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La guerra contra Libia: hedor a petróleo…

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 Por Modesto Emilio Guerrero *

La decisión del Consejo de Seguridad de la ONU tiene por lo menos tres objetivos distintos íntimamente relacionados por la misma necesidad.

El más inmediato es impedir la derrota del Consejo Nacional opositor a Khadafi asentado en la ciudad de Benghazi. Este objetivo le sirve para el segundo, el de blindar la invasión de Arabia Saudita a Bahrein. Converge con la represión impuesta en ese emirato, en Túnez y en Yemen para desarticular la dinámica regional de las rebeliones árabes. El tercer objetivo es el control del Estado libio para asegurar sus yacimientos. Una gigantesca reserva de 46 mil millones de barriles de crudo liviano.

El petróleo libio –y su Estado, sin el cual no hay petróleo– debe ser visto como una necesidad de la geopolítica imperial del presente. No hay imperios sin materias primas. EE.UU., Japón, Canadá, Alemania, Francia, Italia, España, también China concentran esa necesidad. No por casualidad las multinacionales dominantes en la Libia de Khadafi quieren continuar después de él.

Hay una exacta continuidad de la era civilizatoria construida con los derivados de este crudo y la era abierta en este siglo. Pocas cosas que se muevan en este mundo desde comienzos del siglo XX pueden prescindir del petróleo como insumo básico. Lo que ha podido ser un avance para la humanidad terminó convertido en “excremento del diablo” en manos del capital. Esta definición pertenece a Juan Pablo Pérez Alfonzo, el ministro venezolano que ideó la OPEP en 1960. Cuando le preguntaron en una entrevista por qué una frase tan macabra para un recurso tan “útil”, le recordó al periodista que “en nombre del ‘oro negro’ creció la estadística de las guerras, que antes se hacían por otras cosas”. Tenía razón. (El Desastre, J. P. Pérez Alfonzo y Domingo Alberto Rangel, Ediciones Vadell, 84, Caracas, 1976.)

Estaríamos en presencia de la guerra número 37 por el control del petróleo en forma directa, desde la de 1914. Esta sería la primera según autores especializados, porque terminó en el pacto secreto entre Francia e Inglaterra en 1916 para repartirse Siria y el Medio Oriente bajo los mandatos de Mesopotamia y Palestina. (“Historia del Petróleo”, Daniel Yergin, 1992, y “Las guerras del petróleo”, Geoeconomía, revista del Instituto Choiseul para la Política Internacional y la Geoeconomía Nº 38, París, 2006.)

Siguiendo los datos de las mismas fuentes se contabilizan doce pactos de ocupación territorial entre potencias sin acudir a conflictos armados y alrededor de 75 golpes de Estado en Asia, Africa incluido el Magreb, el Golfo Pérsico, Europa del Este y América latina. Una cantidad indeterminada de guerras civiles han sido promovidas por las compañías petroleras. Yerguin sostiene que fueron 27 en el siglo XX, pero es difícil deslindarlas de las otras guerras y a veces comenzaron por golpes de Estado como las de Sudán, Nigeria e Indonesia.

Nuestro continente registró tres guerras directas por petróleo, dos en la región chaqueña, una entre Perú y Ecuador, además del conflicto por yacimientos en Guatemala durante la década de los ’80, y la Guerra de Malvinas que también desprendió algunas purulencias bituminosas. Uno de los tres ejes geoestratégicos del Plan Colombia, del Plan Puebla Panamá y del Objetivo Amazónico es el petróleo de la Orinoquia, de la Amazonía y de la franja norte de América Central.

Otro propósito clave en Libia es la OPEP. Las potencias necesitan el control del mercado petrolero mundial y el resguardo de reservas a largo plazo. El problema es que en el medio están los Estados y en algunos de ellos hay regímenes independientes, incluso antiimperialistas. La OPEP perdió a Irak-Kuwait, luego a Libia desde antes de ahora, quieren sacarles a Irán o a Venezuela y así paulatinamente hasta liquidar el sindicato.

