Archive for septiembre 2011
Movimiento estudiantil y crisis política en Chile: Sergio Grez y Jocelyn-Holt…
¿Inasible malestar? Jocelyn-Holt o el desconcierto y terror de la casta oligárquica chilena
En su columna de opinión estipendiada por una de las cabezas del duopolio de la prensa escrita nacional, el ensayista y opinólogo Alfredo Jocelyn-Holt ha develado una vez más el fondo de su pensamiento sobre los movimientos sociales que desde hace varios meses han comenzado a cambiar la fisonomía del país (“Ese inasible malestar”, La Tercera, Santiago, 17.09.2011).
Tomando como ejemplo ciertas frases mañosamente entresacadas de declaraciones de Camila Vallejo, de un plenario de la CONFECH y de un reciente artículo de mi autoría (“Un nuevo amanecer de los movimientos sociales en Chile”, The Clinic, N°409, Santiago 01.09.2011), Jocelyn-H se centra en algunas metáforas que hacen alusión a la guerra para dar a entender el carácter prolongado y estratégico de determinados conflictos sociales (como la lucha por la Educación Pública), a fin de descalificar y tratar de “delirantes” algunas de nuestras propuestas. Particular irritación le provocan las proposiciones de renacionalización del cobre, convocatoria a una Asamblea Constituyente y refundación de la República de manera de superar la soberanía delegada y esencialmente nominal que ha imperado durante dos siglos en Chile, sustituyéndola por la soberanía efectiva de los pueblos que viven en este Estado-nación.
Su texto no merecería mayor atención si no fuera porque hay un trasfondo de peso: revela el sentir profundo de la clase dominante chilena, con la cual pretende identificarse Jocelyn-H. Durante estos últimos meses hemos asistido a numerosos berrinches histéricos como el suyo protagonizados por políticos de derecha, opinólogos, panelistas y periodistas de ciertos medios de prensa, especialmente de TV, que al igual que el personaje que nos distrae, no logran entender las causas, la profundidad ni los alcances del movimiento por la Educación Pública ni de otros movimientos sociales que han hecho eclosión durante el presente año. Desde Lavín a Zalaquett, pasando por Carlos Larraín, Sabat, Labbé y Jocelyn-H., la misma reacción, el mismo sentimiento de clase ha inspirado la reprobación de los movimientos sociales, en particular, el protagonizado por los estudiantes. Ninguno de estos y otros prohombres de la clase que dirige Chile desde la fundación de la República, comprende las causas profundas del malestar social.
Para ellos este es “inasible”. No entienden, porque no quieren, no les conviene ni pueden entender que la mayoría de la población esté harta de la desigualdad social extrema (una de las mayores del planeta); de los bajos sueldos; de las diferencias de hasta 70, 80 o más veces en el ingreso de familias que viven en una misma ciudad; de los abusos patronales contra los trabajadores y los consumidores; de pagar servicios de salud y de educación mediocres a tarifas que se encuentran entre las más caras del mundo. Tampoco comprenden las causas de fondo de la violencia social ni el malestar de los pueblos originarios y su creciente rebelión contra la opresión del Estado-nación República de Chile y de la clase dominante que se ha beneficiado de esa situación. Menos aún logran explicarse que un sector cada vez más creciente de la población manifieste un deseo de empoderamiento para exigir lo más básico y esencial en cualquier régimen político que se presente como democrático: que el pueblo sea el titular efectivo de la soberanía. Algo que nunca ha ocurrido en la historia de Chile. De allí entonces el reclamo de una Asamblea Constituyente, que Jocelyn-H considera “delirante”. Los privilegios de clase se defienden (basta recorrer rápidamente nuestra historia para darse cuenta), y el primero y más primordial de ellos –el del poder Constituyente- se defiende a como dé lugar.
Locura-delirio. Así califican siempre los dueños del poder las propuestas y proyectos de quienes osan cuestionar su dominación. Recordemos que el célebre reaccionario Joseph de Maistre, enemigo acérrimo de la Revolución Francesa (a la que consideraba como un hecho satánico y radicalmente malo), del liberalismo y de todo aquello que oliera a democracia y derechos del pueblo, sostenía que: “Una asamblea cualquiera de hombres no puede constituir una nación. Una empresa de ese género merece alcanzar un lugar entre las locuras más memorables”. La coincidencia de Jocelyn-H con este pensamiento ultra conservador es perfecta.
Pero hay más en el texto del opinólogo de marras.
Sin enunciar prueba alguna, sostiene que los militantes de la “izquierda dura” (que en su devaneo parece identificar con el Partido Comunista), “se atrincheraron en las universidades públicas, dejadas a su suerte, decaídas, sin pluralismo interno (académicos de derecha y de centro han emigrado), con autoridades quesillo [sic] cooptables, obsesas con cuestiones de plata. Esperaron, agitaron. […] Llegamos al año 2011, cosecharon y aquí estamos. No son ningunos genios”.
Se podrían hacer muchos comentarios sobre estas líneas repletas de falsedades, insultos, descalificaciones e incoherencias intelectuales y personales de su autor. Anunciemos solo algunas.
¿Qué entiende por “izquierda dura”? ¿Solo a aquel sector que siempre estuvo dispuesto a servir de “salvavidas” en las segundas vueltas electorales a la decadente Concertación? Su “análisis” hiede a un pasado en el cual la dicotomía Concertación/Derecha tradicional ordenaba casi todo el juego político. Sus sosas críticas a la Concertación formuladas en los últimos párrafos apuntan a cuestiones secundarias y, por sobre todo, a la incapacidad de esa coalición de mantener lo que a él más le preocupa: la gobernabilidad, para que nada esencial cambie. Pero la porfiada realidad (la rebelión estudiantil y el despertar de otros movimientos sociales) terminó imponiéndose y la laboriosa arquitectura política de la transición controlada se fracturó definitivamente. Mientras el acuerdo hegemónico funcionaba, Jocelyn-H podía posar de crítico y de “liberal-progresista”, llegando incluso a encantar a algunos intelectuales de izquierda impresionados por este enfant terrible de la bourgeoisie. Pero cuando “las papas comienzan a quemar”, caen las máscaras y el señorito Jocelyn-H hace gala impúdicamente de la histeria que recorre la clase dirigente. No es la primera vez que lo vemos mutarse radicalmente y de seguro, no será la última (para mayores precisiones, buscar en Internet: “Un nuevo número de transformismo: Jocelyn-Holt y el movimiento popular”).
Sigamos con sus dichos. ¿Cuáles son las universidades públicas, decaídas, sin pluralismo? ¿Tal vez se trata de la Universidad de Talca o de la Universidad de Santiago de Chile por las cuales él pasó dejando un triste recuerdo? ¿O tal vez se refiere a la Universidad de Chile, que lo ha acogido y soportado a pesar de sus continuos ataques en contra de la misma institución y de sus autoridades? ¿No es esta la mejor prueba del pluralismo en la Casa de Bello? ¿Y a qué “autoridades quesillo cooptables” se refiere? Al Rector de la Universidad de Chile, sin duda, cuya renuncia viene pidiendo públicamente (La Tercera, Santiago, 06.08.2011). Pero, muy probablemente también está aludiendo a las autoridades de las Facultades de Ciencias Jurídicas y de Filosofía y Humanidades donde se desempeña sin sufrir la más mínima presión o censura por sus destempladas expresiones. Cabe preguntarse, ¿cómo compatibiliza esos juicios con su permanencia en la Universidad de Chile o en cualquier otra “decaída” universidad pública? ¿Por qué no emigra hacia una “exitosa” universidad privada con fines de lucro? Pero tal empresa es igualmente azarosa, a juzgar por lo que le ocurrió hace algunos años en la Universidad Diego Portales, donde protagonizó hechos muy similares a los vividos en la Universidad de Talca y en la USACH. Evidentemente, la coherencia entre el pensar, el decir y el hacer no es una de las características de este comediante de la farándula intelectual.
Al comienzo de este artículo decía que la opinión de Jocelyn-H solo merece atención en la medida que refleja el sentimiento profundo de los sectores más reaccionarios de la sociedad chilena. A pesar de su pretensión de ser el “Pepe Grillo” de la clase dominante, técnicamente podría sostenerse que estamos más bien ante un particular tipo de lumpen en el sentido que Marx le da a este término, cuando se refiere al lumpen-Wolle, que alude no a la chusma (Gesindel), sino a la gente “cursi”. También eran y son parte del lumpen “los aventureros de la burguesía” (El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte), como es el caso de este personaje. Su ataque, tanto a los movimientos sociales actuales, como a los proyectos y propuestas de la ciudadanía crítica que comienzan a despuntar en Chile no es más que el patético arrebato de una casta oligárquica, con su coro de servidores y lumpen-Wolle, que al ver cuestionada su hegemonía -aunque sea en pequeña medida- hace uso de todas las armas para defender sus rancios privilegios. Como en la fábula, los niños y jóvenes han dicho la verdad: “¡El rey está desnudo!”.
Académico de la Universidad de Chile, coordinador del Doctorado en Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
Ese inasible malestar
No es clara la relación entre la radicalización de los jóvenes y ese otro sentir colectivo, no inducido, del malestar.
por Alfredo Jocelyn-Holt – 17/09/2011 – 04:00/LA TERCERA
"ESTA es una guerra de cuatro años, y si somos jóvenes comprometidos nos vamos a tener que levantar nuevamente el próximo año, si es que tenemos una derrota". Este comentario de Camila Vallejo del 10 de septiembre, ¿cómo lo interpretamos: como advertencia (no pierden), como provocación (no transan)? En el acta del plenario de la Confech realizado en la Universidad de Concepción hace un mes, el representante de la UTEM aparece llamando a "cambiar la lógica de las movilizaciones: marchar por los sectores donde viven los acomodados (cuicos, etc.)", esto definitivamente una bravata. A su vez, Sergio Grez, ex director del Museo Vicuña Mackenna (1997-2010), refiriéndose al movimiento estudiantil sostiene que "ellos son y seguirán siendo el elemento decisivo, como es la infantería en la guerra, considerada tradicionalmente como la ‘reina de las batallas’". Reina en sentido bélico ajedrecístico.
