es la educación en todos los niveles. No consiste en instilar información en la cabeza de alguien que luego la recitará, sino que consiste en capacitar a la gente para que lleguen a ser personas creativas e independientes y puedan encontrar gusto en el descubrimiento y la creación y la creatividad a cualquier nivel o en cualesquiera dominios a los que les lleven sus intereses.

Sobre el uso de la retórica empresarial contra el asalto empresarial a la universidad

Eso es como plantearse la tarea de justificar ante el propietario de esclavos que nadie debería ser esclavo. Estáis aquí en un nivel de la indagación moral en el que resulta harto difícil encontrar respuestas. Somos seres humanos con derechos humanos. Es bueno para el individuo, es bueno para la sociedad y hasta es bueno para la economía en sentido estrecho el que la gente sea creativa e independiente y libre. Todo el mundo sale ganando de que la gente sea capaz de participar, de controlar sus destinos, de trabajar con otros: puede que eso no maximice los beneficios ni la dominación, pero ¿por qué tendríamos que preocuparnos de esos valores?

Un consejo a las organizaciones sindicales de los profesores precarios

Ya sabéis mejor que yo lo que hay que hacer, el tipo de problemas a los que os enfrentáis. Seguid adelante y haced lo que tengáis que hacer. No os dejéis intimidar, no os amedrentéis, y reconoced que el futuro puede estar en nuestras manos si queremos que lo esté.

Traducción para http://www.sinpermiso.info: Miguel de Puñoenrostro

Fuente: http://www.counterpunch.org/2014/02/28/on-academic-labor/27

 

Reforma Educacional en Chile: Ministro, queremos gratuidad, no becas…

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ANDRÉS FIELBAUM, Ex Presidente FECh

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Durante todo el año pasado, uno de los puntos que persistentemente exigimos a Michelle Bachelet aclarar sobre su programa se refería a la gratuidad en la educación superior. Concretamente, la gran interrogante era si ésta se llevaría a cabo a través de simplemente aumentar becas o mediante un financiamiento directo a las instituciones. La respuesta nunca llegó, probablemente porque durante la campaña aclarar las ambigüedades significaba incrementar las tensiones en un momento en que requería a su comando unido. Pero, lamentablemente, hace pocos días el nuevo Ministro Eyzaguirre, en su aparición en el programa de TVN “El Informante”, comenzó a develar tales silencios confirmando nuestras peores predicciones: los fondos dedicados a la docencia (es fácil imaginar que serán los mayoritarios) se harán vía subsidio a la demanda.

Hemos escuchado varias veces el argumento de “que los estudiantes exigen educación gratuita, pero que dejen al gobierno ver cómo se financia, porque eso no es lo que a ellos les afecta”. Sostener algo así significa suponer que nuestra lucha ha sido solamente por nuestro bolsillo, olvidando que la reivindicación estudiantil es mucho más profunda: una educación entendida como un derecho para poner los cimientos de una nueva sociedad, mucho más solidaria, igualitaria, democrática y justa.

Para lo anteriormente dicho, es crucial que el mercado se retire de nuestro sistema educacional. En un sistema mercantilizado la prioridad de las instituciones es maximizar la ganancia (ya sea para echársela al bolsillo cuando existe lucro, ya sea para sobrevivir cuando hay autofinanciamento), cuestión incompatible con una educación donde la prioridad esté puesta exclusivamente en la propia educación, con énfasis en generar estudiantes íntegros, en construir espacios de ciudadanía y, por sobre todo, en las necesidades que Chile tiene tanto a nivel de investigación como de profesionales.

El año pasado publiqué en este mismo medio una columna que intentaba sistematizar en cuatro ejes la necesidad de una educación gratuita: libertad, calidad, integración y dignidad. Aquellos cuatro ejes se ven deformados cuando dicha gratuidad se lleva a cabo mediante subsidio a la demanda (becas) y no mediante un financiamiento estable a las instituciones educativas.

En cuanto a la libertad, efectivamente eliminar la necesidad de pagar significa que el limitante directo a la posibilidad de elegir carrera y Universidad ya no existirá. Sin embargo, una libertad real también requiere que la oferta académica esté acorde a la vocación de los estudiantes y, por sobre todo, a las áreas que en cuanto país definamos como estratégicas. Eso no ocurrirá en la medida que el financiamiento a las Universidades esté ligado directamente a la cantidad de becas que pueda atraer y sus formas de gastarla. Es fácil imaginar que seguirán predominando las carreras más baratas de impartir o las que permiten proyectar mayores ingresos futuros, pasando a un segundo plano aquellas en las que nuestro país tiene carencias o desafíos particulares.

No solamente eso, una verdadera libertad significa también una orientación de la carrera dirigida a una formación completa; una educación que mantenga su carácter mercantil tiene como consecuencia que la orientación de cada carrera seguirá priorizando las necesidades de las grandes empresas y no las del chileno común. Que en ingeniería comercial seguirá siendo prioritario aprender a eludir impuestos y que en derecho seguirá siendo más importante saber formar una empresa que defender el derecho a la vivienda.

La calidad probablemente sea el ítem que más se deforma. Durante años se nos dijo que la libre competencia entre las instituciones educativas haría que el sistema completo mejorara, pues tendrían incentivos a ser mejores para así captar más estudiantes. Difícilmente alguien puede sostener razonablemente que aquel supuesto sea una realidad en nuestro actual sistema educativo, donde año tras año nos espantamos con instituciones que gastan cada vez más en publicidad, y el espanto crece cuando comparamos con lo que gastan en mejorar su infraestructura y su enseñanza.

Financiar la gratuidad a través de becas implica perpetuar esta lógica de instituciones compitiendo entre sí, definiendo sus orientaciones de acuerdo a la volátil demanda y dejando una vez más en un segundo o tercer plano las necesidades de Chile y su pueblo. En cambio, financiamiento directo significa autonomía, característica tan necesaria para que las universidades puedan estar con las energías totalmente puestas en el objetivo educativo y libres de ataduras para jugar un rol relevante en las discusiones claves para el país.

En cuanto a la integración, si bien este objetivo está íntimamente ligado con las políticas de acceso, que sobrepasan los límites de esta columna, nuevamente un financiamiento vía becas implica que este objetivo se cumpla sólo parcialmente. En efecto, pues si bien se termina con la barrera de acceso que es la necesidad de que el estudiante pague, disminuyendo la segregación, aquello no resuelve el hecho de perpetuar la competencia por estudiantes, lo cual lleva a que cada institución se concentre en un nicho específico de mercado, orientando sus recursos y estrategias hacia la captación de cierto tipo de estudiantes. Así en definitiva se mantienen algunas Universidades para ricos y otras para pobres.

Finalmente, en lo que respecta a dignidad, si bien es cierto que becas para todos ya no implicará la posibilidad de perder el financiamiento por cualquier pequeño cambio en la situación familiar, en la propuesta del Ejecutivo la posibilidad de perder la beca sí existirá para todos los estudiantes de aquellas instituciones que deberán “decidir” si desean ser parte de la red de universidades financiadas por el Estado o no. Decisión que en muchos casos deberán adoptar juntas directivas sin ningún tipo de control democrático, compuestas, en no pocos casos, por personas ubicadas a varios miles de kilómetros de nuestro país. Por lo tanto, una decisión que será manejada como una variable que perfectamente puede ser cambiada si a esta gente se le ocurre que es más estratégico para su holding.

Pero no solamente los estudiantes de Universidades privadas estarán en riesgo: la precaria situación de muchas Universidades estatales significa que, sin un aporte basal que les permita proyectarse y planificar a largo plazo, sus decisiones inmediatas seguirán basándose en malabarismos para sobrevivir, con todas las temibles consecuencias que ello puede significar.

Un financiamiento directo a las instituciones es la única manera de verdaderamente hacer de la gratuidad una forma de desmercantilización de la educación. Significa eliminar la lógica de que una carrera tiene un “precio” (más allá de quien lo pague). Si el Estado trabaja con una red de Universidades para que formen los profesionales y el conocimiento que Chile necesita, cada Universidad podrá definir su proyecto educativo para cumplir el rol que le haya sido exigido y en función de ello ser financiada. Para que efectivamente con la educación gratuita ganemos todos, se requiere un sistema educativo pensado en función del país en su conjunto. Comprender que la pelea de los estudiantes no es por los estudiantes, es por Chile y su futuro.

Todo lo anteriormente descrito se basa en un diagnóstico tajante: nuestro sistema educativo ha sido un fracaso rotundo, y requiere de cirugía mayor. Aumentar las becas sin comprender lo anterior es meter plata a un saco roto.

Al exigir aportes directos, surge de inmediato el cuestionamiento de para quiénes deben ir, más aún con la discusión coyuntural sobre qué es educación pública. No entraré en ese debate específico en esta columna, pero sí me parece crucial relevar dos principios básicos. Por un lado, la educación provista por el Estado debe volver a ser el pilar fundamental de nuestro sistema educativo, y por ello la reforma debe apuntar a que en un par de décadas tengamos al menos el 70% del estudiantado en tales instituciones (en todos los niveles de la educación), además de recibir un financiamiento definitivamente prioritario. Por otra parte, el Estado no puede estar financiando a instituciones cuya orientación, cuyo futuro, lo definan personas sin ningún tipo de control democrático: no podemos todos los chilenos entregar recursos a instituciones que ni siquiera responden qué hacen con ellos frente a su propia comunidad, por lo tanto, democratizar las Universidades debe ser un requisito previo a cualquier tipo de financiamiento estatal. Lo público es democrático, no tiene un dueño particular.

El movimiento estudiantil ha sido claro en defender una educación gratuita financiada directamente por el Estado. La deformación que ha hecho Nicolás Eyzaguirre de esta demanda es una demostración clara de que solamente quienes han levantado coherentemente el tema educacional estos últimos 4 años pueden garantizar que la orientación de la reforma sea coherente con los sueños de miles de chilenos. La participación protagónica de los actores sociales del mundo de la educación se hace urgente.

Pisa (2014) y crisis de sistema escolar: Los jóvenes de América Latina son los que peor resuelven problemas prácticos…

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Los estudiantes de la región fueron incapaces de solventar pruebas complejas de carácter cotidiano, de acuerdo con el último informe PISA

http://www.oecd.org/pisa/keyfindings/PISA-2012-PS-snapshot-performance.pdfPrueba PISA 2012: Solución Creativa de Problemas (resultados entregados en abril 2014)

EVA SAIZ Washington 1 ABR 2014 – 17:25 CET29, El Pais

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¿Cuál es la ruta más rápida entre una serie de mapas propuestos para llegar a un destino determinado? ¿Qué tarifa es la más barata combinando varias ofertas de transporte público? ¿Cómo programar un termostato para encontrar la relación más adecuada entre temperatura y humedad? ¿Por qué falla un dispositivo electrónico?.

De los 85.000 estudiantes de 15 años de 44 países que se sometieron a este tipo de pruebas prácticas organizadas por primera vez por la OCDE, los de América Latina fueron quienes peores resultados obtuvieron a la hora de resolverlas. Colombia ocupó el último puesto, Uruguay en 42, Brasil el 38 y Chile el 36, de acuerdo con la Prueba PISA 2012: Solución Creativa de Problemas, un estudio que evalúa las habilidades y aptitudes de los jóvenes a la hora de enfrentarse a dificultades de la vida cotidiana.

Con este informe se pretende averiguar si los estudiantes están adquiriendo las habilidades y los conocimientos necesarios para afrontar el futuro. “Los jóvenes de 15 años que hoy carecen de aptitudes para resolver problemas se convertirán en adultos con dificultades para encontrar o mantener un buen trabajo”, ha señalado Andreas Schleicher, responsable de Educación y Aptitudes de la OCDE. Los alumnos de América Latina están muy por detrás de sus compañeros de Singapur o Corea del Sur, los que ja obtenido los resultados más altos.

De acuerdo con el estudio, sólo uno de cada cinco estudiantes fue capaz de resolver problemas sencillos en entornos que le son familiares. En este contexto, los estudiantes latinoamericanos son capaces de decidir una ruta entre varios itinerarios que ya aparecen establecidos, pero se verían en dificultades para encontrarla en circunstancias que les obliguen a abstraer opciones o en las que surjan complicaciones imprevistas.

Los resultados divulgados este martes vuelven a situar a América Latina a la cola de los controles de evaluación de estudiantes, como ya sucediera el año pasado con las pruebas PISA sobre educación. En ese informe, los estados del hemisferio, encabezados por Perú, ocupaban los últimos lugares en comprensión lectora y conocimientos científicos y matemáticos. -En el que se ha publicado este martes sólo han participado los países que quisieron someterse voluntariamente a las pruebas-.

Sin embargo, la OCDE no asocia las dificultades en esas áreas con la resolución de problemas cotidianos. “Los estudiantes con buenos resultados en matemáticas, lectura y ciencia suelen ser los que muestran una mejor desempeño a la hora de enfrentarse a situaciones no familiares y en contextos ajenos al escolar”, reconoce el informe que, sin embargo, advierte que esto no puede considerarse un patrón y cita ejemplos como el de Brasil, Reino Unido o Estados Unidos donde “los estudiantes se desenvuelven mejor en la resolución de problemas prácticos que en otros países con el mismo nivel en conocimientos matemáticos, de lectura o de ciencia”.

Aunque muy por debajo de la media de la OCDE, Chile sigue siendo el país de América Latina con mejores resultados tanto en resolución de problemas cotidianos como en comprensión lectora, matemática y científica. Los informes PISA también ha destacado a Brasil como uno de los estados de la región que más ha avanzado en el ámbito educativo desde 2003 y que mejor puntuación ha obtenido en este último test. “Comparados con otros estudiantes de similar formación académica, los estudiantes de Brasil y de Estados Unidos son los que mejor se desenvuelven en aquellos inconvenientes y dificultades que requieren explorar caminos nuevos y hacer uso de la experiencia acumulada en esa búsqueda”, se indica en el texto.

El informe sugiere que en aquellos países, como los de América Latina, con unos niveles muy bajos a la hora de abordar de manera rápida y directa problemas cotidianos, sus escuelas deberían concentrar mayores esfuerzos en desarrollar un currículo que permita a los estudiantes promover aptitudes de carácter práctico.

 

Prueba PISA (2014): Los estudiantes de América Latina «no resuelven problemas de la vida real»…

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Alejandra Martins, BBC Mundo, Martes, 1 de abril de 2014

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¿Cómo elegir los mejores modelos de un catálogo para amueblar un cuarto? ¿Cómo diseñar una prueba para averiguar por qué falla un dispositivo electrónico?

«Los problemas en los que los estudiantes de América Latina tienden a tener más dificultad son aquellos en los que deben razonar con modelos abstractos para navegar una situación compleja»
Francesco Avvisati, autor del informe de OCDE

Estas son algunos de los problemas planteados a 85.000 estudiantes de 15 años que participaron en una prueba internacional realizada por primera vez por la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que mide la habilidad de resolver «problemas de la vida real».

Una vez más, los resultados divulgados este martes muestran que, al igual que en otros tests de evaluación de estudiantes, los países de América Latina ocupan los últimos lugares de la lista.

Los estudiantes tomaron el examen al mismo tiempo que la conocida prueba PISA, siglas en inglés de Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes, que mide habilidades en matemáticas, lectura y ciencias, y cuyos últimos resultados fueron publicados el año pasado. La participación en el nuevo test de pensamiento creativo era optativa, por lo que sólo participaron 44 países.

Una mirada a los resultados del nuevo test, denominado «Resolución creativa de problemas y habilidades de los alumnos para enfrentar problemas de la vida real», invita a la reflexión.

De los 44 países, Colombia ocupa el último puesto, Uruguay el 42, Brasil el 38 y Chile el 36. Estados Unidos se sitúa en el lugar 11 y España en el 29. Como en las pruebas PISA anteriores, los primeros cinco puestos son ocupados por Asia: Singapur, Corea del Sur, Japón, China-Macao y China-Hong Kong en orden descendente.

«Los problemas en los que los estudiantes de América Latina tienden a tener más dificultad son aquellas tareas en las que deben distilar conocimiento de una situación y razonar con modelos abstractos para navegar una situación compleja», dijo a BBC Mundo el autor del informe, Francesco Avvisati.

Los estudiantes asiáticos, en cambio, «son muy sistemáticos en la exploración de escenarios complejos»
¿Qué tipos de problemas son los que los alumnos latinoamericanos no lograron resolver?

El problema del termostato

La prueba planteó a los estudiantes problemas de diferentes niveles. Uno de cada cinco alumos pudo resolver problemas sencillos sólo si se trataba de contextos familiares. «Un ejemplo de problema de nivel 1 es consultar un catálogo de muebles, con diferentes marcas y precios, y elegir los modelos más baratos para amueblar una habitación», dice el informe.

Pero la diferencia fue grande en el caso de situaciones más complejas.
En uno de los problemas se pide al estudiante imaginar que llega a un cuarto de hotel y ve un termostato o control de temperatura y humedad que no le es familiar. Hay un control remoto con tres botones y el alumno debe averiguar cómo programar el control.

Los estudiantes asiáticos «tienden a ser muy buenos en diseñar experimentos para entender qué hace cada botón en forma independiente, probando cada uno, luego volviéndolo a su posición inicial, y haciendo lo mismo con los otros, para examinar a continuación diferentes combinaciones», explicó Avvisati.El autor del informe señaló que los estudiantes asiáticos son muy buenos en idear diferentes hipótesis, utilizando habilidades aprendidas en matemáticas, por ejemplo, la combinación de posibilidades. Y crucialmente, pueden diseñar experimentos.

«Planean un experimento y prueban todas las hipótesis. Los estudiantes que no tuvieron buenos resultados, en cambio, simplemente apretan los botones al azar para ver qué sucede, pero esto no les dará información útil para comprender cómo opera el aparato».

«El foco es realmente adquirir conocimiento y para eso se necesita un plan abstracto y explorar en forma sistemática situaciones no familiares. Los estudiantes asiáticos son muy buenos en esto, lo que significa que no sólo son muy curiosos, sino que son capaces de aprender a partir de situaciones problemáticas en una forma muy eficiente», dijo Avvisati a BBC Mundo.

Cabe destacar que según el experto, algo en que los alumnos latinoamericanos son mejores comparados con otros países de nivel general similar es que, «una vez que entienden el problema y qué deben hacer, no se dan por vencidos. Pero sí lo hacen si se trata de razonar en forma abstracta».

Qué puede hacer A. Latina

«Cuando miramos los resultados de esta prueba vemos que son relativamente similares a nivel de país con los resultados en la prueba PISA de matemáticas. Esto significa que no es posible desarrollar habilidades para resolver problemas sin desarrollar el aprendizaje en materias específicas», dijo el investigador de la OCDE a BBC Mundo.

La enseñanza de ciencia también es vital para aprender a diseñar experimientos y plantear hipótesis.

«El consejo general para los países de A. Latina no es diferente al que acompaña otros informes. Las claves del éxito parecen ser altas expectativas para todos los estudiantes sin dejar a ninguno atrás, tener un plantel de maestros profesionales y bien valorados, de forma que la enseñanza sea una opción atractiva para los mejores graduados universitarios, tener estándares altos para los estudiantes, y que alguien deba responder públicamente por esos estándares».

También se ha visto que los estudiantes que logran mejores resultados relacionan la enseñanza con el mundo real, aprendiendo matemáticas con ejemplos aplicables al mundo real, y ejercitan habilidades para resolver problemas en actividades extracurriculares.

Artes visuales

La OCDE espera que los resultados de la prueba «ayuden a identificar cómo los estudiantes pueden aprender mejor, los profesores enseñar mejor y los colegios operar en forma más efectiva en el siglo XXI para desarrolar las habilidades vitales para obtener empleo», dice el informe divulgado este martes.

Las artes visuales pueden enseñar a pensar en forma crítica.

Lo importante, señala el reporte, es lo que llama «enseñanza metacognitiva», que va más allá de la mera transmisión de conocimiento y explora los problemas en profundidad para desarrollar habilidades que «pueden aplicarse en situaciones diferentes».

El documento destaca como un modelo exitoso la enseñanza de resolución de problemas a partir de clases de artes visuales.

Dos estudios realizados en colegios de Boston (Hetland et al., 2013), muestran cómo las lecciones de arte no sólo enseñan a pintar o dibujar, sino que pueden ayudar a desarrollar cinco habilidades clave:

Visualizar (se pide a los estudiantes que constantemente visualicen lo que no pueden observar directamente, por ejemplo, qué estructuras podrían expresar en sus obras)
Observar (aprenden a observar cuidadosamente los detalles y a ver con nuevos ojos)
Reflexionar (se pide a los alumnos que reflexionen sobre su arte, que piensen qué funciona o no funciona en sus obras o las de sus compañeros)
Perseverar (los estudiantes aprenden a trabajar en un proyecto que lleva un período considerable de tiempo y a «vencer sus frustraciones»)
Explorar (se pide a los alumnos que constantemente prueben técnicas y posibilidades nuevas, que tomen riesgos y no teman equivocarse)

Los trabajos del futuro

«Para tener éxito en la vida, los estudiantes deben aplicar estrategias de resolución de problemas más allá de las materias en que fueron aprendidas», señala el informe.
«En el mundo de hoy los trabajos dependen más y más de la habilidad de los trabajadores de actuar en situaciones inesperadas»
Francesco Avvisati

La OCDE destaca que, según estudios recientes, «los adultos con el nivel más alto en resolución de problemas tienen acceso a las ocupaciones donde se han creado más puestos de trabajo en los últimos 15 años».
«Esto significa que los estudiantes de 15 años de hoy que carecen de habilidades avanzadas para resolver problemas enfrentan un alto riesgo de estar en desventaja desde el punto de vista económico como adultos».
Para Avvisati, «en el mundo de hoy los trabajos dependen más y más de la habilidad de los trabajadores de actuar en situaciones inesperadas, porque las tareas familiares son realizadas muchas veces por computadoras u otras máquinas».

El experto de la OCDE asegura que la habilidad de resolver problemas es clave en un mundo que cambia rápidamente.
«Si uno pierde el trabajo, por ejemplo, deberá ser capaz de aprender nuevas capacidades en forma autodirigida, de ser resiliente. Estas habilidades tienen mucho que ver con la capacidad de dirigir uno mismo su propio aprendizaje y poder aprender de situaciones problemáticas para navegarlas con éxito».

Prueba PISA (2014): Asia gana la carrera de la educación. Chile sigue en los últimos lugares…

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Zhou Luwen puede ahorrar en ropa, en calefacción, incluso en comida. Pero tiene muy claro que hay un apartado en el que jamás escatimará un yuan: la educación de sus dos retoños. “Siempre nos han enseñado que es lo más importante en la vida, una inversión indispensable. Porque sin educación no es posible tener éxito”. La filosofía de esta mujer de 43 años, residente en Shanghái, cala en toda China. Esa mentalidad —traducida en una fortísima presión social para los estudiantes— se ha identificado como una parte fundamental del éxito de los países asiáticos en el informe PISA, que este año se ha centrado en las matemáticas (también se evalúan cada tres años las competencias en lectura y ciencias).

Los primeros puestos de la clasificación de países en este examen de la OCDE que trata de medir las destrezas de los alumnos de 15 años están copados por alumnos asiáticos. Entre todos ellos destacan los alumnos de esta región y, por encima de los demás, Shanghái, con 613 puntos en matemáticas sobre una media de la OCDE de 494 y más de la mitad de los estudiantes (55%) en los niveles más altos de rendimiento (la media es del 12%; la española, del 8%). A Shanghái le siguen en la clasificación Singapur (573), Hong Kong (561), Taipéi (560) y Corea del Sur (554).

Hay que llegar hasta el puesto número ocho para encontrar el primer país europeo: el minúsculo Liechtenstein. Buena parte de los países occidentales que en 2003 (la edición anterior en la que las matemáticas fueron la materia principal del examen) ocupaban los primeros puestos han visto reducir sus resultados: Finlandia (25 puntos menos), Holanda (15) o Canadá (14).

Así, mientras Finlandia, el otro gran paradigma de la excelencia educativa surgido del PISA (que lleva ya cinco ediciones), se apea del podio (ha caído del primer puesto en matemáticas en 2003 al sexto en 2009 y duodécimo ahora), todos los países empezarán a mirarse más que nunca en el espejo asiático. Incluyendo a España, cuya imagen escolar proyectada bajo el prisma de PISA es la del estancamiento durante una década —al menos, en matemáticas y lectura, con una leve mejora en ciencias—, con pocos alumnos excelentes y, encima, con una equidad —su gran sello positivo— que tal vez empieza a mostrar síntomas de resquebrajamiento en mitad de la brutal crisis económica.

El problema, recuerda el catedrático de Economía de la Pompeu Fabra José García Montalvo, es que PISA ofrece una fotografía muy clara del estado de la cuestión, pero no tanto de las causas de por qué unas cosas funcionan mejor en un sitio que en otro, o por qué no funcionan en absoluto. “No es posible trasplantar lo que pasa en un país a otro”, asegura. Una de las pocas características que se repiten en muchos de los modelos de éxito es la selección del profesorado —entre los mejores estudiantes—, y que estén bien pagados, dice la OCDE. Otros especialistas, como el profesor de la Universidad de Salamanca Jaime Rivière, apuntan a unas culturas con un lenguaje muy complicado de aprender cuyas escuelas se centran casi exclusivamente en la primaria en la lectura y las matemáticas, precisamente lo que mide PISA. Otros hablan también de que se insistencia mucho en esos países en la realización continua de exámenes.

El responsable de este informe, Andreas Schleicher, asegura que el éxito de los países asiáticos en este sentido es que “han movilizado los recursos allá donde pueden marcar la diferencia”. Y, sobre España, añade: “La cuestión no es el volumen de los recursos; ha puesto énfasis en reducir el tamaño de las clases y no darle a los maestros el nivel de autonomía que necesitan para mejorar. Esas cosas tienen más influencia que el nivel de los recursos”.

El profesor de Economía del University College de Londres Antonio Cabrales matiza esa idea en este tiempo de escasez y de tijeras: “Dados los altibajos de las cantidades de dinero dedicadas al sistema, esto es una indicación más de que simplemente poner dinero no soluciona nada. Pero esto no quiere decir que haya que seguir por la senda de recortes, simplemente que hay que buscar dónde poner los recursos y evaluar las politicas con más rigor”.

Y en ese camino para poner el dinero donde marque más la diferencia basándose en evidencias como las de PISA, la copia o el remedo parecen inevitables si se está de acuerdo con los argumentos del secretario general de la OCDE, Ángel Gurría: “En una economía globalizada, la competitividad y las perspectivas futuras de empleo dependerán de lo que la gente puede hacer con lo que sabe. Los jóvenes son el futuro, por lo que cada país debe hacer todo lo posible para mejorar su sistema educativo y las perspectivas de las generaciones futuras”.

Y también se hace inevitable esa evaluación de las políticas de las que habla el profesor Cabrales. En estos días muchos especialistas ingleses están echándole en cara al ministro de Educación británico, Michael Gove, su proyecto de academias libres (los colegios públicos podían acogerse a una especie de sistema concertado, regidos por cooperativas de padres o profesores), copiado del que puso en marcha Suecia allá por 2006. Pues bien, hoy esos expertos recuerdan que Suecia está ahora en el puesto 38 de los 65 países y regiones examinados (cinco puestos por debajo de España), cuando en 2003 estaba en el 14.

En España se lo recordarán seguramente al ministro José Ignacio Wert, que ha argumentado una y otra vez la necesidad de la polémica reforma educativa que acaba de aprobar en el Congreso con el único apoyo del PP (la llamada LOMCE) por los mediocres y estancados resultados de España en PISA. Junto a la exigencia y la evaluación (la ley recupera las reválidas), algunos de sus pilares son la libertad de elección de centro y la competencia entre escuelas. Claro que los defensores de estas ideas recordarán a su vez ese bajón de resultados de Finlandia, paradigma de la escuela comprensiva (todos los alumnos están juntos en una vía básicamente igual hasta los 16 años), el modelo español tan criticado durante años por el PP.

La ministra finlandesa de Educación, Krista Kiuru, decía este martes: “Se observa una desvalorización de la escuela por parte tanto de los alumnos como de la sociedad en su conjunto”. “En comprensión de lectura los chicos están 62 puntos por debajo de las chicas, lo que equivale a un año y medio de educación. Por su parte los inmigrantes o hijos de inmigrantes están a más de 100 puntos del promedio, casi tres años de educación”, dijo el coordinador nacional del informe, Jouni Väliajärvi.

Hace ya dos años, algunos indicios señalaban cómo una incipiente inmigración de en torno a un 5% (en 2005 era del 3%) estaba poniendo a prueba el sistema. A algunos profesionales les preocupa “que los padres empiecen a elegir escuela basándose en sus prejuicios; si se abre esa puerta, no hay vuelta atrás”, dijo a este periódico el decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Helsinki, Patrik Scheinin. Esa vuelta atrás era que, independientemente de que sea verdad o mentira que el alumnado inmigrante (que se suele concentrar en las zonas más pobres) condicione las notas de los demás, basta con que la percepción sea esa para que se desestabilice el sistema.

Para otros especialistas, como el representante sindical del grupo de trabajo de educación de la OCDE John Bangs, lo que se está notando en los resultados de PISA 2012 en países como Finlandia (incluye también otros como Suecia) es que “están sufriendo las consecuencias del declive económico y las presiones sociales que esto causa”, según comentó a la publicación británica TES.

Así, lo que queda es levantar la vista hacia Asia. Pero, ¿qué se podría copiar de los modelos asiáticos? Y ¿merecería la pena? Por ejemplo, Shanghái le saca 119 puntos a la media de la OCDE, y 129 a España, lo que se podría traducir (en una de esas analogías que la OCDE hace en aras de la divulgación) en una ventaja de casi tres años de escolarización. Ese es un tiempo que, según apuntan expertos críticos con el sistema educativo chino, los adolescentes le restan a su vida social. Lo sabe bien Tingting, la hija mayor de Zhou. Ahora tiene 16 años, acaba de superar el zhongkao, una especie de Selectividad para acceder al instituto, y ya teme la llegada del gaokao, el examen de acceso a la universidad.

Entra en clase a las 7.30 de la mañana y vuelve a casa a las cuatro de la tarde. Muchas veces no levanta la vista de los libros de texto hasta las diez, cuando su madre la obliga a dormir, y entre sus actividades extraescolares están el inglés y el piano, un instrumento que aborrece. “Conseguí entrar en el mejor instituto del distrito, y ahora mis padres quieren que estudie en la Universidad de Jiaotong [una de las mejores de China] y que luego haga un máster en Estados Unidos para encontrar un buen trabajo a mi regreso”, cuenta entre susurros. “No entiende que lo hacemos por su bien”, responde Zhou con tono conciliador pero firme.

Historias como la de esta familia se repiten en los otros cuatro territorios de influencia china que aparecen entre los siete primeros de la lista del informe PISA: Singapur, Hong Kong, Taipei, y Macao. “Es evidente que los resultados son muy positivos, pero también es cierto que la presión y la competitividad a la que están sometidos los alumnos desde muy pequeños pueden tener efectos negativos en su socialización y en su desarrollo humano, apartados que no analiza el informe PISA”, analiza Xu Anqi, profesor de Sociología de la Universidad de Fudan. No en vano, dos suicidios y un asesinato provocaron en mayo un acalorado debate sobre el lado más oscuro de este modelo educativo.

Según estudios de la Academia de Ciencias Sociales de China, que no suele tratar el tema tabú del suicidio, unas 250.000 personas se quitan la vida cada año en el gigante asiático. Y otros dos millones lo intentan. La mayoría tiene menos de 30 años, y muchos ni siquiera han alcanzado la mayoría de edad. En 2008 una encuesta arrojó otro dato preocupante: el 17% de las estudiantes de secundaria de la ciudad de Foshan habían contemplado alguna vez la posibilidad acabar con su vida.

Pero, claro, no todo se deberá a la extraordinaria presión, sino que habrá otros elementos que tiran de estos sistemas hacia arriba. Preguntado por si estaría bien que la escuela, pongamos la española, se pareciera en algo a los modelos asiáticos, el catedrático de Sociología de la Complutense Mariano Fernández Enguita se centra en la figura del profesor. Por ejemplo, habla de una mejor selección y una carrera profesional con incentivos de mejora que hoy no existen en España, al menos en la escuela pública, mayoritaria. “Ya me gustaría que los profesores tuvieran una voluntad parecida de transparencia y de trabajo en equipo. Recuerdo, en Japón, algo que aquí sería imaginable: lo llamaban la jornada de investigación y consistía en que todos los profesores (o muchos, yo recuerdo la presencia de una veintena) asistían a una clase de uno de ellos, observando y tomando notas, para luego discutir sus aciertos y sus debilidades”.

Con información de Adrián Soto (Helsinki).

Los profesores creen que no preparan para el siglo XXI

E. S., MADRID
PISA manifiesta que en España los alumnos no saben plasmar lo aprendido en las aulas y sus propios profesores reconocen que no les están preparando suficientemente para afrontar los grandes retos del siglo XXI. Así lo expresan el 87% de los docentes –desde educación infantil a bachillerato- encuestados por la editorial SM en toda Españam teniendo en cuenta todos los niveles y la titularidad del centro (respetando los porcentajes de pública y privada). El 86%, además, rechaza los sistemas de evaluación actuales, pues cree que no permiten desarrollar al máximo las habilidades y capacidades de los estudiantes y un 97% coincide en que el uso de nuevas formas de aprendizaje mejoraría los resultados. “No se trata tanto de cómo se enseña, con tiza digital, sino qué se enseña”, recalca Ángel Pérez, director de Educación de SM. “La tecnología no cambia nada, lo que se necesita es tener otra metodología”.

Para mejorar el aprendizaje la mayoría opina que hay que incentivar el desarrollo del pensamiento crítico (76%), trabajar las inteligencias múltiples de manera individualizada (71%) y fomentar el trabajo cooperativo en las aulas (59%). “Nosotros vemos entre los maestros y profesores muchas ganas de cambio, de hacer cosas nuevas. Pero no todo está en la tecnología. Al final, si un niño hace todos sus deberes en el ordenador, los estudios demuestran que pierde comprensión lectora”, prosigue Pérez, quien sí que cree que las editoriales han hecho un esfuerzo por incluir cada vez más soluciones prácticas en sus libros de texto. Los encuestados sostienen también que los obstáculos para una mejor enseñanza se encuentran en el sistema educativo (64%), la Administración (44%), la dotación de recursos y materiales (43%) o el currículum (36%).

Pero Pérez precisa que queda mucho por hacer. “En los currículos hay muchos temas sintácticos cuando se debía profundizar más en aspectos de comprensión lectora”. Y en esta revolución educativa la tecnología es una gran aliada. “Los profesores menores de treinta y tantos están habituados a trabajar con ordenador, siempre han tenido uno cerca. El problema son los más mayores, que son reticentes. Les da miedo que el niño sepa más que ellos. Y no se dan cuenta que los alumnos sabrán solucionar algo técnico -porque se les averió el ordenador jugando en casa-, pero no van a saber hacer estrategias de búsqueda de información en la Red”.

Prueba PISA: Las cifras que reflejan el bajo rendimiento de Chile dentro de la OCDE

Los resultados del test «Solución Creativa de Problemas» ubicaron al país en el lugar 36 de 44, muy por debajo de los países con mayor puntuación.
por Génesis Moreno – 01/04/2014 – 14:15
Si bien Chile rindió por primera vez la Prueba Pisa en el área «Solución Creativa de Problemas», los resultados no fueron los mejores en relación al resto de países que integran la OCDE. De acuerdo al informe, Chile se ubicó en el lugar 36 de un total de 44 países, con 448 puntos. Asimismo, quienes lideraron en rendimiento fueron los estudiantes de Singapur y Corea del Sur quienes obtuvieron los puntajes más altos resolviendo problemas, con evaluaciones que superan los 560 puntos.

Para conocer el detalle de los resultados obtenidos por Chile, La Tercera seleccionó las cifras más relevantes que reflejan el bajo rendimiento que logró el país en el test, como también las áreas que se evalúan.

¿Quiénes rindieron el test?

En 2012, un total de 65 países y economías (34 países de la OCDE y 31 economías asociadas) rindieron la Prueba Internacional PISA, que midió habilidades en Matemática, Lenguaje y Ciencias. Sin embargo, como otra área de evaluación, el test «Solución Creativa de Problemas» fue rendido por 44 países y economías, siendo la primera vez que Chile participa de la medición.

¿Qué mide la prueba?

La evaluación, en general, se centra en los procesos cognitivos generales que intervienen en la resolución de estos más allá de los resultados que se obtengan. Es decir, se evalúan áreas como la exploración y comprensión, además de representar, formular, planificar, ejecutar y reflexionar, entre otras. La idea es que los estudiantes primero observen, interactúen con el «problema» y luego formulen una hipótesis para resolverlos. Durante el test tienen la posibilidad de simular situaciones por medio de un computador.

RESULTADOS EN GENERAL

Los estudiantes de Singapur y Corea, seguidos por los de Japón, obtuvieron la puntuación más alta del test en relación a los 44 países y economías que rindieron la prueba. Asimismo, el informe indica que el rendimiento obtenido en la resolución de problemas se relaciona «positivamente» con el rendimiento en otras asignaturas evaluadas.

RESULTADOS DE CHILE

Según explica el informe, entre los países de la OCDE, el país que obtuvo más bajo rendimiento es Chile, con un puntaje promedio de 448 puntos. Esto significa, según el documento, que la brecha entre el país con más alto rendimiento y el más bajo de la OCDE es de 113 puntos. Además, señala que cerca del 90% de los estudiantes de Corea se ubican por encima de la puntuación media de Chile y, por el contrario, sólo el 10% de los estudiantes chilenos se posiciona por sobre la puntuación media de Corea.

Como otro dato, en general, más de dos niveles de competencia (163 puntos) separan a los países con mayor rendimiento (Singapur) y más bajos resultados (Colombia).

Asimismo, sólo uno de cada 20 estudiantes, en los cuatro países con mejores resultados y economías, se ubica por debajo de la media del país con más bajo rendimiento

MÁS BAJO RENDIMIENTO

La prueba clasifica en 6 niveles a los estudiantes según su rendimiento. Es así como entre el nivel 1 y 2 se sitúan los alumnos con más bajos resultados, mientras que en el 5 y 6 quienes obtienen mejor calificación. De acuerdo a esto, la proporción de estudiantes con bajo rendimiento en el último test de Pisa es el siguiente:

Un 38,3% de los estudiantes chilenos que rindieron la prueba se ubican en los niveles catalogados como «bajo rendimiento», es decir entre el 1 y 2. De hecho, se ubica entre los últimos diez países con más alumnos en esta categoria, seguido por Brasil (47,3%), Malasya (50,5%) Emiratos Árabes (54,8%), Montenegro (56,8%), Bulgaria (56,7%) y Colombia (61,5%).

En comparación con los países que obtuvieron mejor rendimiento, la cifra en Singapur alcanza un 8%, seguido de Kora (6,9%), Japón (7,1%) y Macao China (7,5%).

En la otra vereda, entre los alumnos que lograron mejor rendimiento (niveles 5 y 6) Chile ubica al 2,1% de sus alumnos, mientras países como Singapur alcanzan un 29,3% y Korea 27,6 %. En tanto, Colombia logró que sólo el 1,2% de los estudiantes se ubiquen en los niveles máximos de rendimiento.

¿Qué significa estar en el Nivel dos?

Según el informe de PISA, los países que se ubican en este nivel deben haber obtenido como resultado entre 423 y 488 puntos. En este caso, Chile obtuvo 448 puntos. De acuerdo al documento, los estudiantes que se posicionan en este nivel pueden explorar un problema desconocido y entender una parte de este, aunque sólo obtienen «parcialmente el éxito». Además, señala que los estudiantes pueden planificar y llevar a cabo ciertos pasos para lograr sus objetivos. En tanto, en la Agencia de Calidad señalan que de acuerdo a este nivel, los alumnos «poseen las competencias mínimas para desenvolverse en el mundo e integrarse productivamente a la sociedad».

Como dato anexo, el informe indica que el porcentaje de estudiantes capaces de realizar tareas a este nivel o por encima (promedio de la OCDE) es de un 78,6 %.

COMPARACIÓN ENTRE PAÍSES POR RENDIMIENTO

Por otro lado, según indican los datos, Chile se ubica muy debajo de los países que presentan estadísticas «significativamente» por encima de la media de la OCDE, ubicándose bajo la media.

 

 

Prueba Pisa (2013), pais por país: éxito de Asia, estancamiento europeo, grave retraso latinoamericano…

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A continuación te presentamos los rankings completos de los resultados de PISA en matemáticas, lectura y ciencias.

 

Written by Eduardo Aquevedo

5 diciembre, 2013 at 0:55

Rector de la Universidad de Chile: La desigualdad es el problema

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A continuación el discurso enunciado por el Rector de la Universidad de Chile, Prof. Víctor Pérez Vera, en la Conmemoración del Aniversario 170 de esta Casa de Estudios, realizada el viernes 16 de noviembre de 2012 en la Casa Central.

1.- ANIVERSARIO 170 DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE

Los aniversarios constituyen siempre ocasiones en que nos detenemos a escuchar el rumor de lo acontecido y sus posibles resonancias en el presente. Hoy, cuando celebramos nuestros 170 años de vida, reconocemos aún la sonoridad de cuatro grandes relatos de nuestra historia universitaria, expresados con ocasión de su nacimiento, su cincuentenario, su centenario y del sesquicentenario, los que a mi entender mantienen un vigente correlato con la situación actual de nuestra Universidad y su entorno.

En el momento fundacional, las palabras de Andrés Bello -convertidas en cimiento profundo de nuestra cultura institucional- anunciaban ya lo que serían las tres encrucijadas existenciales de la Universidad de Chile como cuerpo vivo, cambiante, acuciado por las improntas de cada época y de cada generación. La primera, la relación ineludible de la Universidad con la nación y su Estado; la segunda, la libertad en su más pleno sentido de la condición de quien no es esclavo y de quien es responsable de sus obras, de su hacer y decir, respetando siempre el hacer y decir del prójimo; y la tercera, la imbricación de la Universidad con el entorno social.

Respecto a la primera encrucijada, Bello sostuvo, en su emblemático discurso de 1843: “Con la asistencia del Consejo, con la actividad ilustrada y patriótica de las diferentes facultades; bajo los auspicios del Gobierno, bajo la influencia de la libertad, espíritu vital de las instituciones chilenas, me es lícito esperar que el caudal precioso de ciencia y talento, de que ya está en posesión la universidad se aumentará…”. Respecto a la segunda, revela las tensiones que signarán, desde sus inicios, el decurso de la institución: “La universidad, señores, no sería digna de ocupar un lugar en nuestras instituciones sociales sí (como murmuran algunos ecos oscuros de declamaciones antiguas) el cultivo de la ciencias y de las letras pudiese mirarse como peligroso bajo un punto de vista moral o bajo un punto de vista político”.

Los “auspicios del Gobierno”, de este modo, serán la bisagra en cuya materialidad, la universidad, se constituirá en el rostro más prístino de la ilustración republicana. Un rostro que se tornó, por cierto, peligroso, en tanto la ciencia y las letras operaron en su función crítica sobre esas “oscuras declamaciones antiguas”, sobre esos sonidos provenientes del conservadurismo colonial y religioso, al que Bello contestará diciendo “Lo sabéis, señores, todas las verdades se tocan”.

Y respecto a la tercera impronta, lo escuchamos plantear: “Yo ciertamente soy de los que miran …la educación del pueblo, como uno de los objetos más importantes y privilegiados a que pueda dirigir su atención el Gobierno…como la base de todo sólido progreso; como el cimiento indispensable de las instituciones republicanas”.

El cincuentenario de la Universidad de Chile, por su parte, estuvo marcado por otra constante: la mirada crítica hacia el interior en pos de su perfeccionamiento y con la finalidad de ser una institución que dialoga permanentemente con la sociedad y sus poderes. Diego Barros Arana, en el discurso conmemorativo, sostuvo: “Hoy, cuando la Universidad de Chile cumple medio siglo de vida es tiempo de preguntarse si ha correspondido al objeto que se tuvo en vista al crearla”, y agrega: “La Universidad acometió la reforma de aquel estado de cosas con firmeza y con perseverancia. Apoyada más o menos eficazmente por todos los gobiernos que desde entonces se han sucedido ha podido realizar la transformación que hoy presenciamos…”. Se refería con esto, a los cambios en los planes de estudio, la traída de profesores extranjeros y a las nuevas disciplinas incorporadas.

Así, la preocupación por lo público, ya estaba escrita en el cincuentenario y permanece en las escenas del Chile actual, entendiendo lo público como lo “perteneciente a todos y todas”. Durante las últimas décadas nos hemos visto inmersos en una lucha por el resguardo de nuestra pertenencia al Estado y por ello, a Chile en su conjunto, ante los cálculos de las ideologías de mercado, lo que nos obliga a interpelar a nuestro propietario, el Estado.

Hemos reclamado por una justa consideración como Universidad pública estatal, a través de un Nuevo Trato, precisamente porque sabemos que la Universidad de Chile ha sido el “faro” del país durante los siglos XIX y XX, sentando las bases del desarrollo en los más diversos ámbitos. El siglo XXI nos encuentra redefiniendo ese vínculo y el sentido de lo público, sabiendo que toda relación social tiene luces y sombras en su devenir.

Al rector Juvenal Hernández le correspondió celebrar el centenario de nuestra Universidad y en su discurso del 19 de noviembre de 1942, se le escuchaba decir: “Desde los días de su creación, la historia del desenvolvimiento de la Universidad se confunde con la del desarrollo de las instituciones de la República: dura brega contra la obstinación de las fuerzas negativas que coartan los mejores vuelos de la inteligencia”. Los sentimientos de lucha seguían registrándose en quien nos lideró por más de 20 años, dejando memoria de que la Universidad de Chile ha ganado su sitio en la perseverante vigilancia de su desarrollo.

El de Juvenal Hernández fue un tiempo de expansión y consolidación, pero sobre todo de la primacía del relato asociado a nuestro compromiso y porosidad con la sociedad y con la internacionalización latinoamericana. “Si la Universidad no se preocupa del medio social, no es más que un claustro cerrado y exclusivo que no cumple su misión civilizadora y sus fuerzas se perderán en el vacío”, sostuvo Hernández.

En la conmemoración de los 150 años de la Universidad de Chile, marcados por el retorno de la democracia luego del infausto período de la dictadura, el rector Jaime Lavados puso el acento en la proyección de nuestra Casa de Estudios en medio de los acelerados cambios de la sociedad globalizada, recuperando y fortaleciendo la idea de la “cultura” de la Universidad de Chile.

Las sombras del desvarío se ceñían sobre el aniversario de los 150 años y cada uno y cada una de los que vivimos la intervención de la Universidad de Chile sabemos que, quizás, este haya sido el período más doloroso y complejo de nuestra historia institucional. Esta historia recién comienza a ser abordada, hablada y problematizada, más allá de las miradas ideológicas, de los miedos y los rencores, propios del trauma.
Pero nos asiste la convicción de que es preciso que los sucesos recientes tengan mayor cabida en la reflexión y en la memoria. Sólo de ese modo, nuestra cultura propia, nuestra identidad, podrán encontrar ese espacio que explique o desmitifique el peso de la intervención, situándola en su perspectiva temporal y ayudándonos a entender los cambios impuestos, las resistencias, la capacidad de agencia para impedir la destrucción de los relatos fundacionales y su posterior relectura.

Es un episodio que tenemos que re-construir, recuperar en sus documentos, en la historia oral, los recuerdos, no para reproducir las distancias y los resquemores, sino para reforzar el sentimiento plural y de libertad que nos define. Pondré todos mis esfuerzos porque antes de que finalice mi rectorado podamos contar, además del pionero trabajo de la Revista Anales en sus números especiales dedicados a los 170 años, con una profunda historia de la intervención militar en la Universidad de Chile.

Si he traído hasta este Salón de Honor, símbolo de nuestro ser republicano, las palabras de los rectores en Aniversarios anteriores, es para dar cuenta, precisamente, del espesor de nuestra historia. Y más aún, de las responsabilidades políticas y culturales que nos competen por misión y devenir.

2.- LA UNIVERSIDAD DE CHILE EN EL AÑO 2012

A la luz de estos relatos que nos interpelan en nuestra responsabilidad como institución, en su aniversario 170, la Universidad de Chile puede decir con orgullo a todos los chilenos y chilenas que su universidad, sigue siendo la número 1 en el país en investigación, publicaciones, pregrado y postgrado, y una de las 10 mejores de Latinoamérica.

Todos estos logros no serían posibles sin la calidad y cantidad del trabajo comprometido y generoso de nuestra comunidad universitaria, para quienes expreso nuestro mayor reconocimiento y agradecimiento.
El libro “Memoria 2010 – 2011″, preparado por la Vicerrectoría de Extensión y que ustedes han recibido en el día de hoy, da cuenta del quehacer de nuestras académicas y académicos. Agradezco el espléndido trabajo realizado por la Vicerrectora de Extensión, prof. Sonia Montecino y su equipo. Aprovecho de agradecer también la gestión de la VEX que ha permitido que la Empresa de Correos de Chile haya confeccionado sellos conmemorativos de estos 170 años con las imágenes de Valentín Letelier y Amanda Labarca y el lema de Pioneros en la Educación Pública como un modo de dejar impresos los sentimientos que nos asisten de recuperar ese sitial que ellos nos legaron.

3.- LA DESIGUALDAD ES EL PROBLEMA

En la larga historia de la Universidad de Chile, este patrimonial Salón de Honor ha recibido los relatos y vivencias, los sueños y esperanzas de la nación, así como también ha sido testigo de la justa protesta ante sus carencias y malestares.

Hoy no es una excepción. Y no podría serlo cuando una honda inquietud agita el alma del país, muchas veces expresada en el cantar y caminar de multitudes por las calles, con ecos y protagonismos en nuestra comunidad universitaria, especialmente la estudiantil, como ha sido su tradición de décadas.
Desde distintos sectores se busca explicar las causas del desasosiego, las más de las veces, en nuestra opinión, sordas y ciegas ante lo que se vive en los hogares, en los jardines infantiles, en las escuelas y liceos, en los consultorios y hospitales, en los barrios, en los buses, en las precarias plazas, ¡para que seguir!, de los sectores más vulnerables y de la clase media de nuestro país.

Desde hace años he criticado la inequidad y desigualdad que sufren millones de chilenas y chilenos. Es un juicio que se basa en mi experiencia de vida, en mi niñez y adolescencia en regiones, en ser hijo y nieto de profesores primarios de provincia que, como tantos otros, dieron todo por el país y por su futuro. Es una crítica que nace del convencimiento de que Chile, al igual que una familia, necesita tener cohesión social, solidez, estabilidad y dignidad. Durante este tiempo he escuchado repetidamente a líderes políticos y económicos sobre vías y propuestas de soluciones. Pero la inequidad y desigualdad siguen dominando el paisaje de Chile, resquebrajando la realidad del país, de sus barrios, pueblos y ciudades.

A doscientos años de su Independencia, Chile no es justo y aún no hemos alcanzado ese ideal que afirma que en nuestra patria no existen clases ni grupos privilegiados. Es triste y desesperanzador constatar que diariamente, millones de chilenos y chilenas tienen graves carencias materiales, culturales y espirituales, donde ni la capacidad de soñar les permite tener esperanzas como aliciente para seguir existiendo y luchando.

Al respecto, resulta sintomático un estudio reciente del PNUD (Bienestar Subjetivo: El desafío de pensar el desarrollo, Santiago, agosto 2012) sobre el bienestar subjetivo publicado en agosto de 2012. Sin entrar en una discusión sobre el concepto de felicidad que está en juego, el estudio constató, ¡miren que novedad!, que existe desigualdad para poder sentir y soñar, y que la infelicidad también se reparte desigualmente en nuestra sociedad, pues afecta en mayor grado a los grupos más vulnerables.

¿Qué hemos hecho o hemos dejado hacer para arribar a este panorama? Se ha afirmado que la tarea gubernamental no es competente para adentrarse en los terrenos de nuestra subjetividad. En otras palabras que la felicidad, las alegrías, como las penurias y los dolores, son asunto privado, en ningún caso conciernen a los ámbitos de lo público, como el gobierno, el Estado o las políticas públicas. Si ello es así, ¿debemos quedarnos a brazos cruzados y esperar que a la pobreza material sumemos la del espíritu, pero también distribuida desigualmente? ¿Soporta la sociedad algo así? ¿Acaso es posible la estabilidad política y la gobernabilidad democrática sobre bases tan febles? ¿Cómo le exigimos sensatez al manifestante indignado por la desesperanza? ¿Debemos esperar que se sacuda solo de su malestar y acepte su desigual acceso a la vivienda, a los bienes culturales o a un trabajo digno? Algo me dice que el manifestante furibundo, o el graffiti envenenado de odiosidad anti sistema, tienen algo -y mucho- que ver con esta desigualdad lacerante. El Latinobarometro del 2011 consigna que apenas un 6% de los chilenos cree que la distribución del ingreso en Chile es justa. ¿Podemos aspirar a vivir en paz sabiendo esto?

Una alta desigualdad de oportunidades fomenta la exclusión social, reduce la capacidad de las sociedades de utilizar el capital humano en todo su potencial, y permite a las personas adineradas distorsionar el mercado en beneficio propio. Asimismo, puede promover el delito, la violencia y la inestabilidad política.

Chile no será desarrollado -en el sentido de un pleno desarrollo humano- si no logramos vivir juntos en diversidad y acabemos con la distancia social entre ricos y pobres. ¿Por qué no avanzan las reformas que con tanta persistencia y fuerza reclaman los chilenos? Las élites saben que las inequidades perturban el orden social, amenazan la gobernabilidad democrática y desestabilizan el sistema político. En suma, es un peligro latente para los mismos que disfrutan de privilegios.

La prof. Merike Blofield, de la Universidad de Miami, sostiene que los cambios no se llevan a cabo porque la desigualdad ha abierto tan profundamente la grieta social entre elites y pobres, que éstas se hacen inmunes e insensibles a percibir y menos a entender el dolor, la frustración, la indignación o sus efectos sociales o políticos. Las élites económicas y políticas del país se han inclinado, durante años, por soluciones a la desigualdad individual y a corto plazo, en lugar de colectivas y a largo plazo, aislándose en comunidades cerradas, escuelas privadas, previsión privada, salud privada, autopistas privadas, lugares de veraneos privados, barrios privados, toda vez que la diversidad es peligrosa y lo público es sospechoso.

Nunca antes nuestro país había sido tan desigual. Esta ha penetrado tan profundamente los intersticios de nuestra vida en sociedad que ni los espacios de nuestra intimidad -tradicionalmente excluidos de los denominados bienes públicos- se libran de ella.

Nos hemos acostumbrado por años a centrar nuestra crítica en las políticas públicas del Estado o incluso en las características idiosincráticas del pobre, pero no hay que ser muy entendido para darse cuenta que las elites -económicas y políticas- tienen algo que ver también en la reproducción de la desigualdad.

En los momentos que esta Universidad histórica cumple 170 años acompañando el desarrollo de la República de Chile y las demandas y sueños de su pueblo, esta Casa levanta su voz para denunciar este flagelo cada vez menos sordo y silencioso que amenaza nuestra convivencia, pero por sobre todo, la posibilidad de hacer del futuro de Chile, un proyecto política y democráticamente sustentable. Hago un llamado aquí, no al Estado, ni a una motivación abstracta, sino a nuestra elite empresarial y política a asumir este desafío trascendental: la superación de las intolerables desigualdades que nos dividen, alimentan la desesperanza y con ello, la desconfianza, la rabia cívica y la violencia social. No podemos esperar más. Mañana puede ser demasiado tarde.

La desigualdad es “el” problema. Es la sensación compartida de que millones de chilenas y chilenos miran la realidad del país desde la ventana o la caja del televisor, mientras que los protagonistas somos unos pocos.

Hoy, cuando la Universidad de Chile celebra 170 años al servicio de la nación, quiero pedir un esfuerzo real y sincero al Gobierno de Chile y al Congreso Nacional para que desde marzo de 2013, ¡y a lo que cueste! se brinde educación parvularia universal y de calidad, según los más altos estándares internacionales, a todos los niños y niñas de Chile, sin ninguna excepción o justificación que pretenda explicar la injusticia que hoy se produce. En la inequidad de la educación parvularia en los sectores más vulnerables está la cuna de las desigualdades que tenemos. Los recursos están, hay que hacer los recortes y reasignaciones presupuestarias necesarias para que esto se pueda cumplir, ahora, no mañana. Las niñas y niños pobres no pueden esperar, se les va la vida, y nuestra vida por tanto, en ello. Solo así la vida plena podrá prodigarse en una felicidad encarnada en la materia y en el goce de la vida en común. Si algunas personas consideran que ello no es posible, pues afectaría los equilibrios macroeconómicos del país, los invito a que vayan a donde viven esos niños y niñas pobres, que los miren a los ojos y les expliquen, por qué ellos y ellas no podrán recibir los estímulos adecuados para desarrollar los talentos con que nacieron y continuarán siendo castigados de por vida.
4.- LA DESIGUALDAD DE GÉNERO Y LA UNIVERSIDAD DE CHILE

En la senda de la reflexión y la acción sobre las desigualdades sociales, la Universidad de Chile ha sido pionera en abordar las inequidades de género. Desde mediados del siglo XX con Amanda Labarca, Elena Caffarena y otras mujeres que lideraron la participación universitaria, hasta los actuales Centros de Estudios de Género, nuestra universidad se ha constituido en un campo vanguardista para las mujeres.

Esta rectoría ha sido sensible a las desigualdades entre hombres y mujeres. Por esto, el 5 de noviembre del 2008 y por primera vez en el país, promulgamos el Decreto Universitario Nº0027663 que incorporó la variable de género en los títulos universitarios, con la clara convicción que el lenguaje crea identidades sociales y que es preciso despejar los sedimentos de realidades que no corresponden a la vida contemporánea.

Sé que estos gestos, aunque necesarios en la inclusión de las diferencias, no son suficientes para cambiar las estructuras que operan aún en nuestra comunidad como reflejo de los sistemas culturales que nos modelan.

Es por eso que este año convoqué a académicas, estudiantes y funcionarias, líderes en sus disciplinas y estamentos, a formar una Comisión de Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile, con el objeto de realizar un diagnóstico sobre el tema y propuestas para mejorar la participación e incorporación de las mujeres en nuestra universidad. Agradezco a todas las integrantes de esta comisión por su riguroso trabajo.

Dos son los ámbitos que esta Comisión ha planteado y que recojo. Por un lado, la distribución desigual de académicas y académicos, representando las primeras sólo el 34,8% de nuestros académicos contratados; los escollos que experimentan en su desempeño profesional; la poca participación en la toma de decisiones; el acceso restringido a las jerarquías más altas y la masculinización y feminización de algunas carreras (como por ejemplo, ingeniería y educación parvularia respectivamente), produciendo un desequilibrio en la participación de mujeres y hombres y reproduciendo los estereotipos y las desigualdades que operan en la sociedad.

Por otro lado, los problemas transversales que afectan a todos los estamentos: la maternidad y paternidad responsable y su conciliación con el desarrollo académico, estudiantil y funcionario; el acoso sexual y la discriminación por razones de género o diversidad sexual.

Acogiendo una de las recomendaciones de esta Comisión, crearemos una Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile, cuya primera labor consistirá en producir un Plan para la Igualdad de Género, una investigación cualitativa y cuantitativa que profundice el diagnóstico ya efectuado por la Comisión, y una propuesta para la formulación de políticas universitarias en esta materia.

De este modo podremos avanzar en nuestra búsqueda de igualdad y diversidad.
5.- LA EDUCACIÓN PÚBLICA: UNA RESPUESTA AL PROBLEMA DE LA DESIGUALDAD

La desigualdad es, sin duda, el problema no resuelto de nuestra sociedad. Esto, ha puesto a la educación pública al centro del debate ciudadano. El reconocimiento del rol determinante y estratégico que tiene la educación para el país debe expandirse, madurar y articularse en propuestas.

Sin embargo, nada de esto podrá rendir frutos – aquellos que el país requiere- si ese discernimiento y los enunciados en que se articula se estrellan una y otra vez contra la muralla impuesta por el modelo vigente, con el agravante de que la autoridad parece empeñada en seguir elevando los muros. Esto nos obliga a alzar la voz. A exigir que el Estado, ponga real voluntad en hacerse cargo de su responsabilidad con dar educación pública de calidad a todos los que la requieran y que exija estándares de calidad para todas las instituciones que cumplan esta importante función social, además del pleno cumplimiento de la ley.

El año pasado fuimos testigos de una de las movilizaciones estudiantiles y sociales más grandes y sostenidas que haya conocido el país desde la recuperación de la democracia. Los llamados de esa movilización liderada por estudiantes de esta Universidad de Chile, pusieron en el centro de la controversia pública a la educación, no como un aspecto sectorial más -como la salud, la previsión, la seguridad ciudadana, por ejemplo-, sino en tanto nudo estratégico y fundamental para la equidad social y el desarrollo humano del país.

La voz estrepitosa que exigió educación pública de calidad, que acusó y denunció los fines de lucro que, contra la legalidad vigente, ostentan desde hace años y mayoritariamente las nuevas universidades privadas se hizo oír con energía y convencimiento.

Pero quienes deben prestar oídos, por estar situados en los lugares de decisión respecto de las políticas públicas, no lo han hecho y no lo hacen. Y yo pienso que no es sordera. Es la obstinación de no escuchar, decidida de antemano, porque su agenda es radicalmente distinta a la que trazarían esas demandas, llevadas a planteamientos concretos (que, por cierto, no faltan). Creo que tenemos todas las pruebas a la vista, y la puesta en escena de las iniciativas gubernamentales, indican que se trata de una agenda directamente contrapuesta.

El interés fundamental que percibimos, propiciado desde los niveles de decisión se dirige a la consolidación del modelo mercantil de la educación: educación de mercado para el mercado, subsidio a la demanda que legitima la entrega de dineros fiscales a la educación privada sin mayores condiciones ni limitaciones, sin ningún control de parte de la Contraloría General de la República, y con total falta de transparencia del uso de recursos que son de todos los chilenos.

Es una agenda distinta, que se opone manifiestamente a las voces y reivindicaciones de los actores involucrados y de la ciudadanía preocupada por el destino de la educación en el país. Y su contenido -aunque a menudo así se lo presente- no es técnico: es político. El propósito que la guía no puede ser disimulado ni maquillado. La profundización del modelo mercantil, decláreselo o no, quiéraselo o no, trae consigo la devastación de la educación pública en todo el sentido y amplitud del término. Ante esta escena, no se puede sino hacer presente a las autoridades la obligación que les cabe a la hora de impulsar o adoptar decisiones de Estado, una responsabilidad que tiene como punto de referencia el futuro del país y de sus generaciones.

Hemos escuchado ya por demasiado tiempo las letanías que rebajan el sentido de la educación pública.

Entre los argumentos que se esgrimen para debilitar y desacreditar la educación pública está el de la libertad de enseñanza. Una noción abstractamente válida, sin embargo cuando se la usa en la discusión y se la invoca como principio de política pública en el campo educacional, lo que en realidad se está propulsando son niveles cada vez más acentuados de segregación social y de cohesión ideológica de los grupos dominantes del país. La ceguera con que se insiste en esto, sin hacer un ejercicio de reflexión desde esos mismos grupos, equivale a una insensatez social e histórica. Y esa imprudencia apunta al corazón de la democracia.

Eso es lo que vislumbramos está en juego en el Chile actual: la capacidad para reforzar y hacer sustentable nuestra democracia. Tenemos por una parte -y ya lo hemos planteado el día de hoy- niveles intolerables de desigualdad e inequidad y un incremento pavoroso de la brecha entre ricos y pobres, sin descontar el hecho de que la mayor parte de nuestra clase media es económica y socialmente vulnerable; y tenemos, por otra parte, una clase política que pareciera convertir las decisiones social y políticamente relevantes en una prerrogativa excluyente que se sustenta en una aguda limitación de la participación ciudadana. Un cuadro semejante no puede sino acusar la fragilidad de nuestra democracia y hace imposible, en las condiciones vigentes, una ampliación de la misma, que debe ir a la par del desarrollo.

Pues bien: la educación, sin la cual no hay desarrollo, es al mismo tiempo el pivote para la plena democratización de la vida social. Y digámoslo con todas sus letras: la pieza maestra es la educación pública, provista por el Estado, precisamente porque es la única que, por sus propias características de inclusividad, no discriminación, igualdad y fomento de una ciudadanía responsable y participativa, puede satisfacer lo que la democracia supone; es la única congruente con la democracia, no como una simple forma o un conjunto de procedimientos, sino como un proceso vivo e históricamente abierto.

Por eso son tan importantes las demandas de educación pública que han alcanzado la máxima resonancia social en el país. Esas propuestas implican la reivindicación de la educación como un derecho fundamental e irrestricto, es decir, no sujeto a limitaciones y condicionamientos arbitrarios o discriminadores. Un derecho: desde luego, la educación no es un servicio, y de ningún modo es un bien de consumo. Un derecho, sí, y no se trata solo de un reclamo individual, es la petición de un derecho social. Es un derecho y, en correspondencia, el Estado tiene una obligación principal y prioritaria al respecto. Y -ya lo sostuvimos- no está cumpliendo con ella.

¿Por qué se enarbolan tantos argumentos hoy para rebajar el sentido y la importancia de la educación pública? ¿Por qué se quiere igualar toda clase de educación, con independencia de su propiedad, de sus gestores, de sus orientaciones ideológicas, de su composición social? ¿Por qué se afirma sin mayores precisiones que toda institución educacional, indistintamente, produce bienes públicos? ¿Por qué se reitera tanto en que es perfectamente lícito repartir dineros fiscales, que todos los chilenos aportan, para contribuir a financiar empresas educacionales, muchas de ellas extranjeras, que únicamente sirven a los intereses de un sector muy reducido de nuestra sociedad?

La palabra que mencioné brinda las señales. Son intereses, determinados y muy precisos los que movilizan esos argumentos y los que buscan reducir al mínimo la educación pública. Son intereses ideológicos, sin duda, indisociables de los económicos. Se sostiene que la función de la educación es preparar “capital humano” diversamente calificado para el sistema laboral que impone la economía de mercado, y, sin decirlo abiertamente, favorecer a un segmento estrecho orientado a formar las élites dirigentes del país, con el claro propósito de que sean coherentes con los sectores ultra-privilegiados por la distribución desigual del ingreso y de las oportunidades. Esos mismos grupos disponen de una amplia gama de poderes, formales, institucionales y fácticos, de manera que lo que está en juego, en definitiva, es la perpetuación de un sistema de potestad basado en escandalosos privilegios económicos, políticos y sociales.