Hay algo más que los tiene con el sueño alterado. Las “7 Hermanas” de empresas petroleras actuales se basan en siete Estados-nación de los cuales sólo dos, Malasia y Arabia Saudita, responden en forma directa a EE.UU. y la OTAN. Las otras cinco pertenecen a Estados independientes: China, Rusia, Irán, Venezuela, Brasil.

El valor de la propuesta del ALBA iba en el camino opuesto. Que una comisión internacional de países similares a Libia mediaran en la guerra para frenar la intervención de la OTAN y EE.UU. Se agotó en el camino por fuerza propia. La Unidad Africana no tiene base moral para actuar, porque se compone de regímenes represivos y la Liga Arabe jugó en el bando contrario. Libia fue quedando sola, con un déspota en Trípoli y una oposición proyanqui en Benghazi.

El hedor de una guerra preñada de petróleo.

*www.modestoguerrero.com

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La Liga Arabe y la Union Africana denuncian los bombardeos y convocan a la UE y la ONU

Contra Injerencia

La Unión Africana convocó hoy a una reunión para el 25 de marzo en Addis Adeba, con la Liga Arabe, la Organización de la Conferencia Islámica, la Unión Europea y las Naciones Unidas, para analizar la crisis libia y el inicio de acciones bélicas contra posiciones leales a Muammar Kadafi. El Comité de la Unión Africana integrado por Mauritania, Mali, Congo, Sudáfrica y Uganda, apeló a la “prudencia” de la comunidad internacional y reclamó “una acción africana urgente” para resolver la crisis libia.

La convocatoria del 25 de marzo en la capital etíope es para crear “un mecanismo de consultas permanentes y de acciones concretas” para resolver la situación en ese país.

En un comunicado, el Comité de la Unión Africana, reclamó la protección de los ciudadanos extranjeros comprendidos los trabajadores migrantes africanos que viven en Libia”. Desde El Cairo, Amr Mussa, secretario general de la Liga Arabe, a su vez reiteró sus críticas a la alianza internacional contra Kadafi porque sus ataques exceden la zona de protección aérea para los civiles rebeldes.

Mussa subrayó hoy que las misiones aéreas de ataque contra tropas leales a Kadafi “no han recibido la autorización de la comunidad internacional”.

Mussa pidió “el stop inmediato a todas las hostilidades” bélicas de ambas partes, en nombre de la Liga Arabe, dos de cuyos miembros, Emiratos Arabes y Catar, participan de las operaciones contra Gadafi.

http://contrainjerencia.com/index.php/?p=13032

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Written by Eduardo Aquevedo

21 marzo, 2011 a 8:40

2 respuestas

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  1. Ya he comentado anteriormente, toda esta bufonada es mero teatro para apoderarse del petróleo, lo único que les intereza a estas potencias. Hipocritas a grado mayo. Doble moral

    Luis Alberto Chandeck . A.

    22 marzo, 2011 at 21:34

  2. La gran mayoría de los analistas sobre esta situación conflictiva llegan a lo mismo, sin ahondar en el contenido de esta guerra como un hecho que se sale de los tipicos conflictos por sólo meros intereses materiales inmediatos, en este caso el petróleo de Libia. Y bien que esto último es verdad, no menos cierto es que esta guerra no es de la de Irak y de Afganistán que fueron más que todo de, digamos, «ensayo». Esta guerra es, en los términos de la gran crisis económica mundial indetenible, eminentemente malthusiana. Esto es, de iniciación de «balanceamiento y equilibrio poblacional» respecto a insuficiencia de bienes económicos materiales. A partir de esta guerra se inicia el vasto e indetenible desarrollo de una gran guerra de exterminio humano total sobre el planeta por parte del imperialismo norteamericano-europeo.

    Pablo Carvajal

    26 marzo, 2011 at 22:44


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