Podría consignar decenas de declaraciones de igual calibre, las hay diarias, que si bien confirman hasta qué punto las tácticas de trinchera y barricada han estado primando, no queda claro qué relación guarda esta radicalización y empoderamiento de los jóvenes con ese otro sentir, también colectivo, inasible, no inducido, el del malestar. Porque no son lo mismo, y si se les confunde, bueno, hablemos mejor cuando impongan sus términos; según Grez: asamblea constituyente, refundación de la República, "soberanía efectiva de los pueblos", nacionalización del cobre y lo que discurran: son delirantes.
El malestar con el modelo consensual político, económico, y social, a su vez, viene siendo diagnosticado desde, a lo menos, 1997, de antes de confirmarse la crisis económica, desde la derrota de la Concertación en las parlamentarias. De hecho, fuimos muchos que, a diez años del plebiscito, advertimos que si no se producían cambios urgentes, podrían producirse reventones sociales. El entorno del candidato y luego presidente Lagos conocía perfectamente ese diagnóstico (vid. Sergio Marras, Chile, ese inasible malestar, 2001).
¿Qué pasó? Por de pronto, Lagos casi no llegó a La Moneda, y si llegó fue gracias al PC, al igual que Bachelet. Su evidente viraje a la derecha, fruto del temor a la derecha UDI y a la izquierda extraconcertacionista, los llevó a afincarse en un centrismo inmóvil y a sofocar cualquier crítica. Se castigó a la generación de los 80, se insistió en un sesgo tecnócrata, y a los críticos independientes se nos acalló duramente. A lo sumo, compensaron algo a la izquierda populista, fomentando un discurso antielitario; Bachelet en eso más coqueta que Lagos.
Con todo, la izquierda dura jugó la carta de la paciencia; sabían que a la hora de los quiubos (segundas vueltas) la Concertación dependía de ellos. Se atrincheraron en las universidades públicas, dejadas a su suerte, decaídas, sin pluralismo interno (académicos de derecha y centro han emigrado), con autoridades quesillo cooptables, obsesas con cuestiones de plata. Esperaron, agitaron. El pingüinazo marcó pauta: educación = grito y plata. A Frei se le quitó piso, fue torpe, y se apostó a que un gobierno de Piñera, de derecha, le fuera peor, pudiendo volverse inmanejable la situación para La Moneda. Llegamos al año 2011, cosecharon y aquí estamos. No son ningunos genios.
Recuperación y destrucción del neoliberalismo…
La maquinaria institucional e ideológica heredada de 30 años de neoliberalismo no está ahí por nada: sus objetivos son el retroceso político y mantener vivos los viejos dogmas. Esto se logra imponiendo una narrativa dominante sobre los orígenes y naturaleza de la crisis que impida pensar en caminos alternativos.
La historia que cuenta el neoliberalismo sobre su propia crisis comienza con el estallido de la burbuja en el sector inmobiliario y la diseminación de sus efectos por todo el sector financiero gracias a la bursatilización de activos tóxicos. Después viene el rescate y la recuperación. Pero esta historia es absurda porque no hay recuperación a la vista.
Lo notable es que esta narrativa termina con el principio de la pesadilla. Su culminación es el ¡retorno al neoliberalismo! Eso es absurdo: si algo sabemos es que el neoliberalismo ya no va a poder funcionar jamás. Un vistazo a la historia de las principales economías capitalistas durante los últimos tres decenios permite comprobarlo.
En los años 70 termina el periodo glorioso
de acumulación rápida de capital y crecimiento del ingreso personal de los trabajadores. Ese lapso (1945-1975) se caracterizó por altas tasas de crecimiento, fuertes incrementos en productividad y fuerte inversión en capacidad productiva.
En los años 70 la tasa de ganancia se estancó y declinó durante varios años. No importa qué medida prefieran los lectores, y más allá de las polémicas sobre el significado de este movimiento en la tasa de ganancia, lo cierto es que se puede documentar sin dificultad esta declinación en la tasa de ganancia. Y a partir de ese hecho, todo cambió: para enfrentar esta caída en la rentabilidad el capital desencadenó una ofensiva de largo aliento en contra del trabajo.
El resultado de esta acometida fue el estancamiento de los salarios. El crecimiento en productividad que pudo mantenerse (y hasta acelerarse durante algunos periodos) no tuvo su contraparte en un incremento de los salarios. En la distribución de la renta, las ganancias se beneficiaron y el asalariado se llevó la peor parte. Esa redistribución mejoró las condiciones de rentabilidad en los años 1988-2002, con sus diferencias entre países y sectores.
El estancamiento en la rentabilidad durante los 70 también provocó una búsqueda de espacios de inversión financiera que pudiera darle la vuelta a ese mal necesario
(como decía Marx) que es el circuito productivo. La expansión del sector financiero fue la consecuencia directa y los centros de poder a nivel nacional y supranacional se afanaron en eliminar las barreras a la circulación del capital financiero.
Uno de los rasgos más interesantes de la reproducción capitalista en los últimos decenios consiste en que mientras los salarios se estancaron, el nivel de consumo se mantuvo más o menos constante. ¿Cómo fue eso posible? La explicación se encuentra en la caída en la tasa de ahorro y en el crédito. Es decir, las familias aumentaron la parte de su ingreso que se destina al consumo y, por otra parte, incurrieron en un sobre endeudamiento crónico. El sector financiero ya las estaba esperando.
La desregulación y las innovaciones
financieras hicieron bien su trabajo. La capitalización de títulos financieros, acciones y activos inmobiliarios, alimentó la ilusión de un aumento de riqueza virtual que pudo respaldar durante unos años el nivel de consumo de las clases medias. En Estados Unidos hasta tenemos el fenómeno de un segmento de la clase trabajadora que tuvo ingresos derivados de la rentabilidad del mercado accionario. Pero el sobre endeudamiento fue el mecanismo más importante para mantener el nivel de demanda agregada que necesita todo sistema capitalista.
En ese periodo (1980-2000) la inversión productiva mantenía tasas de crecimiento raquíticas. Es decir, la recuperación de la rentabilidad derivada de la ofensiva anti-laboral no se acompañó de un incremento en la capacidad productiva o en la introducción de una nueva plataforma tecnológica capaz de sostener una nueva fase de expansión. De las varias interpretaciones, la más cercana a la realidad se relaciona con un agotamiento de las oportunidades de inversión asociadas con altas tasas de beneficios.
Esto es lo que cierra el circuito de acumulación neoliberal en los espacios nacionales
. En el plano internacional, la famosa globalización permitió poner a competir entre sí a la fuerza de trabajo de todo el mundo. Y eso se acompañó del desmantelamiento de una parte de la capacidad industrial estadunidense al transferir las multinacionales líneas completas de producción hacia China. El proceso culminó con la consagración de Estados Unidos como consumidor en última instancia a escala mundial.
En la actualidad no existen instancias internacionales capaces de marcar un nuevo derrotero. La guerra social al interior y entre espacios nacionales, así como los desequilibrios internacionales son la señal más clara: la única recuperación posible pasa por la destrucción del neoliberalismo.
Ignacio Ramonet: “Al Qaida provocó el furor militar y el agotamiento de EE.UU.”
DIALOGO CON IGNACIO RAMONET SOBRE CHINA, SUDAMERICA
Director de Le Monde Diplomatique en español y doctor en Semiología e Historia de la Cultura, Ramonet acaba de escribir su libro La explosión del periodismo y aceptó discutir el mundo de los últimos diez años.
Por Martín Granovsky
Tiene el acento de Pontevedra, donde nació en 1943, y el entrenamiento internacional de haberse incorporado en 1973 a Le Monde Diplomatique, cuya edición francesa dirigió entre 1990 y 2008. Promotor, entre otras cosas, del Foro Social de Porto Alegre, Ignacio Ramonet se mueve con facilidad tanto en el análisis de los nuevos desafíos del periodismo como en el examen de las tendencias de la política mundial.
–Ya son diez años desde el 11 de septiembre de 2001.
–Y en el mismo mes, septiembre, tres años de la caída de Lehman Brothers.
–Esa ya es una definición.
–Pues claro.
–Esta entrevista no transcurre el 11 de septiembre de 2002, a un año del atentado. Por lo tanto el mundo que vivimos en 2011 registró ya muchos más cambios que la irrupción de Al Qaida con su ataque en territorio norteamericano.
–En estos diez años cambiaron los Estados Unidos. Poco después del atentado, la administración Bush utilizó el ataque a las Torres Gemelas como si lo hubiera estado esperando, para llevar a cabo una política neoimperial. Utilizar la fuerza del instrumento militar para imponer su voluntad política en particular en Medio Oriente.
–Hablar del atentado contra las Torres y decir “como si Bush lo hubiera estado esperando…” no significa avalar las teorías conspirativas del autoatentado.
–Esas teorías surgieron en Francia. Pero no creo en ellas. Sí creo que, de hecho, Al Qaida le hizo un favor. Pero con un matiz: aparentemente le hizo un favor. Bush salió con el instrumento militar a atacar Afganistán, a atacar Irak, etcétera. ¿Qué ocurrió? Se reveló que el instrumento militar no era suficiente. Es como lo que le pasó a Napoleón. Las guerras napoleónicas buscaban imponer, por la fuerza, la libertad. Y Napoleón fue derrotado. Bush libró sus guerras napoleónicas para imponer la democracia por la violencia. Le ocurrió igual. Se le resistieron desde el oscurantismo. Parte de la resistencia a Napoleón tenía un grito: “¡Vivan las cadenas!”. También: “¡Viva la Inquisición!”. Los islamistas radicales reivindican la ley sagrada y la Jihad. Al cabo de 10 años podemos decir que los Estados Unidos, agotados, no pudieron vencer de manera indiscutible. Irak es una media victoria, Afganistán es una semiderrota y Libia es una intervención extremadamente prudente. El resultado es el agotamiento. Las guerras costaron mucho. Aunque se hayan llevado todo el petróleo de Irak, que no es el caso, con eso no pagan lo que gastaron.