Por cierto, un sistema como ese no es compatible con el desarrollo de la educación pública. Esta no se restringe nunca a formar personas con alta capacidad profesional o técnica que contribuyan al desarrollo general -social, económico, cultural- del país, sin que al mismo tiempo potencie una conciencia lúcida respecto de ese desarrollo, de sus complejidades y sus conflictos. La educación pública estimula las capacidades críticas y alienta la voluntad de transformación, vincula expresamente el desarrollo con la democracia, no solo de una manera discursiva, sino en la práctica, porque es socialmente diversa, porque fomenta la participación, el pluralismo, el diálogo, el acuerdo razonado, la no discriminación y la primacía del interés común por sobre cualquier interés particular o corporativo.

Este es el sentido del llamado, de la interpelación desplegada en el frontis de la Casa Central de la Universidad de Chile, al celebrar sus 170 años de existencia, como la primera universidad del país, que entiende su pasado, su presente y su futuro ligados inseparablemente al destino de la república: “170 años:. La Universidad de Chile unida en el fortalecimiento de la educación pública como un derecho para una sociedad más justa”. Es una convocatoria, un requerimiento y la declaración de un compromiso que sustentamos y seguiremos manteniendo, un deber incondicional, es el sello de esta universidad.

Tras esta insistente afirmación y defensa de la educación pública subyace una interrogante. He sido tenaz, enfático en plantear esa afirmación y ese alegato porque ha habido y sigue habiendo un sistemático ataque, una programada y acentuada restricción de su significado y su peso. ¿Por qué se desea reducir a lo ínfimo a la educación pública, ya sea debilitando al extremo la que corresponde directamente al Estado, ya sea igualando a todas las instituciones y establecimientos y aportándoles indiscriminadamente financiamiento y oportunidades, o simplemente manteniendo la abismante desregulación de todo el sistema? ¿Qué -y esta es la pregunta- se teme de la educación pública, para sistemáticamente -digamos las cosas por su nombre-, haber tendido a su debilitamiento? Creo que la respuesta no abarca un solo término. Hablaba antes de intereses que en verdad se traducen en una aquiescencia. Son afanes económicos pues está claro que la educación ha resultado ser un negocio muy lucrativo, más aun si estos réditos se obtienen al amparo del Estado, por omisión o acción directa. Son bastiones ideológicos, de cohesión de sectores sociales en torno a valores que los confirman y refuerzan en sus privilegios y en esa especie de derecho innato que se arrogan para ejercer dominio en todas las áreas de la sociedad. Y son trincheras políticas, porque lo que se persigue es preservar e incrementar una estructura de poder que mantiene y ahonda la desigualdad y la discriminación.

La educación pública, por contraste, existe fuera de todo condicionamiento de lucro, está permanentemente abierta a la diversidad -social y valórica-, somete las ideas, opiniones y creencias a un escrutinio constante que refuerza el sentido de lo múltiple y entrega herramientas a quienes se forman en ella para desarrollar la conciencia de sus derechos, deberes y sus responsabilidades, consigo mismos, con los demás, con el país: es decir, construye cotidianamente ciudadanía, abriendo horizontes de futuro que exceden las formas vigentes de poder en la sociedad. En una palabra, diría yo, lo que se teme en la educación pública es su fuerte potencial de emancipación.

¡Que nadie se lleve a engaño! “La Chile”, la Universidad de todos los chilenos y chilenas, la Universidad nacional, pluralista, diversa, libre intelectualmente, laica y de excelencia, por definición del Estado que la fundó, durante los próximos 170 años y contra viento y marea seguirá luchando por la igualdad y la equidad, se la seguirá jugando por la educación pública de calidad y equitativa -sobre todo para los niños y niñas más pobres de nuestro país, de quienes debemos ser luz de esperanza-. ¡Seguirá arriesgándose por la libertad!

6.- PALABRAS FINALES

Al celebrar estos 170 años de la Universidad de Chile, con orgullo, emoción y humildad nuestra comunidad universitaria hace suyas las palabras con que hace 140 años, el 4 de octubre de 1872, el rector Ignacio Domeyko presentaba su informe al Consejo de la Universidad de Chile:

“Honor i gratitud a los fundadores de nuestra Universidad, que animados de las ideas más sanas i liberales, se esforzaron en crear una institución llamada a ser un foco para el cultivo de letras i ciencias, i que tuvieron bastante fe en que se hallaran en la nación hombres inteligentes i entusiastas dispuestos a poner desde luego la mano en la obra. Sus esperanzas no han sido frustradas”.

Viva la Universidad de Chile
Viva la Universidad de Chile libre
Viva Chile.

Muchas gracias

Educación en el mundo (2012): nuevos datos (TIMSS) evidencian nuevamente precariedades de Chile y A. Latina…

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Un estudio del grupo Pearson, considerando varias pruebas internacionales relevantes, situa la calidad de los sistemas educativos a escala internacional. Finlandia, Corea, China, Singapur, ademas de algunos países de la OCDE mantienen y consolidan su liderazgo. España, por debajo del promedio de la UE y de la OCDE. América Latina, peor aún, muestra un enorme rezago. Los datos indican que la calidad de los sistemas educacionales no sólo dependen de la magnitud del gasto público o privado, o incluso de la indispensable intervención del Estado, sino de una cierta cultura nacional en materia educacional. Esto queda en evidencia brutal tanto observando las experiencias más exitosas como las más precarias.

Los resultados del último TIMSS (equivalente a las pruebas PISA), que se pública en la segunda parte de este dossier, reflejan muy claramente estas tendencias, especialmente en el caso de Chile y demás países latinoamericanos incluídos.

 

España, a la cola en el panorama educativo internacional en un nuevo informe

ABC

Una vez más, otro estudio internacional pone a España en el peor lugar en el panorama educativo internacional. Se trata de un trabajo publicado por el grupo Pearson, una compañía puntera en contenidos educativos. El informe se llama The Learning Curve (La curva de aprendizaje), y ha sido elaborado «para identificar los factores clave que impulsan la mejora de los resultados educativos». Según John Fallon, consejero delegado de Pearson, «tenemos que abrir la caja negra de los datos educativos y comprender lo que verdaderamente impulsa los resultados del aprendizaje, con el fin de ayudar a los profesores y a los responsables de políticas educativas a basar su trabajo en datos reales».

El trabajo ha sido realizado por The Economist Intelligence Unit y utiliza datos de las evaluaciones internacionales OCDE-PISA, TIMSS y PIRLS, así como datos sobre alfabetización y tasas de graduación escolares y universitarias. Finlandia y Corea del Sur encabezan la lista según el nuevo índice. Hong Kong, Japón y Singapur, que siempre logran resultados altos, les siguen de cerca. De los cuarenta países con datos suficientes para su inclusión, las economías emergentes de México, Brasil e Indonesia son las que ocupan los puestos inferiores de la tabla.

Finlandia y Corea del Sur emergen como las claras «superpotencias educativas». Según el estudio, «en algunos aspectos es difícil imaginar dos sistemas más dispares. Con frecuencia se define al surcoreano como un marco rígido basado en exámenes en el que los estudiantes deben dedicar un tiempo extraordinario al trabajo; mientras que el finlandés es mucho más relajado y flexible». Sin embargo, un análisis más detallado muestra que «ambos países cuentan con un profesorado de alta calidad, valoran la responsabilidad y tienen una misión moral que sustenta los esfuerzos educativos».

Los países líderes de la categoría de habilidades cognitivas, que comprende las pruebas internacionales (PISA, TIMSS y PIRLS) de Matemáticas, Lectura y Ciencias que los estudiantes realizan en 4.º de Primaria y 2.º de la ESO, no son una sorpresa. Los cinco primeros –Finlandia, Singapur, Hong Kong, Corea del Sur y Japón– obtienen una puntuación muy por encima de la media.

En la categoría de logros educativos, que se basa en índices de alfabetización y tasas de graduación, la clasificación es diferente. Aquí, Corea del Sur va a la cabeza, seguida del Reino Unido y después Finlandia, Polonia e Irlanda.

Otros resultados importantes:

-Los ingresos importan, pero la cultura más. «Aunque no hay duda de que la inversión en educación proporciona beneficios, a la hora de conseguir resultados educativos superiores, el enfoque cultural y las perspectivas profesionales tienen la misma importancia que los ingresos, si no más».

-Los buenos profesores son esenciales y han de ser respetados. «No hay nada que sustituya a un buen profesor. Su impacto va más allá de los resultados educativos y se puede vincular a factores sociales positivos, como la disminución de la tasa de embarazosadolescentes y mayor preocupación por el ahorro para la jubilación. La formación de mejores profesionales de la enseñanza depende de más factores que una buena remuneración. Los países con los mejores resultados atraen a los mejores talentos, se preocupan por la formación continua del profesorado y también le permiten mayor libertad.

Fallon afirma: «La educación impulsa el éxito a nivel individual y nacional. Sin embargo, en lo que respecta a mejorar la educación, con demasiada frecuencia aquellos que tienen el poder de cambiar las cosas trabajan en la oscuridad. The Learning Curve trata de arrojar luz sobre la comprensión de lo que verdaderamente funciona y las razones de que esto sea así».

Michael Barber, asesor jefe para educación de Pearson, afirma: «The Learning Curve permitirá un análisis mucho más sofisticado de lo que funciona en materia de educación. Muestra que no hay recetas mágicas. Para mejorar, es necesaria una atención coherente y a largo plazo centrada en el sistema educativo».

Tabla general de clasificación de los países

PAÍS PUNTUACIÓN PUESTO

FINLANDIA 1,26 1

COREA DEL SUR 1,23 2

HONG KONG-CHINA 0,90 3

JAPÓN 0,89 4

SINGAPUR 0,84 5

REINO UNIDO 0,60 6

PAÍSES BAJOS 0,59 7

NUEVA ZELANDA 0,56 8

SUIZA 0,55 9

CANADÁ 0,54 10

IRLANDA 0,53 11

DINAMARCA 0,50 12

AUSTRALIA 0,46 13

POLONIA 0,43 14

ALEMANIA 0,41 15

BÉLGICA 0,35 16

ESTADOS UNIDOS 0,35 17

HUNGRÍA 0,33 18

ESLOVAQUIA 0,32 19

RUSIA 0,26 20

SUECIA 0,24 21

REPÚBLICA CHECA 0,20 22

AUSTRIA 0,15 23

ITALIA 0,14 24

FRANCIA 0,13 25

NORUEGA 0,11 26

PORTUGAL 0,01 27

ESPAÑA -0,08 28

ISRAEL -0,15 29

BULGARIA -0,23 30

GRECIA -0,31 31

RUMANÍA -0,60 32

CHILE -0,66 33

TURQUÍA -1,24 34

ARGENTINA -1,41 35

COLOMBIA -1,46 36

TAILANDIA -1,46 37

MÉXICO -1,60 38

BRASIL -1,65 39

INDONESIA -2,03 40

 

PRUEBA TIMSS DE CIENCIAS Y MATEMATICAS: quienes son los mejores y los peores?  Chile, América Latina, OCDE y el mundo

Las pruebas TIMSS de Ciencias y Matemáticas reflejaron el destacado avance que tuvo Chile entre 2003 y 2011, sin embargo, reflejó que el país aún sigue por debajo del promedio, establecido en 500.

En la prueba de matemáticas, Chile obtuvo unpromedio de 416, siendo superado por Túnez (425), República de Macedonia (426) y Tailandia (427). El país, en tanto, se sitúa por sobre Irán (415), Qatar (410) y Bahréin (409).

Los países que lideran la prueba de matemáticas son Corea (613), Singapur (611) y China (609).

En CienciasChile logró 461 puntos que no le alcanzaron para superar a Emiratos Arabes (465), Rumania (465) e Irán (474).

Sin embargo, este puntaje permitió al país superar a Bahréin (452), Tailandia (451) y Jordania (449).

En Ciencias lideran Singapur (590), China (564) y Corea (560) nuevamente lideran.

La prueba se realiza cada cuatro años en 53 países a estudiantes de cuarto y octavo básico y en la última medición los alumnos chilenos mostraron un gran avance en la prueba de Ciencias de octavo básico, subiendo 49 puntos respecto a su participación en 2003.

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Written by Eduardo Aquevedo

13 diciembre, 2012 at 1:07

Chile: crisis de las Universidades de mercado… (dossier actualizado)

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Las pruebas que confirman la venta de acreditaciones a universidades privadas

Por : Mónica González y Juan Andrés Guzmán en Reportajes de investigación Publicado: 10.12.2012

UNIACC, fachada Salvador 1200
Fotografo: Jose Miguel Mendez
07.Luis Eugenio Díaz cobraba $100 millones por 5 años de acreditación. Esto es parte de los reveladores antecedentes de la investigación de la fiscalía, que evidencia cómo fracasó el sistema que debía custodiar una educación de calidad y cómo se distribuyeron los dineros del CAE sin control. El escándalo, que comenzó con la publicación de CIPER del contrato entre Díaz y la U. del Mar, extiende la sospecha sobre media docena de universidades. En este primer reportaje lea cómo Díaz intervino a favor de la U. SEK, de Jorge Segovia, y su vínculo con el ministro de Justicia y dueño de la U. Autónoma, Teodoro Ribera.

Entre las decenas de elementos de prueba que tienen a Luis Eugenio Díaz, ex presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), en prisión preventiva y acusado de los delitos de soborno, cohecho y lavado de activos, figura un par de correos que la Fiscalía Oriente incautó de su computador y que Díaz envió en julio de 2011 a José Enrique Schroeder, entonces rector de la Universidad SEK, institución de propiedad de Jorge Segovia Bonet (presidente de su junta directiva desde 1990), dirigente también del club de fútbol Unión Española y de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).

Email de Eugenio Díaz a rector de la SEK: “Comprenderás que el hecho de que yo esté en la universidad agrega mucho valor, es casi como un sello de calidad, perdonando la petulancia. Te aseguro que nadie se va a atrever a pensar siquiera en no acreditar una institución donde yo esté”

Ambos email fueron enviados cuando la Universidad SEK iniciaba en 2011 su proceso para volver a acreditarse ante la CNA, institución en la que Díaz votaba y era un influyente consejero desde el año 2007, cuando fue elegido como representante de las universidades privadas autónomas, apoyado también en su reelección en 2009 por las universidades UNIACC, Pedro de Valdivia y Gabriela Mistral, entre otras.

En el primer correo electrónico Luis Eugenio Díaz le pide al rector Schroeder que le de trabajo a “una sobrinita”. Se trata de la periodista Andrea Moraga a la que define como muy inteligente, que ha trabajado revisando procesos de acreditación con Díaz, incluyendo el de la SEK. Y concluye con un último y decisivo argumento:

“Si tuvieras a bien contratarla, ciertamente yo la apoyaría con todo. De manera  que al contratarla a ella contarías con mi asesoría permanente, a través de  ella, en este periodo y en forma permanente, sin que sea necesario que me recompensen de ninguna otra manera”.

En el segundo correo, enviado al día siguiente, Díaz va más allá. Y pide trabajo para él mismo:

“Querido amigo: se me ocurre algo complementario, que quizás te sorprenderá. Te sugiero  crear en la universidad  la Dirección de Vinculación con el Medio y contratar a Andrea y a mí como director, con la misma renta que otros directores de la universidad, con la libertad para mantener una o dos consultoras que me demandan muy poco tiempo.  Esto es absolutamente compatible con mi cargo en la CNA”.

¿Qué beneficio obtendría la SEK al contar con los servicios de Andrea Moraga? Díaz lo explicita: “Ciertamente debo inhibirme cuando se trate la acreditación de la SEK pero comprenderás que el hecho de que yo esté en la universidad agrega mucho valor, es casi como un sello de calidad, perdonando la petulancia. Te aseguro que nadie se va a atrever a pensar siquiera en no acreditar una institución donde yo esté”.

Según ha logrado establecer la Fiscalía Oriente, cuando ambos email fueron enviados, Eugenio Díaz ya estaba asesorando a la SEK en el proceso de acreditación, corrigiendo sus documentos y ordenando nuevos contenidos. Documentos y contenidos que a la larga él mismo revisaría de nuevo como miembro de la CNA y relator de ese expediente (por decisión propia), para decidir si esa universidad exhibía parámetros de eficiencia y podía ser acreditada. Es decir, estaba actuando como parte interesada para luego intervenir como juez imparcial.

La acreditación era muy importante para los débiles estados financieros de la Universidad SEK, pues permitía que sus alumnos pudieran acceder al Crédito con Aval del Estado (CAE), que en 2010 le reportó montos por $400 millones.

La Universidad SEK, que inició sus actividades en 1990, recibió ese dinero gracias a la acreditación que obtuvo de la CNA en 2009. No fue un proceso fácil. El primer dictamen del organismo fiscalizador (28 de octubre de 2009) la rechazó.  La SEK presentó un recurso de reposición y en la segunda instancia fue acreditada, pero sólo por dos años certificación que vencía el 25 de noviembre de 2011.

Luis Eugenio Díaz conocía muy bien la realidad de la Universidad SEK. En su proceso de acreditación de 2009 uno de los cuatro pares evaluadores fue Andrés Lastra, ex presidente de la FECH y socio de Díaz en varias asesorías a universidades, principalmente las de la UNIACC (donde Lastra era vicerrector) y la Pedro de Valdivia (donde Lastra ocupó el cargo de director de Aseguramiento de Calidad), además del Centro de Formación Técnica (CFT) Simón Bolívar. Y el relator de dicho proceso fue el propio Luis Eugenio Díaz, quien propuso acreditarla por dos años.

Los email de Díaz hay que entenderlos en el contexto de una relación antigua (él ha declarado que conocía de antes a Jorge Segovia), que se sostenía en la necesidad  financiera de la SEK de acreditarse y en el poder de Díaz para lograrlo.

Email de Díaz a la UNIACC ofreciendo sus servicios para ayudarla a acreditarse: “El proceso de consultoría se extendería desde esta fecha hasta que se adopte la decisión definitiva de acreditación. Los honorarios por esta consultoría ascenderán a la suma de $70.000.000 a todo evento y de $30.000.000 adicionales para la eventualidad que la universidad sea acreditada por 4 años”.

La universidad atendió la primera idea de Díaz y contrató a Andrea Moraga, quien según se ha logrado acreditar trabajaba para Gestión Limitada, la empresa de Luis Eugenio Díaz, donde recibía una remuneración de $1.400.000 mensuales. Moraga colaboró también con Díaz en las asesorías a la Universidad Bernardo O’Higgins y del Mar. Según declaró el rector José Enrique Schroeder, Moraga fue contratada para hacer “un informe sobre la enseñanza para la comprensión”. No fue lo que recordó Díaz. Ante la fiscalía dijo que la Universidad SEK le pagó a Moraga “$2.500.000 por hacer un informe sobre el pensamiento de Amartya Sen, que es un economista alternativo”.

La secuencia descrita deja abierta la duda de si la contratación de Andrea Moraga es la forma que la Universidad SEK encontró para pagarle a Díaz una parte de sus asesorías en la acreditación. El rector Schroeder, ante la fiscalía, se apuró a rebatir esa idea: “El pago a Andrea Moraga fue por un trabajo efectivo a la universidad. Ni yo ni Gautier (vicerrector de la SEK que  contrató a Andrea) lo hubiésemos aceptado jamás como recompensa. Yo no he visto los informes que ella hizo, su trabajo me consta por lo que Gautier me reportó verbalmente”.

Cuando la fiscalía le mostró a Díaz sus propios correos, el ex consejero de la CNA dijo: “Es un correo que me avergüenza”. Luego intentó explicar por qué le aseguraba a la SEK que sería acreditada: “Cuando digo que tiene asegurada la acreditación es una pretensión porque confío en que mi prestigio ayudaría a conseguir la acreditación”. No vio delito en su acto.

No opinó lo mismo la abogada Paula Beale, jefa del departamento jurídico de la CNA. Ante la Fiscalía declaró que el correo “abiertamente infringe las normas de probidad por cuanto solicita un favor valiéndose de su cargo y luego solicita trabajo en la institución que en ese momento estaba en proceso de acreditación en que le asegura un resultado favorable en la acreditación en caso de ser contratado”.

Iñigo Díaz, quien sucedió a Eugenio Díaz en la presidencia de la CNA y que renunció al cargo en octubre de este año, fue más duro al evaluar los correos mencionados: “Este correo me indica que Eugenio Díaz perdió la brújula. Obviamente no se puede hacer lo que hace en ese correo. Está generando redes para coimearse. Me parece gravísimo”.

LA FILTRACION QUE ACUSA

Lo declarado por la abogada Beale e Iñigo Díaz, se condice con los procedimientos, contratos y las tarifas que Luis Eugenio Díaz cobró en ese mismo año 2011 tanto a la Universidad del Mar como a la Universidad Pedro de Valdivia y a la Bernardo O’Higgins, por asesorarlas en su proceso de acreditación, así como a la Universidad UNIACC en 2010.

Pese a que el entonces rector de la SEK dice que la contratación de la “sobrina” no fue pago por las asesorías que Díaz hizo, lo cierto es que llegado el momento clave, Díaz se comportó como un fiel empleado de la SEK.

El momento decisivo fue en diciembre de 2011, cuando los consejeros de la CNA debieron pronunciarse sobre la nueva acreditación de la SEK. Luis Eugenio Díaz se encontró entonces con un inconveniente grave. Con la llegada a la secretaría ejecutiva de la CNA de Patricio Basso, ese organismo comenzó a elaborar minutas económicas que ilustraban a los consejeros con los antecedentes de la situación financiera de las instituciones que buscaban su certificación. La minuta sobre la SEK, como se verá más adelante, dejaba en evidencia que era una institución muy débil, con un fuerte endeudamiento con instituciones relacionadas, que es la forma clásica a través de la cual los dueños de una universidad lucran (ver la minuta y ver recuadro).

 

Luis Eugenio Díaz no estuvo de acuerdo con que esa información financiera fuese considerada en el proceso de acreditación y reclamó en la CNA por la incorporación de estos nuevos antecedentes. Pero no obtuvo respaldo más que de Juan José Ugarte, representante del Ministerio de Educación (Mineduc). Entonces, Díaz decidió enviarle en secreto la minuta financiera elaborada en la CNA al rector de la SEK, para que éste preparara con extrema urgencia una respuesta. Eso fue exactamente lo que hizo Schroeder.  El nuevo documento financiero de la SEK llegó a la CNA el martes 13 de diciembre de 2011, el día antes de que se efectuara la sesión en que se decidiría su acreditación.

La súbita aparición de un documento que en los hechos era una réplica punto por punto a la minuta financiera realizada por Basso, hizo evidente para los consejeros de la CNA que se había producido una filtración. La discusión se inició. Díaz no abrió la boca. Los consejeros estimaron que el material enviado por la SEK no debía considerarse. Votaron. Díaz estuvo por acreditarla por tres años. La SEK -y Díaz- perdieron por un voto (5-6).

La ley de acreditación permite a las universidades apelar y la SEK lo hizo. Para la reposición sí se consideró la minuta entregada a última hora por la universidad. Díaz fue el relator y volvió a votar y esta vez la SEK obtuvo tres años de  acreditación.

Consultado por CIPER, Patricio Basso, quien elaboró la minuta económica, señaló:

-De haber tenido derecho, yo habría votado en contra por razones puramente académicas. Comparada con otras universidades privadas con un número semejante de alumnos, es la que tenía indicadores más deficientes. En el orden financiero, tenía un nivel de endeudamiento muy alto con empresas relacionadas y avalaba o era codeudora solidaria de los Colegios SEK, lo cual también me parece incorrecto. Se podría llamar a esto “lucro de segundo orden”, pues los socios controladores se están beneficiando con dicho aval, aunque no existe pérdida patrimonial, salvo en el caso que el deudor principal deje de pagar.

La fiscalía interrogó a Luis Eugenio Díaz por la filtración de documentos que hizo a la SEK y que muestran dónde estaban sus verdaderos mandantes en ese proceso. Esto fue lo que declaró:

“Es posible, pero no lo recuerdo, que las minutas de la Universidad SEK yo se las haya enviado al rector José Enrique Schroeder. Entiendo que la comisión se molestó por la posible filtración de datos…. En alguna ocasión yo pude haber revelado minutas a algunas instituciones interesadas, no lo recuerdo exactamente. Si alguna vez lo hice fue por rebeldía de principios, en virtud del debido proceso… creo que efectivamente envié por email al rector Schroeder una minuta de datos de contexto…. Con esa minuta la universidad envió una nueva minuta con información adicional previo a la reunión de la CNA… y nunca le hice presente a nadie de la CNA ni al presidente que yo había filtrado el documento. No sé por qué lo hice”.

Email de Eugenio Díaz a Teodoro Ribera pidiendo que reciba en la Autónoma a un sobrino suyo: “Abusando de tu generosidad, ¿podrían beneficiarlo con alguna beca?, pues mi sobrina no tiene muy buena condición y tiene a otra hija estudiando en Santiago”.

Un vez que la Universidad SEK fue acreditada, el rector José Enrique Schroeder, quien había asumido en 2009 para liderar el proceso de re-acreditación, se fue de vacaciones. Pero en marzo de 2010, no regreso a su puesto. Se fue como vicerrector a la Universidad Autónoma, cuyo rector era entonces el actual ministro de Justicia, Teodoro Ribera. A la dirección de la SEK volvió su antiguo rector, Alejandro Omaña.

En cuanto a Jorge Segovia, quien desde octubre está fuera del país, no ha podido ser interrogado aún y sus correos tampoco pudieron ser rastreados. En la Universidad SEK afirman que Segovia nunca ha tenido un computador en esa casa de estudios.

CERO FISCALIZACION

El capitulo SEK es sólo uno de una patética secuencia de negociaciones incompatibles aderezadas con trapicheos vergonzosos y que tienen como gran telón de fondo miles de millones de pesos de dineros fiscales destinados a dar créditos a los estudiantes más pobres (CAE). Cada negocio que establece Díaz con las acreditaciones, no es una mancha más sobre su reputación y papel de antecedentes, sino una evidencia de cómo el Fisco y los bienes públicos que los comisionados debían garantizar en su último destino, quedaron sin resguardo.
Lo anterior queda en evidencia con el correo enviado por Luis Eugenio Díaz a Ángel Maulén, propietario de la Universidad Pedro de Valdivia, el 3 de septiembre de 2011, en medio de las masivas protestas estudiantiles exigiendo calidad y gratuidad de la educación. “Acabo de ver la noticia de que siguen las tomas. En la CNA estamos analizando la prórroga de la acreditación por tres meses si se mantienen las tomas. Hemos tenido una diferencia al respecto. Iñigo (Díaz) y Patricio (Basso) han planteado que se prorrogue solamente a las universidades en toma, concediendo al secretario ejecutivo para que decida caso a caso. Yo he planteado que se prorrogue a todas porque se trata de un sistema (lo que ha generado una fuerte irritación de Patricio). El problema es que si se prorroga a las que están en toma se deja en una situación difícil a las demás, especialmente  a la UPV. Hasta ahora he logrado concitar mayoría, ojalá se imponga en definitiva. Los mantendré informados”.

La respuesta de Maulén no se hizo esperar: “Estimado Eugenio, qué pasa con nosotros que termina el proceso de acreditación justo en diciembre, en plena etapa de matrícula y sin CAE”.

La respuesta está en la decisión que adoptó la CNA: la UPV pudo matricular a sus estudiantes para 2012 con CAE incluido, en virtud de una prórroga especial obtenida en la CNA hasta abril de 2012.

LOS VINCULOS CON EL MINISTRO RIBERA

La mayor parte de los graves antecedentes reunidos por la fiscalía en contra de Eugenio Díaz, corresponden a 2010, año en que éste ejerció el cargo de presidente subrogante de la CNA; año en que también los controles de esa institución se flexibilizaron a tal punto que todas las instituciones que se presentaron a la evaluación resultaron aprobadas.

Al respecto, el ex presidente de la CNA, Emilio Rodríguez, dijo a CIPER: “Si todas las instituciones que postularon en 2010 fueron acreditadas, o estamos ante una mejoría notable en las instituciones de educación terciaria en Chile o, simplemente, los niveles de exigencia han caído a niveles lamentables”.

Lo increíble es que ninguna autoridad vio en esa avalancha de acreditaciones ni la evidencia ni la sospecha de que algo en el sistema estaba fallando. Solo la intervención del Ministerio Público en los últimos meses ha permitido ir mostrando la verdad de esas acreditaciones.

En algunos casos se han detectado pagos millonarios hacia el ex presidente de la CNA, de los cuales se contabilizan hasta ahora $290 millones. En otros, aún no se ha cogido la hebra del dinero, pero se tiene constancia de que, al igual que en la Universidad SEK, en el momento indicado Eugenio Díaz se comportó como un empleado de esas universidades. Tras el estallido del escándalo de las acreditaciones en la CNA, políticos de todos los sectores han descubierto los vicios del mecanismo.

Luis Eugenio Díaz llegó al sillón de la CNA, elegido por la Corporación de Universidades Privadas (CUP), donde figuran entre otras las cuestionadas Del Mar y Pedro de Valdivia (cuyos rectores Raúl Zúñiga y Ángel Maúlen, respectivamente, están detenidos con Díaz). También están en la CUP la citada Universidad SEK, la Universidad Bernardo O`Higgins (con la cual Díaz tenía un contrato de asesorías para acreditarse en 2012 por $20 millones) y UNIACC, (con la que Díaz tuvo dos contratos por un total de $ 43 millones). Con la Universidad Pedro de Valdivia el contrato fue por $50 millones, con premios acorde a los años de acreditación.

En 2010, cuando Luis Eugenio Díaz era presidente de la CNA, siete de las 14 universidades que lo eligieron, debieron acreditarse y se sometieron a la decisión de una CNA que entonces era controlada por su candidato. La mayoría de ellas necesitaba lograr la acreditación, pues sus balances dependían de los miles de millones de pesos que el Fisco entrega a través del CAE a las universidades que la CNA avala.

La siete que se presentaron ante Díaz fueron: Pedro de Valdivia, UNIACC, Las Américas (UDLA, dejó la CUP este año), Unicit, Ucinf, Autónoma, Universidad del Mar y Gabriela Mistral (que no está en el CUP, pero cuya rectora, Alicia Romo, es un referente para este grupo). Todas consiguieron su acreditación. De las otras siete de la CUP, la SEK debió acreditarse en 2011 (y casi no lo logra); la UNIACC, lo intentó y falló con estruendo. Las universidades Miguel de Cervantes y Bolivariana son tan precarias que no lo han intentado aún. Las únicas fuera del área de peligro en 2010 y 2011 eran la Universidad del Pacífico (en 2007 logró acreditarse hasta 2012) y la UBO (en 2009 logró acreditarse hasta 2012).

Con varios de los rectores y dueños de estas universidades, Eugenio Díaz estableció vínculos muy estrechos que hoy todos prefieren olvidar. Uno muy importante para Díaz es el que lo unió con Teodoro Ribera, socio y rector de la Universidad Autónoma hasta que en julio de 2011 asumió como ministro de Justicia.

En los últimos años esa casa de estudios ha tenido una expansión enorme desde su fundación en 1989 como una universidad regional, centrada en Temuco. Hoy es una de las más grandes de Chile, con 18 mil alumnos. Su última inversión fue de US$35 millones por la compra del codiciado terreno del que fuera un colegio de una congregación religiosa en Providencia para levantar una nueva sede.

En 2010, cuando Díaz era el presidente  de la CNA, la universidad de Ribera recibió cinco años de acreditación. La decisión sorprendió al mundo académico, pues puso a la Autónoma en el mismo nivel que las grandes universidades privadas ya consolidadas, como la UNAB, la Diego Portales y algunas públicas, como la Universidad de Valparaíso. La acreditación le significó recibir en 2010 un total de 4.680 créditos por un total de $7.500 millones. De ellos, los bancos decidieron venderle al Fisco $6.600 millones, al ser considerados los más riesgosos.

Un correo incautado a Luis Eugenio Díaz, muestra que el entonces presidente de la CNA escogió el momento en que la Autónoma había iniciado su proceso de acreditación para pedirle a su rector un favor personal. Quería que  Ribera le recibiera en su universidad a un sobrino-nieto que deseaba estudiar kinesiología en Talca. Después de darle los detalles de la situación del joven, Díaz remató el email: “Abusando de tu generosidad, ¿podrían beneficiarlo con alguna beca?, pues mi sobrina no tiene muy buena condición y tiene a otra hija estudiando en Santiago”.

No está claro cómo termino esa gestión. Tampoco ha podido dilucidarlo Teodoro Ribera, pues aún no ha declarado ante la fiscalía. Según fuentes consultadas por CIPER, Ribera visitaba con mucha frecuencia a Díaz en la CNA y también éste iba seguido a la Universidad Autónoma. Una ex miembro de la CNA dijo a CIPER que a fines de 2010, cuando Díaz era presidente subrogante de ese organismo y el Presidente Piñera aún no nombraba al titular, Díaz daba a entender que Teodoro Ribera estaba haciendo lobby ante el Presidente para que lo designara presidente de la CNA.

El elegido por Piñera no fue Luis Eugenio Díaz. Pero los vínculos entre éste y Teodoro Ribera no terminaron. Tres meses después de haber sido designado ministro de Justicia, Teodoro Ribera contrató en esa cartera  a Luis Eugenio Díaz para realizar dos estudios vinculados con la formación de los gendarmes. Los estudios fueron dados a conocer por El Mercurio el 8 de diciembre. El primero, de noviembre de 2011, tenía como objetivo “realizar un diagnostico del estado actual de la Escuela de Gendarmes, así como un plan de reestructuración de la misma”, una tarea por la que recibió $3.333.333. El diagnóstico era exigente para el plazo estipulado: una semana. Y debía incluir: “pautas de selección de postulantes, y confeccionar nuevos planes y programas de estudio respecto de la formación de oficiales y gendarmes”. Díaz también debía genera nuevos “procesos de selección de los postulantes”.

En 2012, Díaz volvió a ser contratado por el ministro Teodoro Ribera, esta vez por $6 millones (pagados en $ 1.500.000 mensuales, entre el 23 de enero y el 30 de abril).  La tarea a realizar era nuevamente amplia: “Rediseño del perfil de egreso de funcionarios uniformados de Gendarmería. Actualización de la malla curricular de la Escuela de Gendarmería. Proponer asignaturas conforme a la actualización de la malla curricular”. Además, debía proponer un sistema de contratación de nuevos docentes, un sistema de evaluación docente y un sistema de evaluación de alumnos”.

Consultado por la contratación de Díaz, el ministro Ribera dijo a El Mercurio que el nombre de Díaz para realizar estos trabajos había salido de las reuniones de gabinete, de una sugerencia de su subsecretaria Patricia Pérez.  Añadió que él, antes de ser ministro, no conocía a Díaz: “Él es más viejo que yo, es un hombre de izquierda. Son otros mundos culturales”.

Patricio Basso, ex secretario ejecutivo de la CNA, fue uno de los que puso en el tapete los vínculos de Teodoro Ribera y Luis Eugenio Díaz, revelando detalles reservados del proceso de acreditación del instituto INCACEA, que al igual que la Universidad Autónoma, tiene a Ribera como socio.

De acuerdo a la información pública disponible, el 4 de enero de 2012 la CNA rechazó la acreditación del INCACEA, entre otros motivos, por su mala situación económica.  En el informe, la CNA señala: “Con respecto a la situación financiera no es posible determinar la verosimilitud de ningún indicador financiero ya que los documentos por cobrar representan casi todo el activo circulante de la institución (98,7% en 2008, 98,6% en 2009 y 97% en 2010) y no se sabe a ciencia cierta cuál es la real tasa de incobrabilidad de esos documentos”.

De acuerdo a la CNA los principales acreedores de la Universidad SEK son Club Deportivo Unión Española SADP ($ 495 millones); Blue Marbel ASS SL ($542 millones) y el ISEK Costa rica ($358 millones).

Añade el informe que “en el orden económico la situación es crítica, particularmente el año 2010 que presenta pérdida y una capacidad negativa de generación de caja”. La descripción del ente examinador deja en evidencia que para INCACEA eran urgentes los recursos del Crédito con Aval del Estado, al cual los alumnos solo podían acceder si la CNA acreditaba al instituto.

Según afirmó Patricio Basso, ante la lamentable situación financiera exhibida, la mayoría de los concejeros de la CNA resolvieron no acreditar al instituto de Ribera, salvo dos excepciones: Luis Eugenio Díaz y Juan José Ugarte, el jefe de la División de Educación Superior  y representante del Mineduc en la CNA. Basso señaló que, como Ugarte no iba casi nunca a las sesiones de la CNA, le llamó la atención que fuera a la votación de la acreditación de INCACEA y que votara a favor de acreditarlo.

LOS PRECIOS DE LAS ACREDITACIONES

Hasta ahora, y según la investigación que ha hecho el Ministerio Público y CIPER, Luis Eugenio Díaz asesoró las acreditaciones de las universidades del Mar, SEK, Bernardo O’Higgins, Pedro de Valdivia, Andrés Bello y UNIACC. Una pauta de cómo operaba en sus cobros, se expresa en lo que fue su negociación con esta última institución.

El 27 de enero de 2010, cuando Díaz ya era presidente de la CNA y la UNIACC debía iniciar su proceso de acreditación que se definiría a fines de 2011, comenzó la interlocución financiera con esa universidad. En un primer momento, estimó su trabajo en $70 millones, con un premio de $30 millones si conseguía cuatro años de acreditación. En el email enviado a Hermann Schwarz, ex rector de la UNIACC y entonces presidente del grupo Apollo en Chile, controlador de esa universidad, Luis Eugenio Díaz detalla el servicio que ofrece: “Una asesoría en el diseño e implementación del proceso de gestión y aseguramiento de la calidad y en particular, del proceso de re-acreditación institucional de la universidad. La asesoría se brindaría especialmente al presidente ejecutivo y al Rector, así como al comité o comisión de acreditación y demás instancias colectivas que lo requieran. El consultor revalidaría al menos una vez al mes el estado de avance del proceso de acreditación y los documentos que al respecto se elaboren… El proceso de consultoría se extendería desde esta fecha hasta que se adopte la decisión definitiva de acreditación. Los honorarios por esta consultoría ascenderán a la suma de $70.000.000 a todo evento y de $30.000.000 adicionales para la eventualidad que la universidad sea acreditada por 4 años”.

La asesoría se llevó a cabo durante 2010, fijándose una tarifa adicional por cada año de acreditación, siendo la de cinco años pagada con $100 millones. Pero tuvo un abrupto fin, pues dentro de la universidad hubo cambios en los cargos de decisión y Díaz estimó que la acreditación era imposible. Lo anterior no impidió que Díaz cobrara $20 millones, la primera cuota del precio acordado.

Hay evidencias de que los $290 millones que hasta ahora registra Luis Eugenio Díaz como pagados por universidades cuya acreditación asesoró en forma paralela al proceso oficial, no son los únicos montos percibidos. De hecho, la empresa de asesoría comunicacional Ekilibrio, fundada el 9 de marzo de 2011, de propiedad de unos de los hijos de Díaz, era promovida por el ex presidente de la CNA entre sus “clientes” para que fuera contratada. Luis Eugenio Díaz no se contenía. A Jorge Segovia, presidente de la junta directiva de la Universidad SEK y dirigente de la ANFP, le pedía entradas preferenciales para ir al Estadio Nacional cuando el club de sus amores -Colo Colo- jugaba un partido importante. Y Segovia se las conseguía.

UNIVERSIDAD SEK: LA MINUTA REVELADORA

La minuta preparada en diciembre de 2011 por la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacional de Acreditación sobre los estados económicos de la Universidad SEK al momento en que ésta debía pronunciarse sobre su acreditación, resultó un elemento decisivo para el rechazo de la CNA en primera instancia. A sabiendas del efecto que provocaría en los comisionados, Luis Eugenio Díaz decidió filtrarla al rector de la universidad, de modo de posibilitar que éste respondiera a tiempo con nuevos antecedentes. El nuevo informe entregado por la SEK, le dio pábulo a Díaz para terminar de convencer a otros consejeros y acreditarla por tres años.

La minuta elaborada por la CNA establece que la SEK “tiene un comportamiento muy debilitado en comparación con las universidades privadas acreditadas que están en su nivel (entre 3 mil y 7 mil alumnos). Tiene un capital de trabajo negativo y un creciente deterioro en su liquidez y solvencia financiera”. Aunque se califica como una buena señal el aumento en activo fijo (calidad de la infraestructura), la universidad presenta un alto endeudamiento con empresas relacionadas. Según se afirma en el informe de la CNA, “al cierre del ejercicio 2010, la universidad es aval y codeudor solidario por las sumas de $43 mil millones lo que representa 1,76 veces su patrimonio, colocando a la institución en una posición de peligrosa dependencia”.

En la minuta se precisa que los pasivos de largo plazo de la SEK están constituidos exclusivamente por cuentas por pagar a empresas relacionadas (Segovia tiene 14 empresas relacionadas en la propiedad de la Universidad SEK). Al calcular el saldo neto que la universidad debe pagar a esta empresas, el monto es de $1.322 millones “siendo sus principales acreedores Club Deportivo Unión Española SADP ($ 495 millones); Blue Marbel ASS SL ($542 millones) y el ISEK Costa rica ($358 millones).

U. Pedro de Valdivia: lucro y acreditación

Por : Tabatha Guerra en Reportajes de investigación, CIPER

Publicado: 06.12.2012

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CIPER descubrió una serie de transacciones financieras y traspasos notariales que ocurrieron en paralelo al cuestionado proceso de acreditación de la Universidad Pedro de Valdivia (11.500 estudiantes), en diciembre de 2010. Las fechas y movimientos muestran cómo los socios de la UPV, Ángel Maulén y Enrique Rodríguez, se valieron de su poderosa red de empresas relacionadas para lograr la anhelada acreditación de su universidad. Muchos de esos cambios fueron, de acuerdo a los correos que descubrió el Ministerio Público, siguiendo las recomendaciones del entonces presidente de la CNA, Luis Eugenio Díaz.

El 29 de diciembre de 2010, a dos días del cambio de año, el rector y dueño de la Universidad Pedro de Valdivia, Ángel Maulén Ríos, obtuvo una noticia que esperaba desde hace años: en un texto de sólo tres párrafos, la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) le otorgaba a su universidad la anhelada acreditación institucional.

Era la segunda vez que la UPV lo intentaba. La primera vez, en 2007, no tuvo éxito. Y en esta nueva oportunidad lograrlo tampoco fue fácil. El 22 de diciembre de 2010, la CNA volvió a rechazar su expediente en primera instancia.  Maulén apeló y, siete días más tarde, la comisión, presidida por Eugenio Díaz Corvalán, dio un sorpresivo giro y aceptó acreditarla.

En 2011, CIPER reveló cómo opera el escandaloso sistema de acreditación de las universidades y comprobó que, en 2010, todas las que postularon la obtuvieron. Una de las aprobaciones que más llamó la atención fue la de la U. Pedro de Valdivia, que con premura obtuvo su acreditación el penúltimo día de ese año. En esa investigación, CIPER descubrió que para la universidad de propiedad de Ángel Maulén Ríos –como para todas- conseguir el aval de la CNA era clave: no por prestigio académico, sino por dinero. Con el sello de “universidad acreditada”, sus alumnos pudieron solicitar el Crédito con Aval del Estado (CAE), un préstamo bancario en ese entonces con un 6% de interés y que cuenta con garantía estatal, de modo que si los alumnos tropiezan con las cuotas, el Estado se hace cargo. Con el CAE, los alumnos de estratos medio bajos -como los que estudian en la UPV- se transforman en jóvenes solventes. Sin el CAE, sus clientes vuelven a ser pobres, un grave contratiempo para esta universidad que, según consigna el acta de la CNA, busca hacer solvente su proyecto aumentando la matrícula, algo que tras la acreditación logró con creces. En efecto,  la UPV pasó de 7.276 alumnos en 2010 a 9.476 en 2011. De esos estudiantes, 1.400 solicitaron el CAE, lo que le generó ingresos a la universidad por un monto total de $2.350 millones.

 

En el acta de la sesión de la CNA donde se acreditó a la UPV no quedó registro de cómo votaron los consejeros.  Pero fuentes consultadas por CIPER dicen que la sesión fue tensa y que el presidente de la comisión, Luis Eugenio Díaz Corvalán, presionó para que se acreditara a la institución. Un hecho que hoy ya no resulta extraño. Una investigación del Ministerio Público, a cargo del fiscal Carlos Gajardo, develó que al menos desde junio de 2010, cinco meses antes de la acreditación de la UPV, Eugenio Díaz asesoró a la universidad para obtener la acreditación. Las pruebas son los correos que intercambiaron Díaz con Maulén. Además, existe constancia de un contrato por $50 millones de Eugenio Díaz con la UPV, que se firmó pocos días después de la acreditación de dicha institución. El pasado 24 de noviembre, Díaz y Maulén fueron formalizados por los delitos de cohecho, negociación incompatible y lavado de dinero, decretándose su prisión preventiva junto al ex rector de la Universidad del Mar, Héctor Zúñiga, también acusado de contratar para el mismo fin al ex presidente de la CNA.

La asesoría de Eugenio Díaz no fue la única medida que Ángel Maulén tomó para acreditar a su universidad, que hasta 2006 fue conocida como U. Mariano Egaña y luego del ingreso de Maulén tomó el nombre de la red de preuniversitarios y colegios de su propiedad: Pedro de Valdivia. A través de la revisión de documentos notariales, CIPER descubrió que, entre otros datos, y en paralelo al controvertido contrato con Díaz, la U. Pedro de Valdivia suscribió aumentos de capital, arriendos de sedes y préstamos por más $12 mil millones con empresas de propiedad de Maulén. Fue así como, junto a su socio en la universidad, Enrique Rodríguez Villa, el hoy investigado ex rector de la UPV se valió de su red de empresas relacionadas para lograr la acreditación, con la asesoría de Eugenio Díaz.

EL COSTO DEL TRASPASO

Ángel Maulén se instaló en la propiedad de la Universidad Mariano Egaña, en agosto de 2006. Cumplía así lo que anhelaba hace décadas: adquirir una universidad de su entera propiedad (ver recuadro), sumando un activo a su robusta red de empresas asociadas a la educación. La Corporación Mariano Egaña –fundada en 1987- estaba al borde del colapso. La Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado (CNAP) había rechazado su primer intento de acreditación, un año antes, y  atravesaba una severa crisis académica y financiera. La única gran ventaja que ofrecía la UME era su licenciamiento, es decir, contaba con la autonomía para crear sus propios programas de estudios sin supervisión estatal. Un tema relevante, porque si Ángel Maulén creaba su universidad desde cero, habría pasado a lo menos seis años bajo la supervisión del Mineduc.

En mayo del 2006, el directorio de la UME –presidido por Juan Germán Cerón López- aprobó patrocinar la entrada de Ángel Maulén a la Corporación. La asamblea de  socios ratificó el acuerdo, poniendo fin a meses previos de negociaciones. Maulén no ingresó solo a la propiedad. Se sumaron su hijo Ángel Maulén Rodríguez, su segunda esposa Candice Rudloff Bossonney, su hermana María Elia Maulén Ríos, su madre María Elía Ríos Cancino, y su socio en los preuniversitarios y colegios Pedro de Valdivia, Enrique Rodríguez Villa, quien incluyó también a sus hermanos Manuel y Carmen, y a su cuñada Patricia Sandoval Stricker. Una semana después de que Maulén ingresara a la propiedad,  nueve de los 14 antiguos socios renunciaron a la asamblea de la corporación, en la que sólo se mantendrían como representantes de la administración original Luis Alberto Werner-Wildner, Francisco Cervero Reyes, Claudio Mesina Schulz, Juan Germán Cerón López y su hijo Rodrigo Cerón Prandi.

Una de las zonas nebulosas de este acuerdo son las condiciones económicas de la transacción. Lo que está claro es que la incorporación de Ángel Maulén y su socio Enrique Rodríguez a la propiedad de la UME no fue gratis. Si bien no hay pruebas de que la Corporación UME haya vendido directamente a Maulén escaños de participación en la Asamblea –lo que prohíbe la ley- durante el proceso de ingreso de los nuevos socios se realizaron una serie de transacciones que favorecieron económicamente al antiguo presidente de la Corporación UME, Juan Germán Cerón López.

La primera hebra la encontró CIPER en unos documentos fechados el 14 de junio de 2006, es decir, un mes después de que se aprobara la incorporación de Maulén a la Corporación. En esa fecha, el directorio de la UME aceptó vender dos bienes de su propiedad, ubicados en Eleodoro Yáñez 2964 y 2974 (sedes de la Universidad). El comprador sería Juan Germán Cerón, presidente del directorio y el mismo que, cuatro años antes,  había vendido esos inmuebles a la UME. En la promesa de compraventa, la U. Mariano Egaña fijó el precio de ambas propiedades en $378.431.794. Gran parte de ese monto lo pagaría Cerón, asumiendo la deuda por una hipoteca con el Banco Santander de más de $232 millones, que debía pagarse en cuotas hasta el 10 de octubre de 2012. Los restantes $174 millones se dieron por saldados cuando Cerón cedió a la UPV la marca MATRI, que él mismo había solicitado al Ministerio de Economía en 2003, a fin de impartir cursos de magíster en tributación en la universidad.

Finalmente, la compra de los inmuebles de Eleodoro Yáñez 2964 y 2974 se concretó el 19 de enero de 2007, momento en el que Cerón no desembolsó dinero, el que sólo pagaría en las 96 cuotas correspondientes a la hipoteca del Santander. El punto clave es que, indirectamente, la futura Universidad Pedro de Valdivia ayudaría a pagar esas cuotas. El mismo día en que la nueva universidad de Ángel Maulén vende los terrenos de Eleodoro Yáñez 2964 y 2974 a Juan Germán Cerón, ambas partes firman un contrato de arrendamiento por ambas propiedades, las que Cerón arrendó a la UPV en 240 UF mensuales (más de $4 millones).

Otro indicio de cómo Ángel Maulén obtuvo un escaño en el directorio de la universidad lo entrega una compraventa firmada el 9 de agosto de 2006 ante el notario Iván Torrealba, un día después que se oficializó su entrada a la propiedad. Ese día, la corporación adquirió cinco marcas registradas de propiedad de Cerón López: UME, Universidad Mariano Egaña Matemática 2001, y tres Mariano Egaña con distintos giros. Esas cinco marcas, en ese entonces devaluadas gravemente tras la crisis académica y financiera de la universidad, le costaron al recién asumido nuevo directorio 35.000 UF (más de $600 millones de la época), que Maulén pagó en tres cuotas: la primera ese mismo día con 20.000 UF, y otras dos por 7.500 UF cada una, con vencimiento el 31 de marzo y el 1 de agosto de 2007.

Lo extraño es que, a pesar de los $600 millones que pagó por esas marcas, la universidad las usó sólo 22 días. El 31 de agosto de 2006, el recién designado rector, Ángel Maulén, y el nuevo presidente de la junta directiva, Enrique Rodríguez,  modifican el nombre de la corporación por Universidad Pedro de Valdivia. La Universidad Mariano Egaña ya no existía.

LA CARRERA POR LA ACREDITACIÓN

Tras el cambio de nombre, el nuevo rector Ángel Maulén inició una rápida carrera para otorgar una renovada imagen a su recién adquirida universidad. Uno de sus objetivos fue expandir la UPV  a través de la creación de nuevas sedes y carreras. En 2007, la casa de estudios aumentó su matrícula en más de 400 alumnos y pasó de tres a seis facultades, inaugurando las carreras de Medicina y Enfermería.

Pero Maulén no sólo quería expandir su nuevo proyecto universitario. También aspiraba a acreditarlo ante la CNA. Una de las razones era que el certificado de la Comisión Nacional de Acreditación abría el acceso para matricular alumnos con crédito con aval del Estado (CAE), una inyección de fondos que la UPV necesitaba con urgencia. Una meta lejana, considerando los pésimos resultados que en 2005 su predecesora obtuvo ante la CNAP.

Para revertir el rechazo de la acreditación de la ex Mariano Egaña, Ángel Maulén se propuso como principal estrategia aumentar la infraestructura de la universidad, a fin de enfrentar en mejores condiciones un nuevo proceso de acreditación. Pero los negativos indicadores heredados de la UME le impedían realizar estas inversiones directamente desde la cuentas de su universidad. En 2006 sólo contaba con 1.735 estudiantes y ostentaba el noveno lugar de universidades con menos alumnos, entre las 36 existentes en ese entonces. Con escasos ingresos por matrícula, Maulén decide inyectarle fondos a la UPV a través de su holding de empresas, entre las que se cuentan inmobiliarias, constructoras, hoteles, sociedades de inversión, y los preuniversitarios y colegios Pedro de Valdivia.

La prolífera red de empresas de Ángel Maulén  se inicia en 1982, cuando inscribe su primera sociedad junto a Enrique Rodríguez Villa: Casa de Estudio Pedro de Valdivia. Ese fue el inicio de la Red Educacional Pedro de Valdivia, hoy conformada por 25 sedes del preuniversitario, 18 del Instituto de Inglés Wall Street y cuatro colegios en Santiago.En total, las instituciones de la red cuentan con más de 375 mil alumnos, y hasta hoy siguen bajo el control de Maulén y Rodríguez. Se suman los negocios particulares de Maulén, como dueño de Hotelera Neruda y su participación en al menos 40 sociedades con diversos giros.

La primera sociedad que acudió al rescate de la UPV fue Inmobiliaria Fundatoris Las Condes S.A.,de propiedad de Ángel Maulén y Enrique Rodríguez Villa. Según consta en los documentos notariales, el 20 de marzo de 2007 firmó una promesa de compraventa con la sociedad panameña The Bossonnerie Corp por el terreno de Camino El Alba 9520, lugar donde la universidad instalaría su nueva Casa Central y su Facultad de Medicina. El precio de la venta se fijó en 20.036,55 UF (más de $368 millones), monto que sería financiado a través de una hipoteca. Inmobiliaria Fundatoris Las Condes, a su vez, había suscrito una promesa de arriendo con la UPV por el futuro campus, cuya construcción nunca se inició pues en 2009 el Seremi de Vivienda metropolitano rechazó el proyecto.

Al iniciar en agosto del 2007 su primer proceso de acreditación, la Universidad Pedro de Valdivia utilizó la propiedad del amplio terreno de Camino El Alba 9520 para revertir su precaria infraestructura con la entrega a la CNA de su informe de autoevaluación. Sin embargo, la futura Facultad de Medicina no fue suficiente para la CNA, en ese entonces presidida por Emilio Rodríguez Ponce. El 21 de noviembre de 2007, y con Eugenio Díaz como comisionado, la CNA rechazó el primer intento de acreditación de la UPV, expresando que la infraestructura y equipamiento “aún es limitada, requiriéndose de un mayor nivel de inversión”.

Decididos a revertir la decisión, los nuevos dueños de la U. Pedro de Valdivia, liderados por su rector, Ángel Maulén, apelaron  a la CNA y, más tarde, al Consejo Nacional de Educación (CNED), no sin antes iniciar acciones concretas para aumentar su precario equipamiento. El primer paso fue firmar –en diciembre del 2007- un contrato de arrendamiento de equipos computacionales con el Banco Corpbanca. La duración del contrato se fijó en dos años y el valor mensual a pagar por los equipos sería de 287,40 UF más IVA, aproximadamente $5.5 millones.

Pero los nuevos equipos computacionales tampoco sirvieron para que el CNED acogiera la apelación de la U. Pedro de Valdivia. En el acuerdo N° 5 del 26 de marzo de 2008, el consejo acordó rechazar su acreditación, obligando a la universidad a esperar dos años para iniciar un nuevo proceso ante la CNA.

$12 MIL MILLONES EN PRÉSTAMOS DE EMPRESAS RELACIONADAS

Tras el rechazo a la acreditación de la UPV en marzo de 2008, Ángel Maulén inició una carrera contra el tiempo para acreditar a su universidad en 2010.

Pero para ello no sólo era necesario mejorar la infraestructura de la casa de estudios. Los magros resultados obtenidos en los estados financieros de 2007 y 2008 (periodo en el que, de acuerdo a un informe elaborado este año por la CNA, existió déficit de caja operativa o dinero en efectivo), hacían urgente una millonaria inyección de capital, para lo que Maulén y su socio Enrique Rodríguez Villa nuevamente recurren a las empresas de la Red Pedro de Valdivia.

Entre octubre y diciembre de 2009, siete sociedades controladas por Ángel Maulén y su socio Enrique Rodríguez otorgan al menos nueve mutuos de dinero a la universidad por más de $12 mil millones de pesos. Todos podrían pagarse hasta el 31 de diciembre de 2011 y no devengarían intereses ni reajustes, es decir, constituyeron préstamos blandos a la medida de la universidad. Las empresas involucradas en estas transacciones fueron los Colegio Pedro de Valdivia Las Condes ($350 millones) y Peñalolén ($400 millones); los preuniversitarios Pedro de Valdivia Limitada ($9.839 millones), Rancagua ($15 millones), Concepción ($1.297 millones) y Viña del Mar ($100 millones); y la Inmobiliaria Pocuro Limitada ($123 millones).

Los préstamos blandos otorgados por las siete empresas del holding Pedro de Valdivia dejaron a la universidad en una favorable posición para enfrentar el nuevo intento de acreditación. Para prevenir un nuevo rechazo de la CNA, esta vez Ángel Maulén dio un paso más: pedir la asesoría del entonces presidente de la comisión, Eugenio Díaz Corvalán. Por este hecho, Maulén hoy está en prisión preventiva e imputado por los delitos de cohecho, negociación incompatible y lavado de dinero.

No existen antecedentes que establezcan con exactitud el inicio de las asesorías de Díaz a la U. Pedro de Valdivia, pero un correo entre el ex miembro de la CNA y Ángel Maulén estableció que su relación se inició al menos un mes antes de que la universidad iniciara su segundo intento de acreditación. El 30 de junio de 2010, y de acuerdo a información publicada por La Tercera, Eugenio Díaz envió un correo a Maulén en el que confirma que recibió una versión del informe de evaluación interna de la UPV, y sugiere modificaciones a su entonces rector:

“(…) las primeras 20 páginas no deben ir. No corresponden, tienen debilidades notorias, en parte hablan del futuro (la unidad hará tal cosa, lo que quiere decir que no se ha hecho) y el informe de autoevaluación es sobre lo ya hecho (…) Tiene mucha declaración inconducente, lo que es peor en la página nueve, último párrafo dice que se terminarán los delegados de la dirección superior y las facultades, de manera que ahora se tomarán decisiones con criterios puramente académicos pero sin interferencia o algo así. Es ponerse la soga al cuello”, aconseja Díaz.

Dos meses después de ese correo, el 30 de agosto de 2010, la Universidad Pedro de Valdivia entregó a la CNA su informe de evaluación interna.

Ese mismo día 30 de agosto, y habiendo enviado la evaluación interna, Ángel Maulén y sus socios realizaron una transacción muy significativa y que da cuenta de cómo operaba el flujo de dineros entre empresas relacionadas. La universidad adquirió el 100% de las acciones de Inversiones Pedro de Valdivia S.A., empresa de propiedad de Ángel Maulén y los hermanos Enrique, Manuel, Carmen y Ricardo Rodríguez Villa. Para adquirirla, la UPV desembolsó 141.473,569 UF, unos $3 mil millones, y ese monto lo repartió entre los socios, quienes engrosaron su patrimonio personal. Llama la atención este movimiento, considerando que en febrero de ese año la asamblea de socios de la UPV había considerado la opción de hacer un aumento de capital  por el mismo monto, que finalmente se materializó en diciembre del 2010.

MEDIDAS URGENTES ANTES DE LA ACREDITACIÓN

Una de las principales falencias detectadas por la CNA en el primer intento de acreditación de la Universidad Pedro de Valdivia, en noviembre de 2007, fueron los negativos indicadores de capital de trabajo (CT) de la universidad, es decir, los recursos que la entidad requiere para operar en el corto plazo.

En ejercicio contable, una empresa con capital de trabajo negativo significa que tiene la urgente necesidad de aumentar su dinero en efectivo. Esto puede lograrlo consiguiendo dinero, vendiendo bienes o endeudándose a largo y no a corto plazo. Esta última fue la opción escogida por la universidad para revertir sus problemas financieros, ad portas de su segundo intento de acreditación.

En octubre de 2010, la UPV se preparaba para recibir la visita de los pares evaluadores, grupo compuesto por tres o más docentes, investigadores o profesionales ligados a la educación superior, que son seleccionados por la Comisión Nacional de Acreditación a través de concurso público. Su función: visitar y evaluar en terreno las instituciones y carreras que voluntariamente postulan a la acreditación, proceso que finaliza con la entrega de un informe a la CNA enumerando las fortalezas y falencias detectadas. Una suerte de “embajadores” de los comisionados. Doce días antes de su visita, el 21 de octubre de 2010, la UPV modificó cuatro de los nueve préstamos que entre octubre y noviembre de 2009 obtuvo de las empresas del holding Pedro de Valdivia. Ese día, los preuniversitarios Pedro de Valdivia Limitada, Concepción, Rancagua y Viña, extendieron el plazo de los compromisos por 286.371,77 mil UF (más de $6.100 millones), desde diciembre de 2011 hasta enero de 2015, es decir, cuatro años, un lapso que logró transformar la deuda de la UPV con empresas relacionadas, del corto al mediano plazo. Esto permitió que la universidad pasara de un capital de trabajo negativo de $5.807 millones en 2009 a uno positivo de $4.333 millones en 2010.

Con la reclasificación de más de $6 mil millones de deuda, la UPV recibió a sus pares evaluadores entre el 2 y el 4 de noviembre de 2010. Pero aún faltaba revertir la falta de infraestructura que la CNA detectó en su primer intento de acreditación en 2007. Para ello, el 2 de diciembre de 2010, un mes después de la visita de los pares evaluadores, la universidad firma una promesa de compra de su Campus Las Condes, ubicado en Avenida Apoquindo 5142 al 5148, de propiedad de Inmobiliaria La Conquista Limitada, otra de las empresas relacionadas de Ángel Maulén y su socio Enrique Rodríguez Villa (propietarios de la UPV). La compraventa se fijó en 63.854 UF (más de $1.368 millones).

Finalmente, el 9 de diciembre de 2010, los pares evaluadores de la UPV entregaron su informe a la Comisión Nacional de Acreditación. El veredicto fue lapidario. Entre otros juicios, los pares expresaron que la consolidación del plan de desarrollo de la universidad “no está acompañado de significativas inversiones en sus campus, tanto en infraestructura, equipamiento y en académicos con formación de alto nivel”.

Tras conocer esta negativa evaluación, los miembros o socios de la Corporación Universidad Pedro de Valdivia convocaron a una asamblea extraordinaria para ese mismo 9 de diciembre. Luego de analizar la crítica visión de los pares evaluadores, y a fin de “dar una potente señal en cuanto a la real intención de la asamblea sobre la política financiera de la universidad”, los socios de la corporación aprobaron una medida desesperada: una cuota extraordinaria de $3 mil millones enterada en partes iguales por Ángel Maulén Ríos y Enrique Rodríguez Villa.

Con el aporte materializado, el 13 de diciembre de 2010 la UPV entregó a la CNA sus comentarios y observaciones respecto al informe de los pares evaluadores.

El 22 de diciembre de 2010, la CNA, presidida por Eugenio Díaz, rechazó la acreditación de la U. Pedro de Valdivia. En esa votación, Díaz se abstuvo de participar. Pero una semana después,  cuando la comisión se pronunció sobre la apelación de la universidad, no existe constancia de que lo hiciera. Es así como el 29 de diciembre de 2010, y con la disidencia de solo un comisionado (María Elena González), la Comisión Nacional de Acreditación acreditó a la UPV por un año, el periodo mínimo establecido. Los argumentos esgrimidos por la Comisión corresponden exactamente a los movimientos previos que hizo el directorio de la UPV para  mejorar sus condiciones financieras. Es decir, para la decisión fue clave la reclasificación de los préstamos en deudas de largo plazo, el aumento extraordinario de capital y la promesa de compraventa del campus Las Condes.

En efecto, en el acuerdo institucional 139 de la CNA, que acogió la apelación presentada por la UPV, se estableció que existen “acciones tendientes a mejorar la precaria situación financiera de la institución entre 2007 y 2009”, y que su plan de desarrollo estratégico 2009-2013 “puede facilitarse a través de las últimas acciones en el ámbito financiero”.

El certificado extendido por la CNA permitió que sus alumnos accedieran por primera vez al Crédito con Aval del Estado (CAE). En 2011, de sus 5.000 alumnos, 1.400 solicitaron dinero del CAE por un monto total de de $2.350 millones, lo que arroja un promedio de deuda por alumno de $1.600.000 por cada año de estudio. A eso se le deben multiplicar los años de carrera –cinco o seis- y los intereses del CAE que en ese momento eran del 6% anual.

Poco después de esa polémica acreditación, la UPV firmó un contrato con Díaz por un total de $50 millones. Una última arista de la indagatoria judicial sobre este contrato es que el pago a Díaz se hizo contra boleta de honorarios a nombre del Preuniversitario Pedro de Valdivia, una empresa con fines de lucro, propiedad de los mismos controladores de la Universidad. Este hecho podría tener consecuencias tributarias para los controladores de la UPV.

LOS CORREOS ENTRE DÍAZ Y MAULÉN

Si la investigación que actualmente realiza el Ministerio Público contra Ángel Maulén comprueba el pago de honorarios a Eugenio Díaz por asesorías tendientes a acreditar a la UPV, su explicación sería una sola: la presión que realizan universidades como la Pedro de Valdivia para acreditarse y acceder al CAE. Para María José Lemaitre, ex secretaria ejecutiva del Consejo Superior de Educación, la vinculación entre dinero y acreditación “ha provocado algo perverso pues la CNA no resiste dejar a una universidad sin CAE. Entonces, la acreditan por un año, que es lo mismo que no acreditar”.

Ese es el caso de la Universidad Pedro de Valdivia, que el 18 de agosto de 2011, a cuatro meses de finalizar su acreditación,  entregó a la CNA su informe de evaluación interna con miras a su reacreditación.

Un mes después, la comunicación entre Eugenio Díaz y Ángel Maulén se reactivó. En un correo enviado el 3 de septiembre de 2011, el ex presidente de la CNA explica a Maulén que, a causa de las movilizaciones y tomas estudiantiles, la comisión analiza prorrogar por tres meses la validez de las acreditaciones que vencen ese año. En el correo menciona también que “si sólo se prorroga a las que están en toma, se deja en una situación difícil a las demás, sobre todo a la UPV”.

Según fuentes al interior de la CNA,  no se extendió la prórroga, tal como deseaban Eugenio Díaz y Ángel Maulén. En consecuencia, la acreditación expiró el 29 de diciembre de 2011.

