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Archive for marzo 9th, 2010

Francia: prevén repunte de la izquierda y alta abstención…

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Los sondeos marcan dos tendencias para el domingo: la supremacía de las listas de izquierda frente al oficialista UMP y la existencia de una mayoría abstencionista. El debate se contaminó con temas como la inmigración.

Por Eduardo Febbro

Desde París

El desencanto y su consecuencia inmediata, la abstención, amenazan la primera vuelta de las elecciones regionales que se celebran el próximo domingo en Francia. Los sondeos de opinión marcan dos tendencias fuertes: la supremacía de las listas de izquierda frente al partido presidencial UMP y la existencia de una mayoría abstencionista que podría convertir estas elecciones en las menos votadas del último cuarto de siglo. Las encuestas coinciden en apuntar el ascenso del Partido Socialista en las intenciones de voto. El PS podría obtener 31 por ciento de los sufragios frente al 27 por ciento de la UMP. En tercer lugar vienen las listas de Europa Ecología, movimiento encabezado por el ex líder de Mayo del ’68 Daniel Cohn-Bendit, 14 por ciento; la extrema derecha del Frente Nacional, 9 por ciento; el Frente de Izquierda, 6 por ciento, y el partido centrista Modem, 5 por ciento.

En términos globales, las listas de izquierda obtendrían 48 por ciento, mientras que la derecha se quedaría con 32 por ciento del electorado. El contexto muestra que pese a su desunión, su falta de línea clara y sus innumerables tropezones, la izquierda socialista no ha perdido el apoyo de su electorado regional. Sin embargo, en términos de lectura de la calidad de la democracia, lo más inquietante son los altos índices de abstención que se prevén, el desinterés de los electores por las plataformas políticas, la alucinante distancia entre los políticos y las necesidades de la población y la contaminación del debate electoral con los temas ligados a la identidad nacional, las discriminaciones y los inmigrados. Este último capítulo ha sido notablemente fructuoso en groserías de todo tipo en contra de los extranjeros. Sus protagonistas salieron de todos los sectores del arco político francés y con ello rompieron la hegemonía que la ultraderecha francesa mantenía no sólo sobre el tema, sino también con el tono vulgar y agresivo. Un miembro de la mayoría gubernamental habló de “invasión”, un ministro en ejercicio evocó que el problema era cuando había “demasiados” –gente de origen árabe– y un dirigente socialista declaró que no votaría por el ex primer ministro socialista Laurent Fabius, de origen judío, porque éste no tenía “una jeta demasiado católica”.

A este ramito de cortesías también le caben las ya abusivas vulgaridades de la extrema derecha y sus afiches electorales que hacen de los extranjeros una suerte de plaga invasora. Eso sí, todo esto sin que jamás un juez u otra autoridad se pregunte sobre los límites que ya es hora de trazar en un Estado que hizo de los derechos humanos un eje de la construcción de su identidad. En la región de la Costa Azul, Jean-Marie Le Pen tuvo que acudir ante la Justicia luego de una querella presentada por la Liga contra el Racismo debido a un sucio afiche electoral que mostraba a una mujer con velo, un mapa de Francia cubierto con la bandera de Argelia lleno de misiles y el eslogan “No al islamismo”.

La iniciativa de Eric Besson, ministro de Inmigración e Identidad Nacional, contribuyó en mucho a crear un remolino que fue arrastrando todo a su paso. Besson lanzó hace unos meses un debate sobre la “identidad nacional” mediante una consulta que consistía en responder a la pregunta “¿Qué es ser francés?”. Esa idea respondía a una estrategia electoral cara a las elecciones regionales, pero suscitó tantos debates y excesos que el primer ministro francés, François Fillon, tuvo que dejar a un costado esta propuesta para contrarrestar los efectos nefastos que estaba acarreando para la mayoría.