–Y si se mira el índice de desempleo estancado en 9,1 por ciento, las guerras no crearon empleo.
–No, no lo crearon. Al agotamiento del que hablaba se le sumó un endeudamiento colosal, y también la crisis del dólar. Quizás los Estados Unidos padecieron lo mismo que Ronald Reagan impuso a la Unión Soviética, cuando la obligó a seguir una carrera armamentística que agotó a Moscú y provocó la implosión del régimen. Al Qaida provocó, sin quererlo, el furor militar y el agotamiento de los Estados Unidos. Quizás, y subrayo el quizás para ser muy prudente, quizás estemos en el principio del fin del siglo americano. Empezó con la Primera Guerra Mundial. Mientras tanto, una potencia como China fue desarrollándose con una pujanza impresionante. Y el mundo se va haciendo cada vez más multipolar.
–¿Pero Washington no sigue siendo una potencia a gran distancia de cualquier otro país en términos estratégico-militares?
–Con el matiz que señalé sobre el agotamiento y con la realidad de que a los Estados Unidos no les alcanza ya para seguir con la misma fuerza. De hecho muchos estrategas dicen hoy que habría que dejar de gastar en el arma nuclear, que nadie va a utilizar, sobre todo si se levanta la hipoteca nuclear iraní. Efectivamente nadie alcanzó militarmente a los Estados Unidos. Pero, ¿qué uso harán los Estados Unidos de su herramienta militar? Hay que mirar bien el caso de Libia, donde los Estados Unidos pusieron en primera línea a Francia y a Inglaterra, que al cabo de tres meses decían que ya no tenían presupuesto para seguir. O sea que la supremacía militar occidental está muy limitada por la cuestión económica.
–Pero China está calzada con los Estados Unidos. Tiene bonos del Tesoro norteamericano.
–En manos de China está el destino del dólar. Obviamente no le interesa que el dólar se hunda porque perdería todas sus reservas. En ese sentido dependen el uno del otro. Pero últimamente China ha dado una serie de lecciones a los Estados Unidos sobre cómo hay que administrar. En la amonestación que lanzó a los Estados Unidos la acusación fue usar demasiado dinero en gastos sociales. Muy ultraliberal.
–Más Adam Smith que Confucio.
–Algo así. China tiene un rol muy importante. Y es, como Sudamérica sabe bien, el gran consumidor de materias primas, ya sean del agro o de la minería. Es también la gran fábrica del mundo. Sin embargo, al destino irresistible de gran potencia del siglo XXI que muchos teóricos le ven, yo pondría un bemol: China aún no ha pasado por la estabilización interna. Es una aparente potencia estable. Aún tiene pendiente el hecho de que su sociedad, el día menos pensado, pueda despertarse. Pasó en las sociedades árabes, y China tuvo su aviso en 1989 con Tiananmen. No es imposible, con 1400 millones de habitantes, que China también se desintegre. No está blindada contra esa posibilidad. Ninguna sociedad autoritaria sabe exactamente cómo va a reaccionar el día en que su ciudadanía le pida cuentas. Esta mezcla imposible de capitalismo ultrasalvaje y de socialismo ultraautoritario es una experiencia de laboratorio que, como toda experiencia de laboratorio, puede fallar y fracasar. En cambio las sociedades democráticas, desde ese punto de vista, son más flexibles. La rigidez china puede romperse.
–¿Sudamérica reúne hoy características de peso mundial?
–Hasta las revoluciones árabes, América del Sur tenía la especificidad de que era el territorio en que se estaban llevando a cabo en el mundo mayor número de experiencias de izquierda. Por consiguiente, era el punto de referencia para toda la izquierda internacional. Conceptos como democracia participativa, referéndum revocatorio, constituyentes, el ALBA original, voluntad de intervención estatal por sobre el mercado salvaje, eran conceptos vigentes en el debate político solo en Sudamérica. Otro punto es que por primera vez Sudamérica no se vio destruida por una crisis como la de Lehman Brothers. Y tiene autonomía respecto de los Estados Unidos, lo que le da un tono ejemplar frente a Europa, que vive como un padecer la crisis norteamericana. En este territorio, además, está surgiendo uno de los gigantes de mañana, Brasil, integrado en el Brics (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) y llevando a cabo una diplomacia internacional autónoma. Lo estamos viendo en Libia y en Siria. Varios países de la región, entre ellos la Argentina, junto con México y Brasil, están en el G-20, que hoy es el órgano ejecutivo de la política internacional con mayor eficacia que el Consejo de Seguridad de la ONU y sin los inconvenientes del veto. Visto desde afuera, América latina está viviendo una Edad de Oro como la vive tal vez desde la independencia. Globalmente está pacificada, incluso con la necrosis del problema colombiano. La libertad y la democracia rigen, las elecciones tienen lugar con normalidad, los militares están en los cuarteles y nadie sospecha que vayan a salir mañana… Hay elementos negativos, como el narcotráfico, como la inseguridad en algunas sociedades, como el atraso en la organización de algunos Estados, pero en general los países, cada uno con sus singularidades, convergen y se articulan. Hoy las clases desfavorecidas de América latina tienen más esperanza que nunca porque sus gobiernos están llevando a cabo una justa redistribución. Puede ser insuficiente, pero es constante.
–Eric Hobsbawm decía a comienzos de la crisis del 2008 que el capitalismo salvaje no solo era injusto sino que sería inviable.
–En Europa muchos economistas serios, moderados, no los economistas revolucionarios, hablan de la solución argentina de la reestructuración de la deuda para Grecia. El Fondo Monetario Internacional era una referencia muy popular en América latina. Despertaba hostilidad. En Europa no era ni mencionado. Hoy despierta la misma hostilidad que producía aquí.
–Sudamérica vive un debate sobre la relación entre los grandes medios, el poder y los Estados conducidos, en general, por gobiernos de centroizquierda que se revalidan en las urnas. ¿Los grandes medios pueden determinar la política?
–En América latina son virulentos y tienen esa voluntad. Pero los gobiernos que tienen la serenidad de haber sido elegidos democráticamente pueden afrontar esa soberbia. En América latina son los gobiernos los que tienen la voluntad de instalar mayor equilibrio entre medios privados y servicios públicos de información y comunicación. Los propietarios de latifundios de comunicación, que hasta ahora tenían el monopolio, no aceptan un equivalente de lo que fueron las reformas agrarias. Rechazan una reforma mediática y por eso dan la batalla, incluso con mala fe.
–La ley argentina de Servicios de Comunicación Audiovisual se propuso ampliar el sector público y desmonopolizar el privado.
–En Francia existían leyes que prohibían la integración vertical. No podías tener, en el mismo sitio, televisión, radio y prensa. El modelo a evitar era el de Rupert Murdoch, que ya vimos a dónde conduce. Pero claro, los latifundistas de medios piensan que la desmonopolización y la ampliación del sector público se hacen a expensas de ellos. Y en realidad es así, pero porque eran latifundios.
–El último libro se llama La explosión del periodismo. ¿Existe el oficio de periodista, todavía?
–Está en peligro de extinción. Pero eso no quiere decir que seguro vaya a extinguirse. Depende de cómo cada uno reaccione ante la nueva situación. El ecosistema que hacía a la profesión periodística está cambiando de uno a otro. En el ecosistema precedente, en los últimos 50 o 60 de expansión, con la idea de que se sabía exactamente qué era un periodista y qué eran los medios, ha explosionado. Llegó Internet y el desarrollo digital (el teléfono inteligente, las redes) modificó tanto el ecosistema que la pregunta es pertinente. Pero yo no soy pesimista.
–¿De verdad? ¿No está todo terminado?
–No, no lo creo. La historia y la historia de los medios demuestra que no es así. Siempre hubo cambios tecnológicos importantes. Cuando apareció la radio, en los años ’20 o ’30, la prensa escrita no desapareció. Cuando apareció la televisión, la radio no desapareció. Tampoco el cine. Y el cine no había hecho desaparecer al teatro o a la ópera. Pero antes había una profesión de telefonista, de enchufar las clavijas.
–También desaparecieron los tipógrafos.
–Claro. Desaparecen profesiones, o el revelado fotográfico. Pero además los cambios tecnológicos fueron muy importantes pero eran relativamente pequeños respecto de lo que representa Internet. Internet no solo es un cambio en uno de los aspectos de la comunicación, por ejemplo en la escritura, sino en los tres grandes sistemas de signos: la escritura misma, el sonido y la imagen. Se ha dicho a veces que Internet es tan importante como la invención de Guttenberg, que la imprenta. Pero es más importante que la imprenta.
–¿Por qué Internet sería más importante que la imprenta?
–Porque la imprenta solo tocaba al libro, a lo escrito. No al dibujo o a las representaciones gráficas que cambiaron en Occidente cuando en los siglos XIV y XV Filippo Brunelleschi inventó la perspectiva. La imprenta fue clave, sí. No solo cambió la manera de fabricar textos sino el número de universidades. En 1440 había cuatro o cinco. Con la extensión del libro se multiplicó su número y surgieron el humanismo, el Renacimiento…
–La edición de la Biblia en lenguas que no fueran el latín.
–Exacto. Que fue un soporte del protestantismo. Cada uno podía tener su libro, que antes valía lo mismo que un coche de carreras hoy día. Desaparecen, de paso, los copiadores. Lo que quiero decir es que hay transformaciones en la política, en la sociedad, en la geopolítica… La guerra de los Treinta Años, de protestantes contra católicos es una consecuencia, en ese sentido, de la imprenta. Hoy Internet y las redes sociales no generan por sí solas algunos fenómenos pero los aceleran enormemente.