Finalmente, el 4 de julio de 2012, la Comisión Nacional de Acreditación, ahora presidida por Íñigo Díaz, rechazó la reacreditación de la UPV, argumentando, entre otros indicadores, “diferencias en la calidad de la oferta e infraestructura en sus distintas sedes, con evidente necesidad de espacios académicos, recreativos y de equipamiento en la mayoría de ellas”, siendo las más críticas las sedes de Antofagasta y Concepción.

Los alumnos de Odontología del campus Antofagasta conocen bien las críticas realizadas por la CNA. Al punto que, en junio pasado, 89 estudiantes se mantuvieron por más de un mes en paro a fin de exigir mejoras en las instalaciones de su sede. Ingebor Mol, vocera de la carrera, detalló en julio una serie de irregularidades al portal SoyAntofagasta.cl:

-No tenemos la infraestructura necesaria para atender a público, menos aún en el campus, ya que se encuentra en la línea de inundación del plano regulador y no fue autorizada la construcción de estas salas. Aunque existen conversaciones, estamos muy preocupados para quienes deben cursar el próximo año la carrera sin las condiciones mínimas –informó la estudiante de tercer año de Odontología.

En esa misma fecha, el presidente de la Federación de Estudiantes de la UPV Antofagasta, Sergio Rojas, indicó al portal Madero Noticias que la precaria infraestructura no sólo afecta a Odontología:

-Pedagogía en Educación Física no tiene gimnasio, balones ni profesores competentes; Enfermería no tiene laboratorio de anatomía, ni ramos de primeros auxilios; Psicología no posee sala de espejos; Fonoaudiología no posee sala de fonética -precisó el dirigente estudiantil.

Tampoco son auspiciosos los resultados de la UPV en la última medición de la prueba INICIA 2011, que mide desempeño de egresados en el área de Pedagogía. De los 17 egresados de Educación Básica que rindieron la prueba, el 82% obtuvo un nivel insuficiente en conocimientos pedagógicos. En el caso de los 13 egresados de Educación Parvularia, se ubicaron en los últimos lugares, con un 56% de respuestas incorrectas.

Durante el proceso de acreditación, la ley de donaciones que permite a las empresas descontar impuestos, también benefició a las sociedades relacionadas con Maulén. De acuerdo al registro oficial, en 2006 –cuando asumió la propiedad- , la Universidad recibió algo más de $68 millones: Preuniversitario Pedro de Valdivia Concepción aportó $14 millones, mientras Preuniversitario Pedro de Valdivia Limitada donó $40 millones, en ambos casos, para readecuación de infraestructura. Otra empresa relacionada con el Preuniversitario en Viña del Mar (Estudios Viña del Mar) registra aportes por $7 millones. Otras donaciones  vinieron de Minera Los Pelambres, Sociedad de Suministro de Personal SEP y Paz Gestión Limitada. El año que más aportes obtuvo fue en 2008, con $128 millones (Clarial S.A. y Andrés E. Guiloff D. aportaron $25 millones  y $98 millones, respectivamente, destinados a la Facultad de Salud y Banco Santander donó $5 millones para programas tecnológicos). Los aportes en 2010 sumaron $43 millones, de los cuales Banco Santander donó $20 millones para programas de desarrollo tecnológico y el resto se destinó a un fondo de becas (Inversiones San José de Logroño, $5 millones y Vicente Caruz Ltda, $18 millones). En 2011 sólo se registra donaciones de Banco Santander, por $2,4 millones, para el fondo de becas.

SORPRESIVOS CAMBIOS DE CONTRATOS

Una vez que el 4 de julio de este año, la CNA rechazó las gestiones de la UPV para renovar la acreditación por un nuevo periodo, la universidad inició de inmediato un proceso de apelación a fin de revertir el fallo adverso. En ese intertanto, realizaron algunos movimientos clave, que parecen orientados a borrar las huellas contractuales con empresas relacionadas de propiedad de los mismos dueños de la UPV.  El 10 de agosto,  hubo tres transacciones para poner fin a los contratos de arrendamiento que mantenía la UPV con Inmobiliaria La Conquista Limitada, otra de las empresas de propiedad de Ángel Maulén Ríos y Enrique Rodríguez Villa.

Según consta en los documentos notariales, La Conquista traspasó a la U. Pedro de Valdivia dos contratos de arrendamiento por los inmuebles de Eleodoro Yáñez 2964, 2974 y 2988 (sedes de la UPV), que mantenía con el ex socio de la Universidad Mariano Egaña: Juan Germán Cerón López. En definitiva, lo que se hizo fue borrar el vínculo con una empresa relacionada, quedando la UPV como arrendadora directa de esos inmuebles. La misma inmobiliaria traspasó a la universidad el arriendo de ocho estacionamientos del Estadio Español, ubicado a cuatro cuadras de su campus Las Condes. Una operación de blanqueamiento que borró a Inmobiliaria La Conquista del mapa de empresas relacionadas con la UPV y que mejoró su presentación a la apelación ante la CNA. La estrategia utilizada no fue suficiente para la CNA, porque el 3 de octubre rechazó el recurso de reposición interpuesto por la universidad.

Miguel de Cervantes: La otra universidad de propiedad de Ángel Maulén

La Universidad Miguel de Cervantes (UMC) fue fundada el 7 de mayo de 1996. Según el informe que envió la Universidad al Ministerio de Educación, dando cuenta de todas las reformas de estatutos, Ángel Maulén Ríos aparece por primera vez como socio, en una modificación del 6 de marzo de 2003. Un año más tarde, en mayo de 2004, renuncia a la Corporación. Sin embargo, su alejamiento no duraría mucho. El 8 de junio de 2006 el directorio de la UMC aprueba el ingreso, en calidad de socio, de Inversiones Cantalao S.A., cuyo representante legal y dueño era Ángel Maulén Ríos.

El último cambio informado corresponde al 26 de abril de 2011. A esa fecha, figuran 28 socios activos de la Corporación, entre ellos, tres sociedades relacionadas con Maulén: Inversiones Cantalao S.A., Sociedad Ángel Maulén Ríos, y Sociedad María Elia Maulén Ríos. Como socios en calidad de personas naturales aparecen: Luis Ortiz Quiroga, Juan José Santa Cruz, Hugo Lavados M., Carlos Alberto y Gutenberg Martínez Alvear, Oscar Pizarro y Ernesto Corona. Además, figuran como representantes legales: Gutenberg Martínez (Soc. Martínez y Cía. Y C y C  S.A.), Edmundo Hermosilla (Varas y Hermosilla Consultores y Cía Ltda.), Ernesto Corona (PEERCO S.A.), Oscar Pizarro (Inmobiliaria e Inversiones Pentium S.A.), Alejandro Hasbún (Asesorías e Inversiones El Trébol Ltda. y Asesorías e Inversiones Los Conquistadores), Walter Oliva y Rodrigo Bosch (Inv. Para el Futuro y Desarrollo Ltda.), Héctor Altamirano (Estudios Proyectos Construcción A.I.M. Ltda.), Francisco Salazar P. (Inversiones E.F.E.S.) y Víctor Aguilera V. (Soc. Aguilera Gutiérrez S.A., Soc. Metropolitano S.A. y Soc. Araucarias S.A.)

Caso Lucro: Los verdaderos responsables y por qué la movilización debe seguir

Por : Diego Vela Grau en OpiniónPublicado: 04.12.201

portada_CNALa caída de Eugenio Díaz y de los ex rectores y dueños de las universidades del Mar y Pedro de Valdivia ha desatado una inédita crisis de credibilidad en el sistema de educación superior. A las pruebas de que ese sistema no produce calidad aceptable, se suma ahora la evidencia de que no funciona ni siquiera con decencia. En esta columna, el presidente de los estudiantes de la Universidad Católica, repasa las responsabilidades políticas que han permitido el desastre. Insiste, además, en que la movilización de los estudiantes no puede detenerse, “para que no volvamos a ver en la historia de nuestro país 18.000 familias abandonadas a la suerte del mercado, como es el caso de los estudiantes de la Universidad del Mar”.

Para justificar el éxito en la recuperación de Islandia después de la crisis financiera del 2008, su actual Presidente, Olafur Ragnar Grimsson, explicó: “El gobierno rescató a las personas y encarceló a los banqueros, lo opuesto que están haciendo América y Europa”. Ragnar ha sido conocido a nivel mundial por decidir la no promulgación de una ley (por medio de dos referéndums) que pretendía hacer que los islandeses indemnizaran a Gran Bretaña y Holanda, cuyos ahorradores habían sido perjudicados por la quiebra del banco en línea Icesave. En un principio, cuando se produjo el colapso bancario, producto de años de burbujas financieras de todo tipo, la respuesta del anterior Primer Ministro Haarde fue la de “meter preso a los banqueros corruptos”, pasando por alto las responsabilidades de Estado y de los políticos en el desastre. Sin embargo, gracias a la revolución pacífica y sostenida de la ciudadanía que en masa se volcó a las calles diciendo NO, el Primer Ministro Haarde terminó preso junto a los políticos corruptos, negligentes y cómplices del sistema. Los islandeses no aceptaron que una deuda privada se transformara en un asunto público. Se tomaron las calles y echaron abajo al gobierno, exigiendo nuevas elecciones. Con el cambio de gobierno vino el referéndum y 9 de cada 10 islandeses dijo NO a pagar la deuda de los bancos privados. Y el Presidente Olafur Ragnar privilegió los intereses públicos por sobre los intereses privados.

“Nuestras autoridades gastan sus energías en mantener en pie un cadáver que genera un enorme daño social”.

Una ciudadanía activa, consciente de sus derechos y deberes, informada y bien organizada puede lograr grandes cambios estructurales. Esto no es una utopía. Y es imperativo que las miles de personas que se han manifestado en Chile para protestar por los diversos abusos sigan marchando en las calles y presionen para que el sistema político en su conjunto se haga responsable. Es necesario ejercer esta presión, romper con los conflictos de interés y de una vez por todas cambiar la historia que estamos construyendo como país.

La investigación judicial en que están envueltas la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y, por ahora, las Universidades del Mar (18.000 alumnos) y Pedro de Valdivia (5.000 alumnos), le ha puesto una lápida al sistema con que el Estado vigila el correcto funcionamiento de las instituciones de educación superior chilenas. Hoy estamos ante un mecanismo de acreditación absolutamente desacreditado que se mantiene funcionando únicamente gracias a una clase política que es negligente e indolente frente a la existencia del negociado en la educación. El lucro está en el fondo de todo este asunto.

Sólo porque hay lucro es posible que haya sobornos como los que se investigan. Resulta increíble que nuestros diputados aún no hagan cumplir la ley dejando que las universidades lucren (recordemos que la Cámara de Diputados rechazó el Informe sobre el lucro) y que el gobierno, mostrando su ideología más intrínseca, trate a  ciudadanos vulnerados de derechos como clientes diciéndoles que su solución es que vayan al SERNAC. Mientras la autoridad se mantiene con los ojos bien cerrados, el negocio en Educación alcanza tal nivel que figura entre las cinco áreas que más gastos hacen en marketing, según la Asociación Chilena de Agencias de Publicidad (ACHAP). Sólo es superado por el retail y la telefonía.

Lo más preocupante es que la discusión pública sobre este caso se ha centrado en las penas que deberían sufrir los corruptos sorprendidos, como si tuviéramos al frente un caso particular y no un sistema completo que está en crisis. Para creer eso hay que olvidarse de cosas importantes. Por ejemplo, cómo fue que la Universidad del Mar se transformó en lo que es. Un dato: pasó de tener 3.900 alumnos en 2002 a 22.388 en 2007. Es decir, en cinco años quintuplicó la cantidad de alumnos. Pese a que hace años se escuchan denuncias en contra de su calidad, y sus pobres resultados en las pruebas Inicia y en la Eunacom estaban a la vista de todos, el Estado que debe cautelar los intereses de todos fue indolente. Y la Universidad del Mar nunca fue debidamente fiscalizada.

Hoy la autoridad de turno se sorprende al descubrir el desastre académico de la U. del Mar. En realidad deberíamos sorprendernos de la sorpresa de las autoridades que durante décadas vieron crecer este problema y que ahora tratan, los que están en el poder y los que desesperadamente quieren volver, de sacar provecho político con acusaciones cruzadas. La verdad es que la derecha presionó para crear una legislación donde el “emprendimiento privado” no estuviera sometido a la vigilancia del Estado. Y la Concertación miró para el lado y dejó crecer estos monstruos que han devorado los sueños de miles de jóvenes.

Se entiende entonces que a muchos les convenga plantear lo sucedido como algo puntual, como una única manzana podrida en un árbol sano. Así es como se ha enfrentado el problema educacional durante estos años. Pero el árbol está muerto. Nuestras autoridades gastan sus energías en mantener en pie ese cadáver que genera un enorme daño social. Estoy convencido de que durante estos años los movimientos sociales han generado tierra fértil para que podamos plantear un nuevo árbol donde el fruto que nazca sea uno justo.

Para que luego no se olvide, dejemos aquí señaladas las responsabilidades que tocan a cada cual. Si dejo alguna en el tintero los lectores de CIPER pueden agregarlas en los comentarios de esta columna.  Partamos por el Presidente Sebastián Piñera, quien luego de asumir en marzo del 2010, tenía un plazo de 30 días para nombrar a un nuevo presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). No lo hizo. Dejó de subrogante a Eugenio Díaz, hoy acusado de recibir sobornos a cambio de acreditar. Durante todo 2010, la CNA se dedicó a acreditar a todas las instituciones que se presentaron ante ella. La CNA acreditó todo lo que se moviera, incluyendo a las universidades del Mar y la Pedro de Valdivia. Fue un festín. ¿El gobierno no supo lo que ocurría en la CNA?

Deberían haberlo sabido, pues el gobierno tiene un representante en la CNA: Juan José Ugarte, el jefe de la División de Educación Superior, mano derecha del ministro de Educación. ¡Lamentablemente Juan José Ugarte faltó a un 71% de las sesiones de la CNA! Aunque cuando asistió no lo hizo mejor. Ugarte estuvo presente en las sesiones en que se entregaron antecedentes claros de que tanto la Universidad Santo Tomás, como la UNIACC, lucraban. Su obligación, dado el estatuto administrativo, era informar a sus superiores de todo tipo de irregularidad. Sin embargo el ministro Harald Beyer dijo reiteradamente que no tenía antecedentes de lucro en universidades.

“El Presidente Sebastián Piñera tenía un plazo de 30 días para nombrar a un nuevo presidente de la CNA. No lo hizo. Dejó de subrogante a Eugenio Díaz, hoy acusado de recibir sobornos a cambio de acreditar. Durante todo 2010, la CNA se dedicó a acreditar a todas las instituciones que se presentaron ante ella, incluyendo a la Universidad del Mar y la Pedro de Valdivia. Fue un festín. ¿El gobierno no supo lo que ocurría en la CNA?”

Además de lo anterior, el Ministerio de Educación carga con otra responsabilidad ineludible. Beyer y sus antecesores siempre dijeron que no solo no tenían antecedentes de lucro, sino que no tenían atribuciones para fiscalizar universidades. Ahora vemos que tras estallar el escándalo en la prensa el ministro inició una auditoria en la Universidad del Mar y recurrió al Consejo de Defensa del Estado para ampliar las querellas a otros implicados. Estando ad portas de que se cierre el monstruo que dejamos crecer, es evidente que lo que le faltaba al ministro no eran atribuciones sino incentivos para actuar correctamente.

Hoy escuchamos que la propuesta del ministro frente al drama de los 18.000 alumnos de la universidad del Mar es reacomodarlos en diferentes instituciones. Pero si dejara de ver sólo números y diera el paso para ver que hablamos de personas afectadas, no propondría eso. Según la Encuesta Nacional de la Universidad del Mar realizada por la Feudm de Viña del Mar, un 28% de los estudiantes de la Universidad del Mar son padres, un 47% son estudiantes que trabajan y estudian al mismo tiempo, un 84% cree que lo que ha sucedido en su universidad les va a perjudicar al momento de encontrar trabajo, más de 1.000 estudiantes no pueden ser reubicados debido a que estudian en las sedes de San Fernando o Quillota, lugares donde la opción más cercana queda a horas de distancia. Es decir, el problema no es puntual, es un drama humano y social de proporciones mayores.

El gobierno y el ministerio actúan como si estuviéramos ante un negocio que se cierra. Ahí hay otra gran culpa. La educación no es un negocio: se trata de familias, proyectos truncados, esfuerzos económicos y humanos desperdiciados. Hablamos de 18 mil chilenos vulnerados y entregados a los vaivenes del mercado en la incertidumbre total sobre su futuro, para que unos señores puedan tener su BMW.

Como institución el Congreso también carga con su culpa. No solo su incapacidad de ver el enorme lucro y denunciarlo. En plena crisis de la Universidad del Mar, el miércoles 28 de noviembre, los diputados de la Cámara tuvieron la oportunidad de empezar a buscar justicia y partir por el ejercicio sencillo de que se cumpla la ley. Pero nuevamente fallaron. De los 120 diputados, 37 se ausentaron de la votación para iniciar una nueva comisión investigadora del lucro. (Vea aquí quienes no hicieron la pega). Ya nos han hecho perder la ingenuidad de que se van a comportar distinto. No queremos más promesas, sino actos concretos.

Si el gobierno y los políticos insisten en mantenerse al margen de casos como el de la Universidad del Mar y no toman medidas más eficientes e inmediatas frente al escándalo mayor que ha significado lo de la Comisión Nacional de Acreditación, la ciudadanía debe manifestarse, movilizarse, salir a la calle a ejercer presión. La ciudadanía no debe olvidar lo que ha pasado aquí. La educación no es cualquier tema. Es definitorio para el futuro de Chile. Debemos mirar cómo actúan nuestras autoridades en este tema y manifestar nuestra opinión a través del voto. Las elecciones municipales fueron una pequeña señal de que la sociedad chilena ya no está dispuesta a seguir como si nada pasara y que frente a proyectos vacíos que no atacan los problemas gravitantes de los ciudadanos, no hay participación que aguante. La transversalidad de las grandes temáticas que debemos y podemos transformar como país son, entonces, razón suficiente para  seguir manifestándose con firmeza y convicción.

“Es imperativo que las miles de personas que se han manifestado en Chile para protestar por los diversos abusos sigan marchando en las calles y presionen para que el sistema político en su conjunto se haga responsable”.

Es lo que sucedió en Islandia, un país pequeño, pero con grandes ciudadanos que se atrevieron a salir a las calles y decir firme y claro No a los abusos de un sistema neoliberal feroz, se negaron a ser espectadores de un sistema donde los banqueros invierten, arriesgan y si sale bien, la ganancia es para ellos; pero si sale mal, que el Estado, por ende los ciudadanos, paguen y se hagan cargo. ¿Qué pasó con Islandia, pese a los temores de Europa que vaticinaba lo peor? Hoy ha triplicado su crecimiento, es un país prospero y en paz. Gracias a una sociedad civil activa y determinada, el gobierno defendió a los ciudadanos y no a unos pocos corruptos. Islandia es hoy un país donde ideas como tener una Educación Pública, una Constitución que realmente refleje la visión país de la ciudadanía no son sueños, sino realidades que construyen la historia de un país.

Las chilenas y chilenos tenemos el derecho y deber de ser protagonistas, de ser gestores de las grandes transformaciones que nuestra sociedad requiere. Debemos ser activos promotores de espacios que velen por la justicia y el bien común para que no volvamos a ver en la historia de nuestro país 18.000 familias abandonadas a la suerte del mercado, para que no se repita en algunos años más que miles de estudiantes son engañados víctimas de la persecución de utilidades por parte de empresarios amparados en la negligencia de políticos e instituciones públicas.

PUBLICADO POR CIPER-CHILE

Crisis del sistema de acreditación de la educación superior chilena…

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Contraloría emite demoledor informe

A días de la inédita formalización del ex presidente de la entidad encargada de acreditar a las universidades, Eugenio Díaz, el organismo fiscalizador asesta un nuevo revés a la credibilidad de la institución, criticando duramente los los procedimientos internos,la fiscalización e incluso la composición de sus miembros, y los vínculos de éstos con instituciones de educación superior.

La Contraloría General de la República dio a conocer este lunes un informe sobre el funcionamiento de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) a pocas horas que la Fiscalía Oriente formalizara al ex presidente de ese organismo, Luis Eugenio Díaz, por cohecho, soborno y lavado de dinero en medio del escándalo de pagos por acreditaciones.

El documento -que consta de 50 páginas- asesta un nuevo revés a la credibilidad de la institución, criticando duramente los procedimientos internos, la fiscalización e incluso la composición de sus miembros, destacando el riesgo de posibles conflictos de interés, lo que se hace extensivo a las agencias acreditadoras debido a los vínculos de los miembros del directorio o quienes conforman dichas sociedades y las instituciones que imparten educación, citando una serie de casos.

Para la entida dirigida por Ramiro Mendoza esto adquiere relevancia porque la CNA carece de un reglamento que regule los conflictos de interés en relación a las Agencias y sus miembros, no obstante estar dotada de potestades autorizatorias, normativas, de supervisión y sancionatorias.

Entre otros puntos se destaca que el organismo no cuenta con manuales de procedimientos internos, no realiza seguimiento de las acreditaciones realizadas. Como asimismo, efectuó “acreditaciones extendidas” en magíster y doctorados, y entregó regalos de despedida por $382 millones a los comisionados del período 2007-2010.

De igual modo, hace mención de la preocupación que manifestaron los propios miembros de la comisión “porque existen constancia que en varias ocasiones las decisiones adoptadas son conocidas por los afectados antes que se efectúe la comunicación oficial”.

Conflictos de Interés

En el documento, el organismo fiscalizador atacó el corazón del funcionamiento de la CNA, ya que advierte que “algunos de los integrantes son representantes de las propias entidades involucradas en los procesos de acreditación, de las cuales se puede aludir al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas; al Sector Productivo Nacional; las Asociaciones Disciplinarias o Profesionales; las Universidades Privadas; los Centros de Formación Técnica; los Institutos Profesionales; la CONICYT; y lasFederaciones de Estudiantes”.

Frente a esto, se destaca que ” las aludidas entidades, además, en la práctica son las mismas que nominan a los miembros de la Comisión Nacional de Acreditación, sin que exista un marco normativo que establezca limitaciones, condiciones y procedimientos sobre la materia”.

Según el informe, esto “adquiere relevancia por cuanto ello aumenta el riesgo de posibles conflictos de interés, dado que la Comisión cumple una función pública y, por ende, debe desempeñar sus labores con sujeción al principio de probidad, es decir, considerando la preeminencia del interés general por sobre el particular”. A modo de ejemplo”cabe mencionar la renuncia del Comisionado representante de las Universidades Privadas, don Eugenio Díaz, quien a través de una Empresa Consultora efectuó asesorías al proceso de re-acreditación institucional de la Universidad del Mar, durante su período como Presidente de la CNA, situación que actualmente se encuentra en proceso de investigación sumarial por parte de este Organismo Fiscalizador”.

Debilidades en la fiscalización

La Contraloría recalca que pese a que la CNA por ley es una institución fiscalizadora, “la Comisión no ha efectuado controles deliberados o seguimiento a las acreditaciones realizadas tanto por la propia CNA como por las Agencias Acreditadoras, impidiendo con ello, la continuidad del trabajo desarrollado con la Institución ya acreditada”. Lo anterior, permite eventualmente, un aumento del riesgo respecto de los niveles de avance de las observaciones determinadas en los acuerdos”.

Además “a falta del ejercicio de las potestades fiscalizadoras respecto de las acreditaciones efectuadas por las Agencias de Acreditación, impiden obtener la necesaria retroalimentación que pueda dar origen a nuevas normativas y regulaciones, a fin de aplicar criterios comunes en pro de emitir certificaciones apegadas a la norma y, por ende, cautelar
la calidad de la educación impartida por esas entidades”.

Según la Contraloría entre las debilidades en las fiscalizaciones de la CNA se encuentra la referida a publicación incompleta por parte de algunas entidades de educación relativa a los proceso de acreditación. Por ejemplo la Universidad San Sebastián y el Instituto Prodesional Diego Portales no están acreditadas, pero no lo mencionan en su portal. Incluso hay instittuciones que entregan información ‘No ajustada a la realidad’, como la Universidad de Los Lagos, que en su página web sindica como acreditadas las carreras de Pedagogía en Inglés y Traducción “situación que no es efectiva”.

Con respecto a las Agencias de Acreditación, en 2011 la CNA efectuó 34 evaluaciones a las Agencias de Acreditación “de cuyo análisis se advierte que, en general, éstas se basan, únicamente, en el cumplimiento de procesos, sin acotar temas de análisis de operaciones relacionadas con lo académico, dado que esa Entidad no ha incorporado a las supervisiones la evaluación relacionada con tales temas, así como tampoco ha considerado en su reglamento, instrumentos que permitan medir la evaluación de forma y fondo de las acreditaciones que efectúan las referidas entidades, así como, los efectos de las mismas”.

Información y Transparencia

El ente fiscalizador también advierte que “el actual organigrama de la Comisión no se condice con la información presentada a través del sitio web “Gobierno Transparente”. Por ejemplo el sitio “presenta la existencia de una Unidad de Auditoría Externa, la cual, en la práctica, no existe”. Tampoco se describen las “facultades, funciones y atribuciones de cada Unidad u Órganos Internos, por cuanto lo informado corresponde a las funciones que señala la ley respecto de los Comités Consultivos que debe crear la Comisión, y no de las Unidades o Departamentos Internos de ésta”.

Ausentismo

A su turno, se determinaron ausencias por partes de los miembros de la Comisión “a las sesiones completas, donde, en general, se sancionan como promedio tres acuerdos relacionados con la acreditación de educación superior”.

Pero independiente de la cantidad efectiva de acuerdos en los que se participe por cada sesión, “los integrantes que asisten a la sola constitución de ésta, igualmente cobran el pago de la dieta íntegra correspondiente”.

Acreditaciones extendidas

Respecto de las “acreditaciones extendidas” correspondientes a los programas de magíster y doctorados, el informe indica que la Comisión, en abril del 2009, creó una modalidad de acreditación -para los que debían renovar esta calidad- que omite el proceso de evaluación.

“Podían seguir con la calidad de acreditados siempre y cuando la institución ingresara la solicitud de renovación antes del vencimiento del período de acreditación. Se determinó la existencia de 31 contratos de este tipo que se mantienen en calidad de acreditados sin que hayan sido sometidos al trámite previo de evaluación”, explicita la Contraloría.

“Este procedimiento -repara la auditoría- no permite resguardar la calidad de los programas de educación superior, puesto que continúan como acreditados programas que en la práctica no han sido evaluados”.

En esa línea, analizó los 34 contratos que hay entre la CNA y los planteles en esta materia. Al respecto, hace hincapié en que la CNA “no ha efectuado los mencionados procesos de evaluación a fin de conceder la calidad de institución acreditada, sin embargo, ha recibido los pagos por tales funciones”.

Además, el informe del órgano fiscalizador detectó una ausencia de manuales de procedimientos internos, relativos a la acreditación institucional (pregrado y postgrado) “situación que no se ajusta al principio de transparencia institucional e incrementa la exposición al riesgo, lo cual afecta su estructura de control interno, además de sus objetivos”.

Written by Eduardo Aquevedo

26 noviembre, 2012 at 23:00

Profundizando el «apartheid» educativo chileno, por Mario Waissbluth

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Apr. 26 , 2012

 

 

Los anuncios presidenciales de reforma tributaria no trajeron mayores novedades respecto a lo preanunciado en la semana.  Vamos primero al monto total: entre US$ 700 y US$ 1000 millones anuales adicionales de recaudación. Suena harto… pero es poco. En suma, aumenta la carga tributaria total de Chile desde aproximadamente el 20.0% al 20.3% del PIB. Como referencia, la carga tributaria total de Uruguay es 23%, la de USA es 27%, Canadá 32%, y la de Noruega mejor ni se la cuento no sea cosa que le dé un soponcio.

Se dijo que esta inyección de recursos  es la que resolverá los problemas de la educación. En la Fundación Educación 2020 hemos hecho bastantes esfuerzos por calcular en detalle el costo total de la reforma educativa. Hemos sumado la necesaria ampliación de cobertura y calidad en jardines infantiles (no mencionados hasta hoy), pre-Kinder y Kinder (sí mencionados), más las mejores remuneraciones asociadas a la carrera docente, retiros dignos para los profesores, la resolución de los problemas de la educación pública eliminando los aportes que muchos municipios deben hacer a la educación, la imprescindible disminución del porcentaje de horas lectivas de los profesores, y los todavía insuficientes recursos de la subvención preferencial (aun con los anuncios ya realizados).

Este ejercicio nos arroja una suma que en el mediano plazo asciende a US$3 a 4 mil millones de dólares por año según algunos criterios diferentes de cálculo. Esto NO incluye, repito, NO incluye los recursos necesarios y ya anunciados para la educación superior.

Pero lo que es verdaderamente ofensivo, en realidad intolerable, es el anuncio de deducciones del impuesto a la renta para pagar gastos privados en educación. Se ha repetido hasta la saciedad que esto beneficiará a 1.5 millones de contribuyentes “de la clase media” y esto es, simplemente, falso.

Veamos las cifras. Según datos de la operación renta 2011 del Servicio de Impuestos Internos, el número total de contribuyentes es 8.2 millones. De ellos, 6.6 millones tienen un ingreso tributario promedio inferior a $157 mil mensuales y no pagan impuesto. Otro millón tiene una renta tributaria promedio de $730.000 mensuales, y paga en promedio $11 mil mensuales de impuesto, aunque en realidad de este millón la mitad paga aproximadamente $5 mil mensuales.

Los verdaderos beneficiados por esta medida serán el remanente, es decir 542 mil contribuyentes, los más ricos de Chile, cuyo ingreso tributario va desde $1.4 millones  – que pagan $62 mil mensuales de impuesto –  hasta 21 mil contribuyentes que tienen un ingreso promedio de  $9.5 millones mensuales– y que posiblemente eluden otro tanto – que tributan $2.7 millones  por mes. Según la última CASEN, el 85% de los contribuyentes que pagan impuesto a la renta pertenece a los 3 deciles más ricos y por lo tanto el beneficio será mayoritariamente para ellos. ¿Es esa la “clase media”? Todos en Chile se creen de «clase media», e ignoran que la verdadera «clase media» de este desigual país, que por lo general no lee la prensa ni twittea, tiene un ingreso per capita de alrededor de $300 mil pesos. Esperaremos entonces ansiosos la “letra chica” de esta regresiva medida.

Peor aún, y poco conocido para la mayoría, ya existe un perverso incentivo tributario en esta materia. Copiaré aquí textualmente los interesantes consejos que da una reciente edición de Economía y Negocios de El Mercurio, llamada “Sepa cómo aprovechar los beneficios de las Cajas de Compensación”. Reza así:  “Un gran atractivo de este sistema es que desde el punto de vista tributario, este tipo de convenios ofrece beneficios tanto para las empresas como para los trabajadores…Pese a que este beneficio es transversal, toma mayor relevancia en personas con rentas más altas, donde el impuesto a la renta tiene mayor impacto… En educación esta alternativa también se vuelve bastante interesante, pues el afiliado puede reembolsar hasta $695.412 al año, por cada hijo que está cursando estudios escolares o superiores. En el caso de que el beneficio esté pactado en un convenio o contrato colectivo, el límite para hijos en la enseñanza universitaria o técnico superior se puede incrementar a $2.549.844″ ¿Habrá estado consciente de este asunto el Presidente cuando elaboró este “paquetito”?

La cosa se pone aún peor. En lo que a Chile le ha ido claramente mal —lo que explica en parte la crisis estudiantil de hoy— es en la segregación social del sistema educativo, expresada por el Índice de Duncan que publica la OECD cuando realiza la prueba PISA. Este índice (parecido al de Gini) no mide la dispersión de los resultados educativos, sino la segregación social entre las escuelas. Así, por ejemplo, en Noruega, el país que obtuvo los mejores resultados en el Índice de Duncan, prácticamente en cada escuela hay una muestra representativa de alumnos según la distribución de ingresos del país. En cambio, en los países con los peores Índices de Duncan del MUNDO, que son precisamente Chile y Perú, hay escuelas en las que sólo estudian hijos de muy ricos, otras en que estudian hijos de ricos, otras en las que sólo estudian hijos de clase media alta, otras para la clase media baja, y otras más en las que sólo estudian hijos de pobres: un verdadero apartheid educativo.

Las escuelas públicas, a las que generalmente asisten los alumnos más pobres, son mucho menos segregadas que las privadas sin fines de lucro. Las más segregadas socialmente son aquellas con fines de lucro y copago de los padres, las que muestran distribuciones de ingreso inter-escuela similares a las de Haití.

Por otro lado, hay claros incentivos “de mercado” para segregar alumnos y dejar a los de menor nivel socioeconómico, educativo y cultural —y a los más problemáticos o desaventajados— en las escuelas municipales, gratuitas y que no seleccionan. Tan solo anteayer visité dos escuelas rurales públicas de Melipilla con excelentes resultados del SIMCE, y las maestras – dignas de que se les erija una estatua – se quejaban de que las escuelas particulares de la región expulsan sistemáticamente a sus peores alumnos al llegar a 7º Básico, de modo que no se les “afee” el resultado del SIMCE de 8º Básico, y que les toca a ellas recibirlos y recuperarlos…. obviamente disminuyendo su propio SIMCE de 8º Básico.

En suma, el “modelito chileno”, que contempla la posibilidad de los padres de enviar a sus hijos a escuelas que exigen un cobro adicional de acuerdo con su estrato económico (mecanismo insólitamente consolidado por un gobierno de centro-izquierda y un Ministro de Educación que fue posteriormente candidato de la izquierda extraparlamentaria), ha profundizado la segregación social. Obviamente, ésta tiene muchas raíces históricas, barriales y culturales. La pregunta es si el sistema educativo las profundiza o las disminuye. Claramente, las profundiza.

Esta reforma tributaria las profundiza aun más, generando no sólo nefastos resultados educativos, sino que separando aun más a las ya separadas y mutuamente desconfiadas clases sociales de Chile. Con esta medida el Presidente Piñera está profundizando el apartheid educativo.

N. Chomsky: el objetivo de la educación, la des-educación…

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Noam Chomsky
Filosofia Costa-Rica
 
 
Noam Chomsky critica el actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo de procedimientos y técnicas; un modelo que impide el pensamiento crítico e independiente, que no permite razonar sobre lo que se oculta tras las explicaciones y que, por ello mismo, fija estas explicaciones como las únicas posibles.
 
Transcripción realizada por Luis Rivas para Rebelión

El objetivo de la educación

Podemos preguntarnos cuál es el propósito de un Sistema Educativo y, por supuesto, hay marcadas diferencias en este tema. Hay la tradicional: una interpretación que proviene de la Ilustración, que sostiene que el objetivo más alto en la vida es investigar y crear, buscar la riqueza del pasado, tratar de interiorizar aquello que es significativo para uno, continuar la búsqueda para comprender más, a nuestra manera. Desde ese punto de vista, el propósito de la educación es mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos. Es uno mismo el aprendiz que va a realizar logros durante la educación y, por lo tanto, depende de uno cuánto logremos dominar, adónde lleguemos, cómo usemos ese conocimiento, cómo logremos producir algo nuevo y excitante para nosotros mismos, y tal vez para otros.

Ese un concepto de educación. El otro concepto es, esencialmente, Adoctrinamiento; algunas personas tienen la idea de que, desde la infancia, los jóvenes tienen que ser colocados dentro de un marco de referencia en el que acatarán órdenes, aceptarán estructuras existentes sin cuestionar, etc. Y esto resulta, con frecuencia, bastante explícito. Por ejemplo: después del activismo de los años 60, había mucha preocupación en gran parte de la gente educada, porque los jóvenes se estaban volviendo demasiado libres e independientes, que el país se estaba llenando con demasiada democracia. Y de hecho hay un estudio importante que es llamado «La crisis de la democracia», que afirma que hay ciertas instituciones de los jóvenes -la frase es de ellos- que no están haciendo su trabajo adecuadamente; se refieren a escuelas, universidades, iglesias, que tienen que ser modificadas para que lleven a cabo, con más eficiencia, esa idea, que, de hecho, proviene de liberales internacionalistas, de gente altamente educada.

En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas medidas para tratar de orientar el sistema educativo hacia uno provisto de mayor control, más adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan costosos que endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de conformismo.

Eso es exactamente lo contrario de lo que yo describo como una tradición proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos dos enfoques, en las universidades y escuelas. En las escuelas ciertamente se les entrena o para pasar exámenes o bien para la investigación creativa, entendiendo esta ultima como dedicarse a intereses que son estimulados por los cursos en los que se profundiza por cuenta propia o en cooperación con otros. Esta lucha se extiende también al posgrado o a la investigación.

Son dos maneras ver el mundo. Cuando uno ve las instituciones de investigación, como esta en la que estamos [Nota de Transcripción: MIT], observa que a nivel de posgrado se sigue esencialmente la idea de la Ilustración. De hecho la Ciencia no podría progresar a menos que esté basada en la inculcación del impulso por el desafío, por el cuestionamiento de doctrinas o de la autoridad, a través de la búsqueda de alternativas o del uso de la imaginación, con el trabajo cooperativo que aquí, en esta institución, es constante. Y para verlo, solo se necesita caminar por los pasillos.

Esto es lo que, desde mi punto de vista, debe ser un sistema educativo desde la educación preescolar.

Pero hay estructuras poderosas en la sociedad que prefieren ver a la gente adoctrinada y formateada sin que hagan muchas preguntas, siendo obedientes, realizar la función que se les ha asignado y no tratar de sacudir los sistemas de poder y autoridad. Son opciones que tenemos que elegir

sin importar nuestra posición en el Sistema Educativo, como profesores, estudiantes, o gente externa que trata de ayudar a darle forma, en la manera que ellos creen que debe hacerse.

El impacto de la tecnología

Ha habido ciertamente un crecimiento muy sustancial en nuevas tecnologías: de comunicación, información (acceso e intercambio) o en la naturaleza de la cultura de la Sociedad. Pero debemos tener en cuenta que los cambios tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser significativos, no tienen, ni de lejos, el mismo impacto que los avances tecnológicos de hace alrededor de un siglo. El cambio, si hablamos sólo de comunicación, de una máquina de escribir a una computadora o del teléfono al correo eléctronico es significativo, pero no se puede comparar con el cambio de barcos de vela al telégrafo: la reducción en eI tiempo de comunicación, por ejemplo entre Inglaterra y los Estados Unidos, fue extraordinaria comparada con los cambios que están ocurriendo ahora. Lo mismo ocurre con otros tipos de tecnología: algo tan sencillo como el agua corriente y el alcantarillado en las ciudades tuvo enormes consecuencias para la salud; mucho más que el descubrimiento de los antibióticos. Los cambios actuales son reales y significativos, pero debemos reconocer otros que ocurrieron y cuyos efectos fueron mucho más drásticos.

En cuanto a la tecnología en la educación, debe decirse que la tecnología es algo neutro. Es como un martillo: al martillo no le importa si lo usas para construir una casa o si un torturador lo usa para aplastarle el cráneo a alguien. El martillo puede hacer ambas cosas. Es lo mismo con la tecnología moderna. Por ejemplo: internet es extremadamente valiosa si se sabe lo que se está buscando; yo la uso todo el tiempo en mi investigación. Si se sabe lo que se está buscando, si se tiene una especie de marco de referencia, que nos dirige a temas particulares y nos permite dejar al margen muchos otros, entonces puede ser una herramienta muy valiosa. Por supuesto, uno debe estar siempre dispuesto a preguntarse si el marco de referencia es el correcto: tal vez algo que encontremos cuestionará la forma en que vemos las cosas. No se puede perseguir ningún tipo de investigación sin un marco de referencia relativamente claro que dirija la búsqueda y que ayude a seleccionar lo que es significativo y lo que no lo es, Io que hay de que dejar de lado, a lo que hay que darle seguimiento, lo que merece ser cuestionado o desarrollado.

No se puede esperar que alguien llegue a ser, por así decirlo, biólogo, nada más con darle acceso a la biblioteca de biología de la Universidad de Harvard y diciéndole: "léela". Eso no le sirve de nada, y el acceso a internet es lo mismo: si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada.

Entonces, detrás de cualquier uso significativo de la tecnología contemporánea, como internet, sistemas de comunicación, gráficos o lo que sea, a menos que detrás de ese uso haya un aparato conceptual bien dirigido, bien construído, es poco probable que este resulte útil, y hasta podría ser dañino. Si se toma un hecho incierto aquí y otro allá y alguien los refuerza, terminamos con un panorama que tiene algunas bases objetivas, pero nada que ver con la realidad. Hay que saber cómo evaluar e interpretar para entender.

Volviendo a la biología, la persona que gana el premio Nobel no es la que lee más artículos y toma más notas; es la persona que sabe qué buscar. Cultivar esa capacidad para buscar lo que es significativo y estar siempre dispuesto a cuestionar si estamos en el camino correcto, de eso es de lo que debe tratar la educación, ya sea usando computadores e internet o lápiz, papel y libros.

Costo o Inversión

La Educación es discutida en términos de si es una inversión que vale la pena, de si genera un gran capital humano que puede ser usado en el crecimento económico, y esa es una manera muy extraña, muy distorsionada, de cuestionarse el tema, opino. ¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos? ¿Queremos eso o queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo.

Una educación como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y otros, tiene un valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga en la sociedad tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores. Después de todo a eso es a lo que debe servir un sistema educativo.

No obstante, si se quiere ver en términos de costo y beneficio, tomemos por ejemplo la nueva tecnología de la que hablábamos: ¿de dónde viene? Bueno, pues mucha de ella fue desarrollada exactamente donde estamos sentados [Nota de Transcripción: MIT]. En el piso de abajo había un gran laboratorio en los años 50, donde fui empleado de hecho, y donde había muchos científicos, ingenieros, gente con todo tipo de intereses, filósofos y otros, que desarrollaron el carácter básico y aún las herramientas básicas de la tecnología que es común hoy día. Las computadoras e internet estuvieron exclusivamente en el sector público durante décadas, financiadas en lugares como este, donde la gente exploraba nuevas posibilidades; muchas de ellas eran impensables y desconocidas en ese momento, algunas funcionaron, otras no, pero las que funcionaron fueron convertidas en herramientas que la gente puede usar.

Esa es la manera como el progreso científico tiene lugar. Es la manera en la que el progreso cultural tiene lugar, generalmente.

Los artistas clásicos, por ejemplo, son el producto de las habilidades tradicionales que se desarrollaron a lo largo del tiempo con maestros artistas, y a veces con su ayuda se crearon cosas maravillosas.

Todo eso no sale de la nada. Si no existe un sistema cultural y educativo activo, enfocado en la estimulación de la exploracion creativa, con independencia de pensamiento, con disposicion a cruzar fronteras para desafiar las creencias aceptadas… si no se tiene eso, no obtendremos la tecnología que lleva a obtener beneficios económicos. Beneficios, sin embargo, que no creo que sean el objetivo principal del enriquecimiento cultural y la educación.

Evaluación vs. Autonomía

Ha habido, en los últimos tiempos particularmente, una estructuración cada vez mayor de la educación, que comienza a temprana edad y contínúa luego, y que funciona a través de exámenes.

Pasar exámenes puede ser de alguna utilidad tanto para la persona que está pasando el examen -para comprobar cuánto sabe, lo que ha logrado, etc- como para que los instructores se den cuenta qué es lo que hay que cambiar, mejorar, en el desarrollo del curso. Pero más allá de eso no dicen mucho.

Lo sé por mi experiencia de años, he estado en comités de admisión a programas de posgrado avanzado, tal vez uno de los programas más avanzados del mundo, y sí, desde luego, ponemos atención a los resultados de exámenes, pero realmente no mucha. Una persona puede tener resultados magníficos en todos los exámenes y entender muy poco. Todos los que hemos pasado por escuelas, colegios, universidades, sabemos eso. Se puede estar inscrito en un curso que no nos interesa para el que existe el requerimiento de pasar un examen, y se estudia para el examen, se logra pasarlo con la mejor nota y, dos semanas más tarde, no nos acordamos de mucho. Estoy seguro que todos hemos tenido esa experiencia.

Los exámenes pueden ser una herramienta útil si contribuyen a los fines constructivos de la educación, pero si sólo se tratan de una serie de obstáculos que hay que superar pueden no tanto carecer de sentido como distraernos de lo que queremos hacer. De hecho veo esto frecuentemente cuando hablo con profesores: hace un par de semanas estaba yo hablando con un grupo que incluía profesores de escuela y había una profesora de 6º grado, es decir, con alumnos de 10 a 12 años, que vino a hablar conmigo luego y me dijo que en su clase una niña le contó que estaba realmente interesada en un tema: le pedía consejo para aprender más al respecto, pero la maestra se vio obligada a decirle que no podía hacer eso, porque la niña debía estudiar para un examen a nivel nacional que se acercaba y que eso iba a determinar su futuro; la profesora no lo dijo, pero también iba a determinar el de ella, es decir, eso influiría para que la contrataran de nuevo.

Ese sistema no es sino una preparación de los niños para pasar obstáculos, no para aprender, entender y explorar. Esa niña hubiera ganado mucho más si se le hubiera permitido explorar lo que le interesaba y tal vez no sacar una muy buena calificación en un examen de algo que no le interesaba.

Buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con los intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban eliminarse, pueden ser una herramienta educativa útil. Pero complementaria, algo que ayude a los estudiantes a mejorar por sí mismos, o para los instructores u otros que necesitemos saber acerca de lo que hacemos e indicarnos lo que debemos modificar.

Pasar exámenes no se puede ni comparar con buscar, investigar, dedicarse a temas que nos atraen y nos estimulan; esto último es mucho más práctico que pasar exámenes. Y, de hecho, si se nos da la oportunidad de este tipo de carrera educativa, el estudiante recordará lo que descubrió.

Un físico mundialmente famoso, aquí en el MIT daba, como muchos catedráticos, cursos a estudiantes nuevos. Un estudiante le preguntó qué temas se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: "No importa lo que se cubre, sino lo que se descubre". Y es correcto: la Enseñanza debe inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen otas mejores, a revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen.

Si la Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y no sólo recordarían lo que estudiaron sino que lo utilizarían como una base para continuar aprendiendo por sí solos.

Una vez más: la educacion debe estar dirigida a ayudar a los estudiantes a que lleguen a un punto en que aprendan por sí mismos, porque eso es lo que van a hacer durante la vida, no sólo absorber información dada por alguien y repetirla.

I. Wallerstein: La educación superior bajo ataque…

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Immanuel Wallerstein
La Jornada
Durante mucho tiempo hubo sólo unas cuantas universidades en el mundo. El cuerpo estudiantil total en estas instituciones era muy reducido. Este pequeño grupo de estudiantes provenía en gran medida de las clases altas. Asistir a la universidad confería gran prestigio y reflejaba un gran privilegio.
El panorama comenzó a cambiar radicalmente después de 1945. El número de universidades comenzó a expandirse considerablemente, y el porcentaje de personas en el rango de edad que asistía a las universidades comenzó a crecer. Es más, esto no fue meramente una expansión en aquellos países que ya tenían universidades notables. En un gran número de países que no habían tenido instituciones o no tenían ninguna antes de 1945 se impulsó la educación universitaria. La educación superior se hizo mundial.

La presión para expandirse vino de arriba y de abajo. Desde arriba, los gobiernos sintieron una importante necesidad de contar con graduados universitarios que garantizaran su posibilidad de competir en las tecnologías más complejas requeridas en la explosiva expansión de la economía-mundo. Y desde abajo, grandes cantidades de los estratos medios y aun de los estratos más bajos de las poblaciones del mundo insistieron en que debían tener acceso a la educación superior para mejorar considerablemente sus perspectivas económicas y sociales.

La expansión de las universidades, que fue notable en tamaño, fue posible por la enorme expansión ascendente de la economía-mundo después de 1945, la más grande en la historia del moderno sistema-mundo. Hubo mucho dinero disponible para las universidades y estaban felices de poder utilizarlo.

Por supuesto, esto cambió en alguna medida los sistemas universitarios. Las universidades individuales se hicieron más grandes y comenzaron a perder la cualidad de intimidad que proporcionaban las estructuras más pequeñas. La composición de clase del cuerpo estudiantil, y luego la del profesorado, evolucionó. En muchos países la expansión no sólo significó una reducción en el monopolio de personas de los niveles más altos, como estudiantes, profesores y administradores, sino que con frecuencia significó que los grupos minoritarios y las mujeres comenzaran a tener un acceso más vasto, que antes se les había negado total o, por lo menos, parcialmente.

Este retrato rosa comenzó a tener dificultades alrededor de la década de 1970. Por un lado, la economía-mundo entró en un prolongado estancamiento. Y poco a poco, la cantidad de dinero que recibían las universidades, en gran proporción de los estados, comenzó a disminuir. Al mismo tiempo, los costos de la educación universitaria comenzaron a crecer, y las presiones de abajo para que la expansión fuera continua crecieron con mayor fuerza aún. Desde entonces la historia es la de dos curvas que van en direcciones opuestas –menos dinero y mayores gastos.

Para el momento en que arribamos al siglo 21, esta situación se tornó dificultosa. ¿Cómo se las arreglaban las universidades? Una forma importante fue lo que ha llegado a llamarse privatización. Casi todas las universidades anteriores a 1945, e incluso antes de 1970, eran instituciones del Estado. La única excepción significativa era Estados Unidos, que contaba con un gran número de instituciones no estatales, la mayoría de las cuales evolucionaron a partir de instituciones de base religiosa. Pero aun en estas instituciones privadas estadunidenses, las universidades se manejaban con estructuras no lucrativas.

Lo que la privatización comenzó a significar por todo el mundo fueron varias cosas: una, comenzó a haber instituciones de educación superior que se establecieron como negocios con fines de lucro; dos, las instituciones públicas comenzaron a buscar y a obtener dinero de donantes corporativos, que comenzaron a entrometerse en la gobernanza interna de las universidades; y tres, las universidades comenzaron a buscar patentes para los trabajos en que los investigadores de la universidad habían descubierto o inventado algo, y como tal entraron a ser operadores en la economía, es decir, se volvieron parte del negocio.

En una situación en que el dinero era escaso, o al menos parecía escaso, las universidades comenzaron a transformarse a sí mismas en instituciones parecidas a negocios. Esto puede entenderse en dos formas importantes: los más altos puestos administrativos en las universidades y sus facultades, que tradicionalmente ocupaban los académicos, comenzaron a ser ocupados por personas cuya formación era la administración y no la vida universitaria y aunque ellos conseguían el dinero, también comenzaron a fijar los criterios para asignarlo.

Comenzó a haber evaluaciones de universidades completas y de departamentos dentro de las universidades en términos de sus productos, en relación con el dinero invertido. Esto podía medirse en cuántos estudiantes deseaban emprender estudios particulares, o en qué tan reconocida era la producción de investigación de ciertas universidades o departamentos. La vida intelectual comenzó a ser juzgada con criterios seudomercantiles. Aun el reclutamiento de los estudiantes se midió en términos de cuánto dinero entraba mediante los métodos alternos de reclutamiento.

Por si esto fuera poco, las universidades comenzaron a sufrir los ataques de una corriente de extrema derecha antintelectual que veía las universidades como instituciones laicas y anti-religiosas. La universidad como institución crítica –crítica de los grupos dominantes y de las ideologías dominantes– siempre ha enfrentado la renuencia y la represión de los estados y las elites. Pero sus poderes de supervivencia siempre estuvieron basados en su relativa autonomía financiera basada en el costo real de operación. Esto era la universidad de ayer, no la de hoy ni la de mañana.

Uno puede describir esto simplemente como otro ejemplo más del caos global en el que estamos viviendo. Excepto que se suponía que las universidades jugaran el papel de ser un locus importante (por supuesto no el único) de análisis de las realidades de nuestro sistema-mundo. Son estos análisis los que pueden hacer posible navegar en la caótica transición hacia un nuevo orden mundial, que esperamos sea mejor. Al momento, los disturbios al interior parecen no ser más fáciles de resolver que los disturbios en la economía-mundo. Y se le presta mucho menos atención.

Fuente: www.jornada.unam.mx/2012/03/10/index.php?section=opinion&article=022a1mun

Traducción: Ramón Vera Herrera

Chile: la Concertación y la Oposición en la vía del suicidio político… E.A.

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Eduardo Aquevedo, Sociólogo y Economista

A menos que todo ocurra en el más completo misterio, las fuerzas de la oposición «realmente existente» en Chile siguen cavando su propia tumba.

En un año en que ya los problemas no pueden más esconderse bajo la alfombra ni eludirse responsabilidades de parte de ningún sector, no surge ni parece en vias de construcción una alternativa frente al gobierno de los empresarios y de las transnacionales que nos rige. La educación emergió en el 2011 como un problema central de las preocupaciones ciudadanas, que llegó para instalarse durablemente en la conciencia púbica y con una manifestación social activa y constante. Pero ésta, por importantísima que sea, es sólo la punta del iceberg. Lo que este movimiento cuestiona y desligitima profundamente es el modelo social y económico chileno heredado por la dictadura y remendado superficialmente por la Concertación, digan lo que digan sus mentores. Ello fue evidenciado y constatado con indisimulada preocupación por la «flor y nata» del empresariado chileno reunido en el reciente encuentro de ENADE y en diversos otros foros empresariales y políticos. Por otro lado, las diversas encuestas constatan ese hecho regularmente, como ya lo mencionó en ENADE con datos duros el director de Adimark, Roberto Méndez, amigo personal del Presidente Piñera.

Pues bien, tanta evidencia acerca del problema de fondo que quedó en sólida evidencia durante el año 2011, acicateado por un poderoso movimiento estudiantil y una protesta social que alcanzó las dimensiones del más importante «estallido social» registrado en la post dictadura, no es asumida ni por el Gobierno ni por una heterogénea y débil Oposición. Que el Gobierno no lo asuma no es incomprensible, dadas sus congenitales ataduras con los gestores originarios del modelo neoliberal dominante, los Buchi y demás próceres guardianes del templo mercantil, organizados principalmente en la UDI. Esta es sin duda una barrera infranqueable para soñar en una modificación importante del modelo educacional y socio-económico imperante. De modo que no pidamos «peras al horno».

El Gobierno de Piñera esta maniatado a esa ortodoxia y lo máximo que puede conceder son cambios marginales, secundarios, que no afecten el modelo de mercado. Becas hasta cierto límite (60% máximo para segmentos más precarios), bajas de tasas de interés para los créditos, superintendencia para vigilar a medias el cumplimiento de una ley que proscribe el lucro en la educación superior, y algunas medidas más de tipo cosmético que no rozan los temas de fondo. Por ejemplo, nada de aportes basales que romperían con la lógica brutal del autofinanciamiento de las instituciones, ni aportes extraordinarios para revitalizar el sistema público primario y secundario, ni tampoco crear un segmento público importante en el ámbito de la educación técnica controlada por empresarios privados, etc. Es decir, ni educación pública de calidad, ni gratuidad de acceso al sistema, ni fin al lucro en la educación, esto es, nada con lo esencial de las demandas estudiantiles y ciudadanas. De modo pues que si alguien espera que el gobierno actual pudiera ceder en temas esenciales merced a las protestas sociales y a la pérdida de apoyo público (35% actualmente de respaldo al Gobierno según Adimarx, y apoyo de más del 70% a las demandas estudiantiles), puede quedarse sentado esperando un milagro que nunca llegará.

Pero que la Oposición y la Concertación no construyan aún un acuerdo claro y coherente para enfrentar y responder con una propuesta global, sistémica, de real centro-izquierda, que asuma la profunda demanda social existente, de ruptura con el modelo no sólo educacional (lo que ya pasa a ser lo mínimo y más urgente) sino, simultáneamente, con el modelo social y económico imperante, es total ceguera política o brutal síndrome suicida, que les seguirá distanciando de la reivindicación y apoyo ciudadanos. Ello sólo pavimenta la segura perpetuación en el poder político y socio-económico total a la ultraderecha.

Una Propuesta global, sistémica, implica no sólo una reforma educacional profunda, sino también reforma de la salud, del sistema previsional, del mercado laboral dominado por la precariedad más ignominiosa, política reindustrializadora de segunda generación que supere el modelo primario-exportador existente, con instauración progresiva de un poderoso sector público y de regulaciones estrictas que sirvan de motor de esos cambios indispensables, donde una reforma tributaria progresiva «en serio» (que recaude al menos el 25% respecto al PIB) de sustento sólido a dichos cambios estructurales.

Pero junto con esas reformas socio-económicas, se trata también de generar una nueva institucionalidad política, fin al binominal, sistema plebiscitario para zanjar los grandes desacuerdos entre la ciudadanía y el poder político vigente; en fin, término radical de todos los enclaves autoritarios y antidemocráticos heredados de la dictadura, que implica en definitiva una nueva Constitución. En el fondo se trata de promover una profunda reforma democrática, que avance resueltamente hacia el fin de una sociedad marcada profunda y estructuralmente por la desigualdad y la exclusión en todos los ámbitos.

Como se observa, se trata nada más y nada menos que de reivindicaciones rigurosamente democráticas, pero que suenan «revolucionarias» en el contexto de una sociedad fragmentada, desigual y antidemocrática como la nuestra. Romper con el paradigma neoliberal dominante no tiene pues, necesariamente, nada de «socialista», ni implica tampoco copiar modelos supuestamente de «izquierda» latinoamericanos con dudosas perspectivas, sino asumir un realista y probado paradigma alternativo de «socio-economía mixta» y de democratización efectiva como ya existe en el norte de Europa con innegable éxito (donde, por ejemplo, existe ya desde hace décadas educación pública gratuita y de la más alta calidad a escala internacional, con son los casos de Finlandia, Noruega o Suecia, por citar algunos de ellos).

Si la oposición no es capaz de asumir ese programa democrático básico reivindicado ya por la sociedad, será condenada y barrida por la historia, además de derrotada irremediablemente por una derecha en el poder de la cual teme aún diferenciarse claramente. Temor que no es infundado, dados los importantes compromisos e intereses que atan también a influyentes sectores de la Concertación con el modelo de mercado, especialmente en la DC y otros partidos, tanto en el negocio de la educación, la salud, las AFP, las hidroeléctricas, las Forestales, el transporte privado, etc.

El problema es si las organizaciones políticas opositoras serán capaces de «operarse» de esas influencias «fácticas», económicas e ideológicas, e imponer una gran reforma en sus propios partidos, rompiendo así con el modelo de mercado y edificando en un plazo breve un verdadero programa alternativo, o si deciden de hecho el suicidio político definitivo.

Written by Eduardo Aquevedo

12 diciembre, 2011 at 11:12

Chile: Estudio Unesco señala que sistema educativo chileno fomenta la desigualdad y la exclusión…

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La investigación enfatiza además que «la gestión educativa sale de las manos del Estado, por lo que en realidad se está en presencia de una delegación impropia de las obligaciones establecidas en el derecho internacional de los derechos humanos».

por La Tercera – 05/12/2011 – 13:07

«EL CASO DE ARGENTINA, URUGUAY Y FINLANDIA

La investigación muestra que las legislaciones de Argentina y Uruguay son muy explicitas en restringir cualquier posibilidad de mercantilizar la educación, incluso prohibiendo la suscripción de tratados internacionales que faciliten que la educación sea tratada como un bien de consumo.

En el caso de Argentina, su Carta Magna establece en el máximo rango jerárquico una responsabilidad estatal amplia, que incluye las funciones de planificación, organización, supervisión y financiamiento de la educación, mientras que en los demás países, estas cuestiones son reservadas a la ley ordinaria.

Por su parte, la Constitución chilena enfatiza la protección del derecho preferente de los padres de educar a sus hijos e hijas, mientras que la finlandesa otorga garantía de oportunidades educativas y la uruguaya acentúa la utilidad pública de la educación.

Es decir, en Chile la ley deposita en los padres y las comunidades un alto nivel de responsabilidad en términos de asegurar la educación, impedir la discriminación u ofrecer una educación de calidad, en desmedro del rol del Estado que debiera ser el garante de este derecho».

«En el caso de Chile, llama la atención el portentoso mecanismo de subvenciones, indicativo de la existencia de un sistema escolar complicado en su institucionalidad y en su funcionamiento, que pareciera obedecer a tutelar, preferentemente, la libertad de enseñanza antes que a garantizar el derecho a la educación», es una de las principales conclusiones del estudio realizado por la Oficina de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), con el fin de contribuir a entender los desafíos y oportunidades que existen en materia educativo.

El estudio comparativo realizado entre las legislaciones educacionales de Argentina, Uruguay, Finlandia y Chile por el ex Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la educación (2004-2010) y miembro del Consejo Deliberativo del Fondo Regional de la Sociedad Civil para la Educación, Vernor Muñoz, reveló que «el sistema que caracteriza la educación chilena está orientado por procesos de privatización, que tienden a causar segmentación, exclusión, discriminación y desencadenar mecanismos selectivos».

Respecto a esto último, Muñoz sostuvo que «no hay duda de que las pruebas de admisión establecen criterios y efectos de diferenciación, que en la práctica conducen a la selectividad y probablemente a la estigmatización».

La investigación destaca, por otra parte, que en el tema de becas y subvenciones el sistema chileno «protege y beneficia a la iniciativa privada, excluyendo el concepto de educación como un bien público». Es por ello, que las controversias relativas a este sistema, «giran en torno a consideraciones económicas, apartándose del significado y propósito del derecho a la educación.».

En ese sentido, se afirma que en Chile, «la gestión educativa sale de las manos del Estado, por lo que en realidad se está en presencia de una delegación impropia de las obligaciones establecidas en el derecho internacional de los derechos humanos»

Por esta razón es que el estudio recuerda los tratados internacionales firmados por Chile, en particular el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que obliga a los estados en su artículo 2º, a tomar medidas «inmediatas y no postergables» para lograr gradualmente la gratuidad en la educación secundaria y universitaria.

Porque si bien una de las conclusiones del texto es que la crisis educativa está relacionada a problemas que comparten estos países, como son las dificultades en la asignación presupuestaria, la mala calidad, la discriminación y la mercantilización de la educación, esta trasgresión es tan variada que interpela, desafía e invita a un nuevo orden.

Written by Eduardo Aquevedo

5 diciembre, 2011 at 15:02

Chile y el movimiento social: cuando el neoliberalismo triunfante se agrieta…

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Franck Gaudichaud

Punto de vista internacional

Traducido por Rocio Gajardo Fica y revisado por Caty R.

El 22 de septiembre del 2011 con traje oscuro, corbata violeta y camisa celeste, el presidente Sebastián Piñera sube a la tribuna de la asamblea general de la ONU. El jefe del gobierno chileno y exitoso empresario multimillonario muestra una amplia sonrisa. En estos tiempos de crisis del capitalismo, él reivindica una economía floreciente, con una tasa de crecimiento de más de un 6% del PIB (principios de 2011). Durante su breve discurso ante los principales jefes de Estado del planeta insiste, también, en el conflicto social relacionado con la educación que atraviesa su país desde hace varios meses: “la carrera por el desarrollo y la batalla por el futuro, debemos ganarla en las aulas”, afirmaba.

Aseguró que su gobierno pretende “garantizar una educación para todos y una educación gratuita para todos los que la necesitan”. Y el hecho de que los jóvenes de Chile luchen valientemente incluso es una prueba de la buena salud de la democracia chilena, todos movilizados por “una noble causa, grande, bella que es la de dar una educación de calidad” al pueblo. Magia del verbo propia de un político… quién podría pensar que está escuchando al representante de una derecha dura, de regreso a la cabeza del Estado 20 años después del final de la dictadura militar (1989) y comprometida, a cualquier precio, en la continuidad de esta revolución capitalista impuesta a sangre y fuego sobre las cenizas de la Unidad Popular y el cadáver de Salvador Allende 1 . En lo más recóndito de los barrios populares, en el corazón de las innumerables marchas que agitan las ciudades del país, entre las decenas de colegios, liceos y universidades ocupadas, este discurso se recibe como una provocación más. El poder no comprende lo que subyace en la sociedad, o más bien intenta aparentar que no comprende. El día de esa intervención en la ONU, manifestaciones y coloridos desfiles mostraron a la Moneda 2 que el movimiento por una educación “gratuita pública y de calidad” no está muerto. En la tarde del 23 de septiembre Camila Vallejo, una de las dirigentes de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) subrayaba, con un cierto dejo de ironía, que el discurso del presidente estaba lleno de “contradicción, incoherencia e inconsistencia”, en el mismo momento en que Piñera se negaba a cualquier negociación seria y seguía desplegando todo un arsenal represivo 3 .

Un movimiento social por la educación de una amplitud histórica

Desde la primera marcha de los estudiantes universitarios y alumnos de educación secundaria, el 28 de abril de este año, las acciones colectivas no se han debilitado, más bien lo contrario 4 . Durante todo el mes de mayo, las expresiones del movimiento se han ido amplificando. El 12 de mayo en Valparaíso, mientras el presidente de la República presentaba, como todos los años, su balance anual ante la nación, decenas de miles de personas expresaban su rabia. Progresivamente, el descontento se amplifica y la popularidad de los indignados chilenos aumenta. El 30 de junio son 300.000 en las calles y 500.000 el 9 de agosto; jóvenes, viejos, clase media y capas populares, todos juntos. Uno de los puntos culminantes de esta escalada es la huelga nacional de los días 23 y 24 de octubre, convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y más de 80 organizaciones sindicales, protesta convocada contra las deplorables condiciones de trabajo, pero al mismo tiempo en apoyo de los estudiantes movilizados. Los repertorios de acciones colectivas utilizados han sido múltiples y a menudo muy originales. Además de las estrategias de intervención callejera tradicionales, el aspecto festivo y creativo es central en la contestación de la juventud: carnaval, maratón de besos, bailes y canciones originales, humor satírico, acciones espectáculo 5 . Pero encontramos también los instrumentos de protesta más clásicos: huelgas en las universidades, principalmente públicas, con apoyo del profesorado, multiplicación de las “tomas”, e incluso huelgas de hambre, llevadas a cabo por jóvenes estudiantes, que de esta forma buscan mostrar al mundo su determinación. Estamos frente a toda una generación que parece a contracorriente, que está alimentando la más importante lucha social desde las enormes jornadas de protesta de 1983 y 1984: una generación que no conoció la dictadura y que nació bajo los auspicios de la democratización neoliberal pactada.

Los estudiantes siempre han sido grandes protagonistas del movimiento social. Podemos remontarnos a los tiempos de los “actores secundarios” que se enfrentaron al régimen militar 6 . Las protestas actuales están indiscutiblemente conectadas a las experiencias adquiridas en 2011 (mochilazo) y a la llamada “rebelión de los pingüinos” de 2006. Esta última, de una gran fuerza, hizo temblar al gobierno de la socialista Bachelet y agrietó los cimientos del consenso político 7 . Los que se rebelan en 2011 son en parte los movilizados de 2006, y aprendieron el costo de las negociaciones sin futuro, la importancia del control de los voceros en las asambleas y la fuerza de la autogestión.