La crisis internacional, sus consecuencias sobre el tejido social y el desempleo, así como la incapacidad del sistema político para aliviar su impacto terminaron cerrando a los electores en el desencanto. En enero pasado, un estudio del Centro de Investigaciones Políticas de la Universidad de Ciencias Políticas (Cevipof) constató que el 67 por ciento de los franceses no tenía confianza ni en la izquierda ni en la derecha para resolver los problemas del país. Brice Teinturier, miembro de la encuestadora TNT-Sofrés, explicó al diario Le Monde que “la abstención tiene una razón mayor: la supuesta impotencia de los políticos para resolver los problemas de la sociedad francesa, en especial el desempleo”. Los medios de comunicación no son ajenos a esta distancia: privilegiaron los temas colaterales, los antagonismos de conventillo, redujeron la pertinencia de los debates en una suerte de concurso sobre quién era el más ligero, el más superficial, el más espectacular y vacío. Señoritas de llamativa belleza y jóvenes de corbatas luminosas entrevistan con la misma regla de la ignorancia a un candidato o a un cantante de moda.

El abismo entre electores y gobernantes podría llevar a la abstención a superar la barrera del 50 por ciento. En las precedentes elecciones regionales de 2004, la abstención alcanzó el 39,2 por ciento de los electores. Luego, en las presidenciales de 2007, la densa confrontación izquierda-derecha entre el actual presidente, Nicolas Sarkozy, y la candidata socialista, Ségolène Royal, movilizó al electorado. Tres años después, la abulia, el desaliento y la incomprensión están edificando un muro entre el electorado y las urnas.

Página/12

Written by Eduardo Aquevedo

9 marzo, 2010 at 22:42

Encuesta Adimark (marzo 2010): Bachelet 84% de aprobación post terremoto…

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Terremoto no daña aprobación de Bachelet. Se mantiene al mismo nivel de febrero: 84% de aprobación.

BACHELET1 La intensidad de la catástrofe, sin duda, superó cualquier expectativa. Muchas instituciones fueron superadas por los hechos, y tomará semanas, o meses, completar el avalúo de los daños. La serie mensual de evaluación de gobierno, que Adimark ha realizado regularmente desde el 2006, entrega una oportunidad única para indagar en cómo la opinión pública chilena está evaluando la acción del gobierno frente a esta emergencia. El dato es clave, además, porque justo en estos días la presidenta Bachelet termina su mandato constitucional.

Será nuestra última evaluación que se realice estando ella aún en ejercicio. En esta ocasión hemos realizado esta encuesta especial usando exactamente la misma metodología de los 48 meses anteriores. Se incluye, además, las expectativas respecto al gobierno de Sebastián Piñera, evaluadas antes y después de la catástrofe.

El dato más significativo: La Presidenta Bachelet sale indemne de la hecatombe. En el estudio anterior, finalizado pocos días antes del terremoto (24 de febrero), el resultado fue que un 84% de los chilenos aprobaba entonces la gestión de la presidenta. Pasado el terremoto, en la nueva muestra tomada entre el 3 y 6 de marzo, la aprobación resultó idéntica: 84% de aprobación. La gestión específica respecto al manejo de la emergencia resulta inferior, pero positiva (75%).

CHILE-BACHELET--MARZO2010

La aprobación de la mandataria, sin embargo, se diferencia, post terremoto, marcadamente por estratos socio‐económicos. Es el grupo más alto, ABC1, el que muestra la opinión más negativa, y también el grupo en que se aprecia una caída muy pronunciada. Antes de la emergencia, un 81% del nivel ABC1 aprobaba a la mandataria, cifra que cae a un 68% en la muestra posterior; es decir, una caída de 13 puntos. En los sectores más populares (D/E) la evaluación de la mandataria post terremoto no sólo se mantiene, sino que mejora, compensando la caída en el grupo más alto. En el grupo C3 la aprobación sube de 84% a 88%, mientras en el grupo más pobre (D/E) pasa de 84% a 86%. Una paradoja, por cierto, si se piensa en quiénes han sufrido más las consecuencias de la tragedia.

En las zonas geográficas más afectadas por el desastre, el estudio detectó una evaluación bastante más crítica del gobierno. El tamaño muestral, sin embargo, resulta insuficiente para informar separadamente los datos de esa zona, y simplemente lo dejamos aquí consignado.