–¿El uso masivo de los BlackBerry en las recientes protestas de Londres?
–Por ejemplo. Esas protestas, en buena medida, son hijas de Internet.
–Internet y las redes sociales, ¿producen el fenómeno o son herramientas de cada fenómeno?
–Las redes no son una causa sino un acelerador. Las causas son siempre las condiciones sociales, económicas, políticas… Pero la aceleración es importante. La globalización solo adquiere la intensidad actual cuando se crean las que llamamos autopistas de la información, por donde circulan 24 horas sobre 24 las órdenes de compra y venta en las bolsas que circulan velozmente gracias a lo que la era digital ha permitido. Internet es por una parte un actor de lo que ocurre y un vector de lo que pasa, y en ambos casos más allá del campo de la comunicación. Si volvemos a centrarnos con el microscopio en un aspecto particular y pensamos otra vez en la profesión periodística, evidentemente es una profesión sometida a muchos impactos que la transforman. El periodista tenía hasta ahora el monopolio de la información. La sociedad recibía la información a través de los periodistas.
–¿Y no sería más así?
–Es un trabajo compartido. Los ciudadanos con sus blogs y la información que ellos mismos difunden, con los sitios de información en línea, con la información que se difunde por Twitter.
–No está mal esa nueva situación. ¿O sí? Inclusive no está nada mal para los periodistas: por un lado hay más fuentes de información a mano y por otro lado cualquiera puede corregir lo que hacemos.
–Seguro.
–Y si el periodista es bueno, además conservaría su capacidad de edición, aunque ya no sea monopólica.
–Claro. Yo diría que es el momento para los periodistas de demostrar que los periodistas son necesarios para la sociedad. La sociedad, en teoría, por la extensión de los instrumentos como Internet, podría autoinformarse. Naturalmente es un sueño que no se puede realizar. Como dice el psicoanálisis, no basta con que uno tenga conocimientos para autoanalizarse. Por definición, el autoanálisis no existe. La sociedad no puede “autoinformarse” pero al menos en teoría sería posible. De ahí que los periodistas sean más exigidos que antes. Antes tenían ese monopolio, cierto prestigio social, ejercían cierto “terrorismo” intelectual en la sociedad… Ese estatuto un poco privilegiado está perturbado por todo esto que está llegando, donde surgen voces nuevas y periódicos nuevos. Basta ver el éxito de The Huffington Post en los Estados Unidos.
–Hasta llegó a venderse en pocos años, revaluado, por el éxito que alcanzó. ¿Cómo se reconoce hoy y cómo se reconocía antes a un buen periodista? ¿Cambió de veras el oficio?
–¿Qué le pide uno a la información hoy? Que sea fiable. Mucha información que recibimos no es fiable, no es creíble y a veces incluso se revela falsa. Ni siquiera hablo de mala intención ni de manipulación voluntaria, que existen. Solo me refiero a que un programa de radio o un canal de televisión no le puedan garantizar al ciudadano que la información que le transmiten sea verdadera. El uso del condicional y de “al parecer”, el “según ciertas fuentes…”, se hizo abusivo. Hace que si los periodistas se limitan a transmitir una información lo más rápidamente posible, porque saben que en la rapidez está en parte la captación de la audiencia, no pueden verificar la realidad de la información que están transmitiendo. Entonces el ciudadano quiere fiabilidad. ¿Qué medios pueden garantizarlo? Indiscutiblemente no son los canales de información urgente, inmediata, constante.
–El mundo que escucha, ve y lee multimediáticamente, no tiene todavía una palabra que lo designe, ¿no es cierto?
–No, aún no.
–Esa persona para la cual no tenemos definición, ¿espera aún que de alguna manera alguien le explique lo que sucede?
–Tú lo has dicho: de alguna manera. La cuestión es que hoy la información ya se da con su modo de empleo. Los medios dan la información y dicen cómo interpretarla. Muy rápidamente. Demasiado sumariamente. Quizás el ciudadano está esperando que le pongan la información en contexto. Eso lo impide la urgencia, lo perturba la inmediatez.
–La audiencia recibe fragmentos.
–Efectivamente. Así funciona la información. Hoy un fragmento, mañana otro… Pero el ciudadano no va a poder hacer el trabajo de reunir el mosaico. Tiene que haber especialistas de lo general. Son llamados generalistas.
–Los podemos llamar “todólogos”.
–Está bien. Pero cada día es más difícil encontrarlos. El mundo se ha hecho muy complejo. No todo el mundo sabe, si el tema es Fukushima, qué es la radiactividad, cómo funciona, qué es un terremoto y qué consecuencias trae.
–Bueno, el que no sabe y es periodista puede preguntar.
–Sí, pero cuando un canal de televisión envía a un equipo porque se produjo el accidente de Fukushima y eso asusta al mundo entero, y el equipo llega a Japón, no todo el mundo habla japonés, no todos los japoneses forzosamente hablan inglés, se enteran de algunas cosas, como la energía nuclear en Japón, recién al llegar, averiguan qué autoridad la pilotea. Antes, en los años ’20 o ’30, un periodista era enviado a un lugar en barco. En el tiempo de llegar ya había leído varios libros y sabía algo de lo que le esperaba. Hoy día en unas cuantas horas estás al otro lado del mundo y ni has tenido tiempo de reunir a la gente que te puede explicar, ni de leer todo lo que debías haber leído. Por eso el propio oficio no se hace con las garantías necesarias. Si a eso añades que estás escribiendo y estás siendo “vigilado” en lo que escribes por una multitud de personas que tienen a disposición la posibilidad de intervenir en lo que tú escribes, a veces desde la autoridad de ser doctores en sismología o japonología, tu trabajo ya no será juzgado solo por los lectores habituales o los colegas sino por toda una serie de especialistas.
–Y eso es bueno.
–¡Claro que es bueno! Algunos periodistas, como dije, ven su estatuto puesto en cuestión. Pero para la colectividad en su conjunto es muy bueno. Antes, en la era industrial, las cosas se ofrecían totalmente terminadas. La información también: salía y no se volvía a tocar. Era autónoma. Hoy no. Sale la información y en la mayoría de los medios, on line, ya hay comentarios. La información se irá puliendo y al final habría casi que volver a redactar el artículo en función de los aportes positivos, que obviamente hay que verificar, que fueron apareciendo en el camino. Hoy la información es un acto colectivo, más democrático. Evidentemente también hay rumores, falsa información, complotismo, prejuicios. Pero el avance es importante porque el periodista no está solo. Antes tenías dos actores, uno activo y otro pasivo. El emisor y el receptor. Hoy el receptor es tan activo como el emisor. Yo lo llamo webactor. Tiene su propio sistema de comunicación. Bien. Primero hay que aceptar ese diálogo porque forma parte de la realidad de hoy y tiene muchas cosas buenas por recoger. El resultado puede ser mucho más interesante aún. Pero claro, el estatuto del periodista y los periodistas se ha modificado. Hay muchas universidades y mucha gente que sabe mucho. No les puedes contar cuentos. Y no les puedes contar cuentos a todos permanentemente.
–O sea que no todo está perdido.
–Al contrario.
–Salvo para los que quieran perderse.
–Para los que se queden inmóviles. Para una nueva generación de periodistas, en cambio, quizás no haya habido en mucho tiempo tantas posibilidades como las que presenta hoy el sistema comunicacional. Un grupo de periodistas recientemente egresado puede crear un medio de alcance nacional, continental o planetario, con pocos recursos financieros, cosa que no fue posible para generaciones anteriores. Es decir que no solo tengo cero pesimismo sino que miro las cosas con una visión muy optimista.
Cuba: Polémica entre Pablo Milanés y Silvio Rodríguez se endurece (II)
- La controversia política entre ambos compositores cubanos subió de tono en Internet
No perdonaré la doble traición de Silvio Rodríguez
: MilanésNo escandaliza el contenido de sus opiniones, sino la forma
, dijo el autor de OjaláSu dicho, mentiroso, como por los que me pedía perdón desde hace 20 años
, reviró su compatriota
En sus inicios, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez (en una imagen tomada de Internet) integraron el grupo de Experimentación Sonora del Instituto de Cine, hasta que su música se abrió paso y lograron gran popularidad
Afp
Periódico La Jornada
Viernes 9 de septiembre de 2011, p. a10
La Habana, 8 de septiembre. Una controversia política entre los cantautores Silvio Rodríguez y Pablo Milanés alcanzó altas temperaturas en el espacio digital, mostrando desavenencias acumuladas en 20 años por los dos fundadores de la Nueva Trova Cubana.
No perdonaré la doble traición que acaba de efectuar públicamente Silvio Rodríguez a quien una vez fue su hermano
, dice Milánes en un correo electrónico a un amigo, autorizado a difundirlo, y que Silvio Rodríguez publica en su blog Segunda Cita (http://segundacita.blogspot.com/).
Milanés, quien se encuentra de gira por Estados Unidos, realizó declaraciones críticas al gobierno cubano y publicó una carta abierta a un periodista cubano radicado en Miami, en la que reafirma esos conceptos.
También fustigó a intelectuales –entre ellos a Silvio Rodríguez– que firmaron una carta en 2003, en la cual apoyaban el arresto de 75 disidentes en La Habana y el fusilamiento de tres secuestradores armados de una embarcación, que pretendían emigrar.
Interrogado por un lector en su blog, Rodríguez dijo coincidir con esos conceptos, pero desaprobó la forma burda y desamorada
de expresarlos, así como haberlo hecho en Miami, meca del anticastrismo.
Lo que escandaliza a algunos no es el contenido de sus críticas, sino la forma, que además de burda parece desamorada, sin el más mínimo compromiso afectivo
, dijo.