Pero, ¿por qué protestan estos estudiantes? Los problemas son numerosos, las reivindicaciones están claras: educación gratuita, pública y de calidad. “En la enseñanza secundaria, los estudiantes de liceos y colegios, quieren que sus establecimientos vuelvan a estar bajo control estatal, subraya un investigador. Desde la transferencia a control municipal en 1990, al final de la dictadura, la educación pública secundaria no ha dejado de declinar, en directo beneficio de los establecimientos privados y subvencionados. En la educación superior, el financiamiento de los estudios es particularmente problemático. Las universidades, públicas y privadas exigen el pago de una mensualidad cercana a los 300 euros 8 . De esta forma, la mayoría de los estudiantes deben recurrir a créditos para financiar sus estudios, sin saber con certeza si podrán reembolsarlos una vez integrados al mercado del trabajo (…) A lo que se suma que, a pesar de la existencia de una ley, aprobada durante la dictadura, que estipula que las universidades son instituciones sin fines de lucro, la gran mayoría ha puesto en marcha todo un entramado que les permite recabar las cuantiosas ganancias generadas” 9 . Herencia envenenada, posteriormente gestionada fielmente por la Concertación, coalición de socialistas y demócrata cristianos que gobernó al país desde 1990 hasta 2010 sin interrupción. Hasta el golpe de Estado de 1973, la educación pública chilena era conocida por su calidad y gratuidad. Actualmente menos del 25% del sistema educativo está financiado por el Estado, el resto lo asumen las familias de los estudiantes: el 70% de los estudiantes tiene que endeudarse y el 65% de ellos interrumpe sus estudios por razones financieras. Por cierto, el Estado chileno sólo dedica el 4,4% del producto interior bruto (PIB) a la educación, bien lejos del 7% recomendado por la UNESCO1 0 . De hecho, encontramos la misma lógica en todos los campos sociales: salud, jubilaciones, transportes, medios de comunicación, etc.

La Concertación puede regocijarse del récord de impopularidad de Sebastián Piñera (sólo un 22% de aprobación). Según las encuestas más del 75% de la población apoya las reivindicaciones estudiantiles, manifestándose en los barrios a través de enormes conciertos de cacerolas (los llamados caceroleos), y paralelamente rechaza los 20 años de gestión socio-liberal, que no hizo sino reforzar el modelo económico. El mea culpa del presidente del partido Socialista, Osvaldo Andrade, reconociendo que “durante los 20 años de los gobiernos de la Concertación nosotros también, en muchas ocasiones, fuimos parte activa de esta política abusiva” no cambia mucho la situación.

Falsas negociaciones, juego de crédulos y criminalización de las luchas

En la derecha son numerosos los parlamentarios que se inquietan por la crisis de gobernabilidad. En el mes de julio Joaquín Lavín, el Ministro de Educación, también empresario de educación y dirigente de la Unión Demócrata Independiente (UDI1 1 ) se vio obligado a dimitir. La turbación de las clases dominantes se refleja en las editoriales del periódico El Mercurio y en los artículos de intelectuales que hasta ahora se proclamaban liberales, incluso progresistas. Frente al regreso del espectro de la lucha de clases estos describen, como el historiador Alfredo Jocelyn-Holt, su “inasible malestar” y no vacilan en descalificar de manera violenta las acciones de protesta1 2 .

La rebelión estudiantil devela igualmente la verdadera cara de la «nueva derecha» gubernamental, que no había llegado al gobierno a través de las urnas desde 19561 3 . Durante semanas la única respuesta del ejecutivo fue la represión, con el apoyo de toda la maquinaria mediática. El «pinochetismo» aún se muestra a toda vela. El portavoz del gobierno Andrés Chadwick, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, designado por Pinochet en 1978, y el alcalde de la comuna de Santiago Pablo Zalaquett (UDI), hicieron declaraciones en las que afirmaban que los estudiantes no eran los dueños de La Alameda ( principal avenida de Santiago). Incluso este último sugirió la intervención de las fuerzas armadas para impedir las manifestaciones del 11 de septiembre, día de conmemoración del golpe de Estado. Otro ejemplo, misma cantinela: Cristián Labbé, alcalde de Providencia, comuna de la ciudad de Santiago, y ex miembro de la policía secreta de la dictadura, anunció que cerraría los liceos ocupados y planteó anular el año escolar con el objetivo de castigar a los movilizados. La represión por parte de los carabineros es permanente. Los heridos se cuentan por cientos y son miles los arrestados, incluso debemos lamentar la muerte de Manuel Gutiérrez, de 14 años, asesinado a tiros por la policía. En este contexto, una pequeña parte de los estudiantes ha escogido la autodefensa. En cada manifestación se produce una batalla campal, a pesar de las protestas de los organizadores, con barricadas, pedradas y cócteles molotov lanzados contra los carros blindados, gases lacrimógenos, armas de fuego y policía a caballo. Varios dirigentes del movimiento han sido amenazados, incluso de muerte, como es el caso de Camila Vallejos.

Frente a la potencia de une revuelta que no pierde fuerza, el 3 de septiembre el gobierno se vio obligado, finalmente, a hacer como si negociase, apostando al desgaste y las divisiones del movimiento. La revista A l’Encontre traza la cronología de este juego de crédulos. «Los dirigentes estudiantiles han hecho saber claramente que todas las proposiciones se someterían a la decisión de las asambleas que representan de manera efectiva a sus bases. De esta forma, con fecha de 8 de septiembre, la Confech anunciaba las condiciones para continuar las negociaciones. Estas son, de forma resumida, cuatro: 1° aplazar la fecha fijada por el ministerio para la renovación de las becas y créditos, instrumento de chantaje económico utilizado contra los estudiantes y uno de los instrumentos utilizados por el poder. 2° suspender el proceso de puesta a punto de las leyes que conciernen a la educación, leyes que el Parlamento debe presentar al ejecutivo. 3° las discusiones deben ser transparentes , lo que implica que se filmen, con el fin de que los ciudadanos puedan conocer las posiciones respectivas de los diversos actores de este conflicto. 4° la negociación debe apuntar a la cuestión central, es decir, la educación pública, gratuita, de calidad, democrática y sin lucro. El 15 de septiembre, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, recusa dos condiciones: el no aplazamiento de la fecha del 7 de octubre para el cierre del semestre y rechaza la interrupción del procedimiento de puesta a punto de una ley sobre la educación. En cuanto a la publicidad de las negociaciones, Bulnes se limita a indicar que el proceso verbal de las discusiones se pondrá a disposición del público. El 15 de septiembre, el vicepresidente de la Confech, Francisco Figueroa, anuncia el rechazo a las proposiciones del ministro y señala que está prevista una movilización nacional para el 22 de septiembre. El 19 de septiembre el presidente Sebastián Piñera anuncia en la televisión pública que «70.000 estudiantes secundarios han perdido el año por haber paralizado las clases desde hace 4 meses. Una verdadera provocación»1 4 . A pesar de todo, la movilización del 22 de septiembre logró reunir a casi 180.000 participantes. Y una semana después, 150.000 manifestantes desfilaban nuevamente. Este escenario de movilizaciones-crimiminalización-negocaciones en falso, se mantiene desde principios de octubre. Y cada vez, la capacidad de réplica de los estudiantes es impresionante y aclamada por varios sectores del movimiento social, comenzando por el Colegio de Profesores.

Una nueva estructura de oportunidades políticas para la transformación social

Según el PNUD, si bien en Chile se ha logrado disminuir la pobreza el país sigue figurando entre los más desiguales del planeta. Luego de la estrategia de shock impuesta por la dictadura (1973-1990) la sociedad chilena se vio sometida a los tormentos de una transición pactada. Durante los últimos 20 años de «democracia autoritaria» la sociedad, fragmentada y atomizada, parecía haber integrado en sus genes este modelo y sus instituciones: a pesar de las reformas, la Constitución de 1980 que consagra la teoría neoliberal del «rol subsidiario del Estado» sigue vigente. El parlamento está amarrado por un sistema electoral, llamado binominal, que asegura el reparto casi perfecto del poder entre la Concertación y la derecha. Paralelamente, el sector judicial, el mediático y el económico son bastiones del ultraliberalismo o de los conservadores.

De esta forma, algunos pensadores críticos d escriben la construcción de un neoliberalismo triunfante (Juan Carlos Gómez) o de un neoliberalismo maduro (Rafael Agacino) de larga duración, ampliamente estabilizado, entre otras cosas a través de los mecanismos de consumo a crédito, de una sociedad de espectáculo bajo el control de un duopolio mediático y gracias a la exclusión de las clases populares del espacio de participación política, de la polis . Una casta de profesionales pasa tranquilamente de la administración del Estado a la gestión de las empresas, todas vinculadas de una forma u otra a un puñado de familias (Matte, Luksic, Angellini o Paulman). Este orden social no excluye las explosiones sociales, pero torna bien complicado su potencial emancipador1 5 . Sin embargo, como afirma el historiador Sergio Grez, es posible afirmar que el año 2011 quedará grabado como «el despertar de los movimientos sociales luego de más de dos decenios de letargo»1 6 . Si retomamos la sociología de las políticas de conflicto, no hay duda de que gracias a las movilizaciones se ha abierto una estructura de oportunidad política aprovechada por una nueva generación, que de un conflicto en el campo de la educación ha logrado constituirse, en el curso de un brusco cambio de escala, en un actor ineludible de la escena política nacional1 7 . ¿Cuáles son los factores que explican este salto cualitativo y cuantitativo? Podemos citar la situación económica de los estudiantes, durante un periodo de crecimiento profundamente desigual, donde el culto al éxito individual está en contradicción permanente con las condiciones de vida cotidiana de las grandes mayorias1 8 . Más ampliamente la crisis de legitimidad del conjunto del sistema político juega plenamente, alimentada por las provocaciones del gobierno. Algunos de los principales dirigentes estudiantiles están, cierto, vinculados a organizaciones partidistas, como Camila Vallejo, figura altamente mediatizada y militante del partido comunista, o incluso Giorgio Jackson, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica y militante de la Concertación. De hecho, sectores disidentes de la Confech, en especial en provincias y organizaciones de alumnos de enseñanza secundaria, así como las franjas libertarias o trotskistas del movimiento, critican la voluntad del PC y de la Concertación de orientar el movimiento hacia una salida institucional. Pero globalmente la referencia a la horizontalidad, al rechazo de la instrumentalización y la importancia de las decisiones tomadas en asamblea, explican la duración y la dinámica autónoma de estas luchas.

Y un último elemento esencial: la convergencia de diferentes revueltas en la superficie lisa de un modelo de acumulación que hasta hoy parecía «triunfante». De hecho, la coyuntura actual se inscribe en un flujo más largo. Se ha ido produciendo una acumulación molecular de conflictos parciales y dispersos, con una aceleración desde 2006-20071 8 . Recordemos las movilizaciones de los trabajadores, que se dan en un contexto de extrema precariedad y flexibilizacion1 9 y con una CUT en parte cooptada por la Concertación. Recordemos también las luchas de los trabajadores del cobre, en particular los subcontratados (trabajadores de las empresas subcontratistas), quienes en el 2007 realizaron huelgas muy duras. En 2010, la dirección del trabajo reconoció la pérdida de 333.000 días de trabajo por motivos de huelgas en el sector privado, es decir un aumento de un 192% con respecto a 2000. En el sector público la magistratura, los trabajadores de la salud y los profesores se movilizan regularmente. También es el caso de los militantes que luchan contra las discriminaciones y por el derecho a la diversidad sexual (LGTB).

El ciclo de protestas tomó una dimensión insólita en febrero 2010 con el levantamiento de toda una región, la provincia austral de Magallanes, contra el alza del precio del gas natural. El gobierno tuvo que retroceder. Las recientes acciones de organizaciones ecologistas igualmente han logrado poner en jaque a la derecha. Fue el caso en agosto 2010, en Punta de Choros, contra el proyecto de construcción de una central termoeléctrica. Recientemente, el megaproyecto Hidroaysén, en la Patagonia chilena, logró que salieran a las calles más de 30.000 personas. Hay que mencionar también las luchas urbanas por la vivienda y el «derecho a la ciudad». Y, obviamente, la indomable resistencia del pueblo mapuche que en 2010 llegó a niveles récord, notablemente luego de la huelga de hambre de varios presos politicos2 0 .

Uno de los desafíos para el movimiento social es lograr una «desectorización», más amplia aún, que permita articular todas las resistencias. Esta confluencia mostró su potencial durante las protestas del 21 de mayo. Progresivamente se ha ido imponiendo la comprensión de que la obtención de la gratuidad de la educación significa atacar frontalmente al capitalismo educativo. Los jóvenes saben que se enfrentan a los principios fundadores de la dictadura. Uno de sus eslóganes es: «y va caer, y va a caer la educación de Pinochet». Ahora la cuestión es la construcción de alternativas radicales y no sólo reformas de la herencia autoritaria2 1 .

Bifurcaciones intempestivas y alternativas en marcha: ¿hacia una asamblea constituyente?

Bajo el impacto de esta movilización histórica, la sociedad chilena se ha «repolitizado» bruscamente, ha vuelto a ocupar la polis desierta al mismo tiempo que ocupaba las plazas publicas, las avenidas, los distintos espacios de educación . Se trata de una bifurcación intempestiva (una formula de Daniel Bensaid), que va a marcar los años venideros, «cuestionando las certezas, los valores, las normas, las instituciones y las maneras de hacer las cosas que parecían haber adquirido características “naturales” para millones de ciudadanas y ciudadanos sometidos a la hegemonía ideológica del neoliberalismo»2 2 . Hoy en día, las cuestiones que emergen en las discusiones asamblearias y en los desfiles son la forma de cambiar la Constitución, la imperiosa necesidad de una asamblea constituyente, la urgencia de un plebiscito sobre la educación o la renacionalización del cobre2 3 . La necesidad de abrir puertas y ventanas a una democratización real se hace presente. Por supuesto que el objetivo sigue siendo difícil de alcanzar, ya que no hay que subestimar las capacidades del gobierno para mantener el control. El movimiento está al borde del agotamiento luego de 5 meses de lucha y la represión es intensa. El final del año escolar se acerca y en el momento en que escribimos estas líneas no se atisba ningún avance concreto en el horizonte.

¿Cómo obtener, en lo inmediato, la gratuidad de la educación frente a la oligarquía en el poder? ¿Cómo imponer un proceso constituyente “por abajo”, democrático, con participación de los movimientos sociales, como el que se pudo construir recientemente en Bolivia, para derribar las instituciones del pinochetismo? Esto significa, en primer lugar, la construcción de una formidable relación de fuerza, que todavía no es concreta, pero está en vías de construcción. La ausencia significativa de luchas masivas de los trabajadores y las vacilaciones del movimiento sindical pesan enormemente. Ya que un vuelco en las relaciones de clase pasará necesariamente por una intervención consciente y decidida del movimiento obrero en el sentido amplio del término. Sin esto, los estudiantes están huérfanos de un motor esencial de la transformación social. Por otra parte, la agenda electoral e institucional puede revelarse como un arma de doble filo: las elecciones municipales en 2012 y las presidenciales y parlamentarias en 2013 van a empujar a las formaciones políticas a “surfear” sobre la ola de propulsión del movimiento estudiantil, a menudo para intentar canalizar, pero también -en la derecha- para movilizar al electorado conservador.

El desafío para la juventud movilizada, en este nuevo ciclo, es arrancar a corto plazo reformas estructurales sobre la base de sus propias reivindicaciones (como la gratuidad) preparando a la vez las próximas acciones a favor de una asamblea constituyente con los otros sectores en lucha. Los proyectos de ley del gobierno no responden en ningún caso a las problemáticas que atañen a la calidad, la municipalización y la mercantilización de la educación primaria, secundaria y universitaria. Es importante evitar un final de movilización desmoralizador y por lo tanto es importante trazar perspectivas. A mediano plazo, la cuestión planteada es la construcción de una alternativa política que todavía no existe en el país2 4 . Si la horizontalidad, las experiencias locales y territoriales, la práctica autogestionaria son fuerzas vitales que deben cultivarse, éstas no reemplazan la indispensable edificación colectiva de un instrumento político, totalmente independiente de la Concertación y de sus satélites. Una herramienta capaz de federar las resistencias dispersas y las clases populares movilizadas en torno a un proyecto anticapitalista, latinoamericanista y ecosocialista coherente.

¿El camino todavía parece largo?, es cierto. Pero la dinámica en curso acaba de trazar horizontes de posibilidades que hace 6 meses parecían insospechadas en Chile. En la vieja Europa, los indignados de varios países inventan y experimentan contra la austeridad y la arrogancia de los poderosos. Mientras la mercantilización de la educación está en curso en toda la Unión Europea, el ejemplo chileno puede dar argumentos a las y los que se oponen. En el mundo árabe los procesos revolucionarios intentan profundizar sus conquistas. La juventud que se ha rebelado también responde indirectamente a este eco lejano. Y sobre todo, el “largo mayo chileno” (en referencia al mayo 68 francés) se entronca con las rebeliones populares que recorren desde hace diez años América Latina. Hoy en día los estudiantes de Argentina, México y Colombia siguen el ejemplo de las movilizaciones de Santiago. Por fin parece que Chile ha encontrado el impulso de cambios de los pueblos hermanos que se encuentran al otro lado de los Andes.

Fuentes:

http://puntodevistainternacional.org/

http://orta.dynalias.org/inprecor/home

Autor:

Franck Gaudichaud es profesor en Estudios latino-americanos en la Universidad Stendhal-Grenoble 3 (Francia) y copresidente de la Asociación France Amérique Latine (www.franceameriquelatine.org). Participa en el colectivo editorial del sitio www.rebelion.org y de la revista ContreTemps (http://www.contretemps.eu/).

Contacto : franck.gaudichaud@u-grenoble3.fr

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Notas

1 Para continuar este análisis sobre revolución capitalista y neoconservadora : Manuel Gárate , La “Révolution économique” au Chili. A la recherche de l’utopie néoconservatrice 1973-2003 , Tesis doctoral de Historia y Civilización, EHESS, Paris, 2010 (en línea : http://tel.archives-ouvertes.fr).

2 Palacio de gobierno situado en Santiago.

3 "El discurso de Piñera en la ONU y el movimiento estudiantil", Elmostrador.cl , 23 de septiembre de 2011.

4 Para un análisis múltiple del movimiento remitimos a los artículos que hemos reunido con Mario Amorós en el dossier Lecciones de la rebelión estudiantil (www.rebelion.org/apartado.php?id=411).

5 Ver por ejemplo, el "thriller de la educación" que parodia un clásico de Mickael Jackson: www.youtube.com/watch?v=tR12Vi6BvrI&feature=related

6 Ver el documental de Pachi Bustos, Jorge Leiva, Marcela Betancourt y René Varas: Actores secundarios, (80 min, 2004).

7 Ver el documental de Simón Bergman: La Rebelión de los Pingüinos, (23 min, 2007).

8 el salario mínimo en Chile es de 280 euros mensuales.

9 A. Maillet, "Les indignés chiliens", Opalc.org , 17 agosto 2011.

1 0 V. De La Fuente, "Terminar (verdaderamente) con la era Pinochet", www.lemondediplomatique.cl/Articulo-de-Victor-Hugo-de-la.html, 24 agosto 2011.

1 1 Partido político de extrema derecha, cercano al Opus Dei, primera fuerza política del Parlamento y en el gobierno actual.

1 2 Ver la respuesta de S. Grez en: "¿Inasible malestar?", The Clinic, N°413, Santiago, 29 de septiembre de 2011.

1 3 Ver : F. Gaudichaud, "Botella nuevas, vino viejo", Le Monde Diplomatique, mai 2011, www.rebelion.org/noticia.php?id=129587 y "Estrategia del Shock y regredo de los Chicago boys", Viento Sur, Paris, julio de 2010, www.rebelion.org/noticia.php?id=106567.

1 4 http://alencontre.org/ameriques/amelat/chili/chili-laube-nouvelle-des-mouvements-sociaux-et-la-mobilisation-du-22-septembre.html.

1 5 JC. Gómez Leyton, " Protesta social y política en una sociedad neoliberal triunfante", Observatorio Social de América Latina, año VII, N° 20, CLACSO, Argentina, 2006.

1 6 S. Grez, "Un nuevo amanecer de los movimientos sociales en Chile", The Clinic , Nº 409, Santiago, 1 de septiembre de 2011 .

1 7 C. Tilly et S. Tarrow, Politique(s) du conflit. De la grève à la révolution , Presses de SciencesPo, París, 2008.

1 8 E. Barozet, "De la démobilisation au réinvestissement local. Mouvements sociaux locaux et territoires au Chili", Cahiers des Amériques latines , N° 66, 2011 y C. Pulgar, " La revolución en el Chile del 2011 y el movimiento social por la educación", www.le monde diplomatique.cl , septiembre 2011.

1 9 El código del trabajo actual es una herencia de la dictadura. Sólo el 5,9% de los trabajadores (2009) están bajo el régimen de un contrato colectivo.

2 0 Consultar los artículos que hemos reunido con Mario Amorós en el dossier Pueblo Mapuche : www.rebelion.org/apartado.php?id=152.

2 1 R. Agacino, "Anticipando el futuro", Rebelion.org , 1 septiembre 2011 y J. Massardo, "La significación histórica del movimiento estudiantil", Rebelion.org , 25 agosto 2011.

2 2 S. Grez, "Un nuevo amanecer de los movimientos sociales en Chile", Op. Cit . Ver también : P. Mouterde, "En plein hiver chilien : les promesses d’un printemps social et politique", Alainet.org , 29 agosto 2011.

2 3 Chile posee las mayores reservas de cobre mundiales, este recurso esta hoy en día mayoritariamente en manos de concesiones extranjeras. Ver el sitio del Comité por la defensa y la recuperación del Cobre, www.defensadelcobre.cl .

2 4 "La alternativa ausente", Editorial de la revista Punto Final , Nº 743, 30 septiembre 2011. www.puntofinal.cl/742/editorial743.php

¡Indignaos!, de Stephane Hessel…

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Texto íntegro de ¡Indignaos! de S.Hessel

 

ESTUD--2011

 

En días recientes dirigentes estudiantiles chilenos, especialmente Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Francisco Figueroa, viajaron a Europa para entrevistarse con Organismos internacionales (UNESCO, OCDE, ONU) concernidos en diferentes niveles por el gravísimo problema educacional que afecta a Chile y a la mayoría de los países de América Latina, y también para entrevistarse con dos de los más connotados intelectuales del presente: Edgar Morin y Stephane Hessel. Este último es autor de un texto de intensa y provocadora actualidad, ¡INDIGNAOS!, que inspira amplios y crecientes movimientos de protesta en el mundo contra el imperio de las finanzas, del lucro desenfrenado y del mercado desregulado que dan sustento y expresión a brutales políticas neoliberales. Chile es ejemplo vergonzoso de ello, sacudido hoy por un poderoso movimiento estudiantil y social que con fundada indignación y perseverancia pone en jaque al gobierno ultraderechista de Sebastian Piñera, heredero del proyecto mercantilista de los conocidos "Chicago Boys".

El escrito de Stephane Hessel, en consecuencia, nos concierne muy directamente. Por ello lo reproducimos integralmente, para información y reflexión de todos.

E. Aquevedo

¡INDIGNAOS!

Después de 93 años, estoy cerca del final. El final para mi ya no está muy lejos. Pero todavía permítanme recordar a otros que actuaron basados en mi compromiso político. Fueron los años de resistencia a la ocupación Nazi — y el programa de derechos sociales elaborado hace 66 años atrás por el Consejo Nacional de la Resistencia.

Es a Jean Moulin [miembro asesinado del Consejo] a quien le debemos como parte de este Consejo, la unidad de todos los elementos de la Francia ocupada — los movimientos, los partidos, los sindicatos — para proclamar su membresía en la Francia combatiente, y le debemos esto al único líder que lo reconoció, el general Charles de Gaulle. Desde Londres donde me uní a de Gaulle en Marzo de 1941, aprendí que este Consejo había completado un programa lo adoptó el 15 de Marzo de 1944, que ofrece para la Francia liberada un grupo de principios y valores en los que descansaría la moderna democracia de nuestro país.

Estos principios y valores los necesitamos más que nunca. Es hasta que nosotras lo veamos, todas juntas, que nuestra sociedad se vuelva una de la que estemos orgullosos, no esta sociedad de inmigrantes sin papeles — expulsiones, sospechas respecto a los inmigrantes. No esta sociedad donde se cuestiona la seguridad social y los planes de pensiones y salud nacionales. No esta sociedad donde los medios masivos están en manos de los ricos. Son cosas en las que nos habríamos negado a ceder si fuesemos los herederos verdaderos del Consejo Nacional de la Resistencia.

Desde 1945, después de un horroroso drama [La 2ª Guerra] hubo una ambiciosa resurrección de la sociedad a la que el mismo remanente del contingente del Consejo de la Resistencia se dedicó. Recordemosles mientrsa creaban un programa de salud nacional y de pensiones tal como la Resistencia quería, como su programa estipulaba, "un plan completo de salud nacional y seguridad social, apuntado a asegurar a todos los ciudadanos y ciudadanas los medios de subsistencia cuando sea que estén incapacitados para encontrar un trabajo; una jubilación que permita a los viejos trabajadores terminar sus días con dignidad.

Las fuentes de energía, electricidad, y gas, minas, los grandes bancos, fueron nacionalizados. Ahora esto fue como el programa recomendaba: "… el retorno a la nación de los monopoilizados medios de producción, frutos del trabajo común, fuentes de energía, riqueza de las minas, de compañías de seguros y de los grandes bancos; la institución de una verdadera democracia económica y social involucra la salida de los grandes feudos económicos y financieros de la dirección de la economía."

El interés general debe dominar sobre los intereses especiales. El hombre justo cree que la riqueza creada en la esfera del trabajo debe dominar sobre el poder del dinero.

La Resistencia propuso, "una organización racional de la economía asegurando la subordinación de los intereses especiales a los intereses generales, y la emancipación de los "esclavos" de la dictadura profesional que fue instituída en los estados facistas," que había usado el gobierno interino [por dos años después de la guerra] de la república como un agente.

Una verdadera democracia necesita una prensa independiente, y la Resistencia lo sabía, lo demandaba, defendiendo "la libertad de prensa, su honor y su independencia del Estado, el poder del dinero y la influencia extranjera." Esto es lo que alivió las restricciones a la prensa desde 1944. Y la libertad de prensa está definitivamente en peligro hoy.

La Resistenica solicitó una "real posibilidad para que todos los niños y niñas franceses se beneficien de la más avanzada educación" sin discriminación. Las reformas ofrecidas en el 2008 van contra este plan. Jóvenes profesores y profesoras, cuyas acciones apoyo, llegaron al extremo de negarse a aplicarlas, y vieron sus salarios reducidos como forma de castigo. Se indignaron, "desobedecieron", juzgando esas reformas demasiado alejadas del ideal de una escuela democrática, muy al servicio de una sociedad de comercio y no desarrollando la mente inventiva ni crítica suficiente.

Todas las fundaciones de la conquista social de la Resistencia están amenazadas hoy.

El motivo de la Resistencia: Indignación.

Alguno se atreverá a decirnos que el Estado no puede afrontar los gastos de estas medidas para ciudadanos nunca más. ¿Pero cómo puede existir hoy una falta de fondos para apoyar y extender estas conquistas si la producción de riqueza ha aumentado considerablemente desde el periodo de la Liberación cuando Europa estaba en ruinas? Al contrario, el problema es el poder del dinero, tan opuesto por la Resistencia y el gran hombre egoísta, con sus propios sirvientes en las altas esferas del Estado.

Los bancos privatizados de nuevo, han probado estar más preocupados de sus dividendos y de los altos sueldos de sus líderes que del interés general. Esta disparidad entre los más pobres y los más ricos nunca había sido tan grande, ni amasar fortunas y la competición tan incentivado.

¡El motivo básico de la Resistencia fue la indignación!

Nosotros, los veteranos de los movimientos de resistencia y de las fuerzas de combate de la Francia Libre, llamamos a la generación joven a vivir, transmitir, el legado de la Resistencia y sus ideales. Les decimos: Tomen nuestro lugar, ¡Indígnense!

Los líderes políticos, económicos e intelectuales y la sociedad no tienen que ceder ni permitir la opresión de una dictadura internacional real o de los mercados financieros que amenazan la paz y la democracia.

Deseo para todas las personas, para cada una que tengan sus propios motivos de indignación. Es invaluable. Cuando alguien te atropella como era atropellado por el Nazismo, la gente se vuelve militante, fuerte y comprometida. Ellos se unen a este momento histórico y los grandes momentos de la historia deben continuar gracias a cada individuo. Y este momento conduce a más justicia, más libertad, pero no a esa libertad ilimitada del zorro en el gallinero. Los derechos contenidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 son justamente eso, universales.

Si te encuentras con un desfavorecido, siente pena por él pero ayúdale a ganar sus derechos.

Dos visiones de la historia

Cuando trato de entender qué causó el fascismo, lo que lo hizo que tantos fueran dominados por Hitler y el régimen de Vichy, me digo a mi mismo que los propietarios, con sus egoísmos estaban tremendamente asustados con la revolución Bolchevique. Se les permitió liderar con sus miedos.

Pero si, hoy como entonces una activa minoría se levanta, será suficiente; debemos ser la levadura que hace que el pan suba. Ciertamente, la experiencia de una persona muy vieja como yo, nacida en 1917, es diferente a la experiencia de la gente joven de hoy en día. Yo a menudo le pido a profesores la oportunidad de interactuar con sus estudiantes y les digo: No tienen las mismas obvias razones para comprometerse. Para nosotros resistir era no aceptar la ocupación alemana, vencer. Esto fue relativamente sencillo. Simple como lo que siguió la descolonización. Entonces vino la guerra en Argelia.

Era necesario que Argelia fuese independiente, era obvio. En cuanto a Stalin, aplaudimos la victoria del Ejército Rojo contra los Nazis en 1943. Pero ya sabíamos de las atrocidades stalinistas de 1935, e incluso si era necesario mantener los oídos abiertos hacia el comunismo para compensar el capitalismo estadounidense, la necesidad de oponernos a esta insoportable forma de totalitarismo se había establecido como una perogrullada. En mi larga vida presencié una sucesión de motivos para indignarme.

Estas razones nacieron menos de una emoción que de un compromiso deliberado. Como estudiante de una escuela normal [una escuela de magisterio] fui muy influenciado por Sartre, un compañero de estudios. Su "La náusea" [Una novela], "El Muro" [Un drama] y "El Ser y la Nada" [un ensayo] fueron muy importantes en el entrenamiento de mi pensamiento. Sartre nos enseñó "Ustedes son responsables como individuos". Ese fue un mensaje libertario. La responsabilidad de una persona no puede ser asignada por el poder o una autoridad. Al contrario, es necesario estar involucrado en el nombre de la responsabilidad de uno como ser humano.

Cuando entré en la French Ècole Normale Superieure, en la calle Ulm en París en 1939, entré como un ferviente adherente del filósofo Hegel, y adherí al pensamiento de Maurice Merleau-Ponty. Su enseñanza explora la experiencia concreta, la del cuerpo y sus relaciones con los sentidos, una gran sensación singular enfrentada con una pluralidad de sensaciones. Pero mi optimismo natural que busca que todo lo deseable sea posible, me llevó más bien a Hegel. El Hegelismo interpreta la larga historia de la humanidad como teniendo un significado: Es la libertad del hombre progresando paso a paso. La historia se hace de sucesivos choques y la toma en consideración de los desafíos. La historia de las sociedades y por lo tanto, de los avances, y al final el hombre ha alcanzado su plena libertad, tenemos en el estado democrático su forma ideal.

Este es ciertamente otro entendimiento de la historia. Dice que el progreso está hecho de "libertad", luchando por "siempre más"; esto puede ser como si viviésemos en un huracán devastador. Así es como se lo representaba a un amigo de mi padre, el hombre que compartió conmigo un esfuerzo por traducir al alemán "En busca del tiempo perdido" [novela] de Marcel Proust.

Él era el filósofo alemán Walter Benjamin. Había elaborado una visión pesimista de una pintura de Paul Klee, un pintor suizo, el "Angelus Novus", donde la cara del ángel abre los brazos para contener y empujar una tempestad, que él identifica con el progreso. Para Benjamin, que se suicidaría en Septiembre de 1940 para escapar del Nazismo, el sentido de la historia es la progresiva dominación de un desastre tras otro.

Indiferencia: La peor de las actitudes.

Es verdad que las razones para estar indignadas pueden verse hoy menos claramente relacionadas o el mundo se ha vuelto demasiado complejo. ¿Quién está haciendo el ordenamiento, quién lo decide? No es siempre sencillo diferenciar entre todas las corrientes que nos gobiernan. No estamos lidiando con una pequeña elite cuyas actividades pueden ser fácilmente visibles. Este es un mundo vasto, en el cual tenemos una sensación de interdependencia. Vivimos en una interconectividad como nunca antes. Pero en este mundo todavía hay cosas intolerables. Para verlas, es bueno y necesario mirar, buscar. Le digo a los jóvenes, busquen poco y eso es lo que van a encontrar. La peor de las actitudes es la indiferencia, decir "No puedo hacer nada contra eso. Ya me las arreglaré para salir adelante." Por incluirte a ti mismo en esto, pierdes uno de los elementos que hacen al ser humano: la facultad de indignarse y el compromiso que es una consecuencia de lo primero.

Ellos y ellas [las personas jóvenes] pueden desde ya identificar dos grandes desafíos nuevos:

1. La gran brecha que existe entre los más pobres y los m?a ricos y que no cesa de crecer. Es una innovación de los siglos 20 y 21. Los más pobres en el mundo de hoy ganan apenas dos dólares al día. Las nuevas generaciones no pueden dejar que esta brecha se vuelva mayor. Los reportes oficiales por sí solos deberían provocar un compromiso.

2. Derechos humanos y estado del planeta: Tuve la oportunidad después de la Liberación de participar en la escritura de la Declaración UNiversal de los Derechos Humanos, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas, el 10 de Diciembre de 1948 en París en el Palacio de Chaillot. Fue como secretario privado principal de Henry Laugier, el Secretario General adjunto de la ONU, y como secretario de la Comisión sobre Derechos Humanos que yo con otros participamos en la redacción de esta declaración. No sabría cómo olvidar el rol en su elaboración de René Cassin, quien fue comisionado nacional de justicia y educación en el gobierno de la Francia Libre en Londres en 1941 y ganó el Premio Nobel en 1968, ni el de Pierre Mendès-France en el Consejo Económico y Social a quien le enviábamos los borradores que producíamos antes de ser considerados por el Tercer Comité (Social, Humanitario y Cultural) de la Asamblea General. Fue ratificado por los 54 estados miembros en sesión de las Naciones Unidas y yo lo certifiqué como secretario.

Es a René Cassin a quien le debemos el concepto de "derechos universales" en vez de "derechos internacionales" como lo planteaban nuestros amigos estadounidenses y británicos. Esto [universal en vez de internacional] fue clave porque, al final de la Segunda Guerra mundial, lo que estaba en juego era lo que iba a ser emancipado de las amenazas del totalitarismo que había pesado sobre la humanidad.

Para llegar a ser emancipado era necesario obtener de los estados miembros de la ONU una promesa de respetar estos derechos universales. Esto fue una forma de tratar de burlar el argumento de "soberanía total" que cada nación enfatiza mientras se dedica a provocar violaciones contra la humanidad en su propio suelo. Tal sería el caso de Hitler quien se sentía con un poder supremo y autorizó a provocar un genocidio. Esta declaración universal le debe mucho a la repulsión universal hacia el Nazismo, el fascismo y el totalitarismo — y le debe un montón, en nuestras mentes al espíritu de la Resistencia.

Tenía la sensación de que era necesario moverse rápidamente para no ser engañados por la hipocresía que había en la composición de la ONU, algunos que reclamaban que esos valores ya estaban ganados no tenían intención alguna de promoverlos fielmente — afirmaban que nosotros tratábamos de imponerles valores en la declaración.

No puedo resistirme al deseo de citar el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948): "Toda persona tiene el derecho a una nacionalidad." El artículo 22 dice: "Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad." Y si bien esta afirmación tiene un alcance declarativo y no legal, ha jugado un papel muy importante desde 1948. Esto llevó al pueblo colonizado a pelear por su independencia; esto sembró en sus mentes una batalla por la libertad.

Noto con satisfacción que en el curso de las últimas décadas ha habido un aumento en las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y en movimientos sociales como ATTAC (Asociación por una Tasa a las Transacciones financieras especulativas y la Acción Ciudadana) o como la FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos) y Amnistía Internacional que son activos y competitivos. Es obvio que para ser efectivos hoy es necesario actuar en red, usar todos los medios de comunicación modernos.

A la gente joven le digo: Miren alrededor, encontrarán temas que justifiquen su indignación — hechos acerca del tratamiento de inmigrantes, de inmigrantes "ilegales", de gitanos. Encontrarán situaciones concretas que les llevan a fortalecer su acción ciudadana. ¡Busquen y encontrarán!

Mi indignación por lo que ocurre en Palestina.

Hoy mi mayor indignación tiene que ver con Palestina, la Franja de Gaza y Cisjordania. Este conflicto es indignante. Es absolutamente esencial leer el reporte de Richard Goldstone, de Septiembre del 2009, en Gaza, en que un juez sudafricano y judío que afirmaba aun ser un sionista, acusó al ejército israelí de haber cometido "actos comparables a crímenes de guerra y quizás en determinadas circunstancias, crímenes contra la humanidad" durante su "Operación Plomo Fundido" que duró 3 semanas.

Volví a Gaza en 2009 cuando pude entrar con mi esposa gracias a nuestros pasaportes diplomáticos, para estudiar de primera mano lo que el reporte decía. La gente que nos acompañaba no fue autorizada a entrar en la franja. Allí y en Cisjordania. También visitamos el refugio de palestinos establecido por la UNRWA desde 1948, donde más de 3 millones de palestinos fueron expulsados desde sus tierras en Israel, esperando todavía un cada vez más problemático retorno.

En cuanto a Gaza, esto es como una cárcel sin techo para un millón y medio de palestinos. Una prisión donde la gente se organiza para sobrevivir. A pesar de la destrucción material como la del Hospital de la Media Luna Roja por la Operación Plomo Fundido, esta el comportamiento de sus habitantes, su patriotismo, su amor por el mar y las playas, su constante preocupación por el bienestar de sus niños, que son innumerables y alegres, que permanecen en mi memoria. Estábamos impresionados con cuán ingeniosamente ellos enfrentaban todas las carencias que les han sido impuestas. Les vimos hacer ladrillos, por falta de cemento, para reconstruir las miles de casas destruídas por los tanques. Ellos nos confirmaron que hubieron 1.400 muertos — incluyendo mujeres, niños y ancianos en el campo palestino — durante esta "Operación Plomo Fundido" llevada a cabo por el ejército israelí, comparada con tan sólo 50 personas heridas en el lado israelí. Comparto las conclusiones del juez sudafricano. Que estos judíos puedan, ellos mismos, perpetrar crímenes de guerra es insoportable. Ay, la historia no nos da ejemplos suficientes de gente que extrae lecciones desde su propia historia.

¿Terrorismo o exasperación?

Sé que Hamas [partido de los luchadores de la libertad palestinos], que ha ganado las últimas elecciones legislativas, puede no ayudarlos que cohetes sean lanzados sobre ciudades israelíes en respuesta a la situación de aislamiento y bloqueo en que los gazanos viven. Pienso naturalmente que el terrorismo es inaceptable; pero es neceario admitir (desde la experiencia en Francia) que cuando el pueblo está ocupado por fuerzas inmensamente superiores a ellos mismos, la reacción popular no puede ser totalmente pacífica.

¿Le es útil a Hamas lanzar cohetes hacia Sdérot [pueblo israelí al otro lado de la frontera con la franja de Gaza]?

La respuesta es no. Esto no sirve a sus propósitos pero ello puede explicar esto como una muestra de la exasperación de los gazanos. Bajo la noción de exasperación, es necesario entender la violencia como la lamentable conclusión de situaciones inaceptables a las cuales han sido sometidos.

Por lo tanto, ellos pueden llamarlo, terrorismo como una forma de exasperación. Y este llamado "terrorismo" es un nombre inapropiado. Uno no debería tener que recurrir a esta exasperación, pero hay que tener esperanza. La exasperación es una negación de la esperanza. Es comprensible, diría que es casi natural, pero aún es inaceptable. Porque esto no permite a adquirir resultados que la esperanza posiblemente puede eventualmente producir.

No violencia: El camino que debemos aprender a seguir.

Estoy persuadido a que el futuro le pertenece a los no violentos, la reconciliación de diferentes culturas. Es por esta vía que la humanidad entrará a su siguiente etapa. Pero en esto estoy de acuerdo con Sartre: No podemos excusar a los terroristas que lanzan bombas, pero podemos entenderlos. Sartre escribió en 1947: "Reconozco que la violencia en cualquier forma que pueda manifestarse es un revés. Pero es un revés inevitable porque estamos en un mundo de violencia. Y si bien es cierto que el riesgo de recurrir a la violencia es permanente, es también cierto que es el medio seguro para hacerla detenerse."

A esto añadiría que la no-violencia es una segura forma de hacer que la violencia se detenga. Uno no puede tolerar el terrorismo, usando a Sartre o en el nombre de este principio, durante la guerra de Argelia ni durante los juegos olímpicos de Munich en 1972, en el intento de asesinato contra los atletas israelíes. El terrorismo no es productivo y Sartre mismo se preguntaría al final de su vida sobre el sentido de la violencia y dudar de su razón de ser.

Sin embargo, proclamar "la violencia no es efectiva" es más imporante que saber si uno debe condenar o no a quienes se dedican a esto. El terrorismo no es efectivo. En la noción de la efectividad, una esperanza no sangrienta es necesaria. Si hay una esperanza violenta, está en el poema de William Appollinaire "la esperanza es violenta" y no en la política.

Sartre, en Marzo de 1980, a tres semanas de su muerte declaró: "Es necesario tratar de explicar por qué el mundo de hoy, que es horrible, es sólo un instante en un largo desarrollo histórico, que la esperanza siempre ha sido una de las fuerzas dominantes en revoluciones e insurrecciones y cómo todavía siento esperanza como mi concepción de futuro.

Es necesario entender que la violencia se opone a la esperanza. Es necesario preferir la esperanza, esperanza por sobre la violencia. La no-violencia es el camino que debemos aprender a seguir. También los opresores.

Es necesario llegar a negociaciones para quitar la opresión; esto es lo que permitirá no tener más violencia terrorista. Por lo tanto no debemos permitir que se acumule demasiado odio.

El mensaje de Mandela y Martin Luther King encuentra toda su pertinencia en el mundo que ha superado la confrontación de ideología [p.e. Nazismo] y el totalitarismo conquistador [p.e. Hitler]. Esto es también un mensaje de esperanza en la capacidad de las sociedades modernas de sobreponerse a conflictos por medio del mutuo entendimiento y una paciente vigilancia. Para alcanzar este punto es necesario basarse en derechos, en vez de violaciones, quien sea el autor, debe causar nuestra indignación. No hay que transar estos derechos.

Por una insurrección pacífica.

He apreciado, y no soy el único, la reacción del gobierno israelí cuando por la forma en que cada viernes los ciudadanos de Bil’in protestaban sin usar piedras ni la fuerza hasta el muro de separación. Las autoridades israelíes calificaron esto como un "terrorismo no sangriento". Esto es algo bueno… Es necesario ser israelí para calificar la no violencia como terrorista. Es especialmente necesario para ser incómodos [como le resultaba a los israelíes] por la eficacia de la no-violencia, que se encuentra para provocar apoyo, entendimiento — el apoyo de todas las personas que en el mundo son adversarias de la opresión.

El pensamiento productivista, impulsado por Occidente condujo al mundo a una crisis de la que debe salir a través de una radical ruptura con el concepto de "crecer" no solo en el campo financiero sino también en el dominio de las ciencias y la tecnología. Ya es el momento de que las preocupaciones acerca de la ética, la justicia y el equilibrio duradero (económico y medio ambiental) prevalezcan. Porque son los riesgos más serios que nos amenazan. Ellos pueden poner fin a la aventura humana en el planeta, que puede llegar a ser inhabitable para los humanos.

Pero sigue siendo cierto que el progreso más importante fue hecho después de 1948 [año de la fundación de la ONU y la declaración de los Derechos Humanos]: descolonización, el fin del apartheid, la destrucción del imperio soviético, la caída del muro de Berlín. Por otro lado, los diez primeros años del siglo XXI fueron un periodo de degeneración. Esta degeneración es explicada en parte por la presidencia de George Bush, los eventos del 11 de Septiembre y desastrosas consecuencias que involucran a los Estados Unidos, tales como la intervención militar en Iraq.

Tenemos esta crisis económica, pero todavía no iniciamos una nueva política de desarrollo. Del mismo modo, la cumbre de Copenhagen contra el cambio climático no produjo una política real para la preservación del planeta.

Estamos en el umbral entre el terror de la primera década y las posibilidades de las décadas que siguen. Pero es encesario tener esperanza, es siempre necesario. La década anterior, la de los noventa, ha sido un tiempo de gran progreso. Las Naciones Unidas tuvieron la sabiduría de llamar a conferencias como la de Río sobre medio ambiente, en 1992, y la de Beijing sobre la mujer en 1995. En Septiembre del 2000, por iniciativa del secretario general de la ONU, Kofi Annan, los 191 miembros adoptaron una declaración con "8 objetivos del milenio para el desarrollo" de la que notablemente prometieron reducir la pobreza en el mundo a la mitad para el 2015.

Mi pesar está en que ni Obama ni la UE se han comprometido a lo que debiera ser su aportación por una fase constructiva, basada en valores fundamentales.

Conclusión.

¿Cómo concluir este llamado a la indignación? Diciendo todavía lo que, en ocasión del sexagésimo aniversario del programa del Consejo Nacional de la Resistencia dijimos el 8 de Marzo del 2004 — somos veteranos de los movimientos de resistencia y fuerzas de combate de la Francia Libre (1940-1945) — que ciertamente "El nazismo fue derrotado, gracias al sacrificio de nuestros hermanos y hermanas de la Resistencia y a las Naciones Unidas contra la barbarie fascista. Pero esta amenaza no ha desaparecido y nuestra ira contra la injusticia sigue intacta". No, esta amenaza no ha desaparecido por completo. Convoquemos una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no propongan como horizonte para nuestra juventud otras cosas que no sean el consumo en masa, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición excesiva de todos contra todos."

A todas las personas que harán el siglo XXI, les decimos con afecto:

CREAR ES RESISTIR; RESISTIR ES CREAR.

http://conspiraciones.blog.com.es

Movimiento estudiantil y crisis política en Chile: Sergio Grez y Jocelyn-Holt…

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EDUCA-MERC

¿Inasible malestar? Jocelyn-Holt o el desconcierto y terror de la casta oligárquica chilena

Viernes, 30 de Septiembre de 2011 07:47 Sergio Grez*
 

En su columna de opinión estipendiada por una de las cabezas del duopolio de la prensa escrita nacional, el ensayista y opinólogo Alfredo Jocelyn-Holt ha develado una vez más el fondo de su pensamiento sobre los movimientos sociales que desde hace varios meses han comenzado a cambiar la fisonomía del país (“Ese inasible malestar”, La Tercera, Santiago, 17.09.2011).

Tomando como ejemplo ciertas frases mañosamente entresacadas de declaraciones de Camila Vallejo, de un plenario de la CONFECH y de un reciente artículo de mi autoría (“Un nuevo amanecer de los movimientos sociales en Chile”, The Clinic, N°409, Santiago 01.09.2011), Jocelyn-H se centra en algunas metáforas que hacen alusión a la guerra para dar a entender el carácter prolongado y estratégico de determinados conflictos sociales (como la lucha por la Educación Pública), a fin de descalificar y tratar de “delirantes” algunas de nuestras propuestas. Particular irritación le provocan las proposiciones de renacionalización del cobre, convocatoria a una Asamblea Constituyente y refundación de la República de manera de superar la soberanía delegada y esencialmente nominal que ha imperado durante dos siglos en Chile, sustituyéndola por la soberanía efectiva de los pueblos que viven en este Estado-nación.

Su texto no merecería mayor atención si no fuera porque hay un trasfondo de peso: revela el sentir profundo de la clase dominante chilena, con la cual pretende identificarse Jocelyn-H. Durante estos últimos meses hemos asistido a numerosos berrinches histéricos como el suyo protagonizados por políticos de derecha, opinólogos, panelistas y periodistas de ciertos medios de prensa, especialmente de TV, que al igual que el personaje que nos distrae, no logran entender las causas, la profundidad ni los alcances del movimiento por la Educación Pública ni de otros movimientos sociales que han hecho eclosión durante el presente año. Desde Lavín a Zalaquett, pasando por Carlos Larraín, Sabat, Labbé y Jocelyn-H., la misma reacción, el mismo sentimiento de clase ha inspirado la reprobación de los movimientos sociales, en particular, el protagonizado por los estudiantes. Ninguno de estos y otros prohombres de la clase que dirige Chile desde la fundación de la República, comprende las causas profundas del malestar social.

Para ellos este es “inasible”. No entienden, porque no quieren, no les conviene ni pueden entender que la mayoría de la población esté harta de la desigualdad social extrema (una de las mayores del planeta); de los bajos sueldos; de las diferencias de hasta 70, 80 o más veces en el ingreso de familias que viven en una misma ciudad; de los abusos patronales contra los trabajadores y los consumidores; de pagar servicios de salud y de educación mediocres a tarifas que se encuentran entre las más caras del mundo. Tampoco comprenden las causas de fondo de la violencia social ni el malestar de los pueblos originarios y su creciente rebelión contra la opresión del Estado-nación República de Chile y de la clase dominante que se ha beneficiado de esa situación. Menos aún logran explicarse que un sector cada vez más creciente de la población manifieste un deseo de empoderamiento para exigir lo más básico y esencial en cualquier régimen político que se presente como democrático: que el pueblo sea el titular efectivo de la soberanía. Algo que nunca ha ocurrido en la historia de Chile. De allí entonces el reclamo de una Asamblea Constituyente, que Jocelyn-H considera “delirante”. Los privilegios de clase se defienden (basta recorrer rápidamente nuestra historia para darse cuenta), y el primero y más primordial de ellos –el del poder Constituyente- se defiende a como dé lugar.

Locura-delirio. Así califican siempre los dueños del poder las propuestas y proyectos de quienes osan cuestionar su dominación. Recordemos que el célebre reaccionario Joseph de Maistre, enemigo acérrimo de la Revolución Francesa (a la que consideraba como un hecho satánico y radicalmente malo), del liberalismo y de todo aquello que oliera a democracia y derechos del pueblo, sostenía que: “Una asamblea cualquiera de hombres no puede constituir una nación. Una empresa de ese género merece alcanzar un lugar entre las locuras más memorables”. La coincidencia de Jocelyn-H con este pensamiento ultra conservador es perfecta.

Pero hay más en el texto del opinólogo de marras.

Sin enunciar prueba alguna, sostiene que los militantes de la “izquierda dura” (que en su devaneo parece identificar con el Partido Comunista), “se atrincheraron en las universidades públicas, dejadas a su suerte, decaídas, sin pluralismo interno (académicos de derecha y de centro han emigrado), con autoridades quesillo [sic] cooptables, obsesas con cuestiones de plata. Esperaron, agitaron. […] Llegamos al año 2011, cosecharon y aquí estamos. No son ningunos genios”.

Se podrían hacer muchos comentarios sobre estas líneas repletas de falsedades, insultos, descalificaciones e incoherencias intelectuales y personales de su autor. Anunciemos solo algunas.

¿Qué entiende por “izquierda dura”? ¿Solo a aquel sector que siempre estuvo dispuesto a servir de “salvavidas” en las segundas vueltas electorales a la decadente Concertación? Su “análisis” hiede a un pasado en el cual la dicotomía Concertación/Derecha tradicional ordenaba casi todo el juego político. Sus sosas críticas a la Concertación formuladas en los últimos párrafos apuntan a cuestiones secundarias y, por sobre todo, a la incapacidad de esa coalición de mantener lo que a él más le preocupa: la gobernabilidad, para que nada esencial cambie. Pero la porfiada realidad (la rebelión estudiantil y el despertar de otros movimientos sociales) terminó imponiéndose y la laboriosa arquitectura política de la transición controlada se fracturó definitivamente. Mientras el acuerdo hegemónico funcionaba, Jocelyn-H podía posar de crítico y de “liberal-progresista”, llegando incluso a encantar a algunos intelectuales de izquierda impresionados por este enfant terrible de la bourgeoisie. Pero cuando “las papas comienzan a quemar”, caen las máscaras y el señorito Jocelyn-H hace gala impúdicamente de la histeria que recorre la clase dirigente. No es la primera vez que lo vemos mutarse radicalmente y de seguro, no será la última (para mayores precisiones, buscar en Internet: “Un nuevo número de transformismo: Jocelyn-Holt y el movimiento popular”).

Sigamos con sus dichos. ¿Cuáles son las universidades públicas, decaídas, sin pluralismo? ¿Tal vez se trata de la Universidad de Talca o de la Universidad de Santiago de Chile por las cuales él pasó dejando un triste recuerdo? ¿O tal vez se refiere a la Universidad de Chile, que lo ha acogido y soportado a pesar de sus continuos ataques en contra de la misma institución y de sus autoridades? ¿No es esta la mejor prueba del pluralismo en la Casa de Bello? ¿Y a qué “autoridades quesillo cooptables” se refiere? Al Rector de la Universidad de Chile, sin duda, cuya renuncia viene pidiendo públicamente (La Tercera, Santiago, 06.08.2011). Pero, muy probablemente también está aludiendo a las autoridades de las Facultades de Ciencias Jurídicas y de Filosofía y Humanidades donde se desempeña sin sufrir la más mínima presión o censura por sus destempladas expresiones. Cabe preguntarse, ¿cómo compatibiliza esos juicios con su permanencia en la Universidad de Chile o en cualquier otra “decaída” universidad pública? ¿Por qué no emigra hacia una “exitosa” universidad privada con fines de lucro? Pero tal empresa es igualmente azarosa, a juzgar por lo que le ocurrió hace algunos años en la Universidad Diego Portales, donde protagonizó hechos muy similares a los vividos en la Universidad de Talca y en la USACH. Evidentemente, la coherencia entre el pensar, el decir y el hacer no es una de las características de este comediante de la farándula intelectual.

Al comienzo de este artículo decía que la opinión de Jocelyn-H solo merece atención en la medida que refleja el sentimiento profundo de los sectores más reaccionarios de la sociedad chilena. A pesar de su pretensión de ser el “Pepe Grillo” de la clase dominante, técnicamente podría sostenerse que estamos más bien ante un particular tipo de lumpen en el sentido que Marx le da a este término, cuando se refiere al lumpen-Wolle, que alude no a la chusma (Gesindel), sino a la gente “cursi”. También eran y son parte del lumpen “los aventureros de la burguesía” (El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte), como es el caso de este personaje. Su ataque, tanto a los movimientos sociales actuales, como a los proyectos y propuestas de la ciudadanía crítica que comienzan a despuntar en Chile no es más que el patético arrebato de una casta oligárquica, con su coro de servidores y lumpen-Wolle, que al ver cuestionada su hegemonía -aunque sea en pequeña medida- hace uso de todas las armas para defender sus rancios privilegios. Como en la fábula, los niños y jóvenes han dicho la verdad: “¡El rey está desnudo!”.

 

Académico de la Universidad de Chile, coordinador del Doctorado en Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

 

Publicado en The Clinic, N°413, Santiago, 29 de septiembre de 2011
 
(El autor y la revista autorizan su difusión)

Ese inasible malestar

No es clara la relación entre la radicalización de los jóvenes y ese otro sentir colectivo, no inducido, del malestar.

 

por Alfredo Jocelyn-Holt – 17/09/2011 – 04:00/LA TERCERA

 

"ESTA es una guerra de cuatro años, y si somos jóvenes comprometidos nos vamos a tener que levantar nuevamente el próximo año, si es que tenemos una derrota". Este comentario de Camila Vallejo del 10 de septiembre, ¿cómo lo interpretamos: como advertencia (no pierden), como provocación (no transan)? En el acta del plenario de la Confech realizado en la Universidad de Concepción hace un mes, el representante de la UTEM aparece llamando a "cambiar la lógica de las movilizaciones: marchar por los sectores donde viven los acomodados (cuicos, etc.)", esto definitivamente una bravata. A su vez, Sergio Grez, ex director del Museo Vicuña Mackenna (1997-2010), refiriéndose al movimiento estudiantil sostiene que "ellos son y seguirán siendo el elemento decisivo, como es la infantería en la guerra, considerada tradicionalmente como la ‘reina de las batallas’". Reina en sentido bélico ajedrecístico.

Podría consignar decenas de declaraciones de igual calibre, las hay diarias, que si bien confirman hasta qué punto las tácticas de trinchera y barricada han estado primando, no queda claro qué relación guarda esta radicalización y empoderamiento de los jóvenes con ese otro sentir, también colectivo, inasible,  no inducido, el del malestar. Porque no son lo mismo, y si se les confunde, bueno, hablemos mejor cuando impongan sus términos; según Grez: asamblea constituyente, refundación de la República, "soberanía efectiva de los pueblos", nacionalización del cobre y lo que discurran: son delirantes.

El malestar con el modelo consensual político, económico, y social, a su vez, viene siendo diagnosticado desde, a lo menos, 1997, de antes de confirmarse la crisis económica, desde la derrota de la Concertación en las parlamentarias. De hecho, fuimos muchos que, a diez años del plebiscito, advertimos que si no se producían cambios urgentes, podrían producirse reventones sociales. El entorno del candidato y luego presidente Lagos conocía perfectamente ese diagnóstico (vid. Sergio Marras, Chile, ese inasible malestar, 2001).

¿Qué pasó? Por de pronto, Lagos casi no llegó a La Moneda, y si llegó fue gracias al PC, al igual que Bachelet. Su evidente viraje a la derecha, fruto del temor a la derecha UDI y a la izquierda extraconcertacionista, los llevó a afincarse en un centrismo inmóvil y a sofocar cualquier crítica. Se castigó a la generación de los 80, se insistió en un sesgo tecnócrata, y a los críticos independientes se nos acalló duramente. A lo sumo, compensaron algo a la izquierda populista, fomentando un discurso antielitario; Bachelet en eso más coqueta que Lagos.

Con todo, la izquierda dura jugó la carta de la paciencia; sabían que a la hora de los quiubos (segundas vueltas) la Concertación dependía de ellos. Se atrincheraron en las universidades públicas, dejadas a su suerte, decaídas, sin pluralismo interno (académicos de derecha y centro han emigrado), con autoridades quesillo cooptables, obsesas con cuestiones de plata. Esperaron, agitaron. El pingüinazo marcó pauta: educación = grito y plata. A Frei se le quitó piso, fue torpe, y se apostó a que un gobierno de Piñera, de derecha, le fuera peor, pudiendo volverse inmanejable la situación para La Moneda. Llegamos al año 2011, cosecharon y aquí estamos. No son ningunos genios.

Noam Chomsky e intelectuales apoyan a estudiantes chilenos…

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Veinticinco académicos, críticos literarios, filósofos, médicos, de nacionalidad argentina, estadounidense, mexicana, brasileña y chilena, a través de un escrito, apoyaron las movilizaciones estudiantiles por una educación de calidad, expresando que “los alumnos reclaman con razón”.

En el comunicado sostuvieron que “un grupo de 34 estudiantes chilenos de enseñanza secundaria comenzaron hace dos semanas una huelga de hambre para llamar la atención de la sociedad chilena sobre su demanda por un fortalecimiento del papel del Estado en la educación pública, un clamor que es compartido por sus profesores y por la mayoría de la población, de acuerdo a distintos sondeos de opinión”.

“Los estudiantes reclaman con razón el progresivo deterioro de la educación pública, dentro de un sistema que favorece la educación privada, muchas veces sostenida por el propio Estado, en una educación excluyente y convertida muchas veces en una mercancía”, dijeron en el escrito.

Agregaron que “resulta difícil de entender además que los estudiantes universitarios y sus familias sean el soporte económico de las universidades públicas, en un aberrante sistema de autofinanciamiento”.

“Intentamos llamar la atención de la comunidad chilena e internacional sobre el sacrificio de este grupo de adolescentes que ya sostienen un ayuno por dos semanas, con el único propósito de alcanzar una educación de calidad y sin costo económico, para el conjunto de la sociedad chilena”, dijeron.

Firman los académicos estadounidenses Noam Chomsky y Norman Finkelstein; el documentalista de la misma nacionalidad, Adam Shapiro, el brasileño Adriano Martins, sociólogo; Tilda Rabi, periodista argentina; los chilenos, Camilo Marks, crítico literario; Sergio Grez, historiador; Patricio Manns, músico y escritor; Alejandra Lastra, ex oficial Acnur; Roberto Manríquez, periodista; Cristina Quezada, licenciada en Historia.

También los mexicanos, doctora Margarita Peña, Premio Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Filosofía y Letras (México); Ifigenia Martínez ex directora Facultad de Economía, Unam; Tatiana Sule facultad de Filosofía y Letras Unam (México), doctor Julio Boltvitnik, Colegio de México, doctor Alejandro Nadal, Colegio de México, doctor Axel Dddriksson, ex secretario de Educación Gobierno del Distrito Federal; Elena Poniatowska, escritora y Juan Villoro, escritor, entre otros.

Chile: una revolución en marcha…

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Manuel Cabieses · · · · ·
29/08/11

“Las desigualdades en Chile son excesivas, inmorales, intolerables”.
SEBASTIAN PIÑERA, presidente de la República
(Discurso en el 80º aniversario del diario “La Segunda”, 27 de julio de 2011)

Resulta difícil para muchos aceptar que en Chile estamos viviendo una verdadera revolución, en este caso un proceso de profundos cambios que llevarán a término la democratización que dejó a medio camino la hoy agonizante Concertación de Partidos por la Democracia. Como toda revolución verdadera, es diferente y sorprende incluso a sus propios actores, pero sobre todo, a las fuerzas conservadoras encargadas de mantener incólume, a sangre y fuego, el orden heredado. Así ocurrió en Chile en 1970, y vuelve a suceder hoy en condiciones bien diferentes. Esta revolución -con un sello juvenil e imaginativo- no pretende derrocar al gobierno ni tomar el poder, ni reemplazar el sistema capitalista por otro más justo que no se sustente en la propiedad privada de los medios de producción. Aún no es hora.

La palabra “revolución” para definir al bullente movimiento de estudiantes que desde hace tres meses conmueve al país, no es excesiva. Los jóvenes han tomado las banderas de la protesta social de amplios sectores -incluyendo las usualmente pasivas capas medias-, y las han proyectado al futuro, libres de todo reduccionismo dogmático y del cálculo pequeño que ha envilecido la política nacional. Basta observar el cambio producido en el plano de las conciencias. El pensamiento revolucionario ha ganado su primer y más importante enfrentamiento: nadie hoy se atreve a poner en duda la legitimidad de las demandas estudiantiles y ciudadanas.

Un avezado revolucionario como Fidel Castro, sostiene que la “batalla de las ideas” es el principal desafío al que están convocados los rebeldes de nuestro tiempo. Allí fue, en efecto, donde sufrimos nuestras derrotas más importantes. El caso de Chile es muy aleccionador. La generación de los 70, cuyos sobrevivientes -partidos, grupos y personas- sólo pueden aspirar hoy al honroso papel de ponerse a disposición incondicionalmente de los nuevos liderazgos político-sociales, sufrió la pérdida de miles de compañeros y compañeras muy valiosos. Pero fue en lo ideológico donde la derrota fue aún peor. Son los nietos de aquella generación los que han tomado en sus manos el testimonio actual de la eterna lucha por la justicia, la solidaridad y la igualdad de derechos de los ciudadanos. La protesta social que encabezan los estudiantes -a la espera que los trabajadores asuman su rol histórico-, ha logrado instalar la necesidad de un cambio profundo en Chile. Se ha producido lo que hasta hace pocos meses se consideraba imposible: que una clara mayoría comparta la idea de que el modelo económico, social, institucional y cultural que instauró la dictadura de generales, almirantes y grandes empresarios tiene que ser modificado hasta en sus raíces para abrir paso a la justicia social. Esta demanda por el cambio, a partir de la exigencia de igualdad de derechos en la educación, basada en una vigorosa denuncia de la desigualdad y discriminación que padece nuestro pueblo en educación, salud, vivienda, salarios, etc., se ha producido en un país de América Latina alabado como ejemplo por su modelo de economía de mercado. Por eso el cambio que tiene lugar en Chile en estos días, como fruto de una sostenida protesta social que se dimensiona como una revolución, ha sorprendido al mundo. Pero también a muchos chilenos privilegiados por el sistema que no percibieron la indignación que estaba fermentando en las entrañas de la sociedad. Hoy, después de tres meses de movilizaciones estudiantiles pacíficas -pero agredidas por el atropello policial- es difícil encontrar defensores a ultranza del modelo o que nieguen lo justo del reclamo de poner fin al lucro en la educación. Hasta el presidente de la República, el connotado empresario Sebastián Piñera, cuya fortuna asciende -dicen- a 2.400 millones de dólares, admite los “grados excesivos de desigualdad” social que existen en este país y que a él le correspondería intentar corregir. Lo mismo opinan políticos, empresarios y autoridades eclesiásticas que desde la derecha y la Concertación intentan apagar el incendio y salvar sus privilegios. Ellos balbucean su miedo ofreciendo mediaciones, reformas constitucionales y -quizás- hasta tributarias si los apretan un poco.