Los atributos personales de la Presidenta, que hemos seguido mes a mes, muestran sólo dos cambios en la comparación pre y post terremoto, ¡y se mueven en sentido opuesto!: Mejora el “cariño” (Querida por los chilenos pasa de 93% a 96%, el punto más alto de su mandato) y se deteriora su “capacidad para enfrentar situaciones de crisis” ( de 86% a 83%).

Un resultado sin duda sugerente.

Áreas específicas de gestión relacionadas a la emergencia.
En temas o problemas específicos, relacionados a la situación de emergencia, el estudio muestra señales de críticas, e incluso la presencia de ciertos temores en la población.

La evaluación que se hace de cómo el gobierno ha manejado el orden y seguridad pública, la disponibilidad de servicios básicos, la atención de salud y el control de la delincuencia muestran cifras bastante menos positivas que las referidas a la presidenta. Las evaluaciones positivas de estas áreas se mueven en torno al 60% y la desaprobación en torno al 28%. En el caso específico del control de la delincuencia, un área tradicionalmente crítica para el gobierno de Bachelet, sólo un 35% aprueba y un 59% desaprueba la forma a en
que el gobierno ha manejado esta tema.

Ministros.
En la muestra post‐terremoto, por razones de espacio y relevancia, incluimos sólo 4 ministros para ser evaluados: Interior, Defensa, Hacienda y Obras Públicas. Esta evaluación se refirió específicamente a su accionar post terremoto. El mejor evaluado, según este criterio, resultó ser el Ministro de Hacienda, Andrés Velasco (58%), quien sin embargo vio caer su evaluación en 8 puntos respecto al resultado anterior a la crisis. Al mismo nivel se ubicó el Ministro de Defensa, Francisco Vidal (58%), quien, en contraste, mejoró su evaluación en 6 puntos. Bastante más abajo se ubican los ministros Bitar (43%), en baja, seguido en el último lugar por el Ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma (42%), quien muestra un 36% de rechazo a su labor en la emergencia. Queda claro que si bien el desastre no afectó a la mandataria, sus ministros si fueron perjudicados, excepción sea hecha del Ministro Vidal.

Instituciones.
Se evaluó el actuar de 6 instituciones involucradas de algún modo a la emergencia, incluyendo las FFAA. Las evaluaciones son positivas para Bomberos, Carabineros y Ejército (sobre 90% aprobación) algo menos bien evaluada resultó la Fuerza Aérea (86%) y bastante menos la Armada (75%), rama que muestra un 18% de rechazo a su gestión. Mención aparte merece la ONEMI, institución que recibe sólo un 44% de aprobación y un 42% de rechazo a su accionar.

Expectativas respecto al próximo gobierno.
La medición del mes de febrero mostró muy altas expectativas respecto al gobierno que se inicia, presidido por Sebastián Piñera. Antes de la emergencia un 58% manifestó creer que a “Chile le irá bien” con el nuevo gobierno, mientras que sólo un 10% opinó lo contrario (que a Chile le irá mal o muy mal). Después del terremoto, aquellos que opinan que al país “le irá bien” suben ligeramente (59%), pero más importante, se reduce el número de los que creen que le irá mal del 10% al 3%, cambio que es significativo, y muestra probablemente una actitud más favorable a los llamados a la “unidad nacional” del Presidente electo.

Los aspectos más favorablemente son el tema de “Seguridad y orden Público”, materia donde se observa las expectativas más positivas para el gobierno de Piñera (70%).

En resumen, la opinión pública chilena parece estar haciendo un juicio moderado de las autoridades en su manejo de la catástrofe que nos asoló. La Presidenta Bachelet, a pesar del imprevisto, termina su mandato con un altísimo nivel de aprobación.

Los damnificados, pero esta vez no por la naturaleza sino por la opinión pública, según estos datos, parecen ser la ONEMI, oficina que deberá evaluar seriamente su imagen y la confianza que proyecta en la población, la Armada, que en alguna medida también resulta afectada, y en tercer lugar el Ministro del Interior, quien supuestamente debiera haber liderado la acción de ayuda y rescate, pero no fue percibido así por la ciudadanía.

El nuevo gobierno, asume en un entorno de expectativas altamente positivas y con mayor unidad que la situación previa a la catástrofe del 27 de febrero.