Otra cosa que duele es que haya manifestado esas críticas en Miami, a unos días de un conciertos que, por más propaganda que hacían, no se llenaba
, añadió.
Pablo Milanés respondió diciendo que la afirmación de Rodríguez está “llena de mentiras y tergiversaciones.
Ésta es una más de las diatribas incontroladas de Silvio frente a mí, llena de mentiras y tergiversaciones, como cuando me venía pidiendo perdón por todas ellas, desde hace más de 20 años, y yo no lo perdono
, dijo.
Es posible que una vez más llore, se arrepienta y pida el perdón que jamás le voy a conceder; más aún cuando ha tenido el impudor de hacer público su viejo rencor (no sé de qué categoría, que lo analicen los sicólogos) y que ha llegado a comprometer mi dignidad y mi militancia revolucionaria. No deseo involucrarme en un debate reducido sólo a los usuarios de estas nuevas tecnologías, que al final son la mínima expresión de la información en Cuba
, insistió Milanés en la misiva.
Ambos músicos se conocieron en 1967, cuando sus canciones eran rechazadas por el sector oficialista de la cultura, y tuvieron el apoyo de Haydée Santamaría, heroína de la Revolución y directora de Casa de las Américas.
Luego integraron el grupo de Experimentación Sonora del Instituto de Cine, hasta que su música se abrió paso y lograron gran popularidad. La colaboración de ambos terminó a finales de los años 80, y se abstuvieron de mencionar en público sus diferencias.
Aunque los dos trovadores han pedido que sus opiniones encontradas sean reflejadas por la prensa cubana, hasta ahora la disputa es ignorada y sólo está al tanto una minoría de cubanos con acceso a Internet.
Perdoné a los verdugos
Milanés recordó cuando estuvo internado en la década de 1960 en las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), campos de reclusión de homosexuales, religiosos y disidentes políticos, los cuales el ex presidente Fidel Castro ha reconocido como un error.
Si ayer perdoné a los verdugos que indiscriminadamente me lanzaron con 23 años a los campos de concentración y a 48 mil compañeros más de desgracia (…), porque no quiero que esta revolución sea como las otras que han devorado a sus hijos. Así mismo, no perdonaré la doble traición que acaba de efectuar públicamente Silvio
, dijo.
“No me he callado, he hablado con valentía, ante la cobardía de los demás, solamente para tener el país que he soñado, que me hicieron soñar y que se está perdiendo gracias a la falsedad y al extremismo de los que se llaman ‘verdaderos revolucionarios’”, enfatizó Pablo.
Silvio Rodríguez, de 64 años, y Pablo Milánes, de 68, son los principales exponentes de la nueva trova cubana. Muy populares en toda América Latina, son autores de antológicas canciones que tienen gran vigencia en la región, como Ojalá, Yolanda, Para vivir y Unicornio, entre otras.
A solicitud del trovador Silvio Rodríguez La Jiribilla reproduce dos mensajes de Pablo Milanés publicados en el blog Segunda Cita.
Respuestas de Pablo Milanés
martes, septiembre 6, 2011, 9:29 pm
Me escribió este amigo diciéndome que Pablo le había enviado estas respuestas. Yo las reproduzco como entrada oficial de mi blog. Me gustaría que Cubadebate y otros medios también las publicaran, como hicieron con los intercambios de comentarios anteriores.
Silvio Rodríguez
1
Juan Pin, esto es lo que pienso de todo lo que he venido leyendo. Si te parece lo publicas.
Un abrazo. Pablo
Juan Pin, hermano, esta es una más de las diatribas incontroladas de Silvio frente a mí, llena de mentiras y tergiversaciones, como cuando me venía pidiendo perdón por todas ellas, desde hace más de veinte años, y yo no lo perdono. Es posible que una vez más llore, se arrepienta y pida el perdón que jamás le voy a conceder; más aún cuando ha tenido el impudor de hacer público su viejo rencor (no sé de qué categoría, que lo analicen los psicólogos) y que ha llegado a comprometer mi dignidad y mi militancia revolucionaria. No deseo involucrarme en un debate reducido sólo a los usuarios de estas nuevas tecnologías, que al final son la mínima expresión de la información en Cuba.
Un abrazo, tu hermano,
Pablo
2
Juan Pin, si te he escrito estos dos correos es porque sé que tienes el conocimiento y la disposición suficiente para entender lo que quiero manifestar, así como dar a conocer, si es que lo deseas, estos dos documentos que resumen lo que siento y pienso, sin entrar en más polémicas.
Juan Pin, si ayer perdoné a los verdugos que indiscriminadamente me lanzaron con 23 años a los campos de concentración y a 48 000 compañeros más de desgracia, perdoné, te repito, porque no quiero que esta revolución sea como las otras que han devorado a sus hijos. Así mismo, no perdonaré la doble traición que acaba de efectuar públicamente Silvio Rodríguez a quien una vez fue su hermano.
Hace años que lucho porque nuestra revolución brote con nuevos frutos y nuevos conceptos que no nos anquilosen en el mismo fracaso que otras revoluciones anteriores. Por eso, no me he callado, he hablado con valentía, ante la cobardía de los demás, solamente para tener el país que he soñado, que me hicieron soñar y que se está perdiendo gracias a la falsedad y al extremismo de los que se llaman "verdaderos revolucionarios". Estoy absolutamente seguro de que el tiempo me dará la razón y en mi país, en mi casa, en mi barrio, esperaré como mismo he sido, a que este sueño se cumpla.
Tu hermano,
Pablo
Cerrar filas con tu país amenazado
Silvio Rodríguez • La Habana
En su blog Segunda Cita, Silvio Rodríguez responde a Mauricio, otro internauta con interrogantes en torno a las más recientes declaraciones de Pablo Milanés, así como a las posiciones de principios expresadas por Silvio. Compartimos el intercambio:
Mauricio escribe:
Silvio, he seguido o intentado seguir tu obra y la de Pablo de cerca. He crecido con ella y admiro muchas de las posturas de ambos, pero si algo me molesta es ver como se tergiversa la información (y eso no solo sucede en la prensa internacional Silvio, en Cuba donde el estado tiene control de los medios también se dan esas prácticas, uds no están exentos de ello).
Los invitaría a que viesen y sobretodo escucharan las entrevistas que Pablo ha dado en EU. En varias de ellas ha reafirmado que aunque la gente espera que se refugie en una embajada, él se muere en Cuba. Y respecto a su postura política él se sigue considerando un revolucionario (uno que no sigue tus mandamientos de lo que debe ser un revolucionario). Las revoluciones Silvio implican que exista una revolución de ideas. No es un dogma, ni sus antiguos dirigentes son dioses. Nunca alcanzaré a comprender porque la autocrítica es tan incómoda en Cuba, porque el practicarla lleva consigo la etiqueta de traidor. Me parece mucho más grave no darse cuenta de las cosas y no alzar la voz cuando las cosas se hacen bien o se hacen mal (en los últimos 8 años he leído ambas posturas de la boca de Pablo, pero para eso hay que tener memoria y no solo actuar con las vísceras).
Aquí no es ser "pablistas" o "silvistas", seamos serios. Ni tampoco Silvio que saque un argumento tan bajo como que la venta de boletos era baja y por eso Pablo dijo lo que dijo. Lo que él ha dicho (estemos o no de acuerdo) él lo ha dicho desde años atrás. Para mí así no es el arte. Mi admiración por tu música sería la misma hayas o no hayas llenado cada sitio donde te presentas, o si la última vez que te vi en vivo, el Carnegie Hall estuviese lleno o no. Así como tampoco me importa si Pablo llena el United Palace de NY este viernes. En la historia (y seguro estoy de que lo sabes) muchos eventos culturales que fueron parteaguas ocurrieron frente a unos cuantos.
En fin, solo quería externarte mi punto de vista no sin antes mandarte un cordial saludo.
Con respeto y aprecio
Mauricio
Silvio responde…
Mauricio:
Bajo es decirle cobarde a Cintio Vitier, a Alicia Alonso, a Leo Bouwer, a Chucho Valdés y a los muchos artistas e intelectuales cubanos que viendo que en Miami se decía “Ahora Irak, después Cuba”, cerraron filas con su país amenazado.
Bajo es pintarse inmaculado ante los que te desprecian y convertirse en chota de tus compañeros de toda la vida.
Bajo es llegar a Miami y para solucionar un problema empresarial armar un show mediático contra tu país y venderle el alma al diablo.
Bajo y cobarde es no mencionar en el cubil de los que pagan atentados contra Cuba la inmoralidad del juicio amañado a nuestros Cinco Héroes.
Bajo es santificar a unas señoras que hasta ayer decían que no eran políticas, que sólo eran familiares de sus seres queridos presos y que ahora, después de verlos libres, siguen recibiendo dinero de connotados terroristas y yendo a la embajada yanqui a buscar recursos e instrucciones.
Bajo y sucio es apoyar lo mismo que apoya el asesino Posada Carriles.
Bajo es insultar, restregándole una militancia, a uno de los pocos que se juega la vida y la historia en Miami, rodeado de criminales locos por acabar con cualquiera que les huela a comunista.
Bajo y falto de respeto con el pueblo cubano de Miami es automutilar la obra que te hizo trascender, con el pretexto de no herir sensibilidades. ¿Sensibilidad de quién? Porque esos medios que han pedido bombardeos a Cuba no merecen respeto.
Porque conozco al pueblo cubano, niego rotundamente que esos medios mafiosos miamenses representen la sensibilidad de los cubanos que viven allí. Concederles semejante honor es una genuflexión difícilmente conciliable con la dignidad del que realmente respeta a su pueblo.