El temor y desorganización de las clases dirigentes revelan cómo la batalla de las ideas se está resolviendo a favor del cambio. La institucionalidad ha entrado en una etapa en que algunos de sus usufructuarios alertan sobre el peligro de la ingobernabilidad, y otros -en franco estado de pánico- invocan como de costumbre a las fuerzas armadas para encargarse del trabajo sucio que creen inevitable. Los administradores del sistema saben que la revolución democrática y desarmada -que rescata los valores y derechos del ciudadano- pondrá fin al modelo neoliberal y sus huellas se prolongarán en el tiempo. Con esta revolución juvenil y creadora ocurrirá lo que sucedió con el cambio cultural de los años 60, con el movimiento hippie, las repercusiones de la revolución cubana y de la guerra de Vietnam, la independencia de los países africanos y asiáticos, las jornadas de mayo del 68, en Francia, y la “primavera de Praga”. Porque esta revolución en Chile ha dejado al descubierto las tripas del sistema neoliberal, sumando evidencias lacerantes a la crisis global que experimenta el sistema. La revolución encabezada por los jóvenes chilenos es creativa, plural y sorprendentemente ideológica en el más limpio sentido de la palabra. No obstante su fuerza, no tiene un destino asegurado. Puede sufrir considerables dificultades si termina atrapada en una institucionalidad hábil en hacer trampas y en cooptar al movimiento social. Sin embargo, las demandas de hoy en educación, salud, derechos sociales y políticos, no tienen solución en el marco de la actual Constitución. Hay que volcar esfuerzos en avanzar hacia una Asamblea Constituyente que elabore y plebiscite la nueva Constitución democrática de Chile. Ese camino se puede ver hoy con más optimismo, ha nacido un espíritu que lucha por ideales que parecían perdidos. Se están trazando las líneas de un nuevo Chile que recoge, sin decirlo y hasta olvidándolo, el sedimento de muchas luchas victoriosas y derrotas terribles, de ejemplos buenos y malos que no están -felizmente- en el primer lugar de las preocupaciones de los jóvenes que se vuelcan al futuro y a la esperanza de un cambio. Hay en nuestra dispersa Izquierda un agotamiento de lenguaje, de ritos y exterioridades que debe ser asumido conforme a los ejemplos que están dando los jóvenes. Ideas nuevas para problemas viejos y criterios novísimos para los fenómenos emergentes.

Algunas demandas pueden resolverse ahora mismo, si se mantiene la presión para lograrlo. Otras tomarán más tiempo, como la Asamblea Constituyente. Hay demandas más complejas, como la renacionalización del cobre, entrabada tanto por la Constitución actual como por las leyes orgánico-constitucionales y hasta por los tratados de libre comercio suscritos por los gobiernos de la Concertación. Lo importante es que lo central está conseguido: se ha puesto en cuestión un modelo de dominación que se creía inamovible. El rechazo al lucro en todas aquellas cuestiones fundamentales para el individuo y su familia, el respeto pleno al medioambiente, la vigencia absoluta de los derechos humanos, la representatividad efectiva del sistema democrático y de los mecanismos de consulta directa a la ciudadanía, el derecho a la participación, se han instalado como objetivos legítimos en la conciencia ciudadana. La “clase política” no podrá seguir rehuyendo su responsabilidad de ayudar a abrir paso pacíficamente a la nueva época que quiere vivir Chile. El cambio sólo asusta a la derecha económica y política y a las cúpulas concertacionistas que validaron los remiendos de la Constitución dictatorial, y que cifraron sus esperanzas de estabilidad y ascenso social en éxitos macroeconómicos, olvidando que su precio era la desigualdad y la marginación de grandes sectores que ahora hacen oír su potente voz y que exhiben su enorme fuerza.

Manuel Cabieses es el Editor de la revista chilena de izquierda Punto Final.

Chile: Revolución anti-neoliberal social/estudiantil

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Manifiesto de Historiadores

Las calles, plazas y puentes de todas las ciudades a lo largo de Chile se han transformado en las arterias donde fluyen y circulan miles de estudiantes y ciudadanos, entonando y gritando las demandas por cambios estructurales en la educación los que, a su vez, exigen cambios sustanciales en el paradigma económico, en el carácter y rol del Estado y en su conjunto, en el pacto social constitucional del país. Desde hace meses las movilizaciones no han cesado, recuperándose y adaptándose algunas consignas de antaño, cantándose nuevas que apuntan críticamente al corazón del modelo social y económico financiero neoliberal actual: el mercado, el crédito, el endeudamiento, el lucro, la inequidad social y educativa. Y si bien inicialmente parecía que se hubieran abierto, al fin, las Alamedas, marcando la llegada de la hora histórica anunciada por el discurso final de Allende, el desarrollo de los acontecimientos con el recrudecimiento de la represión policial, las amenazas y amedrentamiento a los/as dirigentes estudiantiles por parte de adherentes oficialistas y la actuación provocativa de policías encapuchados infiltrados de civil, nos recuerdan que estamos en un régimen político dirigido por la derecha chilena, heredera de las prácticas de la dictadura militar y verdadera fundadora del régimen neo-liberal que busca resguardar. Y mientras los jóvenes copan el cuerpo de Chile y la represión enfurece, suenan los cacerolazos del apoyo ciudadano, recordando el tiempo de las protestas. Si no ha llegado aún el tiempo de las alamedas, ha brotado con fuerza la voluntad de poder de la nueva generación para presionar sobre ellas hasta lograr su verdadera Apertura histórica.
 
 
* * *
 
 
Los que realizamos el oficio de historiar nos preguntamos acerca del carácter de este movimiento y del significado de su irrupción histórica. ¿Se trata de una fase más del movimiento estudiantil post-dictadura? ¿Corresponden sus demandas a reivindicaciones básicamente sectoriales? ¿Cuál es la forma de hacer política de este movimiento? ¿Qué relación tiene este movimiento con la historia de Chile y su fractura provocada por el golpe armado de 1973? ¿Cómo se articula este movimiento con el camino y orientación de la historicidad secular de Chile? ¿Qué memoria social y política ciudadana ha activado la irrupción callejera y discursiva estudiantil? Si bien es arriesgado responder a estas preguntas cuando se trata de un movimiento en marcha, los que aquí firmamos lo hacemos como una necesidad de aportar desde la trinchera de nuestro oficio, con la plena convicción de que estamos ante un acontecimiento nacional que exige nuestro pronunciamiento, sumándonos a tantos otros que se han realizado y se realizan cotidianamente desde distintos frentes institucionales, gremiales y civiles.

 

1. Consideramos, en primer lugar, que estamos ante un movimiento de carácter revolucionario anti-neoliberal. Las demandas del movimiento estudiantil emergen desde la situación específica de la estructura educativa del país, basada en el principio de la desigualdad social; una transformación a esta estructura –como bien lo dicen los gritos callejeros- exige un cambio sistémico en el modelo neo-liberal, que hace del principio de desigualdad (fundado en la mercantilización de todos los factores y en la consiguiente capacidad de compra de cada cual) la clave ordenadora de las relaciones sociales y del pacto social. Correspondiente con este principio de ordenamiento, la figura política del Estado neo-liberal se perfila como un aparato mediador, neutralizador y garante, a través de sus propias políticas sociales, de dicho principio des-igualitario; estructura económico-política sustentada en la escritura de una carta constitucional legitimadora de dicho principio. No es de extrañar, así, que el movimiento estudiantil actual encuentre un tan amplio respaldo ciudadano: en la categoría dicotómica de “deudores” respecto de un grupo legalmente abusivo y corrupto de “acreedores”, se encuentra la mayoría de los chilenos que grita y cacerolea su apoyo a los estudiantes: porque los estudiantes no son solo “estudiantes” sino que son ellos mismos en tanto deudores. Porque no sólo los estudiantes viven en el principio de la desigualdad, sino la mayoría social chilena actual lo sufre en carne propia. Lo social particular y lo social general se auto-pertenecen y se auto-identifican mutuamente en una unidad que se construye y se concientiza sobre la marcha. Así, el movimiento estudiantil, aparentemente sectorial, constituye un “movimiento social” que, al tocar el nervio estructurante del sistema, irradia e identifica a la sociedad civil ampliada, reproduciendo socialmente la fuerza de manifestación de su poder, descongelando el miedo y aglutinando los discursos y las prácticas fragmentadas. Es decir, el movimiento estudiantil actual tiene un carácter radical en cuanto busca revertir el principio neoliberal de la desigualdad que construye la sociedad actual, por el principio de la igualdad social (basado en un sistema de “derechos sociales ciudadanos”), promesa irrenunciable de la modernidad, a pesar de cualquier post/modernidad; principio que, desde la esfera educativa chilena, se propaga como fragancia de nueva primavera a todas las esferas de la sociedad.

2. Este movimiento ha comenzado a recuperar lo político para la sociedad civil, poniendo en cuestionamiento la lógica de la política intramuros, y con ello el modelo de seudo-democracia y legalidad que no ha cortado el cordón umbilical con la dictadura. Se trata de una política deliberativa en el más amplio sentido de la palabra, que trasciende los esquemas partidarios (a pesar de las militancias personales de algunos dirigentes). El movimiento muestra cómo, a través de la orgánica de las bases movilizadas, con el apoyo de las redes comunicacionales (“política en red”), se ejerce el poder de las masas en el escenario público, presionando por la transformación de las estructuras. Este hecho está replanteando los fundamentos del cambio social histórico, cuestionando las modalidades verticalistas y representativas, propias de la premisa moderna, propiciando activamente formas de democracia directa y descentralizada. Por otra parte, respecto de la relación del movimiento con el sistema político y el gobierno actualmente imperante, este movimiento corresponde a un nuevo momento de su trayectoria histórica posdictadura, en el cual la vinculación con la institucionalidad se realiza básicamente desde la calle, no habiendo entrado a la negociación institucional dada al interior de los recintos gubernamentales. Desde esta perspectiva, lo nuevo de este movimiento es la “política abierta” o “política en la calle” que, al mismo tiempo que permite mantener el control del territorio propio de la sociedad civil, difunde y transparenta su discurso, su texto y sus prácticas a plena intemperie, ante toda la ciudadanía. La política clásica de los gobiernos concertacionistas de “invitación al diálogo” se ha vuelto una trampa ineficaz, manteniendo el movimiento social actual la fuerza de sus propias prácticas de poder. Así, las movilizaciones estudiantiles y sociales que hoy se desarrollan a partir de las demandas por la educación, no sólo ciudadanizan lo educativo y lo sitúan como base fundamental del proyecto de sociedad, sino que dan cuenta de la crisis del sistema político, cuestionando y transgrediendo la “democracia de los acuerdos”, consagrada como principal herramienta para neutralizar y postergar las demandas sociales. Esta nueva política encuentra su expresión manifiesta en un tipo de protesta social que rompe los marcos impuestos tanto por la cultura del terror de la dictadura, como la del “bien mayor” de la transición. A través de una incansable apropiación del espacio público y, en general, a través de prácticas corporales de no-violencia activa, el movimiento ha generado múltiples acciones culturales en un lenguaje rico, plástico, inclusivo y audaz que interpela el cerco de la represión policial y de los medios que criminalizan la protesta.

3. Si bien este movimiento corresponde a un momento nuevo de la política y de la historia social posdictadura, este sólo puede comprenderse desde la perspectiva más amplia de la historicidad siglo xx en Chile. En el curso de ésta, la equidad educacional junto a las limitaciones legales impuestas al capitalismo anárquico, habían alcanzado una maduración estructural en los años ‘60 y ‘70, siendo este proceso abortado con el golpe del ’73 en su fase de plena consolidación. El movimiento social estudiantil actual es expresión de la voluntad y del acto de recuperación de esa hebra rota de nuestra historicidad. Es la irrupción del brote de la semilla que fue pisada y soterrada por la bota dictatorial y el neoliberalismo. Es el renacimiento, en la nueva generación, del sueño y voluntad de sus padres de fundar una sociedad basada en la democracia, la justicia social y los derechos humanos fundamentales, de los que la educación es uno de sus campos más fértiles. En efecto, el pacto social educativo alcanzado en los ’60 y ’70 fue el fruto de una larga lucha dada por muchas generaciones desde mediados del s. xix. Proceso y lucha que consistió básicamente en la voluntad política progresiva de arrancar los niños proletarizados en el mercado laboral, para escolarizarlos, como una vía hacia una sociedad más equitativa y como un camino de emancipación social y cultural. Este trayecto histórico, que involucró a toda la sociedad, alcanzó a producir semillas que fructificaron en las décadas del ’60 y ’70 cuando el Estado y la sociedad civil hicieron del pacto social educativo uno de sus más caros proyectos de construcción de nueva sociedad democrática. Es ese proceso el que hoy irrumpe nuevamente en el discurso y en la práctica del movimiento estudiantil. Se trata de una generación que no acepta volver a ser objeto de mercado al que deban proletarizarse sin mas, ya por la vía del endeudamiento o de una educación de mala calidad. Lo que está en juego y que hoy se encarna en este movimiento, es el “proyecto y pacto social educativo republicano/democrático” chileno, como principio ético-político de igualdad social. Aquí radica la densidad histórica de este movimiento, produciendo, a su paso, una irrupción de memoria histórica en el seno de la ciudadanía: la memoria de los padres y abuelos que marchan y cacerolean su apoyo a la nueva generación que está recogiendo y tejiendo a su modo la hebra de nuestra historicidad. Así, en su triple carácter dado por su alcance revolucionario anti-neoliberal, por la recuperación de la política para la sociedad civil y por su conexión con la historicidad profunda del movimiento popular de Chile contemporáneo, el actual movimiento ciudadano que los estudiantes de nuestro país aparecen encabezando con fuerza, decisión y clara vocación de poder, recoge y reinstala las dimensiones más consistentes que la frustrada transición chilena a la democracia sacrificó.

* * *

A través de estas breves reflexiones este grupo de historiadores/as chilenas, con el apoyo de mucho/as, saludamos al movimiento estudiantil y adherimos a las reivindicaciones estructurales que ellos han instalado sobre la política chilena. Saludamos y nos sumamos a las demandas de Asamblea Constituyente. Al mismo tiempo, invitamos a no ver a este movimiento actuando en la sola coyuntura de este gobierno de derecha, sino a tomar conciencia de que este es un momento de un proceso histórico ya en marcha, cuyo principal fruto sin duda será dejar instalada definitivamente la demanda de las reformas estructurales al neoliberalismo, como irrenunciable voluntad de poder de la ciudadanía y como agenda indispensable de los proyectos políticos inmediatos y porvenir.

agosto del 2011

Comité Iniciativa:

Karen Alfaro Monsalve
Fabián Almonacid Zapata
Pablo Artaza Barrios
Mario Garcés Durán
Sergio Grez Toso
M. Angélica Illanes Oliva
Alexis Meza Sánchez
Ricardo Molina Verdejo
Julio Pinto Vallejos
Gabriel Salazar Vergara
Verónica Valdivia Ortiz de Zárate

Historiadores/as, Profesores/as y Estudiantes de Historia:

– Mario Valdés Vera, Magíster en Historia, académico Universidad de Concepción
– Pablo Aravena Núñez, Historiador y Magíster en Filosofía, académico Universidad
de Valparaíso/Universidad Viña del Mar
– Margarita Iglesias Saldaña, Historiadora, Directora de Relaciones Internacionales
Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile
– Pablo Pozzi, Doctor en Historia, Profesor Titular Plenario, Universidad de Buenos
Aires
Francisco Zapata, Doctor en Sociología, académico Colegio de México
– Juan Carlos Gómez Leyton, Posdoctorado en Estudios Latinoamericanos UNAM,
Director Doctorado en Procesos Sociales y Políticos en América Latina Universidad
ARCIS.
– Jorge Pinto Rodríguez, Dr. en Historia, académico de la Universidad de La
Frontera, Temuco.
– José del Pozo, Historiador, académico del Departamento de Historia, UQAM
(Université du Québec à Montréal), Canada
– Lessie Jo Frazier, académica Indiana University
– Alison Bruey, Historiadora, académica University of North Florida
– Alberto Díaz Araya, Etnohistoriador, Doctor y Magíster en Antropología, Jefe de
Carrera Pedagogía en Historia y Geografía de la Universidad de Tarapacá.
– Patrick Puigmal, Doctor en Historia, Director del Magister en Ciencias Humanas,
mención en Historia y Director del Programa de Estudios y Documentación en
Ciencias Humanas, Universidad de Los Lagos.
– José Luis Martínez Cereceda, académico Universidad de Chile.
– Rubén Kotler, Historiador, Universidad Nacional de Tucumán – Argentina
– Mario Ayala, Profesor Cátedra de Problemas Latinoamericanos Contemporáneos,
Departamento de Historia, Universidad de Buenos Aires.
– Miguel Caro Ramos, Profesor de Historia y Geografía, Director Departamento de
Educación Universidad ARCIS
– Cecilia Hernández Sandoval, Profesora de Historia y Geografía, académica de
la Universidad del Bío-Bío, Chillán.
– Iñaki Moulián Jara, Profesor, Universidad Austral de Chile
– Sebastián Leiva Flores, Magíster en Historia, académico Universidad ARCIS –
USACH
– Nelson Castro Flores, Doctor © en Historia, Jefe de Carrera de Historia,
Universidad Viña del Mar y académico de la Universidad de Valparaíso.
– César Leyton Robinson, Doctor © en Historia, Universidad de Chile.
– Myriam Olguín Tenorio, Historiadora, ECO Comunicaciones, académica de la
Universidad Raúl Silva Henríquez.
– Carmen Gloria Bravo, Doctora en Historia, académica de la Universidad de
Santiago de Chile.
– Daniel Palma Alvarado, Doctor en Historia, Coordinador Magíster en Historia y
Ciencias Sociales Universidad ARCIS
– Graciela Sapriza. Historiadora y docente Centro de Estudios Interdisciplinarios
Uruguayos, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de
la República – Uruguay.
– Robinson Silva Hidalgo, Doctorando en Historia de América, Universidad de
Barcelona
– Rolando Álvarez Vallejos, Doctor en Historia, académico Universidad de Santiago
Ximena Valdés Subercaseaux, Doctora en Estudios Americanos, académica
Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Directora CEDEM.
– Enrique Fernández Darraz, Historiador y Doctor en Sociología, académico
Universidad Alberto Hurtado.
– Carlos Sandoval Ambiado, Doctor en Historia, académico Universidad de Los
Lagos, sede Santiago.
– Ulises Cárcamo Sirguiado, académico Universidad de Chile.
– Alberto Harambour Ross, Historiador, académico Universidad Diego Portales
– Álvaro Ramis Olivos, Doctorando en Ética y Democracia, Universidad de Valencia-
España.
– Giovanni Díaz Villouta, Profesor de Historia y Geografía, Miembro Taller de
Ciencias Sociales “Luis Vitale”
– Ricardo Vargas Morales, Magister en Historia.
– José Luis Cifuentes Toledo, Profesor de Historia y Geografía, miembro Taller de
Ciencias Sociales, Luis Vitale Cometa.
– Alicia Salomone, Historiadora, Directora Departamento de Literatura, Universidad
de Chile.
– Jorge Benítez González, Magíster en Historia y Ciencias Sociales, Coordinador
Académico Escuela de Historia y Ciencias Sociales, Universidad ARCIS.
Jaime Massardo, Doctor en Historia, académico de la Universidad de Valparaíso.
– Manuel Loyola Tapia, Doctor Historia, Director Edición Universitaria.
– Horacio Gutiérrez, Doctor en Historia, Universidad de Sao Paulo, Brasil.
– Patricio Herrera González, Magíster en Historia, Centro de Estudios Históricos, El
Colegio de Michoacán, Zamora, México.
– Luis Corvalán Márquez, Doctor en Estudios Americanos, académico del Instituto de
Historia y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso y de la Universidad de
Santiago de Chile.
– Ángela Vergara, profesora asociada del Departamento de Historia, California State
University, Los Ángeles, California, Estados Unidos.
Cristina Moyano Barahona, Doctora en Historia, académica del Departamento de
Historia, Universidad de Santiago de Chile.
– Sergio Astorga, académico Universidad Nacional de Cuyo – Argentina
– Fabio Gabriel Nigra, académico Universidad de Buenos Aires
– Omar Turra Díaz, Doctor en Educación, Jefe de Carrera Pedagogía en Historia y
Geografía de la Universidad de Concepción
– Paula Raposo Quintana, Profesora de Estado en Historia y Geografía, Universidad
Academia de Humanismo Cristiano
– Milton Godoy Orellana, Doctor en Historia, académico Universidad Academia de
Humanismo Cristiano.
– Augusto Salinas, académico Universidad Academia de Humanismo Cristiano –
Programa de Investigaciones e Intervenciones Territoriales, Núcleo de
Investigaciones en Educación Geográfica.
– Cindy Corrales Valencia, Profesora de Estado en Filosofía y Licenciada en
Educación USACH, Colectivo Diatriba.
– Miguel Silva, Historiador.
– Carlos Gutiérrez Palacios, Licenciado en Historia y Magíster en Ciencias Militares,
Coordinador Instituto de Estudios MAIZ.
– Carlos Ruiz Rodríguez, Profesor universitario – investigador Universidad de
Santiago de Chile.
– María Soledad Jiménez Morales, Profesora de Historia, Geografía y Educación
Cívica, académica de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
– Wladimir Urriola González, Profesor de Historia, Saint Gaspar College, Santiago.
– Iván Ljubetic Vargas, Historiador, Centro de Extensión Luis Emilio Recabarren.
– Fabián Cabaluz, Profesor de Historia y Geografía y Ciencias Sociales, UMCE,
Colectivo Diatriba.
– Felipe Cabaluz Rodríguez, Profesor de Historia y Geografía – Magíster (c) en
Historia de América Latina, Colectivo Diatriba.
– Roberto Berrios, Profesor de Historia, Gografía y Ciencias Sociales, UMCE,
Colectivo Diatriba.
– Rene Olivares, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, UMCE,
Colectivo Diatriba
– Mauricio Saraos, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, UMCE,
Colectivo Diatriba
– Cristian Olivares Gatica, Estudiante Pedagogía en Historia y Geografia UMCE,
Colectivo Diatriba
– Camila Silva, Profesora de Historia, Universidad Católica de Chile, Colectivo
Diatriba
– Marcela Cubillos Poblete, Historiadora, académica de la Universidad de La Serena.
– Lucía Valencia Castañeda, Profesora de Historia, académica Universidad de
Santiago de Chile.
– María Francisca Giner Mellado, Profesora de Historia, Magister (c) Estudios
Latinoamericanos, Universidad de Chile.
– Felipe Delgado, Magíster en Historia.
– Manuel Bastías Saavedra, Historiador, Magíster en Filosofía Política; Doctorando
en Historia, Universidad Libre de Berlín.
– Benjamìn Silva Torrealba, Historiador, Docente Universidad de Valparaíso,
Investigador INTE, Universidad Arturo Prat
– Mariana Mastrángelo, académica Universidad de Buenos Aires.
– Virginia Escobedo Aguirre, Antropóloga, Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social, México (CIESAS-DF).
– Malena López Palmetro, académica Universidad de Buenos Aires
Guillermo Lizama Carrasco, Doctorando en Geografía, Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM)
– Andrea Andújar, Historiadora, Universidad de Buenos Aires, Argentina
– Juan David Murillo Sandoval, Historiador e Investigador del Centro de Estudios,
Interculturales CEI de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali (Colombia).
– Esteban Campos, Historiador, Universidad de Buenos Aires – CONICET-CLACSO
– María Luisa Tarrés Barraza, académica e investigadora Colegio de México
– Alonso Serradell Díaz, estudiante de Máster Oficial en Ciudadanía y Derechos
Humanos: Ética y Política, Universidad de Barcelona.
– Dario Martini, académico Universidad de Buenos Aires
– Gladys Lizama Silva Historiadora y académica, Universidad de Guadalajara,
México
– Martha Bañuelos Cárdenas, académica Universidad Autónoma Metropolitana de
México (UNAM)
– Ana Paula de Teresa, Antropóloga Social, UAM-Iztapalapa, México D.F.
– Adriana Capaldo, Historiadora, académica Universidad Academia de Humanismo
Cristiano.
– Claudia Videla Sotomayor, Historiadora, Museo de la Memoria.
– Eduardo Cruzat Carrasco, Profesor de Historia y Geografía, académico y
Coordinador de Investigación y Docencia UOM-SD, Ecuador.
– Héctor Gómez Cuevas, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Magister (c) en
Ciencias de la Educación (PUC). Académico Escuela de Educación Inicial
Universidad Católica Raúl Silva Henríquez.
– Patricio Cisterna Alvarado, Profesor de Etnohistoria Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad Diego Portales.
– Danny Marcelo Ahumada Vargas, Profesor Universitario, Universidad de Santiago
de Chile.
– Máximo Sandoval Aguilera, Profesor de Historia y Geografía, Liceo Enrique
Molina Garmendia de Concepción.
– Rayén Gutiérrez C, Licenciada en Historia, Museo de la Memoria
– Egor Banda Peralta, Profesor de Historia y Ciencias Sociales
– José Joaquín Ovalle, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Museo de la
Memoria y los Derechos Humanos.
– Rodrigo Villa Pérez, Profesor de Historia y Ciencias Sociales.
– Marión Assis González, Profesora de Historia y Ciencias Sociales, I. Municipalidad
de Lo Prado.
– Voltaire Alvarado Peterson, Profesor de Historia y Ciencias Sociales.
– Álvaro Rojas Zamorano, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Colegio San
Agustín de Atacama, Copiapó.
– Jorge Fabián Cabaluz Ducasse, Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales,
Magister en Pedagogías Críticas, Universidad de Buenos Aires
– Dan Contreras Mena, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Pedagogo Social y
Dramaturgo, Liceo Bicentenario de Molina.
– Andrés Nilo Zepeda, Licenciado en Historia, Universidad de Chile
– Luis Thielemann Hernández, Becario Conicyt – Programa de Doctorado en Historia
– Universidad de Chile.
– Jeambleth López, historiador UACM
– Oscar Canales, Profesor de Historia, Universidad de Playa Ancha.
– Gabriela Ulloa Larenas, Profesora de Historia y Ciencias Sociales, Liceo Doctor
Alejandro del Río.
– Pablo Andrés Neut Aguayo, Profesor de Historia, Colegio Alto Palena.
– Alejandra Brito Peña, Historiadora, académica de la Universidad de Concepción.
– Hernán Felipe Rodas Vives, Estudiante de Pedagogía en Historia y Ciencias
Sociales, Universidad Austral de Chile.
– Daniela Díaz Gomila, Licenciada en Historia y Ciencias Sociales
– Alonso Neira Letelier, Licenciado en Historia y Ciencias Sociales.
– Marcelo Casals Araya, Magíster © en Historia
– Viviana Cárdenas Zúñiga, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales,
Universidad Austral de Chile.
– Ignacio Latorre Marín, Licenciado en Historia y Magíster en Educación,
Coordinador Docente Preuniversitario UC.
– Elías Sánchez González, Licenciado en Historia, Maestrando Historia y Memoria,
Universidad Nacional de La Plata, Argentina.
– Katherine Quijada, Licenciada en Educación.
– Oscar Arriagada, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Universidad
Austral de Chile.
– Manuel Bastías Urra, Profesor de Historia y Sociólogo, académico Universidad
Metropolitana de Ciencias de la Educación.
– Carlos Vivallos Espinoza, Profesor de Historia y Geografía, Doctorando en Estudios
Latinoamericanos, Universidad de Chile.
– Rodrigo Conejeros Olea, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Austral de Chile.
– Sergio Cárdenas Zambrano, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Magíster
Educación.
– Patricio Bascuñan M. Master en Historia Latinoamericana de la Universidad de
Toronto.
– Ulises Ortega, Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de
México
– Yerko José Monje Hernández, Estudiante de Pedagogía en Historia y Ciencias
Sociales, Universidad Austral de Chile
– Mauricio Villanueva Vallejo, estudiante de Historia, Universidad San Sebastián.
– Marcelo Martínez Aravena, estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales,
Universidad Austral de Chile.
– Karen Hinrechsen Prieto, Licenciada en Historia.
– Daniel Molina Álvarez, Escritor e historiador
– Javier Muñoz Rosales, Profesor de Historia, Colegio Nuestra Señora del Camino
– José Santis Cáceres, Profesor de Historia y Ciencias Sociales, Estudiante de
Posgrado Universidad de Buenos Aires.
– Herta Fierro Rivas, Profesora de Historia y Geografía.
– Jonathan Aguilera Monsalve, Profesor de Historia.
– Julieta Porflitt, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Universidad
Austral de Chile.
– Carolina Santelices Ariztía, Licenciada en Historia y Profesora de Historia y
Ciencias Sociales, Colegio Nuestra Señora del Camino
– José Luis Morales Muñoz, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Austral de Chile.
– Nicolás Lema, Licenciado en Historia, Estudiante de Filosofía, Universidad
Nacional de Australia
– Andrea Campos, Estudiantes Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales Universidad
Austral de Chile.
– Leonel Sánchez Torres, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Austral de Chile.
– Mauricio Villanueva, Estudiante de Historia y Ciencias Sociales, Universidad San
Sebastián.
– Víctor Berrocal Berrocal, Estudiante Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Universidad Austral de Chile.

Académicos, profesionales y estudiantes de otras disciplinas, ciudadanos en general:

Víctor Hugo de la Fuente, Periodista, Director de la edición chilena de Le Monde
Diplomatique
– Yanko González, Antropólogo, Decano Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Austral de Chile.
Elizabeth Subercaseaux, periodista y escritora.
– Marco Bravo, Sociólogo, Revista SurySur, http://www.surysur.net
– Facundo Leylaf Ona Vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Poetas.
Eduardo Aquevedo Soto, Sociólogo, Doctor en Economía, académico Universidad
de Valparaíso
– Mauricio Mansilla Muñoz, Profesor de Filosofía, académico Universidad Austral de
Chile.
– Rodrigo Cea Córdoba, académico Facultad de Educación Universidad de
Concepción.
– Gustavo Blanco Wells, Sociólogo, académico Universidad Austral de Chile.
Mario Lagomarsino Barrientos, Sociólogo, Doctor en Educación, académico
Universidad Católica Raúl Silva Henríquez
– Enrique Rivera García, académico Universidad de Granada – España
– Carmen Gloria Godoy R, Antropóloga, Docente Universidad Academia de
Humanismo Cristiano/Universidad Diego Portales.
– Sergio Toro Arevalo, académico Instituto de Filosofía y Estudios Educacionales,
Universidad Austral de Chile.
Jubel Moraga Rojel, Sociólogo, académico Universidad Austral de Chile.
– Gloria Ángela Niebles Gutiérrez, Psicóloga, académica Universidad Austral de
Chile
– Ana Traverso, académica Universidad Austral de Chile.
– Breno Onetto M., Profesor de Filosofía, académico Facultad de
Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile
– Verónica Zondek, Poeta.
– Alberto Moreno Doña, académico Instituto de Filosofía y Estudios Educacionales,
Universidad Austral de Chile.
– María Angélica Benavides Andrades, Psicóloga – Estudiante de Doctorado en
Psicología Social, Universidad Autónoma de Barcelona.
– Carlos Contreras Painemal, Dr. Antropología, Universidad de Lodz, Polonia.
– Rodrigo Rehbein Montaña, Antropólogo, Universidad Austral de Chile.
– Rodrigo Browne S, Periodista, académico Universidad Austral de Chile.
– Manuel Garcés, Ingeniero Civil, NGEMAB
– Ana Riquelme Reyes, Profesora de Español, Magíster (c) en Educación,
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.
– Jorje Lagos Nilsson, Periodista y escritor, Codirector de Revista SurySur,
http://www.surysur.net
– Javiera Carmona Jiménez, periodista, académica Universidad de Playa Ancha
– Colectivo Diatriba
– Aldo González Becerra, Investigador Científico, Centro de Biología Molecular
Severo Ochoa, CSIC España
– Yuly Mendoza, Socióloga, Universidad de Antioquia- Colombia.
– Anabella Grunfeld H, Profesora.
– Ana María Soto Bustamante, académica Universidad Metropolitana de Ciencias de
la Educación.
– Yuri Carvajal Bañados, Medico-Cirujano, Doctor (c) en Salud Pública, historiador
de la salud pública, Escuela de Salud Pública Facultad de Medicina Universidad de
Chile.
– Carlos Contreras Mezzano, ingeniero Civil, Presidente Club Científico de Peñalolén
– Francisco Veloso Ferrari, docente Instituto ARCOS.
– Ricardo Acuña, Contador, Roma Support Group
– Claudio Esteban Merino Jara, Trabajador Social, Doctorante en Ciencias Humanas,
Universidad Austral de Chile.
– Rafael Adolfo Contreras Mühlenbrock, Licenciado en Antropología Social y
Documentalista, académico Departamento de Antropología. Universidad de Chile
– Ana María Lea-Plaza Illanes, Estudiante del Doctorado en Literatura Brasilera,
Universidad Federal de Rio de Janeiro
– Eraldo Leme Batista, Doutorando em Educação pela Unicamp, Departamento de
Filosofia, História e Educação
– Mario Toro Vicencio, Traductor, Movimiento Talca con Todos y Todas
– Sady Aguila Llanquilef, Profesor, Estudiante Programa de Magíster en Educación,
Mención Política y Gestión Educativa, Universidad Austral de Chile.
– Doris Múñoz Carvajal, Profesora y Asistente Social.
– Anyela Gineth Chisaca Niebles, Estudiante de Obstetricia y Puericultura
Universidad Austral de Chile.
– Juan Pimentel Quiroz, Antropólogo.
– Anja Sybille Mendel Schwartz, Psicóloga, Universidad Diego Portales.
– Nadia Lepe Toledo, Profesora de Lenguaje y Comunicación y Estudiante de
Literatura Hispanoamericana Contemporánea, Universidad Austral de Chile
– Ricardo Casas Tejeda, Periodista – Escritor -Semiólogo, Estudiante Doctorado en
Ciencias Humanas, mención Discurso y Cultura, Universidad Austral de Chile
– Héctor Sandoval Torres.
– Jorge González, Jubilado.
– Dora Mayorga Aravena Profesora Académica de Lingüística exonerada
– Marcia Egert Laporte, Antropóloga Social, Universidad Austral de Chile.
– Sandra Tapia Ramírez, profesora.
– Raúl Rodríguez, Doctor en Química, Amster SA.
– Alicia Lira Matus, Técnico Jurídico, Presidenta de Agrupación de Familiares de
Ejecutados Políticos
– Amalia Lira Morales, Profesora.
– César André Pérez, Estudiante de Antropología Universidad Austral de Chile.
– María Francisca Soriano, Docente jubilada argentina.
– Luis Vásquez Fuentes, Estudiante de Antropología Universidad Austral de Chile.
– Federico Carrizo Torres, Profesor Universitario, Universidad de Los Lagos Campus
Santiago.
– María Elena Moreno Zañartu, Socióloga U.C.Valparaiso.
– Mtra. Ana María Sacristán, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América
de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Michelangelo Marques Torres, Escola Técnica Estadual de São Paulo e Unicamp.
– Felipe Jovani Tavares Moreira, ANEL São Paulo (Brasil).
– Alba Teresa Estrada Castañón, Investigadora del CEIICH UNAM.
– Cherie Zalaquett, doctoranda en estudios Americanos IDEA-USACH
– Jaime Posada Gómez. Profesor de sociología, Colombia
– Evelyn Navarrete Jaque, estudiante de Antropología, Academia de Humanismo
Cristiano.
– María Quiñelén M, investigadora – docente, UTEM
– Beatriz Torres, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Mtra. Bettina Gómez, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Lic. Ma. Cecilia Sandoval, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América
de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– C. Cristina Jiménez, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Martha Elena Montoya, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Norma López Suárez, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Maria Fernanda Carrillo, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Tania Paloma Hernández, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Norberto Emmerich, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Dra. Daniela Rawicz, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– C. Juan Manuel Struck, Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de
la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)
– Luis Ricardo Rojas Rivera, FES Acatlán México.
– Juan Carlos Rodríguez Arellano, Estudiante de Historia. U.A.M.I
– Eugenia Gutiérrez-Trejo Slim, Estudiante maestría urbanismo UNAM
– Irma Estrada Martínez, Posgrado en Defensa y Promoción de los Derechos
Humanos, Universidad Autónoma de la Ciudad de México
– Armando Acata Ortiz, Maestrante en Derechos Humanos, Universidad Autónoma
de la Ciudad de México (UACM
– Sirio López Velasco, Filósofo y docente universitario, Universidade Federal do Rio
Grande (Brasil)
– Andrés Aravena Moya, Sociólogo
– Marco Velázquez, Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México
– José Mendiola Esquivel, Becario de Investigación, Instituto de Investigaciones
Jurídicas
– Dr. José Claudinei Lombardi (Zezo), Coordenador Executivo do HISTEDBR,
DEFHE – FE – UNICAMP
– Ramón Cifuentes, Ingeniero Comercial.
– José Naranjo Estrada, Educador Popular, Kairós Educativo, Bogotá – Colombia
– Eliana Villegas, Trabajadora Social – Profesora de Filosofía, Directora de
Corporación ANCORA.
– Fernando Basualdo Delgado, Profesor de Estado en Filosofía.
– Evelyn Navarrete Jaque, Estudiante de Antropología, Universidad Academia de
Humanismo Cristiano.

Chile: debate sobre crisis educacional y perspectivas de la movilización estudiantil…

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Textos de Juan E. García-Huidobro, Mario Waissbluth, Fernando Atria y Gabriel Salazar

Juan Eduardo García-Huidobro y el delicado momento político:

“Los estudiantes tienen mucha más fuerza que antes, pero en base al chantaje no saldrá una solución”

El crispado clima social que se respira en el país y que vio su peack el jueves pasado es analizado por el experto, que ve en la escalada de protestas un tema que va mucho más allá de la educación. Si bien respalda las peticiones de los jóvenes, considera que es tiempo de abrir la puerta al diálogo, y considera acertada la decisión del Gobierno de no presentar una nueva propuesta, ya que asegura que en caso contrario “significaría que no hay Gobierno”.

por Claudia Urquieta Ch., El Mostrador

 

Hace cinco años Juan Eduardo García-Huidobro lideró el Consejo Asesor Presidencial para la Educación constituido por la entonces Presidenta Michelle Bachelet tras el “movimiento pingüino”, que al igual que hoy pedía reformas estructurales al sistema educacional.

En opinión del actual decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, las movilizaciones que por estos días vuelven a sacar a los jóvenes a las calles reflejan que el tema es “un problema estructural, ya que la demanda del 2006 es la misma. Con más amplitud, ya que esta vez está proyectada hacia la educación superior por el enorme crecimiento que ha tenido en los últimos años a partir del Crédito con Aval del Estado que permite el  ingreso a la  Universidad de mucha gente que antes no podía”.

-¿Qué coincidencias y diferencias ve en las demandas actuales y las del movimiento pingüino de 2006?
-Las demandas de 2006 y las de hoy se centran en dos focos que no se respondieron en la LGE  -que reemplazó a la LOCE- y que tampoco se resuelven satisfactoriamente en las propuestas que el Estado hace ahora. Pese a que hay muchas buenas e interesantes.

El primer foco es la educación pública que hoy adquiere más amplitud porque incluye a las universidades y el 2006 era sólo desmunicipalizar. El segundo foco es el problema del lucro. Esto se ve reforzado porque según la CEP, el 80% de los chilenos rechaza el lucro.

-¿Cuáles son las falencias que ve en las propuestas del Gobierno para responder satisfactoriamente a los estudiantes?
-Ni suprimir el financiamiento compartido ni el lucro están en la propuesta del gobierno. Por lo tanto se defiende la posibilidad de lucrar y se ve como algo bueno, defendiendo como un derecho de los padres el financiamiento compartido, lo que es ridículo, ya que la libertad de enseñanza es mi libertad para elegir la escuela, pero si cobro en esa escuela que elijo lo que hago es limitar el derecho de libertad de enseñanza. Se da una especie de choque entre el derecho a cobrar o pagar y el derecho de la familia a elegir la educación de sus hijos. Si los privados cobran, no puedo elegir. Por ende todo el esfuerzo para entregar subvención, justamente para abrir ese derecho a elegir, se pierde por el financiamiento compartido.

Si bien sí se toca la desmunicipalización, creo que la solución que propone el gobierno no resulta. No tiene piso, no es lo que se pide ni asegura la calidad ni bienes. A un problema de marca que no resulta luego de 30 años es absolutamente insuficiente sólo cambiarle la ropita.

-¿Considera viables las peticiones estudiantiles?
Lo que plantean los estudiantes es fundamentalmente un horizonte normativo hacia donde debiéramos caminar. Luego hay que ver a qué velocidad y por qué camino lo haremos, es más técnico. La primera pregunta es si es para allá donde queremos ir y en eso no hay acuerdo. Empezar a discutir si hay plata o no ahora me parece que no es lo importante, sino ver si esa educación es la que el país quiere. Los estudiantes creen que sí pero el Gobierno entiende que no.

-¿Y usted?
-Yo creo que sí.

Tiempo de negociar

-A su juicio ¿qué explica el alzamiento social que se ha visto estos días y que no incluye sólo a los jóvenes, sino escenas como los cacelorazos que no se escuchaban desde los 80’?
-Es que este es un problema no sólo de la educación  sino más profundo. Es el efecto de otras cosas como el sistema binominal, que nos ha llevado a un sistema político no representativo, rechazado por la ciudadanía, donde la mayoría de los jóvenes no están inscritos. El sistema político, que debiera dar confianza para que las cosas se solucionen, no la da. Los partidos están en caída libre, el Parlamento ídem, pero no podemos esperar una reforma política para solucionar los problemas educacionales. Esa solución política se debe dar, pero en lo inmediato hay que crear imaginativamente una fórmula donde se pueda conversar. Debiéramos inventar alguna solución con un grupo que de confianza para instalar una mesa de diálogo y trabajo. No podemos seguir con este gallito, porque puede haber una escalada de violencia complicadísima.

Si bien sí se toca la desmunicipalización, creo que la solución que propone el gobierno no resulta. No tiene piso, no es lo que se pide ni asegura la calidad ni bienes. A un problema de marca que no resulta luego de 30 años es absolutamente insuficiente sólo cambiarle la ropita.

Pero el 2006 se llegó a esa instancia y finalmente no hubo cambios estructurales…
-Ahí hubo un apuro en la negociación entre el gobierno y la oposición y no se dieron los espacios suficientes para sacar una ley con plena legitimidad. Se habrían tenido que incorporar dos cosas ya maduras: el tema de la educación pública y el lucro con la regulación del sector privado.

Entonces en este minuto entiendo la desconfianza. Por lo tanto no podría ser una comisión asesora. Ya se vio como insuficiente, porque se dieron consejos y opiniones pero al final lo que salió no era lo que la gente estaba pidiendo.

Pero hay que llegar a un entendimiento, hay que negociar y generar un espacio para ello. Los estudiantes están en su derecho de decir en qué puntos no cederán y el gobierno también. Tiene que haber alguien que le ponga cintura a la conversación para llegar a un tercer punto en el que sí nos pongamos de acuerdo.

-Los estudiantes se sienten bastante empoderados y con el sartén por el mango en cuanto al apoyo ciudadano, por lo que quizás el gobierno está en un pie más débil que ellos para negociar….
– Los estudiantes pueden sólo golpear la mesa, pero no tienen instrumentos para gestionar. Es cierto que tienen mucha más fuerza que antes para hablar con el Gobierno, pero en base al chantaje no saldrá una solución educacional. Me parece que no hay otra solución que no sea conversar. Si no inventamos un mecanismo para hablar con argumentos y democráticamente y no sólo con manifestaciones, no avanzamos.

-¿Y cree que la última propuesta del gobierno abre este espacio?
-El Gobierno ya dijo que no habrá una nueva propuesta. Creo que es lo que tiene que hacer. En el fondo tenemos que buscar mecanismos para conversarla. No puede ser que estudiantes se paren en la vereda del frente y no acepten las propuestas y quieren una tercera propuesta para unos días más. Si el Gobierno hace eso caería en las  encuestas al 10%. Significaría que no hay Gobierno.

Porque entiendo que estudiantes digan que están de acuerdo en 11 puntos y quieran conversar 8, y hay dos que rechazan terminantemente. Pero si dicen que rechazan todo es difícil entrar a trabajar así.

-¿Ve factibilidad en realizar un plebiscito, tal como el presidente de la Feuc, Giorgio Jackson y otros sectores han propuesto?
– Podría ser un camino. Pero en este tipo de temas tengo la impresión de que lo mejor es encontrar una mesa de diálogo mediada por algún grupo que tenemos que buscar y que genere las confianzas necesarias.

 

Por Mario Waissbluth, en El Post

Escribo esto con preocupación. Este vejete de 63 años se puso conservador. No quiero volver a los años 70-80, aunque yo la saqué barata, con un modesto exilio de 14 años sin torturas ni muertes en mi familia. No quiero volver a oler el humo de la intolerancia, los apedreos, las molotov y las desconfianzas de las guerras ideológicas.

Lo que hemos visto estos días comienza a oler a ingobernabilidad. Ante la pérdida de credibilidad del gobierno que muestran las encuestas, y la extrema debilidad y desprestigio de las conducciones políticas, florecen las intransigencias de los momios de izquierda y derecha que rememoran los 80 y de jóvenes que, comprensiblemente, actúan como muchos lo hicimos en esas mismas épocas. All the power to the people y que se jodan las instituciones.

Para salir del atolladero, es necesario recordar la historia. Chile fue uno de los teatros de batalla de la guerra fría entre los años 60 y 90. Fuimos peones de Washington y Moscú, daños colaterales en una guerra mundial.  El resultado fue el triunfo de uno de los modelos más neoliberales del planeta. Ni el Tea Party norteamericano, en sus sueños, aspiraría a un país como el que diseñaron nuestros Chicago Boys: bajísima carga tributaria, minimización y subsidiariedad del estado, liberalización de los mercados con casi total desregulación. El que tiene plata que se las arregle, pague la escuela de sus hijos, financie su jubilación y su seguro médico.

Para los pobres, quedó el chorreo que provendría del rápido crecimiento. No estoy hablando de gente perversa, sino con la convicción profunda de que es la mano libre del mercado lo que mejor funciona. El modelo marchó a la perfección, al más puro estilo neoliberal. Alta tasa de crecimiento del PIB y profundización de la desigualdad. El diseño del 73 está vigente el 2011. Lo que estos señores no comprenden es que la indignación no proviene de la cantidad de celulares que tiene la gente, sino de la sensación de inseguridad laboral, el endeudamiento hasta el cogote de los consumidores y universitarios, los engaños de La Polar, la irritación por el clasismo, la inequidad y la segregación social, que en Chile es obscena.

Lo reiteró recientemente Felipe Lamarca. Cito:
“Revienta la teta… y las trenzas del mundo político y corporativo están consternadas. Su propia perplejidad contribuye a alimentar las protestas. A las dirigencias políticas y empresariales les cuesta explicarse que esto ocurra en un país que efectivamente registra enormes progresos en el estrecho período de una generación. No les cuadra que si la economía está creciendo los chilenos estemos insatisfechos.”

Este fenómeno tiene su expresión más sensible en la educación. El tema más ideologizado posible. Me da igual si mi proveedor de agua potable es público o privado, mientras el agua sea barata y no tenga bichos. Pero no me da igual quién educa a mis nietos, puesto que no ha existido ni existirá nunca educación libre de ideologías, incluso en las escuelas públicas. La educación siguió el mismo patrón general del modelo chileno. Así como hemos tenido la tasa de crecimiento promedio más alta de América Latina y una inequidad obscena, tenemos el PISA más alto de América Latina y una segregación obscena, tanto en los resultados académicos como en  la composición social del alumnado en las escuelas y universidades. Apartheid educativo.

Tenemos, educacionalmente hablando, una Citroneta neoliberal diseñada en los 80, y los estudiantes nos sobrepasaron a todos los viejitos y dijeron: no queremos más Citroneta. Queremos un Volvo. Algunos más extremistas prefieren un LADA. El problema es que la secuencia de lo ocurrido -por ausencia de una política educativa clara del gobierno-  ha implicado que los fundamentalismos de izquierda y derecha se han ido tomando la cancha. Leo a Carlos Larraín diciendo que “me encanta el lucro en la educación, mientras más lucro mejor” o “no nos va a doblar la mano una manga de inútiles subversivos”, y veo a muchos estudiantes diciendo que es hora de destruir el sistema desde sus bases. Me dan tiritones.

Por otro lado, me sorprendí cuando leí al Presidente Piñera en un discurso reciente: “Los chilenos ya no toleran los grados excesivos de desigualdad… tenemos que repensar más profundamente cuáles son los objetivos del desarrollo… estamos pensando en un desarrollo integral, que tienen los países de la OCDE, los países de Europa, ese selecto y pequeño grupo de países sabios…” ¡Oh, sorpresa! El Presidente de la Alianza se nos puso socialdemócrata. Me imagino a ciertos UDI y RN partidarios del neoliberalismo recalcitrante rechinando los dientes.

Si la Concertación tuvo dos almas (estatista y socialdemócrata), la Alianza las tiene, y más desgarradas aún (Tea Party y socialdemócrata). De pronto, a algunos les afloran los resabios del autoritarismo y de sacar guanacos y lacrimógenas a la calle, y de reafirmación de la Citroneta educativa y socioeconómica más neoliberal del planeta. Otras voces (minoritarias) en la Alianza aceptan que la teta se está reventando, que se necesitaría una reforma tributaria, y cuestionan algunos de los aspectos más fundamentalistas de la Citroneta educativa ochentera. La Concertación, por su parte, en una confusión total, vacila entre el LADA y el Volvo y goza del sufrimiento del gobierno, sin entender que a estas alturas ya están jugando con fuego.

Así llegamos a la escalada de violencia e intransigencia de hoy. El severo error del gobierno, en el documento de respuesta a los estudiantes, fue dejar que primaran las convicciones del Tea Party y decir que la Citroneta ochentera se mantiene igual, pero repintada y con buenas bujías. Pero no aceptó siquiera poner en discusión los temas que están en el corazón del estudiantado: temas como el financiamiento compartido, la inaceptable y persistente destrucción de la educación pública, y la expansión indiscriminada y desregulada de la educación particular subvencionada. No les resulta posible  entender que la encuesta CEP diga que el 80% de los chilenos no quiere lucro en la educación. De pasada, los claramente insuficientes recursos financieros ofrecidos están cuidadosamente calculados para no tener que incrementar los impuestos, y no para mejorar significativamente la educación.

Esta respuesta estimuló la intransigencia de los grupos más ultras del estudiantado, y su respuesta se hizo, a su vez, más provocadora pero a la vez inaceptable: “Marcharemos por donde se nos plazca hasta que el gobierno nos entregue una propuesta que nos satisfaga. No nos sentaremos a conversar”. Más aun, algunos quieren demoler todo el modelo socioeconómico chileno porque a estos viejos de mierda no les creen nada (y con algo de razón). Para peor, la marcha de los estudiantes fue reprimida con singular alegría. La escalada suma y sigue, crónica de más lacrimógenas anunciadas… para el placer de los nostálgicos de la conflictividad ochentera. Piden plebiscito, pero no saben de qué. Asamblea Constituyente, de quién sabe qué.

Mi postura de viejo conservador que no quiere seguir viendo tanquetas ni molotovs en la calle es simple: partamos por discutir sin precondiciones y a la brevedad la deconstrucción y reconstrucción del sistema educativo, pilar emblemático del modelo socioeconómico de Chile. De ahí en adelante vemos. No soy Piñerista, pero démosle algún crédito de veracidad a su inédito discurso de corte social democrático… que por cierto augura algo de sangre al interior de la Alianza.

Las bases de lo que hay que poner en discusión en educación parecen difíciles, pero no lo son tanto: ¿es legítimo persistir con el lucro en la educación?,  ¿hay maneras de transitar en forma no expropiatoria desde un modelo segregador y con fines de lucro a uno menos segregador y sin fines de lucro, por vías intermedias y graduales? A mi juicio, debemos continuar con un modelo mixto de provisión educativa, que le ofrezca distintas alternativas ideológicas a los padres, pero con una condición no negociable: en cada comuna de Chile debe existir una oferta de educación pública de calidad y gratuita que le ofrezca esa alternativa republicana a los apoderados, cueste lo que cueste.

El problema de la educación pública no es sólo cambiar el “mono institucional” de la educación municipalizada, sino también resolver su desfinanciamiento de arrastre, y tener una carrera docente digna, bien remunerada pero a la vez exigente. Asimismo, se requiere una mejor regulación y transparencia del sistema particular subvencionado, y el rediseño de un modelo de subvenciones que ya no resiste análisis. Por último, se debe discutir la disminución gradual pero inexorable del perverso invento concertacionista del financiamiento compartido, el componente más segregador de todo el modelo.

Todo eso se puede discutir sin cuchillazos. Si estuvimos al borde de la “ceremonia del adiós” durante la crisis MOP Gate, y afloraron los estadistas con soluciones constructivas en medio de una inminente ingobernabilidad, es perfectamente factible que hoy ocurra lo mismo. Mesa de diálogo educativo ahora, ya, sin precondiciones ideológicas por parte de ningún actor. Si han de haber plebiscitos o consultas vinculantes de cualquier naturaleza, deben ser conducidas por el Congreso y por nadie más.

El día que escuchemos al Presidente Piñera y el Ministro Bulnes diciendo: “habrá un esquema de provisión mixta, pero rescataremos la educación pública cuesta lo que cueste, independientemente de los errores del pasado”, cambiará el giro de la situación. Mi otro sueño: que los 180 mil profesores decidan inscribirse y participar de verdad en su Colegio Profesional, no sólo para pagar sus cuotas, sino para transformarlo en la institución gremial más prestigiada de Chile. Una institución que defienda la calidad, castigue conductas inadecuadas de algunos de sus miembros, proponga  alternativas a la discutible evaluación docente, metodologías novedosas de enseñanza y formación de directivos, y de habilitación docente para prestigiar su profesión. Solo entonces habremos dado, en el emblemático mundo de la educación, el primer paso de la transformación pacífica de la sociedad chilena: desde la Citroneta neoliberal al Volvo socialdemocrático que asoma en la mente de algunos integrantes de la Alianza y la Concertación.

El siguiente paso, una vez sacada la educación de la UTI: una discusión con altura de miras sobre la redefinición integral del sistema binominal, así como la democratización  y renovación generacional de los partidos. El estatismo ya murió y el neoliberalismo extremo hará correr sangre por las calles tarde o temprano. No hay escapatoria a un modelo social-democrático en Chile, y a la redefinición integral de las reglas del juego político.

 

in El Post

Por Mario Waissbluth (*)

Tres variantes del capitalismo. En el mundo capitalista existen, en simplista, tres subsistemas: el primero es el “americanista”, del cual algunos exponentes serían Thatcher, The Heritage Foundation y nuestros criollos Chicago Boys. Baja carga tributaria, subsidiariedad del Estado, en aras del crecimiento. Si hay pobres o indigentes (50 millones de norteamericanos), se les chorrean unos pesos para que no reclamen, aunque en realidad, el modelo norteamericano es casi socialista comparado con el chileno.

El segundo es el “social demócrata” tipo Finlandia o Nueva Zelanda, con mucho mayor carga tributaria y protección social. Modelo despreciado por los neoliberales chilensis como la peste, a pesar de contar con niveles de equidad y sistemas educacionales vastamente superiores. A pesar de sus cargas tributarias, muchas empresas noruegas, alemanas o suecas son altamente competitivas con las americanas, y sus ingresos per cápita similares o superando a USA.

El tercero es el “asiático”, como Japón o Corea del Sur, de menor carga tributaria que el segundo, una intervención fuerte del estado en la economía (lo que le causa soponcio a muchos próceres locales), y los abrumadoramente mejores niveles de equidad del mundo. Confucio metió su mano hace 2500 años, y no por casualidad una de sus frases más repetidas es: "En una sociedad donde hay buena educación, no hay distinción de clases". Copiarlos está difícil y la discusión chilena se mueve entre el mundo “americanista” y el “social demócrata”. En todo, incluyendo educación.

La educación en USA. Ojalá hubiera usted tenido la ocasión (y angustia) de ver el documental “Waiting for Superman”. Aplicando principios pasmosamente similares a los chilenos, la otrora famosa educación pública norteamericana viene cayendo en picada los últimos 50 años. Descenso en el test de PISA y otros indicadores, segregación socioeconómica, conflictividad gremial, lo que guste.

Un reciente informe de la Harvard School of Education, “Pathways to Prosperity”,  está auspiciado por Accenture y Kellogg Foundation. Los autores no militan en el mismo partido que Camila Vallejo, y las conclusiones son demoledoras: “El sistema americano que prepara a los jóvenes para llevar vidas productivas y prósperas como adultos está dañado severamente. Si fallamos en resolver agresivamente este desafío se va a erosionar el tejido social de nuestra nación… La matrícula en la educación superior ha estado aumentando progresivamente pero cerca de la mitad de los que ingresan desertan sin un título… Las lecciones de Europa sugieren fuertemente que programas vocacionales de alta calidad proveen excelentes rutas para que muchos jóvenes ingresen a la vida laboral”.

Nuestro “país modelo”, USA, fue pionero al inventar universidades con fines de lucro. Es congruente con su modelo socioeconómico. Transparentemente eso sí. Ninguna de ellas está entre las 100 mejor rankeadas del país, pero… la libertad es libre para vendedor y comprador. Lector neoliberal, no se me confunda. Muchas de las 100 mejores universidades americanas son privadas, pero son auténticamente corporaciones SIN fines de lucro. No distribuyen utilidades a sus fundadores ni a accionistas de inmobiliarias a través de cuchufletas.

Otro reporte, denominado sugerentemente “Subprime opportunity: The Unfulfilled Promise of For-Profit Colleges and Universities”.

No tengo nada en contra del mercado ni el lucro, especialmente en la venta de cepillos de dientes, cemento y automóviles. Pero la estructura de incentivos económicos en educación con fines de lucro, conduce casi inevitablemente a un cierto tipo de universidades o institutos de nula selectividad al ingreso, nula selectividad al egreso, alta deserción como daño colateral, alto gasto en marketing pagado por los alumnos, escasa actividad de construcción académica con visión de largo plazo, y una masa creciente de endeudados y frustrados.

La Polar Universitaria. Todo calza: el modelo socioeconómico chileno-norteamericano, el libertinaje del mercado, las nefastas consecuencias sociales. La analogía en Chile entre el escándalo de La Polar en el retail con el abuso a los 200 o 400 mil jóvenes que marcharon la semana pasada por La Polar Universitaria es feroz: “clientes” desinformados, que en una alta proporción no comprenden lo que leen ni lo que es una tasa de interés. En el retail les regalan una tarjeta de crédito, los inducen a comprar plasmas de $700 mil en 20 cómodas cuotas de $70 mil  y terminan ensartándolos de por vida a través de repactaciones (ni siquiera menciono las unilaterales).

En el caso universitario, además de tarjetas de crédito se regalan Ipads. El 40-50% de los egresados de media no entiende bien lo que lee ni qué es una tasa de interés simple o compuesta, no sabe que existe la acreditación de carreras, desconoce la tasa de deserción de la carrera que “compraron” y se les dice la tremenda verdad a medias de que tendrán un ingreso laboral mayor si compran un cartón con título. De 100 zorzales que caen, aproximadamente 40 va a desertar por razones académicas o económicas. De los 60 que logran el codiciado trofeo, una buena mitad va derecho al desempleo o a un empleo de $300 mil mensuales, con lo cual terminan ensartados con deudas por 20 años. Nuestros aranceles son en promedio superiores a los norteamericanos, y con menos financiamiento público. Luego, moros y cristianos presumen la manoseada frase: “el 70% de los estudiantes que están en la educación superior tienen padres que no asistieron a la universidad”. Por favor, digan la verdad, nada más que la verdad, pero TODA la verdad: el porcentaje de esas familias que van a salir golpeadas y/o con hijos que siguen sin entender lo que leen.

La Polar: llegar y llevar.

(*) Mario Waissbluth es presidente de la Fundación Educación 2020

 

Una propuesta para una educación chilena menos segregada

Por : Fernando Atria ,Publicado: 05.08.2011 en CIPER-Chile

Fotografía de Claudio Olivares

 

Tras analizar 10 lugares comunes falsos de la educación chilena, el profesor Fernando Atria culmina sus reflexiones con una propuesta que aborda un problema central: la segregación. Esto es, la existencia de escuelas para privilegiados y para pobres, y de un sistema que luego hace competir a los egresados de ambos establecimientos y afirma que esa competencia es meritocrática y justa. En su propuesta destaca varios aspectos interesantes: que los padres de verdad elijan el establecimiento al que irán sus hijos, impidiéndoles a los colegios seleccionar por dinero o desempeño, y que la educación la pague el Estado con un monto igual para todos los niños, sean éstos de clase media, pobres o ricos. Al poner el acento en la segregación, que no aparece como un problema en las propuestas del gobierno, Atria elabora una reflexión profunda sobre cómo hacer un sistema más libre para las familias y menos abusivo con los chicos que han nacido en la pobreza.

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El título de esta serie anunciaba que ella terminaría con una propuesta para hacer verdaderos los lugares comunes que se han analizado en estos días. Es importante entender cuál es el sentido de esta propuesta.

No se trata, desde luego, de imaginarse desde cero un sistema educacional alternativo y ofrecerlo aquí “llave en mano”, por así decirlo, de modo que sólo faltara enviar al Congreso el proyecto de ley respectivo. De hecho, en términos de “factibilidad política” tiendo a pensar que algo como lo que se dirá aquí y que ya se ha insinuado en las entregas anteriores de esta serie, es punto menos que imposible (aunque lo que es políticamente factible puede cambiar como consecuencia de la acción política, por lo que nuestros juicios actuales de posibilidad nunca pueden darse por definitivos).

El sentido de la “propuesta”, entonces, es hacer el ejercicio de mirar con cierta distancia lo que existe, lo que nos parece tan natural como el aire que respiramos, para ver que no es natural y que en principio podría ser distinto. Habiendo hecho este esfuerzo de mirar con distancia lo que acostumbramos dar por sentado, podremos ver de mejor manera lo falsas que son las promesas en las que el sistema educacional chileno descansa.

Porque el sentido de esta serie nunca fue el de identificar “mitos”, lo que constituye el deporte preferido de los que se presentan como “expertos” en educación. La razón por la que lo que esta serie ha intentado hacer no es “derribar mitos” es que los mitos son creencias enteramente falsas. Los lugares comunes que han sido considerados (o al menos algunos de ellos) no son en este sentido “mitos”. Son falsos, pero no enteramente falsos.

Son falsos porque invierten las cosas: presentan como fundado en la libertad de elegir a un sistema que niega libertad de elegir; como estructurado por un principio “progresista” de beneficio del pobre lo que es un sistema estructurado por un principio aristocrático de beneficio para el rico, etc. Pero precisamente porque lo que hacen estos lugares comunes es invertir las cosas, lo que hay que hacer es darlos vuelta de nuevo. Eso es lo que se intentará hacer aquí: invertir la inversión.

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El problema central del sistema educacional es su segregación de clase, lo que se produce por dos razones: en primer lugar, porque cada establecimiento puede cobrar una cantidad de dinero como condición de acceso. Esto implica que cada establecimiento deberá adecuar su oferta educativa a un “target” específico, el de las personas que pueden pagar esa cantidad de dinero. Los que tengan más dinero irán a un establecimiento que cobre más y los que tengan menos irán a otro que cobre menos. Lo primero entonces es proscribir el gasto privado en educación.

Pero la segregación puede introducirse de otros modos. Está también la selección de los alumnos de acuerdo a su rendimiento. Es sabido que, en términos agregados (no en términos individuales), prácticamente cualquier criterio de desempeño o logro está estrechamente correlacionado con la clase social. Basta mirar los resultados de cualquier medición para ver que hay una correlación estrecha entre cuna y desempeño (por supuesto existen las excepciones, pero eso no prueba nada políticamente relevante). Por consiguiente un sistema en el que los establecimientos pudieran seleccionar estudiantes tendería a producir la misma segregación que un sistema en el que los establecimientos pudieran cobrar lo que quisieran, pues eso también les permitiría adecuar su oferta a un “target” determinado, esta vez no por referencia a un precio de mercado, sino por referencia a un “proyecto educativo” determinado. Por consiguiente los establecimientos no deben poder seleccionar estudiantes. Pueden tener el “proyecto educativo” que deseen, desde luego, para así asegurar diversidad, pero la libertad políticamente fundamental es la de los padres de elegir, no la de los establecimientos de seleccionar.

¿Cómo podría organizarse un sistema educacional para que la promesa de que los padres pueden elegir, se haga efectiva? Si los establecimientos no pueden seleccionar, nos encontramos con un problema práctico. Pensemos en un colegio con fama de que posee muy buena educación. Es evidente que la cantidad de alumnos que querrán entrar ahí será mayor que el cupo. Hoy los colegios que tienen ese dilema lo resuelven a través del precio, del rendimiento académico o con la selección de las “mejores” familias. Mejores de acuerdo a lo que ellos crean que es “mejor” lo que puede por ejemplo ser que sean familias “bien constituidas”, cuyos padres sean profesionales, que estén dispuestos a involucrarse en la educación de sus hijos (es decir, que tengan un régimen laboral que les deje tiempo para eso), etc. Serán ellos los que asistirán al “buen” establecimiento, y los que no satisfagan esas condiciones deberán asistir al “mal” establecimiento. Pero es obvio que eso implicará que el mejor establecimiento se hará aún mejor, y el peor será todavía peor. El problema se agudiza y el sistema le da al que tiene y le niega al que no tiene.

Una solución alternativa a esa selección que hacen los colegios es un sorteo, como ocurre en algunos países desarrollados. Si hay 100 cupos y 200 postulantes, una tómbola distribuirá los recursos limitados sin fijarse en el apellido ni en el dinero de los postulantes. Un niño puede quedar afuera de un buen colegio por su “mala suerte”. Pero hoy queda afuera por el dinero de su familia o porque esta no cumple los requisitos que fija el colegio.

¿Y qué pasa con los privilegiados que quedan en un mal colegio, debido a su “mala suerte”? Los que tengan poder e influencia no se conformarán con esa situación y usarán ese poder e influencia para mejorar ese establecimiento. Esta historia puede terminar con un establecimiento de buena calidad y otro de mala calidad convergiendo, y no con uno de ellos hundiéndose en un espiral de marginalidad y baja calidad y el otro floreciendo.

Entre la selección por dinero y mérito y la selección a través de un sorteo, resulta evidente cuál es mejor método desde una óptica imparcial. Para verlo, basta que el lector se pregunte a sí mismo: si no supiera si mi hijo estará o no dentro del grupo de los que pueden pagar o satisfacer las exigencias del establecimiento o del otro grupo, ¿cuál de los dos modos de selección preferiría que se me aplicara?

3

Un sistema que estuviera estructurado de este modo, y sobre la base de este principio, sería un sistema en el que la libertad de elegir sería igual para todos, cosa que promete, sin cumplir, el actual modelo (ver lugar común N°1). El único límite de esta libertad sería que esa libertad esté disponible para todos.

Por ello es una condición imprescindible que la educación de todos sería financiada con cargo a rentas generales de la nación, lo que como hemos visto no tiene porqué ser regresivo si los ricos pagan desproporcionadamente impuestos (ver lugar común N° 2). Para comprenderlo mejor imaginemos que, tras el sorteo, al colegio prestigioso de nuestro ejemplo logró entrar un grupo socialmente variado en el que se encuentran hijos de gerentes, hijos de secretarias de gerencia e hijos de juniors de gerencia. Cada familia ha postulado a ese colegio porque estima que el proyecto educativo es el mejor disponible. Ninguno ha sido rechazado por el colegio. Solo ha pasado que como hay cupos limitados, ha sido materialmente necesario sortear los espacios ¿Cómo pagan ellos su colegiatura? Bueno, para impedir que el dinero de las familias actúe en la educación prolongando el privilegio de los más afortunados, todo el gasto debería ser estatal y equitativo. Imaginemos por ejemplo un “voucher”, que con tanto entusiasmo defienden los neoliberales. Imaginemos que la educación en Chile sólo se pudiera pagar a través de ese voucher. Es decir el hijo del empresario y el hijo del obrero contarían con un voucher del mismo monto para pagar la educación. Los colegios no podrían recibir otro aporte más que ese. Si hoy el Estado dispone de una subvención de 45 mil pesos, pues ese será el monto para educar a cada niño chileno.