El terremoto de Chile no pudo con la popularidad de Bachelet

Valeria Perasso

Enviada especial de BBC Mundo a Chile

Había planeado que sus últimos días en el poder estuvieran salpicados de actos celebratorios, homenajes, inauguraciones. La naturaleza, sin embargo, le reescribió la agenda oficial a la presidenta de Chile.

El jueves 11, Michelle Bachelet dejará el palacio de La Moneda tras hacer frente a la peor emergencia que enfrentó el país en las últimas décadas, producto del poderoso terremoto y el posterior tsunami que sacudieron el territorio el pasado 27 de febrero.

El cambio de rumbo que dictó la catástrofe llevó la imagen de la mandataria saliente a escenarios en los que probablemente hubiera preferido no aparecer: actualizando cifras de muertos, llorando por televisión, convocando a Chile a hacer su aporte solidario para encarar la gigantesca, y costosísima, tarea de asistir a los damnificados.

Dicen que sólo había dormido dos horas cuando el terremoto se hizo sentir, a las 3.34 am. Llegó enseguida a la Oficina Nacional de Emergencias para informarse de boca de los expertos, presidió el primer comité de emergencia y declaró zona de catástrofe en las regiones de Maule y Bío Bío, donde los temblores dejaron una gran cantidad de víctimas y cuantiosos daños materiales.

Michelle Bachelet, presidenta de Chile

Bachelet dejará la presidencia con históricos índices de aceptación.

Sin embargo, la oleada de críticas a su gestión no tardó en llegar.

A los saqueos e incendios que las fuerzas de seguridad no pudieron controlar se sumó la demorada llegada de ayuda a los damnificados, 72 horas después del sismo.

Más tarde, funcionarios de su gobierno reconocieron que una serie de fallas de comunicación con la Armada había frenado una alerta de tsunami que, emitida a tiempo, hubiera salvado cientos de vidas.

Así llegó Bachelet al traspaso de la banda presidencial: un final imprevisto para una gestión que marca el cierre de 20 años de gobierno de la Concertación de centroizquierda y deja en manos del electo Sebastián Piñera y sus fuerzas conservadoras la tarea de poner en pie al país.

Presidenta popular

"Uno toma decisiones y hace las cosas a su manera. Muchos se preguntaron al comienzo de mi mandato: ¿sabe esta mujer lo que está haciendo? Cuando hay algo nuevo, siempre genera suspicacias. Pero la gente se acostumbró y me creyó porque yo gobierno como soy", dijo la mandataria en un diálogo en exclusiva con BBC Mundo, unos días antes de la catástrofe.

…la gente se acostumbró y me creyó porque yo gobierno como soy

Michelle Bachelet

Bachelet, la primera mujer al frente de este país andino, transitó por La Moneda con un índice de popularidad rampante. Tuvo su punto más bajo en 2007, con 35% de aceptación, pero creció hasta alcanzar el histórico 84% en el último tramo de su mandato.

A la hora de evaluar su legado, la misma mandataria tiene su lista de méritos, compartida por observadores y por gran parte de los chilenos: los avances en políticas de género, la mayor participación ciudadana y la expansión del sistema de protección social, tal como expresó en la entrevista con BBC Mundo.

Eso, hasta la irrupción del terremoto, que ha abierto grietas en la política chilena y no ha dejado margen al actual gobierno para recuperarse antes del traspaso.

"La manera como ha actuado la presidenta marca un quiebre en la percepción ciudadana. No cambia quizás inmediatamente la opinión sobre su persona pero sí puede cambiar la lectura que se hará de su legado: en parte, será juzgada por la manera como enfrentó esta catástrofe", opina la analista Marta Lagos, directora de la consultora MORI.

La "verdad" de los números

Michelle Bachelet, presidenta de Chile

La presidenta cuenta con un 96% de índice de "cariño".

En este sentido, las primeras encuestas de opinión tras el terremoto revelan resultados contradictorios.

Un sondeo realizado por Opina y publicado por el periódico El Mercurio, de tinte conservador, señala que la ciudadanía ha reprobado el desempeño del gobierno de Bachelet ante el sismo: 60,4% dice que la reacción fue "tardía e ineficiente" y casi 72% opina que demoró demasiado en restablecer el orden público ante la ola de saqueos registrados en Concepción y otras ciudades sureñas.