La pregunta que nadie contesta sobre el 11-S de EEUU…
10 años del 11-S
Robert Fisk
Por sus libros los conoceréis. Hablo de los volúmenes, las bibliotecas –no los pasillos llenos de literatura– que los crímenes internacionales de lesa humanidad del 11 de septiembre de 2001 han inspirado. Muchos rebosan de seudopatriotismo y autoelogio, otros están atascados de la irremediable mitología que culpa a la CIA y el Mossad, algunos (por desgracia procedentes del mundo musulmán) se refieren a los asesinos como los muchachos
, pero casi todos evitan lo único que cualquier policía busca después de un crimen callejero: el motivo.
¿Por qué es así, me pregunto, luego de 10 años de guerra, cientos de miles de muertes inocentes, mentiras, hipocresía, traición y sádicas torturas de los estadunidenses (nuestros amigos del MI5 sólo escucharon, entendieron, tal vez miraron, pero claro que nada de andar tocando) y los talibanes? ¿Hemos logrado silenciarnos y silenciar al mundo con nuestros miedos? ¿Todavía no somos capaces de decir tres oraciones: los 19 asesinos afirmaban ser musulmanes
, vinieron de un lugar llamado Medio Oriente
, pasa algo allá
?
Los editores estadunidenses rompieron hostilidades en 2001 con enormes volúmenes de fotografías de homenaje a los caídos. Los títulos hablaban por sí mismos: Sobre terreno sagrado, Para que otros puedan vivir, Fuertes de corazón, Lo que vimos, La frontera final, Furia por Dios, La sombra de las espadas… Al ver estos títulos apilados en los puestos de periódicos de todo el país, ¿quién podría dudar que Estados Unidos se lanzaría al combate?
Y mucho antes de la invasión de 2003 a Irak, llegó otro montón de tomos para justificar la guerra después de la guerra. El más prominente fue La tormenta amenazante, del ex agente de la CIA Kenneth Pollack (¿verdad que todos recordamos La tormenta en formación, de Winston Churchill?), el cual, sobra decirlo, comparaba la batalla contra Saddam Hussein con la crisis que enfrentaron Gran Bretaña y Francia en 1938.
Había dos temas en ese trabajo de Pollack –uno de los mayores expertos mundiales sobre Irak
, decía el anuncio publicitario a los lectores, uno de los cuales, Fareed Zakaria, lo llamó uno de los libros más importantes que han aparecido en años sobre la política exterior estadunidense
–: el primero era un recuento detallado de las armas de destrucción masiva de Saddam, ninguna de las cuales, como todos sabemos, existió en realidad. El otro tema era la oportunidad de romper el vínculo
entre la cuestión iraquí y el conflicto árabe-israelí
.
Según ese texto, los palestinos, privados del apoyo del poderoso Irak, se verían más debilitados en su lucha contra la ocupación israelí. Pollack se refería a la despiadada campaña terrorista
palestina sin ninguna crítica a Tel Aviv. Hablaba de ataques terroristas semanales, seguidos de respuestas israelíes (sic)
, versión típica israelí de los hechos. La parcialidad estadunidense hacia Israel no era más que una creencia
árabe. Bueno, por lo menos el egregio Pollack había logrado dilucidar, aunque fuera de modo tan desaseado, que el conflicto palestino-israelí tuvo algo que ver en el 11-S, aun si Saddam no.
En los años posteriores, por supuesto, nos han inundado de literatura sobre el trauma posterior al 11-S, desde el elocuente La torre elevada, de Lawrence Wright, hasta The scholars for 9/11 Truth (Académicos por la verdad sobre el 11-S), cuyos partidarios nos han dicho que los restos de un avión afuera del Pentágono fueron dejados caer por un Hércules C-130, que los jets que dieron en las Torres Gemelas fueron guiados a control remoto, que el United 93 fue derribado por un misil estadunidense, etc. Dado el sigiloso, sesgado y en ocasiones deshonesto recuento presentado por la Casa Blanca –para no mencionar los engaños iniciales de la comisión oficial sobre el 11-S–, no me sorprende que millones de estadunidenses crean algo de eso, ya no digamos la mayor mentira del gobierno: que Saddam Hussein estuvo detrás de los ataques. Leon Panetta, el recién nombrado autócrata de la CIA, repitió la misma mentira en Bagdad, todavía este año.
También ha habido películas. Vuelo 93 recreaba lo que podría (o no) haber ocurrido a bordo del avión que cayó en un bosque de Filadelfia. Otra contó una historia muy romántica, que por cierto las autoridades de Nueva York extrañamente impidieron casi por completo que se filmara en las calles de la ciudad. Y ahora nos invaden los programas especiales de la televisión, todos los cuales han aceptado la mentira de que el 11-S en verdad cambió al mundo –la repetición de esa peligrosa noción por Bush y Blair permitió a sus esbirros cometer criminales invasiones y torturas–, sin preguntarse por un momento por qué la prensa y la televisión secundaron la idea.
Hasta ahora, ninguno de estos programas ha mencionado la palabra Israel
, y el programa de Brian Lapping del jueves por la noche en ITV mencionó una vez Irak
, sin explicar hasta qué grado el 11 de septiembre de 2001 dio el pretexto para ese crimen de guerra perpetrado en 2003. ¿Cuántos murieron el 11-S? Casi tres mil. ¿Cuántos en la guerra de Irak? A nadie le importa.
La publicación del informe oficial sobre el 11-S –fue en 2004, pero lean la nueva edición 2011– es digna de estudio, aunque sea sólo por las realidades que sí presenta, aunque sus frases iniciales parezcan más de una novela que de una investigación gubernamental: “Martes… amaneció templado y casi sin nubes en el este de Estados Unidos… Para quienes se dirigían al aeropuerto, las condiciones del tiempo no podían ser mejores para un viaje seguro y placentero. Entre los pasajeros estaba Mohamed Atta…” ¿Serían los redactores, me pregunto, graduados que hacían su servicio social en la revista Time?
Me siento atraído ahora hacia Anthony Summers y Robbyn Swan, cuyo The Eleventh Day (El undécimo día) confronta lo que Occidente se negó a encarar en los años posteriores al 11-S. “Toda la evidencia… indica que Palestina fue el factor que unió a los conspiradores en todos los niveles”, escriben. Uno de los organizadores del ataque creía que haría a Estados Unidos concentrarse en las atrocidades que Washington comete por apoyar a Israel
. Palestina, afirman los autores, “fue sin duda el principal agravio político… que impulsó a los jóvenes árabes (que habían vivido) en Hamburgo”. La motivación de los ataques fue esquivada
incluso por el informe oficial de los hechos, sostienen. Los comisionados estuvieron en desacuerdo sobre esta cuestión
–eufemismo por problema
– y sus dos oficiales de mayor rango, Thomas Kean y Lee Hamilton, explicaron más tarde: “Era un terreno delicado… los comisionados que sostenían que Al Qaeda estuvo motivada por una ideología religiosa –y no por la oposición a las políticas estadunidenses– rehusaron hacer referencia al conflicto palestino-israelí… En su opinión, mencionar el apoyo a Israel como causa de fondo de la oposición de Al Qaeda a Estados Unidos indicaría que Washington debería revaluar esa política”. Allí tienen ustedes.
¿Qué ocurrió, entonces? Los comisionados, afirman Summers y Swan, se resolvieron por una redacción vaga que daba la vuelta al asunto
. Hay una insinuación en el informe oficial, pero es apenas una nota de pie de página que, desde luego, pocos leyeron. En otras palabras, aún no nos dicen la verdad sobre el crimen que, según quieren que creamos, cambió el mundo para siempre
. Vaya, después de ver a Obama ponerse de rodillas ante Netanyahu en mayo pasado, en realidad no me sorprende.
Cuando el primer ministro israelí logra que hasta el Congreso estadunidense se humille ante él, es claro que al pueblo de Estados Unidos no le dirán la respuesta a la pregunta más importante y delicada
sobre el 11-S: ¿por qué?
© The Independent/La Jornada
Traducción: Jorge Anaya
Ranking (2011, QS WUR) de 300 mejores Universidades del mundo: Cambridge supera a Harvard…
Ranking internacional / Figuran sólo tres países latinoamericanos
Cambridge Lidera una lista de 300 establecimientos; UNAM, U. de Sao Paulo, U. de Campiñas, U. Católica y U.de Chile y UBA, las mejores de América Latina
Por Cynthia Palacios | LA NACION
La Universidad de Cambridge, en Inglaterra, retuvo el primer lugar entre las 300 mejores casas de altos estudios del mundo y aventajó por escaso margen a Harvard, de Estados Unidos, según la mayor encuesta de ese tipo realizada a estudiantes, académicos y empleadores. En el sondeo sólo figuran establecimientos de tres países latinoamericanos, y la Universidad de Buenos Aires (UBA) se situó en el puesto 270.
La octava edición del QS World University Ranking ubicó en tercer lugar al Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que desplazó así a Yale y a Oxford, que culminaron cuarta y quinta, respectivamente.
La encuesta, en la que participaron 33.000 académicos de todo el mundo y 16.000 empleadores graduados, evalúa a más de 700 universidades de todo el mundo a partir de seis indicadores: la reputación académica, la efectividad para los egresados a la hora de conseguir empleo, citas por facultad en investigaciones y publicaciones, la capacidad de los estudiantes, la cantidad de estudiantes extranjeros y la facultad internacional de esa universidad.
Hay 38 países en los primeros 300 lugares. Las universidades de los Estados Unidos ocupan 13 de las primeras 20 posiciones y 70 de las primeras 300. En cuanto a las universidades de América latina, las primeras que aparecen son la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de San Pablo, Brasil, que comparten el puesto 169. En el puesto 235 figura la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) de Brasil; en el 250, la Universidad Católica de Chile; en el 262, la Universidad de Chile, y en el puesto 270 se sitúa la UBA, la última latinoamericana que figura en las 300. En el ranking anterior la UBA se encontraba en el puesto 326, y en 2009 se situaba en el 298. Dos años antes estaba en el 264.