¿Sería este un sistema en el que las personas no pueden usar sus recursos para mejorar la educación de sus hijos? Aquí hay que hacer la distinción introducida en el lugar común N°10, entre usar esos recursos fuera del sistema educacional y usarlos a través del sistema. En cuanto a lo primero, no hay restricción, ni podría haberla, pues los padres harán siempre lo mejor para sus hijos y prohibirles que les compren libros o que los lleven de viaje o al teatro, sería no entender lo que es la familia. En cuanto a lo segundo, podrían usar sus recursos pero solo de modos que beneficiarían a todos. Si el valor del voucher fuera insuficiente no podría complementarlo (eso beneficiaría sólo a su hijo), tendría que presionar para que se aumentar (lo que beneficia a todos).

No se quede el lector en los mecanismos concretos descritos sino en la idea que los anima. Un sistema educacional organizado de ese modo se transforma en un momento de comunidad, en el cual todos concurrimos como ciudadanos iguales. Hoy “Chile” es el nombre para dos países: uno de escuelas, consultorios y hospitales y otros de colegios, consultas y clínicas. Sólo cuando “la Roja” sale a la cancha podemos mirarnos unos a otros y reconocernos como vinculados por un interés común. Es enteramente insensato pensar que esto es algo que resultará beneficioso para todos: una sociedad de individuos aislados, cada uno de los cuales no ha tenido experiencia en socialización con otros distintos de él, cada día más desconfiados, cada día más asustados unos y más convencidos los otros de que los han hecho correr una carrera en condiciones de grosera desventaja. Es insensato pensar que un sistema educacional cada día más finamente segregado producirá algo distinto a cinismo, clasismo, racismo y un largo y ominoso etc.

Los establecimientos no deberían poder seleccionar, precisamente porque los niños, por sus capacidades de niños, por su voluntad de niños, no se merecen lo que reciben. Son radicalmente inocentes. No se trata de que los niños hayan de aprender que lo que hacen no tiene consecuencias, sino precisamente al contrario: para que puedan aprenderlo, es necesario que puedan sufrir las consecuencias de decisiones tomadas antes de que tengan las condiciones para decidir bien, lo que implica que esas consecuencias no pueden ser graves. Es inhumano un sistema estructurado sobre la base de premios o castigos a decisiones tomadas por individuos a quienes la ley misma no considera capaces de administrar su patrimonio. Decir que la educación es un derecho es precisamente decir que uno debe recibirla con independencia de que haya hecho algo para “merecerla”. El sistema propuesto trata a la educación como un derecho, a diferencia de lo que ocurre con el sistema chileno.

Si el sistema educacional tiende a la integración, como lo haría bajo las medidas propuestas, entonces podría decirse que el resultado diferenciado de los establecimientos muestra algo acerca de esos establecimientos y no acerca de los estudiantes que recibe y las condiciones bajo las cuales ha de funcionar, y que debe oponerse un “foco en el aula” (véase el lugar común N°8). Como está visto, el problema con estas ideas no es que ellas sean falsas en sus propios términos, sino que en las condiciones del sistema educacional actual ellas cumplen la función de ocultar detrás de un discurso de incompetencia local lo que no es sino una consecuencia de la segregación generalizada.

¿Qué hay de los profesores de desempeño deficiente (mencionado en el lugar común N°9)? Como hemos visto, no es aceptable que un establecimiento se limite a despedir a un profesor por su desempeño insuficiente. Eso no es sino una manera de perjudicar a otro establecimiento, el que contratará a ese profesor. Pero tampoco es razonable entender que un profesor no puede tener desempeño deficiente. Lo que debemos decir desde una óptica imparcial es que si su desempeño es verdaderamente insuficiente la consecuencia no puede ser que se le excluya de un establecimiento en particular, sino del sistema educacional completo: si no tiene un desempeño apto para desempeñarse en un establecimiento, no puede desempeñarse en ninguno. Es claro que esta decisión no puede quedar entregada unilateralmente a un director de establecimiento. Lo que es necesario es crear, quizás aprovechando lo que se ha construido sobre evaluación docente, un mecanismo de descalificación y recalificación profesional en el cual el informe del director despectivo ha de ser un insumo valioso, pero no decisivo.

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El sistema propuesto no exige acabar con la educación privada, porque es plenamente compatible con ella (ver lugar común N°10). Este es un punto central. El neoliberal que reclama que iniciativas privadas pueden cumplir funciones públicas tiene toda la razón. Lo que debe rechazarse es la pretensión adicional del neoliberal: que lo han de hacer sujetos al régimen de los privados. En el caso de los establecimientos educacionales, que los privados operen conforme al régimen de los privados implica que ellos pueden decidir a quién proveer del servicio educacional y a quién no, qué condiciones imponer como requisito para hacerlo y cuándo no exigirlas. Esto es lo que introduce en el sistema una tendencia inevitable a la segregación. Si los privados han de cumplir funciones públicas, deben hacerlo sometidos al régimen del Estado. El Estado no puede poner condiciones a los ciudadanos para recibir educación, porque la educación es un derecho del individuo, no del Estado (los “liceos de excelencia” son, por eso, una forma subrepticia de privatización de la educación pública).

El sistema propuesto maximiza la libertad, porque reconoce libertad igual para todos. No hay conflicto entre libertad e igualdad. La igualdad no es sino el régimen de la libertad, porque lo que es políticamente fundamental es la libertad de todos, no la de los privilegiados. Y la libertad ha de ser para todos porque el Estado no puede hacer distinciones, debe dar al interés de cada uno por ser libre el mismo peso. La cuestión, entonces, no es entre quienes creen que la libertad es importante, que defienden el sistema actual, y los que creen que la libertad no es importante, y están dispuesta a “sacrificarla” por lograr igualdad. Es entre quienes creen que la libertad es importante para los ricos y los que creen que la libertad es importante para todos; los que, en otras palabras, disfrazan bajo la retórica de la libertad su defensa del interés de los privilegiados (o, por supuesto, han sido engañados por esa retórica) y los que creen en el valor genuino de la libertad.

 

Gabriel Salazar: La cultura de resistencia más o menos violenta está en nuestra memoria

Radio ADN Hoy| 08/08/2011

 

El historiador Gabriel Salazar analizó en ADN Hoy las características del movimiento estudiantil, señalando que "sería absolutamente ingenuo" esperar que estén libres de episodios violentos, y aseguró que todo apunta a que la ciudadanía va adquiriendo mayor poder para plantear nuevos modelos de funcionamiento en sociedad.

"Fueron 17 años de dictadura, y quienes lucharon más directamente, quienes resistieron más activamente contra la dictadura fueron jóvenes, sobre todo en las poblaciones. De ahí se desarrolló una cultura de resistencia más o menos violenta, de ahí vienen las prácticas de los encapuchados, las bombas molotov, etcétera. Es una cultura adquirida que está en la memoria", explicó el académico, añadiendo que "sería absolutamente ingenuo pensar que, después de casi veinte años de dictadura, en que se aprendió a luchar en las calles, se olviden esas prácticas".

Salazar indicó que los hechos de violencia que se registran en gran parte de las manifestaciones, si bien no son elementos dominantes, están inevitablemente presentes. "Eso no significa que todo el movimiento, en su objetivo político, apunte solamente a la destrucción, al saqueo o a la violencia", aclaró.

El docente de la Universidad de Chile detalló que los movimientos de las décadas del 50 y 60 "apuntaron no a destruir los modelos de producción, sino más bien a mantenerlo o, en el mejor de los casos, a administrarlo por sí mismo. En cambio, un régimen como éste, centrado en el consumismo, en la importación de mercadería, en el lucro comercial y no en la producción… el que está en el mall o en la multitienda, ¿qué puede hacer el movimiento popular si ya no hay fábricas ni industrias? Saqueo. Este modelo invita al saqueo porque no da otra alternativa (…) el saqueo va a seguir siendo presente en toda sociedad que es solamente comercial", aseguró en ADN Radio Chile.

El académico concluyó que "se ha adquirido una cultura autogestionaria y autónoma en las bases de la clase popular", lo que a su juicio va a "continuar en una dirección que cada vez va a ser más política, pero no en el sentido de negociar solamente, de sentarse en una mesa como le gusta a los políticos, sino de imponer un nuevo modelo. La cosa camina derechito a desarrollar el poder constituyente, y eso no se va a poder parar".

Gabriel Salazar: Perspectivas históricas del movimiento social-ciudadano chileno…

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Gabriel Salazar*, in The Clinic

06 Agosto, 2011

La historia socio-política de Chile muestra que los movimientos ciudadanos, cuando han procurado ejercer la soberanía y el poder constituyente que les son inherentes, han sido reprimidos por ambas clases políticas (la militar y la civil), bajo acusación de “anarquismo” y “desquiciamiento del orden público”. Así ocurrió con el movimiento ciudadano que derribó la dictadura de O’Higgins en 1822 y redactó la Constitución Popular de 1828, pues fue aplastado por el golpe de Estado fraguado por Portales (civil) y Prieto (militar) en 1829. Lo mismo, el movimiento encabezado por los trabajadores (FOCH), los estudiantes (FECH) y los profesores (AGPCH), que en 1925 convocó a una Asamblea Popular Constituyente, fue traicionado en sucesión por los “caudillos” Alessandri Palma (civil) e Ibáñez del Campo (militar), que impusieron una Constitución Liberal que fue la antítesis de la propuesta por la ciudadanía.

En el primer caso, la ciudadanía se organizó en base a “pueblos” (comunidades urbanas locales) y “asambleas provinciales”. En el segundo, bajo forma de una Asamblea popular deliberante, constituida por los actores sociales con sedes a todo lo largo del territorio. En el primer caso, el objetivo fue derribar la dictadura de O’Higgins y dar al país una Constitución “Popular-Representativa”. En el segundo, derribar el decadente Estado liberal ‘portaliano’ y construir un Estado Nacional-Desarrollista.

El Estado Neoliberal que, terrorismo militar mediante, fue erigido entre 1973 y 1980, es ilegítimo por nacimiento, ineficiente por haber agudizado la desigualdad social, y no-representativo por no contar con la confiabilidad y credibilidad ciudadanas. Hay razones de sobra, pues, para que la ciudadanía se prepare para ejercer su poder constituyente. Ha acumulado suficiente memoria del alejamiento estatal (desde 1973), de la omnipresencia del Mercado (desde 1980) y pruebas contundentes de la crisis terminal que corroe el régimen que la domina (desde 1997).

La nueva movilización ciudadana muestra autonomía (no está manipulada por el Estado, ni por partido político, ni por caudillos), convergencia espontánea de actores sociales de presencia nacional (estudiantes, pobladores y profesores, sobre todo, con apoyo parcial de sindicatos, empleados y otros sectores). Está animada por una cultura social autogestionaria con 35 años de desarrollo… Pero está a medio-camino. Necesita ampliar su articulación de actores y definir un itinerario de empoderamiento continuo. El movimiento estudiantil es el que trae el mayor bagaje de temas ‘soberanos’ (la autogestión juvenil viene ‘asesorada’ por las nuevas ciencias históricas y sociales, que han elaborado una gran “caja de herramientas” sobre la realidad chilena, que no existía en 1970) junto a una decidida voluntad de cambio. Lo mismo cabe decir del nuevo movimiento de pobladores. Los otros actores, en cambio, tienden a regirse aún por prácticas de cuño ‘representativo’, razón por la que deberían revisar y actualizar sus métodos de acción para asumir las prácticas de ‘soberanía’ que están proponiendo los ciudadanos. Es el caso notorio de la CUT, que está controlada por una cúpula asimilada al régimen político (en crisis) dependiente de la Constitución (espuria) de 1980.

La crisis está. El proceso de empoderamiento ciudadano, también. Hay pues razón y fuerza para “avanzar sin transar”. El problema es definir cuál es la lógica de los pasos siguientes. Aparentemente, hay dos rutas: a) la de deliberación popular continua, que implica desarrollo del ‘poder constituyente’, de plazo socio-cultural y b) la ruta tradicional de negociación, acuerdos parciales, frentes políticos y avance por etapas, con plazos de calendario. La primera es, sin duda, la ruta estratégica, de proceso continuo y soberanía creciente. La segunda, un atajo lateral, táctico, con acción discontinua (plebiscitos intermitentes). No son vías antagónicas, sin duda; pero es una, sobre todo, la que cultiva en serio el poder popular.

Y hay, también, riesgos: a) la represión (¿no es tiempo ya que la ciudadanía controle también el sistema educativo de las Fuerzas Armadas y de Orden?); b) la oligarquización o caudillización del movimiento, y c) la negociación desmovilizadora, con efecto colateral re-legitimante de las clases políticas que se quiere cambiar.

Sólo cabe deliberar, concordar, imponer y no transar.

La Reina, julio 24 de 2011.

* Gabriel Salazar, Historiador y Sociólogo, Premio Nacional de Historia, 2006, Chile

Chile – G. Jackson, presidente de la FEUC: “La única salida que veo (a la crisis educacional) es el plebiscito”…

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5 de Agosto de 2011

Giorgio Jackson, presidente de la FEUC:
“La única salida que veo es el plebiscito”


Después de una jornada lacrimógena, el balance de los estudiantes es lapidario: le otorgarán seis días al gobierno para que entregue una respuesta “seria” a sus demandas. Aquí Jackson habla de la profundidad del petitorio, de las figuras de Lavín, Bulnes y Hinzpeter y señala que el sistema político ya no da el ancho. “Este gobierno tiene una desconexión tremenda con la ciudadanía”, señala.

por Alejandra Carmona, El Mostrador

La jornada de ayer fue histórica. Violencia y represión insólita de parte de Carabineros, cientos de detenidos, uniformados  y estudiantes heridos y un cacerolazo al final de la jornada instalaron a Chile en una vitrina mundial. “En la mañana esto parecía en estado de sitio”, reflexiona Giorgio Jackson, presidente de la FEUC, sobre el inicio del 4 de agosto que incluso se transformó en uno de los temas más comentados en Twitter a nivel mundial.

Aunque no vivió en dictadura, su sensación es que la jornada de ayer se parece mucho: “Fue fuerte ver tanto contingente policial, que a los estudiantes les registraran las mochilas. Antes que hubiese cualquier tipo de provocación ya había bombas lacrimógenas”.

-¿Cómo evalúas las medidas de seguridad que tomó el Gobierno?
-Creo que no se adecuan a la democracia. Más que medidas de seguridad, finalmente fueron medidas que fomentaron la violencia y la provocación para estudiantes que querían manifestarse.

-¿Influye en algo la represión en la respuesta que los estudiantes dieron al Gobierno?
-No, una cosa son las demandas estudiantiles y de cómo el Gobierno hasta ahora no ha dado respuestas que  satisfagan la demandas ciudadanas y otra cosa son las demandas democráticas, que tienen que ver con manifestaciones de toda índole; desde las ambientalistas hasta la de los taxistas. Siempre hay alguna forma de reducir estas manifestaciones y ahí hay un grito por más democracia, es un grito que está reflejado en las encuestas y es un grito que dice que la institucionalidad está puesta en juego porque no se ha respondido a demandas estructurales. Lo peor es que no sólo se generan expectativas, sino que hacia afuera se trata de demostrar que el país es una maravilla. Probablemente haya muchos índices que en promedio estén bien, pero las desigualdades hacen que Chile esté totalmente segmentado. Tenemos muchas realidades, un Chile que vive como Dinamarca y otro que vive como África y eso no puede pasar. Hay un concepto moral que tenemos que cambiar.
No  sólo el gobierno está sobrepasado; también lo está la institucionalidad. Una ciudadanía que se empieza a empoderar de esta manera exige nuevos niveles de democracia. El actual sistema no está dando el ancho para resolver este problema. Analizando la jornada, la única salida que veo es un plebiscito.

-¿Y crees que esa profundidad del movimiento ha sido interpretada por el gobierno?
-Es que sobre las desigualdades, el presidente Piñera qué va a hacer, si él encarna la desigualdad. Encabeza una de las cuatro familias más ricas de Chile y ejemplifica la concentración del poder político, económico e incluso de los medios. Entonces yo no sé si es algo premeditado o efectivamente no hay una conexión, no hay sintonía acorde.

– ¿El Gobierno no está en esa sintonía?
-Yo creo que sí ha entendido, pero el gobierno tiene fuerzas ideológicas de derecha donde hay una que es mucho más dura. Cuando se habla de cambio en la Constitución, nos referimos a los mismos creadores de la Constitución.

-¿Dices que la UDI ha pesado en la respuesta del gobierno a las demandas estudiantiles?
-Yo creo que sí, ha pesado mucho. Yo no sé cómo serán las repartijas y el cuoteo, pero en la respuesta se nota un tinte ideológico súper duro, que no se había visto antes.

-¿Eso se nota, por ejemplo, en la diferencia del trato con el actual ministro de Educación Felipe Bulnes y Joaquín Lavín?
-Lavín no era directo, trataba de evadir un poco las preguntas para no enfrentar las respuestas con su ideología, porque sabía a priori que nosotros somos contrarios. Lavín venía con inseguridades por el cuestionamiento a sus conflictos de interés, entonces nunca se sintió cómodo. Había un grado de legitimidad que se le había quitado y no nosotros nomás, también la gente en las calles porque había sido inversionista en la educación; y el lucro era uno de los temas más sensibles que estábamos levantando.  “El ministro Bulnes llega y se nota más directo, transparente en cómo quiere hacer las cosas. El problema es que cambió la forma, pero el fondo siguió siendo igual de duro… Pero yo no creo que no entiendan nada, yo creo que tienen diferencias muy profundas con lo que se está planteando, que más encima es respaldado por una gran parte de la ciudadanía. Ahí hay un orgullo ideológico que se mantiene, independiente de lo que la gente quiera”.

-¿Esa intransigencia ideológica repercute en el movimiento y finalmente también en las bajas cifras de aprobación al gobierno?
-La encuesta CEP (donde la aprobación del gobierno fue de un 26%) es reflejo de un gobierno que no responde a las demandas de la mayoría del país. No porque los inscritos en el registro hayan votado por un cambio de gobierno significa que los chilenos están de acuerdo con un modelo en educación que le ha hecho daño a toda la sociedad, un modelo que segrega, que instala educación para los distintos estratos socioeconómicos;  y eso es súper fuerte porque da la sensación de que quieren arreglar detalles del modelo, pero no se dan cuenta que Chile quiere otra cosa, un cambio estructural. Y por más que en términos comunicacionales se haya hecho todo el esfuerzo para que  el planteamiento del gobierno se parezca lo más posible al nuestro, mirándolo de manera fina, hay diferencias sumamente grandes.
Otro Chile

-¿Cómo evalúas el rol de Hinzpeter en el conflicto?
-Hinzpeter ha estado sobrepasado. Es una autoridad que impone el orden porque quizás las encuestas piden orden, pero por otro lado no ha tenido la capacidad de entender que hay una explosión de demandas ciudadanas. No ha comprendido que la peor forma de encausar un movimiento es reprimirlo, eso es echarle bencina…  Eso, la verdad, no sé si es a propósito o es inocencia.

-¿Qué piensas de aquellas críticas que dicen que las peticiones han desbordado lo sectorial, como la reforma tributaria o la renacionalización del cobre?
-Es que la primera respuesta que se nos dijo fue: ‘Esto es básicamente imposible, por un lado la Constitución dice esto, por otro lado los recursos no están”. Ahí nace, como contra respuesta a eso, estas peticiones. Es decir, reformémoslo, si necesitamos más recursos, si necesitamos modificar la Constitución, bueno por qué no hacemos una reforma tributaria ya que tenemos estos dos o tres Chile y la concentración de la riqueza está en unos pocos. O sea, si hoy día se dice que el PIB per cápita es de 15 mil dólares anuales, eso es más de lo que recibe el 70% de Chile, entonces por qué no hacemos  una redistribución, sobre todo para financiar derechos. Ahí nace lo que extrapola lo gremial y pasa a hacer una demanda política.

-¿Cómo tomas las versiones que dicen que al interior del movimiento hay divisiones?
-Es impensable  que todos nos pongamos de acuerdo en todos los puntos. Formamos un espectro tan amplio, tenemos  muchas posturas de personas que vienen de distintas realidades. Hoy día el movimiento tiene más de 70% de apoyo y la Confech es un órgano democrático y cuando hay estas diferencias lo que se decide ahí es en pos de la unidad y de un objetivo que tenemos muy en común. Puede haber diferencias, como en qué alcance puede tener para un lado o para el otro, pero de que acá estamos en crisis y que se necesita una reforma estructural, estamos todos de acuerdo.

-¿Analizando el escenario de hoy, qué debe ocurrir ahora?
-No  sólo el gobierno está sobrepasado; también lo está la institucionalidad. Una ciudadanía que se empieza a empoderar de esta manera exige nuevos niveles de democracia. El actual sistema no está dando el ancho para resolver este problema. Analizando la jornada, la única salida que veo es un plebiscito.

-¿Crees que fue un error adelantar movilizaciones antes de responder formalmente a la propuesta del ministro Bulnes?
-Creo que fue un error no habernos coordinado bien para poder caracterizar lo que se quería hacer. No se coordinó bien la fecha de la respuesta…

-Se pudo hacer sólo una marcha…
-Yo creo que sí, que hubo un error ahí de coordinación, pero la convicción sigue viva, aunque digan que estamos cansados, que esto lleva mucho tiempo, que llegan menos personas a las marchas. Acá ya hay una convicción instalada no sólo en nosotros, sino que en la ciudadanía. Ese que se quedó en su casa también la tiene; hay algo que cambió para siempre. Y eso le da más fuerza a que el gobierno tenga que ceder.

Chile: movilización estudiantil y represión general…

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Un día de furia en Santiago de Chile

BBC, Rodrigo Bustamante

Viernes, 5 de agosto de 2011

Una de las jornadas más violentas desde el retorno a la democracia en 1990 es la que se vivió este jueves en Santiago de Chile, donde dos manifestaciones de los estudiantes que piden mejoras en el sistema educacional, que no estaban autorizadas, fueron impedidas con un gran despliegue policial.

Manifestaciones de estudiantes en Chile

El gobierno de Sebastián Piñera no autorizó las manifestaciones por considerar que se altera el orden público.

La Plaza Italia es el sector céntrico donde los chilenos se reúnen para festejar los grandes hitos deportivos o políticos y los estudiantes secundarios, universitarios y profesores definieron ese punto para iniciar dos marchas por la Alameda rumbo al palacio de La Moneda.

Sin embargo, el gobierno de Sebastián Piñera no autorizó estas manifestaciones por considerar que se alteraba el orden público al ocupar la principal avenida de Santiago, además de explicar que el permiso no fue oficialmente solicitado.

Y para algunos, esa actitud oficial habría fomentado la participación de un grupo estudiantil que lleva 83 días movilizado, y que decidió expresarse de todas formas tratando de reunirse en las inmediaciones de la Plaza Italia.

Un gran operativo policial los fue dispersando desde antes que intentaran empezar a marchar, generándose incidentes que se extendieron durante toda el día, y se intensificaron al caer la noche.

clicLea: El malestar de los chilenos

"Error gubernamental"

La decisión de cercar algunos sectores de Santiago con un fuerte contingente policial, que llevó a la dirigenta universitaria Camila Vallejo a hablar de una ciudad en "estado de sitio", fue considerada como una estrategia equivocada por el psicólogo social Sergio González.

"Es un error del gobierno, que ha apelado al principio de autoridad y a no permitir la manifestación de los ciudadanos, pero eso significa un retroceso porque al final la imagen internacional y nacional del control o el principio de la autoridad queda totalmente en cuestión", le dijo González a BBC Mundo.

Manifestaciones de estudiantes en Chile

La actividad en el centro de Santiago permaneció prácticamente detenida durante los enfrentamientos matutinos.

Similar fue la visión del politólogo de la Universidad Central Marco Moreno, quien cree que se cometió "un error estratégico" con la prohibicion ya que tensó las cosas con los estudiantes que debian responder a la propuesta de 21 puntos que les entregó el Ministerio de Educación días atrás y precipitó los acontecimientos.

Los estudiantes secundarios y superiores oficializaron su rechazo al ofrecimiento gubernamental argumentando que no hubo respuesta a los cambios profundos que piden, como una reforma del sistema educacional y prohibir que universidades privadas lucren con su labor.

Pero además pusieron un plazo de seis días para obtener una nueva propuesta que "se haga cargo del fervor social", lo que marca un punto importante según Sergio González.

"Es el mundo al revés porque los estudiantes han llamado a la reflexión al gobierno y le han dado seis días como plazo para poder cambiar su opinión, lo que significa que el Estado se ve cuestionado", sostuvo.

La figura del presidente

La decisión de prohibir la realización de las marchas llegó el mismo día en que se daba a conocer la encuesta semestral del Centro de Estudios Públicos (CEP) -la más importante del país- que arrojó que el presidente Sebastián Piñera obtuvo un 26% de aprobación y un 53% de rechazo.

Manifestaciones de estudiantes en Chile

La jornada de enfrentamientos hizo que los datos de popularidad de Piñera pasaran casi desapercibidos.

Se trata del peor nivel de aprobación de un mandatario desde 1990, resultado que según el analista Marco Moreno responde en cierta parte a que "hay una idea instalada de que el gobierno no está enfrentando de manera adecuada el conflicto estudiantil".

"Hay un desacierto serio en términos de la manera en que se enfrentan los problemas, y esa es la sensación que se ha ido instalando entre los ciudadanos", declaró a BBC Mundo, para aventurar una explicación a la determinación de sacar a la policía a las calles e impedir las manifestaciones.

"El gobierno necesita reforzar el grupo más duro de adhesión, que son los sectores de derecha que están muy disconformes con la manera en que se están manejando las acciones, por lo tanto tenía que dar muestras de que tenía el control de la situación y de allí la mano dura que hemos visto hoy día con los estudiantes", sostuvo.

Una de las últimas cifras entregadas por la policía habla de 552 detenidos a nivel nacional, tras una jornada que en la capital chilena se caracterizó por el levantamiento de barricadas en diversos sectores y por el uso intensivo de gases lacrimógenos por parte de los carabineros.

La actividad en el centro de Santiago se vio prácticamente detenida durante gran parte del día, y el ministro portavoz de La Moneda, Andrés Chadwick, enfatizó que lo que pasó el jueves "es culpa de quienes quieren quebrantar el orden público y quieren quebrantar las normas que rigen para todos los chilenos y chilenas".

Chile: la Educación Superior más cara del Mundo…

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04/07/2011

Con un valor anual promedio de US$3.400, el arancel cobrado por las universidades domésticas se ha disparado sistemáticamente en los últimos 20 años. En el caso de las públicas, sólo entre 1995 y 2005 el alza fue de casi el 100%.

Exiguo aporte estatal, focalización de los subsidios, alta demanda y valoración excesiva de la tasa de retorno, serían elementos clave en este fenómeno.

“El arancel medio en Chile  equivale al 22,7% de nuestro PIB per cápita, superior al de naciones como Estados Unidos, Inglaterra, Australia y Japón”. 

Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) consignan que, a precios relativos, la Educación Superior (ES) en Chile es la más cara del orbe. Con un valor promedio de US$3.400 anual, el arancel doméstico equivale al 22,7% del PIB per cápita, superior al de naciones como Estados Unidos, Inglaterra, Australia y Japón. 

El fenómeno ha sido advertido por diversas entidades foráneas, como el Banco Mundial, entidad que en un informe conjunto con el citado organismo multilateral constató que “una causa relevante de desigualdad (en nuestro país) incluye el alto costo de estudiar”.   

En opinión de diversos agentes, no ha sido posible detectar el punto exacto de inflexión en este rally, pero a la luz de los antecedentes disponibles en el Ministerio de Educación (Mineduc), se traslucen lapsos en que el valor se disparó con vigor durante los últimos 20 años; sin ir más lejos,  entre 1995 y 2005 el aumento arancelario promedio llegó al 92,8%.

¿A qué responde esta situación? Felipe Salazar, investigador del Centro de Políticas Comparadas de la Universidad Diego Portales, sostiene que se ha consolidado “una gran demanda en un mercado que no tiene nada de competitivo, al ser muy segmentado.”  Añade que si bien existen aranceles de referencia entregados todos los ejercicios por la cartera del ramo para cada establecimiento, “finalmente éstos cobran más; saben que los cupos se van a llenar de todas formas: lo que devela un problema serio”.

Alejandra Mizala, del Centro de Economía Aplicada de la Universidad de Chile, acota que “las casas de estudio no compiten por alumnos, sino que por marketing, relacionado más bien a aspectos como la infraestructura, a aparecer en los diarios o a las acreditaciones.  Elevan sus aranceles en pos de ello y la demanda no desaparece, en vista de lo que es considerado como una alta tasa de retorno”.

En esa línea, Rodrigo Troncoso, de Libertad y Desarrollo, enfatiza que la clave en esta discusión es que “el costo de educar en las instituciones ha subido mucho con la entrada en vigencia de las acreditaciones. Hay una gran presión por mayor infraestructura y ofrecer un producto de mejor calidad”.

Aporte Insuficiente

No obstante lo descrito reviste un elemento sustancial en el análisis, no explica necesariamente el elevado valor relativo respecto de otras naciones con mayores ingresos.  La diferencia, plantean los consultados, se relacionaría entonces con el exiguo aporte público a la ES.

Patricio Gajardo, del Instituto Libertad, reconoce que se trata de una prestación “cara en todo el mundo; el problema doméstico es que el porcentaje de las familias que asumen los costos es muchísimo más alto que el promedio de la OCDE”.   Subraya que “en los ’80 había una importante contribución estatal, y el precio era bastante menor; eso sí, quienes ingresaban eran parte de una élite”.

Sobre el particular, Gabriela Cares, coordinadora de Políticas Educativas del programa “Educación 2020”,  precisa que “alrededor del 85% del costo de una carrera en Chile es pagado directamente por los hogares; sólo el 15% corresponde a financiamiento público, mientras que en la OCDE, en torno al 70% proviene del Fisco, lo que da cuenta de un contraste gigante”.

Manifiesta que este hecho  ha confluido en “la exclusión, en muchos casos, y un nivel de endeudamiento elevadísimo para quienes logran acceder, generando en definitiva un sistema que reproduce inequidad”.

Tasa de Retorno

Se ha inoculado en la cultura nacional que un título universitario asegurará altos ingresos, lo que “en la práctica dependerá mucho de cada carrera”, acota Mizala.  En efecto –indica– “hay trabajos técnicos con mayor rentabilidad, pero la gente aún considera que el escenario es parecido al de hace 20 años cuando la cobertura era mucho menor y ser titulado era algo exclusivo que garantizaba un recorrido laboral”, elemento que sigue dando sustento a la demanda. 

En este contexto, la economista afirma que las tasas de retorno promedio son del 20% para las carreras universitarias y de un 10% para aquellas técnicas. Las familias lo consideran “alto y están dispuestas a pagar los aranceles y endeudarse transitoriamente”.

Recomendaciones

La OCDE y el Banco Mundial han recomendado a Chile “como medidas complementarias para proteger a los estudiantes de  un excesivo aumento de los aranceles, exigir que las instituciones de ES, cuyas tarifas suben más rápidamente que el promedio nacional, justifiquen por qué sus costos son diferentes”.

Salazar, en tanto, recalca que es fundamental incrementar el gasto con subsidios más focalizados, sin interferir en el nivel de los aranceles: “Que las universidades sigan eligiendo sus costos, pero que el Estado garantice bajo algunas condiciones, el pago del arancel al estudiante”, sentencia.

Gajardo, a su vez, sostiene que es indispensable “identificar adónde van los grupos más vulnerables, ya que si los subsidios sólo se dirigen a las instituciones estatales, estos finalmente se destinan, en un porcentaje mayoritario, a egresados de colegios particulares”.

La Brecha Entre el Arancel Referencial y el Efectivo

Desde 2005, el Ministerio de Educación entrega un “arancel referencial” para las respectivas carreras de cada universidad, con miras a establecer los recursos de becas y créditos que el Estado y las mismas instituciones entregan a los estudiantes.

La brecha entre tal cifra y la efectiva es amplia.   Por citar un ejemplo, para la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad Católica (UC) la diferencia entre ambos montos ha sido de casi $2.000.0000; mientras que en Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile, el margen detectado ha sido superior a  $1.000.000.
En este sentido, Rodrigo Troncoso,  de Libertad y Desarrollo, consigna  que “es un sistema que está absolutamente viciado; incluso, hay veces en que la diferencia significa la mitad del costo real de una carrera”.

Así,  la OCDE recomendó que “en vista de las complicaciones, el Mineduc debería estudiar cuidadosamente las ventajas y desventajas de mantener el sistema de aranceles de referencia en su forma actual, y considerar seriamente revisar o simplificar su enfoque y metodología”.

¿Y Respecto a la Región?

El escenario doméstico de la Educación Superior (ES) dista bastante del que exhibe la mayoría de los países en la región.  Mientras el arancel promedio local supera largamente los US$3.000, en naciones como Argentina, Nicaragua y Uruguay, el servicio es gratuito.

“Chile fue el primer país de América Latina que introdujo aranceles de pago en las instituciones públicas de ES, a comienzos de la década de los ’80, y es todavía el único con altos aranceles a nivel de pregrado”, consigna la OCDE.  

El secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación  Argentina, Dr. Alberto Dibbern, por ejemplo, comenta que “además de no tener costo, se otorgan 47.000 becas para carreras prioritarias”. María Laura Dodino, coordinadora de Educación Superior del Ministerio de Educación de Uruguay, por su parte, relata que “el 80% de los estudiantes están en la Universidad de la República, la que es gratuita, y el sistema de ingreso es abierto; no hay ningún tipo de selección más que haber egresado de bachillerato”.

MARKETING. “Las casas de estudio no compiten por alumnos, sino que por marketing, relacionado más bien a aspectos como la infraestructura, aparecer en los diarios o a las acreditaciones.  Elevan sus aranceles en pos de ello y la demanda no desaparece”, advierte Alejandra Mizala, economista de la U. de Chile.

http://www.estrategia.cl

Chile: un sistema educativo para mantener diferencias de clase…

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J.E. García Huidobro: “Este sistema educativo está hecho para mantener las diferencias de clases”

Juan Andrés Guzmán, CIPER.

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La última encuesta CASEN mostró que la pobreza golpea con más fuerza a los niños: 18,2% de los menores de 3 años es pobre y otro 6,3% es indigente. Juan Eduardo García Huidobro, quien presidió el Comité Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación que convocó Michelle Bachelet y hoy es decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, analiza en esta entrevista las implicancias que tiene para esos niños un sistema educativo basado en la segregación social y que tiende a perpetuar la desigualdad. Cree que “semofarizar” las escuelas sólo empeorará la situación y, aunque considera que la comisión de “expertos” convocada por el ministro Joaquín Lavín estuvo en realidad conformaba por políticos, cree que sus propuestas son un avance.

En estos días el ministro de Educación se prepara anímica y mediáticamente para dar una pelea contra el gremio de los profesores. Quiere lograr, entre otras cosas, que los directores puedan remover al 5 % de los docentes de sus establecimientos. Así planteado el escenario por Joaquín Lavín, pareciera que despedir maestros fuera el primer gran paso para sacar a la educación chilena de su estado actual y tener profesores de calidad.

Juan Eduardo García Huidobro, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, no niega que tener profesores de calidad sea una tarea acuciante, pero cree que el drama en este ámbito no se reduce a los educadores ni se soluciona con despidos.

Para García Huidobro, el eje está en la “brutal desigualdad” de nuestro país. Desigualdad que se manifiesta en la sala de clases, que explota en la encuesta CASEN y que estaba en el corazón del “Movimiento Pingüino” como bien sabe él, pues le tocó presidir el Comité Asesor Presidencial que convocó Michelle Bachelet para resolver el tema.

alt-Los pingüinos fueron un grito brutal. Decían: ‘hicimos un esfuerzo, llegamos a cuarto medio, tenemos que dar la PSU, pero venimos del colegio X y nunca vamos a sacar lo que obtuvo la niñita del Santiago College. Hicimos un esfuerzo pero la sociedad nos ofrece un sistema que no respeta nuestros derechos y es perfectamente desigual”, afirma García Huidobro, recordando la rebelión que puso la desigualdad en la educación en el primer punto de la agenda.

En estos días, otro comité entregó al ministro Lavín una serie de propuestas en las que no aparece este tema. Con todo, a este decano le parece que las propuestas constituyen “la reforma posible” y en ese sentido las valora como un avance.

-Cuando partió la comisión de Lavín sus integrantes decían que esta es una comisión técnica, a diferencia de la que convocó la presidenta Bachelet…
Claro, es tan técnica que no hay nadie que dedique su vida a formar profesores… A mí, en realidad, me parece más bien una comisión de políticos, no de técnicos, pues predomina gente que tiene posiciones políticas, como Harald Beyer, Patricia Matte, más el conjunto de ex ministros de la Concertación. Mi impresión es que es una comisión que busca ampliar el espectro gubernamental, ampliar un cierto consenso respecto de lo que es posible hoy.

-El consenso parece apuntar a mejorar la calidad de los profesores. ¿Qué opina de eso?
Es positivo que haya acuerdo en ese tema. Sin embargo, estoy convencido de que esa no es la bala de plata que algunos creen. Primero, porque nunca en educación vamos a poder arreglar las cosas colocándole solo una pata a la mesa, por fuerte que ella sea. Sobre todo si tenemos un sistema hecho pedazos en términos de segregación social, con diferencias tan brutales. Si no nos preocupamos de la desigualdad de manera importante, estas políticas docentes pueden ser el merengue de una torta inexistente.

“Si no nos preocupamos de la desigualdad de manera importante, estas propuestas pueden ser el merengue de una torta inexistente”

-Para usted, entonces, el tema más relevante es el de la desigualdad.
Sí. Pero no quiero decir que tener docentes de calidad no sea importante. Lo que digo es que no es el único problema. Porque lo que se puede lograr con buenos profesores en un sistema igualitario no es lo mismo en un sistema como el nuestro. A los profesores macanudos que queremos formar les va a tocar ir a trabajar a una escuelita donde están todos los niños pobres, cuyos padres tienen escasa escolaridad. Así, es muy probable que la escuela siga estando en rojo en el mapa del ministro Lavín.

-¿Qué es para usted lo peor de la desigualdad: que un niño reciba una educación de $300 mil y otro se eduque con $30 mil?
No solamente eso. Porque junto al colegio de $30 mil hay otro de $50 mil, donde van las familias que pueden pagar un poco más; y más allá otro de $100 mil y así para arriba. Entonces, el efecto no es sólo que unos pocos tienen una educación más enriquecida, sino que todos se educan sin vasos comunicantes. Este sistema, como dijo la OECD en 2003, está hecho para mantener las diferencias de clase y no para superarlas. Y ese es un problema gravísimo de nuestro país. Ahora mismo nos estamos haciendo el harakiri con la Casen porque aumentaron los pobres. Sin embargo, nadie dice que aumentaron los pobres mientras sigue habiendo un sector que percibe beneficios 11 veces más altos que el 10% más pobre. Esas son nuestras tremendas desigualdades, un tema que no se toca. Miramos a Finlandia porque tiene buenos profesores, pero no vemos que es el país que tiene la menor desigualdad social del mundo.

alt-¿Qué le parece la idea de semaforizar la educación?
Esa idea tiene dos cosas complicadas. Primero, que como existe una tremenda asociación entre el nivel socioeconómico del niño y sus resultados escolares (asociación que nos vamos a demorar 20 años en cambiar), yo podría hacer el semáforo sin mirar el Simce. Puedo hacer el mapa de las zonas rojas antes de la prueba, viendo puros datos “no educativos”. Y me va a resultar más o menos igual al que hará el ministro. Por lo tanto, es un esfuerzo que no tiene mucho sentido. Segundo, si lo que quiero es darle información a la familia sobre cuáles son las buenas y las malas escuelas, tengo que medir de otra manera. No puedo comparar el promedio simple del Simce de un colegio pagado en Las Condes con el de una escuelita municipal de Tirúa. No tiene sentido hacer eso. Tengo que entregar otro tipo de medidas. Por ejemplo indicar cuáles son las escuelas que logran mejorar más, respecto del origen de sus alumnos; o al menos las que están mejorando.

“Este sistema, como dijo la OECD en 2003, está hecho para mantener las diferencias de clase y no para superarlas”

-¿Cree que ese mapa estigmatizará a los pobres?
Honestamente me parece casi sádico decirle a una jefa de hogar que vive en una población pobre de Santiago, que todas las escuelas cercanas son rojas y que las únicas buenas quedan a 8 ó 10 kilómetros de su casa. Ella no tiene ninguna posibilidad de llevar a sus hijos a escuelas de Las Condes y tendrá que seguir enviándolos al mismo colegio. En como tirarle un fardo a la espalda y decirle “señora, está jodida”. Lo mismo para los profesores. El que trabaja en una escuela roja: ¿qué puede hacer? Tratar de huir de ahí lo antes posible. Nadie va a querer enseñar ahí. Es claramente una especie de transferencia de la responsabilidad estatal a la señora de la población. Porque es el ministro Lavín el que tiene que ver cómo el Estado mejora las escuelas rojas y no la señora que debe enviar sus hijos a esas escuelas. No me parece bien pensar que el mercado y la elección de los padres van a mejorar las escuelas. Eso no es verdad.

alt-Otras de las medidas que quiere tomar el ministro Lavín es permitir que los directores puedan despedir al 5% de los docentes. Y ello porque se critica mucho la inmovilidad que tienen los profesores en el sistema municipal.
Es el mismo simplismo que el mapa: tratar de reducir a fórmulas simples problemas complejos. La inamovilidad que se critica tiene un sentido: se debe a que el profesor trabaja en un servicio en el cual los jefes van rotando. Y si yo tengo un sistema que depende del poder político, y el poder político es rotativo, es normal que, para que ese sistema funcione, yo genere confianzas fuertes. Además, la inamovilidad que se critica no es tal. Se puede echar a un profesor, pero el despido está ligado a causales, a procesos justos, a la posibilidad de defenderse. Si los procedimientos son engorrosos y las causales de despido son excesivamente pacatas, discutamos eso. Pero no digamos que hay inamovilidad.

“Miramos a Finlandia porque tiene buenos profesores, pero no vemos que es el país que tiene la menor ‘desigualdad social’ del mundo”

-Muy bien, pero la idea de fondo es que abriendo la compuerta del despido, los profesores se pondrán las pilas. ¿Es un buen incentivo?
Eso es simplemente ridículo. Esto estaba bueno para los remeros de las galeras: “el que no rema, ¡cha!”. Pero aquí se necesita la astucia y la creatividad de las personas, y eso no se consigue con miedo. Cómo puede alguien pensar que un profesor va a querer a sus alumnos, les va a dar valores y les va a enseñar que la vida vale la pena vivirla, que estamos en una fraterna sociedad, si tiene que hacerlo para que no lo echen. No puede ser. Hay otro punto que me preocupa de las propuestas de los expertos de Lavín: se habla mucho sobre mejorar salarios, pero no hay nada acerca de cómo mejorar la imagen social del profesor; sobre qué hacemos con una profesión que ha sido tan vilipendiada. En los últimos años se ha dicho una y otra vez que los profesores son pésimos y que sacaron su título de cualquier manera. Hay que resolver eso porque esos profesores van a seguir trabajando durante 25 años. Hay que buscar una solución de continuidad que coloque en el imaginario la idea de que no todos los profesores son malos, sino que hay buenos y malos; y que hay muchos excelentes, como en todas las profesiones. Esto no puede ser un puro juego de plata y de incentivos. Aquí está también en juego el prestigio de 150 mil personas que se sacan la mugre todos los días y que no están siendo reconocidos. La contracara del movimiento 2020, que ha tenido muchas cosas buenas, es decirle a gente que está trabajando fuerte desde que se tituló “oye, se acabó el recreo, hay que empezar a trabajar ahora”. Algo tremendamente ofensivo.

alt-¿Por qué cree que ha habido esa desvalorización de la imagen del profesor?
Hay varias cosas mezcladas. Primero, hay una manera de mirar las cosas que tiene mucho más que ver con la industria de salchichas que con un proceso de educación. Esta sensación de que aquí las cosas pueden ser radicalmente distintas porque yo tomo tres o cuatro medidas y no apreciar los avances. Porque hemos tenido grandes avances. En 1990, del 10% más pobre de la población, solo el 4% ingresaba a la universidad. Hoy lo hace el 18%. Por otra parte, sólo la mitad de los alumnos terminaba la enseñanza media y hoy estamos superando el 80%. Por donde mires la escolaridad de este país ha crecido brutalmente, hasta tal punto que 7 de cada 10 estudiantes que entran hoy a la educación superior son primera generación. Estamos construyendo un país que en 10 años más va a tener una escolaridad absolutamente distinta.

-Pero ahora es muy mala.
Sí, pero ha ido mejorando. Mire, el año pasado hubo un salto en lenguaje bien impresionante. Mi expectativa era que no bajara de nuevo y este año subió poquitito. Un éxito. Y más éxito todavía porque subió matemáticas y ciencias. Sin embargo, el gobierno presentó los resultados como una catástrofe nacional. Extrañísimo, porque era la mejor noticia que hemos tenido en los últimos cinco años. A eso me refiero cuando digo que tenemos muy poco cuidado en mirar lo bueno. Los avances que hemos tenido en educación durante estos 20 años, han sido únicos en Chile. Nunca se había dado un proceso de avances tan sostenido en el tiempo a pesar de la enorme desigualdad.

“Honestamente me parece casi sádico decirle a una jefa de hogar que vive en una población pobre de Santiago, que todas las escuelas cercanas son rojas y que las únicas buenas quedan a 8 ó 10 kilómetros de su casa”

-¿Qué más ha afectado la imagen del profesor?
Claramente lo que más afectó al magisterio fue la enorme baja de salarios que hubo en Chile entre el ‘83 y el ‘90, lo que todavía estamos recuperando. Mire, estamos en una sociedad de mercado en la cual el dinero es muy importante. Si a un profesional lo remuneran mal, se crea la imagen de que es una pega mala. Yo lo veo en los chiquillos que entran a Pedagogía. Los tomo en el segundo semestre y me encuentro con dos cosas bien típicas: se han forjado un sentido muy nítido de “lo choro que es ser profesor”, porque es una pega entretenida y también en términos sociales, porque es un aporte central al país; pero tienen bien claro que se están metiendo en un forro, en una profesión desprestigiada en la que van a tener dificultades económicas toda su vida. Ahí hay un tema a resolver. Entonces, mi propuesta es hagamos un plan para duplicar los ingresos de aquí a 10 años. Creo que eso iría resolviendo muchos temas, desde la autoestima de los docentes hasta el tipo de postulante que entraría a la carrera.

-Cuando existían las escuelas normales los profesores eran los jóvenes pobres más talentosos. ¿Hoy de donde vienen los profesores?
Mire, tenemos alumnos de 500 puntos en la PSU. Y eso significa que el joven que entra a estudiar pedagogía está entre los mejores de su curso si viene de un colegio municipal de zona pobre; o está entre los peores si viene de un colegio pagado.

Chile: principales Universidades públicas rechazan propuesta de Lavin y apoyan movilizaciones…

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  • Usach y U. Austral ya habían expresado desacuerdo con politicas de Lavín y del Gobierno

  • Rector de la U. de Chile: Propuesta de Lavín es “muy insuficiente

  • Inminente rechazo de Universidad de Chile a propuesta de ministro Lavín

  • UdeC manifiesta en declaración de hoy total rechazo a planes de Gobierno sobre Educación Superior y cuestiona explícitamente el lucro

 

Miércoles 22 junio 2011 | 22:53

Publicado por Radio Bío-Bío

En una misiva publicada en el sitio web www.academicosudec.cl, los docentes e investigadores de la Universidad de Concepción (UdeC) rechazaron la reforma a la educación superior impulsada por el gobierno, destacando que de continuar, se pondría en riesgo la misma supervivencia de la tradicional casa de estudios.

Según establecen los académicos, la educación superior chilena se encuentra en su mayor crisis desde 1981, cuando fue implantado el sistema de autofinanciamiento universitario. En el mismo sentido, se identifica el lucro como la causa de su deterioro, en lo que califican como una asociación “peligrosa, negativa y hasta perversa”.

“Es sorprendente e injusto el gasto de hasta un 70% del total del presupuesto asignado a educación en el que incurren las familias chilenas para educar a sus hijos e hijas, entre otras falencias del sistema”, explican.

En el texto, los docentes afirman que no es compatible poder acoger a los alumnos que provienen desde los sectores más postergados de la sociedad, con el escaso apoyo que hoy brinda el Estado.

“Creemos que de no modificarse el actual estado de cosas, la Universidad de Concepción corre serios riesgos para continuar con su larga y constante tarea de formar profesionales, intelectuales y científicos y científicas que contribuyen decididamente al desarrollo de la región y el país”.

Finalmente, los académicos hacen un llamado a establecer verdaderas instancias de diálogo entre autoridades, estudiantes y funcionarios, así como a adherir a las próximas jornadas de discusión, agendadas para este jueves 23 de junio.

A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

Ciudad Universitaria, 22 de junio de 2011

Los académicos y académicas de la Universidad de Concepción, pertenecientes a distintas facultades de esta Casa de Estudios, abajo firmantes, frente a la actual situación universitaria chilena, declaran lo siguiente:

1. Constatamos que la comunidad universitaria nacional, regional y local se encuentra en total acuerdo respecto a la gravedad de la crisis de la educación terciaria en el país, sin duda, la más preocupante desde el año 1981, cuando se inició el sistema de autofinanciamiento universitario. El consenso de la comunidad chilena se manifiesta mayoritariamente: en la percepción del deterioro de la educación superior; en la apreciación de que la formación universitaria vinculada con el lucro constituye una peligrosa, negativa y hasta perversa asociación; en el insuficiente gasto público del estado, cuya inversión en la formación universitaria sólo alcanza un 0,3% del PIB; en el hecho de que la reforma impulsada por el actual gobierno continuará acentuando la profunda inequidad del sistema educacional chileno, incluyendo –naturalmente- a las universidades del país; en el sorprendente e injusto gasto de hasta un 70%, del total del presupuesto asignado a educación, en el que incurren las familias chilenas para educar a sus hijos e hijas, entre otras falencias del sistema.

2. Siguiendo los mismos planteamientos de nuestras máximas autoridades universitarias, creemos que de no modificarse el actual estado de cosas, la Universidad de Concepción corre serios riesgos para continuar con su larga y constante tarea de formar profesionales, intelectuales y científicos y científicas que contribuyen decididamente al desarrollo de la región y el país. Frente a ello, reafirmamos la vocación esencialmente pública de la Universidad de Concepción, al formar a estudiantes que provienen mayoritariamente de sectores más postergados y constituir una de las pocas instituciones de educación superior de Chile verdaderamente universitaria, esto es, con docencia de calidad, investigación de alto impacto, al servicio de las reales necesidades del país y con extensión que contribuye al desarrollo de la cultura y las artes regionales y nacionales.

3. Resulta una lamentable paradoja comprobar que las políticas universitarias que se siguen implementando sólo permiten el desmantelamiento de universidades, como la nuestra, que buscan, precisamente, aportar de modo real a terminar con las inequidades que provoca un sistema desgastado y en crisis. Por lo mismo, hacemos un llamado a establecer un diálogo abierto, fructífero, comprometido con el desarrollo social del país, de académicos, académicas, estudiantes, funcionarias y funcionarios, en conjunto con nuestras autoridades, así como a generar, entre los académicos, mecanismos de organización y participación democrática que se aboquen a buscar soluciones a los graves problemas por los que atraviesa la educación superior.

4. Por último, llamamos a adherir a las iniciativas de discusión ya en marcha de estudiantes, administrativos y académicos y académicas, como el llamado para el jueves 23 de junio, convocado por los Sindicatos 1 y 3 de la Universidad de Concepción.

Rector de la U. de Chile: Propuesta de Lavín es “muy insuficiente”

radio.uchile.cl
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El rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, aseguró que la oferta entregada por el Gobierno no incluye puntos sustanciales como la regulación del lobby; la proyección de una superintendencia de Educación Superior que fiscalice el lucro en los planteles y los aportes basales a las universidades estatales. La propuesta será analizada este miércoles en el Senado y Consejo Universitario, instancias donde se decidirá si se suscribe este acuerdo con el Ejecutivo.

Como “muy insuficiente” calificó el rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, la respuesta entregada por el Gobierno a las demandas de los planteles estatales y que implicaba, entre otras cosas,  una inyección de 217 millones de dólares a entregarse en los próximos cinco años a las 25 casas de estudios que integran el CRUCH.

“La propuesta hecha por el ministro a las universidades tradicionales es muy insuficiente porque excluye cuatro aspectos que me parecen centrales: Falta más transparencia a través de una ley que regule el lobby y la obligación de que los estados financieros de las universidades sean auditados externamente; no se proyecta una superintendencia de educación superior que haga cumplir la ley que estipula que las universidades no pueden tener lucro; no se entregan aportes basales a las universidades estatales en virtud de que el Estado es su dueño y tampoco se define un aumento de tipos y montos de becas para los estudiantes”, dijo la máxima autoridad de nuestra casa de estudios.

Pérez sostuvo que aunque ha habido avances en otros temas, la principal piedra de tope es el financiamiento. “Para lograr esos fondos habrá que concursar y las universidades estatales tienen que planificar su desarrollo a mediano y largo plazo. Eso requiere aportes basales que aseguren su sustentabilidad académica y económica. La Universidad se mira a 10 a 15 años”, afirmó.

Por lo mismo, el rector hizo un llamado al ministro a “no seguir dilatando los tiempos de conversación.

Pérez adelantó que se discutirá el tema este miércoles en el Senado Universitario  y en el Consejo Universitario, instancias donde se decidirá si la Universidad de Chile suscribirá este acuerdo con el Gobierno.

Finalmente, respecto de un eventual cambio en la oferta del Ejecutivo, el rector Pérez indicó que “De aquí al jueves hay tiempo para que cada uno de los actores reflexione y haga los planteamientos necesarios para permitir buscar una salida a esta situación”.

Detalles de la propuesta

El ofrecimiento del Ministerio de Educación, incluye aspectos como:

—Avanzar “hacia una rendición de cuentas públicas de todas las instituciones de educación superior”, lo que implica fortalecer la fiscalización y “será exigencia la publicación de una FECU semestral de cada institución”.

—Crear una mesa de trabajo para presentar un marco para un proyecto de Ley sobre Universidades Estatales antes del 31 de agosto y otra para un proyecto de ley a fin de crear la Subsecretaría de Educación Superior antes del 31 de julio.

—Revisar la focalización de las ayudas estudiantiles basada en quintiles, evaluando la incorporación de los deciles.

—Crear un “aporte de nivelación académica” (que se entregará directamente a las universidades) para apoyar el ingreso de estudiantes con mejor ranking de cada establecimiento, aunque no alcancen los puntajes necesarios en la PSU.

—Implementar un marco legal para acreditación que sea más exigente y que garantice la no existencia de conflictos de interés de los acreditadores participantes de los procesos. Crear una mesa de trabajo cuyas conclusiones sirvan de marco para un proyecto de ley antes del 1 de julio de 2012.

—US$ 62 millones para fortalecer universidades estatales y US$ 15 millones para no estatales del Consejo de Rectores, dineros que se asignarán contra proyectos y metas específicas de desarrollo.

—Reajustar el Aporte Fiscal Directo en la misma proporción que las remuneraciones del sector público.

—Un fondo para aumentar el equipamiento científico para la investigación de excelencia, que será concursable y anual para equipamiento sobre US$ 150 mil. Este fondo comenzará con un piloto por US$ 10 millones.

—US$ 50 millones para elevar la calidad en la formación de profesores y agilizar el proyecto de ley que establece como obligatoria la Prueba Inicia a los egresados de pedagogía.

—Establecer una mesa de trabajo sobre financiamiento estudiantil en conjunto con los representantes de los alumnos. Con esto se definirá el proyecto de ley de reprogramación del Fondo Solidario y la reformulación del Crédito con Aval del Estado (para bajar su tasa de interés) antes del 31 de agosto.

La respuesta de los universitarios

Este martes el ministerio también planteó sus compromisos con los estudiantes a través de una carta que entregó el propio Lavín a los estudiantes. La misiva presenta un Fondo de Revitalización de la educación universitaria, con 75 millones de dólares.

El ministro propuso también modificaciones al funcionamiento del Fondo Solidario, al igual que la disminución de las tasas en el Crédito con Aval del Estado, fiscalizaciones para regular el lucro en las universidades, mayor participación y libre asociación de estudiantes, además de un plan para solucionar  las deudas del Estado con los profesores y el estudio para que la TNE pueda ser usada todo el año.

La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, reconoció que por primera vez existe una respuesta sólida, aunque sin la profundidad que ellos esperaban en asuntos como el de una Educación Pública, por lo señaló que analizarán la respuesta con todos los estudiantes.

“Por fin se nos entrega una respuesta concreta, si bien faltan algunos puntos. Este texto será bajado a los estudiantes desde Arica a Magallanes para estudiar la proyección del movimiento, no están todos los puntos, pero sí hay una respuesta concreta que esperábamos, la que se someterá a discusión en todos los espacios, analizando junto a todos los compañeros”, indicó la dirigenta.

El parcial cumplimiento de las demandas de los estudiantes  no fue interpretada por el secretario de Estado como una forma de ceder ante las presiones.  “Estos temas son de nuestra agenda de educación superior, esto coincide con lo que los estudiantes quieren, hablamos de las mismas cosas, pero diferimos en la forma. Hay respuesta a todos los temas, tenemos un compromiso concreto de enviar un proyecto de ley que establezca alternativas a la desmunicipalización, tenemos plazo hasta el 30 de septiembre y lo vamos a cumplir”, sostuvo Lavín.

Según el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, es  insuficiente la respuesta de Lavín  porque debe haber un rol más preponderante del ministerio ya que cualquier otra medida va al fracaso en la búsqueda de la educación pública.

Gajardo agregó que no hubo condiciones para establecer la mesa de diálogo. “Este es un movimiento de tal envergadura y transversalidad que tiene el apoyo del pueblo. Por lo tanto, creo que el ministerio no tiene la capacidad para hacer condiciones, nosotros daremos cualquier paso con el ministerio sobre los temas de fondo y no por medidas que impliquen unos pesos más o unos pesos menos”.

De todas formas, Vallejo indicó que esto no significa el término de las movilizaciones.

Inminente rechazo de Universidad de Chile a propuesta de ministro Lavín

Juan San Cristóbal
radio.uchile.cl
u chile

Tanto el Consejo como el Senado Universitario analizaron la propuesta entregada por el secretario de gobierno, quienes apuntan a una insuficiente inyección de recursos. Rector Víctor Pérez encabeza reunión decisiva del CRUCH con el ministro fijada para este jueves.

El miércoles, el Consejo Universitario y el Senado Universitario de nuestra casa de estudios decidieron manifestar su tajante rechazo a la propuesta del ministro de Educación, Joaquín Lavín, a las demandas del sector en el marco de la reforma a la educación superior.

El Consejo de la Universidad de Chile se reunió la tarde de ayer miércoles, donde se analizó esta propuesta entregada por el ministro a los dirigentes de la Confech y el Colegio de Profesores, quienes rechazaron las medidas ofrecidas para bajar la movilización.

Por su parte, el Senado Universitario también dedicó una jornada de estudio de la propuesta ministerial, la que fue refutada por la insuficiencia de los puntos comprometidos, además de no responder de forma clara a la necesidad de mejorar la regulación de instituciones privadas en la educación superior.

El martes, luego de conocer el detalle del ofrecimiento, el rector Víctor Pérez declaró que son “medidas insuficientes” para mejorar la educación, y mantuvo su apoyo a la movilización.

El Rector Pérez destacó cuatro puntos que no fueron abordados por el secretario de gobierno: la falta de transparencia respecto a la regulación del lobby y una auditoría externa a los estados financieros de las universidades; la creación de una Superintendencia de la Educación Superior. Otro de los aspectos que enfatiza la autoridad universitaria recae en mayor inyección de recursos basales a entidades que pertenecen al Estado, además de sumar ingresos al sistema de becas para los estudiantes.

El ministro de Educación, Joaquín Lavín, sostendrá un nuevo encuentro con el Consejo de Rectores de Universidades Tradicionales (CRUCH), quienes mantienen una discusión respecto a la reforma de doce puntos planteada desde gobierno. La última reunión del pasado lunes no alcanzó un punto de acuerdo entre ambas partes, lo que obligó a agendar este nuevo encuentro de forma extraordinaria.

La semana pasada, el CRUCH respondió a este programa con una minuta donde establece sus observaciones, quienes apuntan a la necesidad de regular el lucro en las universidades privadas como una de las principales diferencias.

Por su parte, Joaquín Lavín se reunió la mañana del martes con representantes de la Confech y el Colegio de Profesores, a quienes dio a conocer un paquete de medidas graficado en 75 millones de dólares para atender a algunas demandas del petitorio. Medidas que ahora fueron rechazadas por los estamentos de nuestro plantel representados en el Senado y el Consejo Universitario. El rector tendrá ahora la palabra, frente al titular de Educación.

Educación en el mundo (2010): datos básicos de 45 países…

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EDUCACION Y DESARROLLO EN EL MUNDO

FUENTES: PISA 2006/2009 y PNUD 2007-2008/ 2010

PAISES

Lugar en Prueba Pisa 2009 (Lectura)

Lugar en Prueba Pisa 2006 (Lectura)

Ranking Desarrollo Humano (IDH)

2007-2008

Ranking Desarrollo Humano (IDH)

2010

Porcentaje (%) de alumnos Pisa

2009 y 2006 (b) en Educación Pública y Privada

% del PIB en Educación

200-2007

% de gasto público destinado a Educación

2002-2006

Gasto en I&D como % del PIB

2000-2007

H.Kong/Shanghai (China)

1 Sh. 4HK

3 HK

21 HK

21 HK

7/93 (b)

3,3 HK

23,0 HK

0,8 HK

COREA del Sur

2

1

26

12

64/36

4,2

16,5

3,5

FINLANDIA

3

2

11

16

96/4

5,9

12,8

3,5

SINGAPUR

5

NP

25

27

2,8

18,2 (1991)

2,6

CANADA

6

4

4

8

94/6

4,9

12,5

2,0

N. ZELANDIA

7

5

19

3

96/4 (b)

6,2

20,9

1,3

JAPON

8

15

8

11

71/29

3,4

9,8

3,4

AUSTRALIA

9

7

3

2

4,7

13,3

2,2

HOLANDA

10

11

9

7

35/65

5,5

11,2

1,8

BELGICA

11

12

17

18

6,1

12,2

1,9

NORUEGA

12

25

2

1

98/2 (b)

6,7

16,6

1,7

ESTONIA

13

13

44

34

98/2 (b)

5,0

14,9

1,1

SUIZA

14

14

7

13

95/5 (b)

5,3

13,0

2,9

POLONIA

15

9

37

41

98/2 (b)

4,9

12,7

0,6

ISLANDIA

16

24

1

17

99/1 (b)

7,5

16,6

2,8

EE.UU

17

NP

12

4

93/7

5,5

15,3

2,7

SUECIA

19

10

6

9

90/10

6,7

12,9

3,7

ALEMANIA

20

18

22

10

96/4

4,4

9,8

2,6

IRLANDA

21

6

5

5

42/58 (b)

4,9

14,0

1,3

FRANCIA

22

23

10

14

90/10

5,6

10,9

2,1

TAIPEI/China

23

16

65/35 (b)

DINAMARCA

24

19

14

19

76/24 (b)

7,9

15,3

2,6

INGLATERRA

25

17

16

26

94/6

5,6

12,1

1,8

HUNGRIA

26

27

36

36

84/16 (b)

5,4

11,1

1,0

OCDE Promedio

25/493

21/492

27/0,916

12/0,879

83/17

ITALIA

29

33

20

23

95/5

4,3

9,6

1,1

ESPAÑA

33

35

13

20

69/31

4,4

11,0

1,3

Rep. CHECA

34

26

32

28

96/4 (b)

4,6

10,0

1,6

ISRAEL

37

40

23

15

73/27 (b)

6,4

13,7

4,7

AUSTRIA

39

22

15

25

87/13

5,4

10,8

2,5

FED. DE RUSIA

43

39

67

65

100/0

3,9

12,9

1,1

CHILE

44

38

40

45

47/53

3,4

18,5

0,7

URUGUAY

47

42

46

62

83/17

2,8

7,9

0,4

MEXICO

48

43

52

56

89/11

4,8

25,6

0,5

COLOMBIA

52

51

75

79

84/16

3,9

11,1

0,2

BRASIL

53

49

70

73

92/8

5,2

10,9

1,0

ARGENTINA

58

53

38

46

65/35

4,9

13,1

0,5

PANAMA

62

54

83/17

3,8

8,9

0,2

PERU

63

NP

87

63

82/18

2,7

13,7

0,1

CUBA

NP

NP

51

100/0

13,6

16,6

0,4

PARAGUAY

NP

NP

95

96

72/28 (c)

4,0

10,8

0,1

BOLIVIA

NP

NP

117

95

84/16 (c)

6,3

18,1

0,3

EL SALVADOR

NP

NP

103

90

70/30 (c)

3,6

20,0

0,1

ECUADOR

NP

NP

89

73

68/32) (c)

1,0

8,0

0,2

VENEZUELA

NP

NP

74

75

3,7

17,0 (1991)

COSTA RICA

NP

NP

48

62

5,0

18,5

0,4

(b) Datos Pisa 2006; (c) Datos SITEAL (http://www.siteal.iipe-oei.org)

Chile y la reforma universitaria: el proyecto ultra-mercantil del Ministro J. Lavín…

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21 de Junio de 2011

Lavín, Guzmán, Pinochet y la revolución universitaria del 81

Jaime Retamal
Facultad de Humanidades de la Usach
http://educacion.usach.cl

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Bastante de violencia han hablado las autoridades de gobierno la última semana, y esto a propósito de las movilizaciones de los estudiantes universitarios.

La retórica equilibrista del Ministro de Educación, Joaquín Lavín, hablando no desde el ministerio de Educación, sino desde el mismísimo Palacio de La Moneda, el centro del poder, mezcló la palabra “energía” con “violencia” para desacreditar a esos miles de jóvenes que caminaron pacíficamente por la Alameda.