En tanto, la consultora Adimark, que semanalmente publica mediciones de opinión pública, marca una tendencia contraria.

"La presidenta Bachelet sale indemne de la hecatombe. En el estudio anterior, finalizado pocos días antes del terremoto, el resultado fue que un 84% de los chilenos aprobaba entonces la gestión de la presidenta. Pasado el terremoto, la aprobación resultó idéntica: 84%", detalló el informe al que tuvo acceso BBC Mundo.

Lo cierto es que ambas encuestas tienen un problema de fondo que resulta clave para lograr un registro ajustado del clima cívico: realizada una en el Gran Santiago y la otra por vía telefónica, dejarían por fuera a muchos de los más perjudicados y, presuntamente, más críticos. Son los pobladores del sur, y muchos que difícilmente puedan ser contactados por vía telefónica en un país cuya infraestructura ha sido severamente dañada.

Según analistas consultados por BBC Mundo, los muestreos opuestos llevan sin embargo a una misma conclusión: quizás sea demasiado pronto para hacer la "evaluación de daños" sobre la figura presidencial.

Críticas

Una de las principales objeciones, que toca de cerca a la mandataria, fue la manera en que se dispuso el operativo militar ante la ola de violencia ciudadana que siguió a la catástrofe.

Para una coalición que luchó contra la dictadura militar, la idea de tener a los militares en la calle no fue fácil

Sergio Bitar, responsable de Obras Públicas

Recién en la noche del domingo, 36 horas después de los temblores y tras confirmar con la TV el estado de caos, Bachelet puso la firma en el decreto que sacó a unos 14.000 efectivos a las calles para recuperar el control.

En las filas de su propio gabinete, la dilación fue objeto de críticas. "Para una coalición que luchó contra la dictadura militar, la idea de tener a los militares en la calle no fue fácil", reconoció el responsable de Obras Públicas, Sergio Bitar.

"Parte de la decisión de no militarizar de inmediato tuvo que ver con cuidar la imagen y dar una sensación de estar en control, y parte con el trauma del pasado que está asociado a las fuerzas y su actuación en la época de (el régimen de facto de Augusto) Pinochet", opina la consultora Lagos.

Los alcaldes y funcionarios de las comunas culparon al gobierno central por no imponer pronto el "estado de catástrofe" y los atemorizados vecinos en varias localidades de Maule y Bío Bío recibieron con aplausos a los soldados. Tanto, que algunos se atreven a hablar de una nueva relación cívico-militar en Chile.

Capital personal

Michelle Bachelet, presidenta de Chile

Expertos indican que la aceptación de Bachelet se debe a sus cualidades personales.

Un dato de la encuesta de Adimark resulta revelador: tras el terremoto, los índices de "cariño" de los chilenos por su presidenta pasaron de 93% a 96%, el punto más alto de su mandato, mientras que la evaluación de su "capacidad para enfrentar situaciones de crisis" se movió en sentido contrario y bajo tres puntos.

Muchos coinciden en que allí reside la capacidad de resistir a los embates que muestra la popularidad de la mandataria saliente: su aceptación, señalan, no pasa por su capacidad de acción sino por sus cualidades personales.

Ello explicaría también por qué esta popularidad, despojada de contenido político, resultó intransferible de la mandataria hacia quien pretendía ser su sucesor, el candidato concertacionista Eduardo Frei, derrotado en segunda vuelta por el conservador Sebastián Piñera.

En este sentido, Bachelet se lleva la popularidad al hombro. Pero, ¿resistirá su legado?

"Hay un trabajo de cuatro años que se va a transformar en el pilar de nuevos procesos, si es que la derecha quiere continuarlos, y eso es indiscutible. El resto, es cuestión de tiempo", opina Rodrigo Álvarez Valdés, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), ante BBC Mundo.

Cuestión de tiempo. Dirá la historia próxima si el desgaste del aparato político y la catástrofe impensada hicieron mella en la carrera de la presidenta y el rumor, ya sugerido, de intentar una nueva entrada a La Moneda en 2014.

Written by Eduardo Aquevedo

9 marzo, 2010 at 15:35