El rector de la UBA, Rubén Hallú, comentó no obstante a LA NACION que algunos criterios de evaluación son muy aplicables en algunos lugares y no son adecuados para otros países. "¿Cuál es la universidad en la Argentina? -se preguntó-. La que sirve a la sociedad y a la Argentina. Si sirve en el mundo, mejor."
"La única que suele figurar es la UBA y es esperable, pero no quisiera que esto signifique desmerecer al resto de las universidades argentinas", destacó Hallú. Autocrítico, agregó: "Tuvimos bastantes crisis en los últimos años y poco a poco empezó a ordenarse todo. En este ambiente de tranquilidad, los alumnos estudian más y se reciben más. Se está retomando un ritmo normal".
Un dato para destacar es que hasta el puesto 16 todas las casas de altos estudios que aparecen pertenecen a los Estados Unidos o al Reino Unido. Recién en el 17º lugar figura la McGill University, de Canadá, y en el 18» puesto la Swiss Federal Institute of Technology, de Suiza, la primera universidad europea no británica en el ranking.
En cuanto a las universidades asiáticas, la de Hong Kong, en el puesto 22, y la de Tokio, en el 25, son las dos mejores ubicadas.
Un dato importante que arroja el estudio es que el financiamiento gubernamental y privado para investigación orientada a la tecnología está erosionando el predominio de las universidades más generales y tradicionales.
La antigüedad promedio de las principales 100 instituciones ha disminuido en siete años desde el 2010, lo que refleja el surgimiento de instituciones especializadas más nuevas, particularmente en Asia.
"La brecha entre Cambridge y Harvard es muy pequeña, pero la relación estudiante/facultad superior de Cambridge ayudó a la definición final. La atención personalizada es uno de los atractivos clave del sistema de tutoría Oxbridge", destacó el responsable de investigación en QS, Ben Sowter.
QS también es la única que considera las opiniones de empleadores graduados como indicador clave para la excelencia y reputación de las universidades.
La facilidad de los graduados para obtener empleos es una misión esencial de las universidades de clase mundial y QS rankings incluye la opinión informada de reclutadores globales. El QS World University se realiza desde 2004 y forma parte de una serie de investigaciones en distintas áreas en todo el mundo.
"Ya que en general a los estudiantes se les está cobrando más que nunca antes por su educación, QS publica por primera vez una comparación de los aranceles para cursos en las universidades del ranking", explicó el director gerente de QS, Nunzio Quacquarelli.
Los resultados 2011 se publican junto con precios de matrículas internacionales comparados en la página http://www.topuniversities.com/.
RANKING
1º Cambridge
2º Harvard
3º MIT
4º Yale
5º Oxford
6º Imperial College
7º College London
8º Chicago
9º Pennsylvania
10º Columbia
169º UNAM y San Pablo
235º Estatal de Campinas
250º Universidad Católica
262º Universidad de Chile
270º UBA .
Pablo Milanés y Silvio Rodríguez: debate sobre diferencias de fondo y forma respecto a la revolución cubana…
Que Cada Cual Asuma lo que Le Toca, por Silvio Rodríguez
Pablo y yo hace algo más de 20 años que no nos vemos. Tampoco nos hemos hablado ni por teléfono. O sea que el Pablo que conozco tiene casi un cuarto de siglo de retraso.
Silvio Rodriguez | cubadebate | Hoy a las 15:41 |
www.kaosenlared.net/noticia/que-cada-cual-asuma-que-toca
En su blog Segunda Cita, Silvio Rodríguez responde a Manuel R, estudiante puertorriqueño en Nueva York, responde varias preguntas que le han hecho sobre las más recientes declaraciones de Pablo Milanés. Compartimos el intercambio:
Manuel R. dice…
Silvio,
te voy a ser bien sincero. No entiendo bien tu postura, ni la de muchos revolucionarios que considero honestos y maduros ante la carta de Pablo. He escuchado tantas opiniones, tantas críticas, tanto cinismo, unos le dan la pinta buena y otros la pinta mala.
A mí me parece honesta y eso lo admiro, personalmente tengo diferencias en cuanto a la forma de la carta aunque no en cuanto al contenido. Creo que precisamente esta es la disyuntiva mas interesante de las declaraciones de Pablo: Forma vs. Contenido.
Te pregunto: ¿Cuál es tu opinión sobre el contenido de la carta? ¿Cuál es tu opinión sobre su forma?
¿Crees tú que el espíritu revolucionario de Pablo viene por la misma línea del espíritu evolucionario de “Sea Señora”? ¿Sí, no, por qué?
Silvio responde…
Manuel R:
Pablo y yo hace algo más de 20 años que no nos vemos. Tampoco nos hemos hablado ni por teléfono. O sea que el Pablo que conozco tiene casi un cuarto de siglo de retraso. Aún sin estar cerca, en este tiempo sin relacionarnos directamente, ambos hemos mantenido una actitud respetuosa respecto al otro. Nos conocimos en 1967 y dejamos de vernos y de hacer proyectos juntos a fines de los 80s. Mientras duró, nuestra amistad rebasó lo que pudiera ser una simple colaboración. Fuimos testigos de muchos eventos personales de ambos. Y también colectivos. Vimos nacer a nuestros primeros hijos, fraguarse y deshacerse amores, proyectos, sueños de diferente linaje. Hay zonas del Pablo actual que son nuevas para mi y hay otras que me son muy conocidas. Y para resumirte mi postura, o para que aprendas a verla como es, sin confusiones, te la voy a identificar: Mi postura es la que mantengo cada día; lo que hago y lo que digo, el testimonio cotidiano de un hombre que, más por intuición que por sabiduría, nunca se ha creído infalible. Asimismo no me siento capaz de juzgar, menos públicamente, a un viejo amigo; pero de lo que sí estoy seguro, Manuel R., es de que Pablo está convencido de estar a la altura de lo que cree de sí mismo.
Esto me da oportunidad de decir que muchos ataques a Pablo no los he puesto aquí en el blog. Siempre han existido los “Pablistas” y los “Silvistas”. Por mi parte nunca -jamás- he permitido que en mi presencia nadie hable mal de Pablo. Cuando me botaron del ICR en 1968, también fue por defenderle. Y por pincipios -míos- lo sigo haciendo, aún cuando Pablo me incluya a mi entre los “despreciables” que seguimos defendiendo la Revolución, y los que firmamos la carta que él entendió a su manera (y todos los que la firmamos entendimos de otra, o sea un momento en el que había que cerrar filas con la defensa de Cuba). Como dice un amigo mío: “Hay un viejo proverbio latino que dice Quod escripsi, escripsi. Lo que está escrito está escrito y no se puede borrar.” Que cada cual asuma lo que le toca, y allá el que se arrepienta de la gloria que ha vivido por lo que quiera aparentar.
Coincido con Pablo en muchos de sus juicios críticos sobre la realidad cubana. Me parece que algunos de esos puntos los he tocado en conferencias de prensa en Cuba. Lo que escandaliza a algunos no es el contenido de sus críticas sino la forma, que además de burda parece desamorada, sin el más mínimo compromiso afectivo. Otra cosa que duele es que haya manifestado esas críticas en Miami, a unos días de un concierto que, por más propaganda que hacían, no se llenaba. Y para colmo que las hiciera a medios que tildan de héroes a terroristas que han derribado aviones civiles, medios cuyos dueños han pagado actos de violencia contra Cuba.
Es importante que los que vivimos en esta sociedad imperfecta -y eso quiere decir con cosas malas pero también con cosas buenas- sigamos criticando, sigamos mejorándonos. Y que este ejemplo triste no les sirva de pretexto a los extremistas para cerrarse a cal y canto. Ese es un daño interno que nos hacen actitudes como esta. Pero en las Revoluciones, si son verdaderas (como creo que es la cubana), nadie es imprescindible, al menos para siempre. Cada baja nos enseña a llenar la ausencia con lo que tengamos, y a aspirar a ser tan buenos como lo que nos falta.
No en balde escribí, hace unos 30 años:
Salgo y pregunto por un viejo amigo
de aquellos tiempos duramente humanos,
pero nos lo ha podrido el enemigo,
degollaron su alma en nuestras manos.
Absurdo suponer que el paraíso
es sólo la igualdad, las buenas leyes.
El sueño se hace a mano y sin permiso,
arando el porvenir con viejos bueyes.
Vaya forma de saber
que aún quiere llover
sobre mojado.
http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/09/05/que-cada-cual-asuma-lo-que-le-toca/
Carta Abierta a Edmundo García de Un Verdadero Revolucionario de Medio Siglo
Pablo Milanés /Kaosenlared. net
Espero que Kaos, publicacion libre y alternativa de izquierda, que previamente publicó los desatinos alocados de tal inmundicia sepa respetar mis derechos de responder revolucionariamente como ciudadano del mundo y de la Cuba que merece una mejor realidad y destino. De paso y para los que aun no se han percatado por sus intereses o analfabetismo intelectual y politico cuando no y tambien por lo miserable y despreciable que han sido y siguen siendo aupando todo lo peor de un sistema que pudiera haber sido ejemplo y faro del mundo entero, pues para esos tambien, esos miles de Cuba y del mundo que aun no entienden que payasos dictadores y criminales como los de Libia, Egipto, Siria, Tunez y algunos otros lugares tienen sus dias contados si es que ya aun no los han desalojado de sus poderes y prebendas, sus propios pueblos hastiados, pues para esos tambien es esta carta de respuesta que me permite este ejemplar de la citada fauna, Edmundo, que Inmundicia.
Edmundo:
Hace años estás intentando hacerme una entrevista sin éxito, hasta el punto de resultar insoportablemente insistente porque además, para colmo, en tu petición posteriormente iban tus entrevistas adjuntas, esas entrevistas que no tuve más remedio que clasificar como “correo no deseado”, para al fin librarme de ellas.