¿Es la educación superior chilena un enclave autoritario de la dictadura de Pinochet?; ¿es su lógica, su inspiración, su modelo, su fundamentación, herencia –una más- del totalitarismo pinochetista de los 80?

No es porque el Ministro y La Moneda estén ad portas de nuevas encuestas de opinión, el motivo por el cual calificamos su retórica de equilibrista. Es así, más bien, porque la respuesta a la pregunta de si la educación superior es o no un “enclave autoritario” está llena de un vértigo abismal, para quien pretende ser, como Joaquín Lavín, el nuevo Presidente de Chile, o para quien desea pasar a la historia como un gran Ministro de Educación.

Nadie está más cercano al vacío que Joaquín Lavín. Gran opus-deista chileno; fundador de una universidad privada; ilustrísimo Chicago boy y UDI hasta el tuétano: heredero, hijo putativo predilecto de Jaime Guzmán y Augusto Pinochet Ugarte. Creador -ghost writer- como dice el mito urbano, de la famosa frase “de cada siete chilenos, uno tendrá automóvil; de cada cinco, uno tendrá televisor, y de cada siete, uno dispondrá de teléfono”, dicha por el Capitán General un 11 de Septiembre de 1980. Los ochenta… la década de las más profundas transformaciones en la educación chilena, particularmente, en la educación superior ¡Qué años!

No es una tesis del todo descabellada afirmar que “Marzo del 81” es EL momentum de toda la revolución de la educación superior en Chile, resistida hoy en las calles y en crisis, por cierto, como lo reconocen todos los actores.

Marzo del 81. Chile disputaba la Copa Davis sufriendo contra Colombia; los cines tenían en su cartelera a “Belle de jour” y se estrenaba “El huevo de la Serpiente” de Bergman; Héctor Soto, el cura Valente del cine, ya repetía su ironía (copiada o no) de que Hollywood era una gigantesca fábrica de salchichas; uno de los autos del año, traído directamente desde Francia, era el más ofertado por los diarios, el Renault 5, a toda página; y canal 7 transmitía la serie de 12 capítulos que contaba la vida del “héroe” de la 2ª Guerra Mundial, “Lord Mountbatten”. Todo superficialmente estaba bien y transcurría con normalidad. Pero en el fondo, se estaba gestando la gran transformación de la educación superior que transformaría la lógica universitaria, y también, no está de más decirlo, la lógica del tejido social en Chile.

la revolución universitaria del año 81 de Augusto Pinochet, que encuentra a Jaime Guzmán como uno de sus defensores más radicales, no hace sino retrotraernos a un momento difícil de nuestra historia nacional y a un momento donde se produjeron profundos cambios que terminaron por configurar otra sociedad y otra cultura. Para ello, la Universidad fue central.

 

Fue en Marzo del 81 cuando se dio inicio al llamado “Periodo Constitucional” de Augusto Pinochet. El 11 de Marzo juró ante la nueva Constitución de la República de Chile y el oficialismo declaraba que el país “recuperaba la confianza en sí mismo.”

Con ese tono tan característico que poseía, Augusto Pinochet enfatizaba en su discurso del 11 de Marzo del 81: “No podría dejar de mencionar, entre los progresos sociales que se han materializado en estos años, las recientes reformas a las normas sobre educación superior[…]El Gobierno ha sentado las bases para que su acción educacional, con el aporte primordial de la iniciativa particular de los chilenos, permita una capacitación amplia y de calidad a vastos sectores que hasta ayer se veían privados de ella […] el dictar estas normas legales obedece a nuestra profunda convicción de que la autonomía de cada persona y la igualdad de oportunidades para todos, son bases esenciales de la Gran Nación que aspiramos a construir e integrar.

Las dos cosas que primero hizo Pinochet, tras jurar, fue anunciar un nuevo presupuesto para las universidades (lógica presupuestaria que se mantiene hasta hoy más menos) y declarar al país en “Estado de Peligro de Perturbación de Paz Interior”, recurriendo a las facultades que le confería la disposición 24ª transitoria de la nueva Carta Fundamental.

¿Alguien en su sano juicio, dada las condiciones, iba a alzar la voz como correspondiese ante tamañas transformaciones revolucionarias en la universidad?

Pues sí; Jaime Guzmán tomó partido. Entregó uno de los apoyos más fundamentales a esa transformación revolucionaria a la educación superior llevada adelante por el Capitán General Augusto Pinochet y el aparato totalitario de instalación de políticas públicas de cada sector gubernamental.

Un documento verdaderamente histórico de 14 páginas –“histórico” dada la revolución y dada la actual crisis universitaria- resulta ser la fundamentación que Jaime Guzmán hiciera en la Revista Realidad de Marzo del año 1981. Se trata de un escrito formidable, por su densidad ideológica y filosófica, que muestra no sólo la genialidad del fundador del gremialismo y la UDI, sino también, la profundidad social que una revolución universitaria puede crear.

Este documento fue escrito en co-autoría con Hernán Larraín, actual senador UDI, y se titula “Debate sobre nueva legislación universitaria”.

Como se sabe (ver los textos de Renato Cristi o Verónica Valdivia) Jaime Guzmán mutó de una concepción “gremial-corporativa” a una “neoliberal”. Y fue en los 80 donde defendió esta nueva concepción. Su principal “brazo armado” teórico fue la Revista Realidad, fundada por él mismo el año 1979. Nada de mitos –dice su escrito fundacional- ni de utopías destructoras, la verdadera fe debe estar puesta en aceptar con realismo la verdadera naturaleza del hombre y las cosas, debemos ajustarnos a la realidad, afirma.

Pues bien, en Marzo del año 1981, en una especie de debate imaginario se afirma que “la sola publicación de los primeros cuatro DFL sobre la nueva institucionalidad universitaria, ha desatado una variada crítica de ciertos sectores muy determinados, cuyas principales objeciones hemos creído conveniente recoger y refutar en este artículo.” Entrega este “artículo” 15 refutaciones a 15 objeciones críticas.

Señala que la pretendida Reforma Universitaria de los años 1967-1973 estaba completamente equivocada en su orientación. Tenía fundamentalmente “una visión académica irreal […] una masificación artificial de la educación superior, que iba mucho más lejos de la exigida por la natural evolución social antes mencionada, y que por el contrario se fundaba en una inspiración demagógica , cuyo extremo fue el lema marxista de “universidad para todos”, una desviación de su origen universitario hacia un claro predominio político, que pretendió instrumentalizar las Universidades al servicio de dos sucesivos experimentos ideológicos (democratacristiano primero y marxista después), y en fin, una pérdida de las jerarquías universitarias, ejemplificada en el cogobierno estudiantil y del personal administrativo […] la frustración actual de miles de académicos y estudiantes universitarios, representa la mejor demostración de que el sistema universitario chileno se había deteriorado hasta languidecer en la mediocridad, cuando no a descender a niveles vergonzosos e indignos del nombre de universitario”.

Respecto al eje competitividad, que será crucial en todo el sistema hasta el día de hoy, señala que a la sazón ninguna de las 8 Universidades existentes se encuentra sujetas a desafíos competitivos entre ellas, al tener su financiamiento asegurado por el presupuesto estatal. En este sentido “la nueva legislación universitaria busca una suerte de control indirecto de la calidad académica, que se obtiene básicamente estimulando la competencia entre las universidades. Eso se procura a través de cuatro instrumentos principales, a los que luego haremos sucesiva referencia: la facilidad para crear nuevas Universidades, el surgimiento de institutos de educación superior no universitarios, el cambio en el sistema de financiamiento estatal a ala educación superior, y la racionalización de las actuales Universidades”. Ahí están los ejes del desarrollo universitario que marcarán el futuro del sistema.

En efecto, “la competencia constituye  un poderoso estímulo de superación personal en el ser humano […] la llamada solidaridad, al margen de estímulos competitivos, siempre ha redundado en mediocridad y fracaso […] para superar la baja calidad de muchas escuelas o sedes universitarias actuales, se hace por tanto indispensable someterlas a un desafío competitivo que las obligue a elevar sus niveles docentes si desean salir airosas. Y nada mejor para ello que entregarle la decisión al usuario, en este caso al postulante universitario, el cual sólo podrá ser atraído por medio de la calidad académica.” En este sentido, no se puede tildar a esta reforma de economicista, pues representa “un simple slogan para intentar el descrédito de un camino eficaz de mejoramiento académico de nuestras Universidades, sin que exista de parte de los detractores ninguna sugerencia alternativa que pudiera considerarse preferible e igualmente idónea para el fin perseguido.

Cuando se hace referencia a la gratuidad, el texto de Guzmán es muy clarificador, pues señala que “la llamada “educación universitaria gratuita” que prevaleció tradicionalmente en Chile, no pasaba de constituir un eufemismo para ocultar la verdadera realidad, ya que todos saben que ningún servicio social –ni mucho menos el de brindar educación superior- puede ser realmente gratuito. Su costo lo paga alguien, y ese alguien es el Estado.” Es decir, lo pagaban los millones de chilenos a través del pago de impuestos y contribuciones. El punto es que “implicó que muchos chilenos de menores recursos financiaban la formación profesional de personas de ingresos más elevados, que en numerosos casos estaban en condiciones de pagar sus estudios. La injusticia se agudizaba por el hecho de que el título profesional así obtenido facultaba a su poseedor para percibir ingresos periódicos superiores al promedio de los contribuyentes chilenos. La decisión de terminar con esta injusticia social, y que cada persona pague el valor de su educación superior, alcanza la mayor importancia ética dentro del camino hacia una sociedad más justa”.

Como se advierte en la Editorial de este número de la Revista Realidad de Marzo de 1981, titulada ¿Qué hacer ahora en las Universidades?, “la ley es categórica: las actuales Universidades estarán abiertas a la competencia por la captación de alumnos, frente a nuevas Universidades o a otros institutos de educación superior no universitarios que se puedan formar […] la racionalidad económica impuesta, junto con evidenciar la principalísima importancia del profesor, hace exigible su calidad diseñando mecanismos para su eficaz logro”.

Y para el estudiante universitario, la Editorial afirma que “lo que antes recibía gratuitamente (o casi) por su sola aptitud, ahora le significará una mayor responsabilidad debido a las consecuencias económicas que puede tener –para él o su familia- su eventual negligencia. Esto se traduce en un mayor compromiso del alumno con sus estudios y, al mismo tiempo, lo hace un elemento que demanda y urge más y mejor servicio docente”.

No obstante, cabe recordar, como lo hace Verónica Valdivia en sus “Lecciones de una Revolución: Jaime Guzmán y los gremialistas, 1973-1980” que “a Guzmán nunca le interesó de manera especial el área económica o de políticas sociales, sino lo social y político en tanto dominación, pues creía en una sociedad constituida por seres desiguales y naturalmente jerárquica. Su supuesta “neoliberalización” no afectaba ese núcleo central, sino lo reforzaba al debilitar celularmente a los partidos con la hegemonía del mercado.” En este sentido, Guzmán no es un pensador político simple; su complejidad y aguda visión de la historia de la derecha chilena, sumado a su inconfundible pragmatismo portaliano, lo hacen extremadamente difícil de aprehender conceptualmente.

En todo caso, la revolución universitaria del año 81 de Augusto Pinochet, que encuentra a Jaime Guzmán como uno de sus defensores más radicales, no hace sino retrotraernos a un momento difícil de nuestra historia nacional y a un momento donde se produjeron profundos cambios que terminaron por configurar otra sociedad y otra cultura. Para ello, la Universidad fue central.

Durante las últimas semanas dirigentes estudiantiles, rectores, académicos, líderes de opinión y hasta políticos, han insistido y recordado que la actual crisis de la educación superior tiene un determinado año de inicio con un contexto y actores políticos aún vigentes.

Sin embargo, otros no ven en ninguna parte una crisis. Y no está demás decirlo. Como se sabe, el mercado de la educación superior mueve al año más de 3.300 millones de dólares. Así, nadie duda que el mercado se proyecta, en el corto plazo, extremadamente sustancioso. Más de 1 millón de clientes en la educación superior (universitaria y técnica) nos habla de un muy atractivo negocio si lo multiplicamos por los 3 mil dólares que es el mínimo de nuestro arancel, uno de los más altos del mundo en relación al PIB, según el FMI.

Sólo un realismo cínico en política, a la Maquiavelo, haría decir que la revolución universitaria de Marzo del 81 ha sido exitosa, dada su eficacia y dado su actual dinamismo de mercado.

Ya nadie puede seguir siendo Maquiavelo. Menos el ministro Joaquín Lavín. En todo caso, ¿qué hacía el ministro de educación en Marzo del 81?

El Mostrador.cl

Chile: lucro y mercado en la Educación cuestionados por fuertes movilizaciones estudiantiles…

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Punto clave del petitorio de los 80 mil manifestantes que marcharon ayer

El lucro: la gran piedra en el zapato de Lavín

Es una de las consignas que se repite en los lienzos y gritos. También es uno de los temas transversales. Y aunque el ministro ha planteado una salida, su pasado vínculo al mundo universitario privado genera desconfianza en los interlocutores de la reforma a la educación superior que se está conversando.

por Alejandra Carmona, El Mostrador

“¿Vieron lo que dije en la tele?”, comentó el ministro de Educación Joaquín Lavín en la sala. El secretario de Estado se refería a sus dichos de la noche anterior en el programa de televisión Tolerancia Cero, donde conversaba acerca del conflicto estudiantil que se arrastra hace semanas y que tuvo su peak ayer cuando sumó a más de 80 mil manifestantes: profesores, universitarios y secundarios.

La mayoría sí había visto el programa. La pregunta apuntaba más que nada a la idea que lanzó el secretario de Estado por las pantallas de CHV: un estatuto para clarificar el lucro en la educación superior. “Una alternativa es decir transparentemos todo. Transparentemos la universidad, la inmobiliaria que hay detrás, quiénes son sus dueños. O hagamos algo más audaz, hagamos un nuevo estatuto de universidades”, señaló.

Los miembros del comité ejecutivo del Consejo de Rectores (Cruch) que se encontraban a esa hora en el Ministerio de Educación, lo miraron y estuvieron completamente de acuerdo con él. Sin embargo, hay algo que no cuaja. Y es que Lavín puso un agregado sobre la mesa: recursos estatales podrían ir a instituciones con fines de lucro vía demanda. “Es decir, todo lo que el alumno lleve en AFI o en becas, entrarían”, cuenta uno de los presentes.

El lucro, que ha pasado por las bocas de dirigentes estudiantiles, políticos y lienzos, es el concepto transversal del gran movimiento estudiantil que se ha levantado y que ayer tuvo una convocatoria histórica. Las conversaciones están en punto muerto: con La Moneda como escenario, Lavín salió la tarde de ayer –flanqueado por el al subsecretario de la cartera, Fernando Rojas, y el jefe de la división de Educación Superior del Mineduc, Juan José Ugarte– para decir que rechazaba la violencia y estaba abierto el diálogo. Pocos minutos después y en contraposición, estudiantes y profesores aseguraron que sin propuestas concretas no había posibilidad de sentarse a conversar.

En Chile, las cifras de inversión en educación son un desastre. En las universidades, el 85% del total lo financian las familias y el 15% restante proviene del Estado a través, por ejemplo, de becas. En los países de la OCDE es totalmente al revés. El aporte del Estado es de un 85% en promedio. En ese sentido, hay sólo tres países que empeoran el ranking, y donde la educación también es un lujo: Estados Unidos. Inglaterra y Japón.

 

El lucro es, según los manifestantes, uno de los grandes problemas que arrastra la educación chilena y es también uno de los puntos que genera desconfianza con los actores con los que se debe relacionar el titular de Educación. “Su cercanía con la Universidad del Desarrollo y ese mundo privado claramente genera desconfianzas, aunque no tenemos por qué no creerle cuando dice que quiere llevar adelante una gran reforma”, comenta un rector.

El libro “El negocio de las universidades” de María Olivia Mönckeberg, señala que “el 2 de agosto de 1991 se constituyó la Inmobiliaria Ainavillo con un capital de 30.500.000 pesos. La formaron los mismos fundadores de la Universidad: Joaquín Lavín, Ernesto Silva Bafalluy y Cristián Larroulet”.

“En 1994 Ainavillo fue modificada y cuatro sociedades de papel reemplazaron a las personas naturales en calidad de socias: Estudios Económicos Limitada, sociedad constituida por Joaquín Lavín, quedó con un 17,1 por ciento; Inversiones El Otoñal S.A. de Cristián Larroulet, aumentó al 20 por ciento; Inversiones Sydarta Limitada, de Ernesto Silva Bafalluy subió a 22,7 por ciento; Inversiones El Estribo, de Federico Valdés, con 10,4, y Administraciones e Inversiones Penta, de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, con un 16,6 por ciento”.

El texto también cuenta que a fines de 2001, Lavín figuraba con 15%, tras vender un 3% a Penta III.

Por todos estos vínculos miran con recelo en el sector a Lavín y lo ponen en la otra vereda.

La presión por una Superintendencia

En 1981 se dicta la Ley General de Universidades que permite la fundación de universidades privadas, entidades que deben ser fundaciones sin fines de lucro. Luego, tanto la LOCE como la LGE no se refirieron a la Educación Superior. “La gran queja es que se sabe que hay instituciones universitarias que, sin embargo, reparten excedentes mediante subterfugios, inventan canales para eludir la ley y darle dinero a los controladores o propietarios”, comenta José Joaquín Brunner, experto en educación. Es esto, que se cumpla la ley, y no se permita el lucro, es lo que exigen los actores de la educación que hoy se encuentran movilizados.

Brunner también señala que el tema se puede solucionar mediante dos instrumentos: establecer un estatuto claro para que los establecimientos de educación superior informen acerca de todos sus recursos, como lo hace una Sociedad Anónima. Y que también se cuente con un instrumento para que el Gobierno supervise. “Esto puede ser una agencia o una Superintendencia”, comenta el experto.

Una Superintendencia es también el concepto que más se repite entre los rectores del Cruch para fiscalizar que se cumpla el que la educación no es una mercancía. Para esto, una Subsecretaría –como la que fue planteada en el discurso del 21 de mayo por Sebastián Piñera– no basta.

Las críticas al lucro también corren para la educación básica y media. Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, dice que “en  el caso de las escuelas particulares subvencionadas, el lucro afecta porque ellos pueden optar a la subvención que entrega el Estado y, además, al financiamiento compartido. Incluso hay tramos que puede llegar a un valor de hasta 40 mil pesos por alumno; ellos pueden ir ampliando el cobro, tener un doble ingreso, pero por la flexibilidad curricular se permite que tenga una planta mínima y con eso se abaratan los costos”.

En Chile, las cifras de inversión en educación son un desastre. En las universidades, el 85% del total lo financian las familias y el 15% restante proviene del Estado a través, por ejemplo, de becas. En los países de la OCDE es totalmente al revés. El aporte del Estado es de un 85% en promedio. En ese sentido, hay sólo tres países que empeoran el ranking, y donde la educación también es un lujo: Estados Unidos. Inglaterra y Japón. “El Estado tiene que hacer un esfuerzo de mayor gasto en Educación Superior para alcanzar a los países con mejor estándar. El aporte por AFI (Aporte Fiscal Indirecto) es US$ 40 millones anuales. Piensa que el Transantiago, anualmente, se lleva US$ 800 millones entre subsidios permanentes y transitorios, de eso estamos hablando. El aporte basal a las universidades del Cruch (Aporte Fiscal Directo) sólo cubre en promedio el 20% de su presupuesto de operación, mientras en algunas universidades del Estado apenas alcanza el 4% del presupuesto de operación”, señala el economista de la Usach, Francisco Castañeda.

Es por este motivo que la histórica movilización de ayer, que también remeció a las regiones, pretende llevar el lucro al Congreso. El presidente del Senado, Guido Girardi, señaló que es una tarea prioritaria e ineludible que en el escenario actual “donde estamos frente a punto de quiebre, se reponga la discusión sobre el fortalecimiento de la educación pública desde la edad pre escolar, escolar, superior y post grado”.

Chile: gran movilización estudiantil refuerza demanda de cambios en educación pública…

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Punto clave del petitorio de los 80 mil manifestantes que marcharon ayer

El lucro: la gran piedra en el zapato de Lavín

Es una de las consignas que se repite en los lienzos y gritos. También es uno de los temas transversales. Y aunque el ministro ha planteado una salida, su pasado vínculo al mundo universitario privado genera desconfianza en los interlocutores de la reforma a la educación superior que se está conversando.

por Alejandra Carmona

“¿Vieron lo que dije en la tele?”, comentó el ministro de Educación Joaquín Lavín en la sala. El secretario de Estado se refería a sus dichos de la noche anterior en el programa de televisión Tolerancia Cero, donde conversaba acerca del conflicto estudiantil que se arrastra hace semanas y que tuvo su peak ayer cuando sumó a más de 80 mil manifestantes: profesores, universitarios y secundarios.

La mayoría sí había visto el programa. La pregunta apuntaba más que nada a la idea que lanzó el secretario de Estado por las pantallas de CHV: un estatuto para clarificar el lucro en la educación superior. “Una alternativa es decir transparentemos todo. Transparentemos la universidad, la inmobiliaria que hay detrás, quiénes son sus dueños. O hagamos algo más audaz, hagamos un nuevo estatuto de universidades”, señaló.

Los miembros del comité ejecutivo del Consejo de Rectores (Cruch) que se encontraban a esa hora en el Ministerio de Educación, lo miraron y estuvieron completamente de acuerdo con él. Sin embargo, hay algo que no cuaja. Y es que Lavín puso un agregado sobre la mesa: recursos estatales podrían ir a instituciones con fines de lucro vía demanda. “Es decir, todo lo que el alumno lleve en AFI o en becas, entrarían”, cuenta uno de los presentes.

El lucro, que ha pasado por las bocas de dirigentes estudiantiles, políticos y lienzos, es el concepto transversal del gran movimiento estudiantil que se ha levantado y que ayer tuvo una convocatoria histórica. Las conversaciones están en punto muerto: con La Moneda como escenario, Lavín salió la tarde de ayer –flanqueado por el al subsecretario de la cartera, Fernando Rojas, y el jefe de la división de Educación Superior del Mineduc, Juan José Ugarte– para decir que rechazaba la violencia y estaba abierto el diálogo. Pocos minutos después y en contraposición, estudiantes y profesores aseguraron que sin propuestas concretas no había posibilidad de sentarse a conversar.

"En Chile, las cifras de inversión en educación son un desastre. En las universidades, el 85% del total lo financian las familias y el 15% restante proviene del Estado a través, por ejemplo, de becas. En los países de la OCDE es totalmente al revés. El aporte del Estado es de un 85% en promedio. En ese sentido, hay sólo tres países que empeoran el ranking, y donde la educación también es un lujo: Estados Unidos. Inglaterra y Japón."

El lucro es, según los manifestantes, uno de los grandes problemas que arrastra la educación chilena y es también uno de los puntos que genera desconfianza con los actores con los que se debe relacionar el titular de Educación. “Su cercanía con la Universidad del Desarrollo y ese mundo privado claramente genera desconfianzas, aunque no tenemos por qué no creerle cuando dice que quiere llevar adelante una gran reforma”, comenta un rector.

El libro “El negocio de las universidades” de María Olivia Mönckeberg, señala que “el 2 de agosto de 1991 se constituyó la Inmobiliaria Ainavillo con un capital de 30.500.000 pesos. La formaron los mismos fundadores de la Universidad: Joaquín Lavín, Ernesto Silva Bafalluy y Cristián Larroulet”.

“En 1994 Ainavillo fue modificada y cuatro sociedades de papel reemplazaron a las personas naturales en calidad de socias: Estudios Económicos Limitada, sociedad constituida por Joaquín Lavín, quedó con un 17,1 por ciento; Inversiones El Otoñal S.A. de Cristián Larroulet, aumentó al 20 por ciento; Inversiones Sydarta Limitada, de Ernesto Silva Bafalluy subió a 22,7 por ciento; Inversiones El Estribo, de Federico Valdés, con 10,4, y Administraciones e Inversiones Penta, de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, con un 16,6 por ciento”.

El texto también cuenta que a fines de 2001, Lavín figuraba con 15%, tras vender un 3% a Penta III.

Por todos estos vínculos miran con recelo en el sector a Lavín y lo ponen en la otra vereda.

La presión por una Superintendencia

En 1981 se dicta la Ley General de Universidades que permite la fundación de universidades privadas, entidades que deben ser fundaciones sin fines de lucro. Luego, tanto la LOCE como la LGE no se refirieron a la Educación Superior. “La gran queja es que se sabe que hay instituciones universitarias que, sin embargo, reparten excedentes mediante subterfugios, inventan canales para eludir la ley y darle dinero a los controladores o propietarios”, comenta José Joaquín Brunner, experto en educación. Es esto, que se cumpla la ley, y no se permita el lucro, es lo que exigen los actores de la educación que hoy se encuentran movilizados.

Brunner también señala que el tema se puede solucionar mediante dos instrumentos: establecer un estatuto claro para que los establecimientos de educación superior informen acerca de todos sus recursos, como lo hace una Sociedad Anónima. Y que también se cuente con un instrumento para que el Gobierno supervise. “Esto puede ser una agencia o una Superintendencia”, comenta el experto.

Una Superintendencia es también el concepto que más se repite entre los rectores del Cruch para fiscalizar que se cumpla el que la educación no es una mercancía. Para esto, una Subsecretaría –como la que fue planteada en el discurso del 21 de mayo por Sebastián Piñera– no basta.

Las críticas al lucro también corren para la educación básica y media. Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, dice que “en  el caso de las escuelas particulares subvencionadas, el lucro afecta porque ellos pueden optar a la subvención que entrega el Estado y, además, al financiamiento compartido. Incluso hay tramos que puede llegar a un valor de hasta 40 mil pesos por alumno; ellos pueden ir ampliando el cobro, tener un doble ingreso, pero por la flexibilidad curricular se permite que tenga una planta mínima y con eso se abaratan los costos”.

En Chile, las cifras de inversión en educación son un desastre. En las universidades, el 85% del total lo financian las familias y el 15% restante proviene del Estado a través, por ejemplo, de becas. En los países de la OCDE es totalmente al revés. El aporte del Estado es de un 85% en promedio. En ese sentido, hay sólo tres países que empeoran el ranking, y donde la educación también es un lujo: Estados Unidos. Inglaterra y Japón. “El Estado tiene que hacer un esfuerzo de mayor gasto en Educación Superior para alcanzar a los países con mejor estándar. El aporte por AFI (Aporte Fiscal Indirecto) es US$ 40 millones anuales. Piensa que el Transantiago, anualmente, se lleva US$ 800 millones entre subsidios permanentes y transitorios, de eso estamos hablando. El aporte basal a las universidades del Cruch (Aporte Fiscal Directo) sólo cubre en promedio el 20% de su presupuesto de operación, mientras en algunas universidades del Estado apenas alcanza el 4% del presupuesto de operación”, señala el economista de la Usach, Francisco Castañeda.

Es por este motivo que la histórica movilización de ayer, que también remeció a las regiones, pretende llevar el lucro al Congreso. El presidente del Senado, Guido Girardi, señaló que es una tarea prioritaria e ineludible que en el escenario actual “donde estamos frente a punto de quiebre, se reponga la discusión sobre el fortalecimiento de la educación pública desde la edad pre escolar, escolar, superior y post grado”.

El Mostrador.cl

Más de 70 mil personas se reunieron en el centro de Santiago

Alta convocatoria de marcha estudiantil supera expectativas

La presidenta de la FECh, Camila Vallejo, destacó la alta adhesión que tuvo la movilización en el marco del Paro Nacional de la Educación en el centro de la capital y que se desarrolló simultáneamente en las ciudades más importantes del país. Asimismo dijo que "los estudiantes y trabajadores se han hecho presentes en esta gloriosa marcha de la ciudadanía que hoy se expresa".

por El Mostrador

 

La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Camila Vallejo, destacó la alta adhesión -cerca de 70 mil personas- que tuvo la marcha convocada en el marco del Paro Nacional de la Educación en el centro de la capital y que se desarrolló simultánemente en las ciudades más importantes del país.

Una columna conformada por estudiantes universitarios y secundarios, además de trabajadores, docentes y parlamentarios, comenzaron a avanzar pasadas las 11:00 horas desde el sector de Plaza Italia hacia el poniente por la calzada sur de la Alameda.

Al respecto, la dirigente calificó de “gloriosa” la movilización y dijo que “los estudiantes y trabajadores se han hecho presentes en esta gloriosa marcha de la ciudadanía que hoy se expresa”.

“Algunos han dicho que la gente no quiere manifestaciones, pero hoy día más de 100 mil personas decimos que sí queremos manifestarnos, que sí queremos participar para recuperar la educación pública y para que el Estado se haga cargo de garantizar el derecho de la educación”, agregó Vallejo.

En el acto central estuvieron presentes representantes del Colegio de Profesores y el coordinador de Acción Ecológica y opositor a HidroAysén Mariano Rendón. Como asimismo, el presidente del Senado, Guido Girardi (PPD) quien afirmó que “la reforma social más importante que tiene el país es reponer el debate sobre la educación pública y que la educación pueda ser un derecho”.

Y enfatizó que “estamos frente a punto de quiebre, se reponga la discusión sobre el fortalecimiento de la educación pública desde la edad pre escolar, escolar, superior y post grado”.

Por su parte, el senador Jaime Quintana dijo que “como legisladores estaríamos dispuestos a sentarnos a generar una gran reforma de educación superior, siempre y cuando el Estado defina su rol real y concreto en esta materia”.

Finalmente, el senador del MAS Alejandro Navarro dijo que “los estudiantes esperan que el ministerio no sea un mero buzón sino, un ente negociador con el cual se sienten a conversar en una posición de igualdad. Los estudiantes no están para perder el tiempo recostándose en un diván en el cual se les escuche sin obtener respuesta alguna”.

Las manifestaciones se repitieron en otras ciudades del país, como Valparaíso, Concepción o Talca. A la movilización, convocada por la Confederación de Estudiantes Universitarios (Confech), se adhirieron el Colegio de Profesores, los funcionarios del Ministerio de Educación y la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, entre otras organizaciones.

En tanto, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, apuntó que hasta el momento el Gobierno “no ha dado señales” de querer solucionar el conflicto, y, por el contrario, se ha dedicado a “denostar el movimiento” estudiantil.

“Tenemos a todo el país movilizado, este es un gran paro nacional de la educación. Si hay algo transversal que nos identifica a todos es la educación pública para Chile”, dijo Gajardo a la agencia Efe.

Al término de la manifestación, grupos aislados de encapuchados se enfrentaron con la policía, que utilizó carros lanzagua y gases lacrimógenos para dispersarlos.

Histórica marcha por la educación pública

Paula Correa y radio.uchile.cl
 
 
marcha

Hasta 100 mil personas en Santiago y miles más en ciudades como Valparaíso, La Serena y Concepción, adhirieron al llamado de la Confederación de Estudiantes de Chile en contra de la reforma anunciada por el Gobierno.

La multitudinaria protesta reunió en la Alameda a estudiantes universitarios, secundarios, académicos, funcionarios y organizaciones gremiales. "Derribamos el mito de que somos un grupo minoritario", dijeron los dirigentes estudiantiles.

Miles de personas respondieron a la convocatoria de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) y participaron este jueves en la marcha más multitudinaria del año, en demanda del fin del lucro en la educación y una enseñanza de calidad.

Carabineros había cifrado inicialmente la asistencia en 40 mil personas, pero la constante llegada de personas desde diferentes puntos de la capital modificó las estimaciones. En entrevista con la segunda edición de Radio Análisis, Pedro Pablo Glatz, vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), sostuvo pasado las 13 horas que al menos convocaron a 70 mil personas, mientras otras estimaciones hablan de 100 mil.

La marcha se inició cerca de las 11 de la mañana en Plaza Baquedano y contaba con autorización para dirigirse por la calzada sur de la Alameda hacia Los Héroes, adonde se inició un multitudinario acto con discursos y presentaciones musicales. La gran cantidad de gente, sin embargo, hizo que por momentos la calzada norte también fuera ocupada y mientras los primeros participantes llegaban al fin del trazado, aún salían personas desde la partida.

Pedro Pablo Glatz, vicepresidente de la FEUC, comentó que “estamos manifestándonos de manera pacífica por una reforma a la educación superior, planteando un mensaje fuerte a la ciudadanía de que la reforma es necesaria y ahora”.

“Derribamos el mito de que somos un grupo minoritario, porque demostramos lo mayoritaria que es nuestra demanda. Lo importante es avanzar y entablar una mesa, pero obviamente con ciertas condiciones. Nosotros no estamos dispuestos a que se mantenga la desregulación del sistema de educación superior, tenemos que discutir sobre qué instituciones están cumpliendo un rol público y después asignar dineros. Hay que regular el lucro, no vamos a transar respecto a eso”, señaló.

A la movilización llegaron estudiantes de universidades tradicionales y privadas de Santiago y regiones, académicos y funcionarios de distintos planteles, secundarios de diferentes tipos de establecimientos y organizaciones gremiales como el Colegio de Profesores, la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

Además, se hicieron presentes el Partido Comunista, el MAS y varios parlamentarios. Entre ellos, el presidente del Senado, Guido Girardi, fue pifiado por la multitud.

Durante el recorrido se registraron incidentes menores, en calle San Ignacio por ejemplo, pero la manifestación se desarrolló en forma pacífica y con un fuerte contingente de Carabineros custodiándola.

Pedro Pablo Glatz aseguró que las manifestaciones que también se produjeron en La Serena, Valparaíso y Concepción, entre otras ciudades, respaldan la movilización: “Es un hito que no tiene parangón este año por parte de los estudiantes y hace mucho tiempo que no estábamos tantos acá (en Santiago). Me imagino que se está replicando a nivel nacional”, dijo.

Asimismo, el presidente del centro de alumnos del Instituto Nacional, José Soto, informó que este jueves responderán la carta del ministro Joaquín Lavín que los invita al diálogo. Sin embargo, en la misma línea que los universitarios, advirtió que necesitan que se garantice que sus demandas serán atendidas.

Cerca de las 14 horas, cuando los manifestantes ya comenzaban a retirarse desde Los Héroes, se iniciaron incidentes y enfrentamientos entre Fuerzas Especiales de Carabineros y encapuchados.

Rector de Universidad Austral pide “avanzar en una reforma de verdad para la Educación Superior”

Autoridad académica lideró marcha que convocó a unas 5000 personas en Valdivia en el marco de la serie de movilizaciones que se realizaron esta jornada para exigir al gobierno cambios de fondo en el sistema de enseñanza.

por El Mostrador

 

“Estamos de acuerdo con el planteamiento del Ministro en cuanto a ‘nivelar la cancha’, sin embargo, creemos que esto debe ser entre las regiones y la Región Metropolitana, que es la que capta a los estudiantes con más altos puntajes provenientes de los mejores colegios del país, lo cual genera inequidad”, aseguró el rector de la Universidad Austral, Víctor Cubillos.

Más de 5.000 personas participaron en la marcha realizada este jueves en Valdivia, la cual contó con la participación de Cubillos, el ex rector Manfred Max-Neef, además de otras autoridades de la casa de estudios, estudiantes, funcionarios, representantes del Colegio de Profesores, la ANEF y estudiantes secundarios de la ciudad.

Junto con manifestar su disposición en avanzar en temas de calidad y mejorar las opciones de créditos y becas estudiantiles, la autoridad académica destacó la masiva participación de la comunidad universitaria en esta actividad y, sobre todo, su carácter pacífico.

“Quiero agradecer públicamente a cada uno de los estamentos y organizaciones gremiales por el apoyo a esta movilización y la muestra de civilidad que se ha dado con una marcha pacífica, ordenada y que cumplió con el objetivo de llamar la atención de las autoridades y la opinión pública, en cuanto a la necesidad de avanzar en una reforma de verdad para la Educación Superior”, expresó Cubillos, agradeciendo también a Carabineros por el resguardo brindado durante la marcha.

Por su parte, el presidente de Federación de Estudiantes, Feuach, Rodrigo Salazar, cuestionó los anuncios realizados por el Gobierno el 21 de mayo y los últimos planteamientos del ministro de Educación, Joaquín Lavín, respecto al sistema de enseñanza superior, asegurando que “apunta a la privatización. Nos manifestamos en contra eso porque queremos avanzar hacia una educación pública y de calidad”, dijo.

16 de Junio de 2011

Written by Eduardo Aquevedo

16 junio, 2011 at 19:02

Educación en Chile: "tragando sapos" desde el 81…

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Jaime Retamal
Facultad de Humanidades de la Usach
http://educacion.usach.cl

A lo menos dos reflexiones aparecen a primera vista después de las últimas movilizaciones estudiantiles –primero universitarias y ahora secundarias- que han llevado, en un hecho casi inédito, a varios rectores a las calles para marchar. Ambas reflexiones están muy entrelazadas, finalmente.

En primer lugar, la distancia que hay en nuestro país entre lo que podemos llamar (ya desde los análisis que hiciera Raymond Aron sobre Tocqueville y Marx) la “condición social de la democracia” y los “gobiernos o regímenes democráticos”.

En el caso de las demandas universitarias se aprecia con especial relevancia esta distancia.

Queda en evidencia –y esta es la segunda reflexión- que el año 81 significó un quiebre en esa relación que se comprendía, entendía, justificaba y explicaba muy bien hasta el año 89, pero que después no ha hecho sino que horadar aún más el abismo –ya no sólo distancia- que hay entre “la condición social de la democracia” y los “gobiernos democráticos”, legítimamente elegidos en las urnas.

A otros que recuerdan los 80 y el vaivén universitario, les resuena el 17 de Agosto de 1987, cuando en la Academia de Humanismo Cristiano, Ricardo Lagos criticaba cáusticamente esta reforma del 81 y decía “la pregunta que todo universitario debe hacerse, si es necesario introducir cambios, es si éstos deben ser impuestos desde arriba por aquellos que no participan, ni son universitarios, o éstos deben hacerse de acuerdo con los principios tradicionales del gobierno universitario y quienes forman parte de este especial cuerpo de la sociedad”. Qué actual aparece ese discurso.

Los gobiernos democráticos no están respondiendo a las demandas culturales, económicas y educativas de una sociedad democratizada, como la chilena del siglo XXI, representada en los estudiantes. El imaginario actual de nuestra sociedad ya no está en el clivaje “Allende/Pinochet” o “Dictadura/ Democracia”. Definitivamente los imaginarios socio-político-culturales de hoy están anclados en uno de corte radicalmente democrático. La nuestra es una sociedad post-dictadura (de la represión y el miedo) y post-Concertación (de la medida de lo posible). Con la dictadura el “negocio” fue para algunos y con la Concertación el “negocio” fue para esos mismos y para otros nuevos.

Hoy la sociedad instalada en una condición democrática más profunda espera, quiere y desea que el “negocio” sea para todos, en justicia.

El clivaje de los imaginarios socio históricos de la sociedad chilena del siglo XXI no está, como pretende todo el mundo político de la derecha y la Concertación, en la relación  “Oportunidades/Meritocracia”. ¿Por qué? Porque los jóvenes saben hace rato que aquello que tiene que emparejar la cancha –la educación- no hace sino desnivelarla y siempre para el mismo lado. Porque sabemos que en el lugar donde me lo debo jugar todo –la escuela, el liceo, la universidad- no me juego nada, en definitiva. Y nadie está para ser Espartaco.

Pues bien, los jóvenes actores demandantes y también los rectores, casi como un mantra diabólico, repiten el número 81, para insistir que mientras no hagamos algo efectivamente contrario a lo que se hizo allí, las cosas al parecer no cambiarán. Lo que allí sucedió se entiende en una condición social de opresión como lo es una dictadura, pero no en una de corte democrático. Tal vez hasta se pueda entender en una condición de “cuidemos la democracia” como lo era en la Concertación. Ya no.

Una sociedad en una condición plenamente democrática con una institucionalidad heredada de la dictadura y además con gobiernos democráticos, tiene serios problemas, digamos suavemente, cognitivos, por no decir, psiquiátricos.

¿Qué pasó el año 81 con la educación?

En el Informe presentado por el Ministerio de Educación Pública de Chile a la 39ª reunión de la Conferencia Internacional de Educación, en Octubre del año 1984, en Ginebra, se lee que “El Estado considera que la educación es una de sus responsabilidades mayores y le dedica una atención preferente, reservándose las funciones normativas y de fiscalización, al mismo tiempo que –subrayamosestimula y favorece la participación del sector privado en la tarea educacional”.

Esto último no quiere decir sino –siguiendo la Constitución de 1980- que se “reconoce la libertad de enseñanza que implica el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales, sin otras limitaciones –acá está el punto y lo subrayamos- que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional”. Es decir, “las políticas y los planes de desarrollo socioeconómico nacional se inspiran en una concepción humanista y cristiana del hombre y de la sociedad (¿le suena familiar esto?) En consecuencia, un principio básico de la estrategia de desarrollo que orienta la educación es el reconocimiento de la actividad creadora individual, así como la valorización del esfuerzo y la superación personal…”

Fácilmente nos preguntamos ¿qué moral, qué buenas costumbres, qué orden público, qué seguridad nacional?; ¿las que venían de la parroquia de El Bosque? ¿Las que venían del Opus Dei?; ¿las que venían del Ministerio del Interior, la DINA, la CNI?; ¿las que venían de las Facultades de Economía de la PUC o la U. de Chile?; ¿las que venían de Chicago?

Pues bien, entre el 30 de diciembre de 1980 y el 5 de febrero de 1981 la dictadura de Pinochet definió la nueva educación superior en los Decretos con Fuerza de Ley números 1, 2, 3, 4 y 5 (estructura y funciones); y entre el 10 de Febrero y el 7 de abril del año 1981, los Decretos que van desde el 6 al 24 (normas sobre la creación de nuevas universidades).

Una de las más férreas defensas a este proceso “modernizador” la encontramos en el escrito de Jaime Guzmán y Hernán Larraín, en el número 22 del mes de marzo de 1981, de la Revista Realidad. Nadie podría ignorar que ahí, en ese escrito, está toda la lógica del actual malestar de la educación superior.

Cuando argumentan sobre la manera de mejorar la calidad de la educación superior, se dice que “de numerosas escuelas o sedes universitarias actuales se hace indispensable someterlas a un desafío competitivo que las obligue a elevar sus niveles  docentes si desean salir airosas. Y nada mejor que entregarle la decisión al usuario en este caso, el postulante universitario, el cual sólo podrá ser atraído por medio de la calidad académica.” Es decir, y más claro no puede ser, mejorar la calidad de la educación superior es posible, claro está, pero mediante el mecanismo de competencia entre los actores de un mismo mercado en el que convergen.

¿Educación superior gratuita? No, pues no contribuye en nada ni al sistema de educación superior, ni a la justicia social (!), pues “la denominada educación universitaria gratuita que algunos todavía defienden demagógicamente, significó que durante muchos años la formación de los profesionales fuera costeada por el Estado, con los fondos de todos los chilenos. Esto se tradujo en que sectores de bajos ingresos, cuyos hijos generalmente no ingresaban a las universidades, les costeaban su educación en ésta a sectores de más altos ingresos. Tal situación se agravaba más desde el punto de vista de la justicia, si se considera que dichos estudios profesionales habilitan a quien los realiza para lograr niveles de ingresos habitualmente superiores al promedio de los contribuyentes”, afirman.

¿Qué pasó el año 81 con la educación? Pasó que se inició una de las transformaciones sociales más radicales que haya conocido el país en su historia. No obstante, hoy, sin ninguno de los atavismos clásicos, los estudiantes están movilizados por ideas que funcionan de acuerdo a otras lógicas y demandas. La primera de ellas es clara: la institucionalidad del sistema universitario no es democrática, ni en sus fundamentos ni en su lógica, y los gobiernos democráticos no han hecho nada por cambiar el sistema. No sólo corregirlo.

Algunos ya se preguntan sobre si es o no crítica la posición de un ministro de educación, como Joaquín Lavín, que encarna parte de ese proceso revolucionario del 81.

A otros que recuerdan los 80 y el vaivén universitario, les resuena el 17 de Agosto de 1987, cuando en la Academia de Humanismo Cristiano, Ricardo Lagos criticaba cáusticamente esta reforma del 81 y decía “la pregunta que todo universitario debe hacerse, si es necesario introducir cambios, es si éstos deben ser impuestos desde arriba por aquellos que no participan, ni son universitarios, o éstos deben hacerse de acuerdo con los principios tradicionales del gobierno universitario y quienes forman parte de este especial cuerpo de la sociedad”. Qué actual aparece ese discurso.

¿Se puede seguir creyendo en la democracia pero no en sus gobiernos ni en su clase política?

Dadas todas las disonancias, los estudiantes universitarios y secundarios parecen ya no estar dispuestos –ellos sí- a seguir tragando sapos.

SIMCE 2010: Lenguaje sube 9 puntos, pero Matemáticas sigue estancada…

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7 de abril, 2011

Paula Correa

simce

Alumnos pobres lideran alza en Simce de Lenguaje y brecha cae 29% en la década

En cuarto básico, el promedio nacional en lectura llegó a 271 puntos, nueve puntos más que en la medición de 2009.

por E. Simonsen/ K. Pavez

Nueve puntos de alza en Lenguaje

El ánimo era de los mejores ayer en la presentación de los resultados del Simce, tomado en octubre a estudiantes de cuarto básico y segundo medio. Incluso, asistió el Presidente de la República. El promedio nacional en Lenguaje llegó al récord de 271 puntos, el más alto registrado hasta ahora y que se ubica nueve puntos por sobre la anterior medición, de 2009 . Con esto, se consolida la tendencia al alza que se vio desde la anterior medición. Desde inicios de la década, se acumulan 20 puntos de crecimiento.

Si se miran resultados por niveles de logro, las cifras indican que hoy el 45% de los estudiantes de cuarto básico tiene un nivel en Lenguaje adecuado a su curso, mientras que el 28% está atrasado en un año y el 27%, en dos años. Comparado con 2009, existe un alza de seis puntos porcentuales en el número de niños que maneja los contenidos de su curso. En Matemáticas, la situación sigue siendo complicada: los puntajes en cuarto básico se mantuvieron respecto del año anterior y sólo el 28% de los alumnos conoce la materia correspondiente a cuarto básico. El resto está atrasado hasta en dos años.

Al analizar las razones del alza en Lenguaje, tanto autoridades como investigadores concuerdan en que la gran responsable es la Subvención Escolar Preferencial, que entrega a las escuelas más dinero por educar a estudiantes vulnerables y que les exige metas a cumplir, precisamente, en comprensión lectora. Esta rige desde 2008 para estudiantes de enseñanza básica. A esto se agrega que los resultados de la prueba Inicia, que evalúa a recién egresados de pedagogía, arroja que los docentes de Lenguaje están mejor preparados para hacer sus clases.

La brecha disminuyó 29% en la década

Gran parte de los buenos resultados en Lenguaje se explican por el alza que tuvieron los estudiantes de menores recursos. Ellos subieron 10 puntos en la prueba, quedando en 250 puntos promedio y acumulando un alza de 24 puntos en una década, mientras que los alumnos del nivel socioeconómico más alto subieron un punto respecto de la medición anterior, quedando con 304 de promedio. Con esto, la brecha entre ambos grupos se redujo en 29% en la década.

El ministro Joaquín Lavín valoró esta disminución. "Es esperanzador que la brecha haya disminuido en cuarto básico, porque en esos niños se puede actuar con mucho más fuerza". Nuevamente, el acento que los gobiernos anteriores y el actual han puesto en lectura explicaría el resultado. "Esto nos habla de generaciones que en los últimos años son capaces de comprender de un modo más profundo lo que leen", señala Lorena Meckes, ex coordinadora del Simce e investigadora del Ceppe de la UC.

En Matemáticas, en tanto, los estudiantes de nivel económico alto cayeron tres puntos, promediando 300, mientras que los niños más vulnerables tuvieron un alza de dos puntos, alcanzando los 225 puntos de promedio en esta medición. La distancia entre ambos se mantuvo en 75 puntos y se redujo cinco puntos respecto de 2009. Los pobres resultados en esta área impulsaron la idea de crear un plan especial para mejorar la comprensión matemática.

Problemas en segundo medio

Si bien los estudiantes de enseñanza media tuvieron un alza de seis puntos en Matemática, la brecha entre alumnos más acomodados y aquellos más vulnerables en este nivel se ha expandido. Si en 2000 era de 100 puntos en Matemáticas y 75 en Lenguaje, al finalizar la década llega a 114 en Matemáticas y 83 en Lenguaje. "A medida que se avanza en la escolaridad hay más segregación y en los resultados pesa más el nivel socioeconómico de los alumnos", señala Ernesto Treviño, investigador del Centro de Políticas Comparadas en Educación de la UDP. Si se analiza cuántos alumnos de segundo medio de bajos recursos alcanzan los 300 puntos, versus quienes tienen más recursos, el resultado es dramático: el 5% de los estudiantes más vulnerables alcanza esa meta en Lenguaje, versus el 63% de los más acomodados. Ante estas disparidades, el Presidente Piñera señaló que "todavía nos queda un largo camino por recorrer".

Liceos emblemáticos: los de mejor resultado

Los estudiantes del nivel socioeconómico medio alto, que estudian en colegios municipales, son los de mejor rendimiento, incluso, superando a los colegios particulares. Mientras los primeros promedian 321 puntos en Lenguaje y 336 en Matemáticas, los segundos -atendiendo a alumnos de mejor nivel socioeconómico- logran 311 en Lenguaje y 329 en Matemáticas. Este efecto se atribuye a liceos emblemáticos -como el Carmela Carvajal-, que lideraron el ranking de los mejores colegios. "Es evidente que esto se debe, en gran parte, a que seleccionan a sus alumnos", señala Sylvia Eyzaguirre, investigadora del Centro de Estudios Públicos.

Lo que mejora los resultados

El ministro Lavín destacó algunos de los factores que ayudan a los escolares a obtener mejores resultados. Uno de ellos es el aumento en la escolaridad de las madres. Hoy, los jefes o jefas de hogar de entre 30 y 60 años tienen 4,7 años más de escolaridad que los mayores de 60.

Entre los factores dentro de la escuela, la asistencia a clases y la disciplina en el aula son relevantes. Un alumno que asiste a más del 95% de las clases obtiene 19 puntos más que uno que asiste sólo al 90%, mientras que quienes dicen que la disciplina de su curso es alta, promedian 19 puntos más. La calidad de los docentes es también clave: un alumno que tuvo de tres a cuatro profesores bien evaluados tiene 11 puntos más en Matemática, que un niño con profesores mal calificados.

En marzo partió Plan Singapur para mejorar aprendizaje de matemáticas

"En matemáticas no está pasando nada. Así como Chile puso su foco en lectura, ahora tendremos que ponerlo en matemáticas", señaló el ministro Joaquín Lavín, al entregar los resultados del Simce, que arrojaron que en esta materia en cuarto básico hay nulos avances, versus los nueve puntos que se mejoró en Lenguaje.

Entre las fórmulas para mejorar estos resultados, el ministro destacó el aumento de horas en Matemáticas, que pasaron de cinco a siete, la entrega de un cuadernillo de ejercicios y la puesta en marcha del Plan Singapur, que se inició en marzo de este año.

La iniciativa partió en 300 establecimientos con los mejores puntajes promedio -según nivel socioeconómico, dependencia y región-de las últimas tres evaluaciones Simce de Matemáticas en cuarto básico. En total, beneficia a más de 40 mil alumnos, entre primero y segundo básico, a lo largo de todo el país. Ellos recibirán material didáctico y cuatro libros de textos especiales.

La metodología se empezó a implementar en colegios particulares, especialmente británicos, ya que al principio los textos sólo estaban en inglés.

El modelo asiático

El positivo giro que dio Singapur en sus resultados en test internacionales de Matemáticas, en la década de los 90, tuvo su inicio en las aulas, donde se cambió radicalmente la metodología al enseñar esta materia. El secreto es enfocarse en las habilidades y en la resolución de problemas de los alumnos.

El año pasado, 160 estudiantes del colegio Dagoberto Godoy de El Bosque iniciaron un plan piloto con este sistema. Según explica el gerente de gestión escolar de la Red Educacional Crecemos, Alex Castillo, este año ya se amplió a seis establecimientos de la red, cuatro de los cuales forman parte de los 300 con que está trabajando el Mineduc.

"Hemos visto resultados notorios en dos ámbitos: nuestras pruebas internas en las que medimos resultados, de un año a otro mejoraron bastante. Y donde tuvimos mucha mejora fue al encuestar a niños en la apreciación de la enseñanza de las matemáticas, que cambió positivamente de manera drástica", dice Castillo. Aunque advierte que "sin profesores preparados, esto no funciona".

La Tercera.cl

Lenguaje sube 9 puntos, pero Matemáticas sigue estancada…

Con satisfacción se dieron a conocer los resultados de la prueba SIMCE 2010, la cual rindieron más de 470 mil estudiantes de cuarto básico y segundo medio. La prueba mostró un considerable avance en lenguaje y un estancamiento en matemáticas, además de fuertes diferencias entre las distintas regiones del país, en donde las del norte presentan avances mucho más discretos que en el resto del territorio.

Esta vez, la entrega de los resultados del Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE) de lectura y matemáticas tuvo noticias positivas. Aumentó el puntaje promedio, fuertemente influido por los resultados de lectura de cuarto básico, donde se registró un aumento de nueve puntos, el mayor salto de un año a otro que existe en los registros de esta prueba.

“Son buenos resultados porque mejora la calidad de la educación de nuestro país, especialmente, en lectura y también porque empieza a disminuir la brecha de la calidad de la educación en nuestro país en los cuartos básicos. Pero no nos engañemos, todavía nos queda un largo camino por recorrer. Estamos dando recién los primeros pasos para que nuestros niños y jóvenes tengan una educación de calidad”, dijo el Presidente Sebastián Piñera, en la entrega oficial de los resultados, realizada en la Biblioteca Nacional.

En 13 de las 15 regiones los alumnos mejoraron sus resultados, destacando la región de Los Lagos con un alza de 12 puntos y las regiones de La Araucanía, Aysén y Valparaíso, con un aumento de 11 puntos. No fue así al norte del país, que obtuvo los resultados más bajos, en especial la región de Atacama, con los puntajes más bajos a nivel nacional. Por lo que el ministerio señaló que deberán cambiar de foco y concentrar los mayores esfuerzos en el norte de Chile.

Las regiones del Maule y Bío-Bío contaron con una situación excepcional considerando el retraso en el año escolar que implicó los daños ocasionados por el terremoto del 27 de febrero, ya que los estudiantes ingresaron en durante mes de abril, y muchos de ellos al filo del día 26, que fue el plazo del gobierno para comenzar el año.

“Puede desprenderse un efecto terremoto en el sentido que Maule y Biobío suben en lectura menos que el promedio nacional que es de nueve puntos. Ellos lo hacen entre cuatro y cinco. En matemáticas, el promedio es cero y las únicas regiones que tienen menos de eso son las del Maule y el Biobío”, precisó el ministro de Educación, Joaquín Lavín.

La brecha socioeconómica disminuyó significativamente en lectura en cuarto básico, disminuyendo ocho puntos respecto al año 2009, donde son justamente alumnos de niveles socioeconómicos bajo y medios, provenientes principalmente de colegios municipales los que más mejoran sus resultados, incluso por sobre los 10 puntos.

Sin embargo, los resultados más altos continúan siendo para los colegios privados con un promedio de 303 puntos, seguidos por los particulares subvencionados con 276 puntos, mientras que los municipales se sitúan al final de la tabla con 258 puntos.

Además, el avance en lenguaje, no se repite en matemáticas, donde la tendencia en los resultados es totalmente plana desde el año 1999 y donde además, la brecha se agrava remarcando las diferencias y revelando una de las mayores falencias en nuestra educación.

El Ministro también cruzó estos datos con los obtenidos en la evaluación docente y afirmó “los buenos profesores pueden hacer la diferencia”, ya que los niños que han tenido clases con profesores “destacados” o “competentes” obtienen mejores resultados. Así también la disciplina en la sala de clases y la constante asistencia también determinan los resultados.

http://radio.uchile.cl/noticias/109367/

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Written by Eduardo Aquevedo

6 abril, 2011 at 20:27

Publicado en CHILE, EDUCACION

Universidad, inteligencia crítica y democracia…

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Más allá del fraude de la universidad corporativa: La educación superior al servicio de la democracia
Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

"El pensamiento no es la reproducción intelectual de lo que, de todos modos, ya existe. Mientras no se rompa, el pensamiento se aferra firmemente a la posibilidad. Su aspecto insaciable, su aversión a ser rápida y fácilmente satisfecho, rechaza la sensatez estúpida de la renuncia. El momento utópico del pensamiento es más fuerte cuanto menos se objetiva en una utopía saboteando de este modo su realización. El pensamiento abierto apunta más allá de sí mismo" (Theodor W. Adorno)

A pesar de haber sido desacreditado por la recesión económica de 2008, el neoliberalismo, o fundamentalismo de mercado como lo llaman en algunos sectores, volvió con fuerza una vez más. La Edad Dorada ha vuelto con grandes ganancias para los ricos y cada vez más pobreza y miseria para la clase media y trabajadora. El analfabetismo político ha monopolizado el mercado de la cólera populista, suministrando una ventaja política a los responsables de niveles masivos de desigualdad, pobreza y diversas penurias más. Mientras se desmantelan las protecciones sociales, se denigra a los empleados públicos y los bienes comunes como escuelas, puentes, servicios de atención sanitaria y el transporte público se deterioran, el gobierno de Obama abrazó sin ofrecer disculpas los valores del darwinismo económico y recompensa a sus principales beneficiarios: los mega bancos y el gran capital. El neoliberalismo –revitalizado por la aprobación de recortes tributarios para los ultra ricos, la toma de posesión del derechista Partido Republicano de la Cámara de Representantes y los continuos ataques exitosos contra el Estado del bienestar– procede otra vez, como un zombi, a imponer sus valores, relaciones sociales y formas de muerte social sobre todos los aspectos de la vida cívica. (1)

Con sus inexorables intentos de normalizar la creencia irracional en la capacidad de los mercados de solucionar todos los problemas sociales, el fundamentalismo neoliberal del mercado establece políticas hechas para desmantelar los pocos vestigios restantes del Estado social y de servicios públicos vitales. De un modo más profundo ha debilitado, si no casi destruido, las instituciones que posibilitan la producción de una cultura formativa en la cual los individuos aprendan a pensar de manera crítica, a imaginar otras maneras de ser y hacer y a conectar sus problemas personales con las preocupaciones públicas. Temas de justicia, ética e igualdad han vuelto a ser exiliados a los márgenes de la política. Nunca ha sido más obvio este asalto contra la forma de gobierno democrática, ni más peligroso que en el momento actual en el que se libra una batalla bajo la rúbrica de medidas de austeridad neoliberales sobre la autonomía del trabajo académico, la sala de clases como lugar de pedagogía crítica, los derechos de los estudiantes a una educación de calidad, la vitalidad democrática de la universidad como esfera pública y el papel de las artes liberales y humanidades en la promoción de una cultural educacional que tiene que ver con la práctica de la libertad y el empoderamiento mutuo. (2)

La universidad como ciudadela de la enseñanza democrática se ha reemplazaddo por una universidad ansiosa de definirse en gran parte en términos económicos. A medida que el centro de gravedad se aleja de las humanidades y de la noción de la universidad como bien público, los presidentes de las universidades ignoran valores públicos, mientras se niegan a encarar temas y problemas sociales importantes. (3)

En vez de eso, los administradores exhiben ahora afiliaciones corporativas como una medalla de honor, participan en consejos corporativos y reciben inmensos salarios. Un estudio realizado por The Chronicle of Higher Education informó de que “19 de 40 presidentes de las 40 principales universidades de investigación participan en un consejo de administración por lo menos”. (4) En lugar de tratarlos como una inversión social para el futuro, ahora los administradores de las universidades miran a los estudiantes como una importante fuente de ingresos para los bancos y otras instituciones financieras que suministran fondos para financiar los crecientes pagos de matrícula. Para las generaciones anteriores la educación superior abría oportunidades para la autodefinición, así como para seguir una carrera en el campo elegido por cada cual. Era relativamente barato, riguroso y accesible, incluso para muchos jóvenes de la clase trabajadora. Pero los recientes eventos en EE.UU. y Gran Bretaña dejan claro que ya no es así. En lugar de encarnar la esperanza de una vida y un futuro mejores, la educación superior se ha hecho prohibitivamente cara y excluyente, ofreciendo sobre todo una credencial y, para la mayoría de los estudiantes, pagos de deuda de por vida. La preparación de los mejores y más brillantes ha cedido el paso a la preparación de lo que podría llamarse la Generación de la Deuda. (5)

Lo que es nuevo en la actual amenaza a la educación superior y a las humanidades en particular es que el ritmo creciente de corporatización y militarización de la universidad, el aplastamiento de la libertad académica, el aumento de un contingente en permanente aumento de profesores académicos a tiempo parcial y el punto de vista de que los estudiantes son básicamente consumidores y los profesores proveedores de una mercancía vendible como una credencial o un conjunto de habilidades para el sitio de trabajo. Más impactante todavía es la muerte lenta de la universidad como centro de crítica, fuente vital de educación cívica y del bien público crucial. O, para decirlo de manera más específica, la consecuencia de transformaciones tan dramáticas ha llevado prácticamente a la defunción de la universidad como esfera pública democrática. Muchos profesores están actualmente desmoralizados al perder crecientemente sus derechos y poder. Además, un cuerpo débil de profesores académicos se traduce en uno que es gobernado por el miedo en lugar de responsabilidades compartidas, y que es susceptible a tácticas de abuso laboral como el aumento de la carga de trabajo, la precarización de la mano de obra y la creciente represión del disenso. La desmoralización se traduce frecuentemente menos en indignación moral que en cinismo, acomodo y retiro a formas estériles de profesionalidad. Lo que es también nuevo es que los profesores, que se ven ahora ante un abismo, sean renuentes a encarar los actuales ataques contra la universidad o estén confusos sobre cómo el lenguaje de especialización y profesionalización los ha alejado no sólo de la conexión de su trabajo con temas cívicos y problemas sociales de mayor alcance, sino también del desarrollo de toda relación significativa con una forma de gobierno democrática más amplia.

Ya que los profesores han dejado de sentirse llevados a encarar importantes temas políticos y problemas sociales, se sienten menos inclinados a comunicarse con un público más amplio, apoyar valores públicos, o involucrarse en un tipo de erudición que esté a la disposición de una audiencia más amplia. (6) Obligados por los intereses corporativos, el establecimiento de una carrera y los discursos insulares que acompañan la erudición especializada, demasiados profesoress se han vuelto extremadamente cómodos frente la corporativización de la universidad y los nuevos regímenes de dirección neoliberal. A la búsqueda de subsidios, promociones y sitios convencionales de investigación, muchos se han retirado de los grandes debates públicos y se han negado a encarar problemas sociales urgentes. Asumiendo el papel del profesor desinteresado o de la brillante estrella en formación de la facultad, los llamados empresarios académicos simplemente refuerzan la percepción del público de que en general han llegado a ser irrelevantes. Incapaces, cuando no renuentes, de defender la universidad como una esfera pública democrática y un lugar crucial para aprender cómo pensar de manera crítica y actuar con coraje cívico, muchos profesores han desaparecido en un aparato disciplinario que no ve la universidad como un sitio para pensar, sino como un sitio para preparar a los estudiantes para que sean competitivos en el mercado global.

Esto es particularmente inquietante en vista del giro irredento que la educación superior a tomado en su disposición a copiar la cultura corporativa y congraciarse con el Estado de seguridad nacional. (7) Las universidades enfrentan ahora un conjunto creciente de desafíos que surgen de recortes presupuestarios, disminución de la calidad, reducción de la cantidad de profesores académicos, la militarización de la investigación y la modificación del plan de estudios para que se ajuste a los intereses del mercado. En EE.UU., muchos de los problemas de la educación superior se pueden relacionar con la escasez de fondos, la dominación de las universidades por mecanismos del mercado, el aumento de la cantidad de universidades con fines de lucro, la intrusión del Estado de seguridad nacional y la falta de autogobierno del cuerpo académico, todos los cuales no sólo contradicen la cultura y el valor democrático de la educación superior, sino que además convierten en una burla el sentido mismo y la misión de la universidad como sitio para pensar y para asegurar la cultura formativa y los agentes que posibilitan una democracia. En gran parte se han abandonado las universidades como esferas democráticas públicas dedicadas a suministrar un servicio público que se extiende sobre los grandes logros intelectuales y culturales de la humanidad y eduque futuras generaciones para que puedan enfrentar los desafíos de una democracia global. A medida que se reduce el tamaño y se mercantilizan las humanidades y las artes liberales, la educación superior se ve atrapada en la paradoja de que afirma que invierte en el futuro de los jóvenes mientras les ofrece menos apoyos intelectuales, civiles y morales.

Si la comercialización, mercantilización y militarización de la universidad continúan la educación superior se convertirá en una más de la serie de instituciones incapaces de fomentar la investigación crítica, el debate público, actos humanos de justicia y la deliberación pública. Es especialmente importante defender esos campos públicos democráticos en tiempos en los que cualquier espacio que produce “pensadores críticos capaces de cuestionar instituciones existentes” es sitiado por poderosos intereses económicos y políticos. (8)

La educación superior tiene una responsabilidad no sólo en la búsqueda de la verdad, no importa adónde pueda conducir, sino también de educar a los estudiantes para que hagan que la autoridad y el poder sean política y moralmente responsables. Aunque las preguntas sobre si la universidad debería servir estrictamente intereses públicos en lugar de privados ya no tienen el peso de crítica convincente que tenían en el pasado, esas preguntas siguen siendo cruciales para encarar el propósito de la educación superior y de lo que podría significar que se imaginara la participación plena de la universidad en la vida pública como protectora y promotora de valores democráticos.