En esa primera ocasión en que nos encontramos, ibas oportunamente mal acompañado y no tuve más remedio que pensar para mis adentros “Dios los cría…”. No obstante te explicaré por qué nunca hubiera hecho una entrevista contigo: vi en ti, con mi intuición natural para esas cosas, las nueve señales del hijo de puta que son, no sé si sabes, clasificaciones que hizo Don Camilo José Cela, en su novela “Mazurca para dos muertos” y que ha llegado a ser, en la historia, famosa por su visión extraordinaria de lo que es un ser execrable a primera vista. Voy a mostrarte esas nueve señales que son:
1. Pelo ralo
2. Baja estatura y canijo
3. Cara pálida
4. Barba por parroquia
5. Manos blandas, húmedas y frías
6. Mirar huido
7. Voz atiplada
8. Pijo flácido y doméstico
9. Avaricia
Con esta referencia sobra decirte por qué nunca he confiado en ti.
Edmundo, tienes una forma de hacer periodismo que no es tal; seleccionas a tus víctimas (a tus entrevistados), no los indagas, los cuestionas, los destrozas con una autoridad que no sé cuál ser poderoso te ha otorgado y terminas triunfante ante una persona apabullada por el terror de tus palabras que recuerdan un viejo estilo autoritario, ridículo y obsoleto. Esa es a mi juicio la esencia de tu programa.
Cuando leí tu panfleto mi primera reacción fue ver a una niña en la pubertad, asombrada y ruborizada ante su primera menstruación, miedosa de cometer pecado ante una manifestación natural de su desconocido organismo. Esa fue la primera impresión, pero la segunda, fue más solemne y peligrosa: me di cuenta de que no solamente eras todo lo que yo había pensado, sino más aún, estabas ingresando en ese grupo selecto de la ultraderecha miamense que no admite reconciliaciones, críticas y que cuyo único neolítico gesto es romper discos con aplanadoras. Tú, al igual que ellos, no quieres amor, quieres odio, tú al igual que ellos, no quieres reconciliación, quieres rencores y desunión, tú en suma, no quieres al pueblo cubano, ni de allá ni de acá. Edmundo, tú no quieres a nadie y no me hubiera extrañado verte en esa “enorme” turba gritando “Abajo, abajo”, donde sin duda alguna hubieras sido bien recibido.
Has insinuado que la prensa de Miami y España se aprovecha y utiliza mis palabras en vez de beneficiarme de ese espacio para arremeter contra el imperialismo. Edmundo, estás equivocado, soy yo el que me sirvo de esos periódicos para que difundan las entrevistas que en Cuba me están negadas y que sueño con que aparezcan en el Granma y las lea todo el pueblo y que un sólo periodista, uno sólo de los tantos miles que hay en la isla, tenga lo que hay que tener para dar a conocer lo que tantos años llevo expresando; es más, como un punto de partida planteo que tu panfleto y esta carta se publiquen en el Granma y que el pueblo las lea, piense, sepa discernir por si mismo, y de una vez, dónde está la verdad y vayamos por el camino de las libertades individuales que tenemos que rescatar y que tú con tu actitud estás negando.
A mi regreso a La Habana y en concordancia con el párrafo anterior, le digo por este medio a la intelectualidad cubana, a los artistas, a los músicos y a los altos cargos del Estado, que no me susurren más al oído: “estoy de acuerdo contigo pero… imagínate!”. Yo no estoy arrepentido de incinerarme sólo en mi actitud, pero es triste y vergonzoso que haya un silencio cómplice tan funesto como tu manifestación, Edmundo. Estas dos conductas, una en Miami y otra en La Habana, increíblemente al final convergen en su propia contradicción.
Sobre la intelectualidad miamense que comentas que me ha apoyado en sus artículos, te diré que no tengo absolutamente ningún miedo ni prejuicio en recibir una frase amable y receptiva. No soy su compañero de viaje, pero Edmundo, me gusta sumar mientras que a ti te gusta dividir porque de eso vives, para eso estás en esta ciudad.
También te has atrevido a decir que he mal influenciado a artistas del talento y el prestigio de Serrat, Sabina, Víctor Manuel y Ana Belén. No hay duda de que en este terreno también eres un ignorante, debías de saber que Juan Manuel Serrat es uno de los hombres más admirados por su entereza, caballerosidad y su limpieza durante toda su vida, y su posición ante el franquismo arriesgando su carrera y su vida, lo llevó hasta la cima de la dignidad. Que Joaquín Sabina, que a los 23 años se exilió a Inglaterra en su oposición a Franco y a su propio padre, es uno de los artistas más sinceros y honestos que conozco (esto lo sabe bien Fidel) independientemente de su talento. Que Víctor Manuel y Ana, antes de nacer tú, y andar por esos rumbos inciertos, que todos conocemos, para llegar a ser el extremista que eres hoy, pertenecían al Partido Comunista de España, en la época de Franco, y eso, Edmundo, les pudo costar la vida. Esas personas que tú no has respetado, tienen talento propio, criterios propios y no se dejan influenciar por nadie, al contrario porque son ciertamente su talento y sus principios los que han influenciado a medio mundo.
Edmundo, mis 53 años de militancia revolucionaria me otorgan el derecho, que muy pocos ejercen en Cuba, de manifestarme con la libertad que requieran mis principios y esa libertad implica que no tengo ningún compromiso a muerte con los dirigentes cubanos, a los que he admirado y respetado, pero no son Dioses, ni yo soy fanático, y cuando siento que puedo hacer un reproche y decir no, lo digo, sin miedo y sin reservas. Cuando veo que unas señoras vestidas de blanco protestan en la calle y son maltratadas por hombres y mujeres, no puedo por menos que avergonzarme e indignarme y, de algún modo, aunque no estemos de acuerdo absolutamente, solidarizarme con ellas en su dolor; porque lo más vil y lo más cobarde puede ser que una horda de supuestos revolucionarios ataque despiadadamente a estas mujeres. No hay ningún código que defienda eso en el mundo, es más, la violencia de género se queda corta al ver esas salvajes manifestaciones. Estos dos conceptos que te he expresado, pero tú no has entendido – no hay duda de que estás en tu época de infantilismo revolucionario -, no implica que esté en desacuerdo con Fidel y tampoco implica que esté de acuerdo con las Damas de blanco. Pero tú vas al blanco o al negro, (más al negro que al blanco) y no tienes matices y los años irremediablemente te van a hacer aprender lo que es un verdadero revolucionario o inexorablemente vas a ingresar en ese mundo en el que he visto a tantos como tú, vagando, perdido en la nada.
Edmundo, ayer creo que sufriste un revés que no te apliqué yo precisamente, sino los varios miles de personas que asistieron a un recital, carísimo para su bolsillo en crisis, demostrando que es posible el amor, que si anteayer decían “No” y ayer decían “Tal vez”, hoy dijeron “Sí”, un sí contundente, más fuerte que tus sucias y ofensivas palabras.
Edmundo, te invito a que cojas tus maletas y regreses a tu país y allí tengas el valor de denunciar todo lo malo que veas, porque Edmundo, te advierto, esa lucha sí es dura y no te calles como esos miles periodistas de allá, cómplices lamentables del silencio.
En muchas ocasiones he dicho que me sentaré en el portal de mi casa para ver pasar el “cadáver” de mis enemigos, ahí te espero.
Solamente te exijo una cosa: saca mi nombre definitivamente de tu boca irrespetuosa y falsa, son demasiados los méritos que me ha otorgado el pueblo para que un desalmado como tú los manche con sus sucias palabras.
Pablo Milanés
Miami, 29 de agosto de 2011
Noam Chomsky e intelectuales apoyan a estudiantes chilenos…
Veinticinco académicos, críticos literarios, filósofos, médicos, de nacionalidad argentina, estadounidense, mexicana, brasileña y chilena, a través de un escrito, apoyaron las movilizaciones estudiantiles por una educación de calidad, expresando que “los alumnos reclaman con razón”.
En el comunicado sostuvieron que “un grupo de 34 estudiantes chilenos de enseñanza secundaria comenzaron hace dos semanas una huelga de hambre para llamar la atención de la sociedad chilena sobre su demanda por un fortalecimiento del papel del Estado en la educación pública, un clamor que es compartido por sus profesores y por la mayoría de la población, de acuerdo a distintos sondeos de opinión”.
“Los estudiantes reclaman con razón el progresivo deterioro de la educación pública, dentro de un sistema que favorece la educación privada, muchas veces sostenida por el propio Estado, en una educación excluyente y convertida muchas veces en una mercancía”, dijeron en el escrito.
Agregaron que “resulta difícil de entender además que los estudiantes universitarios y sus familias sean el soporte económico de las universidades públicas, en un aberrante sistema de autofinanciamiento”.
“Intentamos llamar la atención de la comunidad chilena e internacional sobre el sacrificio de este grupo de adolescentes que ya sostienen un ayuno por dos semanas, con el único propósito de alcanzar una educación de calidad y sin costo económico, para el conjunto de la sociedad chilena”, dijeron.
Firman los académicos estadounidenses Noam Chomsky y Norman Finkelstein; el documentalista de la misma nacionalidad, Adam Shapiro, el brasileño Adriano Martins, sociólogo; Tilda Rabi, periodista argentina; los chilenos, Camilo Marks, crítico literario; Sergio Grez, historiador; Patricio Manns, músico y escritor; Alejandra Lastra, ex oficial Acnur; Roberto Manríquez, periodista; Cristina Quezada, licenciada en Historia.
También los mexicanos, doctora Margarita Peña, Premio Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Filosofía y Letras (México); Ifigenia Martínez ex directora Facultad de Economía, Unam; Tatiana Sule facultad de Filosofía y Letras Unam (México), doctor Julio Boltvitnik, Colegio de México, doctor Alejandro Nadal, Colegio de México, doctor Axel Dddriksson, ex secretario de Educación Gobierno del Distrito Federal; Elena Poniatowska, escritora y Juan Villoro, escritor, entre otros.