Lo que hay que comprender es que la educación superior puede ser una de las pocas esferas públicas restantes donde el conocimiento, los valores y la erudición ofrezcan una idea de la promesa de la educación para nutrir valores públicos, la esperanza crítica y una democracia sustantiva. Puede ser el caso que la vida de todos los días está cada vez más organizada alrededor de principios de mercado; pero confundir una sociedad determinada por el mercado con la democracia socava el legado de la educación superior, cuyas raíces más profundas son morales, no comerciales. Es una perspectiva particularmente importante en una sociedad en la que no sólo la libre circulación de ideas está siendo reemplazada por ideas administradas por los medios dominantes, sino que las ideas críticas cada vez se ven más como banales, cuando no reaccionarias, o simplemente se descartan. Como ha subrayado Frank Rich, la guerra contra la capacidad de leer y escribir y el juicio informado ha quedado suficientemente clara en la furia populista que arrasa el país, una cólera colectiva masiva que “apunta a los educados, no a los ricos”. (9) La democracia plantea demandas cívicas a sus ciudadanos y esas demandas apuntan a la necesidad de una educación de base amplia, crítica, y que apoye valores cívicos significativos, la participación en el autogobierno y en el liderazgo democrático. Sólo a través de una cultura educacional semejante, formativa y de educación crítica, pueden aprender los estudiantes a convertirse en agentes individuales y sociales, en lugar de ser simplemente espectadores aislados, capaces de pensar de otra manera y de actuar ante compromisos cívicos que exigen una reconsideración y reconstitución de configuraciones básicas del poder para promover el bien común y producir una democracia que tenga sentido. Es importante insistir en que como educadores preguntemos, una y otra vez, cómo es posible que la educación superior pueda sobrevivir como esfera pública democrática en una sociedad en la cual su cultura cívica y sus modos de lectura crítica colapsan, mientras se hace cada vez más difícil distinguir la opinión y los estallidos emotivos de un argumento sustentado y del razonamiento lógico. De igual importancia es la necesidad de que educadores y jóvenes encaren el desafío de la defensa de la universidad como un ámbito público democrático. Tony Morrison tiene razón cuando argumenta:

“Si la universidad no toma seria y rigurosamente su papel como guarda de libertades civiles más amplias, como interrogadora de problemas éticos más y más complejos, como sirvienta y preservadora de prácticas democráticas más profundas, algún otro régimen o combinación de regímenes lo hará por nosotros, a pesar de nosotros y sin nosotros.” (10)

La defensa de las humanidades, como Terry Eagleton ha argumentado recientemente, significa más que ofrecer un enclave académico para que los estudiantes aprendan historia, filosofía, arte y literatura. También significa subrayar cuán indispensables son esos campos de estudio para todos los estudiantes, si han de ser capaces de reivindicar de la manera que se sea que son agentes individuales y sociales críticos y comprometidos. Pero las humanidades hacen más. También suministran el conocimiento, las aptitudes, las relaciones sociales y los modos de pedagogía que constituyen una cultura formativa en la cual se puedan aprender las lecciones históricas de democratización, se puedan encarar concienzudamente las demandas de responsabilidad social, se pueda expandir la imaginación y se pueda asegurar el pensamiento crítico. Como adjunta del complejo académico-militar-industrial, la educación superior no tiene nada que decir sobre la enseñanza a los estudiantes de cómo pensar por sí mismos en una democracia, cómo pensar críticamente e involucrarse con otros y cómo considerar a través del prisma de los valores democráticos la relación entre ellos y el mundo en general. Necesitamos una revolución permanente respecto al significado y propósito de la educación superior, en la cual los profesores estén más que dispuestos a ir más allá del lenguaje de la crítica y un discurso de indignación moral y política, tal como sea necesario para una defensa sostenida individual y colectiva de la universidad como un ámbito público vital para la propia democracia.

Un debate semejante es importante para defender la educación superior como un bien público y financiarla como un derecho social. Más importante aún es que tal debate representa una intervención política crucial respecto al sentido del futuro de toda una generación y de su papel en él. Los estudiantes no son consumidores; son ante todo ciudadanos de una democracia potencialmente global y, como tales, se les debería proveer “la gama total del conocimiento humano, del entendimiento y de la creatividad –y asegurar de esa manera que tengan la oportunidad de desarrollar todo su potencial intelectual y creativo, independientemente de la riqueza de su familia” (11) Al ser enlistada la ideología neoliberal para limitar los parámetros del propósito de la educación superior, limita cada vez más –mediante altos costes de matrícula, modos tecnocráticos de enseñanza, la reducción del cuerpo de profesores académicos a la calidad de trabajadores a tiempo parcial, y modos autoritarios de dirección– la posibilidad de muchos jóvenes de ir a la universidad, mientras se niega al mismo tiempo a suministrar una educación crítica a los que lo hacen. No se movilizan suficientes profesores, estudiantes, padres y otros preocupados, dentro y fuera de la universidad, dispuestos y capaces de defender la educación superior como bien público y la pedagogía como práctica moral y política que aumenta la capacidad de los jóvenes de llegar a ser agentes sociales comprometidos.

La necesidad de cuestionar la noción de que el único valor de la educación es impulsar el progreso y la transformación económica en función del interés de la prosperidad nacional es central para cualquiera visión viable y democrática de la educación superior. También debemos reconsiderar cómo la universidad en una era posterior al 11-S está siendo militarizada, y reducida cada vez más a un adjunto del creciente Estado de seguridad nacional. El público ha renunciado a la idea de financiar la educación superior o valorarla como un bien público indispensable para la vida de cualquier democracia viable. Tantos motivos más para que los profesores estén a la vanguardia de una coalición de activistas, empleados públicos y otros en el rechazo al creciente control corporativo de la educación superior y en el desarrollo de un nuevo discurso en el cual la universidad, y en particular las humanidades, puedan defenderse como instituciones vitales social y públicamente en una sociedad democrática.

Si los profesores no pueden defender la universidad como una esfera pública democrática de interés comunitario, ¿quién lo hará? Si no podemos, o nos negamos, a tomar la delantera en la unión con estudiantes, sindicatos, maestros de escuelas públicas, artistas y otros trabajadores culturales en la defensa de la educación superior como la institución más crucial en el establecimiento de la cultura formativa necesaria para una democracia floreciente, entregaremos las humanidades, las artes liberales y la universidad en general a una hueste de fuerzas económicas, políticas, culturales y sociales peligrosamente antidemocráticas. Si la enseñanza liberal y las humanidades colapsan bajo los actuales ataques contra la educación superior, presenciaremos la emergencia de un Estado neoliberal, y desaparecerá el papel cívico y democrático de la educación superior, por más deslucido que esté. Bajo tales circunstancias, la educación superior y especialmente las humanidades, entrarán en una espiral mortífera diferente de cualquier cosa que hayamos visto en el pasado. La universidad no será ni una sombra de lo que era. Simplemente se convertirá en otra institución y programa vocacional en conflicto con los imperativos del pensamiento crítico, el disenso, la responsabilidad social y el coraje cívico.

La defensa de la universidad significa más que la exhibición de una combinación de indignación crítica y moral. Significa desarrollar una cultura crítica y de oposición, un movimiento colectivo dentro de la universidad y la unión con movimientos sociales fuera de sus muros, en gran parte segregados en la actualidad. El alcance a un público más amplio sobre el carácter social y democrático de la educación superior es crucial, sobre todo porque una gran parte del público ha “renunciado a la idea de educar a la gente para una ciudadanía democrática” (12) y a considerar la educación superior como un bien público. Hay más en juego que la profunda responsabilidad de los profesores en la defensa de la libertad académica, del sistema de titularidad y de la autonomía universitaria, por importante que sea. Los verdaderos problemas yacen en otro lugar y tienen que ver con la preservación del carácter público de la educación superior y el reconocimiento de que su defensa como esfera pública democrática tiene que ver en gran parte con la creación de las condiciones pedagógicas cruciales para desarrollar una generación de jóvenes dispuestos a luchar por la democracia como promesa y posibilidad. Walter Benjamin escribió: “El que no puede tomar posición debería guardar silencio”. Si los profesores quieren impedir que la educación sea aún más colonizada por una falange de fuerzas antidemocráticas que va de traficantes de influencias corporativas y de mega millonarios a ideólogos derechistas y los intereses creados del complejo militar-industrial-académico, no pueden permitirse el lujo de guardar silencio o ser observadores distantes. Las apuestas son demasiado grandes y la lucha demasiado importante. Se acaba el tiempo para recuperar la educación superior como ámbito público democrático y un sitio para que profesores y estudiantes piensen críticamente y actúen responsablemente. La cultura militarizada del neoliberalismo está en conflicto total con las condiciones pedagógicas necesarias para la toma imaginativa de riesgos, el disenso, el diálogo, la erudición comprometida, la autonomía de las facultades y los modos democráticos de dirección. La educación superior es uno de los pocos espacios que quedan en los cuales pueden crearse identidades, valores y deseos democráticos. Si el futuro de los jóvenes importa tanto como la propia democracia, se trata de una lucha que tiene que comenzar hoy mismo.

NOTAS

(1) Algunas fuentes útiles sobre el neoliberalismo incluyen: Lisa Duggan, The Twilight of Equality. (Boston: Beacon Press, 2003); David Harvey, A Brief History of Neoliberalism, (New York: Oxford University Press, 2005); Wendy Brown, Edgework: Critical Essays on Knowledge and Politics" (Princeton: Princeton University Press, 2005); Alfredo Saad-Filho y Deborah Johnston, editores, Neoliberalism: A Critical Reader, (London: Pluto Press, 2005); Neil Smith, The Endgame of Globalization, (New York: Routledge, 2005); Aihwa Ong, Neoliberalism as Exception: Mutations in Citizenship and Sovereignty (Durham: Duke University Press, 2006); Randy Martin, An Empire of Indifference: American War and the Financial Logic of Risk Management, (Durham: Duke University Press, 2007); Naomi Klein, The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism, (New York: Knopf, 2007); Henry A. Giroux, Against the Terror of Neoliberalism, (Boulder: Paradigm Publishers, 2008); David Harvey, The Enigma of Capital and the Crisis of Capitalism, (New York: Oxford University Press, 2010); y Gerard Dumenil y Dominique Levy, The Crisis of Neoliberalism, (Cambridge: Harvard University Press, 2011).

(2) Vea por ejemplo, Stanley Aronowitz, Against Schooling: For an Education That Matters, (Boulder: Paradigm Publishers, 2008); Christopher Newfield, Unmaking the Public University, (Cambridge: Harvard University Press, 2008); y Ellen Schrecker, The Lost Soul of Higher Education, (New York: New Press, 2010). Una de las compilaciones más amplias que analizan este ataque se encuentra en: Edward J. Carvalho y David B. Downing, editores, Academic Freedom in the Post-9-11 Era, (New York: Palgrave, 2010); y mi próximo: Henry A. Giroux, Education and the Crisis of Public Values, (New York: Peter Lang Publishing, 2011).

(3) Vea Isabelle Bruno y Christopher Newfield, Can the Cognitariat Speak? E-Flux No. 14 (March 2010). En línea en : http://www.e-flux.com/journal/view/118/

Vea también: Christopher Newfield, Unmaking the Public University, (Cambridge: Harvard University Press, 2008).

(4) Ibíd.

(5) Para una crítica interesante de este tema, vea la edición especial de The Nation llamada "Out of Reach: Is College Only for the Rich?" (29 de junio de 2009).

(6) Se ha usado desde hace bastante tiempo este argumento contra profesores, aunque ha sido olvidado o convenientemente ignorado por muchos de ellos. Vea, por ejemplo, diversos ensayos en C. Wright Mills, The Powerless People: The Role of the Intellectual in Society, en C. Wright Mills, The Politics of Truth: Selected Writings of C. Wright Mills, (Oxford: Oxford University Press, 2008), pp. 13-24; Edward Said, Humanism and Democratic Criticism, (New York: Columbia University Press, 2004); y Henry A. Giroux y Susan Searls Giroux, Take Back Higher Education, (New York: Palgrave, 2004).

(7) Sobre la relación de la universidad con el Estado de seguridad nacional, vea David Price, How the CIA Is Welcoming Itself Back Onto American University Campuses: Silent Coup," CounterPunch (Abril 9-11, 2010). En línea en: http://www.counterpunch.org/price04092010.html

Vea también Nick Turse, How the Military Invades Our Everyday Lives, (New York: Metropolitan Books, 2008); y Henry A. Giroux, The University in Chains: Confronting the Military-Industrial-Academic Complex, (Boulder: Paradigm, 2007).

(8) Cornelius Castoriadis, Democracy as Procedure and Democracy as Regime, Constellations 4:1 (1997), p. 5.

(9) Frank Rich, Could She Reach the Top in 2012? You Betcha, New York Times (20 de noviembre 20, 2010), p. WK8.

(10) Toni Morrison, How Can Values Be Taught in This University, Michigan Quarterly Review (Primavera 2001), p. 278.

(11) Stefan Collini, Browne’s Gamble, London Review of Books, Vol. 32, No. 21 (4 de noviembre, 2010). En línea en: http://www.lrb.co.uk/v32/n21/stefan-collini/brownes-gamble

(12) David Glenn, Public Higher Education Is ‘Eroding From All Sides, Warn Political Scientists, Chronicle of Higher Education (2 de septiembre de 2010). En línea en: http://chronicle.com/article/Public-Higher-Education-Is/124292/.

© Copyright Henry A. Giroux, truthout, 2011

* Henry A. Giroux, es un crítico cultural estadounidense y uno de los teóricos fundadores de la pedagogía crítica en dicho país. Es bien conocido por sus trabajos pioneros en pedagogía pública, estudios culturales, estudios juveniles, enseñanza superior, estudios acerca de los medios de comunicación y la teoría crítica. Actualmente ocupa la cátedra de Cadenas globales de televisión en la carrera de ciencias de la comunicación en la Universidad McMaster. En mayo de 2005 la Universidad Memorial de Canadá le concedió un doctorado honorífico en letras. (Fuente: Wikipedia)

Fuente: www.globalresearch.ca/PrintArticle.php?articleId=22851 

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Written by Eduardo Aquevedo

22 enero, 2011 at 18:45

Informe Pisa (2009): resultados de la educación Chilena…

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EL PAÍS 07-12-2010

Viernes 10 de diciembre 2010 19:08 hrs.

Educación: Una cuestión de equidad

Vivian Lavín

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Los recientes resultados de la Prueba PISA permiten dialogar respecto del tipo de país que Chile está construyendo. El ejemplo de Finlandia es muy inspirador, donde los altos índices educacionales han sido producto de una sociedad equitativa con altos índices de lectura.

Los resultados de la  denominada prueba PISA hace algunos días dejó al gobierno de Sebastián Piñera y a la reforma impulsada por su ministro de Educación en una situación delicada. Cuando se esperaba el más rotundo fracaso y los niveles que ya históricamente posicionaban a nuestro país entre los peores, debieron instalarse sonrisas de mediana satisfacción al constatar que Chile ocupaba un discreto lugar 44 entre los 65 países que se sometieron a esta prueba, y lo más increíble, es que con ello registrábamos la mayor mejoría en 10 años, quedando como líderes en Latinoamérica.

Mientras Joaquín Lavín se apresta a implementar su denominada “Revolución Educacional”, los datos de esta medición vienen a mover el piso sobre el cual se está pensando realizar y con ello, a observar con mayor detención los cambios que se han dado en este campo en los últimos años. Los más importantes son la mejoría de la cobertura, infraestructura, disponibilidad de recursos educativos y aumento de apoyo a los alumnos en aspectos como la alimentación, textos escolares y becas. Sin embargo, los cambios educacionales son extremadamente lentos como para medir su impacto en el momento. Puede ser que este aumento en la prueba PISA sea una señal, pero no definitiva. “Esta prueba trae un mensaje positivo porque Chile sigue mejorando y casi tan bueno como eso es que la brecha también ha disminuido entre los sectores de peores resultados se superaron más aceleradamente que el resto de la Región”, dice el investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, Cristián Bellei. Sin embargo, alerta que “la desigualdad sigue siendo muy  grande y que los resultados son mediocres, pero lo esencial es que esta prueba entrega luces respecto de qué es lo que se ha hecho bien, como la disminución de la repitencia y la extensión de la jornada escolar”.

Money, Money

El camino que falta por recorrer es demasiado largo y la manera cómo se logren los objetivos es una cuestión que debiera ser de interés nacional y no de unos pocos. Se sabe que la educación explica en gran medida la capacidad de ingresos laborales, donde la ecuación es muy simple, a mayor educación mayores ingresos. Y no es que la meta sea el dinero pero como se señala en el estudio sobre Distribución del Ingreso y Políticas de Educación, Salud y Empleo realizado por las ingenieras comerciales con mención en economía de la Universidad de Chile, Lorena Flores, Silvia Leiva y Daniela Sugg, “la educación es una inversión rentable tanto para los países como para las personas, y por tanto, mientras antes se materialice, mayores serán las ganancias sociales y privadas”.

Las pruebas aplicadas de manera pareja es una buena forma para tomarle la temperatura a la educación que se les está dando a los futuros ciudadanos de diferentes países. La prueba PISA es una de las más importantes y corresponde a un estudio comparativo que se aplica cada tres años desde el año 2000 y es organizado por el selecto grupo de las 30 naciones que integramos la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, pero además se invita a otras 35 naciones asociadas. El nombre de esta prueba PISA corresponde a la sigla en inglés de Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Estudiantes cuyo objetivo es saber hasta qué punto los alumnos que ya están por terminar su educación obligatoria, es decir a los 15 años, han adquirido las competencias, conocimientos y habilidades necesarias para la vida en la sociedad del saber. Una medición que podría sonar un tanto etérea pero que se traduce en la práctica en tres  competencias clave: lectura, matemática y ciencias.

¿Cómo le fue a Chile? Ya lo decía Cristián Bellei, regular…pero mejor, ya que en lectura aumentó 40 puntos en comparación con los resultados del año 2000, ubicándose en el lugar 44 entre los 65 países monitoreados, siendo el país que más avanzó en mejorar el rendimiento de los estudiantes con bajos niveles de lectura en la última década.

En cuanto a las habilidades numéricas, nuestro país quedó en un discreto lugar 49, pero quedó como segundo de la zona, sólo después de Uruguay. En tanto en Ciencia, superamos ampliamente a todos nuestros vecinos o amigos, Uruguay, México, Brasil, Colombia, Argentina y Perú.

La prueba fue rendida en 2009 y midió a un total de 5 mil 600 jóvenes de 200 colegios que cursaban entre el octavo básico y el segundo medio significa un avance respecto de nuestra posición en mediciones anteriores, sin embargo, no es para festejar.

Cifras alegres, rostros tristes

Y claro, las cifras alegres se vuelven tristes a la hora de ir analizando los resultados y constatar que según el tipo de establecimiento, los alumnos de colegios privados sacan más de dos años de ventaja a los particulares subvencionados, lo que a su vez, tienen cerca de un año de diferencia con los municipales. Esto equivale a decir que las habilidades lectoras y numéricas de un joven de un colegio particular subvencionado que cursa el primero medio, equivale a los conocimientos que tiene un niño que cursa el sexto básico en un colegio particular. Una constatación ya dolorosa en nuestro país, cuando las desigualdades socio económicas atentan contra la anhelada equidad, entendida sobre la idea de que “el ser humano, para cubrir sus necesidades de vida y para vivir bien, requiere de la cooperación social”, como lo define el Diccionario del Pensamiento Alternativo de Biagini y Roig.

“Hay consenso entre los expertos que los logros educativos tienen mucho que ver con la equidad educativa. Acá no existen atajos, si queremos mejor educación lo que se requiere es una sociedad más igualitaria, que es como lo han hecho sociedades como la finlandesa, cubana o coreana”, explica el psicólogo y candidato a doctor de nuestra Universidad de Chile, Rodrigo Cornejo.

Desde que se comenzó a aplicar la prueba PISA, Finlandia resultó ser toda una revelación. Un país que hasta hace 60 años era un “país pobre, mutilado por la guerra, que había perdido una parte importante de su territorio y que debía pagar pesadas indemnizaciones de guerra”, como recuerda la embajadora de ese país en México, Ulla Väistö, pero que decidió terminar en medio de no pocas críticas ni resistencias con la educación privada e implantar desde principios de los 70 un proyecto de educación igual para todos y gratuita.

Tal es la importancia que los finlandeses le otorgan a este tema, que cuando se le preguntó a la Presidenta de ese país, Tarja Halonen, sobre cuáles eran los tres factores de éxito en el desarrollo social y económico de Finlandia, ella contestó: la educación, la educación y la educación.

El experto mexicano Eduardo Andere es un gran conocedor del “caso finlandés” identifica los cuatro factores que, a su juicio, explicarían el éxito de la educación finlandesa: la cultura e historia; la equidad, el sistema educativo y los maestros.

“Hay una interconexión entre los factores pero hay dos más importantes como la tradición y la historia y el otro son los maestros mismos, porque es importante que sean buenos y resoponsables por todos sus alumnos, no sólo de los mejores”, relata elembajador de Finlandia en nuestro país, Ilka Heiskamen.

Uno de los aspectos que más llama la atención en ese país, es la diferencia que existe entre los distintos establecimientos educacionales. Cuando en Chile esa diferencia puede equivaler a dos años y medio de educación, es decir, un 250 por ciento, en Finlandia sólo asciende a un 8 por ciento. “Las diferencias entre los alumnos de una escuela de los barrios más ricos de la gran ciudad y los más pobres que viven en las afueras, no es muy grande, lo que habla de una sociedad igualitaria”, explica orgulloso el embajador Heiskamen.

Hay un consenso total respecto de la igualdad y la igualdad de oportunidades como un alto valor en la sociedad finesa, a tal punto que como apunta la académica Hannele Niemi “existe una actitud vigilante de una población de un país pequeño donde es fácil darse cuenta cuando la equidad no se está logrando”.

La población chilena en cambio, no tiene una actitud vigilante como la finesa y observa cómo las diferencias sociales se van profundizando. La educación es acaso el ejemplo más claro.

Otro de los aspectos centrales del caso finlandés que volvió a sorprender posicionándose entre los primeros lugares en la prueba PISA 2010 es el sistema educativo en sí, que descansa en la autonomía escolar y la libertad pedagógica de los maestros. Aquí el currículo es visto como un proceso y está basado en estándares meta y cuya implementación queda bajo la responsabilidad de las localidades, la escuela y los maestros. Luego, el cuerpo docente está formado por profesionales altamente entrenados y que son los depositarios de la confianza de las autoridades y de la sociedad. Son los mejores alumnos los que quieren estudiar docencia por ser una carrera de gran reconocimiento social aunque no perciban los más altos ingresos.

Claves: Lectura y confianza

Otro rasgo interesante radica en los altos índices de lectura. Cuando en Chile se confiesa como no lectora más del 50 por ciento de la población, como lo establece un estudio realizado por la Fundación La Fuente y Adimark.

La relación que existe entre una sociedad lectora y una sociedad educada es bastante directa y obvia, y en Chile se han dado ciertos pasos, como la construcción de un nuevo concepto de bibliotecas, sin embargo, los libros siguen gravados con uno de los impuestos más altos del mundo. “La alfabetización es fundamental. Pero no porque llenemos de materiales de lesctura va a aumentar. El ejemplo finlandés es muy claro, ya que rebajaron el impuesto a los libros y construyeron muchas bibliotecas populares manejadas por expertos, lo que implica acercar de verdad la lectura a la gente. Por lo que es muy estúpido lo que se pretende hacer con la reforma del ministro lavín ya que implica vestir un santo desvistiendo otro”, comenta enfático el psicólogo y académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Rodrigo Cornejo.

La lectura en Chile es un hábito demasiado solitario y que, incluso despierta suspicacias. “Acá no leen las autoridades, no leen los ministros, los políticos, los economistas, lo que se nota al oírlos hablar… quizás los comandantes de las FFAA, lean más, no lee nadie. La lectura se está convirtiendo en un pasatiempo de coleccionistas, la lectura se está extinguiendo”, apunta el abogado y también crítico literario Camilo Marks.

La actitud sospechosa que pudiera despertar la lectura en Chile, se contrapone con otras sociedades donde la Confianza ha sido un valor donde se asienta el crecimiento económico y sobre todo, la educación. Justamente frente a la pregunta de qué es lo que explica que algunas sociedades se hayan desarrollado y otras no, el autor francés Alain Peyrefitte señala en su libro La sociedad de la confianza: “El nexo social más tenaz y fecundo es el que reposa en la confianza recíproca, entre un hombre y una mujer, entre padres e hijos, entre jefe y subordinados, entre compatriotas, entre paciente y médico, entre alumnos y profesor, entre prestamista y deudor, entre empresario y comunitarios, en tanto que la suspicacia, esteriliza”.

El autor señala que las sociedades basadas en la suspicacia están sostenidas en la lógica de ganador –perdedor, donde la vida en común y las gestas sociales son vistas incluso como negativas. Se trata de sociedades proclives a la agresión de la vigilancia recíproca, en cambio, en una sociedad de la confianza prevalece la solidaridad, existen proyectos comunes, de apertura, intercambio y comunicación.

La evaluación de la educación en Chile y sus resultados son una reveladora herramienta para definir el tipo de sociedad que queremos. La voluntad política es un valioso instrumento para llevarla a cabo, lo importante es que ésta traduzca los anhelos de equidad que a los que aspira toda sociedad que se jacte de justa.

http://radio.uchile.cl/noticias/94171/

Sin tiempo para seguir esperando

Es posible lograr avances notables al asignar recursos a cambios fundamentales y de probado efecto  sobre el aprendizaje de los alumnos.

por Juan Enrique Froemel – 09/12/2010 – 09:00

Escolares

EL MARTES pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) -de la cual Chile es miembro pleno- entregó los resultados del Estudio Pisa 2009 en 75 países y territorios, centrándose esta vez  en el aprendizaje del lenguaje, aunque también incluyendo matemática y ciencias.  El país con más alto logro en lenguaje fue Corea del Sur, con 539 puntos. Los resultados obtenidos por nuestro país, que, a priori, podrían aparecer positivos, de alguna manera cambian de signo al profundizar en el análisis.

Por un lado, y siguiendo la tendencia sugerida en 2006, Chile consolidó su liderazgo regional logrando los más altos puntajes de América Latina para lenguaje (449) y ciencias (447), siendo sólo superado en matemática por Uruguay.  Por el otro, y en casi una década (2000-2009), nuestro país logró un avance de 40 puntos en lenguaje, el segundo mayor del mundo, luego de Perú, que remontó 43 puntos en nueve años.  

Sin embargo, y aunque el foco principal del estudio en 2009 fue lenguaje y en 2006 fue ciencias, la comparación en las tres áreas es permisible para el período. Es así como, al considerar el avance en estos tres años, Chile muestra sólo modestos progresos en las tres áreas -entre 7 y 10 puntos- comparado con otros países de la región, como Argentina y Colombia,  que en mismo lapso pasan de 20, y sobre todo con Qatar, que en 2006 era penúltimo de la lista y que hoy muestra progresos de entre 30 y 60 puntos en tres años, los más altos del mundo.

El hecho es que en este lapso el país árabe logró avances de entre un 9% y un 19%, mientras que Chile  avanzó menos del 2,5 % en las tres áreas. La reforma educacional qatarí, iniciada en 2004, se centra en la libertad de gestión administrativa y curricular de las escuelas, la sujeción irrestricta a estándares curriculares muy exigentes, la implementación de sistemas de última generación para la medición del aprendizaje de los  alumnos y para la evaluación del logro de las escuelas, y la aplicación de métodos de enseñanza de probada eficacia.

La reforma recién planteada por el gobierno del Presidente Sebastián Piñera incorpora algunos de los rasgos de su símil en Qatar, como es el caso del incremento de la libertad de gestión de las escuelas y el fortalecimiento del sistema de medición del aprendizaje, aunque se echan de menos avances en la evaluación de la gestión real de las escuelas, la implementación de estándares y de medidas que apunten a la sala de clases.

Es incuestionable, sin embargo, que es posible lograr avances educativos notables al asignar recursos a cambios fundamentales y de probado efecto sobre el aprendizaje de los alumnos, en oposición a otros nominales, de corte administrativo y de raíz ideológica que soslayan modificaciones fundamentales del sistema.

El caso es que, siendo un hecho que la reforma planteada por el gobierno es perfectible, ello no es argumento para rebajar su urgencia, dado que, por una parte, Pisa 2009 nos señala que es posible generar avances notables en el corto plazo y, por la otra, que los estudiantes chilenos no pueden esperar otros 10 años para alcanzar un mayor y mejor aprendizaje.

Las deficiencias de las actuales políticas educativas que muestra la prueba Pisa

Andrea Precht, CIPER Chile * | 7 de Diciembre de 2010

La prueba PISA, medición de la calidad de la educación que realiza el llamado “club de los países desarrollados” reunido en la OECD, trajo buenas noticias: el nivel de lectura de los niños chilenos ha mejorado progresivamente. Sin embargo, también nos dio lecciones. Las evidencias muestran que el éxito escolar está determinado por el nivel socioeconómico de los alumnos. Además, el estudio asegura que la competencia entre los colegios –base del sistema chileno– no producen sistemáticamente mejores resultados.

La prueba Pisa, cuyos resultados se conocieron este martes, tiene interesantes datos para comprender qué hacemos bien o mal en la educación chilena y para orientar las políticas educacionales. La última edición de esta prueba es interesante aún más porque contradice varias de las políticas que está llevando adelante el actual gobierno. La prueba la toma la OECD, una organización que promueve el libre comercio entre sus asociados y concluye, entre otros puntos, que en educación la competitividad entre escuelas no produce buenos resultados.

Pero partamos por un tema previo a ese: la lectura. El nivel de lectura en Chile, dice la prueba Pisa, es deficiente (nivel 2), muy por debajo del promedio de los países de la OECD y que equivale al rendimiento de Turquía y México. Nuestros niños y niñas escolarizados presentan dificultades en la búsqueda de información, comparación de fuentes, contrastes y comprensión de contexto. Los países que están mejor en esta área, tienen niños que saben resumir la información leída, clarifican lo que no entienden y complementan la información obtenida con otras fuentes.

Aún así, en los últimos 9 años el nivel chileno ha mejorado notablemente. Hoy, comparado con la medición de Pisa de 2006 tenemos menos estudiantes rindiendo mal en lectura. Y la diferencia entre el grupo que lo hace bien y el que rinde mal, es menor que antes. ¿Qué pasó? Pisa muestra que aumentó el rendimiento de los más débiles. El mérito de esta subida es sin duda de los docentes que trabajan con sectores más deprivados; los profesores que siempre son responsabilizados del fracaso escolar. Respecto de cómo hay que valorar su esfuerzo, la OECD señala que “los sistemas exitosos priorizan el salario de los profesores por sobre el tamaño de los cursos”.

Pero los profesores solos no son suficientes muchas veces. El análisis de los resultados de Pisa repara en que el compromiso de las familias con el aprendizaje de sus hijos explica parte del éxito escolar. También el goce ayuda: los que gozan con la lectura puntúan mejor en logros de aprendizajes que quienes detestan leer. Estos últimos no son pocos: 37% de los estudiantes encuestados en todos los países muestreados declaran no disfrutar la lectura. Un dato interesante que puede revertir eso: leer en Internet sirve. Quienes leen online, tienen mejores resultados en Pisa que quienes no lo hacen.

La OECD pone en evidencia situaciones que conocemos hace bastante tiempo: El nivel socioeconómico (NSE) explica mejor el rendimiento escolar que muchos otros factores. En castellano, esto quiere decir qué los niños más ricos logran mayores que los pobres en Chile y ello no se debe a que sean más inteligentes, más lindos o tengan mejores profesores, sino a su nivel de riqueza. Es decir que la diferencia de rendimientos es un tema estructural. Pregunta pendiente: ¿las reformas que se han anunciado abordan esa diferencia social?

Junto con el NSE hay otros factores que explican el rendimiento: la diversidad. Los colegios en que ésta es mayor, tienen mejores resultados. Y aquellos sistemas que dividen a los niños por género, por NSE o por sus habilidades, rinden peor. En Chile tendemos a la homogeneidad: se discrimina por NSE, se reúne a los iguales. En ese sentido, la popular idea de los liceos de excelencia sólo agravará la situación pues va en el sentido contrario a lo que la OECD ve que funciona. Tampoco les va bien a los que hacen repetir mucho de curso o que echan a los alumnos con problemas disciplinares o de rendimiento puntúan peor.

Para reforzar la idea, una recomendación de la OECD que la copiamos en inglés y en español, para que no haya duda de que esta vez se entendió. No dice nada nuevo, nada que no haya sido muchas veces dicho, pero se tiende a olvidar: Countries that create a more competitive environment in which many schools compete for students do not systematically produce better results. O: Los países que crean ambientes más competitivos en el cual muchos colegios compiten por estudiantes no producen sistemáticamente mejores resultados.

Es decir: mercados educativos más competitivos no producen alumnos mejores. El caso chileno es una prueba de aquello. Que lo diga la OECD no es menor, pues el propósito de esta prueba es tomar una fotografía del sistema educativo con las premisas del neoliberalismo. Pisa nos señala, sin embargo, que el modelo que se ha instalado no funciona. Por el contrario, está sacrificando a muchos niños y niñas.

Por último, un llamado de atención a quienes se desangran pagando escuelas privadas:

El informe nos dice: “Tras controlar el nivel socioeconómico y demográfico de nuestros estudiantes en países miembros no se demuestra diferencias entre la educación pública y privada”. En “castellano” ello quiere decir que el éxito no se explica por el tipo de escuela sino por los factores anteriormente mencionados: NSE y locación demográfica. Las escuelas privadas no agregan valor educativo en lectura, matemáticas ni ciencias, tan solo descansan en el capital cultural de las familias.

* Doctora en Ciencias de la Educación, directora del Centro de Innovación y Calidad de la Docencia (CICAD) de la Universidad de Talca. Esta columna es tributaria de los comentarios de Paul Fuentes, director regional de Explora Maule, quien me ayudó a comprender algunos aspectos de la prueba Pisa.

Written by Eduardo Aquevedo

9 diciembre, 2010 at 17:20

Informe Pisa 2009: las claves del éxito asiático… y de Finlandia

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Corea apuesta por la excelencia, insistiendo en la formación de los mejores alumnos – Shanghái da a los estudiantes más capacidad de elección

ANTONIO JIMÉNEZ BARCA – París – 08/12/2010

EDUCACION3El informe PISA constituye una radiografía no del todo infiel de la educación en el planeta. Y deja una cosa clara: las buenas -a veces sorprendentemente buenas- calificaciones de los países asiáticos, sobre todo en matemáticas. El país considerado hasta ahora como modelo educativo, Finlandia, en cabeza hasta esta edición en la mayoría de los escalafones, ha dejado su plaza a Corea del Sur, que con un sistema educativo basado, sobre todo, en la atención cuidadosa a los alumnos destacados y a la cantidad de horas extra que llevan a cabo, en general, sus alumnos, se ha encaramado a la primera posición.

Pero no solo eso: el informe, que no solo se ocupa de países, sino que también se ocupa de regiones o territorios, aporta otra novedad: Shanghái, la capital económica de China, la ciudad de 22 millones de habitantes, la más rica del país, que por primera vez aparece en un estudio de este tipo, obtiene los mejores resultados mundiales. Los adolescentes de Shanghái son los campeones mundiales en "comprensión escrita". En este apartado, Corea aparece en segunda posición y Finlandia en tercera.

Pero es en el aspecto denominado "cultura matemática" en el que Asia acapara todas las posiciones, encabezada por la sorprendente Shanghái, que con 600 puntos, ha destrozado todos los récords, seguida por Singapur (562), Hong Kong (555) y Corea (546). La OCDE resalta un dato: el 25% de los alumnos de Shanghái han sido capaces de resolver un tipo de problema matemático complejo. El mismo problema solo fue resuelto por un 3% de los estudiantes de la OCDE.

También en conocimientos científicos Shanghái ocupa el primer lugar, seguido, esta vez, de Finlandia, Hong Kong y Singapur.

¿A qué obedece esta victoria asiática?

Como señalan los expertos de la OCDE, Shanghái no representa, ni mucho menos, al resto de la población china en materia de educación. En China, la educación obligatoria se acaba a los 15 años y la pobreza de determinados lugares acarrea que no todos los niños puedan estudiar hasta esta edad.

Con todo, Miyako Ikeda, una investigadora de la OCDE, aseguraba ayer a la agencia France Press que la capital económica de China es "pionera en materia de reformas educativas". Y apuntaba el hecho de haber cambiado ciertos programas escolares a fin de dar a los adolescentes más capacidad de elección y el envío de profesores provenientes de escuelas de élite a centros más desfavorecidos a fin de elevar el nivel educativo general.

Los institutos de Shanghái, según explica Ikeda, han modificado también los exámenes de acceso a la Universidad de forma que ahora se incide y se valora más la facultad de resolver problemas que los conocimientos aprendidos de memoria. "Shanghái tenía la costumbre de centrarse en el nivel de conocimientos. La novedad es que ahora se evalúa cómo y para qué utilizar estos conocimientos", concluye la experta de la OCDE.

De Corea se tenían más datos, pero su ascensión también ha sido relevante. En 2000 se encontraba entre los países destacados. Hoy, simplemente, es el mejor. El informe de la OCDE dedica un capítulo exclusivo al milagro coreano y afirma que el Gobierno de este país, hace unos años, consideraba "que las aptitudes de los estudiantes debían ir aún más allá para afrontar los cambios que reclamaba un mercado de trabajo competitivo". Una de las características del sistema educativo coreano, puesta de manifiesto por los expertos de la OCDE, es su apuesta por la excelencia, esto es, por los alumnos muy brillantes, a los que se intenta reconducir de manera que aprovechen toda su capacidad.

También hay que tener en cuenta que Corea es uno de los países en los que los estudiantes trabajan más fuera de clase. Dos de cada tres estudiantes coreanos acuden a clases de refuerzo. "Un estudiante coreano trabaja 10 horas al día", resumió ayer en París Rafael Bonete, consejero de Educación de la Embajada española ante la OCDE. "También hay que tener en cuenta que los estudiantes de este país sufren un nivel de estrés más alto que otros y que se sienten más infelices", añadió.

De cualquier forma, la embajadora española ante la OCDE, Cristina Narbona, aseguró que tal vez era tiempo, en España, de fijarse más en ese apoyo a la excelencia: "Nuestro país, en 30 años, ha mejorado mucho en materia de educación. Pero ahora que las universidades están pobladas, que todos los alumnos en España tienen oportunidades para estudiar, tal vez ha llegado la hora de esa excelencia".

Educación: Corea y Finlandia encabezan el más reciente estudio PISA de la OCDE sobre desempeño educativo.

07/12/2010 – Corea y Finlandia encabezan el más reciente estudio PISA de la OCDE sobre conocimientos de lectura entre jóvenes de 15años. Por primera vez, evalúa su capacidad para gestionar información digital.

Las economías de Asia-Pacífico conformaron seis de los principales sistemas de educación, gracias al buen desempeño de Hong Kong-China, Singapur, Nueva Zelanda y Japón. Canadá fue el único país fuera de Asia con una alta puntuación. Los resultados completos aquí.

El ultimo estudio PISA de la OCDE, que consistió en evaluaciones de dos horas a medio millón de estudiantes en más de 70 países, evalúa los conocimientos de lectura entre jóvenes de 15 años. El PISA también evaluó matemáticas y ciencia.

Una mención especial va para la provincia de Shanghái, China – que participa por primera vez – la cual obtuvo un alto puntaje en lectura como ningún otro país. Los estudiantes en Shanghái también encabezaron la tabla en matemáticas y ciencia. Más de una cuarta parte de jóvenes de 15 años en Shanghái demostraron habilidades mentales en matemáticas avanzadas para resolver problemas complejos, en comparación con la media de la OCDE de sólo el 3%.

Ver Entrevista con Andreas Schleicher, Jefe de la División de Indicadores Educativos y Análisis.

“Los mejores resultados educativos son un fuerte pronosticador para el crecimiento económico futuro,” dijo el Secretario General de la OCDE Ángel Gurría. Mientras que el ingreso nacional y el logro educativo siguen relacionados,  PISA muestra que dos países con niveles similares de prosperidad pueden producir resultados muy diferentes. Esto demuestra que la imagen de un mundo claramente dividido en países ricos y bien educados, y pobres y mal educados es ahora anticuada.”

Algunos países de la OCDE vieron fuertes beneficios en los conocimientos de lectura, de manera más notable, Chile, Israel y Polonia, aunque también Portugal, Corea, Hungría y Alemania. En matemáticas, México, Turquía, Grecia, Portugal, Italia y Alemania registraron rápidas mejoras. En ciencia, Turquía, Portugal, Corea, Italia, Noruega, Estados Unidos y Polonia mostraron las mayores mejoras.

La OCDE observó diferentes resultados entre niños y niñas, así como la influencia del tamaño de las clases, el pago de los maestros y el grado de autonomía que las escuelas tienen para asignar recursos. Las conclusiones incluyen:

• Las niñas leen mejor  que los niños en todos los países,  en un promedio de 39 puntos, el equivalente a un año de educación. La brecha de género no ha mejorado en ningún país desde el  2000, y se ha ampliado en Francia, Israel, Corea, Portugal y Suecia. Esto se ve reflejado en la disminución del gusto del niño por la lectura y en el compromiso con la lectura en su tiempo libre.

• Los mejores sistemas escolares fueron los más equitativos – los estudiantes lo hacen bien a pesar de su antecedente socio-económico. Las escuelas que seleccionan a sus alumnos basándose en sus capacidades pronto muestran las grandes diferencias en desempeño por los antecedentes socio-económicos.

• Los sistemas escolares de alto desempeño tienden a priorizar el salario del maestro en clases más pequeñas.

• Los países donde los estudiantes repiten grados con más frecuencia tienden a tener peores resultados en general, con las mayores brechas entre los niños de familias pobres y los de mejor posición económica. Hacer que los estudiantes repitan años es más común en Bélgica, Francia, Luxemburgo, Portugal y España.

• Los sistemas de alto rendimiento permiten a las escuelas diseñar planes de estudio y establecer políticas de evaluación aunque no necesariamente permiten la competencia para los estudiantes.

• Las escuelas con buena disciplina y mejores relaciones alumno-maestro logran mejores resultados de lectura.

• Las escuelas públicas y privadas logran resultados similares, después de considerar sus antecedentes familiares.

• La combinación de una autonomía local y de una responsabilidad eficaz parece generar los mejores resultados.

• El porcentaje de estudiantes que dijeron leían por placer se redujo del 69% en 2000 al 64% en 2009.
PISA busca ayudar a los países a ver de qué manera sus sistemas escolares coinciden a nivel global en lo que respecta a su calidad, equidad y eficacia. Los mejores sistemas educativos, en materia de desempeño, muestran a lo que otros pueden aspirar; asimismo, inspira los esfuerzos nacionales para ayudar a los estudiantes a aprender mejor, a los maestros a enseñar mejor, y a los sistemas escolares a ser más eficaces.

En 2011. Como parte de la aportación del 50 Aniversario de la OCDE, la organización lanzará dos nuevos programas para ayudar a los países a desarrollar, mantener y mejorar las habilidades de sus ciudadanos para el mundo del mañana. Los primeros resultados del Programa Internacional de la OCDE para la Evaluación de las Competencias de los Adultos (PIAAC) y de la Estrategia de Habilidades de la OCDE se darán a conocer en 2013.

Los Periodistas pueden obtener una copia del reporte desde el sitio web protegido o la División de Medios de Comunicación de la OCDE (tel. + 33 1 45 24 97 00)

Para más información, los periodistas deben ponerse en contacto con Andreas Schleicher   de la Dirección de Educación de la OCDE.

Más información, incluyendo resúmenes, notas de país y datos, está disponible en www.oecd.org/edu/pisa/2009

Finlandia mantiene excelente sistema educacional, pero con pequeñas debilidades

La reválida del país ejemplar

Finlandia, paradigma de la buena escuela, teme "sorpresas" en PISA

ADRIÁN SOTO – Helsinki – 02/12/2010/El País.com

Jouni Välijärvi es el coordinador en Finlandia del informe PISA de la OCDE, la prueba internacional sobre los conocimientos escolares de los chicos de 15 años que ha convertido al país nórdico en paradigma de la buena educación. Välijärvi explica que la prueba de lectura de PISA realizada el año pasado (también hubo una parte de ciencias y otra de matemáticas) estaba impregnada de temas de nuevas tecnologías. "La lectura de redes sociales, la búsqueda e investigación en Internet nos pueden traer alguna sorpresa", dice el coordinador finlandés.

Con esto, el académico da a entender su temor de que Finlandia ya no ocupe los primeros puestos en la nueva medición que se hace pública el próximo martes. "La verdad es que pocos cambios pueden ocurrir en un periodo de tres años [tiempo que pasa entre cada prueba]. Pero nosotros ya hemos detectado que Finlandia ha perdido terreno en el campo de la sociedad de la información, y esto puede traducirse en los resultados del último examen". Según el último Eurobarómetro sobre la sociedad de la información, la penetración de la banda ancha en Finlandia es del 64% de hogares conectados, muy por debajo de Holanda, con el 79%, aunque la media europea es del 48%.

Municipios en crisis

En Finlandia, los municipios son los responsables de implementar los programas educativos. Durante los últimos años, muchos municipios se han visto seriamente afectados por la crisis económica. Según el coordinador, existe el peligro de que el sistema del país ya no presente resultados uniformes independientemente del colegio, hecho que es considerado como uno de los grandes logros de la escuela finlandesa.

La reforma de la educación universal y obligatoria de nueve años, vigente hoy, data de comienzos de los años setenta. A partir de entonces, el profesorado ha tenido una formación universitaria y permanente muy exigente. Y la evaluación de los docentes es una práctica cotidiana.

En un país relativamente pequeño (5,3 millones de habitantes, algo más que los de la Comunidad Valenciana) y culturalmente homogéneo, la escuela ha ocupado un lugar central en el salto de una sociedad agraria a una industrial y al Estado de bienestar. Allí, casi nadie repite curso (en España, a los 15 años ha repetido alguna vez el 41,4% de los alumnos) porque se aplica un sistema de educación de apoyo para aquellos que van peor en el que los docentes se multiplican para rescatarles. Las últimas cifras del Gobierno finlandés indican que los necesitados de apoyo han aumentado durante los últimos años, hasta un 27% de alumnos que lo reciben. La escasa presencia de chavales inmigrantes en las aulas finlandesas (no llegan al 3%) también es un factor que ayuda a comprender los buenos resultados finlandeses.

En el primer informe PISA, de 2000, de comprensión de lectura, Finlandia ocupó el primer lugar. No fue una sorpresa para los finlandeses; confiaban en su modelo. El idioma finés no pertenece a la familia de lenguas indoeuropea. Por esta característica y por ser un idioma hablado solo por cinco millones de personas, tanto el cine como toda la programación de televisión está en versión original con subtítulos en finés. Esto significa que los niños, apenas aprenden a leer, se familiarizan con el lenguaje escrito.

Los óptimos resultados en matemáticas y ciencias sí representaron una sorpresa, pues en ambos campos los jóvenes finlandeses no habían destacado. Se puede explicar porque desde comienzos de los noventa la instrucción escolar tendió a fortalecer estos dos campos. En general, el modelo de exámenes de PISA se adecúa bastante al currículo de la escuela finlandesa. También es notorio el entusiasmo con que chicas y chicos acuden a las pruebas de PISA. A toda edad es agradable estar entre los ganadores.

Written by Eduardo Aquevedo

8 diciembre, 2010 at 18:41

Informe PISA (2009): Shanghai, Corea del Sur y Finlandia en primeros lugares… y Chile y A. Latina, al final…

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  • Corea del Sur y Finlandia, los mejores; Shanghai, la sorpresa
  • Chile: las deficiencias de las actuales políticas educativas que muestra la prueba Pisa
  • México: mejora resultados en Pisa 2009?

EL PAÍS 07-12-2010

 

Corea del Sur y Finlandia, los mejores; Shanghai, la sorpresa

JUAN A. AUNIÓN | ANTONIO JIMÉNEZ BARCA – Madrid | París – 07/12/2010

Consulta el informe PISA 2009 (en español)Preguntas y respuestas sobre este examen a la educación en el mundo – Informe PISA 2006 | 2003 | 2000

El informe PISA 2009 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que mide cómo manejan los chicos de 15 años de 65 países sus conocimientos en lectura, matemáticas y ciencias, vuelve a dejar en evidencia que España no consigue alcanzar la media de los países desarrollados, a pesar de haber recuperado el bajón de 20 puntos que registró en el informe anterior. Los alumnos españoles de 15 años han tenido en lectura (destreza en la que se centra esta vez el examen) de media 481 puntos (en 2006, fueron 461), frente a los 493 de la media de la OCDE. Con respecto a la media en 2000, año en que esta prueba internacional que se celebra cada tres años también se centró en la lectura, España baja 12 puntos, mientras que la media de la OCDE ha descendido 7.

    Quizá, según distintos expertos y el Ministerio de Educación, la distancia que separa a España de la media de la OCDE y de países como EE UU o Francia es estadísticamente muy pequeña, pero el hecho es que el sistema español lleva estancado a esa distancia al menos una década, desde que se publicó el primer informe PISA en 2000 (hubo otros dos en 2003 y 2007).

    Los resultados en ciencias y matemáticas también han sido similares a los de años anteriores. Los alumnos españoles mejoran en tres puntos los 480 que se alcanzaron en 2006 -pero aún inferiores a los 485 del año 2003- y en ciencias igualan la puntuación de hace cuatro años (488, frente a los 487 de hace siete años). En matemáticas, la media de la OCDE es de 496 y, en ciencias, de 501. Desde Educación, en cualquier caso, hablan de estabilidad del sistema español dentro de una leve mejora general de los países desarrollados.

    El elevado número de repetidores puede estar lastrando los resultados españoles en PISA, ya que hacen el examen los alumnos de 15 años, estén o no estén en el curso que les corresponde, 4º de la ESO. Así, en España, el 36% de los chavales que hicieron el examen eran repetidores -uno de los porcentajes más altos de la OCDE; en Finlandia es del 5%- y estos tienen unas puntuaciones muchísimo más bajas en lectura: 371 puntos los que están aún en 2º de ESO; 435 lo de 3º y 522 los que sí están en el curso que les corresponde.

    Aparte de la situación comparativa en la lista (lectura que desaconsejan distintos especialistas), España sigue contando con muy pocos alumnos en los niveles más altos de resultados (divididos en seis): un 3% de los estudiantes comparado con el 8% de media de la OCDE. Sin embargo, en los niveles más bajos, lo que se podría considerar un suspenso, el porcentaje del 20% de alumnos es similar al de la media de la OCDE.

    En cuanto a los resultados por Comunidades Autónomas, en la parte alta de mejores resultados están Madrid, Castilla y León y Cataluña, y en la más baja, Andalucía, Baleares y Canarias.

    En el lado positivo, el informe refleja un sistema muy homogéneo, en el que las diferencias de resultados entre alumnos dependen en un 4% de la comunidad autónoma donde se viva y en un 20% del centro en el que se estudie. Es decir, que las mayores diferencias de resultados, un 70%, se dan dentro del mismo centro.

    Corea del Sur y Finlandia, a la cabeza

    El país que mejor resultado ha obtenido es Corea del Sur. Hace años, en 2000, ya se encontraba entre los países destacados. Hoy por hoy, simplemente, es el mejor, superando a Finlandia, considerado hasta ahora el país modelo. El informe de la OCDE dedica un capítulo al milagro coreano y afirma que el Gobierno coreano, hace unos años, "consideraba que las aptitudes de los estudiantes debían ir aún más allá para afrontar los cambios que reclamaba un mercado de trabajo competitivo". Una de las características del sistema educativo coreano, puesto de manifiesto por los expertos de la OCDE, es su apuesta por la excelencia, esto es, por los alumnos muy brillantes, a los que se intenta reconducir de manera que exploten toda su capacidad. También hay que tener en cuenta que Corea es uno de los países en los que los estudiantes más trabajan fuera de clase. Dos de cada tres alumnos coreanos acuden a clases de refuerzo. "Un estudiante coreano trabaja 10 horas al día", ha resumido hoy en París, ciudad en la que se ha presentado el informe, Rafael Bonete, consejero de Educación de la Embajada española ante la OCDE.

    Finlandia aún mantiene unos resultados altísimos, consecuencia, según los expertos, de la autonomía de sus escuelas y de que los profesores, simplemente, se eligen entre los mejores estudiantes universitarios.

    De cualquier forma, la sorpresa de este informe PISA ha sido el altísimo resultado de la provincia de Shanghai, que por primera vez entraba en este tipo de prueba. Sus alumnos, literalmente, han roto las clasificaciones en matemáticas, superando los 600 puntos de media, algo nunca visto. La OCDE resalta un dato: el 25% de los alumnos de Shangai han sido capaces de resolver un tipo de problema matemático complejo. El mismo problema solo fue resuelto por un 3% de los estudiantes de la OCDE.

    Chile: las deficiencias de las actuales políticas educativas que muestra la prueba Pisa

    Andrea Precht, CIPER CHILE * | 7 de Diciembre de 2010 |

    Escolares

    La prueba PISA, medición de la calidad de la educación que realiza el llamado “club de los países desarrollados” reunido en la OECD, trajo buenas noticias: el nivel de lectura de los niños chilenos ha mejorado progresivamente. Sin embargo, también nos dio lecciones. Las evidencias muestran que el éxito escolar está determinado por el nivel socioeconómico de los alumnos. Además, el estudio asegura que la competencia entre los colegios –base del sistema chileno– no producen sistemáticamente mejores resultados.

    La prueba Pisa, cuyos resultados se conocieron este martes, tiene interesantes datos para comprender qué hacemos bien o mal en la educación chilena y para orientar las políticas educacionales. La última edición de esta prueba es interesante aún más porque contradice varias de las políticas que está llevando adelante el actual gobierno. La prueba la toma la OECD, una organización que promueve el libre comercio entre sus asociados y concluye, entre otros puntos, que en educación la competitividad entre escuelas no produce buenos resultados.

    Pero partamos por un tema previo a ese: la lectura. El nivel de lectura en Chile, dice la prueba Pisa, es deficiente (nivel 2), muy por debajo del promedio de los países de la OECD y que equivale al rendimiento de Turquía y México. Nuestros niños y niñas escolarizados presentan dificultades en la búsqueda de información, comparación de fuentes, contrastes y comprensión de contexto. Los países que están mejor en esta área, tienen niños que saben resumir la información leída, clarifican lo que no entienden y complementan la información obtenida con otras fuentes.

    Aún así, en los últimos 9 años el nivel chileno ha mejorado notablemente. Hoy, comparado con la medición de Pisa de 2006 tenemos menos estudiantes rindiendo mal en lectura. Y la diferencia entre el grupo que lo hace bien y el que rinde mal, es menor que antes. ¿Qué pasó? Pisa muestra que aumentó el rendimiento de los más débiles. El mérito de esta subida es sin duda de los docentes que trabajan con sectores más deprivados; los profesores que siempre son responsabilizados del fracaso escolar. Respecto de cómo hay que valorar su esfuerzo, la OECD señala que “los sistemas exitosos priorizan el salario de los profesores por sobre el tamaño de los cursos”.

    Pero los profesores solos no son suficientes muchas veces. El análisis de los resultados de Pisa repara en que el compromiso de las familias con el aprendizaje de sus hijos explica parte del éxito escolar. También el goce ayuda: los que gozan con la lectura puntúan mejor en logros de aprendizajes que quienes detestan leer. Estos últimos no son pocos: 37% de los estudiantes encuestados en todos los países muestreados declaran no disfrutar la lectura. Un dato interesante que puede revertir eso: leer en Internet sirve. Quienes leen online, tienen mejores resultados en Pisa que quienes no lo hacen.

    La OECD pone en evidencia situaciones que conocemos hace bastante tiempo: El nivel socioeconómico (NSE) explica mejor el rendimiento escolar que muchos otros factores. En castellano, esto quiere decir qué los niños más ricos logran mayores que los pobres en Chile y ello no se debe a que sean más inteligentes, más lindos o tengan mejores profesores, sino a su nivel de riqueza. Es decir que la diferencia de rendimientos es un tema estructural. Pregunta pendiente: ¿las reformas que se han anunciado abordan esa diferencia social?

    Junto con el NSE hay otros factores que explican el rendimiento: la diversidad. Los colegios en que ésta es mayor, tienen mejores resultados. Y aquellos sistemas que dividen a los niños por género, por NSE o por sus habilidades, rinden peor. En Chile tendemos a la homogeneidad: se discrimina por NSE, se reúne a los iguales. En ese sentido, la popular idea de los liceos de excelencia sólo agravará la situación pues va en el sentido contrario a lo que la OECD ve que funciona. Tampoco les va bien a los que hacen repetir mucho de curso o que echan a los alumnos con problemas disciplinares o de rendimiento puntúan peor.

    Para reforzar la idea, una recomendación de la OECD que la copiamos en inglés y en español, para que no haya duda de que esta vez se entendió. No dice nada nuevo, nada que no haya sido muchas veces dicho, pero se tiende a olvidar: Countries that create a more competitive environment in which many schools compete for students do not systematically produce better results. O: Los países que crean ambientes más competitivos en el cual muchos colegios compiten por estudiantes no producen sistemáticamente mejores resultados.

    Es decir: mercados educativos más competitivos no producen alumnos mejores. El caso chileno es una prueba de aquello. Que lo diga la OECD no es menor, pues el propósito de esta prueba es tomar una fotografía del sistema educativo con las premisas del neoliberalismo. Pisa nos señala, sin embargo, que el modelo que se ha instalado no funciona. Por el contrario, está sacrificando a muchos niños y niñas.

    Por último, un llamado de atención a quienes se desangran pagando escuelas privadas:

    El informe nos dice: “Tras controlar el nivel socioeconómico y demográfico de nuestros estudiantes en países miembros no se demuestra diferencias entre la educación pública y privada”. En “castellano” ello quiere decir que el éxito no se explica por el tipo de escuela sino por los factores anteriormente mencionados: NSE y locación demográfica. Las escuelas privadas no agregan valor educativo en lectura, matemáticas ni ciencias, tan solo descansan en el capital cultural de las familias.

    * Doctora en Ciencias de la Educación, directora del Centro de Innovación y Calidad de la Docencia (CICAD) de la Universidad de Talca. Esta columna es tributaria de los comentarios de Paul Fuentes, director regional de Explora Maule, quien me ayudó a comprender algunos aspectos de la prueba Pisa.

     

    Chile en PISA 2009: primera mirada a los resultados

    Chile se ubicó en el puesto número 44, de 65 países, liderando la Región. Pese a los avances mostrados, la inequidad entre sectores socioeconómicos sigue siendo preocupante.

    El puntaje promedio de Chile en PISA 2009 en el área de Lectura fue de 449 puntos, lo que significa que en esta oportunidad, los estudiantes chilenos de 15 años obtuvieron un promedio 40 puntos mayor en Lectura, que el obtenido el 2000. Pese a ésto, Chile se ubicó por debajo del promedio de la OECD, en el lugar 44 entre 65 países.

    PISA es una prueba desarrollada por la OECD. Desde el año 2000, evalúa las competencias de los estudiantes en tres áreas: Lectura, Matemática y Ciencias Naturales y permite establecer promedios para cada área y porcentajes de estudiantes según niveles de desempeño. Su enfoque está orientado a la evaluación de competencias para la vida, por lo tanto no solo se refiere al currículum.

    Como se observa en los datos, la tendencia en Chile es al alza y pone en evidencia que la brecha con la OECD tiende a disminuirse. Al respecto, es posible estimar que si Chile continuara subiendo su puntaje en Lectura en la medida que lo ha venido haciendo, en diez años alcanzaría el actual promedio de la OECD.

    Respecto al desempeño de los estudiantes chilenos, uno de cada tres no alcanza el nivel 2 de desempeño, es decir, no tiene las competencias mínimas para desenvolverse en el mundo e integrarse productivamente a la sociedad. Esta situación se vuelve más preocupante en los sectores más vulnerables, ya que uno de cada dos niños está bajo el nivel 2.

    En Chile, al igual que en el resto de los países latinoamericanos, prácticamente no existen estudiantes que se sitúen en el nivel 6 (máximas competencias) y en el nivel 5, sólo un 1%.

    Dentro de los países de la OECD, los estudiantes que alcanzan niveles 5 y 6 llegan al 7%. En el grupo más alto de nuestro país, uno de cada diez niños está bajo el nivel 2. En un curso de 40 estudiantes de este grupo, sólo 4 de ellos no tendrían las competencias mínimas. Sin embargo, en el grupo más vulnerable, 20 alumnos estarían en esta situación.  

    Matemáticas

    En el caso de Chile, sólo es posible comparar los resultados de matemáticas del 2006 y 2009. Hecha esta salvedad, se puede afirmar que el puntaje promedio de los estudiantes chilenos no varía significativamente en este periodo.

    Con 421 puntos, Chile se ubica en el lugar 49, y se mantiene 75 puntos bajo el promedio de la OECD.

    En tanto un 22% de los estudiantes se ubica bajo el primer nivel, es decir, que no domina las competencias más elementales. Para la OECD, este porcentaje corresponde a un 8%. En los niveles de más alto desempeño (5 y 6), Chile ubica un 1% de los estudiantes; mientras que para la OECD, ese nivel de desarrollo lo alcanza un 13% de estudiantes.

    Ciencias Naturales

    En esta área, los estudiantes chilenos obtuvieron los más altos puntajes, entre los países latinoamricanos participantes en PISA 2009. A nivel general, Chile, se ubica en el lugar 44, entre 65 países, con 447 puntos, 53 puntos debajo de la OECD.

    Respecto a las competencias, uno de cada tres estudiantes (proporción similar a Lectura) tiene un desempeño bajo el nivel 2, es decir, no alcanza el nivel mínimo de competencias científicas que les posibiliten comprender el mundo y las implicancias de la ciencia y la tecnología . El promedio de la OECD es 18%.

    La inequidad sigue fuerte

    La tendencia en Lectura de acuerdo al grupo socioeconómico de pertenencia, muestra que en Chile los estudiantes de todos los grupos incrementaron sus puntajes entre 2000 y 2009 y que se ha disminuido levemente la brecha entre los grupos altos y bajos.

    Al realizar una comparación de la distribución en niveles de desempeño, en Lectura, entre los resultados 2000 y 2009 para Chile, se observa que en todos los grupos ha disminuido el porcentaje de estudiantes que están en el nivel 1 o bajo él, es decir, que en todos los grupos socioeconómicos ha bajado el porcentaje de estudiantes que no alcanza las competencias mínimas. Sin embargo, más de 50% de los estudiantes del Grupo Bajo sigue sin alcanzar el nivel mínimo.

    En Matemática sucede algo similar: el puntaje es mayor mientras más alto es el grupo socioeconómico y cultural al que pertenecen el estudiante y su familia, estableciéndose una diferencia de 109 puntos entre los grupos altos y bajos.

    Al igual que sucede en Lectura y Matemática, mientras más alto es el grupo socioeconómico y cultural al que pertenece el estudiante, más alto es su puntaje en la evaluación de Ciencias Naturales. Entre el puntaje obtenido por los estudiantes del grupo bajo y alto existen 97 puntos de diferencia.

    Por otra parte, en las 3 áreas, además, se identifican diferencias en los puntajes asociados al tipo de dependencia del establecimiento, siendo los recintos municipales aquellos que presentan menores puntajes en comparación con aquellos que son particulares subvencionados o privados.

    Comparación con países miembros de la OECD

    La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), es una organización de cooperación internacional, compuesta por 33 estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. Se considera que la OECD agrupa a los países más avanzados y desarrollados del planeta y por tanto, sus políticas, tanto económicas, sociales como educativas se consideran un importante referente para el desarrollo.

    http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?GUID=64813dd6-79f4-4c4d-99ff-7083927abc4e&ID=206472

    México: mejora resultados en Pisa 2009?

    Logró un promedio de 422 aciertos, según el informe PISA 2009

    José Fernando González Sánchez, subsecretario de Educación Básica; Rafael Ochoa Guzman, secretario general del SNTE, y Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública, durante la presentación de la Estrategia de política educativa nacional: competencias para el México que queremos.

    José Antonio Román, Periódico La Jornada
    Martes 7 de diciembre de 2010, p. 17

    En el Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México obtuvo los mejores resultados en las evaluaciones realizadas hasta la fecha, aunque continúa rezagado respecto del promedio alcanzado por las naciones integrantes del organismo.

    En el resumen ejecutivo del informe México PISA 2009, México registró puntuaciones promedio de 425 puntos en lectura; 419 en matemáticas y de 416 en ciencias. Es decir, un promedio combinado de 422 puntos, con lo que superó la meta fijada para este año, de 418.

    Estos resultados hacen posible esperar que México cumpla la meta establecida en el Programa Sectorial de Educación 2007-2012, que se comprometió a incrementar sustancialmente el desempeño de los estudiantes mexicanos en el PISA para alcanzar 435 puntos como promedio combinado de los resultados de lectura y matemáticas en 2010, señala el informe.

    Ventaja en América Latina

    Sin embargo, advierte que aún persiste una distancia con la media de 500 puntos alcanzados por el conjunto de países miembros de la OCDE, pero está por encima de la media de los países de América Latina y el Caribe.

    El informe da cuenta de que subsiste una proporción de 40 por ciento de estudiantes en los niveles considerados como no satisfactorios en lectura (en 2003 era de 52 por ciento), en matemáticas, 52 por ciento (en 2003 era de 66 por ciento), y en ciencias, 47 por ciento (en 2006 era de 51 por ciento). También es significativa la proporción de jóvenes que han alcanzado o superado el umbral de desempeño (nivel 2). En este aspecto, los resultados de México superan consistentemente el promedio latinoamericano.

    De mantenerse esta tendencia es de esperarse que muy pronto la proporción de jóvenes mexicanos se ubique en el nivel intermedio de la escala de com- petencia que para 2009 equivale a 54 por ciento en lectura, 44 por ciento en matemáticas y 49 por ciento en ciencias.

    La prueba PISA, que desde el 2000 se aplica cada tres años a jóvenes entre 15 años tres meses y 16 años dos meses, evalúa tres grandes dominios del conocimiento: lectura, matemática y ciencias. En general, la prueba examina la capacidad de aplicar los aprendizajes y destrezas adquiridas en la solución de problemas concretos de la vida real. En esta edición participaron los 34 países miembros de la OCDE y 29 naciones más.

    Revierten rezago

    En la pasada versión del informe, se reportó que 50 por ciento de los jóvenes de 15 años estaba en los niveles cero y uno, los más bajos del rendimiento escolar en las habilidades científicas, matemáticas y de lectura, lo que significaba estar poco calificados para pasar a los estudios superiores. Hoy, tres años después, la situación empezó a revertirse.

    Aún así, el informe señaló que no debe perderse de vista que todavía es muy escasa la proporción de estudiantes mexicanos que alcanza los niveles de competencia más altos, con 6, 3 y 5 por ciento respectivamente para lectura, matemáticas y ciencias.

    La comparación con los países latinoamericanos que participaron en esta prueba (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Panamá, Perú y Uruguay) es favorable para México.

    En lectura, la puntuación promedio de México (425 puntos) está al mismo nivel de Uruguay, está por arriba del promedio de 408 y sólo es superado por los 459 puntos de Chile.

    En matemáticas, México, con una media de 419 puntos se ubica por debajo de Uruguay, al mismo nivel que Chile y supera el promedio latinoamericano (393 puntos).

    En ciencias, el promedio de México (416 puntos) es inferior al de Chile y Uruguay, aunque se mantiene encima de la media regional de 408 puntos.

     

    Written by Eduardo Aquevedo

    8 diciembre, 2010 at 1:15